Trabajo Cuarto Grado (Disertacion)

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La filosofía antigua

Contexto histórico

La sociedad griega presentaba características peculiares. Una estructura


política basada en la polis, una religión politeísta carente de jerarquía y
ortodoxia, una clase social emprendedora, dedicada al comercio y al ocio y con
amplios contactos con otras culturas del Mediterráneo, así como una
desarrollada curiosidad. La unión de estos elementos, junto a un supuesto
genio griego propició la aparición de nuevas explicaciones sobre la naturaleza
y el ser humano, hasta entonces solamente aclaradas por los mitos y las
tradiciones.

La expansión de la cultura griega durante el helenismo, su absorción por el


Imperio romano, la posterior relación con el cristianismo y su definitiva
recuperación en el siglo XIII gracias a traductores como Averroes, así como el
interés que durante el Renacimiento se profesó a este conjunto de pensadores,
contribuyeron a que la filosofía griega se continuara estudiando, y a que se
convirtiera en uno de los pilares de la cultura occidental.

El mundo griego anterior a la aparición de la filosofía vivía instalado en la


actitud mítica. A través de los mitos el hombre conseguía dar una explicación
de los fenómenos naturales y de las instituciones sociales. El gran
acontecimiento espiritual que inician los griegos entre los siglos VII y VI a. C.
consistió en intentar superar esta manera de pensar el mundo con otra manera
revolucionaria que apuesta por la razón como el instrumento de conocimiento y
de dominio de la realidad. Cabe señalar que no debe entenderse este paso
como algo brusco sino paulatino. Las influencias míticas son todavía
apreciables en muchos pensadores de la antigüedad. En realidad, fueron unas
pocas personas las que participaron del nuevo y revolucionario modo de
pensar (aquellos que habrían de llamarse filósofos), aunque poco a poco este
se fue haciendo más universal. Incluso en nuestra época, la actitud mítica no
ha desaparecido todavía. Este gran paso de la mitología a la explicación
racionalista se le conoce como «paso del mito al logos».

Con esta nueva forma de pensar, los griegos proponen que las cosas del
mundo están ordenadas siguiendo leyes. El mundo es un cosmos, no un caos,
por lo que la naturaleza no se comporta primero de una manera y luego de otra
completamente distinta, sino que en su comportamiento hay cierto orden que
sigue leyes, las cuales pueden ser descubiertas por la razón. Con los griegos
aparecen por primera vez muchas de las cuestiones filosóficas fundamentales
y varias de las posibles soluciones ya se encuentran articuladas en la filosofía
griega.
LA FILOSOFIA GRIEGA.-

La filosofía griega es un periodo de la historia de la filosofía comprendido,


aproximadamente, entre el surgimiento de la filosofía occidental en la zona de
Jonia a principios del siglo VI a. C. hasta la invasión de Macedonia por los
romanos en 149 a. C. En ocasiones también se denomina filosofía clásica o
filosofía antigua, si bien ese período puede incluir también la filosofía romana.

La filosofía griega se puede dividir en tres sub-períodos: el de la filosofía


presocrática, que va de Tales de Mileto hasta Sócrates y los sofistas, la
filosofía griega clásica (Platón y Aristóteles), y el período post-aristotélico o
helenístico. A veces se distingue un cuarto período que comprende a la
filosofía cristiana y neoplatónica.

La filosofía presocrática se caracterizó por una variedad de propuestas distintas


sobre cómo entender el mundo y el lugar del hombre en él. A causa de los
avances culturales y el intenso contacto con las culturas vecinas, las ciudades
del mundo griego comenzaron a criticar a la tradicional concepción mitológica
del mundo, y buscaron una concepción alternativa, natural y unificada. El
pensamiento de estos primeros physiólogoi solo nos llega a través de escritos
fragmentarios y reportes de otros pensadores posteriores.

Con la aparición de los sofistas a mitad del siglo IV a. C., el hombre pasó a ser
el centro de las reflexiones filosóficas. Los sofistas se ocuparon en particular
de problemas éticos y políticos, como la cuestión de si las normas y los valores
son dados naturalmente o son establecidos por los hombres. Al mismo tiempo,
el ateniense Sócrates desarrolló y aplicó la mayéutica, un método por el cual
conversaba con otras personas y las llevaba por medio de una serie de
preguntas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas. Sus
manifestaciones de independencia intelectual y su conducta no acomodada a
las circunstancias, le valieron una sentencia de muerte por impiedad a los
dioses y corrupción de la juventud.

Debido a que Sócrates no dejó nada por escrito, su imagen fue determinada
por su discípulo Platón. Sus obras en forma de diálogos constituyeron un punto
central de la filosofía occidental. A partir de la pregunta socrática de la forma
«¿Qué es X?» (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el bien?),
Platón creó los rudimentos de una doctrina de la definición. También fue autor
de la teoría de las formas, que sirvió de base a la representación de una
realidad con dos partes: el plano de los objetos perceptibles con nuestros
sentidos frente al plano de las Formas sólo accesibles al intelecto mediante
abstracción. Sólo el conocimiento de estas Formas nos brinda una
comprensión más profunda de la totalidad de la realidad.

Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la teoría de las Formas como una


innecesaria «duplicación del mundo». La distinción entre forma y materia es
uno de los rasgos principales de la metafísica de Aristóteles. Su escuela
comenzó a clasificar toda la realidad —tanto la naturaleza como la sociedad—
en los diversos campos del conocimiento, a analizarlos y ordenarlos
científicamente. Además, Aristóteles creó la lógica clásica del silogismo y la
filosofía de la ciencia. Con esto, estableció algunos de los supuestos filosóficos
fundamentales que fueron decisivos hasta la modernidad.

En la transición del siglo V a. C. al siglo III a. C., tras la muerte de Aristóteles y


la decadencia de las polis, las guerras entre los reyes helénicos por suceder a
Alejandro Magno volvieron la vida problemática e insegura. Surgieron
entonces en Atenas dos escuelas filosóficas que, en una clara oposición a la
Academia platónica y al Liceo aristotélico, pusieron la salvación individual en el
centro de sus preocupaciones. Para Epicuro y sus seguidores, por un lado, así
como para los estoicos alrededor de Zenón de Citio, por otro lado, la filosofía
servía principalmente para alcanzar con medios éticos el bienestar psicológico
o la paz. Mientras tanto, los seguidores del escepticismo pirrónico negaron la
posibilidad de juicios seguros y de conocimientos indudables.

Durante miles de años los hombres explicaban la utilidad del mundo


exclusivamente en términos religiosos. La interpretación de la naturaleza desde
el hombre, y no desde dioses y sacerdotes nos dan uno de los problemas de la
filosofía como lo es el mundo, siendo este de tipo Cosmológico. En la etapa
preatica, la cual es fundamentalmente filosofía de la naturaleza o del mundo.
Se postula para ella una ley interna que asegura la uniformidad del acaecer de
los fenómenos: la misma causa determina siempre, en todas partes y sin
excepción alguna, los mismos efectos. Sin este postulado no hay ciencia, ni
racionalidad, ni lógica. Los representantes de la filosofía preatica son: Tales de
Mileto, Anaximandro, Anaximenes, intentan fijar el ser último de la naturaleza:
agua, aire caos; Heraclito señala hacia un fuego cósmico inteligente y
Parmenides y su discípulo Zenón enfatizan que lo que es tiene que ser
inmutable e inmóvil; en consecuencia las cosas perecederas no son el ser
como tal; son apariencias y apariciones inconsistentes. Los preaticos
posteriores: Demócrito, Anaxágoras y Empedocles continúan la línea de Tales
de Mileto: su doctrina de la naturaleza, es realista y materializante: son los
cuatro elementos que constituyen el mundo. En la filosofía Griega, se inaugura
la razón como un instrumento para la búsqueda de la verdad, se siembran los
principios de la ciencia moderna. Surge como una respuesta a los mitos, para
dar argumento acerca de su naturaleza (el porque de las cosas), ya que la
mitología no es un pensamiento filosófico, puesto que no da una afirmación
racional y deductiva de sus afirmación

Filosofía griega clásica


Sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles.

La escuela sofista primero, y Sócrates después, centrarán sus reflexiones en la


ética y la política, así como en la naturaleza del lenguaje, las normas, las leyes
y la sociedad. Su interés se separa de la cosmología para centrarse en los
asuntos humanos.
La aparición de grandes pensadores sistemáticos (como Platón y Aristóteles)
supondrá la consagración de las primeras grandes concepciones filosóficas,
que incluirán una pluralidad de temas, desde la cosmología hasta la política,
pasando por la antropología o la ética. Sin embargo, entre todos estos temas
destaca el tratamiento sistemático de la ontología (teoría del Ser o del ente en
cuanto ente) así como los primeros textos que reflexionan sobre el método que
ha de seguirse en filosofía, a fin de ponerse en condiciones de producir un
conocimiento auténtico, específicamente un conocimiento legítimo de los
principios o fundamentos.

Existe una discusión considerable acerca de por qué la cultura ateniense


promovió la filosofía, pero una teoría popular indica que ocurrió porque Atenas
poseía una democracia directa. Es bien conocido, gracias a los escritos de
Platón, que muchos sofistas mantenían escuelas de debate, que eran
miembros respetados de la sociedad y que eran bien pagados por sus
estudiantes. También es bien conocido que los oradores tenían una tremenda
influencia sobre la historia ateniense, hasta posiblemente causando su falla.

Otra teoría sobre la popularidad del debate filosófico en Atenas se debía al uso
de la esclavitud en el lugar, la fuerza de trabajo, en su mayoría esclavos,
realizaban la labor que, de otra manera, la población masculina de la ciudad
realizaría. Libres de trabajar en los campos o en actividades productivas,
organizaban asambleas en Atenas, y pasaban largas horas discutiendo
preguntas populares filosóficas. La teoría llena los espacios en blanco
afirmando que los estudiantes de los sofistas querían adquirir habilidades
oratorias para poder influir sobre la asamblea ateniense, y por tanto ser ricos y
respetados. Como los debates ganados conducían a la riqueza, los sujetos y
métodos de debate fueron extremadamente desarrollados.

Filosofía helenística

Es el período de la filosofía griega que va desde la muerte de Alejandro Magno


(323 a. C.) hasta la invasión de Macedonia por los romanos (148 a. C.). Las
ciudades griegas pierden su independencia y Atenas su hegemonía comercial,
política y en menor medida la cultural. A las ciudades-Estado suceden las
monarquías helenísticas. Hay una situación continua de inestabilidad política.
Se acentúan las diferencias entre clases sociales.

En la transición del siglo IV al III a. C., tras la muerte de Aristóteles y la


decadencia de las ciudades estado griegas, las guerras entre los reyes
helénicos por suceder a Alejandro Magno volvieron la vida problemática e
insegura. Surgieron entonces en Atenas dos escuelas filosóficas que, en una
clara oposición a la Academia platónica y al Liceo aristotélico, pusieron la
salvación individual en el centro de sus preocupaciones: para Epicuro y sus
seguidores, por un lado, así como para los estoicos alrededor de Zenón de
Citio, por otro lado, la filosofía servía principalmente para alcanzar con medios
éticos el bienestar psicológico o la paz.

Mientras que los seguidores del escepticismo pirrónico, en principio, negaron la


posibilidad de juicios seguros y de conocimientos indudables, Plotino, en el
siglo III d. C., transformó la teoría de las Ideas de Platón para dar lugar a un
neoplatonismo. Su concepción de la gradación del Ser (del “Uno” a la materia)
ofreció al cristianismo una variedad de enlaces y fue la filosofía dominante de
finales de la Antigüedad.

Se suele incluir en este período a las diferentes escuelas posteriores, como los
peripatéticos, los escépticos, los cínicos, los epicúreos y los estoicos, todos
ellos preocupados principalmente por cuestiones éticas, pero por ello mismo
también, necesariamente, por los problemas del conocimiento.

Escuela eleática.

Corriente griega de filosofía que tuvo su apogeo en los siglos VI y V a.C. El


pensamiento eleático se opone tanto a la filosofía materialista de la escuela
jónica como a la teoría del flujo universal formulada por el filósofo griego
Heráclito. Según los eleáticos, el universo es en esencia una unidad inmutable,
que, siendo infinita en tiempo y espacio, está más allá de la cognición
proporcionada por los sentidos humanos. Sólo a través de la reflexión filosófica,
afirmaban, se puede alcanzar la verdad última. Las observaciones sensoriales
ofrecen tan solo una visión limitada y distorsionada de la realidad. El nombre de
eleática viene de la ciudad griega de Elea, al sur de Italia, el hogar de
Parménides y Zenón, máximos exponentes de la misma escuela. Los eruditos
difieren en si la escuela fue fundada por Jenófanes o Parménides. Muchas de
las doctrinas eleáticas se basaron en las enseñanzas de Jenófanes, mientras
que Parménides desarrolló sus doctrinas dentro de un sistema de metafísica.
La filosofía eleática sirvió como base para el sistema metafísico de Platón las
cosas, origen, sustrato y causa de la realidad o cosmos. La búsqueda de una
sustancia permanente frente al cambio, de la esencia frente a la apariencia, de lo
universal frente a lo particular será lo que sentaría las bases de las posteriores
explicaciones filosóficas.

Tales de Mileto (c. 625-c. 546 a.C.).

Filósofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue el fundador de la filosofía


griega, y está considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia. Tales llegó
a ser famoso por sus conocimientos de astronomía después de predecir el
eclipse de sol que ocurrió el 28 de mayo del 585 a.C. Se dice también que
introdujo la geometría en Grecia. Según Tales, el principio original de todas las
cosas es el agua, de la que todo procede y a la que todo vuelve otra vez. Antes
de Tales, las explicaciones del universo eran mitológicas, y su interés por la
sustancia física básica del mundo marca el nacimiento del pensamiento
científico.

Anaximandro (c. 611-c. 547 a.C.).

Filósofo, matemático y astrónomo griego. Nació en Mileto (en la actual Turquía).


Discípulo y amigo del filósofo griego Tales de Mileto, Anaximandro está
considerado el descubridor de la oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo
que forman el plano de la eclíptica y el plano del ecuador celeste. También se
le considera introductor del reloj de sol en Grecia y fundador de la
cartografía.La contribución más relevante de Anaximandro fue elaborar la más
temprana obra en prosa en relación al cosmos y los orígenes de la vida, por lo
que también es mencionado como fundador de la cosmología. Concebía el
Universo como un número de cilindros concéntricos, de los cuales el más
exterior es el Sol, el del medio la Luna y el más interno contiene las estrellas.
Dentro de estos cilindros está la Tierra, sin base firme y en forma de bombo.
Anaximandro postulaba una teoría del origen del Universo que defendía que
éste era el resultado de la separación de opuestos desde la materia primaria.
Así, el calor se movió hacia fuera, separándose de lo frío y, después, lo hizo lo
seco de lo húmedo. Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas
vuelven con el tiempo al elemento que las originó.

Anaxímenes (c. 570-500 a.C.).

Filósofo griego de la naturaleza, el último miembro de la escuela jónica fundada


por el filósofo Tales de Mileto. Nació en Mileto (Jonia), en Asia Menor.
Anaxímenes afirmaba que el aire es el elemento primario al que todas las
demás cosas pueden ser reducidas. Para explicar cómo los objetos sólidos se
forman a partir del aire, introdujo las nociones de condensación y rarefacción.
Estos procesos, afirmaba, transforman el aire, en sí mismo invisible, en
entidades visibles —como el agua, el fuego y las materias sólidas—. Pensaba
que el aire se calienta y se vuelve fuego cuando se rarifica y que se enfría y se
vuelve sólido al condensarse. La importancia de Anaxímenes no radica en su
cosmología sino en su intento de descubrir la naturaleza última de la realidad.

Pitágoras (c. 582-c. 500 a.C.).

Filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón.


Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los
primeros filósofos jonios Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice
que Pitágoras había sido condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la
tiranía de Polícrates. Hacia el 530 a.C. se instaló en Crotona, una colonia
griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento con propósitos religiosos,
políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras se
conoce sólo a través de la obra de sus discípulos. Para Pitágoras, la esencia
permanente del mundo puede encontrarse en los principios matemáticos y
especialmente en los números. La propuesta fundamental de la escuela
Pitagórica, se reduce a que el número es la esencia de todas las cosas ya que
ocupan un lugar intermedio entre la percepción sensible y las ideas. Cómo sus
doctrinas básicas, los pitagóricos asumieron ciertos misterios, similares en
muchos puntos a los enigmas del orfismo. Aconsejaban la obediencia y el
silencio, la abstinencia de consumir alimentos, la sencillez en el vestir y en las
posesiones, y el hábito del autoanálisis.

Los pitagóricos creían en la inmortalidad y en la transmigración del alma. Se


dice que el propio Pitágoras proclamaba que él había sido Euphorbus, y
combatido durante la guerra de Troya, y que le había sido permitido traer a su
vida terrenal la memoria de todas sus existencias previas.

Heráclito (c. 540-c. 475 a.C.).

Filósofo griego, quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la


materia y que el mundo entero se encontraba en un estado constante de
cambio. Nació en Éfeso, una antigua ciudad griega en Asia Menor, que ahora
pertenece a Turquía. Debido a su vida solitaria, y a la oscuridad y misantropía
de su filosofía, es llamado algunas veces el oscuro.

En cierto sentido, Heráclito fue uno de los iniciadores de la metafísica griega,


aunque sus ideas se derivan de las de la escuela jónica de la filosofía griega.
Consideraba el fuego como la sustancia primordial o principio que, a través de
la condensación y rarefacción, crea los fenómenos del mundo sensible.
Heráclito incorporó a la noción de "ser" de sus predecesores el concepto de
"devenir" o flujo, al que consideró una realidad básica subyacente a todas las
cosas, incluso a las más estables en apariencia. Para aclararlo, afirmaba que
una persona no podía bañarse dos veces en el mismo río.

Para Heráclito, su principio es la dialéctica misma, busca el equilibrio, todo es


parte de todo, las cosas cambian por eso son o no son.

En ética, Heráclito introdujo un nuevo énfasis social, manteniendo que la virtud


consiste en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable
y universal. Aunque su pensamiento estaba influido por la teología popular,
atacó los conceptos y ceremonias de la religión popular de su tiempo.Sólo una
obra, De la Naturaleza de las cosas, se puede atribuir a Heráclito, aunque
algunos autores sostienen que también escribió un libro sobre las leyes.
Numerosos fragmentos de su obra fueron preservados por escritores
posteriores y se pueden encontrar recopilaciones de estos fragmentos en
diversas ediciones modernas.

Hipócrates (c. 460-c. 377 a.C.).

El médico más importante de la antigüedad, es considerado el padre de la


medicina. Nacido probablemente en la isla de Cos, Grecia, realizó numerosos
viajes antes de establecerse definitivamente en la isla para dedicarse a la
enseñanza y la práctica de la medicina. Murió en Larissa, Grecia, y poco más
se sabe de él. Su nombre se asocia al juramento hipocrático, aunque es muy
posible que no fuera el autor del documento. De hecho, de las casi setenta
obras que forman parte de la Corpus hippocraticum, es posible que sólo
escribiera alrededor de seis.

La Corpus hippocraticum probablemente es lo único que queda de la biblioteca


médica de la famosa Escuela de Medicina de Cos. Sus enseñanzas, su sentido
del distanciamiento y su capacidad para la observación clínica directa quizá
influyeran a los autores de esos trabajos y, sin duda, contribuyeron en gran
medida a desterrar la superstición de la medicina antigua. Entre las obras más
importantes de la Corpus hippocraticum está el Tratado de los aires, las aguas
y los lugares (siglo V a.C.) que, en vez de atribuir un origen divino a las
enfermedades, discute sus causas ambientales. Sugiere que consideraciones
tales como el clima de una población, el agua o su situación en un lugar en el
que los vientos sean favorables son elementos que pueden ayudar al médico a
evaluar la salud general de sus habitantes. Otras obras, Tratado del pronóstico
y Aforismos, anticiparon la idea, entonces revolucionaria, de que el médico
podría predecir la evolución de una enfermedad mediante la observación de un
número suficiente de casos.

.Jenófanes ( final del siglo VI y principios del V a.C.).

Poeta griego, filósofo y reformador religioso, nació en Colofón, Asia Menor.


Dejó su ciudad natal en el 545 a.C. para convertirse en un poeta errante y
rapsoda en Grecia y Sicilia. En el 536 a.C., según la tradición, se estableció en
la colonia fenicia de Elea, al sur de Italia. Allí, según dicen, fundó la escuela
eleática, cuyos conceptos filosóficos fueron más tarde ampliados y
sistematizados por su discípulo, el pensador griego Parménides.

En sus obras Jenófanes satirizaba con inteligencia las creencias politeístas de


los primeros poetas griegos y de sus contemporáneos. Ridiculizaba sus
deidades como dioses creados a imagen de los mortales que los adoraban. En
un famoso pasaje afirmó que si los bueyes pudieran pintar y esculpir, pintarían
dioses que parecerían bueyes. Los humanos, sentía, debían rechazar el
antropomorfismo politeísta y reconocer en su lugar una única deidad no
humana oculta y unificadora de todo fenómeno universal. En otras obras
ridiculizó la doctrina de la transmigración de las almas y deploraba la
preocupación griega por el atletismo y la vida lujuriosa a expensas de la
sabiduría. Sólo perduran escasos fragmentos de sus poemas.

Parménides (c. 515-c. 440 a.C).

Filósofo griego, considerado por muchos eruditos como el miembro más


importante de la escuela eleática. Natural de Elea (colonia griega en el sur de
la península Itálica), se cree que visitó Atenas cuando tenía 65 años de edad y
que, en tal ocasión, Sócrates, entonces un hombre joven, le oyó hablar.
Parménides expuso su filosofía en forma de versos y la única obra suya que ha
perdurado se nutre de extensos fragmentos de un poema didáctico, Sobre la
naturaleza. En esta reflexión aboga por la existencia del “Ser absoluto”, cuya
no existencia Parménides declaraba resultar inconcebible, pero cuya
naturaleza admitía ser también inconcebible, ya que el “Ser absoluto” está
disociado de toda limitación bajo la cual piensa el ser humano. Mantenía que
los fenómenos de la naturaleza son sólo aparentes y debidos, en esencia, al
error humano; parecen existir, pero no tienen entidad real. Sostenía también
que la realidad, “Ser verdadero”, no es conocida por los sentidos, sino que sólo
se puede encontrar en la razón. Esta creencia le convirtió en un precursor del
idealismo de Platón. La teoría de Parménides de que el ser no puede originarse
del no ser, y que el ser ni surge ni desaparece, fue aplicada a la materia por
sus sucesores Empédocles y Demócrito, que a su vez la convirtieron en el
fundamento de su explicación materialista del Universo.

Empédocles (c. 493 a.C.-433 a.C.).

Filósofo griego, estadista y poeta, nacido en Agrigentum (hoy Agrigento), Sicilia,


discípulo de Pitágoras y Parménides. Según afirma la tradición, Empédocles
rechazó aceptar la corona ofrecida por el pueblo de Agrigentum después de
haber colaborado a librarle de la oligarquía gobernante. En su lugar instituyó
una democracia.

El conocimiento moderno de la filosofía de Empédocles se basa en los


fragmentos que perduran de sus poemas sobre la naturaleza y la purificación.
Afirmaba que todas las cosas están compuestas de cuatro elementos
principales: tierra, aire, fuego y agua. Dos fuerzas activas y opuestas, amor y
odio, o afinidad y antipatía, actúan sobre estos elementos, combinándolos y
separándolos dentro de una variedad infinita de formas. De acuerdo con
Empédocles, la realidad es cíclica. Al comenzar un ciclo, los cuatro elementos
se encuentran unidos por el principio del amor. Cuando el odio penetra en el
círculo, los elementos empiezan a separarse. El amor funde todas las cosas;
entonces el odio reemprende el proceso. El mundo como lo conocemos se
halla a medio camino entre la esfera primaria y el estado de total dispersión de
los elementos. Creía también que no es posible que ningún cambio conlleve la
creación de nueva materia; sólo puede ocurrir un cambio en las combinaciones
de los cuatro elementos ya existentes. Asimismo formuló una primitiva teoría de
la evolución en la que declaraba que las personas y los animales
evolucionaban a partir de formas precedentes.

Anaxágoras (c. 500-428 a.C.).

Filósofo griego responsable de introducir la noción de nous (en griego


“pensamiento” o “razón”) en la filosofía de los orígenes; sus predecesores
habían estudiado los elementos (tierra, aire, fuego, agua) como realidad última.

Nació en Clazomenae (cerca de la actual Azmir, Turquía). Anaxágoras fue el


primer pensador en establecerse (c. 480) en Atenas, más tarde un destacado
centro filosófico. Entre sus alumnos se encontraban el estadista griego Pericles,
el dramaturgo griego Eurípides, y quizás también Sócrates. Anaxágoras había
enseñado en Atenas durante cerca de treinta años cuando se le encarceló
acusado de impiedad al sugerir que el Sol era una piedra caliente y la Luna
procedía de la Tierra. Después marchó a Jonia (en Asia menor) y se estableció
en Lampsacus (una colonia de Mileto), donde murió.

Anaxágoras explicó su filosofía en su obra Peri physeos, pero sólo algunos


fragmentos de sus libros han perdurado. Mantenía que toda la materia había
existido en su forma primitiva como átomos o moléculas; que estos átomos,
numerosos hasta el infinito e infinitesimalmente pequeños, habían existido
desde la eternidad; y que el orden que surgió al principio de este infinito caos
de átomos diminutos era efecto de la actuación de una inteligencia eterna
(nous). También consideraba que todos los cuerpos son simples agregaciones
de átomos; así, una barra de oro, acero o cobre se compone de inconcebibles
partículas diminutas del mismo material.

Anaxágoras marca un gran punto de retorno en la historia de la filosofía griega;


su doctrina del nous fue adoptada por Aristóteles, y su interpretación sobre los
átomos preparó el camino para la teoría atómica del filósofo Demócrito.

Demócrito (c. 460 a.C.-370 a.C.).

Filósofo griego que desarrolló la teoría atómica del universo, concebida por su
mentor, el filósofo Leucipo. Demócrito nació en Abdera, Tracia. Escribió
numerosas obras, pero sólo perduran escasos fragmentos.

Según la teoría atómica de la materia de Demócrito, todas las cosas están


compuestas de partículas diminutas, invisibles e indestructibles de materia pura
(en griego atoma, “indivisible”), que se mueven por la eternidad en un infinito
espacio vacío (en griego kenon, “el vacío”). Aunque los átomos estén hechos
de la misma materia, difieren en forma, medida, peso, secuencia y posición.
Las diferencias cualitativas en lo que los sentidos perciben y el origen, el
deterioro y la desaparición de las cosas son el resultado no de las
características inherentes a los átomos, sino de las disposiciones cuantitativas
de los mismos. Demócrito consideraba la creación de mundos como la
consecuencia natural del incesante movimiento giratorio de los átomos en el
espacio. Los átomos chocan y giran, formando grandes agregaciones de
materia.

Demócrito escribió también sobre ética, proponiendo la felicidad, o “alegría”,


como el mayor bien, una condición que se logra a través de la moderación, la
tranquilidad y la liberación de los miedos. En la historia Demócrito era conocido
como el Filósofo Alegre, en contraste al más sombrío y pesimista Heráclito. Su
teoría atómica anticipó los modernos principios de la conservación de la
energía y la irreductibilidad de la materia.

Zenón de Citio ( finales del siglo IV y principios del III a.C.).

Filósofo griego, fundador del estoicismo. Nació en Citio, Chipre. Poco se


conoce de su juventud excepto que sus contemporáneos se referían a él como
de origen fenicio. Fue alumno del filósofo cínico del siglo IV a.C. Crato de
Tebas y del platónico Jenócrates. Sobre el 300 a.C., Zenón fundó su propia
escuela de filosofía, conocida como estoicismo, por derivación de la Stoa
Pecile (pórtico pintado), nombre dado a un parque público donde el maestro
enseñaba a sus discípulos. El deber moral, el autocontrol, y vivir en armonía
con la naturaleza eran algunos de los principios de la ética práctica en la que
Zenón estaba interesado. Enseñó en Atenas durante más de medio siglo y fue
respetado por su recto modo de vida. Se dice, sin embargo, que rechazó la
oferta de hacerse ciudadano ateniense por lealtad a su Chipre natal. Zenón no
dejó escritas sus enseñanzas, pero fueron difundidas por sus numerosos
discípulos.

Filosofía romana

La filosofía romana o latina es la filosofía desarrollada en la Antigua Roma,


en textos de lengua latina y de lengua griega.

El pensamiento romano o latino se caracterizó por evitar la especulación pura y


la búsqueda del pragmatismo y el eclecticismo, priorizando la filosofía práctica
(ética y filosofía política) frente a la filosofía teórica (metafísica, lógica y
epistemología). Su identificación con una extensión de la filosofía griega
(filosofía greco-romana, como el resto de los rasgos de la civilización greco-
romana) es un tópico cultural, iniciado en su propia época.

Los principales filósofos romanos de época clásica fueron Lucrecio, Cicerón,


Séneca y Marco Aurelio. Mucho prestigio también tuvieron los filósofos griegos
de época romana. En el periodo tardorromano lo fue Agustín de Hipona

. El latín siguió empleándose como la lengua de la filosofía occidental hasta el


siglo XVIII.

El contacto de los romanos con el mundo griego se remonta a sus propios


orígenes, puesto que la relación de la civilización etrusca con la griega era una
relación fluida.

Con la conquista romana de Italia (siglo IV a. C.), y especialmente la de la


Magna Grecia (la parte sur de la península, caracterizada por la presencia de
prósperas colonias griegas), los romanos entraron cada vez en mayor
conocimiento de la producción intelectual griega. Con la conquista romana de
Grecia (siglo II a. C.) fue cada vez mayor el prestigio que alcanzó entre la élite
romana el helenismo en todos sus aspectos, a pesar de la contradicción que
esta cultura tenía con la idiosincrasia de la cultura romana, alejada de la
especulación, la investigación pura y las sutilezas dialécticas; contradicciones
que los más tradicionalistas y defensores de los valores establecidos de entre
los intelectuales romanos no dejaron de señalar. Cuando en 155 a. C.
Carnéades, durante una embajada, pronunció un discurso demostrando la
existencia de la justicia, para acto seguido pronunciar otro negando su
existencia, los senadores escandalizados expulsaron a los filósofos griegos.

La llegada de nuevos filósofos y pedagogos griegos, traídos por los romanos


ricos para la educación de sus hijos, inició un irresistible proceso de difusión de
la cultura griega en Roma.

El conservadurismo de Catón y el helenismo del círculo de los Escipiones.

El primer núcleo en el que se produjo este fenómeno de asimilación del


clasicismo griego fue el círculo creado por Escipión Emiliano en la segunda
mitad del siglo II a. C., que reunió a eminentes personalidades de las letras de
su tiempo, incluyendo a historiadores y filósofos, como Polibio, Panecio de
Rodas, Publio Rutilio Rufo, Cayo Lelio Sapiens o Quinto Elio Tuberón. Estos
intelectuales, fascinados por la cultura griega, buscaban el ennoblecimiento de
la cultura romana sin renunciar a los valores que habían hecho a Roma grande.
Proyectaban una fusión entre los ideales de perfección y armonía, y el
desarrollo de las cualidades humanas, propios de la civilización griega, con los
valores tradicionales de la aristocracia latifundista romana: el mos maiorum (las
costumbres de los antepasados), el sentido de la legalidad, severidad,
austeridad, frugalidad y compostura, el comportamiento enérgico e inspirado en
la virtus (virtud, pero también «condición propia del varón»), cuya pureza había
sido vigorosamente defendida por Catón el Censor en la primera mitad del
mismo siglo.

El mantenimiento de estos valores de la tradición antigua era la obsesión de los


intelectuales más conservadores. Catón el Censor se rebelaba contra la moda
filo-helénica, a la que juzgaba individualista y de un refinamiento estetizante,
peligrosa culturalmente, políticamente disolvente y desintegradora de los
valores morales y políticos del civis romanus.

La nueva clase dirigente romana debía no obstante adaptarse a una realidad


política compleja como el vasto imperio mediterráneo que había conquistado
Roma, renovando los principios culturales y políticos en términos más flexibles
y adaptables que la rigidez del mos maiorum.

El epicureísmo de Lucrecio

La principal obra filosófica romana de influencia griega, todavía en época


republicana, fue De rerum natura (inacabado a la muerte del autor en 55 a. C.),
el intento de Lucrecio de difundir en Roma el pensamiento epicúreo. En
realidad, esa escuela ya había llegado a la Roma un siglo antes, cuando un
decreto (de fecha no aclarada, el 173 o el 154 a. C.) expulsó de Roma a los
filósofos epicúreos Alceo y Filisco por sus costumbres “licenciosas”.
La tentativa de Lucrecio no tuvo éxito: el epicureísmo solo alcanzó una difusión
modesta entre grupos populares e intelectuales aristócratas que vieron en esa
filosofía una vía de escape del mundo político en el que estaban inmersos: la
crisis de la República.

Era políticamente peligroso en Roma adherirse al epicureísmo, que sostenía la


convencionalidad del las leyes del Estado, negaba la religión tradicional y
sustituía la intervención del ciudadano en política, que consideraba fuente de
infelicidad, por las relaciones de amistad. Por ello Cicerón condenó el
epicureísmo de Lucrecio como el pensamiento de los filósofos plebeyos, a
pesar de encomiar su altura poética.

El eclecticismo de Cicerón

¡Filosofía, guía de la existencia! Indagadora de la virtud victoriosa adversaria de


los vicios... Tú has hecho nacer la ciudad, has llamado a reunirse a los
hombres que vegetaban dispersos, les has unido en la convivencia social... tú
has revelado a los hombres la posibilidad comunicativa del lenguaje y de la
escritura. Has inventado las leyes, has suscitado la comunidad, has dictado los
deberes.

La característica fundamental de la filosofía romana es su fin práctico-político:


señalar un ideal de vida para el individuo y la sociedad. Correspondientemente
al menosprecio de la teoría y el interés por los reflejos prácticos de las
especulaciones racionales, los romanos entraron en contacto con una filosofía
griega ya adecuada a su mentalidad. La parte del pensamiento griego con el
que entraron en contacto los romanos era el de la época helenística, en la que
prevalecía el escepticismo filosófico y se habían abandonado los antiguos y
ambiciosos objetivos del conocimiento y de la metafísica de los grandes
filósofos de la época clásica.

Un impulso decisivo a la difusión de la filosofía griega en Roma fue el que dio


Marco Tulio Cicerón, que compuso en latín un grupo de obras que formaron la
base de la filosofía romana.

Para Cicerón, y para los que como él aspiraban a cubrir cargos políticos en el
último siglo de la Roma republicana, era fundamental una formación cultural
que incluyese la cultura griega. El primer acercamiento de Cicerón al
pensamiento griego se realizó en el ámbito de un estoicismo muy distinto al de
sus antiguos fundadores.

La escuela estoica se había introducido en Roma por Panecio de Rodas, que la


había atenuado de sus rigores con la introducción de aportes platónico y
aristotélico, dejándola así adaptada a las exigencias de formación cultural de la
clase dirigente romana. La exigencia estoica de vivir según la naturaleza se
transformó en la de vivir según las capacidades que la propia naturaleza nos ha
dado, por las cuales el sabio se realiza moralmente participando en el gobierno
del Estado como miembro de la más amplia comunidad racional que se
expresa en la vida social y política.
El propio Cicerón tuvo oportunidad de seguir en Roma, hacia el año 88 a. C., al
filósofo Filón de Alejandría, que sostenía un dogmatismo ecléctico de la
Academia tardía, en la que el platonismo se integraba con elementos
aristotélicos y estoicos. Aunque venía atenuado, el estoicismo era acusado de
imposibilitar no solo el conocimiento, sino también la vida cotidiana. La postura
ciceroniana será que, aunque es siendo cierto que los sentidos engañan,
también lo es que la verdad se puede comunicar con el recto uso de la razón.

Probabilismo

Yo no soy uno de esos cuyo ánimo vaga en la incertidumbre y no sigue


principios constantes. ¿Qué sería del pensamiento, o más bien de la vida, si
quitásemos el método, no solo de razonar, sino también de vivir?.

Cicerón demanda certezas, pero al mismo tiempo no acepta los contrapuestos


dogmatismos que generan fanatismo, por lo que prefiere orientarse hacia un
moderado escepticismo.

La experiencia común y el sentido común, el consenso sobre la verdad


compartida por todos, no son suficientes para construir ninguna doctrina; pero
aunque no ciertos, son probables, y bastan para guiar un ideal político.

Pensamiento político

El Estado se rige por leyes fundadas en la ley natural. La naturaleza impone a


todos vivir según la naturaleza y la razón en este orden legal-racional que pone
a cada uno en el ámbito de una función social propia. La naturaleza igual de los
hombres, idea estoica, no era tal para Cicerón: en su modelo político, el
ciudadano, limitado por la pertenencia a su ámbito social, debe contribuir a
instaurar la iustitia (justicia) y la concordia (concordia). El Estado ideal para
Cicerón se identifica en la práctica con las formas políticas desarrolladas a
través de la historia de la Roma republicana que, siguiendo la interpretación del
círculo de Escipión (a través de Polibio), se expresan en una constitución mixta
de las formas de gobierno clásicas, en la que están presentes el consulado
(parte monárquica), el Senado (parte aristocrática) y los comicios populares
(parte democrática).

Época alto imperial

El ascenso de Augusto al principado, que relegó al Senado y estableció el Alto


Imperio romano, marcó el fin del proyecto cultural y político de Cicerón. La
filosofía si hizo cada vez más independiente de la política y adquirió tonos
individualistas ligados a la ética y el arte de vivir. Primero fue el epicureísmo el
que conoció una breve fase de difusión, en particular en los ambientes
neotéricos que praticaban una moderada oposición al régimen de Augusto,
como el círculo de Mesala. Posteriormente fue el estoicismo el que se impuso,
especialmente a través de Séneca, como ideología más adecuada a la nueva
clase dirigente, y que se basaba en el rigor moral y el sentido del deber, en
lugar de la vida retirada y el distanciamiento de las cosas prácticas, típicamente
epicúrea. Entre tanto, el estoicismo se interesó cada vez más en las
meditaciones religiosas que en el mundo greco-romano se mezclaron con
intereses mágicos y mistéricos. En ese ambiente cultural se incluyó la difusión
de diferentes religiones orientales, entre ellas el cristianismo; y desde el siglo II
tuvieron un gran desarrollo las corrientes de pensamiento gnóstico.

Séneca

Si el alma está enferma y padece por sus propios vicios, por sí misma puede
terminar sus miserias. Diré al que cae en manos de un tirano, cuyas saetas
apuntan al corazón de sus amigos; a aquel, cuyo señor alimenta a los padres
con las entrañas de sus hijos: ¿por qué gimes, insensato, por qué esperas a
que un enemigo acuda a vengarte con la ruina de tu país, o a que llegue
poderoso rey de lejanas comarcas? A cualquier parte que mires encontrarás fin
a tus males. ¿Ves aquel precipicio? por allí se baja a la libertad. ¿Ves esa mar,
ese río, ese pozo? en el fondo de sus aguas tiene asiento la libertad. ¿Ves
aquel árbol pequeño, retorcido, siniestro? en él está suspendida la libertad.
¿Ves tu cuello, tu garganta, tu corazón? salidas son para huir de la esclavitud.
Pero te mostramos caminos demasiado penosos, y que exigen mucho valor y
fuerza. ¿Buscas fácil vía a la libertad? en cada vena de tu cuerpo la tienes.

La difícil relación entre los filósofos y el poder imperial, el declive de la vida


política libre, obligaron a Séneca a continuos compromisos entre el rigor moral
del estoicismo y la mediación política.

En el año 55-56, en su obra De clementia, proponía a Nerón asumir la función


de monarca filántropo, formado a través de la enseñanza de la filosofía; pero
apenas cinco años después, en De otio, ya había renunciado a tal proyecto, en
vista del despotismo del emperador, renuncia a cualquier tentativa de
educación filosófica y se refugia en la acción del sabio en la vida social, sin
ningún tipo de ilusiones en la creación de un Estado ejemplar guiado por los
filósofos.

Del estoicismo Séneca toma el tema de la racionalidad universal que hay en la


naturaleza y en Dios, de la felicidad del sabio que sigue la razón, del
cosmopolitismo que hace hermanos a todos los hombres y de la autarquía que
hace al sabio libre y autosuficiente.

Pero entre el sabio y la multitud de los estultos hay un abismo que dificulta
cualquier progreso de la vida civil y moral. De esta concepción pesimista se
libra solo el papel de la filosofía como salvación última, como pedagogía del
hombre a sí mismo, centrada en los nobles ideales de la libertad interior, que
da la felicidad, y como educación del género humano, a la que Séneca si
dedica en sus epístolas filosóficas.

Vuelve el tema del diálogo platónico, el coloquio del filósofo con sí mismo y con
los demás.
Entre los varios temas que trata, con las inevitables oscilaciones de su
pensamiento no sistemático, destacan los de la felicidad, el dolor, la vejez, la
muerte y, especialmente, la esclavitud, que presenta como una institución
privada de toda base jurídica, natural y racional. Considera al esclavo como a
cualquier otro ser humano; en el fondo la verdadera esclavitud es la que sujeta
al hombre a las pasiones y los vicios. Todos somos esclavos espiritualmente, y
solo la filosofía puede liberarnos.

También considera las diferencias sociales: ¿Qué significa caballero (équites),


liberto, esclavo? Son palabras nacidas de la injusticia. De todos los rincones de
la tierra se levantan hacia el cielo. El suicidio es la última elección libre cuando
el contraste entre la libertad del filósofo y la irracionalidad de la vida se hace
irresoluble.

Epicteto

El sentimiento de la interioridad y la religiosidad presente en Séneca y el


estoicismo vuelven a aparecer en Epicteto, griego liberto que fundó una
escuela de filosofía en Nicópolis, de donde llegó a Roma en el año 93 junto a
otros filósofos. Su Manual, obra en la que uno de sus discípulos (el romano
Flavio Arriano) recogió sus máximas, será considerado un breviario de
sabiduría y espiritualidad en las edades Media y Moderna.

Tema central de su filosofía es la distinción entre las cosas que están en


nuestro poder y las que no. Entre las primeras se encuentran la opinión, el
movimiento del ánimo, el apetito, la aversión; en resumen, todas esas cosas
que son nuestros propios actos. Las otras son los bienes externos que, al no
estar en nuestro poder, es inútil y sin sentido buscarlos, sea porque son
corruptibles y contingentes, sea porque para obtenerlos nos debemos someter
al poder de quien los detente, perdiendo así el bien supremo del hombre: la
libertad.

Marco Aurelio

El último gran exponente de la doctrina estoica fue el emperador Marco Aurelio.


La celebración de la interioridad se evidencia claramente en su obra
Meditaciones , que literalmente se titula “para sí mismo “

Frente al sinsentido del mundo y su realidad caduca, la única vía que queda al
sabio es replegarse en sí mismo, lo que da significado a la propia existencia
individual. Al igual que en Séneca, en Marco Aurelio el concepto de hombre es
tripartito: además del cuerpo (corpus en latín o soma en griego) se compone de
otras dos partes, el espíritu (spiritus en latín o pneuma en griego, el «soplo
vital») y el alma (anima en latín, psique en griego, la sede de las actividades
intelectivas y que es la considerada superior -hegemónica-, un nivel que
denomina con las palabras griegas logos, hegemonikón y nous, es el verdadero
yo, mientras que cuerpo y espíritu son más bien propiedades de ese yo).
Como emperador, cumple estoicamente el deber que le impone su papel
político, pero siente la inutilidad y el sinsentido de las acciones que no
cambiarán la irracionalidad que opera en el mundo humano:

Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. Tú también sueles


anhelar tales retiros. Pero todo eso es de lo más vulgar, porque puedes, en el
momento que te apetezca, retirarte en ti mismo. En ninguna parte un hombre
se retira con mayor tranquilidad y más calma que en su propia alma; sobre todo
aquel que posee en su interior tales bienes, que si se inclina hacia ellos, de
inmediato consigue una tranquilidad total. Y denomino tranquilidad única y
exclusivamente al buen orden. Concédete, pues, sin pausa, este retiro y
recupérate. Sean breves y elementales los principios que, tan pronto los hayas
localizado, te bastarán para recluirte en toda tu alma y para enviarte de nuevo,
sin enojo, a aquellas cosas de la vida ante las que te retiras. Porque, ¿contra
quién te enojas? ¿Contra la ruindad de los hombres? Reconsidera este juicio:
los seres racionales han nacido el uno para el otro, la tolerancia es parte de la
justicia, sus errores son involuntarios. Reconsidera también cuántos,
declarados ya enemigos, sospechosos u odiosos, atravesados por la lanza,
están tendidos, reducidos a ceniza. Modérate de una vez.

Bibliografía

Historia de la filosofía griega Wilhelm Capelle, (2009). Madrid: Editorial


Gredos.

Historia de la Filosofía. Frederick Copleston (2004) Tomo Grecia y


Roma. Editorial Ariel: Barcelona.

Historia de la Filosofía, Juan Carlos García B. (1998). Ediciones del Ser.

Apuntes e investigaciones propias en Internet.

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