Derechos Humanos
Derechos Humanos
Derechos Humanos
Constitución y Derechos
y Derechos
Mejía Rivera
Joaquín
DIEZDIEZ CUESTIONES
CUESTIONES
ACTUALES
ACTUALES SOBRE
SOBRE
DERECHOS
DERECHOS HUMANOS
HUMANOS
Diez cuestiones actuales sobre
derechos humanos
Joaquín
Joaquín Mejía Rivera
Mejía Rivera
Colección
Constitución y Derechos
Francisco Domínguez Servién
Gobernador Constitucional
Juan Martín Granados Torres
Secretario de Gobierno
Juan Manuel Alcocer Gamba
Secretario de Planeación y Finanzas
José de la Garza Pedraza
Oficial Mayor
Rogelio Flores Pantoja
Director del Instituto de Estudios Constitucionales
Diez cuestiones actuales
sobre derechos humanos
isbn:
Coordinación editorial
Felipe Luna
Formación
Contenido
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
|9|
Diez cuestiones actuales sobre derechos humanos
| 10
Contenido
11 |
Diez cuestiones actuales sobre derechos humanos
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339
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Introducción
1
Rodríguez y Rodríguez, Jesús, “Las Declaraciones Francesa y Universal de
los Derechos Humanos”, en AA.VV., Bicentenario de la Revolución francesa,
México, IIJ-UNAM, 1991, pp. 198 y 199.
| 15 |
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2
Cançado Trindade, Antonio A., El derecho internacional de los derechos hu
manos en el siglo XXI, pról.o de Máximo Pacheco Gómez, Santiago, Edito-
rial Jurídica de Chile, 2001, p. 132.
3
Peces-Barba Martínez, Gregorio, Curso de derechos fundamentales. Teoría
general, cols. Rafael de Asís Roig, Carlos R. Fernández Liesa, Ángel Llamas
Gascón, Universidad Carlos III de Madrid-Boletín Oficial del Estado, Ma-
drid, 1999, pp. 156-160.
4
Peces-Barba Martínez, Gregorio, “Los derechos humanos: la moralidad de
nuestro tiempo”, en AA.VV., La garantía internacional de los derechos socia
les, Madrid, Ministerio de Asuntos Sociales, 1990, p. 11.
| 16
Introducción
5
Peces-Barba Martínez, Gregorio, Curso de derechos fundamentales…, cit.,
pp. 174-176.
6
Carrillo Salcedo, Juan Antonio, Dignidad frente a barbarie. La Declaración
Universal de Derecho Humanos, cincuenta años después, Madrid, Trotta,
1999, p. 16; Pastor Ridruejo, José A., Curso de derecho internacional público
y organizaciones internacionales, 9ª ed., Madrid, Tecnos, 2003, p. 185.
7
Peces-Barba Martínez, Gregorio, “La universalidad de los derechos huma-
nos”, en Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho, núms. 15-16, Alicante,
1994, pp. 626 y 627.
8
Bobbio, Norberto, El tiempo de los derechos, trad. de Rafael de Asís Roig,
Madrid, Sistema, 1991, p. 15.
17 |
9
González Faus, José Ignacio, Abjurar la modernidad. Pecados originales de
Occidente, Barcelona, Cristianisme i Justícia, septiembre de 2002, p. 2.
10
Sousa Santos, Boaventura de, Crítica de la razón indolente. Contra el des
perdicio de la experiencia, vol. I. Para un nuevo sentido común: La ciencia,
el derecho y la política en la transición paradigmática, Bilbao, Desclée de
Brouwer, 2003, pp. 23-25.
| 18
Introducción
19 |
1.1. Introducción
1
Andrés Ibáñez, Perfecto (ed.), Corrupción y Estado de derecho. El papel de la
Jurisdicción, Madrid, Trotta, 1996, p. 10.
2
También la Revolución de Estados Unidos representó un hito histórico
importante, sin embargo, no se dio una ruptura de época, ya que senci-
| 21 |
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| 22
3
Díaz, Elías, “Estado de derecho y democracia”, en Anuario de la Facul
tad de Derecho, núms. 19-20, Universidad de Extremadura, 2001-2002,
pp. 209-210.
4
García-Pelayo, Manuel, Las transformaciones del Estado contemporáneo, 2ª
ed., Madrid, Alianza, 1988, pp. 21-22.
23 |
5
Baldasarre, Antonio, Los derechos sociales, trad. de Santiago Perea Latorre,
Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2001, p. 60: “En el Estado de
derecho liberal la restricción del acceso a la polis, limitado con diferentes
instrumentos —sufragio electoral, selección política, privilegio de los nota-
bles, instituciones de instrucción, etc.— a los más ricos y a los más cultos,
hacía que la formación y el desarrollo de la ley reflejaran sustancialmente los
valores, relativamente homogéneos, compartidos por la clase dominante”.
6
Rodríguez Zepeda, Jesús, “Estado de derecho y democracia”, en Progra
ma de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Democracia en América Latina.
| 24
25 |
10
No es de extrañar que los principales derechos económicos, sociales y cul-
turales hayan sido reconocidos como consecuencia de dos crisis económi-
cas gigantescas: la de 1873 y la de 1929.
11
Baldasarre, Antonio, op. cit., pp. 24-26.
12
Contreras Peláez, Francisco J., op. cit., p. 16.
| 26
13
Sobre un análisis detallado al respecto, véase García Manrique, Ricardo, La
libertad de todos. Una defensa de los derechos sociales, Madrid, El Viejo Topo,
2013.
14
Díaz, Elías, “Estado de derecho y democracia”…, cit., pp. 210-214.
27 |
15
García-Pelayo, Manuel, op. cit., pp. 26-27.
16
Ibidem, pp. 34, 35 y 56.
17
Díaz, Elías, “Estado de derecho y democracia”…, cit., p. 205.
| 28
18
Díaz, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática, 9ª ed., Madrid, Taurus
Ediciones (1966), 1998, p. 44.
19
Ferrajoli, Luigi, “Jurisdicción y democracia”, en Jueces para la democracia.
Información y debate, núm. 29, jul, 1997, Madrid, trad. Perfecto Andrés Ibá-
ñez, p. 3; Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad. Por una teoría gene
ral de la política, trad. de José F. Fernández Santillán, México, FCE, 1989, p.
204.
20
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho, trad. de Gerardo Pi-
sarello et al., Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2000, p. 168.
29 |
21
García-Pelayo, Manuel, op. cit., pp. 52-53.
| 30
22
Para un análisis al respecto, véase Abramovich, Víctor y Courtis, Chris-
tian, Los derechos sociales como derechos exigibles, pról. de Luigi Ferrajoli, 2ª
ed., Madrid, Trotta, 2004. También remito a mis trabajos, Mejía R., Joaquín
A., Elementos para una teoría de los derechos económicos, sociales y cultura
les desde el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, pról. de Felipe
González, México, IIDH-Centro de Estudios de Actualización en Derecho-
Editorial UBIJUS, 2015; Mejía R., Joaquín A., Aportes teóricos para promover
los derechos sociales desde el pensamiento de Luigi Ferrajoli, pról. de Ricardo
García Manrique, Tegucigalpa, Editorial San Ignacio, 2012; Mejía R., Joa-
quín A., La exigibilidad de los derechos económicos, sociales y culturales en el
ámbito convencional de la ONU, pról. de Francisco Quintana, Tegucigalpa,
Editorial San Ignacio, 2011.
23
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, pról. de Nor-
berto Bobbio, trad. de Perfecto Andrés Ibáñez et al., 6ª ed., Madrid, Trotta,
(1995), 2004, p. 865.
24
Ferrajoli, Luigi, “De los derechos del ciudadano a los de la persona”, en
Derechos y garantías. La ley del más débil, trad. de Perfecto Andrés Ibáñez y
Andrea Greppi, Madrid, Trotta, 1999, p. 104.
31 |
25
Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garantías (arts. 27.2, 25.1 y
7.6 Convención Americana sobre Derechos Humanos), opinión consultiva
OC-8/1987, 30 de enero de 1987, Serie A, núm. 8, párr. 26.
26
Truyol y Serra, Antonio, Los derechos humanos, Madrid, Tecnos, 1984, p.
29.
| 32
27
Para un análisis al respecto puede consultarse Mejía R., Joaquín A, Una
mirada a la justicia constitucional hondureña desde la óptica de los derechos
humanos, Tegucigalpa, Editorial San Ignacio-Editorial Guaymuras, 2012,
con la colaboración de Omar Menjívar y Víctor Fernández.
28
Jinestas, Ernesto, “Control de convencionalidad ejercido por los tribuna-
les y salas constitucionales”, en Ferrer Mac-Gregor, Eduardo (coord.), El
control difuso de convencionalidad. Diálogo entre la Corte Interamericana de
Derechos Humanos y los jueces nacionales, Santiago de Querétaro, Fundap,
2012, p. 270.
33 |
29
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas (arts. 13 y 29 Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos), opinión consultiva OC-
8/1987, 13 de noviembre de 1985, Serie A, núm. 5, párr. 70.
| 34
30
Díaz, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática…, cit., pp. 46-48.
31
Para un análisis sobre el control de convencionalidad en la región, con-
súltese Mejía R., Joaquín A.; Becerra R., José de Jesús y Flores, Rogelio
(coords.), El control de convencionalidad en México, Centroamérica y Pana
má, Tegucigalpa, Editorial San Ignacio-Editorial Guaymuras, 2016.
35 |
32
Véase al respecto, CIDH, Séptimo informe sobre la situación de los de-
rechos humanos en Cuba, OEA/Ser. L/V/II.61. doc. 29, rev. 1, octubre
de 1983, cap. IV; Informe sobre la situación de los derechos humanos en
Ecuador, OEA/Ser. L/V/II.96. doc. 10, rev. 1, abril de 1997, cap. III; con-
súltese también, Corte IDH. Caso Ivcher Bronstein vs. Perú. Reparaciones y
Costas. Sentencia de 24 de septiembre de 1999. Serie C, núm. 54, párr. 112;
Caso del Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C, núm. 71, párr. 73; Caso Castillo
Petruzzi y otros vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de
mayo de 1999, Serie C, núm. 52, párrs. 129-130.
33
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 595.
34
Ferrajoli, Luigi, “Jurisdicción y democracia...”, cit., pp. 3-6.
| 36
35
Díaz, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática…, cit., pp. 49-50.
37 |
36
Prieto Sanchís señala que bajo esta concepción instrumental del Estado y
sus instituciones, su legitimidad descansa en la protección de los indivi-
duos, de sus derechos e intereses —tanto los civiles y políticos como los
económicos, sociales y culturales que procuran bienes materiales impres-
cindibles para todos—, Prieto Sanchís, Luis, “Derechos fundamentales”, en
Derechos fundamentales, constitucionalismo y ponderación judicial, Lima, Pa-
lestra Editores, 2002, pp. 19-20.
37
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales”, en Los fundamentos de los dere
chos fundamentales: debate con Luca Baccelli, Michelangelo Bovero, Riccardo
Guastini, Mario Jori, Anna Pintore, Ermanno Vitale y Danilo Zolo, ed. de An-
tonio de Cabo y Gerardo Pisarello, Madrid, Trotta, 2001, pp. 35-36.
38
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho…, cit., pp. 172-173.
39
Ibidem, p. 171.
40
García Macho, Ricardo, Las aporías de los derechos fundamentales sociales y
el derecho a una vivienda, Madrid, Instituto de Estudios de Administración
Local, 1982, pp. 122-123.
| 38
41
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., pp. 862-864.
42
Ibidem, p. 907.
39 |
1.5. Conclusión
43
Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad..., cit., p. 221.
| 40
44
Pisarello, Gerardo, “Por un concepto exigente de Estado de derecho (A
propósito de un artículo de Eusebio Fernández)”, en Sistema, núm. 144,
Madrid, 1998, pp. 102-103.
45
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 857.
46
Ansuátegui, Francisco Javier, “Las definiciones del Estado de derecho y los
derechos fundamentales”, en Sistema, núm. 158, Madrid, 2000, p. 107.
47
Díaz, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática…, cit., pp. 54-55.
41 |
48
Pisarello, Gerardo, “Por un concepto exigente de Estado de derecho (A pro-
pósito de un artículo de Eusebio Fernández)”…, cit., p. 106.
49
López Calera, Nicolás María, Yo, el Estado. Bases para una teoría sustanciali
zadora (no sustancialista) del Estado, Madrid, Trotta, 1992, pp. 24, 30-31.
50
Kaplan, Marcos, El Estado latinoamericano, México, IIJ-UNAM, 1996, p.
274.
| 42
2.1. Introducción
| 43 |
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1
Si bien la Carta de la ONU no menciona cuáles son esos derechos, la De-
claración Universal y los dos pactos de 1966 —el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Eco-
nómicos, Sociales y Culturales—, sí los detallan, y por eso se considera
que estos instrumentos constituyen la Carta Internacional de Derechos
Humanos.
2
Ferrajoli, Luigi, “Los fundamentos de los derechos fundamentales”, en Los
fundamentos de los derechos fundamentales…, cit., pp. 144-145.
3
Carrillo Salcedo, Juan Antonio, Dignidad frente a barbarie..., cit., p. 16.
4
Pastor Ridruejo, José A., Curso de derecho internacional público y organi
zaciones internacionales..., cit., p. 186. Este proceso le ha otorgado al indi-
viduo un cierto grado de subjetividad internacional para poder reclamar
ante instancias internacionales por la violación de sus derechos —subje-
tividad activa—, así como la capacidad para sufrir las consecuencias de su
responsabilidad por la violación del derecho internacional —subjetividad
pasiva—.
| 44
5
Cançado Trindade, Antônio, A., El derecho internacional de los derechos Hu
manos…, cit., pp. 183-262.
6
Corte IDH, “Otros tratados” objeto de la función consultiva de la Corte
(art. 64 Convención Americana sobre Derechos Humanos), opinión con-
sultiva OC-1/82, 24 de septiembre de 1982, párr. 24.
45 |
7
Carrillo Salcedo, Juan Antonio, Soberanía de los Estados y derechos humanos
en Derecho Internacional contemporáneo, 2ª ed., Madrid, Tecnos, 2001, pp.
150-158; Pastor Ridruejo, José A., Curso de derecho internacional público…,
cit., pp. 42-46.
8
Al respecto véanse, entre otras resoluciones de la Corte Internacional de
Justicia, (i) Sentencia de 5 de febrero de 1970 relativa al asunto de la Barce
lona Traction (Bélgica vs. España); (ii) Sentencia de 9 de abril de 1949 re
lativa al asunto del Estrecho de Corfú (Reino Unido de Gran Bretaña vs. Al
bania); (iii) Opinión consultiva de 18 de mayo de 1951, relativa a la Validez
de ciertas reservas a la Convención para la prevención y sanción del delito
de genocidio; (iv) Opinión consultiva de 8 de julio de 1996 sobre la Licitud
de la amenaza o el empleo de armas nucleares. Toda la información relativa
a este órgano internacional (sentencias, opiniones consultivas, etc.) dispo-
nible en http://www.icj-cij.org/homepage/sp/
9
Institute of International Law, The Protection of Human Rights and the Prin
ciple of Non-intervention in Internal Affairs of Status, (Eighth Commission,
Rapporteur: Mr. Giuseppe Sperduti), sesión de Santiago de Compostela,
resolución de 13 de septiembre de 1989, art. 1.
| 46
10
Truyol y Serra, Antonio, Los derechos humanos…, cit., p. 29.
11
Levin, Leah, Derechos humanos: preguntas y respuestas, Bilbao, Ediciones
UNESCO-Bakeaz, 1999, p. 10.
47 |
12
Mediante la resolución 60/251, 15 de marzo de 2006, el Consejo sustitu-
yó a la Comisión como órgano subsidiario de la Asamblea General de la
ONU. Y mediante la resolución 5/1, el Consejo creó el Comité Asesor del
Consejo de Derechos Humanos en sustitución de la Subcomisión para la
Promoción y Protección de los Derechos Humanos. Toda la información
relativa al Consejo y sus mecanismos disponible en http://www2.ohchr.
org/spanish/bodies/hrcouncil/
| 48
49 |
13
Sobre el nuevo Consejo de Derechos Humanos véase, Ochoa Ruiz, Natalia
y Salamanca Aguado, Esther, “El Consejo de Derechos Humanos de las Na-
ciones Unidas: un análisis preliminar”, en Revista Electrónica de Estudios In
ternacionales, núm. 12, 2006, pp. 1-27; Villán Durán, Carlos, “Luces y som-
bras del nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”,
en Revista Electrónica de Estudios Internacionales, núm. 12, 2006, pp. 1-11;
Varón Mejía, Antonio, “De la Comisión al Consejo de Derechos Humanos:
fortalecimiento de los mecanismos de protección de derechos humanos o
profundización de la politización”, en Revista de Estudios Socio-Jurídicos,
vol. 10, núm. 1, Bogotá, Colombia, ene-jun, 2008, pp. 129-157; Weschler,
Joanna, “Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas: avances y
retrocesos en la creación de su diseño institucional”, en Anuario de Dere
chos Humanos, núm. 4, 2008, Centro de Derechos Humanos, Universidad
de Chile, Santiago de Chile, pp. 129-137; Halperin, Morton y Orentlicher,
Diane, “El nuevo Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas”, en
Anuario de Derechos Humanos, núm. 3, 2007, Centro de Derechos Huma-
nos, Universidad de Chile, Santiago de Chile, pp. 113-120.
| 50
14
Sobre las directrices técnicas en relación con la presentación de informa-
ción por parte de los actores interesados, disponible en http://www.ohchr.
org/EN/HRBodies/UPR/Pages/NoteNHRISSP.aspx
51 |
15
Carrillo Salcedo, Juan Antonio, Soberanía de los Estados y derechos huma
nos…, cit., pp. 121-123.
16
Resolución 60/251 de 15 de marzo de 2006, punto 6.
17
Viegas-Silva, Marisa, “El nuevo Consejo de Derechos Humanos de la Or-
ganización de las Naciones Unidas: algunas consideraciones sobre su crea-
ción y su primer año de funcionamiento”, en International Law. Revista
Colombiana de Derecho Internacional, núm. 12, Bogotá, Colombia, Edición
Especial 2008, pp. 54-56.
| 52
53 |
18
Para efectos de este apartado, solo nos referiremos a los instrumentos de
tipo convencional; ejemplos de instrumentos no convencionales lo consti-
tuyen las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos, los principios
básicos sobre la función de los abogados, los principios básicos relativos a
la independencia de la judicatura, entre otros.
| 54
19
Mariño Menéndez, Fernando M., Derecho internacional público: parte gene
ral, 4ª ed. rev., Madrid, Trotta, 2005, p. 465.
20
Craven, Matthew, The International Covenant on Economic, Social and Cul
tural Rights. A perspective on its development, Oxford, Clarendon Press,
1995, p. 31.
21
a) El CDH, creado en virtud del art. 28 del PIDCP; b) el CDN, establecido
en virtud del art. 43 de la CDN; c) el CCT, creado en virtud del art. 7 de la
CCT; d) el CEDM, establecido en virtud del art. 17 de la CEDM; e) el CEDR,
creado en virtud del art. 8 de la CDR; f) el CTM, establecido en virtud del
art. 72 de la CTM; g) el CRPD creado en virtud del art. 34 de la CDPD, y h)
el CED, establecido en virtud del art. 26 de la CIDF.
55 |
22
Economic and Social Council, resolution 1985/17. Review of the composi-
tion, organization and administrative arrangements of the Sessional Wor-
king Group of Governmental Experts on the Implementation of the Inter-
national Covenant on Economic, Social and Cultural Rights. 22nd plenary
meeting, 28 de mayo de 1985.
| 56
57 |
23
Davidson, Scott, “Procedure under the Optional Protocol”, en Conte, Alex;
Davidson, Scott y Burchill, Richard, Defining civil and political rights. The
| 58
59 |
28
Adoptado el 17 de noviembre de 1988, y en vigor desde el 16 de noviembre
de 1999.
29
Treinta y cinco Estados han ratificado la Carta de la OEA y pertenecen a la
Organización; veinte han ratificado la Convención Americana y aceptado
la competencia de la Corte IDH; tres países han ratificado la Convención
| 60
61 |
32
Buergenthal, Thomas, “The Revised OAS Charter and the Protection of
Human Rights”, en The American Journal of International Law, vol. 69, núm.
4, oct, 1975, pp. 835-836.
33
Leblanc, Lawrence J., “Economic, Social, and Cultural Rights and the Inte-
ramerican System”, en Journal of Interamerican Studies and World Affairs,
vol. 19, núm. 1, feb, 1977, p. 72.
| 62
34
Pasqualucci, Jo M., The practice and procedure of the Inter-American Court
of Human Rights, Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press,
2003, p. 4.
35
Buergenthal, Thomas, “The American and European Conventions on Hu-
man Rights: Similarities and differences”, en American University Law Re
view, vol. 30, núm. 155, 1980-1981, p. 156.
63 |
36
Acta final de la V Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exte-
riores, Santiago de Chile, 12 al 18 de agosto de 1959, Unión Panamericana,
Secretaría General de la OEA, Washington, D.C., resolución VIII, Derechos
Humanos, punto II, 1960, p. 209.
| 64
37
Para un análisis del origen y de algunas cuestiones institucionales y procedi-
mentales de la CIDH y de la Corte IDH, véase Medina Quiroga, Cecilia, The
battle of Human Rights. Gross systematic violation in the Inter-American System,
Dordrecht-Boston-Londres, Martinus Nijhoff Publishers, 2001, pp. 42 y ss.
38
Cançado Trindade, Antônio A., El derecho internacional de los derechos hu
manos…, cit., p. 274.
65 |
39
CIDH, informe 39/96, caso 11.673 (Argentina), 15 de octubre de 1996,
IV. D., párrs. 48-51. La “fórmula de la cuarta instancia” fue elaborada por
la Comisión en el caso de Clifton Wright (caso 9260, resolución 29/88, 14
de septiembre de 1988), ciudadano jamaiquino que adujo un error judicial
que dio lugar a una sentencia de muerte en su contra. El sistema nacio-
nal no preveía un trámite de impugnación de sentencias determinadas por
errores judiciales, lo que dejó al señor Wright desprovisto de recursos. En
ese caso, la CIDH estableció que no podía actuar como “una cuarta instan-
cia cuasijudicial” con facultades para revisar las sentencias de los tribuna-
les de los Estados miembros de la OEA. No obstante, declaró fundados los
hechos aducidos por el peticionario y determinó que el mismo no pudo
haber cometido el crimen. En consecuencia, la CIDH llegó a la conclusión
de que el gobierno de Jamaica había violado el derecho del peticionario a
la protección judicial, lo que constituye una violación a sus derechos fun-
damentales, porque el procedimiento judicial interno no permitía corregir
| 66
67 |
42
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., pp. 76-77.
| 68
43
Krsticevic, Viviana, “La protección de los derechos económicos, sociales y
culturales en el Sistema Interamericano”, en Centro por la Justicia y el De-
recho Internacional (ed.), Construyendo una agenda para la justiciabilidad
de los derechos sociales, San José, Costa Rica, Publicaciones CEJIL, 2004, p.
150.
69 |
44
Corte IDH, “Otros Tratados” Objeto de la función consultiva de la Corte…,
supra, párr. 25.
| 70
45
Al respecto véase, Méndez, Juan E. y Dulitzky, Ariel, “Medidas cautelares
y provisionales”, en Courtis, Cristian; Hauser, Denise y Rodríguez Huerta,
Gabriela (comps.), Protección internacional de derechos humanos. Nuevos
desafíos, México, Porrúa-ITAM, 2005, pp. 67-93.
71 |
46
Corte IDH. Caso Caballero Delgado y Santana vs. Colombia. Excepciones
Preliminares. Sentencia de 21 de enero de 1994. Serie C, núm. 17, párr. 27.
47
Faúndez Ledesma, Héctor, El Sistema Interamericano de Protección de los
Derechos Humanos. Aspectos institucionales y procesales, 3ª ed., San José,
Costa Rica, IIDH, 2004, pp. 432-463.
| 72
48
Aunque el art. 51 de la Convención Americana faculta a la CIDH para deci-
dir si somete el caso a la Corte por medio de la demanda respectiva, o bien
si continúa con el conocimiento del asunto, esta no es una decisión “discre-
cional, sino que debe apoyarse en la alternativa que sea más favorable para
la tutela de los derechos establecidos en la Convención”, en Corte IDH,
Ciertas atribuciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(arts. 41, 42, 46, 47, 50 y 51 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos), opinión consultiva OC-13/93, 16 de julio de 1993, párr. 50.
49
Para un análisis detallado de los informes “50” y “51”, véase Faúndez Le-
desma, Héctor, op. cit., pp. 467-500. Es importante destacar que, con el
fin de dar seguimiento a la implementación de sus recomendaciones, la
CIDH puede solicitar información al Estado y a los peticionarios, y pue-
de publicar, en forma de capítulo de su Informe anual, un informe sobre
los avances y dificultades de dicha implementación, que puede ser de dos
tipos: 1. un informe de seguimiento de recomendaciones formuladas por
la CIDH en sus informes sobre países, y 2, un informe de seguimiento de
las recomendaciones en casos individuales; en Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional, La protección de los derechos humanos en el Sistema
Interamericano. Guía para defensores y defensoras de derechos humanos, Bue-
nos Aires, CEJIL-Fundación Sueca para Derechos Humanos, 2007, p. 94.
73 |
50
Ibidem, pp. 152-153.
51
Méndez, Juan E. y Dulitzky, Ariel, op. cit., pp. 87-88. En cuanto al mecanis-
mo establecido en el art. 48.2 de la Convención Americana, no existen an-
tecedentes de su utilización; y el procedimiento consagrado en el art. XIV
| 74
75 |
54
Para un análisis del reglamento vigente de la Corte IDH, véase Cançado
Trindade, Antônio, “El nuevo reglamento de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (2000) y su proyección hacia el futuro: La emancipa-
ción del ser humano como sujeto del derecho internacional”, en Cançado
Trindade, Antônio y Ventura Rodríguez, Manuel, El futuro de la Corte In
teramericana de Derechos Humanos, San José, Costa Rica, ACNUR-Corte
IDH, 2003, pp. 13-107.
55
El primer reglamento fue aprobado por el Tribunal Interamericano en su
III Periodo Ordinario de Sesiones, celebrado del 30 de junio al 9 de agosto
de 1980. Posteriormente, la Corte IDH reformó el reglamento en su XXIII
Periodo Ordinario de Sesiones, celebrado del 9 al 18 de enero de 1991; en
su XXXIV Periodo Ordinario de Sesiones, celebrado del 9 al 20 de septiem-
bre de 1996; en su XLIX Periodo Ordinario de Sesiones, celebrado del 16
al 25 de noviembre de 2000; y en su LXI Periodo Ordinario de Sesiones,
celebrado del 20 de noviembre al 4 de diciembre de 2003. El vigente regla-
mento fue reformado parcialmente por la Corte IDH en su LXXXII Periodo
Ordinario de Sesiones, celebrado del 19 al 31 de enero de 2009.
| 76
56
Viana Garcés, Andrée, “Sistema europeo y americano de protección de
derechos humanos. Coincidencias, fraccionamientos temporales y mutuas
influencias”, en Revenga Sánchez, Miguel y Viana Garcés, Andrée (eds.),
Tendencias jurisprudenciales de la Corte Interamericana y el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos, Valencia, Tirant lo Blanch, 2008, p. 66.
57
Este procedimiento está establecido en los arts. 61-69 de la Convención
Americana y en los arts. 22-25 del Estatuto y 32-59 del Reglamento de la
Corte IDH.
77 |
2.4. Conclusión
58
Para un análisis completo y detallado de la jurisdicción contenciosa de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, puede verse Pasqualucci, Jo
M., op. cit., pp. 81-229.
| 78
79 |
| 80
1
Comité DESC, El derecho a una alimentación adecuada (art. 11), observa-
ción general 12, 1999, párr. 15.
| 81 |
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2
Idem.
3
CIDH, Tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Co-
lombia 1999, 26 de febrero de 1999, cap. XIII, párr. 34.
4
Carrillo Salcedo, Juan Antonio, Soberanía de los Estados y derechos huma
nos…, cit., p. 109.
| 82
puedan acudir ante la CIDH y la Corte IDH para que se corrija tal
situación, una vez que se hayan agotado todos los recursos inter-
nos que ofrezca el ordenamiento jurídico nacional.
La obligación de respetar los derechos protegidos en los ins-
trumentos interamericanos es de carácter negativo en cuanto
comprende, fundamentalmente, el deber estatal de abstenerse
de interferir en el ejercicio de los mismos; en otros términos, que
el Estado respete los derechos humanos significa que sus agentes
están obligados, por ejemplo, a no ejecutar arbitrariamente (de-
recho a la vida), a no torturar (derecho a la integridad personal),
a no contaminar el agua (derecho a un medioambiente sano y
a la salud), o a no establecer cuotas obligatorias en el sistema
educativo que impiden a los niños recibir educación primaria
gratuita (derecho a la educación). Por otro lado, la obligación de
garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos es de ca-
rácter positivo, ya que el Estado tiene el deber de adoptar todas
las medidas que sean necesarias para asegurar el ejercicio de ta-
les derechos; en otras palabras, el Estado está en la obligación de
proteger a las personas no solo de los actos ilícitos de sus agentes,
sino también de los particulares mediante la prevención, la inves-
tigación y sanción de las violaciones a los derechos reconocidos,
y la reparación de los daños producidos.5
Además de las obligaciones generales de respetar y garantizar
los derechos reconocidos (art. 1.1 de la Convención Americana),
el Estado tiene las siguientes obligaciones: a) adoptar las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer
efectivos tales derechos (art. 2 de la Convención Americana);
b) respetar y garantizar esos derechos sin discriminación algu-
na por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, po-
sición económica, nacimiento o cualquier otra condición social
(art. 1.1 de la Convención Americana); c) garantizar el derecho
a las garantías judiciales, el derecho a la igualdad ante la ley y el
derecho a la protección judicial (arts. 8, 24 y 25 de la Convención
Americana), y d) las obligaciones que surgen de las normas sobre
5
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29
de julio de 1988. Serie C, núm. 4, párr. 166.
83 |
6
Ibidem. Las citas textuales corresponden, en su orden, párrs. 165-166.
7
Corte IIDH. Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C, núm.
146, párr. 154.
8
Corte IDH, Condición jurídica y derechos humanos del niño, opinión con-
sultiva OC-17/2002, 28 de agosto de 2002; Caso de los Hermanos Gómez
Paquiyauri vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de julio
| 84
de 2004, Serie C, núm. 110; Caso “Instituto de Reeducación del Menor” vs.
Paraguay. Excepciones Preliminares, Fondo Reparaciones y Costas. Sen-
tencia de 2 de septiembre de 2004. Serie C. núm. 42.
9
Corte IDH. Caso de la Masacre de Mapiripán vs. Colombia. Sentencia de 15
de septiembre de 2005. Serie C, núm. 134.
10
Corte IDH. Caso Comunidad Indígena Sawhoyamaxa…, supra; Caso Comuni
dad indígena Yakye Axa vs. Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Senten-
cia de 17 de junio de 2005. Serie C, núm. 125.
11
Corte IDH. Caso Ximenes Lopes vs. Brasil. Sentencia de 4 de julio de 2006.
Serie C, núm. 149.
12
Melish, Tara, La protección de los derechos económicos, sociales y culturales
en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: Manual para la presen
tación de casos, Quito, Orville H. Schell, Jr. Center for International Human
Rights Yale Law School-Centro de Derechos Económicos y Sociales, 2003,
p. 177.
13
Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de viola-
ciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y
de violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer
recursos y obtener reparaciones, arts. I y II.
85 |
14
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras…, supra, párrs. 166-177.
15
Ibidem, párr. 175.
| 86
16
Melish, Tara, op. cit., pp. 178-180.
17
Corte IDH, Ciertas atribuciones de la Comisión Interamericana…, supra,
párrs. 26-27.
18
Corte IDH, Tarcisio Medina Charry (Colombia), informe 3/98, caso
11.221, 7 de abril de 1998, IV. 2.g., párr. 107.
19
Discurso del presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos, Dr. Álvaro Tirado Mejía, ante el Consejo Permanente de la Organi-
87 |
| 88
22
Melish, Tara, op. cit., pp. 182 y 183.
23
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1993, 11 de febrero de 1994, cap. V. I. VI. Recomendaciones, puntos
1-4.
24
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras…, supra, párrs. 172, 176
y 177.
89 |
25
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Caso MacCann y otros vs. Reino
Unido. Sentencia de 27 de septiembre de 1995, párr. 157.
26
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras…, supra, párr. 176: “Lo
mismo es válido cuando se tolere que los particulares o grupos de ellos
actúen libre o impunemente en menoscabo de los derechos humanos
[…].”
27
Corte IDH. Caso Juan Humberto Sánchez vs. Honduras. Fondo, Repa-
raciones y Costas. Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C, núm. 99,
párr. 134.
| 90
28
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras…, supra, párr. 177.
29
CIDH, Informe sobre la situación de las defensoras y defensores de dere-
chos humanos en las Américas, 7 de marzo de 2006, párr. 140.
30
Corte IDH. Caso Loayza Tamayo vs. Perú. Reparaciones y Costas (art. 63.1
Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 27 de no-
viembre de 1998. Serie C, núm. 42, párr. 170. Por tanto, la impunidad pue-
de ser definida como “la falta en su conjunto de investigación, persecución,
captura, enjuiciamiento y condena de los responsables de las violaciones
de los derechos protegidos por la Convención Americana”.
31
Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25
de noviembre de 2000. Serie C, núm. 70, párr. 160; Caso de los “Niños de la
calle”…, supra, párr. 115.
91 |
32
Ibidem, párr. 173.
33
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras… supra, párr. 181; Caso
Aloeboetoe y otros vs. Surinam. Reparaciones y Costas (art. 63.1 Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 10 de septiembre
de 1993. Serie C, núm. 15, párr. 181.
34
Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala…, supra, voto razonado
del juez Antônio Cançado Trindade, párr. 32.
35
Corte IDH. Caso Trujillo Oroza vs. Bolivia. Reparaciones y Costas (art. 63.1
Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 27 de fe-
brero de 2002. Serie C, núm. 92, párr. 109.
36
Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala…, supra, párr. 201.
| 92
37
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1999, 13 de abril de 2000, cap. II. 5, informe 136/99, Ignacio Ellacuría,
S.J. y otros, caso 10.488 (El Salvador), párr. 187.
38
Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez vs. Guatemala…, supra, párr. 197.
39
Directrices de Maastricht, núm. 27.
40
Corte IDH. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros vs. Trinidad y Toba
go. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de junio de 2002. Serie
C, núm. 94, párr. 202.
93 |
41
Corte IDH. Caso Cantoral Benavides vs. Perú. Reparaciones y Costas (art.
63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 3 de
diciembre de 2001. Serie C, núm. 88, párr. 40.
42
Corte IDH. Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros…, supra, párrs. 203
y 205.
43
Corte IDH. Caso Garrido y Baigorria vs. Argentina. Reparaciones y Costas
(art. 63.1 Convención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de
27 de agosto de 1998. Serie C, núm. 39, párr. 41.
| 94
44
Corte IDH, Exigibilidad del derecho de rectificación o respuesta (arts.
14.1, 1.1 y 2 Convención Americana sobre Derechos Humanos), opinión
consultiva OC-7/86, 29 de agosto de 1986, párr. 30.
45
Dulitzky, Ariel E., “Alcance de las obligaciones internacionales de derechos
humanos”, en Martin, Claudia; Rodríguez-Pinzón, Diego y Guevara B., José
A. (comps.), Derecho internacional de los derechos humanos, México, Uni-
versidad Iberoamericana-American University-Fontamara, 2004, p. 89.
46
Comité DESC, La índole de las obligaciones de los Estados parte, observa-
ción general 3, 1990, (párr. 1 del art. 2 del Pacto), párrs. 2 y 3.
95 |
47
Corte IDH. Caso “La Última Tentación de Cristo” (Olmedo Bustos y otros)
vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de febrero de 2001.
Serie C, núm. 73, párr. 87.
48
Comité DESC, observación general 3 (1990)…, supra, párr. 4.
49
Corte IDH. Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 30 de mayo de 1999. Serie C, núm. 52, párr. 207; Caso
Almonacid Arellano y otros vs. Chile, Excepciones Preliminares, Fondo, Re-
paraciones y Costas, Sentencia del 26 de septiembre de 2006. Serie C, núm.
154, párr. 118.
50
Corte IDH. Caesar vs. Trinidad y Tobago. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 11 de marzo de 2005. Serie C, núm. 123, párr. 93.
| 96
Por tanto, hay algunas medidas que los Estados deben adop-
tar de forma inmediata, pues ni siquiera suponen la erogación de
recursos públicos, tales como adecuar el derecho interno a las
disposiciones de la Convención Americana mediante: a) la dero-
gación de toda norma jurídica contraria a las obligaciones inter-
nacionales asumidas por el Estado; por ejemplo, las que impidan
la libertad de asociación y sindicalización o las que impongan
cuotas a la educación primaria y b) la eliminación de cualquier
discriminación de jure (toda legislación, regulación y práctica
discriminatoria, incluyendo acciones de omisión y comisión) y
de facto que afecte el goce y disfrute efectivo de los derechos hu-
manos. Cuando un Estado no lleva a cabo la adopción de medidas
en las dos vertientes mencionadas (suprimir y expedir), contra-
viene no solo las normas convencionales que consagran los res-
pectivos derechos, sino también el artículo 2 de la Convención
Americana.52
51
Corte IDH. Exigibilidad del derecho de rectificación o respuesta…, supra,
opinión separada del juez Rodolfo E. Piza Escalante, párr. 27.
52
Corte IDH. Caso Suárez Rosero vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de no-
viembre de 1997. Serie C, núm. 35, párrs. 97 y 98.
97 |
3.4. La obligación
de no discriminación
53
Comité DESC, El derecho a la educación (art. 13 del Pacto), observación
general 13, 1999, párr. 31.
54
Para Sen, un metaderecho a algo [“x”] puede ser definido como el derecho
a tener políticas estatales [“p(x)”] que persigan genuinamente el objetivo
de hacer realizable el derecho a “x”. En Sen, Amartya, “The right not be
hungry”, en Alston, Philip y Tomaševski, Katrina (eds.), The right to food,
Dordrecht, Martinus Nijhoff Publishers, 1984, p. 70.
55
Scheinin, Martin, “Justiciability and the Indivisibility of Human Rights”,
en Squires, John et al., (eds.), The road to a remedy. Current issues in the liti
gation of Economic, Social and Cultural Rights, Australia, Australian Human
Rights Centre-The University of New South Wales-Centre on Housing
Rights and Evictions, 2005, pp. 21-22.
| 98
56
Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes indocumenta-
dos, opinión consultiva OC-18/03, 17 de septiembre de 2003, párrs. 100-
101.
99 |
57
Corte IDH, Propuesta de modificación a la Constitución Política de Costa
Rica relacionada con la naturalización, opinión consultiva OC-4/84, 19 de
enero de 1984, párrs. 54-55.
58
Corte IDH, Excepciones al agotamiento de los recursos internos (arts.
46.1, 46.2.a y 46.2.b, Convención Americana sobre Derechos Humanos),
opinión consultiva OC-11/90, 10 de agosto de 1990, párr. 22.
59
Corte IDH, Propuesta de modificación a la Constitución Política…, supra,
párr. 56.
| 100
60
Ibidem, párr. 57.
61
Melish, Tara, op. cit. Las citas corresponden, en su orden, a las pp. 216 y
225.
101 |
62
CIDH, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Ecuador, 24
de abril 1997, cap. X: Los derechos humanos de los afroecuatorianos, párr. 8.
63
CIDH, Cuarto informe sobre la situación de los derechos humanos en Gua-
temala, 1 de junio de 1993, cap. I. Conclusiones, párrs. 2-3.
64
CIDH, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Ecuador…,
supra, B. El contexto económico y derechos contaminantes, párr. 21.
| 102
65
Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes…, supra, voto
razonado concurrente del juez Sergio García Ramírez, párr. 20.
66
CIDH, La situación de los derechos humanos de los indígenas de las Amé-
ricas, 20 de octubre de 2000, cap. I. 2. A.
103 |
67
Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes…, supra, voto
razonado concurrente del juez Sergio García Ramírez, párr. 36.
| 104
68
En este orden de ideas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
ha señalado que “el artículo 25.1 de la Convención es una disposición de
carácter general que recoge la institución procesal del amparo, como pro-
cedimiento sencillo y breve que tiene por objeto la tutela de los derechos
fundamentales”, en Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garan-
tías…, supra, párr. 32.
69
Courtis, Christian, “La protección de los derechos económicos, sociales y
culturales a través del artículo 26 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos”, en Courtis, Cristian; Hauser, Denise y Rodríguez Huerta,
Gabriela (comps.), Protección internacional…, cit., pp. 37-38.
70
Corte IDH, Garantías judiciales en Estados de Emergencia (arts. 27.2, 25 y
8 Convención Americana sobre Derechos Humanos), opinión consultiva
OC-9/87, 6 de octubre de 1987, párrs. 24-25.
105 |
71
Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros vs. Panamá. Excepciones prelimina-
res. Sentencia de 18 de noviembre de 1999. Serie C, núm. 61, párrs. 125-127.
72
Comité DESC, La aplicación interna del Pacto, observación general 9, 1998,
las citas corresponden, en su orden, a los párrs. 3 y 9.
| 106
73
Corte IDH, Garantías judiciales en Estados de Emergencia…, supra, párr. 25.
74
Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garantías…, supra. Las citas
corresponden, en su orden, a los párrs. 19-20.
107 |
75
Corte IDH, Interpretación de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre en el Marco del artículo 64 de la Convención Ame-
ricana sobre Derechos Humanos, opinión consultiva OC-10/1989, 14 de
julio de 1989, párr. 46.
76
Corte IDH, La expresión “leyes” en el artículo 30 de la Convención Ameri-
cana sobre Derechos Humanos, opinión consultiva OC-6/86, 9 de mayo de
1986, párr. 37.
| 108
77
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, supra, párrs. 66-67.
109 |
4.1. Introducción
| 111 |
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| 112
1
Melish, Tara, La protección de los derechos económicos, sociales y culturales…,
cit., p. 177.
2
Corte IDH. Caso Acevedo Buendía y otros (“Cesantes y jubilados de la Con
traloría”) vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 1 de julio de 2009. Serie C, núm. 198, párr. 100.
113 |
3
Courtis, Christian, “La protección de los derechos económicos, sociales y
culturales a través del artículo 26 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos”, en Courtis, Cristian; Hauser, Denise y Rodríguez Huerta,
Gabriela (comps.), Protección internacional…, cit., pp. 30-31.
| 114
115 |
4
CIDH, Tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Co-
lombia 1999, 26 de febrero de 1999, cap. III: Los derechos económicos,
sociales y culturales, párr. 4.
5
Abramovich, Víctor y Rossi, Julieta, “La tutela de los derechos económicos,
sociales y culturales en el artículo 26 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos…”, cit., p. 463.
| 116
6
Corte IDH. Caso Acevedo Buendía y otros…, supra, párr. 19.
7
Pinto, Mónica, “El principio pro homine. Criterios de hermenéutica y pau-
tas para la regulación de los derechos humanos”, en Abregú, Martin y
Courtis, Christian, La aplicación de los tratados de derechos humanos por los
tribunales locales, Buenos Aires, Argentina, Editores del Puerto-Centro de
Estudios Legales y Sociales, 1997, p. 163.
8
Corte IDH, Otros Tratados Objeto de la Función Consultiva de la Corte…,
supra, párr. 24.
117 |
9
Cançado Trindade, Antônio, A., El derecho internacional de los derechos hu
manos…, cit., pp. 48-49.
| 118
119 |
cho a la debida asistencia legal del artículo 45 literal i), los cuales
están muy arraigados en la cultura jurídica contemporánea y su
importancia radica en que son imprescindibles para el ejercicio
efectivo de todos los derechos humanos, sean civiles, políticos,
económicos, sociales o culturales.
| 120
10
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1983-1984, 28 septiembre 1984, cap. V. II., párr. 4.
121 |
11
Corte IDH. Caso Acevedo Buendía y otros…, supra, voto concurrente del juez
Sergio García Ramírez, párr. 21.
12
CIDH, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Ecuador,
24 de abril 1997, cap. II: Introducción. B. El contexto socioeconómico y
derechos concomitantes, párr. 14.
| 122
13
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
1993, 11 de febrero de 1994, (ii) El principio del desarrollo progresivo, párr. 3.
14
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., p. 93.
15
CIDH, Tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Colom-
bia…, supra, cap. III: Los derechos económicos, sociales y culturales, párr. 4.
16
Sepúlveda, Magdalena, “La interpretación del Comité de Derechos Econó-
micos, Sociales y Culturales de la expresión «progresivamente»”, en Cour-
123 |
| 124
19
Courtis, Christian, “La prohibición de regresividad en materia de derechos
sociales: apuntes introductorios”…, op. cit., pp. 3-4.
20
“AG/RES. 2074 (XXXV-O/05). Normas para la confección de los informes
periódicos previstos en el artículo 19 del Protocolo de San Salvador”, en
Organización de Estados Americanos, Actas y documentos volumen I AG/
DEC. 41 a AG/DEC. 45 (XXXV-O/05). AG/RES. 2061 a AG/RES. 2157
(XXXV-O/05). Textos y certificados de las declaraciones y resoluciones, Tri-
gésimo quinto período de sesiones, Fort Lauderdale, Florida, del 5 al 7 de
junio de 2005, OEA/Ser.P/XXXV-O.2, Secretaría General, Washington, D.
C., 24 de octubre de 2005. Las citas textuales corresponden, en su orden, a
las pp. 48 y 50.
21
Comité DESC, La igualdad de derechos del hombre y la mujer al disfrute de
los derechos económicos, sociales y culturales (art. 3 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), observación general
16, 2005, párr. 42.
125 |
22
Comité DESC, La índole de las obligaciones de los Estados partes (párr. 1
del art. 2 del Pacto), observación general 3, 1990, párr. 9; El derecho a la
educación (art. 13 del Pacto), observación general 13, 1999, párr. 45; El
derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (art. 12 del Pacto In-
ternacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), observación
general 14, 2000, párr. 32.
23
CIDH, Admisibilidad y fondo. Asociación Nacional de exservidores del
Instituto Peruano de Seguridad Social y otras. Perú, informe 38/09, caso
12. 670, 27 de marzo de 2009, párr. 141.
24
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., pp. 109-110.
| 126
25
Corte IDH. Caso Acevedo Buendía y otros…, supra, párr. 103; CIDH, Admisi-
bilidad y fondo…, supra, informe 38/09, caso 12, 670, párr. 140.
26
Comité DESC, observación general 3, 1990. Las citas literales correspon-
den a los párrs. 1-2, y 9, respectivamente.
127 |
artículo 1 —al igual que el art. 2.1 del PIDESC— habla de “hasta el
máximo de los recursos disponibles”, lo cual puede sugerir algu-
na diferencia sustancial entre ambas disposiciones. Sin embargo,
no existe tal divergencia, ya que “la medida de los recursos dis-
ponibles” es justamente “el máximo de los recursos disponibles”,
no menos, ya que si fuera menos que el máximo, se trataría de la
medida que discrecionalmente quisieran los Estados dentro de
los recursos de los que disponen. En tal sentido, “[n]o parece
ser esa la intención de la norma: la retención discrecional de re-
cursos parece incompatible con el logro progresivo de la plena
efectividad de los derechos que surgen del artículo 26”.27
Cuando los recursos son escasos, los Estados tienen la obli-
gación mínima de garantizar la satisfacción de por lo menos ni-
veles esenciales de los DESC, pues si la CADH o el Protocolo de
San Salvador se interpretaran de tal manera que no establezcan
una obligación mínima, carecerían en gran medida de su razón
de ser. Evidentemente, cuando se valora si los Estados han cum-
plido con su obligación, se debe tener en cuenta la limitación de
recursos, pero para que puedan justificar su falta de cumplimien-
to como consecuencia de dicha limitación, los Estados deben de-
mostrar que han “realizado todo esfuerzo para utilizar todos los
recursos que están a su disposición en un esfuerzo por satisfacer,
con carácter prioritario, esas obligaciones mínimas”,28 median-
te su utilización eficaz y equitativa, y asegurando la igualdad de
oportunidades para acceder a tales recursos.29
En tal sentido, al hacer uso de los recursos disponibles se
debe garantizar que toda persona goce de los servicios esenciales
para su subsistencia puesto que, prima facie, los Estados podrían
incumplir con esta obligación mínima si un porcentaje impor-
tante de su población estuviere privado de las más elementales
condiciones de alimentación, atención sanitaria, abrigo, vivienda
y enseñanza primaria. Por tanto, aunque los Estados demuestren
27
Courtis, Christian, “La protección de los derechos económicos, sociales y
culturales a través del artículo 26 de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos”…, cit., p. 50.
28
Comité DESC, observación general 3, 1990, párr. 10.
29
Principios de Limburgo, núm. 27.
| 128
30
Comité DESC, observación general 3, 1990, párrs. 11-12.
31
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1993…, cit., (ii) El principio del desarrollo progresivo, párr. 3.
129 |
32
Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, La protección de los dere
chos económicos, sociales y culturales…, cit., p. 79.
33
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1979-1980, 2 de octubre 1980, cap. VI, párr. 6.
34
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1993…, cit., (ii) El principio del desarrollo progresivo, párr. 3.
| 130
5.1. Introducción
| 131 |
DR © 2018. Instituto de Estudios Constitucionalesdel Estado de Querétaro
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
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1
Véase Craven, Matthew, The International Covenant on Economic, Social
and Cultural Rights…, cit., pp. 57-89.
2
Mariño Menéndez, Fernando M., “Avances jurídicos en la protección de los
derechos económicos, sociales y culturales dentro del marco de Naciones
Unidas”, en Derechos y Libertades: Revistas del Instituto Bartolomé de las Ca
sas, año 3, núm 6, feb, Madrid, 1998, p. 86.
3
Leckie, Scott y Gallagher, Anne (eds.), Economic, Social, and Cultural
Rights. A legal resource guide, Filadelfia, University of Pennsylvania Press,
2006, p. xxiv.
| 132
133 |
4
Westerveen, G., “Towards a system for supervising States’ compliance
with the right to food”, en Alston, P. y Tomaševski, K. (eds.), op. cit., p. 127.
5
Langford, Malcolm y King, Jeff A., “Committee on Economic, Social and
Cultural Rights”, en Langford, Malcom (ed.), Social rights jurisprudence.
Emerging trend in international and comparative law, Nueva York, Cambrid-
ge University Press, 2008, p. 514.
6
Cançado Trindade, Antônio A., El derecho internacional de los derechos hu
manos…, cit., p. 115. En las primeras sesiones del Comité DESC, el debate
sobre la posibilidad de adoptar un protocolo facultativo que contuviera un
sistema de comunicaciones individuales terminaba con la conclusión de
que aún era demasiado pronto para considerar realistamente dicho siste-
ma, véase Craven, Matthew, The International Covenant on Economic, Social
and Cultural Rights..., cit., p. 98.
7
U.N. Doc. E/1991/23, párr. 285.
| 134
8
U.N. Doc. E/C.12/1991/WP. 2.
9
U.N. Doc. E/CN.4/Sub.2/1992/16, párr. 211.
10
Cançado Trindade, A., El derecho internacional de los derechos humanos…,
cit., pp. 115-116.
11
“Toward an Optional Protocol to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights”, Analytical paper adopted by the Committee on
Economic, Social and Cultural Rights at its seventh session, 11 de diciem-
bre de 1992, World Conference on Human Rights, Status of preparation of
135 |
| 136
17
“Toward an Optional Protocol to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights…”, cit., párrs. 7-11.
18
Ibidem, párrs. 12-14.
19
Ibidem, párr. 20.
137 |
20
Ibidem, párrs. 32-35.
21
Ibidem, párrs. 35-39. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales (DESC) reconoce que pese a las virtudes de un sistema de comunica-
ciones individuales, hay varias razones por las que las personas cuyos dere-
chos hayan sido violados no puedan acceder al mismo, como: a) ignorancia
de la existencia de dicho procedimiento; b) falta de tiempo y recursos; c)
imposibilidad física para asumir las implicaciones de llevar adelante una
denuncia; d) dificultad para demostrar la justificación de su denuncia, y e)
la creencia de que es improbable que un órgano internacional como el Co-
mité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales asuma una posición a
favor de la víctima en una situación dada.
| 138
22
Craven, Matthew, The International Covenant on Economic, Social and Cul
tural Rights..., cit., p. 99.
23
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 1996/16, párr. 10.
24
U.N. Doc. E/CN.4/1997/105.
25
“Report of the Committee on Economic, Social and Cultural Rights to the
Commission on Human Rights on a draft optional protocol for the consi-
deration of communications to the International Covenant on Economic,
139 |
| 140
28
Ibidem, pp. 9-10, párrs. 17-18. La única diferencia que se planteó fue que se
utilizara el término “reconocidos” (recognized) en vez del término “enun-
ciados” (set forth) en vista de la terminología distinta utilizada en cada uno
de los Pactos; es decir, el PIDCP y el PIDESC.
29
Ibidem, pp. 10-11, párrs. 19-21.
30
Ibidem, pp. 11-12, párrs. 22-23.
141 |
31
Ibidem, pp. 12-13, párrs. 24-25.
32
Ibidem, p. 13, párr. 26.
33
Ibidem, pp. 15-17, párrs. 29-33.
| 142
34
Ibidem, p. 17, párrs. 34-35.
35
Ibidem, pp. 18-19, párrs. 36-41.
36
Ibidem, pp. 19-21, párrs. 45-49.
37
Ibidem, pp. 21-22, párrs. 50-51.
143 |
38
Ibidem, pp. 22-25, párrs. 51-58. Se debe resaltar que durante la elaboración
del borrador, se discutió mucho la inclusión o exclusión de una disposición
sobre la posibilidad de hacer reservas al Protocolo Facultativo; no obstan-
te, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales simplemente
acordó recomendar a la Comisión de Derechos Humanos considerar este
asunto en relación con el enfoque amplio o restrictivo que analizamos en
líneas anteriores.
39
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2001/30, párr. 8.
40
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultativo
al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales...”,
cit., pp. 266-267, nota 18.
| 144
41
“Report of the independent expert on the question of a draft optional
protocol to the International Covenant on Economic, Social and Cultural
Rights”, en Commission on Human Rights, Economic, Social and Cultural
Rights. Status of the international covenants on human rights, U.N. Doc. E/
CN.4/2002/57, 12 de febrero de 2002, pp. 3, 6-7, párrs. 12-14.
42
Ibidem, pp. 3 y 17, párrs. 51-56.
43
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2002/24, punto 9.c.
145 |
44
“Informe del Sr. Hatem Kotrane, experto independiente encargado de exa-
minar la cuestión de un proyecto de protocolo facultativo al Pacto Interna-
cional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, en Comisión de De
rechos Humanos, Los derechos económicos, sociales y culturales. Situación de
los pactos internacional de derechos humanos, U.N. Doc. E/CN.4/2003/53,
13 de enero de 2003, p. 6, párrs. 5-6.
45
Ibidem, p. 10, párr. 16.
| 146
46
Ibidem, pp. 10-11, párr. 16.
47
Ibidem, pp. 11-12, párrs. 19, 22 y 24. La cita textual corresponde al párr. 22.
48
Ibidem, p. 19, párrs. 50-51.
147 |
49
Ibidem, pp. 20-21, párrs. 54-55.
50
Ibidem, p. 26, párr. 75.
51
Ibidem, p. 26, párr. 76.
| 148
52
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2002/24, párr. 9, lit. f.
Asimismo, mediante la decisión 2002/254 del ECOSOC, este hizo suya la
decisión de la Comisión de Derechos Humanos de establecer un Grupo de
Trabajo de composición abierta. “Al tratarse de un «grupo de trabajo de
composición abierta», todos los Estados miembros de la ONU, las organi-
zaciones intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales
con estatuto consultivo en el ECOSOC pueden atender estas reuniones”, en
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultativo
al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales...”,
cit., p. 267, nota 20.
53
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2003/18, párrs. 13-17.
149 |
54
Resolución 2003/19, puntos 1-3.
55
ONU, Informe preparado por el secretario general en cumplimiento de la
resolución 2003/18 de la Comisión, E/CN.4/2004/WG.23/2, 17 de no-
viembre de 2003.
56
He decidido centrarme en las posiciones de los Estados, dada su relevancia
como creadores de las normas internacionales. Las opiniones de las ONG,
expertos y demás actores, pueden consultarse en este y los demás informes
que iremos analizando. Además de los Estados y las ONG, dos relatores espe-
ciales presentaron sus puntos de vista, los cuales pueden consultarse en los
siguientes documentos: (1) “Information provided by the Special Rappor-
teur on the Right to Education Ms. Katarina Tomasvski. Experiences with
legal enforcement of the right to education as food-for-thought in exploring
models for an optional protocol to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights”, E/CN.4/2004/WG.23/CRP.4, 3 de febrero de
2004, y (2) “Information provided by the Special Rapporteur on the Right to
Food Mr. Jean Ziegler”, E/CN.4/2004/WG.23/CRP.7, 5 de febrero de 2004.
| 150
57
ONU, Informe preparado por el secretario general en cumplimiento de la
resolución 2003/18 de la Comisión…, cit., p. 4, párrs. 5-6.
58
Ibidem, p. 4, párr. 7.
59
Ibidem, p. 5, párr. 8.
151 |
60
Ibidem, pp. 5-6, párr. 11. Bajo esos parámetros, la adopción de medidas
regresivas es una violación de las disposiciones del PIDESC, “a menos que
esté justificada por la existencia de circunstancias excepcionales. Hecho
importante, México pone de relieve la necesidad de aclarar el contenido de
cada derecho económico, social y cultural y de las obligaciones respectivas
que se imponen al Estado, teniendo en cuenta que algunas obligaciones de
los Estados son de efecto inmediato”.
61
Ibidem, p. 6, párr. 12.
| 152
62
Ibidem, p. 7, párrs. 16-17.
63
Comité DESC, Evaluación de la obligación de adoptar medidas hasta el
“máximo de los recursos de que disponga” de conformidad con un Proto-
colo Facultativo del Pacto, declaración E/C.12/2007/1, 21 de septiembre
de 2007, p. 2, párr. 4.
64
Ibidem, p. 3, párr. 8.
153 |
65
Ibidem, pp. 3-4, párr. 10.
66
Ibidem, pp. 4-5, párr. 13.
67
Quel López, F. Javier, “Un paso esencial hacia la eficacia internacional de
los derechos económicos, sociales y culturales. Luces y sombras del Proto-
colo Facultativo del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”,
en Embid Irujo, Antonio (dir.), Derechos económicos y sociales, Madrid, Ius-
tel, 2009, pp. 313-314.
| 154
68
Informe preparado por el secretario general en cumplimiento de la resolu-
ción 2003/18 de la Comisión…, cit., p. 8, párrs. 23-24.
69
Ibidem, pp. 8-9, párrs. 25, 26 y 28.
70
Ibidem, pp. 9-10, párrs. 29-31.
155 |
71
Ibidem, p. 11, párr. 33. Argentina también subrayó que “sigue habiendo
dificultades en relación con los derechos económicos, sociales y culturales.
En particular, no está claro su contenido; muchos gobiernos son ambiva-
lentes en lo que se refiere a esos derechos; existen prejuicios ideológicos
contra los derechos económicos, sociales y culturales; a menudo faltan
instituciones nacionales dedicadas a los derechos económicos, sociales y
culturales; los derechos exigen una información compleja y detallada para
lograr su supervisión efectiva; algunos aspectos de esos derechos son pro-
gramáticos; faltan textos legales y decisiones acerca de los derechos eco-
nómicos, sociales y culturales; y las ONG que trabajan en este ámbito son
escasas”.
72
Ibidem, p. 12, párr. 34.
| 156
73
Ibidem, p. 12, párr. 35. A la vez, Cuba destacó que en un mundo en vías
de mundialización, estos derechos entrañan obligaciones para distintas
entidades. “Aun cuando la responsabilidad primordial de hacer valer los
derechos económicos, sociales y culturales recaiga en los Estados, es im-
posible pasar por alto la responsabilidad de otras entidades como las ins-
tituciones financieras y comerciales multilaterales y las empresas trans-
nacionales”.
74
Ibidem, pp. 12-13, párr. 36.
157 |
75
Ibidem, p. 13, párr. 36.
76
Ibidem, p. 13, párr. 37.
77
Ibidem, p. 14, párr. 38.
| 158
78
Ibidem, p. 14, párr. 39.
79
Ibidem, p. 14, párr. 40. “Además, a Suecia le preocupa profundamente la
falta de recursos para el funcionamiento de los órganos creados en virtud
de tratados de derechos humanos, incluida la tramitación de las denuncias
presentadas por particulares, que exige que la secretaría disponga de más
recursos profesionales. Además, Suecia hace hincapié en la importancia de
incluir en la asistencia para el desarrollo un enfoque basado en los dere-
chos humanos, como medio de promover los derechos económicos, socia-
les y culturales”.
159 |
80
ONU, Comisión de Derechos Humanos, Los derechos económicos, sociales
y culturales, Informe del Grupo de Trabajo de composición abierta sobre
un protocolo facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económi-
cos, Sociales y Culturales en su primer periodo de sesiones, U.N. Doc. E/
CN.4/2004/44, 15 de marzo de 2004, p. 22, párrs. 75-76.a,b,c. El 15 de
noviembre de 2004 la OACNUDH presentó su informe “Documento de an-
tecedentes preparado por la secretaría. Selección de precedentes en mate-
ria de derechos económicos, sociales y culturales”, E/CN.4/2005/2G.23/
CRP.1; y el 22 de noviembre de 2004, el secretario general presentó su in-
forme “Resumen comparativo de los procedimientos y las prácticas de co-
municación e investigación en relación con instrumentos internacionales
de derechos humanos y el sistema de las Naciones Unidas”, E/CN.4/2005/
WG.23/2), 22 de noviembre de 2004.
81
Ibidem, p. 23, párrs. 77.a.b.
| 160
82
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2004/29, párrs.
14.a.b.c.d.e, 15-17.
83
ONU, Comisión de Derechos Humanos, Los derechos económicos, sociales
y culturales, Informe del Grupo de Trabajo de composición abierta encar-
gado de estudiar las opciones para la elaboración de un protocolo facultati-
vo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
en su segundo periodo de sesiones, U.N. Doc. E/CN.4/2005/52, 10 de fe-
brero de 2005, p. 20, párrs. 86-87.
84
Ibidem, p. 20, párr. 88. Alemania, además, “recomendó que se limitaran
los mecanismos de comunicaciones a los casos relativos a violaciones del
161 |
| 162
88
Ibidem, p. 23, párrs. 101-102. “Suiza además consideró que era interesante
la idea de un enfoque, ya fuera general o «a la carta», limitado al contenido
mínimo de los derechos y centrado en las denuncias de violaciones de las
obligaciones de respetar y proteger, con un posible procedimiento de no
aceptación” y “Alemania expresó su apoyo a la idea de que el alcance del
protocolo facultativo se centrara en el contenido básico de los derechos”.
89
Ibidem, p. 24, párrs. 103-104 y 107.
163 |
90
ONU, Elementos para la elaboración de un Protocolo Facultativo del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Documento
analítico preparado por la presidenta-relatora, Sra. Catarina de Albuquer-
que, U.N. Doc. E/CN.4/2006/WG.23/2, p. 4, párr. 5.
91
Ibidem, pp. 4-5, párr. 5. “Mientras que el enfoque de «elegir a la carta»
parte de la hipótesis de que el procedimiento debe aplicarse únicamente
a un número limitado de disposiciones del Pacto, el enfoque de «reserva»
parte de la base de que el procedimiento de presentación de comunicacio-
nes se aplicaría en principio a la totalidad del tratado con algunas excep-
ciones”.
| 164
92
Ibidem, pp. 5-6, párr. 6.
93
Ibidem, pp. 27-28, párr. 60. En lo demás, el documento analítico propone
algunas cuestiones que son comunes en los procedimientos cuasijudiciales
y judiciales de los comités de los tratados de derechos humanos y de los
tribunales regionales de derechos humanos, respectivamente, como: a) los
criterios de admisibilidad; b) legitimación para presentar denuncias; c) ac-
tuaciones sobre el fondo; d) solución amistosa; e) medidas provisionales;
f) dictámenes; g) procedimientos de seguimiento, y h) comunicaciones in-
terestatales, entre otros.
94
Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 2005/22, párrs. 14-15.
95
ONU, Comisión de Derechos Humanos, Los derechos económicos, sociales
y culturales, Informe del Grupo de Trabajo de composición abierta encar-
165 |
| 166
99
Ibidem, p. 7, párrs. 27-28.
100
Ibidem, p. 7, párrs. 29-30.
101
Ibidem, p. 24, párr. 126. En lo demás, el informe aborda el análisis de cues-
tiones que también son comunes en los procedimientos cuasijudiciales
y judiciales de los comités de los tratados de derechos humanos y de los
tribunales regionales de derechos humanos, respectivamente, tales como:
a) los criterios de admisibilidad; b) legitimación para presentar denuncias;
c) actuaciones sobre el fondo; d) solución amistosa; e) medidas provisiona-
les; f) dictámenes; g) procedimientos de seguimiento, y h) comunicaciones
interestatales; entre otros. Véanse pp. 9-22.
167 |
102
Resolución del Consejo de Derechos Humanos 1/3, párr. 2.
103
ONU, Consejo de Derechos Humanos, Promoción y protección de todos
los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales,
incluido el derecho al desarrollo, Informe del Grupo de Trabajo de com-
posición abierta sobre un protocolo facultativo del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales sobre su cuarto periodo de
sesiones (Ginebra, 16 a 27 de julio de 2007), A/HRC/6/8, 30 de agosto de
2007, p. 4, párr. 4.
104
Proyecto de Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Preparado por la presidenta-relatora,
| 168
169 |
107
Ibidem, pp. 18-22.
108
Ibidem, pp. 22-24.
109
Informe del Grupo de Trabajo de composición abierta sobre un protoco-
lo facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales sobre su cuarto periodo de sesiones (Ginebra, 16 a 27 de julio
de 2007)…, cit., p. 4, párrs. 6-9.
| 170
110
Ibidem, p. 5, párrs. 10-13.
111
Ibidem, p. 6, párrs. 14-18.
171 |
112
Proyecto revisado de Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de De-
rechos Económicos, Sociales y Culturales, U.N. Doc. A/HRC/8WG.4/3,
28 de febrero de 2008. A su vez, después de realizar consultas informales
con algunas delegaciones estatales en Ginebra, del 25 al 28 de febrero de
2008, la presidenta-relatora preparó, para la segunda parte del 5° periodo
de sesiones, proyectos adicionales sobre los arts. 4, 5, 8, 13 y 14, que se
distribuyeron entre las delegaciones el 25 de marzo de 2008. Véase “Dra-
fting proposals for the optional protocol to the International Covenant on
Economic, Social and Cultural Rights” by the Chairperson-Rapporteur of
the Open-ended Working Group, 25 de marzo de 2008.
113
Proyecto revisado de Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de De-
rechos Económicos, Sociales y Culturales…, cit., p. 2.
114
Ibidem, pp. 3-13.
| 172
115
“Report of the Open-ended Working Group on an optional protocol to
the International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights on its
fith session (Ginebra, 4-8 de febrero y 31 de marzo-4 de abril 2008)”, en
Human Rights Council, Promotion and protection of all human rights, civil,
political, economic, social and cultural rights, including the right to develop
ment, A/HRC/8/7, 6 de mayo de 2008, pp. 3-4, párrs. 7-10. En este infor-
me pueden consultarse los debates en torno del primer y segundo proyecto
revisado de Protocolo Facultativo.
116
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultati-
vo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Un llamado a la acción”…, cit., pp. 268-269. Dentro del grupo de Estados
africanos, Egipto ha manifestado su oposición al protocolo facultativo al
PIDESC; en el grupo de Estados asiáticos, Irán también ha expresado su
rechazo a este instrumento; y, dentro del grupo de Estados europeos occi-
dentales y otros, existe una clara división. “Las intervenciones de algunos
173 |
| 174
119
Dennis, Michael J. y Stewart, David P., “Justiciability of Economic, Social,
and Cultural Rights: Should There Be an International Complaints Mecha-
nism to Adjudicate the Rights to Food, Water, Housing, and Health?”, en
The American Journal of International Law, vol. 98, núm. 3, Washington, jul,
2004, p. 485.
120
Hierro, Liborio, “Los derechos económicos-sociales y el principio de igual-
dad en la teoría de los derechos de Robert Alexy”, en Alexy, Robert, et
al., Derechos sociales y ponderación, Madrid, Fundación Coloquio Jurídico
Europeo, 2007, pp. 172-173.
175 |
121
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultativo
al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Un
llamado a la acción”…, cit., pp. 270-273.
122
Ibidem, Las citas textuales corresponden, en su orden, a las pp. 270-271.
123
Langford, Malcom, “The justiciability of social rights: From practice to
theory”, en Langford, Malcom (ed.), Social rights jurisprudence..., cit., p. 31.
| 176
124
Pisarello, Gerardo, Los derechos sociales y sus garantías. Elementos para una
reconstrucción, Madrid, Trotta, 2007, p. 95.
125
Comité DESC, La aplicación interna del Pacto..., observación general 9,
1998, cit., párr. 10.
177 |
126
Pisarello, Gerardo, Vivienda para todos: un derecho en (de)construcción. El
derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible, Barcelona,
Icaria, 2003, p. 159.
127
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., p. 122.
128
Jori, Mario, “Ferrajoli sobre los derechos”, en Cabo, Antonio de y Pisarello
Gerardo (eds.), Los fundamentos de los derechos fundamentales: debate con
Luca Baccelli, Madrid, Trotta, 2001, pp. 112-113.
129
Ibidem, p. 68.
| 178
130
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., pp. 122-123.
179 |
131
Fernández Liesa, Carlos R., “Los derechos económicos, sociales y cultura-
les en el orden internacional”, en Mariño Menéndez, Fernando M. y Fer-
nández Liesa, Carlos R. (coords.), Política social internacional y europea,
Madrid, Universidad Carlos III de Madrid-Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales, 1996, p. 88.
| 180
132
Abramovich, Víctor y Courtis, Christian, Los derechos sociales como dere
chos exigibles…, cit., p. 123.
133
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultativo
al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Un
llamado a la acción”…, cit., p. 272.
134
Gómez Camacho, Juan José, “La propuesta de crear un Protocolo Faculta-
tivo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultura-
les”, en Gutiérrez, Juan Carlos (coord.), Los derechos económicos, sociales
y culturales, México, Programa de Cooperación sobre Derechos Humanos,
México-Comisión Europea, 2005, p. 246.
181 |
135
Idem.
136
Además de la versión del proyecto de protocolo elaborada por el Comité
DESC, existen otras versiones: a) una preparada en una reunión de exper-
tos, realizada en Utrecht, Holanda, del 25 al 28 de enero de 1995 y b) otra
preparada a instancias del Instituto Interamericano de Derechos Humanos,
cuyos antecedentes de trabajo en esta línea se remontan a 1993.
137
“Report of the Committee on Economic, Social and Cultural Rights to the
Commission on Human Rights on a draft optional protocol for the consi-
deration of communications to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights…”, cit, p. 14, párr. 27.
| 182
138
Idem.
139
“Report of the Open-ended Working Group on an optional protocol to the
International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights on its fith
session (Ginebra, 4-8 de febrero y 31 de marzo-4 de abril 2008)…”, cit., p.
26, párr. 217.
140
“Report of the Committee on Economic, Social and Cultural Rights to the
Commission on Human Rights on a draft optional protocol for the consi-
deration of communications to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights…”, cit, p. 14, párr. 27.
183 |
141
Sepúlveda, Magdalena, “La necesidad de adoptar un Protocolo Facultativo
al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Un
llamado a la acción…”, cit., pp. 268-273.
142
“Report of the Open-ended Working Group on an optional protocol to the
International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights on its fifth
session (Ginebra, 4-8 de febrero y 31 de marzo-4 de abril 2008)…”, cit., p.
26, párr. 211.
| 184
143
Quel López, F. Javier, “Un paso esencial hacia la eficacia internacional de
los derechos económicos, sociales y culturales. Luces y sombras del Pro-
tocolo Facultativo del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Cultura-
les”…, cit., p. 309, nota 8.
185 |
144
Statement by Ms. Louise Arbour, High Commissioner for Human Rights
to the Open-ended Working Group on an optional protocol to the
International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights. Fifth ses-
sion, Salle XII, Palais des Nations, lunes, 31 de marzo de 2008.
145
Idem.
| 186
146
“Report of the Open-ended Working Group on an optional protocol to the
International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights on its fifth
session (Ginebra, 4-8 de febrero y 31 de marzo-4 de abril de 2008)…”, cit.,
p. 18, párrs. 145-146. En lo que sigue, también se utiliza la información ob-
tenida de las noticias sobre Protocolo Facultativo y la actualización diaria
que la Coalición Internacional de ONG por un Protocolo Facultativo del
PIDESC ha estado enviando regularmente vía correo electrónico a las ONG
e individuos que de diversas maneras nos hemos sumado a la “Campaña
por la justicia internacional para víctimas de violaciones de los derechos
económicos, sociales y culturales”.
147
Ibidem, p. 19, párrs. 155-158.
187 |
148
Ibidem, pp. 4 y 18, párrs. 11 y 145. En particular, sobre la posición que
debería asumir Noruega frente al recién adoptado protocolo facultativo,
véase Evju, Stein, “Should Norway ratify the Optional Protocol to the ICES-
CR? -That is the question”, en Nordic Journal of Human Rights, vol. 27, núm.
1, edición especial: Perspectives on a New Complaint and Inquiry Proce-
dure: The Optional Protocol to the International Covenant on Economic,
Social and Cultural Rights, 2009, pp. 82-90. En el mismo número puede
consultarse una posición contraria a la planteada por Evju, Lorange Backer,
“Ideals and Implementation: Ratifying Another Complaints Procedure? A
Reply to Evju”, pp. 91-96.
149
“Report of the Open-ended Working Group on an optional protocol to the
International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights on its fifth
session (Ginebra, 4-8 de febrero y 31 de marzo-4 de abril de 2008)…”, cit.,
pp. 5-7, 9 y 17-20, párrs. 11, 31-44, 60-67, 145 y 158-161.
150
Ibidem, pp. 10-12, 16, 20 y 25, párrs. 81-92, 130, 164-175 y 205.
| 188
151
Las ventajas aquí expuestas fueron señaladas por las ONG en una declara-
ción conjunta presentada ante el secretario general de la ONU, las cuales
fueron recogidas en el ya citado Informe preparado por el secretario ge-
neral en cumplimiento de la resolución 2003/18 de la Comisión…, cit., pp.
14-15, párr. 41.
152
Ibidem, p. 15, párr. 41.
153
Resolución del Consejo de Derechos Humanos 8/2, párrs. 1-2.
189 |
154
Asamblea General, Informe del Consejo de Derechos Humanos, documen-
tos oficiales, 63° periodo de sesiones, suplemento 53 (A/63/53), Nueva
York, 2008, pp. 203-211.
| 190
155
Asamblea General, Informe de la Tercera Comisión, Relator: Khalid
Alwafi (Arabia Saudita), 63° periodo de sesiones, tema 58 del programa,
A/63/435, 28 de noviembre de 2008, p. 1, párrs. 1-3.
156
Albania, Alemania, Angola, Armenia, Azerbaiyán, Bélgica, Benin, Bosnia y
Herzegovina, Bulgaria, Chile, Colombia, Costa Rica, Côte d’Ivoire, Croacia,
Cuba, Dijibouti, Ecuador, Egipto, Eslovaquia, Eslovenia, España, Etiopía, ex
República Yugoslava de Macedonia, Finlandia, Francia, Gabón, Guatemala,
Guinea-Bissau, Hungría, Italia, Marruecos, México, Montenegro, Panamá,
Perú, Portugal, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Timor-Leste, Ugan-
da, Uruguay y Venezuela. Posteriormente, Bolivia, Burkina Faso, Cabo Ver-
de, Honduras, Indonesia, Mongolia, Nicaragua, República Dominicana y
Ucrania se sumaron a los patrocinadores del proyecto de resolución.
157
Informe de la Tercera Comisión…, cit., p. 2, párrs. 6-11.
158
Resolución A/RES/63/117, párrs. 1-2.
191 |
159
El estatus de las firmas y ratificaciones disponible en https://trea
ties.un.org/Pages/ViewDetails.aspx?src=TREATY&mtdsg_no=IV-3-
a&chapter=4&clang=_en
160
Declaración de la Coalición de ONG para un Protocolo Facultativo del PI-
DESC y la Red Internacional para los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. 10 de diciembre de 2008, disponible en http://www.escr-net.
org/news/news_show.htm?doc_id=692563&attribLang_id=13441
| 192
5.5. Conclusión
193 |
161
Simmons, Beth A., “Should States ratify? Process and consequences of the
Optional Protocol to the ICESCR”, en Nordic Journal of Human Rights, vol.
27…, cit., pp. 68-69.
| 194
162
Por ejemplo, el primer protocolo facultativo del PIDCP, que otorga al Co-
mité de Derechos Humanos competencia para examinar las denuncias de
los particulares, fue abierto a firma y ratificación el 9 de diciembre de 1966,
y entró en vigor hasta el 23 de marzo de 1976; es decir, diez años después.
Hasta el momento, de los 167 Estados parte en el PIDCP, 115 también son
parte de su primer protocolo facultativo. Si analizamos el proceso de rati-
ficación del mismo, observamos que, entre 1968 a 1970, solo cuatro países
habían ratificado este protocolo; entre 1971 a 1980, 19 Estados; entre 1981
a 1990, 28; entre 1991 a 2000, 48; y, entre 2001 hasta el 31 de julio de 2011,
16 países.
163
Como ya lo apuntamos, dos Estados en vías de desarrollo, Ecuador y Mon-
golia, fueron los dos primeros en ratificar el protocolo facultativo del PI-
DESC.
195 |
164
Scheinin, Martin y Langford, Malcolm, “Evolution or Revolution? Extrapo-
lating from the Experience of the Human Rights Committee...”, cit., p. 113.
165
Rosas, Allan y Scheinin, Martin, “Implementation Mechanisms and Reme-
dies”, en Asbjørn, Eide, Krause, Catarina y Rosas, Allan (eds.), Economic,
social and cultural rights. A textbook, 2a ed. rev., Boston-Londres-Dordrecht,
Martinus Nijhoff Publishers, 2001, pp. 425-426.
166
Aunque se debe reconocer que la ley es a menudo el único instrumento
que las víctimas de violaciones de los derechos humanos tienen a su dis-
posición, y de la calidad de este instrumento dependerá en gran medida
la eficacia y la competencia de los órganos de vigilancia que tienen que
hacer cumplir y proteger esos derechos, en Langa, Pius, “Taking Dignity
seriously. Judicial Reflections on the Optional Protocol to the ICESCR”, en
Nordic Journal of Human Rights, vol. 27…, cit., p. 38.
| 196
167
Corte IDH. Caso “Cinco Pensionistas” vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Cos-
tas. Sentencia de 28 de febrero de 2003. Serie C, núm. 98, voto concurrente
razonado del juez Sergio García Ramírez, punto 3.
168
Como lo señala Barcellona, la experiencia de estas últimas décadas nos
dice, sin embargo, que el reconocimiento normativo de los DESC no basta
si no está apoyado “por una continua movilización democrática y por la
construcción de nuevas estructuras de poder arraigadas en la sociedad y
capaces de realizar un control difuso […]. En realidad, la estrategia de los
derechos tiene el riesgo de crear únicamente expectativas engañosas. Pues
no basta transformar las expectativas en derecho si no se modifican las
condiciones práctico-materiales que determinan las necesidades y al mis-
mo tiempo definen los ámbitos y los tipos de acción. En todos estos casos
no se puede sustituir con una política de derechos la falta o la inadecuación
de una reforma de la ciudad y del proceso de trabajo, etc.”, en Barcellona,
Pietro, Postmodernidad y comunidad. El regreso de la vinculación social, Ma-
drid, Trotta, 1992, pp. 50 y 107.
169
Concha, Miguel, “La izquierda social y los DESC”, en AA.VV., La dimensión
política de los derechos económicos, sociales y culturales. Una invitación al de
bate, México, Terre des Hommes France-REMISOC, 2006, p. 34.
197 |
170
Pisarello, Gerardo, “El Estado social como Estado constitucional: mejores
garantías, más democracia”, en Abramovich, Víctor; Añón, María José y
Courtis, Christian (comps.), Derechos sociales. Instrucciones de uso, Méxi-
co, Ediciones Coyoacán, 2003, p. 45.
171
Porter, Bruce, “The reasonableness of article 8(4). Adjudicating claims
from the margins”, en Nordic Journal of Human Rights, vol. 27…, cit., pp. 43
y 53.
172
Simmons, Beth A., op. cit., pp. 65 y 68.
| 198
1
Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garantías…, cit., párr. 26.
| 199 |
DR © 2018. Instituto de Estudios Constitucionalesdel Estado de Querétaro
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/XyFDvW
2
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho… cit., pp. 91-92.
3
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?, trad. de Mauro Armiño, Madrid,
Ediciones Temas de Hoy, 1994, pp. 132 y 136.
| 200
4
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón..., cit., ambas citas textuales corresponden
a las pp. 946-947. El orden jurídico de una sociedad que se precie democrá-
tica solo se realiza y justifica si garantiza las condiciones para el respeto y
protección de los derechos humanos, ya que su protección es un propósito
básico de dicho orden, y a su vez, “el ejercicio efectivo de la democracia
contribuye decisivamente para la observancia y garantía de los derechos
humanos, y la plena vigencia de estos caracteriza en último análisis al Es-
tado de derecho”, en Cançado Trindade, Antônio Augusto, “Democracia y
derechos humanos: el régimen emergente de la promoción internacional
de la democracia y del Estado de derecho”, en Revista do Instituto Brasileiro
de Direitos Humanos, año 1, vol. 1, núm. 1, 1999, p. 20.
5
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, op. cit., ambas citas textuales correspon-
den, en su orden, a las pp. 947-948.
6
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., pp. 52 y 203. “La democra-
cia nunca se reduce a procedimiento o incluso a instituciones; es la fuerza
social y política que lucha por transformar el Estado de derecho en un sen-
tido que corresponda a los intereses de los dominados […] La democracia
no triunfa cuando la acción política prevalece sobre la lucha social, sino,
en el caso contrario, cuando el actor de clase es definido lo bastantemente
positivo como para ordenar la acción política y para legitimar su acción en
201 |
| 202
9
Úbeda de Torres, Amaya, Democracia y derechos humanos en Europa y en
América. Estudio comparado de los sistemas europeo e interamericano de pro
tección de los derechos humanos, Madrid, Reus, 2007, pp. 48-50.
10
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe la democracia en
América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanas, 2ª ed.,
Buenos Aires, Aguilar-Altea-Taurus-Alfaguara, diciembre de 2004, pp. 39-40.
11
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1979-1980…, cit., cap. VI.
203 |
12
Ibidem, cap. V. II., párrs. 1-2.
| 204
13
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., pp. 391-393.
14
Sin restarle valor al importante precedente del Tratado Interamericano de
Resistencia Recíproca de 1947 que en su penúltimo párrafo de su preám-
bulo ya señalaba “[…] que la paz se funda en la justicia y en el orden moral
y, por tanto, en el reconocimiento y la protección internacionales de los
derechos y libertades de la persona humana, en el bienestar indispensable
de los pueblos y en la efectividad de la democracia, para la realización inter-
nacional de la justicia y de la seguridad”. (las cursivas son nuestras)
15
Úbeda de Torres, Amaya, Democracia y derechos humanos…, cit., p. 214.
205 |
| 206
16
Se debe resaltar que en varias declaraciones como la Declaración de Asun
ción (1991), la Declaración de Nassau (1992), la Declaración de Mana
gua (1993), la Declaración de Montrouis (1995), la Declaración de Florida
(2005), se reafirma la importancia de la relación entre democracia y de-
rechos humanos, así como la necesidad de adoptar medidas destinadas a
promover el desarrollo integral y la lucha contra la pobreza, con lo cual se
dota al principio democrático de una visión social y no solo instrumental.
17
“Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores del Perú”, en Carta De
mocrática Interamericana. Documentos e interpretaciones, Washington, DC,
OEA, 2003, p. 111.
207 |
18
Para un análisis general de la Carta Democrática Interamericana véase
Ayala Corao, Carlos y Nikken Bellshaw-Hógg, Pedro, Defensa colectiva de la
democracia: definiciones y mecanismos, Lima, Comisión Andina de Juristas-
The Carter Center, 2006.
| 208
19
Para un análisis sucinto acerca del derecho a la democracia en América,
véase Muñoz, Heraldo y D’Leon, Mary, “The right to democracy in the
Americas”, en Journal of Interamerican Studies and World Affairs, vol. 40,
núm. 1, 1998, pp. 1-18.
209 |
20
Nikken Bellshaw-Hógg, “Análisis de las definiciones conceptuales básicas
para la aplicación de los mecanismos de defensa colectiva de la democracia
previstos en la Carta Democrática Interamericana”, en Ayala Corao, Carlos
y Nikken Bellshaw-Hógg, Pedro, Defensa colectiva de la democracia…, cit.,
pp. 42-43.
| 210
21
Noguera Fernández, Albert, “¿Derechos fundamentales, fundamentalísi-
mos o simplemente, derechos? El principio de indivisibilidad de los de-
rechos en el viejo y el nuevo constitucionalismo”, en Revista Derechos y
Libertades, época II, núm. 21, Instituto de Derechos Humanos “Bartolomé
de las Casas”, Madrid, jun, 2009, pp. 131-137.
211 |
22
CIDH, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Paraguay, 28
de septiembre de 1987, cap. VII.A.
23
Cançado Trindade, Antônio Augusto, “Democracia y derechos humanos:
el régimen emergente de la promoción internacional de la democracia y
del Estado de derecho…”, cit., pp. 14 y 23. También es importante men-
cionar que actualmente se está elaborando un proyecto de Carta Social de
las Américas, resolución AG/RES. 2056, XXXIV-O/04, con el objeto de
reforzar los instrumentos existentes en la OEA sobre democracia, desa-
rrollo integral y combate a la pobreza. Este instrumento se enfoca en a)
la promoción de la justicia social, especialmente a través del combate a la
pobreza y la discriminación, como eje central del desarrollo económico
con equidad; b) la atención preferente a los grupos vulnerables y excluidos
como prioridad de las políticas sociales, y c) la realización de los derechos
económicos, sociales y culturales como componente esencial para la pro-
moción y consolidación de la democracia; entre otras cosas.
| 212
24
Cerdas Cruz, Rodolfo, “Democracia y derechos humanos”, en Cerdas Cruz,
Rodolfo y Nieto Loaiza, Rafael (comps.), Estudios básicos de derechos hu
manos, San José, Costa Rica, Instituto Interamericano de Derechos Huma-
nos, 1994, t. I, p. 297.
213 |
25
Alexy, Robert, “Los derechos fundamentales en el Estado constitucional
democrático”, en Carbonell, Miguel (ed.), Neoconstitucionalismo(s), trad.
de Alfonso García Figueroa, 2ª ed., Madrid, Trotta, 2005, pp. 37-38. Pintore
señala que la democracia “es una amenaza potencial para los derechos, en
la medida en que la soberanía no esté restringida por límites. Los derechos,
a su vez, son una amenaza para la democracia, tanto en el sentido de que
representan una limitación de contenidos al libre despliegue de la sobera-
nía popular, como en el sentido de que se confían a sí mismos —la determi-
nación de su contenido y su tutela— a otros distintos del pueblo soberano,
otros que podrían convertirse en los señores de los derechos, los adminis-
tradores de su contenido y de sus confines”, en Pintore, Anna, “Democra-
cia sin derechos. En torno al Kelsen democrático”, en Doxa. Cuadernos de
Filosofía del Derecho, trad. de Juan A. Pérez Lledó, núm. 23, Alicante, 2000,
pp. 138-139.
26
En los apartados III y IV analizaremos el segundo aspecto relacionado con
cuáles son los derechos humanos necesarios para establecer una concep-
ción integral de la democracia.
27
Collier, David y Levitsky, Steve, “Democracy with Adjectives: Conceptual
Innovation in Comparative Research”, en World Politics, vol. 49, num. 3,
abril 1997, p. 430.
| 214
28
Ibidem; cfr. Bovero, Michelangelo, “Democracia y derechos fundamenta-
les”, en Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, núm. 16, México,
abr, 2002, p. 8; Sartori, Giovanni, ¿Qué es la democracia?, trad. de Miguel
Ángel González Rodríguez y María Cristina Pestellini Laparelli Salomón,
Madrid, Taurus, 2003, pp. 17-18.
29
Bobbio, Norberto, Estado, Gobierno y Sociedad..., cit., p. 221.
30
La definición dominante de la democracia consiste en concebirla única-
mente como “un método de formación de las decisiones colectivas: pre-
cisamente, en el conjunto de las reglas que atribuyen al pueblo, y por lo
tanto a la mayoría de sus miembros, el poder —directo o a través de repre-
sentantes— de asumir decisiones. Esta no es solo la acepción etimológica
de «democracia», sino también la concepción unánimemente compartida
—desde Kelsen a Bobbio, de Schumpeter a Dahl— de la teoría y de la fi-
losofía política”, en Ferrajoli, Luigi, “Sobre la definición de ‘democracia’.
Una discusión con Michelangelo Bovero”, en Isonomía. Revista de Teoría y
Filosofía del Derecho, núm. 19, México, 2003, p. 227.
215 |
31
Bobbio, Norberto, El futuro de la democracia, Bogotá, FCE, 1994, las citas
textuales corresponden a las pp. 24-25.
32
Bobbio, Norberto, “Sobre los derechos sociales”, en Teoría general de la po
lítica, trad. de Antonio de Cabo y Gerardo Pisarello, Madrid, Trotta, 2003,
p. 539.
33
Bobbio, Norberto, El futuro de la democracia…, cit., p. 26.
| 216
34
Dahl, Robert A., La democracia y sus críticos, trad. de Leandro Wolfson,
Barcelona, Paidós, 1992, pp. 266-267; este autor señala que en el mundo,
en vez de sistemas democráticos completos, existen poliarquías que se ca-
racterizan por extender la ciudadanía a una proporción comparativamente
alta de adultos, y por reconocer entre los derechos de la ciudadanía, el
de oponerse a los altos funcionarios del gobierno y hacerlos abandonar
sus cargos mediante el voto. “Como sistema de democracia en gran escala
perteneciente al mundo real, la poliarquía es hasta la fecha el mejor, pero
medido según normas ideales no es sino una preferencia secundaria”.
35
Dahl, Robert A., La democracia económica. Una aproximación, trad. de Mi-
reia Bofia, Barcelona, Hacer, 2002, p. 144.
217 |
36
Dahl, Robert A., La democracia y sus críticos…, cit., pp. 203-210 y ss.
37
Böckenförde, Ernst-Wolfgang, “La democracia como principio constitu-
cional”, en Estudios sobre el Estado de derecho y la democracia, pról. y trad.
de Rafael Agapito Serrano, Madrid, Trotta, 2000, p. 103. Este autor sos-
tiene que los presupuestos de la democracia como forma de Estado y de
gobierno se pueden dividir en a) socioculturales, b) político-estructurales,
y c) éticos. Los primeros incluyen otros tantos presupuestos, dentro de los
cuales es fundamental la homogeneidad relativa dentro de la sociedad que
incluye, entre otras cosas, aspectos relacionados con los derechos econó-
micos, sociales y culturales como un sistema educativo desarrollado, y la
lucha contra el analfabetismo, que según el autor, es enemigo de cualquier
democracia y de cualquier desarrollo de la democracia; véanse pp. 99-118.
38
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., pp. 41 y 284-291.
| 218
39
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1993, 11 de febrero de 1994, cap. V. I. La indivisibilidad de los dere-
chos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales.
219 |
40
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe La Democracia
en América Latina…, cit., p. 118.
41
Ferrajoli, Luigi, “El derecho como sistema de garantías”, en Derechos y ga
rantías..., cit., p. 23.
42
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 865.
43
Ferrajoli, Luigi, “El Estado constitucional de derecho hoy: el modelo y su
divergencia de la realidad…”, cit., p. 22; Bobbio señala que “[…] una demo-
cracia perfecta debería ser al mismo tiempo formal y sustancial; mas un
régimen de este tipo pertenece por ahora al género del futuro”, Bobbio,
Norberto, Estado, gobierno y sociedad…, cit., p. 222.
| 220
44
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 865.
45
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales”, en Los fundamentos de los dere
chos fundamentales: debate con Luca Baccelli et al., Antonio de Cabo y Ge-
rardo Pisarello (ed.), Madrid, Trotta, 2001, pp. 35-36.
46
Pisarello, Gerardo, “Por un concepto exigente de Estado de derecho
(A propósito de un artículo de Eusebio Fernández)”, en Sistema, núm. 144,
Madrid, 1998, ambas citas textuales corresponden a la p. 106.
47
Véase al respecto, Sartori, Giovanni, ¿Qué es la democracia?..., cit., pp. 131-
135; Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., pp. 180-187.
221 |
48
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 36.
49
Ibidem, pp. 36-37.
| 222
50
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 935.
51
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 38.
52
Peces-Barba Martínez, Gregorio, Curso de derechos fundamentales… cit.,
pp. 156-199; Bobbio, Norberto, “Presente y porvenir de los derechos hu-
manos”, en Anuario de Derechos Humanos, Madrid, Instituto de Derechos
Humanos-Universidad Complutense de Madrid, 1981, p. 16.
223 |
leyes del más débil en alternativa a la ley del más fuerte que regía
y regiría en su ausencia”53 y, por tanto, como mecanismos de li-
beración del ser humano no solamente de la violencia del Estado,
sino también de la violencia del mercado.54
Por ende, el desarrollo progresivo de los derechos humanos
en términos de reconocimiento y positivación ha implicado el
progreso de la democracia desde una concepción formal a una
concepción sustancial, dado que la expansión de los derechos ha
permitido la ampliación de la protección del Estado a ciertos ám-
bitos que anteriormente estaban vedados a su intervención, es-
pecialmente en lo referente a los derechos económicos, sociales
y culturales. No obstante, el progreso de la democracia no solo
se da con esta expansión de los derechos y sus garantías, sino
también mediante “la extensión del Estado de derecho al mayor
número de ámbitos de la vida y esferas de poder, con el fin de
que también allí sean tutelados y satisfechos los derechos funda-
mentales de las personas. Son de hecho los poderes desregulados
que se desarrollan en su interior los principales «obstáculos de
orden económico y social» que limitan «de hecho la libertad y la
igualdad de los ciudadanos»”.55
En este orden de ideas, el Estado ya no se limita a distribuir
una serie de potestades y derechos formales, sino que trata de dis-
tribuir y redistribuir los bienes económicos, sociales, medioam-
bientales y culturales de la sociedad para tratar de alcanzar una
relativa igualdad en recursos y oportunidades que permita una
participación política real de todos.56 Por ende, es inconcebible
que en la actualidad un Estado permanezca pasivo ante las des-
igualdades, dado que la historia ya nos ha demostrado que las
53
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., pp. 39-40.
54
Mejía Rivera, Joaquín A., Los derechos humanos y el Estado de derecho en
Honduras: Teoría y realidad, con la colaboración de Romel Jurado Vargas,
Tegucigalpa, Editorial Casa San Ignacio, 2007, p. 37.
55
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 934.
56
Mejía Rivera, Joaquín A., “Entre la legitimidad y la esquizofrenia social y
estructural”, en Basabe Serrano, Santiago (comp.), Instituciones e institu
cionalismo en América Latina: perspectivas teóricas y enfoques disciplinarios,
Quito, Ecuador, Editorial del Centro de Investigaciones de Política y Eco-
nomía, 2007, p. 209.
| 224
57
López Calera, Nicolás María, Yo, el Estado…., cit., p. 24.
58
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho…, cit., pp. 144-
145.
59
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., p. 94.
60
CIDH, Tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Para-
guay, 9 de marzo de 2001, cap. II. Institucionalidad democrática. A. Intro-
ducción, párr. 3.
225 |
61
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales”…, cit., pp. 35-36.
62
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho…, cit., pp. 172-173.
63
Ibidem, p. 171.
| 226
64
López Calera, Nicolás María, Yo, el Estado…, cit., pp. 111-112.
65
García Macho, Ricardo, Las aporías de los derechos fundamentales sociales y
el derecho a una vivienda, Madrid, Instituto de Estudios de Administración
Local, 1982, pp. 122-123; Böckenförde, Ernst-Wolfgang, “Origen y cambio
del concepto del Estado de derecho”, en Estudios sobre el Estado de dere
cho…, cit., p. 17.
66
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 864.
227 |
67
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., pp. 21-22.
68
Touraine, Alain, ¿Qué es la democracia?..., cit., p. 162.
69
Bobbio, Norberto, Estado, gobierno y sociedad..., cit., p. 221.
70
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 866.
| 228
71
Cançado Trindade, Antônio Augusto, “Democracia y derechos humanos: el
régimen emergente de la promoción internacional de la democracia y del
Estado de derecho…”, cit., pp. 17 y 21.
72
García Ramírez, Sergio, “Protección jurisdiccional internacional de los de-
rechos económicos, sociales y culturales”, en Centro por la Justicia y el De-
recho Internacional (ed.), Construyendo una Agenda para la justiciabilidad
de los derechos sociales, San José, Costa Rica, Publicaciones CEJIL, 2004,
p. 97.
229 |
73
CIDH, Tercer informe sobre la situación de los derechos humanos en Para-
guay…, cit., cap. II.A, párrs. 5-7.
74
Pérez Luño, Antonio E., Los derechos fundamentales, 6ª ed., Madrid, Tec-
nos, 1995, ambas citas textuales corresponden a la p. 215.
75
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo
Humano 2002. Profundizar la democracia en un mundo fragmentado, Nue-
va York, Ediciones Mundi-Prensa, 2002, p. 4.
| 230
76
Ríos Kohn, Rebeca, “Vivir libre de la pobreza es un derecho humano”, en
AA.VV., Consolidación de derechos y garantías: Los grandes retos de los dere
chos humanos en el siglo XXI. Seminario conmemorativo del 50 aniversario de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Madrid, Consejo General
del Poder Judicial, 1999, p. 98.
77
Cerdas, Rodolfo, “Democracia y derechos humanos…”, cit., p. 301.
231 |
78
Peces-Barba Martínez, Gregorio, “Nuevas reflexiones sobre la teoría de-
mocrática de la justicia”, en Escritos sobre derechos fundamentales, Madrid,
Eudema, 1988, p. 222.
79
Rodríguez Olvera, Óscar, Teoría de los derechos sociales en la Constitución
abierta, Granada, Comares, 1998, pp. 141, 261.
80
Pérez Luño, Antonio E., Los derechos fundamentales…, cit., p. 213.
| 232
81
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Informe sobre Desarrollo
Humano 2002…, cit., p. 4.
82
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, La democracia en América
Latina…, cit., pp. 13, 132, 222.
83
Garzón Valdés, Ernesto, “Derecho y democracia en América Latina”, en
Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía del Derecho, núm. 14, México, abr,
2001, p. 33.
233 |
| 235 |
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Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
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1
Amnistía Internacional, Informe de política exterior y derechos humanos
del Gobierno español 2004-2005. ¿Una política de gestos?, Madrid, España,
Amnistía Internacional, 2005, pp. 47-48.
2
Como se sabe, el Protocolo de San Salvador solo reconoce la competencia de
la CIDH y la Corte IDH para dos derechos —el derecho a la educación y la li-
bertad sindical—, mientras que el resto queda sujeto a un sistema de informes.
| 236
3
Otro dato que demuestra la importancia dada por los Estados americanos
al derecho mercantil frente al derecho internacional de los derechos huma-
nos es la asignación de recursos otorgados a los organismos relacionados
con ambos. Así, en el proceso de negociación y conformación del ALCA
trabajaron 900 personas, mientras que la CIDH en ese mismo periodo con-
taba con un equipo de 41 personas, en Cubas, Raúl, “ALCA y derechos hu-
manos”, en Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Huma
nos (Provea), consulta 20 mar 2009, disponible en <http://www.derechos.
org.ve/actualidad/opinion/2003/ao130503.pdf>
237 |
4
IV Cumbre de las Américas, Declaración de Mar de Plata, “Crear trabajo
para enfrentar la pobreza y la gobernabilidad democrática”, Mar de Plata,
Argentina, 5 de noviembre de 2005.
| 238
5
Para un análisis sobre la relación entre los derechos humanos y la OMC,
véase Pipan, Anita, Los derechos humanos y la OMC, Buenos Aires-Madrid,
Editorial Ciudad Argentina, 2006.
239 |
6
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 1979-1980, 2 de octubre 1980, cap. VI, párr. 5.
7
Amat, Patricia y Fried, Mark et al., Comercio con justicia para las Américas.
Agricultura, inversiones y propiedad intelectual, tres razones para decir no al
ALCA, Oxfam Internacional, 2003, pp. 3-8.
| 240
8
Arroyo Picard, Alberto, Resultados del Tratado de Libre Comercio de Amé
rica del Norte en México: Lecciones para la negociación del Acuerdo de Libre
Comercio de las Américas, México, Red Mexicana de Acción Frente al Libre
Comercio-Oxfam Internacional, 2001, pp. 76-77.
9
Stiglitz, Joseph E. y Charlton, Andrew, Fair Trade for all. How Trade can
Promote Development, Oxford-Nueva York, Oxford University Press, 2005,
p. 23. Traducción libre. En lo sucesivo, entiéndase que todas las citas de
documentos en inglés han sido traducidas libremente por el autor de este
artículo.
241 |
ción hacia Estados Unidos, por cuyas fronteras cada año pasan
de forma indocumentada más de medio millón de mexicanos, del
cual, 70% es deportado a México.10
Con respecto a la propiedad intelectual, si bien teóricamente
es un tema que debería establecer un equilibrio entre el interés
de los creadores de productos socialmente útiles y los intereses
de la sociedad, en virtud del TRIP, se ha favorecido la actividad
comercial por encima del interés público y el desarrollo sustenta-
ble de los países empobrecidos del Sur, al otorgar a los dueños de
las patentes monopolios de hasta 20 años. Bien es sabido que los
principales impactos de este acuerdo se producen en las paten-
tes farmacéuticas y agroindustriales, pues las grandes empresas
transnacionales buscan dominar la venta y compra de sus pro-
ductos patentados, aun por encima del interés general. Aunado a
lo anterior, la posibilidad de patentar materia viva y los conoci-
mientos sobre el uso de las plantas afecta directamente a los pue-
blos indígenas y pequeños agricultores de los países en desarro-
llo, que tienen casi 90% de los recursos biológicos del mundo.11
Como la propiedad intelectual tradicional no está protegi-
da, la regulación permite, mediante una pequeña modificación,
apropiarse de esos conocimientos por parte de cualquiera y te-
ner el monopolio de los mismos. A su vez, se limita la posibi-
lidad de producir medicinas genéricas más accesibles para las
personas de los países pobres, pese a que la Declaración Minis-
terial de Doha de 2001, de los países miembros de la OMC, es-
tableció el principio de que la salud pública debe tener la priori-
dad por encima de los intereses comerciales.12 No obstante, los
10
Gómez, Manuel Ángel y Schwentesius Rindermann, Rita, “Impacto del
TLCAN en el sector agroalimentario mexicano. Evaluación a 10 años”, en
AA.VV., Lecciones del TLCAN: El alto costo del “libre” comercio, México,
Alianza Social Continental-Red Mexicana de Acción Frente al Libre Co-
mercio, 2003, pp. 50-53; Arroyo Picard, Alberto, Resultados del Tratado de
Libre Comercio…, cit., pp. 79-90.
11
Amat, Patricia y Fried, Mark, et al., Comercio con justicia…, cit., pp. 23-30.
12
Dillon, John y Dawkins, Kristin, “Análisis del Borrador del Área de Libre
Comercio de las Américas sobre derechos de propiedad intelectual”, en
AA.VV., El ALCA al desnudo: Críticas al texto del borrador del Área del Libre
Comercio de las Américas de noviembre de 2002, Alianza Social Continental,
2003, pp. 98-106.
| 242
13
Capítulo Quince. Derechos de propiedad intelectual. Los textos del TLCA-
RD y el TLCAN disponibles en <http://asamblea.racsa.co.cr/tlc/tlc.htm> y
<http://www.sice.oas.org/trade/nafta_s/indice1.asp>
243 |
14
Pese a que en los TLC hay un capítulo expreso para las inversiones, se
considera también que los capítulos de liberalización de servicios —que
incluye desde la banca hasta el tratamiento de agua, la electricidad, etc.— y
de compras públicas están directamente relacionados con la inversión de
capital extranjero.
15
El TLCAN fue el primero en incluir el principio de trato nacional para las
inversiones, ya que anteriormente solo se aplicaba a las mercancías, en Pé-
rez Rocha, Manuel y Porter, Steve, et al., “El proyecto del ALCA y los dere-
chos de los inversionistas. «Un TLCAN Plus»: un análisis del borrador del
capítulo de inversiones del ALCA”, en AA.VV., El ALCA al desnudo…, cit.,
pp. 45-46.
| 244
16
Calvo Caravaca, Alfonso L. y Fernández de la Gándara, Luis, El arbitraje co
mercial internacional, Madrid, Tecnos, 1989, pp. 41-43. Para estos autores,
el arbitraje es “un medio jurídico de arreglo de litigios presentes o futuros
basados en la voluntad de las partes, que eligen por sí mismas directamente
o a través de mecanismos de designación acordados por ellas —por ejem-
plo, delegando en un tercero imparcial, persona física o jurídica— a simples
particulares a los que se confía la adopción de una decisión obligatoria —el
laudo arbitral— que ponga fin a la diferencia entre ellas”, p. 19.
245 |
17
Para un análisis más detallado del caso puede consultarse, Bejarano, Fer-
nando, “El depósito de residuos tóxicos de Metalclad", en Guadalcázar, San
Luis Potosí,” en Salazar, Hilda y Carlsen, Laura (eds.), Respuestas socia
les ante la integración: Impactos socioambientales del TLCAN, México, Red
Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, 2001, pp. 17-21.
| 246
18
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones,
Metalclad Corporation demandante y Estados Unidos Mexicanos, caso
núm. ARB(AF)/97/1, 30 de agosto de 2000, las citas textuales correspon-
den en su orden a los párr. 107, 111-112, consulta 12 mar 2009, disponible
en <http://icsid.worldbank.org/ICSID/FrontServlet?requestType=CasesRH
&actionVal=showDoc&docId=DC542_Sp&caseId=C155>
19
Para un análisis del impacto del CAFTA-RD en los países pactantes véase,
Washington Office of Latin America, DR-CAFTA and Workers’ Rights: Mo
ving from Paper to Practice, WOLA, Washington, D. C., may, 2009.
20
En este sentido, el Comité DESC ha sostenido que los Estados “deben ve-
lar por que en los acuerdos internacionales se preste la debida atención al
derecho a la salud [lo que también es aplicable a otros derechos económi-
cos, sociales y culturales], y, con tal fin, deben considerar la posibilidad
de elaborar nuevos instrumentos legales. En relación con la concertación
de otros acuerdos internacionales, los Estados Partes deben adoptar me-
dida para cerciorarse de que esos instrumentos no afectan adversamente
al derecho a la salud. Análogamente, los Estados partes tienen la obliga-
ción de velar por que sus acciones, en cuanto miembros de organizaciones
internacionales tengan debidamente en cuenta el derecho a la salud. Por
consiguiente, los Estados Partes que sean miembros de instituciones finan-
cieras internacionales, sobre todo del Fondo Monetario Internacional, el
Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, deben prestar mayor
atención a la protección del derecho a la salud influyendo en las políticas y
acuerdos crediticios y las medidas internacionales adoptadas por esas insti-
247 |
tuciones”, en Comité DESC, El derecho al disfrute del más alto nivel posible
de salud (art. 12 del PIDESC), observación general 14, 2000, párr. 39.
21
Al respecto véase Oloka-Onyango, J. y Udagam, Deepika, The Realization
of Economic, Social and Cultural Rights: Globalization and its impact on the
full enjoyment of human rights, Preliminary report submitted by J. Oloka-
Onyango and Deepika Udagama, in accordance with Sub-Commission re-
solución 1999/8 Doc. NU E/CN.4/Sub.2/2000/13, 15 jun 2000.
22
CESCR, Statement on Globalization and Economic and Cultural Rights:
11/05/98 (Other Treaty-Related Documents), 18 session, 27 abr-15 may,
1998; Statement of the UN Committee on Economic, Social and Cultural
Rights to the Third Ministerial Conference of the World Trade Organiza-
tion, Seattle, 26/11/99, Doc. UN E/C.12/1999/9, 30 nov-3 dic, 1999.
23
Tal como lo ha señalado Danilo Türk, que muchos Estados abracen román-
ticamente al mercado como la solución definitiva de todos los males de la
sociedad, y se dan prisa en desnacionalizar y dejar la economía, la política
y los asuntos sociales a los caprichos del sector privado, aunque el tema
del día, inevitablemente tiene un impacto en la plena realización de los
derechos económicos, sociales y culturales. Por un lado, el sector privado,
en sentido amplio, puede tener un efecto positivo mensurable sobre de-
terminados aspectos de estos derechos, en particular en los ámbitos rela-
cionados con iniciativas de autoayuda para el desarrollo. Por otro lado, sin
embargo, la historia ha demostrado suficientemente que numerosos aspec-
tos de la política social no pueden alcanzarse a través de la confianza ciega
en las fuerzas del mercado, en The realization of economic, social and cultu
ral rights, Final Report submitted by Mr. Danilo Türk, Special Rappourter,
Sub-Commission on Prevention of Discrimination and Protection of Mino-
rities. Forty-forth session, E/CN.4/Sub.2/1992/16, 3 jul 1992, párr. 98.
| 248
24
Amnistía Internacional, Informe de Política exterior y derechos huma-
nos…, cit., p. 48.
25
Stiglitz, Joseph E. y Charlton, Andrew, Fair trade for all…, cit., p. 24.
249 |
26
Hessbruegge, Jan Arno, “Human rights violations arising from conduct of
non-state actors”, en Buffalo Human Rights Law Review, vol. 11, 2005, p. 25.
27
Al respecto puede consultarse Alexy, Robert, Teoría de los derechos fun
damentales, trad. de Ernesto Garzón Valdés, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1993; Venegas Grau, María, Derechos fundamentales y de
recho privado: los derechos fundamentales en las relaciones entre particulares
y el principio de autonomía privada, Marcial Pons, Madrid, 2004; y Naranjo
de la Cruz, Rafael, Los límites de los derechos fundamentales en las relaciones
entre particulares: la buena fe, Madrid, Boletín Oficial del Estado-Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 2000.
| 250
28
Para el análisis de algunos ejemplos al respecto véase Jochnick, Chris,
“Confronting the impunity of Non-State Actors: New fields for the pro-
motion of human rights”, en Human Rights Quaterly, vol. 21, núm. 1, The
Johns Hopkins University Press, feb, 1999, pp. 61-63, y Courtis, Christian,
Derechos sociales ambientales y relaciones entre particulares. Nuevos horizon
tes, Bilbao, Instituto de Derechos Humanos-Universidad de Deusto, 2007,
pp. 53-78.
29
Hessbruegge, Jan Arno, “Human rights violations arising from conduct of
non-state actors…”, cit., pp. 27-28.
251 |
30
Para un interesante análisis sobre este tema véase, Mijangos y González,
Javier, “La doctrina de la Drittwirkung Der Grundrechte en la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, en Teoría y Realidad
Constitucional, núm. 20, Madrid, UNED-Centro de Estudios Ramón Are-
ces, 2007, pp. 583-608.
31
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras…, supra, párr. 165.
| 252
del Estado, no por ese hecho en sí mismo, sino por falta de la debida
diligencia para prevenir la violación o para tratarla en los términos
requeridos por la Convención.32
32
Ibidem, párr. 172.
33
Corte IDH. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nica
ragua. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2001.
Serie C, núm. 79, párr. 153.
34
La Corte Interamericana de Derechos Humanos encontró responsable al
Estado de Brasil por la conducta del personal de un centro psiquiátrico
privado que ejercía los elementos de autoridad estatal al prestar el servi-
cio público de salud, y que provocó la muerte de un paciente. El Tribunal
Interamericano estimó “que los Estados son responsables de regular y fis-
253 |
| 254
37
CIDH, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Ecuador, 24
de abril 1997, cap. III: La situación de los derechos humanos de los habitan-
tes del interior del Ecuador afectados por las actividades de desarrollo.
38
Corte IDH. Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam. Sentencia de 28 de no-
viembre de 2007, párrs. 126-158.
39
Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes…, supra, párrs.
146-147.
255 |
40
Mijangos y González, Javier, “La doctrina de la Drittwirkung Der Grundre
chte en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos”…, cit., p. 603.
41
Slack, Keith, “Derechos humanos e industrias extractivas en América Lati-
na”, en Aportes DPLF. Revista de la Fundación para el Debido Proceso, año 4,
núm. 15, Empresa y derechos humanos: una relación compleja, Washing-
ton, sep, 2011, pp. 4-5.
| 256
42
Corte IDH. Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú..., supra, párr. 207.
43
CIDH, Comunidades indígenas maya en el distrito de Toledo vs. Belice,
informe 40/04, Fondo, caso 12.053, 12 de octubre de 2004, párr. 142.
44
Corte IDH. Caso del Pueblo Saramaka vs. Surinam…, supra, párr. 133.
45
Ibidem; CIDH, Derechos de los pueblos indígenas y tribales sobre sus tie-
rras ancestrales y recursos naturales. Normas y jurisprudencia del Sistema
Interamericano de Derechos Humanos, OEA/Ser.I/V/II. Doc. 56/09, 30
de diciembre 2009, párrs. 315-322; y Juliá Santiago, José Juan, El derecho a
257 |
| 258
48
Corte IDH, Derechos de los pueblos indígenas y tribales…, supra, párrs.
308-314; Juliá Santiago, José Juan. El derecho a la consulta de los pueblos
indígenas…, cit., p. 36.
49
CIDH, Derechos de los pueblos indígenas y tribales…, supra, párrs. 237-
244.
259 |
50
Ibidem, párrs. 232-233 y 245-267.
| 260
51
AA.VV., Violación de los derechos humanos protegidos por la Convención
Americana de Derechos Humanos incurridos en la negociación, firma y rati
ficación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica
y República Dominicana, Audiencia General “Tratado de Libre Comercio y
Derechos Humanos en Centroamérica”, celebrada durante el 125° perio-
do extraordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Ciudad de Guatemala, 19 de julio de 2006, p. 12 (copia del do-
cumento en manos del autor), disponible en <http://www.bilaterals.org/
article.php3?id_article=5343>
261 |
52
Jochnick, Chris, “Confronting the impunity of Non-State Actors: New
fields for the promotion of human rights”…, cit., pp. 78-79.
| 262
8.1. Introducción
1
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales”, en Los fundamentos de los de
rechos…, cit., p. 19; también véase “Derechos fundamentales”, en Derechos
y garantías..., cit., p. 37. En su obra, Principia iuris. Teoría del derecho y de la
democracia. 1. Teoría del derecho, trad. de Perfecto Andrés Ibáñez, Carlos
Bayón, Marina Gascón, Luis Prieto Sanchís y Alfonso Ruiz Miguel, Madrid,
Trotta, 2011; Ferrajoli denomina “«derechos fundamentales» a todos aque-
llos derechos que corresponden universalmente a «todos» en cuanto «per-
sonas naturales», en cuanto «ciudadanos», en cuanto personas naturales
«capaces de obrar» o en cuanto «ciudadanos capaces de obrar»”, p. 686.
| 263 |
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2
Ferrajoli, Luigi, “Los fundamentos de los derechos fundamentales”, en Los
fundamentos de los derechos…, cit., pp. 289-290; véase también “Sobre los
derechos fundamentales”, trad. de Miguel Carbonell, en Cuestiones Cons
titucionales, Revista Mexicana de Derecho Constitucional, núm. 15, jul-dic,
2006, México, IIJ-UNAM, pp. 116-117.
3
Idem.
| 264
4
Pérez Luño, Antonio Enrique, Derechos humanos, Estado de derecho y cons
titución, 9ª ed., Madrid, Tecnos, 2005, p. 27.
5
Alexy, Robert, Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los
principios, trad. de Carlos Bernal Pulido, Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 2003, pp. 21-22. La cita textual corresponde a la p. 21.
6
Ibidem, pp. 23-31.
265 |
7
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 25.
8
Locke, John, Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil. Un ensayo acerca del
verdadero origen, alcance y fin del gobierno civil, trad., pról. y notas de Carlos
Mellizo, Madrid, Alianza Editorial, 1990, p. 38: “[…] y la razón, que es esa
ley, enseña a toda la humanidad que quiera consultarla, que siendo todos
los hombres iguales e independientes, ninguno debe dañar a otro en lo que
atañe a su vida, salud, libertad o posesiones”; en general, sobre la propie-
dad, véase cap. V, pp. 55-75.
| 266
9
Ibidem, p. 56: “Aunque la tierra y todas las criaturas inferiores pertenecen
en común a todos los hombres, cada hombre tiene, sin embargo, una pro-
piedad que pertenece a su propia persona; y a esa propiedad nadie tiene
derecho, excepto él mismo”.
10
Macpherson, C. B., La teoría del individualismo posesivo. De Hobbes a Locke,
trad. de Juan Ramón Capella, Madrid, Trotta, 2005, p. 15.
267 |
11
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 30.
| 268
12
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 911.
13
Idem.
14
Ibidem, p. 31.
15
Idem.
269 |
16
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., p. 908.
17
Ferrajoli, Luigi, Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 1. Teo
ría del derecho…, cit., pp. 733-734.
18
Ferrajoli, Luigi, “Sobre los derechos fundamentales…”, cit., p. 117.
| 270
19
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 31.
20
Ibidem, p. 32.
21
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón…, cit., pp. 908-909.
22
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 32.
23
Idem.
271 |
24
Ibidem, pp. 32-33.
25
Ferrajoli, Luigi, Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 1. Teo
ría del derecho…, cit., p. 735.
| 272
26
Ibidem, pp. 735-736. Las citas textuales corresponden a la p. 736.
27
Idem.
273 |
28
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales…”, cit., p. 33.
29
Ibidem, pp. 33-34.
30
Ibidem, p. 34.
| 274
31
Ferrajoli, Luigi, Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 2. Teo
ría de la democracia…, cit., p. 22.
32
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales…, cit., p. 47.
33
Aquí no nos detendremos a determinar el concepto de norma y de norma
de derecho fundamental, para ello remitimos a ibidem, pp. 47-80.
34
Ibidem, p. 62.
275 |
35
El propio Ferrajoli señala que, a diferencia suya, Alexy distingue expre-
samente entre derechos fundamentales y normas sobre derechos funda-
mentales; también en otro momento plantea que “las normas sobre dere-
chos fundamentales están dotadas de rigidez absoluta porque no son más
que los mismos derechos fundamentales establecidos como inviolables
[…] ellos mismos son normas; Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamenta-
les”, cit., p. 33, nota de pie de página 18 y p. 38; a su vez, en otro lugar
plantea que si las normas constitucionales sustanciales no son sino los
derechos fundamentales, estas nos pertenecen a todos, quienes somos
sus titulares; Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho…, cit.,
p. 172.
36
Ferrajoli, Luigi, Los fundamentos de los derechos…, cit., p. 34.
| 276
37
Ibidem, pp. 34-35.
38
Ferrajoli, Luigi, Principia iuris. Teoría del derecho y de la democracia. 1. Teo
ría del derecho…, cit., p. 616.
39
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales…, cit., pp. 506-507:
“Esta influencia es especialmente clara en el caso de los derechos frente
a la justicia civil. Entre los derechos frente a la justicia civil se encuentran
derechos a que sus fallos no lesionen con su contenido derechos funda-
mentales. Esto implica un efecto, cualquiera que sea su construcción, de
las normas iusfundamentales en las normas del derecho civil y, con ello, en
la relación ciudadano-ciudadano”. Para una visión general de los derechos
277 |
| 278
41
Alexy, Robert, Teoría de los derechos fundamentales…, cit., pp. 511-514.
42
Ibidem, pp. 515-524.
43
Venegas Grau, María, “Los derechos fundamentales en las relaciones entre
particulares y el principio de autonomía privada”…, cit., p. 24.
279 |
44
Böckenförde, Ernst-Wolfgang, “Sobre la situación de la dogmática de los
derechos fundamentales tras 40 años de Ley Fundamental”, en Escritos
sobre derechos fundamentales, pról. de Francisco J. Batisda, trad. de Juan
Luis Requejo Pagés e Ignacio Villaverde Menéndez, Baden-Baden, Nomos,
1993. La cita textual corresponde a la p. 112.
45
Para un análisis ampliado sobre el efecto horizontal de estas normas, véase
Courtis, Christian, Derechos sociales ambientales y relaciones entre particu
lares. Nuevos horizontes, Bilbao, Universidad de Deusto, 2007, pp. 49-78.
Véase también Mejía R., Joaquín A., “Tratados de libre comercio y derechos
humanos: Un desafío para el Sistema Interamericano de Derechos Huma-
nos”, en Revista CEJIL. Debates sobre Derechos Humanos y el Sistema Intera
mericano, año IV, núm. 5, dic, 2009, San José, Costa Rica, pp. 1-12.
| 280
46
Comité DESC, Medidas internacionales de asistencia técnica (art. 22 del
Pacto),observación general 2, 1990, párr. 2 y 9; Comité DESC, El derecho a
una alimentación adecuada (art. 11), observación general 12, 1999, párr. 41.
47
Corte IDH, Condición jurídica y derechos de los migrantes…, supra, párr. 140;
véase a su vez, párrs. 110, 133, 151-152; también véase, Corte IDH. Caso
Ximenes Lopes…, supra, párrs. 86-90 y 141-146.
48
Corte IDH. Condición jurídica y derechos los migrantes…, cit., voto concu-
rrente del juez A. A. Cançado Trindade, párr. 83.
281 |
8.6. Conclusión
49
Ibidem, voto concurrente del juez Hernán Salgado Pesantes, párrs. 18-19.
50
Ferrajoli, Luigi, “Derechos fundamentales …”, cit., p. 25.
| 282
51
Ferrajoli sostiene que “[c]on frecuencia confundimos, en razón de una lar-
ga tradición politológica, la democracia con la voluntad de la mayoría. A la
mayoría o, si se quiere, al pueblo soberano, todo le estaría permitido, en
razón de una suerte de presunción apriorística de legitimidad de la volun-
tad popular. Un equívoco al que también ha contribuido la concepción del
proceso constituyente inducida, directa o indirectamente, por las doctrinas
contractualistas. Se supone que el contrato social, es decir, el pacto consti-
tuyente, es un contrato suscrito por la mayoría, o al menos que expresa su
voluntad profunda y auténtica, interpretada por los padres constituyentes.
Y se ven sus límites —piénsese en ciertas tesis del pensamiento feminista—
en la medida en que entre los contrayentes, o si se quiere, entre la mayoría
que ha estipulado el contrato, se encuentren o hayan sido excluidos sec-
tores relevantes de la sociedad”, Ferrajoli, Luigi, “Los fundamentos de los
derechos fundamentales…”, cit., p. 368.
52
Ferrajoli, Luigi, “Sobre la definición de «democracia». Una discusión con
Michelangelo Bovero”, en Isonomía. Revista de Teoría y Filosofía del Dere
cho, núm. 19, ITAM, México, 2003, pp. 230-231.
53
Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho…, cit., p. 144.
283 |
| 284
1
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, cit., párr. 70.
| 285 |
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| 286
4
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 2005, vol. II: “Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión”,
cap. V, párr. 99.
5
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, cit., párr. 69.
287 |
6
Una de las figuras penales más utilizadas es la del delito de usurpación, el
cual requiere que la intención o finalidad de quien lo cometa sea la apro-
piación del bien inmueble; sin embargo, hasta una persona que no es es-
pecialista en derecho penal comprende que la finalidad de las protestas
mediante la toma de instalaciones o carreteras no es la apropiación de las
mismas, sino la presión y la exigencia de ser escuchados.
7
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 2008, vol. II, “Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión”,
cap. IV, párrs. 29 y 70. La cita textual corresponde al párr. 29.
| 288
8
Rincón, Omar, “…De rebeldías y protestas públicas y masivas”, en Rabino-
vich, Eleonora; Magrini, Ana Lucía y Rincón, Omar (eds.), Vamos a portar
nos mal. Protesta social y libertad de expresión en América Latina, Bogotá,
Centro de Competencia en Comunicación para América Latina-Friedrich
Ebert Stiftung, 2011, p. 23.
9
Gargarella, Roberto, El derecho a la protesta. El primer derecho, 1ª reimp.
Buenos Aires, Ad-Hoc, 2007, 2005, pp. 26, 29 y 73.
10
CEDH, Caso Sergey Kuznetzov vs. Rusia, 23 de octubre de 2008; Caso Gals
tyan vs. Armenia, 15 de noviembre de 2007; Case Chorherr vs. Austria, 25
de agosto de 1993; Caso Women on Waves a.o. vs. Portugal, 3 de febrero de
2009; Caso Nisbet Özdemir vs. Turquia, 19 de enero de 2010.
289 |
11
Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, Libertad de expresión en las Américas…, op. cit., pp. 247
y 248.
12
Zaffaroni, E. Raúl, “Derecho penal y protesta social”, en Bertoni, Eduardo
(comp.), ¿Es legítima la criminalización de la protesta social? Derecho penal
y libertad de expresión en América Latina, Buenos Aires, Universidad de Pa-
lermo, 2010, pp. 6-7.
| 290
13
Ibidem, p. 7.
14
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, supra, párr. 70.
15
Idem.
16
Zaffaroni, E. Raúl, “Derecho penal y protesta social…”, cit., pp. 7-8.
291 |
17
Ferrajoli, Luigi, “La legalidad violenta”, en Cuadernos de Política Criminal,
núm. 41, 1990, pp. 305-320.
18
CIDH, Informe sobre la situación de las defensoras y defensores de los
derechos humanos de las Américas, OEA/Ser.L/V/II.124, 7 de marzo de
2006, párr. 56.
19
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas (arts. 13 y 29 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos), opinión consultiva
OC-5/85, 13 de noviembre de 1985, párr. 70.
20
Rabinovich, Eleonora, “Protesta, derechos y libertad de expresión”, en
Rabinovich, Eleonora; Magrini, Ana Lucía y Rincón, Omar (eds.), Vamos
a portarnos mal. Protesta social y libertad de expresión en América Latina,
| 292
293 |
24
CIDH, Libertad de expresión en las Américas. Los cinco primeros infor-
mes de la Relatoría para la Libertad de Expresión, IIDH, San José, Costa
Rica, 2003, pp. 246-247.
25
CIDH, Relatoría especial para la Libertad de Expresión, Marco Jurídico In-
teramericano sobre el Derecho a la Libertad de Expresión, 30 de diciembre
de 2009, p. 29, párr. 82.
| 294
26
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 2005, vol. II: “Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión”,
cap. V, párr. 99.
27
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, supra, párr. 69.
28
CIDH, Libertad de expresión en las Américas…, supra, pp. 244-245.
29
CIDH, Criminalización de la labor de las defensoras y los defensores de
derechos humanos, 31 diciembre 2015, pp. 53-54, párrs. 84-86.
295 |
30
Ibidem, p. 131, párr. 240.
31
CIDH, Informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Huma-
nos 2008, vol. II: “Informe de la Relatoría para la Libertad de Expresión”,
cap. IV, párrs. 29 y 70.
32
CIDH, Libertad de expresión en las Américas…, supra, pp. 247-248.
| 296
33
Zaffaroni, E. Raúl, “Derecho penal y protesta social”, en Bertoni, Eduardo
(comp.), ¿Es legítima la criminalización de la protesta social?..., cit., p. 6.
34
Ibidem, p. 7.
35
CIDH, Una agenda hemisférica para la defensa de la libertad de expre-
sión…, supra, párr. 73.
297 |
36
Rodríguez, Esteban, No hay democracia sin protesta. Las razones de la
queja, entrevista a Roberto Gargarella, 2005, disponible en http://www.
miguelcarbonell.com/artman/uploads/1/No_hay_derecho__sin_protesta._
Entrevista_a_Roberto_Gargarella.pdf
37
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, supra, párr. 70.
38
Idem.
39
Zaffaroni, E. Raúl, “Derecho penal y protesta social…”, cit., pp. 7-8.
40
Consejo de Derechos Humanos, La promoción y protección de los dere-
chos humanos en el contexto de las manifestaciones pacíficas, 55ª sesión,
resolución 19/35, 23 de marzo de 2012.
| 298
41
Rabinovich, Eleonora, “Protesta, derechos y libertad de expresión”…, cit.,
p. 30.
299 |
| 300
301 |
42
Véase, entre otras, La promoción y protección de los derechos humanos en
el contexto de las manifestaciones pacíficas, 55ª sesión, resolución 19/35,
23 de marzo de 2012; y La promoción y protección de los derechos huma-
nos en el contexto de las manifestaciones pacíficas, 22º periodo de sesio-
nes, 48ª sesión, resolución 22/10, 21 de marzo de 2013.
| 302
43
Corte IDH. Caso Zambrano Vélez y otros vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007, párr. 84.
44
Salvo consideración en contrario, se sigue lo establecido en ibidem, párrs.
83-90.
303 |
| 304
45
Corte IDH. Caso del Caracazo vs. Venezuela. Reparaciones (art. 63.1 Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 29 de agosto
de 2002, párr. 127.
305 |
rante las mismas y velar para que las víctimas puedan acceder a
un recurso rápido y sencillo, además de ser reparadas.
En conclusión, el uso de la fuerza para disolver una manifes-
tación pública se convierte en ilegítimo e irracional cuando se
utiliza como sanción y castigo, y no para lograr fines legítimos
tales como la salvaguarda de los derechos de las personas y la
preservación de las libertades y el orden público, los cuales no
pueden ser invocados para suprimir o desnaturalizar derechos,
sino que deben ser interpretados de acuerdo con lo que demanda
una sociedad democrática, es decir, el máximo nivel de ejercicio
del derecho a la libertad de expresión.46
Ello obliga a las autoridades públicas, a la luz del principio 20
de los Principios de La Habana, a prestar especial atención a las
cuestiones de ética policial y derechos humanos, y “a los medios
que puedan sustituir el empleo de la fuerza y de armas de fuego,
por ejemplo, la solución pacífica de los conflictos, el estudio del
comportamiento de las multitudes y las técnicas de persuasión,
negociación y mediación, así como a los medios técnicos destina-
dos a limitar el empleo de la fuerza y armas de fuego”.
9.5. Conclusión
46
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas…, supra, párr. 69.
| 306
47
Uprimny, Rodrigo y Sánchez Duque, Luz María, “Derecho penal y protesta
social”, en Bertoni, Eduardo (comp.), ¿Es legítima la criminalización de la
protesta social? Derecho penal y libertad de expresión en América Latina, Bue-
nos Aires, Universidad de Palermo, 2010, p. 49.
48
CEDH, Stankov and the United Macedonian Organisation Ilinden vs. Bulgaria,
2 de octubre de 2001.
49
Uprimny, Rodrigo y Sánchez Duque, Luz María, “Derecho penal y protesta
social”…, op. cit., p. 48.
50
Corte IDH. Caso Castillo Petruzzi y otros vs. Perú…, supra, párr. 121; Caso
Usón Ramírez vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 20 de noviembre de 2009, párr. 55.
307 |
51
Zaffaroni, E. Raúl, “Derecho penal y protesta social”, en Bertoni, Eduardo
(comp.), ¿Es legítima la criminalización de la protesta social?..., cit., p. 15.
| 308
1
Corte IDH, Garantías judiciales en Estados de Emergencia…, cit., párr. 24.
2
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan: Informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, CVR. Hon-
duras, 2011, p. 368.
| 309 |
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evitar ser juzgados por sus crímenes, a tal punto que ninguno
de los 184 casos analizados por el Comisionado Nacional de los
Derechos Humanos en el informe “Los hechos hablan por sí mis-
mos. Informe preliminar sobre los desaparecidos en Honduras
1980-1993”, ha sido seriamente investigado y no se ha producido
ninguna sentencia condenatoria. De los aproximadamente 27 ofi-
ciales de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional procesados
penalmente por delitos relacionados con estas violaciones, nin-
guno ha sido condenado y muchos de los procesos han termina-
do en sobreseimientos definitivos.3
Aunque parecía que en pleno siglo xxi no volverían a repe-
tirse los hechos violentos contra la dignidad humana impulsa-
dos desde el Estado durante esos años, el rompimiento del orden
constitucional en junio de 2009 nos mostró que la falta de in-
vestigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de
los responsables de las violaciones a los derechos humanos solo
genera la repetición crónica de las mismas.
La impunidad que ha amparado a los victimarios de los
ochenta y que les ha permitido ostentar desde entonces cargos
importantes dentro de las fuerzas de seguridad y los diferentes
poderes del Estado, les generó la seguridad de que no hay conse-
cuencias por sus abusos, por lo que pueden cometerlos siempre
que se presente la oportunidad. No es de extrañar entonces que
algunos de los violadores a derechos humanos de la década per-
dida son los mismos que planificaron, apoyaron y ejecutaron el
golpe de Estado, y dejaron en total indefensión a las víctimas.4
Frente a las graves violaciones a derechos humanos, tanto en
los ochenta como a partir del golpe de Estado de 2009, califi-
3
Dictamen de Leo Valladares Lanza rendida ante la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, 3 de marzo de 2003, en el marco del Caso Juan Hum
berto Sánchez vs. Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C, núm. 99, pp. 17-19.
4
De acuerdo con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, existen “ras-
gos comunes entre los responsables de violaciones recientes y de periodos
anteriores. Son parte de las mismas instituciones, siguen la misma cultura
de controlar más que servir a la sociedad, y operan en el mismo entorno de
escaso control institucional”, en Comisión de la Verdad y la Reconciliación,
Para que los hechos no se repitan… cit., p. 280.
| 310
5
Ibidem, pp. 279-285; Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Los
hechos hablan por sí mismos. Informe preliminar sobre los desaparecidos en
Honduras 1980-1993, 2ª ed., Tegucigalpa, Editorial Guaymuras, mayo de
2002, p. 23.
6
Ibidem, p. 399. La cita textual corresponde a la misma página.
7
CIDH, CIDH manifiesta preocupación por decreto de amnistía en Honduras,
comunicado 14/10, Washington, 3 de febrero de 2010.
8
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan…, cit., pp. 349, 356, 358, 361, 368 y 374.
311 |
9
Mejía Rivera, Joaquín A., Honduras y los sistemas internacionales de protec
ción de derechos humanos, Tegucigalpa, Editorial Casa San Ignacio, 2010,
pp. 167-168.
10
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Los hechos hablan por
sí mismos…, cit., pp. 349-350; Human Rights Watch, Después del golpe de
Estado: Continúan la violencia, la intimidación y la impunidad en Honduras,
Nueva York, Human Rights Watch, diciembre de 2010; Human Rights
Watch, Informe mundial 2012, Eventos de 2011, Nueva York, Human
Rights Watch, 2012, pp. 52-56; Mejía R., Joaquín A., “La situación de los
derechos humanos en Honduras en el escenario postgolpe de Estado”, en
Universitas. Revista de Filosofía, Derecho y Política, núm. 12, Madrid, julio de
2010, pp. 3-18.
11
CIDH, Informe sobre la Situación de las Defensoras y Defensores de Dere-
chos Humanos en las Américas, 7 de marzo de 2006, párr. 140.
| 312
12
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan…, cit., p. 372.
13
Ibáñez, Perfecto Andrés, “Corte Suprema de Honduras: De golpe en golpe”,
en Jueces para la Democracia. Información y Debate, núm. 69, Madrid, no-
viembre 2010, p. 5.
313 |
14
Díaz, Elías, Estado de derecho y sociedad democrática… cit., p. 11.
15
Kaplan, Marcos, El Estado Latinoamericano… cit., pp. 277-278.
| 314
16
CIDH, Honduras: derechos humanos y golpe de Estado, 30 de diciembre de
2009, p. 58, párr. 234.
17
OACNUDH, Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos sobre las violaciones de los derechos humanos en
Honduras desde el golpe de Estado de 28 de junio de 2009, Consejo de
Derechos Humanos, 3 de marzo de 2010, p. 19, párr. 83.
18
CIDH, Observaciones preliminares de la Comisión Interamericana de De-
rechos Humanos sobre su visita a Honduras realizada del 15 al 18 de mayo
de 2010, 3 de junio de 2010, párr. 110.
19
Declaración de la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situa-
ción de los defensores de derechos humanos, Margaret Sekaggya, al con-
cluir su visita oficial a Honduras del 7 al 14 de febrero de 2012.
315 |
20
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan…, cit., p. 369.
21
Expediente 1153-2009.
| 316
22
Asimismo, también se recurrió al señor Mario Flores Ponce en su condición
de gerente y socio mayoritario de canal “Maya TV”, por haber dispuesto la
cancelación del programa “Hable como Habla” dirigido por el periodista
Eduardo Maldonado, también socio de dicho canal. El señalamiento del
señor Flores Ponce, como autoridad recurrida, según la fiscal, lo hizo con
base en el art. 42 de la Ley sobre Justicia Constitucional, el cual indica que
“la acción de amparo procede contra quienes actúen por delegación del
Estado, en virtud de concesión”. No obstante, en su resolución la Sala de lo
Constitucional ni siquiera se pronunció al respecto.
317 |
23
La petición de suspensión del acto reclamado fue reiterada en escrito pre-
sentado por la recurrente en fecha 7 de octubre de 2009, siendo declarada
también sin lugar, en fecha 9 de octubre de 2009.
24
No consta en el expediente comunicación alguna que haya sido librada al
titular del poder ejecutivo requiriéndolo para que remitiera los anteceden-
| 318
tes del caso o que informara. Tampoco existe remisión alguna de parte del
ejecutivo cumpliendo dicho requerimiento.
25
Según el artículo 46.8 de la Ley sobre Justicia Constitucional, es inadmisi-
ble la acción de amparo “Cuando se tuvieren expeditos recursos o acciones
legales en la vía contencioso administrativa”.
319 |
26
El art. 59 de la LSJC establece que “Se decretarán medidas cautelares sobre
el hecho, acto, resolución, amenaza, orden o mandato reclamado: 1) si de
su mantenimiento resulta peligro para la integridad personal del reclaman-
te o una grave e inminente violación de un derecho fundamental; 2) cuan-
do su ejecución haga inútil el amparo al hacer difícil, gravosa o imposible la
restitución de las cosas a su estado anterior; 3) cuando sea notoria la falta
de jurisdicción o competencia de la autoridad, persona o entidad contra la
que se reclama, y 4) en cualquier otra situación análoga a las anteriores”.
27
Corte IDH. Caso Yatama vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C, núm.
127, párr. 152.
| 320
28
Corte IDH, La colegiación obligatoria de periodistas… cit., párr. 69.
29
Ibidem, párr. 33.
321 |
decir, que nadie esté excluido a priori del acceso a tales medios, y
se irrespetaron los requisitos para que una restricción pueda ser
considerada válida: a) la existencia de causales de responsabili-
dad previamente establecidas; b) la definición expresa y taxativa
de esas causales por la ley; c) la legitimidad de los fines perse-
guidos al establecerlas, y d) que esas causales de responsabilidad
sean necesarias para asegurar los mencionados fines.30
De cualquier manera, el propio decreto tenía un vicio de
origen en los términos de la Convención Americana, que exige
que la suspensión de garantías sea adoptada por un gobierno que
ejerza el poder público en forma legítima dentro del contexto de
una sociedad democrática, por tanto, la suspensión ordenada por
el gobierno de facto carecía de toda legitimidad, pues se utilizó
para atentar contra el sistema democrático, “que dispone lími-
tes infranqueables en cuanto a la vigencia constante de ciertos
derechos esenciales de la persona”.31 Frente a la evidente falta
de legitimidad del gobierno de facto, la Sala de lo Constitucional
simplemente se plegó y se convirtió en una de las principales
instancias que, por acción y omisión, validó los actos ilegales y
arbitrarios de dicho gobierno.
30
Ibidem, párrs. 32, 34 y 39.
31
Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garantías…, cit., párr. 20.
| 322
32
CIDH, Honduras: Derechos humanos y golpe de Estado…, cit., p. 54, párrs.
213-214.
33
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan…, cit., pp. 369-370 y 463.
34
Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras..., supra, párrs. 66-68.
323 |
35
CIDH, Honduras: Derechos humanos y golpe de Estado…, supra, pp. 56-57,
párr. 227. “En particular, no se desprende de la información recibida que
ninguno de los órganos con facultades para promover investigaciones de
oficio por violaciones a los derechos humanos haya impulsado actuaciones
a nivel interno para determinar las responsabilidades correspondientes, a
pesar de constatar, por ejemplo, la existencia de personas detenidas en for-
ma ilegal, algunas de ellas gravemente heridas”.
36
Corte IDH, Garantías judiciales en Estados de Emergencia…, supra, párr.
21, 25 y 28.
37
Corte IDH, El habeas corpus bajo suspensión de garantías…, supra, párrs. 23
y 43.
| 324
38
Expediente 890-2009.
325 |
39
“La acción de amparo se interpondrá por escrito y contendrá: […] 6. El o
los derechos constitucional que se consideran violados o amenazados […].”
40
Estos arts. se refieren, por su orden, al derecho de defensa, presunción de
inocencia y debido proceso legal.
41
El art. 304 se refiere a la prohibición de crearse órganos jurisdiccionales de
excepción es decir la prohibición de ser juzgado por jueces o tribunales ad
| 326
hoc, ya que eso contraviene la garantía de juez natural que está contenida en
el conjunto del debido proceso legal del art. 90. Por su parte el art. 323 esta-
blece que “Los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables
legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella”.
327 |
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42
Expediente 906-2009.
329 |
fundamentó en los artículos 1, 2, 3, 59, 60, 61, 60, 61, 64, 71, 72,
74, 85, 90, 99, 102, 235, 236, 237, 321, 323, 324, 325, 326 y 327
de la Constitución. En este caso, la Sala de lo Constitucional ni si-
quiera admitió el recurso, argumentando falta de precisión “de la
afectación de un interés particular determinado, por la violación
de la norma secundaria impugnada”.
A mi juicio, esta fue una decisión con base en una considera-
ción errada de los artículos en los que se basó el recurrente, ya
que la Sala de lo Constitucional no admitió el recurso, ignorando
que los artículos 235 y 236 constitucionales explican el interés
directo y legítimo que pudiera tener cualquier persona que recla-
ma la inconstitucionalidad de un decreto legislativo con el cual se
destituyó al presidente constitucional de la República y nombró a
otro en su lugar, sin que para ello tuviera facultades el Congreso
Nacional. El artículo 236 establece que
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43
Los amparos fueron presentados separadamente por Manuel Rodrigo Ma-
zariegos Zúniga y por el Ministerio Público a través de la Fiscalía de Defen-
sa de la Constitución. La Sala de lo Constitucional decidió acumularlos y
tramitarlos en un solo expediente (881 y 883-2009).
44
Expediente 929-2009.
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Expediente 1358-2009. De acuerdo con el artículo
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10.7. Conclusión
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46
Comisión de la Verdad y la Reconciliación, Para que los hechos no se repi-
tan…, cit., p. 372.
47
Para un análisis al respecto véase, Comisión de la Verdad y la Reconcilia-
ción, Para que los hechos no se repitan…, cit., t. II, cap. III, pp. 536-539;
Mejía R., Joaquín A., “Una mirada interamericana a la justicia penal in-
ternacional: El caso de Honduras”, en Boeglin, Nicolás, Hoffmann, Julia y
Sainz-Borgo, Juan Carlos (eds.), La Corte Penal Internacional: Una perspec
tiva latinoamericana, San José, Costa Rica, University for Peace Press, 2012,
pp. 101-135; Mejía R., Joaquín A. y Bengtsson, Verenice, “La justicia penal
internacional desde la perspectiva de la situación en Honduras”, en Mejía
R., Joaquín A. y Ballesteros de León, Gerardo (coords.), Tres miradas lati
noamericanas a la justicia penal internacional. Colombia, Honduras y México,
Tegucigalpa, Editorial San Ignacio-Editorial Guaymuras, 2014, pp. 79-102.
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48
Comisión Multinacional de la Alianza por la Paz y la Justicia, Segundo in-
forme de visita a Honduras, mayo de 2013, párr. 31, p. 8.
49
Comisión Multinacional de la Alianza por la Paz y la Justicia, Tercer infor-
me, octubre de 2013.
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Bibliografía
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DR © 2018. Instituto de Estudios Constitucionalesdel Estado de Querétaro
Este libro forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
www.juridicas.unam.mx Libro completo en:
http://biblio.juridicas.unam.mx/bjv https://goo.gl/XyFDvW
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Jurisprudencia
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Documentos internacionales
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ACTUALES SOBRE
DERECHOS HUMANOS
El presente libro pretende aportar al debate sobre los derechos huma-
nos para promover un mayor entendimiento sobre sus alcances y su
impacto en la vida cotidiana de las personas, y en el fortalecimiento
de la democracia y el Estado de derecho. Se abordan 10 cuestiones
actuales relacionadas con el Estado de derecho: los sistemas interna-
cionales de protección de los derechos humanos, particularmente el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos; las obligaciones esta-
tales frente a todos los derechos humanos, haciendo énfasis en las
relativas a los derechos económicos, sociales y culturales, y al papel
que juegan estos en la consolidación de las democracias latinoameri-
canas; la elaboración del Protocolo Facultativo al Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que garantiza niveles
de exigibilidad de estos derechos; el impacto de los tratados de libre
comercio sobre los derechos humanos; la fundamentalidad de los
derechos humanos frente a los derechos patrimoniales; la protesta
social como ejercicio colectivo de la democracia cuando los canales
institucionales no son idóneos para encausar las demandas ciudada-
nas; y finalmente, el papel del poder judicial en contextos de graves
violaciones a derechos humanos, tomando como ejemplo el golpe de
Estado ocurrido en Honduras en el año 2009 y cuyas consecuencias
aún siguen profundizando la corrupción e impunidad.
Sin duda, este libro constituye una lectura indispensable para quie-
nes desean profundizar el estudio y conocimientos en la materia de
los derechos humanos, así como comprender los desafíos actuales a
los que se enfrentan.
ISBN 978-607-7822-33-2
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9 786077 822332