Las Verdades Robadas
Las Verdades Robadas
Las Verdades Robadas
INDICE
Presentación
IV. La verdad robada sobre la religión. La religión es algo intrínseco a todo ser
humano
1. Los pasos de una demostración “católica”
a) Primera etapa: el espiritualismo
b) Segunda etapa: el cristianismo
c) Tercera etapa: el catolicismo
2. La universalidad del hecho religioso
3. Algunos intentos de explicación
4. ¿Por qué es necesaria la religión?
4
VI. La verdad robada sobre la vida humana. Cuándo comienza a ser humano
un ser humano
1. La naturaleza biológica del embrión
a) El embrión y su origen
b) Desde la implantación hasta la gastrulación
c) De la formación del sistema nervioso central a la organogénesis
2. Algunas consideraciones
a) La naturaleza del embrión
b) El momento de la animación
VII. La verdad robada sobre la ley natural. Hay una ley natural y esta ¡nos
hace libres!
1. ¿Qué es eso de una ley natural?
a) Existe una ley llamada “natural”
b) ¿Cuál es el contenido de esa ley (es decir, qué es lo que manda)?
c) ¿Cómo es esa ley natural?
2. Nuestra idea equivocada de los mandamientos
3. Los mandamientos y nuestra madurez
Conclusión: el prestidigitador
Vocabulario
6
PRESENTACIÓN
todo ideal religioso, espiritual y filosófico de las mentes de los jóvenes que
inocentemente (o sin tanta inocencia) caen en las manos de profesionales
deformadores. Desde hace varias décadas el mismo fenómeno se puede
constatar en la enseñanza media.
De este modo muchas de las convicciones, o la visión serena que el
sentido común o la tradición familiar o una rudimentaria formación
religiosa han dado a muchos de los jóvenes católicos de nuestro tiempo,
caen desmenuzadas ante los sofismas demoledores de falsos argumentos
científicos, pruebas indemostradas (y a veces indemostrables), datos
sobredimensionados, etc., que ponen en tela de juicio las verdades
fundamentales sobre las que se basa la ley natural, el conocimiento vulgar
de la verdad y la misma fe. Todo presentado con los adornos del falso halo
de la ciencia de nuestro tiempo, con el único resultado de que los jóvenes
que entraron con algunas sólidas convicciones –si alguna llevaron–
terminan con las verdades robadas; esta es la razón de nuestro título. Salen,
pues, médicos materialistas, psicólogos positivistas, abogados rapaces,
economistas sin escrúpulos, o simplemente profesionales incultos, sin
valores morales, sin más intereses que los económicos..., en definitiva,
pobres mercaderes.
El resultado es una legión de pseudo escépticos y pseudo ateos 1. Y digo
pseudo (=falso) porque muchos no son tales. Puede sucederles como a
aquellos jóvenes universitarios franceses que subieron a un tren en que
viajaba un sacerdote (estoy hablando de algo ocurrido varios lustros atrás);
al verlo, comenzaron a burlarse de la fe, de la Iglesia y de Dios; cuando el
sacerdote pudo entablar conversación con ellos les preguntó en qué creían:
“¿Nosotros? Algunos somos ateos –respondió uno de ellos– y otros
escépticos”. “¡Qué interesante!” –acotó el sacerdote, y comenzó a
preguntarles: “¿Cuál es la obra de Aristóteles que más les ha gustado?”;
“No he leído ninguna”, respondió el interpelado. “¿Y Platón?”; “Tampoco;
bueno, unas páginas estaban en uno de los apuntes de la facultad”. “¿Y no
han leído las obras de San Agustín, ni de Santo Tomás, ni los discursos de
Lacordaire, ni los documentos de los Papas...”, y fue enumerándoles los
principales autores que de una u otra manera habían tocado el tema de Dios
1
Uno de los no menores dramas de nuestra época es la incapacidad de entender el
sentido de términos comunes. Teniendo en cuenta las numerosas consultas que he recibido
preguntando qué es un escéptico, un ateo, un agnóstico, etc., he añadido al final del libro un
vocabulario que podrá ayudarte con algunos términos.
8
2
El Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan (Mt 11,12).
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 9
Para el relativismo cada uno tiene su verdad, cada uno alcanza las
cosas con una visión propia y personal basada en sus gustos, su educación o
sus intereses. No solamente se hace difícil, para quienes así piensan, lograr
comprender adecuadamente lo que piensan los demás sino que es imposible
lograr un acuerdo, puesto que no habría propiamente hablando una verdad
objetiva válida y obligatoria para todos. Así se empiezan a demoler los
principios religiosos, los criterios morales por los que nos regimos, y la
víctima de este aplastante ataque se sumerge en una auténtica “depresión
intelectual”.
3
Pontificios de la Cultura y para el Diálogo Interreligioso, informe Jesucristo, portador
del agua viva. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era, 1.3.; cf. 2.3.1.
4
Cf. J. Barrio Gutiérrez, Relativismo; I. Filosofía, Gran Enciclopedia Rialp, Madrid,
1991.
5
Platón, Cratilo, 3850.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 13
6
Cf. J. Barrio Gutiérrez, Relativismo; I. Filosofía, Gran Enciclopedia Rialp, Madrid,
1991.
7
Cf. J. Barrio Gutiérrez, Relativismo; I. Filosofía, Gran Enciclopedia Rialp, Madrid,
1991.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 15
10
Entre otros lugares lo enseña en la Suma Teológica, I, 2, 1 ad 3.
18
Para que entendamos los alcances de este tema dejemos sentado lo que
enseña la Iglesia sobre Dios. La enseñanza sobre Dios que nos da la Iglesia
es una enseñanza teológica, es decir, está compuesta por verdades sobre
Dios que la Iglesia sostiene como reveladas (ya sea porque están contenidas
en la Sagrada Escritura, o bien reveladas en la tradición y han sido definidas
como tales por el magisterio de la Iglesia), y contiene también verdades a
las que nuestra inteligencia puede acceder a partir de sus fuerzas naturales.
Conocemos de Dios no sólo su existencia sino sus atributos o cualidades, su
esencia íntima (es un solo Dios en tres Personas distintas, es decir es
Trinidad), conocemos su plan de salvación sobre los hombres (revelado en
la Sagrada Escritura, particularmente en el Nuevo Testamento).
Este argumento puede exponerse del siguiente modo: nos consta que
todo ser humano tiene un deseo natural e innato de alcanzar la felicidad
plena; también nos consta que ese deseo no puede ser inútil o ineficaz; y
nos consta que no podemos alcanzar la felicidad sino en un Bien infinito,
que no puede ser otro que Dios.
1º Nos consta con toda certeza que el corazón humano apetece la plena
y perfecta felicidad con un deseo natural e innato.
Esta proposición es evidente para cualquier espíritu reflexivo. Consta,
efectivamente, que todos los hombres del mundo aspiran a ser felices en el
grado máximo posible. Nadie que esté en su sano juicio puede poner coto o
limitación alguna a la felicidad que quisiera alcanzar: cuanta más, mejor. La
ausencia de un mínimum indispensable de felicidad puede arrojarnos en
brazos de la desesperación; pero no podrá arrancarnos, sino que nos
aumentará todavía más el deseo de la felicidad. El mismo suicida –decía
Pascal– busca su propia felicidad al ahorcarse, ya que cree –aunque con
tremenda equivocación– que encontrará en la muerte el fin de sus dolores y
amarguras. Es, pues, un hecho indiscutible que todos los hombres aspiran a
la máxima felicidad posible con un deseo fuerte, natural, espontáneo,
13
En una reunión bastante numerosa, un incrédulo se expresó en contra de la existencia
de Dios; y viendo que todo el mundo guardaba silencio, añadió: “Jamás hubiera creído ser el
único que no cree en Dios, entre tantas personas inteligentes”. A lo cual replicó la dueña de
la casa: “Se equivoca, señor; no es usted el único: mis caballos, mi perro y mi gato
comparten con usted ese honor; sólo que ellos tienen el talento de no gloriarse”.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 29
14
Para este punto utilizaré la exposición del P. Antonio Royo Marín, en su Dios y su
obra, BAC, Madrid 1963, pp. 11-31. Sólo resumiré algunos párrafos, saltearé otros y añadiré
algunos datos tomados de otros libros o más actualizados. No pongo entrecomillado el texto
por su longitud, pero aclaro que casi todo cuanto sigue pertenece al docto dominico español.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 31
15
Santo Tomás, Suma Teológica, I, 2, 3.
32
17
Hillaire, La religión demostrada, Barcelona, 1955, pp. 6-7.
34
movimiento a todos los demás seres que se mueven. Este Primer Motor
inmóvil, infinitamente perfecto, recibe el nombre adorable de Dios.
18
Santo Tomás, Suma Teológica, I, 2, 3.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 35
Ahora bien: este Primer Viviente reúne, entre otras muchas, las
siguientes características:
Hay que concluir forzosamente que el Primer Viviente que reúne estas
características tiene un nombre adorable: es, sencillamente, Dios.
Esto mismo Hillaire lo expone diciendo: “Las ciencias físicas y
naturales nos enseñan que hubo un tiempo en que no existía ningún ser
viviente sobre la tierra. ¿De dónde, pues, ha salido la vida que ahora existe
en ella: la vida de las plantas, la vida de los animales, la vida del hombre?
La razón nos dice que ni siquiera la vida vegetativa de una planta y
menos la vida sensitiva de los animales, y muchísimo menos la vida
intelectiva del hombre, han podido brotar de la materia, ¿Por qué? Porque
nadie da lo que no tiene; y como la materia carece de vida, no puede darla.
Los ateos se encuentran acorralados por este dilema: o bien la vida ha
nacido espontáneamente sobre el mundo, fruto de la materia por
generación espontánea; o bien hay que admitir una causa distinta del
mundo, que fecunda la materia y hace brotar la vida. Ahora bien: después de
los experimentos concluyentes de Pasteur, ya no hay sabios verdaderos que
se atrevan a defender la hipótesis de la generación espontánea; la verdadera
ciencia establece que nunca un ser viviente nace sin germen vital, semilla,
huevo o renuevo, proveniente de otro ser viviente de la misma especie.
Pero ¿cuál es el origen del primer ser viviente de cada especie?
Remontaos todo lo que queráis de generación en generación: siempre habrá
que llegar a un primer creador, que es Dios, causa primera de todas las
cosas. Es el viejo argumento del huevo y la gallina; mas no por ser viejo
deja de ser molesto para los ateos”19.
19
Hillaire, op.cit., pp. 8-9.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 37
validez del “principio de causalidad” (que dice que no hay efecto sin causa),
como por ejemplo William James –muy alabado nuevamente en nuestros
tiempos– quien afirmaba en una de sus principales obras que “la causalidad
es demasiado oscura como principio para llevar el peso de toda la estructura
de la teología”20. Esto, que no solo lo afirma James, se escribe pronto sobre
un papel y es fácil hacerlo creer a los demás desde una cátedra universitaria
cuando los demás en lugar de espíritu crítico nos tienen respeto
admirativo... pero no es posible vivirlo. Es probable que el mismo James,
agarrándose el estómago en medio de algún retorcijón haya pensado para
sus adentros: “deben ser los duraznos verdes que comí ayer”, o “esto me
pasa por glotón”; o simplemente habrá impedido que alguno de sus hijos
meta los dedos en el enchufe o curiosee de cerca a los leones del zoológico
de New York... llevado por su convicción vital de que hay una relación de
causa y efecto –principio de causalidad– entre estos acontecimientos, lo
cual aunque lo niegue intelectualmente le resulta evidente vitalmente. Esto
muestra que los filósofos necios cuando pasean en pijama por sus casas
suelen guiarse por el sentido común, el cual abandonan junto con sus
pijamas cuando salen para dar clase. El día que dejan de hacerlo terminan
durmiendo en un caño, como Diógenes, o en el manicomio como Nietszche.
Vamos a ver esto mismo desde otro punto de vista distinto.
20
William James, Variaciones de la experiencia filosófica; citado por Fulton Sheen,
Religión sin Dios (ver bibliografía) p. 25.
38
un ser necesario es aquel que existe y no puede dejar de existir; o
también, aquel que, teniendo la existencia de sí y por sí mismo, ha
existido siempre y no dejará jamás de existir.
21
Santo Tomás, Suma Teológica, I, 2, 3.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 39
La expone Santo Tomás: “La quinta vía se toma del gobierno del
mundo. Vemos, en efecto, que cosas que carecen de conocimiento, como los
cuerpos naturales, obran por un fin, lo que se comprueba observando que
siempre, o la mayor parte de las veces, obran de la misma manera para
conseguir lo que más les conviene; de donde se deduce que no van a su fin
por casualidad o al acaso, sino obrando intencionadamente. Ahora bien: es
evidente que lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige
alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dispara la
flecha hacia el blanco. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las
cosas naturales a su fin, y a éste llamamos Dios” 25.
24
Este argumento se puede ampliar para quien lo desee con la lectura de obras como las
de Fabro citadas en la bibliografía.
25
Santo Tomás, Suma Teológica, I, 2, 3.
26
Obra realmente valiosa: P. Ricardo Viejo-Felíu, SJ, El Creador y su creación, Ponce,
Puerto Rico, 1952; también se puede ver la obra de P. Jesús Simón, SJ, A Dios por la
ciencia, Lumen Barcelona (hay edición más actual de Ed. Sol de Fátima, Madrid).
42
“Mira el cielo. ¿Puedes contar las estrellas? El Atlas del cosmos, que
ya se ha empezado a publicar, constará de veinte volúmenes, donde
figurarán unos quinientos millones de estrellas. El numero total de las
estrellas del Universo se calcula en unos 200.000 trillones de estrellas: un
numero de veinticuatro cifras!. El Sol tiene diez planetas: Mercurio, Venus,
la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Los nueve
conocidos, y el décimo que se acaba de descubrir: el Planeta X. Fue
localizado por la sonda Pioneer en 1987, pero hacía veinte años que
conocíamos su existencia. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene cien mil
millones de soles28. Y galaxias como la nuestra se conocen cien mil
millones. La Nebulosa de Andrómeda consta de doscientos mil millones de
estrellas. Pues, si unos hoyos en la arena no se pueden haber hecho solos,
¿se habrán hecho solos los millones y millones de estrellas que hay en el
cielo? Alguien ha hecho las estrellas. A ese Ser, Causa Primera de todo el
Universo, llamamos Dios.
La Luna, está a 384.000 Km de la Tierra. El Sol a 150.000.000 Km.
Plutón a 6.000.000.000 de Km. Fuera del sistema solar, Sirio a ocho años
luz, Arturo a treinta y seis años luz. La luz, a 300.000 Km. por segundo,
recorre en un año una distancia igual a 200 millones de vueltas a la Tierra.
En kilómetros son unos diez billones de kilómetros29. Para caer en la cuenta
de lo que es un billón, pensemos que un billón de segundos son casi treinta
y dos mil años. La velocidad de la Luz, según las leyes de la Física, no
puede superarse. La velocidad de la luz es tope, como demostró
matemáticamente Einstein; pues según la ecuación e=mc 2 a esa velocidad la
masa se haría infinita30. Y fuera de nuestra galaxia, la nebulosa de
Adrómeda, que es la más cercana a nuestra galaxia de la Vía Láctea, está a
27
Cito casi textualmente, suprimiendo sólo algunos párrafos y modificando ligeramente
otros. El texto del P. Loring, Para salvarte, Edapor, Madrid 1998 (51ª edición), nn. 1-9, tiene
muchas notas a pie de página fundamentando cada afirmación; por razón de espacio sólo
transcribiré algunas citas que considero fundamentales. El resto puede verse en su obra.
28
Manuel Carreira, S.I., Profesor de Física y Astronomía en la Universidad de Cleveland
(EE.UU.); Antropocentrismo científico y religioso, Ed. A.D.U.E. Madrid, 1983
29
Manuel Carreira, S.I., El creyente ante la Ciencia, II, 3, Cuadernos BAC, n. 57.
Madrid 1982.
30
Stephen W. Hawking, Historia del tiempo, II. Ed. Crítica, Barcelona, 1988
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 43
31
Stephen W. Hawking, Los tres primeros minutos del Universo, II. Alianza Editorial,
Madrid.
32
Fred Hoyle, El Universo inteligente, pg. 169. Ed. Grijalbo, 1984.
44
serán, a qué hora, a qué minuto, a qué segundo, cuánto durarán, qué parte
del Sol o de la Luna se ocultará, desde qué punto de la Tierra será visible,
etc. El 30 de junio de 1973, España entera estuvo pendiente del eclipse
parcial de Sol del cual la prensa venía hablando varios días. El 2 de octubre
de 1959, fue visible desde la islas Canarias, un eclipse total de Sol, a las 12
del mediodía, tal como se había previsto desde mucho antes. Por eso se
instaló en la Punta de Jandía en Fuerteventura un puesto de observación en
el que se reunieron científicos del mundo entero. El anterior eclipse de Sol
contemplado desde Canarias, fue el 30 de agosto de 1905, y se sabe que
habrá que esperar hasta pasado el siglo XXII para ver otro eclipse total de
Sol dentro de nuestras fronteras [Loring se refiere a España]. El año 2005
podremos observar un eclipse anular desde Cádiz. El cometa Halley
(llamado así en honor del astrónomo Edmundo Halley, contemporáneo y
amigo de Isaac Newton) que como se había previsto el siglo pasado, pasó
junto a nosotros en el año 1910, volvió a pasar cerca de la Tierra (a 486
millones de kilómetros) en marzo de 1986 según se había anunciado. Todos
los periódicos del mundo hablaron de él. Halley (1646-1742) que observó el
cometa en 1662 calculó su órbita y predijo que aparecería de nuevo cada
setenta y seis años, y así ha sucedido. Volverá a verse el año 2062. Cuando
pasó junto a la Tierra en 1986 fue fotografiado por la sonda europea Giotto,
que se acercó al núcleo del cometa a una distancia de 500 kilómetros. La
longitud de la cola del cometa Halley es de cincuenta millones de
kilómetros y está formada por gases enrarecidos (...) El núcleo del cometa
está formado por gases sólidos a 100 grados centígrados bajo cero. Sus
dimensiones son de 7'50 por 8'50 por 18 kilómetros. Aunque los chinos ya
lo conocían mil años antes de Cristo y ha dado miles de vueltas alrededor
del Sol, terminará por desaparecer, pues cada vez que se acerca al Sol
pierde peso al volatilizarse por el calor parte de los gases sólidos del núcleo.
La cola del cometa no va hacia atrás, como la estela de un avión de
reacción, sino que arrastrada por el viento solar se desplaza en el sentido
opuesto al Sol, como el humo de una locomotora en marcha, que se
desplaza lateralmente si hace un viento fuerte.
La precisión del movimiento de los astros sería imposible conocerlo si
el orden del movimiento de los astros no fuera calculable matemáticamente.
Por eso James Jeans, ilustre matemático y Presidente de la Real Sociedad
Astronómica de Inglaterra y Profesor de la Universidad de Oxford, uno de
los más grandes astrónomos contemporáneos, en su libro Los misterios del
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 45
Universo afirma que el Creador del Universo tuvo que ser un gran
matemático33. Y Einstein dijo que la Naturaleza es la realización de las ideas
matemáticas de Dios34. Paul Dirac, Catedrático de Física Teórica de la
Universidad de Cambridge y uno de los científicos más sobresalientes de
nuestra generación, dijo en la revista Scientific America: ‘Dios es un
matemático de alto nivel’35.
Todo este orden maravilloso requiere una gran inteligencia que lo
dirija. ¿Qué pasaría en una plaza de mucho tránsito si los conductores
quedaran repentinamente paralizados y los vehículos, sin inteligencia,
abandonados a su propio impulso? En un momento tendríamos una
horrenda catástrofe.
Cuanto más complicado y perfecto sea el orden, mayor debe ser la
inteligencia ordenadora. Construir un reloj supone más inteligencia que
construir una carretilla. Si un día naufragas en alta mar, y agarrado a un
madero llegas a una isla desierta, aunque allí no encuentres rastro de
hombre, ni un zapato del hombre, ni un trapo de hombre, ni una lata de
sardinas vacía, nada; pero si paseando por la isla desierta encuentras una
cabaña, inmediatamente comprendes que en aquella isla, antes que tú,
estuvo un hombre. Comprendes que aquella cabaña es fruto de la
inteligencia de un hombre. Comprendes que aquella cabaña no se ha
formado al amontonarse los palos caídos de un árbol. Comprendes que
aquellas estacas clavadas en el suelo, aquellos palos en forma de techo y
aquella puerta giratoria son fruto de la inteligencia de un hombre. Pues si
unos palos en forma de cabaña requieren la inteligencia de un hombre, ¿no
hará falta una inteligencia para ordenar los millones y millones de estrellas
que se mueven en el cielo con precisión matemática? Isaac Newton (1642-
1727) y Johann Kepler (1571-1630) formularon matemáticamente las leyes
que rigen el movimiento de las estrellas del Universo; pero Newton y
Kepler no hicieron esas leyes, porque las estrellas se movían según esas
leyes muchísimos años antes de que nacieran Newton y Kepler. Por tanto
hay algún autor de esas leyes que rigen el movimiento matemático de las
estrellas. Por eso el cosmonauta Borman dijo desde la Luna: ‘nosotros
hemos llegado hasta aquí gracias a unas leyes que no han sido hechas por el
hombre’. Y Newton: ‘El conjunto del Universo no podía nacer sin el
33
James Jeans, Los misterios del universo, pg.175.
34
Desiderio Papp,Einstein, 3º, XIII, 7. Ed. Espasa Calpe. Madrid, 1979.
35
Revista INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, V, 1.963, pg.53.
46
proyecto de un Ser inteligente’ 36. ‘Me basta –ha dicho Albert Einstein–
reflexionar sobre la maravillosa estructura del Universo, y tratar
humildemente de penetrar siquiera una parte infinitesimal de la sabiduría
que se manifiesta en la Naturaleza’ 37. Dijo también: ‘Dios no juega a los
dados’38. La inteligencia que ordena las estrellas en el cielo y dirige con
tanta perfección la máquina del Universo es la inteligencia de Dios. Por eso
dice la Biblia: Los cielos cantan la gloria de Dios (Sal 19,2). Las criaturas
son dedos que me señalan a Dios. Pero hay gente que se queda mirando el
dedo y no ve más allá”.
Pero lo curioso fue que los sabios, al hacer por primera vez el cálculo, se
equivocaron; y la abeja, sin cálculo, sin estudio, no se equivocaba. ¡Y era
allá por los años en que aún no habían nacido Reaumur, Leibnitz ni Pi-
tágoras! El descubrimiento fue así. Reaumur, el famoso físico introductor
de la escala termométrica que lleva su nombre, sospechando lo que en
efecto sucedía, propuso a sus compañeros el siguiente problema: ¿Qué
ángulos hay que dar a los rombos de la base de una celdilla, de sección
hexagonal, para que, siendo la superficie mínima, la capacidad sea máxima?
König aplicó la teoría de máximos y mínimos del cálculo infinitesimal y
halló, para el ángulo agudo de rombo, una amplitud de 70º 34’; natural-
mente el ángulo obtuso tenía que ser complementario de aquél. Medido el
rombo de las celdillas de las abejas, encontraron constantes sus ángulos, y
el agudo era de 70º 32’. ¡Aparentemente el animalito se equivocaba en la
insignificante cifra de dos minutos de grado! Pero al poco tiempo naufragó
un barco en el litoral francés; el accidente se debió a un error en la
apreciación de la longitud. Piden responsabilidades al capitán, que
tranquilamente presenta sus cálculos, los cuales estaban bien hechos. Todos
estaban desorientados. La causa había que buscarla en otra parte. Repasadas
y estudiadas las operaciones, encontraron una errata en la tabla de
logaritmos, que marcó su impronta en el cálculo de la longitud. Corregido
dicho error, König volvió sobre el problema propuesto por Reaumur, que
dio para el ángulo agudo del rombo de la base 70º 32’. Se equivocaron los
sabios matemáticos, pero la abeja no se equivocó ni se equivoca y construye
una celdilla tal, que con el menor gasto de cera admite la ma yor cantidad de
miel.
41
Se pueden ver las dos excelentes recopilaciones Fe y científicos del siglo XX y
Científicos del pasado creen en Dios, en: www.arvo.net; sección Ciencia y Fe.
42
Citado por Fulton Sheen, como se indicó en cita anterior.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 49
orden magnífico que gobierna el universo sin mirar ante sí y en todas las
cosas al Creador mismo, fuente de todo bien”.
Galileo Galilei, astrónomo y físico italiano (1564-1642) a quien
muchos científicos, incluso ateos, consideran uno de los símbolos del
“hombre de ciencia”, murió profesando su fe en Dios y en la Iglesia
católica, apostólica y romana.
Kepler, astrónomo alemán (1571-1630), que formuló las leyes que
llevan su nombre, a pesar de haber llevado una vida muy desgraciada,
escribe: “Te doy gracias, Dios Creador, porque me has concedido la
felicidad de estudiar lo que Tú has hecho, y me regocijo de ocuparme de tus
obras. Me ha cabido el honor de mostrar a los hombres la gloria de tu
Creación, o, por lo menos, de aquella parte de tu infinito reino que ha sido
accesible a mis escasas luces”; y también: “Día vendrá en el que podremos
leer a Dios en la Naturaleza como lo leemos en las Sagradas Escrituras”;
“Ahora yo he terminado la obra de mi profesión, habiendo empleado todas
las fuerzas del talento que tú me has dado; he manifestado la gloria de tus
obras a los hombres que lean estas demostraciones, por lo menos en la
medida en que la estrechez de mi inteligencia ha podido captar su infinitud;
mi espíritu ha estado atento a filosofar correctamente”.
Isaac Newton, físico, astrónomo y matemático inglés (1642-1727),
considerado por muchos científicos como el más grande de todos los
tiempos, en cuanto inteligencia e ingenio, no tuvo reparo en dejar escrito:
“El orden admirable del sol, de los planetas y cometas tiene que ser obra de
un Ser Todopoderoso e inteligente...; y si cada estrella fija es el centro de un
sistema semejante al nuestro, es cierto que, llevando todos el sello del
mismo plan, todos deben estar sumisos a un solo y mismo Ser... Este Ser
infinito lo gobierna todo no como el alma del mundo, sino como Señor de
todas las cosas. Dios es el Ser Supremo, Infinito, Eterno, absolutamente
Perpetuo”.
El médico y naturalista sueco Karl von Linneo (1707-1778),
considerado como fundador de la Botánica y uno de los más grandes
botánicos de todos los tiempos, que escribió más de 15 relevantes obras,
tuvo firmes convicciones religiosas, como lo demuestran estas sabias
palabras de su obra Systema Naturae: “Salía yo de un sueño cuando Dios
pasó de lado, cerca de mí: le vi y me llené de asombro... He rastreado las
huellas de Dios en las criaturas y, en todas, aun en las más ínfimas y más
50
Y termino con este texto del científico italiano Enrico Medi: “Cuando
digo a un joven: mira, allí hay una estrella nueva, una galaxia, una estrella
de neutrones, a cien millones de años luz de lejanía. Y, sin embargo, los
protones, los electrones, los neutrones, los mesones que hay allí son
idénticos a los que están en este micrófono (...). La identidad excluye la
probabilidad. Lo que es idéntico no es probable (...). Por tanto, hay una
causa, fuera del espacio, fuera del tiempo, dueña del ser, que ha dado al ser,
ser así. Y esto es Dios (...). El ser, hablo científicamente, que ha dado a las
cosas la causa de ser idénticas a mil millones de años-luz de distancia,
existe. Y partículas idénticas en el universo tenemos 10 elevadas a la 85a
potencia... ¿Queremos entonces acoger el canto de las galaxias? Si yo fuera
Francisco de Asís proclamaría: ¡Oh galaxias de los cielos inmensos, alabad
a mi Dios porque es omnipotente y bueno! ¡Oh átomos, protones,
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 53
electrones! ¡Oh canto de los pájaros, rumor de las hojas, silbar del viento,
cantad, a través de las manos del hombre y como plegaria, el himno que
llega hasta Dios!”.
* * *
Por todo esto podemos decir que la verdad sobre la existencia de Dios
es un conocimiento tan claro que la Sagrada Escritura trata muy duramente
a los sabios paganos que no supieron remontarse al Creador a través de la
belleza y potencia de sus obras:
–Reinhard Löw, Le nuove prove hce Dio esiste (Las nuevas pruebas de
que Dios existe), Piemme, Casale Monferrato 1996 (el autor ha sido
Director del Instituto de investigación en filosofía, de Hannover;
especialista en la relación entre ciencias naturales y filosofía; esta es
una puesta al día, desde la visión del científico, de las pruebas
54
tradicionales, y de lo que el autor llama “las nuevas pruebas”
científicas).
–Hillaire, La religión demostrada, Barcelona 1955.
–Cornelio Fabro, Le prove dell’esistenza di Dio, Ed. La Scuola, Brescia
1990 (excelente estudio con el análisis de las pruebas de la existencia
de Dios en los principales filósofos de la historia).
–––––––––––––, Dios. Introducción al problema teológico, Rialp, Madrid
1961.
–––––––––––––, Drama del hombre y misterio de Dios, Rialp Madrid
1974.
–R. Garrigou-Lagrange, Dios. Su existencia. Su naturaleza (dos
volúmenes), Palabra, Madrid 1980.
–Víktor Frankl, La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona 1985.
–Fulton Sheen, Religión sin Dios, Latinamericana, México DF s/f.
–Antonio Royo Marín, Dios y su obra, BAC, Madrid 1963.
–Jesús Simón, SJ, A Dios por la ciencia, Barcelona 1947.
–Ricardo Viejo-Felíu, SJ, El Creador y su creación, Ponce, Puerto Rico,
1952.
–Jorge Loring, Para salvarte, Edapor, Madrid 1998 (51ª edición).
–Manuel Carreira, S.I., El creyente ante la Ciencia, Cuadernos BAC, n.
57. Madrid 1982.
–Max Picard, La huida de Dios, Guadarrama, Madrid 1962.
–Nello Venturini, I filosofi e Dio. Dizionario storico-critico, Marna,
Barzago 2003.
––––––––––––––, La ricerca dell’Assoluto: Dio, c’è? Chi è?, Coletti
1998.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 55
56
Dije que hasta aquí podían seguirnos todos los pensadores más o
menos sensatos (pues hay muchos que no lo son, aunque se precien de ello).
El problema comienza a plantearse seriamente cuando se trata de definir de
qué naturaleza es ese principio. ¿Es algo puramente físico, corporal? ¿es
algo vegetativo? ¿o es algo espiritual?
enviadas a ellos como los prisioneros a una cárcel 43, pero también defendió
la inmortalidad del alma; Aristóteles, en cambio, sostuvo que el alma es la
forma substancial del cuerpo, por tanto, la unidad substancial del mismo.
Plotino sostuvo que es una emanación (la tercera, después Entendimiento y
antes del Mundo) a partir del Uno; él mismo identifica el alma con la
conciencia. Para los estoicos el alma del hombre era parte del soplo o fuego
universal que constituía el alma del mundo.
Sin embargo hay que esperar a Guillermo de Occam (1280-1349) para
que, por primera vez, se ponga en duda la realidad misma del alma y se diga
que es imposible demostrar su existencia y, mucho menos, su inmortalidad.
Para Occam esto forma parte solamente del terreno de la fe, pero no del
conocimiento racional. Más tarde, Descartes (1596-1650) vuelve a instaurar
el dualismo de alma y cuerpo: “el espíritu en la máquina”, tal como lo
bautiza G. Ryle. Este dualismo se radicaliza y Descartes habla de la
sustancia que es pensamiento y la sustancia que es extensión. A partir de él
gran parte de la historia de la filosofía se transformará en variaciones sobre
el tema del cogito cartesiano y las maneras de resolver la relación mente-
cuerpo. Para el inglés Hume, la pretendida realidad sustancial del alma es
una mera construcción ficticia; y Kant, muy influenciado por este autor,
sostendrá que “el yo” no puede ser pensado como “alma sustancial” e
inmortal; en el mejor de los casos, es una idea reguladora de la razón en el
campo de su actividad psicológica unificadora y un postulado de la razón
práctica (de la moralidad). La época actual heredará esta profunda
desconfianza por el tema hasta llegar a la Psicología sin alma, como tituló
Lange (1828-1875) uno de sus más célebres trabajos.
a) El alma es simple
43
Platón, en: R. Verneaux, Textos de los grandes filósofos. Edad antigua, Herder,
Barcelona 1982, p.46-48.
62
b) El alma es espiritual
comprobarlo por sus actos, como se prueba la existencia de Dios por sus
obras. Es un principio evidente que las operaciones de un ser son siempre
conformes a su naturaleza: se conoce al operario por sus obras. Ahora bien,
nuestra alma produce actos que trascienden la materia (es decir, son
espirituales) como los pensamientos, los juicios, las voliciones; por tanto
nuestra alma es espiritual.
Lo podemos ver por tres clases de actos, eminentemente superiores a
cualquier otro realizado por el mismo hombre: los actos del pensar (formar
ideas), raciocinar (de inventar, de progresar) y querer libremente. Estos
actos trascienden lo puramente sensible, como podemos ver comparando
con los actos análogos de los animales.
Por todo esto se puede entender por qué un científico de la talla del
neurólogo británico sir Francis Walshe (1885-1973; miembro del Royal
College of Physicians; pionero en la descripción y análisis de los reflejos
humanos en términos fisiológicos; editor del boletín Brain; estudioso y
conferencista sobre la función de la corteza cerebral en relación con los
movimientos y sobre fisiología neuronal en relación con la conciencia de
pena; presidente de la Asociación de Neurólogos y de la Royal Society of
Medicine, especialista en los problemas filosóficos de la relación mente-
cerebro), diga: “Creo que tenemos que volver al antiguo concepto de alma
espiritual: esa parte integral de la naturaleza del hombre que es algo
inmaterial, incorpóreo, sin la cual no se es persona humana” 46.
vegetativa y sensitiva, las cuales no son las propias del espíritu humano,
aunque dependan de él. Es más bien nuestro cuerpo lo que tiene necesidad
de nuestro espíritu para poder vivir con esos únicos modos o maneras de
vida que en un cuerpo se pueden dar. Es tan clara la trascendencia de lo
espiritual en la actividad humana que no solo se debe hablar del hombre
como un ser compuesto de cuerpo y alma sino que con más propiedad hay
que hablar del alma y su cuerpo47.
50
Crick F. & Koch C., The problem of consciousness, Scientific American (Sept), p. 111,
1992.
51
Por ejemplo, Searle J.,The rediscovery of the mind, MIT Press
(Cambridge/Massachussets) 1992. [El redescubrimiento de la mente,Crítica/ Grijalbo
Mondadori (Barcelona) 1996].
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 69
Por eso es importante saber, como dice Serani Merlo que: “la mayor
parte de los científicos y filósofos que asumen, consciente o
inconscientemente, la tesis materialista, suponen que la fuerza de su verdad
surge de los descubrimientos de la ciencia contemporánea. Ahora bien,
cualquier persona que lleve algunos años revisando la literatura
neurocientífica, será capaz de reconocer que no existe ningún trabajo
experimental, o alguna interpretación de datos experimentales, publicado en
alguna revista científica seria, que permita afirmar de modo claro, riguroso
e inequívoco, que la actividad electroquímica, bioquímica o genético
molecular de la corteza cerebral causa los fenómenos mentales de modo
total, próximo y suficiente, de modo análogo a como los acinos mamarios
52
Crick F. & Koch C., The problem of consciousness, Scientific American (Sept), p. 111,
1992.
70
dicho que “el materialismo carece de base científica, y los científicos que lo
defienden están, en realidad, creyendo en una superstición. Lleva a negar la
libertad y los valores morales, pues la conducta sería el resultado de los
estímulos materiales. Niega el amor, que acaba siendo reducido a instinto
sexual: por eso, Popper ha dicho que Freud ha sido uno de los personajes
que más daño han hecho a la humanidad en el último siglo y tuvo ocasión
de comprobar que el método de Freud no es científico, pues trabajó hace
muchos años en Viena en una clínica donde se aplicaba ese método. El
materialismo, si se lleva a sus consecuencias, niega las experiencias más
importantes de la vida humana: ‘nuestro mundo’ personal sería imposible”.
Y también: “La actividad cerebral nos permite realizar acciones de
modo automático. Pero podemos añadir un nivel de conciencia. Por
ejemplo, cuando camino, ‘quiero’ ir más deprisa o más despacio. Incluso
podemos envolver casi todo en la conciencia: ‘quiero’ andar con aire de
Charlot, pensando cada paso y cada movimiento...” (...) “Monod me llamó
‘animista’; yo me limité a llamarle a él ‘supersticioso’, porque presentaba
su materialismo como si fuera científico, lo cual no es cierto: es una
creencia, y de tipo supersticioso”.
“Los fenómenos del mundo material son causas necesarias pero no
suficientes para las experiencias conscientes y para mi ‘yo’ en cuanto sujeto
de experiencias conscientes. Hay argumentos serios que conducen al
concepto religioso del alma y su creación especial por Dios. Creo que en mi
existencia hay un misterio fundamental que trasciende toda explicación
biológica del desarrollo de mi cuerpo (incluyendo el cerebro) con su
herencia genética y su origen evolutivo; y que si es así, lo mismo he de
creer de cada uno de los otros y de todos los seres humanos” 55.
Tal vez bastaría recordar aquella anécdota que nos recuerda Hillaire:
un positivista se esforzaba en probar que el alma era materia como el
cuerpo y un sabio le contestó: “¡Cuánto ingenio ha gastado, señor, para
probar que usted es una bestia!... Como se trata de un hecho personal le
creemos confiados en su palabra...”
55
Estos textos de Eccles los he tomado de la entrevista realizada por el Dr. Mariano
Artigas, reproducida en su libro: Mariano Artigas, Las Fronteras del evolucionismo (con
prólogo de John Eccles, Palabra, Madrid 1985, pp. 171-177. De J. Eccles se puede ver: The
Wonder of Being Human, New York, The Fee Press, 1984.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 73
d) El alma es inmortal
puede satisfacer nuestros deseos; todos los bienes finitos no pueden llenar el
vacío de nuestro corazón: ciencia, fortuna, honor, satisfacciones de todas
clases, caen en él, como en un abismo sin fondo, que se ensancha sin cesar.
¡Extraña cosa!, los animales, que no tienen idea de una felicidad superior a
los bienes sensibles, se contentan con su suerte. Y los hombres, sólo el
hombre, busca en vano la dicha, cuya imperiosa necesidad lleva en el alma.
Nunca está contento, porque aspira a una bienaventuranza completa y sin
fin. Puesto que no es feliz en este mundo, es necesario que halle la felicidad
en la vida futura. Este raciocinio también vale para nuestras aspiraciones
intelectuales; el hombre tiene sed de verdad y de ciencia; quiere conocerlo
todo; nunca puede llenar su deseo de saber. Ha sido creado, pues, para
hallar en Dios toda verdad y toda ciencia. A la manera que el cuerpo tiende
hacia la tierra, así el alma tiende hacia Dios y hacia la inmortalidad.
que llamamos muerte; pero no va más allá y no llega a demostrar que con la
muerte se extinga la totalidad de su ser. Si el hombre se reduce a pura
materia, podríamos llegar a esa conclusión, pero ya hemos visto que no es
así. La experiencia, por tanto, no nos habla de la “no-inmortalidad” del
hombre, sino de la mortalidad de lo que el hombre tiene de material. Esto
es bueno que lo dejemos sentado, para evitar esas imprecisiones e
invasiones de campo a las que tanto nos acostumbran quienes abordan estos
temas sin rigor científico o filosófico: la experiencia no constata la
extinción total del hombre en la muerte sino la desintegración de su cuerpo;
como experiencia no puede extenderse más que a lo que es directamente
experimentable; lo que es inmaterial no es objeto de experiencia directa; por
tanto, de ello no se puede juzgar a partir de la pura experiencia, y con
mayor razón se puede decir que las ciencias que se precian de
experimentales no tiene autoridad para hablar de estos temas; como un
ciego no puede sentenciar sobre colores, ni un sordo ser jurado en un
concurso de música.
mismo. En ningún caso puede ser la pervivencia del espíritu algo impuesto
por éste, como una necesidad, al ser de Dios” 60. Tampoco entro en este
lugar en otro tema discutido por los teólogos: si la unidad substancial de
cuerpo y alma (que es el modo propio de existir del hombre) no plantea
cierta antinaturalidad del estado de alma separada (como ocurre en la
muerte) y si esto, a su vez, no plantea una especie de necesidad de la
resurrección; no entramos en este tema, puesto que la resurrección del
cuerpo humano es ya un dogma de la fe cristiana, y no nos hemos propuesto
detenernos en los dogmas de fe sino en las cuestiones que, siendo
filosóficas, son puestas en duda o negadas por la falsa ciencia de nuestro
tiempo.
* * *
Los que niegan que los seres humanos tenemos alma merecen, con
toda razón, el nombre de desalmados; y tarde o temprano actúan como
tales. De la negación del alma al desalmamiento (que, como la Real
Academia indica, es el término propio para designar la inhumanidad y la
perversidad) no solo hay un paso sino un paso muy corto. Alonso de
Palencia podría prestarnos el título de su fábula Batalla campal de los
perros y los lobos para intitular como corresponde el mundo creado por los
que niegan el alma.
Un autor sugería que la mejor forma de hacerles comprender a estos
tales que el alma realmente existe es romperles la de ellos; un método
eficaz, aunque como cristianos no podamos recomendarlo.
60
Millán-Puelles, loc.cit.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 79
62
Harvey G.Cox, Fire from Heaven. The Rise of Pentecostal Spirituality and the
Reshaping of Religion in the Twenty-First Century, Addison-Wesley, Reading
(Massachusetts) 1995.
84
realidad de la religión. Hasta aquí llega el intento de este libro que tienes
entre manos. Pero quien quiera demostrar la autenticidad del catolicismo
debería luego transitar dos etapas más, que indico a continuación.
65
Lo puedes ver citado en la bibliografía.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 87
70
Piele, Geschiedenis van den Gods-diens tot aan de heerschappy werelgodsdiensten,
1876; cit. Marín Negueruela, Lecciones de Apologética, n. 16.
71
Rénan, Les apôtres, p. 155. Cit. por Marín Negueruela, Lecciones de Apologética, n.
16
72
Todos estos testimonios se pueden leer en el libro de Marín Negueruela, Lecciones de
Apologética, n. 15-16, pp. 19-21.
92
Esta escuela fue formada a mediados del siglo XIX por A. Kuhn y
sostenía que las figuras de la mitología religiosa no eran sino
personificaciones de los objetos y fenómenos de la naturaleza,
especialmente de los grandes astros. El más famoso representante fue
Federico Max Müller (1823-1900), fundador de la “Historia de las
Religiones”. Éste, abusando del método filológico, ponía el origen de la
mitología en defectos del conocimiento del mundo, en faltas del lenguaje,
en la confusión y exuberancia de palabras. El origen de la religión, se
explicaba, para él, por la influencia de lo infinito sobre la conciencia
humana; el hombre ve hasta cierto límite, y allí se detiene, lo que no abarca
lo llena de estupor y como no tiene lenguaje para nombrarlo y lo identifica
con, y lo llama, Dios, sin precisar si este dios es uno o múltiple. Müller
nunca explicó, sin embargo (y no podía), cómo es posible que en todas
partes y en todos los pueblos, la imprecisión del idioma, la confusión de
palabras, la ignorancia, sea el punto de partida del hecho más universal que
registra la Historia.
Esta escuela mitológica ha tenido muchas variantes: la mitológica
natural (que es la que acabo de mencionar), la mitológica astral, el
panlunarismo, etc.; todas con los mismos defectos.
la humanidad. En todo caso tendrá primero que demostrar esto; pues estos
autores podrán discutir si se puede probar o no una revelación primitiva (o
sea, una revelación divina al comienzo de la humanidad) pero lo que no
pueden es negarla sin demostrarlo, puesto que nada impide que si Dios
existe, se revele al hombre; y si así hubiera sido, tal religiosidad sería más
perfecta por proceder de una revelación directa de Dios, mientras que las
formas posteriores corresponden a una degeneración del sentido religioso; o
sea, destruiría esta hipótesis. La tercera hipótesis es el postulado
determinista, según el cual los diferentes cultos se encadenan sucediéndose
uno del otro, merced a múltiples factores como la cultura, el medio
ambiente, el género de vida, etc.
Es claro que los postulados de los que parte esta explicación son falsos,
y apriorísticos sobre todo por descartar, sin demostración alguna, toda
posible revelación primitiva y cualquier explicación trascendente. De este
modo no sólo se cierran a cualquier explicación sobrenatural, sino también
a cualquier explicación científica, pues no hay nada más anticientífico que
la negación sin pruebas de la Causa Sobrenatural.
Lamentablemente no tenemos espacio aquí para exponer algunas
teorías del hecho religioso que dependen de esta escuela, como son el
animismo (que explica el origen de la religión por la creencia de los pueblos
primitivos en las almas individuales y en los espíritus), el manismo
(hipótesis que afirma que el culto de las almas de los muertos –o manes– es
el origen de la religión), el magismo (fundado por Frázer, quien hace
derivar el hecho religioso de la magia, o comunicación del hombre con un
poder o energía misteriosa que, respondiendo a sus invocaciones y ritos,
satisface sus deseos); el fetichismo (culto al fetiche, es decir, a una
representación en madera, barro, piedra, etc., consagradas a diversos genios
o ídolos; Augusto Comte, fundador del positivismo en el siglo XIX, supuso
que ésta es la primera etapa “religiosa” del hombre); el totemismo, que
afirma que el origen de la religión se deriva del culto dado a los tótemes,
preferentemente animales (el tótem es un objeto material que el pagano
mira con respeto supersticioso creyendo que entre él y cada miembro del
clan a quien representa el tótem hay una relación íntima y especial), etc. 73.
Conclusiones
74
Citado por Marín Negueruela, Lecciones de Apologética, n. 89.
96
75
Pueden verse en Marín Negueruela, Lecciones de Apologética, n. 105.
76
Schmidt, Ursprung und Werden der Religion, p. 57; citado por en Marín Negueruela,
Lecciones de Apologética, n. 105.
77
Le Roy, Les Populations de culture inférieure, en : Christus, pp. 96-97 ; en Marín
Negueruela, Lecciones de Apologética, n. 105.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 97
respeto, de la sumisión y del amor que le deben, así tampoco puede Dios
dispensarnos de practicar la religión.
Dios, sabiduría infinita y justicia suprema, debe necesariamente
prescribir el orden y el orden requiere que los seres inferiores estén
subordinados al Ser supremo, que las criaturas glorifiquen a su Creador,
cada una conforme a su naturaleza. Por tanto, el orden requiere que el
hombre inteligente y libre rinda a Dios:
* *
*
es conocida como teoría del big bang o “gran explosión”. Según esta teoría,
hace unos 15.000 millones de años toda la materia y energía del universo,
concentrada en condiciones de enorme densidad y temperatura,
experimentó una expansión que, seguida de una sucesiva disminución de
temperatura y de concentraciones locales, produjo una radiación que
todavía debería observarse en la actualidad. La detección de esa radiación
fósil en 1964 por Arno Penzias y Robert Wilson produjo la general
aceptación de la teoría. Pero como toda teoría física, contiene aspectos
problemáticos, que muchos han intentado solucionar con otras teorías,
como la “teoría de la inflación” propuesta por Alan Guth, según la cual el
universo, en los primeros momentos de su existencia y durante un lapso de
tiempo muy pequeño, habría experimentado una enorme expansión. En
1992, las observaciones del satélite COBE (“Cosmic Background
Explorer”) sobre la radiación de fondo pusieron de manifiesto la existencia
de fluctuaciones en el universo primitivo, lo cual explicaría la distribución
irregular de la materia, necesaria para que se produjeran las condensaciones
locales que han dado lugar a las estrellas y planetas.
El modelo de la gran explosión tiene mucha aceptación pero plantea
importantes interrogantes, entre otras cosas no menos importante
ignoramos (desde el exclusivo punto de vista de la ciencia) por qué hubo
una gran explosión.
83
Allan C. Wilson y Rebecca L. Cann, “Origen africano reciente de los humanos”,
Invstigación y ciencia, nº 189, junio 1992, pp. 8-13.
84
Alan G. Thorne y Milford H. Wolpoff, “Evolución multirregional de los humanos”,
Investigación y ciencia, nº 189, junio 1992, pp. 14-20.
112
85
J. Morales Marín, Evolución. Filosofía y visión de conjunto, Gran Enciclopedia Rialp,
1991
86
Cf. Oparin, A. Y., El origen de la vida, Losada, Bs.As. 1940.
87
Velasco Suárez, C., Psiquiatría y persona, Educa, Bs.As. 2003, p. 29.
88
Darwin, Charles, Autobiografía, ed. de Nora Barlow, Londres, Collins, 1958; citado
por E. Díaz Araujo, Evolución y evolucionismo, Universidad Autónoma de Guadalajara,
Guadalajara 2000, p. 18.
89
E. Díaz Araujo, op. cit., p. 18.
114
90
Ibid., p. 19.
91
Ibid., p. 17.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 115
f) En síntesis
Como vemos, en todas estas teorías, que son las que maneja la ciencia
actual, existen muchos e importantes interrogantes. La teoría del big bang
parecería bien asentada, pero no puede considerarse como definitivamente
establecida y contiene muchos problemas no resueltos. Existen hipótesis
muy diferentes sobre el origen de la vida. Respecto de la evolución de los
vivientes, aunque suele admitirse que la combinación de variaciones
genéticas y selección natural desempeña un papel importante, se buscan
explicaciones que van más allá de ese esquema. Finalmente, el origen del
hombre sigue envuelto en un mar de dudas y discusiones (incluso entre los
mismos evolucionistas).
A pesar de esto, el hecho de la evolución en sus rasgos generales tiene
muchos elementos sólidos; en cambio no se puede decir lo mismo de las
explicaciones concretas de ese hecho (o, mejor, de los muchos hechos
incluidos en la evolución en su conjunto). Argumentos tomados de diversas
especialidades parecen avalar la existencia de un vasto proceso evolutivo
que ha producido la naturaleza en su estado actual, aunque existen muchos
interrogantes y discrepancias sobre sus aspectos particulares.
Al menos esto nos debe hace reflexionar mucho cuando se nos habla
de la teoría de la evolución como si se estuviese refiriendo a una teoría
concreta y puntual. Muy lejos estamos de ello: distinto es el valor de la
explicación evolutiva del universo, que la del hombre o la de la vida;
muchas y no una son las diversas explicaciones; contradictorias entre sí (y
por tanto, enemistadas y excluyentes) son muchas de estas teorías, al punto
tal que si una tiene razón cae sonoramente la contraria; y cualquiera de estas
teorías (sobre el punto que sea) no explica todos los hechos que ella misma
expone (quedan siempre agujeros negros por los que se escapa la punta del
nudo que cerraría su explicación con una certeza; dicho de otro modo: no
hay teoría que cierre completamente). Aún así, vamos a darle un cierto
valor, al menos referido al hecho de la evolución en general.
2. ¿Qué enseña la Iglesia sobre estos temas y qué dice de estas teorías?
mundo, de la vida y del hombre, conviene dejar bien en claro qué es lo que
propiamente enseña la fe católica92.
La principal fuente de la doctrina católica es la Sagrada Escritura (el
relato de la creación del universo y del hombre está en el libro del Génesis,
aunque no exclusivamente, pues hay otros pasajes que pueden
complementarlo), y en los documentos del Magisterio en los que la Iglesia
ha precisado con su autoridad doctrinal lo que debe creerse con fe sobre
estos temas. Estas son las fuentes, según la fe católica, en que se contiene la
Revelación divina.
En el relato del Génesis (capítulos 1-3) hay muchos elementos que
deben ser correctamente entendidos, pues están escritos con un estilo
peculiar y único, relatándose allí hechos verdaderos pero en un lenguaje
adaptado a la mentalidad de sus primeros destinatarios (por lo tanto en un
sentido histórico que no responde a los cánones de la historia a que estamos
acostumbrados en la actualidad). No se trata ciertamente de fábulas sacadas
de mitologías y cosmogonías de los pueblos antiguos y adaptadas a la
doctrina monoteísta (fe en un solo Dios) por el autor sagrado, expurgando
antes todo error de politeísmo (creencia en varios dioses); no se trata
tampoco de alegorías y símbolos destituidos de todo fundamento objetivo y
real, propuesto bajo forma histórica, para inculcar verdades religiosas y
filosóficas; tampoco se trata de leyendas en parte históricas y en parte
ficticias, compuestas libremente para instrucción y edificación de los
oyentes o lectores.
Pero, por otra parte, tampoco se trata de historia en el sentido que le
dan los historiadores greco-latinos ni los modernos 93. Hay pues, elementos
rigurosamente históricos y elementos que relatan de modo metafórico
hechos históricos. ¿Cuáles son los elementos que deben entenderse con
sentido literal histórico? Señalemos principalmente 94:
92
Sobre esto hay mucha bibliografía; seguiré en grandes líneas un viejo pero valioso
estudio de Nicolás Marín Negueruela, Con la razón y la fe o Problemas apologéticos,
Barcelona 1941, pp. 20 ss.
93
La Encíclica Humani Generis (12 de agosto de 1950) afirma que los once primeros
capítulos del Gn, “aunque propiamente no concuerdan con el método histórico usado por los
eximios historiadores grego-latinos y modernos, no obstante pertenecen al género histórico
en un sentido verdadero, que los exegetas han de investigar y precisar” (Humani Generis, n.
31).
94
Cf. Pontificia Comisión Bíblica, 30 de junio de 1909, DS 3512-3519.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 117
Por tanto, es lícito para la doctrina católica discutir y seguir, cada uno,
la sentencia que más fundada le parezca, en aquellos puntos en los que no
hay definición por parte del magisterio y que ya han sido discutidos por
autores serios (empezando por los mismos padres de la Iglesia y los
doctores de todos los tiempos), siempre y cuando la interpretación no
contradiga o distorsione alguna otra verdad de fe (esto es lo que quiere
decirse en los documentos de la Iglesia cuando se afirma que debe quedar
salvado el juicio de la Iglesia y la analogía de la fe); el documento de la
Comisión bíblica de 1909 indicaba expresamente la libertad de discutir y
ofrecer diversas interpretaciones respecto de: muchas de las palabras y
frases empleadas en este relato (especialmente de aquellas que tienen
claramente un sentido metafórico o antropomórfico); se pueden interpretar
de modo alegórico y profético algunos pasajes (como lo hicieron algunos
Santos Padres); no deben entenderse las afirmaciones como si pretendiesen
ser declaraciones científicas; y en particular se deja libertad para discutir
sobre el significado del término “día” (Yôm, los días de la creación).
(unicidad del género humano) 95. Algunos discuten este último punto,
diciendo que la unicidad de la primera pareja, Adán y Eva, (doctrina
llamada monogenismo) no es una enseñanza de fe; sólo sería de fe que Dios
ha creado al hombre, pero podría haber creado varias parejas humanas
(doctrina denominada poligenismo); otros autores dicen que si no es de fe,
al menos es una verdad próxima a la fe, lo cual quiere decir que sin esta
afirmación no se podrían comprender otras verdades de la fe, y, por tanto,
puede considerarse implicada en otras verdades. En particular las verdades
católicas que pueden quedar más comprometidas si no se acepta el
monogenismo son, ante todo, el dogma del pecado original (un pecado que,
cometido por los primeros padres, se transmite a todo hombre que viene a
este mundo) y, como consecuencia de esto, el dogma de la redención
universal de Cristo (es decir, que Cristo ha redimido a todos los hombres
del pecado original) enseñanza que es ciertamente bíblica, como puede
verse en el pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos (5,12-21), y otros
lugares paralelos96. El Papa Pío XII, en la encíclica Humani generis, se
limitó a decir que “no se ve claro cómo tal sentencia pueda compaginarse
con lo que las fuentes de la verdad revelada y los documentos del
Magisterio de la Iglesia enseñan acerca del pecado original que procede del
pecado verdaderamente cometido por un solo Adán y que, difundiéndose a
todos los hombres por la generación, es propio de cada uno de ellos” 97.
95
Pueden verse todas estas enseñanzas en el Catecismo de la Iglesia católica, nn. 325-
421; allí mismo se encontrarán las referencias a documentos del magisterio anterior.
96
Véase la excelente crítica al respecto que hace E. Díaz Araujo, Evolución y
evolucionismo, Parte V, cap. 6, pp. 419-432.
97
DS 3897.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 119
No está demás recordar, para ver hasta qué punto no hay oposición
entre las teorías del origen del universo (al menos, las que lo conciben
como un universo en expansión) que Georges Lemaître, uno de los
fundadores de la teoría de la gran explosión, fue un sacerdote belga (1894-
1966). El término “big bang” fue acuñado por el astrónomo británico Fred
Hoyle (partidario, por razones filosóficas, de un universo eterno), con
sentido irónico y burlón para ridiculizar las ideas desarrolladas por
Lemaître, pensando que éste pretendía con su teoría justificar
científicamente la creación bíblica del mundo. Sin embargo, las
convicciones científicas de Lemaître, se fundaban no en su fe (siempre supo
evitar toda confusión entre ciencia y creencia), sino en argumentos
matemáticos y físicos de sólida base100.
100
Se puede ver al respecto, Dominique Lambert, El universo de Georges Lemaître, Rev.
Investigación y Ciencia, Abril 2002; publicado también en www.arvo.net; Lambert es doctor
en ciencias físicas y en filosofía por la Universidad Católica de Lovaina, imparte clases de
filosofía e historia de la ciencia en el Instituto Superior de Notre-Dame de la Paix, en Namur.
122
Otro tanto puede decirse respecto del origen del hombre. Ya hemos
indicado que los datos bíblicos sobre el origen del hombre que no pueden
ponerse en duda desde el punto de vista de la fe se pueden reducir a los
siguientes: la creación singular del hombre, la diferencia esencial con todos
los demás seres vivientes (por tanto, la creación de su alma espiritual e
inmortal), yo me inclino a pensar que también la unidad del género humano
pertenece a estos datos de fe (monogenismo; pues, si bien hay teólogos que
dicen que el poligenismo no ofrece dificultades para entender el dogma del
pecado original y de la redención universal hecha por Cristo, sinceramente
no llego a ver esa “ausencia de dificultades”) y los datos referentes al
pecado original.
Respecto de estos datos no hay verdaderas objeciones por parte de una
posible evolución de alguna especie animal hasta llegar al hombre, ni
menos todavía por parte de la existencia de las diversas razas en que se
divide hoy la humanidad.
Comencemos por este último tema. Las diferentes razas humanas han
sido el pretexto para que algunos escritores negasen en algún momento la
unidad de la especie humana (especialmente para defender el poligenismo).
Las principales razas humanas son tres: la blanca o caucásica, la amarilla o
mongólica y la negra o etiópica; tienen ciertamente características diversas
en cuanto a la pigmentación y rasgos físicos (principalmente faciales). En
realidad estas tres son sólo razas principales, pero si se quiere ser preciso
habría que señalar también las numerosas subrazas en que éstas se
subdividen. En realidad, estas diferencias no son diferencias suficientes
para defender el poligenismo, porque: (1º) la coloración de la piel es un
102
Delgado, Mariano, Adán, Eva y El Hombre Prehistórico, Folletos Mc, 604, Palabra.
Toca los temas del Universo en la narración Bíblica, parecidos y diferencias del relato del
Génesis con los mitos de los pueblos vecinos, Adán y Eva y sus hijos, Historia y prehistoria.
Los datos fósiles, Los datos de la biología molecular, etc.
124
individuos de la misma raza, sin embargo, todos los hombres sanos, sea
cualquiera su raza, poseen lenguaje articulado, tienen nociones del bien y
del mal, son por naturaleza religiosos, progresan en todos los órdenes, son
industriosos, etc.
Basta con esto para ver que no es ésta una dificultad para sostener la
unidad del género humano sino todo lo contrario. Dejemos a la discusión de
los más peritos las teorías sobre cómo se fueron diferenciando las razas y
qué factores influyeron en este proceso.
103
Humani generis, n. 29: AAS, 42 (1950), pp. 575-576.
104
Juan Pablo II, Discurso a estudiosos sobre “fe cristiana y teoría de la evolución”, 20
abril 1985: Insegnamenti, VIII, 1 (1985), pp. 1131-1132.
105
Juan Pablo II, Audiencia general, El hombre, imagen de Dios, es un ser espiritual y
corporal, 16 abril 1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986), p. 1041.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 127
106
Juan Pablo II, Mensaje a la Academia Pontificia de Ciencias, 22 octubre 1996, n. 4:
en L’Osservatore Romano, edición en castellano, 25 octubre 1996, p. 5.
107
Ibid.
108
Ibid. n. 5.
128
109
Ibid., n. 6.
110
Artigas, Evolución, fe y teología..., op. cit.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 129
barco pudiese dar a las piezas de madera que pudieran moverse por sí
mismas para producir la forma del barco’111.
La comparación es mucho más actual ahora que en el siglo XIII:
entonces no pasaba de ser una simple comparación, mientras que ahora
podría ser la pura realidad. Contemplada bajo la perspectiva teísta, la
naturaleza no pierde nada de lo que le es propio; al contrario, su dinamismo
y sus potencialidades aparecen asentadas en un fundamento radical, que no
es otro que la acción divina, que explica su existencia y sus notables
propiedades. Toda la naturaleza aparece como el despliegue de la sabiduría
y del poder divino que dirige el curso de los acontecimientos de acuerdo
con sus planes, no sólo respetando la naturaleza, sino dándole el ser y
haciendo posible que posea las características que le son propias. Dios es a
la vez trascendente a la naturaleza, porque es distinto de ella y le da el ser, e
inmanente a la naturaleza, porque su acción se extiende a todo lo que la
naturaleza es, a lo más íntimo de su ser.
Esta perspectiva muestra que las presuntas oposiciones entre evolución
y acción divina carecen de base. El naturalismo pretende desalojar a Dios
del mundo en nombre de la ciencia, pero para ello debe cerrar los ojos a las
dimensiones reales de la empresa científica. Puede hablarse de un
‘naturalismo integral’ que, en la línea de las reflexiones anteriores,
contempla a la ciencia natural juntamente con sus supuestos y sus
implicaciones, cuyo análisis conduce a las puertas de la metafísica y de la
teología.
Muchos científicos de primera línea admiten que la evolución y la
acción divina son compatibles. Por ejemplo, Francisco J. Ayala, uno de los
principales representantes del neodarwinismo en la actualidad, ha escrito
que la creación a partir de la nada ‘es una noción que, por su propia
naturaleza, queda y siempre quedará fuera del ámbito de la ciencia’ y que
‘otras nociones que están fuera del ámbito de la ciencia son la existencia de
Dios y de los espíritus, y cualquier actividad o proceso definido como
estrictamente inmaterial’112. En efecto, para que algo pueda ser estudiado
por las ciencias, debe incluir dimensiones materiales, que puedan someterse
a experimentos controlables: y esto no sucede con el espíritu, ni con Dios,
111
Tomás de Aquino, In octo libros Physicorum Aristotelis Expositio, Marietti, Torino-
Roma 1965, libro 2, capítulo 8: lección 14, n. 268.
112
Francisco J. Ayala. La teoría de la evolución. De Darwin a los últimos avances de la
genética, Ediciones Temas de Hoy, Madrid 1994, p. 147.
130
ni con la acción de Dios. Por otra parte, Ayala recoge la opinión de los
teólogos según los cuales ‘la existencia y la creación divinas son
compatibles con la evolución y otros procesos naturales. La solución reside
en aceptar la idea de que Dios opera a través de causas intermedias: que una
persona sea una criatura divina no es incompatible con la noción de que
haya sido concebida en el seno de la madre y que se mantenga y crezca por
medio de alimentos... La evolución también puede ser considerada como un
proceso natural a través del cual Dios trae las especies vivientes a la
existencia de acuerdo con su plan’113 (...)
La doctrina católica afirma que todo depende de Dios, y que ‘la
creación tiene su bondad y su perfección propias, pero no salió plenamente
acabada de las manos del Creador. Fue creada en estado de vía (in statu
viae) hacia una perfección última todavía por alcanzar, a la que Dios la
destinó. Llamamos divina providencia a las disposiciones por las que Dios
conduce la obra de la creación hacia esta perfección. Dios guarda y
gobierna por su providencia todo lo que creó, alcanzando con fuerza de un
extremo al otro del mundo y disponiendo todo con dulzura (Sb 8, 1). Porque
todo está desnudo y patente a sus ojos (Hb 4. 13), incluso lo que la acción
libre de las criaturas producirá’ 114. En esta perspectiva, se habla de Dios
como Causa Primera del ser de todo lo que existe, y de las criaturas como
causas segundas cuya existencia y actividad siempre supone la acción
divina: ‘Es una verdad inseparable de la fe en Dios Creador: Dios actúa en
las obras de sus criaturas. Es la causa primera que opera en y por las causas
segundas (...) Esta verdad, lejos de disminuir la dignidad de la criatura, la
realza’115. No es que Dios sea simplemente la primera entre una serie de
causas del mismo tipo: su acción es el fundamento de la actividad de las
criaturas, que no podrían existir ni actuar sin el permanente influjo de esa
acción divina.
La existencia de Dios y su acción en la naturaleza serían, según el
naturalismo, innecesarias. La naturaleza, incluido el hombre, sería el
resultado de fuerzas ciegas. El darwinismo suele ser utilizado en este
contexto para afirmar que Darwin ha hecho posible ser ateo de modo
intelectualmente legítimo, porque el darwinismo mostraría que no es
necesario admitir la acción divina para explicar el orden que existe en el
113
Ibid., pp. 21-22.
114
Catecismo de la Iglesia católica, n. 302; cita a su vez al Concilio Vaticano I, DS 3003.
115
Ibid., n. 308.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 131
* *
*
Por tanto, dejemos a los científicos con sus discusiones sobre el origen
y desarrollo del cosmos, de la vida y del hombre (pidiéndoles solamente
que se comporten profesionalmente como verdaderos hombres de ciencia, y
que demuestren lo que afirman y sepan dudar de lo que es dudoso), y si
viene al caso (y tienes vocación), sé también hombre de ciencia, pasando
por la criba cuanto te venden como ya aceptado. Cuando una persona con
voz seductora y atractiva te quiere vender un caballo diciéndote que es
joven, mírale primero los dientes al equino y encontrarás que detrás de
muchos timbres hechiceros, se esconde el sello de un charlatán.
119
Artigas, Evolución, fe y teología..., op. cit.
134
Este capítulo tiene una importancia tal, que trataré de que sea lo más
claro posible, aunque tendrás que hacer el esfuerzo de leer muchos términos
técnicos que son necesarios para dejar clara esta verdad. Sin embargo, a
pesar de su complejidad de lenguaje, verás que es una verdad no tan difícil
de asimilar.
120
A. L. Vescovi, L. Spinardi, La natura biologica del embrione, Revista Medicina e
Morale 2004/ 1, pp. 53-63. Voy a seguir casi al pie de la letra este artículo, añadiendo
algunas pocas cosas para aclarar más los conceptos, y resumiendo otras. Por esta razón, y
para no dificultar más la lectura, no pongo entre comillas los textos literales de los autores.
140
a) El embrión y su origen
121
De aquí puedes también deducir que la misma naturaleza sólo tiene dos sexos, pues
las células germinales son complementarias una (la del varón) con la otra (la de la mujer).
No hay una tercera célula que sea complementaria con células de su misma clase. Por eso no
hay un tercer sexo; la homosexualidad no es natural, como puede deducirse ya de este
argumento genético.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 141
2. Algunas consideraciones
b) El momento de la animación
Al hablar del alma humana hemos dicho que un ser humano es tal
porque tiene alma espiritual. Si decimos que el embrión es un ser humano,
tenemos que afirmar al mismo tiempo que tiene alma: lo que no tiene alma
espiritual no es humano. Ahora bien, ¿desde qué momento es persona
humana, es decir, tiene alma humana (o sea, espiritual)?
No vamos a volver a considerar las respuestas que muchos pensadores
dan respecto del ser humano; basta con que sólo las tengamos en cuenta.
Algunos sostienen que el hombre es el fruto de la casualidad o del azar (es
decir, de la casual confluencia de factores que dieron como fruto no un
trozo de mármol o una espiga de trigo, sino un hombre). Los que así
responden concluyen a la corta o a la larga diciendo que el hombre es un
absurdo (Sartre se animó a decir con claridad que para él, el hombre es “una
pasión inútil, un ser vomitado al mundo, condenado a ser libre y destinado a
la nada”). Pero no es posible pensar (en serio) así, ni menos todavía obrar
en consecuencia con esta afirmación. En efecto, lo que nace de la
casualidad, vive por casualidad y está entregado a la casualidad, sin ley ni
fin alguno, y ningún hombre puede llevar una vida con esta perspectiva.
Escribe, al respecto, Basso: “Más concretamente, cabe preguntarse: ¿podría
ser que la vida, con sus perfecciones distintivas (la complejidad de sus
mecanismos, sus preparaciones remotas y sus acondicionamientos
próximos) sea simple producto del azar? Si se ha hecho, una sola vez
122
Sobre las discusiones sobre el llamado estatuto biológico del embrión (o sea su
naturaleza, el qué es el embrión) puede verse el documentado e interesante artículo de Jesús
Ballesteros, El estatuto del embrión, Fundación Interamericana Ciencia y Vida,
http://www.ulia.org/ficv/.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 147
123
Basso, op. cit., p.20.
124
Cf. al respecto el sugestivo artículo de Angel Rodríguez Luño, El concepto de respeto
en la instrucción Donum vitae, en: Rev. Anthropotes 2 (1988), 261-272.
148
Es claro que quienes dicen que el hombre es fruto del azar dirán que
comienza a ser persona cuando la casualidad lo produce y, por tanto,
dependerá del azar en cada caso. Los que sostienen la tesis relacional, dirán
que cuando la sociedad acepta el nuevo individuo (por tanto, un embrión no
aceptado como persona, o un embarazo “no deseado” determinan que “esa
realidad” no sea una persona humana). Pero quienes sostienen que todo
comienza con una intervención creadora del alma por parte de Dios (la
animación) habrán de concluir que el nuevo ser comienza a ser persona
cuando Dios infunde el alma humana en un organismo apto para recibirla.
Aceptando esta posición que dice que el alma es creada e infundida por
Dios, nos encontramos con un dato histórico de curioso interés: la teoría de
la animación retardada. Esta teoría fue defendida en la antigüedad no sólo
por filósofos paganos como Aristóteles (con su teoría conocida como
epigénesis, aunque él no usara este término puesto recién en 1651 por
William Harvey) sino también –varios siglos más tarde– por grandes
pensadores cristianos, tanto hombres de ciencia como teólogos incluso de la
talla de San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino 126. La teoría de
125
Catecismo de la Iglesia Católica, nnº 355-357.
126
Se puede ver la discusión sobre este tema y cómo fue evolucionando la disputa en
Domingo Basso, Nacer y Morir con dignidad, Consorcio de médicos católicos, Bs.As.,
1
1989, pp. 89-108
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 149
mujer y el feto todavía no estaba animado o era informe; pero luego se supo que el texto
estaba alterado por la versión griega de la Biblia y que el original no dice eso.
130
Se pueden ver los documentos de la discusión en Basso, op.cit., pp. 104-105.
131
Pueden verse los textos en la declaración De aborto procurato, de la Congregación
para la Fe (año 1974), n. 7; resumiendo esto dice: “a lo largo de toda la historia, los Padres
de la Iglesia, sus pastores, sus doctores, han enseñado la misma doctrina [la ilicitud del
aborto], sin que las diversas opiniones acerca del momento de la infusión del alma espiritual
en el cuerpo hayan suscitado duda sobre la ilegitimidad del aborto”.
132
Sobre esta posición de Santo Tomás puede verse Basso, op. cit., pp. 107-108;
Giovanni di Giannatale, La posizione di San Tommaso dul’aborto, Rev. Doctor Communis,
(1981), n. 3; pp. 296-311.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 151
del momento en que se produce la infusión del alma. Sin embargo, con lo
que hemos dicho más arriba sobre el desarrollo biológico del embrión,
podemos intentar una respuesta “indirecta”. Esta respuesta indirecta se basa
en un dato absolutamente objetivo que nos permite constatar con certeza
que en tal o cual momento en este nuevo ser se dan ya las condiciones para
que sea una persona humana; si se verifican tales condiciones, entonces
deberemos concluir que es una persona humana (o al menos hay que
concluir que no se puede decir lo contrario, es decir que “no es una
persona humana”). Este dato existe –y hoy en día reforzado por los
estudios de genética–: en todo el proceso que va del acto sexual entre un
hombre y una mujer, la fecundación, su desarrollo embrional, nacimiento,
crecimiento, adultez, ancianidad y muerte, sólo hay un dato objetivo que
nos permita decir: “biológicamente en este momento hay un nuevo ser”.
Tal momento es la concepción o fecundación que da como resultado un
nuevo ser plenamente individualizado, diverso de las células que le dan
origen y diverso del organismo materno que lo anida133.
Quisiera mostrar esto reproduciendo textualmente unas páginas de un
estudio muy valioso del Prof. Angelo Serra (genetista de enorme
prestigio)134. Se trata del punto en el que este autor, después de haber
expuesto el desarrollo biológico del embrión de modo muy semejante a
como hicimos nosotros más arriba, pasa a lo que denomina “la inducción
biológica”, o sea, proceso por el cual un científico, partiendo de los datos
experimentales que le da la ciencia, llega a conclusiones probadas. Dice
133
Afirma Angelo Serra: “Ya la primera célula del nuevo ser resulta de la fusión de dos
gametos, células a su vez estupendamente ordenadas una a la otra. Son dos sistemas
biológicos complejos y diversos entre sí que dan origen a un tercer sistema que es a su vez
diverso de los dos primeros. Después de dos segundos desde el momento del encuentro entre
las dos células germinales, la tercera célula tiene ya una identidad propia: se modifica el PH,
se remodela el DNA, inicia la división de los cromosomas y comienza a formarse el primer
RNA mensajero. A dos segundos de distancia del instante “x” el embrión tiene una identidad
nueva con el genoma bien identificado, es decir, con la marca humana impresa, única e
irrepetible. Por tanto, la única fase de suspensión, entre el ya y el todavía no, está
representada por aquellos dos segundos iniciales, que sin embargo, son relevables tan sólo
teóricamente”. Todos los ulteriores cambios y mutaciones, hasta el momento de la muerte
por vejez de este individuo son, respecto de este cambio, accidentales y secundarios.
(Reportaje a Angelo Serra S.I., uno de los más eminentes genetistas italianos del fines del
siglo XX; por Daniele Nardi, Sì alla vita, en: “La Via”, maggio 1991).
134
Angelo Serra, La contribución de la Biología al estatuto del embrión,
www.bioeticaweb.com.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 153
138
Cf. W.J. Gehring, Homeo-boxes in the studuy of development, Science, 236 (1987),
1.245-1.251, p. 1.245.
156
Y concluye Serra con la “respuesta” que estos datos nos dan: “Es
evidente que las tres propiedades recordadas, para una consideración
desapasionada, satisfacen perfectamente los criterios esenciales establecidos
por una reflexión meta-biológica para la definición de un ‘individuo’. Por
eso la inducción lógica de los datos que suministran las ciencias
experimentales conduce a la única conclusión posible, esto es, que aparte
de alteraciones fortuitas en la fusión de dos gametos un nuevo individuo
humano real comienza su propia existencia, o ciclo vital, durante el cual –
dadas todas las condiciones necesarias y suficientes– realizará
autónomamente todas las potencialidades de las que está intrínsecamente
dotado. El embrión, por tanto, desde el momento de la fusión de los
gametos es un individuo humano real, no un individuo humano potencial.
Nosotros consideramos que la clara afirmación de la «Donum vitae»,
Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la dignidad de la
procreación, publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en
1987, es científicamente correcta. En ella se expresa: ‘Por las recientes
adquisiciones [de] la biología humana [...] se reconoce que en el cigoto
derivado de la fecundación está ya constituida la identidad biológica de un
nuevo individuo humano’139”. Hasta aquí el estudio de Angelo Serra.
139
Cf. lnstrucción “Donum vitae” sobre el respeto de la vida humana naciente y la
dignidad de la procreación, 22 de febrero de 1987, A AS 80 (1988), 70-102, p. 82.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 157
* *
*
¿Por qué se la llama natural? Ante todo, porque no impone sino cosas
que están al alcance de la naturaleza humana razonable, mandadas porque
son buenas en sí mismas (la veracidad, el amor de Dios), o prohibidas
porque son malas en sí mismas (como la blasfemia, la mentira). Además,
porque es conocida por la luz interior de nuestra razón, independientemente
de toda ciencia adquirida, de toda ley positiva e incluso de toda revelación
(aunque Dios, en su misericordia también nos la revele). Tal luz nos permite
distinguir entre el bien y el mal por comparación de nuestras inclinaciones
hacia sus fines propios. Es por eso que, a través de ella puede establecerse
el fundamento para determinar la moralidad objetiva universal de las
acciones humanas.
148
Const. past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et Spes, 16.
149
Juan Pablo II, Carta a los jóvenes y las jóvenes del mundo, 31 de marzo de 1985, n. 6.
168
Que tenemos esta ley grabada en el corazón significa que nuestra razón
es capaz de leer en su propia naturaleza el fin para el que existe (fin que es
su verdadera perfección y felicidad) y puede descubrir que, en relación con
este fin, todos los demás seres no son sino medios por los que se llega al
fin. En el momento en que cada ser humano, llegando al uso de su razón,
reconoce que tiene un fin último y una causa eficiente de la que siempre
depende, se da como la promulgación individual o subjetiva que aplica a
cada uno dicha ley150.
150
“A este respecto, comentando un versículo del Salmo 4, afirma santo Tomás: “El
Salmista, después de haber dicho: ‘sacrificad un sacrificio de justicia’(Sal 4,6), añade, para
los que preguntan cuáles son las obras de justicia: ‘Muchos dicen: ¿Quién nos mostrará el
bien?’; y, respondiendo a esta pregunta, dice: ‘La luz de tu rostro, Señor, ha quedado impresa
en nuestras mentes’, como si la luz de la razón natural, por la cual discernimos lo bueno y lo
malo tal es el fin de la ley natural, no fuese otra cosa que la luz divina impresa en nosotros”.
De esto se deduce el motivo por el cual esta ley se llama ley natural: no por relación a la
naturaleza de los seres irracionales, sino porque la razón que la promulga es propia de la
naturaleza humana” (VS, 42).
151
Cf. I-II, 94, 2-3.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 169
152
Cf. I-II, 100, 2; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1955. La Encíclica Veritatis
Splendor dice: “Tal “ordenabilidad” [de los actos humanos] es aprehendida por la razón en el
mismo ser del hombre, considerado en su verdad integral, y, por tanto, en sus inclinaciones
naturales, en sus dinamismos y sus finalidades, que también tienen siempre una dimensión
espiritual: estos son exactamente los contenidos de la ley natural y, por consiguiente, el
conjunto ordenado de los “bienes para la persona” que se ponen al servicio del “bien de la
persona”, del bien que es ella misma y su perfección. Estos son los bienes tutelados por los
mandamientos, los cuales, según Santo Tomás, contienen toda la ley natural” (VS, 79; cf.
también, nnº 13, 97).
170
Esta ley natural tiene varias características, las más importantes de las
cuales son tres: es universal, inmutable e indispensable.
153
“Por su propia dignidad, todos los hombres, en cuanto son personas, esto es, dotados
de inteligencia y libre voluntad... se sienten movidos por su propia naturaleza y por
obligación moral a buscar la verdad, en primer lugar la que corresponde a la religión.
También están obligados a adherirse a la verdad, una vez conocida, y a ordenar toda su vida
según las exigencias de la verdad” (Dignitatis humanae, nº 2).
154
Escribe Santo Tomás: “Otros hay que se imponen después de atenta consideración de
los sabios, y estos son de ley natural, pero tales que necesitan de aquella disciplina con que
los sabios instruyen a los rudos” (I-II, 100, 1).
155
Cf. Santo Tomás, Suppl. q. 65.
172
1997, dijeron: “Hay que elaborar una nueva ética para un mundo nuevo, un
nuevo código universal de conducta: reemplazar los diez mandamientos por
los dieciocho principios de esta carta”. Y los dieciocho principios de esa
carta no hacían otra cosa que afirmar la licitud de la anticoncepción y el
aborto, el derecho a la esterilización, el derecho de los homosexuales y
lesbianas a casarse y adoptar niños, el derecho a repartir anticonceptivos a
los menores de edad, etc.164.
Las cosas son muy distintas, y debemos tenerlo muy claro en nuestra
cabeza (y ésta hay que conservarla fría). Los mandamientos divinos, así
como la ley natural en la que están contenidos, no sólo emanan de la
Voluntad divina, sino fundamentalmente de su Inteligencia. Como enseña la
Escritura, la Tradición, el Magisterio, la Teología y el sentido común que
Ockam se olvidó de consultar: la ley divina es el plan de la Sabiduría de
Dios. Por eso el Salmo 107, mencionando la actitud de los pecadores dice:
Se rebelaron contra los mandamientos, despreciando el Plan del Altísimo
(Sal 107,6). Éste es el Plan según el cual ha creado todo el universo y lo
dirige y cuida. Plan según el cual ha hecho todas las cosas de una manera
determinada. Como dice la Escritura: Tú todo lo dispusiste con medida,
número y peso (Sb 11,20).
Cada naturaleza determinada sólo puede ser perfeccionada por bienes
determinados, como en cada cerradura sólo entra una llave; si meto la llave
equivocada rompo la cerradura. Por esta razón en cada ser del universo,
incluido el hombre, encontramos inclinaciones naturales hacia los bienes
que las perfeccionan. Buscar esos bienes, por tanto, no es sólo una
obligación, es un “deseo”, una “tendencia” de la naturaleza y una
“vocación”. Porque el bien atrae aquello para lo cual es bien.
leer a media luz. Por este motivo, cuando Moisés bajó del Monte Sinaí
donde Dios le reveló su ley, traía en realidad la misericordia de Dios
esculpida en dos tablas de piedra. Dios repitió para el hombre sordo y ciego
los mandamientos divinos. A su vez, Jesucristo, al fundar la Nueva Ley,
interiorizó y elevó por la gracia esa misma ley repitiendo varias veces la
necesidad de observar los mandamientos de Dios. En el Sermón de la
Montaña, Jesús reveló o develó el sentido originario de los Diez
Mandamientos, mostrando todas sus exigencias y dándoles pleno
cumplimiento. De este modo, Jesucristo develó el designio primordial de
Dios sobre el hombre. Se cumple así lo que dice el Salmo: Todos tus
mandamientos son verdad (Sal 119,86). La verdad sobre el hombre.
La Ley divina es, pues, un faro, una luz espléndida que va iluminando
nuestro camino.
sacerdotes que los deben enseñar). Pero para conocerlos bien hay que
meditarlos en el corazón:
Con mis labios he contado
todos las sentencias de tu boca.
En el camino de tus dictámenes me regocijo
más que en toda riqueza.
En tus ordenanzas quiero meditar
y mirar a tus caminos.
En tus preceptos tengo mis delicias,
no olvido tu palabra (Sal 119,13-16).
¡Oh, cuánto amo tu ley!
Todo el día la estoy meditando (Sal 119,97).
Si alguna vez escuchas que una persona madura no se deja manejar por
nada ni por nadie y que, por eso, es inmadurez “atarse” a cualquier ley o a
cualquier mandamiento, ¡no te tragues esa píldora! Me animo a decirte que
la realidad es tan distinta de este slogan que llega a ser precisamente lo
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 181
una casa diciendo: “Yo le recomiendo esta casa: es muy amplia, tiene dos
pisos, terraza, vista al mar, gas natural y teléfono; es verdad que tiene una
grieta que ya partió los cimientos y alguna de las vigas... pero no deja de ser
muy cómoda”. ¡Todo derrumbe comienza por una grieta!
¿Qué pensar entonces cuando alguien nos dice que él es bueno porque
no roba ni mata? A uno le dan ganas de decirle: ¡Seguí, te faltan sólo ocho
cosas más!
El Papa Juan Pablo II lo ha dicho claramente haciendo referencia a los
actuales crímenes contra la vida: “El conjunto de la Ley es, pues, lo que
salvaguarda plenamente la vida del hombre. Esto explica lo difícil que es
mantenerse fiel al no matarás cuando no se observan las otras palabras de
vida (Hch 7,38), relacionadas con este mandamiento. Fuera de este
horizonte, el mandamiento acaba por convertirse en una simple obligación
extrínseca, de la que muy pronto se querrán ver límites y se buscarán
atenuaciones o excepciones”165.
Muchos que terminaron en auténticos desastres morales empezaron
claudicando por algún mandamiento particular. Un pecado llama a otro
pecado.
Si no cumplimos todos los mandamientos, no debemos engañarnos
creyendo que cumplimos la ley de Dios. Por eso hay que insistir con todas
las fuerzas: los padres y educadores no pueden contentarse con que los
niños y jóvenes eviten lo peor –que no se droguen o no cometan delitos–
sino que deben educarlos en todos los valores de la persona. ¡Cuántos
padres ven que sus hijos se inician en el alcoholismo o en la droga después
de haberles hecho tantas recomendaciones de que no lo hicieran! Sí,
hicieron muchas recomendaciones, pero sólo en un sentido: el de la droga o
del alcohol. Pero descuidaron educarlos en la castidad, en el pudor, en el
dominio de sí, en la prudencia sobrenatural, en la modestia, en evitar la
frivolidad, en la oración. ¡No se puede hacer un gran hombre ni una gran
mujer sólo con un par de virtudes!
modo que está bien, pero es incompleto. Piensan que Jesús está diciendo
que el que quiere amarlo a Él acepta la condición de cumplir sus palabras o
mandamientos. Pero Jesucristo también está diciendo que el mismo amor
hacia Él los empujará a amar lo que contienen sus palabras o
mandamientos. Para el que ama verdaderamente los mandamientos no son
condiciones, u obligatorios, sino “atrayentes”; los mandamientos se les
manifiestan como viae amoris, senderos del amor.
costumbres, en cuanto tienen aptitud para las acciones virtuosas” 166, pero
“hay muchos hombres que no pueden ser incitados a ser buenos por las
palabras, pues no obedecen a la vergüenza que teme la deshonestidad sino
que más bien son refrenados por el temor de los castigos. En efecto, no se
apartan de las malas acciones por la torpeza de las mismas sino porque
temen a los castigos o penas, porque viven según las pasiones y no según la
razón... y huyen de los dolores contrarios a los deleites buscados, los cuales
dolores les son inferidos por los castigos. Pero no entienden lo que es
verdaderamente bueno y deleitable, y tampoco pueden percibir o gustar su
dulzura”167.
años; los paganos quisieron salvar al niño, pero a costa de su fe; en ese
momento su madre dijo con voz firme: “Yo soy cristiana, mi hijo es
cristiano. Tendréis que matarnos a los dos”. Y Andrés murió de rodillas
mirando a su madre con una sonrisa; hoy los dos son santos.
Se podría decir mucho más acerca de este tema. Pero lo dicho creo que
basta para mostrar la importancia de educar en las virtudes, apoyándonos en
una visión más profunda de los mandamientos de Dios.
Quiero terminar con una antigua anécdota. Un rito de Iniciación de los
niños judíos en la vida de la Sinagoga, a comienzos del 1600, tenía en su
ceremonia este diálogo: el rabino, poniendo la punta del Rollo de la Ley en
el pecho del niño preguntaba:
–¿Qué sientes? –Y el niño respondía:
–Siento un corazón que late. –Entonces el rabino replicaba:
–¡Es el Corazón de Dios! ¡Escucha su Palabra. Cumple su Ley!
* *
*
1. Castidad y templanza
El ser humano es algo complejo, que no puede ser reducido a una sola
dimensión sin ser, al mismo tiempo destituido de su dignidad; es decir,
destruido. Así todas las reducciones del hombre son deshumanizaciones. El
materialismo lo reduce a su dimensión más baja (sea el materialismo
177
Débito conyugal se llama a la obligación que cada uno de los cónyuges (esposo y
esposa) tiene de prestarse a tener relaciones cuando el otro lo solicita razonablemente.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 197
reunir dos condiciones más: no debe entrar en conflicto con los demás
bienes de la persona y, consecuentemente, debe tener una “medida” (in
medio virtus). Hay realidades que son buenas en sí (la comida, el placer
sexual, el trato social) pero pueden entrar en conflicto con el bien total de la
persona ya sea porque contradicen directamente (per se) otros bienes de la
misma persona (como el placer sexual para quien ha hecho voto de
celibato) o indirectamente (per accidens), esto es, cuando la contradicción
viene por el modo, el tiempo, o la medida en que se procura dicho bien
(pensemos en el exceso de comida –gula– o la búsqueda del placer sexual
de modo indebido).
Ninguna persona sensata puede negar la validez de esta consideración.
179
Esta posibilidad de “leer” e “interpretar” un plan divino en la propia naturaleza y en la
creación en general tiene un relieve singular: establece la posibilidad de un diálogo natural
entre la creatura y el Creador. Es el fundamento de un “lenguaje” natural, que el ser humano
capta en la naturaleza y que tiene por Relator principal a Dios.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 199
180
De lo contrario, el niño no alcanza su plena madurez, para la cual necesita de modo
estable la referencia a su padre y a su madre natural hasta bien entrada la adolescencia y
juventud.
200
dimensión corporal el varón y la mujer poseen las claves de un
lenguaje, es decir las palabras propias (corporales) para expresarse
este mutuo amor y para consumarlo;
5º estos elementos que hemos expresado de forma positiva también
pueden expresarse de forma negativa pues la observación profunda
de la naturaleza física, psicológica y espiritual del varón y la mujer
también nos permite deducir un uso de la genitalidad contrario al
bien integral del ser humano; concretamente: un uso egoísta del
sexo (masturbación, pensamientos impuros); un uso infiel del sexo
(la falta de fidelidad al legítimo cónyuge tanto de modo consumado
como de modo interno: deseos y pensamientos infieles); un uso
infructuoso del sexo (homosexualidad, uso de la sexualidad cerrado
a la vida); un uso circunstancial del sexo (la relación no
permanente ni comprometida, como sucede con el sexo entre
personas no casadas), etc. Todas estas expresiones sexuales,
destructivas del verdadero amor y del bien integral de la persona
son prohibidas (precisamente por su contradicción con ese bien
integral) por el mandamiento que exige “no cometer actos
impuros”.
181
Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2339.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 201
187
Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2337. El texto continúa: “La sexualidad, en la
que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y
verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don
mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer. La virtud de la castidad,
por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don”.
188
Catecismo de la Iglesia Católica, nnº 2338.
189
Ver sobre este punto lo que señalan los estudiosos de las adicciones sexuales, como
Patrick Carnes.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 203
es también lícito desear y recordar (salvo que esto sea peligro próximo de
consumar sus deseos en un acto ilícito).
Finalmente las personas casadas tienen un régimen especial de castidad
que consiste en realizar sus actos matrimoniales abiertos a la vida. Pueden
en algunos casos elegir para sus actos completos los momentos de
infertilidad natural de la mujer, cuando hay motivos graves que sugieran la
conveniencia de no poner las condiciones de una nueva concepción
(abstinencia periódica), pero esto no implica que no les sea lícito en estos
momentos, como en cualquier momento de la vida, las manifestaciones
sensuales y sexuales incompletas (es decir, que no terminan en ningún acto
pleno u orgasmo). La castidad también les exige el encauzar todos sus
deseos y pensamientos sólo hacia su legítimo consorte y les prohíbe dar
lugar en la imaginación o en la vista a imágenes que tengan por objeto otra
persona distinta (aunque esto sea buscado como medio para realizar luego
el acto conyugal con el cónyuge legítimo).
200
Zalba Erro, Pudor, en Gran Enciclopedia Rialp, tomo 19, Rialp, Madrid 1989, 455-
456.
201
Cf. S.Th. II-II, q.151, a.4
202
C. Scarpellini, Pudore e pudicicia, en Enciclopedia Cattolica, Roma 1953, vol. X,
col.296.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 211
instinto sexual, tanto cuando estos peligros proceden del exterior, como
cuando vienen de la vida personal íntima, que también pide reserva o
sustracción a los ojos de los demás y cautela ante los propios sentidos. De
esta suerte el pudor actúa como moderador del apetito sexual y sirve a la
persona para desenvolverse en su totalidad, sin reducirse al ámbito sexual.
No se confunde con la castidad, ya que tiene como objeto no la regulación
de los actos sexuales conforme a la razón, sino la preservación de lo que
normalmente se relaciona estrechamente con aquellos actos. Viene a ser
una defensa providencial de la castidad, en razón de la constitución
psicofísica del género humano, perturbada por el pecado original” 203.
En el plano puramente instintivo podemos decir que consiste en una
resistencia inconsciente a todo lo que revelaría en nosotros el desorden de la
concupiscencia de la carne. Cuando se hace consciente, consiste en la
elevación de ese sano instinto por obra de la virtud de la prudencia, ya que
tiende a excluir circunstancias y a frenar pensamientos previendo que
mediante su actividad causarían una violación del orden moral.
pudor a terrenos en los que no entra para nada, y de esta manera hicieron
ver el mal en todas partes. Lamentablemente este tipo de “mala educación
del pudor” no puede causar sino reacciones contrarias, es decir, conduce a
la impudicia.
Educar en el pudor significa, pues, al mismo tiempo que cultivarlo,
también defenderlo de toda mezquindad que tan fácilmente se confunde con
el pudor.
Justamente la falsificación del pudor, tiene un nombre y éste es
“pudibundez”. Se denomina así al pudor desequilibrado o excesivo, causado
en general por una falsa educación. La pudibundez no hace a las personas
castas sino caricaturas de castidad. “La pudibundez es enemiga nata del
pudor, como la beatería es enemiga de la religiosidad verdadera y
consciente. El espíritu del adolescente se rebela y le molestan las ideas
mezquinas y ruines”208.
* *
*
209
Paganuzzi, op. cit., p. 249.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 215
el coraje: ¡yo he sido mejor que este hombre!”. Ahí tienes un hombre con la
conciencia tranquila... Bueno, precisamente de él decía el enciclopedista
Dionisio Diderot que tenía mucha suerte, porque hiciera lo que hiciera, su
conciencia siempre se pronunciaba a su favor, al punto tal de considerarse
sin tacha alguna. Pero si te tomas el trabajo de leer la vida de este hombre
de conciencia irreprochable, verás que dicha conciencia no le impidió
quitarle los cuatro pequeños hijos que le había engendrado su concubina
para meterlos en el Hogar de los “Niños Abandonados”, y que, cuando el
hecho se divulgó escandalosamente, se cubriera diciendo que había sido una
“equivocación” y no una canallada... Una vez más, la conciencia le
tranquilizaba. Como se ve, la conciencia en labios de Juan Jacobo es un
término que se presta para justificar cualquier bribonada; esa es una
interesante idea de la conciencia, tan elástica que se puede con ella
disculpar los más negros agujeros de la moral. Esta conciencia de Juan
Jacobo es la que hoy nos quieren vender; cuidado, no es una conciencia, es
una especie de “síndrome de inmunodeficiencia intelectual”; el que la
acepta se contagia de cuanta infección ética pase por su lado.
1. Qué es la conciencia
“La misma ley, que Dios reveló por medio de Moisés y que Cristo
confirmó en el evangelio (cf. Mt 5,17-19) –ha dicho Juan Pablo II–, ha sido
inscrita por el Creador en la naturaleza humana. Esto es lo que leemos en
la carta de san Pablo a los Romanos: Cuando los gentiles, que no tienen ley,
cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí
mismos son ley (Rom 2,14). De esta forma, por tanto, los principios morales
que Dios manifestó al pueblo elegido por medio de Moisés son los mismos
que él ha inscrito en la naturaleza del ser humano. Por esta razón, todo
hombre, siguiendo lo que desde el principio forma parte de su naturaleza,
sabe que debe honrar a su padre y a su madre y respetar la vida; es
consciente de que no debe cometer adulterio, ni robar, ni dar falso
testimonio; en una palabra, sabe que no tiene que hacer a los demás lo que
no quiere que le hagan a él”212.
Es por eso que cada vez que nosotros obramos, nos damos cuenta de
que lo que hacemos es conforme y está en armonía con ese conocimiento
que tenemos escrito en el corazón, sobre el bien y el mal. O simplemente no
está conforme con él. Esta es la conciencia. La conciencia es la inteligencia
211
L’Osservatore Romano, 15/X/93, p.22.
212
Juan Pablo II, Angelus del 12 de junio de 1994, L’Osservatore Romano, 17 de junio
de 1994, p. 2, nº 3.
222
Esta luz que hay en nuestra inteligencia, por la cual juzgamos nuestras
acciones, la ha puesto Dios mismo, al crearnos. No es otra cosa que la
capacidad que tenemos de conocer el bien y el mal en las cosas. Y esa luz es
una participación de su Luz y de su Verdad eterna. Por eso es que podemos
decir con propiedad que es la voz de Dios. Así, San Buenaventura decía de
ella: “La conciencia es como un heraldo de Dios y su mensajero, y lo que
dice no lo manda por sí misma, sino que lo manda como venido de Dios,
igual que un heraldo cuando proclama el edicto del rey. Y de ello deriva el
hecho de que la conciencia tiene la fuerza de obligar” 214. Juan Pablo II lo
explica diciendo: “San Pablo añade en la carta a los Romanos: Como
quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón,
atestiguándolo su conciencia (Rom 2,15). La conciencia se presenta como
el testigo, que acusa al hombre cuando viola la ley inscrita en su corazón, o
lo justifica cuando es fiel a ella. Por consiguiente, según la enseñanza del
Apóstol, existe una ley ligada íntimamente a la naturaleza del hombre,
como ser inteligente y libre, y esta ley resuena en su conciencia: para el
hombre, vivir según su conciencia quiere decir vivir según la ley de su
naturaleza y, viceversa, vivir según esa ley significa vivir según la
conciencia; desde luego, según la conciencia verdadera y recta, es decir,
213
Gaudium et spes, 16.
214
San Buenaventura, In II Librum Sent., d. 39, a.1, q.3, cit. en Veritatis Splendor, nº 58.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 223
215
Juan Pablo II, Angelus del 12 de junio de 1994, L’Osservatore Romano, 17 de junio
de 1994, p. 2, nº 4.
216
VS, 54.
224
se oponga al anterior. Por ejemplo, una mujer que no desea tener hijos hace
este razonamiento: “en líneas generales sé que la anticoncepción es algo
malo y por eso en líneas generales la rechazo; pero aquí y ahora, teniendo
en cuenta mis problemas económicos o que ya tengo tres hijos, me parece
que es el mal menor y lo que me exige sacrificios más asequibles; por tanto
en conciencia juzgo que me es lícito”. Ahí tienes los dos juicios: al primero
Fuchs lo llama pre-moral (así como algunos llaman pre-embrión a un
embrión de pocos días o pocas horas, y con esto se sienten autorizados a
matarlo, así también este autor llama pre-moral a los juicios de nuestra
conciencia y con esto se siente autorizado para no hacerles caso; el
razonamiento le es útil... pero no es científico); al segundo lo llama de
conciencia; y además deja sentado que es el segundo el que nunca se
equivoca; y el primero sí. El motivo es que el primero es universal y el
segundo concreto. El día que venga un asesino a tu encuentro y diga que va
a matarte por quitarte unas monedas, no le recuerdes que eso está mal, pues
él también lo sabe pero con sus juicios pre-morales; el problema es que si
leyó a Fuchs (no creo, no es fácil entenderlo) te dirá que si bien él acepta
que en términos generales no está bien matar ni robar, en estas
circunstancias concretas (o sea, las circunstancias por las cuales tú eres el
dueño del dinero o del auto que él quiere) su conciencia le dice que lo mejor
es tomar tu dinero y luego matarte para que nadie se entere. En el juicio
final podrás quejarte a Fuchs y a su pandilla.
3º Una tercera corriente que termina afirmando lo mismo, es la que
identifica nuestra conciencia con las decisiones que tomamos (la
sostuvieron por ejemplo, Peter Knauer y A. Molinario). Estos en el fondo
enseñan que lo que decidimos está bien porque lo hemos decidido. Yo me
he encontrado con razonamientos de este tipo, con bastante frecuencia. Por
ejemplo, cuando alguien escucha: “Fulana se ha metido de monja; ¡pobre!
Bueno, pero lo importante es que está haciendo lo que a ella le gusta”.
Cuidado; estamos en esta tercera corriente. Si lo que Fulana ha hecho al
entrar al convento está bien no proviene de que ella lo haya decidido o de
que sea lo que le gusta, sino de que está muy bien entrar a un convento para
consagrarse a Dios. No podemos decir: “Zutano es ladrón, pero al menos
es lo que él siempre quiso ser desde pequeño”. Si Zutano ha decidido ser
ladrón, o mentiroso o traidor, siempre estará mal, a pesar de que lo haya
decidido.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 225
2. La falibilidad de la conciencia
224
Pablo VI, Alocución en la Audiencia General del 12/II/1969. Y el Concilio Vaticano II
ha dicho: «En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley
que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer... Porque el hombre tiene una ley
escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual
será juzgado personalmente» (GS, 16).
225
De Veritate, 17, 2 ad 7.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 229
226
Veritatis Splendor, nº 62.
230
cultura atea y hedonista, que crea un modo de pensar consecuente con sus
máximas. Finalmente, el juicio práctico de la razón guarda una fuerte
dependencia de nuestros hábitos morales; y cuando éstos son vicios
arraigados, interfieren influyendo notablemente nuestro modo de juzgar. De
aquí la necesidad del Magisterio.
La relación entre el Magisterio y la conciencia es análoga a la que
media entre la luz y nuestros ojos. Nuestros ojos no ven si no media la luz:
“Hablar de un conflicto entre la conciencia y el Magisterio es lo mismo que
hablar de conflicto entre el ojo y la luz”229.
Una nueva confirmación de la armonía entre Magisterio y conciencia
puede ser aducida partiendo de la acción del Espíritu Santo sobre el
Magisterio y sobre la conciencia de los fieles. La Ley Nueva, instituida por
Cristo, es una ley fundamentalmente interior: la acción del Espíritu Santo
operante por la gracia en los corazones. Pero supone, juntamente, elementos
externos, también obra del Espíritu Santo, cuales son el texto escrito de la
Revelación, los sacramentos y también el Magisterio de la Iglesia230. El
Espíritu Santo actúa sobre los dos elementos, sobre la conciencia con la
gracia, sobre el Magisterio con su asistencia: “El Espíritu de Dios que asiste
al Magisterio en el proponer la doctrina, ilumina internamente los corazones
de los fieles, invitándolos a prestar su asentimiento”231. No puede pensarse
que la oposición de la conciencia al Magisterio (guiado por el Espíritu
Santo) pueda ser fruto de la docilidad de la conciencia al mismo Espíritu
Santo.
229
Carlo Caffarra, Conscience, Truth and Magisterium in conjugal Morality, Rev.
“Anthropos” 1 (1986), p. 83.
230
Cf. Suma Teológica, I-II, 116, 1 y ad 1.
231
Pablo VI, Humanae vitae, 29.
232
4. La educación de la conciencia
235
Catecismo de la Iglesia Católica, nnº 1783-1784.
236
Juan Pablo II, L’Osservatore Romano, 15/III/87, p.9, nº 5.
237
Juan Pablo II, Discurso al II Congreso de Teología Moral, L’Osservatore Romano,
22/I/89, p. 9.
234
Y es por eso que hasta al más pintado las pasiones le hacen tirar por la
borda la rectitud de sus juicios, cuando no hay virtud. Podemos decirlo con
aquellos versos que el célebre poeta romano Trilussa tituló precisamente
“Coscenza”, “Conciencia”:
Hace muchos años leí un libro titulado Las mentiras del mundo
moderno. Allí, con documentos en mano, se puede ver –al menos sobre
algunos temas puntuales– cómo los grandes medios de comunicación de
nuestra sociedad constantemente tergiversan los datos que manejamos. Una
de las mayores falsificaciones de nuestros tiempos es la relativa a los
hechos históricos. Si tu carrera te lleva por los senderos de la historia, la
sociología, el magisterio, etc., es muy probable que topes con muchas
afirmaciones que no son verdaderas. Esto representa un enorme daño para
tu formación y para tus futuros alumnos.
1. Manipular la historia
Hay casos en que las cosas que se critican han sido en realidad errores
involuntarios o decisiones equivocadas de personas que no sabían que
estaban equivocadas y por tanto debemos juzgarlo con justicia: es
involuntario (por tanto no lo imputaremos a su autor material) pero es un
error. En muchos otros casos, las cosas que hoy en día nos escandalizan no
podían comprenderse todavía en su tiempo o no repugnaban la sensibilidad
de su siglo como ocurre, tal vez, en el nuestro. Los más grandes hombres
han sido hijos de su época; no los podemos juzgar con todos los criterios
que nos ha costado sudor y lágrimas alcanzar con el paso de décadas y
siglos. No juzguemos a un hombre del siglo V o del siglo XIII o del XVI
con la mentalidad de un hombre del siglo XX, en aquellas cosas que
dependen mucho de circunstancias temporales o culturales, como puede ser
el caso de las ideas que tuvieron muchos de nuestros antepasados sobre
fenómenos como la esclavitud, el derecho de guerra, la libertad de opinión,
y otros fenómenos por el estilo. ¡De todos modos, no debemos creernos
muy sensibles en una época en que denigramos la esclavitud del pasado al
mismo tiempo que aceptamos esclavitudes modernas más graves y más
extensas que las del pasado, como la de la prostitución o la droga o las
opresiones económicas que sumergen a pueblos enteros en la injusticia y la
miseria; o vituperamos las matanzas y las guerras de la antigüedad
tapándonos los ojos ante genocidios diarios como el del aborto, las
“limpiezas” étnicas y los exterminios religiosos, etc.! Pero tampoco vamos
a justificar ninguna perversión del pasado porque se realice en el presente,
ni una degeneración del presente porque “siempre hayan ocurrido cosas
así”. La verdad siempre será verdad, la mentira siempre será mentira, la
injusticia jamás deberá ser justificada.
Así y todo debemos ser conscientes de que se puede llegar con la razón
a muchas verdades que pertenecen –al menos secundariamente– al derecho
natural; y por eso podemos suponer cierta culpabilidad en muchos juicios
erróneos del pasado. No podemos entonces excusarlos. Pero tampoco
podemos acusarlos como lo haríamos con nuestros contemporáneos.
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 243
244
Este cuento lo leí hace años en la interesante carta de un lector dirigida a un diario
porteño; lamentablemente no tengo las referencias del autor, salvo el que lo han trabajado
autores como Chesterton y García Márquez.
248
tesis católica del autor no le impide exponer y criticar con toda libertad lo
obrado por algunos Papas del Renacimiento, mientras que la riqueza de
documentación le permite corregir muchos de los prejuicios más comunes,
sobre todo de parte de los protestantes”245. Este autor para escribir su obra
“por espacio de 50 años investigó en los archivos de 230 ciudades europeas
(...) Muestra un dominio perfecto de la documentación...” 246.
A muchos que han consultado sobre aparentes escándalos de algunos
Papas, o sobre situaciones poco edificantes de la Iglesia, les he
recomendado la lectura de esta obra; al menos de los pasajes relativos a los
temas cuestionados por ellos; porque siendo cuestiones tan importantes (de
las que en algunos casos dependía la adhesión o no de estas personas al
catolicismo) no se pueden solucionar con resumidas respuestas.
Lamentablemente en muchos casos he constatado que mis curiosos
interlocutores no estaban interesados en ningún estudio de fondo, serio,
documentado y profundo, sino solo en respuestas rápidas (“fast food”
mental) cortas ¡y completamente probatorias! Mal signo de salud
intelectual. La verdad siempre exigirá al máximo nuestra inteligencia.
2. Afrontar la verdad
247
Juan Pablo II, Carta al Cardenal Etchegaray, 15 de junio de 2004.
248
Cf. Zenit, ZS04061508.
249
Cf. Zenit, ZS04061604.
250
atribuciones de culpa que se le hacen como respecto a los daños que ella ha
padecido”250.
259
Otras películas muy conocidas que comparten el encono por tergiversar la doctrina
católica son: “The Order” (El Devorador de Pecados, año 2003), una historia de terror sobre
un sacerdote renegado que descubre una secta al interior de la Iglesia dedicada a ocultar
monstruosos crímenes; “The Magdalene Sisters” (Las Hermanas de la Magdalena, año
2002), que muestra un “reformatorio” equivalente a un campo de concentración nazi; “Sister
Mary Explains it All” (año 2001), que cuenta la historia de una macabra monja asesina;
“Dogma” (1999), una parodia en la que el último descendiente de José y María trabaja en
una clínica abortista y es conducido a salvar a dos ángeles caídos bajo las órdenes de dios
(que es una mujer); “La Última Tentación de Cristo” (1988) de Martin Scorsese; “Priest”
(1994), que presenta a un sacerdote homosexual que denuncia la corrupción de su parroquia;
“Agnes de Dios” (1985), que presenta a una religiosa que asesinó a su hijo recién nacido.
260
Hollywood Vs. Catholicism (1996); ISBN 1-56814-151-3; producido y distribuido por
Chatham Hill Foundation P.O. Box 7723 Dallas, TX 75209; y Catholic Video Distribution
(CVC) (#1705) 7875 Convoy Ct. -- Suite #5 San Diego, CA 92111.
256
5. Observaciones
necesitamos que nos presenten una Iglesia integrada sólo por santos para
que creamos en ella; sabemos que entre sus hijos todos son pecadores; lo
que aspiramos es a que sean pecadores arrepentidos. Por eso no nos
escandalizaremos cuando se nos hablen de los pecados cometidos por los
hombres del pasado... ni necesitaremos forjar leyendas áureas para poder
apuntalar nuestra fe. Nos basta con la verdad. Ya dije que magro servicio se
presta a la verdad cuando se contrapone a la falsedad denigratoria otra
falsedad (tal vez mucho más cercana a la verdad, pero falsedad en parte)
más idealizada. Leamos los escritos y cartas de los primeros misioneros de
América como José de Acosta, Jerónimo Mendieta, Toribio Motolinía,
Antonio Ruíz de Montoya, y veremos que no hace falta pintar
conquistadores y encomenderos idealizados para demostrar la grandeza de
esta epopeya única. Fue una epopeya, a pesar de las miserias que podamos
encontrar.
La última cosa que resalto, con Biffi, es que algo fundamental de toda
leyenda negra (me refiero a las que tienen por objeto responsabilizar a la
Iglesia por las culpas del pasado) nos prestan un servicio indirecto, que por
supuesto sus autores no han advertido. Se trata del hecho de que al hablar
de “culpas históricas de la Iglesia”, se está confesando que ésta es la única
realidad que permanece idéntica en el curso de los siglos, razón por la cual
acaba siendo también la única llamada a responder de los errores de todos.
Decía Biffi: “¿A quién se le ocurre preguntarse, por ejemplo, cuál fue, en la
época del caso Galileo, la posición de las universidades u otros organismos
de relevancia social respecto a la hipótesis copernicana? ¿Quién le pide
cuentas a la actual magistratura por las ideas y las conductas comunes de
los jueces del siglo XVII? O, para ser aún más paradójico, ¿a quién se le
ocurre reprochar a las autoridades políticas milanesas (alcalde, prefecto,
presidente de la región) los delitos cometidos por los Visconti y los Sforza?
Es importante observar que acusar a la Iglesia viva hoy en día de sucesos,
decisiones y acciones de épocas pasadas, es por sí mismo un implícito pero
patente reconocimiento de la efectiva estabilidad de la Esposa de Cristo, de
su intangible identidad que, al contrario de todas las demás agrupaciones,
nunca queda arrollada por la historia; de su ser casi-persona y por lo tanto,
sólo ella, sujeto perpetuo de responsabilidad. Es un estado de ánimo que –
precisamente a través de las actitudes de venganza y la vivacidad de los
rencores– revela casi un initium fidei (comienzo de fe) en el misterio
260
* *
*
Conclusión
El prestidigitador
MIGUEL ÁNGEL FUENTES - LAS VERDADES ROBADAS 263
264
detrás del anciano, con miope mirada, haciéndose el distraído y el tonto (el
pintor lo retrata mirando para arriba), extrae la bolsa de dinero del bolsillo
del viejo que se ha prestado para el truco. El otro es un joven que asiste al
espectáculo con una “amiga” sobre cuyo hombro ha echado una de sus
manos; éste advierte la maniobra del ladrón pero se limita a señalarlo con
un dedo a su amiga susurrándole al oído lo que está ocurriendo.
Vocabulario
(He puesto aquí sólo algunas de las principales palabras empleadas en el libro
y que pueden resultar dificultosas de entender para alguien no
familiarizado con los temas filosóficos)
Análogo, analogía: significa que algo es en parte igual y en parte distinto a otra
cosa, también algo que se puede predicar de cosas diversas en sentido
verdadero y propio pero no exactamente igual en todos los casos (por
ejemplo, “sano” es un término análogo pues se puede decir del hombre sano
–quiere decir que tiene salud–, de un alimento sano –en este sentido
significa que no hace daño–, de un medicamento sano o saludable –que
puede devolver la salud–, etc.).
Cosmología: es la parte de la filosofía que estudia las leyes generales que rigen
el mundo físico.
Homínido: Se usa, sobre todo en las teorías evolucionistas, para designar a los
individuos perteneciente al orden de los Primates superiores, cuya especie
superviviente es la humana.
Innato: (del lat. part. pas. de innātus, innasci), significa connatural y como
nacido con la misma persona.
Misterio: Del latín (y a su vez del griego mysterium); se dice de una cosa
arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar. También se
usa para indicar lo arcano o cosa secreta en cualquier religión. En la religión
cristiana, cosa inaccesible a la razón y que debe ser objeto de fe.
Relativismo: es la doctrina que considera que no hay una verdad universal que
todos pueden aceptar como válida; sino que cada uno tiene su verdad.
Relativo también quiere decir que guarda relación con alguien o con algo.
Venéreo: el término viene del latín venéreus que indica algo relativo a Venus
(diosa del placer) y hace referencia al placer sexual o a las cosas que se
relacionan con el sexo (por ejemplo, las enfermedades de “transmisión
venérea”, o sea por vía sexual).
272
EDIVILU
Se terminó de imprimir
el 19 de julio de 2004
en Villa Finca de Luján
San Rafael (Mendoza)