Geometria
Geometria
Geometria
resultado o cómo realizaron una cierta construcción, de tal suerte que traten de
convencer a sus compañeros de la validez de sus resultados.
La prueba, señalan las autoras, está sustentada en la aceptación de una
cierta comunidad, en un cierto momento, y eso puede ser objeto de debate. La
escuela secundaria es el lugar ideal para realizar tareas ligadas a la prueba.
Esta no es una demostración, como la entienden los matemáticos, en la que se
hacen deducciones a partir de hechos que se consideran verdaderos. En el libro
se ilustra cómo los estudiantes pueden utilizar la explicación y la prueba para
“demostrar”, por ejemplo, que los ángulos opuestos de un paralelogramo son
iguales o que los ángulos internos de un triángulo suman 180°.
En el tercer apartado de este capítulo se comenta que, al llevar a cabo tareas
de investigación y demostración, es necesario que los alumnos desarrollen las
siguientes habilidades: visuales, de comunicación, de dibujo, lógicas y de razo-
namiento, y de aplicación o transferencia.
Si los alumnos desarrollan estas habilidades, nos dicen las autoras, estarán
en mejores condiciones para hacerse del conocimiento geométrico. Así, por
ejemplo, la visualización, en el aprendizaje de la geometría, resulta un medio
eficaz: las configuraciones se pueden visualizar de formas distintas, lo que impli-
ca poder relacionar y observar diferentes propiedades de las figuras geométricas.
La adquisición del lenguaje propio de la geometría se puede relacionar con las
habilidades de comunicación y dibujo. La habilidad de dibujo está relacionada
con la construcción, desde la simple copia a mano alzada, hasta el trazo reali-
zado con regla y compás. Lo fundamental es que el profesor diseñe actividades
que lleven a los alumnos a desarrollar estas habilidades.
En el cuarto apartado, las autoras desarrollan de manera sucinta la teoría
de Van Hiele relacionada con los niveles de razonamiento. El propósito es que
los profesores tengan conocimiento de que el razonamiento geométrico sigue
un proceso evolutivo; se trata de conocer los rasgos que caracterizan cada uno
de estos niveles aunque, aclaran las autoras, no se trata de que, a partir de este
conocimiento, el profesor etiquete a los alumnos según los niveles establecidos
por la teoría de Van Hiele. La pretensión es que el profesor comprenda y tenga
presente la forma de razonar de los estudiantes y este conocimiento le permita
diseñar actividades que les llevan a niveles más altos de razonamiento.
¿Cómo enseñar la geometría en la educación básica? ¿Qué materiales pue-
den ser adecuados para enseñar y aprender la geometría? El segundo capítulo,
"La Geometría en aula", está dedicado a responder estas preguntas. Las autoras
comparten el enfoque propuesto para enseñar las matemáticas, según el cual
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