Causales de Justificación y Ausencia de Lesividad PDF
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Facultad de Derecho
Doctorado en Derecho
Bogotá D.C.
Directivas
345.04 SCDD 21
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Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro, por medio de cualquier proceso
reprográfico o fónico, especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo (Ley 23 de
1982), sin permiso escrito del autor.
José María Peláez Mejía es doctor en Derecho con mención Summa Cum Laude
de la Universidad Libre (Sede Principal), magíster en Derecho Penal, magíster
en Filosofía del Derecho de la Universidad (Sede Principal) y abogado egresado
de la Universidad Libre (Seccional Cúcuta). Docente investigador en Derecho
Penal y Filosofía del Derecho de la Universidad Libre (Seccional Cúcuta).
Ha realizado como formación complementaria un curso de Especialización
en el combate del crimen organizado, la corrupción y el terrorismo en la
Universidad de Salamanca, España. Se ha capacitado y realizado estancias
cortas de investigación en la Universidad de Göttingen, Alemania, en Teoría
del Delito y con el Departamento de Justicia de Estados Unidos en la ciudad
de Washington, sobre Sistema Penal Acusatorio. Durante los últimos años,
además de adelantar múltiples proyectos de investigación, se ha desempeñado
como docente de pregrado y posgrado en distintas universidades y como
capacitador de jueces, fiscales y defensores públicos en Colombia y Panamá. Es
autor de varios libros de Derecho Penal y Procesal Penal y de múltiples artículos
científicos publicados en revistas nacionales e internacionales.
INTRODUCCIÓN 11
CAPÍTULO I 49
SIGNIFICADO, ALCANCE Y CRITERIOS DE IMPUTACIÓN
OBJETIVA. Perspectiva del modelo germánico-continental 49
1.1 Surgimiento de la teoría de la imputación objetiva 49
1.1.1 Orígenes 49
1.1.2 Significado, alcance y criterios de la teoría de la imputación
objetiva de Roxin 52
1.2.3 Significado, alcance y criterios de la teoría de la imputación
objetiva de Jakobs 76
1.1.4 Balance teórico actual 90
1.1.5 Críticas a la teoría de la imputación objetiva y su defensa 98
1.2 Toma de postura en torno al significado, alcance y niveles de
imputación objetiva 103
1.2.1 Causalidad e imputación objetiva: fundamentos filosóficos de
una relación problemática 103
1.2.2 Los niveles de imputación objetiva: toma de postura 147
CAPÍTULO II 153
LA AUSENCIA DE LESIVIDAD COMO UN CRITERIO NEGATIVO
DE IMPUTACIÓN OBJETIVA 153
2.1 significado y alcance de la lesividad y su ausencia 153
2.1.1 Distinciones iniciales 153
2.1.2 Antijuridicidad y lesividad en los esquemas del delito alemanes
(hasta el finalismo) 162
2.1.3 El harm principle y la lesividad en la perspectiva anglosajona 183
2.2 Toma de postura: fundamentos para su consideración como un
elemento negativo de la imputación objetiva 195
2.2.1 Antecedentes (a partir del funcionalismo) 195
2.2.2 Fundamentación dogmática de las cuatro tesis defendidas 213
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
8 criterios negativos de imputación objetiva.
CAPÍTULO IV 393
PROPUESTA DE UN ESQUEMA BIPARTITO DEL DELITO PARA
COLOMBIA. (Presentación de esquemas a manera de conclusión) 393
4.2 Requisitos para la existencia de un delito consumado
(categorías dogmáticas generales) 399
4.3 Sistematización de las ausencias de responsabilidad penales y
extrapenales 401
4.4 Las diferencias entre el esquema bipartito propuesto y las teorías
del injusto penal y la tipicidad conglobante 403
4.3.1 Diferencias teóricas con la teoría de los elementos negativos del
tipo penal 403
4.3.2 Diferencias teóricas con la teoría de la tipicidad conglobante 406
4.3.3 Los antecedentes teóricos de la propuesta aquí realizada 407
4.5 ¿La eliminación de la antijuridicidad constituye una postura
teórica que riñe con el garantismo penal? 410
4.4.1 Precisiones conceptuales iniciales: principialismo
constitucionalista vs. garantismo. 410
4.4.2 La maximización de las “garantías liberales” de las personas
desde la tesis aquí propuesta. Aplicaciones dogmáticas del
principialismo constitucionalista. 414
4.6 Epílogo 418
CONCLUSIONES 421
5.1 Con relación a la teoría de la imputación objetiva 421
5.1.1 Relaciones entre causalidad e imputación objetiva: 421
5.1.2 Significado, alcance y criterios de imputación objetiva: 422
5.1.3 Los juicios de tipicidad objetiva son los siguientes: 423
5.1.4 Fundamentos de la imputación objetiva. Mediante la presente
tesis se concluyeron que los fundamentos para su existencia,
configuración y ubicación en sede de tipicidad son los siguientes 424
5.2 Con relación a la ausencia de lesividad 430
5.2.1 El principio de lesividad constituye un argumento para justificar
que la imputación objetiva debe ser un elemento configurativo
necesario y común para todo delito 430
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
10 criterios negativos de imputación objetiva.
BIBLIOGRAFÍA 449
LISTA DE TABLAS
Pág.
Tabla 14. Ubicación del riesgo permitido en el esquema del delito 335
LISTA DE GRÁFICAS
Pág.
GENERALIDADES
1 Al respecto nos dice PINO que el constitucionalismo principialista o neoconstitucionalismo (en contraposición
al garantista) afirma que: (i) Los derechos fundamentales son valores o principios de tipo moral; (ii)
Tales principios son esencial, estructural y pragmáticamente diversos de las reglas por estar dotados
de una normatividad más débil; (iii) Como consecuencia de tal distinción, los principios no pueden ser
sometidos al ejercicio de “subsunción” como las reglas, sino a la “ponderación” (Alexy) o el “balanceo”
(Dworkin), y (iv) Por ende, al haber incorporado las constituciones tales principios morales y a su vez
todo juez o tribunal constitucional debe incluirlos en sus decisiones, es necesario conceder que existe
entre el derecho y la moral una relación conceptual necesaria. Cfr. PINO, G. Principios, ponderación, y la
separación entre Derecho y moral. En: DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho [en línea]. 2011, vol.
34. ISSN: 0214-8676, p. 201-228. Respecto a la adopción de este modelo constitucional en Colombia,
la jurisprudencia y la doctrina nacional se ha expresado casi que unánimemente en favor del mismo. A
nivel general tendríamos por ejemplo los trabajos de: BECHARA LLANOS, Abraham. Nuevos sujetos de
especial protección constitucional: defensa desde la teoría principialista de los derechos fundamentales.
Justicia. Universidad Simón Bolívar [En línea]. 2016, no. 29, p. 28-44. Disponible en Internet: <http://
publicaciones.unisimonbolivar.edu.co/rdigital/justicia/index.php/justicia>. GARCÍA JARAMILLO,
Leonardo. El “Nuevo derecho en Colombia: ¿entelequia innecesaria o novedad impertinente? Citado
por CARBONELL, Miguel y GARCÍA J., Leonardo (Eds.) El canon neoconstitucional. En: Universidad
Externado de Colombia, Bogotá. 2010, p. 311-366; CARBONELL, Miguel. El neoconstitucionalismo:
significado y niveles de análisis. Citado por CARBONELL, Miguel y GARCÍA J., Leonardo, El canon
neoconstitucional, Op. Cit. p. 159-172; BERNAL, Carlos. El neoconstitucionalismo y la normatividad del
derecho. 1ª ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009. 397 p. BERNAL, Carlos. El derecho
de los derechos. 1ª ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2005. 417 p. Desde el punto de vista
del derecho penal encontraríamos que los siguientes doctrinantes coinciden en afirmar que el sistema de
responsabilidad penal se encuentra constitucionalizado y sigue el modelo principialista: FERNÁNDEZ,
Juan. Concepto y límites del Derecho Penal. 1ª ed. Bogotá: Editorial Temis, 2014; del mismo autor,
Derecho Penal Parte General, Principios y Categorías Dogmáticas. 1ª ed. Bogotá: Grupo Editorial Ibáñez,
2011; SÁNCHEZ, Esiquio. Manual de Derecho Penal Constitucional. El principialismo penal. 1ª ed.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2014; GÓMEZ, Jesús Orlando. Tratado de Derecho Penal.
Tomo I. Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley, 2001.
2 V.gr. como ocurre en el caso del denominado modelo romano-germánico del civil law al que pertenecen
países tales como Alemania, Italia, España, Grecia, Japón, entre otros. [Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Jesús.
Op. Del mismo autor. ¿Crisis del sistema dogmático del delito? En: Universidad Externado de Colombia,
Cuadernos de Conferencias y Artículos. s.a., no.40, s.p.; JÜRGER WOLTER, et al. Dimensiones de la
sistematicidad de la teoría del delito. En: El sistema integral del derecho penal: delito, determinación
de la pena y proceso penal. 2004. p. 15-30. ARROYO, Luis Alberto; NIETO, Adán y NEUMANN,
Ulfried. Retos científicos y retos políticos de la Ciencia del Derecho Penal. En: Crítica y justificación
del derecho penal en el cambio de siglo: el análisis crítico de la Escuela de Frankfurt. 2003. p.25-40.
SILVA, Jesús. Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo. 2ª ed. Buenos Aires: Editorial B de F,
2010. 689 p; SCHÜNEMANN, Bernd. Introducción al razonamiento sistemático del Derecho Penal. En:
SCHÜNEMANN, Bernd. El sistema moderno del derecho penal. Cuestiones fundamentales. 2ª ed. Buenos
Aires: Editorial B de F, 2012; AMBOS, Kai. Dogmática jurídico-penal y concepto universal de hecho
punible, Op, cit; BORJA JIMÉNEZ, Emiliano. Algunos planteamientos dogmáticos en la teoría jurídica
del delito en Alemania, Italia y España. En: Cuadernos de política criminal. 1997. no. 63. p. 595-652. //
MUÑOZ CONDE, Francisco. La parte general del código penal japonés. En: Revista penal. 2000. no. 5. p.
99-108.
José María Peláez Mejía 15
3 Por ejemplo, para el caso del modelo romano-germánico del civil law. Sobre dicho hermetismo bastante
ilustrativo resulta: SCHÜNEMANN, Bernd, ya citado.
4 V.gr. como ocurre en el caso del common law al que pertenecen los países de Gran Bretaña y Estados Unidos.
[Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Introducción 1991-2012. Op. cit; AMBOS, Kai. Op. cit; BERNAL
DEL CASTILLO, Jesús. Derecho Penal Comparado. La definición del delito en los sistemas anglosajón y
continental. 1ª ed. Barcelona: Atelier, Libros Jurídicos, Colección Justicia Penal, 2011. 260 p; HENDLER,
Edmundo S. y GULLCO, Hernán V. Casos de derecho penal comparado. 2ª ed. Buenos aires: Editores del
Puerto, 2003; BERNATE OCHOA, Francisco. El sistema penal del Common Law. Puntos de contacto y
perspectivas para la legislación colombiana. 1ª ed. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2014; CHIESA APONTE,
Ernesto. Comentarios al código penal modelo para los EE.UU. Diferencias y semejanzas con la legislación
colombiana. 1ª ed. Bogotá: Editorial Jurídica Futuro, 1993; FLETCHER, Georg. Gramática del Derecho
Penal. 1ª ed. Buenos Aires: Hammurabi, 2008; NINO, Carlos Santiago. Los límites de la responsabilidad
penal. Una teoría liberal del delito. 2ª ed. Buenos Aires: Editorial Astrea, 1980. 505 p; DUBBER, Markus.
Comparative Criminal Law. Toronto: Oxford HandBook of Comparative Law, 2006. 33 p.]
5 V. gr. el caso del denominado modelo mixto asistemáticos al que pertenecen países tales como los africanos,
Francia, China o Rusia. [Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Introducción 1991-2012, citado por
SCHÜNEMANN, Bernd. El sistema moderno del derecho penal. Cuestiones fundamentales. 2ª ed.
Buenos Aires: Editorial B de F, 2012; GRANT, James. The Responsible Mind in South African Criminal
Law. PhD Thesis. Johannesburg: Law School of the University of the Witwatersrand, 2011. 293 p;
COHEN, Jerome Alan. China’s Criminal Codes. En: Journal of Criminal Law and Criminology. [En línea].
1982, vol. 73, no. 2, p. 135-137. Disponible en Internet: https://scholarlycommons.law.northwestern.
edu/jclc; COHEN, Jerome Alan. The Criminal Law of the People’s Republic of China. [En línea]. 1982,
vol. 138; CHI-YU CHENG. The Chinese Theory of Criminal Law, En: Journal of Criminal Law and
Criminology. [En línea]. 1949, vol. 39, p. 461-470. Disponible en Internet: https://scholarlycommons.
law.northwestern.edu/jclc/vol39/iss4/5; RUSSIAN FEDERATION. FEDERATION COUNCIL. Law No.
64 FZ (13, june, 1996). The Criminal Code of The Russian Federation. The Criminal Code Of The Russian
Federation; BLAS ZULETA, Luis. Notas sobre el derecho penal soviético. En: Anuario de Derecho Penal y
Ciencias Penales. Publicación Nacional de Estudios Jurídicos. no. 596; AMBOS, Kai. Dogmática jurídico-
penal y concepto universal de hecho punible. En: Polít. Crim. [En línea]. 2008. no.5. p.1-26. Disponible
en Internet: http://www.politicacriminal.cl/n_06/a_6_5.pdf;
AMBOS, Kai. Observaciones a la doctrina francesa del hecho punible desde la perspectiva alemana. En:
INDRET, Revisa para el Análisis del Derecho. [En línea]. 2008. Vol. 3. no.1-19 Disponible en Internet: <
WWW. INDRET.COM >.
6 Se asume como concepto de Dogmática Jurídica el siguiente: “es una serie de enunciados que se refieren a
las normas establecidas y a la aplicación del Derecho, pero no pueden identificarse con su descripción, están entre
sí en una relación de coherencia mutua, se forman y discuten en el marco de una ciencia jurídica que funciona
institucionalmente, y tienen un contenido normativo.” ALEXY, Robert. Teoría de la argumentación jurídica.
Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1997, p. 246.
7 Al respecto Cfr., BAUCE, Gerardo. El problema de investigación. En: Revista de la Facultad de Medicina,
2007. vol. 30. no. 2. p. 115-118 BUNGE, Mario. La investigación científica. Su estrategia y su filosofía.
Barcelona: Editorial Ariel, 1987. p. 189; MEDINA, L. Cómo plantear un problema de investigación y
seleccionar un diseño de estudio apropiado. En: Archivos en Medicina Familiar. Julio-septiembre, 2007.
vol. 9. no. 3. p. 127-132; QUINTANA, Alberto. Planteamiento del problema de investigación: errores de
la lectura superficial de libros de texto de metodología. En: Revista IIPSE. 2008. vol. 11. No. 1. p.239-253.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
16 criterios negativos de imputación objetiva.
Bajo tal óptica, la ley 599 del año 2000 estableció como una forma específica
de materialización del principio constitucional de acto la norma rectora
según la cual “la causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del
resultado”, dándole cabida así al ingreso de la moderna teoría de la “imputación
objetiva” como institución doctrinal y normativa edificada para la solución
de los más diversos problemas de la dogmática jurídico penal. Por ello la
imputación objetiva se ha constituido hoy en día en el tema central de las
discusiones jurídico-penales, puesto que su ubicación dogmática, a la hora
de atribuir responsabilidad a un individuo, se halla en el primer escalón del
raciocinio jurisdiccional de adjudicación normativo-ontológica. Sin embargo,
8 Se entenderá Ciencia del Derecho Penal como Dogmática Jurídica. En idéntico sentido: ALEXY, Robert.
Teoría de la argumentación jurídica, Op. cit., p. 240.
José María Peláez Mejía 17
9 Welzel siguió el esquema del Delito de Beling, Roxin el de Welzel. Normalmente los doctrinantes siguen
lo de otros autores, en vez de comenzar desde un punto anterior a dicha construcción dogmática para
llegar a conclusiones propias que puedan dialogar en un plano distinto con las teorías ya existentes.
10 Los referentes teóricos y metodológicos interdisciplinarios no son novedosos en la investigación jurídica,
sino que es una forma de auscultar la solución del problema planteado ya consolidados desde hace tiempo.
Al respecto puede BOTERO, Andrés. Nuevos paradigmas científicos y su incidencia en la investigación
jurídica. En: Revista de Derecho, Facultad de Derecho, Universidad del Norte. [En línea]. 2004. no. 21. p.
163-199. Disponible en Internet: <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=85102109 >.
11 Sobre la tendencia reciente a mirar otros horizontes de configuración del derecho penal y no solamente
los de Alemania y España puede consultarse: SILVA SÁNCHEZ, Op. cit. En: SCHÜNEMANN, Bernd.
El sistema moderno del derecho penal. Cuestiones fundamentales. 2ª ed. Buenos Aires: Editorial B de
F, 2012. 262 p. Así mismo establece tal perspectiva AMBOS, Kai. Dogmática jurídico-penal y concepto
universal de hecho punible, Op. cit. [“Es más, un sistema universal debe ser desarrollado desde o, al menos,
sobre la base de los sistemas y doctrinas nacionales, esto es, requiere una aproximación comparativa y conceptual.”]
12 Denominados según nuestra clasificación modelo dogmático multiteórico.
José María Peláez Mejía 19
Ahora bien, en cuanto al hecho de que se proyecte elaborar una teoría globalizada
del delito que supere las fronteras del localismo colombiano (pues como se puede
avizorar en lo explicado líneas atrás, sólo hasta el último capítulo se desarrollarán
las implicaciones que para Colombia tendría esta propuesta y la demostración
de las hipótesis de trabajo) es necesario afirmar y aclarar que lo pretendido con
la tesis doctoral es efectuar un análisis de teoría general del derecho penal
o dogmática jurídico-penal13 y no un estudios particular del Código Penal
13
Respecto a la posibilidad de realizar un análisis de instituciones de la dogmática jurídico-penal y no
simplemente de las leyes en particular (así como en lo relativo al concepto de teoría general del derecho
y su espectro de análisis trascedente a cualquier derecho positivo) se sigue, sobre tales aspectos, el
pensamiento de los siguientes autores: A) a nivel de teoría general del derecho:
KELSEN, Hans. La teoría pura del derecho. México: Ediciones Coyoacán, 2008. p.15.
[“La teoría pura del derecho es una teoría del derecho positivo, del derecho positivo en general y no de un derecho
particular. Es una teoría general del derecho y no una interpretación de tal o cual orden jurídico, nacional o
internacional]. MILLARD, Éric. Teoría general del derecho. 1ª ed. Bogotá: Ediciones Externado de
Colombia, 2016. p. 13.
[“Una teoría general del derecho es general en dos sentidos. Por una parte, no le concierne el lenguaje que versa
sobre determinado sistema jurídico, por ejemplo, el derecho francés actual, más sí le concierne el lenguaje que
se refiere a todo sistema de derecho positivo (…) Por otra parte, la teoría general del derecho no se interesa en
aquellas teorías que se focalizan en una cuestión particular del derecho (…)”], B) a nivel de teoría general del
derecho penal o dogmática jurídica: ROXIN, Claus. La ciencia jurídico-penal ante las tareas del futuro.
En: ABANTO VÁSQUEZ, Manuel (Comp. & Trad.). La teoría del delito en la discusión actual. Tomo I.
Lima: Editorial Jurídica Griley, 2016. p.2. [“(…) la ciencia penal no tendrá que limitarse, tal como lo ha hecho
durante mucho tiempo y como en parte todavía lo hace hasta hoy, al Derecho positivo, a la lex lata, sino tendrá que
practicar una política criminal científica; esto es, independientemente del asesoramiento legislativo actual, tendrá
que diseñar una y otra vez el Derecho penal del futuro y con ello poner en movimiento un continuo proceso de
reformas.”]; SILVA, Jesús María. Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo. Buenos Aires: Editorial
B de F, 2012. p. 166. [“(…) en la actualidad, la tesis según la cual el objeto de la dogmática está representado de
modo esencial por el Derecho positivo, se encuentra en trance de decidida superación. (…) En efecto, y contra lo
que parecen indicar las afirmaciones de Baratta, ya son muchos los autores que, desde perspectivas ciertamente
diferentes, han reconocido, de modo más o menos expreso, que el objeto central de la reflexión dogmática jurídico-
penal no son los textos legales de un determinado Derecho positivo nacional, sino algo diversos a estos”.]
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
20 criterios negativos de imputación objetiva.
14 Cada autor hace su propia clasificación de modelos de razonamiento penal. Sin embargo, y aun cuando
es usual la contraposición entre culturas jurídicas romano-germánica vs. Anglosajona, se usará para la
presente tesis doctoral una clasificación propia con la que se intenta reflejar de manera más clara las
diferencias y similitudes entre los distintos modelos de razonamiento penal. En tal sentido, pueden
consultarse como clasificaciones alternativas las siguientes: DAMMER, Harry R. y FAIRCHILD, Erika.
Comparative Criminal Justice Systems. 2ª ed. Estados Unidos: Wadsworth Thomson Learning. s.a.,
clasifican los sistemas de justicia criminal en cuatro: (i) the Civil Law; (ii) the Common Law; (iii) the
Socialist Law; y (iv) the Islamic Law; Así mismo, GLENN, Patrick. Legal Traditions of the World. New
York por Oxford University Press. s.a., clasifica las culturas jurídicas en siete grupos: (i) A Chthonic Legal
Tradition; (ii) A Talmudic Legal Tradition; (iii) A Civil Law Tradition; (iv) An Islamic Legal Tradition; (v) A
Common Law Tradition; (vi) A Hindu Legal Tradition; y (vii) An Asian Legal Tradition; De igual manera
también puede consultarse NINO, Carlos Santiago quien en su libro Los límites de la responsabilidad
penal. Una teoría liberal del delito publicada en Buenos Aires: Editorial Astrea, 1980., resume en dos,
los grandes enfoques del derecho penal: el conceptualista (propio del Civil Law) y el intuicionista (propio
del Common Law); Finalmente, FLETCHER, George P. Gramática del Derecho Penal. Buenos Aires:
Hammurabi, 2008. p. 83 y ss.
Realiza la siguiente clasificación: (i) sistema bipartito; (ii) sistema tripartito; (iii) sistema cuatripartito; y
(iv) sistema holista.
15 No obstante, el estudio aislado de las instituciones sin anclarlo a un sistema jurídico particular carece de
sentido y se vuelve exageradamente abstracto, razón por la cual todo análisis dogmático debe siempre
tener en cuenta al final los parámetros legislativamente establecidos, ya sea para proponer una reforma
o para modular la aplicación de las reglas jurídicas existentes. Por esta razón, seguimos de cerca, además
de los autores reseñados líneas atrás, al doctrinante CALSAMIGLIA, Albert. Quien establece como
aspectos básicos de la dogmática jurídica los siguientes: “A. La sujeción a la ley. B. La justicia del caso. C. La
sistematicidad del derecho.” Introducción a la ciencia jurídica. Barcelona: Editorial Ariel Derecho, 1990, p.
144.
José María Peláez Mejía 21
II. La inexistencia en la actualidad de una teoría del delito que sea completamente
satisfactoria para lograr ese cometido pues tanto el finalismo, como el
funcionalismo y las versiones teóricas eclécticas siguen manteniendo
separados el juicio de antijuridicidad y el de imputación objetiva
permitiendo que surjan y permanezcan las contradicciones insalvables que
de tales posturas se derivan.
Finalmente, es necesario precisar que se habla de una teoría del delito globalizada
y no universal porque siguiendo de cerca al sociológico jurídico latinoamericano
Boaventura de Sousa Santos (en sus primeras líneas teóricas) se coincide con él
en el hecho de que,
Enfoque de la investigación
17 DE SOUSA SANTOS, Boaventura. La globalización del Derecho. Los nuevos caminos de la regulación y la
emanicipación. Bogotá: ILSA, Universidad Nacional de Colombia, 1998. p. 198.
18 Pág. 46
19 HERNÁNDEZ SAMPIERI, Roberto; FERNÁNDEZ COLLADO, Carlos; & BAPTISTA, Lucio. Metodología
de la investigación. México: McGraw-Hill, 2006, pág. 100
20 VANEGAS TORRES, Gustavo. Guía para la elaboración de proyectos de investigación. Bogotá: Universidad
Libre de Bogotá, pág.42
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
24 criterios negativos de imputación objetiva.
Campo de la investigación
21 “(…) indica los componentes del derecho, potencialmente incoherentes en la medida en que no se refieren a
un sistema carente de lagunas y antinomias, motivo por el cual se habla de su disociación. En este sentido, se
identifican, entre otros, un formante legal, para referirse a las reglas producidas por el legislador, un formante
doctrinal, compuesto por los preceptos formulados por los estudiosos, y un formante jurisprudencial, que coincide
con las indicaciones provenientes de los tribunales11. Cuando el comparatista actúa como sistemólogo, debe
clasificar reconstruyendo para cada ordenamiento el nivel de disociación entre formantes. Si, en cambio, está
cotejando construcciones jurídicas específicas, debe identificar primero el contenido de los correspondientes
formantes para utilizarlos después como punto de referencia en sus análisis.” En: SOMMA, Alexandro.
Introducción al Derecho Comparado. Madrid: Universidad Carlos III de Madrid, 2015, pág. 154
22 OLVERA GARCÍA, Jorge. Metodología de la investigación jurídica. México: Porrúa, 2015, pág. 84
23 ROBLES MORCHÓN, Gregorio. Introducción a la teoría del derecho. España: Editorial Debate, 2003.
José María Peláez Mejía 25
Marco teórico
Parte Primera
24 “La contracara de los sitios de producción son los sitios de recepción. Dentro de un sitio de recepción, por lo general,
la iusteoría producida allí ya no tiene la persuasividad y circulación amplia de la TTD [Teoría Trasnacional del
Derecho], sino que, por el contrario, uno estaría tentado a hablar mejor de iusteoría ‘local’, ‘regional’, ‘particular’
o ‘comparada’. Con estos nombres quiere hacer referencia a los conceptos o sistemas iusteóricos que dominan en
países periféricos o simiperiféricos. En teoría del derecho, como en muchas otras áreas de derecho, estos países
transplantan o usan ideas originadas en jurisdicciones prestigiosas. Estas jurisdicciones prestigiosas, según los
comparativistas, son las figuras parentales de las familias jurídicas. Las jurisdicciones periféricas son los hijos
de las familias, y su misión, como en las familias humanas, es aprender mediante mimesis de sus padres. En
los sitios de recepción la actividad de lectura de la iusteoría se realiza en medio de ambientes hermenéuticos
pobres. […] Las ideas sufren cambios en el viaje y esos cambios son fundamentales para explicar la diversidad
en la fundamentación de las creencias y práctica de distintos actores sociales.” LÓPEZ MEDINA, Diego. Teoría
impura del derecho. La transformación de la cultura jurídica latinoamericana. Bogotá: Legis, Universidad de
los Andes y Universidad Nacional de Colombia, 2009, págs. 17 y 18
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
26 criterios negativos de imputación objetiva.
SITIOS DE PRODUCCIÓN
MODELO MODELO CLÁSICO DEL MODELO DOGMÁTICO
ANGLOSAJÓN CIVIL LAW MULTITEÓRICO
(Inglaterra, Gales, (Francia, Suecia, Grecia e (Alemania, Austria, Portugal y
Escocia, Irlanda y Italia) España)
Estados Unidos)
Método general Método general de Método general de interpretación
de interpretación interpretación (método (método científico utilizado): La
(método científico científico utilizado): dogmática jurídico-penal
utilizado): Case Law Método dogmático (no suelen
utilizar este nombre) aunque Versiones del método dogmático:
Método de se deduce que es el empleado Las distintas corrientes del derecho
producción: a) por ellos dado los pasos que penal alemán han utilizado diversas
Opción 1: método siguen para la construcción versiones del método dogmático: el
analítico – Vgr. del sistema positivismo naturalista empleó el
Positivismo de Hart; o método descriptivo y clasificatorio de
b) Opción 2: método Versiones del método las ciencias naturales; el neokantismo
de interpretación dogmático: Utilizan penal utilizó el relativismo valorativo y
basado en principios distintas técnicas y métodos el dualismo metodológico; el finalismo
– Vgr. No-positivismo interpretativos para la empleó el ontologismo; el funcionalismo
de Dworkin construcción de los dogmas. moderado utilizó el método teleológico
Por ejemplo: la exégesis, (final) racional; el funcionalismo radical
Unidad de sistema: el método sistemático y el empleó el criterio sistémico-normativista;
bipartito mens rea y método teleológico entre y la teoría ecléctica del delito utilizó
actus reus otros. una doble mixtura metodológica: (1)
el producto de la combinación del
Unidad de sistema: bipartito método sistemático, tópico o deductivo
clásico, elemento objetivo y con el método inductivo y (2) la suma del
elemento subjetivo ontologismo y el normativismo.
• ¿Qué es el tipo penal objetivo? Una de las partes del “tipo penal” integrado
por varios elementos entre los que se encontraría la “imputación objetiva”.
25 De una u otra forma así lo reconoce RIGHI, Esteban. Idem. pág. 177
José María Peláez Mejía 29
26 Cfr. SEARLE, John. La construcción de la realidad social. España: Paidós, 1997, pág. 49 y ss.
27 Acontecimientos físicos no construidos socialmente
28 Son hechos a merced del acuerdo humano y según la función asignada por los hombres.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
30 criterios negativos de imputación objetiva.
Una mayor profundidad acerca de estos conceptos que delimitan este marco
teórico, pueden encontrarse en el capítulo I de la presente investigación.
José María Peláez Mejía 31
Método
Introducción necesaria
29 Un destacado ensayo en el que se retrata con lucidez esta problemática es sin lugar a dudas el siguiente:
CRUZ PARCERO, Juan Antonio. Los métodos para los juristas. En: COURTIS , Christian [Edit.] Observar
la ley. Ensayos sobre metodología de la investigación. Madrid: Editorial Trotta, 2006. También puede
Cfr. SÁNCHEZ ZORRILLA, Manuel. La metodología en la investigación jurídica: características peculiares
y pautas generales para investigar en el derecho. En: Revista Telemática de Filosofía del Derecho, nº 14,
2011, pp. 317-358 // SARLO, Óscar. Investigación jurídica. Fundamento y requisitos para su desarrollo desde
lo institucional. En: Isonomía : Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, núm.19 (octubre 2003), pp.
183-196 // GORDILLO , Agustín. Tratado de derecho administrativo y obras selectas. Tomo 1, Parte general.
Capítulo I, El método en Derecho. Buenos Aires; F.D.A., 2013 y El método en Derecho. Madrid: Editorial
Civitas, 1997. // MATÍAS, Sergio. Investigación y Derecho. En: Verba Iuris, Julio - Diciembre 2010 //
PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. La metodología de la investigación científica en derecho. // WITKER,
Jorge. Metodología jurídica. México: Mc Graw-Hill, 1997, entre otros.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
32 criterios negativos de imputación objetiva.
• Investigación Jurídico-Social
• Investigación Jurídico-Doctrinal
• Investigación Jurídico-Filosófica
Así que, en conclusión, éste autor lejos de esclarecer algo sobre el método,
sólo deja entrever que posee una confusión en casi todo lo expresado, cuya
dilucidación jamás desaparece a través del texto, evidenciándose por el contrario
superficialidad en los temas tratados.
Como cierre de su estudio el profesor Cruz Parcero señala que la utilización del
método no es algo hermético y cerrado, y que en consecuencia resulta viable
importar los métodos de otras ciencias no-jurídicas para el estudio del derecho.
• Jusnaturalismo
• Jusnormativismo
• Jussociologismo
• Jusmarxismo
• Filosofía analítica
Este importante filósofo del derecho colombiano establece32 con suma claridad
los métodos que a través de la historia se han utilizado y que pueden emplearse
cuando la investigación es de tipo jurídico-filosófica:
• Movimientos conciliadores
33 PEREZ ESCOBAR, Jacobo. Metodología y técnica de la investigación jurídica. Bogotá: Editorial Temis, 2015.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
36 criterios negativos de imputación objetiva.
• El análisis
• La síntesis
• La inducción
• La deducción
• La definición
• La clasificación
• La división
3. Métodos teóricos:
• Inducción y deducción
• Análisis y síntesis
• Método dialéctico
• Histórico y lógico
34 Una perspectiva similar esboza FIX-ZAMUDIO, Héctor. Metodología, docencia e investigación jurídicas.
México: Editorial Porrúa, 1999, pág. 40
José María Peláez Mejía 37
4. Métodos prácticos:
• La observación
• La experimentación
f. Conclusión
En el Estado del Arte se muestran los intentos que hasta ahora se han realizado
por parte de los distintos doctrinantes del mundo (principalmente alemanes)
en la elaboración de una Teoría del Delito que compatibilice las causales de
justificación35, la ausencia de lesividad36, el estudio de la antijuridicidad y la
35 Acápite 3.2 de la presente investigación se aborda el estado del arte sobre dicho tema.
36 Acápite 2.2.1. de la presente investigación se aborda el estado del arte sobre dicho tema.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
38 criterios negativos de imputación objetiva.
Para la investigación de los contenidos de cada uno de estos ítems fue utilizado
el denominado método analítico-sintético38 el cual consistiría, primero,
en el estudio de los hechos39 (en este caso institucionales40) partiendo de la
descomposición o desintegración de un todo en sus partes más simples,
posibilitándose de esta manera la reflexión crítica y detenida “de cada uno de
sus elementos, y la determinación de los tipos de relaciones que se establecen entre
ellos y con respecto del todo”41 (análisis), para en segundo lugar proceder luego a
sistematizar y reorganizar dichas partes con el objeto de “estudiarlas de manera
holística e integral (síntesis).”42
Así pues, esta investigación, hasta el momento (puesto que este marco aún está
en construcción), se ha aplicado el método analítico-sintético de la siguiente
manera:
37 En el acápite 1.1 de la presente investigación se aborda todo lo relativo al estado de arte existente sobre
imputación objetiva en lo atinente a la temática aquí propuesta.
38 Cfr. BERNAL, César Augusto. Metodología de la Investigación. México: Pearson Educación, 2006, pág. 57
39 “La síntesis, así como el análisis, puede versar tanto sobre objetos reales como ideales y culturales; es decir, existen
síntesis materiales (como las que realizan los físicos, los químicos y los biólogos) y síntesis racionales, que se
efectúan con productos del pensamiento (como las de psicólogos, sociólogos, historiadores y juristas, por ejemplo).”
En: RODRÍGUEZ CEPEDA, Bartolo Pablo. Metodología jurídica. México: Oxford University Press, 2006,
pág. 26
40 SEARLE, John. La construcción de la realidad social. España: Paidós, 1997, pág. 49 y ss. Los hechos
institucionales son Son hechos a merced del acuerdo humano y según la función asignada por los
hombres.
41 RODRÍGUEZ CEPEDA, Bartolo Pablo. Op. Cit. Pág. 24
42 BERNAL, César Augusto. Op. Cit. Pág. 57
José María Peláez Mejía 39
47 Ibídem, arts. 234 y 235.1. También la. Ley 153 de 1887. Por la cual se adiciona y reforma los códigos
nacionales, la ley 61 de 1886 y la 57 de 1887. Art. 10. Agosto 15 de 1887. DO. N° 7151 y 7152
48 Para verificar la doctrina probable de la Corte Suprema de Justicia se requieren cumplir lo siguientes
presupuestos: 1° Que sea una regla general de derecho mediante la cual se haya interpretado la ley y no
simplemente una subregla elaborada para solucionar un caso concreto, 2° La regla extraída debió haber
sido el fundamento jurídico de la decisión tomada por la Corte Suprema de Justicia, 3° Esta regla de
derecho debe haber sido reiterada de manera uniforme en tres decisiones más por la Alta Corporación,
y 4° Las subreglas que amplíen el alcance de la regla, excepcionándola para ciertas situaciones o
precisándola en cuanto a su aplicación, al ser reiteradas de manera uniforme en tres decisiones de la
Corte, se integrarán con la regla y por ende constituirán doctrina probable.
49 LEVI, Edward. Introducción al razonamiento jurídico. Buenos Aires: Editorial EUDEBA, 1964, pp. 9-17
50 CROSS, Rupert & HARRIS, J.W. El precedente en el derecho inglés. Madrid: Editorial Marcial Pons, 2012, p.
23
José María Peláez Mejía 41
como fuente del derecho (en comparación con las otras altas cortes), (…)
mediante analogía fáctica, de caso a caso, generando así verdaderas líneas
jurisprudenciales.” En cambio, las demás corporaciones de justicia
“seguían fallando con fundamento esencial en la ley (y no en la jurisprudencia),
y, cuando hacían uso de la jurisprudencia, lo hacían para estabilizar
el significado de conceptos jurídicos, no para generar coherencia
decisional entre casos análogos.”51
51 LÓPEZ MEDINA, Diego. Los eslabones del derecho. Bogotá: Editorial Legis, 2017, p. 4
52 Sobre el uso de este constructo: GARAPON, Antoine y PAPADOPOULOS, Loannis. Juzgar en Estados
Unidos y Francia. Cultura jurídica francesa y common law. Bogotá: Editorial Legis, 2006. También es válido
usar los denominados “ejes de comparación”. Al respecto cfr. HENDLER, Edmundo S. Sistemas Penales
Comparados. Argentina: Ediciones Didot, 2014, págs. 38 y ss
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
42 criterios negativos de imputación objetiva.
Para desarrollar los dos primeros objetivos (los cuales ya van bastante
adelantados) se utilizó el método comparativo en la versión de Lucio
PEGORARO el cual “se pone al servicio de otras ciencias, no representando la
comparación un objetivo, sino un medio para entender mejor el objeto de la ciencia
afectada. Como método, la comparación puede transformarse siempre en ciencia,
cuando el fin no es instrumental sino directo.”53 Dicho método tiene cuatro
finalidades54:
En este caso será utilizado con la primera y tercera de las finalidades, puesto
que precisamente se buscará hallar la forma de compatibilizar o armonizar el
juicio de antijuridicidad y el juicio de imputación objetiva a través de los aportes
del derecho comparado para luego de ello construir un esquema del delito que
permita interpretar el ordenamiento jurídico penal. Ahora bien, para lograr tal
objetivo, lo primero que el Método Comparativo hace es valerse o auxiliarse
de otro método que sirva para analizar los objetos de comparación, entre se
emplea el método analítico, siendo este “el método usado por la corriente (o
ciencia) llamada Filosofía (del derecho) analítica, caracterizada por aquel método.”55
53 PEGORARO, Lucio. Derecho constitucional comparado. La ciencia y el método. Copia del Manuscrito Original
Traducido por Sabrina Ragone para la Editorial Astrea, 2016, facilitado por la Dirección del Doctorado de
la Universidad Libre de Colombia, con autorización expresa del autor, pág. 41
54 Ídem, pág. 173
55 Ídem, pág. 73
56 GUASTINI, Ricardo. Otras distinciones. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2014, pág. 77
57 GUASTINI, Ricardo. Distinguiendo. Barcelona: Editorial Gedisa, 2011, pág. 58
José María Peláez Mejía 43
• La definición
• La distinción entre enunciados empíricos y enunciados analíticos
• La distinción entre lenguaje y metalenguaje
• La distinción entre enunciados descriptivos y enunciados prescriptivos
• La distinción entre motivos y razones
• Los modelos: puesto que las grandes categorías con las cuales se trabaja
para construir la Teoría Globalizada del Delito (el esquema bipartito)
serán los modelos de razonamiento penal. Al respecto, es necesario precisar
que según el profesor PEGORARO tales “modelos” son categorías lógicas
“producto de la clasificación como síntesis de la complejidad”.60 Así pues, “un
modelo puede entenderse como Rechtstypus (tipo jurídico), individualizado
a través de la comparación y que, por ende, porta consigo características
comunes de un conjunto de ordenamientos; o bien como Rechtsideal (tipo
ideal o ideal jurídico) es decir, como aquel modelo que responde a algunos
arquetipos ideales o a ‘lo que debe ser’.” Sin embargo, en la presente
investigación será trabajado el término “modelo” únicamente como
Rechtstypus frente a la clasificación de los ya existentes y Rechtsideal
para el producto final que se obtenga de esta indagación (esto es, la
Teoría Globalizada del Delito)
Con base en todos estos elementos se buscará desarrollar los dos primeros
objetivos, lo que permitirá tener la base a partir de la cual se logre fundamentar
las tres hipótesis de trabajo.
Para lograr demostrar las tres hipótesis de trabajo, que a su vez son los últimos
tres objetivos, será utilizado el método dogmático y las premisas básicas del
constitucionalismo principialista como reglas axiológicas de fundamentación
La teoría del delito es aquella rama de la Ciencia del Derecho Penal que intenta
responder a la pregunta ¿qué es el Delito?, desde el punto de vista meramente
dogmático. Esto significa que para contestar dicho interrogante ella no acude
a investigaciones sociológicas, filosóficas, criminológicas o de política criminal,
sino que tan solo se basa en la interpretación de los textos legales62 con el objeto
de armonizarlos en un todo coherente y viabilizar así la solución racional y
razonable de los casos sometidos a su consideración.
62 El profesor español Francisco MUÑOZ CONDE dice al respecto lo siguiente: “La Teoría General del Delito
estudia las características comunes que debe tener cualquier conducta (acción u omisión) para ser considerada
delito, sea ésta en el caso concreto un homicidio, una estafa, una agresión sexual o una malversación de caudales
públicos. (…) Para ello debe partir del Derecho penal positivo.” Derecho Penal, Parte General. México: Tirant lo
Blanch, 2012, pág. 201
63 Es necesario aclarar que la dogmática jurídica tiene al menos tres significados: (1) es equiparable a la
expresión Ciencia del Derecho, constituyendo por lo tanto un sinónimo de la misma [en este sentido lo
es para ROXIN, Claus. Derecho penal. Parte General. Tomo I. Fundamentos de la Estructura de la Teoría del
Delito. Madrid: Civitas, 1997, pág. 192]; (2) es el “método científico” empleado de manera primordial y por
antonomasia en el seno de la Ciencia Jurídica, pero sin llegar por esto a confundirse o identificarse con ella
(acá prefiere hablarse en consecuencia simplemente de método dogmático para diferenciarlo de la dogmática
jurídica. Ver esta postura en: MIR PUIG, Santiago. Introducción a las bases del derecho penal. Montevideo. B
de F. Págs.151 y ss.]; y (3) es una serie de enunciados que se refieren a las normas positivas establecidas
por el Estado y a la aplicación del Derecho, pero sin llegar a equipararse con su simple descripción, razón
por la cual es posible asimilar en este sentido la dogmática jurídica con la Teoría o el Sistema construido a
partir de la interpretación y armonización de los ordenamientos jurídicos [así para ALEXY, Robert. Teoría
de la Argumentación jurídica. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1997, págs. 240 y
ss.]
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
46 criterios negativos de imputación objetiva.
Así mismo, es necesario afirmar que hoy por hoy se consideran fines esenciales
de la Ciencia del Derecho Penal o Dogmática Jurídico-Penal (que no se debe
confundir con el método dogmático anteriormente definido) los siguientes64:
(1) una misión puramente ordenadora, expositiva y sistematizadora del
Derecho positivo; esto es, únicamente descriptiva; (2) una tarea prescriptiva o
normativa puesto que ella aduce buenas razones para preferir la interpretación
que ofrece del Derecho positivo frente a otras posibles hermenéuticas
existentes; (3) una tarea crítico-prescriptiva que surge cuando la solución que
propone para la decisión de un caso no puede ser extraída del Derecho positivo
y en consecuencia aduce la modificación del ordenamiento jurídico existente;
y (4) la crítica judicial o análisis de los fallos jurisprudenciales producidos con
base en los diversos problemas que surgen en el momento de aplicar la teoría
del delito a casos reales65.
Ahora bien, en cuanto al método científico que emplea la Ciencia del Derecho
Penal o Dogmática Jurídico-Penal66 para la edificación de su “sistema del delito”,
tal y como se dijo líneas atrás, se evidencia que ella se vale de un procedimiento
denominado método dogmático cuya aplicación secuencial es llevada a cabo en
tres pasos67:
64 Se sigue en este punto a COURTIS, Christian. El juego de los juristas. Ensayo de caracterización de la
investigación dogmática. En: Observar la ley. Ensayos sobre metodología de la investigación jurídica. Madrid:
Editorial Trotta, 2006, págs. 113 y ss.
65 Robert ALEXY considera que las tareas de la dogmática jurídica son: “(1) el análisis lógico de los conceptos
jurídicos; (2) la reconducción de este análisis a un sistema, y (3) la aplicación de los resultados de este análisis en
la fundamentación de las decisiones jurídicas.” Ídem, pág. 242
66 La dogmática jurídico-penal como forma particular de hacer Ciencia del Derecho es definida por ROXIN de
la siguiente manera: “es la disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización y elaboración y desarrollo
de las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el campo del Derecho penal.” Ídem, pág. 192
67 Se sigue en lo fundamental a VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General. Bogotá:
Ediciones Jurídicas Andrés Morales, Quinta Edición, 2013, págs. 12 y ss.
José María Peláez Mejía 47
68 Ver al respecto: FERRER MURILLO, Jhon Mario. Teoría de la interpretación jurídica. En: Interpretación y
argumentación jurídica. Medellín: Sello Editorial Universidad de Medellín, 2013, pág. 46
69 Al respecto dijo la sentencia C-065/1997 de la Corte Constitucional: “La jurisprudencia de esta Corporación
considera que uno de los criterios que debe orientar sus decisiones es el llamado “principio de la conservación del
derecho”, según el cual los tribunales constitucionales deben siempre buscar conservar al máximo las disposiciones
emanadas del Legislador, en virtud del respeto al principio democrático. Por ello si una disposición admite una
interpretación acorde con la Carta, es deber de esta Corte declararla exequible de manera condicionada, y no
retirarla del ordenamiento”.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
48 criterios negativos de imputación objetiva.
Para que una teoría del delito tenga aceptación en la comunidad científica y en
la praxis judicial se requiere que tenga tres cualidades70: (1) completividad lógica,
esto es, que no resulte autocontradictoria y respete los principios básicos de
la racionalidad; (2) compatibilidad legal y constitucional, por cuanto la doctrina
no puede ir contra legem; y (3) armonía jurídica, dado que, si la teoría carece de
estética, sencillez y simetría, ningún jurista la acogerá y quedará en el olvido.
70 Al respecto ver: ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro; y SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal,
Parte General. Buenos Aires: Ediar, 2002, pág. 79
71 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo. Op. Cit. Pág. 287
72 Sobre este punto es muy útil el estudio de: MARQUARDT, Bernd. Derechos humanos y fundamentales. Una
historia del Derecho. ¿Valores universales o hegemonía moral de occidente? Bogotá: Editorial Ibáñez, 2015.
José María Peláez Mejía 49
1.1.1 Orígenes
77 RICOEUR, Paul. Lo Justo. 1ª ed. Chile: Editorial Jurídica de Chile, 1995. p. 41.
78 Ibid., p. 43.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
52 criterios negativos de imputación objetiva.
que deben cumplirse para que una acción u omisión puedan atribuirse a una
persona como “suyas”. Así mismo, es destacable la expresión “ponerlo en su
cuenta” porque a partir de ella el juicio de imputación conllevaría, al igual que
hoy en día, la evaluación de los méritos y desméritos para la determinación de
una conducta como atribuible a alguien, pues como dice Ricoeur en un libro
contable siempre vemos dos columnas: ingresos y egresos, debe y haber, de
cuyo balance positivo o negativo se toma una decisión, lo que no distaría mucho
del ejercicio de imputación objetiva que hoy en día se realiza pues para llegar a
una conclusión definitiva en torno a tal aspecto se evalúan criterios positivos y
negativos de carácter normativo gracias a los cuales es posible afirmar o negar
la atribución jurídica del comportamiento.
79 Ibid, p. 44.
80 Ibid.
81 Los tres niveles de imputación (objetiva, subjetiva y personal) son delimitados conceptualmente por
MIR PUIG, Santiago. Significado y alcance de la imputación objetiva en Derecho Penal. En: MIR PUIG,
Santiago. Estado, pena y delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012. p. 377.
82 SCHÜNEMANN, Bernd. Consideraciones sobre la teoría de la imputación objetiva. En: SCHÜNEMANN.
Aspectos puntuales de la dogmática jurídico-penal. Bogotá: Editorial Ibáñez & Universidad Santo Tomás,
2007. p. 26.
José María Peláez Mejía 53
Quizás los antecedentes más remotos de esta teoría provengan de los trabajos
de Larenz de 1927 y Honig de 1931. El primero de ellos consideró que a partir
de Hegel era posible construir un sistema de imputación, teniendo como
presupuestos fundamentales el espíritu y la voluntad86. Dicho sistema o juicio
de imputación consistió básicamente en un razonamiento a través del cual se
establecía si un determinado hecho pertenecía o no al sujeto como obra suya87,
logrando a partir de ello diferenciar el hecho propio del acontecer fortuito. Esta
delimitación podía lograrse mediante la inclusión de la voluntad en el respectivo
juicio de carácter teleológico pues como ella tenía la capacidad de idearse fines
y dirigir el curso causal hasta una específica meta, terminaba por dominar la
naturaleza y convertía cada hecho en propio.
Contexto en el que surge la teoría de Roxin y crítica a las teorías causales de la época:
Tal y como se ha explicado en líneas precedentes, varios fueron los antecedentes
de la denominada Teoría de la Imputación Objetiva; Hegel, Larenz, Honig e
88 Específicamente Honig afirmó que “el intervenir en los procesos de la naturaleza conforme a un fin
configura la esencia de la conducta humana, al estar objetivamente teñido por un fin es el criterio para la
imputabilidad de un resultado y, con ello, también para delimitarlo del suceso casual. Conforme a ello, es
imputable aquel resultado que puede ser concebido como propuesto como fin.”
HONIG, R. Causalidad e imputación objetiva, en Sancinetti, M. A. (coord.) Causalidad, riesgo e
imputación. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2009. p. 116.
89 WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán. Santiago de Chile: Ediciones Jurídicas de Chile, 1980. p. 85.
José María Peláez Mejía 55
Fuente: propia.
Sin embargo, todas ellas presentaban múltiples deficiencias entre las que
pueden señalarse:
91 Formulación de la teoría: una acción es causa de un resultado sí, suprimida mentalmente su realización, éste no
se hubiera producido. Y respecto a la omisión: una omisión será causa del resultado sí, supuesta mentalmente la
realización de la acción omitida, aquél hubiera sido evitado.
92 Pues al no establecer un límite en la determinación de la causa de cada asesinato, vendría a constituirse
como condición del resultado mortal y por lo tanto como un evento susceptible de enjuiciamiento, hasta
el propio acto mediante el cual los padres del homicida lo concibieron, haciéndose necesario seguir
retrocediendo hasta llegar a los primeros homínidos que habitaron el planeta tierra, e inclusive examinar
el origen mismo de los tiempos pues en últimas cada evento sería una causa y la primera causa de todo,
hasta ahora conocida y teóricamente más aceptada, que debiera también estudiarse lo constituiría el Big
Bang.
93 JESCHECK, Hans- Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de derecho penal. Parte General. Granada:
Editorial Comares, 2014. p. 302
94 Un completo estudio del caso en: SANCHEZ-OSTIZ, Pablo. Casos que hicieron doctrina en Derecho
Penal. España: La Ley – Actualidad, 2011. p. 207 y ss.
95 ROXIN, Claus. Derecho Penal, parte general. Tomo I. 1ª ed. Madrid: Civitas, S.A. p. 350.
José María Peláez Mejía 57
ésta por ser tautológica. Esto es lo que se conoce como la falacia de petición
de principio según la cual, se construye un argumento presuponiendo
demostrada, sin ser así, una o varias de las premisas acompañantes de
la conclusión96; (4) La conditio sine qua non induce a errores político-
criminales en los eventos de causalidad hipotética pues hace generar una
especie de ausencia de responsabilidad ante eventos en los cuales existe un
“autor hipotéticamente sustituto” que convierte en inevitable el resultado,
piénsese por ejemplo, en aquellos eventos en los que “A” observa cómo el
verdugo “C” va a accionar la manilla de la silla eléctrica que le causará la
muerte a “B”, el asesino de su hijo, y en ese momento se levanta empuja
a “C” y le dispara 6 veces a “B”. En casos como estos, la conditio sine qua
non si desea ser coherente tendría que negar la causalidad y por ende toda
responsabilidad, lo que sin lugar a dudas es incorrecto; (5) Así mismo, la
causalidad hipotética conduce a errores de lógica en los eventos de causalidad
alternativa. Claus Roxin97 pone como ejemplo el caso de A y B quienes,
de forma independiente, pero concurrente, colocan veneno en la taza de
café de C falleciendo al instante. En situaciones como ésta, si se suprime
mentalmente la acción de A o la B no desaparece el resultado, por lo que
debería negarse la presencia de causalidad y en consecuencia absolverse a
los procesados. No obstante, tal solución es completamente descabellada
reflejándose únicamente con tal conclusión lo inútil de la conditio sine qua
non; y (6) Santiago Mir Puig98 señala también, que fracasa la fórmula de
la conditio sine qua non en las hipótesis de causalidad cumulativa; esto es,
aquellos eventos en que se presentan varias condiciones concurrentes que
por sí solas tienen la fuerza para producir el resultado. Pensemos en el caso
de “A” que apuñala 40 veces en el corazón a “B”. Evidentemente, habría
que negar la causalidad de cualquiera de esos 40 actos, porque suprimido
mentalmente alguno de ellos la consecuencia mortal no desaparecería,
pero de nuevo tal conclusión es inadmisible.
96 COPI, Irving. y COHEN, Carl. Introducción a la Lógica. 2ª ed. México: Limusa, 2013. p. 183 y ss.
97 ROXIN. Op, cit, p., 350.
98 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Barcelona: Editorial Reppertor, 2011. p. 250.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
58 criterios negativos de imputación objetiva.
99 Formulación de la teoría: Ante el fracaso conceptual y práctico de la conditio sine qua non surgió como nuevo
correctivo de la teoría de la equivalencia de las condiciones la denominada fórmula de las condiciones adecuadas
a las leyes propuesta en 1931 por Karl Engish y actualizada en su versión hoy dominante por Jescheck,
quien la enuncia así: habrá causalidad, “si las modificaciones en el mundo exterior temporalmente
consecutivas a una acción y conectadas con ella, aparecen como consecuencias que estuvieron vinculadas
a la acción de modo necesario según las leyes de la naturaleza que nos son conocidas, presentándose
de este modo un resultado típico.” (JESCHECK y WEIGEND. Tratado de derecho penal. Parte General.
Op. cit., p.303.) Ahora bien, ¿qué se entiende por una ley causal natural? Según Bacigalupo esto implica
que existe una regularidad convertida en axioma a partir de una comprobación estadísticamente
representativa de casos (Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 1999. p.
259).
100 Este caso consistió en lo siguiente: “comenzaron a aparecer lesiones y muertes y se estableció que todas
las personas lesionadas o fallecidas habían consumido aceite de Colza. Para probarlo, sin embargo, era
preciso conocer la ley natural que rige el curso causal del suceso, pero para eso se necesitaba experimentar
el aceite en una persona sana; eso por supuesto, no se puede hacer y, por tanto, no es posible demostrar
científicamente la ley natural causal que rige el suceso.”
TORRES, Filemón. Manual de Derecho Penal. Bogotá: Editorial Universidad Santo Tomás, 2011. p. 303.
101 Estas pretendieron seleccionar para cada caso concreto como causa un factor determinante en la
producción del resultado para asignar al resto de “condiciones” simples circunstancias acompañantes.
José María Peláez Mejía 59
102 MAURACH, Reinhart y ZIPF, Heinz. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Buenos Aires: Editorial
Astrea, 1994. p. 314.
103 Formulación de la teoría: Sólo serán causas aquellas condiciones que para un espectador objetivo y
prudente retrotraído al momento de la acción fuese adecuadas o aptas para producir el resultado, “acorde
con la experiencia general de vida humana”. OTTO, Harro. Manual de Derecho Penal. Teoría general del
Derecho Penal. Barcelona: Atelier, 2017. p. 107.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
60 criterios negativos de imputación objetiva.
104 Muy similar lo relatado al caso Thyren analizado por MARTÍNEZ, Margarita. La imputación objetiva del
resultado. Madrid: Edersa, 1992. p. 108.
José María Peláez Mejía 61
105 Esta temática fue trabajada ampliamente por el autor de la presente investigación en los siguientes textos
cuyas consideraciones, parcialmente, se transcriben: Silva Reyes, Andres, Barajas Conde, Diego Javier y
Peláez Mejía, José María. Significado, Alcance Y Criterios De Imputacion Objetiva: Una Vision Desde La
Filosofia Del Derecho Y El Estado Social De Derecho. Recuperable en: http://repository.unilibre.edu.co/
handle/10901/9516; y en BARAJAS CONDE, Diego; PELÁEZ MEJÍA, José M. y SILVA REYES, Andrés.
Significado, Alcance y Criterios de Imputación Objetiva. Estado de la cuestión doctrinal y jurisprudencial.
Cúcuta: Editorial del Centro Seccional de Investigaciones de la Universidad Libre. Por lo tanto los literales
b), c) y d) corresponden a partes de dichos textos.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
62 criterios negativos de imputación objetiva.
110 ROXIN, Claus. Causalidad e Imputación Objetiva. En: ROXIN, C. Estudios de Derecho Penal. Bogotá:
Ediciones Nueva Jurídica. p. 68.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
68 criterios negativos de imputación objetiva.
Sin embargo, no toda desviación del curso causal inicial conlleva la falta
de RRR puesto que si la desviación estaba desde un principio dentro del
margen de lo posible y previsible se considerará que sí se habrá RRR.
Así, por ejemplo, cuando “A” lanza a “B”, que no sabe nadar, al río para
que éste muera ahogado y, pese a tal circunstancia, fallece desnucado
por el choque de su cráneo con una roca que cubría el agua tendrá que
afirmarse la RRR. Casos similares al reseñado son frecuentes en la
jurisprudencia (alemana): (1) “A” intenta asesinar a “B” con hachazos,
pero éste muere como consecuencia, no directamente de las lesiones
causadas, sino de la infección que ellas le produjeron; (2) “A” golpea
mortalmente a “B”. No obstante, muere ahogado por su propio vómito
producido por los golpes y no como producto directo de las lesiones.
2. No hay RRR cuando el riesgo no permitido (esto es, la superación del riesgo
permitido) NO se materializa en el resultado. La transgresión del riesgo
111 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op. cit., p. 364.
José María Peláez Mejía 69
• El fin de las normas que delimitan los ámbitos del riesgo permitido,
básicamente para establecer si hubo incremento del peligro o no.
Otro ejemplo en el que también faltaría la RRR sería el del dentista que
extrae las cordales de una paciente con anestesia general quien muere
por un fallo cardiaco, a pesar de que ella le había manifestado sentir
“algo en el corazón” y haberse omitido la realización del examen con el
internista como lo exigía el deber de cuidado, pues dicha auscultación,
dado lo raro de la patología, tampoco la hubiese detectado y en todo
caso con tal procedimiento tan solo se habría prolongado unos días la
III. El alcance del tipo (ATP): En este criterio, y dicho de manera muy genérica,
el maestro alemán considera que la imputación desaparecerá si “el alcance
del tipo no abarca la evitación de tales peligros y sus repercusiones”. De esta
manera, partir de una interpretación del tipo penal, se examina si el vínculo
normativo está o no cobijado por este.
Existe conciencia suficiente del riesgo que se está corriendo y, por ende,
si sumamos todas las razones enunciadas, podrá decirse que el tercero
simplemente ha “asumido el riesgo”. (Ejemplos: La persona que de forma
insistente le pide al barquero que lo lleve a dar un paseo al río, a pesar
de que dicho barquero lo desaconseja constantemente por la furiosa
tormenta que cubre los espacios del perfilado horizonte, pero que de
todas maneras terminan por realizar, falleciendo el pasajero obstinado
al volcarse el bote a consecuencia de una fuerte oleada. Igualmente,
quedarían abarcados los casos en los que una persona ingresa a un
vehículo conducido por otra en evidente estado de ebriedad y éste
muere por un accidente causado por el conductor alcoholizado.) Sin
embargo, para que se acepte la exclusión de la imputación objetiva por
estas razones deberán cumplirse, según Roxin, los siguientes requisitos:
119 ROXIN, Claus. La imputación objetiva en el Derecho Penal. Perú: Editorial Griley, 2013. p. 144.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
76 criterios negativos de imputación objetiva.
120 JESCHECK, Hans-Heinrich, Tratado de Derecho Penal, Parte General. Tomo II. Barcelona: Editorial
Bosch, Casa Editorial, S.A., 1981. p.854.
121 Ibid., p. 399.
José María Peláez Mejía 77
122 VELÁSQUEZ, Fernando. Derecho Penal, Parte General. 4ª ed. Bogotá: Editorial Librería Jurídica
Comlibros. 2009 p. 602.
123 Ibid., p. 1012.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
78 criterios negativos de imputación objetiva.
II. Fijada la posición de garante, hay que determinar si el sujeto defraudó las
expectativas que nacen de su rol; esto es, si no las cumplió.
124 Esta temática fue trabajada ampliamente por el autor de la presente investigación en los siguientes textos
cuyas consideraciones, parcialmente, se transcriben: Silva Reyes, Andres, Barajas Conde, Diego Javier y
Peláez Mejía, José María. Significado, Alcance Y Criterios De Imputacion Objetiva: Una Vision Desde La
Filosofia Del Derecho Y El Estado Social De Derecho. Recuperable en: http://repository.unilibre.edu.co/
handle/10901/9516; y en BARAJAS CONDE, Diego; PELÁEZ MEJÍA, José M. y SILVA REYES, Andrés.
Significado, Alcance y Criterios de Imputación Objetiva. Estado de la cuestión doctrinal y jurisprudencial.
Cúcuta: Editorial del Centro Seccional de Investigaciones de la Universidad Libre. Por lo tanto el acápite
1.1.3 corresponde a una trasncripción parcial de tal texto.
José María Peláez Mejía 79
III. La infracción al deber objetivo de cuidado que sólo era un elemento del
delito culposo pasa a estudiarse como criterio de imputación objetiva por
ser parte del rol de cada persona.
IV. Los roles se derivan del tipo de competencia que tenga el sujeto. Existen
dos tipos de competencia según Jakobs: competencia institucional y
competencia por organización. La competencia institucional es la que proviene
de instituciones sociales o jurídicas como el hecho de ser miembro de la
institución de la familia o miembro de la fuerza pública. De estos roles
especiales surgen posiciones de garante basadas en la solidaridad, que
generan la obligación de configurar un mundo en común; el deber de
protección nace, aunque el garante no haya organizado el peligro para
el bien jurídico. Por el contrario, la competencia por organización aparece
precisamente en virtud de esa libertad que el hombre tiene para organizar
su mundo y lo hace de manera peligrosa para los otros. De esta manera la
competencia por organización se presenta cuando la persona ha creado el
peligro para los bienes jurídicos.
125 Prólogo de JAKOBS, Günther. Imputación Objetiva. Bogotá: Universidad Externado de Colombia,
Centro de Investigación de Derecho Penal y Filosofía del Derecho, 1994.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
80 criterios negativos de imputación objetiva.
Así mismo, es importante tener en cuenta como una de las claves que permiten
la cabal comprensión de la imputación objetiva en el sistema jakobsiano, la
función del Derecho Penal, consistente básicamente en asegurar la identidad
de la sociedad. Pero esa misión sólo puede llevarse a cabo analizando el delito
en su significado, es decir, a partir de la aportación que comunicativamente sea
capaz de brindar como expresión de sentido. Y es que no todas las partes de la
realidad son tenidas en consideración, sino únicamente los comportamientos
efectuados por las personas que permitan la afirmación del desconocimiento
de la norma, puesto que provocarán una nueva hermenéutica de los códices
considerada por su autor como válida y superadora de las expectativas
normativas que han sido aceptadas por los individuos dentro de una sociedad.
127 JAKOBS, Günther. La imputación jurídico-penal y las condiciones de la norma. Citado por GÓMEZ-
JARA, Carlos. Teoría de los sistemas y derecho penal. Fundamentos y posibilidades de aplicación. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2007. p. 205
128 Ibid., p.217.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
82 criterios negativos de imputación objetiva.
Estas premisas (a las que deberá añadirse una cuarta, de acuerdo al estudio
de otros textos) son las instituciones de riesgo permitido, principio de
confianza, prohibición de regreso y competencia de la víctima. No obstante,
en la teoría de la imputación objetiva se analiza, aparte de la problemática de
cuándo un comportamiento perturba socialmente o es socialmente normal, las
disposiciones normativas que permitan establecer cuándo la realización de una
consecuencia típica se debe a una conducta no permitida y en qué evento es
producto de un riesgo diferente129. Lo anterior es fundamental determinarlo ya
que en muchas eventualidades de la estructura de relaciones causales existentes
en el entorno social puede suceder que el contacto de talante corruptor se
adjudique a la víctima a título de inevitable desgracia, sin que ello implique la
atribución de tal proceso a alguien.
129 JAKOBS. Estudios de Derecho Penal. Madrid: editoriales UNAM y CIVITAS, S.A., 1997. p.210. Artículo
La imputación objetiva, especialmente en el ámbito de las instituciones jurídico-penales del “riesgo
permitido”, la “prohibición de regreso” y el “principio de confianza”.
130 JAKOBS, Günther, Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación. Madrid:
Marcial Pons, Ediciones Jurídicas, S.A, 1995. p. 224.
José María Peláez Mejía 83
haciéndola parte del tipo penal como una sola entidad comunicativamente
relevante. El alcance es especificado por Jakobs de la siguiente manera: “La
doctrina de la imputación objetiva no trata tan sólo de la problemática de
cuándo perturba socialmente o es socialmente normal una conducta, sino
también de la problemática de la imputación objetiva del resultado, esto
es, de la decisión acerca de cuándo la producción de un resultado típico
obedece la conducta no permitida y cuándo es consecuencia de un riesgo
diferente”131.
Instituciones:
137 JAKOBS, Günther. Imputación objetiva en el derecho penal. 1ª ra. ed. Buenos Aires: Editorial Ad-Hoc,
1997. p. 24.
138 Ibid., p. 25.
José María Peláez Mejía 87
Definir la imputación hoy en día pareciera ser algo sencillo. Sin embargo, la
ambigüedad y vaguedad del lenguaje es hiperbolizada en el campo del Derecho
de una forma tal que casi nunca se tiene una respuesta única y concreta sobre
ningún aspecto de las instituciones jurídicas. Empero, se tratará de buscar una
salida dilucidando inicialmente la respuesta que cada corriente dogmática le
da a la pregunta sobre qué es la imputación objetiva para luego de ello exponer
en el acápite final de esta investigación la solución que podría ser considerada
como correcta o al menos la más adecuada dentro del todo coherente que
conformaría el sistema jurídico-penal. Así las cosas, se comienza por afirmar
que en sus orígenes – con Hegel, Larenz y Honig – la imputación objetiva tuvo
como misión determinar cuándo una conducta es obra de una persona o cuándo
no; es decir, cuándo o con qué criterios es posible aseverar que un específico
comportamiento le pertenece – como obra suya – a un sujeto. Para tales efectos,
estos autores utilizaron en esencia el criterio de dominabilidad (previsibilidad y
evitabilidad) del resultado asignándole la función de ser un criterio esencial a la
hora de establecer la pertenencia de ese resultado al sujeto investigado. Esto no
implicó por supuesto la eliminación de la causalidad como elemento del delito
pues, “antes bien, al juicio causal, como juicio ulterior autónomo, se le agrega el
de la imputación objetiva, que tiene que revisar la cuestión axiológica, a saber,
la significación de la relación causal para el ordenamiento jurídico, medida
según parámetros que están dados con el ordenamiento jurídico mismo.”140
140 Honig. R. Causalidad e imputación objetiva. Citado en Sancinetti, M. A. (coord.) Causalidad, riesgo e
imputación. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2009. p. 111.
141 Teorías de la causalidad tales como: (i) la teoría de la equivalencia de las condiciones, desarrollada por
Glaser, para la cual todas las condiciones del resultado tienen idéntica y equivalente calidad causal
derivándose de esta dos teorías correctivas llamadas la fórmula de la conditio sine qua non y la
fórmula de la condición adecuada a las leyes de la naturaleza; (ii) la teoría de la causalidad adecuada o
de la adecuación que exigía previsibilidad del curso causal para afirmar la existencia del nexo empírico
propuesta por Von Kries y Von Bar; y (iii) teoría de la causalidad jurídicamente relevante conforme a la
cual solo una condición es causal del resultado si es jurídicamente importante [Mezger].
José María Peláez Mejía 93
una innumerable cantidad de casos difíciles (como los cursos causales irregulares
o extraordinarios, la problemática de la causalidad hipotética, la causalidad
alternativa, etc.), terminó siendo un elemento adicional de la tipicidad objetiva y
no una teoría de la causalidad que superara a sus predecesoras como se esperaba.
142 Por ejemplo: OTTO, Harro Diagnosis causal e imputación del resultado en el Derecho Penal, en La
prohibición de regreso en el derecho penal. En: Universidad Externado de Colombia, 1998. p. 65-92. Así
mismo: BACIGALUPO, Zapater, E. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Hammurabi,
1999. p. 271.
143 Sería la posición mayoritaria según Frisch, W. La imputación objetiva del resultado. Desarrollo,
fundamentos y cuestiones abiertas. Op. cit., p. 52. Así mismo, puede verse esta postura en Roxin, C.
Derecho Penal. Parte General. Tomo I: Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito. Madrid:
Civitas, 1997. p. 346., y más recientemente en Imputación objetiva en el Derecho Penal. Perú: Griley,
2012. p. 40. Sin embargo, no queda clara la posición de Roxin sobre si uno de los criterios de imputación
objetiva es la causalidad o no, puesto que en tales textos así lo afirma expresamente, pero luego dice
en otras partes de su obra que solamente son criterios de imputación objetiva la creación del riesgo
desaprobado, su realización en el resultado y el alcance del tipo penal sin incluir la causalidad. Al
respecto, es bastante diciente – lo que parecería ser otra posición – su artículo denominado: La teoría de
la imputación objetiva en Roxin, C. Sistema del hecho punible / 1. Acción e imputación objetiva. Buenos
Aires: Hammurabi, 2013. p. 259. Expresamente en este sentido: Jakobs. Derecho Penal, Parte General.
Fundamentos y teoría de la imputación, Op., cit., p. 226. También: Frister, H. La causalidad de la acción
respecto del resultado en Sancinetti, M. A. Causalidad, riesgo e imputación, Buenos Aires: Editorial
Hammurabi, 2009. p. 481. Igualmente, Mir Puig, S. Derecho Penal, Parte General, Barcelona: Editorial
Reppertor, 2011. p. 260; Vives Anton, T. S. Fundamentos del sistema penal. Acción significativa y
derechos constitucionales. Valencia: Tirant lo Blanch, 2011. p. 315; Puppe, I. La imputación del resultado
en Derecho Penal. Perú: Ara Editores, 2003. p. 27
144 Por ejemplo: RUDOLPHI, H.J. Causalidad e imputación objetiva. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 2006. P.30; JESCHECK, H- H y WEIGEND, T. Tratado de derecho penal. Parte General.
Granada: Editorial Comares, 2014. p. 295; SAMSON, E. Imputación del resultado y riesgo. En:
SANCINETTI, M. A. Causalidad, riesgo e imputación. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2009. p. 383.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
94 criterios negativos de imputación objetiva.
145 Al respecto: HILGENDORF, Eric. Relación de causalidad e imputación objetiva a través del ejemplo de la
responsabilidad penal por el producto. Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales. Tomo 55, 2002. p.
91-108. ISSN 0210-3001.
146 GARRIDO, M. Derecho penal parte general. Tomo II. Chile: Editorial Jurídica de Chile, 2003. p. 69.
147 En sentido: KAUFMANN, A. ¿” Atribución objetiva” en el delito doloso? En Anuario de derecho penal y
ciencias penales. Tomo 38, Fasc/Mes 3, 1985. p. 807-827. Acorde con esta perspectiva PUPPE. Op., cit.
p. 27. ISSN 0210-3001.
148 Por ejemplo: SANACINETTI, M. Observaciones sobre la teoría de la imputación objetiva, en (varios
autores) Teoría de la imputación objetiva. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 1998.
149 Más o menos cercano a esta opción: SCHÜNEMANN, B. Consideraciones sobre la teoría de la imputación
objetiva, en Aspectos puntuales de la dogmática jurídico-penal. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2007.
150 De una u otra forma: OTTO. Op., cit. p. 65-92 y BACIGALUPO. Op., cit. p. 271.
151 LUZÓN, Diego- Manuel. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial B de F, 2016. p. 350;
ROXIN. Derecho Penal. Parte General. Tomo I: Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito, Op.,
cit. p. 346 y ss.
152 JAKOBS. Derecho Penal, Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación. Op., cit. p. 224.
153 CANCIO, M. Conducta de la Víctima e Imputación Objetiva. Bogotá: Universidad Externado de Colombia,
2001. p. 82. Crítico al respecto Mir Puig, S. Significado y alcance de la imputación objetiva en Derecho
penal ya citado.
154 GIMBERNAT, E. ¿Qué es la imputación objetiva? En: Estudios penales y criminológicos, 1985-1986. no.
10. p. 167-186. ISSN 1137-7550.
155 RIGHI, E. Derecho Penal, Parte General. Argentina: Abeledo-Perrot, 2013. p. 177.
José María Peláez Mejía 95
156 Manfred Burgstaller y Eberhard Schmidhäuser seguirían esta postura según la nota a pie de página
número 87 de REYES, Y. Imputación objetiva. Op., cit. p. 75. También de una u otra manera FRISCH,
W. Comportamiento típico e imputación del resultado. Barcelona: Marcial Pons, 2004. p. 65. Así
expresamente por SCHÜNEMANN, B., Op., cit. p. 38. Así mismo CANCIO, M. Conducta de la Víctima e
Imputación Objetiva. Op., cit. p. 76 y 82. Igualmente, MIR PUIG. Significado y alcance de la imputación
objetiva en Derecho penal, Op. cit. p. 14.
157 Pareciera ser esta la postura de un amplio sector de la doctrina alemana según nos cuenta FRISCH,
Wolfgang. La imputación objetiva estado de la cuestión. En: ROXIN, Claus, et al. Sobre el estado de
la teoría del delito (Seminario de la Universitat Pompeu Fabra). Madrid: Editorial Civitas, 2000. p. 31.
Así también: WELSSELS, J. Derecho penal, parte general. Buenos Aires: Ediciones Depalma, 1980. p.
60.
158 De una u otra manera es esta la perspectiva de Jakobs cuando define la imputación objetiva como una
teoría que “se ocupa de la determinación de las propiedades objetivas y generales de un comportamiento
imputable”. Derecho Penal, Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación. Op., cit. p.224.
Curiosamente en el mismo artículo Mir Puig da dos significados a la imputación objetiva y se adhiere a
este concepto en: Significado y alcance de la imputación objetiva en Derecho penal
159 Llamada por JAKOBS “Teoría del significado del comportamiento”. JAKOBS, G. La imputación jurídico-
penal y las condiciones de vigencia de la norma, En: GÓMEZ-JARA, C. Teoría de los sistemas y derecho
penal. Fundamentos y posibilidades de aplicación. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2007. p.
214.
160 JAKOBS, G. La imputación objetiva, especialmente en el ámbito de las instituciones jurídico-penales del
“riesgo permitido”, la “prohibición de regreso” y el “principio de confianza”. En: JAKOBS, G. Estudios de
Derecho Penal. Madrid: Editorial Civitas y UAM Editores, 1997. p. 211.
161 Así REYES.Y. Imputación objetiva, Op., cit. p. 75.
162 Propio del concepto de ROXIN, C. Derecho Penal. Parte General. Tomo I: Fundamentos. La Estructura de
la Teoría del Delito. Op., cit. Parágrafo 11.
163 MAURACH, R. y ZIPT, H. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Buenos Aires: Editorial Astrea, 1994. p.
317.
164 Así, MIR PUIG. Op., cit. p. 8.
165 SILVA, J.M. Aberratio ictus e imputación objetiva. En: Anuario de derecho penal y ciencias penales, Tomo
37, Fasc/Mes 2, 1984. p. 368. ISSN 0210-3001.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
96 criterios negativos de imputación objetiva.
Ahora bien, respecto a los criterios de atribución normativa aun cuando existe
en los autores citados a pie de página un relativo consenso doctrinal al afirmar
que la imputación objetiva exige para su configuración la creación de un riesgo
jurídicamente desaprobado y la realización de dicho riesgo en el resultado, tal claridad
desaparece al momento de desarrollar los niveles de imputación objetiva,
entrando nuevamente en múltiples divergencias, tanto en el contenido de
estos como en el número de escaños necesarios para dar por configurada la
atribución jurídica requerida. Así las cosas, es posible encontrar, al menos, 4
posturas171 al respecto, sin incluir el problema de la causalidad que, según se
vio líneas atrás, bien puede hacer parte de los niveles de imputación objetiva o
estar por fuera de ella:
a. La postura de los tres niveles (por ej. Roxin, Martínez Escamilla172): Según esta
perspectiva para que exista imputación objetiva se requieren cumplir tres
niveles o criterios: a) la creación de un riesgo no permitido; b) la realización
del riesgo no permitido; y c) que lo anterior esté cobijado por el alcance del
tipo penal173.
b. La postura de los dos niveles (por ej. Jakobs, Cancio Melia, Bacigalupo):
Parte de dos niveles de imputación: a) una imputación objetiva del
comportamiento (cuyos criterios negativos de atribución más usuales son:
el riesgo permitido, el principio de confianza, la prohibición de regreso y las
acciones a propio riesgo); y b) la imputación objetiva del resultado (cuyos
niveles son coincidentes con los incluidos en la realización del riesgo no
permitido perteneciente al segundo criterio de la anterior postura)
c. La postura del único nivel (por ej. Frisch): Esta vertiente considera que
es necesario separar la “conducta típica” de la “imputación objetiva del
resultado”. Por lo cual, a la primera pertenece todo lo relativo a la creación
del riesgo jurídicamente desaprobado y a la segunda la “relación de riesgo”
como auténtico problema de imputación objetiva.
172 MARTÍNEZ, Margarita. La imputación objetiva del resultado. Madrid: EDERSA, 1992.
173 En España también seguiría esta postura De La Cuesta Aguado, P.M. La teoría de la imputación objetiva
en la teoría del injusto en España. En: ROXIN, Claus. La imputación objetiva en el derecho penal. Lima:
IDEMSA, 1997, p. 75.
174 ESER, A. y BURKHARDT, B. Derecho Penal. Cuestiones fundamentales de la Teoría del Delito sobre la
base de casos de sentencias. Madrid: Editorial COLEX, 1995. p. 121.
175 STRATENWERTH, G. Derecho Penal. Parte General I. El hecho punible. Navarra: Thomson, Editorial
Aranzadi, S.A., 2005. p. 128
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
98 criterios negativos de imputación objetiva.
176 Aparte de los típicos casos de riesgo permitido suelen incluirse el principio de confianza y la prohibición
de regreso. Así, por ejemplo, RISGHI, E. Op., cit. p. 180 y ss.
177 ESER y BURKHARDT. Op., cit. p. 122.
178 En contra los defensores de la denominada teoría del incremento del riesgo
179 FRISCH, W. La imputación objetiva estado de la cuestión. Op., cit. p. 30.
180 FRISCH, W. La imputación objetiva del resultado. Desarrollo, fundamentos y cuestiones abiertas. Op.,
cit. p. 53.
181 En idéntico sentido JESCHECK y WEIGEND. Tratado de Derecho Penal. Parte General. Op., cit. p.
307.
José María Peláez Mejía 99
sobre todo, por Roxin, gran impulsor de la teoría de la imputación objetiva, ha ido
construyéndose, prácticamente por sedimentación, capa por capa, un cuerpo de
topoi que se agrupa bajo la denominación de Teoría de la Imputación Objetiva.”182
182 CANCIO, M. Líneas básicas de la Teoría de la Imputación Objetiva. Perú: Ediciones Jurídicas Cuyo, 2001.
p. 21.
183 Sólo ROXIN ver obras citadas.
184 SCHÜNEMANN, MIR PUIG, LUZÓN PEÑA, MARTÍNEZ ESCAMILLA, CANCIO MELIA, etc., ver obras
citadas. Claramente RIGHI, E. Op., cit. p. 179.
185 REYES, Yesid. Anuario de derecho penal y ciencias penales. Tomo 45, Fasc/Mes 3, 1992. p. 964-965.
ISSN 0210-3001.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
100 criterios negativos de imputación objetiva.
Ya desde la óptica precisa del finalismo se han realizado las siguientes críticas:
188 HIRSCH, Hans Joachim. Acerca de la teoría de la imputación objetiva. En: Derecho Penal. Obras
Completas. Tomo I. Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni Editores, 2005.
189 CANCIO, Manuel. Líneas básicas de la Teoría de la Imputación Objetiva. Op., cit. p. 59.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
102 criterios negativos de imputación objetiva.
190 FRISCH, Wolfgang. La imputación objetiva: estado de la cuestión. En: ROXIN, Claus, et al. Sobre el
estado de la teoría del delito (Seminario de la Univesitat Pompeu Fabra). Madrid: Editorial Civitas, 2000.
p.40, resumiendo la postura crítica de KÜPPER.
191 STRUENSEE “Acerca de la legitimación de la imputación objetiva como categoría complementaria del
tipo objetivo”. En: El derecho penal de hoy, homenaje al Prof. David Baigún, Bs. As., 1995. p. 251 y
ss. Citado en CANCIO MELIA/FERRANTE/SANCINETTI, Estudios sobre la teoría de la imputación
objetiva”. s.l.: Editorial Ad-Hoc, 1998. p. 39.
192 Así, por ejemplo, BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Imputación objetiva (Cuestiones metodológicas y
sistemáticas). Bogotá: Editorial Temis, 1998. p. 19 y ss.; TORÍO LÓPEZ, Ángel. Fin de protección
y ámbito de prohibición de la norma. Estudios penales y criminológicos, 1985-1986. no. 10. p. 391 y
ss. ISSN 1137-7550; y STRATENWERTH, Günther. Derecho Penal, Parte General I. El hecho punible.
Madrid: Edersa, 1982, en la traducción de Gladys ROMERO de la segunda edición, núm. marg. 230. Esto
por cuanto el pensamiento de dicho autor cambió en la cuarta edición traducida por Manuel CANCIO
MELIA y Marcelo SANCINETTI y publicada por editorial Hammurabi, 2005 y reimpresión de 2016, p.
153.
193 Se adhieren a esta crítica: FRISCH, Wolfgang. Comportamiento típico e imputación del resultado.
Madrid: Marcial Pons, 2004; PAREDES CASTAÑÓN, José Manuel. El riesgo permitido en Derecho Penal
(Régimen jurídico-penal de las actividades peligrosas). Madrid: Dentro de Publicaciones del Ministerio
de Justicia e Interior, 1995. p. 95 y ss; VIVES ANTÓN, Tomás S. Fundamentos del Sistema Penal. Acción
Significativa y Derechos Constitucionales. Valencia: Editorial Tirant Lo Blanch, 2011. p. 317.
José María Peláez Mejía 103
194 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Op., cit. p. 365.
José María Peláez Mejía 105
De esta manera, comiéncese por decir que Ronald Dworkin en Justicia para erizos
resume el principio de Hume o falacia naturalista de la siguiente manera: “(…)
ninguna cantidad de descubrimientos científicos sobre el estado del mundo,
ninguna revelación sobre el curso de la historia o la naturaleza última de la materia
o la verdad sobre la naturaleza humana, puede establecer ninguna conclusión
sobre lo que debe ser sin una premisa o supuesto adicional del deber ser.”195
195 DWORKIN, R. Justicia para Erizos. México: Fondo de Cultura Económico, 2014. p. 34.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
106 criterios negativos de imputación objetiva.
196 HUME, D. Tratado de la naturaleza humana. México: Editorial Porrúa, 2005. p. 396.
197 KELSEN, H. Teoría pura del derecho. Introducción a la ciencia del derecho. México: Ediciones Coyoacán,
2008. p. 15 y ss.
José María Peláez Mejía 107
198 Entre las críticas más usuales que se le realizaron tendríamos las siguientes: (i) que no toda acción
implica una modificación del mundo exterior; (ii) que omisión no se puede explicar a partir de la simple
constatación de la realidad empírica sino a partir de valoraciones y no queda comprendida en el concepto
de acción; (iii) que no siempre el tipo puede establecerse con base en criterio sólo objetivos y avalorados
pues también allí son descritos elementos normativos y subjetivos; y (iv) que para la verificación de la
antijuridicidad no es suficiente la constatación objetiva de esta, pues las causas de justificación exigen
un aspecto valorativo y subjetivo. Al respecto puede verse: AGUDELO, Nodier. Curso de derecho penal
(Esquemas del Delito). s.l.: Ediciones Nuevo Foro, 2013. p. 64 y ss.
199 MIR PUIG, Santiago. Límites del normativismo penal, en Derecho Penal del Siglo XX. Cuadernos de
Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial, Madrid: Escuela Judicial, 2007. p. 51.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
108 criterios negativos de imputación objetiva.
200 “Recuérdese que la filosofía analítica referida proviene del segundo Wittgenstein quien en sus
Investigaciones filosóficas [Parte I 1945, Parte II 1948-1949] y sus trabajos preparativos tales como
las Observaciones filosóficas [1929-1930] y Los cuadernos azul y marrón [1933-1935], planteó que el
lenguaje funciona en sus usos. No hay que preguntar, pues, por las significaciones; hay que preguntar
por los usos. Pero estos usos son múltiples, variados; no hay propiamente el lenguaje, sino lenguajes, y
éstos son formas de vida. Lo que llamados ‘lenguaje’ son ‘juegos de lenguaje’. […] Lo único que hay son
‘similaridades’, ‘aires de familia’ que se combinan, intercambian, entrecruzan.” FERRATER, J. Diccionario
de filosofía. Tomo IV. España: Q/Z. Ariel, 2012. p. 3766.
201 PUTNAM, H. El desplome de la dicotomía hecho/valor. Barcelona: Paidós, 2004. p. 49.
202 Ibid., p. 50.
José María Peláez Mejía 109
En cuanto a las razones que John Searle esgrime para considerar incorrecta
la falacia naturalista, se tienen las siguientes: es posible derivar el “deber ser”
a partir del “ser” puesto que existen múltiples contraejemplos del lenguaje en
donde se evidencia sin lugar a dudas que ello es así. De esta manera, como
prototipo de lo dicho, está la falsa dicotomía de enunciados descriptivos
utilizados para comunicar lo que “es” versus los enunciados evaluativos
empleados para expresar el “deber ser” pues pese a que los defensores del
principio de Hume niegan cualquier confusión entre uno y otro se tiene que
al proclamar un argumento como válido se está evaluando, “y sin embargo el
enunciado de que es válido se sigue de ciertos enunciados ‘descriptivos sobre
él. Las nociones mismas de lo que es ser un argumento válido, un argumento
sólido, o un buen razonamiento, son evaluativas en el sentido relevante porque,
por ejemplo, incluyen las nociones de lo que está justificado o se tiene derecho
a concluir, dadas ciertas premisas.”204 Así las cosas, la evaluación de validez de
un argumento (su deber ser) depende de una comprobación fáctica del mismo
(es decir, de su ser) resultaría viable asegurar que en estos casos un “deber ser”
proviene de un “es”, deduciéndose de ello que la famosa falacia naturalista
posee al menos un bache, una excepción significativa o inclusive la ausencia del
fundamento necesario para seguir siendo considerada como correcta.
La primera norma dice que sólo puede ser declarada responsable una persona
y en consecuencia penalizada cuando lleve a cabo la ejecución material de una
conducta social externa. (Es lo que se conoce como la exigencia de un Derecho
Penal de Acto o Principio del Acto208. Consagración positiva: art. 15.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; art. 9 de la Convención Americana de
Derechos Humanos; y art. 29 inc. 2 de la Constitución Política Colombiana). Esta
construcción normativa se obtiene al verificar que tales ordenamientos jurídicos
de carácter internacional erigen como pilares básicos la dignidad humana, lo que
implica la no instrumentalización de su persona sino considerarla un fin de sí
mismo y acorde a sus actos, más la regla según la cual nadie podrá ser juzgado
sino conforme a leyes preexistentes al “acto que se le imputa”, presumiéndola
inocente hasta que no se la haya declarado judicialmente “culpable” (Art. 29 de
la Const. Pol.) Así mismo, la CADH (art. 9 y el PIDCP art. 15.1) establecen, como
parte del principio de legalidad, que nadie puede ser condenado sino tan solo por
la realización de acciones u omisiones consideradas por la ley como delito con lo
cual se terminaría ratificando la consagración de un derecho penal de acto y no de
autor en dicha normatividad internacional.
208 Para un mayor desarrollo de este principio puede consultarse: FERNÁNDEZ, J. Derecho penal. Parte
General. Principios y categorías dogmáticas. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2011. p. 173 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
112 criterios negativos de imputación objetiva.
En virtud del Derecho Penal de Acto sólo las conductas humanas activas u
omisivas podrían ser penalizadas, descartándose en consecuencia que los
simples pensamientos o hechos no humanos, o al menos dirigidos por estos,
pudieran constituirse en delito. En tal sentido, la conducta podría definirse
como todo comportamiento humano de acción u omisión, manifestado en el
mundo exterior y ejecutado por una persona consciente y con voluntariedad;
es decir, de forma dominable por ser además previsible y evitable. Ahora bien,
en los casos de imprudencia, inclusive en la denominada sin representación,
también se cumplen las condiciones de dominabilidad del hecho (consciencia
y voluntariedad) por cuanto el sujeto que lleva a cabo la conducta deberá
estar ejecutando una actividad controlable por su sistema nervioso central y
no meramente periférico, aunque dirigida a causar un resultado diferente del
que finalmente ocurra y que termine siendo lesivo de bienes jurídicamente
protegidos. En este sentido, si se niega la voluntad como un componente propio
de la definición universal de conducta no podrían diferenciarse las acciones
imprudentes de los simples actos reflejos en los que tan solo existe intervención
del sistema nervioso periférico y en los que, por ende, en realidad la voluntad se
haya anulado. En consecuencia, bajo la perspectiva indicada ha de entenderse
“voluntad” como algo diferente de “intencionalidad” o “intención”, siendo la
ausencia de esta última la caracterización del actuar imprudente, entre otros
elementos, y la inexistencia de la primera, la negación misma de la configuración
de una conducta humana. De esta definición se rescata que toda conducta es
un fenómeno físico indiscutible y por más que algunos funcionalistas radicales
quieran reducirlo todo a normas incluidas en un sistema autorreferencial que
no necesita del mundo exterior, jamás podrá negarse esta base empírica de la
que está hecha la conducta209.
209 Una postura contraria la establece, por ejemplo, Frank BLECKMANN en su texto Derecho Penal y Teoría
de Sistemas cuando afirma que “no existe la acción o el delito en cuanto estructura del ser de la realidad.
Sólo existe el proceso de una producción social, históricamente variable, de estos fenómenos (sociales,
es decir: de sentido) (…) En este sentido, no hay una realidad accesible detrás de la sociedad, sino que
la realidad está en las propias operaciones de la sociedad, que crean su propia realidad comunicacional.”
En: GÓMEZ-JARA DÍEZ, Carlos (Coordinador). Teoría de sistemas y derecho penal. Fundamentos y
posibilidades de aplicación. s.l. Universidad Externado: 2007. p. 393-394.
José María Peláez Mejía 113
Lo anterior se puede entender mejor con una metáfora [: entre 1665 y 1667
el pintor holandés Johannes Vermeer realizó un hermoso cuadro llamado
Het meisje met de parel (La joven de la perla o como otros la conocen: La Mona
Lisa holandesa); un óleo en pequeño formato de 46,5 X 40 cm. Ésta magnífica
obra pertenece a un género de pintura propio del barroco flamenco holandés
llamado la tronie cuya característica es representar retratos en pequeños
cuadros. En esencia, los pigmentos utilizados fueron blanco de plomo, amarillo
ocre, bermellón, ocre rojo, verde tierra, sombra natural y azul ultramar, cuya
paleta reducida y de colores casi puros, aunque llenos de múltiples matices, la
convierte en una verdadera exquisitez visual.]
210 Sobre la causalidad en la física moderna puede consultarse: ARANA, J. El problema de la causalidad en la
mecánica cuántica. En: Revista de Filosofía Eikasi, marzo, 2012. Y en lo relativo a la perspectiva filosófica:
BUENO, G. En torno a la doctrina filosófica de la causalidad. En: Revista Meta, Congreso sobre la filosofía
de Gustavo BUENO (enero 1989), Editorial Complutense 1992.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
114 criterios negativos de imputación objetiva.
de esa obra de arte, sin el hecho bruto o la base empírica que la acompaña. De
esta manera, sería absurdo que un purista del arte, un normativista estético,
asegurara que los juicios de valor son un mundo aparte que no necesita tener en
cuenta la realidad empírica porque como bien se sabe si físicamente no hubiese
existido el lienzo y los colores, pues tampoco habría existido la obra de arte. Se
presenta entonces la metáfora: la conducta es como el lienzo y la paleta de colores
que una vez tipificada se convierte en algo más allá de una realidad física; esto es,
en una realidad institucional o jurídica, de la misma manera que en la cultura el
lienzo y la paleta de colores se transformaron en una obra de arte.
Al final de todo esto queda una conducta típica que por ser típica tiene unas
características normativas muy específicas que la individualizan y la distinguen
de cualquier otra clase de acción u omisión, pero también un fenómeno físico,
dado que lo que se tipificó no fue una ficción o una quimera, sino una realidad
empírica completamente verificable, tal y como cuando se hace un cuadro o
una pintura en cuyos casos tampoco el artista realiza sus trazos en la nada o en
el aire, sino en un lienzo cuya existencia no es ni cercano a lo ficcional.
del ser, Welzel derivó cómo el sistema jurídico penal debía ser. En cambio, la
argumentación de esta investigación es diferente: la necesidad de incluir esos
conceptos empíricos en un sistema del delito no se ha derivado del ser sino de
un deber ser, consagrado expresamente en los Tratados Internacionales y las
distintas constituciones políticas occidentales. O en otras palabras, como las
máximas fuentes del Derecho obligan a que la penalización deba ser de una
cierta manera, se deriva que los sistemas jurídicos penales o de delito deban
ser de esa manera y no de otra; es decir, empíricos y normativos, razón por la
cual el mundo del ser ingresa a través de una porosidad que el mismo deber ser
originó. Aunque, como se vio líneas atrás, si en últimas se hubiera derivado el
deber ser del ser tampoco se habría incurrido en ningún desfase pues la falacia
naturalista de Hume desde la filosofía analítica contemporánea ha perdido
actualidad y se considera esencialmente equivocada.
Fuente: Propia
Fuente: Propia
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
118 criterios negativos de imputación objetiva.
211 La obra de Searle presenta un contraste con relación al enfoque de La construcción social de la realidad de
Berger y Luckmann. Aunque el prologuista de la versión española de la obra de Searle dice que el título
de su libro es un “remedo y una enmienda”, se coincide con Giraldo Chavarriaga cuando afirma que “la
oposición de Searle no es contra el construccionismo de base, sino contra la extensión de aquello que identifican
los construccionistas como objeto de la construcción, a saber, la realidad total y no, más circunspectamente, la
realidad social. Más adelante podrá valorarse la justicia de esta apreciación. En cuanto a lo social, lo que para
Berger y Luckmann es el agente que adjetiva toda construcción, para el otro es el adjetivo que califica la única
porción de la realidad que puede efectivamente ser construida por agentes sociales.” En: Hacia una comprensión
de la realidad social desde la teoría general de hechos institucionales. CS No. 8, 415 - 454, julio – diciembre
2011. Cali – Colombia. De todas formas, ha recordarse con relación a la teoría de Berges y Luckman que
la vida social posee dos dimensiones bien diferenciadas: una objetiva consistente en los hechos desnudos
que ocurren en el mundo, y una subjetiva correspondiente a la realidad construida a partir de unos
tópicos específicos desde los cuales se interpreta el derredor existente. Esos tópicos son llamados por la
sociología como “recetas” o “tipificaciones sociales” cuya estructuración y génesis es la siguiente:
• Inicialmente los seres humanos se ven enfrentados con una serie de problemas y situaciones que exigen
una oportuna respuesta. Entonces, bajo ese panorama se van edificando distintas soluciones, hasta que
finalmente se acoge aquella “respuesta” que resulta ser la más exitosa en la consecución de una salida
adecuada para el dilema presentado.
• Esta “solución”, escogida como la mejor, comienza a ser experimentada una y otra vez por los individuos
en cada oportunidad que se vuelva a presentar la problemática inicial.
• Posteriormente, otros sujetos también deciden acoger la “solución” encontrada “debido a su éxito o logros”
en situaciones y problemas similares a los que ya se habían presentados en la vida de los otros individuos.
Con el paso del tiempo, esa fórmula de solución pasa a ser “incorporada a alguna clase de proceso de enseñanza
y aprendizaje formal o informal, con lo cual se extenderá y generalizará aún más su empleo”. Ante ese panorama,
la “formula”, la “solución” o la “respuesta al problema” es convertida en una “receta o tipificación social”,
cuya utilización termina siendo generalizada por una amplia gama de individuos al ingresar en la vida
social como un componente más de ella. (Los entrecomillados son citas que pertenecen al siguiente texto:
SILVA GARCÍA, Germán. Criminología. Teoría sociológica del delito. Bogotá: Instituto Latinoamericano de
Altos Estudios, ILAE, 2011, pág. 83)
José María Peláez Mejía 119
Y, por lo tanto, como el mismo deber ser del Derecho Penal proveniente de
la Constitución Política exige esa influencia en la realidad material, tendrá
necesariamente que hacer suyos los hechos brutos en los que ésta se basa para
212 MIR PUIG, S. Límites del normativismo penal., Op., cit. p. 51.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
120 criterios negativos de imputación objetiva.
213 Similar a esta postura es la de Juan BUSTOS RAMÍREZ cuando afirma lo siguiente: “En otras palabras, si
no se quiere llegar a la conclusión de que el resultado aparece por generación espontánea y que él comprende ya
la acción (con lo cual sería difícil entender la tentativa, los actos preparatorios, etc.), tiene que plantearse, como
se dice que la causación no es criterio suficiente. Es decir, de todos modos se parte de un proceso causal y, por
lo mismo, de un resultado causado, y de ahí que se trate de un proceso global totalmente objetivo.” (BUSTOS/
LARRAURI. La imputación objetiva. Bogotá: Editorial Temis, 1998. p. 10.)
214 Para la formulación de este interrogante y su solución se sigue esencialmente a ESER y BURKHARDT.
Derecho Penal. Cuestiones fundamentales de la Teoría del Delito sobre la base de casos de sentencias.
Op., cit. p. 105.
215 Colombia. Congreso de la República. Ley 599 (24, julio, 2000). Por lo cual se expide el Código Penal,
Diario Oficial No. 44.097. Bogotá, 2000. Art. 101.
José María Peláez Mejía 121
219 Eser, A. & Burkhardt, B. Derecho Penal. Cuestiones fundamentales de la Teoría del Delito sobre la base
de casos de sentencias. Op. Cit. p. 106
José María Peláez Mejía 123
Es cierto que con esta teoría muchos de los casos, cuya impunidad intuitiva es
evidente, no tendrían tampoco su solución en el escenario de la causalidad, pero
es que no la tendrían, no porque la propuesta falle, sino porque la justificación
de la impunidad o imputación debe hacerse en otro escenario, como por ejemplo
en el de la atribución jurídica. Así, en el caso del sobrino malvado que envía a
su tío rico a recoger manzanas en mitad de una tormenta, éste no encuentra su
atipicidad en el nexo causal, sino en el nexo jurídico, pues el vínculo empírico sí
existe, dado que lo que en realidad falta es la imputación objetiva del resultado
a su autor y no la causalidad.
empírico; y (3) un juicio de imputación objetiva, los cuales serán explicados más
adelante.
Desde esta óptica la imputación objetiva buscaría determinar dos cosas: (1)
si están vinculadas jurídicamente la acción típica y el resultado típico; y (2) si
la totalidad de esa actuación puede serle imputada a una persona como obra
suya. Para hacerlo se vale de los dos niveles antes referidos (como exigencias
del mismo): la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado y la concreción
del riesgo en el resultado como aspectos “positivos” de la imputación objetiva.
De esta manera, el riesgo permitido, la prohibición de regreso, el principio de
confianza, la falta de lesividad, la no concreción del riesgo desaprobado en el
resultado, etc. serían en realidad la faz negativa de cada uno de esos niveles
de atribución normativa y no los subniveles de los dos escaños de imputación
referidos, por lo cual se constituirían en verdaderas causales de ausencia de
responsabilidad como factores negativos de imputación objetiva al excluirse
alguno de sus niveles. Ejemplificativamente, así como el dolo (compuesto
positivamente por dos elementos uno cognitivo y otro volitivo) posee una
contracara o faz negativa llamada “error de tipo invencible”, de la misma
manera la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado como primer
nivel de la imputación objetiva tiene, entre muchas otras, una contracara o
faz negativa: el riesgo permitido. En consecuencia, así como aquél (el error de
tipo invencible) genera atipicidad subjetiva, también éste (el riesgo permitido)
produce la atipicidad objetiva del hecho y ambos, en últimas, serían entonces
ausencias de responsabilidad.
220 GIMBERNAT, E. La causalidad en el derecho penal. Madrid: Anuario de Derecho Penal, 1962. fascículo
III.
José María Peláez Mejía 125
Finalmente, culmina esta investigación con una definición de los tres juicios
de tipicidad objetiva para evitar también cualquier tipo de nubosidad en torno
a esta postura: el juicio de subsunción lógica es aquel conforme el cual se
selecciona de la realidad empírica, en concreto, los hechos cuyas características
se adecúan a los sujetos activo y pasivo, la acción típica y el resultado típico,
realizando para ello un simple ejercicio de exégesis o comparación entre las
cualidades normativas que en abstracto han sido descritas en los distintos
José María Peláez Mejía 127
225 Una posición contraria que aboga por una causalidad de tipo funcional puede verse en: LAMPE, E.
La causalidad y su función jurídico-penal, en La dogmática jurídico-penal entre la ontología social y el
funcionalismo. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2003. p. 59-96.
José María Peláez Mejía 129
226 PÁRAMO ARGÜELLES, Juan Ramón de. Razonamiento jurídico e interpretación constitucional. En:
Revista Española de Derecho Constitucional. Enero-abril, 1988. no. 22.
227 Es necesario aclarar que la dogmática jurídica tiene al menos tres significados: (1) es equiparable a la
expresión Ciencia del Derecho, constituyendo por lo tanto un sinónimo de la misma [en este sentido lo
es para ROXIN, Claus. Derecho penal. Parte General. Tomo I. Fundamentos de la Estructura de la Teoría
del Delito. Madrid: Civitas, 1997. p. 192; (2) es el “método científico” empleado de manera primordial y
por antonomasia en el seno de la Ciencia Jurídica, pero sin llegar por esto a confundirse o identificarse
con ella (acá prefiere hablarse en consecuencia simplemente de método dogmático para diferenciarlo de
la dogmática jurídica. Ver esta postura en: MIR PUIG, Santiago. Introducción a las bases del derecho
penal. Montevideo: B de F. s.a. p.151 y ss; y (3) es una serie de enunciados que se refieren a las normas
positivas establecidas por el Estado y a la aplicación del Derecho, pero sin llegar a equipararse con su
simple descripción, razón por la cual es posible asimilar en este sentido la dogmática jurídica con la
Teoría o el Sistema construido a partir de la interpretación y armonización de los ordenamientos jurídicos;
así para ALEXY, Robert. Teoría de la Argumentación jurídica. Madrid: Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 1997. p. 240 y ss.
228 En este punto es importante recordar que la “imputación objetiva” puede ser un “dogma” o “unidad
simple” obtenida a partir del denominado método dogmático. Este último sería un procedimiento
mediante el cual se interpretan los enunciados normativos contenidos en los textos legales estableciendo
similitudes y diferencias, hasta reducir todo su significado a conceptos generales, categorías, unidades
simples o dogmas, con los que sea posible elaborar luego una construcción lógica [es decir, una teoría],
en la que cada uno de ellos encuentre su explicación, enlace y coherencia. Sin embargo, después de ese
procedimiento será necesario compatibilizar la teoría obtenida con los principios constitucionales que
existen en nuestro ordenamiento jurídico, puesto que los mismos constituyen los límites al ius puniendi
de un Estado.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
130 criterios negativos de imputación objetiva.
Así las cosas, hoy en día la mayoría de la doctrina considera que el tipo penal
es una selección de comportamientos desaprobados por el ordenamiento
jurídico y en consecuencia ilícitos. Desde esta perspectiva, si el tipo penal
es un sector del gran conjunto de conductas antijurídicas, resulta inevitable
entonces afirmar la necesidad de que exista en el mismo tipo penal y no en
otra parte un elemento identificador o caracterizador de esa desaprobación
230 MIR PUIG. Significado y alcance de la imputación objetiva en Derecho Penal, Op., cit. p. 377.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
132 criterios negativos de imputación objetiva.
231 Muchas han sido las críticas realizadas al bien jurídico entre las cuales se destacan: 1) No se tiene
un concepto unánime y completamente satisfactorio de “bien jurídico” lo que desemboca en cierto
relativismo valorativo que llega a ser perjudicial. 2) Esta teoría no logra explicar satisfactoriamente el
fundamento de la penalización de los delitos de peligro abstracto. 3) Su función crítica no sirvió para
nada en el régimen nacionalsocialista ni impidió que se crearan delitos que no protegían bienes jurídicos.
4) No se requiere siempre proteger bienes jurídicos para que el Derecho Penal edifique un orden legítimo.
Tan solo basta con que se necesiten proteger meros intereses sociales, como en el caso del maltrato
animal. 5) El catálogo de bienes jurídicos es impreciso y absolutamente variable, pudiendo desembocar
en consecuencia en la arbitrariedad y una flagrante violación del principio democrático. 6) Las variaciones
del concepto de bien jurídico y del catálogo del mismo son inconsistentes. Ello hace que además se abra
una amplia puerta para preferencias subjetivas e idiosincrasias. 7) Carece en sí mismo de algún tipo
de poder analítico a partir del cual puedan clasificarse los delitos o sea posible desarrollar la teoría del
delito. 8) No otorga un criterio sustantivo (normativo) para decidir qué bienes jurídicos se protegen. Sin
embargo, todas estas críticas pueden decirse que de cierta manera han sido superadas por un concepto
de bien jurídico que se equipara con los derechos humanos, los derechos fundamentales y los principios y valores
constitucionales o convencionales básicos, dado que de esta manera ya existiría plena certeza en el catálogo
de dichos bienes jurídicos y su elección no sería para nada arbitraria puesto que el fundamento de su
escogencia estaría anclado al principio democrático. Así mismo, carecería de peso la tesis de que el bien
jurídico no brinda un parámetro normativo para decidir qué derechos – entre tantos – se deben proteger,
porque obviamente esa no es la función de dicho constructo lingüístico sino el de los demás principios
constitucionales, tales como la última ratio, la fragmentariedad y el de lesividad. Con el bien jurídico lo que
se hace es establecer un marco o límite claro respecto a qué se puede proteger y qué no. Con posterioridad
a ello y luego de levantar las fronteras de lo que se puede criminalizar habrá ahora sí que reducir aún más
ese límite previo, pero para ello se acudirá a los otros principios constitucionales y no a éste.
232 MIR PUIG, Santiago. Bien jurídico y bien jurídico-penal como límites al Ius Puniendi. En: MIR PUIG, S.
Estado, pena y delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012.
José María Peláez Mejía 133
233 Se propone la definición subrayada en negrilla, pero lo cierto es que muchos han sido los conceptos de
bien jurídico elaborados por la doctrina, entre las que cabe destacar las siguientes: a) Síntesis ideológica
entre el tipo y la cosa; MEZGER, Edmund. Derecho penal. Parte general. Buenos Aires: Valleta, 2004. p.
107; b) Realidad o fin útil para el desarrollo del individuo en el marco de un sistema social global [ROXIN.
Derecho penal, Parte General, Op., cit. p. 56]; c) Disponibilidad del titular frente al objeto [ZAFFARONI,
Eugenio; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro. Derecho penal. Parte general. Buenos Aires: Ediar,
2000. p. 466.]; d) Realidad social concreta [BUSTOS, Juan y HORMAZÁBAL, Hernán. Nuevo sistema
de derecho penal. Madrid: Trotta, 2004. p. 32]; Condición de la vida social que afecta la posibilidad
de participación del individuo [MIR PUIG. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 121]; f) Un valor
abstracto del orden social protegido jurídicamente, en cuya defensa está interesada la comunidad y
cuya titularidad puede corresponder a un individuo o a la colectividad [JESCHECK, Hans-Heinrich y
WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Granada: Editorial Comares, 2014. p.
274]; g) Es un interés, pero no todo interés alcanza la categoría de bien jurídico: este último requiere,
además, que, por consistir en un derecho subjetivo de la persona o por cualquier otra razón, incluso la
de tratarse de un sentimiento social legítimo, sea valorado positivamente por el ordenamiento jurídico
[GIMBERNAT ORDEIG, Enrique. Presentación. En: HEFENDEHL, Roland. La teoría del bien jurídico.
¿Fundamento de legitimación del Derecho Penal o juego de abalorios dogmático? Madrid: Marcial Pons,
2007. p. 15.]; h) El bien jurídico serían determinados contenidos axiológicos donados por las doctrinas
de la persona y de la democracia liberal. En su máxima generalidad, el bien jurídico penal no es un bien
cualquiera sino un bien del Derecho, esto es, un bien del ‘derecho justo’, llamando tal al que pretende la
progresiva realización de un ‘orden justo’ en una democracia participativa que se funda en la dignidad,
libertad e igualdad de todas las personas y en la indisponibilidad, por cualquier medio o procedimiento, de
sus derechos esenciales [FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Derecho Penal, Parte General, Principios
y categorías dogmáticas. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2011. p. 269].
234 SEARLE, John. La construcción de la realidad social. Barcelona: Paidós, 1997. p. 21.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
134 criterios negativos de imputación objetiva.
235 Otros buscan en cambio su completo reemplazo. Por ejemplo, algún sector doctrinal plantea que
los límites del derecho penal se encuentran, no en la teoría del bien jurídico, sino en el principio de
proporcionalidad. En consecuencia, es posible afirmar que un legislador jamás podrá edificar como
delito una conducta a través de la conminación legal, si dicha ley es desproporcionada. Al respecto ver:
BUCHARD, Christoph. El principio de proporcionalidad en el “derecho penal constitucional” o el fin de la
teoría del bien jurídico tutelado en Alemania. En: AMBOS, Kai y BÖHM, María Laura. Desarrollos actuales
de las ciencias criminales en Alemania. Bogotá: Editorial Temis, 2012. p.41. Puntualmente él manifiesta
lo siguiente: “el esquema de examen del TCFA analíticamente tiene más potencia que el concepto del bien
jurídico; en particular, el criterio de la proporcionalidad establece una conexión directa con la doctrina de
los fines de la sanción (en alemán: Strafzwecklehre), la cual falta en la teoría del bien jurídico. El esquema
de examen del Tribunal Constitucional también es más analítico y, por tanto, continuo, debido a que
revela los problemas fundamentales del derecho penal de nuestros tiempos, siendo éstos la polivalencia
del derecho penal y las ambigüedades de las sanciones penales.”
Sin embargo, ¿Es incompatible entonces el principio de proporcionalidad con la teoría del bien jurídico?
Sí, pero únicamente con los conceptos que la teoría tradicional del bien jurídico ha construido, puesto
que ella posee un trasfondo iusnaturalista que sería totalmente opuesta con la visión neo-positivista del
derecho constitucional y el principio de proporcionalidad. Sin embargo, en Colombia el uso del principio
de exclusiva protección de bienes jurídicos entendidos como realidades objetivas equiparables a Derechos
Fundamentales y Humanos, constitucionales y convencionales, no sería incompatible con el principio
de proporcionalidad expuesto dado que, como en efecto ocurre en nuestras latitudes, el primer nivel de
dicho principio llamado finalidad legítima se satisfacería precisa y únicamente con la exclusiva protección
de bienes jurídicos puesto que si se creara un delito que no protegiera ningún tipo de bien jurídico tal
ley sería ilegítima y en consecuencia totalmente desproporcionada, lo que devendría en una inevitable
inconstitucionalidad del precepto creado por el legislador. Sobre esta posibilidad de compatibilización
entre el principio de proporcionalidad y el de exclusiva protección de bienes jurídicos ROXIN, siguiendo
de cerca otros autores, ha expresado: “Tampoco es cierto que se pueda sustituir el principio de protección de
bienes jurídicos por el principio de proporcionalidad, como parece imaginar, por ejemplo, WEIGEND cuando dice
que como concepto crítico hacia la legislación, el bien jurídico es “inferior al topos, jurídico-constitucionalmente
apoyado, de la proporcionalidad de las intervenciones estatales”. Al contrario, lo que sucede es que ambos se
complementan mutuamente, como se describe, correctamente, en el comentario de Schönke/Schröder: “En el
ámbito de la cuestión de qué finalidades pueden ser perseguidas con la legislación penal, la teoría del bien jurídico
y los requisitos jurídico-constitucionales… se entrelazan; el principio de proporcionalidad en cuanto punto de
referencia, a su vez, presupone un bien a proteger, para lo cual la teoría del bien jurídico puede ofrecer puntos
de partida, sin que, con ello, sin embargo, se hubiera prefijado la conclusión a alcanzar después de un examen
jurídico-constitucional.” ROXIN, Claus. El concepto de bien jurídico como instrumento de crítica legislativa
sometido a examen. En: Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. 2013, no. 15-01, p. 01:1-
01:27. ISSN 1695-0194.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
136 criterios negativos de imputación objetiva.
Pese a ello, subraya a renglón seguido que “la tradición de los derechos
fundamentales, por su carácter reciente y actual, está menos elaborada
teóricamente que las tradiciones penales.”237 En consecuencia, las nuevas
tendencias hablan de alimentación recíproca y no de equiparación de
contenidos, situación distinta a la ocurrida en estas latitudes.
“La doctrina del Derecho Penal a través de la teoría del bien jurídico
ha convertido esos derechos fundamentales en bienes jurídicos a
los que el Derecho Penal concede su máxima protección, castigando
con los instrumentos sancionatorios más radicales y contundentes
de cuantos dispone el Estado de Derecho las conductas que pueden
lesionarlos o ponerlos en peligro.
(…)
236 HASSEMER, Winfried. ¿Puede haber delitos que no afecten a un bien jurídico penal? En: HEFENDEHL,
Roland. La teoría del bien jurídico. ¿Fundamento de legitimación del Derecho penal o juego de abalorios
dogmático? Madrid: Marcial Pons, 2007. p. 95 y ss.
237 Ibid., p. 95 y ss.
238 MUÑOZ CONDE, Francisco. Protección de los derechos fundamentales en el código Penal. En: Revista
Derecho y Cambio Social. Rev. 022.
José María Peláez Mejía 137
Por lo tanto, el “bien jurídico” visto por la teoría creadora del concepto
tendría múltiples fuentes de origen y no tan solo la Constitución Política o
los Tratados Internacionales. Así, por ejemplo, podrían enumerarse como
fuentes de existencia del bien jurídico la naturaleza humana, los derechos
constitucionales no fundamentales, algunos derechos humanos, ciertas
pautas políticas o institucionales, entre otros, etc.
239 ROXIN, Claus. El principio de protección de bienes jurídicos y su significado para la teoría del injusto. En:
Desarrollos actuales de las ciencias criminales en Alemania. Bogotá: Editorial Temis, 2012. p. 295 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
138 criterios negativos de imputación objetiva.
240 ROXIN, Claus. Evolución y modernas tendencias de la teoría del delito en Alemania. En: Sistema del
hecho punible/1. Acción e imputación objetiva. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2013. p. 419
241 Ibid., p. 419
José María Peláez Mejía 139
Ello significa que existen una serie de realidades objetivas tanto empíricas
como institucionales que nuestra Suprema Carta Política protege de manera
clara, extendiendo su espectro aún más cuando, en su artículo 93 establece
que “los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso,
que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los
estados de excepción, prevalecen en el orden interno.”
245 En torno a las diferencias que existen entre el principio de exclusiva protección de bienes jurídicos y el principio
de lesividad, así como las razones por las que este último también le puede dar fundamento e incluso de
forma principal a la imputación objetiva, véase el capítulo II de la presente investigación.
246 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General, Tomo I. Op., cit. p. 219.
247 JAKOBS, Günther. El principio de culpabilidad. En: Estudios de Derecho Penal. Madrid: Editorial Civitas,
1997., p. 374.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
142 criterios negativos de imputación objetiva.
248 De forma similar MIR PUIG realiza el siguiente planteamiento: “El Estado democrático de Derecho tiene
que ofrecer al individuo la posibilidad de evitar la pena comportándose según el derecho, y ello no sucedería sí,
por ejemplo, cupiese castigar a alguien por hechos no realizados por él o que no pudiera prever o controlar con
determinada racionalidad. Enlaza esto con la exigencia de cierta seguridad jurídica: el ciudadano ha de poder
confiar en que, dirigiendo su actuación en el sentido de las normas jurídicas conforme a una normal racionalidad,
no va a ser castigado. Todo ello sirve de fundamento a diversas exigencias ampliamente aceptadas hoy y que
pueden considerarse presupuestas de la posibilidad de considerar a alguien como culpable. Tales exigencias son:
(…) c) La exigencia de imputación objetiva del resultado lesivo a una conducta del sujeto.” En: Estado, Pena
y Delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012., p. 202. Así mismo, también H.L.A. Hart, citado por
FERRAJOLI, expresa que “el principio de culpabilidad garantiza la posibilidad de prever y planificar el
rumbo futuro de nuestra vida partiendo de la estructura coactiva del derecho, asegurándonos de que
incluso cuando las cosas van mal, como ocurre cuando se cometen errores o se producen accidentes,
una persona que haya apuesto lo mejor de su parte para respetar el derecho, no será castigada.” En:
FERRAJOLI, Luigi. Derecho y Razón. Madrid: Editorial Trotta, 2014., p. 491. Igualmente, ZAFFARONI,
ALAGIA y SLOKAR establecen que como parte del principio de culpabilidad se deriva la garantía acorde
la cual “a nadie pueden imputársele acciones prohibidas (a) si no ha tenido la posibilidad – cuando menos
– de prever el resultado de su conducta, pero tampoco (b) cuando no le haya sido posible conocer la
conminación penal de ella y adecuar su conducta al derecho en la circunstancia concreta.” Ver: Derecho
penal, parte general, Op., cit. p. 140.
José María Peláez Mejía 143
249 Así, por ejemplo, BACIGALUPO, Enrique. Derecho Penal, Parte General, Op., cit. p. 168.
250 Ibid., p. 202.
251 “El imperativo práctico será, pues, como sigue: obra de tal manera que uses la humanidad, tanto en tu
persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin el mismo tiempo y nunca solamente como un
medio.” KANT, Manuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. México: Editorial Porrúa,
2010., p. 49.
252 LESCH, Heiko Hartmut. El concepto de delito. Las ideas fundamentales de una revisión funcional.
Madrid: Marcial Pons, 2016., p. 39.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
144 criterios negativos de imputación objetiva.
253 Entre otras, COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. C- 939 de 2002, 31 de octubre
de 2002. M.P.: Eduardo Montealegre Lynett; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia
no. C-365 de 2012, 16 de mayo de 2012. M.P.: Jorge Ognacio Pretelt Chaljub.; COLOMBIA. CORTE
CONSTITUCIONAL, sentencia no. C- 742 de 2012, 26 de septiembre de 2012. M.P.: María Victoria
Calle Correa; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. C-239 de 2014, 09 de abril de
2014; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. 368 de 2014, 11 de junio de 2014. M.P.:
Alberto Rojas Ríos.
254 [COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. C-239 de 2014, 09 de abril de 2014]
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. 179 de 2016, 13 de abril de 2016. M.P.: Luis
Guerrero Pérez; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. 616 de 2002, 06 de agosto
de 2002. M.P.: Manuel José Cepeda Espinosa; COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia
no. 928 de 2005, 06 de septiembre de 2005. M.P.: Jaime Araujo Renteria; COLOMBIA. CORTE
CONSTITUCIONAL, sentencia no. 077 de 2006, 08 de febrero de 2006. M.P.: Jaime Araujo Renteria.
255 [Cita de la sentencia C-239 de 2014]; Sentencias C-239 de 1997, C-616 de 2002, C-928 de 2005 y (CORTE
CONSTITUCIONAL, sentencia no. 015 de 2014, 23 de enero de 2014. M.P.: Mauricio González Cuervo.
256 [COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. C-239 de 2014, 09 de abril de 2014] ;
COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia no. 239 de 1997, 20 de mayo de 1997. M.P.: Carlos
Gaviria Díaz.
257 COLOMBIA, CORTE CONSTITUCIONAL, sentencia C-829 de 14, 05 de noviembre de 2014. M.P.:
Martha Victoria Sáchica Méndez.
258 Sin embargo, no siempre fue así pues “al igual que las otras garantías penales, o quizás más, este principio
es también una conquista moderna ignorada por la mayor parte de los ordenamientos primitivos.” (p. 487).
No obstante, el derecho penal romano sí alcanzó a consagrar en la ley de Numa Pompilio el principio
de culpabilidad y responsabilidad personal, aunque este solamente alcanzaría a ser teorizado “por el
pensamiento penal ilustrado para ser después reelaborado orgánicamente por la dogmática del XIX y
codificado en todos los ordenamientos modernos. Lo que no quiere decir, empero, que haya sido una
conquista pacífica y nítida.” FERRAJOLI, Luigi. Derecho y Razón. Madrid: Editorial Trotta, 2014. p. 488.
José María Peláez Mejía 145
III. Fundamentos a partir del principio de legalidad: Acorde con este principio
no existirá delito ni pena alguna a menos que previamente una ley formal,
escrita, estricta y cierta así lo establezca259. Las consecuencias que se
derivan de dicho mandato de optimización serían las siguientes:
259 La consagración constitucional de este principio en Colombia aparece en el artículo 29, inciso segundo, de
la Carta Magna cuyo tenor literal es el siguiente: “Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes
al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formas propias de
cada juicio.” Dicho principio es reproducido de forma literal por nuestro Código Penal en su artículo 6.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
146 criterios negativos de imputación objetiva.
260 En una perspectiva similar la doctrina colombiana dice que “el último elemento del tipo es la imputación
jurídica del resultado al autor (art. 9 C.P.); no es posible atribuir la lesión de un bien jurídico a un sujeto, si
entre el resultado y la conducta del mismo no existe una relación jurídica que permita cargar ese resultado como
su obra. Precisamente a esa relación de atribución se denomina en la doctrina como ‘imputación objetiva’ y la
ley penal ‘imputación jurídica del resultado’.” GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Teoría del Delito. Bogotá:
Ediciones Doctrina y Ley, 2003. p. 229. Igualmente, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, nos ha dicho que “no han sido pocas las providencias en las cuales la Sala se ha
valido, con base en el inciso primero cuerpo segundo del artículo 9 del Código Penal (según el cual «[l]
a causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del resultado»), de los criterios de la teoría
de la imputación objetiva para solucionar problemas en el orden jurídico colombiano.” [COLOMBIA.CSJ,
sentencia no. AP1487-2014, 27 de marzo de 2014. M.P. Eugenio Fernández Carlier]
José María Peláez Mejía 147
261 Se sigue en este punto la perspectiva de Jesús María SILVA SÁNCHEZ quien nos enseña que “la aparición
del sistema como elemento decisivo en el esquema de la argumentación dogmática obliga a distinguir diversos
niveles, en los cuales ésta, naturalmente, debe adoptar una configuración sustancialmente diferente. (…) Así un
primer nivel viene dado por la argumentación de la selección de premisas valorativas que sirven de fundamento al
sistema (primera fase) y la argumentación de la construcción – y atribución de contenido – a partir de aquéllas,
a las categorías básicas de dicho sistema. (…) Así mismo, incide aquí la discusión acerca de la distinción de una y
otras categorías sistemáticas (distinción entre antijuridicidad y culpabilidad, entre justificación y exculpación),
así como sobre el concreto contenido asignado a tales categorías (por ejemplo, el contenido de la antijuridicidad o
de la culpabilidad). El segundo nivel, todavía referido a la construcción del sistema, alude a la argumentación de
la elaboración de conceptos y categorías de abstracción media: el dolo, el error, a la autoría y la participación, etc.
Finalmente, en un tercer nivel podía ubicarse la argumentación en el seno de un sistema dogmática ya constituido,
dirigida a fundamentar la adopción de soluciones en relación con conceptos y estructuras problemáticos, pero ya
en el marco proporcionado por las categorías básicas y secundarias antes referidas.” (Aproximación al Derecho
Penal Contemporáneo, Op. cit. p. 270-271). En efecto, la derivación lógica de categorías macro ya
consolidadas corresponde a la argumentación del segundo nivel y para lograr tal cometido se deben
respetar las leyes básicas de la deducción: v.gr. Principio de identidad, no contradicción, tercero excluido,
razón suficiente, etc. En cambio, la fundamentación de una categoría dogmática desde principios de
política criminal correspondería a la argumentación del primer nivel que más que a la lógica obedece de
cierta forma a una visión principalística y axiológica, atendiendo criterios de razonabilidad más que de
racionalidad.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
148 criterios negativos de imputación objetiva.
262 UGna garantía integrante del principio de culpabilidad es la “personalidad de las penas”. Así lo establecen
claramente, por ejemplo: MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 125; y
HASSEMER, Winfried. ¿Alternativas al principio de culpabilidad? En: Persona, mundo y responsabilidad.
Bases para una teoría de la imputación en derecho penal. Bogotá: Editorial Temis, 1999. p. 53., aunque
con la salvedad de que le otorga un nombre distinto al de MIR PUIG denominando dicha garantía como
“imputación subjetiva”; esto es, como la exigencia de una persona solo se juzgue por lo que él hace o
es suyo pues todo delito sólo puede ser entendido como el producto de un ser humano. El profesor
LUZÓN PEÑA lo denomina también principio de responsabilidad personal, pero lo considera un principio
independiente (aunque relacionado) con el principio de culpabilidad. Ver: Derecho Penal, Parte General,
Op., cit. p. 96.
José María Peláez Mejía 149
263 La concepción de dichos límites al ius puniendi como principios político-criminales y no únicamente como
categorías jurídico-normativas que interactúan de forma permanente y necesaria con la dogmática penal
en: RUSCONI, Maximiliano. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Ad Hoc, 2016. p. 127
y ss.; MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General, Op., cit. P. 104; ROXIN, Claus. Política criminal
y sistema del derecho penal. Buenos Aires: s.n., 2002.; y, entre muchos otros, Diego-Manuel LUZÓN
PEÑA quien ilustra esta postura con la siguiente afirmación: “Hay que destacar – lo que no siempre se
hace – que estos límites que son principios fundamentales de política criminal, deben operar no sólo de
lege ferenda, como exigencia y orientación al legislador penal, sino ya de lege lata, en la fase de aplicación,
interpretación y sistematización del Derecho, conforme a la posición encabezada por Roxin (1970: cf.
Infra 3/8 y 18 y s.) de hacer intervenir ya los fines y criterios de la política criminal en la Dogmática del
Derecho Penal.” En: Derecho Penal, Parte General, Op., cit. p. 86.
264 Al lado de los principios de exclusiva protección de bienes jurídicos, culpabilidad y legalidad, existen
muchos otros también fundamentales en el modelo garantista contemporáneo: Vgr. Principio de
lesividad, principio de materialidad de la acción, principio de jurisdiccionalidad, etc., que no fueron
desarrollados porque el fundamento de la imputación objetiva no se encontraría en ellos sino únicamente
en las mencionadas prerrogativas fundamentales.
265 FERRAJOLI. Derecho y Razón, Op., cit. p. 93.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
150 criterios negativos de imputación objetiva.
266 Hay coincidencia en este punto con el doctor Manuel CANCIO MELÍA.
267 JAKOBS. Imputación objetiva, Op., cit. p. 28.
José María Peláez Mejía 151
1.2.2.2 Segundo nivel: Realización del riesgo en el resultado: Este nivel es aplicable
tan solo para aquellos tipos penales que exijan un resultado empírico para
su consumación. Así pues, la segunda exigencia para que pueda afirmarse el
completo juicio de atribución objetiva es que el riesgo no permitido, creado por
la conducta del autor, sea realizado en el resultado. Es decir que, tal y como lo
ha señalado Jakobs, en este segundo escalón se efectuará un análisis explicativo
del resultado lesivo producido.
De manera muy precisa lo plantea Jakobs así: “Un riesgo no permitido se realiza
cuando para aclarar el daño se necesitan todos aquellos datos del suceso de los
que se deriva lo no permitido del riesgo. Si no se necesita uno de estos datos, no
se ha realizado la relación no permitida”268. Esa por supuesto es de las fórmulas
más tradicionales que viene inclusive desde la época en que todos los supuestos
eran remitidos al problema puramente causal.
268 JAKOBS. Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación, Op., cit. p. 274.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
152 criterios negativos de imputación objetiva.
a) Existe evitabilidad del resultado ocasionado a) Al darse los casos de inevitabilidad del
resultado porque (i) aunque se hubiese llevado
a cabo una conducta alternativa conforme a
derecho éste de todas formas habría ocurrido;
(ii) porque el resultado terminó siendo el
producto de un riesgo general de vida; o (iii)
porque fue producto de una fuerza mayor
Fuente: propia
CAPÍTULO II
Las garantías del derecho penal, también llamadas principios limitadores del
ius puniendi por el funcionalismo penal y la dogmática jurídica tradicional
alemana y española, “hacen parte de un dispositivo conceptual y político de control
al poder y defensa de los derechos humanos, que suele designarse bajo el rótulo
de garantismo penal. Con diversos matices entre cada ordenamiento jurídico, el
núcleo de elementos que componen un sistema garantista fue descrito con magistral
precisión y profundidad, entre otros autores, por Luigi Ferrajoli en su obra Derecho
y Razón.
269 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no. C-191 de 2017, 29 de marzo de 017. M.P.:
María Victoria Calle Correa.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
156 criterios negativos de imputación objetiva.
Sin embargo, más allá “de la consideración utilitarista de la necesidad penal como
tutela de bienes fundamentales no garantizables de otro modo”, ¿cuál sería el
fundamento de dicha necesidad penal? La naturaleza lesiva del comportamiento;
esto es, los efectos que produce, siendo precisamente aquí donde entra en
escena el A4 al plantear este axioma que no existirá la necesidad de una ley
penal sin “daño” que la haga procedente. No obstante, esta premisa como se
mostrará más adelante ha sido morigerada y, hoy en día, ya no se requiere
la producción de un “daño” al bien jurídico para afirmar la existencia de una
infracción penal pues resulta suficiente con que la conducta desplegada por la
es así, que inclusive el principio de lesividad, al igual que ocurre con la mayoría de
principios – por su rango constitucional, no es ni siquiera privativo del derecho
penal y en consecuencia su fuerza jurídica se expande más allá de dichas fronteras
irradiando otras ramas del ordenamiento jurídico tales como, por ejemplo, el
derecho disciplinario en el cual proyecta su contenido mediante la construcción
de una categoría dogmática denominada “ilicitud sustancial”. En cambio, la
lesividad o antijuridicidad material como elemento del delito (cuya ubicación en el
esquema de la conducta punible será discutida en los siguientes acápites) es una
categoría dogmática intrasistémica pues pertenece en exclusiva al derecho penal
cumpliendo la función de ser uno de los requisitos necesarios para la afirmación
del juicio de responsabilidad penal. Lo anterior de todas formas no significa que
la categoría dogmática de lesividad anule la posibilidad de que el intérprete utilice
directamente el principio de lesividad para la interpretación y aplicación del derecho
penal, porque mientras que la primera es un requisito del delito que se agota con
su verificación, el segundo tiene una función mucho más perdurable al orientar
la comprensión y sentido de todas las categorías dogmáticas que configuran la
conducta punible. De esta manera, el principio de lesividad tiene un alcance tan
grande que en virtud del mismo y dado su rango constitucional272 podría inclusive
suministrar al intérprete los argumentos necesarios para que de la mano con el
artículo 4273 de la Constitución Política lograse inaplicar una disposición jurídica
272 “Si bien es cierto que el legislador goza de un margen de configuración normativa al momento de definir qué
comportamiento social reviste tal grado de lesividad para determinado bien jurídico que merezca ser erigido en
tipo penal, decisión política adoptada con fundamento en el principio democrático y que refleja los valores que
rigen a una sociedad en un momento histórico determinado, este margen de discrecionalidad no es ilimitado,
por cuanto el bloque de constitucionalidad constituye el límite axiológico al ejercicio del mismo, razón por la
cual la definición de tipos penales y de los procedimientos penales debe respetar en un todo el ordenamiento
superior en cuanto a los derechos y la dignidad de las personas, tal y como en numerosas ocasiones y de tiempo
atrás lo viene señalando esta Corporación en su jurisprudencia. (…) El deber de observar la estricta legalidad
comprende pues la obligación que tiene el legislador de respetar el principio de legalidad de las penas y de los
delitos en sus diversas manifestaciones: 1 ) La prohibición de la analogía ( nullum crimen, nulla poena sine lege
stricta ); 2 ) la prohibición del derecho consuetudinario para fundamentar y agravar la pena ( nullum crimen,
nulla poena sine lege scripta ); 3 ) la prohibición de la retroactividad ( nullum crimen, nulla poena sine lege
praevia ); 4 ) la prohibición delitos y penas indeterminados ( nullum crimen, nulla poena sine lege certa ); 5 ) el
principio de lesividad del acto ( nulla lex poenalis sine iniuria ); 6 ) el principio de la necesidad de tipificar
un comportamiento como delito ( nullum crimen sine necessitate ) y 7 ) el derecho penal de acto y no de autor.”
Y frente al caso concreto sentenció que “la absoluta necesidad de las leyes penales resulta condicionada por
la lesividad para terceros de los hechos prohibidos, a la luz del principio nulla poena, nullum crimen, nulla lex
poenalis sine iniuria.” COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no.C-205-03, 11 de marzo de
2003. M.P.: Clara Inés Varas Hernández.
273 COLOMBIA, CONSTITUCIÓN POLÍTICA. Artículo 4, Inc. 1: “La Constitución es norma de normas. En
todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones
constitucionales.”
José María Peláez Mejía 159
274 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no. SU 132 de 2013, 13 de marzo de 2013. M.P.:
Alexei Julio Estreda. “La jurisprudencia constitucional ha definido que “la excepción de inconstitucionalidad
es una facultad o posibilidad (o si se quiere, una herramienta) de los operadores jurídicos, en tanto no tiene que
ser alegada o interpuesta como una acción; pero se configura igualmente como un deber en tanto las autoridades
no pueden dejar de hacer uso de ella en los eventos en que detecten una clara contradicción entre la disposición
aplicable a una caso concreto y las normas constitucionales”. En consecuencia, esta herramienta se usa con el fin
de proteger, en un caso concreto y con efecto inter partes, los derechos fundamentales que se vean en riesgo por la
aplicación de una norma de inferior jerarquía y que, de forma clara y evidente, contraría las normas contenidas
dentro de la Constitución Política”.
275 FERNÁNDEZ. Derecho Penal Parte General, Principios y Categorías Dogmáticas, Op., cit. p. 258.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
160 criterios negativos de imputación objetiva.
276 ROXIN, es quien desarrolla de manera inicial este grupo de casos bajo la denominación de un rasero
interpretativo de tipos penales llamado “principio de insignificancia”. Desde su óptica, este grupo de
casos es mejor tratarlos a través de ese principio que como parte integrante de la adecuación social.
ROXIN, Claus. Política criminal y sistema del Derecho Penal. 2ª ed. MUÑOZ, Francisco (Trad.). Buenos
Aires: Editorial Hammurabi, 2002. p. 75. ROXIN. Derecho Penal, Parte General. LUZÓN PEÑA, Diego-
Manuel, Et al. (Trad.). Madrid: Editorial Civitas, 1997. p. 296.
277 FERNÁNDEZ, Gonzalo D. Bien jurídico y sistema del delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2004. p. 163.
278 LUZÓN PEÑA, Diego-Manuel. Lecciones de Derecho Penal, Parte General. 2ª ed. Valencia: Editorial
Tirant Lo Blanch, 2013. p. 341.
279 VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Derecho Penal, Parte General. 4ª ed. Medellín: Editorial
Comlibros, 2009. p. 606
280 GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Tomo III. La Tipicidad.
Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley Ltda, 2005. p. 664., y también JAKOBS, Günther. Derecho Penal,
Parte General. Fundamentos y Teoría de la Imputación. Joaquín Cuello Contreras y José Luis Serrano
González de Murillo (Trad.). Madrid: Marcial Pons, Ediciones Jurídicas, S.A. 1995. p. 68.
281 EL ESPECTADOR. Hombre que robó cubo de caldo podría pagar hasta 6 años de cárcel. [En línea], 2012.
Disponible en Internet: < https://www.elespectador.com/noticias/nacional/hombre-robo-cubo-de-
caldo-podria-pagar-hasta-6-anos-de-articulo-353160 >.
José María Peláez Mejía 161
de la vida social: A este grupo pertenecen todas aquellas conductas que pese
a entrañar un riesgo de lesión a bienes jurídicos, se encuentran anclados
inevitablemente a la interacción de los seres humanos. Es decir, que tales
peligros mínimos habrán de ser tolerados, y en efecto lo son, si se desean
mantener funcionando los contactos sociales y las actividades implícitas a
ellos. Como ejemplos claros de este punto están: la privación de la libertad
(secuestro simple) en la participación en medios de transporte colectivos,
así cuando una persona al subirse a un bus equivocado desea bajarse del
mismo y el vehículo decide no parar hasta llegar al próximo paradero a
pesar de que expresamente el pasajero le solicita la detención del mismo
(Art. 168 del C.P.) y las lesiones efectuadas en el desarrollo de una actividad
deportiva, presentándose adecuación social de aquellas lesiones dolosas o
culposas que se producen en el ejercicio por ejemplo de un partido de futbol
(Art. 112 del C.P. y ss.). Habrá de aclararse que todos estos supuestos
tiene sentido analizarlos en la adecuación social, siempre y cuando no se
hayan ya resuelto por medio de las normas pre-jurídico-penales291 o pre-
jurídicas292; y (2) Conductas de clara irrelevancia jurídica: Es decir, aquellos
comportamientos que no le interesan al derecho penal por encontrarse muy
arraigados en la interacción social y resultarles a las personas en general
cómodos, buenos, loables o indiferentes, razón por la cual no alcanza
a generar un desvalor de la acción lo suficientemente grande como para
291 A este primer criterio de determinación del riesgo pertenecen aquellas actividades sobre las cuales
existe una regulación jurídica expresa establecida por el legislador o la potestad reglamentaria del
órgano ejecutivo. Por ende, el quebranto de dichos límites constituye per se un riesgo jurídicamente
desaprobado ya que la limitación del mismo implica que lo queda por fuera de su marco es una conducta
normativamente prohibida. Por ejemplo, las actividades reguladas por el Código Nacional de Tránsito,
etc. Se sigue en este sentido a FRISCH, Wolfang. Comportamiento Típico e Imputación del Resultado.
CUELLO, Joaquín y SERRANO, José Luis (Trad.) Barcelona: Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales,
2004. p. 106 y ss.
292 En este caso el riesgo se encuentra delimitado ya no por el legislador sino más bien por regulaciones o
reglamentos que ciertas organizaciones societarias, laborales o similares han elaborado en torno a la
ciencia, técnica o actividad peligrosa. En el mundo de la dogmática penal pertenecen a este grupo la lex
artis, las “normas de cuidado”, las reglamentaciones preventivas de riesgos, etc. Así mismo es importante
señalar, como ya lo hiciera Jakobs que lo prohibido por estas normas no es más que un indicio de la
naturaleza no permitida del riesgo porque contrario a lo que la ley establece, estas normas pre-jurídicas
del riesgo no contienen valoración vinculante alguna. Por ende, el intérprete al evaluar un caso concreto
deberá aparte de analizar si ha existido violación de la disposición pre-jurídica efectuar el juicio de
proporcionalidad descrito líneas atrás para llegar a la conclusión final de si el actor creó o no un riesgo
jurídicamente desaprobado. Se sigue igualmente en este sentido a FRISCH, Wolfang. Comportamiento
Típico e Imputación del Resultado.
José María Peláez Mejía 163
• Casos en los cuales los medios empleados en la conducta son carentes de idoneidad
para lesionar el bien jurídico, “inocuos” o “inidóneos”: Se presenta cuando
los medios empleados para la comisión del ilícito carecen de la aptitud
necesaria para lesionar el bien jurídicamente tutelado. Así pues se tienen
como ejemplos los siguientes295: buscar un homicidio a través de una
cantidad demasiado escasa de veneno (Art. 103 del C.P.), dispararle a una
persona buscando matarla con un arma que otra persona había descargado
secretamente (Art. 103 del C.P.), pretender el aborto con medios ineficaces
(agua) o sobre una mujer no embarazada (Art. 122 del C.P.), dispararle a
un cadáver (Art. 103 del C.P.), intentar hurtar a una persona metiendo la
mano en un bolsillo en el que jamás hubo dinero (Arts. 239 y ss del C.P.) y
porte ilegal de un arma totalmente inservible296 (Art. 365 del C.P.).
293 Esto porque como dice el maestro Juan FERNÁNDEZ CARRASQUILLA no se apartan “de modo grave
de los estándares valorativos de la vida social.” Derecho Penal Parte General, Principios y Categorías
Dogmáticas. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2011. p. 254.
294 JESCHECK, Hans-Heinrich. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Vol. primero. MIR PUIG, Santiago
y MUÑOZ, Francisco (Trad.). Barcelona: Bosch, Casa Editorial, S.A., 1981. p. 343.
295 Los ejemplos son tomados de WELZEL, Hans. Derecho Penal. Parte General. Citado en FONTÁN
BALESTRA, Carlos. Buenos Aires: Roque Depalma Editor, s.a. p. 195 y ss.
296 Sentencias: 21064(15-09-04) y 32004(21-10-09)
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
164 criterios negativos de imputación objetiva.
297 NUÑEZ, Ricardo. Manual de Derecho Penal, Parte General. Argentina: Marcos Lerner Editora Córdoba,
1999. p. 153.
298 “(…) los cuales consisten en imputar a alguien la comisión de un delito determinado a partir de la mera
tenencia o posesión de instrumentos aptos para cometerlos, pero que también podrían utilizarse para
fines lícitos.” FERNÁNDEZ, Juan. Op., cit. p.256.
José María Peláez Mejía 165
Para el esquema clásico del delito el positivismo de finales del siglo XIX
constituyó la base filosófica sobre la cual edificaron su sistema y consecuente
con ello quisieron construir una dogmática perfecta y exacta que funcionara
como las ciencias naturales y las matemáticas, razón por la cual consideraron
que toda conducta punible debía ser sencillamente la suma de dos partes: una
objetiva o externa aprehensible a través de los sentidos (lo que reflejaba la clara
influencia del positivismo naturalista), objeto de la antijuridicidad, y una subjetiva
o interna objeto de la culpabilidad. De esta manera, para la concepción clásica de
LISZT y BELING lo importante no resultó ser el aspecto material del delito, sino
únicamente la formalización de los elementos configurativos del mismo.
299 SCHÜNEMANN, Bernd. Introducción al razonamiento sistemático en derecho penal. En: El sistema
moderno del derecho penal: cuestiones fundamentales: estudios en honor de Claus Roxin en 50º
aniversario, 1991. p. 22.
300 LISZT, Franz Von. Tratado de Derecho Penal. Tomo II. 3ª ed. Madrid: Instituto Editorial Reus. S. A, s.a. p.
333 y ss.
301 BELING, Ernst Von. Esquema de Derecho Penal. La doctrina del Delito-Tipo. Buenos Aires: Librería el
Foro, 2002. p. 43 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
166 criterios negativos de imputación objetiva.
subsunción o adecuación entre los hechos físicos del mundo (que revistieran
la cualificación de “acciones”) y el “tipo delictivo” concebido como una figura
legal donde se describía abstractamente y de forma completamente avalorada,
neutral y objetiva la acción punible. Así pues, “para acentuar la independencia del
tipo frente a la antijuridicidad y la culpabilidad (en el sentido que tenían antes),
Beling sostuvo que el tipo no contenía ‘ningún juicio de valor’ y que estaba
libre de todo elemento subjetivo-anímico”,304 razón por la cual era imposible
realizar un análisis de lesividad en el juicio de tipicidad porque tal reflexión
hubiese implicado aceptar de alguna manera que el tipo penal sí encerraba una
valoración del hecho, vulnerando así una de las reglas básicas del positivismo
formalista que había influido tanto en la edificación del esquema clásico.
De esta manera, superada en Alemania la noción del concepto clásico del delito,
que separaba la parte objetiva del mismo integrada por la acción, la tipicidad y
la antijuridicidad y su parte subjetiva formada por la culpabilidad, dominó en
los años treinta el concepto neoclásico, que modificó la concepción anterior
debido a la aceptación de los principios filosóficos del neokantismo y de la
introducción de perspectivas valorativas y teleológicas305, diferenciando así,
304 WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán. Santiago de Chile: Ediciones Jurídicas de Chile, 1980. p. 79.
305 “La irrupción de la idea de valor en la metodología jurídico-penal, bajo el influjo del neokantismo de
Stammler, Rickert y Lask, produjo grandes modificaciones en la concepción clásica del delito. La nueva
metodología reclamó junto a las ciencias de la naturaleza, las ciencias de la cultura o del espíritu, que a
diferencia de aquellas no se contentaban con observar y describir hechos, sino que exigían comprender
y valorar el sentido de los hechos”. MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal Parte General. 5ª ed. Barcelona.
1998. p. 155. Citado por ARIAS EIBE, Manuel José, Tránsito del Teleologismo a la Metodología
Ontologista: El Sistema Finalista del Delito. En: Universitas. Revista de Filosofía, Derecho y Política.
[En línea]. 2007, no. 5, p. 23-45. ISSN 1698-7950. Disponible en Internet: <http://universitas.idhbc.es/
n05/05-03.pdf>.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
168 criterios negativos de imputación objetiva.
las ciencias naturales que captan la realidad empírica de forma objetiva, de las
ciencias culturales en las que la realidad se pone en conexión con los valores,
de modo que con esta nueva representación, se enfrentó a la imagen generada
por la teoría clásica del delito y de acuerdo con la cual se pretendían extraer del
mundo empírico los conceptos normativos del mundo jurídico, confundiendo
así los planos del “ser” y el “deber ser” en uno solo.
A partir de tal ideario filosófico los cultores del esquema neoclásico trataron
de reformular cada una de las categorías dogmáticas configurativas del delito,
entre ellas la de tipicidad y antijuridicidad. Para lograrlo, respecto a la primera
de las mencionadas, el cambio se produjo desde el concepto mismo que se tenía
del tipo penal pues pasó a considerarse éste como el portador o contenedor de
la desvaloración jurídico-penal de la acción que constituía el injusto penal. De
esta manera, y teniéndose en cuenta que con el descubrimiento tanto de los
elementos normativos y subjetivos del tipo penal se puso fin a la concepción
puramente descriptiva y valorativamente neutra que de dicha categoría
dogmática tenía el sistema clásico de LISZT y BELING, la reformulación de
la conducta punible en general hizo inevitable al punto de considerar que “el
delito es acción antijurídica, pero al mismo tiempo, y siempre, típicamente
antijurídica” 306, razón por la cual,
306 MEZGER, Edmundo. Tratado de Derecho Penal, Tomo I. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado,
1955. p. 364.
307 Ibid., p. 375.
308 GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Tratado de Derecho Penal, Tomo III, Op., cit. p. 67.
309 JESCHECK, Hans. Tratado de Derecho Penal, Parte General, Tomo I, Op., cit. p. 334.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
170 criterios negativos de imputación objetiva.
Concebido así el delito surgió el “injusto” como un primer gran escalón del
delito que agrupaba dentro de sí la acción, la tipicidad y la antijuridicidad. Sin
embargo, respecto a la última de las categorías dogmáticas MEZGER realizó las
siguientes precisiones:
¿Pero ese contenido material que claramente hace parte del injusto, en el
esquema neoclásico, era un elemento de la antijuridicidad o del tipo penal?
En palabras de MEZGER el bien jurídico como objeto de protección penal
hace parte del tipo penal en concreto y sirve como directriz fundamental para
interpretación de dicha figura legal311. En este sentido, la perspectiva de este
autor del esquema neoclásico puede entenderse de la siguiente manera: (1) que
el principio de lesividad cumple la función de delimitar el campo hermenéutico
del tipo penal en el momento de su aplicación, razón por la cual sus afirmaciones
no estarían dirigidas a clarificar la lesividad como categoría dogmática, sino a
reafirmar la función que ella desarrolla bajo la modalidad de principio a la hora
de interpretar la ley penal; y (2) que el “bien jurídico” como objeto de protección
normativa es un elemento del tipo penal. Empero, una cosa es la identificación
del “bien jurídico” para efectos hermenéuticos del tipo penal y otra muy
distinta la lesividad como requisito configurativo del delito. Razón por la cual
pareciera como si el Esquema Neoclásico del delito no se hubiese interesado por
Desde el punto de vista práctico los casos socialmente adecuados, los inidóneos
para lesionar el bien jurídico o los que lesionan insignificantemente el mismo,
aunque sin lugar a dudas eliminarían el injusto material en el esquema
neoclásico, nos deja abiertas varias cuestiones, entre ellas, ¿por qué? ¿Qué es lo
que falta del injusto? ¿La tipicidad? ¿La antijuridicidad? Y cualquiera que sea la
respuesta, nuevamente, ¿por qué? ¿cuál es la razón suficiente que lo justifica?
Teniendo en cuenta que el mismo MEZGER nada dice al respecto y MAYER
critica vehemente la distinción entre antijuridicidad material y antijuridicidad
formal prefiriendo una definición total en la cual se considere antijurídica
“aquella conducta que está en contraste con las normas de cultura reconocidas por
el Estado”313, pudiera plantearse como hipótesis, conforme todo lo expuesto y
principalmente la caracterización valorativa del tipo penal, que en el esquema
neoclásico únicamente se utilizó la lesividad como principio hermenéutico para
la reducción teleológica del injusto material en sede de la tipicidad.
312 Al igual que para MEZGER. [Ibid., p. 376], MAYER considera que “la tipicidad y la antijuridicidad se
deben separar nítidamente” razón por la cual las causas de atipicidad son diferentes de las que eliminan
la antijuridicidad, aunque ambas le ponen fin al injusto. MAYER, Max Ernst. Derecho Penal, Parte
General. Buenos Aires: Editorial B de F, 2007. p. 11. De una opinión diferente es WELZEL. Ibid., p. 81.),
quien conforme a su interpretación SAUER y MEZGER (a diferencia de GALLAS) sí consideraron que
las causales de justificación eran circunstancias negativas del tipo penal por cuanto identificaban como
uno solo el tipo y la antijuridicidad. Sin embargo, no puede compartirse esa opinión y la consideramos
equivocada producto de una confusión que tuvo WELZEL en la lectura de dichos autores al no percatarse
que ellos no siempre empleabas la alocución “tipo” con el mismo sentido, pues a veces se referían a este
como “injusto” y otras veces como categoría independiente y diferente de la antijuridicidad.
313 Ibid., p. 225.
314 JESCHECK y WEIGEND. Op., cit. p. 221.
315 RIGHI, Esteban. Derecho Penal, Parte General. Argentina: Abeledo - Perrot, 2013. p. 116.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
172 criterios negativos de imputación objetiva.
2.1.2.3 Esquema Finalista317: Las esencia del método filosófico del profesor
Hans WELZEL puede encontrarse en el cambio radical del subjetivismo
316 Algunos autores consideran, en cambio, que al definir la antijuridicidad material como comportamiento
socialmente dañoso y desarrollar para la exclusión de ésta fórmulas tales como “medio adecuado para
un fin justo” o “más provecho que daño”, lo que se logró fue “ponerse en práctica por primera vez una
solución elaborada sistemáticamente de los numerosos problemas de antijuridicidad no advertidos o
dejados pendientes por el legislador”. SCHÜNEMANN, Bernd. Introducción al razonamiento sistemático
en Derecho Penal. En: El sistema moderno del Derecho Penal. Cuestiones fundamentales. Buenos Aires:
Editorial B de F, 2012. p. 31. De ello podría pensarse es que el concepto de antijuridicidad material no
comportó una solución para los casos de adecuación social, inidoneidad e insignificancia, sino únicamente
para las causales de justificación y todo lo relativo a éstas.
317 Esta temática fue trabajada ampliamente por el autor de la presente investigación en los siguientes textos
cuyas consideraciones, parcialmente, se transcriben: Silva Reyes, Andres, Barajas Conde, Diego Javier y
Peláez Mejía, José María. Significado, Alcance Y Criterios De Imputacion Objetiva: Una Vision Desde La
Filosofia Del Derecho Y El Estado Social De Derecho. Recuperable en: http://repository.unilibre.edu.co/
handle/10901/9516; y en BARAJAS CONDE, Diego; PELÁEZ MEJÍA, José M. y SILVA REYES, Andrés.
Significado, Alcance y Criterios de Imputación Objetiva. Estado de la cuestión doctrinal y jurisprudencial.
Cúcuta: Editorial del Centro Seccional de Investigaciones de la Universidad Libre. Por lo tanto el acápite
2.1.2.2 corresponde a una trasncripción parcial de tal texto.
José María Peláez Mejía 173
Así bien, la tarea de la ciencia del derecho penal sería tomar un rumbo distinto:
descendiendo a la esfera ontológica previamente dada para comprender
correctamente las valoraciones jurídicas; buscando en los sustratos reales
previamente dados, en el derredor objetivo de la norma, en la naturaleza de
las cosas y en la realidad del hombre mismo las esencias imprescindibles,
cimentadoras del engranaje mundano y que deberán contener las normas
penales, por cuanto su desconocimiento implicaría el caos del ordenamiento
jurídico al entrar en desfase regulativo totalizado.
318 WELZEL, Hans. El nuevo sistema del derecho penal. Una introducción a la doctrina de la acción finalista.
Montevideo: Editorial B de F, 2011. p. 31.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
174 criterios negativos de imputación objetiva.
Pero que sea el mismo WELZEL quien exponga su postura sobre la tarea de
la ciencia del derecho y las valoraciones de relación con la onticidad que él
predicada:
319 ZAFFARONI, Eugenio Raul; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal, Parte General. 2ª
ed. Buenos Aires: Sociedad Anónima Editora, Comercial, Industrial y Financiera, Tucumán. ISBN: 950-
574-155-3. p. 95
José María Peláez Mejía 175
“Pero bien ¿y cuáles son esas estructuras lógico-objetivas a las que estaría
vinculado el legislador? WELZEL se centralizó en las dos que consideró
fundamentales para la construcción de la teoría del delito; estas fueron
el concepto ontológico de acción y la estructura lógico-objetiva de la
culpabilidad. Cada una de ellas será analizada en el acápite correspondiente
a las implicaciones dogmáticas del finalismo.
Si bien es cierto que hemos podido observar un cambio filosófico en las ideas
welzelianas respecto de los neokantianos, aún más radical veremos será la
transformación de la estructura del delito generada a partir del Esquema
Finalista. Sin embargo, de todas ellas nos centraremos únicamente en el
concepto de antijuridicidad que esgrimió el finalismo y la relación de dicha
categoría dogmática con la antijuridicidad, para verificar si la lesividad o
algunas de sus representaciones aparecieron en alguna de ellas.
323 Silva Reyes, Andres, Barajas Conde, Diego Javier y Peláez Mejía, José María. Significado, Alcance Y
Criterios De Imputacion Objetiva: Una Vision Desde La Filosofia Del Derecho Y El Estado Social De
Derecho. Recuperable en: http://repository.unilibre.edu.co/handle/10901/9516
324 MIR PUIG, Santiago. Op., cit. p. 230.
José María Peláez Mejía 177
En ese orden de ideas WELZEL pasó a discurrir que el dolo hacía parte
integrante del tipo penal, y que por esta razón la tipicidad era tanto objetiva
como subjetiva. El tipo objetivo lo definía como el núcleo real-objetivo
de todo delito, o sea considerándolo la objetivación de la voluntad en las
circunstancias exteriores del hecho. Por otra parte, el tipo subjetivo era
la fracción de la tipicidad en que se podía encontrar el dolo y la culpa, así
como los demás ingredientes subjetivos del injusto penal.
Justamente fue por ello que como bien lo reseña Juan BUSTOS RAMÍREZ325
que en definitiva las implicaciones dogmáticas del finalismo fueron una
tipicidad bifurcada en un aspecto objetivo, descriptivo y valorativo (del
proceso causal) y un aspecto subjetivo (que recoge valorativamente el
proceso desde el fin). Pero, ¿y qué ocurrió con la antijuridicidad?
325 BUSTOS RAMÍREZ, Juan, Derecho Penal, Tomo I, Fundamentos del Derecho Penal y Teoría del Delito y
el sujeto responsable. 2ª ed. Bogotá: editorial Leyer, 2008. p. 468.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
178 criterios negativos de imputación objetiva.
De ello resulta que es misión del derecho penal la protección de los valores
ético-sociales elementales del sentir (de acción), y sólo después, incluido en
él, el amparo de los bienes jurídicos individuales.”328
327 WELZEL, Hans. Derecho penal, parte general. Buenos Aires: Roque De palma Editor, 1956. p. 3.
328 Ibid., p. 5.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
180 criterios negativos de imputación objetiva.
329 Ibid., p. 6.
330 CANCIO MELIÁ, Manuel, La teoría de la adecuación social en Welzel. En: ADPCP. [En línea] Fasc. II, 1993.
p. 169-202. Disponible en Internet: <http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/1.2.1manuelcancio.
pdf>
José María Peláez Mejía 181
Pues bien ahora que Manuel Cancio Meliá expone sus conclusiones al respecto:
331 Nota 11 en WELZEL, Hans, Nuevo sistema del derecho penal, Op., cit., p. 84.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
182 criterios negativos de imputación objetiva.
Al respecto resulta interesante la nota que José Cerezo Mir lleva a cabo dentro
de la traducción del libro “Nuevo Sistema del Derecho Penal” de Hans Welzel,
pues en ella afirma que,
• Aun cuando las conductas se adecúen al tenor literal del tipo penal, si las
mismas son socialmente adecuadas se generará como consecuencia a la
atipicidad y no la antijuridicidad como ocurría en los esquemas causalistas.
Así las cosas, se puede concluir que la teoría welzeniana no sólo pretendió
incluir la finalidad al tipo objetivo del causalismo, sino que además le asignó a
éste la importante función de ser el punto céntrico de ubicación del significado
objetivo del comportamiento desplegado.
335 De esta manera, y con el ánimo de mostrar nada más cómo a pesar de que normalmente la mayoría
de doctrinantes europeos y latinoamericanos coinciden en definir el delito como una conducta típica,
antijurídica y culpable, otros muchos autores divergen en tal estructuración del mismo se podría referir,
por ejemplo, a quienes consideran que aun cuando “en la bibliografía está difundida la concepción de que la
acción debe ser explicada como nivel autónomo de la estructura antes de analizar la tipicidad (Roxin, AT 1, n.° m.
8/3, 42s; Wessels/Beulke, AT, n.° m. 83)”, lo cierto es que “ese procedimiento es innecesariamente complicado y
carece de fundamento también desde el punto de vista lógico-conceptual. La acción es una parte de la situación de
hecho descrita en el tipo (al respecto, NK/Puppe, previo al §13, n.° m. 44s., con otras referencias) y, por ello, debe
ser subsumida en el tipo mismo, al igual que las otras partes de él.” FRISTER, Helmut. Derecho penal, Parte
General. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2016. p. 161, nota el pie de página 1.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
186 criterios negativos de imputación objetiva.
Fuente: propia.
336 SILVA, Jesús María. Introducción. En: SHÜNEANN, Bernd. El sistema moderno del derecho penal.
Cuestiones fundamentales. Buenos Aires: B de F, 2012. ISBN: 9789974676855. 262 p.
337 De ese criterio, ilustrativamente, véase a: FLETCHER, George P. Conceptos básicos de Derecho Penal.
Valencia: Tirant Lo Blanch, 1997. p. 145 y ss.
José María Peláez Mejía 187
El actus reus (acto criminal) es definido como el elemento externo del delito que
deben ser demostrados por la acusación y que hacen referencia principalmente
al comportamiento del sujeto. Así pues, integrarían este primer componente
del delito los siguientes elementos339:
II. En los delitos de resultado también harían parte del actus reus el “resultado” y
la causation o “relación de causalidad”. Sobre este último punto es importante
señalar que aun cuando para determinar el nexo causal se sigue la teoría de
la conditio sine qua non (bajo el mecanismo de but for test341), en general los
338 JAMES, Philip. Introducción al derecho inglés. Bogotá: Editorial Temis, 1996. p. 143 y ss.
339 Se sigue en este sentido a BERNAL DEL CASTILLO, Jesús. Derecho Penal Comparado. La definición
del delito en los sistema anglosajón y continental. Barcelona: Editorial Atelier Libros Jurídicos, 2011. p.
116 y 117. Sin embargo, la clasificación que llevan a cabo otros doctrinantes puede variar. Así pues, por
ejemplo, BERNATE OCHOA establece que los tres elementos que integran el actus reus son:
• Una acción voluntaria o carencia de acción.
• Un daño condenado por el estatuto penal.
• Un nexo causal.
BERNATE. El sistema penal del Common Law. Puntos de contacto y perspectivas para la legislación
colombiana. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2014. p. 110.
340 Ibid., p. 116
341 DRESSLER, Joshua y GARVEY, Stephen P. Cases and materials on Criminal Law. Estados Unidos:
Editorial West Thompson Reuters Business, 2007. p. 213 y ss. Dicho test suele describirse así: “Under this
test, a defendant’s conduct is a cause-in-fact of the prohibited result if the said result would not have ocurred ‘but
for’ the defendant’s conduct; stated differently, the defendant’s conduct is a cause-in-fact of a particular result
would not have happened in the absence of the defendant’s conduct.”
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
188 criterios negativos de imputación objetiva.
342 De este criterio: MUÑOZ CONDE, Francisco. En: FLETCHER, George P. Conceptos básicos de Derecho
Penal. Valencia: Tirant Lo Blanch, 1997. p. 118., en una nota al pie de página; BERNAL DEL CASTILLO,
Jesús. Derecho Penal Comparado. La definición del delito en los sistema anglosajón y continental.
Barcelona: Editorial Atelier Libros Jurídicos, 2011. p. 124 y 125; BERNATE, Francisco. El sistema penal
del Common Law. Puntos de contacto y perspectivas para la legislación colombiana. Bogotá: Editorial
Ibáñez, 2014. p. 239.
343 MELERO, F. Javier. Codificación e interpretación judicial en el Derecho penal (Introducción al estudio del
derecho sustantivo angloamericano) (1) (2). En: Anuario de derecho penal y ciencias penales. Febrero,
1994. T. 47, p. 98.
344 Así, por ejemplo: MIR PUIG. Op., cit. p. 261 y LUZÓN. Op., cit. p. 352.
345 State v. Wood, 53 Vt. 558 (1881), citado por GREEN, León. Are There Dependable Tules of Causation.
Faculty Scholarship Series, 1929. Paper 4455.
346 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 373.
José María Peláez Mejía 189
III. Los elementos particulares que cada delito establezca como definiciones
particulares del mismo.
La mens rea (mente criminal) constituye el elemento interno del delito cuyo
contenido es plenamente psicológico y se concibe como un “estado de la
mente” (state of mind) o una “mente culpable” (guilty mind) cuyas “formas”
o elementos – siguiendo el Model Penal Code – serían349:
347 V. gr. HILGENDORF, Eric y VALERIUS, Brian. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Ad-
Hoc, 2017. p. 68.
348 MELERO, F. Javier. Op., cit. p. 98.
349 BERNAL DEL CASTILLO, Jesús. Op., cit. p. 130 y ss.
350 Aparece en Art. 2. 1040 Model Penal Code – Miscellaneous. Sectión 2.02 General Requeriments of
Culpability, 1986.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
190 criterios negativos de imputación objetiva.
Fuente: propia.
353 ROBINSON, Paul. Criminal Law Defenses: A Systematic Analysis. En: Columbia Law Review. [En línea]
1982, vol. 82.N no. 2, p. 199-291.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
192 criterios negativos de imputación objetiva.
Si bien es cierto que muchos autores asocian con frecuencia el origen del principio
del daño (ya sea anglosajón o continental) con la figura de John STUART MILL
y su ensayo Sobre la libertad, también lo es que ya desde ARISTÓTELES en su
Retórica y EPICURO en sus Máximas Capitales se fundamentaba el castigo de una
354 V.gr. AMBOS, Kai. Bien jurídico y “harm principle”bases teóricas para determinar la “función global”
del derecho penal internacional. Una segunda contribución para una teoría coherente del derecho penal
internacional. En: Revista de derecho penal y criminología. [En línea]. 2013, no. 10. ISSN 1132-9955.
p. 343-378; HIRSCH, Andrew. El concepto de bien jurídico y el principio de daño. En: HEFENDEHL,
Roland (Ed.) La teoría del bien jurídico. ¿Fundamento de legitimación del Derecho penal o juego de
abalorios dogmático? Madrid: Marcial Pons, 2016. WITTIG, Petra. Teoría del bien jurídico, Harm
Principle y delimitación de ámbitos de responsabilidad. En: HEFENDEHL, Roland (Ed.) Op., cit.
José María Peláez Mejía 193
persona a partir del daño que su “injusticia” (o delito) ocasionaba en otra355. Así
mismo, idénticas referencias pueden encontrarse en HOBBES, PUFENDORF,
LOCKE y posteriormente en BECCARIA356, razón por la cual la exigencia de
daño no podría considerarse un concepto privativo del sistema anglosajón sino,
por el contrario, completamente transversal tanto a dicho modelo como al
continental europeo y de allí a todos los ordenamientos legales que bebieron
de una u otra tradición jurídica.
355 Para la compilación de referencias al respecto véase a FERRAJOLI, Luigi. Op., cit. p. 466.
356 Ibid., p. 466.
357 Sobre el particular: HIRSCH, Andrew. Op., cit. p. 35.
358 AMBOS, Kai. Op., cit. p. 364.
359 Ibid., p. 364., nota al pie de página número 90, citando a FEINBERG, Joel. Harm to Others (supra nota
61). New York: Oxford University Press. 1984. p. 216.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
194 criterios negativos de imputación objetiva.
IV. La obligación de edificar un esquema del delito que exija como requisito
jurídico penal para la afirmación de responsabilidad penal la lesividad
del comportamiento.
361 El profesor ROXIN dada la tajante separación que establece entre bien jurídico y derechos humanos
obtiene como límites para el legislador los siguientes [que desde la perspectiva colombiana no pueden
ser compartidos en su totalidad]: (1) son ilegítimas aquellas normas penales que vienen motivadas
exclusivamente por la ideología o que atentan exclusivamente derechos humanos o derechos
fundamentales; (2) la mera delimitación de la finalidad de la ley no constituye todavía un bien jurídico
– Vgr. el caso de consumo personal de drogas –; (3) la simple ilicitud moral no basta para justificar
una disposición penal; (4) la lesión de la propia dignidad no implica la laceración de un bien jurídico
– por ejemplo, el caso de la modificación artificial de la información genética –; (5) la protección de
sentimientos sólo puede considerarse que protege bienes jurídicos si tutela sentimientos de inseguridad;
(6) ni la autolesión consciente ni su posibilitación o favorecimiento pueden legitimar la amenaza de la
pena; (7) las leyes penales simbólicas no son útiles ni protegen bienes jurídicos de ninguna clase – Vgr.
el delito del negacionismo del holocausto nazi –; (8) los simples tabúes no son bienes jurídicos y por lo
tanto no deben ser protegidos por el Derecho Penal – Ej: el incesto –; y (9) tampoco pueden reconocerse
como bienes jurídicos los objetos de abstracción inaprensible – por ejemplo, el delito de desprecio de
las creencias que se tipificó por perturbar la paz pública –. Ver: ¿Es la protección de bienes jurídicos una
finalidad del Derecho Penal? En: HEFENDEHL, Roland (Ed.). Op., cit. p. 439 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
196 criterios negativos de imputación objetiva.
IV. La razón de ser de las causales de justificación (lo que las hace inteligibles)
es el hecho de que los tipos penales se encuentran diseñados de tal
manera que proscriben un mal o daño no trivial365.
362 HIRSCH, Andrew. Op., cit. En: HEFENDEHL, Roland (Ed.). Op., cit. p. 36.
363 Ibid., p. 43
364 HUSAK, Douglas. Sobrecriminalización. Los límites del Derecho Penal. Madrid: Editorial Marcial Pons,
2013. p. 123.
365 Ibid., p. 124.
366 AMBOS, Kai. Op., cit. p. 365.
367 ROBINSON, Paul H. Op., cit. p. 199-291
José María Peláez Mejía 197
Fuente: propia.
• Acción
• Resultado
• Nexo causal
• Sujeto activo
• Sujeto pasivo
• Otros elementos típicos
375 ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro & SLOKAR, Alejandro. Op., cit. p. 357; Críticamente.
RIGHI, E. Derecho Penal, Parte General. Argentina: Abeledo-Perrot, 2013. p. 157., quien establece
que “con la adopción de este punto de vista no se obtienen consecuencias distintas a las de la doctrina
dominante.”
376 Se sigue libremente el esquema que aparece Ibid., p. 369.
José María Peláez Mejía 201
•
La lesividad del comportamiento la cual no se presenta si existe:
◊ Insignificancia
◊ Cumplimiento de un deber
◊ Consentimiento
Acciones fomentadas por el derecho
• La imputación objetiva como “pertenencia a un sujeto” se produce si
se cumplen dos requisitos:
◊ Dominabilidad del hecho
◊ Aporte no banal del partícipe secundario
377 JESCHECK, Hans- Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de derecho penal. Parte General. Granada:
Editorial Comares, 2014. p.268 y ss.
378 OTTO, Harro. Manual de Derecho Penal. Teoría general del Derecho Penal. Barcelona: Atelier, 2017. p.
127
379 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 159 y 528.
380 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCÍA ARÁN, Mercedes. Derecho Penal, Parte General. México: Editorial
Tirant Lo Blanch, 2012. p. 255.
381 REYES ALVARADO, Yesid. La imputación objetiva. Bogotá: Editorial Temis, 1996. p. 89 y 90., quien
manifiesta que aun cuando las críticas contra la adecuación social han conllevado a la doctrina a rechazar
su utilización, ello no significa que la propuesta de tal principio carezca de validez y será beneficioso
su empleo más allá de los criterios generales de interpretación de los tipos penales. No queda claro,
sin embargo, si la adecuación social la considera un “principio interpretativo” – que es lo que pareciera
finalmente sugerir – o si por el contrario es una categoría dogmática integrante de la imputación objetiva
encargada de determinar, junto con otros criterios, la creación de riesgos jurídicamente desaprobados
(como nosotros, más o menos, también lo consideramos).
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
202 criterios negativos de imputación objetiva.
382 MAURACH, Reinhart y ZIPF, Heinz. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Buenos Aires: Editorial
Astrea, 1994. p. 280.
383 Contrario a esta perspectiva y considerando que la adecuación social excluye la antijuridicidad se tiene:
BALCARCE, Fabián. Lección 11. La antijuridicidad. En: LASCANO, Carlos Julio. Derecho Penal Parte
General. Libro de estudio. Córdoba: Advocatus, 2005. p. 403. Así mismo, considerando la adecuación
social como un concepto poco apto para determinar el contenido de la tipicidad y que por ende no debe
tenerse en cuenta por el Derecho Penal: BUSTOS RAMÍREZ, Juan, Derecho Penal, Tomo I, Fundamentos
del Derecho Penal y Teoría del Delito y el sujeto responsable. 2ª ed. Bogotá: editorial Leyer, 2008. p.65.
gualmente, crítico de la adecuación social por considerar que una interpretación de los tipos penales
logra el mismo resultado y en consecuencia la convierte en una figura jurídica innecesaria: HIRSCH,
Hans-Joachim. Adecuación social y teoría del injusto. En: HIRSCH, Hans-Joachim. Derecho penal. Obras
completas. Tomo III. Buenos Aires: Rubinzal – Culzoni Editores, 2007.
384 LUZÓN PEÑA, Diego-Manuel. Causas de atipicidad y causas de justificación. En: LUZÓN PEÑA, Diego-
Manuel & MIR PUIG, Santiago (Coordinadores): Causas de justificación y de atipicidad en Derecho Penal.
Navarra: Editorial Aranzadi, 1995. p. 28.
385 MIR PUIG. Op., Cit. p. 159 y 530.
386 Siguiendo de cerca al profesor ROXIN denomina al principio de lesividad como “antijuridicidad material”
y por ende, aunque utiliza este nombre, no la equipara con la categoría dogmática de la antijuridicidad,
sino que emplea tal denominación para referirse lo que considera es un principio de interpretación de
los tipos penales a partir del cual es posible concluir la atipicidad de los casos socialmente adecuado y
los insignificantes. DONNA, Edgardo Alberto. Derecho Penal, Parte General. Tomo III. Teoría general del
delito – II. Buenos Aires: Rubinzal – Culzoni Editores, 2014. p. 19.
387 BARRUEZO, Rafael. Delitos de dominio y de infracción de deber. Buenos Aires: Editorial B de F,
2016. p. 279. Este autor afirma que los casos socialmente adecuados, inclusive, también eliminan la
“antijuridicidad” y no la tipicidad.
388 CREUS, Carlos. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial Astrea, 1992. p. 201.
389 HURTADO POZO, José. Nociones básicas de Derecho Penal. Guatemala: 2000. p. 213.
390 BALCARCE, Fabián. Lección 11. La antijuridicidad. Op.,cit. p. 404
391 MUÑOZ CONDE, Francisco & GARCÍA ARÁN, Mercedes. Op., cit. p. 301.
392 BUSTOS RAMÍREZ, Juan & HORMAZÁBAL MARALÉE, Hernán. Lecciones de derecho penal parte
general. Madrid: Editorial Trotta, 2006. p. 172.
393 El profesor GARRIDO MONTT sintetiza muy bien esta posición generalizada así: “La adecuación social
y la falta de lesividad mayoritariamente se consideran como excluyentes del tipo penal, porque constituyen
principios teleológicos de interpretación de las normas penales (así Bacigalupo, Jescheck, entre otros) y no
son causales de justificación.” Op., cit. p. 88.
José María Peláez Mejía 203
394 FRISTER, Helmut. Derecho Penal, Parte General. 1ª ed. Buenos Aires: Hammurabi, 2011. p. 416.
395 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo. Buenos Aires: Editorial
B de F, 2012. p. 612.
396 Ibid., p. 612.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
204 criterios negativos de imputación objetiva.
• La conducta externa,
• El resultado,
• Los elementos descriptivos y normativos de la acción,
• Las calidades personales del autor o de sus relaciones con la víctima
• El nexo causal,
• La imputación objetiva
• La ausencia de circunstancias objetivas de justificación.
Los estratos (1) y (2) los considera los aspectos propios de una tipicidad
meramente formal, mientras que el nivel (3) correspondería a la tipicidad en
sentido material. De esta manera concluye que
398 FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Derecho Penal, Parte General. Teoría del delito y de la pena. Vol.
1. El delito. Visión positiva y negativa. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2012. p. 318.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
206 criterios negativos de imputación objetiva.
399 GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Tratado de Derecho Penal. La tipicidad. Tomo III. Bogotá: Ediciones
Doctrina y Ley, 2005. p. 251, 663 y ss.
400 Ver, por ejemplo, VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal, Parte General.
Bogotá: Ediciones Jurídicas Andrés Morales, 2013. p. 379 y ss.
José María Peláez Mejía 207
Fuente: propia.
401 Es curioso que en esta sentencia se cite la 21064(15-09-04) mediante la cual se asume el criterio de
atipicidad por falta de lesión al bien jurídico, pero se concluya, sin hacer referencia a ello, que la carencia
de lesividad es un problema de falta de antijuridicidad material.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
208 criterios negativos de imputación objetiva.
402 COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 153 de 1887 (15 de agosto). Por la cual se adiciona
y reforma los códigos nacionales, la ley 61 de 1886 y la 57 de 1887, Diario Oficial. 7151 y 7152. Bogotá,
1887. Art. 10. COLOMBIA. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 169 de 1889 (31 de diciembre). Sobre
reformas judiciales. Diario Oficial. 10235. Bogotá, 1889. Art. 4., el nuevo texto es el siguiente: “Tres
decisiones uniformes dadas por la Corte Suprema, como tribunal de casación, sobre un mismo punto de
derecho, constituyen doctrina probable, y los jueces podrán aplicarla en casos análogos, lo cual no obsta
para que la Corte varíe la doctrina en caso de que juzgue erróneas las decisiones anteriores.”
403 La primera distinción de la que se debe partir es aquella según la cual en Colombia operan tres tipos de
precedentes; uno de obligación absoluta (generados únicamente por la Corte Constitucional colombiana
en sentencias de control de constitucionalidad), otro de obligación semi-absoluta (tan solo hallado en
el alcance de los derechos fundamentales fijado por la Corte Constitucional a través de la ratio decidendi
en sus sentencias de tutela) y finalmente los de obligación relativa (cuya génesis se puede encontrar
tanto en la Corte Suprema de Justicia como en la misma Corte Constitucional, a partir de la doctrina
probable y el caso análogo respectivamente). El nombre de precedente de “obligación semi-absoluta” se
toma para asignarle un nombre a un estadio intermedio de vinculatoriedad del precedente ubicado entre
el de “obligación absoluta” y de el “obligación relativa”. El nombre con el que comúnmente se encuentra
a este este tipo de jurisprudencia constitucional es el de “precedente de proyección doctrinal vinculante”
según nos lo enseña la sentencia C-539 de 2011 proferida por la Corte Constitucional. Sin embargo, se
opta por asignarle el de “obligación semi-absoluta” porque tal denotación brinda mayor claridad en torno
al “grado” de vinculatoriedad que tiene frente a la toma de una decisión determinada. Éste concepto
de “precedente” es en gran medida diverso de la denominada jurisprudencia como criterio auxiliar, ya
que con base en el primero se presenta una vinculación absoluta, media o relativa para el funcionario
jurisdiccional que fallará un determinado caso, mientras que con el segundo no se producirá ningún tipo
de obligación o ligamen para el juez o tribunal encargado de resolver el problema jurídico en cuestión,
siendo más bien una luz cuya función será la de darle una mayor visibilidad al sendero de la decisión
última que va a ser próximamente tomada.
José María Peláez Mejía 209
404 COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia 21064, 15 de septiembre del 2004. M.P.: Sigifredo Espinosa Pérez. En:
Revista Jurisprudencia y Doctrina. Bogotá: No. 396, (diciembre de 2004); p. 1927.
405 Esta temática fue trabajada ampliamente por el autor de la presente investigación en los siguientes textos
cuyas consideraciones, parcialmente, se transcriben: Silva Reyes, Andres, Barajas Conde, Diego Javier y
Peláez Mejía, José María. Significado, Alcance Y Criterios De Imputacion Objetiva: Una Vision Desde La
Filosofia Del Derecho Y El Estado Social De Derecho. Recuperable en: http://repository.unilibre.edu.co/
handle/10901/9516; y en BARAJAS CONDE, Diego; PELÁEZ MEJÍA, José M. y SILVA REYES, Andrés.
Significado, Alcance y Criterios de Imputación Objetiva. Estado de la cuestión doctrinal y jurisprudencial.
Cúcuta: Editorial del Centro Seccional de Investigaciones de la Universida.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
210 criterios negativos de imputación objetiva.
406 COLOMBIA. CSJ. SCP, Sentencia 31362, 13 de mayo del 2009. Salvamento de voto del Doctor Sigifredo
Espinosa Pérez. M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca.
407 COLOMBIA. ARTÍCULO 332 del Código Procesal Penal; Causales. El fiscal solicitará la preclusión en los
siguientes casos: 4. Atipicidad del hecho investigado.”
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
212 criterios negativos de imputación objetiva.
ellos incompatibles entre sí, y en los cuales es posible verificar que se está
hablando de una misma palabra, pero con significados totalmente distintos. Se
analiza brevemente esa situación:
Esta postura en la cual se consideran que los casos ausentes de lesividad son
típicos, pero no antijurídicos ha sido reiterada en las siguientes providencias:
AP801-2014(43184), SP15519-2015 y SP9379-2017.
José María Peláez Mejía 213
(antigua antijuridicidad material), así como los aspectos negativos de ésta última
y consistentes en los casos de adecuación social, insignificancia e inocuidad del
comportamiento. Y no es que se deba negar el valor interpretativo que tiene la
“lesividad” en los tipos penales como límite indiscutible del ius puniendi, sino
que dicha potencialidad hermenéutica restrictiva pertenece a ella es cuando
lo usamos410 con la calidad de un “principio” y no como categoría dogmática
cuyos contenidos y funciones son distintos de los que tendría aquél en la otra
modalidad reseñada, según lo veremos en el acápite 2.2 del presente capítulo.
En ese sentido, quizás lo que debiera hacerse para evitar tantos desfases y
divergencias a nivel de doctrina y jurisprudencia sería limpiar el lenguaje y
evitar así el uso de las mismas palabras con distintos significados411 (porque
al parecer esto nos ha confundido a todos), principalmente cuando el término
“lesividad” al tiempo son dos cosas totalmente diferentes, aunque relacionadas,
pues tal unidad lingüística es un principio y a la vez una categoría dogmática que
se deriva de aquélla, al igual que ocurre con el significante “culpabilidad” cuya
expresión hace referencia, según el contexto, a veces a un principio y en otras
ocasiones al último requisito configurativo del delito. Pero por el momento,
baste con comprenderse que el aparente juego de palabras no ha sido más
que el uso normal del recurso de la polisemia y evidenciemos sin mayores
dificultades que una cosa es la finalidad y el uso que tienen los “principios” en
el Derecho Penal y otra muy distinta el que poseen las “categorías dogmáticas”,
ya sea que se trate de elementos macro configurativos (vgr. Tradicionalmente
tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad) o micro configurativos del delito (vgr.
Imputación objetiva, dolo, consciencia de la ilicitud, etc.)
410 Ludwig WITTGENSTEIN en su segundo período filosófico dejó muy en claro que las palabras son
herramientas que adquieren el significado una vez que se usan y que por ello admiten distintos usos o
significados. Así pues, lo que debe hacerse es prestar mucha atención para descubrir el “uso” que se le da
a la herramienta lingüística si desea eliminarse cualquier ambigüedad. No olvidar, entonces, que el único
sinsentido es no seguir las reglas del juego. Investigaciones filosóficas. Madrid: Editorial Trotta, 2017. p.
56-60.
411 Aunque en realidad la estrategia de limpiar el lenguaje no ha servido de mucho puesto que, por ejemplo,
algunos autores reemplazan el término lesividad cuando es un principio por el de ofensividad, pero llegan
otros doctrinantes y terminan diciendo que en realidad ofensividad y lesividad son dos cosas diferentes y
al final en vez de utilizar palabras distintas para referirnos a “principios” y “categorías” dogmáticas, lo que
hacen es una innecesaria multiplicación de los entes. Podríamos ensayar con las expresiones dañosidad,
adecuación social, insignificancia, inocuidad, pero daría lo mismo. En consecuencia, que lo importante es
tener claro qué significado adquiere la lesividad cuando se utiliza como principio y qué significado posee
como categoría dogmática.
José María Peláez Mejía 215
Tesis 1 à
Tesis 2 à
Tesis 3 à
Tesis 4 à
Se pasa ahora a exponer los argumentos que sustentan cada una de las tesis
enunciadas:
415 El daño es sin lugar a dudas el desmejoramiento de una realidad o situación cualquiera que un hecho
ocasiona a una persona. Ahora bien, trayendo a colación el concepto de daño construido por el profesor
Juan Carlos HENAO (que, si bien se hizo para el sistema de responsabilidad civil, nada impide su
utilización como marco referencia o guía para el derecho penal) se tendría que: “daño es toda afrenta a los
intereses lícitos de una persona, trátese de derechos pecuniarios o de no pecuniarios, de derechos individuales o de
colectivos, que se presenta como lesión definitiva de un derecho o como alteración de su goce pacífico y que, gracias
a la posibilidad de accionar judicialmente, es objeto de reparación si los otros requisitos de la responsabilidad civil
-imputación y fundamento del deber de reparar- se encuentran reunidos.” Curiosamente, líneas más adelante
enlaza dicho concepto de daño un el accionar desaprobado que, sin lugar a dudas, nos recuerda mucho el
esquema de imputación penal que aquí se está explicando pues dice que su definición parte de considerar
“que el daño supone la lesión de un interés lícito o al menos no contrario a derecho”. HENAO, Juan Carlos.
Las formas de reparación en la responsabilidad del Estado: hacia su unificación sustancial en todas las
acciones contra el Estado. En: Revista de Derecho Privado, Universidad Externado de Colombia. [En
línea]. n.° 2015, no.28, p. 277-366. DOI: 10.18601/01234366.n28.10.
416 Diccionario de la Real Academia Española. 23ª ed. Madrid: Editorial Espasa, 2014.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
218 criterios negativos de imputación objetiva.
contenido del principio de lesividad, razón por la cual se hace necesario, para
tales efectos, pasar a utilizar los corolarios que se derivan del mismo y cuya
estructura, en esencia, sería la siguiente:
417 Para efectos de establecer la diferencia entre “riesgo” y “peligro” muy ilustrativo resulta la conceptuación
que se hace desde el derecho administrativo y ambiental. En consecuencia, y acudiendo al Diccionario
panhispánico del español jurídico, Volumen II. Madrid: Editorial Santillana y Real Academia Española
de la Lengua, 2017., tendríamos que la expresión peligro significa: “capacidad intrínseca de una sustancia
o potencialidad de una situación física para ocasionar daños a las personas, los bienes y al medioambiente.”
En cambio, el riesgo significa: en derecho administrativo, “ponderación de la probabilidad de un efecto
perjudicial para la salud y la gravedad de ese efecto como consecuencia de un factor de peligro”, y similarmente
en el derecho ambiental, “función de probabilidad de ocurrencia de un suceso y de la cuantía del daño que puede
provocar.” Igualmente siguiendo los parámetros de CEFIC – el Consejo Europeo de la Industria Química –
tendríamos que en dicha ciencia se establece la siguiente diferencia: “Un peligro existe en el caso en que un
objeto (o sustancia) o situación tenga una capacidad inherente de provocar un efecto adverso. (…) El riesgo, por
otro lado, es la probabilidad de que se produzcan dichos efectos: el riesgo puede ser alto o insignificante.” CEFIC.
“Riesgo y peligro. ¿En qué se diferencian? Bruselas: Noviembre de 2009.
José María Peláez Mejía 219
Otra hipótesis que cabría encuadrar también aquí son los eventos a los que
se denominan actuaciones de “riesgo 0”. Una conducta de “riesgo 0” a aquel
comportamiento peligroso ex ante, según la perspectiva del hombre medio,
que en el caso concreto (ex post) posee una probabilidad 0 de materializar
el “daño”. Por ejemplo, si una persona toma un arma de fuego descargada
y dañada, y la acciona contra la humanidad de otra no se puede hablar ni
siquiera de tentativa inacabada de homicidio, pues, aunque es cierto que
tomar un arma de fuego es un hecho en sí mismo peligroso, la probabilidad
de que pueda asesinar a dicho ser humano con el disparo de tal artefacto en
esos momentos, según el caso concreto, sería estadísticamente de 0 y por
ello si se sancionara a ese individuo por tal acto se violaría la prohibición
de castigar a alguien por la ejecución de una conducta inocua, inofensiva o
inapta para lesionar o poner en peligro el bien jurídicamente tutelado.
Así pues, una conducta “mínimamente riesgosa” para el bien jurídico del
patrimonio económico sería hurtar un confite de un supermercado de una
multimillonaria franquicia mundial cuyo precio fuese igual a 1 centavo de
dólar. En efecto, ese comportamiento es “peligroso” en la medida en que
tiene la aptitud de al menos “arañar”, así sea de forma casi imperceptible,
el bien jurídicamente protegido. Pero al ser de tan poca entidad el “riesgo”
mencionado no alcanzaría a satisfacer el contenido material derivado del
principio de lesividad para que fuese punible.
418 Contraria a esta postura: JAKOBS, Günther. Derecho penal. Parte general. Fundamentos y teoría de la
imputación. Madrid: Marcial Pons, 1997. p. 68-69. “Tampoco los supuestos de bagatela en las infracciones de
normas pertenecientes al ámbito central deben solucionarse como meras contravenciones, sino como infracciones
penales y en un procedimiento penal: Toda reacción debe tener en cuenta el contexto normativo en que se inscribe
el caso concreto; este contexto normativo, en las normas centrales, llega hasta los casos de bagatela, pues también
la infracción, de bagatela en el caso concreto, de una norma central vulnera un principio elemental básico para
la definición de la sociedad, no sólo para su existencia fáctica. En estas normas se trata de algo más que de
la existencia o de la pérdida de bienes: de partes imprescindibles de la identidad de la sociedad […] Por ello
está especialmente vedado un desplazamiento de la pequeña criminalidad contra la propiedad y el patrimonio
al ámbito de las contravenciones, en tanto que el principio de la protección de propiedad y patrimonio deba
pertenecer al ámbito central”
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
220 criterios negativos de imputación objetiva.
Ahora bien, en lo relativo al contenido del daño o sobre cuál será la materia
en la que habrá de recaer el mismo y por qué dicho riesgo tiene que ser
necesariamente desaprobado son todas ellas preguntas cuyas respuestas no
pueden obtenerse solamente del principio de lesividad, sino del enlace de éste
con los principios de exclusiva protección de bienes jurídicos y legalidad. De
esta manera, sintetizando lo expuesto hasta ahora, se tendría que la expresión
“creación de un riesgo” surgió como consecuencia del principio de lesividad, pero el
requisito completo de imputación objetiva conocido como “creación de un riesgo
jurídicamente desaprobado” podrá emerger únicamente de la conjunción de
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
222 criterios negativos de imputación objetiva.
dicho principio con el de legalidad, y a su vez sabremos que el “daño” tendrá que
ser de bienes jurídicos y no de otra cosa (por ejemplo, expectativas normativas
como cree JAKOBS) porque la lesividad también se conecta con el principio de
exclusiva protección de bienes jurídicos. Por último, se exigirá para la imputación
objetiva en los delitos de resultado (a diferencia de los de mera conducta)
además de la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado la realización del
riesgo en el resultado, según se explicó en el acápite 2.1.3 del primer capítulo,
en virtud de la regla de “personalidad de las penas”419 derivada del principio de
culpabilidad en concordancia con los principios de legalidad y derecho penal de
acto.
Continuando ahora con otro de los aspectos que debe ser fundamentado en
el presente acápite y consistente en las tesis 4 enunciadas líneas atrás, ¿qué
categorías dogmáticas surgen del principio de lesividad como contenido puntual
de la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado? En esencia, es posible
enlazar los corolarios denominados subprincipios de peligro, lesividad y
adecuación social en una sola categoría dogmática, antiguamente denominada
419 Siguiendo en este sentido a MIR PUIG se tiene que como garantía integrante del principio de culpabilidad
se encuentra el principio de personalidad de las penas acorde al cual “se impide castigar a alguien por un
hecho ajeno”. MIR PUIG, Santiago. Sobre el principio de culpabilidad como límite de la pena. En: MIR
PUIG. Estado, Pena y Delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012. p. 202.
José María Peláez Mejía 223
420 HALLIVIS PELAYO, Manuel. Teoría general de la interpretación. México: Editorial Porrúa, 2012. p. 387
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
224 criterios negativos de imputación objetiva.
421 COLOMBIA. ARTÍCULO 371 del Código Penal. CONTAMINACION DE AGUAS. <Penas aumentadas
por el artículo 4 de la Ley 1220 de 2008. El nuevo texto es el siguiente:> El que envenene, contamine o
de modo peligroso para la salud altere agua destinada al uso o consumo humano, incurrirá en prisión de
cuatro (4) a diez (10) años, siempre que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor.
La pena será de cuatro (4) a ocho años (8) años de prisión, si estuviere destinada al servicio de la
agricultura o al consumo o uso de animales.
Las penas se aumentarán de una tercera parte a la mitad cuando la conducta se realice con fines
terroristas.
422 Los ejemplos son tomados de WELZEL, Hans. Derecho Penal. Parte General. Carlos Fontán Balestra.
Buenos Aires: Roque Depalma Editor, s.a. p. 195 y ss.
José María Peláez Mejía 225
persona buscando matarla con un arma que otra persona había descargado
secretamente (Art. 103 del C.P.), pretender el aborto con medios ineficaces
(agua) o sobre una mujer no embarazada (Art. 122 del C.P.), dispararle a un
cadáver (Art. 103 del C.P.), intentar hurtar a una persona metiendo la mano
en un bolsillo en el que jamás hubo dinero (Arts. 239 y ss del C.P.), un porte
ilegal de un arma totalmente inservible423 (Art. 365 del C.P.), una falsedad en
moneda (art. 273) o en documentos (art. 286) mediante objetos materiales que
a todas luces y sin mayor esfuerzo revelan que son espurios424, etc.
Segundo: se tendrán que analizar los elementos objetivos que exige el tipo
penal utilizado acorde con las particularidades del caso concreto para examinar
si los mismos establecen reglas directas o por remisión normativa que permitan
puntualizar el espectro de idoneidad de la conducta subsumible en dicha figura
legal.
Son todos aquellos comportamientos que aun cuando sean peligrosos ex ante,
acorde consideraciones ex post constituyen un riesgo de daño para el bien
jurídico absolutamente mínimo, al punto de ser casi imperceptible. Es cierto,
que la insignificancia siempre ha sido un criterio que ha padecido el defecto de no
ser matemáticamente cuantificable. Por ello, toda pretensión de generalización
respecto a cuándo un riesgo fue alto o de bagatela puede ser difícil y siempre
dependerá del caso concreto.
425 Ibid. y también JAKOBS, Günther. Derecho Penal, Parte General. Fundamentos y Teoría de la Imputación.
CUELLO CONTRERAS, Joaquín y SERRANO, JOSÉ (Trad.). Madrid: Marcial Pons, Ediciones Jurídicas,
S.A. 1995. p. 68.
426 EL ESPECTADOR. Hombre que robó cubo de caldo podría pagar hasta 6 años de cárcel. [En línea], 2012.
Disponible en Internet: < www.elespectador.com/noticias/nacional/hombre-robo-cubo-de-caldo-podria-
pagar-hasta-6-anos-de-articulo-353160>.
427 La Sentencia de Audiencia Provincial (SAP) proferida en Barcelona-6ª 28-7-2006. Citada en nota al pie de
página por: LUZÓN PEÑA., Op. cit.
428 VELÁSQUEZ, Fernando. Op., cit. p. 606.
429 La Sentencia de Audiencia Provincial (SAP) proferida en Barcelona-6ª 28-7-2006. Citada en nota al pie de
página por: LUZÓN. Op., cit.
430 COLOMBIA. CSJ. SCP, Sentencia 31362, 13 de mayo del 2009. Salvamento de voto del Doctor Sigifredo
Espinosa Pérez. M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca.
431 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Barcelona, España: Editorial Reppertor, 9ª edición,
2011. p. 530.
432 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 296.
433 Ibid., p. 296.
José María Peláez Mejía 227
amigo su dosis434 (Art. 376 del C.P.), tomar agua de una fuente ajena (art. 256
del CP), transportar a un pasajero una cuadra más allá del lugar donde solicitó
el pare o retener momentáneamente una persona en el banco por ser la hora
de cierre mientras el vigilante abre la puerta (art. 168 del C.P.)435 entre otros.
434 En Colombia: COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 18609, 08 de mayo de 2005. M.P.: Herman Galán
Castellanos. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 18609, 08 de mayo de 2005. M.P.: Herman Galán
Castellanos. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 24612, 26 de abril de 2006. M.P.: Jorge Luis Quintero
Milanés. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 23609, 01 de febrero de 2007. M.P.: Sigifredo Espinosa
Pérez. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 28195, 08 de octubre de 2008. M.P.: Julio Enrique Socha
Salamanca. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 31531, 08 de julio de 2009. M.P.: Yesid Ramírez
Bastidas. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 35978, 17 de agosto de 2011. M.P.: Fernando Alberto
Castro Caballero y entre muchas otras y COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no.C-491
de 2012, 28 de junio de 2012. M.P.: Luis Ernesto Vargas Silva. En España también lo ha interpretado así
la jurisprudencia según LUZÓN PEÑA, Diego. Op., cit. p.178.
435 GÓMEZ, Jesús. Op., cit. p. 664.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
228 criterios negativos de imputación objetiva.
cual la Sala de Casación Penal ha dicho que para concluir una ausencia de lesividad
es necesario tener en cuenta los siguientes parámetros: (1) si la cantidad que
se lleva consigo sobrepasa ligeramente la dosis legal de uso personal carecerá
entonces tal conducta de lesividad por su insignificancia436; (2) que el consumo
de estupefacientes es una conducta que no tiene la potencialidad de afectar
bienes jurídicos ajenos (la salud o la seguridad pública, o el orden económico
y social); (3) que la presunción de antijuridicidad para los delitos de peligro
abstracto como es el de Fabricación, tráfico y porte de estupefacientes, es
iuris tantum siempre, y no sólo cuando se trate de excesos ligeros a la dosis
de uso personal; (4) que el drogadicto, incluido su entorno familiar, es sujeto
de una especial protección constitucional porque es concebido como una
persona enferma. Además, el consumidor en general es también sujeto de una
discriminación positiva porque se establecen en su favor medidas curativas y
rehabilitadoras en el nivel normativo superior; (5) que el consumo de drogas
no podría ser factor constitucional de discriminación positiva y, al tiempo, una
circunstancia antijurídica, mucho menos desde el punto de vista punitivo; y (6)
436 COLOMBIA. CSJ. SCP. Sentencia no. SP11726-2014 (Rad. 33409), 03 de septiembre del 2014. M.P.: José
Leonidas Bustos Martínez.
437 COLOMBIA. CSJ. SCP. Sentencia no. SP15519-2014 (Rad. 42617), 12 de noviembre de 2014. M.P.:
Gustavo Enrique Malo Fernández.
José María Peláez Mejía 229
Penal. Así pues, se quiere explicar por qué hurtar un confite en un supermercado
es atípico por falta de lesividad y en cambio hurtar 300 dólares a una poderosa
entidad Bancaria como el GRUPO AVAL en Colombia sí es lesivo a pesar de que
dicho desplazamiento patrimonial sería en últimas tan insignificante desde el
punto de vista cuantitativo como lo fue para el supermercado el apoderamiento
del dulce, tendría que hacerse referencia puntual al artículo 239 del CP, inciso
segundo, en el cual se atenúa la pena si el valor del bien apoderado no excede los
10 salarios mínimos mensuales vigentes, razón por la cual el marco de referencia
en los delitos patrimoniales sería justamente el salario mínimo mensual vigente
evidenciándose que en el caso concreto al haberse superado ese límite impuesto
por el legislador se encontraría en presencia de un verdadero hurto atenuando
y NO en una conducta atípica por falta de lesividad por cuanto lo apoderado
habría sido superior al salario mínimo mensual vigente que devengaría un
colombiano para el año 2018 (esto es, 265 dólares al mes) lo que implicaría por
disposición expresa del legislador la lesión efectiva del bien jurídico patrimonial
protegido por la disposición normativa ya referida.
Ahora bien, si el hurto fuera por 165 dólares aun se seguiría pensando que
existe lesividad, aunque claramente esta cantidad ya estaría por debajo de lo
que considera un salario mínimo. ¿Cuál sería el argumento para pensar que
tal comportamiento es lesivo? Por el contrario, si el hurto fuese de 1 dólar
(es decir, por un valor apenas superior al precio de un confite costoso en
un supermercado) ya se podría decir que la insignificancia de la lesión haría
procedente reconocer la atipicidad del comportamiento justamente por la falta
de lesividad del mismo. Pero, ¿por qué? ¿Cómo superar la inseguridad de la
intuición cuando el tope del legislador ya no es un punto de referencia?
A través del criterio del “hombre medio”. De esta manera, si el sujeto pasivo
en delitos contra el patrimonio económico pertenecía al baremo del hombre de
economía media, 1 dólar representaría para dicho sujeto el 0,38% de su salario
mínimo lo que a todas luces es insignificante siempre y cuando se trate de un
hombre de economía media o superior. En contraposición a ello, los 165 dólares
hurtados definitivamente sí serían lesivos para el patrimonio económico porque
representarían el 62, 26% del salario de un hombre de economía media y en
consecuencia la afectación sería de una entidad suficiente para considerarla
punible. No obstante, entre el 0% y el 100% ¿en qué punto se vuelve
lesiva para el patrimonio económico la conducta? Es una pregunta en la
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
230 criterios negativos de imputación objetiva.
(…)
438 ZAFFARONI, Eugenio Raúl. Derecho Penal – Parte General, Buenos Aires: Ediar, 2000. p. 517;
STRATENWERTH, Günter. Derecho Penal – Parte General, Madrid, Thomson-Civitas, 2005. p. 171;
MEZGER, Edmund. Derecho Penal – Parte General. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 1963.
p. 135.
José María Peláez Mejía 233
439 COLOMBIA. CSJ. SCP. Sentencia no. SP9916-2017 (Rad. 44997), 11 de julio del 2017. M.P.: Patricia
Salazar Cuéllar.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
234 criterios negativos de imputación objetiva.
VI. Los regalos de navidad entregados al cartero; los juegos de azar con
apuestas de muy escajo valor; las injurias hechas a terceros, pero
únicamente en círculos familiares muy íntimos; las afirmaciones
exageradas o publicidad sensacionalista a las que las personas están
acostumbradas y no le dan mucha importancia (respecto al delito de
estafa); la obstrucción a la justicia mediante ruegos que familiares le
hacen al denunciante para que retire su denuncia o a un testigo para
que no declare en juicio, etc.
Así mismo, las hipótesis (2), (3) y (4) encuadrarían en su mayoría con causales
de justificación similares al “ejercicio de un derecho” o “ejercicio de un cargo
público” y, por ende, según se explicará en el capítulo III, serían criterios
negativos de imputación objetiva por representar modalidades específicas de
riesgos permitidos.
441 COLOMBIA. ARTÍCULO 454-A del Código Penal. <Artículo CONDICIONALMENTE exequible>
<Artículo adicionado por el artículo 13 de la Ley 890 de 2004. El nuevo texto es el siguiente:> El que
amenace a una persona testigo de un hecho delictivo con ejercer violencia física o moral en su contra
o en la de su cónyuge, compañero o compañera permanente o pariente dentro del cuarto grado, para
que se abstenga de actuar como testigo, o para que en su testimonio falte a la verdad, o la calle total o
parcialmente, incurrirá en pena de prisión de cuatro (4) a ocho (8) años y multa de cincuenta (50) a dos
mil (2.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Si la conducta anterior se realizare respecto de testigo judicialmente admitido para comparecer en
juicio, con la finalidad de que no concurra a declarar, o para que declare lo que no es cierto, incurrirá en
prisión de cinco (5) a doce (12) años y multa de cien (100) a cuatro mil (4.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes.
A las mismas penas previstas en los incisos anteriores incurrirá quien realice las conductas sobre experto
que deba rendir informe durante la indagación o investigación, o que sea judicialmente admitido para
comparecer en juicio como perito.
442 COLOMBIA. ARTÍCULO 454-B del Código Penal. OCULTAMIENTO, ALTERACIÓN O DESTRUCCIÓN
DE ELEMENTO MATERIAL PROBATORIO. <Artículo adicionado por el artículo 13 de la Ley 890 de
2004. El nuevo texto es el siguiente:> El que para evitar que se use como medio cognoscitivo durante la
investigación, o como medio de prueba en el juicio, oculte, altere o destruya elemento material probatorio
de los mencionados en el Código de Procedimiento Penal, incurrirá en prisión de cuatro (4) a doce (12)
años y multa de doscientos (200) a cinco mil (5.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
443 Sobre comportamientos característicos del hombre y especies mamíferas similares véase: WILSON,
Edward O. Sobre la naturaleza humana. México: Fondo de Cultura Económico, 2011. capítulos II y VII.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
238 criterios negativos de imputación objetiva.
Un caso de adecuación social palmario que hasta hace unos pocos años se
presentaba en la ciudad colombiana de Cúcuta, Norte de Santander, como
municipio fronterizo con Venezuela445, era el relativo al Favorecimiento y
facilitación del contrabando446, puesto que miles personas vendían en cualquier
calle de la ciudad gasolina de contrabando y, sin embargo, jamás eran
judicializados o, si eventualmente ocurría, eran liberados al instante. ¿Por qué?
Esencialmente, porque se trataba de comportamientos socialmente adecuados
del cual vivían cientos y miles de familias cucuteñas y venezolanas. Inclusive, si
se hubiera producido una captura masiva de los denominados “pimpineros”447,
444 “La psicopatía representa un cuadro clínico clasificado como un trastorno de la personalidad, que incluye
un conjunto de rasgos de naturaleza interpersonal, afectiva, conductual (estilo de vida) y antisocial. (…)
Por lo que respecta a la faceta afectiva, destaca la falta de sentimientos de culpa, la ausencia de empatía
y las emociones superficiales (…)” GARRIDO, Vicente. Perfiles criminales. Un recorrido por el lado oscuro
del ser humano. Barcelona: Ariel, 2012. p. 13.
445 Para el año 2017: “Hasta antes del cierre fronterizo, las principales vías de Cúcuta estaban atestadas
de pimpineros. Hileras de vendedores de gasolina ilegal se divisaban en la avenida Las Américas, la
Demetrio Mendoza, la autopista de Atalaya, el anillo vial y Cenabastos. En agosto de 2015, con el cierre
de frontera, traer gasolina desde Venezuela era cada vez más difícil para los contrabandistas, y a esto se le
sumó los operativos policiales. En Cenabastos se podían observar cerca de 50 cambuches de gasolineros,
pero a la fecha, esta misma vía está completamente despejada.” https://www.laopinion.com.co/cucuta/
desaparecen-poco-poco-los-pimpineros-de-cucuta-127829#OP; para el año 2006: “Por un lado, desde
hace 30 años miles de familias viven de la comercialización de esta gasolina, lo que hace que cualquier acción
que se tome para contrarrestar este ilícito tenga un gran impacto social. Pero, por el otro, son cuantiosos los
recursos que deja de recibir el país por los impuestos al no venderlo legalmente. En Cúcuta hay 12.000 familias
que participan de este negocio, según datos de la Secretaría de Hacienda de Norte de Santander.” LA OPINIÓN.
Desaparecen poco a poco los ´pimpineros´ de Cúcuta. [En línea], 2017. Disponible en Internet: < https://
www.laopinion.com.co/cucuta/desaparecen-poco-poco-los-pimpineros-de-cucuta-127829#OP>
446 COLOMBIA. ARTÍCULO 320 del Código Penal. FAVORECIMIENTO Y FACILITACIÓN DEL
CONTRABANDO. <Artículo modificado por el artículo 6 de la Ley 1762 de 2015. El nuevo texto es el siguiente:>
El que posea, tenga, transporte, embarque, desembarque, almacene, oculte, distribuya, enajene mercancías que
hayan sido introducidas al país ilegalmente, o que se hayan ocultado, disimulado o sustraído de la intervención
y control aduanero o que se hayan ingresado a zona primaria sin el cumplimiento de las formalidades exigidas
en la regulación aduanera, cuyo valor supere los cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales vigentes, sin
superar los doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales vigentes, incurrirá en pena de prisión de tres (3)
a seis (6) años y multa del doscientos por ciento (200%) al trescientos por ciento (300%) del valor aduanero de la
mercancía objeto del delito.
Si la conducta descrita en el inciso anterior recae sobre mercancías cuyo valor supere los doscientos (200) salarios
mínimos legales mensuales vigentes, incurrirá en pena de prisión de seis (6) a diez (10) años, y multa del
doscientos por ciento (200%) al trescientos por ciento (300%) del valor aduanero de la mercancía objeto del delito.
No se aplicará lo dispuesto en el presente artículo al consumidor final cuando los bienes que se encuentren en su
poder, estén soportados con factura o documento equivalente, con el lleno de los requisitos legales contemplados
en el artículo 771-2 del Estatuto Tributario.
447 Así denominados a los vendedores informales de gasolina porque las vendían en unos recipientes de
plástico llamados “pimpinas”.
José María Peláez Mejía 239
448 GARRIDO MONTT, Mario. Garrido Montt, M. Derecho penal parte general. Tomo II, Editorial Jurídica
de Chile, 2003. p.87.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
240 criterios negativos de imputación objetiva.
¿Encuentra apoyo legal en Colombia, de lege lata, cada una de las tesis defendidas o
constituyen solamente un proyecto de lege ferenda?
449 JESCHECK y WEIGEND. Op., cit. p. 269 “La teoría de la adecuación social afirma que el desarrollo de
acciones praticadas con el oportuno deber de cuidado y que están completamenta radicadas dentro del
marco de la ordenación de la vida comunitaria que se ha configurado históricamente, no realizar tipo
deleitivo alguno aún cuando sean peligrosas para bienes jurídiccos penalmente protegidos (…).”
José María Peláez Mejía 241
De igual forma esos principios han sido acogidos por nuestro Código Penal, ley
599 de 2000 de forma explícita en los artículos 6, 9, 10, 11 y 12. Sin embargo,
en un primer y rápido vistazo, pareciera que el artículo 11 del Código Penal
planteara una contradicción entre su tenor literal y mi cuarta tesis consistente
en considerar la lesividad y su ausencia como criterios positivos y negativos,
respectivamente, de la imputación objetiva del comportamiento analizables
únicamente durante el juicio de tipicidad objetiva de la conducta y no en la
categoría dogmática posterior de antijuridicidad. Nótese, que el artículo 11 de
la ley 599 de 2000 (denominado antijuridicidad) establece que “para que una
conducta típica sea punible se requiere que lesione o ponga efectivamente en peligro,
sin justa causa, el bien jurídicamente tutelado por la ley penal.” En consecuencia,
pareciera que la lesividad como categoría dogmática debiera ser estudiada por
mandato legal luego de que sea afirmada la tipicidad y no antes, como requisito
previo, para la determinación de la misma.
450 “El uso de un precedente significa la aplicación de la norma que subyace a la decisión del precedente. El
Derecho del precedente es también un Derecho de normas.” ALEXY, Robert. Teoría de la argumentación
jurídica. La teoría del discurso racional como teoría de la fundamentación jurídica. Madrid: Centro de
Estudios Constitucionales, 1997. p. 266.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
242 criterios negativos de imputación objetiva.
451 HURTADO, José. A propósito de la interpretación de la ley penal. En: Revista Nuevo Foro Penal, Editorial
Temis, 1992, no. 57, p. 338.
452 LÓPEZ MORALES, Jairo. Antecedentes del nuevo Código Penal. Bogotá: Ediciones Doctrina y Ley, 2000.
p. 17.
453 Ibid., p. 171.
José María Peláez Mejía 243
Por ende, como a partir del método histórico es claro que la lesividad es uno
de los componentes de la imputación objetiva y no de la antijuridicidad, nos
restaría establecer, mediante la utilización del precedente constitucional,
si la imputación objetiva hace parte del tipo penal objetivo o no. Para ello,
vemos que la sentencia C-115 de 2008 cuando estudio el homicidio culposo
aseguró que la nueva visión de atribución de comportamiento adoptaba por
el legislador para definir los tipos penales era la imputación objetiva “según la
cual un hecho causado por el agente le es jurídicamente atribuible a él si con su
comportamiento ha creado un peligro para el objeto de la acción no abarcado
por el riesgo permitido y dicho peligro se realiza en el resultado concreto.”455
Así mismo, en la sentencia SU-1184 de 2001 la Corte Constitucional utilizó
la teoría de la imputación objetiva como elemento integrante del tipo penal
para solucionar una acción de tutela en la cual se debatía la competencia para
conocer de un hecho omisivo ocurrido en la masacre de Mapiripán456.
Así mismo, existió una tendencia muy marcada a seguir a Claus ROXIN
en cuanto al hecho de condensar la fórmula de atribución normativa en la
creación de un riesgo jurídicamente desaprobado y su posterior realización en
el resultado lesivo de bienes jurídicos. Sin embargo, y pese a ese inicial trasegar
por los valles del funcionalismo moderado vemos como en otras decisiones
aparecen combinaciones indiscriminadas con el pensamiento de JAKOBS en lo
atinente a la configuración de instituciones precisas de la Imputación Objetiva,
como por ejemplo el principio de confianza, que llevan a fundamentaciones
poco claras sobre el tema y a veces un tanto incoherentes.
457 COLOMBIA. CSJ. SCP, ssentencia, no. 16636, 20 de mayo de 2003. M.P.: Álvaro Pérez Pinzón.
458 Ibid.
459 Ibid.
460 Ibid.
461 Ibid.
462 Ibid; y COLOMBIA. CSJ. SCP. sentencia 12742, 04 de abril de 2003. M.P.: Álvaro Pérez Pinzón. En:
Revista Jurisprudencia y Doctrina. Bogotá: No. 378, (junio de 2003); p. 1927.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
246 criterios negativos de imputación objetiva.
V. Son “objetivos”: habida cuenta que el operador jurídico cuando los analiza
en el caso concreto, debe dejar de lado elementos subjetivos propios de
la tipicidad subjetiva (conocimiento, voluntad, previsibilidad, etc.) o de
la imputación personal, llamada también culpabilidad, (consciencia de
la ilicitud, imputabilidad del sujeto o exigibilidad de otra conducta), para
examinarlos únicamente desde el ámbito normativo estudiando tan
solo la conducta y el resultado con independencia de la esfera psicológica
del sujeto para el momento de ejecución del comportamiento.
463 COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 21241, 24 de noviembre de 2004. M.P.: Mauro Solarte Portilla. En:
Revista Jurisprudencia y Doctrina. Bogotá: No. 397, (enero de 2005); p. 40.
464 COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 23157, 230 de mayo de 2007. M.P.: Yesid Ramírez Bastidas.
465 COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 24557, 17 de octubre de 2007. M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca.
466 Se aclara que la Corte Suprema de Justicia es poco clara en cuanto a sus criterios de imputación, siendo
muy itinerante la ubicación que le otorga a conceptos tales como “infracción al deber objetivo de cuidado”,
“causalidad”, “posición de garante”, “relación de riesgo”, “resultado”, entre otros. Inclusive mediante
sentencia 36082 (25-01-12), reiterando otras providencias, expresó que los criterios de imputación
objetiva se daban en tres niveles ya que su existencia puede afirmarse cuando “con su comportamiento
el autor despliega una actividad riesgosa; va más allá del riesgo jurídicamente permitido o aprobado, con lo cual
entra al terreno de lo jurídicamente desaprobado; y produce un resultado lesivo, siempre que exista vínculo causal
entre los tres factores”. No obstante, analizando la jurisprudencia en su conjunto hemos concluido que la
posición más reiterada implica comprender la imputación objetiva en dos grandes niveles de afirmación.
467 Molina Fernández, Fernando, Antijuridicidad penal y sistema de delito, J. M. Bosch, Barcelona, 2001. p.
378.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
248 criterios negativos de imputación objetiva.
468 COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 27388, 08 de noviembre de 2007. M.P.: Julio Enrique Socha
Salamanca.
469 COLOMBIA. ARTÍCULO 21 y 271 del Código Penal.
470 Entre otras, COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 27388, 08 de noviembre de 2007. M.P.: Julio Enrique
Socha Salamanca; COLOMBIA. CSJ. SCP, sentencia, no. 27388, 08 de noviembre de 2007. M.P.: Julio
Enrique Socha Salamanca.
471 Al respecto, BUSTOS, Ramírez y HORMAZÁBAL, Malarée, Op., cit. p. 89-92; aunque sitúan el juicio
acerca del desvalor del resultado en sede de la antijuridicidad.
José María Peláez Mejía 249
imputación objetiva, asegurando que ésta hace parte del tipo penal en los
siguientes términos (aunque en claro regreso a la posición original de ROXIN):
Así las cosas, es posible concluir que cuatro tesis encontrarían aplicación
inmediata en el actual ordenamiento jurídico colombiano, teniendo en cuenta
que son compatibles con el espíritu del legislador que forjó el Código Penal y
con el precedente jurisprudencial tanto de la Corte Constitucional como de la
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal473.
473 Lo expuesto no desconoce la variada posición que particularmente sobre la lesividad ha tenido la
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sin embargo, resaltamos el siguiente aparado
jurisprudencial: “Sin perjuicio de que también pueda contemplarse como un problema atinente a la
antijuridicidad de la acción, o como causal de ausencia de responsabilidad en el injusto, o incluso como
un principio general de interpretación que impide la configuración de la conducta punible sin tener que
profundizar en las categorías dogmáticas del delito, la ausencia de significativa lesión o puesta en peligro
del bien jurídico es un asunto que en un principio sería atinente a la tipicidad en el evento de aceptar
teorías como la adecuación social y la imputación objetiva del resultado. (…) Ahora bien, aunque en
el ordenamiento jurídico colombiano el principio de lesividad se consagró en el artículo 11 del Código
Penal, que también se refiere a la categoría de la antijuridicidad, ello de ninguna manera desautoriza la
opinión, por lo demás dominante en la literatura especializada, de que la afectación irrelevante del bien
jurídico pueda constituirse como causal de exclusión de la tipicidad.” Lo anterior, por cuanto el legislador,
tal como se advierte de un análisis sistemático de la parte general de la ley 599 de 2000, dejó abierta la
posibilidad de aplicar distintos esquemas del delito en la solución de los casos, e incluso, mediante el
inciso 1º del artículo 9 del referido código, dio paso a los criterios de la imputación objetiva del resultado
como principio rector en materia jurídico penal. COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 31362, 13 de mayo
de 2009. M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca.
José María Peláez Mejía 251
IV. A partir de lo expuesto, toda teoría del caso defensiva que pretendiera
sustentar su tesis en cualquiera de las hipótesis de falta de lesividad tendría
que invocar como razón jurídica para la solicitud de inocencia la atipicidad
del comportamiento lo que le relevaría la carga de argumentar las restantes
categorías del delito.
474 Por ejemplo: ROXIN, Claus. Derecho Penal, parte general. Tomo I. 1ª ed. Madrid: Civitas, S.A. p. 558 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
258 criterios negativos de imputación objetiva.
475 PEÑA GONZÁLEZ, Oscar y ALMANZA ALTAMIRANO, Frank. Teoría del Delito. Manual práctico para
su aplicación en la teoría del caso. Perú: APECC, 2010. p. 186; SAMPEDRO ARRUBLA, Camilo. Lección
19: La antijuridicidad. En: URBANO, José Joaquín, Et al. Lecciones de Derecho Penal, Parte General.
Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2011. p. 333. Una curiosa variante de esta postura la tienen
BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE, Ignacio, Et al. Curso de Derecho Penal Parte General. Barcelona:
Ediciones Experiencia S.L., 2004. p. 193 y ss, dado que consideran la antijuridicidad formal la suma de
“tipicidad” + “ausencia de causales de justificación”, mientras que a la antijuridicidad material la asocian
con la doctrina dualista del injusto entendiéndola como la suma del “desvalor de la acción” + el “desvalor del
resultado” cuya vinculación se realiza mediante la “teoría de la imputación objetiva”.
José María Peláez Mejía 259
Fuente: propia.
Fuente: propia.
476 Por ejemplo: MAURACH, Reinhart. Tratado de Derecho Penal. Tomo I. Barcelona: Ediciones Ariel, 1962.
p. 357.
477 Citados por ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. P. 560, pie de página 9: “Sobre todo, LK-
Hirsch, antes del § 32, nm. 12 ss.; Sch/Sch/Lenckner, antes del §13, nm. 50; Bockelmann/Volk, AT, § 15 A
III.”
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
260 criterios negativos de imputación objetiva.
478 Así: MARTÍNEZ ESCAMILLA, Margarita, MARTÍN LORENZO, María & MARISCAL DE GANTE,
Margarita Valle. Derecho Penal. Introducción. Teoría del Delito. Materiales para su docencia y aprendizaje.
Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 2012, p. 81. Esta sería similar a la opinión de ROXIN para
quien sencillamente el “injusto” o “tipo global” es entendido como la suma de las tradicionales tipicidad y
antijuridicidad separadas sistemáticamente, pero unidas para conformar aquél. (Cfr. Derecho Penal, parte
general. Op. Cit. P. 287)
479 COBO DEL ROSAL, Manuel y VIVES ANTÓN, Tomás S. Derecho Penal, Parte General. Valencia: Editorial
Tirant Lo Blanch, 1999. p. 293 y ss
480 FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Derecho Penal Fundamental 1. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2007.
p.497.
José María Peláez Mejía 261
481 MEZGER, Edmundo. Tratado de Derecho Penal. Tomo I. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado,
1955. p. 376.
482 FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Op., cit. p. 60.
483 ROXIN. Op., cit. p. 288.
484 GIMBERNAT, Enrique. Estudios de Derecho Penal. 2ª ed. Madrid: Editorial Civita, 1981. p. 141, nota 32.
485 Compuesto por la ausencia de las causales de justificación.
486 Así: MIR PUIG, Santiago. Op., cit. p.556.
487 FERNÁNDEZ , Juan. Op., cit. p. 61.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
262 criterios negativos de imputación objetiva.
Desde esta perspectiva y con base en las conclusiones a las cuales se llegaron en
los capítulos anteriores, se otorgan los siguientes significados a la terminología
mencionada líneas atrás (salvo cuando se esté realizando la reconstrucción
histórica): (1) la conducta no será considerada un elemento previo del juicio de
tipicidad sino parte integral de éste, conformando así el tipo objetivo (en su fase
externa) y el tipo subjetivo (en su fase interna) en donde se describen sus elementos
generales494 y particulares495; (2) el tipo objetivo y el tipo subjetivo conformarán,
unidos, una macro categoría del delito llamada sencillamente tipo penal o injusto;
(3) la antijuridicidad, que no integrará el injusto porque la presente investigación
se basa precisamente en demostrar su innecesaridad como elemento del delito
posterior a la tipicidad, y será entendida exclusivamente como “ausencia de
causales de justificación”, puesto que la lesión a bienes jurídicos o lesividad acorde
el capítulo II fue integrada a la imputación objetiva como elemento del tipo
penal; (4) la tipicidad se entenderá como el resultado positivo del juicio de tipicidad
objetiva que estará compuesto por un juicio de subsunción lógico (o comparación
entre el hecho y requisitos generales y particulares exigidos por el enunciado
normativo en la parte especial del código), un juicio de imputación fáctica o del hecho
empírico (que se satisface atribuyendo naturalísticamente la acción u omisión al
sujeto activo y verificando la presencia de nexo causal) ; y un juicio de imputación
objetiva (en el que se examina la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado
y su concreción en el resultado; (5) no se usará el concepto de antijuridicidad
material ni como principio ni como elemento del delito, dado que conforme el
capítulo anterior tal institución se consideró incorrecta, adoptando en cambio
los conceptos de principios de lesividad y lesividad del comportamiento (este último
como elemento integrante de la imputación objetiva); y (6) se distinguirán tres
494 Todo hecho para ser considerado conducta, desde el punto de vista jurídico-penal, debe cumplir los
siguientes requisitos: A) Desde el punto de vista externo [cuya descripción se realiza en el tipo penal
objetivo]: 1. Deberá tratarse de un comportamiento humano exteriorizado de acción u omisión, entendiendo
por la primera un “movimiento corporal” y por la segunda “la no realización de una acción debida”; 2.
Dicho comportamiento humano exteriorizado tendrá que poder ser anticipado mentalmente por el hombre
medio; es decir, tendrá que ser previsible; y 3. La acción, la omisión y el eventual resultado que estas
produzcan tendrán que ser evitables; esto es, susceptibles de haber podido ser eliminados, modificados o
paralizados. B) Desde el punto de vista interno [cuya descripción se realiza en el tipo penal subjetivo]:
1. El hecho tiene que haber sido realizado de forma voluntaria; es decir, como producto del control del
sistema nervioso central; y 2. El hecho tuvo que ser el producto de un hombre consciente; es decir, un ser
humano cuyas funciones psíquicas le permitieron percibir sus vivencias y las del mundo exterior
495 Todo tipo penal habrá de incluir como elementos integrantes los anteriormente mencionados. Sin
embargo, de forma adicional agregará especiales elementos descriptivos y normativos que complementen
y precisen la producción, ejecución y consumación de la misma.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
264 criterios negativos de imputación objetiva.
496 SCHÜNEMANN, Bernd. Introducción al razonamiento sistemático en derecho penal. En: El sistema
moderno del derecho penal. cuestiones fundamentales: estudios en honor de Claus Roxin en 50º
aniversario, 1991. p. 22. ISBN 84-309-1978-3.
497 LISZT, Franz Von. Tratado de Derecho Penal. Tomo II. 3ra. Ed. Madrid: Instituto Editorial Reus, s.a. p.
333 y ss.
498 BELING, Ernst Von. Esquema de Derecho Penal. La doctrina del Delito-Tipo. Buenos Aires: Librería el
Foro, 2002. p. 43 y ss.
José María Peláez Mejía 265
499 Así, por ejemplo: BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Derecho Penal. Tomo I. Fundamentos del Derecho Penal y
Teoría del Delito y el Sujeto Responsable. Bogotá: Editorial Leyer, 2008. p. 467.
500 MEZGER, Edmundo. Tratado de Derecho Penal. Tomo I. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado,
1955. p. 376.
501 Así lo referencia: ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Tomo I: Fundamentos. La Estructura de
la Teoría del Delito. Madrid: Editorial Civitas, 1997, p. 281.
502 MAYER, Max Ernst. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial B de F, 2007. p. 228.
503 JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal. Parte General. Granada:
Editorial Comares, 2014. p. 222. Así mismo, es necesario resaltar nuevamente que mientras el
planteamiento neoclásico del injusto consideraba que la tipicidad implicaba por regla general la
antijuridicidad como ratio essendi de aquélla, la teoría de los elementos negativos del tipo lo que hizo fue
llevar hasta sus últimas consecuencias tal planteamiento asegurando que la tipicidad implica siempre la
antijuridicidad de la conducta. En consecuencia, concibe “el tipo como tipo total de injusto y los presupuestos
de las causas de justificación (tradicionalmente estimadas como pertenecientes al ámbito de la antijuridicidad)
como ‘elementos negativos del tipo’.” SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Aproximación al Derecho Penal
Contemporáneo. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012. p. 631.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
266 criterios negativos de imputación objetiva.
TEORÍA
ESQUEMA CLÁSICO ESQUEMA NEOCLÁSICO
CATEGORÍA
DOGMÁTICA
(1) Se ubica luego de la (1) Su ubica luego de la tipicidad, pero
tipicidad y su relación con fusionadas conforman el injusto y
ésta es puramente lógica, (2) es predominantemente objetiva,
no valorativa y (2) se pero de forma excepcional puede
considera un elemento del contender algún elemento subjetivo,
1. Antijuridicidad delito, objetivo, valorativo por ejemplo, el conocimiento en ciertas
y formal. causales de justificación. Así mismo,
sigue siendo valorativa y formal, pero
adicionalmente se exige dañosidad
o nocividad social (bajo la forma de
antijuridicidad material)
504 BUSTOS RAMÍREZ, Juan y HORMAZÁBAL MALARÉE, Hernán. Lecciones de Derecho Penal. Parte
General. Madrid: Editorial Trota, 2006. p.154.
505 Valga aclarar que autores como HIRSCH consideran que es un error considerarlo fundador de esta teoría
y que todo es producto de una incomprensión de lo que dijo. Obras completas. Vol IV. Op., cit. p. 26.
506 Ibid., p. 155.
José María Peláez Mejía 267
507 Cfr. El excelente estudio de: ARAQUE, Diego. La discusión sobre el elemento subjetivo de la justificación.
En: Estudios de Derecho Penal. Libro homenaje a Juan Fernández Carrasquilla. Medellín: Sello Editorial
Universidad de Medellín, 2015, p. 803. Allí se explica claramente que tal posición sólo fue una regla
general porque en eventos como “legítima defensa” y, muchos otros, no se exigía elemento subjetivo para
la configuración de la justificante.
508 Precisión: El error sobre las causas de justificación o suposición errónea de justificación puede presentarse
por distintas circunstancias: (1) por equivocarme en los hechos que la harían procedente [justificación
putativa]; (2) por equivocarme en sus límites jurídicos; y (3) por equivocarme acerca de su existencia
imaginando que para mi actuar había una causal de justificación que no existe [falsa creencia en la
existencia de un precepto permisivo]. Pacíficamente se entiende que (1) y (2) son formas de error de
prohibición indirecto. En cambio, con (1) veremos que existe un vaivén teórico que va desde considerarlo
un auténtico error de tipo, hasta darle dicho tratamiento por analogía y pensar que es un error de
prohibición por otros. El típico ejemplo de (1) sería el siguiente: “A” le dispara a “B” convencido de que
éste, inmediatamente, lo iba a asesinar por un movimiento que realizó con su revolver. Sin embargo, el
arma de “B” resultó ser de juguete, situación que desconocía “A”. Constituiría este caso: ¿Un error de tipo
o de prohibición? Depende de cada teoría. En Colombia, la situación es aún más problemática porque
(2) es denominado por el legislador como Error en los presupuestos objetivos de una causal de ausencia
de responsabilidad [art. 32.10 del CP.], cobijando así esta forma de “error” la equivocada suposición
de “hechos” que se adecuarían a los requisitos objetivos de las causales de atipicidad, justificación y
exculpación de nuestro Código Penal. Entonces, esta forma de error ampliada sería ¿error de tipo o de
prohibición? Aún más complejo, pero se trataría de dar, a partir de nuestra investigación, una respuesta
satisfactoria a dicho interrogante.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
268 criterios negativos de imputación objetiva.
509 ARMAZA GALDÓS, Julio. El error de prohibición. En: Revista de Derecho y Ciencias Políticas, Vol. 50, Año
1993 – Lima, Perú, p. 48
510 VELÁSQUEZ VELÁZQUEZ, Fernando. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. Pág 641, nota al pie de
página número 359. Aclarando que dicho autor no le dio explícitamente el nombre de “error de tipo” a
dicha forma de error
José María Peláez Mejía 269
Fuente: propia.
511 “De conformidad con tal perspectiva, ni las causas de justificación ni ningún elemento de éstas afectan al
hecho, sino a la valoración del mismo (con las consiguientes repercusiones en materia de error). Para la
teoría de los elementos negativos del tipo, en cambio, la caracterización (fáctica) completa del hecho no
resulta sólo del tipo en sentido estricto, son de la conjunción de éste y de los presupuestos de las causas
de justificación.” SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Op., cit. P. 632
512 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Barcelona: Editorial Reppertor, 2011. p. 156.
513 Es criticado este concepto de “injusto personal” entendido como la fusión no necesaria entre tipicidad
y antijuridicidad que elaboró WELZEL por cuanto el término “personal” haría alusión a “la capacidad
individual (subjetiva) del sujeto concreto, que es un problema no de tipo, sino de culpabilidad.” LUZÓN
PEÑA, Diego-Manuel. Derecho Penal, Parte General. Buenos Aires: Editorial B de F, 2016. p. 279.
514 WELZEL, Hans. Derecho penal alemán. Santiago de Chile: Ediciones Jurídicas del Sur, 1980. p. 91-92.
José María Peláez Mejía 271
TEORÍA
ESQUEMA FINALISTA
CATEGORÍA
DOGMÁTICA
(1) Regresa a un concepto de “tipo penal” próximo al de BELING
en punto de considerarlo únicamente un mero indicio o ratio
cognoscendi de la antijuridicidad. En consecuencia, la “tipicidad”
y la “antijuridicidad” se separan por completo, asumiéndose una
1. Antijuridicidad visión “tripartita” y no “bipartirta” [injusto y culpabilidad] que
era propia del esquema neoclásico; y (2) aunque la antijuridicidad
es objetiva y valorativa, veremos en lo atinente a las causas de
justificación si generaliza la exigencia de un requisito subjetivo para
su configuración515.
(1) La inexistencia de causales de justificación no hacían parte
del tipo penal, como en la teoría de los elementos negativos del
tipo, sino que constituían un requisito de la antijuridicidad; (2)
La concurrencia de dichas causales generaban exclusivamente
2. Causales de
ausencia de antijuridicidad, pero dejaban intacta la tipicidad del
justificación
comportamiento; y (3) Además de exigirse los elementos objetivos
de la justificante, el autor debía conocer los hechos adecuables a los
mismo y tener el animus justificante, como elementos subjetivos, para
la configuración de la eximente de responsabilidad.
Para la teoría estricta de la culpabilidad o finalismo ortodoxo
3. Tratamiento Del Error de WELZEL:
(Error de tipo Vs. Error
de prohibición y Error (1) Se abandona la consideración del dolus malus y se opta por un
sobre los presupuestos dolo bueno, avalorado o neutral del cual se escinde la consciencia de
objetivos de una causal la antijuridicidad o ilicitud por cuanto ella continuaría haciendo parte
de justificación) de la “culpabilidad” como uno de sus elementos, mientras que el
“dolo” (conformado ahora solamente por “conocimiento de los hechos”
515
515 Se sigue en este punto a BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. P. 468. Una
posición contraria sería la LUZÓN PEÑA, Diego Manual. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. Pág
226 que considera que la antijuridicidad también su subjetiviza. La razón de ser de nuestra postura se
encuentra en el mismo WELZEL, Hans. Derecho Penal Alemán. Op. Cit. P. 77 quien manifiesta lo siguiente:
“La antijuridicidad es un juicio de valor ‘objetivo’, en tanto se pronuncia sobre la conducta típica, a partir de un
criterio general: el ordenamiento jurídico.” Y si bien es cierto que se refiere tanto a lo objetivo como subjetivo de la
tipicidad, también lo es que “la antijuridicidad es objetiva sólo en el sentido de un juicio de valor general; su objeto,
la acción, en cambio, es una unidad de elementos objetivos (del mundo eterno) y subjetivos.”
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
272 criterios negativos de imputación objetiva.
Los puntos (1), (2), (3) y (5) son teorizados igual que la teoría
estricta de la culpabilidad. El cambio se produce es en el punto (4)
por cuanto considera que el error en los presupuestos objetivos de
una causal de justificación es un “error de prohibición”, que afecta la
culpabilidad, pero que por analogía se le aplican todos los efectos
punitivos del error de tipo en cuanto a su vencibilidad, de tal
forma que si es “vencible” se modifica la calificación jurídica de
“doloso” a “culposo”, en vez de atenuar la pena como lo ordenaría
prima facie todo error de prohibición vencible. Sin embargo, y
pese a lo afirmado en esta teoría no existe claridad sobre si esta
forma particular de error o justificante putativa excluye el tipo
subjetivo (así KÜHL518), hace decaer el ilícito doloso a nivel de
antijuridicidad (por ejemplo, FRISTER519) o solamente afecta
la culpabilidad dolosa (ESSER, SATZGER, etc.520). En el caso de
ROXIN la justificación putativa es, por analogía, un error de tipo
que excluye el dolo y genera por ente atipicidad subjetiva,
516517518519520
516 Por ejemplo: STRATENWERTH, Günther. Derecho Penal, Parte General I. Op. Cit. P. 269.
517 Así: ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. P. 583
518 HILGENDORF, Eric & VALERIUS, Brian. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. P. 167, pie de página 31
519 Ídem, p. 167, pie de página 32
520 Ídem, p. 167, pie de página 33
José María Peláez Mejía 273
Fuente: propia.
Finalmente, surgiría en los años 70524 una nueva corriente del derecho penal: el
funcionalismo, abanderada principalmente por CLAUS ROXIN quien durante
tal época pusiera de presente la íntima relación que debía existir entre la política
criminal y el derecho penal elaborando el siguiente esquema del delito:
521 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. P. 581. Nos explica que la razón de ser del nombre
de la teoría “restringida” de la culpabilidad es la siguiente: todo error que oculta al sujeto el carácter
prohibido de su conducta es un problema de atenuación o exclusión de su culpabilidad que deja intacto el
dolo. Sin embargo, “la teoría aquí expuesta se aparta de este principio en cuanto que concede efectos excluyentes
del dolo también al error de tipo permisivo, o sea no le reconoce influencia sólo en la culpabilidad. Por tanto,
la teoría de la culpabilidad se ‘restringe’, porque se considera excluyente del dolor no solo el caso del § 16, sino
también el error de tipo permisivo.”
522 Ver, ídem, p. 581, nota al pie de página número 67.
523 JESCHECK, Hans-Heinrich & WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal. Parte General. Op. Cit. P.
499
524 Fecha en que es publicado su famoso artículo: Gedankenzur Problematik der Zurechnun im Strafrech.
Traducido actualmente en: ROXIN, Claus. Problemas básicos del derecho penal. Madrid: Editorial REUS
S.A. 1976. p. 128-148.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
274 criterios negativos de imputación objetiva.
INJUSTO
“(…) es cierto que tipo y antijuridicidad han de quedar separados sistemáticamente, pero que,
no obstante, ambos se pueden reunir componiendo un ‘tipo global’ en el aspecto del injusto. Por
tanto, es absolutamente legítimo contraponer a la responsabilidad el ‘injusto’, como unidad
superior de tipo y antijuridicidad”525
TIPICIDAD ANTIJURIDICIDAD
ACCIÓN (Tipo objetivo + tipo subjetivo = tipo (Incluye la verificación de la inexistencia
sistemático) de causales de justificación)
“Por tanto el concepto de tipo, que debe separarse sistemáticamente de la antijuridicidad,
es un tipo de injusto pero no es idéntico al injusto; es, en la precisa formulación de Gallas,
‘ratio essendi de la pertenencia del hecho al typus de injusto, pero en cambio sólo ratio
cognoscendi de su antijuridicidad en el caso concreto’.”526
525526
Fuente: propia.
525 ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte General. Tomo I: Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito. Op.
Cit. P. 288
526 Ídem, p. 288
527 Ídem, p. 557
528 ROXIN, Claus. Política criminal y sistema del derecho penal. Buenos Aires: Hammurabi, 2002. p. 21.
José María Peláez Mejía 275
En lo atinente a la teoría del error surge una dificultad: teniendo en cuenta que
sistemáticamente el conocimiento de los hechos como parte integrante del
dolo se encuentra antes de la antijuridicidad donde se verifican las causales
de justificación, ¿cómo podría ROXIN justificar su posición según la cual es
correcta la teoría restringida de la culpabilidad que considera el error invencible
sobre los presupuestos objetivos de una causal de justificación, por analogía, un
error de tipo que elimina el dolo? Elaborando un segundo esquema del delito
únicamente para la teoría del error. En palabras del mismo ROXIN: “el tipo a
efectos de error no es necesariamente idéntico al tipo sistemático.”530
De esta manera, tendríamos dos formas de concebir el tipo penal: (1) como un
tipo sistemático que abarca a su vez un “tipo objetivo” compuesto por unos sujetos,
una acción típica, un resultado, una imputación objetiva y unos complementos
descriptivos y normativos, más un “tipo subjetivo” integrado por el dolo o la culpa
y los elementos subjetivos especiales que contemplase cada delito en particular.
De dicho tipo sistemático NO haría parte la antijuridicidad, ni tampoco las causales
de justificación. En consecuencia, el conocimiento de los hechos que abarcaría el
dolo típico no incluiría los presupuestos objetivos de las causales de justificación porque
naturalmente ellos estarían sistemáticamente ubicados con posterioridad al tipo
penal. Sin embargo, como dicha perspectiva causa contradicciones de orden lógico
en lo atinente a la justificación putativa, dado que ROXIN acogió la teoría restringida
de la culpabilidad que considera dicha hipótesis como un error de tipo, decidió
inventarse531 una (2) forma de considerar el tipo penal, únicamente, cuando se
tratara de estudiar el error en los presupuestos objetivos de una causal de justificación
permitiendo así que el dolo abarcara además a los elementos objetivos de las
causales de justificación, denominándolo como dolo de injusto, y a ese curioso
tipo penal: tipos a efectos de error.
Fuente: propia.
532 Así lo enseña muy ilustrativamente SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Introducción. En: SCHÜNEMANN,
Bernd. El sistema moderno del Derecho Penal. Cuestiones fundamentales. Buenos Aires: Editorial B de
F, 2012. También puede confrontarse: JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de
Derecho Penal, Parte General. 5ª ed. Granada: Editorial Comares, 2014. Y JESCHECK, Hans-Heinrich.
Evolución del concepto jurídico penal de culpabilidad en Alemania y Austria. En: Revista Electrónica de
Ciencia Penal y Criminología, 2003. no. 05-01, p. 01:1-01:19.
533 Es decir, pretende una síntesis entre el finalismo y una dogmática determinada normativamente
JESCHECK, Hans-Heinrich, Tratado de Derecho Penal, Parte General. Tomo II. Barcelona: Editorial
Bosch, Casa Editorial, S.A., 1981. p. 214. O como dice el profesor SILVA SÁNCHEZ “la doctrina dominante
alemana acoge un ‘doble eclecticismo metodológico’: por un lado, su método no es ni plenamente
sistemático ni, por supuesto, tópico, sino que mezcla consideraciones deductivas e inductivas; por otro
lado, integra tanto consideraciones ontológicas como normativas”. Op., cit. p.24.
534 Su obra más conocida a nivel latinoamericano es: La teoría del delito en su momento actual. Barcelona:
1959.
José María Peláez Mejía 277
Así mismo, en este sistema ecléctico, aun cuando se asume la teoría del “error”
de WELZEL [es decir, la teoría estricta de la culpabilidad], es evidenciable una
modificación sustancial en torno a un aspecto del mismo: el error sobre los
presupuestos objetivos de una causal de justificación deja de ser considerado
error indirecto de prohibición y pasa a ser tenido, en cuanto a sus efectos
535 Para la ubicación del dolo en el tipo por ejemplo se argumenta con base en la “significación” de los tipos
penales, el carácter imperativo de las normas y la “mayor peligrosidad que la presencia del dolo confiere a
la conducta”; SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. Op. cit. p. 36.
536 Se sigue la síntesis de SILVA SÁNCHEZ. Op., cit.
537 Ibid.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
278 criterios negativos de imputación objetiva.
según se vio, como un “error de tipo”. Sin embargo, esta teoría que es la
dominante en el mundo germánico ha pasado casi desapercibida en el mundo
latinoamericano, creándose la falsa impresión de que la ROXIN o JAKOBS son
las verdaderas construcciones dogmáticas imperantes aun cuando ello no es
así538.
Comiéncese por afirmar que existe una dificultad (o más bien imposibilidad)
de ubicar coherente y satisfactoriamente la suposición errónea de los hechos
configurativos de una causal de justificación dado el particular estadio de análisis
en que se examinan dichas ausencias de responsabilidad, puesto que los hechos
justificantes se estudian luego de afirmada la tipicidad objetiva y subjetiva aun
cuando el error sobre tales hechos pareciera quitar el carácter doloso de la
538 Justamente reconoce esta perspectiva el profesor Fernando VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ quien recuerda
que la doctrina alemana no ha girado exclusivamente “en torno a las corrientes funcionalistas con epicentro
en München y Bonn, sino que también Frankfurt ha sido el lugar de confluencia de una Escuela de pensamiento
jurídico penal – con W. HASSEMER (1940-) a la cabeza, que fuera secundado por profesores tan importantes
como el fallecido A. BARATTA, y por K. LÜDERSSERN (1932-), F. HERZOG, C. PRITTWITZ (1953-), P.A.
ALBRECHT, W. NAUCKE (1933-), entre muchos otros – que no está de acuerdo con la normativización de las
categorías del delito y que reclama un derecho penal de garantías orientado hacia las ciencias sociales, en la línea
tradicional del pensamiento penal europeo y con marcada influencia de la dirección filosófica que también se
conoce con ese nombre (…)”. Op., cit. p. 403.
José María Peláez Mejía 279
Las razones para considerar equivocada esta postura son las siguientes:
539 Se tienen como ejemplos de doctrinantes que siguen esta doctrina a los ya citados GIMBERNAT ORDEIG
y también KINDHÄUSER citado en el pie de página 25 por HILGENDORD, Eric y VALERIUS, Brian. Op.,
cit. p. 165
540 JAKOBS, Günther. Derecho Penal, parte general. Op., cit. p. 193, 6/57. “Un comportamiento justificado
no es menos conforme a Derecho que otro ni siquiera típico, y está prohibido o es contrario a la norma
en tan escasa medida como este.” Aunque a renglón seguido afirma que ello solamente en cuanto al
resultado y no acerca de (1) el fundamento del injusto y (2) la relevancia del escalón valorativo anterior al
injusto. Similar afirmación en STRATENWERTH, Günther. Op., cit. p. 130, 7/14.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
280 criterios negativos de imputación objetiva.
541 COPI, Irving y COHEN, Carl. Introducción a la lógica. México: Limusa, 2013. p. 137. “Regla 5: Una
definición no debe ser negativa si puede ser afirmativa. Una definición intenta indicar lo que significa un
término, en vez de lo que no significa. (…) Se deben identificar los atributos que tiene el definiendum,
más que aquellos que no tiene.”
José María Peláez Mejía 281
En cambio, con esta tesis el dolo implicaría abarcar y conocer una sola cosa:
que se está creando un riesgo jurídicamente desaprobado, lo cual no solo sería
posible exigírselo al hombre medio sino que adicionalmente estaría acorde
con la descripción del cerebro que llevan a cabo la psicología y la psiquiatría,
pues dicho postulado no sería otra cosa más que la enunciación normativa
de algo llamado por aquéllas como la “conciencia discriminativa”543 que
todo ser humano sano debe poseer. En consecuencia, se puede concluir
que la “teoría de los elementos negativos del tipo” es vulneradora, entre otras
garantías, de la taxatividad pues acorde con ella “la ley penal definirá de
manera inequívoca, expresa y clara las características básicas estructurales del
tipo penal”544; es decir, la conducta que se encuentra prohibida, por lo que
la fórmula “inexistencias de causales de justificación” como elemento del tipo
penal, al ser vaga, ambigua y colmada de una profunda indefinición, no
cumpliría a cabalidad ese imperativo derivado del principio de legalidad545.
En palabras de FRISTER:
Así las cosas, se descarta la validez de esta crítica usual realizada a la doctrina
de los elementos negativos del tipo, pero sin que tal circunstancia implique
adoptarla como correcta, porque mantiene sus yerros, aunque originados
de las cuatro razones que previamente fueran esgrimidas en el presente
literal. Ahora bien, en lo atinente a la forma como esta teoría maneja el
error en los presupuestos objetivos de una causal de justificación se considera
que es desde el punto de vista lógico adecuada y totalmente coherente. No
obstante, “el problema son los presupuestos generales de esta teoría que,
son objetables desde diferentes puntos de vista.”548
II. Otra teoría sostiene que aun cuando la solución sea correcta en sus
resultados tiene una fundamentación incorrecta pues no es un error de
tipo, sino de prohibición pero cuyas consecuencias, no en su ubicación sino
en sus efectos punitivos, son idénticas a las del error de tipo549(versión
original de la teoría limitada de la culpabilidad o teoría de la analogía).
547 FRISTER, Helmut. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 293.
548 BUSTOS RAMÍREZ, Juan. Op., cit. p. 837.
549 JESCHECK, Hans-Heinrich y WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p.
496.
José María Peláez Mejía 285
III. Para la teoría del dolo esta forma particular de error no supuso ningún
problema puesto que ningún efecto tenía la distinción entre error de tipo y
error de prohibición (además de que en un principio ni siquiera se hacía tal
diferenciación) dado que tanto uno como otro eliminaban la culpabilidad
al ser el dolo un elemento integrante de esta y compuesto a su vez por la
consciencia de lo ilícito (esquemas clásico y neoclásico).
El defecto de esta teoría parte del hecho de considerar el dolo una forma
de culpabilidad. No existiría pues problema alguno respecto a la solución
de las justificaciones putativas porque habría coherencia sistemática. Sin
embargo, el fundamento mismo para llegar sus conclusiones es errado.
Miremos por qué:
554 ZAFFARONI Eugenio Raul; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal, Parte General.
Op., cit. p. 732.
555 Sobre el estado de arte de esta postura que considera inadmisible la tentativa imprudente véase: REYES
ALVARADO, Yesid. El delito de tentativa. Buenos Aires: Editorial B de F, 2016. p. 252 y ss. Sin embargo,
se coincide con el tratadista citado en que “en aquellas situaciones en las que el legislador ha considerado
que la especial gravedad de determinadas conductas hace político-criminalmente aconsejable la imposición de
sanciones penales, ha elevado al grado de delitos de peligro comportamientos que estructuralmente corresponden
a tentativas imprudentes (…)” [p. 256 y 257.]
556 Aunque también es cierto lo que dice el profesor Nodier AGUDELO BETANCUR cuando afirma: “En
realidad como lo hemos sostenido otras veces, Welzel no trasladó el dolo de la culpabilidad a la acción como suele
decirse normalmente, sino que lo dejó donde lo encontró: el dolo como voluntad hace parte de la acción porque
la voluntad es la espina dorsal de ella, su médula y sin el acto del conocimiento no se puede varias el objeto del
conocimiento, hay que dejarlo en la acción que es su lugar natural según enseña la psicología.” Op. Cit. P. 113.
José María Peláez Mejía 287
557 AGUDELO BETANCUR, Nodier. Curso de derecho penal (Esquemas del Delito). Ediciones Nuevo Foro:
2013. p.95.
558 GALLAS, Wilhelm. La teoría del delito en su momento actual. Barcelona: BOSCH, Casa Editorial, 1959.
p. 48
559 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Introducción. Op. Cit. p. 35.
560 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 308
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
288 criterios negativos de imputación objetiva.
561 Sumamente ilustrativa la precisión realizada por BACIGALUPO, Enrique. En: Tipo y Error. México:
Estudios de Derecho Penal y Política Criminal, 1989. p. 57. “Quien obra con error respecto de las
circunstancias que pertenecen al tipo penal NO SABE LO QUE HACE (cree disparar sobre un árbol, pero lo hace
sobre un hombre que en la oscuridad parecía un árbol); mientras que, quien conoce todas las circunstancias del
tipo legal, pero cree que su obrar está permitido, SABE LO QUE HACE, aunque pueda errar sobre el significado
de lo que hace. Es objetivamente distinto ignorar que lo que se mata es un hombre, que saber que es una persona,
aunque se crea que se obra dentro del límite de lo permitido.” En el primera caso habrá error de tipo, en el
segundo error de prohibición.
José María Peláez Mejía 289
con los autores existen al menos tres teorías567 que han intentado delimitar
el prinicipio de accesoriedad: (1) la teoría de la accesoriedad restringida según la
cual para que el partícipe responda penalmente, basta con que la conducta
del autor sea típica; (2) la teoría de la accesoriedad limitada568 en la que se
exige que la conducta del autor sea típica y antijurídica (injusta); y (3) la
teoría de la hiperaccesoriedad o accesoriedad extrema según la cual para que
el partícipe responda penalmente, la conducta del autor debe ser típica,
antijurídica y culpable.
567 ROXIN, Claus. Derecho Penal, Parte General. Tomo II. Especiales Formas de Aparición del delito. Madrid:
Editorial Civitas, 2014. p. 214. La clasificación, sin embargo, es introducida por MAYER, Max. Op., cit.
p. 485. En su forma original las llama, respectivamente: accesoriedad mínima (jamás seguida por la ley),
accesoriedad limitada (hoy mayoritaria) y accesoriedad extrema (consagrada originariamente por la ley
penal alemana).
568 Esta es la teoría vigente en Colombia acorde el ARTÍCULO 30 del Código Penal.
569 Coincidente con esta crítica: FRISTER, Helmut. Op., cit. p. 609.
José María Peláez Mejía 291
Primero; Caben aquí los mismos reparos realizados para la teoría estricta
de la culpabilidad en relación con los efectos que causa a la hora de aplicar
la accesoriedad en la participación de las conductas punibles. No obstante,
debe manifestarse que aun cuando los defensores de esta teoría creen que
de todas maneras con ella se brinda una solución óptima para casos en
los cuales una persona coopera con dolo íntegro en el hecho realizado por
el ejecutor de una causal de justificación putativa (es decir, en aquellos
casos donde el cooperador sí sabe que el autor está en un error sobre el
tipo permisivo), también es cierto que esta alambicada y a la vez compleja
construcción dogmática resulta innecesaria, puesto que en últimas casos
como los descritos anteriormente son decididos satisfactoriamente bajo
las reglas de la autoría mediata tradicional.
573 MOLINA FERNÁNDEZ, Fernando. Antijuridicidad penal y sistema del delito. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 2003. p. 508.
574 Ibid., p. 509. Aunque no por eso este autor llega a proponer el abandono de la sistemática alemana en pro
de una simple contraposición objetivo-subjetivo como ocurre en el modelo angloamericano e italiano.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
294 criterios negativos de imputación objetiva.
575 Así lo resalta muy bien: WILENMANN, Javier. Injusto, justificación e imputación. En: PAWLIK, Michael,
Et al. La antijuridicidad en el Derecho Penal. Estudios sobre las normas permisivas y la legítima defensa.
Buenos Aires: Editorial B de F, 2013. p. 126.
576 MUÑOZ CONDE, Francisco. Op., cit. p. 310.
577 Por ejemplo, ROXIN en su Manual, Op., cit. p. 509 y ss.
José María Peláez Mejía 295
• El ejercicio de un derecho
• La legítima defensa
Cualquier manual de derecho penal suele incluir este listado como causales de
justificación en apartados cuyas denominaciones son muy similares. Empero, en
lo relativo a la fundamentación de todas ellas la doctrina no es unánime y pueden
mencionarse, por lo menos, las siguientes teorías elaboradas al respecto: (1) la
tesis578 de la “ponderación de intereses” o el “interés preponderante” según la cual
se permite la lesión de un bien jurídico en determinados eventos porque éste
entra en conflicto con otro bien jurídico o interés de mayor jerarquía que aquél,
exceptuándose de ello el consentimiento en el cual en realidad se presentaría una
“ausencia de interés” que sería precisamente el fundamento especial de dicha
causal de justificación; (2) la “teoría del fin”579 según la cual “lo que justifica
(la conducta) es la adecuación y necesidad del medio para un fin justo”580, sin
embargo, no han sido muchos los adeptos de esta teoría por lo gaseosa de su
fórmula; (3) la fundamentación a partir de un principio utilitarista: la obtención
de más beneficios que sacrificios581; y (4) la imposibilidad de establecer un
fundamento general a todas ellas, razón por la cual resulta necesario buscar una
“razón de ser” para cada causal de justificación en particular582 y no un principio
universal. Desde esta última perspectiva, se suelen emplear diversos criterios de
fundamentación, según la causal de que se trate, pudiendo citar entre muchos
583 LESCH, Heiko Hartmut. Injusto y culpabilidad en derecho penal. Bogotá: Universidad Externado de
Colombia, 2001. p. 8. Líneas más adelante nos explica que aun cuando el origen de la separación entre
injusto y culpabilidad es producto de la tajante división, a su vez, entre el hecho y su autor, “es decir, entre un
suceso perturbador y desaprobado jurídicamente per se, o ‘valorado negativamente’, y el sujeto responsable de tal
hecho” (p. 29), ya no es posible mantener esa conceptuación dado que, según su perspectiva (claramente
desde el funcionalismo radical), debe ser entendida como una comunicación o expresión de sentido en la cual
“el hecho no puede separarse del autor y la imputación penal no sirve para construir una vinculación entre hecho
y autor, sino para establecer qué es en realidad un hecho” (p. 30). Así pues, la culpabilidad ya no podría ser
otra cosa más que el mismo injusto penal y por ende “la culpabilidad siempre es culpabilidad por el hecho y no
culpabilidad del autor” (p. 31).
584 Siguiendo a MOLINA FERNÁNDEZ Op., cit. p. 27, es importante resaltar que el injusto no culpable surgió
a partir de la obra de HEGEL y de Rudolf von IHERING. Sin embargo, la fuerza de la postura contraria
(proveniente principalmente de la teoría de las normas) y según la cual era imposible concebir el injusto
no culpable mientras la antijuridicidad fuese entendida como contrariedad de las normas y ellas como
prescripciones imperativas, conllevó a que se elaboraran tres tipos de respuesta (entre los defensores
de la antijuridicidad sin culpabilidad). La primera de ellas fue una teoría que consideró sin lugar a dudas
válida la crítica de los opositores y por ello reformuló el concepto de norma (alternativa a la concepción
imperativa) manifestando que las “normas” tenían una doble naturaleza: valorativa en la antijuridicidad
e imperativa en la culpabilidad. La segunda respuesta en cambio mantuvo el concepto de imperatividad de
la norma arguyendo que sí era compatible con la teoría del injusto no culpable concibiendo, entonces, una
antijuridicidad objetiva. Y, por último, como tercera respuesta al problema se renunció a la equiparación
entre antijuridicidad y antinormatividad alegando que la primera constituía la lesión de bienes jurídicos y
la segunda la verdadera contrariedad de las normas.
José María Peláez Mejía 297
585 ROXIN, Claus. Las causas de justificación y de exculpación y su delimitación de otras causas de exclusión de la
pena. En: La teoría del delito en la discusión actual. Tomo I. Perú: Ediciones Griley, 2016, pp. 224 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
298 criterios negativos de imputación objetiva.
Ahora bien, en cuanto a las razones prácticas por las que ROXIN considera
que deben distinguirse las causales de justificación de las causales de exculpación
tenemos las siguientes:
IV. La importancia para la teoría del error: el error en los presupuestos objetivos
de una causa de justificación elimina el dolo y si es vencible la pena será por
la forma culposa, en cambio el error en los presupuestos objetivos de una
causa de exculpación deja intacto el dolo y si es evitable atenúa la pena de
forma fija.
586 JESCHECK Y WEIGEND. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 346 y ss.
José María Peláez Mejía 299
En la perspectiva de JAKOBS,
Justamente, por estas razones JAKOBS considera que las causas de exculpación,
a diferencia de las de justificación, buscan responder el siguiente interrogante:
¿“cómo ha de procederse cuando, dicho en términos coloquiales, le resulta
especialmente difícil a un determinado autor atenerse a la norma porque su
cumplimiento implicaría perder bienes de máximo valor”?593. Frente a lo cual
explica el profesor de Bonn que la respuesta a dicho cuestionamiento varía según
la hipótesis fáctica debatida pues en algunos casos el temor hace inexigible la
conducta y por ello exonera de responsabilidad (vgr. el estado de necesidad
exculpante), mientras que en otros casos se le obliga a soportar la situación
de riesgo para sus bienes jurídicos (ya sea por el status especial que le otorga
una cierta posición de garantía respecto al sujeto pasivo o porque la situación
peligrosa fue ocasionada por el mismo agente de forma culposa o deliberada)
evidenciándose, inclusive, en otros eventos que esa misma situación de miedo
puede llegar a agravar la pena (por ejemplo, cuando por el temor de ser privado
de la libertad por la declaración de un testigo ocular de un delito el agente
lo asesina para asegurar su impunidad). En consecuencia, un mismo estado
cerebral (exteriorizado bajo la forma de miedo) es valorado de forma distinta por
el ordenamiento jurídico porque la culpabilidad NO se basa en el libre albedrio
sino en una particular forma de organización normativa, la verificación de los
roles asignados en la sociedad y, finalmente, en la competencia derivada de
estos.
593 JAKOBS, Gúnther. Culpabilidad jurídico-penal y “libre albedrio”. En: FEIJOO SÁNCHEZ, Bernardo
(Editor). Derecho Penal de la culpabilidad y neurociencias. España: Civitas y Thomson Reuters, 2012. p.
198.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
302 criterios negativos de imputación objetiva.
594 OTTO, Harro. Manual de Derecho Penal. Teoría general del Derecho Penal. Barcelona: Atelier, 2017. p.
318
595 Ibid., p. 319.
José María Peláez Mejía 303
• Un riesgo permitido que puede ser: a) de tipo general si tiene como base
una norma jurídica extrapenal, y b) de tipo situacional si tiene como
base: 1. Una causal de justificación; 2. El principio de confianza; 3. La
prohibición de regreso; o 4. Una norma de cuidado proveniente de los
reglamentos, la lex artis o la figura del modelo diferenciado.
Para desarrollar este acápite es necesario iniciar con una serie de preguntas: ¿Por
qué si el tipo penal al incluir la imputación objetiva se convirtió en una categoría
dogmática valorativa de la juridicidad del comportamiento vemos que el
funcionalismo, paradigma de dicha perspectiva, sigue insistiendo en mantener
la antijuridicidad como categoría autónoma y posterior de la tipicidad? ¿Por
qué no se renuncia a ella? ¿Qué funciones acaso cumpliría la antijuridicidad
que llevan a los funcionalistas y eclécticos a considerar que la tipicidad es
incapaz de satisfacer en el esquema del delito a pesar de la transformación
que para ella conllevó la inclusión de la denominada imputación objetiva del
comportamiento? Para dar respuesta a dichos interrogantes vamos a identificar
cada uno de sus argumentos en el próximo acápite que serán rebatidos con
base en la tesis aquí expuesta.
596 ROXIN, Claus. Problemas de la imputación objetiva. En: ROXIN, Claus. Sistema del hecho punible 2.
Ilícito y justificación. Buenos Aires: Hammurabi José Luis Depalma Editor, 2015. p. 143.
597 Ibid., p. 143.
598 Ibid, p. 144.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
306 criterios negativos de imputación objetiva.
sociales de los conflictos puesto que allí sería “el campo en el que chocan los
intereses individuales opuestos o las exigencias sociales con las necesidades del
individuo. Cuando se trata de conciliar las intervenciones necesarias de carácter
administrativo con el derecho a la personalidad en general y con la libertad
de actuación del ciudadano, o cuando situaciones de necesidad inminentes e
imprevisibles exigen una decisión: se trata siempre de la regulación, socialmente
justa, de intereses contradictorios.”599
599 ROXIN, Claus. Política criminal y sistema del derecho penal. Buenos Aires: Hammurabi José Luis
Depalma Editor, 2002. p. 58-59.
600 JAKOBS, Günther. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 224.
601 Ibid., p. 246.
602 Ibid., p. 419.
José María Peláez Mejía 307
Por último, JESCHECK & WEIGEND desde la perspectiva ecléctica del derecho
penal, aun cuando reconocen que la imputación objetiva es un elemento del
tipo penal encargado de limitar eventualmente la responsabilidad que se deriva
de la mera causación del resultado mediante criterios plenamente normativos,
consideran que la función de la tipicidad es simplemente mostrar que una acción
u omisión encaja en los elementos constitutivos del tipo penal en donde se
consagran las prohibiciones penales no llegando dicha figura legal a abarcar las
proposiciones permisivas que convertirían en ineficaz el deber jurídico derivado
del tipo de injusto. Por lo tanto, como “el tipo de injusto no puede acoger por sí
mismo a los elementos del tipo de la causa de justificación, pues idóneamente
sólo está determinado para dar cabida a un resumen de los elementos típicos
del hecho punible”605 se hace indispensable adicionar la antijuridicidad en donde
se verificaría si interviene o no una causa de justificación.
603 FRISTER, Helmut. Derecho Penal, parte general. Op., cit. p. 199.
604 Ibid., p. 265.
605 JESCHECK y WEIGEND. Op., cit. p. 346.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
308 criterios negativos de imputación objetiva.
606 COLOMBIA. ARTÍCULO 265 del Código Penal. DAÑO EN BIEN AJENO. <Penas aumentadas por el artículo
14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:>
El que destruya, inutilice, haga desaparecer o de cualquier otro modo dañe bien ajeno, mueble o inmueble incurrirá
en prisión de dieciséis (16) a noventa (90) meses y multa de seis punto sesenta y seis (6.66) a treinta y siete
punto cinco (37.5) salarios mínimos legales mensuales vigentes, siempre que la conducta no constituya delito
sancionado con pena mayor.
La pena será de dieciséis (16) a treinta y seis (36) meses de prisión y multa hasta de quince (15) salarios mínimos
legales mensuales vigentes, cuando el monto del daño no exceda de diez (10) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
Si se resarciere el daño ocasionado al ofendido o perjudicado antes de proferirse sentencia de primera o única
instancia, habrá lugar al proferimiento de resolución inhibitoria, preclusión de la investigación o cesación de
procedimiento.
607 COLOMBIA. ARTÍCULO 350 del Código Penal. INCENDIO. <Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley
890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El que con
peligro común prenda fuego en cosa mueble, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a ciento cuarenta y cuatro (144)
meses y multa de trece punto treinta y tres (13.33) a ciento cincuenta (150) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
Si la conducta se realizare en inmueble o en objeto de interés científico, histórico, cultural, artístico o en bien de
uso público o de utilidad social, la prisión será de treinta y dos (32) a ciento ochenta (180) meses y multa de ciento
treinta y tres punto treinta y tres (133.33) a setecientos cincuenta (750) salarios mínimos legales mensuales
vigentes.
La pena señalada en el inciso anterior se aumentará hasta en la mitad si la conducta se cometiere en edificio
habitado o destinado a habitación o en inmueble público o destinado a este uso, o en establecimiento comercial,
industrial o agrícola, o en terminal de transporte, o en depósito de mercancías, alimentos, o en materias o
sustancias explosivas, corrosivas, inflamables, asfixiantes, tóxicas, infecciosas o similares, o en bosque, recurso
florístico o en área de especial importancia ecológica.
José María Peláez Mejía 309
Para algunos, a la hora de valorar la antijuridicidad del acto tan solo se tiene en
cuenta la acción típica, sin tener en consideración el resultado producido aun
cuando se trate de un delito de resultado, razón por la cual “un mismo resultado
típico puede estar producido en forma a la vez justificada y antijurídica. Así, p.
ej., si A lesiona el brazo de B de modo tan grave que B tiene que dejar que
el brazo le sea amputado en el hospital, A habrá causado antijurídicamente la
pérdida del brazo (…) aunque la realización de la amputación misma estará
justificada por el consentimiento de B.”608 Con idénticos argumentos, de forma
muy discutible, FRISTER dice que tan irrelevante es el resultado que si, por
ejemplo, alguien en estado de ebriedad conduce un vehículo a toda velocidad
porque intenta salvar la vida de un pasajero llevándolo al hospital y camino
hacia su destino sufre un accidente de tránsito en el cual pierde la vida un tercer
sujeto (conductor, por ejemplo, de otro vehículo) no interesará el resultado
“muerte” ocurrido, puesto que aun cuando el deceso haya sido una consecuencia
desaprobada esta habrá ocurrido con ocasión de una acción justificada. Por lo
tanto, y, en conclusión: si la acción es justificada aun cuando el resultado no
lo sea, no habrá delito. En cambio, si la acción estaba prohibida, aun cuando
el resultado estuviese justificado, sí habrá delito pues la justificación o no del
resultado es totalmente irrelevante.
(…)
609 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Imputación objetiva y causas de justificación. Un (mero) intento de
distinguir. En: Revista de Derecho Penal Contemporáneo, Editorial Legis. Jul.-Sep, 2015. no. 52.
José María Peláez Mejía 311
Por lo tanto, sería solamente hasta el finalismo (aunque ya con WEBER había
comenzado el proceso de subjetivación del injusto y de las causales excluyentes
de antijuridicidad) que las normas permisivas encontrarían como elementos
necesarios para su reconocimiento la concurrencia de ciertos elementos
subjetivos.
611 Una muy precisa reconstrucción histórica del problema en: ARAQUE, Diego. La discusión sobre el
elemento subjetivo en las causas de justificación. En: ARAQUE, Diego (Coordinador Académico).
Estudios de Derecho Penal. Libro homenaje a Juan Fernández Carrasquilla. Medellín: Universidad de
Medellín, Sello Editorial, 2015. p. 799 y ss.
612 Ibid., p. 802.
José María Peláez Mejía 313
• Una persona “X” odia profundamente a su vecino así un día decide dirigirse
hasta el balcón de éste y desde la calle lanzar una piedra contra la ventana
del segundo piso de su casa; acción que efectivamente realiza y luego huye
del lugar. Sin embargo, lo que “X” desconocía es que en ese momento el
vecino, su esposa y su pequeño hijo de meses dormían en dicha habitación
y estaban próximos a fallecer porque el gas domiciliario de la casa se había
esparcido por toda ésta raíz de una fuga logrando inclusive que los tres
habitantes se desmayaran momentos antes de la ruptura del ventanal.
De esta manera, se siguiera la teoría de la congruencia (en cualquiera de sus
versiones) aun cuando es claro que todos los presupuestos objetivos del
estado de necesidad justificante están dados, la carencia de los requisitos
subjetivos exigidos por tales doctrinantes (conocer la situación justificante
y actuar motivado por ello) impediría el reconocimiento de la eximente
de responsabilidad frente al delito de daño en bien ajeno, razón por la cual
la persona “X” a pesar de haber salvado con su acto a tres personas lo
614 ROXIN, Claus. Derecho penal, parte general. Op., cit. p. 596.
615 COLOMBIA. ARTÍCULO 111 del Código Penal. LESIONES. El que cause a otro daño en el cuerpo o en
la salud, incurrirá en las sanciones establecidas en los artículos siguientes. COLOMBIA. ARTÍCULO 119 del
Código Penal. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA. <Artículo modificado por el artículo 200 de
la Ley 1098 de 2006. Rige a partir del 8 de mayo de 2007. Ver Legislación anterior para texto vigente antes de
esta fecha. El nuevo texto es el siguiente:> Cuando con las conductas descritas en los artículos anteriores, concurra
alguna de las circunstancias señaladas en el artículo 104 las respectivas penas se aumentarán de una tercera
parte a la mitad.
COLOMBIA. ARTÍCULO 104 del Código Penal.CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION. (…) 4. Por precio,
promesa remuneratoria, ánimo de lucro o por otro motivo abyecto o fútil.
José María Peláez Mejía 315
tan solo, por la carencia del elemento subjetivo exigido por algún sector de
la doctrina.
616 COLOMBIA. ARTÍCULO 202 del Código Penal. IMPEDIMENTO Y PERTURBACION DE CEREMONIA
RELIGIOSA. El que perturbe o impida la celebración de ceremonia o función religiosa de cualquier culto permitido,
incurrirá en multa.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
316 criterios negativos de imputación objetiva.
617 JAKOBS, Günther. Derecho Penal, parte general. Op., cit. p. 434
618 Ibid., p. 600.
José María Peláez Mejía 317
Fuente: propia.
Los argumentos por los cuales sería errada la tesis conforme la cual debe
exigirse la concurrencia de elementos subjetivos para la concesión de una causal
de justificación son los siguientes:
624 “(…) adicionalmente, se debe aplicar un juicio de proporcionalidad en sentido estricto mediante el cual se
verifique que los beneficios de adoptar la medida excedan claramente las restricciones impuestas sobre
otros principios y derechos constitucionales afectados por la misma.” Sentencia C-575 de 2009, Corte
Constitucional.
José María Peláez Mejía 319
625 CARBONELL, Juan Carlos. La justificación penal, fundamento, naturaleza y fuentes. Madrid: Edersa,
1982. p. 107.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
320 criterios negativos de imputación objetiva.
627 VELÁSQUEZ, Fernando. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 756-757
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
322 criterios negativos de imputación objetiva.
Asociada a esta visión laica y liberal del Derecho Penal ha sido la postura
esgrimida por la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal al plantear
la separación tajante entre el Derecho y la Moral mediante la incorporación a
nuestro ordenamiento jurídico del principio de exclusiva protección de bienes
jurídicos, lesividad y la equiparación de estos con la versión anglosajona de
dichos principios bajo la denominación inglesa del harm principle:
628 RUSCONI, Maximiliano. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 514.
629 COLOMBIA.CSJ-SCP, sentencia no. 31362, 13 de mayo de 2009. M.P.: Julio Enrique Socha Salamanca.
José María Peláez Mejía 323
Esto a su vez vulneraría el principio del acto por cuanto a diferencia del
Derecho Penal de Autor, la regla básica de esta norma constitucional
consiste en que al sujeto se le debe castigar por lo que hace, no por lo que es, sus
gustos, preferencias o personalidad. Sin embargo, al punir el comportamiento
del sujeto que actuó en una situación de legítima defensa o estado de
necesidad justificante, pero desconociendo que lo hacía, se estaría llevando
a cabo una sanción penal por la mera personalidad perversa del autor,
vulnerándose además la dignidad humana del sujeto si el argumento
adicional para justificar el castigo fuese enviar un mensaje a la sociedad y
según el cual al Estado no le gustan las personas malas e inmorales pues se
instrumentalizaría al individuo al anular la posibilidad de ser considerado
éste como un fin en sí mismo y nunca como un medio para la materialización
de los fines del Estado.
630 NINO, Carlos Santiago. La legítima defensa. Buenos Aires: Astrea, 1982, p. 184
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
324 criterios negativos de imputación objetiva.
Así pues,
631 RODRÍGUEZ DEVESA, José & SERRANO GÓMEZ, Alfonso. Derecho penal español, Parte General.
Madrid: Dykinson, 1995, p. 504
632 FERNÁNDEZ CARRAQUILLA, Juan. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Op., cit. p. 499.
José María Peláez Mejía 325
633 RUSCONI, Maximiliano. Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 521.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
326 criterios negativos de imputación objetiva.
634 ZAFFARONI, Eugenio Raúl; TENORIO TAGLE, Fernando; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro.
Manual de Derecho Penal Mexicano. México: Editorial Porrúa, 2013. p. 450.
635 FERNÁNDEZ. Op., cit. p. 499.
José María Peláez Mejía 327
3.2.3.1 El riesgo permitido en la perspectiva de JAKOBS: “No forma parte del rol
de cualquier ciudadano que elimine cualquier riesgo de lesión de otro. Existe
un riesgo permitido.”636Como es bien sabido la sociedad debe constituirse de
tal forma que sea viable la constante interacción de las personas, ya que de
lo contrario sucumbiría. Por ello, sería ilógico que su estructura se basara en
un conjunto de prohibiciones cuyas directrices imposibilitaran la realización
de todo comportamiento social. Así que, aunque obvio resulta afirmar que
el contacto societario entraña necesariamente un riesgo, esto no puede
llevar al Derecho ipso facto a crear muros de contención en los procesos de
intersubjetividad.
639 JAKOBS, Günther. Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y teoría de la imputación. Op., cit. p.
243.
640 Ibid., p. 244.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
330 criterios negativos de imputación objetiva.
a. Los riesgos que comporta el contacto social están permitidos por cuanto
ellos forman parte de lo que se denomina “un riesgo mínimo permitido”,
el cual es necesario para viabilizar la interacción de los seres humanos
dentro de una sociedad. Ejemplo de ello sería una persona que de manera
aparente se encuentra sana y por lo tanto se le permite relacionarse con
sus congéneres, aun cuando quizás y de manera imperceptible tuviera una
enfermedad altamente contagiosa. De no ser así, no podría darse ningún
tipo de comunidad ya que siempre temeríamos el contacto con los demás.
En tal sentido, el contacto social per se trae aparejados cientos de riesgos,
pero los mismos son permitidos por cuanto hacen parte de ese mínimo
requerido para construir sociedad.
Así las cosas, cuando el resultado lesivo sea producto de un riesgo permitido
se excluirá la imputación porque el mismo acaeció como consecuencia del
infortunio y no por la configuración de un injusto. “Los límites de lo que está
dentro del riesgo permitido se pueden trazar en parte con exactitud: si la ley
prohíbe una conducta como abstractamente peligrosa, tal comportamiento
entraña, en condiciones normales un riesgo no permitido.”646 Y en cuanto a
los conocimientos especiales se tendrá entonces de manera sintética que: 1º Se
excluirá la imputación cuando el autor ostente un rol general y haga uso de sus
conocimientos generales aunque posea por azar algún conocimiento especial;
2° No se excluirá la imputación cuando el autor que ostenta un rol general
645 JAKOBS, Günther, La imputación objetiva, especialmente en el ámbito de las instituciones jurídico-
penales del “riesgo permitido”, la “prohibición de regreso” y el “principio de confianza” Op. cit., p. 215.
646 Ibid., p. 213.
José María Peláez Mejía 335
647 TORÍO LÓPEZ, Angel. El deber objetivo de cuidado en los delitos culposos. Anuario de derecho penal y
ciencias penales, ISSN 0210-3001, Tomo 27, Fasc/Mes 1, 1974, págs. 25-60
648 WOLTER, Jürgen. Imputación objetiva y personal a título de injusto. A la vez, una contribución al estudio
de la aberratio ictus. Pág. 127 en: SCHÜNEMANN, Bernd (Comp.). El sistema moderno del derecho penal.
Cuestiones fundamentales. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
336 criterios negativos de imputación objetiva.
derivadas de un • Günter
riesgo permitido) STRATENWERTH
• Günther JAKOBS • Harro OTTO
• Yesid REYES
ALVARADO649
• Bernd
SCHÜNEMANN650
5. Riesgo permitido “saltarín”651; es decir, son posibles todas las orientaciones sistemáticas
• Mirentxu CORCOY BIDASOLO (citados por él pág. 297)
• Jürgen BAUMANN
• BOCKELMANN
• Diego-Manuel LUZÓN PEÑA652 (para quien sólo puede dar lugar a atipicidad o justificación)
• Enrique BACIGALUPO653
649650651652653
Fuente: propia.
Fuente: propia.
II. Otro sector doctrinal considera que ciertas causales de justificación deben
serle imputadas a la esfera de organización del agresor (como en los casos
de legítima defensa), lo que conlleva a que tales circunstancias muten en
verdaderas causales de atipicidad objetiva (la siguen JÄGER).
III. Finalmente, otra postura asegura que en ciertos tipos penales el legislador
incluye elementos normativos íntimamente relacionados con las causales
de justificación, razón por la cual, para tales delitos, cuando concurre
alguna de estas circunstancias no es posible imputar objetivamente el
comportamiento acaecido (así SCHLEHOFER)
3.2.3.3 La determinación del riesgo permitido ¿Cómo saber cuándo una conducta
está permitida en una sociedad? O, en otras palabras, ¿cuándo no está desaprobada?
659 PAWLIK, Citado y traducido por SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Imputación objetiva y causas de
justificación. Un (mero) intento de distinguir. Op., cit.
660 Ibid.
José María Peláez Mejía 339
II. La inevitabilidad del riesgo por cuanto los niveles actuales de vida, si desean
mantenerse, comportan, aunque no lo queramos, peligros inherentes a la
ejecución misma de las comodidades que diariamente se utilizan.
IV. La habitualidad general del peligro porque al nacer nosotros en una sociedad
de riesgos la costumbre de vivir entre gran multiplicidad de ellos nos hace
pensar que la inexistencia de las fuentes generadoras de los mismos haría
más insoportable la vida de lo que implica hoy en día tener que soportar la
posibilidad de que dichos peligros se materialicen en cualquier momento.
663 ROBLES, Gregorio. Teoría del derecho. Fundamentos de teoría comunicacional del derecho. Volumen I.
Pamplona: Civitas y Thomson Reuters, 2015. p. 91.
664 Al respecto véase: CARRIÓ, Genaro R. Notas sobre Derecho y Lenguaje. Buenos Aires: Abeledo Perrot,
2011. p. 19 y ss.
José María Peláez Mejía 341
665 Una de las razones más importantes por las que se suele utilizar esta diferenciación funcional es la
posibilidad que ella brinda para agrupar enunciados sobre los que es admisible el criterio de verdad/
falsedad. Así pues, cuando el lenguaje se utiliza de manera informativa o normativa (que es una variante
de la función directiva) es posible valorar el mismo mediante los criterios de verdad y falsedad según su
correspondencia con los hechos, para el primer caso, o por su coherencia con el ordenamiento jurídico
para el segundo caso. En cambio, si se emplean las otras funciones las oraciones que las representen no
son susceptibles de dicho criterio de valoración, sino por medio otros parámetros así: los enunciados
performativos podrán ser válidos o inválidos si son emitidos por quien tiene la competencia para
hacerlos; los enunciados evaluativos carecen de algún criterio de valoración dada alta subjetividad que
los acompaña, aunque podría hablarse de sinceridad o mentira; los enunciados directivos de carácter
imperativo pueden ser calificados como razonables o irrazonables, justos o injustos, válidos o inválidos
etc.
666 Esta función del lenguaje es reconocida por primera vez gracias a John AUSTIN quien manifiesta lo
siguiente para caracterizar los enunciados performativos: “A) no “describen” o “registran” nada, y no son
“verdaderas o falsas”; y B) el acto de expresar la oración es realizar una acción, o parte de ella, acción que
a su vez no sería normalmente descripta como consistente en decir algo. Esto dista de ser tan paradójico
como puede parecer, o como, no sin mala intención, he tratado de presentarlo. En realidad, los siguientes
ejemplos pueden parecer decepcionantes. E.a) “Sí, juro (desempeñar el cargo con lealtad, honradez.
etc.”), expresado en el curso de la ceremonia de asunción de un cargo. E.b) “Bautizo este barco Queen
Elizabeth”, expresado al romper la botella de champaña contra la proa. E.c) “Lego mi reloj a mi hermano”,
como cláusula de un testamento. E.d) “Te apuesto cien pesos a que mañana va a llover”. En estos ejemplos
parece claro que expresar la oración (por supuesto que en las circunstancias apropiadas) no es describir
ni hacer aquello que se diría que hago al expresarme así, o enunciar que lo estoy haciendo: es hacerlo.
Ninguna de las ex-presiones mencionadas es verdadera o falsa; afirmo esto como obvio y no lo discutiré,
pues es tan poco discutible como sostener que “maldición’’ no es una expresión verdadera o falsa. Puede
ocurrir que la expresión lingüística “sirva para informar a otro”, pero esto es cosa distinta. Bautizar el
barco es decir (en las circunstancias apropiadas) la palabra “Bautizo...” Cuando, con la mano sobre los
Evangelios y en presencia del funcionario apropiado, digo “¡Sí, juro!”, no estoy informando acerca de
un juramento; lo estoy prestando. ¿Cómo llamaremos a una oración o a una expresión de este tipo?
Propongo denominarla oración realizativa o expresión realizativa o, para abreviar, “un realizativo”. La
palabra “realizativo” será usada en muchas formas y construcciones conectadas entre sí, tal como ocurre
con el término “imperativo”. Deriva, por supuesto, de “realizar”, que es el verbo usual que se antepone
al sustantivo “acción”. Indica que emitir la expresión es realizar una acción y que ésta no se concibe
normalmente como el mero decir algo.” En: Cómo hacer cosas con palabras. [En línea], 1995. Disponible
en Internet: < Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.>
ISSN. 9586162621, 9789586162623.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
342 criterios negativos de imputación objetiva.
667 Tradicionalmente en lógica el concepto es la representación mental de una cosa u objeto sin negar o
afirmar nada acerca de él. La expresión lingüística del concepto es el término. A su vez, el juicio es la
operación mental a través de la cual relacionamos dos o más conceptos afirmando o negando su mutua
correspondencia. El juicio se representa lingüísticamente mediante la proposición o el enunciado. “El
término enunciado no es un sinónimo exacto de proposición, pero en lógica se utiliza en el mismo
sentido.” (COPI, Irving. y COHEN, Carl. Introducción a la Lógica. México: Limusa, 2013. p.6). Así mismo,
algunos autores consideran que las proposiciones no abarcan las oraciones interrogativas, los mandatos
y las interjecciones: v.gr. SÁNCHEZ, Clara Helena, Et al. Lógica y argumentación. Herramientas para
un análisis crítico de argumentos. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia Unibiblos, 2008. p. 57;
COPI y COHEN. Op., cit. p. 5; etc. Sin embargo, muchos otros consideran que las proposiciones pueden
ser interrogativas, exclamativas o imperativas: por ejemplo: FINGERMANN, Gregorio. Lógica y teoría
del conocimiento. Argentina: Editorial el Ateneo, 1981. p. 62; AUDI, Robert (editor). Diccionario Akal
de Filosofía. Madrid: Ediciones Akal S.A., 2004. p. 806; y, entre muchos otros, muy ilustrativamente
PÄNDER, Alexander. Lógica. Madrid: Revista de Occidente, 1928, p. 44, quien clasifica las proposiciones
en 4: enunciativas, interrogativas, optativas e imperativas. Personalmente, considero acertada la
perspectiva de AUSTIN según la cual es mejor utilizar la categoría gramatical de enunciado para designar
expresiones lingüísticas interrogativas, imperativas, expresivas, performativas, etc., y dejar la proposición
tan solo para las expresiones descriptivas [Op., cit. p. 4 y ss]
668 Se sigue al respecto a: CÁCERES NIETO, Enrique. Lenguaje y derecho. Las normas jurídicas como
sistemas de enunciados. México: UNAM, 2000. p. 15 y ss.
669 Ibid., p. 18.
670 Luigi FERRAJOLI denomina a estos operadores deónticos como modos deónticos “en términos de
«permitido que», «permitido que no», «no permitido que» (o «prohibido») y «no permitido que no»
(u «obligatorio»)” En: Principia Iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 1. Teoría del Derecho. 2ª
ed. Madrid: Editorial Trotta, 2013. p. 106. De forma similar Norberto BOBBIO nos dice lo siguiente:
“Simbolizando la primera proposición con O (obligatorio), las otras tres pueden ser simbolizadas en su orden de
este modo: O no (obligatorio no hacer, o sea prohibido); no O (no obligatorio hacer, o sea permiso negativo); no O
no (no obligatorio no hacer, o sea, permiso positivo).” En: Teoría General del Derecho. Bogotá: Editorial Temis,
2007. p. 138. Otros sistemas propuestos han sido: (i) el de Eduardo GARCÍA MAYNEZ al proponer como
comportamientos normativos fundamentales lícito, obligatorio, potestativo, ilícito [En: Introducción al
estudio del derecho. México: Porrúa, 1978]; (ii) el de George Henrik VON WRIGHT quien señala como
cuatro modos deónticos el permitido, obligatorio, prohibido e indiferente [Lógica deóntica. Santiago de
Chile: Ediciones Jurídicas Olejnik, 2017. 101 p. ISBN: 9789875721432]; (iii) el de George KALINOWSKI
al asegurar que existen cinco fórmulas verbales normativas: no debe hacer (prohibido), puede hacer y puede
no hacer (indiferente), tiene derecho a hacer (permiso afirmativo), debe hacer (obligatorio), tiene derecho a
no hacer (permiso negativo) [En: Introducción a la lógica jurídica. Elementos de semiótica jurídica, lógica
de las normas y lógica jurídica. Buenos Aires: Eudeba, 1973. 196 p.]; y (iv) tendríamos la postura de
David MARTÍNEZ ZORRILLA quien asegura que son 4 los operadores deónticos: “«O» (obligatorio); «Ph»
(prohibido); «F» (facultativo); y «P» (permitido)” [En: Metodología jurídica y argumentación. Madrid:
Marcial Pons, 2010. p. 240]
José María Peláez Mejía 343
671 Así: STEBBING, L. Susan. Introducción a la lógica moderna. México: Fondo de Cultura Económica, 1969.
p. 30.
672 Ibid., p. 109.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
344 criterios negativos de imputación objetiva.
• De esta manera: (1) Toda afirmación universal (A), por ejemplo, “todos
los hombres son mortales”, tiene su proposición contraria en la negación
universal (E), “ningún hombre es mortal”, difiriendo en su cualidad pues
una niega lo que otra afirma respecto a la misma cantidad (universalidad);
(2) Toda afirmación universal (A) tiene su proposición contradictoria en un
enunciado particular negativo (O), v.gr. “algunos hombres no son mortales”,
porque existe una disparidad de cualidad y cantidad al negar una de ellas
parcialmente lo que otra afirma totalmente; este mismo fenómeno se
presenta entre la negación universal (E) y la afirmación particular (I); (3) las
proposiciones subalternas o subimplicantes son aquellas que tienen la misma
cualidad, pero difieren en la cantidad así: E respecto a O, y A respecto a I.
Por último, tendríamos la (4) oposición: subcontrariedad presente entre las
oraciones I y O al diferir en cualidad, pero no en cantidad.
673 Las relaciones entre la Lógica y el Derecho siempre han sido problemáticas. Sin embargo, se asume como
correcta la posición de Norberto BOBBIO cuando divide la lógica jurídica en: (i) La lógica de los juristas
encargada de analizar los razonamientos de los teóricos y prácticos del Derecho, dentro de los cuales
destaco, principalmente, los argumentos inductivos en lo relativo al manejo, por ejemplo, de la prueba
judicial (respecto al uso de argumentos inductivos en el razonamiento probatorio véase: GASCÓN
ABELLÁN, Marina) Cuestiones probatorias. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2012. p.
39]; y (ii) La lógica del derecho, utilizada en el presente acápite, cuya función principal es analizar la
estructura lógica de las normas y del ordenamiento jurídico mediante la utilización de la lógica deóntica
y los argumentos deductivos. BOBBIO, Norberto. Derecho y Lógica. México: UNAM, Instituto de
Investigaciones Filosóficas, 2009. p. 22.
José María Peláez Mejía 345
Fuente: propia.
• Las leyes que rigen para dichas oposiciones son las siguientes674:
Fuente: propia.
674 La elaboración de la presente tabla fue inspirada en STEBBING. Op., cit. p. 54.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
346 criterios negativos de imputación objetiva.
Fuente: propia.
675 La realización de esta clasificación está inspirada tanto en Norberto BOBBIO [Teoría General del Derecho.
Op., cit. p. 138] como en HRUSCHKA, Joachim. Sobre la utilidad del hexágono deontológico para el
Derecho. En: Imputación y Derecho Penal. Estudios sobre la teoría de la imputación. 2ª ed. Buenos Aires:
Editorial B de F, 2008. p. 32 y ss.
676 Ibid., p. 32 y 33.
José María Peláez Mejía 347
Fuente: propia.
679 Al tiempo podrían ser válidas las normas “puedes correr la mesa” y “puedes no correr la mesa” aunque
la invalidez de ambas es lógicamente imposible dado que, si no existe la posibilidad de realizar un acto,
debe entonces existir la posibilidad de no hacerlo. En consecuencia, si la norma “puedes correr la mesa”
es válida, entonces, la regla “puedes NO correr la mesa” podrá ser tanto válida como inválida, es decir,
indeterminada. Por el contrario, si la norma “puedes correr la mesa” es inválida entonces necesariamente
“puedes NO correr la mesa” será válida y viceversa. El permiso positivo también enunciarse como “no se
prohíbe α” y el permiso negativo como “no se prescribe α”. Y ello es así porque si “no se prohíbe algo”,
entonces, está permitido hacerlo.
680 Si el imperativo “debes correr la mesa” es válida (que es el género) la regla facultativa “puedes correr la
mesa” necesariamente será válida (como especie de aquella regla general). No funciona, en cambio,
al contrario, dado que si “puedes correr la mesa” es una norma válida no por ello tendrá que existir un
imperativo que imponga la obligación de correr la mesa. En consecuencia, la norma “puedes correr la mesa”
en cuanto su validez será indeterminada. Pero, cuando la norma permisiva sea inválida necesariamente
su versión imperativa total también lo será. Así pues, la invalidez de “puedes correr la mesa” conlleva la
invalidez de “debes correr la mesa”. Por último, la invalidez del imperativo “debes correr la mesa” trae consigo
la imposibilidad de saber si la norma “puedes correr la mesa” sea válida o inválida, pues puede ocurrir que
ni deba hacer algo, ni tampoco pueda.
681 Si una norma obliga a hacer algo, no puede al mismo tiempo existir la posibilidad o el permiso de no
hacerlo. Ejemplo: si la norma “debes correr la mesa” es válida, entonces será inválido que “puedes no correr
la mesa”. Igualmente, si una norma prohíbe algo no es posible que al tiempo otra norma permita hacerlo.
José María Peláez Mejía 349
O Ph Pp Pn
O es válido V I V I
O es inválido I Ind. Ind. V
Ph es válido I V I V
Ph es inválido Ind. I V Ind.
Pp es válido Ind. I V Ind.
Pp es inválido I V I V
Pn es válido I Ind. Ind. V
Pn es inválido V I V I
Fuente: propia.
El hecho de que no puedan ser válidas al tiempo la norma prohibitiva (Ph) del
tipo “se prohíbe α” y la norma de permiso positivo (Pp) del tipo “se permite α”
implica que demostrada la invalidez de la prohibición se tenga por probada
la validez necesaria de la permisión positiva. Sin embargo, el hecho de que Pp
sea válida no permite establecer si la norma obligatoria (O) del tipo “se prescribe
α” es válida o inválida, siendo por lo tanto posible que no esté prohibido “α” y
que pese a ello exista el mandato o la obligación de hacer “α”. Igualmente, la
validez de Pp nada nos dice sobre la norma de permiso negativo (Pn) del tipo “se
permite no α”, por lo que en últimas podría ser que aun cuando sea válida una
norma que establezca que “se permite pagar impuestos”, no exista la posibilidad
de no hacerlo pues la norma “se permite no pagar impuestos” sea inválida ante la
presencia de otra norma contradictoria válida que prescriba el acto positivo de
pagar los correspondientes tributos.
Ahora bien, cuando lo que ocurre es que se “niegan” los elementos que su vez
son negados en la conjunción de clases bajo la forma lógica ¬(¬p y ¬q) se
aprecia que la ley tercera Ley de Morgan a la que alude HRUSCHKA conlleva
a que la negación de la negación implique la afirmación de cada elemento y su
consecuente disyunción así: ¬(¬p ∧ ¬q) = (p ∨ q), lo cual traducido a lenguaje
imperativo implicaría que al negar la “conjunción” de una norma obligatoria que
ha sido también negada y de una norma prohibitiva igualmente negada [¬(¬O
∧ ¬Ph)], se obtendría la “disyunción” de una norma obligatoria y una norma
prohibitiva [(O ∨ Ph)] como se puede ver en el siguiente ejemplo:
Nótese que bajo la disyunción aquí mencionada será válido o correcto el ejercicio
de la soberanía por parte del pueblo tanto de manera directa como a través de
sus representantes e inclusive de ambas formas. Esto se justifica porque las
leyes de validez que operan para la disyunción débil son las siguientes:
p q p∨q
(O) (Ph) (O ∨ Ph)
V V V
F
V V
(I)
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
352 criterios negativos de imputación objetiva.
F
V V
(I)
F F F
(I) (I) (I)
Fuente: propia.
Fuente: propia.
682 Tal distinción está inspirada en la Teoría Comunicacional del Derecho fundada por el profesor Gregorio
ROBLES quien ha explicado lo siguiente: “El ordenamiento jurídico es el texto global que comprende
todos los textos parciales de carácter normativo que están vigentes en un determinado momento en
una determinada sociedad. (…) Ahora bien, esa totalidad textual que es el ordenamiento presenta
algunos problemas para poder ser aplicado a los casos. Los diversos textos que lo componen han sido
objeto de la decisión de distintas autoridades, que no siempre coinciden con sus puntos de vista. Se
han producido en diversos momentos, dominados por preocupaciones dispares. Además, muchos
de estos textos, por no decir todos, presentan lagunas, imperfecciones del lenguaje, solapamientos,
contradicciones, ambigüedades, expresiones demasiado poco concretas. Manejan conceptos difíciles de
captar a primera vista y las fórmulas legales son demasiado breves para aclararlos. En suma, el texto total
que es un ordenamiento jurídico precisa de una elaboración doctrinal que se proponga resolver todas
esas cuestiones y que ofrezca los contenidos de significado de esos textos, bajo una forma de sistema
ordenado y coherente, en el cual se depure el lenguaje, se aclaren conceptos, se resuelvan contradicciones,
se disuelvan las ambigüedades, se concrete lo genérico.”
(Dogmática jurídica y teoría de textos. En: GONZÁLEZ MONGUÍ, Pablo Elías. Argumentación, lógica y
hermenéutica jurídica contemporánea. Bogotá: Universidad Libre de Bogotá, Facultad de Filosofía, 2011.
p. 84). “El sistema es el resultado de la elaboración doctrinal o científica del texto bruto del ordenamiento.
El sistema implica la ordenación del material jurídico y su interpretación. Es la presentación del Derecho
de una manera sistemática, conceptualmente depurada, libre de contradicciones y de ambigüedades. Si
el ordenamiento lo proporcional el legislador o, para ser más exactos, los operadores jurídicos que tienen
competencia o capacidad para emitir decisiones normativas, el sistema es el producto de la labor de los
juristas científicos, de la doctrina. (…) El texto que resulta de la labor de los juristas, de la doctrina, es el
texto jurídico elaborado. A ese texto jurídico elaborado lo llamamos sistema jurídico.”
(ROBLES. Gregorio. Teoría del derecho. Fundamentos de teoría comunicacional del derecho. Volumen I.
6ª ed. Pamplona: Civitas & Thomson Reuters, 2015. p. 142)
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
356 criterios negativos de imputación objetiva.
Así mismo, cuando se usa la expresión “Derecho Penal” puede ocurrir que
se haga referencia a éste en un sentido subjetivo (ius puniendi), en cuyo caso,
correspondería a la facultad que tiene el Estado para castigar ya sea (1) creando
el Derecho Penal en sentido objetivo, es decir, estableciendo qué está prohibido
y qué no, y cuál ha de ser el castigo por no obedecer tales imperativos; (2)
ejecutando a través de medidas policivas el derecho penal creado; (3) aplicando,
mediante la función jurisdiccional, la sanción penal correspondiente ante la
demostrada infracción de la ley penal positiva; y (4) haciendo cumplir la
sanción penal endilgada en una sentencia ejecutoriada, por medio de la fuerza
si es necesario. No obstante, esta facultad del Estado no es omnipotente;
tiene límites, y esos límites, del legislador, la fuerza pública y los jueces, son
denominados comúnmente como principios limitadores del ius puniendi.
683 A diferencia de esta perspectiva el profesor Raúl Eugenio ZAFFARONI considera que el sistema penal
es “el conjunto de agencias que operan la criminalización (primaria y secundaria) o que convergen en la
producción de éste.” Derecho Penal, Parte General. Op., cit. p. 18.
José María Peláez Mejía 357
podría ser definido como aquél cuerpo teórico obtenido del razonamiento
científico realizado al derecho positivo vigente mediante la interpretación,
sistematización y crítica del mismo con base a los principios limitadores del
ius puniendi y la lógica configurativa de la teoría científica (clásica, neoclásica,
finalista, funcionalista, etc.) que el doctrinante escoja.
II. A su vez, ese Derecho Positivo se encuentra compuesto por una serie
de enunciados lingüísticos denominados por la Teoría del Derecho como
684 La dogmática jurídico-penal como forma particular de hacer Ciencia del Derecho es definida por ROXIN
de la siguiente manera: “es la disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización y elaboración
y desarrollo de las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el campo del Derecho
penal.” Derecho Penal, Parte General, Op., cit. p. 192.
685 COLOMBIA, CONSTITUCIÓN POLÍTICA. Artículo 29.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
358 criterios negativos de imputación objetiva.
IV. Ese sistema recibe el nombre de Teoría del Delito, pues organiza un esquema
de responsabilidad penal que va reuniendo coherentemente las distintas
normas encontradas para generar, a partir de ellas, unidades simples de
agrupación o dogmas, los cuales, como si fueran axiomas, permiten la
derivación de los elementos configurativos del Delito; esto es, los elementos
necesarios para que exista responsabilidad penal.
686 La distinción entre enunciado normativo y norma se encuentra claramente en: ALEXY, Robert. Teoría de
los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. 2ª ed. 2012.
687 Se sigue en lo fundamental a VELÁSQUEZ, Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General. 5ª ed.
Bogotá: Ediciones Jurídicas Andrés Morales, 2013. p. 12 y ss. No obstante, para que la derivación de las
categorías dogmáticas básicas a partir de los principios comunes hallados en los distintos modelos de
razonamiento penal sea válida (en el sentido de auténticas deducciones lógicas ) se requerirá superar,
adicionalmente, 8 controles: 1.) el control ejercido por al análisis semántico de las disposiciones; 2.)
el control representado por la interpretación conforme a las legislaciones superiores; 3.) el control
derivado, inevitablemente, de los datos ontológicos existentes; 4.) la coherencia o al menos diálogo con
las investigaciones empíricas previas; 5.) el correcto uso del lenguaje; 6.) la conformidad del sistema
con la política criminal internacional a nivel externo; 7.) el control lógico, axiológico y sistemático o de
coherencia interna; y 8.) la conformidad del sistema con la política criminal internacional a nivel interno.
Para la utilización de estos controles se tiene en cuenta a: SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Aproximación
al Derecho Penal Contemporáneo. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012. p. 275 y ss.
José María Peláez Mejía 359
688 Ver al respecto: FERRER MURILLO, Jhon Mario. Teoría de la interpretación jurídica. En: Interpretación
y argumentación jurídica. Medellín: Sello Editorial Universidad de Medellín, 2013. p. 46.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
360 criterios negativos de imputación objetiva.
VI. Para que la articulación del Derecho Penal en los tres sentidos expuestos
logre la construcción de una teoría del delito que tenga aceptación en la
comunidad científica y eficacia en la praxis judicial se requiere que ella
posea tres cualidades690: (1) completividad lógica, esto es, que no resulte
autocontradictoria y respete los principios básicos de la racionalidad; (2)
compatibilidad legal y constitucional, por cuanto la doctrina no puede ir
contra legem; y (3) armonía jurídica, dado que, si la teoría carece de estética,
sencillez y simetría, ningún jurista la acogerá y quedará en el olvido
Pero, ¿cómo cuántas y cuáles normas pueblan el sistema jurídico penal? ¿son
acaso normas subjetivas de determinación (de conducta) o normas objetivas de
689 Al respecto la CORTE CONSTITUCIONAL, en Sentencia no. C-065 de 1997, 11 de febrero de 1997. M.P.:
Jorge Arango Mejía y Alejandro Martínez Caballero.
: “La jurisprudencia de esta Corporación considera que uno de los criterios que debe orientar sus
decisiones es el llamado “principio de la conservación del derecho”, según el cual los tribunales
constitucionales deben siempre buscar conservar al máximo las disposiciones emanadas del Legislador,
en virtud del respeto al principio democrático. Por ello si una disposición admite una interpretación
acorde con la Carta, es deber de esta Corte declararla exequible de manera condicionada, y no retirarla del
ordenamiento”.
690 Al respecto ver: ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro; y SLOKAR, Alejandro. Derecho Penal,
Parte General. Buenos Aires: Ediar, 2002. p. 79.
José María Peláez Mejía 361
valoración? Para lograr descifrar el fundamento mismo del Derecho Penal y así
dar unas respuestas satisfactorias a dichos interrogantes que, además, brinden
las premisas básicas en la cual se soporta la tesis de investigación sostenida
en el presente capítulo, será entonces necesario hacer un recorrido desde la
“disposición legal” para llegar finalmente las normas constitutivas de todo el
edificio que compone el sistema jurídico penal como producto mejorado de la
interpretación y armonización del ordenamiento jurídico penal.
Pero, ¿cómo del enunciado legal, por ejemplo, “el que matare a otro incurrirá
en prisión de X años”, puede deducirse una norma primaria que, dirigida al
ciudadano, le establece un imperativo como el de “está prohibido matar”? Sin
lugar a dudas, no por deducción lógica, pero si por una inferencia que, siguiendo
al profesor SILVA SÁNCHEZ, se ha denominado relación de sentido. Al respecto,
y coherente con dicha postura, el profesor Santiago MIR PUIG explica lo
siguiente:
“Más oscura es, sin embargo, la relación que existe entre los
textos legales y las normas que prohíben los delitos, las ‘normas
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
362 criterios negativos de imputación objetiva.
(…)
691 MIR PUIG, Santiago. Norma de determinación, valoración de la norma y tipo penal. En: GARCÍA
VALDÉS, Carlos, Et al. (coordinadores). Estudios penales en homenaje a Enrique Gimbernat. Tomo II.
Madrid: Edisofer S.L. Libros Jurídicos, 2008. p. 1315.
José María Peláez Mejía 363
Por ejemplo, el artículo 6 de la Constitución Política dice que “los particulares sólo
son responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes”. Ahora
bien, ¿qué comprendería este concepto de infracción? Según el Diccionario
de la Real Academia Española tendría como acepción usual la “transgresión,
quebrantamiento de una ley, pacto o tratado, o de una norma moral, lógica o doctrinal.”
“Transgredir” a su vez significa “violar un precepto”. Ese precepto, en materia
penal, según el artículo 29 de la Constitución Política, inciso 2, lo constituiría la
realización de un “acto” imputable según las leyes penales preexistentes. Hasta
este momento, tampoco es posible deducir de esas disposiciones y normas, por sí
solas, la “prohibición” que se buscan de un comportamiento. Sin embargo, cuando
el artículo 28 de la Carta Política dice que “toda persona es libre. Nadie puede ser
molestado en su persona o familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido,
ni su domicilio registrado, sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad
judicial competente, con las formalidades legales y por motivo previamente
definido en la ley.” Lo transcrito no es otra cosa diferente que la consagración clara
de un enunciado normativo a partir del cual sí es posible deducir la prohibición
penal que se ha echado de menos en el ordenamiento jurídico penal porque,
según el aparte utilizado de la Constitución Política, el ámbito de libertad de una
persona puede ser recortado únicamente por una ley (una de carácter penal por
mandato expreso del art. 29 ibídem) y justamente cuando a través de una ley es
que se impide el ejercicio de alguna libertad lo observado no es nada distinto de
una prohibición, dado que por definición prohibir es “impedir el uso o la ejecución
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
364 criterios negativos de imputación objetiva.
La norma secundaria positiva debe ser seccionada en sus partes más simples; esto
es, separando el supuesto de hecho “X” de la sanción “Y”. La primera parte de
la norma (es decir, “X”) será el producto de la existencia de una norma primaria
imperativa y su infracción. La norma primaria imperativa cuando es dirigida
al ciudadano se enuncia como “prohibido hacer X”, sin embargo, cuando se
incluye como parte del supuesto de hecho de la norma secundaria su enunciación
ya no es prescriptiva sino descriptiva por facilidades de técnica legislativa y
maximización de las garantías derivadas del principio de legalidad habida cuenta
que la responsabilidad penal se deriva únicamente por la infracción de un acto
descrito previamente por la ley. En consecuencia, el estilo lingüístico que habrá de
utilizarse por respeto a ese principio de legalidad tendrá que ser descriptivo y no
preceptivo. Ello explica la semejanza lingüística que existe entre la enunciación
de la norma primaria prohibitiva cuando se incluye como supuesto de hecho de
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
366 criterios negativos de imputación objetiva.
• Pasivo
b. Conducta
• Acción u omisión exteriorizada descrita por el verbo
rector
• Previsible
• Evitable
c. Resultado
d. Objeto material
e. Complementos descriptivos y normativos (que
precisan o caracterizan cualquiera de los anteriores
elementos)
1.1.2 Tipo atributivo 1.1.2 Imputación fáctica y
a. Nexo causal normativa
b. Imputación objetiva
• Creación de un riesgo jurídicamente desaprobado al
presentarse: (i) una efectiva creación del riesgo; (ii)
constituir la conducta un comportamiento lesivo; y
(iii) encontrarse jurídicamente desaprobada692 dicha
acción u omisión desplegada por el agente.
• Realización del riesgo en el resultado por: (i) existir
evitabilidad del resultado ocasionado; (ii) estar el
resultado cobijado por el fin de protección de la
norma general; y (iii) existir previsibilidad del curso
causal o del resultado
1.2 Tipo subjetivo 1.2 Tipicidad subjetiva
1.2.1 Modalidad subjetiva de la conducta
a. Dolo
b. Culpa
c. O preterintención
1.2.2 Elemento subjetivo especial
(Propósito, ánimo, finalidad o deseo particulares)
2. CULPABILIDAD 2. CULPABILIDAD O REPROCHE
(Requisitos del sujeto para ser responsable)
2.1 Exigibilidad de conducta conforme a derecho
2.2 Consciencia de lo ilícito
2.3 Imputabilidad
II. CONSECUENCIA JURÍDICA (“Y”)
(Sanción Penal)
Pena Medida de seguridad
692
Fuente: propia.
692 Justamente el aspecto negativo en el cual se encuentran las causales de justificación sería el riesgo
permitido.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
368 criterios negativos de imputación objetiva.
Fuente: propia.
693 PAREDES CASTAÑÓN, José Manuel. El riesgo permitido en Derecho Penal (Régimen jurídico-penal de las
actividades peligrosas). Madrid: Ministerio de Justicia e Interior, Centro de Publicaciones, 1995, p. 512
694 Ídem, p. 512
José María Peláez Mejía 371
III. Un sentido restrictivo en virtud del cual serán permitidos aquellos riesgos
que no sean valorados de forma negativa por el Derecho Penal por concurrir
otros intereses “pero únicamente cuando dicha concurrencia se produzca
en todos los casos, de forma general, y no solamente, de modo excepcional,
en un muy contado número de ellos.”695 Evidentemente, este concepto
restringido de riesgo permitido no puede compartirse porque aísla por
completo la asimilación de causales de justificación como “especies” o “tipos”
de riesgo permitido, a pesar de que según se pondrá de presente esa es la
posición dogmática correcta.
Así las cosas, el riesgo permitido es el macroconcepto opuesto (la otra cara
de la moneda) del riesgo jurídicamente desaprobado como elemento necesario
y positivo para la afirmación de la imputación objetiva. En consecuencia, la
presencia de uno niega la existencia del otro.
Los riesgos permitidos generales tienen como base las “normas jurídicas”
y se diferencia de las causales de justificación en el hecho de que NO tiene en
cuenta la situación concreta o particular del sujeto, sino que el legislador en
una ponderación en abstracto, mediante la consagración de presupuestos
meramente objetivos, establece que cierto grupo de conductas son en
general permitidas. Aunque debe precisarse que el riesgo permitido general
NO son las “normas jurídicas”, sino el comportamiento ajustado a ellas.
• Consentimiento
• Estricto cumplimiento de un deber legal
• Cumplimiento de orden legítima
• Ejercicio de un derecho
• Ejercicio de un cargo público
• Ejercicio de una actividad lícita
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
374 criterios negativos de imputación objetiva.
• Legítima defensa
• Estado de necesidad justificante
d. Las acciones a propio riesgo (ya sea como una autopuesta en peligro dolosa
o como una heropuesta en peligro) dado que la impunidad del suicidio
y su tentativa impedirían considerar desaprobada la participación de
una persona en una situación riesgosa para la víctima que ella misma
ha decidido conscientemente realizar.
• Los reglamentos
• La lex artis o buenas prácticas protocolarias
• La figura del modelo diferenciado
3.3.2.2 Síntesis de los argumentos que soportan la tesis del presente acápite
Ideas preliminares:
I. Que aun cuando el adjetivo más utilizado para definir la teoría del delito es
su sistematicidad, entendida como un rasgo fundamental de la dogmática
jurídica que tiene pretensiones de coherencia, los doctrinantes del Derecho
Penal casi que no están de acuerdo en nada y más que un sistema parece
un conjunto de ideas sueltas.
a. Para todos los autores (salvo FRISCH) el rasgo más general y definitorio
de la imputación objetiva es la creación de un riesgo jurídicamente
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
376 criterios negativos de imputación objetiva.
“1. Entre una norma que manda hacer alguna cosa y una norma
que la prohíbe (contrariedad);
2. Entre una norma que manda hacer y otra que permite no hacer
(contradictoriedad), y
3. Entre una norma que prohíbe hacer y una que permite hacer
(contradictoriedad).”702
En ese orden de ideas, las antinomias lógicas que pueden evidenciarse en las
posturas mayoritarias del delito se encuentran porque:
700 Ídem, p. 52
701 STEBBING, L.S. Introducción a la lógica moderna. Op. Cit. p. 194
702 BOBBIO, Norberto. Teoría general del derecho. Op. Cit. p. 190
José María Peláez Mejía 379
IV. Una vez superado el juicio de tipicidad objetiva y subjetiva, el analista pasa a
realizar un juicio de antijuridicidad buscando determinar si la conducta típica
a su vez es contraria o no a Derecho; en otras palabras, si se encuentra
prohibida realmente o permitida por una causal de justificación.
Fuente: propia.
Por lo tanto, gracias a la certeza que como característica de la ley penal derivada
del principio de legalidad debe cumplir todo tipo penal se hará necesario
incluir en éste como uno de sus elementos configurativos la determinación de
los riesgos desaprobados que, naturalmente, decaerán ante la permisión que el
mismo ordenamiento jurídico establezca.
703 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no. C- 820 de 2005, 09 de agosto de 2005. M.P.:
Clara Inés Varas Hernández.
704 COLOMBIA. CORTE CONSTITUCIONAL, Sentencia no. C-173 de 2001, 14 de febrero de 2001. M.P.:
Álvaro Tafur Galvis.
José María Peláez Mejía 385
706 Similar: WILENMANN, Javier. Injusto, justificación e imputación. En: PAWLIK, Michael, KINDHÄUSER,
Urs & otros. La antijuridicidad en el Derecho Penal. Estudios sobre las normas permisivas y la legítima defensa.
Buenos Aires: Editorial B de F, 2013, p. 118 y ss.
707 Ídem, p. 118
José María Peláez Mejía 387
Así las cosas, quiero poner de presente primero la explicación que realizan
los mismos autores JESCHECK & WEIGEND de la situación histórica que
justificaba la existencia de la antijuridicidad:
Empero, esta idea del tipo penal y de la tipicidad cambió radicalmente con la
entrada de la imputación objetiva por cuanto:
708 JESCHECK, Hans-Heinrich & WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. p.
217
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
388 criterios negativos de imputación objetiva.
709 MAURACH, Reinhart & ZIPZ, Heinz. Derecho Penal, Parte General. Tomo I. Op. Cit. p. 346
710 Ídem, p. 350
711 STRATENWERTH, Günther. Derecho Penal, Parte General I. El hecho punible. Op. Cit. p. 128.
712 JESCHECK, Hans-Heinrich & WEIGEND, Thomas. Tratado de Derecho Penal, Parte General. Op. Cit. p.
346
José María Peláez Mejía 389
713 REYES ALVARADO, Yesid. El archivo de la investigación por atipicidad objetiva. Op. Cit.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
390 criterios negativos de imputación objetiva.
714 Ídem.
José María Peláez Mejía 391
IV. Es claro entonces que si para que haya imputación objetiva se requiere
la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado, la concurrencia de un
riesgo permitido (precisamente por no estar desaprobado) conllevará la
eliminación de la tipicidad.
VI. Así mismo, el requisito de “injusta agresión” que exige el artículo 32 numeral
6 como presupuesto necesario para el reconocimiento de la legítima
defensa habrá de entenderse satisfecho una vez agotado el juicio positivo
de tipicidad subjetiva.
VII. De igual manera, para la punición del acto del inimputable se requerirá que
la conducta sea típica (o sea, injusta, antijurídica o ilícita) y se constante
que no existen circunstancias excluyentes de la culpabilidad del autor del
hecho.
CAPÍTULO IV
iii. Así las cosas, con la presente tesis se propone, desde el principialismo
constitucionalista y el método dogmático, la elaboración de un sistema
completamente bipartito en virtud del cual el delito sea redefinido
como la suma, únicamente, de “tipicidad” + “culpabilidad”, eliminando la
“antijuridicidad” como elemento independiente para la estructuración de
la conducta punible por cuanto a partir de la renormativización del “tipo
penal” dicha comprobación sistemática se hizo innecesaria y redundante
por ya ser satisfecha con aquél.
iv. Las premisas que soportan la tesis expuesta son las siguientes:
Fuente: propia.
Nota: En este nivel de análisis Nota: Aquí se realiza un juicio de valor Nota: Aquí se verifican
y no solo se verifica que los normativo; es decir, se verifica que la unas condiciones
hechos encuadren con la conducta típica haya sido contraria a personales del autor del
descripción objetiva del delito, derecho. ¿Pero acaso esto ya no se hace hecho para considerarlo
sino que ahora además se en la imputación objetiva? culpable.
exige una comprobación de Con este modelo la legítima
la contrariedad de los hechos defensa, por ejemplo, es típica
con el ordenamiento jurídico pero no antijurídica, lo cual es
(imputación objetiva) y de un contrasentido ya que implica
una verificación del aspecto reconocer que se ha creado un
subjetivo del delito. riesgo jurídicamente desaprobado
mediante una conducta permitida
por el ordenamiento jurídico.
Fuente: propia.
Tipicidad Culpabilidad
Tipicidad objetiva: Se verifica que los hechos encuadren en los Se verifica que el sujeto:
siguientes requisitos: 1. Sea imputable
1. Sujetos (activo y pasivo) 2. Haya tenido
2. Conducta consciencia de lo ilícito
3. Resultado 3. Haya tenido la
4. Nexo causal posibilidad de haber
5. Imputación objetiva. Consiste en saber si la persona: (i) creó actuado de otra
un riesgo jurídicamente desaprobado y (ii) si dicho riesgo se manera.
realizó en el resultado. Este análisis implica a su vez verificar si
se trató de una conducta lesiva o riesgosa (esto es, si hubo daño)
y si tal comportamiento estaba amparado o no por una causal de
justificación.
Tipicidad subjetiva: Se verifica si la conducta se realizó con dolo,
con culpa o con preterintención.
Nota: Con mi propuesta el análisis que antiguamente se dejaba Nota: Aquí se verifican
desplazado para hacerlo en la antijuridicidad se satisface plenamente unas condiciones
en sede de imputación objetiva. Así pues, en virtud de este nuevo personales del autor del
modelo la legítima defensa, por ejemplo, es atípica objetivamente. hecho para considerarlo
culpable.
Fuente: propia.
Fuente: propia.
José María Peláez Mejía 403
d. Eventos similares que le impidan al agente tener la capacidad para: (i) comprender lo ilícito de
sus actos o (ii) determinarse de acuerdo a esa comprensión.
De allí se derivaron, al menos, tres corrientes teóricas del Derecho Penal a partir
de las cuales se estableció un orden lógico717 en el que se posicionó de distinta
forma la antijuridicidad, según se muestra: (1) una corriente similar a la versión
de MEZGER que no acogió la teoría de los elementos negativos del tipo penal,
715 FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Derecho Penal Fundamental 1. Bogotá: Editorial Ibáñez, 2007.
p.497.
716 MEZGER, Edmundo. Tratado de Derecho Penal. Tomo I. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado,
1955. p. 376.
717 FERNÁNDEZ CARRASQUILLA, Juan. Op., cit. p. 60.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
406 criterios negativos de imputación objetiva.
Sin embargo, ¿qué tienen en común todas estas teorías? Que siguen
manteniendo la antijuridicidad como un criterio distinto de la tipicidad. Por
lo tanto, aunque consideren que la imputación objetiva es la creación de un
riesgo jurídicamente desaprobado y las causales de justificación autorizaciones
del orden jurídico, deciden considerar que son fenómenos jurídicos
independientes. En consecuencia, la visión extrema de los elementos negativos
del tipo, aunque se parece a nuestra tesis en el hecho de considerar que las
causales de justificación son a su vez circunstancias de atipicidad, lo hacen por
un camino argumentativo equivocado al afirmar que tal situación se presenta
por una especie de “eliminación” ex post del tipo penal y no como la propuesta
aquí esgrimida ex ante. Es decir, para los teóricos de esta vertiente en un caso
de legítima defensa analíticamente estudian primero la tipicidad objetiva,
luego la subjetiva y cuando llegan a la antijuridicidad al verificar que existía
una causal de justificación se devuelven y dicen entonces que esa situación
arrastró también con el primer análisis realizado y que por ende la conducta
no solamente no es antijurídica sino también atípica. Ese retroceso parece un
juego de indecisión que raya con la inequivocidad que exige un Derecho Penal
anclado en principios como el de legalidad.
Por el contrario, con la tesis aquí expuesta se dicen las cosas como son y sin
rodeos de forma coherente con todo el sistema de teoría del delito afirmando
que la legítima defensa y las causales de justificación en general impiden
desde su inicio la afirmación tan siquiera provisional de una tipicidad objetiva
del hecho porque sencillamente no constituyen riesgos jurídicamente
desaprobados sino conductas plenamente aprobadas o autorizadas por el
ordenamiento normativo vigente.
Adicional a ello, se tiene que dichas doctrinas asociadas con la teoría del injusto
olvidan por completo la estructuración de una perspectiva sólida acerca de la
ausencia de lesividad como elemento configurativo del delito (en su aspecto
negativo) brillando por su ausencia todo análisis al respecto, al contrario de
lo que ocurre con la presente investigación que le da el lugar que se merece
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
408 criterios negativos de imputación objetiva.
◊ Insignificancia
◊ Cumplimiento de un deber
◊ Consentimiento
◊ Acciones fomentadas por el derecho
726 ZAFFARONI, Eugenio Raúl; ALAGIA, Alejandro & SLOKAR, Alejandro. Op., cit. p. 357; Críticamente.
RIGHI, E. Derecho Penal, Parte General. Argentina: Abeledo-Perrot, 2013. p. 157., quien establece
que “con la adopción de este punto de vista no se obtienen consecuencias distintas a las de la doctrina
dominante.”
José María Peláez Mejía 409
727 GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Tratado de Derecho Penal. La tipicidad. Tomo III. Op. Cit. p. 251 y ss.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
410 criterios negativos de imputación objetiva.
728 PALERMO, Omar. Aspectos de la justificación en una dogmática normativista. En: El sistema penal normativista
en el mundo contemporáneo. Libro homenaje al profesor Günther JAKOBS en su 70 aniversario, p. 457 y ss.
729 PERDOMO TORRES, Jorge Fernando. Sobre el “vaciamiento” de la antijuridicidad. En: Estudios penales a
partir de la libertad y solidaridad. Bogotá: Editorial Externado, 2009, p. 140
730 Ídem, p. 140
José María Peláez Mejía 411
diversos de las reglas por estar dotados de una normatividad más débil
3. Que como consecuencia de tal distinción los principios no pueden
ser sometidos al ejercicio de “subsunción” como las reglas, sino a la
“ponderación” o el “balanceo”, y
4. Que, por ende, al haber incorporado las constituciones tales principios
morales y a su vez todo juez o tribunal constitucional incluirlos en sus
decisiones, es necesario conceder que existe entre el derecho y la moral
una relación conceptual necesaria
justamente en dicho aspecto la diferencia entre una u otra teoría es tan sutil
que resulta inexistente.
Ello explica que, aun cuando la teoría filosófica de base sea el principialismo
constitucionalista, al inicio del capítulo 2 se cite in extenso a FERRAJOLI sin
que resulte una contradicción con la visión teórica aquí esgrimida puesto que
el corpus normativo que él propone no resulta novedoso ni privativo de su
pensamiento, habida cuenta que pertenece al legado que históricamente nos
dejó el “liberalismo clásico” como el propio profesor italiano lo reconoce en su
más reciente libro736.
Por último, en cuanto a las razones por las que se prefiere el principialismo
constitucionalista al garantismo de FERRAJOLI se coincide con Giorgio PINO en
las críticas que éste le realiza a aquél:
“La fusión, al menos en algunos casos (pero son casos muy importantes),
entre razonamiento jurídico y razonamiento moral, que es consecuencia
de la necesidad de interpretar cláusulas constitucionales que reenvían
expresamente a principios morales, es un dato de hecho ineludible.
Esto no requiere abandonar la tesis positivista de la separación, pero
limita drásticamente su relevancia sólo a la determinación de la validez
formal.”737
736 FERRAJOLI, Luigi. El paradigma garantisa. Filosofía crítica del derecho penal. Madrid: Editorial Trotta,
2018, p. 28 y ss.
737 PINO, Giorgio. Principios, ponderación, y la separación entre derecho y moral. Sobre el neoconstitucionalismo y
sus críticos, op. Cit. p. 228
José María Peláez Mejía 415
Aun cuando son muchos los principios materiales limitadores del ius puniendi
que existen tanto en la doctrina científica como constitucional y jurisprudencial
tan solo brevemente se enuncian 9 de ellos, agrupados de tal manera que den
respuesta a los siguientes interrogantes:
a. En cuanto al delito
740 ALEXY, Robert. Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los principios. Bogotá: Editorial
Universidad Externado de Colombia, Serie de Teoría Jurídica y Filosofía del Derecho, N. 28, 2003, pág. 95
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
418 criterios negativos de imputación objetiva.
b. En cuanto a la pena
Por lo tanto, aun cuando la fundamentación lógica del por qué la antijuridicidad
debe ser eliminada como un elemento independiente del delito podría dar
la impresión de un excesivo culto a la racionalidad formal, lo cierto es que
dicho argumento es apenas uno de los tantos expuestos, habida cuenta que
la base fundamental del por qué la imputación objetiva cumple actualmente
todas las funciones de la antijuridicidad y por ello debe ser eliminada, además
del argumento histórico, se encuentra en las consecuencias que se derivan
inevitablemente de la maximización de los principios de acto, culpabilidad,
legalidad, ultima ratio, exclusiva protección de bienes jurídicos y lesividad,
entre otros. O, en otras palabras, del hecho de tomarnos en serio los derechos
individuales que subyacen a los principios constitucionales pregonados por un
Estado Social y Democrático de Derecho como lo es hoy en día (o pretende
serlo) Colombia.
4.6 EPÍLOGO
741 Las formulaciones originales del principio son: (1) “no se deben multiplicar los entes sin necesidad” (Entia
non sunt multiplicanda praeter necessitatem) y (2) Frusta fit per plura quod potest fieri per pauciora.
RAELE, Giovanni y ANTÍSERI, Darío. Historia de la Filosofía. Tomo II, Patrística y Escolástica. Bogotá:
Universidad Pedagógica Nacional y Editorial San Pablo, 2011. p. 446; Gran Enciclopedia Espasa, Tomo
14, Dossier, Guillermo de Ockham. Bogotá: Editorial Espasa Calpe, 2005. p. 8614; y RUSSELL, Bertrand.
Sabiduría de Occidente. Madrid: Aguilar, S.A. de Ediciones, 1962. p. 163.
742 “Con esta metáfora, Ockham desea expresar un principio antiplatónico, por el cual no es necesario
multiplicar los entes y construir un mundo ideal de esencias: no es necesario ir más allá de los individuos”
En: RAELE, Giovanni y ANTÍSERI, Darío. Op., cit. p. 447.
José María Peláez Mejía 421
sin reservas los cambios radicales que para el sistema brindó la aparición de la
imputación objetiva. Acá no se proponen hacer fusiones extrañas como en la
teoría del injusto o de los elementos negativos del tipo. Acá lo que se plantea
es llamar las cosas por su nombre y eso ordena decir que la antijuridicidad
ha muerto como categoría dogmática independiente, pero no su contenido
que, mejorado, se ha trasladado hasta la imputación objetiva permitiendo
construir un esquema del delito más manejable, coherente y eficiente. No
hay que quedarse en el pasado, repitiendo las mismas ideas, pues “las ideas
tiranizan al que tiene pocas”743.
743 GÓMEZ DÁVILA, Nicolás. Escolios a un texto implícito. Selección. Bogotá: Villegas Editores, 2002.
p.121.
CONCLUSIONES
5.1.2.2 Su relación con el tipo penal: A su vez el tipo penal objetivo sería una
de las partes del “tipo penal” integrado por varios elementos entre los que se
encontraría la “imputación objetiva” mientras que el juicio de tipicidad objetiva
lo constituiría la operación mental a través de la cual se comparan los hechos
investigados con los elementos del tipo penal objetivo para determinar si
José María Peláez Mejía 425
744 Una posición contraria que aboga por una causalidad de tipo funcional puede verse en: LAMPE, E.
La causalidad y su función jurídico-penal, en La dogmática jurídico-penal entre la ontología social y el
funcionalismo. Lima: Editora Jurídica Grijley, 2003. p. 59-96.
José María Peláez Mejía 427
745 ROXIN, Claus. Evolución y modernas tendencias de la teoría del delito en Alemania. En: Sistema del
hecho punible/1. Acción e imputación objetiva. Buenos Aires: Editorial Hammurabi, 2013. p. 419
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
428 criterios negativos de imputación objetiva.
751 En una perspectiva similar la doctrina colombiana dice que “el último elemento del tipo es la imputación
jurídica del resultado al autor (art. 9 C.P.); no es posible atribuir la lesión de un bien jurídico a un sujeto, si
entre el resultado y la conducta del mismo no existe una relación jurídica que permita cargar ese resultado como
su obra. Precisamente a esa relación de atribución se denomina en la doctrina como ‘imputación objetiva’ y la
ley penal ‘imputación jurídica del resultado’.” GÓMEZ LÓPEZ, Jesús Orlando. Teoría del Delito. Bogotá:
Ediciones Doctrina y Ley, 2003. p. 229. Igualmente, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Penal, ha dicho que “no han sido pocas las providencias en las cuales la Sala se ha
valido, con base en el inciso primero cuerpo segundo del artículo 9 del Código Penal (según el cual «[l]
a causalidad por sí sola no basta para la imputación jurídica del resultado»), de los criterios de la teoría
de la imputación objetiva para solucionar problemas en el orden jurídico colombiano.” [COLOMBIA.CSJ,
sentencia no. AP1487-2014, 27 de marzo de 2014. M.P. Eugenio Fernández Carlier]
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
430 criterios negativos de imputación objetiva.
sido tipificado como tal, se está a su vez ordenando que los requisitos que
configuran la conducta punible estén claros y determinados previamente
por la ley. Y es que, en virtud de tal imperativo, el ciudadano o la persona
en general debe tener la posibilidad de conocer y discriminar qué riesgos
puede ejecutar y cuáles están prohibidos, y para ello el único mecanismo
disponible hasta el momento es la plasmación de reglas a través de leyes.
Justamente, gracias a dichas leyes cualquier individuo puede saber
con certeza si lo que desea hacer u omitir está permitido, prohibido o
es jurídicamente indiferente, facultándolo para actuar con base en ese
conocimiento. Si no fuera así, y la imputación objetiva únicamente
estableciera como requisito la “creación de riesgos” sin adicionar la
calificación de “jurídicamente desaprobados” se estaría en presencia de
una fórmula vacía y ambigua que el Juez podría, cual legislador de facto,
llenar acorde los pálpitos de su corazón, generándose con tal posibilidad
inseguridad jurídica y una flagrante violación del principio de legalidad
que, según se dijo, impide situaciones como las descritas.
752 Se sigue en este punto la perspectiva de Jesús María SILVA SÁNCHEZ quien enseña que “la aparición del
sistema como elemento decisivo en el esquema de la argumentación dogmática obliga a distinguir diversos niveles,
en los cuales ésta, naturalmente, debe adoptar una configuración sustancialmente diferente. (…) Así un primer nivel
viene dado por la argumentación de la selección de premisas valorativas que sirven de fundamento al sistema (primera
fase) y la argumentación de la construcción – y atribución de contenido – a partir de aquéllas, a las categorías básicas
de dicho sistema. (…) Así mismo, incide aquí la discusión acerca de la distinción de una y otras categorías sistemáticas
(distinción entre antijuridicidad y culpabilidad, entre justificación y exculpación), así como sobre el concreto contenido
asignado a tales categorías (por ejemplo, el contenido de la antijuridicidad o de la culpabilidad). El segundo nivel,
todavía referido a la construcción del sistema, alude a la argumentación de la elaboración de conceptos y categorías de
abstracción media: el dolo, el error, a la autoría y la participación, etc. Finalmente, en un tercer nivel podía ubicarse la
argumentación en el seno de un sistema dogmática ya constituido, dirigida a fundamentar la adopción de soluciones
en relación con conceptos y estructuras problemáticos, pero ya en el marco proporcionado por las categorías básicas y
secundarias antes referidas.” (Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo, Op. cit. p. 270-271). En efecto,
la derivación lógica de categorías macro ya consolidadas corresponde a la argumentación del segundo nivel
y para lograr tal cometido se deben respetar las leyes básicas de la deducción: v.gr. Principio de identidad,
no contradicción, tercero excluido, razón suficiente, etc. En cambio, la fundamentación de una categoría
dogmática desde principios de política criminal correspondería a la argumentación del primer nivel que
más que a la lógica obedece de cierta forma a una visión principalística y axiológica, atendiendo criterios de
razonabilidad más que de racionalidad.
José María Peláez Mejía 431
753 Se debe recordar que una garantía integrante del principio de culpabilidad es la “personalidad de las penas”.
Así lo establecen claramente, por ejemplo: MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal, Parte General. Op.,
cit. p. 125; y HASSEMER, Winfried. ¿Alternativas al principio de culpabilidad? En: Persona, mundo y
responsabilidad. Bases para una teoría de la imputación en derecho penal. Bogotá: Editorial Temis, 1999.
p. 53., aunque con la salvedad de que le otorga un nombre distinto al de MIR PUIG denominando dicha
garantía como “imputación subjetiva”; esto es, como la exigencia de una persona solo se juzgue por lo
que él hace o es suyo pues todo delito sólo puede ser entendido como el producto de un ser humano. El
profesor LUZÓN PEÑA lo denomina también principio de responsabilidad personal, pero lo considera un
principio independiente (aunque relacionado) con el principio de culpabilidad. Ver: Derecho Penal, Parte
General, Op., cit. p. 96.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
432 criterios negativos de imputación objetiva.
754 El daño es sin lugar a dudas el desmejoramiento de una realidad o situación cualquiera que un hecho
ocasiona a una persona. Ahora bien, trayendo a colación el concepto de daño construido por el profesor
Juan Carlos HENAO (que, si bien se hizo para el sistema de responsabilidad civil, nada impide su
utilización como marco referencia o guía para el derecho penal) se tendría que: “daño es toda afrenta a los
intereses lícitos de una persona, trátese de derechos pecuniarios o de no pecuniarios, de derechos individuales o de
colectivos, que se presenta como lesión definitiva de un derecho o como alteración de su goce pacífico y que, gracias
a la posibilidad de accionar judicialmente, es objeto de reparación si los otros requisitos de la responsabilidad civil
-imputación y fundamento del deber de reparar- se encuentran reunidos.” Curiosamente, líneas más adelante
enlaza dicho concepto de daño un el accionar desaprobado que, sin lugar a dudas, nos recuerda mucho el
esquema de imputación penal que aquí se está explicando pues dice que su definición parte de considerar
“que el daño supone la lesión de un interés lícito o al menos no contrario a derecho”. HENAO, Juan Carlos.
Las formas de reparación en la responsabilidad del Estado: hacia su unificación sustancial en todas las
acciones contra el Estado. En: Revista de Derecho Privado, Universidad Externado de Colombia. [En
línea]. n.° 2015, no.28, p. 277-366. DOI: 10.18601/01234366.n28.10.
755 Diccionario de la Real Academia Española. 23ª ed. Madrid: Editorial Espasa, 2014.
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
434 criterios negativos de imputación objetiva.
756 Siguiendo en este sentido a MIR PUIG se tiene que como garantía integrante del principio de culpabilidad
se encuentra el principio de personalidad de las penas acorde al cual “se impide castigar a alguien por un
hecho ajeno”. MIR PUIG, Santiago. Sobre el principio de culpabilidad como límite de la pena. En: MIR
PUIG. Estado, Pena y Delito. Buenos Aires: Editorial B de F, 2012. p. 202.
José María Peláez Mejía 435
757 HALLIVIS PELAYO, Manuel. Teoría general de la interpretación. México: Editorial Porrúa, 2012. p. 387
Causales de justificación y ausencia de lesividad como
436 criterios negativos de imputación objetiva.
5.3.3.1 Este riesgo permitido lo hay de dos clases (según la clasificación aquí
adoptada): a) general y b) situacional. Lo común a ambos riesgos es que se trata
de conductas peligrosas que dañan bienes jurídicos o los ponen en peligro
efectivo, encajan en la formal y objetiva descripción típica de la ley penal, pero
se encuentran a su vez autorizadas en su ejecución, razón por la cual impiden
la creación del riesgo jurídicamente desaprobado y en consecuencia la satisfacción
del primer nivel de imputación objetiva.
sino lege data, mientras que el riesgo permitido situacional como su nombre
lo indica, implica una ponderación de intereses en el caso concreto según la
situación y contexto particular ocurrido. No obstante, y a diferencia de las causales
exculpación, cuando se presenta un riesgo permitido situacional la conducta no
es simplemente perdonada, sino que al cumplirse en el caso concreto con ciertos
requisitos puntuales termina siendo autorizada por el ordenamiento jurídico y
por ende su ocurrencia deviene en lícita y consecuentemente en atípica.
5.3.3.3 Los riesgos permitidos generales tienen como base las “normas
jurídicas” y se diferencia de las causales de justificación en el hecho de que NO tiene
en cuenta la situación concreta o particular del sujeto, sino que el legislador
en una ponderación en abstracto, mediante la consagración de presupuestos
meramente objetivos, establece que cierto grupo de conductas son en general
permitidas. Aunque debe precisarse que el riesgo permitido general NO son las
“normas jurídicas”, sino el comportamiento ajustado a ellas.
general para actuar, NO era permitido que otra persona desviara hacia
lo delictivo la conducta del primer actuante. Sin embargo, en virtud del
principio de culpabilidad no podría atribuirse responsabilidad al primer
ejecutor porque a este no le competería tal desviación de la acción
inicial, generándose así una aprobación de llevar a cabo conductas
autorizadas por el orden jurídico aun cuando otra persona las desvíe
hacia lo delincuencial.
4. Las acciones a propio riesgo (ya sea como una autopuesta en peligro dolosa
o como una heropuesta en peligro) dado que la impunidad del suicidio
y su tentativa, impedirían considerar desaprobada la participación de
una persona en una situación riesgosa para la víctima que ella misma
ha decidido conscientemente realizar.
5.3.4 Argumentos por los cuales las causales de justificación son una
modalidad de riesgo permitido:
Por lo tanto, gracias a la certeza que como característica de la ley penal derivada
del principio de legalidad debe cumplir todo tipo penal se hará necesario
incluir en éste como uno de sus elementos configurativos la determinación de
los riesgos desaprobados que, naturalmente, decaerán ante la permisión que el
mismo ordenamiento jurídico establezca.
De esta manera:
758 Similar: WILENMANN, Javier. Injusto, justificación e imputación. En: PAWLIK, Michael, KINDHÄUSER,
Urs & otros. La antijuridicidad en el Derecho Penal. Estudios sobre las normas permisivas y la legítima defensa.
Buenos Aires: Editorial B de F, 2013, p. 118 y ss.
759 Ídem, p. 118
José María Peláez Mejía 449
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Causales de justificación y ausencia de lesividad como
454 criterios negativos de imputación objetiva.
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