El Ius Gentium

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EL IUS GENTIUM COMO FUNDAMENTO DE LAS RELACIONES JURÍDICAS ENTRE LOS

PUEBLOS EN LA ACTUALIDAD1
Elvira Méndez Chang*

1. INTRODUCCIÓN

En la Comunidad Internacional, hay numerosos esfuerzos por encontrar normas comunes a todos los
pueblos que puedan ser aplicadas prescindiendo de la voluntad del Estado. Para los
internacionalistas, el consentimiento del Estado sigue siendo fundamental para la creación de normas
de Derecho Internacional Público2, lo cual propicia que éste sea poco articulado y hayan dificultades
para hacerlo exigible.

Sin embargo, en las últimas décadas, el voluntarismo del Estado se ha visto limitado por el
surgimiento de las normas de ius cogens, las cuales resultan imperativas en el Derecho Internacional.
No obstante, estimo que los Estados hoy se encuentran vinculados por normas que, sin prestar su
consentimiento, le resultan vinculantes: éstas serían las de ius gentium. Quiero precisar que no
comparto la posición de autores como Baviera quien asumiró que los romanos tuvieron un Derecho
Internacional3; considero que, teniendo en cuenta el concepto romano de ius gentium, se puede
enriquecer el debate sin asumir construcciones como “Estado” y “Derecho Internacional Público”
que pertenecen a otros momentos históricos.

2. CONCEPTO DE IUS GENTIUM.

Cuando se revisa a Cicerón (De off. 3.29.108)4, éste al referirse al ius fetiale aludió a los multa
communia iura5; es decir, normas comunes, vigentes en todos los pueblos, que se entendían
1
El presente se enmarca en el tema I.2. Ius Romanum y la noción moderna de los principios generales del Derecho de
este Congreso.
*
Profesora Principal de Derecho Romano y de Bases Romanistas del Derecho Civil en la Facultad de Derecho en la
Maestría de Derecho con mención en Derecho Civi; también es Jefa del Departamento Académico de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
2
MARIÑO MENÉNDEZ, Fernando M. Derecho Internacional Público. Parte General. 4ª. ed. Madrid: Editorial
Trotta, 2005. p. 252
3
Véase su planteamiento en BAVIERA, Giovanni. Il diritto internazionale dei Romani. Modena: Archivio Giuridico
"Filippo Serafini", 1898.
4
Cicerón, De off. 3.29.108: “(...) Cum iusto enim et legitimo hoste res gerebatur, adversus quem et totum ius fetiale et
multa sunt iura communia.”
5
CATALANO, Pierangelo. Diritto e Persone. Studi su origne e attualità del sistema romano. Torino: Giappichelli, 1990. p.
7-8; 42-43; también CATALANO, Pierangelo. Linee del sistema sovranazionale romano. Torino: Giappichelli, 1965. p.
5; 41-42. PUGLIESE, Giovanni. "Appunti sulla <<deditio>> dell'accusato di illeciti internazionali." En: Rivista
Italiana per le Scienze Giuridiche (RISG). Milano: Giuffrè, Serie III, Año XXVIII (de la fundación, Año LXXXI),
técnicamente como ius gentium. Luego, en De off. 3.17.696, nos presenta un concepto de ius gentium
que nos permite establecer las relaciones entre éste y el sistema jurídico romano: un derecho que se
relaciona con el ius civile pero no son idénticos.

La definición de Gayo sirve para precisar el concepto de ius gentium (Gai, 1.1)7. Ésta presenta dos
elementos independientes pero íntimamente relacionados8: hay una comunidad con todos los pueblos y
el ius gentium está fundado en la naturalis ratio9. Esta naturalis ratio sería el principio de la razón
universal, inmanente a la naturaleza y de observancia absoluta, que no puede ser desconocida por los
hombres que habitan los pueblos del orbe: la razón civil no puede corromper los naturalia iura
(D.4.5.8) 10. Ello llevaría a reconocer la existencia de un mínimo jurídico común que sobrepasa las
particularidades jurídicas locales de los derechos privados en base a una objetiva realidad de las cosas,
teniendo el ius gentium una absoluta inderogabilidad frente a la voluntad de los gobernantes.

3. FUNDAMENTO DEL IUS GENTIUM COMO EL DERECHO COMÚN A TODOS


LOS PUEBLOS.

El concepto del ius gentium ponen énfasis en que era un derecho común. Es decir, estaba compuesto
por normas que resultan comunes (aunque no sean iguales), válidas y vigentes en todos los pueblos.
Esta vigencia y validez, que no está condicionada a su efectividad, estaba dada a todas las normas de ius
gentium. Existían y se aplicaban sin mediar acuerdos (foedera) entre los pueblos11. Este conjunto de
normas, que surge de esta conciencia común, no requiere estar recogido en un texto escrito. Incluso,
existe al margen de la voluntad de los gobernantes y de las particularidades de un pueblo, que no pueden
ignorarlas (como se recuerda en D.4.5.8), pues resultan válidas al margen de su efectividad.
1974, vol. 18 (de la entera colección, vol. CI), p. 4
6
Cicerón, De off. 3.17.69: “Hoc quamquam video propter depravationem consuetudinis neque more turpe haberi neque
aut lege sanciri aut iure civili, tamen naturae lege sanctum est. Societas est enim -quod etsi saepe dictum est, dicendum
est tamen saepius- latissime quidem quae pateat, omnium intre omnes; interior eorum qui eiusdem gentis sint; propior
erum qui eiusdem civitatis. Itaque maiores aliud ius gentium, aliud ius civile esse voluerunt; quod civile non idem
continuo gentium, quod autem gentium, idem civile esse debet.” También en Pro Roscio, 49.143 y Partitiones Oratoriae,
37.130: “Atque haec communia sunt naturae atque legis; sed propria legis et ea quae scripta sunt, et ea quae sine
litteris aut gentium iure aut maiorum more retinentur.”
7
Gai., 1.1: "Omnes populi que legibus et moribus reguntur, partim suo proprio, partim communi omnium hominum iure
utuntur; nam quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium est vocaturque ius civile, quasi ius
proprium civitatis; quod vero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes populos peraeque custoditur
vocaturque ius gentium, quasi quo iure omnes gentes utuntur. Populus itaque Romanus partim suo proprio, partim
communi omnium hominum iure utitur."
8
GUARINO, Antonio. L'ordinamento giuridico romano. 3a. ed. Napoli: Jovene, 1959. p. 246; LOMBARDI, Gabrio.
"Diritto Umano e Ius Gentium." En: Studia et Documenta Historiae et Iuris (SDHI). Roma: Pontificium Institutum
Utriusque Iuris, 1950, No. XVI, p. 263
9
Discrepamos de la posición de Guarino, quien afirma que, pese a que la concepción de Gayo se funda en la naturalis
ratio, tiene un límite en su aplicación: la vigencia positiva, efectiva, de éste. GUARINO, Antonio, op. cit., p. 249
10
Si bien Gayo no llegó a formular la noción de naturalis ratio, afirma en D.4.5.8. (Gayo; Comentarios al Edicto
Provincial ): "Civilis ratio naturalia iura corrompere non potest".
11
Podríamos tratar de entender que los foedera serían antecedentes de los tratados internacionales.
Es menester, entonces, precisar por qué el pensamiento jurídico romano llegó a reconocer este ius
gentium como derecho común.

A. En primer lugar, el ius gentium es un derecho común12 a todos los pueblos pues los seres
humanos, pese a su diversidad y diferentes experiencias sociales, por su humanidad, comparten ciertos
elementos y características comunes13.

B. En la medida que el carácter común no es producto de un acuerdo o de un régimen político, el


ius gentium es un derecho común que se basa en la naturalis ratio. En el pensamiento jurídico
romano, el ius gentium no surgió a partir de un estudio exhaustivo de los derechos de los pueblos de la
antigüedad ni fue el resultado de una constatación empírica de esta comunidad de derecho. Los juristas
romanos consideraron que el ius gentium encontraba fundado en la naturalis ratio; es decir, era
consustancial a la realidad objetiva de las cosas. Frente a la naturalis ratio, la razón civil no puede
corromper los naturalia iura (D.4.5.8). La respuesta global y universal a los problemas de convivencia
y relación entre los seres humanos se basaría en una concepción filosófica que establece vínculos con la
naturaleza14. No obstante el fundamento filosófico-jurídico del ius gentium, cabe recordar que no
significa que esté integrado por normas e instituciones que sean exactamente iguales en todos los
pueblos del mundo; reconociendo la diversidad de los ordenamientos internos, se subraya el fondo
común subyacente15.

C. La validez y vigencia del ius gentium no dependen de su efectividad; es decir, no está


condicionado a que sea realmente observado en todos los pueblos sino basta que esté fundado en la
naturalis ratio. El ius gentium era un derecho que era válido y vigente en todos los pueblos y para
todos los hombres, independientemente de su reconocimiento estatal o de la voluntad creadora de
normas del pueblo individualmente considerado 16. Los juristas romanos consideraron que la naturalis
ratio fundaba el carácter común de las normas del ius gentium y, en la medida que son consecuencia
12
El derecho común expresa la unidad ínsita en la misma existencia de la sociedad humana, la cual es el presupuesto de
hecho y el fundamento conceptual de cada ordenamiento particular. ZICCARDI, Piero. “Ordinamento Giuridico. e)
Diritto internazionale.” En: Enciclopedia del Diritto. Milano: Giuffré, 1980, Vol, XXX, p. 835
13
"...among human beings, there is a similar identity of dominant characteristics combined with endless diversity of
individuals..." BRYCE, James. "The Law of nature...", op. cit., vol. 2, p. 114. Esto podríamos apreciarlo hoy en la
protección de derechos humanos fundamentales y el rechazo de las violaciones más graves, como el genocidio, la limpieza
étnica, entre otras.
14
GORIA, Fausto. "Osservazioni sulle prospettive comparatistiche nelle Istituzioni di Gaio". En: Il modello di Gaio
nella formazione del Giurista. Atti del Convegno Torinese (4 - 5 maggio 1978) in onore del Prof. Silvio Romano. Milano:
Giuffrè, 1981. p. 225; RUILOBA SANTANA, Eloy, op. cit., Tomo II, p. 337. HUVELIN subraya el origen estoico de la
naturalis ratio. Véase: HUVELIN, Paul. Études d'Histoire du Droit Commercial Romain (Histoire externe - Droit
Maritime). Paris: Recueil Sirey, 1929. p. 16
15
GORIA, Fausto, op. cit., p. 323-324; RUILOBA SANTANA, Eloy, op. cit., Tomo II, p. 339
16
LOMBARDI, Gabrio. "Diritto Umano...”, op. cit., p. 255-256
directa de la objetiva realidad de las cosas, estas normas no eran derogables por la voluntad del
gobernante17.

D. El ius gentium no estaba recogido en el derecho positivo. El conjunto de normas de ius


gentium, que surge de esta conciencia común, no requiere estar colocado en un acuerdo entre los
pueblos ni estar recogido en el derecho positivo de un pueblo18 para estar vigente. Cicerón (Partitiones
Oratoriae, 37.130)19 ubica al ius gentium dentro de las normas no escritas, Por ello, las normas de ius
gentium no requieren estar por escrito para ser válidas y vigentes en todos los pueblos, adquiriendo una
dimensión expansiva y universal20. Asimismo, en las fuentes, no existen instituciones de ius gentium que
hayan sido creadas como tales por senadoconsultos, constituciones imperiales y leyes21; sin embargo, los
juristas romanos las reconocieron y las aplicaron. Todo ello subraya el carácter común y de validez
universal del ius gentium, sin condicionarlo a su recepción en el derecho positivo interno.

E. El ius gentium era derecho común que pertenecía al sistema jurídico romano. En primer
lugar, el ius gentium no fue el derecho creado especialmente por los romanos para regular las relaciones
entre y con los extranjeros (peregrini); es decir, no fue una construcción teórico-práctica creada
exclusivamente para otorgar derechos y tutela jurídica a los extranjeros.

En segundo lugar, el ius gentium también fue aplicado a relaciones entre los ciudadanos (cives)
romanos. Al respecto, hay un caso ocurrido en la república. Livio (7.6.11) considera que se turbaron las
normas del iura gentium cuando se manipularon las reglas que los dioses daban sobre las elecciones.
Reconociendo la existencia de principios generales y fundamentales que se encuentran en los diversos
derechos internos de los pueblos, el ius gentium estaba también presente en una parte del Derecho
Romano. De otro lado, estas normas comunes a todos los pueblos eran aplicables tanto a los ciudadanos
romanos como a los peregrini.

17
Citando a Doneau, Catalano estima que el ius gentium era vinculante para todos los pueblos (lo cual es corroborado por
D.1.1.1.2). CATALANO, Pierangelo. Diritto e Persone..., op. cit., p. 92. Por ello, Lombardi entiende que es el "minimum
giuridico assoluto", necesario para la subsistencia de la personalidad humana. LOMBARDI, Gabrio. "Diritto Umano...”,
op. cit., p. 268
18
No obstante, Fusinato insiste en exigir el reconocimiento de las normas de ius gentium por los pueblos, lo que no está
comprobado en las fuentes. FUSINATO, Guido. Dei feziali e del diritto feziale. Contributo all storia del diritto pubblico
esterno di Roma. Roma: Salviucci, 1884. p. 20
19
Cicerón, Partitiones Oratoriae, 37.130: “Atque haec communia sunt naturae atque legis; sed propria legis et ea
quae scripta sunt, et ea quae sine litteris aut gentium iure aut maiorum more retinentur.”
20
Para Ilari, ello le permitiría superar el “ámbito unilateral” de la “respublica Justiniani”; pero pierde de vista el contenido
profundo del ius gentium. Véase: ILARI, Virgilio. L´interpretazione storica del diritto de guerra romano fra tradizione
romanista e giusnaturalismo. Milano: Giuffrè, 1981. p. 75
21
PUGLIESE, Giovanni. "Recensioni...”, op. cit., p. 463-464. Resulta anacrónica e inexacta la afirmación de Willems por
la cual el ius gentium era el Derecho Internacional positivo de los romanos, a partir del edicto del pretor. En la república, el
edicto del pretor no era entendido como mecanismo capaz de crear Derecho. WILLEMS, P., op. cit., p. 106
En tercer lugar, no puede decirse que, a partir de Gai., 1.1 (“Populus itaque Romanus partim suo
proprio, partim communi omnium hominum iure utitur”), el ius gentium se presenta como el producto
de la confrontación de los ordenamientos jurídicos de los pueblos, especialmente los sometidos a la
autoridad romana. Si bien no se puede reducir la experiencia de un derecho común sólo a la comunidad
latina22, fue la constatación de esta comunidad de derecho entre los hombres de todos los pueblos,
fundado en la naturalis ratio. Por ello, la validez del ius gentium era independiente, tanto
conceptualmente como en cuanto a sus fuentes, del predominio político y militar romano.

En cuarto lugar, el ius gentium, basado en este carácter común dado por la naturalis ratio, está
reconocido a partir de las normas que ya se encuentran en el sistema jurídico romano, como lo establece
claramente Cicerón en De off. 3.17.69. Las normas de ius gentium se encuentran en las del ius civile y
no constituye un conjunto de derechos extranjeros 23 ni Derecho Internacional Privado,
encontrándose en el sistema jurídico romano. Pero no toda norma de ius civile es de ius gentium.

4. LOS SUJETOS DEL IUS GENTIUM: TODOS PUEBLOS (POPULI), LOS HOMINES
(CIVES, PEREGRINI).

La misma definición de ius gentium (Gai., 1.1) hace referencia a los pueblos (populi) como sus
sujetos24, sin condicionarlo a la celebración de acuerdos (foedera) ni a su efectividad; es más, se les
aplica a todos los pueblos y sin que ésta dependa del grado de organización de cada pueblo25; su
fundamento es la comunidad del género humano y la naturalis ratio. Por consiguiente, se puede
concluir que todos los pueblos son sujetos del ius gentium, independientemente de su organización
interna y de la efectividad de estas normas en su territorio.

La definición de Gayo (Gai., 1.1) también hace referencia al segundo sujeto del ius gentium: los
hombres (homines): "...quod vero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes
populos peraeque custoditur vocaturque ius gentium...". De allí que los hombres, considerados parte
de los populi, también estén regulados por el ius gentium en sus relaciones jurídicas. Ello permite
22
Véase la referencia sólo a la comunidad latina en: PARADISI, Bruno. “Studi e opinioni recenti sulla storia del diritto
internazionale”. En: Civitas Maxima: Studi di Storia del Diritto Internazionale. Firenze: Leo Olschki, 1974. Tomo 2, p.
578; asimismo, el ius gentium se aplica a la “koiné” de derechos antiguos; no derivó de una organización superior al
Estado sino de una categoría lógica. PARADISI, Bruno. “Le problème de la souveraineté et la formation historique de la
société internationale”. En: Civitas Maxima: Studi di Storia del Diritto Internazionale. Firenze: Leo Olschki, 1974. Tomo
2, p. 630
23
Por ello, afirmamos que las leges peregrinae no eran sinónimo de ius gentium. Al respecto, véase: VOLTERRA,
Edoardo. Istituzioni di Diritto Privato Romano. Roma: La Sapienza Editrice, 1988. p. 45
24
BAVIERA, Giovanni, op. cit., p. 144; LEMOSSE, Maxime. “Le régime des relations internationales dans le haut-
empire romain”. Paris: Sirey,1967. p. 124
25
Pugliese no está de acuerdo con la limitación de aplicación del ius gentium en función de la organización del pueblo.
PUGLIESE, Giovanni. "Recensioni...”, op. cit., p. 464
encontrar dos aspectos en los que el ius gentium se les aplica a los hombres: sea como integrantes del
pueblo, sea individualmente considerados.

Para establecer si le era aplicable el ius gentium a los hombres en el sistema jurídido romano, es
menester recordar que, en base al status civitatis26, los hombres se clasificaban en ciudadanos (cives)
romanos y no ciudadanos. Esta división era netamente jurídica, sin obedecer a priori a criterios de
discriminación racial ni cultural27.

Asimismo, se encuentra una idea de participación en el Derecho en la definición de peregrinus como


«qui suis legibus uteretur» (Varrón, De ling. lat. 5.3). La pertenencia a una colectividad diversa, que
contaba con sus propias leyes, no evitaba que el peregrinus participe en una esfera general del ius,
común y válido para todos los pueblos: el ius gentium. En las Institutas de Gayo, hay ejemplos en los
que se presentan instituciones y normas de ius gentium que se extienden a los peregrini: el iusiurandum
aplicable a los peregrini (Gai., 3.96); sobre las obligaciones de ius gentium (Gai., 3.93); y en relación a
la sociedad que se contrae por el mero consentimiento (Gai., 3.154).

Por lo tanto, la parte del Derecho Romano que resultaba aplicable a los peregrini fue el ius gentium28.
Esta aplicación del ius gentium a todos los hombres, sin distinción de nacionalidades o razas, ha llevado
a entenderlo como la base común de un “Derecho Humano”29. Sin embargo, subsistieron las reglas
exclusivas para los ciudadanos dentro del llamado ius civile, que apuntaban mayormente a los derechos
políticos y a las relaciones de familia; lo cual no negaba ni alteraba la participación de los peregrini en el
ius gentium.

5. LA RELACIÓN ENTRE IUS CIVILE Y IUS GENTIUM.

El ius gentium tenía un gran nivel de coordinación con el ius civile pues ambos participaban del sistema
jurídico romano. El ius civile de cada pueblo, incluido el populus Romanus, contenía normas de ius

26
Status civitatis es la posición jurídica que ocupa un hombre libre dentro de la civitas. DI PIETRO, Alfredo y LAPIEZA
ELI, Angel Enrique. Manual de Derecho Romano. 3ª ed. Buenos Aires: De Palma, 1982. p. 116
27
Algunos autores, como Fustel de Coulanges, insisten en el carácter religioso que distinguía al ciudadano -amparado por
los dioses tutelares romanos- de los extranjeros quien "... no tiene acceso al culto y no goza de la protección de los dioses
de la ciudad ni tiene derecho a invocarlos ..." COULANGES, Fustel de. La ciudad antigua. Traducción de Alberto Fano.
Madrid: Edaf, 1968. p. 171; pero Catalano ha claramente establecido que no se puede hacer esta exclusión a priori de la
participación de los extranjeros y las divinidades extranjeras, como en los supuestos del ius fetiale. CATALANO,
Pierangelo. Diritto e Persone..., op. cit., p. 40
28
Discrepamos de Savigny cuando afirma:"... chiamensi peregrini tutti coloro, che sono incapaci di diritti nel ius civile,
capaci di diritti nel ius gentium...” con Cicerón, se relaciona el ius gentium y el ius civile. SAVIGNY, Federico Carlo de,
op. cit., vol. 2, p. 39-40
29
Al respecto, véase la argumentación de Lombardi: LOMBARDI, Gabrio. "Diritto Umano...”, op. cit., p. 255-256
gentium. Por ello, las fuentes (Cic. De off. 3.17.69; 3.29.108; Gai., 1.1; I.1.2.1-2; D.1.1.9)30
establecen que el ius civile se debe conformar al ius gentium31; en la medida que en ambos se
encuentran las normas del derecho común, no pueden existir contradicciones entre ellos.

De otro lado, estando las normas del ius gentium contenidas en el ius civile (D.1.1.6.pr; D.1.1.1.2),
dentro de una perspectiva romana, el ius gentium comprendía tanto las instituciones llamadas de
“derecho privado” (la familia, el patrimonio y las obligaciones) como las de derecho público (principio
de inviolabilidad de los embajadores y la sucesión monárquica). Esta visión unitaria del derecho (que
comprende tanto el aspecto público como el privado) es un argumento para enfatizar que, como
derecho común, el ius gentium no se limitaba sólo a la esfera de las relaciones privadas 32 sino, como se
puede apreciar del estudio de los sujetos del ius gentium, se amplía a temas que hoy son parte del
Derecho Público. Sin embargo, ello no lleva a concluir que había conceptualmente una identidad
entre el ius gentium y el ius civile. Además de las normas comunes que surgían fundadas en la
naturalis ratio, cada pueblo también tenía un conjunto de normas propias, que obedecían ciertos
fines del populus. Estas normas propias, que eran del ius civile, no podían desconocer las que la
naturalis ratio había establecido, ya que eran inderogables.

6. EL IUS COMMUNE GENTIUM COMO DERECHO COMÚN UNIVERSAL.

En el 212 d. C., el emperador Antonino Caracalla dió una constitución imperial (llamada también
Constitutio Antoniniana o Edicto de Caracalla) en la cual otorgó ciudadanía romana a todos los
habitantes libres del imperio33.

Esta concesión de ciudadanía llevó a la desaparición de varias categorías en relación al status civitatis,
puesto que la regla general era que los súbditos del imperio fueran cives. Ello llevó a modificar el
concepto de peregrinus en atención a las nuevas relaciones políticas y jurídicas entre ciudadanos y no
ciudadanos. En primer lugar, cabe enfatizar que la categoría de peregrinus se redujo a los habitantes del

30
Para Cicerón (De off. 3.69; 3.29.108), el ius civile (es decir, el conjunto del ius de la civitas y no el ius propio
exclusivamente de los ciudadanos) debe tratar de conformarse al ius gentium; el ius civile entra en parte en los communia
iura.
31
Catalano, comentando Cicerón De off. 3.17.69, dice que el ius de la civitas debe conformarse al ius gentium. Sin
embargo, la lex Minicia derogó el ius gentium en materia de ciudadanía. Ello llevó a que la fuerza del ius (la crítica
del derecho) se produjera desde el interior del sistema. Véase su intervención en: COMITATO CATTOLICO
DOCENTI UNIVERSITARI. La Pace come dimensione dello spirito. (Atti del Convegno di studio tenutosi a Roma
nei giorni 26 e 27 maggio 1967). Bologna: Società Editrice il Mulino, s/a. p. 161
32
DE VISSCHER, Fernand. "L'expansione della civitas romana e la diffusione del Diritto Romano." En: Conferenze
Romanistiche. Università degli Studi di Trieste, Facoltà di Giurisprudenza, Istituto di Diritto Romano e di Storia del
Diritto. Milano: Giuffrè, 1960. p. 191
33
En el Papiro Gissen 1, n. 40: Constitutio Antoniniana de civitate: "Do igitur omnibus peregrinis, qui in orbe terrarum
sunt, civitatem romanorum, manente omni genere civitatum, exceptis dediticiis.”
territorio romano excluidos de la concesión de ciudadanía hecha por la Constitutio Antoniniana. En
segundo lugar, también se aplicaría a aquellos extranjeros que se encontraban fuera del mundo
romano34. Fuera de los alcances del Edicto de Caracalla se encontrarían tanto los latinos Iuniani como
los Aeliani35. Por consiguiente, convirtió a la ciudadanía romana en la ciudadanía universal36.

En cuanto al derecho aplicable a las relaciones jurídicas, la Constitutio Antoniniana hizo necesaria la
aplicación de un derecho común a todos los ciudadanos romanos. La concepción universalista del
Derecho -que se desarrolló a partir de la teoría de imperio de Augusto hasta Justiniano (como se aprecia
en orbis terrarum y ius romanum en la Constitución Deo Auctore)37- planteó que los diversos derechos
particulares estaban orgánicamente comprendidos en un derecho común y superior 38, que se extiende a
todo el mundo y a todos los hombres: el ius romanum39. Convirtió al Derecho Romano en el único
vigente en todo el Imperio40 y universal41.Con lo cual, gracias a Teodosio II y Justiniano I, se consolidó
la concepción universalista, que se contrapone al estatalismo jurídico42.

34
Algunos autores los denominan extranjeros "exteriores al orbe romano". D'ORS, Alvaro. "Estudios...", op. cit., p. 587-
588; contrariamente, véase: BAVIERA, Giovanni, op. cit., p. 111. Gaudemet insiste en su carácter de "ajenos" a la
ciudad: GAUDEMET, Jean. "L'étranger au Bas-Empire." En: Recueil de la Societé Jean Bodin. Bruselas: Editions de la
Librairie Encyclopédique, 1958. IX - L'étranger, p. 211. Sin embargo, cabe tener en cuenta tanto los extranjeros del
interior como los no sometidos a Roma.
35
ARIAS, José. Manual de Derecho Romano. 2ª ed. Buenos Aires: Kraft, 1949. p. 154; MASTINO, Attilio. "Antoninio
Magno, la cittadinanza e l'Imperio Universale". En: CATALANO, Pierangelo y SINISCALCO, Pablo. La nozione di
"romano" tra cittadinanza e universalità. (Da Roma alla Terza Roma - Documenti e studi, vol 2). Napoli: Edizione
Scientifiche Italiane, 1984. p. 562; TALAMANCA, Mario. Lineamenti di storia del diritto romano. Milano: Giuffrè, 1979.
p. 591-592
36
BACCARI, María Pía. "Comunione e cittadinanza. (A proposito della posizione giuridica di eretici, apostati, giudei e
pagani secondo i codici di Teodosio II e Giustiniano I). En: Studia et Documenta Historiae et Juris. Roma: Pontificia
Universitas Lateranensis, vol. LVII, 1991, p. 272;
DE BONFILS, Giovanni. "Diritto Romano e diritti locali: età degli Antonini". En: LABEO - Rassegna di Diritto
Romano. Napoli: Jovene, 1978, vol. 24, p. 375-376; DE VISSCHER, Fernand. "L'expansione della civitas romana e la
diffusione del Diritto Romano." En: Conferenze Romanistiche. Università degli Studi di Trieste, Facoltà di
Giurisprudenza, Istituto di Diritto Romano e di Storia del Diritto. Milano: Giuffrè, 1960. p. 181; NICOLET, Claude. Il
mestiere..., op. cit., p. 25;PUGLIESE, Giovanni. "Recensioni...”, op. cit., p. 466; VISSCHER, Ferdinand de, "La
condition...", p. 203; GROSSO, Giuseppe, Lezioni..., op. cit., p. 421
37
CATALANO, Pierangelo. Diritto e Persone..., op. cit., p. XI
38
ILARI, Virgilio. L´interpretazione..., op. cit., p. 74; PARADISI, Bruno. “Norma fondamentale e contratto alle origini
della comunità internazionale”. En: Civitas Maxima: Studi di Storia del Diritto Internazionale. Firenze: Leo Olschki,
1974. Tomo 1, p. 22; PARADISI, Bruno. “Pace e Impero alla fine del mondo antico”. En: Civitas Maxima: Studi di
Storia del Diritto Internazionale. Firenze: Leo Olschki, 1974. Tomo 1, p. 219
39
Incluye al ius naturale y al ius gentium. BACCARI, María Pía, op. cit., p. 278
40
"From the time of Caracalla (a. D. 211-217) down till the death of Theodosius the Great (a. D. 395) the Empire had but
one law." No ignora particularidades provinciales pero afirma que el Derecho Romano era la regla de aplicación general.
BRYCE, James. "The extension...”, op. cit., vol. 1, p. 101. Aunque Jörs afirma que ello ocurrió en teoría, pues en la
práctica, el derecho helénico se resistió tenazmente en el Oriente. JÖRS, Paul, op. cit., p. 81-82. De Visscher se lamenta
que, después del 212 d. C., se suprimen los derechos locales a favor de un derecho del imperio romano: DE VISSCHER,
Fernand. "L'expansione...”, op. cit., p. 182
41
BRYCE, James. "The extension...”, op. cit., vol. 1, p. 102-103
42
La Codificación Teodosiana marca una etapa en el itinerario iniciado por la reflexión de Cicerón sobre ius civile y ius
gentium; ahora, ius romanum es ius commune. CATALANO, Pierangelo. Diritto e Persone..., op. cit., p. 77
Mientras maduraba y se consolidaba el ius romanum dentro de esta concepción universalista, surge una
unidad de derecho: el ius commune gentium43. Asimismo, se produjo el fenómeno que llevó a una
paulatina fusión del ius civile y el ius gentium, el cual fue acelerado por el establecimiento del concepto
de ius romanum.

7. REFLEXIONES FINALES.

Por lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que el ius gentium no fue concebido como el Derecho
Internacional Público: el ius gentium era el derecho común44, válido y vigente para todos los pueblos,
que no surgió de los acuerdos (foedera) ni de la imposición de una autoridad internacional. No
regulaba un sistema interestatal (que se expresa en el término acuñado modernamente por Zouche: “ius
inter gentes”)45 sino las relaciones entre los pueblos y los hombres entre sí, dentro del derecho común.

El derecho aplicable a las relaciones entre los pueblos y a los no ciudadanos se encontraba, como
derecho común, dentro del sistema jurídico romano. Siguiendo este razonamiento, podremos encontrar
el ius gentium hoy dentro de los derechos internos, sin ser necesario “incorporarlos” (Cicerón, De
off. 3.17.69). Esta falta de incorporación de las normas de ius gentium en el derecho de cada pueblo
establece otra diferencia con el Derecho Internacional Público actual, donde esta
incorporación/recepción resulta necesaria y se convierte en una barrera política para la aplicación de
reglas comunes y sustentadas en las necesidades de humanidad.

El ius gentium se aplicaba a todos los pueblos y a todos los hombres. Esto permitirá hoy incluir
dentro de este ius gentium a los pueblos indígenas y demás grupos minoritarios que forman parte de la
población del Estado, brindándoles derechos y protecciones jurídicas que a veces no pueden lograr en el
derecho interno debido a políticas de discriminación y exclusión.

Hoy el ius gentium se expresa en los principios generales del Derecho que comparten las naciones y
estos últimos sí están considerados como fuente del Derecho Internacional para efectos de la solución
de controversias en tribunales internacionales como la Corte Internacional de Justicia46; pero yo
precisaría que no sólo son aquellos reconocidos por las “naciones civilizadas” sino los que son
43
Segré opina que, desde el 212 d. C., en las provincias romanas se adoptó un derecho mixto, en parte helenístico y en
parte romano. SEGRÉ, Angelo. "L'applicazione del Diritto Romano nelle provincie orientali dell'Impero dopo la
Costituzione Antoniniana." En: Rivista Italiana per le Scienze Giuridiche (RISG). Milano: Giuffrè, Serie III, Año II (de la
fundación, Año LV), 1948, vol. 2 (de la entera colección, vol. LXVXX), Fasc. 1-4, p. 421
44
BRYCE, James. "The Law of nature...", op. cit., vol. 2, p. 131
45
ZICCARDI, Piero. “Ordinamento Giuridico. e) Diritto internazionale.” En: Enciclopedia del Diritto. Milano: Giuffré,
1980, Vol, XXX, p. 789; MOMMSEN, Teodoro. Disegno..., op. cit., p. 346
46
Artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia.
reconocidos por los sistemas jurídicos en base al respeto a la dignidad del ser humano los que le dan
contenido actual.

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