Actividades para Café Literario
Actividades para Café Literario
Actividades para Café Literario
La lectura es la capacidad de los humanos alfabetizados para extraer informa ción textual y
corresponde a una suma de varias habilidades psicológicas que se adquieren y se ejercitan a
edad temprana. Comprende, en un principio, la capacidad de discernir una letra de otra, y luego
la de leer bloques completos de letras: las palabras.
La lectura puede ser entendida a su vez, como factor básico en el desarrollo de la personalidad
y del pensamiento, como elemento indispensable en el proceso de socialización y como
práctica fundamental en la adquisición de conocimientos.
Frente a la fuerte irrupción de los medios de comunicación de masas, basados en la imagen y
en el lenguaje oral; y al singular impacto de la moderna tecnología informática, la lectura de
textos escritos ha perdido adeptos, sin embargo, sigue siendo el medio más eficaz para el
desarrollo sistemático del pensamiento, del lenguaje y de la personalidad.
La lectura no es solo un hábito útil, que ayuda a obtener información y aporta herramientas
para resolver problemas y tomar decisiones. Según un artículo publicado por P. Pascual en el
periódico Universal en enero de 1996, la lectura es: Un ejercicio placentero que estimula la
imaginación, conduce a lugares nunca visitados y relata hechos históricos no presenciados.
Además, permite experimentar infinidad de emociones, afirmar conocimientos y ampliar el
vocabulario, con lo cual se logra una mejor expresión y se tiene mayor oportunidad de hacerse
entender por quienes lo rodean.
Leer invita a la reflexión, es un acto reposado, meditativo y silencioso, que siempre exige
aporte de quien lo realiza, de allí que se traduzca en desarrollo progresivo del intelecto.
La comprensión de la lectura ofrece la posibilidad de enriquecer, tanto la relación con el
entorno, como la vida interna. Lo anteriormente expuesto, define la lectura como un acto
individual, sea o no realizado en lugares sociales
Tipos de Lecturas
Leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto. En la lectura hay un lector activo
que procesa y examina el texto, con un objetivo que guía su lectura. Los objetivos pueden ser
diversos: distraerse, ocupar el tiempo de ocio, buscar una información concreta, seguir unas
instrucciones para realizar una determinada actividad, informarse, aplicar la información
proporcionada por la lectura de un texto para realizar un trabajo, leer un e-mail, etc El acto de
leer puede ser abordado desde dos vertientes; la lectura por deber y la lectura por placer.
En la lectura por deber se puede reconocer un objetivo esencial del lector y es el de cumplir
una obligación le produzca o no placer llevarla a cabo. Corresponde además a un proceso de
pensamiento reflexivo, analítico, con capacidad de interpretación y de crítica donde el lector
es un personaje activo y responsable de su propio aprendizaje. Es una lectura
fundamentalmente utilitaria, puesto que se usa para resolver necesidades específicas de
estudio o de información, pero una vez satisfecha esta necesidad, la lectura es relegada hasta
que nuevamente surge la necesidad de acudir a ella.
La lectura por placer es aquella que se practica por convicción como un medio para propiciar
el goce o placer, enriquecer la mente, ampliar el capital lingüístico y cultural; es decir, una
lectura que permite apropiarse de las ideas, de los hechos, de los lugares, una lectura que
implica un estado de fusión entre en el texto y el lector, y de la que surgen la imaginación y la
emoción en el momento en que el texto cobra vida. Puede ser realizada como un pasatiempo
en los tiempos de ocio sin otra motivación que la propia.
La lectura y sus lectores Otra clasificación sobre el tipo de lectura es la propuesta por el escritor
Gerardo Cornejo en su ensayo “La Adicción Luminosa de la Lectura” donde habla de 5 tipos de lecturas
y sus correspondientes lectores.
1. Lecturas por obligación: son aquellas lecturas impuestas como tareas académicas, que pueden o no
ser de agrado para los lectores llamados por el autor como “cautivos”.
2. Lectura por compromiso: es la realizada por los lectores para no ser mal visto entre sus pares,
amigos, jefes, familiares, etc cuando se comentan los títulos de los autores de moda; estos serían los
“lectores infelices”.
3. Lecturas de aprendizaje: son las lecturas motivadas por la curiosidad, la búsqueda de conocimientos
específicos y la necesidad innata de saber, y corresponderían a los “lectores expiatorios” de su sed de
conocimiento.
4. Lectura de información: cuyo objetivo es la de obtener información sobre lo que acontece entorno
al lector ya sea en su propio país y hasta en el mundo; es la realizada por los “lectores epidérmicos” y
se caracteriza por quedar sólo en el dato sin entrar más allá en profundidad.
5. Lectura de placer: sería aquella que se ejerce como un acto de libre escogencia, como un ejercicio
regocijado de la libertad del pensamiento y de la imaginación. Este es el tipo de lectura que sólo
disfrutan los “buenos lectores”. Pese a la diferencia de objetivos en cada tipo de lector,se intenta no
discriminar a ninguno de ellos en el uso del producto de diseño.
Planos en la Lectura
La lectura es un viaje a mundos desconocidos. Abrir un libro y recorrer sus páginas significaba acceder
a esos territorios que pueden nunca verse o pisars, seduce, provoca, desconcierta, anima o aburre. El
lector, desde su retiro, da un paso atrás para luego avanzar y construir sentido, hacer habitable la
abstracción de la caligrafía. En este viaje literario se ha determinado la participación de tres planos:
físico, mental y emotivo.
En el plano físico intervienen las variables del entorno; ruido, movimiento, iluminación, etc. así como
la posición corporal de la persona, es decir, su comodidad o confort en un contexto físico.
El entorno, sin embargo influye en variables que tienen que ver con los sentidos, de esta manera,
mientras más sentidos se involucren en la lectura, menos posibilidades de distracción se encuentran.
En el plano mental que también puede ser llamado intelectual o cognitivo participa el tipo de lectura
y la concentración para llevarla acabo en relación a la capacidad intelectual propia del lector.
En el plano emotivo o psicológico, se involucra directamente la sensibilidad del lector; los
sentimientos y sensaciones que le produce la lectura y la imagen social que demuestra, que se ve
afectado por el espacio físico donde lo realiza, donde toman relevancia factores como la imagen
aspiracional, la exposición, actitud social, compañía, vanidad, conocimiento, connotación de
intelectualidad y vulnerabilidad. Es esta instancia la que hace esencial un enfoque desde un punto de
vista emotivo que implica la lectura, a través de la función simbólica y estética que otorgue el proyecto.
De esta forma se tratarán primero estas funciones para terminar con las funciones prácticas (el aspecto
físico), que en un principio pudieron parecer más relevantes.
Función estética
La función estética de los productos es el aspecto psicológico de la percepción sensorial durante su
uso. La función estética de los productos industriales, significa influir en la configuración de los
productos de acuerdo con las condiciones perceptivas del hombre. La configuración de productos
industriales significa dotar a los productos de funciones estéticas atendiendo al uso sensitivo en el
proceso en l proceso de la percepción multisensorial del usuario. Multisensorial ya que todos los
sentidos del hombre participan activamente en este proceso. El uso sensorial de productos industriales
depende de dos factores esenciales que son las experiencias anteriores con dimensiones estéticas
(forma, color, superficie, sonido, etc) y la percepción consciente de estas dimensiones. Es característica
peculiar de la función estética de los productos promover una sensación de bienestar, lo que
constituye un supuesto para la identificación del usuario con el producto durante su uso. Función
simbólica Un objeto tiene función simbólica cuando la espiritualidad del hombre se excita con la
percepción de este objeto al establecer relaciones con componentes de anteriores experiencias y
sensaciones. Por ello podría definirse que la función simbólica de los productos está determinada por
todos los aspectos espirituales, psíquicos y sociales de uso. La base de la función simbólica es la función
estética del producto. Ésta por medio de los elementos estéticos, forma, color, superficie, entre otros
proporciona el material para la asociación de ideas con otros ámbitos vitales. La función simbólica de
productos industriales solo se vuelve eficaz en base a la apariencia perceptiva sensorialmente y al
caudal espiritual de la asociación de ideas.
Espacios para la Lectura. Si bien la lectura es algo individual e íntimo, es un acto de trascendencia
social. Forma parte importante del ocio, del proceso de aprendizaje, de la formación de los
profesionales en una sociedad cambiante, y de la información de todos. Es por esto que son múltiples
los lugares donde el acto de la lectura se lleva a cabo. El hogar es el primer lugar donde el lector siendo
aún niño toma contacto por primera vez con el libro, en esta instancia se inicia una lectura que se
mantendrá por el resto de su vida. Si bien el tiempo que se está en el hogar es restringido e implica la
posibilidad de que la lectura sea desplazada por otras prioridades de las labores del hogar. Hoy en día
la biblioteca está concebida sólo como el lugar donde se va a estudiar, a aprender, informarse sobre
un tema específico o simplemente buscar los textos necesarios para ello. En ella su imagen se vincula
exclusivamente a lo serio, al estudio muchas veces, memorístico, y se ha opuesto a la diversión, y por
ende a la lectura por placer. La biblioteca no se oferta como recurso de ocio, cierra justo en los horarios
en que los jóvenes y los mayores tienen tiempo para salir o acudir a ellas; limitan el uso de los
computadores a realizar búsquedas bibliográficas o resolver cuestiones de información pragmática.
Por otra parte llenan de prohibiciones que terminan por inhibir la lectura en vez de hacerla más
cercana. También encontramos como otro lugar habitual de lectura, la calle, es decir, aquella lectura
que se realiza cuando el tiempo lo posibilita ya sea en un transporte público como metros o
microbuses, o bien bancos de plaza o sobre el césped de algún área verde. Dentro de los espacios para
la lectura se ha visto en la actualidad un notorio aumento en la aparición de cafés tradicionales, en
estos espacios se genera una instancia propicia para la lectura, la soledad reflexiva y la concentración
el tiempo que desee. Se encuentra en un entorno que permite el estar relajado, rodeado de individuos
con intereses similares. Los cafés, capaces de generar estas instancias serán los que llamaremos cafés
literarios. En estos lugares se favorece la formación de grupos de lectores para que establezcan en
forma individual una interrelación con el texto, fomentada con préstamos de libros, la opción de
lecturas grupales comentadas y el intercambio de opiniones personales. Para efectos de esta memoria,
se entenderá como café literario, no sólo aquel espacio que vende o proporciona libros y café, sino
aquel que por sus características otorga una instancia para la buena lectura en compañía de un café.
El café En torno al café, bebida que en otros tiempos se creyó milagrosa y que continúa despertando
pasiones, se han creado grandes obras de la cultura universal. Las propiedades estimulantes del café,
fueron comprobadas empíricamente en el 900 por un científico persa llamado Rhazes, lo que
contribuyó a su difusión y comercialización por todo el mundo de la antigüedad. (1) La cafeína y la
tebromina de los granos de café, poseen potentes efectos fisiológicos. La cafeína acelera en forma muy
notable la circulación, estimula la glándula suprarrenal, la motricidad y las secreciones digestivas, es
decir, que somete "todo el organismo" a un estado de “tensión” por estimulación directa del sistema
nervioso simpático. Mencionado en los escritos del médico persa Rhazes en el año 900 , el café fué
sucesivamente un alimento, un vino, una medicina y una bebida. Con el café el hombre persigue tres
tipos de placer: 1. Una excitante bebida de probada eficacia. 2. Una bebida caliente por la mañana o
para después de las comidas. 3. Una bebida de sutiles matices gustativos que permite su lenta
degustación "en sociedad". El monje recogió los granos dispersos al pie del arbusto; los llevó al
monasterio de Cheodet, y los religiosos cocieron las semillas y hojas en agua hirviendo, logrando un
brebaje fantástico, que vencía el sueño y brindaba la posibilidad de permanecer todas las noches
rezando y estudiando El Corán.(2) De la piedra al papiro; del manuscrito a la imprenta; de la máquina
de escribir al computador, la lectura sufrió modificaciones. En un principio sólo para los iniciados, a
partir de mediados del siglo XV en occidente logró alcanzar la masividad. Pero los cambios también
fluctuaron en torno a los tiempos dedicados a leer, a los temas de interés, al mercado de los libros, los
lugares donde realizarlo y porque no, el mobiliario para ello. El beber café comprende gestos que lo
hacen la instancia más o menos formal, por tanto más o menos relajada. Encontrándose el gesto de
reposo al igual que la lectura, en la reclinación hacia atrás y el apoyo de la zona lumbar.
El café literario, un escenario para la lectura placentera ” El medio se convierte, entonces, en el
portador de significado. El medio es el portador del contenido, más que el contenido en sí mismo,
definiendo, a través de un montaje, la receptividad de la percepción.(1) Como una forma de entender
lo que significa leer en un café se hará la siguiente analogía: El café literario, para efectos de esta
memoria, actúa como escenario para la realización de la lectura, en el aspecto en que entrega un
ambiente agradable para alcanzar el viaje literario, da cabida a la intimidad necesaria para ello dentro
de un espacio público y dispone de material bibliográfico, esencialmente literatura. Situados en este
escenario, se encuentran diversos elementos que conforman su montaje, a este se le llamará
ambientación, la cual es conformada a su vez por el mobiliario presente. Dentro del mobiliario, que
forma parte del montaje, se considera de vital importancia aquel que da cabida al tomar asiento, ya
que constituye una parte fundamental del gesto de la lectura placentera reflejado en la postura
sedente. Además del montaje, forman parte de la escena el resto de los personajes, individuos con
diversos intereses personales que buscan variadas satisfacciones dentro de este espacio.En este caso,
nos enfocaremos a nuestro personaje principal (o protagonista) que es el lector. Por tanto el resto de
los individuos pasan a ser personajes secundarios, dentro de la puesta en escena del lector, quien está
expuesto frente a este público (u otros personajes dentro de sus propios intereses), realizando una
actividad individual ante los ojos de otros espectadores. Esto implica la preocupación por representar
una imagen dentro de este medio, digámoslo, selectivo. La puesta en escena como su nombre lo indica,
implica el estar expuesto frente a otros y por tanto el reflejo de una imagen. Esta imagen aspiracional
a la que se postula es la que se intenta satisfacer en este proyecto, en conjunto con las cualidades
prácticas necesarias para llevar a cabo la lectura por placer, quedando en manos del Diseño, la
ambientación de espacios que den cabida a actividades que permitan el desarrollo individual de las
personas a través de actividades culturales como la lectura. Es necesario entonces, disponer al
protagonista (lector) a la recepción de los estímulos que agudicen su percepción de la lectura.
Leer en un café Significa realizar el acto de la lectura en un determinado escenario, conformado por
ciertos elementos que son parte del montaje de este, es decir, la ambientación del espacio dentro de
la cual el mobiliario juega un rol esencial. El leer en un escenario implica a su vez el rodearse de
espectadores y más aún el actuar frente a ellos e intentar el reflejo de una imagen en particular. Por
tanto la lectura en un café implica la satisfacción de necesidades en un plano físico, intelectual y
emotivo Físico en cuanto, responda a las necesidades básicas de postura y elementos
complementarios para la lectura placentera. Intelectuales en cuanto responda al interés en la
adquisición de conocimiento y concentración. Y emotivo al responder a las expectativas perceptuales
del lector tanto en su interacción con el libro como con el medio que lo rodea en aquel acto. El gesto
del acto es el que condiciona la interfaz en esta interacción, lo cual influye directamente en la manera
de acoger la lectura, siendo de vital importancia para el diseño, principalmente la satisfacción de las
necesidades físicas a través de valores prácticos y las necesidades emotivas a través del valor estético
y simbólico que la solución formal pueda otorgar. Considerando que la función estética de los
productos es generar una sensación de bienestar y la función simbólica de ellos se enfoca a la
exaltación de los sentidos, Se obtiene en su resolución algo cercano al concepto de placer, atendiendo
al enfoque hedonista que persigue el proyecto. Prácticas, como la postura y el apoyo de los elementos
complementarios para la lectura placentera; necesidades intelectuales, independientes del objetivo y
capacidades de cada individuo; y las necesidades sensitivas o emotivas, que implican las sensaciones y
percepciones presentes en el individuo frente al libro y a otras personas. La satisfacción de las
necesidades en estos tres planos generará en mayor o menor grado de placer o goce a medida que el
diseño se enfoque tanto a la función práctica como la simbólica y la estética.