0% encontró este documento útil (0 votos)
83 vistas18 páginas

Sociedad Del Conocimiento Evolucion

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 18

"Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad"

UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE


LA SELVA
“FACULTAD DE INGENIERÍA EN
INFORMÁTICA Y SISTEMAS”

 CURSO: gestión del conocimiento

 TEMA: la evolución de la sociedad del conocimiento,

 DOCENTE: CANALES AGUIRRE, MARCO ARTURO

 CICLO: 2019-I

 INTEGRANTES:

 OLAZA MARTIN, JHEMPOL

 PONCE GOMEZ, AMADEO

 AGUSTIN PORRAS, ESPINAL

 INOCENCIO PIHUE RUSSELL

TINGO MARIA, abril del 2019


Contenido
Definiciones. ................................................................................................................................ 4
Sociedad y cultura .................................................................................................................. 4
Sociedad del conocimiento ................................................................................................... 5
Evolución de la sociedad del conocimiento........................................................................ 7
Conclusión ................................................................................................................................. 17
Bibliografía ................................................................................................................................. 18
Introducción.
Hoy día el término “competencia” lo escuchamos frecuentemente en discursos
de los educadores, en instituciones educativas y en diversos contextos laborales
y sociales, aunque no se usa con un solo significado, en términos de educación
lo conocemos como un conjunto de habilidades, capacidades, aptitudes,
destrezas, normalmente lo identificamos como atributos en una persona.

Por otra parte, las “TICs” (Tecnologías de la información y la comunicación) son


herramientas de gran ayuda en el proceso Enseñanza – Aprendizaje que nos
aportan un mundo de información ilimitado, estableciendo como frontera de
estas la objetividad de algunos sitios en la red que pudieran alterar las ideas de
transformación e integración universalmente aceptadas.

Todas las sociedades, desde la invención del lenguaje, y por lo tanto de la


estructuración de ideas, han sido sociedades de conocimiento. Desde el
momento en que el hombre comienza a organizar las actividades productivas y
se hace sedentario, con la organización de las palabras y propiamente la
organización de las ideas, da inicio el conocimiento como una sistematización de
los aprendizajes obtenidos y acumulados a través de las diferentes épocas de la
evolución humana.

Es el conocimiento pues una actividad inherente al hombre a partir de que


sistematiza las palabras, las ideas y las actividades de organización humana.
Este conocimiento se hace patente primero en tradiciones orales y
posteriormente mediante la escritura de símbolos o de palabras propiamente
dichas a través del uso de un alfabeto.
Definiciones.
Para comprender el concepto de sociedad del conocimiento, identificaremos,
primero, los conceptos vinculados a ésta, como son sociedad y cultura.

Sociedad y cultura
La cultura, según Anthony
Giddens, está en estrecha
relación con la sociedad. Una no
puede existir sin la otra.
Así “Una sociedad es un sistema
de interrelaciones que vincula a
los individuos” (Giddens). Para
Michael Mann "Una sociedad es
una red de interacciones sociales
en cuyos límites hay una cierta brecha de interacción entre ella y su entorno” (Mann,
1986). En relación con la cultura, es frecuente que cultura se tome con el conjunto
de expresiones artísticas y sociales. Por ejemplo, la música, la literatura o la
gastronomía. No obstante, para el propósito de este tema, cultura se definirá como
“formas de vida” (Giddens, 2000) que incorporan valores y creencias de las
personas pertenecientes a un contexto determinado. En otras palabras: Cultura no
son sólo ideas, sino también cosas materiales; pero esos son objetos que son
creados por personas. En una ciudad, también, estos objetos no tienen ningún
sentido por ellos mismos, pero adquieren sentido mediante el contexto y el uso que
las personas les dan. Los objetos también personifican normas, valores e ideas.
(Németh, 2009). Por su parte, para Castells (2010) cultura es el “conjunto de valores
y creencias que dan forma, orientan y motivan el comportamiento de las personas”.
En esta misma tendencia, para Andrade cultura es el conjunto de valores y
creencias aceptadas por los miembros de una sociedad, de forma consciente o
inconsciente. (Andrade, 2005).
Sociedad del conocimiento

La noción de sociedad del


conocimiento es una
innovación de
las tecnologías de la
información y las
comunicaciones, donde el
incremento en las
transferencias de la
información modificó en
muchos sentidos la forma
en que desarrollan muchas
actividades en la sociedad
moderna. Fue utilizada por
primera vez por el filósofo
de la gestión
empresarial Peter Drucker, cuyas ideas fueron decisivas en la creación de la
Corporación moderna, quien previamente había acuñado el término "trabajador
del conocimiento" y hoy es considerado el padre del management como
disciplina. En el decenio 1990-2000 fue profundizado en una serie de estudios
Las sociedades de la información emergen de la implantación de
las tecnologías de información y comunicación (TIC) en la cotidianidad de las
relaciones sociales, culturales y económicas en el seno de una comunidad, y
de forma más amplia, eliminando las barreras del espacio y el tiempo en ellas,
facilitando una comunicación ubicua .
La eficacia de estas nuevas tecnologías -actuando sobre elementos básicos de
la persona como el habla, el recuerdo o el aprendizaje-, modifica en muchos
sentidos la forma en la que es posible desarrollar muchas actividades propias
de la sociedad moderna.
La diferencia de la sociedad del conocimiento y la sociedad de la
información es que la información no es lo mismo que el conocimiento, siendo
la información un instrumento del conocimiento, se compone de hechos y
sucesos, son aquellos elementos que obedecen principalmente a interés
comerciales. El conocimiento es aquel que puede ser comprendido por
cualquier mente humana razonable, se define como la interpretación de dichos
hechos dentro de un contexto, encaminada a alguna finalidad.
Una sociedad del conocimiento se diferencia de una sociedad de la información
en que la primera sirve para transformar la información en recursos que
permiten a la sociedad tomar medidas efectivas, mientras que la segunda solo
crea y difunde los datos en bruto.1
En palabras de Francisco Javier Quiroz Waldez, el siglo XXI se presenta
asomando el rostro de un nuevo paradigma de sociedad, un modelo donde la
información entendida como conocimiento acumulado de forma comunicable
aparece como el cimiento del desarrollo económico, político y social. El proceso
de transformación hacia este modelo –se afirma– es irreversible. El avance
tecnológico faculta al ser humano para hacer provecho de datos, información y
conocimiento en formas, modos o maneras sin precedentes, propiciando un
intercambio científico, cultural y técnico a escala mundial, pasando sobre las
barreras geográficas, las divisiones políticas y las de tiempo.2
Para la UNESCO "el concepto pluralista de sociedades del conocimiento va
más allá de la sociedad de la información ya que apunta a transformaciones
sociales, culturales y económicas en apoyo al desarrollo sustentable. Los
pilares de las sociedades del conocimiento son el acceso a la información para
todos, la libertad de expresión y la diversidad lingüística”. La UNESCO, en
virtud de sus ámbitos de competencia, cuenta con unos conocimientos técnicos
y una experiencia inestimables para hacer frente a un desafío de esta
envergadura
Evolución de la sociedad del conocimiento

El concepto de sociedades del


conocimiento evolucionó durante
muchas épocas a lo largo de la historia
occidental: con los egipcios, los
griegos, los romanos, quienes tuvieron
un tipo de educación y difusión del
conocimiento selectivo y aristocrático.
También a partir del descubrimiento
de la imprenta en el siglo XV y su
consecuentemente publicación
masiva de libros en el mundo
occidental reformado por Lutero, y no tanto con su contraparte católica, quienes
optaron por censurar la publicación de estos y contribuyeron a la pobre difusión
del conocimiento, al menos en las clases populares.

Desde la sociedad primitiva hasta alcanzar


el modelo actual ha evolucionado, la
manera de comunicarse, con jeroglíficos,
letras, códigos, gestos y demás formas
para entenderse con sus similares, era
importante comunicarse y eso fue un gran
descubrimiento; pero el ser humano
seguía en su empeño de evolucionar,
transformar el mundo en el que vivía,
crear, construir un futuro provisto de
comodidades que es en el cual estamos
viviendo ahora gracias al ingenio del
hombre.
El invento de máquinas como la de
vapor que es una de las más
importantes tuvo una gran
repercusión en la sociedad ya que
favoreció la comunicación, impulso la
industria y el comercio. Tiempo
después se perfeccionaron otras
máquinas, trenes, automóviles,
barcos y aviones que han permitido el
traslado de productos de un país a
otro.

Las revoluciones industriales,


francesa y estadounidense modifican
aún más este concepto con las
inquietudes de hacer extensiva la
instrucción a todo el pueblo, al menos
en el papel y la aparición de las
Universidades. Pero lo que en verdad
ha venido a revolucionar el concepto
en nuestros días sin duda es el uso,
aplicación y extensión de dos
herramientas básicas, la computadora
y la red mundial de internet, lo que ha
dado lugar a un fenómeno llamado sociedad de la información, en donde
prácticamente la mayoría de los ciudadanos del mundo, tenemos acceso a una
base de datos ilimitada como lo representa cada página de los millones que
circulan en esta misma.

Todos los seres humanos


podamos tener acceso igual y
universal al conocimiento, así
como un auténtico
aprovechamiento compartido de
éste, para un desarrollo humano y
sostenible. Según la organización
de las Naciones Unidas para la
educación, la ciencia y la cultura,
(UNESCO) es necesario actuar para que los conocimientos de que son ya
depositarias las distintas sociedades se articulen con las nuevas formas de
elaboración, adquisición y difusión del saber valorizadas por el modelo de la
economía del conocimiento. La noción de sociedad de la información se basa en
los progresos tecnológicos. En cambio, el concepto de sociedades del
conocimiento comprende dimensiones sociales, éticas y políticas mucho más
vastas.
El nacimiento de la tecnología es la
creación en base a nuestras
necesidades, ya que esta surge como
una manera clara de superarse,
perfeccionarse, analizarse, para el
desarrollo y la evolución del ser
humano.

Los instrumentos tecnológicos como la


computadora y la red, Internet,
herramientas como las TIC favorecen la
exploración, la simulación, la
investigación, el debate, la construcción
de estrategias y de micro-mundos. Las
nuevas tecnologías refuerzan el
aprendizaje con experiencias o
situaciones de aprendizaje
enriquecedoras, complejas, diversificadas.

Los avances tecnológicos en el celular, se


han creado gran variedad de celulares
hasta llegar a los que hoy existen, que
tienen una excelente tecnología, su
peso es mucho menor, tienen una
batería que nos permite estar más
tiempo en ellos, son más estéticos y no
solo nos sirven para realizar llamadas o
mandar mensajes, ahora ya podemos
chatear, almacenar imágenes, música, vídeos, conectarnos a internet, enviar y recibir
correos, escuchar radio e incluso ver la televisión, entre otras funciones.

La tecnología llegara a alcanzar innumerables avances en los próximos años, esta


tecnología con la que contamos ha logrado superar al hombre en muchos aspectos de
la vida, ¿Podrá llegar a superar al hombre en todos sus aspectos?
Esta sociedad de la información se percibe como un antecedente o paso histórico
obligado para llegar a la sociedad del conocimiento tal y como lo percibe la
UNESCO en una publicación de 2005, en donde todos los seres humanos
podamos tener acceso igual y universal al conocimiento, así como un auténtico
aprovechamiento compartido de éste, para un desarrollo humano y sostenible.

En nuestros días, la información es un instrumento del conocimiento, pero no es


el conocimiento en si, además que el exceso de información no es
necesariamente una mayor fuente de conocimiento. Las sociedades del
conocimiento deben ser sociedades que construyan redes que propicien una
mayor conciencia de los problemas del planeta, el riesgo tecnológico, las crisis
económicas, la mala distribución de la riqueza y que a través del conocimiento
se encuentren formas de combatirlos.

Un elemento central de las sociedades del conocimiento es la capacidad para


identificar, producir, tratar, transformar, difundir y utilizar la información con vistas
a crear y aplicar los conocimientos necesarios para el desarrollo humano.
Además, deben permitir una mejor práctica de los derechos universales y las
libertades fundamentales, mejorando al mismo tiempo la eficacia de la lucha
contra la pobreza y de las políticas de desarrollo.

El eje central de toda sociedad de la información debe ser la libertad de expresión


y opinión, derecho que se ve sustentado en el artículo 19 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos de 1948, que señala lo siguiente “Todo
individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho
incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir
informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por
cualquier medio de expresión”. Este derecho forma parte fundamental de la
autonomía de las personas y de los pueblos, además de ser ingrediente
indispensable de la difusión y acceso al conocimiento para el desarrollo pleno
del individuo.

El logro de esta sociedad del conocimiento tiene también una herramienta


indispensable: la educación como derecho universal del hombre.

La UNESCO define como una de otras tantas posibilidades, que esta educación
debe ser a lo largo de toda la vida.

Anteriormente, quien estudiaba, lo hacía para obtener un grado universitario o


un grado tecnológico o técnico suficiente parta alcanzar un empleo, vivir y formar
una familia, reproducir este mismo esquema con sus hijos, alcanzar cierta
estabilidad económica y un estatus social aceptable. En la actualidad, quien
desee permanecer vigente en su profesión o actividad productiva, deberá estar
permanentemente actualizado, ya sea mediante las instituciones de educación
o mediante la gestión de su propio aprendizaje (educación formal y no formal) a
lo largo de la vida, mediante círculos de estudio o individualmente.
Para el aprendizaje a lo largo de la vida es necesario el dominio de una habilidad
básica: el aprender a aprender. Una de las competencias necesarias para
lograrlo es contar con la capacidad para buscar, jerarquizar y organizar la
información omnipresente que hallamos principalmente, aunque no
exclusivamente, en la red.

Aprender a lo largo de toda la vida es un enfoque que debería cobrar todo su


significado a tres niveles íntimamente ligados entre sí, esos niveles son: el
desarrollo personal y cultural, el desarrollo social y el desarrollo profesional. El
desarrollo personal y cultural involucra la autovaloración personal y de la
identidad nacional, el segundo involucra el desarrollo político y la adquisición de
estatus y reconocimiento social y por último el personal implica un paso
necesario para el desarrollo económico personal y familiar.

Dos competencias indispensables para el aprender a aprender y por supuesto


acceder o encaminarse a la sociedad del conocimiento, de las diez que menciona
Philippe Perrenoud en su libro “Diez Competencias para Enseñar”, son: Utilizar
las nuevas tecnologías y organizar la propia formación continua.

La primera implica formar la opinión, el sentido crítico, el pensamiento hipotético


y deductivo; desarrollar las facultades de observación y de investigación; mejorar
la imaginación, la capacidad de memorizar y clasificar, incrementar la lectura y
el análisis de textos e imágenes; intentar el manejo de redes, desafíos y
estrategias de comunicación.

Esta competencia incluye también utilizar programas de edición de documentos,


transferir de lo impreso a soportes digitales lo que implica saber qué información
está disponible, moverse en este mundo y elegir las opciones más adecuadas.

Quien maneja textos, accede información y se conecta a la red, pasa de un


universo documental limitado, a un universo sin límites verdaderos, el del
hipertexto, con lo que crece de manera exponencial el acceso y manejo o
manipulación de la información para fines didácticos, o para cualquier fin, aunque
no hay que descartar que esta misma facilidad invite a plagiar ideas y análisis de
otros con la simple herramienta del copia y pega, además de acceder, a
información limitada o errónea, lo que necesariamente obliga a ser muy
meticuloso en la selección, manejo y transformación de la información.

En este caso, los instrumentos tecnológicos como la computadora y la red


favorecen la exploración, la simulación, la investigación, el debate, la
construcción de estrategias y de micro mundos. Las nuevas tecnologías
refuerzan el aprendizaje con experiencias o situaciones de aprendizaje
enriquecedoras, complejas, diversificadas.

Hace años podíamos hablar de analfabetismo enmarcando en éste a las


personas que no sabían leer ni escribir, sobre todo las de mayor edad, caso muy
socorrido en nuestro país. Todavía en muchos países no se ha abatido el
analfabetismo, pero ha surgido otro que supone igual dificultad para el desarrollo
personal y el social, me refiero al analfabetismo funcional, el cual detentan
muchos seres humanos que una vez que asistieron a las escuelas de diferentes
niveles, continúan no dándose cuenta de su situación personal ni social, mucho
menos tienen conciencia de grupo o sensibilidad humana, lo que los hace aptos
para ciertos trabajos, pero desvinculados con su entorno, con la realidad social
y económica y con el desarrollo sustentable del planeta.

La segunda competencia indispensable para el mantenerse aprendiendo a lo


largo de la vida es organizar la propia formación continua: Formarse no es ir a
seguir cursos, es aprender, cambiar a partir de distintos métodos personales y
colectivos de autoformación.

En la gestión de los propios aprendizajes podemos mencionar diversas


actividades como la lectura, la experimentación, la innovación, el trabajo en
equipo, la participación en un proyecto institucional, la reflexión personal regular,
la escritura de un diario o la simple discusión con los compañeros.

Aquí la reflexión se erige como la más importante herramienta del ser humano
para transformarse desde que tiene conciencia hasta que muera, ya que todo
ser humano es un practicante reflexivo. La reflexión es una fuente de aprendizaje
y regulación, es un ejercicio metódico esencial de autoformación e innovación,
de construcción de nuevas competencias y prácticas.

Por otra parte, y como elemento de su propio quehacer reflexivo, el hombre debe
saber analizar y explicitar su práctica cotidiana, hacerse de alguna manera
figurativa, transparente en lo que hace, lo que le permite el ejercicio de una
lucidez profesional que nunca es total y definitiva.

Una práctica reflexiva no se basa únicamente en un saber analizar, sino en una


forma de sabiduría, la que permite encontrar su camino entre la autosatisfacción
conservadora y la auto denigración destructora.

Además de reflexionar y explicitar su práctica, debe como parte de su


autoformación continua, participar en un grupo de análisis de prácticas lo que
constituye una forma de entrenamiento, que permite interiorizar posiciones,
métodos, cuestionamientos de sí mismo hacia los demás y viceversa.

La reflexión y la socialización en un grupo, favorece una elaboración y una


formalización de la experiencia profesional, hacer social el conocimiento propio
y establecer un balance de competencias y un programa personal de formación
continua propios. Un proyecto de formación común puede reforzar una cultura
de cooperación, además de aceptar y participar en la formación continua de los
compañeros y porque no decirlo, de los amigos y gentes cercanas a su entorno.

Por otra parte, el auto- aprendizaje y el aprender a lo largo de la vida deben de


caracterizarse por lo que según Delors J. son los cuatro pilares de la educación,
y que también implica de manera preponderante la autoeducación: aprender a
conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.

Aprender a conocer, implica el saber mismo, el saber procesar la información,


combinando una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de
profundizar los conocimientos en un pequeño número de materias. Lo que
supone, además: aprender a aprender para poder aprovechar las posibilidades
que ofrece la educación a lo largo de la vida

Aprender a hacer es adquirir no sólo una calificación profesional sino, más


generalmente, una competencia que capacite al individuo para hacer frente a
gran número de situaciones y a trabajar en equipo, lo que implica
necesariamente mantenerse actualizado en la rama o las ramas en las que se
desarrolla profesionalmente.

Aprender a vivir juntos es aprender a vivir en sociedad, para lograrlo se requieren


competencias de empatía, desarrollando la comprensión del otro y la percepción
de las formas de interdependencia, mas no de codependencia, lo que para
ningún ser humano resulta benéfico. Es realizar proyectos comunes y prepararse
para tratar los conflictos respetando los valores de pluralismo, la comprensión
mutua y la paz.

Aprender a ser, es el abordaje del espíritu y el desarrollo de la propia


personalidad aunado a la capacidad de actuar con mayor autonomía, un juicio
equilibrado y plena conciencia de responsabilidad personal. El aprender a ser
incluye no menospreciar en la educación ninguna de las habilidades propias de
cada individuo: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas,
aptitudes para comunicar, lo cual comprende sus más íntimas herramientas de
cambio.

Hasta aquí se ha venido manejando un concepto relativamente nuevo en el


campo de la educación, este concepto es el de competencia, entendiendo éste
no en el sentido de competición, sino en el de ser competente, es decir, poner
en juego todo lo que se sabe, lo que se es, lo que se puede hacer y saber, las
habilidades, las destrezas, los valores, las actitudes y los conocimientos, para la
consecución de un fin, individual o social.

El concepto parece nuevo, pero en verdad no lo es, ya que, desde siempre, la


educación ha tenido por finalidad el hacer hombres útiles a sus semejantes e
incrustarlos en la sociedad para que funcionen en el engranaje económico,
político y social de su época. No siempre esta sociedad ha sido justa y equitativa,
por lo que la educación tampoco. Lo que si resulta importante es, como ya
mencioné, saber elegir la información para usarla de la mejor manera posible,
para la propia formación personal y social.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en


2006 publicó el resumen ejecutivo denominado: “La definición y selección de
competencias clave”, en éste se define que una competencia es más que
conocimientos y destrezas. Involucra la habilidad de enfrentar demandas
diversas y complejas que genera la vida cotidiana.

Las competencias movilizan recursos psicosociales, incluyendo destrezas y


actitudes, en un contexto en particular. Por ejemplo, la habilidad de comunicarse
efectivamente es una competencia que se apoya en el manejo del lenguaje,
destrezas prácticas en tecnología e información y actitudes con las personas que
se comunica.
Las competencias claves podemos encontrarlas en tres grandes categorías:

La primera, el uso de herramientas socioculturales de manera interactiva, para


el correcto uso del lenguaje, la información y el conocimiento. Se requieren de
las herramientas físicas, tales como las computadoras, y una conexión de
internet, conocimientos sobre el tema a tratar, el manejo de símbolos y textos de
manera interactiva, el uso efectivo de destrezas como el correcto hablar, escribir,
el uso técnico de programas, de herramientas cibernéticas y el conocimiento de
las matemáticas entre otras.

Usar el conocimiento y la información de manera interactiva requieren que las


personas: Reconozcan y determinen primero lo que no saben, identifiquen,
ubiquen y accedan a fuentes apropiadas de información, incluyendo la red,
evalúen la calidad, propiedad y el valor de dicha información, así como sus
fuentes y organizar el conocimiento y la información.

Al hablar de la misma internet, no es tan importante tener un cúmulo de


conocimientos, sino saber dónde buscarlos, seleccionar los que sirven y
descartar los que no, de otra manera, es imposible tratar con la cantidad de
información disponible, lo que crea mayor confusión y desaliento, sin descartar
que una gran parte de la información en la red es simplemente falsa.

La segunda es interactuar con grupos heterogéneos, competencia que se hace


necesaria debido a la fragmentación y heterogeneidad de las sociedades, lo que
implica que los grupos humanos cada vez más diversos tengan la necesidad de
interrelacionarse para su propio beneficio y el de sus colaterales, en nuevas
formas de cooperación e interacción.

En el trato con grupos heterogéneos se requiere de ciertas habilidades como la


de relacionarse con los otros, lo que les permite a los individuos iniciar, mantener
y manejar relaciones personales con conocidos personales, colegas y clientes.
Uno de los valores necesarios para relacionarse lo constituye la empatía, lo que
implica adoptar el rol de la otra persona e imaginar la situación desde su
perspectiva, es decir, ponerse en sus zapatos.

Lo anterior lleva a la autorreflexión al considerar una amplia gama de opiniones


y creencias. Una persona no puede interrelacionarse con otros si no tiene un
manejo efectivo de las emociones, lo que implica el conocerse a sí mismo, las
motivaciones personales, los miedos, las fobias sociales, los anhelos, los propios
y los de los demás o al menos los de su grupo cercano, con los que se relaciona
e interactúa.

Por otra parte, el individuo, para vivir en sociedad y relacionarse con grupos
heterogéneos debe contar con la habilidad de cooperar, la habilidad de presentar
ideas y escuchar las ideas de otros, un entendimiento de las dinámicas del
debate y el seguimiento de una agenda, el orden de participación en la
interacción, la habilidad de construir alianzas tácticas y sostenibles, la de
negociar y la capacidad de tomar decisiones que permitan diferentes opiniones.
Ningún valor, destreza, conocimiento, actitud supera a la habilidad de manejar y
resolver conflictos en la necesidad de interrelacionarse, lo que hace necesario el
uso de diversas herramientas como el análisis de los elementos e intereses en
juego, los orígenes del conflicto y el razonamiento de todas las partes,
reconociendo que hay diferentes posiciones posibles, como la identificación de
la áreas de acuerdo y áreas de desacuerdo, la recontextualización del problema
y la priorización de necesidades y metas.

La tercera, actuar de forma autónoma, lo que no significa funcionar en


aislamiento social, por lo contrario, requiere de una comprensión del ambiente
que nos rodea, de las dinámicas sociales y de los roles que uno juega y desea
jugar. Actuar dentro de un gran esquema, comprender los patrones sociales,
culturales y económicos que nos rigen, incluyendo las leyes y reglamentos, las
escritas y las no escritas, para entender y asumir la responsabilidad de sus
acciones y poder elegir adecuadamente para el bien común y el de la sociedad.

El actuar de manera autónoma implica también la habilidad de formar y conducir


planes de vida y proyectos y metas personales. Lo anterior hace necesario
Identificar y evaluar tanto los recursos a los que se tiene acceso, tanto en tiempo
como en dinero, los conocimientos y las habilidades. También priorizar y refinar
las metas, balancear los recursos necesarios para satisfacer metas múltiples,
aprender de acciones pasadas, proyectar resultados futuros y monitorear el
progreso. Hacer los ajustes necesarios conforme se desarrolla el proyecto.

Esta competencia implica la habilidad de afirmar derechos, intereses, límites y


necesidades: Comprender los propios intereses, conocer las reglas y principios
escritos para basar un caso, construir argumentos para que nuestros derechos
y necesidades sean reconocidos y sugerir arreglos o soluciones alternativas.

Para seleccionar las competencias clave debemos tomar en cuenta diversas


consideraciones: Que aporten beneficios tanto económicos como sociales, que
sean aplicables a múltiples áreas de la vida y que tiendan a ser de uso universal.
Que ayuden al individuo a pensar por sí mismo, con madurez moral e intelectual
y que sea responsable de su aprendizaje y de sus acciones en el marco de una
acción reflexiva, lo que implica procesos mentales complejos, la metacognición
y una actitud crítica del propio hacer y del de los demás en el contexto individual
y social.

Sin duda la sociedad del conocimiento se antoja como una utopía, sobre todo en
lo relativo a que desde el conocimiento solo, el hombre acceda al bienestar
económico, social, cultural, emocional, político y del conocimiento mismo. Sin
embargo, cabe la posibilidad de que éste sea un eslabón en la cadena de pasos
que conduzcan al ser humano hacia una sociedad más equitativa, solidaria,
justa, libertaria y fraternal.

Este ideal de sociedad no es nuevo, las religiones la han percibido y han hecho
bosquejos sobre la vida en comunidad, específicamente la doctrina cristiana que
señala que, en la sociedad del futuro, el león y el cordero convivirán en un mismo
entorno y no serán presa y cazador.
De cualquier manera, recordando a los griegos con la frase inscrita en el templo
de Delfos que reza “Hombre Conócete a ti mismo y Conocerás el Universo”,
cerramos el presente texto, que, si bien el conocimiento no lo es todo en la vida
del hombre, si representa una oportunidad para dirimir las tremendas diferencias
en las que coexistimos como humanos.
Conclusión

La ciencia y la tecnología crecen a un ritmo acelerado. Todo esto gracias a la


evolución del conocimiento del hombre, que supo aprovechar el medio ambiente
para veneficios propios.

Es evidente que para tener éxito en las sociedades del conocimiento, es


necesario desarrollar nuevos paradigmas y superar los obsoletos de frente a los
retos de la globalización, involucrando tanto a autoridades educativas como
docentes y estudiantes, buscando confinar al olvido viejas y obsoletas prácticas
docentes, entendiendo que el docente en la actualidad es un guía o facilitador
del conocimiento para sus alumnos, reconociendo a las TICs como herramientas
de alcance invaluable en el desempeño en el aula y fuera de ellas.
Bibliografía
UNESCO. (2005). ¿Qué clase de sociedades del conocimiento? Informe mundial
de la UNESCO. Hacia las sociedades del conocimiento. Pp. 17-20

UNESCO. (2005). De la sociedad de la información a las sociedades del


conocimiento. Informe mundial de la UNESCO. Hacia las sociedades del
conocimiento. Pp. 29-30

UNESCO. (2005). ¿Hacia la educación para todos a lo largo de la vida? Informe


mundial de la UNESCO. Hacia las sociedades del conocimiento. Pp. 75-84

Philippe Perrenoud. Col. Biblioteca de aula, 196. Ed. Graó. Barcelona, 2007 (5ª
edición)

Delors, J. (1997). Los cuatro pilares de la educación. La educación encierra un


tesoro. (pp 102-103) UNESCO

OCDE. (2006) La definición y selección de competencias clave, resumen


ejecutivo. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

También podría gustarte