Protección Al Condenado

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Protección al condenado: la cárcel como institución de desprotección de los


derechos fundamentales.

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Marla Alejandra Gutierrez Tamara Lara


Universidad del Norte (Colombia) Universidad del Norte (Colombia)
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1

Protección al condenado: la cárcel como institución de


desprotección de los derechos fundamentales.

Marla Alejandra Gutierrez Alfonso1


Maria Valentina Herrera Rivera2
Tamara Patricia Lara Perez 3
Ivon Lorena Maestre Ortega4

1
Estudiante de Derecho - IV semestre. Universidad del Norte.
2
Estudiante de Derecho - IV semestre. Universidad del Norte.
3
Estudiante de Derecho - IV semestre. Universidad del Norte.
4
Estudiante de Derecho - IV semestre. Universidad del Norte.
2

“Él está abandonando el penal: sale por la reja de la


sección de reseña y respira el aire libre, o casi libre
porque aún falta cruzar la puerta principal; sin mirar
atrás camina hacia la vida limpia; va despacio pero
decidido. ¡Antes muerto que volver a ese lugar!”

Historia de la cárcel de Bellavista. José Libardo Porras.


3

RESUMEN
La cárcel ha evolucionado a través del tiempo como institución total que pasó
de ser un lugar en donde el reo esperaba castigo a un lugar en donde este lo
recibe. Sin embargo se han convertido en un infierno en tierra por ser el lugar
en donde se limitan varios derechos del ser humano, efectivamente castigandolo
y con un plus de violencia.
Los Estados con todos sus órganos están obligados a brindarles protección a
todos sus asociados, en relación con la tutela de sus derechos fundamentales,
frente a los poderes públicos y privados y en el ámbito internacional. Sin
embargo aún se evidencian muchas carencias en cuanto a las garantías de los
derechos humanos dentro de los estados constitucionales de derecho, en cuanto
a la situación dentro de instituciones penitenciarias, que no violan solo los
derechos de las personas sino los convenios internacionales transgrediendo
normas de carácter internacional, como lo son los principios generales, derecho
a la integridad física y moral, derecho a un nivel de vida adecuado, derechos en
materia de salud, la seguridad en las prisiones y categorías especiales como la
no discriminación, consagrados por la Oficina del alto comisionado de las
Naciones Unidas para los derechos humanos,
Palabras claves: Protección, carcel, derecho penitenciario, hacinamiento,
dignidad.

Abstract
The prison has evolved over time as a total institution was transformed from a
place where the prisoner waited punishment to a place where to receive.
However, they have become a hell on earth for the place, limiting several human
rights, effectively punishing and more violence.
States with all its organs are obliged to provide protection to all its partners in
relation to the protection of their fundamental rights against public and private
powers and in the international ambit.

But still many shortcomings are evident in terms of the assurance of human
rights
4

within constitutional state of law, as for the situation in prisons, violate not only
the rights of individuals but international conventions transgressing
international standards, as are the general principles, right to physical integrity
and moral, Right to a standard of living, rights in health, security in prisons
and special categories as non-discrimination, consecrated by the Office of the
High Commissioner of the United Nations human rights.
keywords: Protection, jail, prison law, overcrowding, dignity.
5

INTRODUCCIÓN

La sanción penal es el medio más contundente y a la vez excesivo del cual dispone el
Estado para conseguir el mantenimiento de un determinado orden social (Noelia Corral ,
2015). A continuación analizaremos si ese medio es verdaderamente una institución de
protección al condenado entendiendo al derecho penal como aquel que protege al reo,
¿En qué consiste la protección? ¿la cárcel evita efectivamente la venganza privada?.
Con este trabajo pretendemos dar respuesta a las cuestiones planteadas anteriormente,
esto mediante una serie de investigaciones a la situación actual de las cárceles en
colombia respecto a la protección de los derechos como la vida, la salud, la dignidad,
etc, y, además, revisiones a estudios constituidos en dicha materia,
6

Protección al condenado.

Para comenzar a hablar de la protección al condenado en las cárceles hay que entender
la evolución de esta, qué papel ha tenido al interior de la sociedad a lo largo de la
historia, hasta llegar a lo que hoy entendemos por cárcel y por la protección que le
brinda al condenado, ya que solo conociendo el pasado de esta, entendemos el porqué
del presente.

El origen de la cárcel en su sentido más amplio es tan antiguo como la necesidad del
hombre a restringir y coartar a sus enemigos; uso de la fuerza es un hecho inherente a
los comportamientos humanos, no es posible erradicar su uso. Más en el Derecho se
busca purificar su utilización, convirtiendo de este hecho, aparentemente intolerable, en
algo equitativo y socialmente aceptable. (Vivien David, 2004)

A lo largo de la historia cada sociedad ha reaccionado de un modo diverso frente a las


conductas antisociales de sus integrantes. Las formas de solucionar esas conducta que se
entiende como rechazadas por la sociedad significaron según la sociedad en donde se
producían medidas como el descuartizamiento, mutilación, la lapidación, la crucifixión,
expatriación,exposición pública, trabajos forzados entre otras, hasta llegar en su fase
moderna, a la segregación; aislamiento del transgresor como tratamiento para sus males:
nace la prisión.

En sus primeros tiempos la cárcel fue un lugar destinado a la vigilancia de los reclusos.
En la antigüedad omitiendo ciertas situaciones excepcionales, los delincuentes convictos
no quedaban aislados en cárceles, sino que eran sometidos con penas corporales o
pecuniarias. Así, las penas privativas de la libertad, son un concepto relativamente
moderno.

La cárcel era entendida como un medio de reclusión temporal de gente sin ninguna
finalidad añadida, así Alfonso X de Castilla (1.221-1.284) dictamina en las Siete
Partidas: “la cárcel debe ser para guardar los presos no para otro mal”
7

García Valdés (1982) dijo que en todos los derechos antiguos y ordenamientos
medievales establecen que la cárcel es un lugar retención, “la cárcel de custodia”,
también dicho en las en el Libro de las Costumbres de Tortosa. así como resalta Cuello
Calón (citando a Mommsen) en el derecho romano la cárcel únicamente se utilizaba de
medida preventiva para evitar la huida de los acusados, para más tarde imponer al
delincuente a todo tipo de castigos aberrantes o a la muerte en plazas o lugares públicos
ante grandes multitudes.Pero el derecho de la Iglesia comienza a organizar el uso de la
cárcel como pena sometiendo a los encarcelados bajo un régimen de penitencia, Téllez
Aguilar (1998).

A su vez Peña Mateos (1997) comenta como en los tiempos de la Edad Media se
administraban castigos no autorizados por las leyes -con tajante arbitrariedad por reyes
y señores principalmente a los rebeldes- que poseían la gran crueldad con la que los
reyes combatían la criminalidad que asolaba sus territorios y de esta manera
desconocían totalmente a la cárcel pública como forma de ejecutar una pena.

Pero será hasta siglo XVIII que puedan ubicarse Europa los dos primeros asentamientos
penitenciarios propiamente de lugares construidos específicamente para ser usados
como cárcel. Los primeros fueron el hospicio de San Michele en Roma (Italia) en 1704
y la prisión de Gante (Bélgica) en 1773. Y fue hasta tanto el proceso reformador del
“siglo de las luces” que tuvo su mejor representante (en la obra del jurista milanés
Cesare Beccaria (1774)) el cual elabora el tratado fundacional del derecho Penal que
explica y defiende el hecho de las cárceles de la ilustración y su peso sobre las ideas
penitenciarias en la Ilustración donde se comienza a justificar la capacidad
rehabilitadora de la pena es así que el fundamento principal de la pena es lograr que el
individuo que cometió un delito, no vuelva a cometerlo, y tratar que los ciudadanos no
incurran en nuevas infracciones Para Granados Pérez (1990) y Cid Moliné (1999)el gran
avance se produce cuando los autores ilustrados comprueban que la privación de
libertad es completamente graduable al delito. supone un aporte de racionalización y
humanización en la aplicación del derecho criminal, y consiguientemente en las
prisiones, en un ambiente que como señala Monge (1997) en que en las legislaciones
8

penales se preveía que fuesen públicas por lo que la muerte era un espectáculo propio de
los días de fiesta, donde el día de la ejecución se convertía en una festejo popular.

Es en este periodo cuando el movimiento filosófico de la Ilustración’, (Montesquieu,


Rousseau, Voltaire, Diderot, D´Alambert; Beccaria), consiguen materializar sus ideales
humanitarios cuando los castigos corporales y mutilaciones van cediendo paso a la idea
de la pena reclusión. Así Foucault (1986) resalta que es este momento cuando surge un
nuevo saber, que tiene objeto científico el conocimiento y la ordenación jurídica de la
administración del sistema penitenciario

Para granados pérez (1990) y Giménez–Salinas Colomer (1995) la cárcel aparece en


este período como el gran invento social que permite asociar varias funciones: la de
corregir al culpable, la de garantizar la seguridad, la de aislar al delincuente y la del
escarmiento.

Sólo llegados a este instante podemos afirmar la cárcel como una pena más o menos
universal, por ello recuerda Von HENTING(1955): “la pena privativa de libertad no
tiene una larga historia”. El arco de la pena de muerte estaba excesivamente tenso. No
podía contener tensiones ni garantiza la seguridad. La picota fracasa tratándose muchas
veces de delitos leves o de casos dignos de gracia, porque la publicidad de la ejecución
daba lugar muchas veces lugar a la compasión que al horror”.
Con el tiempo las penas que trataban al delincuente de forma infrahumana se atenúan y
se comienza a promover reformas al sistema penitenciario, defendiendo la idea de
ciertas condiciones mínimas en los establecimientos carcelarios, se deberán dar las
siguientes condiciones: 1. Cárceles higiénicas, para evitar enfermedades y epidemias. 2.
Separar a los condenados por delitos mayores, de los condenados por delitos menores.
3. Incentivar el trabajo de los condenados de las cárceles. 4. Adopción del sistema
celular, o sea: el aislamiento del condenado en una celda, de manera que se evite la
promiscuidad y la corrupción moral de los presos.
9

Es así como llegamos a lo que hoy tenemos y entendemos como cárcel y los mínimos
de ella para el condenado, donde se ha evidenciado que aunque en un principio esto no
era siquiera considerado con el desarrollo de los derechos humanos, la conciencia de
que tanto el preso como el libre son personas y merecen un mínimo de dignidad causa
que se atenúen las sanciones y mejoren los establecimientos.

El Derecho penal como protector del criminal.

Podemos encontrar normas protectoras del los reclusos en el artículo 5 de la


Convención interamericana sobre derechos humanos que habla de las personas privadas
de su libertad y establece que todas deben ser tratadas con el respeto debido inherente al
ser humano, este capítulo es muy importante porque establece garantías para los
reclusos y en el pacto de Derechos civiles y políticos de las naciones unidas por solo
mencionar unos ejemplos internacionales. Colombia cuenta con una constitución
garantista de los derechos humanos y un excelente marco jurídico para la protección de
los derechos de todos, no podemos olvidar que los reclusos también son seres humanos.

La corte constitucional colombiana coincide con la oficina del alto comisionado de las
naciones unidas para los derechos humanos con que se le debe dar un alto nivel de
protección a los derechos de los reclusos y esta segunda entidad protege especialmente
el derecho a la integridad física y moral, derecho a un nivel de vida adecuado, derechos
de los reclusos en materia de salud, la seguridad en las prisiones, utilización óptima de
las prisiones, contacto de los reclusos con el mundo exterior, procedimiento de queja y
de inspección y crea categorías especiales de reclusos: no discriminación, la mujer en
prisión, los menores privados de la libertad. reclusos condenados a muerte.

Derechos Humanos

Los derechos humanos son, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), “como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a
fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en
ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y
libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional”. El
10

desarrollo del tema de derechos humanos en Colombia se ha dado tras años de lucha por
lograr que estos tomen un papel más relevante al interior de la sociedad,se han tenido
pequeños momentos a lo largo de la historia en que estos aparecen como una pequeña
luz en medio de tanta oscuridad, las primeras señales que hubo están conformados por
tres momentos: La insurrección comunera, la traducción de los derechos de los
hombres de Antonio Nariño y el memorial de agravio de camilo torres, pero el avance
más significativo que hemos tenido fue en la constitución de 1991 cuando logramos
establecernos como un Estado social de Derecho y fundada en el respeto de la dignidad
humana, por tanto se puede notar que partiendo del concepto base en que los derechos
humanos se toma como un ideal común en que todos los pueblos deben fundarse, hay
aclarar que en colombia no son tomados como simple ideales a seguir al interior de la
sociedad, sino por el contrario son de vital importancia al interior del ordenamiento
jurídico, A pesar de lo dicho en relación a la importancia de los derechos humanos en
Colombia el panorama de estos en nuestro país ha sido de los más abrumadores a lo
largo de la historia. Sin embargo, siempre se espera que el Estado promueva la
protección y salvaguarda de los derechos humanos de todas las personas para de esta
forma garantizarles una vida digna.
11

Los Derechos Humanos en el interior de la cárcel

“Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero. Ata duro a ese


hombre: no le atarás el alma. Son muchas llaves, muchos
cerrojos, injusticias: no le atarás el alma. Cadenas, sí: cadenas
de sangre necesita. Hierros venosos, cálidos, sanguíneos
eslabones, nudos que no rechacen a los nudos siguientes
humanamente atados. Un hombre aguarda dentro de un pozo sin
remedio, tenso, conmocionado, con la oreja aplicada. Porque un
pueblo ha gritado ¡libertad!, vuela el cielo. Y las cárceles
vuelan.” Miguel Hernández (2006)

Como se dijo anteriormente, el origen de la cárcel es tan antiguo como la necesidad del
hombre de restringir y coartar a sus enemigos; esta surgió en primera medida como un
instrumento de ejercer control sobre los que serán juzgados posteriormente. Desde
nuestra constitución se aborda el tema de que a todo miembro de la sociedad debe
preservarse una vida digna, un respeto a sus derechos, pero a la hora de hablar de cómo
es la vida al interior de una cárcel, adentrarse a ese mundo oscuro en que nadie quiere
entrar y todos desean salir, ese axioma que rige el ordenamiento queda en una simple
banalidad.

Tomando como referencia el artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos “ Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto
debido a la dignidad inherente al ser humano” atendiendo a lo dicho, se les debe
garantizar un mínimo vital, como alimentación, salud y su derecho a la vida; pero si
abordamos la prestación del servicio de salud nos damos cuenta que es totalmente
deficiente; en investigación hecha por la Oficina en Colombia del Alto Comisionado v
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en las diferentes cárceles de
nuestro país, en la mayoría el servicio de salud es deficitario. No hay el personal
médico, materiales clínicos ni medicamentos suficientes. En la cárcel de Quibdó los
horarios de los médicos son reducidos, pues sólo se cuenta con un médico general que
trabaja cuatro horas diarias, una odontóloga por dos horas y una enfermera de tiempo
12

completo. No existe consulta especializada en ginecología, a pesar de que en el


establecimiento hay un anexo para mujeres, en la cárcel de Villa Hermosa en Cali la
falta de atención médica oportuna y de medicamentos periódicos y adecuados deterioran
gravemente la salud de las personas que viven con el virus de inmunodeficiencia
adquirida, lo que constituye un flagelo adicional a la privación de la libertad pues el
encierro está afectando su salud e integridad física y emocional. En el área de sanidad,
cuando la misión de la OACNUDH hizo la visita, se encontraban personas que viven
con VIH junto a pacientes con varicela y tuberculosis, situación que implica un riesgo
de consecuencias irreparables en la salud de este grupo vulnerable. Así como las
mencionadas, aquí se puede traer a discusión muchas situaciones que hacen parte del
diario vivir de las personas al interior de la cárcel, situaciones que dejan en tela de juicio
el grado de protección que se le brinda al condenado al interior de la cárcel. Lo anterior
lleva a que sea necesario pensar que si por hecho de estar condenados, privados de la
libertad, sus derechos no sean de importancia para la humanidad, o por el contrario, que
el Estado no tenga la obligación de crear las suficientes herramientas que de manera
más eficaz se encargue de vigorizar dicha su protección.

El CPC creado con el fin de fortalecer la garantía de protección de que gozan los
reclusos, este data en su artículo 5 “En los establecimientos de reclusión prevalecerá el
respeto a la dignidad humana, a las garantías constitucionales y a los derechos humanos
universalmente reconocidos. Se prohíbe toda forma de violencia síquica, física o moral”
a partir de esto abordaremos los derechos que de manera internacional, como al interior
de nuestro ordenamiento, se le debe garantizar a las personas al interior de la cárcel.

1. Derecho a la vida: ninguna recluso podrá ser expuesto a ningún trato que ponga en
riesgo su vida.

2. Derecho a la integridad personal: A la población carcelaria se le debe proteger de


cualquier conducta que deteriore su salud, tan fisica, como psicologica y moral.

3.Derecho al libre desarrollo de la personalidad: ninguna persona podrá ser


discriminado por ningún rasgo característico de su personalidad.
13

4. Derecho a la intimidad:Las autoridades no le es permitido involucrarse en la esfera


personal del condenado.

5. Derecho al mínimo vital: Es obligación proveerles a los reclusos todo lo necesario


para tener una subsistencia lo suficientemente digna, tales como: servicios públicos
permanentes y adecuados, atención médica oportuna, educación, estudio, etc (CPC,
1993, art. 76)

6. Derecho a la salud: Toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel posible
de salud física y mental (OHCHR)

7.Derecho al debido proceso: Todos los reclusos tienen el derecho que al cometer
cualquier tipo de falta al interior de la cárcel se le brinden las garantías mínimas del
debido proceso-

8. Derecho al tratamiento penitenciario: Todos lo reclusos deberán tener el mismo trato


por las autoridades y el derecho a participar en todas las actividades dirigidas a su
reinserción.

9. Derecho a la igualdad: Se prohíbe toda forma de discriminación por razones de sexo,


raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. Lo
anterior no obsta para que se puedan establecer distinciones razonables por motivos de
seguridad, de resocialización y para el cumplimiento de la sentencia y de la política
penitenciaria y carcelaria. ( CPC, 1993, art. 3)

Los anteriores, son los principales derechos que se le deben salvaguardar, a los reclusos,
para su vida sea lo más cercano a una vida digna, pero al parecer, no es así, cada vez se
da un trato más denigrante a las personas al interior de la cárcel. Como dijo Gutiérrez
Anzola en la comisión redactora del código penal: “Estoy de acuerdo con el Dr. Giraldo
Marín y, además debemos reconocer como en Colombia por sus singulares condiciones
penitenciarias, un solo día de prisión en cualquiera de nuestras cárceles, hace pensar
al recluso en la pena de muerte como preferible a la privación de la libertad”
14

La crisis carcelaria.

Segùn un informe del INPEC (2016), “como consecuencia del crecimiento generalizado
en el número de reclusos(as), la población carcelaria y penitenciaria intramuros a cargo
del INPEC (120.736) supera considerablemente la capacidad de los ERON -
Establecimiento de Reclusión del Orden Nacional- (77.953). Teniendo en cuenta la
situación descrita, al finalizar el mes de enero de 2016, los establecimientos presentaron
una sobrepoblación de 42.783 personas, que conlleva un índice de hacinamiento de
54,9%” . En este sentido, se observa que la crisis carcelaria puede ser producto del
hacinamiento al que están sometidos los reclusos. La Corte Constitucional dice que se
ha regresado a los niveles dramáticos de hacinamiento y vulneración de derechos
fundamentales que llevó a que en el año 1998 se declarara el estado de cosas
inconstitucional en el sistema penitenciario, por lo que reseñó que el problema de las
prisiones no se soluciona únicamente con dinero y construcciones. Todo parece indicar
que en el país sigue primando una concepción carcelaria del derecho penal. Mientras
esta concepción continúe imperando nunca habrá suficiente espacio en las prisiones (El
Espectador, 2014). Lo que nos lleva a la afirmación de que el derecho penal debe ser
utilizado solo como ultima ratio (Baratta, 1999 ), lo cual, probablemente, evitará el
hacinamiento.
Además, la cárcel ha demostrado estar lejos de cumplir sus fines resocializadores, al
igual que el derecho penal, en la práctica deja de convertirse en un derecho de
protección al criminal y al ser utilizado de primera ratio dentro de él se da una mala
aplicación, de la cual se puede observar el resultado: la crisis carcelaria.
La infraestructura de las cárceles y el diseño del sistema penitenciario y carcelario en
Colombia es insuficiente y, hasta obsoleto, si se piensa en la cantidad de reclusos en la
actualidad; esto, según Fernández Sandoval (2002), contribuye a la reproducción de
delincuencia dentro de la cárcel, en especial, aquellos delitos de sangre, motines, y
demás desórdenes en los que se denota la ingobernabilidad de estos establecimientos y
el poco o casi inexistente control del Estado.
15

Y en lo que concierne específicamente a el sistema carcelario y la prestación de


servicios sanitarios, de salubridad, entre otros, es totalmente deficiente, dicho en
palabras de la Corte Constitucional en la sentencia T-388 de 2013:

“En las condiciones de hacinamiento y deterioro de la infraestructura


penitenciaria y carcelaria, así como de los servicios que se presentan en cada
establecimiento, la posibilidad de que se den tratos crueles, inhumanos e
indignos aumenta notoriamente. La deshumanización de las personas en los
actuales contextos carcelarios es evidente. Las condiciones en que son
mantenidas las personas privadas de la libertad, por ejemplo, suelen ser
relacionadas con las condiciones en que existen algunos de los animales
relegados en nuestra sociedad a los lugares de suciedad. Por ejemplo, las
personas que son sancionadas dentro de los establecimientos de reclusión, en
ocasiones, son sometidas a condiciones inhumanas e indignantes.”

No basta con la ya desprotección y altos niveles de inseguridad dentro de los


establecimientos carcelarios en colombia sino que además, como ya se ha expuesto a lo
largo de este artículo, hay una fatal violación a los derechos de los reclusos, empezando
por la dignidad y la salud. Los tratos indignos y degradantes son comunes dentro de los
centros penitenciarios, provenientes no solo de los demás encarcelados, sino de la
misma guardia de seguridad, que de otra manera no consigue un poco de control sino
mediante actos violentos y excesivos. En materia de salud, los centros asistenciales son
absolutamente inútiles, pues las condiciones de estos son insalubres, y poca atención
pueden prestar a un enfermo, no cuentan con los medicamentos y en general con los
elementos necesario para atender las necesidades en salud de la población carcelaria.
16

Conclusiones:

-A lo largo de este trabajo se ha evidenciado, que si bien. el derecho penal y las


instituciones penitenciarias, hablan ampliamente sobre la debida protección que se le
debe dar al recluso, tratandolos de una manera digna, bajo las condiciones más
humanamente posible sin degradar su ser cada vez más, pero esto queda como simples
palabras sobres las páginas, y por el contrario se evidencia el total abandono estatal a la
población encarcelada, omisión al deber de protección estatal de los derechos
fundamentales de estas personas, y además, las mismas fuerzas estatales encargadas de
hacer minimizar sus derechos dia a dia mediante el INPEC.
17

Bibliografía

Manual de bolsillo de normas internacionales de derechos humanos para funcionarios


de instituciones penitenciaria. Oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para
los derechos humanos, 2005.

Las penas largas de prisión en España. (2015). Evolución histórica y político-criminal.


Corral Maraver, Noelia, Madrid.

Porras Vallejo, J. (1997). Historias de la cárcel Bellavista. [Colombia]: Instituto


Colombiano de Cultura.

Convención interamericana de derechos humanos, 1969.


El Espectador, (2015). La sentencia contra el hacinamiento carcelario. [en linea].
Recuperado de: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/sentencia-contra-el-
hacinamiento-carcelario-articulo-551211 [Accessed 2 Nov. 2016].
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de la Constitución. Nuevas reflexiones sobre el modelo integrado de las ciencias
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Instituto nacional penitenciario y carcelario, 2015. Informe estadístico.
Desde la prisión. Realidades de las cárceles en Colombia. Oficina en Colombia del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2006).
Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario., (2016). Informe estadístico - especial
casa libertad-.. Bogotá: Ministerio de Justicia., p.21.
Fernández Sandoval, H. (2002). Reformas penales y penitenciarias (p. 16). Bogotá:
Ediciones Librería del Profesiona.
1 Cfr.David, Vivien, “Au delà des bornes, il y a limité”. Esquisse d´une articulation de
la force et de droit, Revue Pénitentiaire. Núm. 2, junio, 2004, p. 361.
15 Partida VII, Título XXXI, Ley IV “Carcer enime ad contienedos homines non ad
puniedos haberit debit”..Además uno de los Títulos (Partida VII, Título XXIX se ocupa
de las prisiones, de la manera en que se hallaban recluidos los presos.
Garcia Valdes, Carlos, Comentarios a la legislación penitenciaria, 2ª Ed., Madrid, 1982.
p. 23.
18

Cuello Calon, Eugenio, Derecho penal, Tomo I (Parte general), 7ª Ed., Barcelona, 1945.
p. 671.
Tellez Aguilera, Abel (Los sistemas penitenciarios y sus prisiones, Derecho y realidad,
Madrid, 1998, p. 33
Peña Mateos,, Jaime, “Antecedentes de la prisión como pena privativa de libertad en
Europa hasta el siglo XVII” en Historia de la prisión. Teorías Economicistas: Crítica,
Dir. GARCÍA VALDÉS,
Cesare Beccaria, Tratado de los delitos y de las penas, Traducción al español por D.
Juan Antonio de las Casas, edición de 1774, Madrid, Ed. D. Joachin Ibarra, Impresor de
Cámara de S.M.
Carlos, Madrid, 1997,p.53
Monge González, Almudena, “La pena de muerte en Europa”en Historia de las
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VALDÉS, Carlos, Madrid. 1997,p.30
Granados Pérez, Carlos, “Alternativas a la prisión”, Actualidad Penal, Revista jurídica
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Carreño Martinez, J. (2016). Las cárceles como espacios de violación a los derechos
humanos, estudio de caso: cárcel modelo de bogotá (2002-2010) (Pregrado en ciencias
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http://repository.urosario.edu.co/bitstream/handle/10336/12488/1026266103-
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Sentencia T-388 de 20113, MP: María Victoria Calle Correa (Corte Constitucional de
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Foucault, Michel (1986). Vigilar y castigar. Madrid: Siglo XXI Editores.
VON HENTING, Hans, La pena formas modernas de aparición, Vol. II, Madrid 1967.
(Traducción a la obra Die Strafe. Berlín-Götingen-Heidelberg: Springer-Verlag, 1954 y
1955, pp. 223 y ss).

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