Este documento proporciona una breve historia de la medicina naturalista y sus principales figuras a lo largo de los siglos XIX y XX. Vicente Priessnitz en el siglo XIX estableció uno de los primeros centros de hidroterapia utilizando agua fría para tratar enfermedades. Sebastián Kneipp popularizó la hidroterapia y agregó el uso de plantas medicinales y una dieta vegetariana. Arnoldo Rikli y otros continuaron desarrollando métodos como baños de sol, aire y luz. La medic
Este documento proporciona una breve historia de la medicina naturalista y sus principales figuras a lo largo de los siglos XIX y XX. Vicente Priessnitz en el siglo XIX estableció uno de los primeros centros de hidroterapia utilizando agua fría para tratar enfermedades. Sebastián Kneipp popularizó la hidroterapia y agregó el uso de plantas medicinales y una dieta vegetariana. Arnoldo Rikli y otros continuaron desarrollando métodos como baños de sol, aire y luz. La medic
Este documento proporciona una breve historia de la medicina naturalista y sus principales figuras a lo largo de los siglos XIX y XX. Vicente Priessnitz en el siglo XIX estableció uno de los primeros centros de hidroterapia utilizando agua fría para tratar enfermedades. Sebastián Kneipp popularizó la hidroterapia y agregó el uso de plantas medicinales y una dieta vegetariana. Arnoldo Rikli y otros continuaron desarrollando métodos como baños de sol, aire y luz. La medic
Este documento proporciona una breve historia de la medicina naturalista y sus principales figuras a lo largo de los siglos XIX y XX. Vicente Priessnitz en el siglo XIX estableció uno de los primeros centros de hidroterapia utilizando agua fría para tratar enfermedades. Sebastián Kneipp popularizó la hidroterapia y agregó el uso de plantas medicinales y una dieta vegetariana. Arnoldo Rikli y otros continuaron desarrollando métodos como baños de sol, aire y luz. La medic
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UN POCO DE HISTORIA
Nombres Para la Historia de la Verdadera Medicina
Por Germán Alberti V., PSI, DMN
Separata de “La Revolución Naturista”
La historia de la Naturopatía se pierde en la noche de los tiempos, sin embargo
haciendo saltos muy grandes ubiquémonos en el siglo XIX, que es el momento clásico, el Siglo de Oro del Naturismo, cuando hombres del pueblo, geniales, comienzan a unir: alimentación natural, plantas medicinales, actividad física y tratamientos con agua, aire, tierra y luz, principalmente.
La hidroterapia se ha practicado desde la antigüedad, en Grecia y Roma eran
frecuentes los baños termales naturales. Como disciplina, la Hidroterapia y la Moderna Medicina Naturista, realmente comienzan con Vicente Priessnitz (1799-1851), un campesino de muy aguda inteligencia, quien habiendo sufrido la patada de un caballo, se curó a sí mismo con compresas de agua fría. Dada su rápida recuperación, comenzó a utilizar ese método en otros enfermos y, en 1822, establece una “clínica” para tratamientos con agua. Los enfermos tenían que consumir de doce o más vasos de agua al día, realizar trabajos como leñar, subir cerros, o baños de vapor, para luego recibir duchas frías. Calor y frio alternados en forma repetitiva. Usaba gimnasia, paseos, ascensión de cerros, descalzos, ejercicios respiratorios, fricciones... Aplicando también baños del sol y corrientes de aire. Estos baños de aire eran con el cuerpo desnudo acompañados de ejercicios físicos. En cuanto a la alimentación recomendaba semillas, pan integral, frutas y verduras. Uno de los aportes fundamentales de Priessnitz fue el darse cuenta que, para curar las enfermedades crónicas, había que provocar reacciones agudas por la aplicación de agua fría, inducir las “crisis curativas”. A Priessnitz le siguieron muchos discípulos: Rausse (1805-1848), quien substituyó el calificativo de “Medicina del agua” o “curación por el agua” y popularizó el concepto de Medicina Natural.
Después de Priessnitz aparece el sacerdote Sebastián Kneipp (1821-1897),
quien, cuando era seminarista, enfermó gravemente de tuberculosis, siendo desahuciado. En esos días, en una biblioteca de München, pudo leer un texto del médico naturista Johann Siegmud Hann, y comprender mejor su enfermedad, a la vez, quiso aplicar el agua fría sugerida en el libro y comprobar sus beneficios. Escapándose por las noches a un lago congelado, o al Danubio, rompía el hielo, zambulléndose por breves minutos, se vestía y regresaba al convento. Cuenta que las reacciones de calor y agradable sueño fueron muy significativas. Su mejoría fue increíblemente rápida. Comenzó a practicar distintos tipos de chorros y baños fríos y calientes en otras personas y su fama fue extendiéndose más cuando llegó al pueblo de Wörishofen donde trabajó como sacerdote y como Naturópata (Médico Naturista).
El padre Kneipp no sólo se dedicó a tratar enfermos.
Su principal preocupación fueron los niños y la formación de jóvenes sanos. Fundó escuelas y preparó incluso al personal, a quienes daba cursos y certificaba antes de permitirles trabajar con él. Basaba su sistema educativo y curativo en cinco pilares: Herbolaria o fitoterapia, Nutrición, Hidroterapia, Actividad física; y Paz interior y bienestar
A la hidroterapia, que le hizo famoso, la complementó con plantas medicinales, la
alimentación natural vegetariana y mucha actividad física. También conoció las virtudes curativas de la ortiga y es, por decirlo de una manera actualizada, el Padre de la Inmunoterapia Natural. Con la ortiga, usada externamente en forma sistemática, se puede restablecer el control nervioso sobre el sistema inmunológico y curar con ello casi todas las enfermedades autoinmunes. En Wörishofen fundó un balneario para la práctica hidroterápica, en 1889, que pronto tuvo que ampliarse, sufriendo persecuciones por la medicina alopática. Pero su profunda fe y persistencia acabaron por ser respetadas y su método difundirse y llegar a nuestros días. Sus tratamientos se conocen como la "cura Kneipp" y se basa en aplicaciones de hidroterapia, plantas medicinales, ortiga y una alimentación adecuada, que como lo hacía su predecesor, Vicente Priessnitz, se componía de muchas semillas oleaginosas, frutas y vegetales. Sus cinco pilares de la salud y la realización humanas, fueron siempre el norte tanto de las escuelas como de los sanatorios naturistas que fundó. Con Monseñor Kneipp la Hidroterapia y la ortigoterapia tomaron nuevo auge, preconizó la vida sencilla y añadió el empleo de la tierra o geoterapia y las plantas medicinales (fitoterapia). A diferencia de la corriente americana, que estuvo casi hasta ahora reprimida y dominada por la industria farmacéutica; y donde poco a poco se fueron proscribiendo y hasta persiguiendo con cárcel a los practicantes de los métodos naturales, en Alemania hubo un reconocimiento oficial, prácticamente, de la medicina naturista cuando el doctor Guillermo Winternitz (1837-1905) fue nombrado en 1881 profesor de hidroterapia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena. Su objetivo era conocer y difundir las bases fisiológicas de la hidroterapia y estudiar científicamente sus aplicaciones. Otro gran propulsor del vegetarianismo científico fue el doctor Walter Zimmermann, quien en 1843 publica su libro “El Camino Del Paraíso” para recomendar no sólo el uso de remedios naturales, sino también de la alimentación mayoritariamente cruda. Teodoro Hahn (1824-1883) fue boticario y discípulo de Rausse, continuador de Priessnitz. Se orientó primero hacia la hidroterapia y, después de estudiar biología, propagó el régimen naturista vegetariano, creando clínicas y publicando un libro. Hahn unió la alimentación vegetariana y concluyó que ésta no sólo ayudaba más a los enfermos sino que dignificaba la condición humana, pues no había que usar el asesinato de animales para poder vivir ¡y con mucha salud! Arnoldo Rikli (1823-1906), suizo, funda en 1855 un sanatorio naturista, donde se practican baños de aire, de luz y de sol, se suman a los procedimientos higiénico- terapéuticos ya conocidos de la Medicina Naturista. Rikli redescubre la importancia terapéutica de la luz solar especialmente de los baños de sol matinales o de la tarde, para desintoxicación. Decía: "El agua cura, ciertamente, sin embargo el aire aún cura mejor y, mejor todavía que ambos, cura la luz".
Louis Kühne sintetiza los conocimientos anteriores
en una monumental obra: “La Nueva Ciencia de Curar” (1893). La cual es considerada precursora de la que años más tarde escribiera en nuestra América el chileno Manuel Lezaeta Acharán, La medicina Natural al Alcance de Todos. Kühne afirma: “No existe enfermo sin fiebre interna” Lezaeta sistematiza aun más este concepto y nos habla de restablecer la salud colocando al cuerpo en “equilibrio térmico”. Más adelante la biología descubre los mecanismos homeostáticos manejados desde el hipotálamo y se acepta que el hombre es un animal, como muchos otros animales “homeotermo” Pero el concepto de fiebre interna no es aceptado por la escuela alopática, pues su existencia en el negocio de las drogas depende de mantener a la humanidad crónicamente desequilibrada en sus temperaturas. No pueden entender que una persona con la piel y extremidades frías pueda estar quemándose por dentro. Este, veremos más adelante, es un concepto clave en medicina naturista.
La Geoterapia o uso terapéutico de la tierra, en especial el barro
Se sabe que los egipcios usaban arcilla para conservar las momias. Los médicos hipocráticos griegos la empezaron a aplicar de forma terapéutica. El médico griego Dioscórides atribuía a la arcilla un poder excepcional en la cicatrización de heridas. (Nosotros hemos comprobado que también es muy útil en las quemaduras). Galeno en la edad media también usó arcilla por sus propiedades curativas. Avicena, el médico árabe-español, también conoció las propiedades curativas de la arcilla. Durante la Edad Media las cataplasmas de arcilla fueron empleadas en la medicina popular. Adolfo Just observó el comportamiento de los animales salvajes y se dio cuenta que se bañaban en barro para curar sus heridas. Dice el Dr. Gimeno: “A partir de aquí fue introduciendo el uso de la arcilla externa en su balneario. Just "descubrió" que el magnetismo terrestre se transmite al cuerpo humano cuando descansa o duerme sobre un lecho de hierbas y tierra o al pasear descalzo por el bosque, y ello acelera el restablecimiento de la salud”. En realidad es importante el contacto con la tierra, porque el organismo se descarga de electrones sobrantes “hace tierra” y esto es un modo de alcalinizar su cuerpo. Los que se hicieron más famosos por sus curaciones con barro fueron Adolfo Just (1859- 1936) y el pastor evangélico Leopoldo Emanuel Felke (nació el 7 de febrero de 1856 en Kläden. Murió en Stendal, 16 de agosto 1926) a quien apodaban “El Pastor del Barro”. Por supuesto, también utilizaban la alimentación vegetariana, ayuno, la utilización de alimentos crudos y hasta Homeopatía. La famosa Cura de Felke consta de los siguientes pasos: 1) Baño de asiento con frotación en las partes sumergidas y en el abdomen dejando caer el agua desde la boca del estómago. 2) Baños de aire y luz: se pueden tomar en cualquier momento. Ligero de ropa o desvestido, el enfermo, camina y se frota el cuerpo con las manos, de vez en cuando con movimientos enérgicos, especialmente las extremidades. El cuerpo se calienta agradablemente poco a poco. La duración del baño de aire y luz es de 15 a 20 minutos. Poco a poco, este período de tiempo se va prolongando y, eventualmente, puede ser de más de una hora después de unos días. Mientras más tiempo, mejor. La gente nerviosa quiere hacerlo corto, pero les ayuda a mejorar sus nervios. Muchos se dan un baño de asiento al terminar o se dan un baño de pitón, o chorro, es decir, un enjuague frío con la manguera. Se escurren el agua con las manos y se visten sin secar. 3) Baño de arcilla: El baño de arcilla de Felke es prescrito para determinadas formas de la enfermedad es similar al baño de asiento, pero en su lugar el agua está mezclada con arcilla de buena calidad y sin piedras. Al terminar este baño, la persona se lava con manguera, se seca con las manos y se viste. Duración del baño de barro después de la regulación. La “Alimentación Solar”. Era el nombre que inicialmente le daban los naturistas a la dieta cruda, quien más luchó por demostrar su importancia fue el médico suizo Max Bircher-Benner a quien han llamado el Padre de la Medicina Moderna, o el Hipócrates moderno. Médico con formación alópata pasado al naturismo, El doctor Bircher-Benner fue el primer médico (ex-alópata) en fundar una clínica para enseñar la comida cruda, esto ocurrió en 1898. Tuve la suerte de conocer personalmente al Dr. Rafael Bircher, su hijo, ¡quien ya tenía 90 años de edad! Me contó que su padre fundó esa clínica cuando él apenas contaba dos años de vida. Dicen los historiadores que Maximiliano Bircher-Benner fue un niño enfermizo, y ya recién graduado de médico se derrumbó cuando sufrió una leve ictericia. Sólo experimentó mejoría cuando se sometió a una alimentación cruda, a base de manzanas, principalmente, El joven médico observó cómo su salud se recuperaba rápidamente. Este episodio y otras pruebas posteriores con sus pacientes, convencieron al Dr. Max Bircher-Benner del tremendo poder curativo de los alimentos crudos. Observar el estilo de vida simple de pastores en los Alpes suizos, también le ayudó a desarrollar sus ideas nutricionales, ponerlas a prueba a sí mismo, su familia y sus pacientes. Max inventó un plato de avena cruda y manzanas, nueces y jugo de limón, y lo llamó müesli. Como hemos dicho, en 1904 el Dr. Max Bircher-Benner inició su propia clínica en Zúrich llamada “Sanatorium Lebendige Kraft”. “Sanatorio Fuerza Viva”. Allí se han registrado millares de sensacionales casos de sanación. Sus hijos Rafael y Raquel continuaron su obra y ahora ésta se encuentra en manos de su nieto Dr. MD Max Andrés Bircher, quien lo dirige con el nombre de Centro Bircher-Benner para la Medicina Natural Científica, en Le Pont, Suiza. Dice el historiador del Naturismo, Dr. Gimeno: “Si Rikli aplicaba el sol por fuera, Schlickeysen y Bircher-Benner lo hacían, además, por dentro, con la “alimentación solar”. El Dr. Carlos Casanova Lenti, eminente médico naturista peruano llama al Dr. Bircher Benner el Hipócrates moderno, el padre del Crudivorismo. Nos acercamos cada vez más a un conocimiento científico de la alimentación natural cuando H. Lahmann (1860-1905), recomienda usar las sales minerales presentes en los vegetales y el Doctor Ragnar Berg (1873-1956) insiste en la ingestión de alimentos alcalinizantes, es decir ricos en minerales alcalinos. El Dr. Martín Scola, también médico alemán, ex-alópata, de quien hago referencia con frecuencia, por haber sido mi maestro directo en nutrición, nos habla de la Regla Berg, que consistía en usar, por lo menos un 80% de alimentos crudos y alcalinizantes En Estados Unidos el movimiento naturista también fue muy fuerte en el siglo XIX, y se caracterizó por preconizar un estilo de vida acorde con la Naturaleza, al que llamaron Higiene Natural. Destacan numerosos personajes principalmente Isaac Jennings, Sylvester Graham, Benedict Lust, Bernard MacFaden, Herbert Shelton, Russell Trall, Elena G. de White, Arnold Ehret, Bernard Jensen, quien desarrolló muchísimo la técnica iridológica de diagnóstico preventivo. Así pudiéramos mencionar miles más. En Estados Unidos se funda la primera Escuela de Naturopatía. El Dr. Shelton se hizo famoso por desarrollar su teoría de la combinación de alimentos. MacFaden atravesó a pie todo el territorio estadounidense, de este a oeste, para demostrar las bondades de la Higiene Natural. El Dr. Jennings desarrolló el concepto de “ortopatía”, el cual posteriormente en el siglo XX, dio paso a la medicina ortomolecular, iniciada por el premio Nobel, Dr. Linus Pauling. La señora White funda la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y la dota con bases de higiene natural, donde se incluye la alimentación vegetariana. Sin embargo, en Estados Unidos, país de altos contrastes, se desarrolla monstruosamente la industria farmacéutica y la cirugía, no opacando, sino bloqueando y persiguiendo hasta querer borrar de la faz de la tierra a la Naturopatía. Por una parte, haciendo que el Estado desconociera la enseñanza naturopática en las Escuelas de Medicina, se eliminaron y combatieron hasta con cárcel: el ayuno, la hidroterapia, geoterapia y alimentación vegetariana. Desde 1910 hasta mediados de los años 80 del siglo XX, sólo la farmacología y la cirugía eran las terapias autorizadas y enseñadas en todas las universidades reconocidas. En un país caracterizado por su espíritu libertario a toda prueba, se instaló la mafia alopática con un monopolio sin precedentes, por muchos años, casi hasta el presente. (El Dr. James P Carter, en su libro “Rackettering in Medicine” (“El Bandolerismo en Medicina”) la denomina “la medicina organizada”) Las Universidades del mundo, y en especial las hispanoamericanas, no hicieron otra cosa que copiar el modelo alopático de curación. Pues a medida que se institucionalizaban y globalizaban los vicios del tabaco, el alcohol, la crianza masiva de animales, la refinación e industrialización de alimentos, también la alopatía crecía y emergió como una medicina quitadolores o paliativa de un sinfín de enfermedades supuestamente incurables, para ayudar a esta humanidad degenerada a soportar sus achaques. Casi logran borrar del mapa el Higienismo Naturista, (Natural Hygiene); Quiropráctica, otro aporte maravilloso del naturismo norteamericano, Ayunoterapia, todo lo que caracterizó al extraordinario movimiento Naturopático en ese país. Todavía hoy en muchos países del mundo se tiene el modelo alopático como un modelo científico y objetivo por excelencia, porque logra deslumbrar al público y a los estudiantes de medicina con su mágico control de síntomas y métodos de diagnóstico muy precisos, pero también muy costosos. Pero para ser un cliente fijo de la farmacia, la gente tiene que creer primero: que sin carne no se puede vivir, usar alimentos refinados, ser estreñida y sedentaria, etc., es decir, practicar todos los vicios y defectos que vemos en la sociedad “civilizada” de hoy. Gracias a los resultados de tanta alopatía: un estado cada día más enfermo de la población, que desembocó en el aumento incontrolado de morbilidad y mortalidad por las enfermedades degenerativas: cardiopatías, cáncer, diabetes, obesidad, etc., es una mortalidad de proporciones epidémicas, ocasionada por esas “enfermedades de la civilización”, que forzaron a la gente a buscar nuevas alternativas y ahora la Medicina Naturista y el movimiento higienista han resurgido con más fuerzas. ¿Cómo llegó el conocimiento naturista a América Latina? -En la época colonial hubo vegetarianos románticos, como don Simón Rodríguez, Maestro dilecto de El Libertador Simón Bolívar y quien es considerado el primer naturista de América. Es poco lo que ha trascendido sobre esta faceta de tan famoso personaje, pero de alguna manera influyó en Bolívar, pues se sabe que no toleraba que fumaran en su presencia y tenía gran aversión por los extravagantes y dañinos métodos químicos de los médicos de su época. Don Andrés Bello, también fue un naturista consumado, pero tampoco nos informan de él. Sabemos, sin embargo, que gracias a su sana alimentación logró vivir más que todos sus hijos, quienes no siguieron sus pasos en este sentido. A principios del siglo XX, llega a Chile un capuchino alemán, el padre Tadeo de Wissent, quien trajo todo el conocimiento adquirido de Monseñor Kneipp y curó a Manuel Lezaeta Acharán, un estudiante de medicina que sufría de sífilis y quien, al alcanzar su total curación permaneció nueve años aprendiendo al pie de este sacerdote, Lezaeta publicó su magna obra “La Medicina Natural Al Alcance de Todos” en 1932, la cual fue mejorada hasta su muerte en 1961. Sufrió persecuciones y cárceles. La medicina alopática quiso hacer quemar su libro, pero la justicia chilena en aras de la libertad de expresión no lo permitió. Todavía hoy se sigue editando esta monumental obra y sigue curando enfermos. Sus aplicaciones terapéuticas sencillamente funcionan. Es un precursor de los conceptos homeostáticos de la actualidad, con su “doctrina térmica”. Su obra es considerada por muchos "El Evangelio de la Salud”. En Argentina hizo historia el profesor Juan Steve Dulín, quien escribió libros y revistas muy orientadores y además, fundó una dinastía de excelentes médicos naturistas, recuerdo también los nombres de Abentín y del profesor Rodríguez, quien me envió por años numerosas lecciones de su curso de medicina natural. En los años 60 en Perú comenzó a destacar el doctor Carlos Casanova Lenti, primer médico naturista de su país y de Latinoamérica, fundador de la Clínica Casanova. Allí empleó inicialmente los métodos del Dr. Bircher-Benner en materia de nutrición y la Ayunoterapia del doctor Otto Buchinger. Luego los métodos hidroterápicos con algunas variantes, desarrollando lo que denominó “termoterapia”, por el uso de calor y fiebre provocada, principalmente. Posteriormente incluyó la terapia celular de Niehans, el Instituto para la Investigación del Alimento Crudo como Terapia y Profilaxis; y el Movimiento Naturista Ecologista Peruano. En Colombia han destacado numerosos naturistas. Pero de entre ellos destaca la obra filantrópica y científica de don Manuel J. Londoño, quien por muchos años fue un Maestro de la curación por el agua, la ortiga y la alimentación vegetariana. Se enfrentó titánicamente a la incomprensión y fanatismo médico alopático, pero triunfó y logró con esas herramientas tan sencillas derrotar tremendas enfermedades neurológicas: epilepsia, parálisis cerebral, síndrome de Guillain Barré y otras. También tuvo éxitos notorios con variados tipos de cáncer, cardiopatías y enfermedades autoinmunes. Tuve la ocasión de ser su amigo personal por muchos años y compartir muchas experiencias profesionales. Predicar con el ejemplo, y punto. Hoy en día hay una efervescencia por el naturismo y este tipo de medicina. Pero cierta vez entré al consultorio de un supuesto “Naturópata” con la pared repleta de cuadros por todos los “cursos” que había realizado y me sorprendí al ver un cenicero sobre su escritorio. El tal “médico naturista” ¡fumaba! Para ser médico alópata sólo hay que aprender a recetar drogas o ser virtuoso del bisturí, poco importa si el candidato es enfermo, fuma, o bebe. Pero para ser naturista hay que imitar y seguir el ejemplo de Priessnitz, Rausse, Kneipp y toda la pléyade de hombres que participaron en el Siglo de Oro del Naturismo. Tal Naturópata tiene que ser el vegetariano y no practicar vicios, así sean socialmente permitidos. El título y los cursos no son suficientes para hacerse llamar médico naturista.
Está llegando el momento en que la naturopatía sea reconocida no sólo como la
más pura de las escuelas medicas, sino como el núcleo de la conquista y conservación de la salud. También las otras escuelas, incluyendo la alopatía tendrán su lugar, en las ciencias de la salud. Las tres escuelas marcharán juntas, armoniosamente, junto con las otras formas de tratar al enfermo que se han expandido y popularizado en los últimos años, que ya gozan del reconocimiento oficial. Todo ello será posible cuando se separe el interés médico, de servicio al enfermo, del interés económico comercial de venta de diagnósticos y remedios milagrosos (ilusiones) vengan de donde vengan. Mientras consideremos los servicios de salud dentro del marco de las demás industrias, siempre el público se mantendrá con la expectativa de que la salud es una mercancía que se compra en la farmacia, el pabellón de cirugía o en la tienda naturista... Los políticos seguirán comprando votos ofreciendo más hospitales y más servicios médicos y remedios “gratuitos” para cada pueblo, como si la salud se midiera por el número de camas de hospital que cada haya en cada ciudad.
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