Resiliencia Infantil
Resiliencia Infantil
Resiliencia Infantil
El maltrato infantil, siempre ha existido. Sea cual fuere el tipo de violencia que
sufre el niño o adolescente, las consecuencias, son graves. El trauma psíquico
asoma y perturba todas las áreas del desarrollo. Provocan un quiebre, la
aparición de un profundo dolor, una disrupción, que marca un antes y un
después.
Encontramos en la resiliencia, una visión positiva y esperanzadora frente a
esta realidad tan dolorosa. En tal caso, entendemos a la resiliencia, como
potencial humano, potencial para transformar el dolor en fortaleza, para superar
las adversidades. Éste, es a su vez, capacidad y proceso. Cuando hablamos
de capacidad, nos centramos en aquellos factores internos que promueven la
resiliencia, los antes nombrados pilares de la misma
Sin embargo, con fomentar solamente dichos pilares no se puede desarrollar
por completo la resistencia. Para que se produzca un comportamiento
resiliente, entonces, en primer lugar el niño debe comprender el pasado,
entender su situación, o sea, adentrarse en esas profundas huellas que dejó el
maltrato, en ese trauma que provocó un antes y un después en su vida.
Hay una obligatoria necesidad de metamorfosis. Es a partir de la historización
del trauma, que el niño comienza a desarrollar la resiliencia. La capacidad de
perdón, el humor, el optimismo, encontrar un sentido a la vida, la búsqueda de
la felicidad, el sentido de la responsabilidad, el empoderamiento, son factores
primordiales para la construcción de la resiliencia.
Está claro que la herida no se puede borrar, el dolor va a reaparecer, pero lo
importante es lo que hacemos con él. Es de suma importancia el lugar que
ocupa el “otro” en este proceso. En efecto, para poderse generar la resiliencia,
se necesita de un “otro” significativo. Los niños necesitan sentirse valorados,
amados, queridos, respetados, confiados; necesitan sentir que sus
necesidades están cubiertas, sentirse escuchados. Y éste, es el papel principal
de los tutores de resiliencia. Gracias a estos, los niños comienzan a construir
vínculos y apegos seguros
FACTORES PROTECTORES
- lazos familiares fuertes
- normas grupales positivas
- apoyo de un adulto significativo
- autoestima
- confianza en sí mismo
- fe creciente
- capacidad de comunicarse
- capacidad de establecer empatía
- éxito escolar
FACTORES DE RIESGO
- maltrato físico o psicológico
- violencia familiar
- abuso sexual
- abandono y deprivación
- fracaso escolar
- adicciones de padres o cuidadores
- enfermedad física o psicológica de los padres
- pérdida de padre o madre
- discapacidad propia
- problemas relacionados con desnutrición, hacinamiento, desempleo, etc
- amigos con normas antisociales o adicciones