Bienaventuranzas Guía Devocional

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Autoras:

Carmen Salleres, Claudia Sosa de González, Cynthia Zavala, Delsis Zulay Ojeda,

Érica Cueto, Grethel Elías, Guisette Hurtado, Ileanis Martínez, Jeannette Bonilla,

Jess Morgan, Joanna Pérez de Merino, María Marichal, Natalia Gómez, Olimar

Núñez, Raquel Franyutti, Silvana Elizabeth G. de Acevedo, Silvia Sánchez.

Copyright © 2018 por LoveGodGreatly.com -AmaaDiosGrandemente.com

Se prohíbe alterar este documento en forma alguna. Se garantiza el permiso para

imprimir esta guía con la finalidad de realizar el estudio de

BIENAVENTURANZAS.
AMA A DIOS GRANDEMENTE está formado por una hermosa variedad de mujeres que

usan plataformas tecnológicas para estudiar juntas la Palabra de Dios. Comenzamos con un

simple plan de lectura bíblica, pero no termina ahí. Algunas de nuestras mujeres se reúnen en

hogares o en sus iglesias mientras otras se conectan en línea con mujeres de todas partes del

globo. Sea cual sea el método, nos unimos con un propósito...

Amar a Dios Grandemente con nuestras vidas.

En nuestro mundo tecnológico sería fácil estudiar la Palabra de Dios solas, sin apoyo, ni ánimo

de otros, pero no es esa la intención de nuestro ministerio. Dios nos creó para vivir en

comunidad con Él y con las personas a nuestro alrededor. Nos necesitamos unas a otras y

vivimos mejor juntas. A causa de esto, ¿considerarías hacer este estudio con alguien más?

Todas tenemos mujeres en nuestra vida que necesitan amistad, comunión y que tienen el deseo

de sumergirse en la Palabra de Dios en un nivel más profundo. Ten la seguridad de que

estaremos estudiando junto a ti, aprendiendo contigo, animándote, disfrutando de nuestra

relación y sonriendo de oreja a oreja mientras vemos a Dios unir mujeres – conectando de

manera intencional corazones y mentes para su gloria. Esto nos da la oportunidad no solo de

crecer y acercarnos a Dios a través del estudio, sino de acercarnos también unas a otras.

Así que este es el desafío: llama a tu madre, a tu hermana, a tu abuela, a la chica al frente de la

calle o a tu amiga de la universidad al otro lado del país. Junta un grupo de mujeres de tu iglesia

o del trabajo o reúnete con algunas amigas en un café. Utiliza la belleza de conectarse en línea y

aprovecha las oportunidades que tengas para encontrarte con otras en persona. Brazo con

brazo y mano con mano, hagamos esto….juntas


Semana 1
LUNES

LECTURA: Mateo 5:1-4

DEVOCIONAL: Mateo 5:3

_______________________________________________________________
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienvenidas a nuestro estudio de Bienaventuranzas, no solo estaremos


compartiendo más de las enseñanzas de Jesús, sino estaremos profundizando en
el significado real de vivir como cristianas en un mundo que nos ofrece lo
contrario.

El Señor muestra aquí la importancia de compartir con nuestros seres cercanos,


El Señor vio la multitud y sin embrago se sentó con sus discípulos a explicarles lo
que quizás algunos no entenderían. Por medio de nuestro grupo unido de
creyentes, crecemos. Jesús por medio de Sus palabras nos dice: Bendecido aquel
que es pobre de espíritu, bendecido aquel que llora y completa con Por qué. El
porqué del cumplir los mandatos del Señor, no solo nos enseña una manera más
acertada de cómo debemos llevar nuestras vidas, sino que nos da una razón más
duradera, nos da una esperanza y una respuesta. Nos ofrece el consuelo que no
encontramos en ningún lugar. Lo mejor de todo, nos recibe como llegamos,
vacíos y sin expectativas. En el primero nos asegura el reino de los cielos, y en la
segunda nos asegura que en Él tendremos siempre consolación.

Me pregunto ¿cómo llegas a ser pobre de espíritu? ¿Cómo te acercas a Jesús con
espíritu pobre? Meditando en esto entendí un par de cosas: Nos llenamos de
ideas (pensamos que la felicidad o algunos pensamientos predeterminados nos
llevaran a la eterna felicidad) así que, nuestra vida o nuestras expresiones son
preconcebidas, ser pobre de espíritu no tiene que ver para nada con la cantidad
de conocimiento, ser pobre de espíritu, va más allá de nuestro entendimiento. De
manera personal te contaré que he llegado a la pobreza de espíritu cuando estoy
en tremenda angustia, cuando mi necesidad de Dios es más grande que cualquier
otra cosa, solo en Él encuentro el reposo y aunque camine por valle de sombra su
poder se manifiesta en mi vida.

Mi pobreza de espíritu me lleva a clamar Su Santo nombre y a depender de Él


con todas mis fuerzas. Ese reino que Él me promete me lleva a descansar y a
confiar, y aunque mi situación no mejora, en ocasiones camino confiada. No
preconcibo ideas, solo sigo vaciando mis ideas y camino hacia Su eterna
bendición, y de ahí le pido, oh Señor Ayúdame a creer, ayúdame a entender que
Tus planes son mejores que los míos, restaura mi ser, renueva mi mente y hazme
criatura nueva cada día, quiero vivir en la paz de Tu presencia. Consuela mi alma
Santo Señor, que bajo tus alas tengo lo que necesito. Es allí donde mi espíritu es
pobre, pero se fortalece en Él. Cuando no tengo que buscar en ningún otro lugar,
sino en Su regazo.

Amiga amada, Dios te invita a que te sientes con Él, aléjate del bullicio y de la
multitud, ya no eres parte de esa multitud, eres criatura nueva. Y cuando llores
confía en que Él te consolará, no hay lagrima que Él no pueda secar ni montaña
que no pueda mover, así que amiga, confía y comparte con nosotras este
hermoso comienzo de entendimiento de Su Palabra y Sus promesas.

Te abrazo desde esta parte del mundo

Guiss
MARTES

LECTURA: Salmos 51:17

DEVOCIONAL: Salmos 51:17

_______________________________________________________________
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios.

Los seres humanos somos excelentes en resolver problemas. Nos encanta


arremangarnos la camisa y enfrentar cualquier situación con las herramientas
disponibles: nuestras mentes, nuestro dinero, nuestra fuerza de voluntad. Y, sin
embargo, cuando se relaciona con nuestro estado espiritual, no hay una
herramienta con la que podamos solucionar el problema. Incluso David, viviendo
bajo el sistema sacrificial del antiguo pacto, reconocía que no podía arreglarse a sí
mismo. Él era pecador irredimible alejado de la gracia de Dios, y el único
sacrificio que él podía ofrecer era un corazón quebrantado y arrepentido.

Al encararnos con nuestro pecado, podemos ofrecer el mismo sacrificio: un


espíritu que reconoce su propio quebrantamiento y un corazón afligido de su
propio pecado. Dios nos promete aceptar esos sacrificios, porque Él es fiel para
redimir a Su pueblo que reconoce la necesidad de la salvación. En entonces a
veces estamos tan confiados en nuestras propias soluciones y poder, que nos
perdemos de la bendición del arrepentimiento y el perdón.

Dios, vengo a Ti con un corazón arrepentido y quebrantado. He pecado en


contra de Ti hoy y reconozco que no puedo arreglar mi pecado sola o salvarme a
mí misma. Continúa sanando y redimiendo mi corazón, como me lo has
prometido.
MIÉRCOLES

LECTURA: Isaías 66:2

DEVOCIONAL: Isaías 66:2

_______________________________________________________________

Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel
que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

Los judíos acostumbraban a hacer ostentosos templos en los cuales se gloriaban.


El hermoso templo de Jerusalén era muestra de ello, pero… ¿tiene esto
comparación con la creación que Dios ha hecho? ¿O acaso puede Dios morar en
estos templos? ¿O quizás impresionamos a Dios con nuestras obras?

En este maravilloso versículo, primero vemos que Dios bendice al que le


reconoce como creador. Su plan es morar en el hombre, no en templos. En el
discurso de Pablo en el areópago nos recuerda: El Dios que hizo el mundo y todas las
cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos
humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a
todos vida y aliento y todas las cosas. (Hechos 17: 24 -25)

Dios los pasa por alto, porque en segundo lugar Él mira y bendice al humilde, ese
pobre de espíritu, aquel que reconoce que no puede hacer nada fuera de la
voluntad del Padre. Los sacrificios que Él recibe, son el espíritu quebrantado, el
corazón contrito y humillado Él no lo desprecia. Y en tercer lugar Dios bendice
al que tiene en cuenta Su palabra.

Dios prefiere al hombre que tiembla, que tiene un corazón contrito, que
verdaderamente cree en la Palabra, la escucha la reconoce, pero sobre todo la
obedece.
Muchas veces creemos impresionar a Dios con el conocimiento que tenemos de
Su palabra o con las actividades que hacemos dentro de la iglesia. Podemos
hacerlo, pero quizás seamos solo religiosos, y la realidad sea otra. Dios mira el
corazón y lo más íntimo de mi ser, esos pensamientos ocultos, esos deseos
secretos, esas actitudes internas, es mi creador y me conoce. ¿Cómo es nuestra
relación con el Señor? ¿Es de temor, abnegación, sumisión? ¿Tiemblo cuando
escucho Su voz y le pido que me muestre esa área que necesita corrección?

Hoy es el día para decirle: Padre, gracias por ser tan misericordioso y habernos
escogido para que seamos tus hijas. Gracias por Tu palabra, que es viva y eficaz, a
la cual debo reverenciar. Permite Padre que me duela ante el pecado, quiero ser
un templo vivo para Ti, rendirme ante Tu majestad y humillarme diariamente
ante Tu presencia. Quiero ser esos pobres de espíritu de los cuales dijo Jesús: “de
ellos es el Reino de los cielos”

Creciendo en Su palabra.

Érica Cárdena
JUEVES
Lectura: Mateo 5:4, Apocalipsis 21:1-4
Devocional: Mateo 5:4, Apocalipsis 21:3-4
_______________________________________________________________

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” Mateo 5:4
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni
clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.” Apocalipsis 21:3-4

Mateo presenta el reino de los cielos, con un concepto propiamente judío. Y a


diferencia de los otros evangelios, hace referencia a costumbres judías sin
explicarlas, por lo tanto podemos notar quienes son los oyentes. Relata cómo
Jesús el Maestro, el Rabí, se sienta para dar este sermón, con el cual quiere
derribar el legalismo farisaico, cerrando así todo pensamiento de que la salvación
es por obras.
El reino de los cielos es un regalo de gracia, amor y perdón, con un único
mediador entre Dios Padre y los hombres… Jesús. Que lo haya dicho en un
principio a oyentes judíos no quiere decir que hoy no esté vigente para nosotras.
No olvidemos que somos injertos (Rom. 11:17).
Pero, ¿por qué Jesús se sienta para dar el Sermón? Los rabinos o maestros
adoptaban esta postura mientras enseñaban. Él es el Rabí, quien tiene toda
autoridad. ¿Qué quiere decir Jesús con bienaventurados los que lloran?

El término hebreo barak y sus derivados, enuncian la idea de bendición. La raíz


de esta palabra en hebreo significa “rodilla” o el acto de estar arrodillado o
postrado en adoración. Teniendo en cuenta esto, podemos entender una verdad
espiritual. Que sin arrepentimiento estamos perdidos y carentes de esperanza,
fuera de la gracia divina. Bienaventurados por caer de rodillas y postrarnos en
adoración, rasgando el corazón ante tan grande salvación.
El camino a las bendiciones celestiales es opuesto a lo que el mundo nos ofrece.
¿Qué nos ofrece el mundo? ¿Qué nos ofrece Jesús? Mientras el mundo nos lleva
a la autosuficiencia, Cristo nos lleva a Su dependencia. Mientras el mundo nos
lleva a la muerte, Cristo nos lleva a vida eterna. Recibimos consolación cuando
nos arrepentimos. Por eso, los que se arrepienten reciben consolación.

Hay otra verdad espiritual que viene enfrascada en forma de promesa. El


arrepentimiento de hoy tiene promesa futura.
Enjugará Dios toda lágrima, no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor…
(Ap. 21:4)
¿Qué está diciendo Dios tan claramente aquí? ¿Qué quiere transmitirnos?
Certeza, seguridad, paz, Sus promesas son en Jesús sí y en Jesús amén (2 Cor.
1.20).
¿Has llorado? ¿Has recibido consolación? ¿Has perdido la esperanza?
Padre celestial, gracias por recordarme cuán afortunada soy de contar contigo y
de que lo que hoy padezco en la carne, no se compara a la gloria venidera. Toda
la gloria es para Ti.

Esculpida en la palma de Sus manos.


María Eugenia Marichal
VIERNES
LECTURA: Juan 16:20
DEVOCIONAL: Juan 16:20

_______________________________________________________________

“De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero
aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo”

Para que Jesús cumpliese Su ministerio acá en la tierra, se reunió con multitudes
para predicarles, pero también fue necesario preparar a Sus discípulo, no solo
para que continuaran con la evangelización, sino también, enseñarles que el
Espíritu Santo vendría para consolarles y quedarse con ellos después que Él
ascendiera de la tierra.

En éste versículo, Jesús les está alertando acerca de algo que sucedería,
refiriéndose al acontecimiento de Su muerte. La cercanía con Sus discípulos
estableció un vínculo muy fuerte de hermandad y amistad. Sin duda para ellos el
no tenerlo a diario iba a ser algo muy difícil y a la vez doloroso. Un contraste
con la alegría que provocaba para los del mundo, quienes no creyeron que Jesús
era el salvador.

Sin embargo esa condición de tristeza tenía garantizado un cambio por medio de
las palabras de Jesús al convertirse en una promesa: “vuestra tristeza se convertirá en
gozo”.

Las bienaventuranzas recogen y perfeccionan las promesas de Dios desde el


Antiguo Testamento ordenándolas al Reino de los cielos. Estas palabras de bien,
responden al deseo de gozo que Dios ha puesto en el corazón del hombre.

Para los discípulos la incertidumbre de lo qué sucedería cuando Jesús no


estuviera más con ellos, sumado a la tristeza y el dolor de Su muerte, sin duda
alguna podemos compararlo con lo que muchas veces sentimos al experimentar
momentos como éstos.

Estar en éste mundo nos hace vulnerables a las cosas del mundo; la traición, el
abandono, la pérdida de personas cercanas o que juegan un papel importante en
nuestras vidas o incluso situaciones en las que podemos ver que la corriente fluye
en contra nuestra. Las palabras de Jesús a Sus discípulos se repiten hoy. Los
discípulos lloraban mientras el mundo se regocijaba. Lo que nos hace dichosos
ante los ojos de Dios otorgándonos la misma esperanza y la promesa de que un
día, todo ese sufrimiento se convertirá en momentos de gozo, ya sea aquí en la
tierra, o lo que es mejor aún, cuando estemos con Él en la vida eterna.

Que nuestra petición ante Dios sea experimentar Su paz, para que el gozo de Su
presencia sobreabunde, aun cuando la vida sea difícil ahora, con la convicción
que un día nos regocijaremos. Tan solo necesitamos mantener nuestra mirada
puesta en el futuro, las promesas de Dios y la vida eterna.

Como barro en Sus preciosas manos.

Grethel Elías Ruiz


Semana 2
LUNES
LECTURA: Mateo 5:5
DEVOCIONAL: Mateo 5:5
_______________________________________________________________
“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.”

Observaciones:
Bienaventurados los mansos. Ser manso, no tiene nada que ver con ser débiles o
temerosos; más bien tiene que ver con una actitud interior, que nos permite
sufrir las ofensas sin enojarnos y sin deseos de querer hacerle pagar al otro lo que
nos hizo. Una persona Mansa, siempre tendrá en primer lugar a Dios. Por esta
razón no se inquieta o se resiste ante las adversidades o los males causados por
otros, porque tiene claro que todo lo que Dios permite en su vida y su alrededor,
es para su bien y está cumpliendo un propósito.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien… (Romanos 8:28)

Ser mansos o tener mansedumbre, no es algo que consigues por esfuerzo propio,
es la obra de Dios en el corazón del hombre y hace que alguien que puede ser la
persona más rebelde, se vuelva dócil, con un corazón que se deja corregir y
moldear por Dios. La mansedumbre es parte del fruto del Espíritu Santo en
usted.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:22-23)
Aplicación:
Mi responsabilidad o deber como hija de Dios es cultivar la mansedumbre. El
Señor Jesús nos invita en Mateo 11:29 a que aprendamos esta característica de Él.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;…

Nuestro Señor sufrió la cruz y mientras lo hacía, no abrió Su boca, ni profirió


maldiciendo contra ellos, más bien pidió que el pecado de ellos no les fuera
tenido en cuenta.
Para ser mansas, hay dos características que debemos ser intencionales en
cultivar.
1. Debemos ser sumisas a la voluntad de Dios, desear lo que Él desea, no
revelarnos aunque estemos siendo disciplinadas por Él. Sino como dice el
Salmo 37:7, debemos guardar silencio y seguir esperando en Él. Es actuar
con la convicción de Job que dijo: “Aunque Él me matare, en Él esperaré”

2. Debemos ser flexibles a la Palabra de Dios, debemos ir a ella con un


corazón dispuesto a la obediencia, no poner pretexto para obedecerla, ya
que si Dios es el primero en mi vida, mi deseo será obedecerle
completamente, aun en Sus mandamientos más pequeños.

Amado Dios, ayúdame a entender siempre, que actuar con mansedumbre nunca
es señal de debilidad, sino que es una muestra de mi sometimiento a Ti y a Tu
palabra. Es una demostración de que realmente soy una verdadera discípula Tuya.
En el nombre de Tu Hijo amado, Jesús. Amén.

Con la mirada puesta en Jesús.


Delsis Zulay Ojeda
MARTES
LECTURA: Salmo 37:11
DEVOCIONAL: Salmo 37:11
_______________________________________________________________
“Pero los mansos heredarán la tierra y se deleitarán por abundancia de paz”

¿Qué es una Bienaventuranza? También llamada macarismo y es una expresión


literaria. Se puede traducir como felicidad, dicha. También la podemos llamar
una cualidad. Dentro de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento, hay muchas bienaventuranzas y se usa este género para expresar una
felicitación. En este estudio en específico estudiaremos 9, las que dijo Jesús en el
Sermón del Monte (Mateo 5:3-11). Lo principal de ellas es enseñar las
características de un verdadero ciudadano del reino de Dios, son como un espejo
donde nos vemos confrontadas con nuestra realidad.

Jesús llama dichosos a los mansos, mientras que hoy en día se les cataloga como
débiles, sin carácter, que no son productivos. ¿Cómo puede entonces un manso
defenderse ante la injusticia de este mundo y ser feliz?
Para Jesús ser manso es todo lo contrario, para ser manso se requiere una gran
fuerza interior y enorme convicción para enfrentar situaciones difíciles sin caer en
la violencia, enojo o rencor. Para eso se necesita el poder y el fruto del Espíritu
Santo (Gálatas 5:22-23). Quien practica la mansedumbre es feliz porque el
Espíritu Santo está en su corazón. Mansedumbre implica la capacidad de
autocontrol, y también está relacionado con la humildad, y es la base para aceptar
y acatar la disciplina del Señor.
Jesús, nuestro mayor ejemplo de humildad, viene a nosotros manso y sentado
sobre una asna (Mateo 21:5).
Encontramos también mansedumbre en Jesús cuando aceptó la voluntad de Dios
sobre Su destino del calvario y la muerte para salvar la humanidad.
¿Cómo vamos nosotras a hacer uso de la mansedumbre? ¿Cómo puedo yo ser
acreedora de esa cualidad y ser digna de felicidad?
Primero que nada, no olvidemos que somos ciudadanas del reino de Dios, como
tal, debemos con humildad, aceptar la corrección. Debo ponerme a cuentas con
Dios, que me haga saber y me permita ver en qué área de mi vida, hace falta
humildad. Debo dejarme guiar por Dios a través de Su Espíritu Santo.
Bienaventurados es el hombre a quien Dios disciplina (Job 5:17).

Dejemos pues, que Su Espíritu Santo consuele y de dirección y tengamos


presente que la mansedumbre nos va a ayudar a desarrollar el dominio propio, a
fortalecer convicciones personales, morales y espirituales. ¡Y recibir como
herencia la tierra!
Señor, bendito sea Tu nombre, hoy reconocemos que hemos fallado, que somos
débiles ante el mundo. Pero hoy me apropio de Tú palabra que dice; mayor eres
Tú, quien está con nosotras. Hoy Señor, permítenos ser moldeadas por Tu
Espíritu Santo, para poder ser dignas de Tu reino y poder ser llamadas
bienaventuradas, en el nombre de Jesús, amén.

Una mujer determinada.

Cynthia Zavala
MIÉRCOLES

LECTURA: Mateo 11:29

DEVOCIONAL: Mateo 11:29


_______________________________________________________________
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas”

Tomar el yugo de Jesús, es un símbolo de la transformación del cristiano.


Debemos dejar nuestras cargas (aquello que nos preocupa) a Dios y también
dedicarle nuestra vida. Rendirnos ante Dios por completo, es decirle a Dios:
“vengo ante ti y te rindo todo lo que soy.” Es confiar en que Dios tiene siempre
planes de bien para nuestra vida y no de mal.

Ser mansos proviene del fruto del Espíritu. La mansedumbre es la virtud que
modera la ira y sus efectos desordenados. Es una forma de templanza que evita
todo movimiento desordenado de resentimiento por el comportamiento de otro.
En otras palabras, es ese punto en el que uno no permite que lo que hagan o
digan los demás nos dañe. Por otro lado, ser humildes de corazón, es reconocer
en todo momento, que todo lo que somos es por la gracia de Dios. Es no tener
un alto concepto de nosotros mismos (Romanos 12:3), sino que siempre nos
mantengamos con los pies bien puestos en el suelo, ya que todo lo que hacemos
es para Dios, por Dios y de Dios (Romanos 11:36).

Si aprendemos a descansar en Dios y confiar en Su Palabra, nuestra vida


encontrará descanso, porque en todo momento dependeremos de Dios y
haremos las cosas como se nos indica.
La invitación de una transformación para nuestra vida está dada y Dios quiere
que seamos mujeres bienaventuradas, con esa cualidad de ser mansas. Mujeres
que tenemos bien puesta nuestra mirada en Jesús y anhelamos ser como Él.
Mujeres que se dejan cada día moldear por Él. Tener ese hermoso fruto del
Espíritu, el cual nos mantiene enfocadas y guardará nuestro corazón.
Descansemos en las promesas que Dios nos ha dado, para que nuestra vida
pueda tener un refrigerio.

Amado Padre, grande y maravilloso eres Tú. Gracias por la palabra dada en este
día para nuestras vidas. Te pido que siga trabajando en mi vida, para poder tener
ese fruto de Tu Espíritu y al mismo tiempo ayúdame a reconocer en todo
momento, que todo lo que hago es para Tu gloria. Sigue trasformando mi vida a
Tu parecer y que mi alma encuentre descanso al someterme a Tu voluntad. Te lo
pido en el nombre de Jesús, amén.

Siguiendo Sus pisadas.

Raquel Franyutti
JUEVES
LECTURA: Tito 3:1-5
DEVOCIONAL: Tito 3:1-2
_______________________________________________________________
Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos
a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando
toda mansedumbre para con todos los hombres.

Observaciones:
Desde el inicio de esta carta podemos leer al apóstol Pablo exhortando con
firmeza a Tito, el pastor encargado de la naciente iglesia en Creta. Éste, se estaba
desanimando y no corregía ni exhortaba a los creyentes bajo su cuidado, dejando
la puerta abierta a falsas doctrinas e interpretaciones y a malas prácticas que
opacaban el nombre de Dios.

En esta lectura abordamos el tema del sometimiento a las autoridades, que puede
resultar un poco polémico. ¿Acaso debemos total obediencia a las autoridades
terrenales? ¿Debemos los cristianos someternos a gobiernos paganos? Esas
pueden ser preguntas válidas para confrontar nuestra conciencia; sin embargo, el
enfoque de Pablo en este texto está dirigido a que los creyentes se convirtieran en
ciudadanos de bien, que fueran señalados por su mansedumbre y que se distingan
por sus buenas obras. La obediencia a las autoridades es un deber cristiano.
Debemos cumplir con la ley terrenal, siempre y cuando esta no nos dicte actuar
en contra de la ley de Dios. Podemos ver ejemplo de ello en José (Gn.39; 41:37-
51), en Daniel (Dn.1), quienes establecieron sus vidas y familias sirviendo a
gobernantes paganos, pero levantando testimonios piadosos y fieles a Dios por
encima de todo, y a pesar de las consecuencias.
No debemos separar este verso de los siguientes, donde el llamado es a
abandonar la pecaminosa pasada manera de vivir, y convertirnos en reflejos de
Cristo, por quien somos salvados. No es que nuestras buenas obras nos salven o
nos hagan aptos, sino que las Suyas se deben reproducir en nosotros para
testimonio ante el mundo.

Aplicación:
Vivimos en tiempos difíciles, en una sociedad convulsionada y corroída por el
pecado y la maldad, pero no debemos dejarnos vencer ante esto. Aunque las
autoridades sean corruptas y la justicia no impere, debemos permanecer firmes,
haciendo siempre el bien y obedeciendo a Dios.

No hay amor a Dios sin obediencia. Aunque vayamos en contra del mundo, de
sus autoridades, o incluso en contra de nuestros propios deseos carnales,
debemos perseverar, confiando que el Señor se complace de Sus hijos, y con la
esperanza viva de la victoria para la eternidad.

Oración:
Padre, Tú que gobiernas sobre todo y sobre todos, suplicamos Tu perdón por
nuestras transgresiones, reconociendo nuestra debilidad y el pecado en nuestra
carne. Ayuda a nuestra voluntad para obedecerte, para ser embajadores fieles del
testimonio de Cristo, siendo amables y mansos, no deleitándonos en la maldad ni
siguiendo las corrientes de este mundo. Suplicamos el auxilio del Espíritu Santo
para que inquiete nuestro corazón y nos muestre nuestro pecado para
abandonarlo. A ti damos la gloria por la eternidad, y oramos confiados. En
Jesucristo, amén.

Gracia y paz.
Ileanis Martínez
VIERNES

LECTURA: Colosenses 3:12

DEVOCIONAL: Colosenses 3:12

_______________________________________________________________
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”

Vestir: cubrir algo, adornarlo. Ese es el significado de la palabra. Y observo que


para vestir algo, es necesario haber estado desvestido. Y la Escritura nos dice que
delante de Dios, todos estamos desnudos. Es decir, nuestro corazón de origen
perverso, está al natural, tal y como es.

Pero, por el puro afecto de Su voluntad, sin que yo logre entender por qué, el
Señor ha tenido misericordia y nos ha elegido, llamado y adoptado como Sus
hijas. Y Su regalo; la promesa de que un día habrá de venir y tomar de nuevo a Su
pueblo, es el Espíritu Santo.

Me encanta saber que uno de los nombres de Dios Espíritu Santo, es el


Ayudador. El que nos asiste, el que como una niñera atestigua y propicia nuestro
nacer de nuevo, nuestros primeros pasos creyendo en Cristo, y es Quien nos
sostiene en las batallas.

Y necesitamos recordar que el Espíritu Santo, es Dios. Es la tercera persona de la


trinidad. Por tanto, es Poderoso. Siempre. En todo lugar.

Y dado que este Espíritu vive en todo creyente, lo capacita para responder a ese
llamado en dos maneras que nos muestra este verso: en santidad y en amor.

La santidad es un llamado para todos. Significa que, en agradecimiento a Cristo, a


Su obra en la cruz, mi vida debería de responder alejándose de todo pecado.
Todo. Parece imposible. Quizá lo sea en este mundo. Pero la búsqueda de la
santidad refleja un corazón que quiere honrar al Dios que lo amó desde antes de
la creación del mundo.

Responder en amor, implica que, siendo nueva criatura, puedo vestir mis faltas de
amor con Su dulce presencia. Aunque la clase de amor del ser humano nunca
podrá ser igual a la manera en como ama Dios, mi corazón, mi egoísmo deben
ser rendidos a buscar Su gloria. ¿Y cómo se hace esto? Pues siguiendo las huellas
del Maestro. Mi amado Señor Jesús, nos dio vestiduras de gracia, limpias e
impolutas, por Su amor sacrificial.

Y sacrificio es una palabra no favorita. Poco deseada, al menos por mi cómodo


corazón. Pero sé, que si tengo a Cristo como ejemplo, medida, propósito de mi
vida, entonces puedo extenderme más allá de mis comodidades y mirar fijamente
la cruz, el lugar de más amor del universo.

Mirar la cruz me recuerda que de tal manera amó Dios al mundo, que nos
entregó a Su Hijo. Eso es amor. Y amor fue morir en la cruz. Amor fue perdonar
lo imperdonable y pagar el pecado de otros, siendo absolutamente Santo y Justo.

Y si miro eso constantemente, sé que las manos del Alfarero irán modelando mi
vida y carácter y vistiéndolo de frutos del Espíritu, que se muestran en tierna
compasión por otros, bondad hacia quien no la merece, humildad ante el altivo,
amabilidad en la rudeza y paciencia en la acusación injusta.

Sólo mirando constantemente a Cristo, estudiando Su palabra y menguando mi


yo, es que mi vida puede ser vestida de Cristo mismo. Y ser para la alabanza de
Su gloria.

Claudia Sosa de González


Semana 3
LUNES
LECTURA: Mateo 5:6
DEVOCIONAL: Mateo 5:6
_______________________________________________________________
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”

Observaciones
Hambre y sed, dos necesidades primarias de todo ser humano. Cuando tenemos
hambre sentimos dolor, angustia, anhelo del alimento y si, no es saciado,
enfermamos. La sed quema, arde, desespera. El que tiene sed busca sin descanso
hasta saciarla. Ambas cosas a la vez deben ser un tormento. Justicia, no como la
define el mundo, como Dios la conceptúa que es muy distinto y francamente
contradictorio. Justicia aparece 5 veces en estos pasajes, y a la manera de Dios, la
justicia es misericordia, la pureza y la pacificación. Justo lo que las tres
bienaventuranzas previas dicen que son una bendición.

Aplicación
Estos pasajes no son fáciles de comprender a pesar de su aparente sencillez,
venimos escuchando que Jesús alaba los que reconocen su pobreza de espíritu, a
los que hacen misericordia y buscan activamente mantener la paz. Luego, nos
anima diciendo que al anhelar la justicia de Dios, seremos saciados, llenos,
colmados. Nos ha dicho que solo con perseguir una cosa; buscar justicia, todo lo
que necesitemos será añadido. Buscar que la justicia de Dios venga a la tierra,
como nos enseña a orar Jesús en el Padre nuestro. Me llama a anhelar la justicia
de lo Alto, impartida en la tierra, siendo y haciendo yo mi parte, como Su hija,
actuando como Él actuaría; justamente. No juzgando, no condenando, no
apartándome. Él rogó para que no me apartara del mundo, sino que me guardara
del mal ante Su Padre, tiene confianza en que podré ser transformada para dejar
de perseguir mis anhelos, hacer misericordia al que lo necesita y no buscar
venganza, sino paz. Ese debe ser mi motivación cada día, Él ha prometido que lo
podré hacer, junto a Él seré saciada.

Oración
Amado Padre Celestial, gracias por indicarme el camino tan claramente, perdona
mi afán, mi ansiedad, mi egoísmo, mi plan. Es tu obra en mí y en el mundo, para
salvación. Es tu plan perfecto desde la creación. Yo me rindo a tu voluntad, te
entrego mis dolores y mis heridas, renuncio a vengarme, sé que Tú pagarás. Yo
no tengo cómo agradecerte el que me hayas rescatado y tenido misericordia de
mí. Ruego anhelar tu justicia con la misma pasión que un hambriento y sediento
busca por sustento. Lléname de Tu agua viva, dame Pan de Vida. Quiero servirte,
solo a Ti. Satisfecha con lo que Tú me das, pues no necesito nada más. En el
Nombre de Jesús, mi Señor y Salvador. Amén.

Joanna Pérez de Merino


MARTES
LECTURA: Jeremías 2:12-13
DEVOCIONAL: Jeremías 2:12-13
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Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Porque dos
males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas,
cisternas rotas que no retienen agua.”

Ayer, vimos en Mateo 5:6, que quien tiene hambre y sed de justica será saciado,
su necesidad será cubierta. Hoy vemos en este pasaje de Jeremías, quién es la
fuente de agua que puede llenarlos, nuestro Señor.

Si leemos el contexto de este versículo, vemos que es Dios mismo que le está
hablando a Su pueblo escogido. Este pueblo, que había sido apartado para Dios,
que había sido redimido de la esclavitud, estaba alejándose del Señor. No solo se
alejaban del Único capaz de saciarlos de su sed, sino que estaban buscando cubrir
esa necesidad en otro lugar. Estaban yendo en pos de dioses paganos, que nada
podían hacer. Eran cisternas rotas, incapaces de retener agua para cubrir esa
necesidad.

Meditando en esto, en principio puedo pensar que el pueblo de Israel estaba loco.
¿Cómo se les ocurrió dejar de lado al Dios todopoderoso, a la fuente de agua
viva? Pero, meditándolo en profundidad, puedo verme identificada. ¿Qué es lo
que pasa cuando busco saciar mis necesidades en otro lugar fuera del Señor?
¿Qué ocurre cuando me apoyo en mis fuerzas en vez de recurrir a mi Señor?
¿Acaso no soy como esos Israelitas, que van tras dioses que no existen, dando la
espalda al Único que los puede socorrer?
Como mujeres, tenemos muchos desafíos por delante, muchas necesidades por
cubrir. Lo importante es saber a dónde vamos a saciar esas necesidades. Muchas
hemos sido lastimadas de diferentes formas y buscamos cubrir esas heridas con
vendas que no pueden curar. Muchas de nosotras comemos de más (o de
menos), nos enredamos en relaciones nocivas, lastimamos a quienes amamos en
vez de reconocer que nos hemos equivocado. ¿No crees que los cielos se
espanten al vernos ir tras las cosas o personas que no saciaran nuestra sed de
amor, paz y perdón? Solo en nuestro Señor, hallamos refugio para nuestra alma,
solo en Él nuestra sed de agua viva puede ser saciada.

Señor, ayúdame a permanecer en Ti. Solo Tú eres la fuente de agua viva que
necesita mi alma. Perdóname Padre, por tantas veces que fui tras esos ídolos
vacíos que nada pueden hacer por mí. Ayúdame a estar firme en tus caminos y
cuando la vida duela, ayúdame a refrescarme en tus aguas, a aferrarme más a Ti.

De una pecadora perdonada.

Natalia Gómez
MIÉRCOLES
LECTURA: Juan 6:48
DEVOCIONAL: Juan 6:48
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“Yo soy el pan de vida.”

Cuando leí este pasaje, pensé en el hambre que está viviendo está humanidad, eso
lo escribo porque soy de un país lleno de hambre y miseria, donde muchos
buscan un pedazo de pan en medio de la basura, y me conmueve hasta las
lágrimas, porque lo pude ver con mis ojos, cuánto dolor en sus rostros, cuánta
hambre y cuánta necesidad en sus corazones y vidas, cuán solos y cuán vacíos
pueden sentirse, y están allí buscando un pan duro, que seguramente no les va a
saciar esa hambre acumulada que tienen.

Qué hermoso es Jesús cuando nos dice que Él es el pan de vida, un pan que sacia
el alma, que satisface por completo, que nutre, que alimenta que llena, que da
vida; vida en abundancia, cuan afortunadas somos de tener ese pan en nuestra
vida.

Ese pan, que es más que suficiente para tener plena confianza y seguridad que
Jesús es la solución a muchos de nuestros problemas o mejor dicho es la solución
a todos, y no estoy diciendo con esto que dejaremos de tener problemas, sino
que Él es soberano sobre todos nuestros problemas.

Es decisión personal aceptar a Jesús en el corazón como nuestro único y


suficiente Salvador, como el YO SOY, que ha venido para libertar para sanar,
para salvar, lo que se había perdido, y yo estaba perdida y tú también, y cuando
entendemos que nadie puede tomar esa decisión por mí, porque es personal,
caigo rendida a sus pies llena de gratitud, porque yo no merecía su sacrificio de
amor y sin embargo lo hizo por mí.

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre…
Estas palabras del Señor Jesús, nos deben de llenar de esperanza y fe. Jesús vino a
este mundo para que el mundo fuera salvo, la Biblia es clara cuando dice que
Jesús no vino a condenar al mundo, sino que vino para que el mundo fuera salvo
por Él. Juan 3:17. Jesús es quien descendió de su gloria para dar vida a este
mundo.

Porque el pan de Dios, es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Juan
6:33 Jesús es el gran YO SOY; El que sana tus heridas, el que te sacia, el que cura
tus dolores, Jesús dijo YO SOY EL PAN DE VIDA, EL PAN VIVO.
Continuemos hablando del amor de Cristo, del pan de vida a esta humanidad
hambrienta de Él.

Con amor y gratitud.

Olimar Núñez de Pirela.


JUEVES
LECTURA: Mateo 5:7
DEVOCIONAL: Mateo 5:7
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“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”
Observación:
Nuestro Señor Jesucristo, iba por las aldeas y ciudades sanando y predicando el
evangelio, porque veía la necesidad; la gente estaba desamparada y tuvo
misericordia; la palabra hebrea es “chesedh”.
La palabra “Misericordia”, según Thayer significa: “buena voluntad para con los
miserables y afligidos y con un deseo de aliviarlos”.
Es una palabra que nos lleva a actuar; es reconocer una necesidad y luego
debemos hacer algo al respecto.

Es hermoso encontrar en este pasaje de Mateo 5:7 una gran promesa de parte de
Dios “Los misericordiosos alcanzarán misericordia” y esto tiene mucho que ver con el
pasaje de Lucas 6:38 “Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebozando
darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”.
Como vemos, Jesús toma muy en cuenta la actitud al no solo soportar con
paciencia nuestras propias aflicciones, sino que debemos considerar las
necesidades y sufrimientos de las personas que nos rodean. No se puede ser
misericordioso sin pensar en los demás.

El Señor acepta una voluntad bien dispuesta a compartir y esto nos pone en la
condición de estar dichosas, porque nos preocupamos del prójimo, no solo en lo
material, sino también en lo espiritual.
“Bienaventurado el que piensa en el pobre. En el día malo lo librará Jehová” Salmo 41:1
“Peca el que menosprecia a su prójimo. Más el que tiene misericordia de los pobres es
bienaventurado” Proverbios 14:21
Una vez más podemos decir que más felicidad hay en dar que en recibir.

Aplicación:
El énfasis que podemos ver, es que debemos estar dispuestas para mostrar
misericordia siempre y esto debe ser un ejercicio continuo. No debemos olvidar
que merecíamos el castigo eterno por nuestros delitos y pecados, pero Dios en su
gracia inmerecida, nos limpia, perdona y nos da una nueva posición con Él.
Nos trata con misericordia “Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros” Romanos 5:8.
Algo que es muy importante, cuando ejercitamos misericordia por otros, esto
tiende a provocar la misericordia de los demás. Obtenemos lo que damos.

Queridas hermanas todas hemos experimentado las misericordias de Dios para


nuestras vidas, estas nunca se cortan, no tienen fin.
Jesús día a día va trabajando en nuestros corazones. Cada mañana tenemos una
nueva oportunidad, un gran suministro de checedh (misericordia). Así mismo,
nosotras debemos mostrar compasión y misericordia a todos los que conocemos,
con esto estamos demostrando nuestra fidelidad a Jesucristo, nuestro Salvador.

Oración:
Gracias Señor, no hemos sido consumidos porque hemos visto tus misericordias
día a día, queremos glorificarte también nosotras con nuestras vidas, alcanzar a
otros y mostrar tu amor.
“¡Grande es tu fidelidad!”

Dios las bendiga,

Carmen Salleres Benavente


VIERNES
LECTURA: Colosenses 3:12-13, Lamentaciones 3:22-23
DEVOCIONAL: Lamentaciones 3:22-23
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“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus
misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.”

Observaciones
Al hablar del libro de Colosenses, Pablo nos dice que nos vistámonos como los
escogidos de Dios; esto incluye nuestro dominio propio, caminar en obediencia
al Señor, luchar por ser santos, pues Su palabra nos dice que Él es tres veces
Santo; soportándonos y esto mostrará un carácter digno de que somos hijas de
Dios; una hermosa invitación de ejemplo al vestirnos de misericordia también da
como resultado un fruto hermoso de nuestra salvación; lamentaciones hace
hincapié a esta misericordia y perdón de Dios, como el mayor ejemplo de un
pueblo alejado (Judá).

Él ha sido justo con nosotras, por lo tanto, vemos un contexto semejante en


lamentaciones, donde Dios muestra esa fidelidad hacia el pueblo de Judá, a pesar
del juicio que merecían, Dios se mostró compasivo para dicho pueblo.

Aplicación
Cuántas ocasiones en nuestro caminar con Dios y a pesar de que tenemos raíces
de amargura por falta de perdón, esto nos impide avanzar poniendo un tropiezo
gigantesco en las bendiciones que Dios podría tener para nosotras, no solo en la
iglesia, sino dentro de nuestro hogar.
Queremos emitir juicio, ira; impacientemente sin esperar que Dios obre según su
voluntad. ¿Te ha pasado?
Jeremías (posible autor de lamentaciones) decía, que por la misericordia de Dios
el pueblo no había sido consumido, Él es un juez perdonador que espera
pacientemente un arrepentimiento genuino de nosotras, pero también
haciéndonos ver que desea que mostremos un avance cuando se nos presenta
una situación dolorosa y ¿Qué hacemos?, ¿Quiénes somos? Pocas veces sufrimos
el agravio, la mayoría de las veces queremos o tomamos venganza, por eso es de
suma importancia vestirnos con ese amor entrañable, misericordia y paciencia ese
vínculo perfecto (que quiere decir pegadas a Cristo) imitando todo lo que es
digno de su carácter día con día.

La invitación amada hermana, el día de hoy, es que podamos parecernos más a


nuestro Padre; que demos ese fruto de olor fragante a Él, sin importar lo que el
mundo diga, nosotras debemos perdonar, inclinarnos siempre hacia la
misericordia que Dios a través de su palabra nos muestra, si Él no nos ha
consumido es porque nos ama, así que hoy atrévete a perdonar y deja que la
justicia de Dios obre, y no permitas que la falta de perdón en tu vida te mantenga
alejada de tu Padre.

Oración
Amado Dios hoy venimos ante ti, suplicándote que podamos ser hijas de amor y
misericordia para nuestros semejantes, así como Tú fuiste paciente con el pueblo
de Judá y nos das ejemplos de un Padre amoroso, ayúdanos a imitar tu carácter
para un día estar a la altura del varón perfecto. Amén

AL ÚNICO Y SABIO DIOS


Jess Morgan
Semana 4
LUNES

Lectura: Mateo 5:8

DEVOCIONAL: Mateo 5:8

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“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”


Las bienaventuranzas presentan metas que todo hijo e hija de Dios desea lograr
en su propia vida; pero es imposible lograrlas por sí mismo. La Palabra de Dios
nos recuerda, una y otra vez que tales metas solo pueden alcanzarse por medio de
la acción del Espíritu Santo en nosotras.
De esta forma queremos leer esta bienaventuranza, y con la guía del Espíritu
poder encontrar su riqueza para poder ponerla en práctica y gozar de esa
plenitud, de ese gozo multiplicado por tres.
Cuando nuestro Señor habló de los “de limpio corazón” está describiendo una
unidad entre la santidad y la dicha. Sabemos que nadie es capaz de ver a Dios por
causa del pecado: “Procuren vivir en paz con todos, y en santidad, sin la cual nadie verá a
Dios.” (Hebreos 12:14).
Antes de todo fue necesaria una regeneración por acción del Espíritu, es decir, el
nuevo nacimiento. El hombre en su estado natural está “muerto en delitos y
pecados” hasta que sea “vivificado” por Cristo. Esto sucedió cuando pusimos
nuestra fe en Cristo. (Efesios 2:1)
Esta bienaventuranza contempla no solo la nueva vida que recibimos en Jesús,
sino la transformación del carácter que sigue a la obra que Dios hace en nosotras:
“Estoy persuadido de que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Jesucristo.” (Filipenses 1:6)
¿Cuál es la limpieza que Jesús elogia? Es una pureza que tiene que ver sobre todo
con nuestro corazón. Es esa santidad progresiva que nos permite ir creciendo.
Por Su Gracia hemos sido apartadas para Dios y se nos exhorta vivir para
agradarle. Como el salmista oraba: “Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio! ¡Renueva
en mí un espíritu de rectitud!”. (Salmo 51:10).

¿Cómo lo llevamos a la práctica? Para poder gozar de una comunión íntima con
nuestro Señor, es necesario que podamos estar limpias de toda corrupción, de
aquellos afectos divididos; es sinceridad, veracidad y firmeza de corazón. Se trata
de una sencillez piadosa. Una limpieza no solo en palabras y en la conducta
exterior, sino en nuestros deseos, motivos e intenciones.

¿Mis afectos están divididos? ¿Están enfocados aquí en la tierra o en las cosas de
arriba? Mis motivaciones, ¿son limpias? ¿Con qué intenciones realizo mis tareas?
¿Son para recibir la aprobación de otros o la de Dios?

Oremos
“Amado Padre, gracias por Cristo y su obra en la cruz, gracias porque mediante
Él somos aceptas en el Amado. Gracias por Tu Palabra de hoy, te pedimos que
sigas transformando nuestro ser interior, mediante la acción de Tu Espíritu y tu
Palabra. Enséñanos cada día tu camino, para que podamos caminar en tu verdad,
afirma nuestro corazón. Esperando muy pronto poder contemplarte cara a cara.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén.”

Silvana
MARTES
LECTURA: Salmo 51:10
DEVOCIONAL: Salmo 51:10
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Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
El Salmo 51, ha sido no solamente la oración recurrente de miles de creyentes,
sino es que de millones alrededor del mundo, a través de los siglos. Es a David a
quien se le atribuye la autoría y hace esta oración penitente, en momentos de
angustia buscando el perdón del Padre, aquí es donde hallamos, como uno de sus
puntos centrales, la conocida petición: “crea en mí oh Dios, un corazón limpio”.

Se dice que hay aproximadamente 800 a 900 años de diferencia entre el tiempo
en que David escribió este Salmo, y el momento en que Jesús dio su sermón en el
monte enseñando el mismo tema. Pero sin importar esa diferencia de tiempo,
hoy, como en ese entonces, seguimos necesitando orar y buscar mantener un
corazón limpio ante nuestro Dios. Y sobre todo, entendidas, que como dice el
Salmo 119:89: “Tu palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos”. Por lo tanto,
sigue siendo actual también esa súplica, donde esté varón reconocía, cuán crucial
le era poder tener un corazón digno del Dios al que conocía y servía.

Hoy, más de dos mil años después, debemos recordarlo también para limpiarnos
continuamente, nos es imperioso retomar esta oración de arrepentimiento, de
confesión de pecados, e ir cada día a esa cruz, donde rindamos el corazón, se
acaben los reclamos, se resuelvan las rencillas, se apaguen las quejas y seamos
renovadas para continuar caminando esta carrera, libres de todo peso y pecado
que constantemente nos asedia.
Y es que, podemos ser de esas personas que hemos caminado con el Señor por
largos años, como lo hizo David, de quien se cantaban sus victorias; podemos
haber servido al Señor en su iglesia, llevando el evangelio, orando por las
necesidades; podemos ser de esas mujeres de quienes se diga hemos tenido una
vida ejemplar como hijas de Dios. Pero hoy, démonos la oportunidad de ver
nuestro vivir reflejadas en el pecado de David, de aquél de quien se decía, era
conforme al corazón de Dios. Y revisemos ese andar nuestro, veamos eso que ya
no es conforme a lo que se espera de nosotras, sino paralelo, lleno de apariencia,
pero que apunta a una meta muy distinta, que sigue tal vez, propósitos egoístas,
que buscan lo propio y no glorifican al que nos ha salvado.

“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz
de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” Hebreos 12:15

“entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones…” Hebreos
3:15

Padre amado, que nuestros corazones no se endurezcan por el cansancio de los


años, por el esperar y no ver respuestas, que no haya amargura que nos impida
alcanzar tus promesas, renueva nuestro creer, nuestro confiar en Ti. En el
nombre de Jesús oramos. Amén.

Sirviendo al Rey con gozo,

Silvia Sánchez de Salazar


MIÉRCOLES

LECTURA: Salmos 24:1-6

DEVOCIONAL: Salmos 24:3-5

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¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado
con engaño.
El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.

¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Quién estará en Su lugar santo?


Aquel que tiene las manos limpias y un corazón puro, quien no elevado su alma a
cosas vanas ni jura con engaño. Él es quien recibirá bendición de parte del Señor,
de Su Salvador.

El templo en el “Monte del Señor” Sion, no era un lugar público. Los líderes del
templo eran encargados de solo permitir la entrada a aquellos que tuvieran sus
manos limpias y un corazón limpio. En otras palabras, que sus acciones y su
conciencia debían estar claras. El lugar santo donde Dios habitaba estaba cerrado
para el pueblo, pero aquí el salmista comparte la alegría de saber que el Señor
tiene estándares elevados para recibir a Su pueblo y para bendecirlos.

Mientras el pueblo de Israel necesitaba sacrificios para garantizar su limpieza y


garantizar su acceso al templo, podemos celebrar el sacrificio máximo de la cruz
que nos permite el libre acceso a la presencia de Dios.

La limpieza de las manos y el corazón puro, es algo requerido todavía, pero


como un resultado del regalo gratis que se nos ha dado de gracia. Podemos
regocijarnos en los estándares elevados de la Santidad de Dios y en Su gracia que
purifica nuestros corazones y nos da acceso inmerecido a Su presencia.
Gracias Dios, eres Santo y Justo. Perdóname Señor, por las maneras en las que
he pecado y he levantado mi alma a lo que no te glorifica o es falso. Dame manos
limpias y un corazón puro y moldéame en alguien que luce más como Tu Hijo.

JUEVES

LECTURA: Mateo 23:25-27

DEVOCIONAL: Mateo 23: 25-26


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“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato,
pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro
del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio”
Los fariseos y saduceos, eran los dos grupos religiosos más importantes en Israel
en el tiempo de Jesús. La mentalidad de los fariseos era más religiosa, y aunque
existía un tinte de enemistad entre ambos grupos, fueron aliados en contra de
Jesús.
Su manera de actuar, era como si sus propias reglas religiosas fueran tan
importantes como las de Dios, su manera de demostrar piedad era tan hipócrita y
obligaban a otros a alcanzar niveles de conducta que ni ellos mismos podían
alcanzar, erróneamente también creían que la salvación venía como consecuencia
de la obediencia perfecta de la ley y no en el perdón de los pecados.

Su doctrina, se preocupaba más en aparentar piedad que de obedecer a Dios,


haciendo caso omiso del mensaje de gracia y la misericordia de Dios. Todo lo
contrario del mensaje de Salvación que Cristo mismo venía a ofréceles.
Otro punto a observar es el “ay” con que inician las palabras exclamadas por
Jesús. En la gramática es una interjección que se utiliza para expresar
movimientos de ánimo, es por ello que se escriben entre signos de exclamación.
Jesús condenó a los fariseos y a los líderes religiosos por aparentar algo que no
eran. Se preocupaban en demostrar santidad exterior y mantener su interior
corrompido. Aparentar por fuera mientras que sus corazones por dentro estaban
llenos de pecado.

La mayoría de nosotras, sino es que todas, realizamos labores de limpieza en el


hogar, así que entendemos perfectamente lo que Jesús quería dar a entender con
esta comparación. Limpiar solo por encima no es suficiente, tarde o temprano
toda la basura acumulada por dentro rebalsará o saldrá a la luz y peor aun
contaminará lo que aparenta estar limpio de manera superficial.
Quizá, no nos reconozcamos de manera oficial como del grupo de los fariseos o
escribas como en ese tiempo, pero de la misma manera mediante este pasaje,
estamos siendo amonestadas.
Cuando no existe un verdadero cambio que provenga desde el interior de nuestro
corazón, necesitamos reconocer que somos pecadoras, de esta manera somos
limpias mediante la Sangre de Jesucristo, pero también es necesario que nuestro
estilo de vida cambie. Vivir nuestro cristianismo solo como un espectáculo para
los demás es semejante a lavar el vaso solo por fuera.
Cuando el cambio proviene desde nuestro interior, el exterior tan solo es el
reflejo de cómo estamos por dentro.

Como barro en sus preciosas manos:

Grethel Elías Ruiz


VIERNES.
LECTURA: 1 Samuel 16:7.
DEVOCIONAL: 1 Samuel 16:7.
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“Y Jehová respondió a Samuel: no mires a tu parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo
lo desecho, porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está
delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Observación
El hombre mira los que está ante sus ojos, pero Dios ve más allá, Él mira el
corazón, no le interesa el físico y la elegancia.
Samuel, al ver a Eliab hijo mayor de Isaí pensó: este ha de ser el hombre que voy
a ungir, alto, fuerte, bien parecido.
Dios dijo “no” aunque Samuel lo viera ya como un gran rey.
Hemos sabido hasta la saciedad que a Dios nadie lo engaña, Él no puede ser
burlado.

Aplicación:
Pero debo de reconocer, que como dice un elogio popular: todo entra por la
vista. Así somos nosotras, pero el Señor nos nuestra en su palabra cuál es la
realidad ante sus ojos, para así enderezar nuestro pensar y proceder.
A simple vista vemos a las personas bien presentadas, de buena apariencia, con
deliciosos perfumes, pero, ¿qué de su corazón? ¿Será esa persona la que el Señor
anhela?
Debe ser transparente, que su palabra es firme, sí o no. Que no fluctué ante la
corriente como las olas del mar, que la prioridad en su vida sea en nuestro amado
Padre, a quien obedecemos y tratamos de agradar con nuestro actuar.
Muy claro lo dijo nuestro Señor Jesucristo en Mateo 23:27-28
“Ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados,
que por fuera se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda
inmundicia.”
La apariencia es como una fachada, como un maquillaje, se limpia y aparecen las
imperfecciones, esa apariencia para el Señor es secundaria.
Debemos de retener lo bueno, lo limpio, lo que nuestro Padre nos enseña, esto
nos ayudará a no dejarnos llevar por la apariencia de la persona a simple y
primera impresión, sino buscar la transparencia y su dependencia del Señor, su
humildad e integridad y así, no juzgar ni imitar y seguir las corrientes de este
mundo.
Recordemos que “el diablo ande como león rugiente, buscando a quien devorar.” 1 Pedro
5:8.; y utiliza lobos disfrazados como ovejas para hacer su trabajo.

Oración
Padre, te alabo y agradezco tu exhortación para mi vida a través de este estudio
de tu palabra. Deseo que llegue a muchas mujeres, para que juntas meditemos en
ella y lleguemos a crecer en nuestra vida espiritual, conociendo claramente que
Tú no miras hacia donde mira el hombre, Tú te fijas en el corazón.

Muy bendecida en Cristo.

Jeannette Bonilla N.
Semana 5
LUNES
LECTURA: Mateo 5:9
DEVOCIONAL: Mateo 5:9
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“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

Hoy nos encontramos con un pasaje, quizás un tanto más difícil de comprender,
sobre todo si lo leemos de forma parcial o lo descontextualizamos. Necesitamos
leer atentamente la Biblia para poder entender las verdades y principios que son
expuestos en ella.
Palabras en las cuales debemos profundizar. Paz…serán llamados hijos de Dios.
¿Qué es lo que Jesús quiere trasmitir al decir esto? ¿Por qué dice que Dios
bendice a los que procuran la paz y serán llamados hijos de Dios? ¿Qué quiere
decir con procurar la paz o a qué se refiere con pacificadores?
Dios en sí mismo, en esencia y naturaleza es paz. Dios no posee la paz, sino que
Él es paz. Señor DE paz (2 Tes. 3:16) Príncipe DE paz (Is.9:6).
Para poder entender un poco más, debemos entender la obra y el propósito de la
muerte de Jesús. Cristo fue el medio que Dios Padre usó para reconciliarnos con
Él (2 Cor. 5:19) y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Dios por
Su propia voluntad envió a Su Hijo y por Su sacrificio, agradable y perfecto nos
pone en una relación correcta con Dios Padre.

Las buenas nuevas, es un mensaje que lleva en sí mismo, reconciliación,


restauración y paz. Al arrepentirnos de nuestros pecados, podemos experimentar
la paz de Dios. No hay otra manera de experimentar la paz de Dios, sino hay
arrepentimiento genuino.
¿Por qué paz de Dios? Porque el pecado nos separaba de Él y al adoptarnos
como hijas, nos pone en la relación correcta con Él y comenzamos a conocer su
naturaleza divina; recuerda que Dios en esencia es paz.

El ser pacificadores o procurar la paz, es llevar las buenas nuevas de salvación.


¿Cuando estábamos en tinieblas, podíamos experimentar la verdadera paz, esa
paz característica de Dios? No, decididamente no.
Tenemos el evangelio de la paz en nuestros pies (Ef. 6:15) y he aquí lo que Jesús
desea trasmitir en Mateo 5:9. Somos bendecidas o bienaventuradas, cuando
procuramos que otros alcancen por gracia la paz de Dios. Rom. 10:14c “¿Cómo
pueden oír de Él a menos que alguien se lo diga?”
Llamados hijos de Dios, porque la paz de Dios NADIE la puede llegar a conocer
a menos que alguien le predique la buena noticia. Llamados hijos de Dios por el
mensaje de paz que llevamos.
¿Procuramos la paz de otros?
Padre, ayúdanos a que nuestros pies corran, el mensaje, la buena noticia tiene que
correr. ¡Tu paz tiene que alcanzar más vidas!

Esculpida en la palma de Sus manos.

María Eugenia Marichal


MARTES
LECTURA: Lucas 6:35
DEVOCIONAL: Lucas 6:35
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“Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será
vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y
malos.”
Ser un pacificador, es aquel que busca la paz y estar en paz con los demás, es un
ejemplo de lo que es ser un hijo de Dios.
Somos llamados a amar a toda persona, incluso a aquellos que se han levantado
en contra nuestra para hacernos daño.
Ser benigno es alguien que muestra buena voluntad, comprensión y simpatía
hacia una persona.
Dios nos llama a reflejarlo a Él mediante nuestras acciones y la forma de tratar a
los demás, incluyendo a quienes han hablado mal de uno o incluso nos han
lastimado.
No es algo fácil, pero tampoco es difícil si permitimos que sea Dios quien nos
llene de Su amor, para solo así poder ser capaces de mostrar lo que se nos
demanda dar.
Además, debemos bendecirlos y orar por ellos, para que ellos al igual que
nosotros, alcancen misericordia y salvación. ¡Sí! Pueden ser salvos, y si damos
buen testimonio del Dios que servimos, podemos marcar la diferencia en sus
vidas, porque al no responderles como han hecho con uno, podrán ver a Dios
por medio de nosotros.
Ser pacificador nos hace ser llamados hijos del Padre, porque le reflejamos a Él.
Es difícil mostrar que nos duele lo que otros nos hagan, pero es ahí donde
debemos ir a derramar nuestros corazones para que el Señor nos capacite para
obedecer; que es amar a nuestros enemigos sin esperar de ellos nada, porque
sabemos que la recompensa viene del cielo.
Así como Cristo un día nos mostró bondad, misericordia, amor y perdón cuando
éramos ingratos, de la misma forma nos manda que podamos ser capaces de dar,
lo que por gracia hemos recibido, a los demás.

Padre, hoy vengo delante de Usted, dándole gracias por Su Palabra y gracias por
lo que enseña a mi corazón en este día. Ayúdeme a buscar la paz y reflejarlo a
Usted por medio de mis acciones y actitudes hacia los demás, sobre todo con
aquellas personas que han hecho algo malo en contra mía.
Sé que pide que muestre la misma bondad, misericordia, amor y perdón que un
día recibí de Usted. Sólo Su amor es el que cubre multitud de faltas. Ayúdeme a
amar a todas aquella persona que ha procurado mi mal y bendígale Padre. Que un
día esa persona le conozca a usted también y que por medio de mí, vea un reflejo
de Su amor. Se lo pido en el nombre de Jesús, amén. ♥

Siguiendo Sus pisadas


Raquel Franyutti
MIÉRCOLES
LECTURA: Salmos 34:14
DEVOCIONAL: Salmos 34:14
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Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
Cada vez que leo este Salmo de adoración, imagino a David cuando realiza la
pregunta retórica en el verso 12: “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea
muchos días para ver el bien?” ¿Quién de nosotras no quiere vivir bien?
La respuesta es todos queremos vivir bien, en este caso la instrucción en el verso
14 es apartarse del mal: la mujer sabia que se aparta del mal es inteligente, en este
caso, es alejarse de todo aquello que la dirige hacía el pecado.
“Y dijo al hombre: El temor del Señor es sabiduría, Y apartarse del mal, inteligencia.” Job
28:28.

Tenemos que alejarnos del mal, huir como José lo hizo con la esposa de Potifar,
luego dice: “Haz el bien” es actuar como nuestro Señor, los demás ven a Dios
obrando a través de nosotras cuando hacemos lo bueno, cuando aprovechamos
cada situación como una oportunidad de dar lo mejor, inclusive cuando
respondemos ante el mal con el bien.
Rom 12:20-21, es un llamado basado en lo que Cristo hizo por la humanidad,
amó a sus enemigos, y de esa manera venció el mal con el bien. Ninguno sería
cristiano si Jesús no hubiera amado a sus enemigos y vencido nuestro mal, con su
muerte y resurrección. Y finalizando el versículo precisa “busca la paz y síguela”,
pensamos que la paz debe llegar por firma de acuerdos o los gobiernos traerán
paz, sin esfuerzo, pero el salmista nos recuerda que debemos buscarla y seguirla.
Pablo repitió este pensamiento en Rom 12:18: Una persona que quiere paz no
puede andar en altercados ni contenciones, ya que las relaciones pacíficas surgen
de nuestros esfuerzos por hacer la paz.
Entiendo que el ejemplo de Jesús fue de gran influencia a sus discípulos, pues
vieron que Él nunca pecó, era apartado del mal y fue un pacificador. Somos
llamados a ser pacificadores, a ser reconciliadores, ¿Cómo estamos desarrollando
esta labor? Los discípulos se despojaron de su viejo hombre, muchos de ellos
como Juan y Pedro, en su pasada vida eran agresivos, violentos, con palabras
fuertes trataban a sus enemigos, pero se dejaron moldear. Las personas son
cambiadas hasta que se convierten en hijos de Dios.

Amado Padre, como hija tuya, deseo ser una embajadora de la paz, obra en mi
vida para reflejar tu imagen, perdóname cuando en mi testimonio no he dado
muestras de ser una nueva criatura, abre mis ojos a las oportunidades para hacer
algún bien a otros, en el nombre de Jesús, amén.

Creciendo en su Palabra,

Erica Cárdenas

JUEVES
LECTURA: Colosenses 3:15
DEVOCIONAL: Colosenses 3:15
_______________________________________________________________
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo
cuerpo; y sed agradecidos.
Hemos estado viendo las Bienaventuranzas, las enseñanzas que Jesús nos dejó
compiladas en el capítulo 5 de Mateo. Jesús estaba anunciando que el Reino de
los Cielos se había acercado y estas enseñanzas nos muestran qué significa ser
verdaderamente dichoso o feliz en este Reino de Justicia y Verdad.
En Mateo o en muchos otros pasajes de la Biblia, se observa que la felicidad a la
manera de Dios es opuesta a lo que este mundo nos quiere imponer.
El versículo en que meditamos hoy habla de la paz de Dios, así como lo hace
también Mateo 5:9: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de
Dios.” En ambos pasajes se menciona que la paz está íntimamente ligada a formar
parte de la familia de Dios. Y esta paz no es la ausencia de problemas o
conflictos, sino más bien es restablecer una relación que estaba quebrada, rota.
¡Qué difícil es recomponer una relación que está rota, que está en guerra!
Es algo imposible, a menos que una de las partes dé el primer paso hacia la
reconciliación.

Esta es la obra de Jesús en la Cruz. Nuestra relación con el creador estaba rota,
quebrada a causa de nuestro pecado. Éramos enemigos de Dios y no queríamos
recomponer esa relación, acercarnos a Dios implicaba ver nuestra miseria. Era
preferible vagar en nuestra oscuridad y autosuficiencia que reconocer nuestro
pecado y humillarnos delante de Él.
Pero Dios dio el primer y gran paso necesario para hacer las paces con Él. A
través de lo que Cristo hizo en la Cruz, pagando el precio por nuestro pecado
que era imposible para nosotros pagar. Y ahora, gracias a esto, es que podemos
entrar confiadamente al trono de la gracia, podemos tener paz con Dios. ¡Cuán
felices y bienaventuradas somos al hallar la paz! ¡Cómo no ser agradecidas si
ahora pertenecemos a la familia de Dios!

Gracias Padre Amado, porque diste el primer paso para que tengamos paz
contigo, para poder ser parte de Tu bendita familia. Gracias Señor, porque a
pesar mi rebeldía y pecado, a través de Tu gran misericordia, abriste un camino
de reconciliación y perdón. Ayúdame Padre a ser parte de ese pueblo que
proclama esta paz a los perdidos.
Que a pesar de los momentos difíciles o de personas que nos rechazan, podamos
extender Tu misericordia y amor, como Tú lo hiciste con nosotras, a pesar de que
éramos enemigas de Dios y huíamos de Tu Luz. ¡Alabado seas Señor por
siempre!

De una pecadora perdonada.


Natalia Gómez

VIERNES
LECTURA: Juan 14:27
DEVOCIONAL: Juan 14:27
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“La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón
se turbe y tenga miedo.”
Este capítulo, es uno de los más conocidos de la Biblia y por qué no, uno de los
favoritos de muchos. Leemos en su primer versículo: “No se turbe vuestro corazón;
creéis en Dios, creed también en mí.” (Jn 14:1). Nuestro Señor comenzó consolando a
sus discípulos. Estaba próximo a morir en la Cruz, y luego de su resurrección
partiría. La tristeza en ellos era profunda. Pero dejaría enseñanzas tan valiosas,
tan necesarias para todo hijo de Dios.

El Espíritu de gracia nos es dado para poder hacernos recordar estas promesas.
Debemos orar en fe para mantener lo que oímos y sabemos y lo podamos
aplicar cada día de nuestro peregrinaje por este mundo.

La paz de Dios, es dada para todo bien y Cristo nos ha guiado a todo lo que es
real y verdaderamente bueno. La paz de la cual habló aquí, no es la paz que
resulta de tener perdonados los pecados. Aquí se trata de la gloriosa y maravillosa
paz que viene al corazón y la mente, de aquellos que viven en armonía con la
voluntad de Dios.
“Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero
confíen, yo he vencido al mundo.” (Jn 16:33) En medio de la turbulencia, oscuridad e
inestabilidad que nos rodea, como hijas de Dios tenemos la paz de Cristo para
transitar en este mundo, confiadas a Quién le pertenecemos.
“No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias, y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. “(Fil 4:6,7)

No existe situación ni problema que no podamos acudir en oración a Dios,


confiándole todo, dejando de lado la ansiedad que nos turba y recibir esa paz que
nos sostiene, aun en la más fuerte dificultad.
“En paz me acuesto y me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.” (Salmo
4:8) Esa paz que nos da seguridad en el descanso.
“Tú guardarás en completa paz a quien siempre piensa en ti y pone en ti su confianza.” (Is
26:3). Cuando nuestra mirada está puesta en Jesús, nuestra confianza crece, se
afirma.
Oramos
Padre amado, gracias porque tú extiendes Tu Paz a todo aquel que cree en tus
palabras. Gracias porque eres el Señor de paz. Y aunque pueda venir el miedo,
aunque las circunstancias sean turbulentas, Tu paz nos guarda y nos llena de
esperanza. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.

Silvana
Semana 6
LUNES
LECTURA: Mateo 5:10-12
DEVOCIONAL: Mateo 5:10-11
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Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino
de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda
clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande
en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Revisando varios textos de apoyo, encuentro que la palabra bienaventurado, suele
interpretarse como feliz, pero el concepto más cercano, quiere decir “ser
felicitado” por recibir la gracia, favor y amor de Dios. Ser bienaventurado,
entonces, es como tener la marca “visible” de Dios.

Si el creer en Cristo y nacer en el Espíritu, ha cambiado tu vida, ten por seguro


que la persecución llegará. Siempre saldrá alguien que dirá: “no exageres, no
necesitas cambiar esto, es demasiado extremo lo que dices, no puedo creer que
seas tan religiosa, tan hipócrita, porque yo sé bien quién eras y qué hacías”.
Pero mi Señor Jesús fue perseguido y si la persecución llega, puedo identificarme
con Él… y reaccionar como Él, cuando te llamen a ir por el camino ancho y
sencillo, en lugar de vivir la vida como Dios la va planeando para ti, con gozo y
paz y con esfuerzo, luchas y aflicciones.
Y habrá mil tropiezos y acusaciones cuando quieres hacer lo correcto y honrar a
Dios con una vida que le agrade. Y mientras más lo desees más intenso será el
acoso.
Y las bienaventuranzas de las cuales leemos, solo pueden ser vividas bajo la luz
de la gracia de Dios, que nos ayuda y da sobriedad, valor y templanza, cuando las
cosas están feas y somos insultadas por nuestra fe, se nos busca para hacer burla
de nuestra creencia y, además, digan toda clase de mentiras que atentan contra la
santidad de Dios y de paso nos difaman, que es lo de menos.
El Salmo 22 dice:
Pero yo soy un gusano, no un hombre;
¡todos me desprecian y me tratan con desdén!
Todos los que me ven se burlan de mí;
sonríen con malicia y menean la cabeza mientras dicen:
«¿Este es el que confía en el SEÑOR?
Entonces ¡que el SEÑOR lo salve!
Si el SEÑOR lo ama tanto,
¡que el SEÑOR lo rescate!».
El Rey y Creador del mundo, perseguido por aquellos que creó, menospreciado
por quienes antes le alabaron, humillado por aquellos que deberían estar
postrados a Sus pies.
Él, Cristo, es mi Señor, y yo, soy Su sierva. Y no soy más grande que Él. Si a Él le
pasó, entonces ser perseguida y humillada, acusada y vilipendiada, es signo de que
soy de Él. Soy, somos bienaventurados.

Claudia Sosa de G.
MARTES

LECTURA: Juan 15:18; 2 Timoteo 3:12

DEVOCIONAL: Juan 15:18; 2 Timoteo 3:12


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Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Juan 15:18

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;

2 Timoteo 3:12
Cuando yo recibí a Cristo como mi único y suficiente Salvador, sentí ese rechazo
y ese aborrecimiento, aun dentro de mi familia. Es duro para cualquier persona
vivir semejante situación, pero es real, muchos son humillados, burlados,
perseguidos, repudiados, maldecidos y rechazados.
No sé si tú experimentaste lo mismo o algo parecido, no sé ni siquiera que has
sido capaz de soportar, pero Jesús ha estado a tu lado sosteniéndote y guiándote,
tomando tu mano y ayudándote a salir adelante en medio de lo que sea.
Hace poco compartían en redes sociales a creyentes asesinados por su fe en
Jesucristo, en este siglo, en esta tierra llena de maldad, nosotras no pasamos por
algo así, pero seguramente nos han ridiculizado por nuestra fe, se han reído, o
burlado detrás de nosotros, pero nos abrazamos a Él y nos mantenemos firmes
en nuestra fe y en nuestros principios, ¡qué hermoso es eso mis hermanas!
Tal vez no enfrentemos tanta violencia, ni siquiera persecución económica en
nuestra cultura actual o donde estamos ahora paradas; pero sí hay mucha
persecución social con la que los cristianos tenemos que lidiar. 1 Ped 4:4 describe
la mentalidad de muchos de los que persiguen socialmente: A éstos les parece
cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de
disolución, y os ultrajan.
Seguramente mi amada ¿Alguien te considera extraña o fanática? ¿En tu trabajo,
tus vecinos o en donde estás estudiando, las mismas madres de los compañeros
de tus hijos?…Mi amada si no estamos dispuestas a dejar que otros nos
consideren extrañas, si no estamos dispuestas a ser rechazadas por algunos por
amor al Salvador, si no estamos dispuestas a ser marginadas ante algunas
personas, entonces nunca podremos ser verdaderas seguidoras de Dios.
El Señor nos ayude a ser fieles a nuestra fe, a nuestro amor a Cristo, a nuestros
principios bíblicos, y que cada día podamos brillar con el amor de Jesús en donde
quiera que estemos, que nuestra vida pueda ser esa Biblia que quizás algunos
nunca leerán.

Con amor y gratitud.

Olimar Núñez de Pirela

MIÉRCOLES
LECTURA: 1 Pedro 4:12-14
DEVOCIONAL: 1 Pero 4:12-14
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“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo,
para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de
Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es
glorificado.”
¿Puedo ver la dicha en medio de las pruebas?
Cuando leemos fuego, prueba, y mayor aun los padecimientos de Cristo, esa y
más preguntas pueden llegar a nuestra mente.
Sin embargo, no hablamos de cualquier tipo de prueba, de hecho, en griego el
término “fuego” aplica aquí como un elemento “refinador”. Así como los
metales son purificados al fuego con altas temperaturas, transformándolos,
haciéndolos más moldeables y limpios; así la prueba, lejos de ser una tragedia se
convierte en la voluntad amorosa de Dios para santificar nuestras vidas.
Las pruebas que enfrentamos, cumpliendo el plan de Dios no son iguales a las
dificultades que enfrentamos producto de nuestra insensatez o necedad. Éstas
últimas vienen a consecuencia del pecado que aun mora en nosotros y traen
consigo conflictos, vergüenza y derrota, buscando mover nuestra mirada del
Creador.
Por otro lado, la prueba de nuestra fe es para bien, trae frutos dignos de nuestro
llamado en Cristo, y nos acerca más al Padre.
Un ejemplo ideal de esta realidad, es cuando los apóstoles son descritos como
dichosos, regocijados por haber sido dignos de padecimientos por la causa de
Cristo. Ellos fueron encarcelados y azotados y estaban felices por ello, salieron
dispuestos a seguir expandiendo el reino de los cielos compartiendo el Evangelio
sin cesar. (Hch. 5:40-42).

Lo crucial para vivir de esta manera es entender que, a causa del pecado, no
somos merecedores de ningún bien, el pago de nuestras acciones debió ser vivir
sin la presencia de Dios ni de Su gracia eternamente, en sufrimiento
indescriptible, pero a causa de que Cristo se hizo pecado para recibir tal castigo,
somos aliviados y entendemos que participar de Su padecimiento, en obediencia,
nos hace bien.

A la luz de la palabra de Dios, necesitamos reconocer cuando atravesamos


pruebas o cuando estamos ante dificultades producto de nuestro pecado.
Procuremos a diario un examen minucioso de mente y corazón, confesando
nuestra maldad para alcanzar la misericordia del Señor.
La prueba revela a nuestros ojos un Dios soberano y benévolo, nos prueba con
evidencias Su fidelidad y gloria, fortaleciendo nuestra fe y santificándonos.
Buen Señor: Gracias porque aunque merecíamos la muerte, te plació darnos la
vida, y aun en medio de las dificultades, del fuego y del dolor, podemos
regocijarnos por caminar hacia Ti. Concédenos el arrepentimiento y sana nuestro
corazón, abre nuestra boca para proclamar las buenas nuevas de Cristo.
Alabamos Tu nombre. En Jesucristo, Amén

Gracia y paz,
Ileanis Martínez

JUEVES
LECTURA: Lucas 6:22; Romanos 12:14
DEVOCIONAL: Lucas 6:22; Romanos 12:14
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“Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os
vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre” Lc 6:22
“Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis”. Rom.12:14
Jesús sabía, que como creyentes de Él, estamos expuestos al odio de las personas,
porque lamentablemente este mundo desprecia a Cristo y todo lo que se le
relacione. Y esto es porque se sienten confrontados cuando hablamos la verdad
del evangelio, nos desecharán, se burlarán o nos apartarán de sus vidas.

Me encanta lo que dice M. Henry en sus comentarios “¡Dichosos vosotros en


medio de todo eso! Porque es un honor que nos hacen, como una condecoración
al soldado que con valentía defiende la bandera de su patria.
Jesús mismo es nuestro ejemplo. Él padeció y en gran manera.
”Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros”. Jn 15:18
El apóstol Pablo nos exhorta a que debemos bendecir a los que nos persiguen,
debemos orar por ellos, para que Dios pueda revelarse en sus vidas; yo recuerdo
que era muy dura para las cosas del Señor cuando fui predicada, pero sé que esta
persona oraba mucho por mí, y hoy puedo afirmar por el cambio en mi vida, que
Dios escuchó su clamor.
Jesús espera de nosotras que seamos testimonio en este mundo perdido, no
podemos ser indiferentes, ni tener temor por lo que nos pueda pasar…”Vosotros
sois la luz del mundo y la sal de la tierra”.

Creo que todas podemos leer acerca de las persecuciones más intensas contra los
cristianos en ciudades como Corea del Norte, Somalia, Afganistán, Pakistán,
Siria, Irak e Irán, allí son asesinados los siervos de Dios.
Somos bendecidas en nuestras ciudades al poder reunirnos y salir a las calles a
predicar el evangelio.
No nos desalentemos, porque el Galardón es grande en los cielos. Sigamos con
firmeza en medio de las injusticias, dando testimonio del Nombre del Señor,
enfocadas en Su voluntad.

Las pruebas y el sufrimiento nos purifican. “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros
en la carne; vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la
carne, termina con el pecado”. ( 1 P 4:1)

Jesús siempre nuestro más grande ejemplo cuando nos dice que amemos a
nuestros enemigos, que hagamos bien a los que nos aborrecen, que debemos
bendecir a los que nos maldicen y orar por los que hablan mentira acerca de
nosotros. (Lucas 6:27-28).
Gracias Señor por esta palabra que nos alienta a seguir adelante a pesar de las
dificultades, que nuestras vidas puedan glorificarte para que tu verdad sea
conocida en este mundo que tanto lo necesita.

Dios las bendiga,


Carmen Salleres Benavente

VIERNES

LECTURA: Isaías 35:4; Salmo 9:9-10

DEVOCIONAL: Isaías 35:4

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“Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con
retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.”

Estamos cerrando estudio, el último de este 2019. También al punto de terminar


un año más e iniciar otro. Estamos en ese tiempo en el que se reflexiona mucho,
a pesar de la algarabía de la época, y de las multitudes reuniéndose. Donde creo,
prevalecen sentimientos de incertidumbre ¿qué sigue? ¿Qué traerá el siguiente
año?

Hemos visto tanto las bondades de nuestro Dios, como cosas terribles
sucediendo en este tiempo; nos han asombrado acontecimientos, cambios
apresurados en todos los niveles; hemos corrido por este año que termina con la
celeridad del mundo, casi sin poder parar y respirar. Por eso, la Palabra hoy es
agua que refresca, que al beberla aclara la mirada, da entendimiento.

“Decid a los de corazón apocado....”


Sí, yo me siento un poco así, mi corazón se duele dentro de mí por tanta maldad,
por tantos abusos en todas las áreas de la vida, mi corazón se ha sentido cansado
muchas veces viendo las necesidades y la falta de manos para servir. Pero por
encima de todo eso que mis sentidos dicen, y que es una realidad innegable, Él
declara:

“esforzaos, no temáis”.

Y pienso: Si alguien me dice “esfuérzate”, lo puedo agradecer, pero si ese alguien


además de decirme que me esfuerce, me acompaña en oración, definitivo lo
agradezco enormemente.

Así es como el Señor nos invita a que nos esforcemos y no temamos; estando
con nosotros. No lo hace desde una silla disfrutando la vista o solamente
meneando la cabeza exclamando: “¡Ay esos hijos míos!” Él prometió Su
presencia, y creo que esa es una de mis promesas favoritas: “En el mundo tendréis
aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.” ¡¡Aleluya!! No está diciendo: “A ver
flojonazos, esfuércense, quiero ver cómo salen de ésta!”

Él ya venció en la Cruz a este sistema agobiante, y que está condenado a terminar


pronto. Él derramó ya Su sangre como ofrenda ante el Padre por nuestras culpas,
por nuestras maldades. Tiene entonces toda la autoridad de decirnos:
¡Esfuércense! Porque Él cargó sobre sí mismo nuestro pecado. Él llevó la parte
más pesada, infinitamente más dura que lo que ahora llevamos nosotros. Qué
maravilloso amor ¿verdad?

Y para cerrar el pasaje nos refuerza más:


“porque he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago...”
Y pienso: ¿Más pago? Qué no es suficiente que me ha salvado, perdonado, me
ha hecho partícipe de su herencia, me devolvió mi comunión con el Padre
¿todavía hay más? Sí, ahora Dios mismo vendrá a librarnos de este cuerpo
mortal, que pronto se vestirá de inmortalidad y nos salvará llevándonos a esas
moradas que ha preparado Jesucristo.
“El Espíritu y la esposa decimos: Ven, sí ven Señor Jesús.”

Sirviendo al Rey con gozo….

Silvia Sánchez de Salazar

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