Moti Vaci On
Moti Vaci On
Moti Vaci On
Hace mucho tiempo, un niño paseaba por un camino en cuyo centro encontró un árbol
con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo
verás.
otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y
entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel
que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se
encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña
de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras
mágicas
Juguetes Ordenados
Érase una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vió que
ordenados. Ese día jugó todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos recogido.
pero al cuarto día, cuando se disponía a coger el primer juguete, éste saltó de su
alcance y dijo "¡No quiero jugar contigo!". El niño creía estar alucinado, pero pasó lo
mismo con cada juguete que intentó tocar, hasta que finalmente uno de los juguetes,
un viejo osito de peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende que no queramos jugar
contigo? Siempre nos dejas muy lejos de nuestro sitio especial, que es donde estamos
más cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil que es para los libros subir a las
frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas dejarnos en nuestras
estado una vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio cuenta de lo mal
que había tratado a sus amigos los juguetes, así que les pidió perdón y desde aquel
día siempre acostó a sus juguetes en sus sitios favoritos antes de dormir.
El Elefante Fotógrafo
Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez que
- Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de fotos para elefantes!
- Qué pérdida de tiempo -decían los otros- si aquí no hay nada que fotografíar...
Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue reuniendo trastos y aparatos
con los que fabricar una gran cámara de fotos. Tuvo que hacerlo prácticamente todo:
desde un botón que se pulsara con la trompa, hasta un objetivo del tamaño del ojo de
cabeza.
Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su cámara para
elefantes era tan grandota y extraña que parecía una gran y ridícula máscara, y
abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían tener razón los que decían que no
Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan divertida, que
nadie podía dejar de reír al verle, y usando un montón de buen humor, el elefante
oficial de la sabana, y de todas partes acudían los animales para sacarse una sonriente