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Los trabajadores industriales y el nacimiento de la República populista en Brasil, 1945-1946.

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Los trabajadores industriales brasileños jugaron un papel central en la transición de 1956-1946


que terminó con la dictadura del Estado Novo y abrió la era de democracia de la República
Populista Brasileña (1946-1964). Representó una ruptura radical con el pasado, marcada por la
dramática entrada de la clase obrera urbana en la vida política.

La rápida industrialización desde comienzos de siglo hizo nacer un proletariado industrial, dentro
de un sistema político restrictivo (el derecho al sufragio se dio con posterioridad al surgimiento de
una clase obrera asalariada).

La legislación de Vargas de 1945 fue diseñada de manera consciente y exitosa con el fin de alterar
la vida electoral reconociendo el derecho al sufragio de las masas en las zonas urbanas. La región
industrial de Sao Pablo (conocida como el ABC) representaba la concentración más dramática de la
producción industrial moderna en gran escala.

French no considera la relación entre Vargas y trabajadores como una manipulación unilateral,
sino que el activismo popular utilizó las urnas y la huelga para defender los intereses de la clase
obrera.

1945: La apuesta populista de Getúlio Vargas

En mayo del 45 Vargas llama a los obreros a ingresar a la arena política. Para que esto diera frutos,
diseña una legislación para reconocer el derecho a sufragio de la clase obrera y favorecer la
participación electoral de las urbes sobre el campo.

Buscó impedir el regreso al poder político de las clases terratenientes, los coronéis, a través del
mantenimiento del requisito del alfabetismo (excluyendo así media población adulta). Hizo
obligatorio el voto para casi todos los brasileños alfabetizados e instituyó el voto exoficio
(formulario de registro grupal) que beneficiaba a los empleados e incluso permitía que algunos
analfabetos eludieran la prohibición. French niega que esto ayudara al fraude por afectar
ppalmente a los empleados del gobierno, ya que según él los más afectados fueron los
trabajadores de fábricas.

La movilización popular marcó la segunda mitad de 1945; los trabajadores despertaron a la política
a través del movimiento queremista (Queremos Getulio) auspiciado por el oficialismo, en una
alianza informal con el PCB de Luis Carlos Prestes.

La participación política aumentó del 10 al 33% en 1945. Sao Paulo fue el estado con más votantes
de la nación. Los partidos conservadores tuvieron un pobre desempeño en el ABC (gran Sao
Paulo). En los centros urbanos el PTB (trabalhismo-getulismo) y el PCB (comunismo-prestismo)
obtuvieron la mayoría absoluta de los votos. En su primera participación en la política electoral, los
votantes de la clase obrera del ABC habían expresado su común identidad de clase en la arena
política. Los votos al PCB presentaron un sesgo urbanista aun mayor que los del PTB.
La base de masas del getulismo popular

El apoyo a Vargas no se explica por clientelismo (la mayor parte de las medidas del código de la
emancipación económica de los trabajadores proclamado por Vargas, incluyendo la jornada
laboral de 8 horas, se suspendieron como parte del impulso a la producción industrial durante la
guerra). La mayoría de los obreros no había mejorado en forma notoria durante la guerra.

Tampoco puede explicarse por el patronazgo de la burocracia que supuestamente dotaba de


empleados a los sindicatos corporativistas vinculados al estado.

A menudo sostienen que la manipulación de Vargas provocó la pérdida de autonomía de clase.


También se dijo que sin experiencia política, estos nuevos trabajadores de origen rural buscaron
entablar relaciones paternalistas similares a las del campo. Luego comparan esta clase trabajadora
con la militancia supuestamente clasista y antiestatista de la clase obrera inmigrante de la PR.

French dice patrañas, esto ignora el contexto de la segunda guerra mundial. Los trabajadores
esperaban ser recompensados después de la guerra, y esto era fomentado por el discurso oficial.
Las medidas de Vargas fueron tomadas como un adelanto de esto. La combinación de las penurias
de tiempos de guerra y la esperanza del cambio en posguerra conducía fácilmente a la militancia
obrera.

Vargas fomentó estas expectativas. El efecto de su retórica fue fomentar una identidad de grupo
entre los obreros fabriles del ABC. Contribuyó a unificar a la clase obrera y a aumentar la
autoconfianza.

A pesar de la intención manifiesta de Vargas de evitar el extremismo de izquierda entre obreros, el


contexto de conflicto entre las élites lo llevo a integrar una alianza de facto con Prestes. La política
del PCB en estos años fue de “competencia en alianza con el varguismo”. Al tener un rival de más
izquierda, Vargas se vio forzado a enfatizar aún más su compromiso con los intereses obreros. Las
líneas de división entonces no se trazaron entre diferentes tendencias obreras sino entre clases.
Esto reforzó la identidad común obrera.

Vargas no controlaba a los votantes obreros, no eran simples autómatas manipulados desde
arriba. Algunos de los getulistas más fervientes votaron al PCB.

La dinámica de la opinión política de la clase obrera: trabalhismo y comunismo

El apoyo al PTB fue declinando durante los primeros dos años de posguerra en comparación con el
PCB. No hay que pensar que la división PTB-PCB coincidía con una simple distinción entre
migrantes y trabajadores industriales de segunda generación con conciencia de clase.

La debilidad del PTB fue conceptual y de organización. Aunque Vargas llamaba a movilizar, no
crearon un vehículo para ello, fue débil a nivel de las bases. Se organizaban siguiendo lógicas de la
política brasileña tradicional, usando técnicas más viejas de patronazgo burocrático.
La movilización efectiva de los obreros del ABC recayó en el PCB, que tenían gran actividad de
bases, concebida sobre un principio de participación. También tuvieron un vínculo con los
sindicatos que fue la base de su crecimiento en el largo plazo en el ABC.

La dinámica del movimiento sindical de posguerra: derecha y centro

El sindicalismo jugó un rol fundamental en la determinación de la política obrera en 1946-1947.


French Bardea a Weffort por su excesiva preocupación por los legalismos de la legislación sindical
corporativista que había sobrevivido de la dictadura. Al centrar la atención solo en los aspectos
represivos del sistema de relaciones sindicales, pasan por alto la oposición patronal incluso a las
formas más trancas de organización sindical.

Vargas fomentó la afiliación sindical y disminuyó la represión después de 1942. Los sindicatos
legales existían solo en función del choque de intereses entre empleadores y asalariados. Los
sindicatos del ABC desarrollaron una amplia red de cientos de activistas dentro de fábricas locales
entre 1942 y 1945, a pesar de que se les impedían afiliaciones masivas.

Como el sindicalista corría riesgos de represalias del empleador y el gobierno, los altos puestos no
resultaban de interés para los ambiciosos e inescrupulosos buscadores de cargos.

El nuevo activismo trabajador no rechazó a Vargas sino que respondieron bien a sus medidas y a la
disminución del control represivo sobre los sindicatos a mediados de 1945. Creyeron sinceramente
que estaban planteando y defendiendo los intereses de los obreros, y la oposición patronal a
Vargas solo reforzó su apoyo.

Era un grupo amorfo que abarcaba una amplia gama de opiniones. El autor lo caracteriza como el
centro del movimiento obrero, diferente de la izquierda o de la derecha (llamados pelegos).

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