Guerra Federal Bolivia
Guerra Federal Bolivia
Guerra Federal Bolivia
del norte (liberales de La Paz) contra el sur (conservadores de Sucre) por el liderazgo
de Bolivia que culminó con la derrota del oficialismo y la transformación de La Paz en sede
de facto de los poderes ejecutivo y legislativo constitucionalmente situados en Sucre. Sus
orígenes se sitúan por una parte en la decadencia de la explotación minera de La Plata
centrada en Potosí (a 150 km de Sucre) y la paulatina emergencia de la explotación
minera del estaño centrada en Oruro (próxima a La Paz) y por otra parte en el desastre de
la guerra del Pacífico (1879-1883, alianza boliviano-peruana contra Chile) donde una
corriente paceña denominada "liberal" promueve continuar la guerra hasta las últimas
consecuencias y se enfrenta a la corriente conservadora chuquisaqueña que decide parar
el conflicto bajo el lema de "una derrota es suficiente".
Antecedentes
La derrota en la Batalla del Alto de la Alianza, que fue el fin de la Guerra del Pacífico (para
Bolivia ya que no volvió a participar en ella), dividió a la población boliviana entre “los
guerristas”, que eran partidarios de recobrar, por lo menos, un buen espacio en el litoral
perdido y tener un paso autónomo al mar, y “los pacifistas”, que deseaban el fin de la
guerra y un acuerdo pacífico con Chile.
Ello originó el nacimiento de dos partidos políticos antagónicos: los guerristas con el
Partido Liberal y los pacifistas con el Partido Conservador.
Los conservadores, a la cabeza de Aniceto Arce y Mariano Baptista, entre otros
personajes, tenían a Sucre como su asiento y habían ganado las últimas elecciones del
siglo XIX: Gregorio Pacheco (1884-1888), Aniceto Arce (1888-1892), Mariano
Baptista (1892-1896) y Severo Fernández Alonso (1896-1898).
Los liberales, encabezados por Narciso Campero y Eliodoro Camacho, comandante y jefe
de Estado Mayor respectivamente, de las fuerzas Perú-Bolivia derrotadas en el Alto de La
Alianza en 1880, tenían a La Paz como su plaza fuerte tras el triunfo obtenido en las
elecciones municipales de ese distrito.
Desde allí, fustigaban a una “insoportable oligarquía que se había entronizado en el
gobierno boliviano”, enumerando irregularidades, abusos, conculcación de los derechos,
especulación, corrupción política y desquiciamiento del cuerpo social.
Las discrepancias regionales hicieron crisis ante la falta de condiciones culturales,
económicas, políticas o ideológicas necesarias para una cohesión nacional.
A este antagonismo político, se sumó la rivalidad regional y social y la susceptibilidad de
que Sucre sólo tenía 20.907 habitantes, frente a los 52.697 de La Paz. La Paz—según
enarbolaron en ese tiempo— era una ciudad de mayor crecimiento comercial, pero menos
aristocrática que Sucre, era una región de mayor rendimiento económico y favorecía en
mayor proporcionalidad a las arcas de tesoro público, que eran destinadas en su mayoría
a la construcción de Palacio de Gobierno, edificios públicos en Sucre y puentes en los ríos
Pilcomayo y Cachimayu.
La tesis para asentar la sede de gobierno en La Paz fue la necesidad de “atender las
relaciones internacionales y la administración interna”.
Hasta el fin de la Guerra del Pacífico, en el año 1880, la sede del Poder Ejecutivo
funcionaba donde el presidente de turno se encontraba. Inclusive se llegó a decir que “la
Presidencia de Bolivia tenía su sede en la cabalgadura del mandón de turno y en el lugar
donde el mandatario sofocaba una revolución o asonada”. De ahí que la historia relata que
el Congreso desde 1825 hasta 1900 se reunió en 29 oportunidades en Sucre, 20 en La
Paz, siete en Oruro, dos en Cochabamba y una en Tapacarí.
Esos motivos, entre muchos otros, y el triunfo de los liberales en las elecciones
municipales de La Paz, desconocidas por el gobierno de Severo Fernández Alonso, fueron
el detonante de una corriente incontrolable de disturbios en La Paz, el posterior decreto de
un estado de sitio y el desconocimiento a las actuaciones del gobierno municipal “impuesto
por la fuerza”.
Ley de Radicatoria
El Palacio de Gobierno de Sucre, usado solamente entre 1896 y 1899; actual prefectura
de Chuquisaca.
La rivalidad entre ambos bandos hizo crisis en los últimos meses de 1898, más
propiamente en la sesión matinal ordinaria cuadragésima sexta del 31 de octubre de 1898,
cuando la representación de Sucre integrada por José María Linares, Isaac Vincenti, Fanor
G. Romero, Napoleón García Romero, José María Urdininea, Juan María Fernández de
Córdoba, Nicolás Ortiz, N. Rojas Estensoro y Julio M. Trigo, propuso el proyecto de “Ley
de Radicatoria”, que establecía por disposición legal que la permanencia fija del Poder
Ejecutivo quedaba en Sucre. La reacción no fue la esperada. A contrapropuesta, la brigada
de La Paz planteó otro proyecto de ley para el traslado del Poder Legislativo a
Cochabamba.
La propuesta de los conservadores incorporaba el amor a la ciudad capital, pero se
entremezclaba con los intereses económicos e intrigas políticas, propiciados por el coronel
y senador José Manuel Pando, quien obtuvo el escaño por Chuquisaca gracias a los
liberales Samuel Oropeza, Valentín Abecia, Ricardo Mujía, Luis Arce Lacaze, Agustín
Iturricha y otros más.
El grupo liberal en el Parlamento apoyaba, supuestamente, la “Ley de Radicatoria”
propuesta por el representante de Sucre, Isaac Vincenti, pero sólo por considerarla un
arma de doble filo para herir al presidente Fernández Alonso, puesto que si esta ley era
vetada ofendería y enfurecería a los capitalinos, y si era promulgada, el pueblo de La Paz
se alzaría y pondría sus tropas a órdenes del coronel José Manuel Pando.
El 15 de noviembre, en la 58º sesión, la Ley de Radicatoria fue aprobada y se rechazó el
proyecto. Antes, en la quincuagésima séptima sesión del 14 de noviembre de 1898, la
brigada parlamentaria de La Paz abrazó públicamente la causa federativa y nuevamente
propuso la estructura de gobierno federal, en la que cada uno de los departamentos de
Bolivia debería tener su propio gobierno y manejar sus recursos económicos.
De todas formas, el 19 de noviembre de 1898 la “Ley de Radicatoria” fue lanzada con un
texto que rezaba así en sus partes importantes: El Poder Ejecutivo residirá
permanentemente en la Capital de la República, salvo los casos determinados por la
Constitución Política del Estado.
Fin de la guerra
La noticia de la derrota y la huida del Presidente Alonzo a Chile obligaron a las fuerzas
chuquisaqueñas a pedir se detenga esta fratricida contienda.
Consolidada la revolución, y reconocida por el pueblo boliviano, se procedió a nombrar
nuevas autoridades liberales. Ya asentado el gobierno en La Paz, fue el propio general
José Manuel Pando quien se encargó de disipar la propuesta paceña del traslado de la
capital y el proyecto de federalización de la república. No obstante, la sede de gobierno fue
trasladada a la ciudad de La Paz y los liberales resultaron victoriosos.
Bibliografía
Roberto Querejazu C. “La mal llamada Guerra Federal”.
Julio César Velásquez A. “Acerca de la capitalidad de la República de Bolivia”.
Alberto Rodríguez F. Documentos para la Historia de la Guerra Civil 1898-1899.
Carlos Ponce S. y Ana M. Montaño D. “La Revolución Federal de 1898-1899”.
Joaquín Loayza:. “Agua del Ministerio Número Cuatro”. Biblioteca de la Casa de la
Libertad.
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.
Historia de Bolivia,5º edición, editorial Gisbert.