Verano Prodigioso
Verano Prodigioso
Verano Prodigioso
de Barbara Kingsolver
0
-para Steven, Camille y Lily,
1
Agradecimientos
del humor han enriquecido mi vida así como este libro. Quisiera
por responder a las que quizá fueran las preguntas más extrañas
Hardesty por todos esos años de nuestras vidas; a Terry Karten por
2
creer en la literatura a pesar de todos los pesares; a Jane Beirn
Walter Thabit por los cursos de árabe; a Frances Goldin por las
Wilson por esas cosas y también por la entrega. Dan Papaj hizo que
ayudó a ver los coyotes de otra manera. Paul Mirocha convirtió mis
3
apreciarse a pesar del trabajo de todos estos expertos debe
padres eligieran educarme en la mota del mapa que yace entre las
para ayudarme que ha llegado a parecer que tenía alas. Mis hijas,
la vida diaria, doy las gracias a los hados del destino que se
que he tenido.
4
Epitalamio
-Aaron Kramer
5
{1}
Depredadores
quedan al descubierto.
6
volver a estar al aire libre, fuera de la minúscula cabaña cuyas
noche anterior había caído con tal fuerza que había desdibujado
las huellas. Sabía de qué tamaño era el animal por el rastro que
la lluvia borraría, por lo que sabía que, por mucho que buscara,
7
oso. Era del tamaño de un pastor alemán, pero no era un animal
un perro, tenía que ser salvaje y estar hambriento como para salir
lluvia y del paso del animal por allí. Observó el terreno durante
al pie del tocón y apretó la cara contra la madera vieja con olor
a almizcle. Inhaló.
8
Aquello explicaba los gritos que había oído hacía dos noches,
Estaba segura de que era un lince rojo pero, así y todo, no había
pero siempre era ella quien los veía primero. Aquél le llevaba
-¿Cómo?
-Mi nombre.
preguntado.
disparar.
9
en general, de los habitantes de la montaña: mostrarse tranquilo
estaba relajada.
-Sí.
-Sí.
-No.
1
Una de las parras perennes que crece más rápido en el mundo, oriunda de Japón y China. Se emplea como forraje, para
prevenir la erosión de la tierra e incluso con fines medicinales (N. de los T.)
10
paréntesis sobre la barbilla en ángulo recto. Ella no recordaba a
conozco se pasan la mitad del día hablando sobre algo que todavía
silencio por una nube que atravesó el sol y por los dos cantos
cortésmente.
11
hacia atrás desde el nacimiento de los pelos para colocar los que
-Exacto.
dejar tras de sí razón alguna para pensar que había estado allí.
nuca.
* * *
12
Se fue a dormir sin poder quitarse a Eddie Bondo de la cabeza
13
Y una vez más, como si el hecho de incorporarse junto al tocón
-Ahí estás –dijo-. Nada que ver con la mayoría de las chicas
que conozco.
que tengo.
-Ya veo.
tocones.
14
-¿Por qué?
Ella esperó.
rastro del animal que sigo. Si es que sabes. –Señaló las huellas
15
Era tarde; comenzaba a oscurecer en la ladera norte de la
16
Eddie se detuvo en dos ocasiones en el sendero, una vez junto
largos días, que eran como catorce estaciones o años. Era el ocho
hacerlo, claro que no. Dejaría que Eddie Bondo diese con ella en
17
exceso de las lluvias. Estaba cerca de la cabecera del arroyo y se
días.
-Exacto.
-Coyotes.
La miró con los ojos muy abiertos durante unos instantes. Ella
18
-Y linces rojos y osos y zorros –se apresuró a añadir para
dentro de las botas. ¿No se suponía que él debía decir algo cuando
Eddie no replicaba.
por eso lo hago –le dijo con frialdad-. Si son buenos entonces sus
-¿Ah, sí?
19
Eddie la observó, confundido. Ella estaba acostumbrada a ver a
Ella sonrió.
20
-Sí, en parte sí. Y para ocuparme del mantenimiento de los
-Así que eso es todo, tú y los osos. ¿De qué vives, de frutos
secos y bayas?
21
comprobar que sigo viva y trabajando. Si estuviera muerta no
vuelve así que deja las cosas en la cabaña. A decir verdad, creo
miedo.
Ella le miró a los ojos tanto tiempo como pudo. Bajo la barba
de dos días había una mandíbula que, con sólo mirarla, ella ya
caminando por el sendero ella dejó que Eddie fuese cinco o seis
silencios con palabras, lo cual era bueno. Así oía los pájaros. Al
-¿Cuál?
gorjeo agudo.
-¿Y eso?
22
-Bueno, porque no han anidado en esta cordillera desde los
tendrías que ser Dios para encontrarlos. Pero sólo canta el macho
¿acaso no eran cosas que sólo ocurrían entre las personas? ¿Formas
de comunicación?
depredadores.
-Lo intentaré.
23
-Creía que el lobo grande y malo era lo que te traías entre
-Supongo que sí. ¿Quién mató al último lobo por estos lares,
Daniel Boone?2
aquí solía vivir otro. Uno pequeño al que llamaban lobo rojo. Los
-¿Extinto?
Ella vaciló.
¿Es que no puedes pasear como las otras mujeres? No, no podía, y
2
Boone (1734-1820), fue un pionero estadounidense que desempeñó un papel destacado en la exploración y
colonización de Kentucky. En 1753 su familia se estableció junto al río Yadkin, en lo que ahora es Carolina del Norte,
donde se convirtió en un hábil cazador y trampero. (N. de los T.)
24
era una prueba, como un juicio por brujería, que estaba
predestinada a perder.
-Pero has dicho que has visto coyotes por aquí arriba –acusó
-¿Dije eso?
-No exactamente.
-He dicho que los busco –replicó ella. La habilidad para los
-Puede que lo sean para ti, pero no para mí. He visto cientos,
los indios.
-¿No?
-Pero seguro que una mujer lista como tú sabría hacer una
25
-Pero no sólo aquí –añadió, odiando el tono de charlatana que
los últimos años los coyotes han aparecido por todos los Estados
taxis.
piel de esas formas depredadoras que trepan por las hojas, las
26
búsqueda apremiante de machos, la puesta de huevos y la vida
eterna.
* * *
había sido hacía dos veranos y desde aquel día no había dejado de
27
pies como una enorme y arrugada alfombra verde, los campos y
hasta aquel lugar, hasta aquella vista que contemplaban ahora, sin
ella.
-¿Cómo lo sabes?
Ella se rió.
condado de Zebulon.
3
Barra de helado cubierta de chocolate (N. de los T.)
28
-¿Conoces a todas las personas de este condado?
casi irracional.
-¿Cómo se llama?
Eddie se reiría si ella le decía que se llamaba Egg Fork4, así que
no se lo dijo.
Eddie se colocó una mano por encima de los ojos, como los
-No.
-¿Entonces?
-Exacto.
4
Literalmente, “tenedor de huevo” (N. de los T.)
29
Eddie asintió.
-Vaya, no me extraña.
era más que una larga hilera de granjas pequeñas encajonadas entre
30
hermanas guiadas por una hembra alfa, cuya máxima determinación
vio tenía las pesadas tetillas de una madre que amamantaba. Las
familia, mejor.
31
Eddie Bondo interrumpió sus pensamientos. El nailon de su
era algo contra lo que ella nada podía hacer. Sin embargo, aquel
soledades durante más de dos años... sí. Había sido decisión suya.
tanto.
-¿Alguna vez has contemplado una vista más hermosa que esta? –
preguntó.
32
posible a la belleza que yacía a sus pies. Una descarga eléctrica
sola vez.
ramas más bajas y las sostuvo con una mano para que no le
33
ella para tocar otra flor que había pasado por alto y casi había
aplastado.
seco que sentía era peor que el hambre... más bien se parecía a la
34
soportaría todas las horas de la tarde y la noche junto a él en la
decir:
para hablar.
35
permitirle que se escapara. Sintió un dolor casi agradable en el
hueso pubiano.
cuerpos pero luego las olvidó porque sentía todas y cada una de
labios cuando le tocaron. Tan intenso era lo que sentía que cerró
aún, del mismo modo que cuando se está mareado y se cierran los
picado por el aire sino rodando montaña abajo sobre los dientes de
espejo en la cabaña.
36
Eddie la ayudó a ponerse en pie y caminaron durante varios
minutos en silencio.
que parecían abrirse desde ese lugar situado justo encima del
una sed de eones que, una vez el agua estuviera a mano, ningún ser
capas de nailon.
37
Entonces ella se hizo a un lado y se sentó sobre los tablones
-¿Vives aquí?
por eso ella dudaba de que fuera real. Eddie la ayudó a recostarse
miedo interior.
38
dándole a entender que podía tomar y poseer a Eddie Bondo. Era una
como una orquídea, o a la abeja que necesita, así que los dos se
* * *
seguían desnudas. Ella observó una gota de agua que colgaba del
39
Eddie, con la mano izquierda, le deshizo los nudos que le
algo similar.
la cara.
-Deanna.
Eddie esperó.
-Deanna, ¿y ya está?
todo eso.
marca el territorio.
40
que oyó la repentina y débil salpicadura sobre las manzanas de
sorprendido.
desapareciendo.
* * *
41
desconocidos. Tal vez “desconocidos” no fuera el término más
volar.
42
La presencia de Eddie llenaba tanto la pequeña cabaña que
trozos blancos de relleno para preparar los nidos. Eso era todo.
las mañanas no serían cálidas. Cuando Deanna llevó los dos platos
metro setenta. No sólo era más joven sino mucho más bajo.
43
-¿Ah, sí?
para insultarles.
mosca-. Eres lo que los chicos del oeste llamamos un largo trago
de agua.
5
Una mariposa de luz grande y amarilla propia de EE.UU., cuyo nombre científico es Automeris io. (N. de los T.)
44
brusquedad, desplegó las alas, mostrando los ojos oscuros de las
más tranquila del Misisipí. Los granjeros entre los que había
osos. Los europeos habían matado a los suyos hacía siglos salvo en
6
Forma obsoleta de “wolf”, lobo (N. de los T.)
45
con sus pies bonitos y de puente pronunciado, el suelo de la
cabaña con una gracia del todo natural. Deanna pensó que aquello
aquel año. Deanna sabía que se había celebrado hacía poco, cerca
46
{2}
transportar.
que daba al sur, donde recibiría más luz. Se inclinó hacia delante
Se había incorporado del asiento del tractor para romper una rama
47
de cedro y colgaba sobre el borde del campo. Puede que la rama de
sobrevivir allí si tan sólo pudiera llenar el aire con aquel aroma
era que soplaba una brisa suave en esa misma dirección. Los
tarde; cada día tomaba aire de forma honda y completa. Cuando Lusa
visitó a Cole por primera vez sonrió con cortesía mientras éste le
48
tarde y la respiración de la montaña comenzaba a rozarle la nuca.
los rizos bañados en sudor. Había llegado a pensar que Zebulon era
el tractor con ambas manos. La parte más baja estaba casi acabada.
mañana. Discutían casi a diario, pero esa mañana había sido una de
inhaló. Tal vez lo mejor sería dejar que Cole se burlara del hecho
49
-¡Ten cuidado! El proyecto exigirá varias aplicaciones de un
las erres porque sabía que a Cole le molestaría. Pero ¿acaso podía
Cole era el más joven de seis hijos, con cinco hermanas que
nunca habían ido más allá del pie de la hondonada, donde Papá
Widener había cedido a cada una de las hijas media hectárea para
50
tiempos. Para ellos la palabra pueblo significaba Egg Fork, una
Kroger’s. En tanto que Lusa era de fuera, del otro lado de las
conducía al buzón.
cocina para recoger la leche del día anterior del fresco porche
boca. Qué locura tan romántica y muda, pensó Lusa: una criatura
su compañero.
7
Nombre científico de la mariposa luna (N. de los T.)
51
Recogió la leche y la llevó con cuidado; vio que estaba
genio para llegar a tal conclusión?). Los días en que Lusa quería
la discusión.
52
Sin embargo, Cole no era del mismo parecer.
de campo.
que las hembras suelen recluirse. ¿Es que acaso Cole y ella eran
53
dibujos, anhelando las que se ocultaban en los lugares más
agrestes?
cabeza.
-Mierda –dijo Lusa en voz alta, dándose por vencida. ¿Es que
animales que hay sólo sirven para comer y hacer prácticas de tiro.
cuánto.
Lusa lo sabía. Las únicas personas con las que hablaba, aparte de
54
eres feliz, pues lárgate, para eso tienes las piernas. Regresa
habitual de Cole: “Me gustaba tanto estudiar que repetí todos los
que era un estudiante muy suyo. Cole estaba allí para asistir a un
lo mucho que ella sabía sobre las polillas del cereal, habitantes
55
que la inquietaba o halagaba, no estaba segura. Le había enseñado
aparearan con trampas perfumadas para que así las novias vírgenes
inocuos.
buscando con la boca sus zonas suaves y húmedas, haciendo que ella
demasiado bajo y con las caderas demasiado anchas como para que lo
que criaba los animales con las manos. Cole le hizo saber lo que
Aquello le gustaba.
luz.
56
A Cole le interesaba el amor de las mariposas de luz y más aún
desnudo.
57
que ella ya había comenzado a pensar que echaría de menos. Que la
recordaba las marcas del néctar de las flores, que indican a las
intensidad que Lusa ovulaba cada vez que Cole la visitaba. Lusa
una expresión para definir a las personas que eran como las
nueve”.
-¿Qué? –preguntó.
58
-Ah, se me olvidaba. Herb vendrá más tarde para llevarse el
rebuscando en el almacén.
buscarlo yo misma.
gracias.
tema de conversación.
apenas hablaban con ella pero sí sobre ella. Antes de que Lusa
59
la chica de Lexington que recorría el salón a gatas nombrando
-Vamos, no es cierto.
-Bueno, a pesar de que te odia con toda su alma –dijo Cole con
suma paciencia-, Lois nos ha invitado a una buena cena del Día de
-¿Cuándo llamó?
-Anoche.
8
Literalmente “calabacín”. (N. de los T.)
9
En EE.UU., el último lunes de mayo, día en que se recuerda a los caídos en la Guerra Civil de 1861-65. Antiguamente
se llamaba Día de la Condecoración. (N. de los T.)
60
-Era mucho más grande antes de que se impusieran los volantes
Lusa sonrió.
haciendo un gesto.
-¿Qué?
tarjeta de visita.
cuanto le gustaba?
familia?
-No.
61
-Deja que te ayude. Imagínate a tu hermana mayor. Imagínatela
sentada en esa silla, con el pelo azul y, perdóname, una cara que
justo aquí.
Cole se rió.
-Recuerdo que Mary Edna mordió las patatas y vio una viuda
-Entonces invita a las demás, que vengan sin Mary Edna. Como
62
-Oh, Dios mío –exclamó Cole chasqueando la lengua-. Me
Fayette.
63
mujer, había aceptado una oportunidad de lo más inesperada:
tanto.
64
Cole suspiró.
una granja lechera. ¿Qué esperabas que Herb hiciese, dar sus
-Coyotes, no lobos.
-Es lo mismo.
nacidos.
-Si es que eran coyotes, cosa que dudo dada la vista de Herb.
A decir verdad, también dudo que les disparara. Seguro que falló.
65
La mariposa desplegó las alas y Lusa vio las alas posteriores,
Pensó que se parecían a los ojos de un búho. Pobre del búho que
había tenido la culpa de que Lusa hubiera perdido la nata así que
una hora que había amanecido; el sol ya estaba bastante alto. ¿Es
66
-Bueno, ¿y qué es lo que Herb quiere hacer con nuestro
hundido.
Cole no se rió.
bebida.
-Es así. Tienes que convencerla para que retroceda dos pasos
un tono tipo “yo soy capaz de soportar esto” que hacía que Lusa
67
¿Tenemos hijos? Y yo sin enterarme, parecía decir la expresión
de Cole.
desfile de clichés.
apestando a humo.
años casados seguirían discutiendo sin saber por qué. Lusa estaba
68
que decir, pero, no obstante, lo decían, la madreselva y el
por todas partes, siempre, sin color ni sabor pero haciendo mucho
ruido.
69
su unión. Por una vez, su corazón se vació de palabras y se llenó
oscuridad.
* * *
70
parcial transportando grano a los estados del sur. Lusa sabía que,
noche, cuando tenía que ir hasta Carolina del Norte pasando por
de otra forma, tal vez pidiendo prestadas las ganancias del año
12
Principal elevación de los montes Apalaches (N. de los T.)
71
mariposas noctuidas que aleteaban locamente durante los últimos
Lois o a Mary Edna. Aquella era una misión diferente: tenía que
tendido pero que las esposas nunca saben. Sin embargo, sabía lo
suficiente.
72
{3}
Castaños viejos
pues veía tanto con la memoria como con los ojos. El valle húmedo
73
había llamado así en su interior años atrás: una canción que
las manos durante unos instantes. De niño nunca soñó con una edad
74
{4}
Depredadores
cabeza hacia las primeras luces del día, arrancando del calendario
excesos apasionados, pero ningún ser vivo con alas o corazón o una
llegaba.
a la de Kentucky, cuyo gorjeo era más solemne. Una tenue luz gris
del cielo que Deanna veía entre los árboles oscuros. Aquel valle
75
largos y la luz del sol pero aquél era el mejor canto matinal de
tonos distintos, pero muy juntos, por lo que casi nadie, salvo
ellos mismos, sabría distinguir los unos de los otros, sobre todo
pájaro que le había fascinado de niña, mucho más que el del grajo
cuando iba de pesca con su padre. Era posible que no les hubiera
76
prestara atención a los participantes por separado: un picogordo
podía, del mismo modo que una persona a dieta vigila las galletas
Deanna.
77
enorme. Había elegido un lugar que pudiera observar desde la
Smokey the Bear13 (le habían entregado los uniformes del Servicio
roca todas las mañanas con el alpiste en el ala para que así los
13
Nombre de un personaje animal empleado en la publicidad para la prevención de incendios en EE.UU. Por extensión,
se utiliza para designar un sombrero de ala ancha (N. de los T.)
78
lo podría poner y caminar con una bandada de carboneros sobre la
té, emitiendo destellos plateados. Cada año más plata y menos té.
tendría que cortarse el pelo. Al parecer, era una regla para las
79
puntas con las tijeras de su navaja del Ejército Suizo. Esa era la
No era justo.
Eddie había dicho que su pelo era un milagro, que era como si
80
árboles. Dio un grito ahogado, mareada, cayendo hacia arriba,
directa hacia las copas de los árboles. Recordó la primera vez que
volvía a pegar.
aseguraba que era demasiado suave para ser real. Le había dicho
81
cosas: su cuerpo contra el suyo, el olor de su piel. La expresión
mano abrió el armario con la otra y cogió pan de maíz del día
82
Deanna estaba convencida de que era la misma familia o, en
saberse sobre ellos. Como que sólo la hembra alfa daría a luz; las
cuanto abrieran bien los ojos. Si los padres morían, las crías
si alguien pasaba por allí. Así pues, sería por las mañanas.
83
el sol hubiera calentado los campos del valle y el aire todavía
bajas por los campañoles, entre otras cosas. Sin embargo, esa
14
Jerónimo, o Gerónimo, jefe apache nacido en Arizona, se hizo famoso a finales del siglo XIX por la resistencia que
opuso a vivir en una reserva. Cuando el Gobierno de Estados Unidos intentó trasladar al pueblo apache chiricahua a
Florida y Alabama, Jerónimo inició una serie de ataques contra los asentamientos blancos que duraron diez años.
Escapó de las autoridades federales en varias ocasiones, pero se rindió por última vez en septiembre de 1886 (N. de los
T.)
84
granjeros de la zona nunca pisaban el bosque excepto en la
temporada del ciervo y con una botella de Jack Daniel’s por única
sentó sobre un colchón húmedo formado por las hojas del otoño
* * *
conocía tan bien por los estudios que a veces soñaba con ellos.
85
conservador que cambiara la exposición; le había explicado que los
coyotes eran animales sociales y que exhibir a uno solo era cruel
ahora todos parecían creer que la situación era buena. Dos años
15
Nombre científico del coyote (N. de los T.)
86
jamás volverían a levantarse: la curruca de Bachman, la paloma
papagayo había vivido en los acogedores condados del sur para que
87
Un poco más adelante, donde el sendero atravesaba un claro y,
cordero; una manada acabaría incluso con una vaca adulta. Sin
embargo, haría falta una manada considerable, tal vez dos docenas
“sandía, pochada”.
88
acababan de pasar por la etapa en que se les caen las flores. Las
marcharan.
89
-Pillo, más que pillo –dijo en voz alta, riéndose-. Grandísimo
* * *
cosas más que debería haber anotado antes. Había olvidado por
completo las libretas durante los nueve días que Eddie se había
Había leído con esmero una y otra vez los famosos experimentos de
90
había recogido todas las estrellas de mar de los charcos dejados
saciedad por casualidad: al eliminar los pumas del Gran Cañón, por
Deanna cada uno de ellos también era una pieza del puzzle que
91
durante los últimos cincuenta años. Lo que había controlado a
una razón sencilla: ocupaban poco a poco el hueco que había dejado
los grandes felinos que cazan con la vista. Era como el coyote con
hecho, a tenor de las huellas que había visto, los coyotes eran
prácticamente del tamaño del lobo rojo y era probable que fueran
92
tiempo iba apareciendo en forma de huellas silenciosas, volviendo
asesino a su guarida.
ponerle nombre a ese antojo, así que lo llamó “comida”, algo que
93
Entró y encendió la lámpara de queroseno, sin pensar en el
como solía hacer, las suficientes para comer durante media semana.
rostro.
Sólo era comida y tenía mucha más pero le apetecía esa. Colocó
Cuando se vive solo no cabe otra que maldecirse a uno mismo cuando
pan de maíz queda decorado con caquitas. Claro, podía culpar a los
94
ratones si quería, malditos demonios. Pero sólo hacían su trabajo,
dejado los ratones. Caminó hasta el final del porche con los
95
comenzara a sentir la desorientación final y mortal que se apodera
* * *
96
Se reincorporó, se abrazó bajo la manta y sostuvo la trenza en la
la linterna contra la frente, entre las cejas. Era algo que había
directamente.
de un mapache. Coyote.
97
{5}
regreso de Cole: todo eso se había acabado. Ahora podía leer donde
quería. Lusa intentó que ese extraño sueño le pareciera real pero
98
interior, una mujer con un vestido negro prestado que le quedaba
visto por dentro o siquiera imaginado, sobre todo con ocasión del
para la visita tendrían que esperar en fila una hora o más, eso es
apenas había un alma del valle que no hubiera venido. Cole era un
99
Lusa no había tenido que hacer cola. La fila acababa donde
vasija vacía con dos hijos y unos ojos tristes del mismo color que
100
para preguntar a Lusa si había visto a su gato rabicorto, cuando
lo perdía de vista.
bajo las piernas de Lusa y las extrañas medias negras que alguien
poco más duras, pero la cadencia era en general más suave. “Ese de
paso, no habrá más plantación de tabaco esta semana, Law, no. Pues
101
-No, no, que no se le ocurra. Esa es la tierra de los Widener
ver?
Oh, Dios mío, Cole. Clavó los nudillos en las cuencas de los ojos
conmoción, dos noches sin dormir y dos días rodeada de gente que
102
como una risa. Hannie-Mavis rodeó los convulsos hombros de Lusa
tú.
que no merecía?
-Todo irá bien –le dijo Lusa sin sentirlo. En cuanto me haya
marchado.
tan pronto.
103
ansiar e inducir como una vieja melodía en su interior que nunca
104
Un poco después de las nueve, Mary Edna empezó a insistir en
confundido que intuye que están siendo injusto con él, convirtió
Mary Edna que se quedaría allí hasta el final, hasta que la última
realidad.
* * *
105
alguien podría robarla, teniendo en cuenta que la casa estaba
que dormía. Lusa había abierto los ojos y se había encontrado con
para Lusa las noches eran lo peor. Tenía que rondar por las
correcto? ¿No tenían que volver a sus respectivas casas para estar
con sus maridos e hijos? Lusa se tumbó sobre el cobertor del sofá
106
quien apoyarse. Mary Edna le había dicho al pastor, sotto voce:
origen de su padre, que tanto tiempo hacía que había perdido (“ese
muy mayor”), sin entender cómo era posible que Lusa se hubiera
funeral.
107
error que debía ser reparado y perdonado. Se las imaginaba a las
sufrimiento de Lusa.
tiempo.
108
aunque nadie lo hubiera mencionado. Ahora Cole había desaparecido
probablemente más viejo que esa casa de cien años. Seguro que
esa cama no podría dormir, en la que menos de las tres que había,
109
vaso con la tapa del azucarero y se lo había llevado al armario,
estar.
Jewel.
puedo.
110
pequeño frasco de plástico. Se devanó sus inútiles sesos
intentando comprender.
-Sí.
-Lo sé. Quieres cerrar los ojos a todo lo que hay pero, al
mismo tiempo, piensas que hay algo que tienes que ver y que no te
quieres perder.
-Eso mismo.
hizo una pausa, se tornó más tímida, y entonces Lusa sí que estuvo
a olvidar.
111
-Oh, Dios mío. –Lusa soltó un quejido al recordar un cuerpo
fuerza.
-¿Por qué?
distancia.
112
* * *
la muerte.
Entonces se acabó.
-Lusa.
-¿Cómo sabías que era yo? –le preguntó tapada con la manta, al
-Sí.
113
mujeres tumbadas bajo las mantas. El placer, exquisito e
El hombre hablaba con voz suave, una voz que le llegaba desde
posible.
hay palabras.
114
imposible pero allí estaba, después de todo lo ocurrido, todavía
ventana, era que las palabras no eran toda la verdad. Lo que ella
la forma de descubrirlo.
115
{6}
Castaños viejos
tronco hueco allá en los bosques del monte Zebulon. Era de tal
116
y convertirlo en leña. Se habrían enfurecido como bestias al
podían circular los tractores, era cierto. Aun así, con los
117
Nannie Land Rawley era la vecina más cercana de Garnett y su
cruz.
volvía más triste pero más sabia. Sin embargo, no ocurrió así con
mujer ya era poco sensata de por sí. Había llevado al hijo delante
todos, pero aun así, Nannie era el tipo de persona que salía bien
118
Gretel del cuento. Chismorrearían un poco porque, ¿cómo era
una cosa es que una Hereford17 salte una valla y entre en casa del
17
Raza de ganado para carne. (N. de los T.)
119
A buscar “señales y maravillas”, como decía la Biblia, aunque al
120
ningún respeto por la propiedad, por los mayores en general y por
Tenía que detenerse cada cierto número de pasos para separar las
los fumigaban. Bastaba con una buena dosis del herbicida Two-Four-
bien cuidado. Pero no, lo que el tenía era una maraña de zarzas
121
seguro de que su corazón lo soportara. En poco menos de tres
Empezó allá por abril, cuando Garnett dejó que los chicos del
condado.
122
Había señalado de forma histriónica la valla que delimitaba sus
gustaba leer):
buenos vecinos”.
mano de Dios).
atrás Garnett había imaginado que era una moda pasajera, como la
123
Garnett estaba empeñado y obligado a utilizar en sus árboles de
pulgas y los gusanos del maíz, por supuesto. (Todas menos las
infancia). Pero, ¿podía ser realmente tan tonta como para temer a
era un día frío, notó que un sudor oscuro le bajaba por la camisa
zarzas estaban tan juntas que casi era imposible abrirse paso, y
124
Pero no, quería cruzar por allí, por debajo de la valla
125
Garnett Walker después de que la primera helada acabara con la
6”.
intención:
-¡Socorro!
cabeza como la mujer del almíbar, tía Jemima. Apareció como por
a saber qué remedio casero que estaría preparando, Nannie con sus
Aquí estoy, pensó Garnett, al final de los días que me han sido
bichos.
mujer. Intentó ayudar con sus piernas inútiles pero se sentía como
126
si estuviera participando en una lucha de caimanes y se dio
caimán perdedor.
-¿Cómo?
127
Garnett estaba tan avergonzado que era incapaz de articular
ahora tenía una tortuga en el pie era, sin lugar a dudas, culpa de
ella.
128
-Bueno, señorita Rawley –le espetó-. No me lo imagino,
¡Como las garras de una osa! Ya había tenido suficiente con que le
pusiera las manos encima una vez. No iba a desvestirse para ella-.
sus pasos sonaba como un coche con la rueda pinchada. Tendría que
129
Se volvió de refilón para echar una mirada atrás. Nannie
Marmota18.
18
El 2 de febrero. Según las creencias populares, el día que la marmota sale de la hibernación: si ve su sombra, se
predice que habrá seis semanas más de tiempo invernal. (N. de los T.)
130
{7}
Depredadores
detenido a admirar.
dicho para bromear pero ella sabía ciertas verdades sobre el aroma
131
mañana. ¿Podía disimular lo contenta que estaba? ¿Cómo no iba a
quererle?
-¿El qué, que mi cuerpo habla con el tuyo? –Dio un pisotón con
la bota a los bejines, por lo que se formó una nube de esporas que
qué te refieres?
seguiría.
luna.
Eddie se rió.
132
-Así que en los viejos tiempos, cuando dormían en el suelo
qué? ¿Me estás diciendo que todas las mujeres del mundo estaban en
celo a la vez?
revelar un secreto.
-Según como lo mires, no está nada mal. Luna llena, mucha luz.
-Sí. –Se volvió para seguir colina arriba y sintió los ojos de
133
-No lo sé –dijo en voz alta, guardándose sus conocimientos
aquél podía ser el único hombre que había conocido desde la muerte
Eddie sonrió.
servicio?
pronunciadas.
134
refugio al que se dirigía, a unos treinta metros montaña arriba.
naciéramos.
-Unos tres metros de largo y sí, alto, sólo hay que agachar la
Ella giró sobre sus talones para verle la cara, con la trenza
al aire.
-¡Ese es mi sitio!
reconocerlo.
135
-No –respondió y se calló porque él la estaba besando y la
-¿Quién lo taló?
cincuenta años.
-¿Nadie lo taló?
136
paquete arrugado del bolsillo de sus vaqueros, qué premeditación.
Por supuesto, sabía que era fértil. Había que tomar precauciones.
lejos que estaba todo aquello para ella, tan lejos que incluso sus
ciertos días, ciertos años, ahora que había rebasado los cuarenta.
137
todo aquello, Eddie Bondo mirándola a los ojos, tomándole la
polvo de castaño.
vuelto.
hacia abajo y le tomó la nuca entre los dientes como un león a una
mutuo acuerdo.
* * *
138
por completo. De repente, se dio cuenta de que era tarde. Abrió
dejado temblando.
-Vaya, Deanna.
139
-Suéltame.
-No si vas a matarme. ¡Qué genio, mujer! –La agarró por los
Eddie insistió.
-No te necesitaba.
-Ya lo sé.
una sonrisa.
140
-Estaba bien aquí antes de que aparecieras. Durante dos años,
todos modos.
-Ya lo veo.
-¿Por qué?
141
Siguió sin volverse para mirarlo, no quería verle el rostro.
respiraba detrás de ella. Bajo la luz del exterior casi era capaz
los bejines, las mariposas luna y los coyotes. Ese mundo umbrío y
Se secó las lágrimas que corrían por sus mejillas con el puño
142
con las yemas de los dedos. Se llevó esos mismos dedos al labio
143
{8}
sedal, mientras que otros parecían bordados con cuentas, como una
casa, aunque seguían viniendo varias veces al día para “ver” cómo
que comiera, incluso qué comer, como si fuera una niña. Pero luego
144
se marchaban. Lusa podía quedarse en el porche con unos vaqueros y
guardaba rencor el padre de Lusa; ella suponía que por casi toda.
19
Músico tradicional judío que toca en pequeños grupos. (N. de los T.)
145
muchos años. Y ahí estaba en aquel momento, en una hilera
Herb, y el marido de Lois, Big Rickie, quien salió del asiento del
varias veces en las tablas del suelo del porche antes de quitarse
146
-Rickie, Herb –saludó, irguiéndose-. Me alegro de veros.
tanto como un tiro en la cabeza. Una semana más así y las ranas se
ahogarán.
147
aspectos. Lusa sentía cierta lástima por la suerte de Little
junio?
Herb asintió.
es Cole.
148
¿Y Jewel?, se preguntó Lusa. ¿También gobiernan su vida desde
trasplantar el tabaco.
klezmer.
zona.
149
-Recuerdo que probaste a ir detrás del tractor y preparar una
bien.
año?
-No hace falta que hagas nada. Puedes quedarte dentro de casa
si quieres.
en mi finca.
-Bueno –dijo ella-, ¿por qué plantar más tabaco cuando todo el
150
lo han decidido. El gobierno se ha empeñado en conseguirlo, ahora
que todo el mundo sabe que el cáncer mata. Y todo el mundo nos
campos, donde quedaba claro que deseaban estar, con lluvia o sin
maíz tierno.
con los dedos-. Unos quince mil dólares. Menos el gasóleo para el
de maíz.
151
-Sí –corroboró Big Rickie-. Más o menos. 3.700 dólares por
media hectárea, menos los gastos del tractor, las simientes y las
sustancias químicas.
acabó tu turno”.
noticias.
dijeron fue que si otros dos tipos del condado intentaban lo mismo
152
-Lo mismo. Los tres perdieron dinero. Uno de ellos estaba tan
cultivar tabaco y no hace más que esperar que haya sequía para
ignorancia.
que quieras, hasta que sea un buen momento para vender. Es posible
que en este condado sólo se cultive tabaco pero cada una de las
problemas.
153
de la catalpa y las aporreaba como las teclas de una máquina de
escribir.
-Tiene que haber algo más con lo que pueda ganar algo de
¿no? Sacaré lo mismo, o sea nada, del tabaco que no haya cultivado
154
-Bueno –dijo Lusa al tiempo que daba una palmada-. Tengo un
respiración, contando los segundos que faltaban para que los dos
Lusa logró esbozar una especie de sonrisa, con los ojos bien
* * *
habían entrado sin llamar, todos ellos, incluso cuando Lusa y Cole
155
mayor con una caja de frascos de conserva en la cabeza,
encimera.
Estaba angustiada.
olvidado.
156
mientras su hijo de diez años circunnavegaba el centro de la
mano. El niño más pequeño, Lowell, alargó la mano para hacerse con
nada.
-¿Para barrer?
de hablar.
157
expresión más femenina que Lusa había advertido en Jewel. Se
esfumó rápidamente.
sopas.
bayeta.
158
-Muerto –añadió Lusa-. Es lo mismo. Por aquí la gente se
sobre todo entre las más jóvenes, las esposas de su edad que
definitiva.
parte posterior.
era hermosa.
en tarros de conserva.
159
tapa plana del recipiente para enlatar al baño maría; la sostuvo
tarros a esterilizar?
hombre a su lado.
ocho kilos.
-¿De conservas?
dulces, verdad? Las de ese árbol de tronco doble que está por
encima de los manzanos. Vaya, esas cerezas son las mejores. Papá
culpabilidad por ser ahora la dueña del árbol que Jewel había
aprendido a querer.
160
-Sí. Siempre decían que le alcanzó un rayo el invierno en que
animada.
-Mary Edna fue muy dura contigo por eso. No tenía ningún
facción. ¿Cómo había llegado hasta allí, varada en una familia sin
mesa. Jewel la dejó estar. Lusa oía los tarros tintineando entre
161
-Siguen siendo un montón de conservas.
sobran, hacemos unos pasteles hoy mismo. Haces la mejor masa que
reconocerlo.
yo.
fuera. Los niños no eran lo suyo. Eso era lo que siempre le había
dicho a Cole, que los bebés la ponían nerviosa. Sin embargo, desde
más pequeños.
162
-Unos cinco kilos y medio, como iba diciendo –rió Jewel-.
-¿Por qué hago todo esto? –preguntó de repente con voz sorda y
dura.
hombros.
para nadie.
163
-Lo que quería pedirte no es eso. No sé si pedírtelo es... en
cuando?
Lusa sonrió.
-¿Quién lo dice?
164
-Es tuya, querida, podrías venderla o hacer con ella lo que
dijo que ahora existe una ley, una estatua de sucesión o algo así
por la que la familia podría recuperar una finca, pero ahora pasa
a la mujer.
abogados.
fuera normal. Pero cuando no hay nadie aquí, a veces tengo que
supone que debo hacer, Jewel? Tengo veintiocho años. Nunca he sido
165
orgulloso e intenso que sabía que le gustaba, en teoría, pero de
Jewel tenía los ojos tan parecidos a los de Cole, tan serios y
nerviosismo, al parecer.
-Quiero que sepas una cosa. Mary Edna y Herb podrían ayudarte
166
-Puedo hacerme cargo del entierro, de hecho ya está pagado.
pedirle el dinero...
nombre de soltera.
¿Qué más? Oh, sí, el flamante Kubota nuevo de Cole, veintidós mil
167
-Él no quería pero necesitábamos un tractor y se merecía uno
nuevo. Me parece que ese John Deere de tu padre tenía más años que
-Ahora que lo dices ese tractor sí que era más viejo que Cole.
que se estropea cada dos por tres. Y que se encargue de los cerdos
más entristecido que Lusa había visto en una larga serie de días
una mujer mayor. De cerca parecía mucho mayor de lo que Lusa creía
que era.
dicho.
-Oh, han estado aquí. Supongo que ahora son los que mandan en
yo ya no pinto nada.
168
-No tienen nada que tratar conmigo. Ni siquiera tengo flores
llegar.
Rickie? ¿Y Herb? ¿Cómo puede ser que viva entre todos vosotros y
169
-Saca los tarros de la conservera y hierve el almíbar.
Enseguida vuelvo.
kilos de cerezas sin cocer. Debería añadir algo ácido para bajar
derretirán.
170
-Da lo mismo, de verdad. Me alegro por lo de las judías. Me
resultaba cómica.
-¿Crystal?
-Oh.
-No te creas que es por lo de Shel, por eso de que a los niños
171
Jewel parecía tan vulnerable que Lusa le veía las venas a
gato!
no es un hombre?
172
-Tenías que haberme visto. Tenía las rodillas siempre
cucharón?
Lusa sonrió.
algo.
-¿Cómo?
173
-Bueno, dejemos el tema. Crys es Crys. Cuéntame por qué estás
mi tabaco el sábado.
-¿Y?
Le insistí a Cole para que dejara de fumar todos los días que
estuvimos casados.
174
-Están atrapados.
-Están atrapados.
hacia la montaña.
-Los árboles, las polillas. Los zorros, todos los seres vivos
la de tus hermanas.
Jewel sonrió.
175
-¿El qué?
no fuera el tabaco.
hubiera dicho que pudiera ser... pues... ¿un iluso? –Se echó a
176
Excepto una columna de dirección atravesándole la caja
Idaho. Las que crecen aquí tienen demasiado azúcar. Hace que no se
-¿Demasiado azúcar?
22
Famosa cantante de country de los años sesenta y setenta. (N. de los T.)
177
caliente que le escocía la piel. El escozor parecía un castigo que
mi marido.
178
Lusa cruzó los brazos sobre el estómago al tiempo que contenía
escudriñaba a Lusa.
179
Jewel vaciló.
de campo.
Por todos los santos, Jewel, ¿de verdad os creíais que llevaría su
180
Lusa, quien se dejó abrazar con torpeza. El cuerpo de Jewel se
y a otro.
Aquí hay fantasmas. En esta cocina hay uno que provoca peleas.
181
{9}
Castaños viejos
tan sólo por unas vetas de liquen de color naranja y verde lima
podía hacer el hombre era dar gracias al Señor por haber honrado
182
graneros, los jamones de los cerdos que habían engordado a base de
que las ciudades estaban pobladas por ese tipo de gente, la que se
183
No le había hecho falta poseer un imperio y no le preocupaba el
los había plantado en sus patios tras la plaga. Las castañas les
184
que se extendiera y multiplicara en las montañas y bosques de
de su padre.
todo y todavía era junio. Se dio cuenta de que las parras Concord,
185
escarabajos y las semillas de las malas hierbas, aunque él lo
y eficaces sabría cómo quemar la maleza del campo pero ella estaba
“Montones de vagancia”.
siquiera?
viernes por la mañana. Los sábados por la mañana siempre salía con
últimamente también salía los martes por la tarde, para algo que
186
lleno de mujeres tomando café con pantalones de sport y hablando
no era nadie para juzgar (aunque para no ser “nadie”, había que
187
salido a sus campos de almácigas híbridas para recuperar el tiempo
necesitaba de la ferretería:
hileras de árboles
(Le dolía tener que comprar los marcadores porque sabía que
188
perdido casi una hora buscándolos y sospechaba que se los habían
Oda Black cada vez que necesitaba pan, Miracle Whip y salchicha
tortuga.
189
oeste para evitar el calor que entraría por la tarde durante su
ensalada de col por 5,99 dólares. Garnett sospechaba que como era
vida.
nada que ver con un tortazo. Hacía tiempo que Garnett sabía, si
190
lo mejorcito de la vida diaria estaban llenos de misterios
mero afluente del río de dolor por el que un anciano debe nadar al
191
un poco y entrecerró los ojos para mirar por la parte superior de
problema que el padre de Garnett tenía que haberse olido: una hija
192
con un hija ilegítima que era deficiente mental y decidida a
la vida evitando pensar cómo podían haber sido las cosas. Nannie
¿Por qué? ¿Por qué hacía Nannie lo que hacía, ante Dios y la
que alertó sobre el uso del DDT. Según parecía recordar Garnett,
193
¿Dónde estaría ahora, un viernes? Los viernes nunca salía. Se
muy poco tráfico. Todo aquel que pasara por aquella carretera
percances.
que hacía todos los viernes. Aquel día también tenía que comprar
194
que cultivar. Después de comer en Pinkie’s haría una parada en la
establo durante una temporada. Todos los niños la vieron antes que
195
culpabilizaba a las gramíneas, las típicas plantas que la gente
plantaba para los pastos. Crecían tan densas que las crías de
para que cambiaran los pastos autóctonos por los de ese tipo, que
pensado que el kuzú era una gran idea, ¡Jesús!) Ahora las
jungla sin saber a dónde ir. Pero los pastos eran necesarios.
todavía le preocupaba más que Nannie Rawley pasara por allí una
Todo el mundo sabía que lo hacía. Los chicos los pescaban con
jábega y los vendían a Dennis Grandy por un penique cada uno, sin
196
todos aquellos que iban a pescar percas con salamandras eran
ella decía, una especie más entre nuestros hermanos, los animales.
197
mismo instituto en el que Garnett había enseñado agricultura
niños, que no iban lo que se dice sucios pero que nunca parecían
decidía hacer una agradable visita al pueblo? Esa mujer era más
donde los amish celebraran su mercado los sábados. Pero hoy era
viernes. Sin embargo, allí estaban, sin lugar a dudas, los niños
¿Acaso había tantos amish ahora que tenían que celebrar sus
de una larga hilera de granjas al otro lado del río. ¿Cómo es que
les iba tan bien, cuando el resto de los granjeros del condado
198
Durante algún tiempo había sentido curiosidad por esas granjas que
Había que tener valor para cruzar ese desfiladero todos los días.
granja como esa. Entonces Les Pratt le había dado la respuesta con
199
que cuando recordaba el rostro de su hijo durante la inocencia de
parte del pueblo haciendo otro tipo de cosas, las compras que, por
200
manzana, de cereza y de otra cosa llamada shoofly24. Pero, por el
enfrente había una mesa con las cosas que a ella le gustaban, las
24
Pastel relleno de una mezcla de harina, mantequilla, azúcar moreno, melaza, etc. (N. de los T.)
201
alto con olor a viejo le pareció más un desván que un comercio:
golpeó la cabeza con el cartel que había encima de los mismos, que
poder pensar.
puerta.
202
Herbicida y malathion. Atisbó una botella de malathion en un
lista?
Marshall.
de los amish? ¿Era una de esas brujas unitarias, que iba volando
25
Big significa literalmente “grande”, de ahí el comentario. (N. de los T.)
203
Sin embargo, no tenía escapatoria. La caja estaba cerca de la
divertido a la vez.
-Dios mío, creo que tendría que verlo para creerlo –dijo
la caja, ¿eran necesarios los tres Little para marcar una dichosa
204
tormento no iba a tener fin? Al parecer tenía intención de
Garnett tendría que pasar por delante suyo. Eso estaba claro.
Que te parta un rayo, pensó él. Ahí te quedas, con las manos
sienes hasta que hubo recorrido dos manzanas calle abajo, pasado
205
El cortacéspedes que sabía que le estaba causando problemas, el
206
{10}
interior del establo, volando desde sus nidos por las vigas del
respondían del mismo modo. Como algunas personas, pensó ella: con
207
-Bien, supongo.
-¿No? –Lusa alzó la vista hacia él-. ¿Por qué no? La tierra
que todo parecía correcto para mañana pero no había nadie. Creo
-Bueno, tío Herb dice que está muy ocupado con los terneros. Y
tabaco.
dejara de dar leche. No había nada que hacer hasta que Lusa se
208
su cuerpo de adultos. Lusa se dio cuenta de que no debía pensar en
este condado.
negro.
al pie de la letra.
servirá de lección.
209
-Cuesta unos tres mil dólares arreglarlo, calculo. Tal vez
pensando que este año a lo mejor dejo que las vacas coman nieve.
mujer, por qué daba rienda suelta a su ironía con ese muchacho? Él
Cole.
veintisiete años.
210
-¿Hacíais novillos juntos? –Lusa caviló al respecto-. Cuando
Rickie.
la leche de su madre.
-Sí.
tonto, ¿no?
tranquilizarlo.
211
ante el hecho de que siguiera en ese establo al término de todos
-Cierto.
-¿Sí?
212
-No, tío Herb nos da casi cuatro litros todos los días. Nos la
llorosos.
nacionalidad.
americano, ¿sabes?
-Vaya, no lo parece.
213
Se colocó bajo la luz, con los brazos extendidos sobre los
-Oí que mamá y tía Mary Edna hablaban de eso, que seguías una
-No era nada contra ti, tía Lusa –dijo desde la oscuridad, lo
214
-De que se muriera. Cuando los hijos eran algo que podía
-Hacia la Meca.
Lusa rió.
ojos. –Se colocó las manos frente a la cara y miró por entre los
215
silueta, le provocará pensamientos impuros, ¿sabes? Y la culpa
será de ella.
-Vaya, eso sí que es duro. Y yo que creía que tía Mary Edna
-¿Sí?
216
-¡Anda, Rickie! –Rió débilmente y volvió a sentarse en el
-Puede ser.
carga de su soledad. Nadie iba a hacerlo por ella. Apoyó las manos
los judíos y todos los musulmanes que conozco pasan más tiempo
siempre.
-Ah.
cristiana, Rickie?
217
-Claro, adelante.
218
-Otras Navidades, otras Pascuas. Sí, no estaban tan centradas
por la noche.
-No.
219
-Oye, yo pensaba que criabais cabras, Rickie. ¿Qué son esos
parece.
dieciocho kilos o algo así. Los jueces les tocan las costillas y
refiero.
pariente vuestro.
26
Organización subvencionada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. cuyo objetivo es enseñar a los jóvenes
los métodos de agricultura más modernos y otras técnicas útiles. El nombre responde a la intención de la organización
por mejorar la mente, el corazón, las manos y la salud; en inglés los cuatro términos comienzan por “h”, de ahí que se
llame 4-H. (N. de los T.)
220
-Sí, pero el señor Walker es el asesor de ganadería de la 4-H.
o dos cabras baratas para una fiesta? Qué demonios, incluso podría
-¿Qué es eso?
de su madre.
campo.
221
-¿Tú crees?
-Te lo juro.
invierno.
en todo el día.
cogió el paquete.
-¿Puedo probar?
fumamos todos.
222
-¿De verdad es la primera vez?
Lusa se rió.
apoyar el proyecto.
Tía Lusa, espero que te lo tomes a bien, pero no eres una vieja.
223
-Al contrario. Ya sé que tú y Cole hacíais novillos juntos y
tu madre.
Rickie resopló.
sepa?
224
-Sí, tía Emaline es más mayor que mamá. Y tía Hannie-Mavis es
-No, tía Jewel es la más joven. Nació justo antes que Cole, se
-¿Jewel? ¿Seguro?
enseña nadie desde que tío Shel se fugó con esa camarera.
-Oh, puaj. –Se dio una palmada en la cabeza que hizo reír
cincuenta.
inseparables.
225
-Oh –exclamó Lusa intentando asimilar aquellas palabras-. Y
encendía de nuevo, pero se dio cuenta de que no era deseo sino una
algún día. Imaginaba cómo se comportaría con una novia: con cariño
-¿Entonces qué?
cabras, empezando por mí. Te puedes quedar las dos que tengo.
última vez que había celebrado un Id-al-Fitr había sido cinco años
quien Lusa podía conversar. Alguien con quien cocinar. Había sido
226
tiene once días menos que el cristiano. A esas alturas, Id-al-Fitr
embarazadas a la vez?
las que se come cabra, a final del año. Y eso significa que Id-al-
un cabrito?
un poco menos.
227
¿Puedo conseguir que un macho cabrío deje embarazadas a todas las
la risa.
-¡Hablo en serio!
-No, no, no. Son cabras para las fiestas religiosas. Sin
-Creo que sé cómo va, si tienes cabras que nunca han estado
con un macho y las pones todas en un campo con él, todas están en
mantenerse en pie.
Rickie lo pisó con el extremo del zapato, se pasó una mano por
228
puerta abierta. Ya había anochecido y estaba oscuro en el
exterior.
-De acuerdo.
-No creas. Más que nada tienen miedo de decirte las cosas,
toda la familia.
la granja. Mis padres o tío Herb y tía Mary Edna podrían perderla
Imagínate.
229
-¿De veras? ¿Qué tipo de granja?
codos.
230
en ellas: como moléculas visibles, pensó Lusa, que llenaban el
231
-Soy viuda con una granja hundida por las deudas, estoy en un
Rickie rió.
Cole se volvió loco por ti. Pero, ¿cómo no? Eres guapísima, lista
y todo eso.
algo del Cole que ella había conocido, no en los ojos de Rickie,
232
largo del año. Necesita quinientas para la misma semana. Si
meses después?
eso, ¿no? Algo es algo. ¿Alguna vez has criado ganado? –Inclinó
una ceja hacia él, pero Rickie estaba inmerso en sus propios
-Cierto.
233
-Ni siquiera lo sé; hace años. La puso Cole. Rodea la zona
principal de pastoreo para las vacas de ahí arriba. Tuvo una mala
heno, quizá un poco de forraje después de que nieve. Pero para que
-Oh, ese debe de ser el motivo por el que la cabra es tan cara
en invierno.
234
-Pero ¿crees que podría hacerlo?
-Es posible. Creo que toda la gente del condado pensará que
cabras. Pensarán que eras una chica de ciudad con la nariz metida
235
{11}
Depredadores
mañana fría sin tener que salir antes a buscar leña era, sin duda,
una mejora.
los extrajo del paquete como un mago que une pañuelos sacándoselos
visita a tal sitio para vete a saber qué dolencia. A decir verdad
236
la dura realidad de aquel hombre no le importaba lo más mínimo, el
una mujer para tener donde dormir. Deanna había hecho todo lo
encharcada dejada por la marea, cosas que ella nunca había visto,
seguridad.
237
cosquilleo en el cuerpo al anticipar el regreso de Eddie a la
palomilla asustada.
las alas.
así.
238
Eddie retrocedió, respetando aquella afirmación tan alarmante.
Deanna sonrió.
así?
hacia la Meca.
sugirió Eddie.
Eso la conmovió.
239
dibujaban formas geométricas; el envés del ala era rojo escarlata
desapercibida en el mundo.
-Lo era. Tenía teorías sobre todo. Decía cosas como: “Mira el
pontífice índigo, qué azul es, parece haber caído de otro mundo en
marrón como el barro. ¿Por qué crees que tiene ese color?” Y yo
240
gritar como una chiquilla, me pasa siempre. –Había advertido que
-Mi madre no decía gran cosa, más que nada porque estaba
resto de la historia.
minutos.
241
-Podía sobrevivir sin mí perfectamente. Tenía otros hijos, eso
fue años después. Nunca llegaron a vivir juntos, los dos tenían
granjas que llevar, pero ella era buena conmigo. Es una mujer
bien qué hacer con ella. Y también tenía una hija pequeña, con el
besó.
242
continuación estuvieron tranquilamente observando un par de
vida.
-No me lo creo.
243
-¿Qué es esto, Bondo? ¿Una especie de maniobra para arrear a
las ovejas?
suspensión de la condena.
-Yo pregunto.
pensó en los árboles que habían sido en otro tiempo, mucho tiempo
244
oían unos arañazos procedentes del espacio situado encima de los
hojalata galvanizada.
245
-De castaño, todos ellos. Cuando la gente se dio cuenta de que
los castaños se morían, le entró las prisas por talar todo lo que
troncos más grandes que cogieran para leña. Pero Eddie, escucha –
pensaron.
resistido a la plaga.
-¿Tú crees?
supieran.
246
-Si hubieran sobrevivido algunos castaños –empezó a
-No quiero sentirme así –dijo finalmente-. Hay gente que amo.
comporta de forma odiosa hacia todas las formas que no son la suya
propia.
-¿Qué?
-Ya lo sabes.
247
Eddie parpadeó pero no abrió la boca. Había algo en sus ojos
No respondió.
Siguió mudo.
-Nunca te lo he pedido.
del color del barro en su interior? ¿Ella que siempre había estado
-Las suficientes.
-¿Cien veces?
248
-¿En el rancho de mi familia? No. Cien arruinarían a un
años.
el camino.
calva.
desacuerdo.
apoyándose en un codo.
es un negocio vegetariano.
249
extendidos y pálidos como un nudillo mientras utilizaba la
-Un milagro donde los haya, me parece que estoy en la cama con
decidido decir.
en el arroyo.
-No me lo creo.
-¿Por qué?
destructores.
250
-De pequeña tenía gatos. Pero la gente no se molesta en
otra mano.
que han desaparecido por la pereza que la gente muestra para con
los gatos. Los pájaros que construyen sus nidos en el suelo, sobre
todo.
251
-No –reconoció Deanna, a quien le hacía gracia que su cazador
-¿Sí?
-No importan menos, pero los herbívoros suelen tener vidas más
aquella conversación.
252
-Como los conejos, claro. Pero es complicado. En el norte el
lince sigue ese ciclo. Cada diez años, bum, hay miles de ellos y
algún lince. Probablemente nunca hubiera visto uno con sus propios
ojos.
habido intromisiones.
celosa.
-¿Y eso?
Deanna se lo imaginaba.
-Cierto, pero luego está el mundo, que sigue unas reglas que
cuenta de ello.
253
-¿Y qué regla del mundo dice que es pecado matar a un
depredador?
planeta. –Estoy haciendo todo lo posible para que este tío salga
Necesitaba la conversación.
-Lo que piensas sobre los coyotes no tiene ningún sentido. Son
americano que se haya ido a pique por culpa de los ataques de los
coyotes.
254
-Algún día heredaré 600 hectáreas de terreno –manifestó Eddie,
tan poco rotunda, qué temores y expectativas, qué precio tenía que
criarás ovejas hasta que seas viejo, ¿ese es el plan? Una cosa
más, ¿es necesario que antes tengas que ir por ahí matando
coyotes?
ironía.
Matar coyotes, follar con todas las mujeres y ver mundo, pensó
Pero no era justo, había que reconocer que era un hombre amable.
bancarrota.
255
-¿Qué es lo que no sé? Baja por la ladera de esa montaña y
no lo sabes.
dispararán.
mismo.
256
-No sé si es lo que pienso. Nunca he sabido qué pensar desde
deberías marcharte.
-Si eso fuera lo que busco, sería un imbécil. Sé que hay una
pista.
-Eso es.
-¿Ah, sí?
-Sí.
proporción.
Pareció sorprenderse.
257
Deanna vaciló, sorprendida de sí misma. Se sentó hacia delante
edad la había incomodado. Casi veinte años mayor que ese hombre...
no tenía sentido.
-¿En serio?
-Sí, en serio.
bien.
reumatismo.
ojos de Eddie.
casualidad.
-¿De veras?
tan convencido.
258
-Sin duda. Incluso te seguiría al fin del mundo, si me viera
-No.
un capullo. Cogió una taza de plástico con una abertura grande del
259
la llegada del hombre perfecto creyendo que estaba por ahí fuera.
apretaban sus pechos sin plumas contra los huevos fértiles; los
repentina libertad.
260
pájaro pardo desapareció de nuevo, presto a dar de comer a sus
polluelos.
261
{12}
Castaños viejos
Atentamente,
262
Garnett S. Walker III
formularle:
263
animales salvajes, a todas las aves del cielo y a todo ser
importaría?
Me lo preguntaba
GW III
día.
264
{13}
Depredadores
había tomado una decisión poco acertada en una mañana que, por
-Algo caído del árbol sería tener suerte –se aventuró a decir
cuando ella decía “unah”, “dosh” y “podría poder”) pero mostró más
interés cuando le explicó lo que eran. Las morillas eran poco más
265
que una leyenda en las laderas áridas con pinos del Oeste, pero
así era como se hacían las cosas con él. Algunos días lo recogía
266
Creek. Se recogió la trenza en un nudo doble para protegerla de
laberinto.
praderas, que solían pavonearse por los claros con las plumas
267
pensaba en el mejor camino para salir de allí. Eddie Bondo había
empezado a silbar.
Un hombre.
-¿Deanna Wolfe?
268
Hablaba demasiado alto, quizá estuviera nervioso o fuera un
conversación.
estás diciendo que seguiría sin conseguir una cita a no ser que el
de ti, Deanna.
269
-¿Sabes qué? –siguió Deanna-. En la gasolinera de George Tick
siempre.
Colina”27.
270
-Sí, claro, lo entiendo. Pero, vamos a ver Sammy, un atleta
como tú podría reducir a un oso con una sola mano. ¿Todavía clavas
junto a la bifurcación.
-Muerto.
Regina de mi parte.
tú.
271
delante a la manera de los hombres altos con barriga y espalda
empinada.
sino por encima, de pie un poco más atrás de donde había estado
gato de Cheshire28.
ti.
generalizada.
Eddie bajó por la ladera hacia ella con tanta facilidad como
272
-Eso es lo que he pensado.
-Es una planta más bien pequeña, con hojas de cinco lóbulos,
-¿No?
-¿Ahora no se encuentra?
273
despreocupa y produce unas bayas de color rojo brillante y unas
hojas amarillas que son como los banderines de las obras de las
autopistas.
distintas formas que había visto: un hombre con una sola pierna,
veces, de hecho.
274
Deanna dirigió la mirada a su hombre de ginseng.
seguro que volvería con tres o cuatro colegas, lo cual puede hacer
que las cosas se pongan feas. Pero no, no me asustan. –Se encogió
imagino es en el bosque.
ciertas cosas.
275
no sé. –Caviló un poco más-. Me gusta la playa. La familia de mi
hombre.
Audubon29.
-¿Qué más?
porque los animales domésticos son inventos del hombre. –Cerró los
hermanas, vaya, eran fabulosas. Creo que eran de Tejas. The Dixie
Chicks.
-¿Las conoces?
29
Audubon, John James (1785-1851), naturalista, ornitólogo y artista estadounidense, célebre por sus dibujos de
todas las especies de pájaros de Norteamérica. (N. de los T.)
276
-Yo y todo el mundo que tenga dos orejas.
bien engreído con dos brazos y dos piernas que no tenía ninguna
allí un rato bajo los rayos del sol que se filtraban por entre las
sus cuerpos.
zarzamora. Al comienzo Deanna pensó que eran perros, pues eran muy
277
grandes y tenían el pelaje muy espeso tras las orejas, como los
bajo la luz del sol, arqueaban el lomo y daban saltos por encima
por su ganado; ¡si supieran que lo único que podían perder eran
manera de cazar podría resultar útil para los pájaros que anidaban
278
con una sacudida lateral, con la que atrapó el ratón en el aire
advertencia.
lado a otro. El sonido más alto del mundo, pensó, es un hombre sin
279
pájaro jardinero que construye el nido más vistoso atrae a la
hembra. ¿Qué tenía Eddie Bondo que la conmovía con tal fuerza como
para capitular ante él? ¿Su modo de andar, al compás con el suyo?
sendero que cruzaba el arroyo y que se había caído allá por el mes
280
procedentes del valle: el ladrido de un perro, o incluso el gemido
vecinos. Qué vana podía llegar a ser la vida, qué actividad tan
madera del puente cuando oyó algo que la hizo dejar de martillear
281
alguna estupidez como dormir en un árbol toda la noche para poder
chaqueta que había dejado allí. Tendría que ir hasta donde estaban
Los sonidos eran muy distantes, tal vez estuvieran a unos dos
que utilizan las mujeres para hablar con los niños. Cayó en la
cuenta de que las dos hembras que habían atrapado un ratón por la
tenían que aprender todos los recursos necesarios para vivir. Sus
semanas, casi listas para cazar por sí solas. Qué hermosas debían
282
de averiguar, ni siquiera dormir hasta que viera a esas crías con
* * *
Bajo la tenue luz del alba, cuando bajaba con rapidez por el
ella esperaba. Las hojas secas que rodeaban sus pies producían
mucho ruido, debía de haber una salamandra tan ruidosa que parecía
283
de que se habían marchado, quizá en dirección sur hacia el Blue
Ridge. Intentó creer que habría sido para mejor, pero en realidad
las seis semanas que hacía que conocía a Eddie Bondo, contando
tanto sus presencias como sus ausencias, ella había dado rodeos y
bajó rápidamente por el sendero, libre por fin para ver las crías.
284
conteniendo el aliento, aguzando el oído y no queriendo oír. ¿Cómo
a las damas con ellos mismos. Eran enormes, grandes como unos
pájaros “Santo Cielo” porque eso era lo que exclamaban al ver uno.
Ya no era posible.
El montículo que había bajo la cueva estaba cubierto por una capa
luego no oyó nada, sólo silencio. Contó sus latidos para dejar
285
transcurrir un minuto y luego más, y se convenció de que en
realidad no había visto nada. Allí había habido crías, eso estaba
claro a tenor de las marcas del terraplén pero empezó a pensar que
las unas con las otras al salir por la abertura mientras la hembra
se acercaba con algo entre las fauces, una cosa oscura y pequeña
286
la trenza para guardar silencio y se llevó las manos al pecho para
Que mire desde los cielos, esté donde esté, que mire a través de
mis ojos con las células de génesis que plantó en mí, que vea
familia.
287
{14}
Castaños viejos
colgadas del extremo de las ramas, todas las sacudidas del polen,
288
deudas y la maquinaria rota y que ahora la casa espera para
sobra: en una granja vieja, cada vez que se hunde la pala para
para repararla.
dejar sitio para una nueva hilera de árboles. Pensó que lo peor
289
basura del garaje, cada vez más voluminosa). Luego, más abajo aún,
cadáver (ya había encontrado de todo, así que, ¿por qué no?). Pero
para que así alguien se tropezara con lo que fuera un poco más
sonando.
cubriéndose con una toalla. Salió con cuidado, pisó el frío suelo
-¿Señor Walker?
290
-Al habla –dijo.
-Cabras –articuló.
-Sí.
primero de todo.
291
-Lo siento; me lo mencionó mi sobrino, pero lo había olvidado.
Eso es, una de mis cuñadas es una Walker. Creo. –Se rió con
-Oh, no, aquí. Quiero que la granja sea solvente, ese sería el
locura intentarlo.
Tengo miedo a acercarme a ellas. Soy una mujer pequeña y ellas son
dedicarme a una especie más pequeña. –Se calló-. Creo que sabré
30
Sustancia química que se emplea para eliminar los parásitos que atacan al ganado. (N. de los T.)
292
-Oh, si no me molesta en absoluto –dijo mientras cambiaba el
ninguna.
que consiga tantas cabras que no sabrá qué hacer con ellas.
aprender. Nadie sabe qué hacer con las cabras, ni siquiera se las
¿Cómo ocurrió?
293
Garnett cerró los ojos. ¿Cómo podía ser real aquella
-Sí.
error que creció como si fuera Topsy 31. Se suponía que yo debía
31
Nombre de un personaje de la novela La cabaña del tío Tom, de H. B. Stowe. Se emplea alusivamente para referirse a
una situación descontrolada que parece tener lugar sin que medie la intención de nadie. (N. de los T.)
294
-Inténtelo con un anuncio en el periódico. Pero no ponga su
dirección.
-¿No?
-Claro.
papel y lápiz?
sabían.
-Vale, ya está.
¿el qué?
295
-Ah, sí. Primero, quiere las cabras por la carne, ¿no?, y no
para ordeñarlas.
matadero.
garantizo.
Widener?
-Bien. Me alegro.
-Así, lo que necesitará son cabras, las mejores son las que
tienen tres o cuatro años, no mayores. Consiga todas las que crea
296
que necesitará pero ándese con ojo con los machos cabríos. Sólo le
macho cabrío?
Lusa se rió.
Entendido.
¿Un chiste verde? Garnett ya no sabía qué era qué; los niños
4-H.
parecido necesario.
297
-Así que eso es lo primero que debo preguntar cuando me
año, debería.
algo.
españolas cruzadas con las que llaman cabras de maleza, que son
cabras de carne. Las Saanen32, las cabras de leche suizas, las que
-Bien. ¿Qué más? ¿No había dicho que la edad era importante?
32
Nombre de un pueblo en el cantón de Berna que se emplea para designar a una variedad de cabras blancas que se
criaron por vez primera en esta región. (N. de los T.)
298
-Por eso utilizará la camioneta. Usted irá a buscarlas. Ellos
Usted decide.
-Gracias.
-Adiós.
hizo pensar fue la forma del espejo, ver su rostro rodeado por los
299
creía que si el Padre Todopoderoso había cometido un error durante
aquel; oh, qué misterios tan divinos creaban las manos femeninas.
300
Se aproximó para verlo mejor. Era un pastel, sin duda, y
aquello. Los trozos de papel eran recibos. Santo Dios, ¿es que
recibos había palabras escritas con una letra pequeña y clara. Una
Señor Walker,
301
Bien, no tendría que gastar un sello ni dos horas del
le sienta bien.
302
salamandra venera a algún Dios que se parece a un enorme
303
parásitos en las agallas de algún pez pequeño de río. Si el
fingir.
habría reído?
304
entender que satisficiéramos todos y cada uno de nuestros
305
sagradas porque constituyen el alimento de las salamandras.
Dios.
que Dios las ama tanto como a usted o a mí, pero tengo
Sinceramente suya,
33
Zapato de cordones con el empeine de un color y el resto de otro, de ahí el nombre del pato. (N. de los T.)
306
comparada con la antigua manual. Marshall asegura que me
pobres patitos (¡oh, Saddle Shoe!), pero sólo una pizca, antes de
307
de las libretas para los castaños, el pastel era lo que menos le
34
Garnett parece confundir a Voltaire, el filósofo francés del siglo XVIII, con Volterra, el matemático italiano de
comienzos del siglo XX a quien Nanny Rawley menciona en su misiva. (N. de los T.)
35
Forma de creacionismo que sostiene que la versión de la Biblia sobre la creación del universo es tan científicamente
válida como las teorías propuestas por los científicos. (N. de los T.)
308
vida tan complejas como las que pueblan nuestro mundo? Sé
309
que tuviera tiempo de arrepentirse. Al diablo con la cortesía. Ya
310
{15}
intenso con algunas zonas que habían devorado las palomillas por
asegurado que necesitaba hacer todos los helados que pudiera con
por pena pero todos habían aceptado venir, incluso el hijo de Mary
en el funeral.
Mary Edna había llegado una hora antes con un plato de huevos
311
los hombres se agachaban cerca del gallinero de espaldas a ella,
olía a las esporas que las setas liberaban. Sin embargo, la tarde
cierto es que no era fácil vestir con poca gracia al lado de Mary
36
La mujer de Ahab, rey de Israel. Por extensión, una mujer desvergonzada, una mala pécora. (N. de los T.)
312
o de Hannie-Mavis, con su top rojo a rayas, los shorts a imitación
llamas. Las ranas toro habían emergido del estanque de los patos y
313
-Ciento ochenta y un dólares –decía con voz resonante, que
con el ceño fruncido. Cuando Lois vio que Lusa salía de la casa se
parece normal?
interestatal.
voz grave y cascada-. O que hubiesen ido con Little Rickie y las
314
años para ir con el pelo teñido. Sin embargo, era posible que el
que cubría una tarta. Era todo un espectáculo verla con su traje
nada parecido.
315
Mary Edna se tocó el pelo, ligeramente azul y con una toca, y
a gloria.
y a la que nunca habían sabido muy bien cómo tratar. Quizás Cole
316
ella no escuchara. Se sentían avergonzados cuando se les escapaba
arreglar un asuntillo!
pequeño agricultor.
317
-Es la pura verdad –replicó Frank-. Yo la tuve, Rickie y Joel
que conversaba con ellos. Tal vez el vino de bayas de saúco fuera
una serpiente.
de haberse aliado con ellos contra sus mujeres. O tal vez sólo
generalizado.
conmigo?
37
La comparación con la señorita Butcher es doblemente intencionada: por un lado, su nombre significa “señora
carnicera” o “señora asesina”; por otro, cuando Frank explica que la tuvo como profesora, la autora ha empleado la
expresión “I had her”, que también podría traducirse como “me la tiré”. Asimismo, el que fuera profesora de
“manualidades” tiene unas connotaciones claramente eróticas. Finalmente, el carácter libidinoso del capítulo en general,
y de las siguientes páginas en particular, parece apuntar en la misma dirección. (N. de los T.)
318
-De las cabras que tienes en el prado. Ahora entiendo por qué
319
otra botella de Serpiente, que es como habían comenzado a llamar a
la bebida. ¿Se había bebido la otra tan rápido? ¿Y por qué Rickie
imaginado de él. Entonces entendió por qué Lois iba con un peinado
Herb.
eran Widener.
estropea más por la intemperie. Hay que cambiar todas las vigas.
guste cambiar los tejados de los establos dile que conoces a una
cabras.
320
-Conozco a un hombre que tenía dos pérlogas -dijo Rickie-.
Pero se murieron.
-No, qué va, los ochenta y un dólares y doce centavos son cosa
de Joel.
a lanzarlos.
haga de noche.
38
En el original, Frank emplea un término poco común en su contexto rural para referirse a una pérgola, glorieta o
mirador, “gazebo” o “gazabo” y, además, altera la secuencia fonética y la llama “gabazo”, probablemente con un efecto
humorístico o, tal vez, por desconocimiento. Rickie, sin embargo, cree reconocer el término y lo confunde con otro, por
lo que se convierte en el centro de las burlas. (N. de los T.)
321
un panecillo. Lusa estuvo a punto de comentar que el conjunto le
teniéndolo.
dejar solo.
de que frente a esos días aletargados había una orilla donde tal
322
vez el placer físico la sorprendería algún día con su intenso
mientras pasaba junto a Mary Edna con una Serpiente en cada mano,
otra cosa, una sensación corporal que conocía pero que no sabía
elevaba sobre el establo, supo qué era. Claro. Era el ciclo, qué
rastro de feromonas.
323
-Crys me obligó a cortarme en la pierna –gimió mientras
-No.
y grita.
culpa de nadie –dijo Lusa-. Es difícil tener una hermana mayor que
324
Crys apartó el brazo de Lusa sin mediar palabra.
-Jesús, ¿el que está chillando es Lowell? –Era Jewel, que les
gritaba preocupada.
paciente.
-Gracias, cari.
325
-No lo han tenido fácil. Pobres criaturas. Ojalá hubiera
por parte de los demás como para saber cuándo debía parar. Durante
entraron escalofríos.
Lusa insistió.
326
-Sé a lo que te refieres. Oigo música y palabras cuando
-No-o.
que no le favorecía.
327
-Estoy cansada. Harta y cansada –dijo suspirando.
-¿De qué?
a morirse.
salto, la ayudó y luego recogió las dos botellas del suelo. Una
328
melocotones frescos cortados en la nevera. Lo último que se pone
es la fruta.
mirar la luna.
acosaba con las cientos de posibilidades con las que podría haber
-Eh.
de un cigarrillo encendido.
329
Se secó los ojos rápidamente aunque estaba bastante oscuro.
-¿Qué haces fumando detrás del establo, chico malo? Mira, mira
qué mala soy yo. –Sostuvo en alto las botellas, pero Rickie no
quiso probarlas.
-De mamá.
diabólico?
330
-Oh, oh –dijo Lusa-. Esto me gusta. Eres una mala influencia.
con un macho. Sin embargo, ahora hay uno entre ellas. Si cumple
periódico?
atardecer en la camioneta.
-Sí, tía Mary Edna dijo que te había visto entrar y salir.
total?
tierras.
muy amable.
331
-Bueno, ceo que es un anciano de lo más agradable. ¿Sabes lo
que me contó? Que a veces hay que frotar al macho con un trapo y
-No es verdad.
-¿Qué es eso?
creer.
-¿Qué?
332
-Eso parece. Todas esas cabras han apacentado con un macho
Rick silbó.
-¿Sí? ¿Cuánto?
333
-Mira –dijo Rickie señalando hacia la ladera iluminada por la
maravillada.
Rick se rió.
Lusa le miró.
-¿Te has dado cuenta de lo que hacen las cabras cuando llueve?
-Lo que demuestra que uno nunca se fija en las cabras hasta
por qué era así, qué truco de la física hacía que la luna
tamaño normal tras dejar atrás las ramas de los árboles. Bajo
334
número. Tuvo la sensación de que a Cole le gustaría la idea de la
cabras. Sin embargo, por primera vez desde que comenzara a urdir
con lo que contaba cuando hablaba por teléfono con su padre, Arlie
fantasmas.
-¿Los de verdad?
335
-¡Qué miedo!
alguien. Lo siento.
Lusa le miró.
-Sí.
-No son como los de las películas. Son como las personas, al
espaldas a mí.
336
-Te lo juro.
-¿Estás segura?
-Sí.
sabes, o puede que no lo sepas, pero cuando has estado tan cerca
337
-¿El año pasado? ¿Antes o después de que yo llegara?
Seguramente la despediría.
hermanas los cuiden mientras están fuera. Nunca me han dicho nada,
iba mal. Maldita sea, lo sabía, y no me dejarán que las ayude. –Se
lágrimas.
338
Lusa se dio cuenta de que Rick había permanecido callado
evitaba su mirada.
ella-. Little Rickie. Soy tu tía. ¡Por Dios! –Lusa pensó que la
¿vale?
Lusa se rió.
el daño causado.
palma-. ¿Sabes qué es lo más gracioso del caso? Que hace una media
339
-Venga, no te escandalices. ¿Hay algo peor que tú y yo?
intentó hacer?
planificación.
voladores.
-Sí.
me estoy volviendo loca y me sentí tan bien entre tus brazos que
340
del asunto. –Lo abrazó rápidamente y le dejó envuelto en una nube
de humo.
azules del cielo. Todas sus cuñadas estaban haciendo algo, o dar
¿qué podía hacerse? Somos lo que somos: una mujer a la que la luna
341
{16}
Depredadores
el suelo, Deanna sabía que veía a una amiga. Sin embargo, las
tomando el sol al borde del sendero era bien gruesa y con forma de
342
que querían sacar para dar de comer al ganado. Deanna había
era todo. Vivía igual que las otras miles de víboras cobrizas que
ni, Dios nos libre, tener que hundir los colmillos en un mamífero
como si sonriera con ironía. Sabía que era una ilusión producto de
343
-No te muevas –le dijo a sus ojos impasibles-. Borra la
tener que pasarse luego una hora quitándose los cadillos de los
pensar que era algo así como la venganza de los periquitos. Los
sabía nada sobre ellos salvo cuál había sido su alimento favorito,
las semillas. John James Audubon pintó a los pájaros con la boca
344
nadie se los comía y así seguirían por los tiempos de los tiempos.
primeras gotas. Hacía una hora había estado sudando, pero a medida
del Servicio Forestal que procedía del valle, más que caminar
corría.
345
al ver por entre los troncos húmedos de los árboles el lateral
verde del jeep del Servicio Forestal. ¿Hoy? ¿Ya era julio?
mesa, junto con las cajas de comida. Dejé la bombona de gas para
la cocina en el porche.
346
-¿Qué, con la puerta? Diría que sí, el noventa por ciento de
de hito en hito.
darte una lista de cosas para el mes que viene. Necesito un poco
-¡Por todos los santos, más libros! ¿Es que no quieres algo
enciendo la radio.
otra bota.
muerto.
39
Marca de un conocido producto anticorrosivo. (N. de los T.)
347
-Sube –le dijo Jerry-. Te llevaré y recogeré la lista. Te
conducía.
-Nunca había tenido que dar marcha atrás en este camino. ¿Hay
348
-Pues sí, es de los Widener. Cole Widener. El Servicio
parte de la ladera.
-Oh, lo siento.
-Cole, como Old King Cole40, solo que he oído decir que era
bastante joven.
con los Widener, pero eran chicas. –No muy simpáticas, por lo que
40
Protagonista de una famosa canción infantil, cuyo nombre literalmente significa “Viejo Rey Cole”. (N. de los T.)
349
-Sí señora, casi, casi. De hecho, tengo veinticuatro –dijo
la vuelta?
bueno; lo mejor será que pongas la marcha atrás y que subas así,
muy despacio.
marcha atrás.
provinciano?
350
-Mi madre lo dice, “te ha entrado el tembleque”. Es de Grundy.
-No.
Deanna se relajó.
-¡¿Qué?!
Wyoming.
-Sí, claro.
bajos.
351
-¿Por qué todo el mundo da por supuesto que es un novio cuando
hecho una furia y había estado fuera cuatro días, bajo la lluvia,
sólo porque ella le había mirado mal. Qué casualidad que Eddie
cabaña.
Jerry se ruborizó.
352
se alegrarían si vivieses con algún tipo aquí. Se preocupan por
ti.
-¿Ah, sí?
asuntillo.
353
para coger la hoz, el joven se encogió de miedo, como si pensara
exterior de la cabaña.
expresión.
-Entonces, ¿qué?
no dejaba de sonreír.
354
Deanna se volvió para mirarle.
ocurrió esfumarte?
-Pues no. ¿Serías tan amable de decirme por qué se supone que
debo esconderme?
manos.
Deanna.
355
Eddie la complació, con un golpe. Cerró el libro, la miró,
esperó.
apetecía mostrarse púdica. No era una loba virgen sino una mujer
jovencito.
cheque, no hay casi nadie que recuerde que vivo aquí. Así están
las cosas.
356
-Si te da igual lo que la gente piense –dijo Eddie-, ¿entonces
joven Smokey?
-No es mucho más joven que tú. Los dos no sois más que un par
frío.
pecho.
parece alucinante?
sea quince centímetros más alta que tú. Diecinueve años mayor. Si
miraría boquiabierta.
la almohada.
357
-¿Y eso es un problema?
realmente?
Eddie parpadeó.
-¿Qué?
calle.
juvenil. Como un halcón joven con la cola roja cuyas plumas negras
ellos.
358
-En ningún sitio. No sé lo que digo. Olvídalo.
madurez.
cuchillo.
en Alberta.
pensé que sería como los febes o los zorzales del bosque.
359
Centrarme en el día a día, sobrevivir durante el invierno,
frotó los ojos-. Los pájaros se lo pasaban mucho mejor que yo.
Pero ¿sabes qué? Resulta que tienen un plan. Yo soy de fuera, una
-Tú persistes.
Tejas, que sólo once personas sobre la faz de la tierra han leído
o leerán.
cambiado con el paso del tiempo. Una de las cosas que demuestra es
que el hecho de que la gente los cace no hace más que aumentar su
número.
lo demuestran.
360
-Bueno, si te apetece. Sería todo un detalle por tu parte. –Un
con sus manos firmes y atentas. Pensó en las cosas que la gente
hacía con las manos: fuegos que se apagaban; talar árboles para
* * *
361
-Te estás poniendo enferma –le dijo Eddie cuando Deanna volvió
nada igual.
un golpecito feliz.
entrecerrados.
362
-Ten cuidado con el nido de febes del porche. No los asustes.
toda la noche, impotente. Deanna nunca había sabido por qué, pero
-Lo sé.
363
-¿Qué has hecho, comer setas de Don Perfecto? –Deanna abrió
-¿Qué?
manzanas gratis y tu padre tuvo suerte. –Eddie movía las manos con
364
-Ella tenía un bebé con comunicación interventricular
olvidarlo todo.
-Sí.
cuanto te vayas.
tormenta.
365
la comida, cortándole el pelo, lavándole los calcetines, a modo de
con ella.
-Oh, te has dado cuenta. Sí. Y Nannie era una especie de bicho
Cuando murió, acabó con todos. Por aquel entonces papá estaba
366
pirata y ella de ángel. Siempre estaba contenta. Tenía una piel
tan clara que casi se podía ver a través. Cuando murió fue una
estos años. Vive la vida como quiere, diga lo que diga la gente.
Deanna se rió.
de ellos. Él creía que yo era deslumbrante así que me casé con él.
-¿Qué enseñabas?
367
Deanna inhaló con fuerza, pero Eddie le llevó un dedo a los labios
y siguió hablando.
Deanna tuvo que esforzarse para hablar con normalidad. Sentía que
-Y aquí estoy.
368
y su ex tenían la descendencia necesaria. Ya no quedaba sitio en
vasectomía.
que nadie le había hecho sentir. El coito con Eddie Bondo era un
acababa de decirle.
lija trazase círculos lentos sobre una madera rugosa. Esos días,
369
-No es un ratón –admitió Deanna finalmente.
cómo hablo?
enorme serpiente rey que llegó un día con la lluvia, encontró los
fláccida y se rió.
creo.
-Vaya, por Dios, Eddie Bondo. Un tipo tan valiente como tú.
satisfecha de sí misma.
370
Deanna recuperó la almohada y se la colocó bajo la cabeza,
comida. Que hagan sus nidos en los cajones y que luego los
calcetines apesten a orina de ratón. Que me pasen por los pies por
ciudades.
no todos usemos la lógica como tú. ¿Sabes qué? –Se dio la vuelta y
-No.
más que dos paredes de aire separado que se unen, algo que no
371
-Con los ratones también salto, pero no de miedo sino porque
me dan asco.
tejados.
Eddie se estremeció.
372
la oscuridad y harían el amor bajo la ventana. Deanna rozó la
anterior?
miraba-. Sí.
todos los pájaros que están a salvo en sus nidos, por esto, sea lo
373
{17}
Castaños viejos
demasiado.
que lo hiciera. El problema era que ese tramo del Egg Creek
374
una tormenta para ver los daños causados. Pero Nannie Rawley era
un caso aparte.
convertirse en leña.
cinco grados justo encima del sendero por el que solía llegar
bajo el mismo.
casa.
cosas; siempre que alguna le cogía por sorpresa luego tenía que
375
tumbarse y descansar un rato. No, iría a su casa y zanjaría el
por un motivo u otro. Era peor que la herrumbre. ¿Por qué Dios
insistía en que se topase con esa mujer una y otra vez? Sabía la
* * *
376
dependiendo de cómo se mirase. Una arboleda que obedecía a las
del bosque. Ella esgrimía la teoría de que era mejor para las
manzanas.
377
brócolis crecieran sin fumigar. Garnett ni siquiera plantaba
caído en mi terreno.
Walker.
era de extrañar.
378
Nannie descendió de la escalera con una cesta llena de
todos los santos días de la semana! ¿Cree que tiene problemas, que
remordiendo la conciencia.
quiero que piense que insinúo que enfermó por culpa de sus
venenos.
379
Sin embargo, Garnett, horrorizado, se percató de que Nannie lo
veneno, las facturas que tengo que pagar, las tejas del tejado que
granjero.
380
-Estamos a mediados de julio –informó-. Las orugas han
señor Walker.
firmeza.
sus castaños son más importantes que mis manzanos? ¿Y sólo porque
hobby.
haberla llamado por teléfono. Era mucho mejor hablar con una
enseguida.
381
-Ya la he escuchado. Demasiadas veces.
382
-Las mariquitas hacen eso –convino Nannie-. Y las arañas, los
que se imagina. Se sabe más por viejo que por sabio. –Aunque, a
parásitos.
características.
383
número después de la fumigación, deprisa, porque la mayoría de sus
Nannie le miró.
pavoneándose.
que uno no lo esté. Cuanto más dinero se gaste en esas cosas, más
mala muerte.
rodillas, y le miró con seriedad con unos ojos del color y del
384
-Si no cree que esos tipos son malas personas es que entonces
los agricultores les iba bien por aquí. Ahora tienen que hacer el
por qué? Trabajan tan duro como sus padres y viven en la misma
-El tiempo no cambia, son las ideas las que cambian. Los
385
Garnett se rió y, por algún motivo, recordó al joven que
hito en hito.
le daba pánico.
386
-¿La belleza de qué? –inquirió Garnett. Una nube ocultó el sol
poco.
lo que hacen.
Dios.
regodearme en ello.
carta?
preparé? No, creo que no. Recibí una sarta de palabras maliciosas
387
demente debió de enviarme esa carta por error. La tiré a la
basura.
Nadie ha visto mi ropa interior desde que muriera Ray Dean Wolfe,
Pues escuche esto. ¿Ve esa cesta de manzanas? ¿Sabe lo que le puse
388
universidad y lo hice después de que descubrieran que el mundo es
boca.
léase evolución, haya creado formas de vida tan complejas como las
ignorante a la vez?
tirarla a la basura?
-Lo que hago no tiene nada que ver con el que los monos se
389
-¡La evolución no es caótica! Se trata de una serie de
-Bien. Así que elige a los más fuertes, cruza sus flores entre
castaño en un roble.
debía rezar para vivir más, pero temía la respuesta de Dios. Ellen
Divagaba.
390
Todo eso de la “evolución” no es más que un nombre que los
científicos usan para designar la verdad más obvia del mundo, que
-Dice que lo que hago con los castaños es lo que Dios hace con
el mundo.
-Es una forma de expresarlo. Excepto que usted tiene una meta,
supongo, el mal tiempo, cosas así, las que sacrifican los genes
siempre ocurre.
bueno y justo.
-La humanidad funciona con lo que sea. Cuando haya tenido una
391
quince años viéndola morir, entonces vuelva y dígame lo que es
bueno y justo.
nariz.
las cosas a mi manera y eso hace que tenga ganas de levantarme por
de mi alma.
adecuada.
392
oportunidad. Si hubiera podido que los médicos me quitasen el
sus hijos?
todavía vivía.
-Anda por ahí, con sus genes y los de Ellen. –Se calló pero
su vecina.
Tiempo al tiempo.
como tal. No soy el único que piensa así. Ellen acudió a esas
y todo eso, tienen que decidir por sí mismos. Tienen que quererlo.
393
zapatilla de lona blanca-. Pero es que odio ver que se olvide de
él.
cosas. Lo que había dicho era cierto: la mayor parte del tiempo
apesadumbrado.
de la camisa.
41
Isaac, hijo de Abraham y Sara, nació cuando la madre tenía cien años y después de infinidad de plegarias a Dios,
quien les había prometido que les daría un hijo. Luego Dios quiso probar la fe de Abraham y le ordenó que sacrificara a
su amado hijo. Como es sabido, Dios aceptó el sacrificio de un carnero al quedar convencido de la incondicional
obediencia de padre e hijo. Así, la autora emplea la alusión bíblica con una doble intención: la posibilidad de tener hijos
sanos a una edad tardía y el aparente deseo de Dios de poner a prueba la fe de Garnett. (N. de los T.)
394
Permanecieron el uno junto al otro con los brazos cruzados,
somos dos viejos, pensó Garnett. Dos viejos con los brazos
Usted y yo.
-Sí. ¿Qué peor dolor que ser viejo y no tener jóvenes a los
que querer?
-Sí.
395
-No me sorprende. Hay muchos árboles allí arriba que dan la
árbol era?
-Un roble.
propiedades.
tierra.
Nannie le miró.
-¿Por qué demonios? ¿Qué daño le hace ese árbol allá arriba en
-No es estético.
-¡Es mi roble!
396
-Vaya, vaya. Hace un momento quería que se pudriera hasta
Nannie.
buen rato y dejó que sus zapatos habitaran la hierba verde del
397
{18}
una hora o dos sin abrir la boca, como si flotase por un universo
ocuparse de esas tareas. Lusa tendría que ponerse las gafas de sol
398
unas horas se percató de que había dejado de pensar por completo.
Tan sólo era un cuerpo que vibraba como una de las cuerdas del
cortacéspedes.
última vez que había estado con Lois y Rickie había sufrido un
por el buen camino”. Lusa supuso que si le pedían ayuda era porque
399
la cita de Jewel. Crys salió de la parte trasera del sedán,
pulgares.
la maleta?
césped.
400
Crys arrojó el pequeño cubo duro hacia el porche sin levantar
de mala suerte.
-Diez.
divertido.
-¿Como qué?
un ojo.
42
Especie de béisbol que se juega en un campo más pequeño con una pelota más blanda y grande. (N. de los T.)
401
-Oh –dijo Lusa-, pero supongo que a ti no te gustan. Todas las
encima del ruido del motor-, pero, ¡Dios bendito!, tienes diez
402
-¿Qué son esas flores naranjas? –inquirió Crystal en voz alta.
decibelios.
expresarse de Crys, que era mucho peor que la de los otros niños
tiempo.
monarca, que deposita los huevos en las hojas para que las orugas
Crystal.
403
casual. Dejaron de hablar durante unos instantes, mientras Lusa la
-¿El qué?
muertas.
-¿Ya están muertas? Bueno, sí, esas sí. Pero los pájaros
monarca.
404
cortacéspedes por la puerta del sótano del establo y lo dejó en el
interior.
estaba tan curvada por los cien años que llevaba allí que ninguno
que dar un buen rodeo para llegar a la entrada a ras de suelo que
daba a la colina.
todo modos, teníamos que subir al trastero para coger las redes y
los tarros.
405
viejo. Una fina capa marrón de hojas desmenuzadas cubría todas las
sólo diez años, ¿por qué iba a tolerarla? Lusa atravesó un pasillo
-¿Qué es?
406
-Un molino de grano. Uno antiguo; mira, tiene correas de tela
-¿Para qué?
bisabuelo, seguramente.
interior.
-Oh, no, harina. Ya sabes. Para hacer pan. Antes toda la gente
de por aquí solía cultivar trigo y maíz para hacer pan, además de
-¿Por qué?
comida mala a una granja grande que cultivar cosas buenas en una
granja pequeña.
-¿Por qué?
407
-Caramba, una pregunta de difícil respuesta. Supongo que
-No.
-¿No?
mesas.
-¿Qué es eso?
La niña se rió.
robarles la miel.
408
-La gente cría abejas para obtener miel. Estoy segura de que
creerán.
pérdida de su esposo sino por todas las cosas que la gente solía
alimenticia.
afirmó Crys.
-Lo sé.
-Ya no puedo quedarme más con tía Lois. Lowell sí, pero yo no.
409
-¿Por qué?
Crys dejó de dar rebotes en los muelles del colchón. Entró con
y Louise.
-¿Sí? No lo sabía.
-¿Quiénes?
-Los vestidos.
contado. Eran tus prendas preferidas, ¿no? Creo que los fines de
410
semana nunca te he visto con otra cosa que no sean esos pantalones
-¿Qué pasó luego? Supongo que tendrías que ponerte uno de esos
vestidos.
Me escondí en el establo.
-No lo sé.
-Lo cual no quiere decir que fuese algo bueno –corrigió Lusa-.
-Le juré a Jesús que si curaba a mamá me las pondría todos los
días. Ahora están rotas entre los otros harapos de tía Lois y mamá
se morirá.
que se colaba por un agujero del techo y caía entre ellas dos. Las
411
motas de polvo danzaban bajo la luz, inmersas en su propio
universo despreocupado.
es mala.
le gusta y cosas así. Jennifer y ella y todos los demás sólo saben
lo pregunto a tu madre?
-Supongo.
-Vale. Pero hoy, como sólo estamos las dos, podemos hacer lo
412
llegaron a la cima las dos jadeaban. Lusa se arrojó al suelo,
otra red-. Así, dobla la red por el borde para que no se escapen.
y ésa una cigarrilla. Son muy diferentes, ¿lo ves? –Lusa sostuvo
-¡Qué pasada!
saltamontes longicornio.
hacía.
413
Crys negó con la cabeza.
enormes o algo.
-¿Cómo puede hacer tanto ruido con una boca tan pequeña? –
-No lo hace con la boca. Mira, ¿lo ves? Con las alas. –Las
-¿Dónde?
en una pizarra?
414
-Pues es lo mismo. Una cosa áspera apretada contra una dura.
-¿Eso es poco?
sentimiento.
-No lo sé; mucho. Para una mujer. Puede que casi un metro
-¿Y eso?
gustan los bichos. Por cualquier cosa. Porque tu tío Cole murió y
-¿Mamá se morirá?
45
En inglés, tía es “aunt” pero Crystal pronuncia “ain’t”, que literalmente significa “no es”. (N. de los T.)
415
-¿Se morirá?
que hace todo lo que puede por ponerse mejor, por ti y Lowell.
No hubo respuesta.
tranquilidad.
416
Crys también se sentó, con expresión desilusionada.
que quedaban en las dos redes-. Mira todas las criaturas hermosas
que mueren. Es como arrojar una bomba sobre una ciudad para
cincuenta mil.
Crys miró con el ceño fruncido hacia las cabras de Lusa. Lusa
tengo que criar algo para obtener dinero. Además, hablé mal del
de una vaca.
-¡Puaj!
417
eso creo. –Se rió de la expresión de Crys-. ¿Por qué? ¿Has oído
-Tus tíos se quedaron con mis vacas. ¿Quiénes son los tarugos
entonces?
* * *
418
-Sólo he venido para ver si todo estaba bien. Pensaba que si
marcharme a casa.
alrededor de su cabeza.
Hannie-Mavis vaciló.
419
Lusa se quedó muda de asombro al ver, de cerca, que Hannie-
Mavis lloraba.
decirle que el médico opinaba que nada de quimio y ella pensó que
dimensión de la tragedia.
420
maquillaje de ojos corrido con un pañuelo de papel que parecía
las familias grandes había que andarse con ojo. ¿Quién sabe cómo
hará que hasta la sombra de ojos se vea con otros ojos? En aquel
-Bien.
421
Lusa se encogió de hombros.
pequeño cajón del fregadero. Recordó que Cole había sido el último
entre las manos. Esas pequeñas punzadas parecían alejar más aún el
el mechero.
46
Condecoración con la que se distingue a los heridos de guerra. (N. de los T.)
422
-Bueno, primero cortamos el césped. Luego miramos trastos
-Oye, ¿sabes qué es lo que hizo Lois para que Crys se enfadara
tanto?
-Crys había hecho una especie de acuerdo con Jesús, algo así
-Oh, no. Vaya por Dios. Lois no debería haber hecho eso.
423
-No, no debería. Esa niña necesita muchísimo amor y lo que
Incluso sin conocer a sus padres, Lusa se imaginaba las dos líneas
tragedia griega.
424
-No me importa quedarme con Crys hasta mañana o pasado –dijo
Dile a Lois que mande a Lowell. Creo que estarían mejor juntos.
-Todo irá bien. Pase lo que pase, todo irá bien. Me he dado
Hannie-Mavis se rió.
ni nada.
una época ni siquiera supimos por qué. Mary Edna estaba preocupada
-Para mí también fue toda una sorpresa –dijo Lusa en voz baja
425
esto. –Miró a Hannie-Mavis-. Heredo este lugar. Entiendo por qué
azul del día del funeral. Había dicho, no sé qué haremos sin él.
puntas de las uñas pintadas, que eran tan rojas y brillantes como
los zapatos.
testamento.
426
-¿Qué? –dijo Lusa, un tanto asustada.
tierras.
que a Lois le importa un rábano este lugar. Tal vez finja que le
427
Lusa se lo imaginó de inmediato.
se la quede.
-Eso es absurdo.
-¿El qué?
428
-Querida, querida, ni siquiera tienes treinta años. Todos
genealógico.
a casa de Jewel.
descansar.
429
-Lo haré, querida. Y le diré a Lois que traiga a Lowell, si es
nombre de Lexington?
Lusa se rió.
de nombre es Hannie-Mavis?
-Un nombre raro, querida. Muy, pero que muy raro. Papá era
* * *
430
pies descalzos cuyo sonido quedaba amortiguado por la alfombra del
gallina. Allí estaban otra vez, uno al lado del otro, sentados muy
niña un poco mayor que le rodeaba los hombros con el brazo para
protegerle del mundo. No era el niño que Lusa había creído que
431
{19}
Depredadores
tapizado verde y siguió con los dedos la larga mancha marrón que
los pies doloridos; eso era lo último que recordaba. Antes, una
432
odiaba su actitud, el que se quitara la camisa y el sudor le
una mujer. Una vieja, a decir verdad. Tras una hora, los brazos
deseaba era tumbarse en medio del frío arroyo, con ropa y todo.
agradecida.
regresar con Eddie. Eso era. Se cubrió los ojos y frunció el cejo
433
arboleda de cicutas, y abajo, en el linde. La mayoría de las
* * *
los ojos. Algo negro. Algo con plumas, con alas, que colgaba
434
Deanna vio a Eddie desde el porche mientras se sostenía la cabeza
trofeo.
abril.
dijo.
con tal entusiasmo que ella tuvo que retroceder varios pasos.
435
-Entonces, es tu cena. –Volvió a besarla-. Necesitaba hacerlo.
Deanna se rió.
de mis colegas.
hacer esto.
observó el ave que tenía en la mano. Pesaba más que una jarra de
-Desplumarlo.
436
-Bien. Pero primero tendrás que escaldarlo con agua caliente
-Sí.
-Sí.
437
lata metálica, Deanna fue trayendo pavas llenas de agua del grifo
en todos los días que el pavo había pasado bajo la luz filtrada
438
durante unos minutos y, después, a sostenerlo sobre las llamas
Eddie porque esa mañana hubiera estado tan alegre mientras ella
del largo cuello del pavo tras examinar cuidadosamente las heridas
439
que le habían causado la muerte. Era un disparo limpio y certero:
como solía suceder con las ardillas y pavos que los vecinos le
esófago dañados.
feliz.
440
-Una araña es un depredador. Si la matas luego habrá cien
astillas.
arqueadas.
441
se puso de cuclillas y alimentó las llamas con tanta delicadeza,
Eddie se rió.
Caperucita Roja?
442
aroma y esperarían el festín durante horas. No había nada mejor
razón, puede que esté un poco anémica. ¿Por qué? ¿En qué piensas
tú?
no un pavo.
443
-Oh, pecado, ¿quién sabe lo que es? Supongo que algo que se
¿Qué?
-¿Sobre las arañas y los pavos? Lo sabes tan bien como yo, no
preguntó.
Un puma por montaña, y punto. Las grandes aves rapaces, como los
444
huevos. –Deanna caviló sobre la ecuación durante unos instantes-.
De todos modos, comparados con sus presas, hay pocos pavos. Hay
sus emociones.
mirarla.
445
Eddie caviló respecto.
las orejas. Hacía dos meses que conocía a Eddie y, durante ese
-¿Cace el qué?
446
-Es una matanza de depredadores, y punto. Basta con amontonar
definición de depredadores.
saltamontes.
puso la tapa y luego se lavó las manos con el resto del agua. El
manos. Sin embargo, últimamente tenía las manos y los pies fríos.
447
Acercó las manos al calor del fuego. Al poco, la lata comenzó a
miró por entre las llamas. Eddie atizó el fuego un poco más, con
-¿El qué?
Deanna apoyó las rodillas contra el pecho y las rodeó con los
del mundo.
visto las cosechas suficientes como para saber que segar un campo
448
podría explicar a Eddie el trasfondo de la tragedia que supone la
del mundo.
miedo.
449
Eddie no apartó los ojos.
sobre el fuego.
-Si tú supieras.
-¿El qué?
las llamas.
450
-Es probable.
-¿Y?
-Ya lo sabía.
vida.
Eddie asintió.
está matando, junto a puede que otros cien mil animales al año,
451
Por no hablar del buen trabajo que realizan tus colegas en las
cacerías de depredadores.
-Sí. Sigue.
Sin embargo, los malditos coyotes dan más problemas. Creo que los
-¿Y?
-Oh.
de natalidad de alguien.
452
-¿Quieres dejarlo? –dijo Deanna al tiempo que le colocaba una
-¿Cómo?
las adultas ayuda a criar las nuevas camadas. Así, cuando algunos
de los adultos de un grupo mueren, hay más comida para las crías.
453
O tal vez haya un cambio en el esfuerzo por la reproducción.
sobrevivan.
-¡Jo!
-¿Qué?
* * *
454
siempre había dormido fuera en verano, siempre y cuando las noches
despertarse indeleblemente.
polluelos ya tenían edad para volar y eran un poco más grandes que
455
lo había colocado sobre sus hermanos. Eddie aseguraba que un
hubo apartado.
mantas. Lo único que podía hacer para acabar con la inquietud era
primero que haría sería ir a ver los febes. Se puso en pie, con
456
el pequeño pico de la madre no estaban donde tenían que haber
vigueta del tejado con una mano. ¡Nada! El interior del nido
fuera que, presas del pánico, hubieran llegado hasta el borde del
porche. Nada.
observó. Vio unos pequeños ojos redondos, que parecían mirarle con
457
de las crías, gritó en su interior. Esas no; eran mías. Al final
del olor a fuego y carne, hacia la oscuridad del bosque. ¿Por qué
fuera agua caliente? Durante los últimos días había llorado por
y lento y humano y ausente, una especie de peso que llevar sin los
458
Resplandecían como un bosque de cuento de hadas o una ladera de
las crías de los coyotes emergiendo del útero del bosque con los
459
{20}
Castaños viejos
que Nannie esperara. Él era mayor, así que tendría que respetarle.
minutos.
como cualquier otra libélula salvo que replegaba las alas cuando
artilugios que costaba lo suyo quitar. Era posible que las mujeres
460
había tenido ocasión de aprender nada sobre las prendas íntimas de
esté aquí. Por ejemplo, el cerezo del sendero. Está tan inclinado
461
olvidado por completo que el árbol pudiera caérsele encima. La
462
claro, ella era Nannie Rawley. También le interesaba qué comían
Nannie se cubrió las orejas con las manos y le hizo señas para
-¡Venga ya! –gritó Nannie-. ¡No me diga que cree que el cerezo
poco.
Garnett vaciló.
463
Hoy, pensó Garnett.
metido en un buen lío por matar a las abejas. ¿Matarlas?, ¡las han
previsto.
en las paredes.
464
-Y son las abejas las que necesitan hacer vibrar las alas día
todas partes. –Negó con la cabeza con tristeza-. ¿Es que la gente
no sabe estas cosas? ¿Es que sólo los viejos somos los que nos
-Cabría esperar que los jóvenes fueran con más cuidado. Son
465
caqui de Garnett. Esa quisquillosa y minúscula muestra de atención
que no le culparé.
466
Nannie sonrió y le miró de soslayo.
-Me temo que no fui muy amable. Les dije que los designios del
que más aprecia son las abejas. Les dije que estaba en las
Biblia para ver qué dice sobre la plaga que Dios enviará contra
Nannie.
-Me avisó Mary Edna Goins. Estaba hecha una furia, como si la
iguales y espero que no piense que soy una cotilla, pero esa mujer
no tiene remedio.
Satanás.
467
-Gracias, ya es mío –replicó Nannie remilgadamente-. ¿Va a
-No veo muy bien, pero reconozco un castaño a unos cien pasos
de distancia.
está muerta.
468
-Biológicamente muerta. Como nosotros –dijo Nannie sin
la plaga.
¿no?
-Eso es.
americano?
tercero para verlo, pero para los niños había sido como una
interesada.
469
-Escribí varias cartas y llamé al Servicio Forestal y todo
-Oh, lo sé.
para un resurgimiento.
firme al respecto. Nunca permitió que nadie talase los dos que hay
470
-¿No los ha visto? Hay uno a menos de medio kilómetro colina
muertas. Aun así, todos los años da frutos y las ardillas se los
similares.
–preguntó Garnett.
labio y prosiguió.
apetece, paseo por sus colinas. Suponía que usted hacía otro
tanto.
compró al mío.
que Nannie sabía mucho sobre las manzanas, pero ¿sabía de veras
471
alrededor a toda velocidad. Se inclinó hacia delante y colocó la
cabeza entre las rodillas, si bien sabía que no debía cerrar los
aterrorizado.
Garnett asintió.
despierto.
¿no?
472
-¿Nunca ha ido al médico para que se lo miren? –preguntó
Nannie.
atrás. Así.
desaparezca.
-Ahora –le dijo Nannie-, eche la cabeza hacia atrás hasta que
cuando vuelva.
473
Garnett era completamente consciente de las manos de Nannie.
los ojos.
hito en hito.
474
más sencilla para aliviarlos. Tendrá que hacer lo mismo de tanto
cosas.
-No, no, escuche. Son unos cristales duros como piedras que se
Es un hecho científico.
quiere que le diga, que los causa el mal genio? Escuche, viejito,
molestarle.
piedras en la cabeza.
475
-¿Le apetece venir conmigo a ver los dos castaños? –preguntó
476
el garaje, escondidas, que le abrasaban la conciencia como un
477
{21}
estaba sana y salva, todo estaba por decidir, todo era nuevo. Los
bromeaba diciéndole que pesaba más que una bolsa de comida pero
caía como agua fresca por los muslos y por los antebrazos de Cole
478
ella se entregaba al delirio del vuelo, al amor perfecto hecho en
el aire.
que había ido a verla después del funeral, la noche que Jewel le
ella.
así de bien”.
abrazo.
* * *
-Tía Mary Edna dice que rezan cuando hacen eso –informó Crys
sin convicción.
mariposas.
479
el suelo en torno a un lugar enlodado. Cada quince metros se
-¿Por qué?
-¿Cómo se lo dan?
Lusa se detuvo.
480
-De acu-erdo, te sabes la historia, vale. Así es cómo le da
espermatóforo.
-¿De verdad?
-No, qué va. Qué coño, no –maldijo para que Crys se riera-.
molesta.
hecho entre las moléculas de una pared, en los tebeos. Crys y ella
481
situado tras el garaje, por ningún motivo en concreto, sólo para
Jewel tenía un mal día y le había pedido a Lusa que cuidara de los
permitir que, por ejemplo, Crys dijera tacos como una diablilla.
la otra.
-¿Qué es eso?
Lusa miró hacia los árboles que Crys señalaba. Se oía el canto
-¿“La flemátida”?
482
-Eso es. O como cualquier niña o mujer que no haya tenido nada
caso es lo mismo.47
-Me gustan más los bichos que las flores –dijo Crys con
bichos que sobre las flores. Y buscamos una mariposa luna, ¿te
nogales. Ponen los huevos en la hojas para que luego se las coman
las orugas.
-¿Y eso?
483
-Otros animales deberían tener la misma suerte. La mayoría de
ellos sigue una dieta muy estricta. Es decir, que sólo pueden
-Vaya tontería.
-No es cuestión de ser tonto o listo, son así, del mismo modo
que tú tienes dos piernas y caminas con los pies. Para un perro
pizza”.
-Lowell lo tiene.
-¿Tiene el qué?
es lo que come?
malteada.
484
centímetros por la corteza rugosa. El sol iluminaba a Crys por la
-¿Qué son?
con ese nombre tan poco agraciado48. Pero es bonita, ¿no? –Lusa
Lusa se rió.
-¿Cazadora?
-Sí. “Cazatunas”.
48
En el original se llama “cankerworm”, es decir, “gusano del cancro”. (N. de los T.)
485
-Oh, cazafortunas. –Exhaló un suspiro. En esta ocasión estaba
de lo que dice.
tiempo que ponía los ojos en blanco. Poco a poco iban encontrando
de la familia Widener.
486
fijado en ninguna de aquellas plantas. Todo el condado era un gran
terraplén.
conmovedoramente infantil.
-Como el diablo.
polen?
más allá de donde estaba la niña hasta el borde del claro, donde
el bosque.
árboles.
487
Lusa siguió internándose en el bosque, escrutando ramas y los
está el demonio.
-“Olfídalo”.
488
-Sí. Estoy empezando a darme cuenta.
increíbles.
-¿Dónde?
demasiado impresionada.
-¿Y?
489
-¿Y? ¿Y qué? Qué quieres, ¿que cante?
Lusa.
codos y mirarse los dedos del pie y más allá, hacia el tentador
-¿Qué es esto?
-¿Apesta?
melocotonero?
490
-¿La mariposa de la col? Sí, de hecho son de la misma familia,
Tienes muy buen ojo para esto, ¿lo sabías? Eres buena observadora
suelo de mis campos. El arroyo no sería más que barro. Este lugar
estaría muerto.
491
-Eso es lo que tú crees. Este bosque tardó cientos de años en
ponerse así.
-¿Cómo así?
-Pues como es ahora, una cosa muy complicada con partes que se
-Tío Joel.
Crys asintió.
ginseng. Hay una señora ahí arriba que los regaña por ello. Se
supone que no se puede coger. Tío Joel dice que si ella lo vuelve
dispararle.
de salvaje.
492
-¿Qué dice tío Joel de mí? ¿Es él quien piensa que debería
cabras.
¿verdad?
Pero asintió.
-¿Ah, sí?
juras?
mudo.
-¿Serás rica?
493
-No, qué va. Pero podré pagar al tipo que me está haciendo las
vaya al invierno.
494
-Pues si se le ocurre una idea mejor, acepto sugerencias, de
cultivo que pueda plantar aquí que resulte tan rentable como el
tabaco.
-“Vegariana”.
cristianas.
altas y finas por el hueco de cielo que veía entre los árboles.
-Supongo.
tuviera que talar esta colina, pero no estoy segura de qué otra
495
-¿Por qué tienes que conservarla?
me he encontrado?
-¿Con qué?
-Fantasmas.
-Menuda tontería.
-¿Fantasmas de quién?
-Sí.
-¿Como quién?
Pero necesitaba hablar del tema, tanto como Crys necesitaba soltar
496
tacos. Ambas tenían sus motivos. Se incorporó y la miró hasta que
que cosas que no se ven. En eso sí que creo, probablemente más que
llueve. Por eso sé que está aquí. Y tu tío Cole también está. Lo
está.
-Lo sé, es duro pensarlo –dijo-. Los humanos son una especie
muy visual.
497
-¿Te refieres a lo que hace Rickie con esas revistas de chicas
-Exactamente.
No tienen por qué ver a sus maridos o mujeres para saber que están
ahí.
respecto. Los míos dicen, quédate, y los tuyos dicen, vete, por
498
a mano a modo de respuesta para todas las preguntas. Un gesto
robado.
despierto.
despertarse nunca.
persiguiendo a la liebre.
499
escribiera un artículo para Behavioral Ecology sobre los efectos
garaje.
500
temido kuzú. Un artículo más del pacto entre los humanos que
Tienes que convencerla para que retroceda dos pasos cada día –
sobre esa planta era correcto; su ojo sabía cosas que no sabía
501
{22}
Depredadores
del agua que estaba bajo sus pies. Extrajo el pañuelo rojo del
salir a sus crías del nido en agosto. Los padres revolotean como
502
el puente. También había recogido cuatro carretillas llenas de
leña, de donde habían talado los árboles, y las había subido hasta
esmerado sólo para ellos. De hecho así respondía una de las dos
que tuvo que hacer la defensa oral, cuando el jurado la hizo salir
503
Aquella humedad tenía que remitir. El aire olía a tormenta, lo
cual era probable que hiciera que los halcones dieran más guerra.
que encogerse junto a la parte más baja del tronco de una cicuta.
504
por un sentimiento de culpa? No. ¿Quedarse o marcharse por la
sentido así.
505
encima de su cabeza, sus pies ya la conducían montaña arriba. La
árboles no veía más que el lado sur de su casa, donde los troncos
506
mantenía los ratones a raya, el demonio que apresaba febes, el
pequeño orificio del lateral del hastial del tejado. Descendió por
507
{23}
Castaños viejos
tarta.
508
púrpura. Por principio odiaba los hierbajos pero no podía evitar
las hojas una por una, pero seguía siendo capaz de reconocer
509
pero con el rabillo del ojo advirtió las siluetas redondas de las
por supuesto, supo qué tenía entre manos. Su misión era Nannie
Obedeció.
por querer saber, la zorra perdió la cola, y eso seguro que sin
viejo. Había soñado con ella, de una forma tan vívida que se había
polvorosa.
510
-Mucho mejor, sí –repuso un poco más centrado-. Todavía no
una mujer de su edad. Hacía calor pero no tanto como para que una
-Los caminos del Señor son inextricables –repuso ella con toda
único que le faltaba era sugerir que ella era la respuesta a las
plegarias de Garnett.
511
-No tanto –contestó ella al tiempo que se daba la vuelta y
de entrada que mide por lo menos tres metros de alto? Nunca había
detenidamente.
512
era una planta perenne resistente, no anual, de eso no le cabía la
preguntó.
mí, como todo el mundo; ya sé que son un engorro, pero también son
sorprendentes.
doblarse hacia abajo y para agosto forma un arco por debajo del
513
costurera que fuera cosiendo su camino por el condado de Zebulon,
dando una puntada grande por año. Nos pueden parecer hermosas u
una madre que regañara a su hijo-. Y tiene que reconocer que con
Garnett se sonrojó.
Muchas gracias.
tenía las piernas de una mujer mucho más joven. Sin duda no era lo
unitarias.
tónica reciente continúa, tal vez le haga otro el año que viene.
era legal, entonces seguro que una anciana tiene derecho a coger
514
-La dignidad es la última responsabilidad de los ancianos,
señorita Rawley.
ancianos.
cerdo?
calificarle a usted.
515
-No se comporta de forma normal para su edad –respondió con un
hilo de voz.
años?
es mi teoría.
516
-Bueno, piénselo. Las mujeres ya no pueden tener hijos, a los
hombres se les cae el pelo, no somos más que una sangría inútil
diera frutos?
muerta. ¿Por qué iba a hacerlo yo entonces? ¿Qué ley dice que
517
* * *
charco, esa cosa que ella necesitaba, como una tarjeta de san
aleteando temblorosas.
todas.
la teja.
518
{24}
-¿En qué estaba pensando Dios cuando creó las judías verdes y
sombreros.
unas flores en forma de globos rosas. Había soñado con eso durante
en tarros en el patio.
519
-Este jardín debe de tenerte esclavizada –dijo Jewel.
hileras más.
-Es cierto. Entre esto y los pollos, quizá no tenga que volver
Jewel sonrió.
-No.
encerrada.
520
-También es obra tuya. Te juro que es muy bonito. En cierto
otras personas.
Sevin?
-¿B-T?
521
cesto al lado de la cerca, ¿por qué no coges unos cuantos tomates
desayunar.
tomateras.
le daba clases.
-Te lo creas o no –le dijo a Jewel-, tus dos hijos han pasado
522
judías y aplastándolos. Les he dicho que les pagaría un penique
alguna factura por pagar?, pues habla con Crys y Lowell. –Alzó la
presa del pánico, buscando entre las hileras. Jewel estaba tendida
contraído por el dolor; estaba rodeada por los tomates del cesto
-Oh, Dios mío –dijo Lusa varias veces-. ¿Qué debo hacer? Lo
emergencia.
en el bolso.
últimos meses: casi todos los días hacía cosas que solía pedir a
523
embargo, cargar con un familiar por las escaleras del porche era
este estado.
apretada y Lusa cargó con buena parte del peso escaleras arriba.
hecho que la cama estuviese por hacer y hubiera ropa por el suelo.
Lanzó una mirada rápida a los niños para asegurarse de que estaban
habían percatado de nada. Les habló con el tono más calmado que
momento en el baño para llenar un vaso con agua del grifo. Cuando
524
regresó al dormitorio encontró a Jewel aposentada en el sillón de
vaso y se puso a frotar los brazos del sillón, con aire pensativo.
suponía que no teníamos por qué estar en el salón; sólo era para
525
lo llevaba. Debe de estar en algún sitio. Alguien lo utiliza en
Jewel soltó una débil risa, pero Lusa se sintió mal por
chiste. Ella misma había sufrido mucho por culpa de los tópicos de
la gente y las evasivas sobre la muerte y ahí estaba con Jewel sin
para tomar las manos de Jewel entre las suyas y permanecieron así
526
decisión de no gastar dinero en una peluca. Lusa se había
quiero preguntártelo.
-Adelante, entonces.
y a Lowell.
-Adoptarlos.
527
-¿Crees que no pienso en eso todos los minutos del día? –dijo
ser la mejor madre del mundo pero creo que podría aprender con
con ambigüedad.
528
alguien que tenga una actitud abierta. Cuando analizo a los
Jewel abrió los ojos y miró a Lusa con una expresión nueva.
se sabe. Con Shel de lo único que puedes estar segura es que nunca
se sabe. Podría pensar que los quiere, durante una o dos semanas,
he estado aplazando.
529
media. A Lusa se le ocurrieron varias preguntas en silencio, pero
papeles?
530
aumentó a su alrededor. Cuando se armó del valor para mirar a
surcado de lágrimas.
viva en este lugar, seré la señorita Widener, así que, ¿por qué
cargada con los frutos púrpura maduros que Lowell había bautizado
531
poseyera o amara pero los pájaros seguirían viniendo. Vislumbraba
532
{25}
Depredadores
deseo de volar. Había trepado a una roca lisa con una capa de
territorio nuevo.
amigos llamándose los unos a los otros con su grito invernal. Los
533
entonces, aquel estremecimiento era algo que conservaba de su
Aquel era el día, siempre sería el día, cuando lo supo por primera
tristeza de las cosas perdidas que se movían por entre las hojas
baya de color rojo intenso entre todos los grupos de bayas verdes
junto al sendero?
tocó la piel ligeramente moteada y más oscura que tenía bajo los
534
ojos. Era como la máscara de un mapache, pero más sutil, y se le
mayo, se había vuelto a caer. Bonito, había dicho él. ¿Alguna vez
has contemplado una vista más hermosa que ésta? Y ella había
535
Se tocó el pecho y se acercó el espejo para observar más de
ser. Pero quizás así fuera como iba a ser: un proceso largo que
Dean Wolfe haciendo el amor con la madre que nunca había conocido.
536
Aquella mujer había sido de carne y hueso, una persona que quizá
síntomas.
Sólo en ese caso. Habían vivido en los árboles, Rachel cerca del
segura mientras ella trepaba por las dos, ascendiendo por las
por entre las ramas con sus ojos dulces y soñolientos y la boca
537
-¿Qué es lo que hizo que Rachel sea así? –había preguntado a
Nannie.
libros y libros, más libros que nadie que conociera, por lo que
-Sé –dijo Nannie con voz queda- que quieres una respuesta
mejor que esa, igual que yo. Durante mucho tiempo culpé al mundo.
contrario.
más o menos a los doce años, pero como caminaba por delante,
538
-Puedes cortar un esqueje de un árbol y hacerlo crecer para
poco distinto del resto de los cruces que hayan surgido de los
539
-¿Entonces fue cuando empezaron a haber distintos tipos de
-Cada vez más, eso es. Algunos de los hijos salieron más
guapos que sus padres y otros no tanto. Pero hasta los mejores
hito en hito.
tirar los dados. Hay Deannas y hay Rachels, eso es lo que surge
vida.
de los niños, lo más parecido a una madre que había tenido. Era un
Winesap del mundo eran iguales. Sin embargo, los árboles jóvenes
540
del campo de Nannie eran deshechos de semillas que nunca se
otoño, las dos habían hecho carreras por la hierba de ese campo
Mejor Nannie.
* * *
541
con el mapa detrás. Quizá se detuviera un momento a observar la
Querida Nannie:
542
{26}
Castaños viejos
vehículo. Estaba ahí a plena luz del día e hizo que Garnett
pero no como los demás. Garnett nunca había visto nada parecido.
las consecuencias.
cola más baja pero era del mismo color y tamaño que la otra.
543
y luego se cerraron como el telón de un teatro. Garnett tuvo la
allí.
que el joven del jeep le había hecho señas para que se detuviera.
544
ver y los estuvieran buscando. Pero no, por supuesto que no,
le preguntaba lo reconocería.
tráfico.
545
-Bueno, eso es exactamente lo que pone el letrero de ahí
atrás. Meadow Brook Lane. Pero yo tengo este mapa y se supone que
de Roanoke.
leyó:
idea de lo ocupada que está esa mujer en esta época del año, con
50
La traducción literal de “Meadow Brook Lane” sería “Camino del arroyo del prado”. (N. de los T.)
546
todos los árboles frutales que cultiva? ¿Acaso el Servicio
decírselo a Garnett.
* * *
547
ese mérito, aunque dejara que los bichos camparan a sus anchas en
señuelo para que se quedaran todo el año, parecía. Así era como
en Kroger’s.
548
sueltos, nunca se sabía si un vecino podía necesitar que alguien
acudiera en su ayuda.
tenía otra cosa que hacer que pensar en nombres ridículos para las
carreteras viejas.
el próximo.
549
Tenía muchas otras cosas que hacer y gente que contaba con que las
esa enfermedad de las lombrices rojas pero podía haber otra razón
tan extraña había tenido al volver a esa casa. Era como si algún
Lo que Ellen más lamentaba era no haber visto a ese bebé, eso
agradable, pero ¿cómo diablos había ido a parar allí, con una
550
descubrir con exactitud qué quería hacer en esa granja. Seguía
aguardando la muerte.
Entrecerró los ojos para ver a través del viejo y ondulado cristal
de la ventana.
Bueno. ¡Había alguien con ella! Esa mancha azul y blanca que
551
llamara, había ido a visitarla en una ocasión, por un motivo que
punto.
no, no era Clivus), estaba ahí con los codos apoyados en la parte
amor de Dios, fuera quien fuera ese hombre de ahí, no tenía nada
que ver con ella. Garnett notó que una sensación turbia y poco
552
cristiana le nublaba el corazón. Odiaba a ese hombre. Odiaba su
553
{27}
cual era una suerte para ella porque el trabajo nunca terminaba.
traerle el correo.
554
divisa de otra época-. Nadie había hecho tantas conservas desde
eternidad.
recibo.
555
-Es lo único que recibe la gente. ¿Quién escribe cartas
todavía?
congelar.
tendió a Lusa para que los viera. Se sentó y los ojeó, recorrió
556
con la mirada las palabras inventadas por los abogados que
un rey o algo así, ¿verdad? De todos modos no es más que una rata
con palabras-. Conozco ese nombre. Soy amiga de su, bueno, debe de
cabras.
poco?
del establo hasta que le dije que pasara, como si fuera una sala
de estar.
557
-Bueno, típico de él. Eran gente curiosa, él y Ellen. Supongo
Lusa se dio cuenta de que aquello era más o menos lo que les
había ocurrido a sus padres. Nunca habían sabido qué hacer con
ella.
enfermedades.
habías dicho?
558
pequeños arreglos y después de que nos casáramos llegó a coger el
colmó el vaso. Creo que el viejo señor Walker decidió apartar ese
ahora pero más adelante. A los niños quizá les gustara ir allí,
manzanos justo al lado, lo vi. ¿No crees que a los niños les
559
Lusa no dijo nada. No estaba segura de cuáles eran los
se marcharon antes del banquete, ellos eran así. Nunca les pareció
Lowell no existirían.
tiempo del mundo. Quizá sólo te quede este verano. ¿Lo recordarás?
quieres decir.
vida.
-Lo haré.
queda esta estación para estar entre los vivos y que doy las
* * *
560
A primera hora de la tarde Lusa respiró hondo, recogió la
pasados en la 4-H.
cuanto consiguió que las primeras fueran donde ella quería. Cuando
561
en el hueso y profirió un grito más fuerte que el que soltó la
cabra.
para poner las inyecciones, pero parecía tan asustado como ella.
-Tenías que haber visto lo que cuesta que una vaca se trague
una pastilla –le dijo cuando Lusa le comentó que se le daba bien-.
hembras, luego les cerraba los labios con fuerza y les movía la
igual que Cole. Ese era uno de los primeros aspectos que le habían
último golpe. Cuando los pinchaba así, los animales solían estarse
totalmente quietos.
consiguió dominarla.
562
-Vaya, parece que es un tipo más listo de lo que parece, ese
señor Walker.
vacunadas.
563
-No.
-Un coyote.
-Yo tampoco. Pero juraría que hace un par de noches los oí.
Rickie la miró.
cabrito, por lo menos. Pero no parecía tan grande. ¿No crees que
Lusa asintió.
-Estás loca.
564
-Menos mal porque estoy casi muerta –declaró, colocándose
rellenar la jeringa.
Rickie la observaba.
tuya.
-¡Un baño! ¡Puaj! –Se olió las axilas e hizo una mueca-. Estas
565
pequeño perro dorado, pero con un porte mucho más salvaje. Si
Rickie.
-Te voy a matar –le dijo riendo, al tiempo que se secaba los
ojos.
manguera.
-No puedo olvidar sus ojos –dijo Lusa mientras Rickie apagaba
verticales.
566
Rickie se frotó bien la cabeza con la camiseta.
-Sí, son unos ojos curiosos. –Se peinó el pelo oscuro hacia
trapo con olor a macho cabrío delante de las cabras. El mundo era
duro que iba a ser, quizá me habría rajado, pero tú me has ayudado
hasta el final. ¿Te hago un cheque para pagar la gasolina, por las
molestias?
tengo esa cerveza fría que te gustaría tomar pero podría invitarte
567
una voz tan poderosa y autosuficiente como la de una cantante de
ópera.
-¿Ah, sí?
nombre.
51
El nombre en inglés de este pájaro es “bobwhite”, que podría perfectamente ser el de una persona: Bob White.(N. de
los T.)
568
-Aquí tienes –dijo Lusa, dejándose caer en el césped a su
569
-Estaba pensando en lo que dijiste, que te daba igual llegar o
instituto.
-¿En serio?
570
-Al comienzo me enojé con él por morirse y dejarme aquí. No te
pensar que él no estaba destinado a ser toda mi vida, fue como una
realidad.
Rickie la miró.
intentaré convencerle para que la deje aquí algún tiempo. Para una
ladera. No es que Lusa oyera “codor niz” sino un “de acuerdo” más
571
la idea de que el pájaro estuviera en sus pastos en barbecho. No
crédito, no sólo con una pesada carga sino bendecida con un trozo
eso no me arruinaría. No veo por qué hay que matar a un animal tan
572
volvía al desierto. El chivo expiatorio. Se suponía que se llevaba
Lusa rió.
-Sí, algo parecido. No soy una granjera tan perfecta como para
otras diez formas por las que podría perder una cabra debido a mi
que las zapatillas mojadas olían fatal. Seguramente por eso Rickie
573
-Sí, bueno. Tengo que confesarte una cosa. Te veo guapa
el verano.
574
-¿Por qué no? –preguntó él, colocando la mano sobre las
575
Lusa le apartó la mano del tobillo, le besó los nudillos
mano en la hierba.
-Muy bien. Has sacado buena nota. ¿Podemos pasar a otro tema?
-Eres incorregible.
descontroladas.
-Puede ser –dijo él-. Pero también podríamos pasarlo muy bien.
había fijado sus criterios con las revistas que guardaba bajo la
revistas de mujeres.
No niego que lo pasáramos bien, incluso mejor que bien. Pero está
intentar olvidarlo.
576
-De acuerdo –dijo-. Mala suerte.
parientes.
eléctrica.
por fin, por todo aquello: el tono, las palabras, la realidad que
vez.
Lusa cogió una piedra pequeña del suelo y la lanzó más allá de
sus pies.
577
-Bueno, no eres la Llanera Solitaria. Todas las chicas del
¿sabes? Quiero ver cómo son esas islas con palmeras. Y esas chicas
aburrimiento.
Lusa rió.
-Eso parece.
problemas.
lo perdonan.
578
-Gracias. –Entonces Lusa lo miró y se le ocurrió una idea-.
Rickie asintió.
bailar?
579
-¿Te vuelve loco y eso es malo? ¿O es bueno?
-No tiene por qué ser bueno o malo. Tú eres así. Mi tía
de cambiarlo!
-Widener.
-Me alegro porque, sabes, voy a ser madre dentro de poco. Será
mejor que salga de juerga una o dos veces mientras todavía pueda.
pensativo.
580
Lusa se encogió de hombros.
de Dios, el hecho de que los adoptes. Dicen que eres una santa.
en un solo verano.
581
{28}
Castaños viejos
sabía. Sin lugar a dudas eso era lo que esa serpiente artera tenía
en mente.
sabía era que desde hacía ya dos días, cada vez que veía a Nannie
582
picos de los hombros y la observó. Presentaba un aspecto tan
Garnett entrecerró los ojos con fuerza para intentar percibir más
detalles del aspecto del hombre. Cielo santo, ni siquiera era muy
tirando a gordo. Garnett estaba tan irritado que dejó caer un par
máximo entre las sombras del patio trasero de Nannie pero tampoco
583
en la calle. La verja del jardín no estaba ni a tres metros de la
vecindario.
con chiquitas.
584
artificiales. Sólo le faltaba que doblara las manos sobre la falda
* * *
-¡Eh, hola!
Nada.
Garnett entrecerró los ojos. Ese hombre parecía tan vago que
585
Garnett se había percatado de que la gente joven solía dar la
espantapájaros.
de la casa.
586
Garnett suspiró. Entre Garnett y Nannie la situación siempre
Nannie.
sobre mojado.
asno.
587
-Oiga, eso no es justo. Sólo porque me ofrezco a ayudarla no
-No –dijo ella-. Me dio las tejas. Fueron una bendición del
cielo.
vecino.
preguntarle.
-No sabía que tuviera familiares –tanteó por ahí-, de los que
heredar.
falda.
Dos, de hecho.
suficiente.
unos disparatados celos del joven Ray Dean Wolfe, que había
588
actuales permanecían casadas. Nannie había sido muy feliz en
cementerio.
-Eso es, su hija Deanna. Es como una hija para mí. Ya lo sabe.
anunciarle que quería que esos niños vieran la granja. Querían ver
589
rescatar de los rincones más oscuros de su memoria aquellos dos
en mi labor.
-Oh, es mi escopeta.
Garnett la observó.
-¿De veras?
590
-¿Y ha venido para asegurarse de que estaba bien, eso es lo
por un rayo. Lo miró hasta que esbozó una sonrisa que acabó
591
Nannie apoyó la mejilla contra su frágil y viejo corazón,
entonaba.
592
{29}
Depredadores
pero el ruido había alcanzado tal punto que ahogaba todo intento
los huesos hasta llegar a los tímpanos. Deanna cerró los ojos y
593
ahora que su corazón bombeaba sangre por unas cuantas arterias
cabeza con las almohadas, pero aquello sería una cama, en la que
poco más con cada minuto que pasaba. Una hora antes Deanna había
594
lista. Al final rescató las de su pequeña linterna, la que tenía
nuevas.
como la oscuridad tan oscura que daba igual tener los ojos
sonido. Hacía mucho tiempo que no oía otra música que no fuera la
595
que tendría que volver a aprender, como aprender a hablar de nuevo
preocupaciones.
le decían nada: Bin, Din, Fin, Hinman, eso sí: los condados de
596
hubiera tenido tiempo de salir de aquellas montañas antes de la
llegada de la tormenta.
habla humana en el oído. Se había pasado dos años sin escuchar las
noticias pero ahora era incapaz de pasar un minuto sin ellas. Sin
para no gastar pilas, pues quizá las necesitara más tarde. Luego
oscuro, con tormenta o sin ella, como todas las noches del año.
misma; sería mucho mejor que aquel nudo sombrío de pánico que
597
Salió de nuevo al sillón verde y se acercó otra vez la radio al
¿Por qué hoy, entre todos los días posibles? ¿Acaso llevaba un
Hoy o mañana o ayer, daba igual, tenía que creerse que era verdad.
revelarlo. Mejor para aquel niño, mejor para todos, que Eddie no
supiera lo que había dejado tras de sí, así pues nunca lo sabría.
Deanna había salido por la mañana antes del alba para uno de
598
dio cuenta al momento. No había tocado nada que fuera de Deanna,
tan significativo.
su zapato. E.B.
pedazos que apiló en una esquina del cajón donde guardaba los
calcetines para que los ratones los utilizaran para rellenar sus
montaña.
momentánea.
599
-¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío! –salmodiaba, como si quisiera
una noticia que no le hacía falta recibir por radio era aquélla:
hastial se veía mejor porque caía menos agua de esa parte del
aire estaba tan lleno de agua que parecía que los peces pudieran
saltar desde las orillas de los arroyos y nadar por las copas de
600
sentido horizontal, directamente en su rostro. Asustada hasta la
uno tras otro. Allí donde el bosque se fundía con el cielo observó
ser consciente de que nunca volvería a estar sola, esa soledad era
601
la más incorrecta de las presunciones humanas. Sólo sabía que
la tormenta.
602
cielo oscuro. No había una única voz en la oscuridad sino dos: una
603
{30}
vida.
este mundo también tenían cabida ciertos seres que no podían comer
604
parte de su especie. Ella había sido atraída allí. No tenía por
que empecé”.
cada vez más. Cole no iba a ser un esposo para el que se cocinaba,
605
volver a hablar abiertamente del difunto. Se podían contar
606
Lusa era consciente de que el éxito conseguido con las cabras
para la dureza que suponía ser granjera. Tendría que ser una
607
Darwin entre los brazos y una vela encendida en la mesita de
noche.
multiflora de los límites del campo a los que sus cabras no podían
aquella no era una contienda marital, como lo había sido con Cole.
608
Todavía era la granja de los Widener, pero los bosques ya no eran
ramas caídas del patio sino de recortar las zarzas que había
609
En aquel momento, cada vez más rodeada de oscuridad, se dedicó
sus vidas.
verano siguiente.
610
{31}
611
aquellas granjas: las peleas incesantes de los perros de caza
612
olisquearan para encontrar cangrejos de río durante el día, pero
noche y sabían que estaban cerca, aunque nunca tanto como ahora.
613
Para cuando llegara el frío de verdad y luego empezara a
inconfundible.
buen rato, hasta creer que él y la otra vida inquieta que tenía en
614
escarabajos, un tirón del hilo impalpable de la telaraña que atrae
615