La Sencillez Del Ser

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LA SENCILLEZ DE SER

JEAN KLEIN

Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusi�n, y con el prop�sito
de que as� como usted lo recibi� lo pueda hacer llegar a alguien m�s. HERN�N

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Rosario - Argentina
Adherida al Directorio Promineo
FWD: www.promineo.gq.nu
�NDICE:

PR�LOGO
LONDRES. ABRIL 1980
NUEVO M�JICO. AGOSTO DE 1980
PARIS, DICIEMBRE DE 1980
CALIFORNIA. JULIO DE 1981
SUIZA. NOVIEMBRE DE 1981.
LONDRES. NOVIEMBRE DE 1982
CALIFORNIA. DICIEMBRE DE 1985
CALIFORNIA. FEBRERO DE 1986

PR�LOGO

�Qu� fue lo que le indujo a marchar a India?

Una necesidad interior, un anhelo de encontrar la paz, de encontrar el centro en el


que simplemente se es uno mismo, libre de cualquier est�mulo. Todo lo que hab�a
le�do de la India tradicional, especialmente de la India antigua, me llev� a sentir
que la India actual todav�a pod�a reflejar la antigua sabidur�a, que pod�a ser a�n
una sociedad centrada en la verdad. Naturalmente, es peligroso creer que puede
adoptarse otra cultura distinta a la propia, pero el motivo de mi partida a la
India no fue la b�squeda de una nueva creencia, religi�n o cultura. Era consciente
de que no encontrar�a lo que estaba buscando por el simple hecho de asumir un nuevo
estilo de vida o un punto de vista diferente. Desde el principio, me sent�
convencido de la existencia de una esencia de ser que es independiente de toda
sociedad y sent� la necesidad interior de explorar esta convicci�n.

�As� que su actitud no era concretamente la de buscar un maestro?

No. No buscaba nada espec�fico, pero al llegar a la India, en un entorno


completamente nuevo, me qued� sin referencia alguna respecto a mi experiencia
anterior. Al quedar en suspenso toda valoraci�n, me sent� catapultado hacia una
actitud de apertura y receptividad ante todo. Y me sorprendi� encontrar tan pronto
al hombre que m�s tarde ser�a mi maestro. No puedes buscar un maestro. El maestro
te encuentra en tu conciencia.

Esta necesidad interna, este anhelo de libertad, �debe ser muy fuerte?

La necesidad de libertad debe ser enorme. No puede ser aprendida ni adquirida, pero
llega a hacerse presente por medio de la autoindagaci�n. En la autoindagaci�n
aparece un pre-sentimiento, una insinuaci�n de la realidad y es este presentimiento
lo que hace surgir un tremendo anhelo. �Puede ser tu despertar!
Cuando te observes a ti mismo, ser� lo que inicialmente sientas. Puedes desconocer
qu� clase de carencia es �sta y buscar�s entonces en distintas direcciones con la
esperanza de satisfacerla. Cuando este proceso de b�squeda se haya llevado a cabo,
puede llegar un momento en que la carencia y el deseo que ella conlleva se
desvanezcan. Por un instante, est�s en paz. Pero al no ser consciente de esta falta
de deseo, te fijas en el objeto, en lo que podr�a llamarse la causa de tu
satisfacci�n y, naturalmente, �sta pierde inevitablemente su encanto y de nuevo te
encuentras insatisfecho. Pasar�s por muchas de estas situaciones sin salida, como
un perro de caza que no puede encontrar el rastro y da vueltas fren�ticamente. Pero
estos cul-de-sacs de la experiencia te aportar�n una cierta madurez, porque
inevitablemente te interrogar�s con mayor profundidad sobre todos los
acontecimientos y sobre su transitoriedad. Es un proceso de eliminaci�n. Debes
indagar, como un hombre de ciencia, en tu propia vida. Observa que siempre que
consigues lo que deseas est�s en una ausencia de deseo en la que el objeto inicial,
la supuesta causa de tu falta de deseo, no est� presente. Observa que esta falta de
deseo es realmente inmotivada y que eres t� quien le est� atribuyendo las causas.
Al llegar a un cierto punto de madurez, te sentir�s repentinamente atra�do por el
perfume de la realidad; tus idas y venidas en todas direcciones, tu dispersi�n,
cesar�. Espont�neamente, te encontrar�s orientado. Tu perspectiva total cambiar�.
El perfume te seduce y te ofrece un anticipo de la realidad, un pre-sentimiento que
hace surgir ese intenso est�mulo interior de que acabamos de hablar.

�Podr�a decir algo m�s sobre ese presentimiento? �Qu� es exactamente?

El presentimiento procede de lo presentido. Es el reflejo de la verdad. Es la


orientaci�n espont�nea cuando la dispersi�n comienza a centrarse en un punto. El
ego se hace m�s transparente y en esta transparencia la energ�a que estaba fijada
por el ego en los objetos de la dispersi�n es transferida hacia la orientaci�n.
Cuando el pre-sentimiento aparezca, entr�gale todo tu coraz�n. Debes estar muy
alerta, muy atento, pues el condicionamiento del olvido es muy fuerte.

�Jug� alg�n papel el sufrimiento para impulsarle en su camino?

Depende de c�mo entiendas el sufrimiento. El sufrimiento como idea, como concepto,


nunca puede proporcionarte el conocimiento de ti mismo. Pero la percepci�n directa
del sufrimiento, como la percepci�n directa de todo objeto, es un indicador de tu
S� mismo. Lo que fue importante para m� fueron aquellos momentos en que mir� hacia
m� mismo y encontr� una ausencia de realizaci�n; esto puso en acci�n un proceso de
investigaci�n m�s profunda. En cierto sentido, cuando realmente sientes esta
carencia sin conceptualizarla, hay un sufrimiento intenso, pero no es un
sufrimiento semejante al que pueda ser motivado por un robo, la p�rdida de empleo,
la ruptura del matrimonio, una muerte o cualquier otra circunstancia de este tipo.
Desde luego, estas dificultades te privan de una cierta clase de complacencia y
alteran tu habitual modo de vida. Te llevan a interrogar, a investigar, a explorar,
a cuestionar, el propio sufrimiento.
Haz del sufrimiento un objeto. En el completo abandono a la percepci�n, aparece la
luz. Debes comprender que por �abandono� no quiero decir una aceptaci�n fatalista
ni ninguna clase de sacrificio psicol�gico. El abandono real consiste en dejar
marchar todas las ideas y permitir que la percepci�n -en este caso el sufrimiento-
venga a ti en tu apertura. Ver�s que eso no es un �cambiar de sitio� como sucede en
la aceptaci�n psicol�gica, donde la energ�a fijada como sufrimiento es meramente
desplazada hacia otra �rea, sino que viene a florecer desde el interior de la
plenitud de tu atenci�n. La sentir�s como energ�a libre, energ�a que estaba
anteriormente cristalizada. As� pues, el abandono no es un estado pasivo. Es tanto
pasivo como activo, pasivo en el sentido de �dejar ir�. como con el �hombre pobre�
de Meister Eckhart. y activo en cuanto que es una alerta constante.

�Practic� yoga para llegar a m�s profundos niveles de abandono y atenci�n?

La palabra �pr�ctica� significa generalmente �h�bito�. Debemos �practicar�


�nicamente en el sentido de llegar a conocer mejor el cuerpo y la mente. Debemos
ver que el cuerpo es el campo en el que aparece el temor, la ansiedad, la defensa y
la agresi�n. No obstante, el �nfasis no debe ponerse en el cuerpo, sino en la
presencia, en la escucha. Lo importante es llegar a estar familiarizado con este
campo de tensiones y ver que la constante interferencia de la imagen del yo no est�
separada del citado campo, sino que, por el contrario, pertenece a �l. Cuando esto
se percibe con claridad, la tensi�n no encuentra ning�n c�mplice, la percepci�n
queda libre y las energ�as se integran en su totalidad. El planteamiento
tradicional consiste en escuchar el cuerpo, no en tratar de dominarlo. Dominar el
cuerpo es hacerle violencia. Pero se puede barrer el suelo o fregar los platos y
estar a la escucha. No hay diferencia.
La exploraci�n del cuerpo me llev� a una m�s profunda relajaci�n y la relajaci�n
trajo consigo la cesaci�n de esquemas repetitivos en el cuerpo y en la mente. La
aceptaci�n del cuerpo me llev� a un mayor conocimiento de la sensaci�n de �soltar�;
as�, de esta forma, el yoga intervino en el pre-sentimiento de la realidad. Pero
eso s�lo me condujo a un estado en el que ya no pon�a el �nfasis en el objeto, en
el cuerpo, sino en el sujeto �ltimo. El yoga proporciona atenci�n y tranquilidad, y
un cuerpo tranquilo refleja una mente tranquila. Pero, desde luego, puedes llegar a
una plenitud de paz en el cuerpo y en la mente sin el yoga.

Si el yoga no es en s� mismo la ense�anza, �qu� es?

La ense�anza apunta directamente a lo que no puede ser ense�ado. Las palabras, las
acciones, son unas muletas y este soporte pierde gradualmente su concreci�n hasta
que s�bitamente te encuentras un d�a en un no-estado que no puede ser ense�ado. Las
formulaciones son s�mbolos, indicaciones, y al final ya no ves el s�mbolo sino
aquello a lo que el s�mbolo apunta.

Cuando la ense�anza perdi� su concreci�n y tuvo el desplazamiento del �nfasis desde


el objeto-s�mbolo hacia el sujeto, hacia aquello a lo que el s�mbolo apunta, �c�mo
cambi� su vida?

Los viejos esquemas de pensar y actuar, de falsa identificaci�n con el cuerpo, al


haber perdido su concreci�n, carec�an ya de cualquier soporte. Fue esa reducci�n de
la dispersi�n a la orientaci�n de que antes habl�bamos, un fortalecimiento del pre-
sentimiento de la verdad. Progresivamente se fue haciendo m�s presente y menos
conceptual. Este ser comprendiendo dio una nueva orientaci�n a mi vida. Todo era
percibido de una forma nueva. Fui discerniendo m�s y, aunque no hiciera ning�n
cambio voluntario, muchas de las cosas que hab�an ocupado un lugar en mi vida
anterior desaparecieron. Hab�a sido seducido por nombres y por formas que me hab�a
esforzado en poseer y alcanzar, pero con esta reorientaci�n de la energ�a apareci�
un nuevo orden de valores. No debes interpretar esto como la adopci�n de alg�n
nuevo tipo de moral. Nada fue a�adido ni rechazado. Simplemente, llegu� a tener
conocimiento de la �claridad�, sattva, y este conocimiento se vio acompa�ado de una
espont�nea transformaci�n.
Mi maestro me explic� que esta luz, que parec�a venir de fuera, era en realidad la
luz reflejada por el S�. En mis meditaciones, fui visitado por esta luz y atra�do
por ella, lo que me proporcion� una gran claridad en el actuar, el pensar y el
sentir. Mi forma de escuchar se hizo incondicionada, libre del pasado y del futuro.
Esta escucha incondicionada me condujo a una actitud receptiva y cuando me
familiaric� con la atenci�n, �sta qued� libre de toda expectativa, de toda
volici�n. Me sent� instalado en la atenci�n, en una apertura en plenitud a la
conciencia.
Posteriormente, una noche acaeci� un cambio completo en el Paseo Mar�timo de
Bombay. Estaba observando el vuelo de los p�jaros sin pensar ni interpretar, cuando
fui completamente arrebatado por ellos y sent� que todo suced�a en m� mismo. En
aquel momento me conoc� conscientemente. A la ma�ana siguiente, al enfrentarme con
la multiplicidad de la vida diaria, supe que me hab�a establecido en el ser
comprensi�n. La imagen de m� mismo se hab�a disuelto completamente y, libre del
conflicto y de la interferencia de la imagen del yo, todo lo que ocurr�a pertenec�a
al ser consciente, a la totalidad. La vida flu�a sin la interposici�n del ego. La
memoria psicol�gica, placer y displacer, atracci�n y repulsi�n, se hab�a
desvanecido. La presencia constante, lo que llamamos el S� mismo, estaba libre de
repetici�n, memoria, juicio, comparaci�n y valoraci�n. El centro de mi ser hab�a
sido espont�neamente impulsado desde el tiempo y el espacio hacia una quietud
intemporal. En este no-estado de ser, la separaci�n entre �t� y �yo� desapareci�
por completo. Nada aparec�a fuera. Todas las cosas estaban en m�, pero yo ya no
estaba en ellas. S�lo hab�a unidad.
Me conoc� en el acontecer presente, no como un concepto, sino como un ser sin
localizaci�n en el tiempo y el espacio. En este no estado hab�a libertad, plenitud
y alegr�a sin objeto. Era pura gratuidad, agradecimiento sin objeto. No se trataba
de un sentimiento afectivo, sino de libertad respecto a toda afectividad, una
frialdad cercana al ardor. Mi maestro me hab�a dado una explicaci�n de todo esto,
pero ahora se hab�a convertido en una verdad resplandeciente e integral.
LONDRES. ABRIL 1980

He venido a escucharle por primera vez, �podr�a hablarme de su filosof�a de la


vida?

Comencemos por considerar por qu� has venido hoy aqu�. Si buscas el motivo,
descubrir�s en ti un sentimiento de carencia interior, una especie de hambre que
tratas de satisfacer viniendo aqu�. Antes de seguir adelante, debes comprender que
no hay realmente nada que alcanzar. Cuando te convences completamente de esto,
tiene lugar una detenci�n. Toda la energ�a previamente expandida hacia cualquier
objetivo retorna a su origen y eres retrotra�do a tu presencia. En un principio,
puede tratarse de una presencia a algo, porque est� en la naturaleza de los ojos el
ver y en la de los o�dos el o�r. Pero cuando visi�n y audici�n quedan libres de
motivo, finalidad e intenci�n, no pertenecen ya s�lo a los ojos y o�dos. La
atenci�n no cualificada es multidimensional: todo el cuerpo oye y puedes sentir,
aunque no de forma sensorial, que visi�n y audici�n aparecen en ti, en tu presencia
global. Al final, incluso visi�n y audici�n desaparecen en esta presencia y t� eres
uno con ella. En �ltima instancia, no hay ya un sujeto que ve ni un objeto que es
visto. Hay s�lo unidad.
Esto es lo que vengo a comunicarte aqu�. La identidad con esa presencia, con esa
totalidad, con esa plenitud, es meditaci�n, pero no hay nadie que medite ni objeto
sobre el que meditar. Esto, pues, no pertenece a la filosof�a. Es tu naturaleza
real.

�No equivale esto a descubrir lo que realmente somos?

S�, pero nunca podemos conocer qui�nes somos realmente como conocemos otras cosas,
porque somos el proceso de conocer. Debemos, pues, admitir que somos conocimiento.
Todo lo dem�s es s�lo un concepto.
Pero podemos tener un resplandor fugaz de ello, un destello que provoca una certeza
que despu�s no podemos olvidar. Por eso nos esforzamos en volver de nuevo a esa
situaci�n.
(Largo silencio)

Me resulta dif�cil comprender esta idea de que tenemos �un resplandor fugaz� y, sin
embargo, volvemos a nuestro modo de vida habitual. �C�mo puede ser esto? Parece que
sea todav�a una experiencia limitada por el tiempo y los conceptos.

Una experiencia est� siempre referida a alguien, a un yo. Es comprendida por


referencia al pasado, a la memoria, a lo que ya conocemos. Todav�a tiene un sujeto,
alguien que experimenta, y un objeto, algo experimentado. Pero lo que
fundamentalmente somos nunca puede ser experimentado, nunca puede participar de la
relaci�n sujeto-objeto; por eso debemos abandonar todo deseo de experiencia.
�Qu� significa entonces llegar a familiarizarse m�s con uno mismo? Significa llegar
a estar m�s informado sobre lo que no eres, sobre tu cuerpo, tus sentidos, tus
emociones, tu mente. Este es un movimiento diametralmente opuesto al intentar
agarrar del conocimiento.
Debe venir a ti. Debes escuchar tu cuerpo, tus sentidos, tu mente, una escucha que
exige dejar todo lo que crees saber, todo condicionamiento, todo esquema. Cuando
permanecemos en esta escucha, las percepciones emergen de lo que la psicolog�a
llamar�a el subconsciente y el superconsciente. Pero no pongas �nfasis en las
percepciones porque acentuar lo percibido te ata a la relaci�n sujeto-objeto.
Primero, el acento est� en el que percibe y, m�s tarde, te dar�s cuenta de que lo
que se enfatiza es la propia escucha, hasta que finalmente te encuentras t� mismo
en esta escucha. La escucha es el tel�n de fondo sobre el que aparece todo. Es
quietud. Tu cuerpo, tus sentidos, tu mente y todos los estados, vienen y van, pero
t� eres esa presencia intemporal.
La idea de que hay algo que conseguir est� profundamente arraigada, por eso
continuamos viviendo en el proceso del llegar a ser, proyectando energ�a para
adquirir o conservar algo. Pero la escucha sin motivo profundiza la convicci�n de
que no hay realmente nada que ganar o perder y los condicionamientos se desvanecen
en la mente, la agitaci�n desaparece y queda la quietud. Eres entonces como el
pescador que no controla el pez ni el agua. Lim�tate a observar y acaba por sentir
que todo est� contenido en esa mirada, en ese silencio, que nada hay aparte de eso.
En ese momento est�s en el umbral de tu ser real y ning�n deseo puede venir a
interferir. Eres aprehendido por el propio Ser.

�Qu� es lo que lleva a elegir ciertas cosas en oposici�n a otras?

�Cu�l es el motivo que te lleva a una determinada elecci�n? S�, observa esto con
claridad. Si el cambio deseado es solamente superficial, andaremos de una
compensaci�n a otra a trav�s de las diversas ideas y t�cnicas que la sociedad
ofrece. Mirando m�s profundamente el motivo que se oculta tras una cierta elecci�n,
puedes descubrir una sensaci�n de algo perdido en ti mismo. Para ver en qu�
consiste esta deficiencia se requiere sosiego y una actitud de apertura libre del
pasado. No permitas que las ideas o la memoria te digan lo que necesitas, mantente
calmo y conocer�s la respuesta a tu pregunta.
Buscar algo, esperar algo, tratar de alcanzar algo, son movimientos desde tu eje
hacia la periferia, desde la conciencia global hacia un punto de vista.

A veces hay algo en m� que no quiere renunciar a una cierta elecci�n�

Si la elecci�n es muy profunda, hazla, empr�ndela, s�guela, no la rehuses.


Simplemente, s� consciente mientras lo haces.

�Quiere usted decir que cuando uno no contradice al ego, �ste desaparece?

Desde luego. Aceptarlo es muy importante. Acepta tus acciones, tus ansias, tus
deseos. Aceptarlos te coloca en una situaci�n de inteligencia, de espontaneidad, en
la que el universo queda en libertad. Todo lo que anteriormente se encontraba
restringido por tus conceptos, recupera su expresi�n natural. S�lo entonces es
posible una comprensi�n real puesto que las conclusiones aparecen en ti, lo que no
tiene nada que ver con el proceso habitual de la memoria.

A veces surge una inteligencia que incita a un espont�neo �soltar�, sin esfuerzo ni
intenci�n. Y otras veces puedo querer que algo me deje, pero la liberaci�n no
sucede. �Es porque es el ego el que est� tratando de dejarlo ir?

Cualquier intento de soltar provoca anticipaci�n y resistencia porque est�s


personalmente implicado en lo que deseas suprimir. Cualquier tentativa de forzar un
estado u objeto con intenci�n de dejarlo ir s�lo sirve para reforzarlo. Puedes
incluso intentar algunas t�cnicas psicol�gicas, pero con frecuencia �stas se oponen
a un aut�ntico soltar puesto que te fijan al ego.
Por lo tanto debes aceptar primero tu estado y aceptarte a ti mismo. En la
aceptaci�n genuina no existe ninguna implicaci�n personal en lo que es aceptado,
pues no hay persona. Pero no es una aceptaci�n psicol�gica. El que ve est�
completamente fuera de lo que es visto. S�lo entonces hay una aut�ntica
transformaci�n, una reorquestaci�n de todas las energ�as, pues ambos, el que ve y
lo que es visto, apuntan ahora a tu totalidad, a la conciencia global.

�Tiene la persona alguna realidad?

No tiene ninguna realidad. Lo que es real existe en s� mismo. Eso significa que es
aut�nomo, que no tiene necesidad de un agente para ser conocido. Puesto que la
personalidad tiene necesidad de la conciencia para ser conocida, no es real.

�Es entonces la personalidad una superposici�n intelectual a la realidad?


La personalidad es relativa porque su existencia depende de la conciencia. La
identificaci�n con la personalidad la restringe autom�ticamente, dejando as� de ser
funcional. La verdadera personalidad aparece en una situaci�n dada y se acalla en
el momento en que la situaci�n termina. No hay fijaci�n, pues est� completamente
abierta a todo lo que es.
Desde luego. en nuestra sociedad, las relaciones humanas se dan generalmente entre
personalidad y personalidad, entre objeto y objeto. En una relaci�n de este tipo
hay s�lo una actitud de agarrar, s�lo una continua b�squeda de seguridad.

�Qu� quiere decir con �b�squeda de seguridad�?

El individuo, el yo relativo, necesita una situaci�n para existir, y un yo


diferente aparece en cada situaci�n. Si �yo� camino, aparece un yo que est�
caminando. Si �yo� estoy pensando, aparece un yo que piensa. Pero cuando la
situaci�n termina, tambi�n ese yo desaparece. As�, el yo relativo, el ego, proyecta
continuamente situaciones para asegurarse a s� mismo, para encontrar su concreci�n.
Todo pensamiento est� vinculado a una imagen que, a su vez, est� limitada por los
cinco sentidos. Todo pensamiento, incluso el pensamiento abstracto, est� siempre
relacionado con un particular sentido de la percepci�n, con una excepci�n: el yo
�ltimo. La pregunta ��qui�n soy yo?� est� referida al sujeto �ltimo que, careciendo
de imagen, de proyecci�n, se disuelve en el silencio. Este es el yo que todos los
seres vivos tienen en com�n: pura autoexistencia.

�Qu� es un concepto?

Un concepto es un pensamiento y un pensamiento es una palabra; una palabra es un


sonido y un sonido es una pulsaci�n. �Qu� hay antes de la pulsaci�n? Silencio. Por
tanto, un concepto es s�lo una objetivaci�n del silencio. En realidad, todo lo que
aparece es una objetivaci�n del silencio. En el momento de unidad con la expresi�n,
s�lo hay silencio.
Debes aceptar la posibilidad de lo que aqu� se dice. En otras palabras, debes
adoptar una actitud cient�fica. Si a un cient�fico se le dice que una f�rmula
particular produce un cierto resultado, �l puede investigar los pasos seguidos por
el cient�fico que se lo ha dicho. En este sentido, su conocimiento es de segunda
mano; as� que repite el experimento, siguiendo el mismo proceso, para ver si
obtiene el mismo resultado.
Al igual que el cient�fico, puedes recoger informaci�n de alguien que vive en el
no-estado. Preguntas c�mo ha llegado a ello y aceptas lo que oyes, aceptas la
posibilidad de que eso exista. Entonces vives la perspectiva que esta persona
ense�a y esa vivencia se convierte en una experiencia de primera mano.
Todo lo perceptible es una exteriorizaci�n en el espacio-tiempo de tu ser real,
quietud. En primer lugar, debes estar en actitud receptiva respecto a las
percepciones de tu cuerpo, tu mente y tus sentidos, de modo que �stas tengan la
posibilidad de desplegarse completamente y florecer en ti. S�lo entonces est�s
abierto a lo que te rodea, al mundo que est� a tu alrededor. Y en esta apertura, en
esta aceptaci�n, llegar� un momento, puedes estar seguro, en que ya no te
encontrar�s en la percepci�n o en el mundo, sino en la apertura misma.

�C�mo se puede posibilitar un desarrollo �ptimo de la sensibilidad?

Establece un contacto cada vez m�s estrecho contigo mismo. Comienza por escuchar de
forma no selectiva. Puedes creer que est�s escuchando, cuando, de hecho, s�lo estas
oyendo la repetici�n de tus ideas preconcebidas. En consecuencia, no te conoces
realmente a ti mismo, no conoces realmente el mundo. Lo que t� llamas sensibilidad
aparece s�lo cuando la escucha es incondicionada, libre de cualquier ser sensible.
Sensibilidad es identidad.
Al margen de cu�n sutil pueda llegar a ser nuestra percepci�n, en la medida en que
permanecemos inmersos en las relaciones sujeto-objeto, dicha percepci�n est�
siempre cualificada. El acento no debe ponerse en la percepci�n, sino en aquello
hacia lo que la percepci�n apunta: la propia conciencia. La percepci�n es porque
nosotros somos. Y cuando a la percepci�n se le da una completa libertad, nos
retrotrae a la atenci�n global, a la totalidad, a la intemporalidad. En otras
palabras, tenemos un pre-sentimiento del silencio �ltimo.

�Qu� quiere decir con �pre-sentimiento�?

Preg�ntate a ti mismo: ��cu�l es el motivo real de todo lo que hago, pienso o


quiero?� Ver�s que tu deseo real es estar sin deseo. Tu deseo real es la paz. En
las diversas situaciones de tu vida, est�s buscando continuamente la carencia de
deseos, pero no est�s convencido del hecho de que el objeto deseado nunca cumple su
promesa.
Una vez que el objeto deseado es conseguido, experimentas una paz moment�nea. Pero
m�s adelante, este mismo objeto te deja indiferente. En un determinado momento,
llegas a la conclusi�n de que lo que estabas buscando no se encuentra en ning�n
objeto, en nada de lo que proyectas. Esta visi�n produce en ti una detenci�n. Te
quedas en silencio, a la escucha, despojado de toda orientaci�n, multidimensional y
completamente abierto. Este es el momento en que el presentimiento aparece,
surgiendo de lo presentido. Si lo dejas, te lleva hacia s� mismo. Y entonces est�s
completamente desnudo, libre de todo atributo. T� eres silencio.
Puedes llamar a este pre-sentimiento percepci�n original, donde no hay ni elemento
perceptor ni nada percibido, sino s�lo identidad con la percepci�n. Sientes, sin
sentirlo, que en todos los estados -vigilia, sue�o con sue�os, sue�o profundo- la
pura conciencia sin objeto es.

�Quiere usted decir que la escucha deber�a estar libre de toda idea preconcebida,
sin ideaci�n, imaginaci�n o conocimiento que pueda alterar lo percibido?

S�. De lo contrario, s�lo escuchar�s tus propias proyecciones, lo que ya te es


conocido. La indagaci�n de que estamos hablando es una observaci�n de cada
situaci�n de tu vida sin referencia a experiencias previas, sin sacar ninguna
conclusi�n. Est� al margen del proceso ordinario de la memoria. Aunque la situaci�n
pueda llegar espont�neamente a una conclusi�n, no hay nadie que concluya.

�Tiene la edad o la madurez alguna relaci�n con esto?

La madurez no tiene nada que ver con la edad. La madurez viene de la observaci�n,
la indagaci�n y la escucha. Cuando llegas a familiarizarte con la escucha pura,
�sta te lleva a la intemporalidad. Por utilizar la expresi�n de los psic�logos, en
la escucha intemporal emergen el subconsciente y el superconsciente. Toda tu vida
emerge.

�Cu�l es su opini�n del psicoan�lisis?

El psicoanalista cree en la existencia de un ego. Ve toda situaci�n, todo lo que


existe, en relaci�n a este ego. Pretende ayudarte a liberar al ego del antagonismo
y de la contradicci�n. Tras muchos a�os de an�lisis, el paciente puede tener un
sentido m�s claro de identidad, pero todav�a permanece apresado en la idea de ser
un ego. El ego es s�lo una funci�n mental, una idea que aparece en una situaci�n y
desaparece con la situaci�n. Desde el momento en que vivimos conscientemente en lo
que fundamentalmente somos, este reflejo de visualizarnos a nosotros mismos como
una imagen desaparece.

�Es el maestro un objeto de percepci�n?

Trata de no hacer de �l una percepci�n. El maestro, al no ofrecerte ning�n soporte


al que agarrarte, te devuelve a ti mismo, porque tu S� mismo y su S� mismo son
id�nticos. Para �l, no existe disc�pulo o pupilo, puesto que no se identifica a s�
mismo con el papel de maestro. El es. Simplemente, es.
No hay objetivo en las relaciones entre gur� y disc�pulo. En cierta forma podr�a
decirse que s� lo hay, pero no te dejes enga�ar por las apariencias. El maestro no
es seducido por el atractivo del disc�pulo y el disc�pulo no es seducido por el
atractivo del maestro. Hay entonces una corriente, puedes llamarla amor, puedes
llamarla conocimiento. Esta corriente es muy importante. Surge en el momento en que
dejas de calificarte a ti y de calificar al maestro. Cuando realmente amas a
alguien, ya no hay un �yo� o un �otro�. El amor est� vac�o de tales atributos.

�Cu�l es la misi�n del gur� exterior? �No es conducir al disc�pulo hasta el gur�
interior que est� en todas partes?

En realidad, el gur� exterior y el gur� interior son el mismo. Podemos sentir que
lo que llamamos gur� exterior te se�ala la direcci�n de lo que eres. Por medio de
su capacidad pedag�gica te indica que t� no eres el cuerpo, los sentidos ni la
mente.

�Se da alg�n tipo de transferencia entre el gur� exterior y el disc�pulo?

Supongamos que est�s mirando una escultura del Budismo de Angkhor. La sonrisa del
rostro de la estatua de Angkhor es particularmente hermosa. Cuando tu actitud es
receptiva, puedes sentirte completamente arrebatado por su sonrisa. Puedes
encontrarte a ti mismo sonriendo tambi�n, pero no por imitaci�n. Es m�s bien la
sonrisa la que se apodera de ti y te encuentras entonces sonriendo.
Pero lo que tu llamas �transferencia� es una reacci�n rom�ntica. Por medio de sus
palabras, el maestro te muestra que lo que eres nunca puede ser objetivamente
percibido. Te acerca cada vez m�s a la visi�n directa y, finalmente, te encontrar�s
en el umbral de tu ser. Pero el maestro s�lo puede llevarte hasta el umbral. En ese
momento, eres absorbido al interior de ti mismo.

�Qu� es lo que nos impide cruzar el umbral?

Si miras profundamente en tu interior, ver�s que te niegas a cruzar. La imagen de


ser alguien est� muy profundamente enraizada. Ello estimula la inseguridad, pero
incluso esta inseguridad proporciona un soporte para el ego. D�jala ir.

�C�mo se consigue esa actitud de �dejar ir�, de �soltar�?

El �soltar� es un resultado de la comprensi�n, pero �sta no tiene nada que ver con
el an�lisis ni con ning�n proceso de razonamiento. Llega por medio de la
investigaci�n, por medio de la observaci�n. Naturalmente, puedes observar una cosa
detr�s de otra, pero la comprensi�n verdadera es instant�nea cuando todos los
elementos que configuran una visi�n global te devuelve al silencio y en el silencio
est� la confirmaci�n de la no-existencia de la persona.

Pero yo s� ya todo esto. �Cu�l es entonces el problema?

Puede haber todav�a una especie de reflejo. Supongamos que t� tocas el piano con un
cierto grado de capacidad, pero te resulta dif�cil interpretar piezas que requieren
una mayor pericia. Te diriges a un profesor de piano que te ense�a el m�todo
apropiado para interpretar esas piezas. Regresas a tu casa satisfecho, pero, al
siguiente d�a, cuando empiezas a tocar, adviertes que est�s cayendo en los viejos
h�bitos. Esto lleva un cierto tiempo. Tienes la convicci�n de que no eres nadie,
pero surgen momentos en tu vida diaria en que te encuentras a ti mismo
reaccionando. Ves el acontecimiento, ves tu entorno, pero todav�a colocas la imagen
de un yo entre el acontecimiento y t�. Eso es normal. No te sientas frustrado por
ello. Obs�rvalo y puedes estar seguro de que llegar� el momento en que ya no
volver�s al reflejo de proyectar una imagen de ti mismo.
�C�mo podemos reconocer nuestra naturaleza real?

Puedes saber lo que no eres, pero no puedes saber lo que eres. �Conoces realmente
lo que no eres? Tu cuerpo cambia, tus emociones y sensaciones cambian. Tus ideas
son ahora completamente diferentes a las que ten�as hace diez a�os. Toma nota de
todo lo que en ti est� cambiando. Hay ya paz en una mirada silenciosa. Cuando
llegues a estar familiarizado con lo que no eres, sentir�s una distancia, un
espacio, entre la actitud de observaci�n y lo observado, hasta que llega el momento
en que sientes lo que eres sin sentirlo. Esto no es el simple proceso de conocer
algo. Esto est� fuera de la relaci�n sujeto-objeto. Esto es ser-conocimiento.

�Qu� puede decir sobre la gracia?

Todo lo que puede ser percibido, incluso tu propia imagen, es s�lo mente. La mente
existe en ti, en la conciencia. As�, cuando tu escucha es inocente, hay apertura;
apertura a las funciones de la mente, a la energ�a en movimiento. Estar abierto a
la apertura es la gracia. Ella te est� esperando. No puede ser alcanzada por medio
de la voluntad.

Leyendo textos sobre yoga, uno se encuentra con palabras tales como �represi�n�,
�supresi�n�, �disciplina� y �control�. �Qu� piensa usted de estas expresiones?

Si sigues el yoga con la intenci�n de alcanzar algo, te desplazas desde tu centro


hacia la periferia. Ciertamente, el yoga puede producir un estado de mayor
relajaci�n, una mente menos agitada, pero existe el peligro de ir estanc�ndose cada
vez m�s en la relaci�n sujeto-objeto. Naturalmente, puedes experimentar un estado
de relajaci�n lleno de paz, pero esta paz es todav�a un estado del que entras y
sales. Es todav�a un objeto de percepci�n. Y cuando tienes delante un objeto tan
sutil y atractivo, es muy dif�cil llegar a la conciencia sin objeto.
Podr�amos decir que el yoga funciona en teor�a, pero no en la pr�ctica, pues el que
lo practica llega a quedar fijado en el objeto y completamente absorto en su
dulzor, lo que es, en un cierto sentido, tr�gico. El yoga, o cualquier otra
t�cnica, deber�a ser seguida s�lo con la comprensi�n de que no hay nada que
alcanzar. El que busca es lo buscado y la idea de alcanzar algo es s�lo una
evasi�n.

�Qu� ocurre entonces con el prop�sito de alcanzar el samadhi?

Es s�lo un dulce que se le ofrece al disc�pulo.

�Es necesaria la lectura de los libros sagrados?

Familiar�zate con tu propio libro. Aprende c�mo leerlo, c�mo dejarle que te cuente
su historia. Generalmente, pretendemos que el libro diga lo que nosotros queremos
que diga; de esta forma, impedimos su plena expresi�n.

Los seres humanos van durante toda su vida aceptando que son el ego y es esta
err�nea identificaci�n la que da un sentido de necesidad al yo relativo: alcanzar
la siempre huidiza perfecci�n de s� mismo�

El ego que desea la perfecci�n es una parte de la imperfecci�n. La mente nunca


podr� cambiar a la mente. Observa la carencia de intencionalidad del pensamiento.
Espera hasta que cada pensamiento se desvanezca. Debes dar por sentado que el
cambio real no es un proceso mental. S�lo la conciencia silente, estando fuera del
tiempo, puede aportar la verdadera transformaci�n.

En una charla anterior, dijo usted que la realizaci�n de lo que realmente somos no
requiere ning�n esfuerzo. Pero si queremos aprender a tocar el piano, deberemos
practicar mucho antes de llegar a hacerlo sin esfuerzo. Si el esfuerzo se aplica a
los objetos limitados, �por qu� no deber�a aplicarse a lo infinito?

Aprendemos a tocar el piano observando una representaci�n de la m�sica e intentando


exteriorizarla en el piano. Esto no requiere ning�n esfuerzo. La primera vez que
tocas una pieza, adviertes lo que sucede. Observando la posici�n de tus manos,
observando la forma en que suena la m�sica, vas entrando progresivamente en
contacto con ella. Al tocarla por segunda vez, comienzas a discernir lo que puede
estar impidiendo una perfecta ejecuci�n de la pieza. Y la tercera vez, la tocas
perfectamente.
De la misma forma llegas a realizar tu naturaleza real. Primero hay observaci�n, la
cual aporta un discernimiento que conduce a la visi�n espont�nea. Nada de esto
requiere esfuerzo.
La palabra �esfuerzo� implica intenci�n, voluntad de realizar alg�n fin. Pero este
fin es una proyecci�n del pasado, de la memoria, y as� dejamos de estar presentes
al momento actual. Puede ser exacto hablar de una �recta atenci�n� en el sentido de
escucha incondicionada, pero esta atenci�n es diametralmente opuesta al esfuerzo en
tanto que es enteramente libre de orientaci�n, motivaci�n y proyecci�n. En la recta
atenci�n nuestra escucha es incondicionada; no existe la imagen de una persona que
impida una audici�n global. No est� limitada al o�do, es la totalidad del cuerpo la
que oye. Est� completamente al margen de la relaci�n sujeto-objeto. La escucha
sucede, pero nada es o�do y nadie escucha. Y como la escucha incondicionada es
nuestra naturaleza real, llegamos a conocernos a nosotros mismos en la escucha.
Rara vez escuchamos realmente. Vivimos m�s o menos continuamente en el proceso del
devenir. Proyectamos una imagen de ser alguien y nos identificamos con ella. Y en
tanto nos tomamos por una entidad independiente, hay un hambre continuo, un
sentimiento de falta de integridad. El ego est� constantemente buscando su
realizaci�n y su seguridad, y de ah� su perpetua necesidad de llegar a ser, de
realizar, de alcanzar. De esta forma, nunca contactamos realmente con la vida, pues
�sta requiere apertura a cada instante. En esta apertura, la agitaci�n provocada
por el intento de llenar una ausencia en ti mismo llega a su fin, y en la quietud
que resulta te encuentras ante tu integridad. Sin una imagen de ti mismo, eres
realmente uno con la vida y con el movimiento de la inteligencia. S�lo entonces
podemos hablar de acci�n espont�nea. Todos conocemos momentos en que la
inteligencia pura, libre de interferencias psicol�gicas, surge; pero, tan pronto
como retomamos la imagen de ser alguien, cuestionamos la intuici�n preguntando si
es acertada o err�nea, buena o mala para nosotros, y as� sucesivamente. Cualquier
cosa que hacemos intencionadamente pertenece al ego-yo y, aunque aparezca como
acci�n, es realmente reacci�n. S�lo lo que espont�neamente surge del silencio es
acci�n y tal acci�n no deja residuos. Ni siquiera puedes recordarla. La acci�n
intencionada del ego-yo siempre deja residuos que m�s tarde podemos llamar
enfermedad.
En la espontaneidad, la acci�n ocurre pero nadie act�a. No hay estrategia ni
preparaci�n. Hay s�lo conciencia libre de la agitaci�n y la memoria y en esta
quietud toda acci�n es espont�nea, porque cada situaci�n es parte de tu apertura y
ella misma te dice exactamente c�mo proceder. La acci�n real no surge del
razonamiento sino de la observaci�n receptiva. Por ejemplo, cuando ves un ni�o
peque�o cruzando la calle, no te detienes a pensar: ��pedir� ayuda, ir� y lo
recoger�, lo dejar� s�lo?� Act�as. Incluso aunque hayas realizado veinte veces esta
acci�n, es nueva cada vez. Pertenece absolutamente al momento.

�C�mo diferenciar�a usted espontaneidad e impulsividad?

Un impulso est� basado en la memoria, en los condicionamientos. Es una reacci�n y,


con frecuencia, una reacci�n emotiva. Observa en ti mismo la diferencia entre
reacci�n y espontaneidad. La acci�n espont�nea surge de la situaci�n y est� en
perfecto acuerdo con ella. No te da�a a ti ni al entorno porque nada intencionado
hay en ella.
Cualquier cosa que hagas espont�neamente es correcta. Pero debemos atenernos a
ella. Supongamos que tenemos una fuerte intuici�n de hacer un viaje a Londres. C�mo
ir, d�nde alojarse, etc., son circunstancias captadas como una extensi�n de la
intuici�n en el espacio-tiempo. Fluyen de tu presencia a la situaci�n. Pero la
mente puede apoderarse de la intuici�n y darle una orientaci�n, un motivo o
intenci�n. �Quiz�s no deba ir, pues no encontrar� lo que quiero� Ser� mejor que me
quede��, etc.
Lo que es realmente esencial es llegar a conocerte a ti mismo y esto requiere
ausencia de proyecci�n, de comparaci�n y de evaluaci�n. Tan pronto como ves que
est�s alimentando continuamente la idea de ser alguien, est�s libre de ella. Lo que
llamamos �iluminaci�n espiritual� consiste simplemente en ver que esa imagen
proyectada es una ilusi�n. Liberado de imagen, de proyecci�n, de esquema, liberas
tambi�n a tu entorno.

�Qu� valor le concede usted al hecho de sentarse a meditar?

La meditaci�n no es una funci�n cerebral. Sentarse con intenci�n de meditar no es


meditaci�n. Puede haber una profunda necesidad interior de meditar, pero �sta no
procede del ego-yo que espera algo. Surge directamente del silencio, de tu
naturaleza real.
En tanto no has realizado el silencio, sentarte a meditar puede ayudarte a
conocerte mejor a ti mismo y a ver que continuamente est�s en actitud de reacci�n.
Esta observaci�n te coloca al exterior de la reacci�n hasta que llega el momento en
que te encuentras a ti mismo en la escucha. Digo �en la escucha�, pero podr�a decir
tambi�n �en la aceptaci�n�, porque la aceptaci�n te coloca inmediatamente en
actitud de escucha. A partir de entonces, ya no practicas la meditaci�n, pues ella
es en todo momento.

�Qu� es la memoria?

La conciencia y su objeto, el pensamiento, son uno, no dos. La dualidad aparece en


la no-dualidad. Pero podr�as preguntar: ��si la conciencia y la percepci�n son uno,
c�mo es que puedo decir m�s tarde �vi esta alfombra�?�. Aqu� es la memoria la que
habla, pero la memoria es s�lo una forma de pensamiento, una estratagema mental,
pues en el momento que digo �vi una alfombra�, estoy simplemente etiquetando el
pasado, pero es un pensamiento presente.
El pensamiento y su objeto son uno. Nunca puedes pensar un sujeto y un objeto
simult�neamente. Lo mismo ocurre con la causa y el efecto. Cuando piensas en un
efecto, �d�nde est� la causa? Cuando piensas en una causa, �d�nde est� el efecto?
La memoria imagina que puede pensar dos cosas al mismo tiempo, pero de hecho la
conciencia es siempre una.
Puedes decir que el mundo es porque t� eres con tus sentidos. El mundo no es otra
cosa que vista, o�do, olfato, gusto, tacto. Pero despu�s de la percepci�n directa,
superpones un concepto a la sensaci�n para calificar el mundo; la percepci�n cesa
entonces porque percepci�n y concepto no pueden existir simult�neamente. Una vez se
detiene la conceptualizaci�n, queda la quietud, el silencio, la conciencia, la
percepci�n pura. Todas estas palabras apuntan al Ser.
No hay nada que alcanzar, nada que realizar. Desde el momento en que admiras algo,
entras en una relaci�n sujeto-objeto, pues s�lo puedes admirar si hay un objeto que
pueda ser admirado. Cuando realmente comprendes que un sujeto que admirar existe
�nicamente porque existe un objeto admirado, dejas de proyectar tu admiraci�n.
Producir un objeto es justamente una forma de localizar y afianzar nuestros egos
mediante una fijaci�n de energ�a. As�, cuando dejas de producir y toda la energ�a
fijada retorna a su origen, te revelas a ti mismo como lo admirado, como silencio.
El observador es lo observado.

Eso me recuerda la sentencia: �La luna est� en el cielo, no en su reflejo en el


agua�.

Todo lo que no eres es un reflejo de lo que eres. Todo lo que no eres es una
extensi�n, una expresi�n en el espacio-tiempo de lo que realmente eres. Cuando ves
el reflejo de la luna en el agua, sabes que si miras hacia arriba ver�s la luna.
Lo esencial es llegar a familiarizarte con tu naturaleza �ntima, tus sensaciones,
tensiones corporales, sentimientos y deseos, sin formular ning�n juicio. En la
observaci�n inocente estamos completamente fuera de lo que observamos. En otras
palabras, tomamos nota y este acto de tomar nota tiene su propio sabor. Si te
preguntara qu� tienes en tu boca, podr�as responder: �nada�; pero, realmente, hay
un sabor en tu boca. Del mismo modo, cuando digo que tomar nota tiene su propio
sabor, lo que quiero decir es que este acto es en s� mismo una actitud interior. Al
asumir esta actitud te encuentras a ti mismo observando de manera espont�nea.

�Eso que observa tiene alg�n pensamiento o forma?

T� eres t� mismo al observar. El pensamiento o la forma surgen cuando te alejas


desde tu ser real hacia la periferia. Eres conciencia primordial. La vida es
�nicamente conciencia primordial. Entre dos pensamientos o dos percepciones est�s
t�. Conocemos momentos en tu vida en los que un pensamiento desaparece
completamente en el silencio, pero t� permaneces.

�Qu� nos lleva a alejarnos de esa quietud?

Podr�a decir que es un reflejo porque ahora te conoces s�lo en la percepci�n de


acontecimientos y sentimientos y en la relaci�n con ellos. En tanto no conoces
realmente lo que es el silencio, te sientes inseguro en silencio porque ah� no hay
lugar para un ego. El ego s�lo puede existir en relaci�n a las situaciones y por
eso intenta siempre buscar algo a lo que agarrarse. Pero si sabes dejarlo ir, si
dejas de producir y te limitas a dejar que las cosas vengan a ti, llegar�s a estar
completamente libre. Naturalmente, ya no hay entonces un �t�, sino s�lo la libertad
en s� misma.

�Se es libre al no prestar atenci�n a los movimientos de la mente?

No existe ya atracci�n ni repulsi�n cuando eres completamente uno con la vida. Todo
es expresi�n, extensi�n, de la vida que fluye, pero no hay ya reacci�n, ni
concentraci�n, ni tensi�n, pues �stas aparecen s�lo cuando existe un ego
controlador. Vives realmente en el momento porque est�s fuera del proceso del
devenir. Todo se realiza en el momento. Est�s vac�o de pasado, de memoria. Silencio
es amor.

�Podr�a hablar del miedo?

En primer lugar, debes darte cuenta de que lo que t� llamas �miedo� no es miedo. El
miedo es una sensaci�n en tu cuerpo y en tu mente, una sensaci�n que t� mismo te
impides sentir desde el momento en que la calificas de �miedo�. Para llegar a la
sensaci�n, debes abandonar el concepto, la idea de miedo, y entonces la percepci�n
tendr� oportunidad de revelarse a s� misma.
La sensaci�n pura de miedo es s�lo tensi�n. La tensi�n aparece en el momento en que
contemplas una situaci�n desde el punto de vista de una imagen, de una imagen de
hombre o mujer, de padre o de madre, de marido o esposa de alguien, y la tensi�n
estimula cambios qu�micos, f�sicos y ps�quicos en el cuerpo-mente. Pero esta
tensi�n nunca puede ser eliminada mediante el an�lisis u otro proceso racional,
pues el que realiza el an�lisis forma parte de lo que est� siendo analizado. Y,
como dijimos antes, la mente nunca puede cambiar a la mente.
Debes vivir con tu miedo, incluso amarlo. Con esto quiero decir que no debes
ofrecer ninguna resistencia a su movimiento. Mu�vete con tu miedo como te mover�as
en un tren. Cuando se mueve, toda tu energ�a se mueve con �l. No hay oposici�n.
Incluso aunque haya empezado a andar, puedes agarrar el pasamanos y subir.
As� pues, mu�vete con el miedo, no contra �l. Tratar de escapar de �l,
racionaliz�ndolo o analiz�ndolo, es s�lo echar m�s le�a al fuego. Por hermosas que
sean tus ideas, por filos�ficas que puedan ser tus explicaciones, no podr�n
eliminar la tensi�n presente del miedo. Simplemente, lo trasladar�n a otro lugar.
El miedo concierne a la persona y la persona es una mera fracci�n de ti mismo. La
fracci�n contempla una situaci�n desde una perspectiva parcial. Y como una fracci�n
no puede ser arm�nica, toda acci�n que emerja desde ese punto de vista parcial ser�
inevitablemente inarm�nica.
No debe existir oposici�n. Al aceptar la sensaci�n, no hay ya lugar para la imagen
de alguien que reacciona. Al caminar con el miedo, est�s fuera de �l, desligado,
impersonal. Podr�amos decir que en el momento de la aceptaci�n no se a�ade ya le�a
al fuego y �ste se extingue de forma natural. La percepci�n se disuelve en el S�,
en tu apertura, y despiertas en esta apertura en la que el miedo no existe.

�C�mo puedo retrotraerme a mis emociones, deseos y agitaciones, de manera que pueda
permanecer en la pura conciencia?

No puedes mantenerte en la conciencia porque eso es lo que eres. Lo que ella es y


lo que t� eres es la luz en toda percepci�n. Todo objeto, toda percepci�n, dependen
de esta luz, tu naturaleza real. No pueden existir sin percibir la luz. Esta luz en
toda percepci�n es lo que yo llamo el sujeto �ltimo. Est� claro que no tiene nada
que ver con el sujeto, el yo, al que tomamos por nosotros mismos en la relaci�n
sujeto-objeto. La percepci�n existe solamente porque t�, luz, conciencia, sujeto
�ltimo, o como quieras nombrarlo, eres. La percepci�n aparece y desaparece en ti.
As� pues, s� completamente consciente de la percepci�n. Ve que ella existe en el
tiempo y en el espacio, mientras que t� eres intemporalidad. Espacio y tiempo no
son sino energ�a en movimiento. Cuando ning�n sujeto volitivo interfiere para
cristalizarla, la percepci�n toma forma y luego se disuelve en el silencio, pues el
silencio es continuo, mientras que la percepci�n es discontinua. As� pues, acent�a
el elemento perceptor, el sujeto, no lo percibido, el objeto. En un primer momento
experimentar�s la conciencia silente s�lo despu�s de la disoluci�n de la
percepci�n, pero m�s tarde ser�s silencio tanto en presencia como en ausencia de
objetos.
Como una hoja de papel en blanco no es afectada por lo que puedas escribir en ella,
la conciencia libre de elecci�n no es afectada por los tres estados de velar,
dormir y so�ar. Estos estados son superposiciones a la conciencia pura.

Parece parad�jico que debamos ir a trav�s de un movimiento en el tiempo para llegar


a establecernos en lo que usted llama intemporalidad. �Llegamos a establecernos en
ella o es ella la que se establece en nosotros?

Estate atento a c�mo funcionas, familiar�zate con tu cuerpo, tus sensaciones,


sentimientos, miedos y pensamientos. Es entonces cuando puedes descubrir que lo que
llamas tu cuerpo, sentidos y mente, son solamente ideas que mantienes sin saber
realmente lo que son. Superpones una imagen-memoria a tu cuerpo y a tus emociones.
As�, el primer paso, si podemos hablar de pasos, es darte cuenta de que rara vez
escuchas a causa de tus continuas reacciones y anticipaciones. En la observaci�n
inocente, lo que es visto apunta hacia la visi�n en s� misma. No hay ya ninguna
interferencia de un ego que se apresure a juzgar, calificar o concluir. Te
encuentras a ti mismo en una atenci�n libre de tensi�n y concentraci�n, en la que
no existe nadie que est� atento ni ning�n objeto de atenci�n. Vive esta atenci�n
sin referencia que est� fuera de la relaci�n sujeto-objeto. T� eres conciencia, la
conciencia que subyace a los diversos estados en que entramos y salimos. Ah� s�lo
hay amor y alegr�a de vivir.

Al entrar en esta sala, usted se ha sentado y se ha quitado la chaqueta. �D�nde


estaba su mente al quitarse la chaqueta?

No hay actor, s�lo hay acci�n, s�lo un quitarse la chaqueta. En realidad, no hay
actor en absoluto. El actor es una superposici�n, una forma de la memoria que
aparece s�lo despu�s de la acci�n. En la acci�n en s� misma, no hay m�s que unidad.
Puedes creer que es posible actuar y mientras act�as pensar �estoy actuando�, pero
estas dos cosas no pueden suceden al mismo tiempo. El yo, en cuanto que actor, es
un pensamiento; la acci�n es otro pensamiento, y dos pensamientos no pueden existir
simult�neamente. La r�pida sucesi�n de pensamientos da una impresi�n de
simultaneidad, pero s�lo puede existir un pensamiento cada vez.

�Est� diciendo que no era conocedor de que se estaba quitando la chaqueta?

Mira� Yo estoy aqu� sentado, pero yo no soy mi cuerpo. El cuerpo es un objeto de mi


percepci�n. El objeto siente calor y este sentimiento de calor se quita la
chaqueta, una acci�n completamente espont�nea en la que no hay nadie que act�a. Ese
�yo� que se quita la chaqueta aparece despu�s como una idea, como una imagen de m�
mismo en cuanto actor. Pero durante la acci�n no es posible estar en una idea de m�
mismo y en el acto al mismo tiempo.
Supongamos que eres violinista. Mientras se toca el viol�n, no es posible pensar
�estoy tocando el viol�n�. En el momento de tocar est�s completamente envuelto en
el movimiento, por eso no hay lugar para la idea de un int�rprete. El pensamiento
�yo estoy tocando� puede pasan r�pidamente a trav�s de tu mente, pero en ese
instante est�s en la idea, no en la interpretaci�n. Nuestro lenguaje es dualista.
Cuando dices �yo estoy tocando el viol�n�, eso significa que el hecho de tocar el
viol�n se pone en relaci�n con un yo. Cuando identificas el yo con el violinista,
te haces una idea de ti mismo como int�rprete. Pero, en realidad, ese yo no tiene
nada que ver con el violinista.

La mayor parte de nosotros nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestras acciones,
nuestros pensamientos y sentimientos. Esto es lo que hemos aprendido a hacer desde
que �ramos muy j�venes. Pero usted parece decir que este proceso de identificaci�n
es falso. �Qu� perspectiva adoptar para la posici�n de no-identificaci�n?

Tus padres te han dado una forma y un nombre. Tu educaci�n y tu entorno te


califican de m�ltiples maneras y te identificas con ello. En otras palabras, la
sociedad te ha proporcionado la idea de ser alguien. Por eso, cuando piensas en ti
mismo, piensas en t�rminos de un hombre con los diversos calificativos que
acompa�an a esa imagen. Esta acumulaci�n ha sufrido numerosos cambios y, sin
embargo, eres conocedor de ellos. Puedes recordar el momento en que ten�as siete
a�os. Puedes evocar el per�odo anterior a tu nacimiento. Esto indica que hay un
observador de estos cambios. La capacidad para observar el cambio indica que el
cambio est� en ti y que t� no est�s en el cambio, pues si estuvieras, �c�mo podr�as
observarlo? Lo que es propiamente la perspectiva -por utilizar la misma palabra que
t� has utilizado- es lo que en ti hay de inmutable. Eres el testigo de todo cambio
y ese testigo no cambia nunca. Por eso la pregunta verdadera es: �c�mo llegar a
familiarizarse con el testigo?

No estoy seguro de haber entendido lo que quiere decir. Comprendo que los cambios
han ocurrido, que est�n grabados en mi cerebro y soy conocedor de ellos en tanto
que recuerdos. No veo la necesidad de acudir a un testigo.

El testigo est� siempre presente, es siempre presencia. Es lo que no se identifica


con el cambio, con las circunstancias y, en consecuencia, las observa. Siempre que
tomas nota de un cambio, lo haces desde la posici�n presente. Es un pensamiento
presente. Es esta presencia continua a lo largo de la vida lo que llamamos testigo.
No se puede decir que se ha nacido, porque nacimiento y muerte son ideas,
conocimiento de segunda mano, algo que te ha sido dicho. Conocer al testigo, por
tanto, significa experimentar el car�cter de presente en todo cambio. Denominar
�testigo� a la presencia es s�lo un artificio pedag�gico para mostrarte que no eres
la imagen que tienes de ti mismo y acentuar el sujeto, no el objeto, de tus
percepciones. Al final, incluso el testigo se desvanece en esa presencia de la que
emerge.

�Permanece la conciencia cuando el cuerpo muere?


�Qu� es el cuerpo? El cuerpo es un pensamiento, una invenci�n de la mente. Cuando
miras al cielo, �d�nde est� el hombre? �Hay un hombre? Hay s�lo visi�n del cielo.
Sin el pensamiento de ser un hombre no hay hombre. Tienes la idea de un cuerpo,
pero en realidad este cuerpo no existe. El cuerpo, el hombre, son formas del
pensar.
No eres t� el que te despiertas por la ma�ana. Es la idea de un cuerpo la que
despierta en ti. �Qu� hay antes de que el cuerpo despierte? �T� eres!

Pero eso no es m�s que una idea� yo no soy consciente de existir antes de
despertar.

Es verdad. Pero, sin embargo, t� est�s presente antes de que el cuerpo despierte.
Conoces ciertos momentos en los que el cuerpo no est� completamente despierto, pero
t� s�.
Una vez se ha realizado un deseo, hay un momento de carencia de deseo en el que no
hay nadie que est� sin deseo. S�lo hay ser, y ah� no hay ni idea ni emoci�n. Puedes
tener una mujer hermosa. Cuando est�is separados puedes visualizar su encanto, su
figura, su inteligencia y as� sucesivamente todas sus cualidades. Pero llega un
momento en el que todas las cualidades se desvanecen y s�lo queda el ser. Ya no hay
imagen de un amado ni imagen de un amante. Hay s�lo amor. Esto es lo que quiero
decir cuando afirmo que no eres ni tus sentidos ni tu mente. Eres amor.

�C�mo puedo liberarme de esa imagen de m� mismo?

Hazte plenamente consciente de la idea que tienes de ti mismo. Ese yo es un objeto


que puedes conocer. Conoces tus deseos, miedos y ansiedades, pero �qui�n es el
conocedor? Nunca puedes objetivar al conocedor porque t� eres el conocedor. As�
pues, s� el conocedor. No intentes encontrarte a ti mismo en todas partes en una
imagen del yo, porque no est�s en ninguna parte. �Deja de buscarte a ti mismo!

�Por qu� nos identificamos siempre con lo que no somos?

Perm�teme replantear de otra forma tu pregunta. Preguntemos primero: �qu� es lo que


no somos? No somos el cuerpo, los sentidos o la mente. Pero para comprender esto
realmente, debemos aceptar primero nuestras funciones f�sicas y mentales. El
conocimiento real de algo requiere una apertura total.
Quiz�s eres consciente de que tu cuerpo est� pesado o tenso, pero tu cuerpo es algo
m�s que la pesadez y la tensi�n. Hazte conocedor de tu cuerpo por medio de la
escucha, pues es el cuerpo el que est� en ti, no t� el que est�s en �l. El cuerpo
es un dep�sito de historias; debemos darle la oportunidad de manifestarse. Y para
hacerlo debes estar calmo. En la escucha, no hay lugar para alguien que escucha.
Hay �nicamente atenci�n, escucha vac�a, que permite que el cuerpo exprese su
historia. De otra forma, nunca podr�s llegar a conocer realmente tu cuerpo, pues se
convierte en una proyecci�n de la memoria. Para la mayor parte de los seres humanos
no es el cuerpo el que despierta cada ma�ana, sino el esquema, la idea que se tiene
de �l. Eso no es real. Puedes preguntar: �qu� es real? Aquello que existe en si
mismo es real. El cuerpo necesita conciencia para existir. Si no eres consciente de
�l, el cuerpo no existe.

Existe la conciencia de los otros. �No es �ste el argumento del obispo Berkeley
para afirmar la existencia de Dios?

Primero habr�a que entender qu� quieres decir con la palabra Dios. �No es Dios m�s
o menos una idea? �Qu� es Dios para ti excepto una idea?

�Qu� es lo que no depende de la conciencia para existir?

Todo lo que puede ser percibido carece de realidad: tiene necesidad de un agente
para ser conocido. S�lo tu conciencia es real porque no necesita agente. El cuerpo
es s�lo una idea. Aparece en ti para desaparecer cuando dejas de pensar en �l.
Aparece y desaparece en la conciencia y lo que aparece y desaparece en la
conciencia no es m�s que conciencia. El cuerpo, la totalidad del universo, es una
expresi�n de la conciencia.

�Cu�l es la diferencia entre mente y conciencia?

T� puedes conocer la mente. Puedes ser consciente de las funciones de los


hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Eres el conocedor de tu mente, de tu
cerebro. Por eso, t� no eres la mente.

�Le importa que le haga algunas preguntas personales?

No hay una persona que responda a preguntas personales. Yo escucho tu pregunta y


escucho la respuesta. La respuesta surge del silencio.

Presumiblemente, usted tuvo relaci�n con un maestro. �No tiene importancia ahora?

Todo nos remite al presente, pues s�lo el presente existe. Es ahora cuando hablas
del pasado. No hay pasado. Pasado y futuro no existen. Lo que llamamos pasado es un
pensamiento presente. El tiempo, como el espacio, son formas del pensamiento, un
estado de la mente.

En ese caso, �hay alg�n m�todo particular de pr�ctica que usted recomiende?

Conocerte a ti mismo no es cuesti�n de pr�ctica. No necesitas emprender nada. No


hay nada que alcanzar, nada que perder.

�Podr�a decirnos algo m�s sobre lo que entiende por escucha incondicionada?

Siempre que la escucha es intencionada, la tensi�n aflora porque se anticipa un


resultado. Y este resultado es un producto, una proyecci�n de la memoria. La
escucha incondicionada no tiene finalidad, y en esta apertura todos los sentidos
est�n receptivos. El escuchar deja de estar confinado a los o�dos; en lugar de
ello, el cuerpo entero escucha con una sensitividad siempre en expansi�n hasta que
te sientes a ti mismo en la escucha. O, por decirlo de otra forma, dejas de
escuchar porque eres escucha.
La consciencia de la quietud, del silencio, puede aparecer primero en la ausencia
de objetos, como sucede a menudo en el ejercicio de la meditaci�n. Pero, m�s tarde
se da tanto en presencia como en ausencia de objetos. Esta conciencia, que es
escucha, es el tel�n de fondo de toda experiencia, de modo que a�n cuando est�s
ocupado en alguna actividad eres consciente tanto de la actividad como de ser.
La conciencia de ser no es una percepci�n, pues el hecho de ser nunca puede ser
objetivado. No podemos ser conscientes de dos objetos al mismo tiempo; no podemos
tener dos pensamientos simult�neamente. Pero podemos ser simult�neamente
conscientes tanto de nuestra existencia fenom�nica como de nuestra presencia, de
nuestro ser. Este no-estado aparece espont�neamente en el instante en que dejamos
de producir y proyectar.
Cualquier intento de producir este no-estado nos hunde m�s profundamente en la
relaci�n sujeto-objeto. Hay momentos en los que alcanzar el silencio puede suponer
un beneficio moment�neo, puesto que una ausencia temporal de pensamiento produce un
estado de relajaci�n. Pero permanecer en esta relaci�n sujeto-objeto que es la
ausencia de pensamiento, equivale a cerrar el paso a un silencio m�s profundo. La
presencia de un estado �en blanco� puede incluso ser un obst�culo; al ser energ�a
en movimiento no puede ser mantenido de forma continuada. El verdadero silencio no
es nunca movimiento ni energ�a, sino quietud.

�Puede perder este no-estado quien ha llegado a alcanzarlo?


Cuando has comprendido una vez qui�n eres realmente, eso nunca puede perderse. Pero
hasta el momento del reconocimiento, tu posici�n puede ser fr�gil. A�n cuando la
conciencia global est� siempre presente, la abandonas al identificarte con tus
sentidos y tu mente, con tus reacciones y miedos. Pero te atrae de nuevo hacia s�.
Eres solicitado por ella.

Martin Buber pregunt� una vez a su hermano: �Dime d�nde sientes dolor; quiero
ayudarte�. Y su hermano replic�: �Si me amas, sabr�s d�nde me duele�. Somos
conscientes del dolor de aquellos a quienes amamos. �Qu� podemos hacer con ese
dolor?

Cuando mantienes una imagen de tu hermano como alguien que est� enfermo, te haces
c�mplice de su enfermedad. S�lo cuando toda proyecci�n cesa, existe la observaci�n
incondicionada y la conciencia total. Entonces todo lo observado aparece en ti, en
esa conciencia. No ves meramente el aspecto f�sico de tu hermano, sino tambi�n,
todos los niveles m�s sutiles y dejas de ser c�mplice de su dolor.
Todo pensamiento es una imagen y toda imagen estimula la afectividad. En otras
palabras, en el momento en que una imagen surge en la mente, conmociona todo tu
funcionamiento qu�mico y neurol�gico, y esto se traduce en una reacci�n. De manera
que lo que t� consideras dolor es una reacci�n evocada por la imagen que has
creado. Pero puede sorprenderte descubrir que cuando miras a tu hermano sin
proyectar ninguna imagen sobre �l, �l puede dejar de localizarse a s� mismo en un
lugar, en su cuerpo, en su dolor, en sus ideas. Le liberas, pues ya no tiene
necesidad de crear una imagen de s� mismo. Y una vez que esta incitaci�n a la
producci�n de im�genes ha desaparecido, la curaci�n sigue su curso natural.

�Y cu�ndo alguien sufre?

Si sufres con �l, te conviertes en c�mplice. En el momento en que le amas, la


complicidad termina. El amor est� libre de im�genes. Pero donde hay emotividad o
sentimentalismo, cuando sientes con �l y participas de su propia imagen, le ayudas
a sentir su dolor.

�As� que tener compasi�n por alguien me hace c�mplice, dificulta el proceso de
curaci�n?

Naturalmente, hay que comprender qu� se entiende realmente por compasi�n.

�Debemos entonces comprender que a pesar de la evidencia del dolor, �ste no debe
ser aceptado como una realidad?

En un momento de apertura eres amor incondicionado. E inherente a ello es una


inteligencia que te indica exactamente c�mo proceder con tu hermano. Pero deber�s
comprender tambi�n que eliminar su dolor no es un beneficio para �l. El dolor
apunta a algo. Como el sonido de una alarma, le despierta. Pero no trates de
escapar encontrando alguna interpretaci�n psicol�gica. Hay que ver realmente que el
dolor es un indicador.
Puedes ayudar a tu hermano a descubrir qui�n es realmente el causante del dolor.
Como todo objeto, como toda percepci�n, el dolor nos remite a la conciencia, a lo
�ltimo, pues es lo �ltimo lo que ilumina el objeto.

�Y en qu� se disuelve el dolor?

En realidad, s�lo existe lo �ltimo. El momento de dolor apunta hacia esa realidad
�ltima; pon el acento sobre ella, no sobre el dolor.

Encuentro dif�cil comprender c�mo el dolor apunta hacia la realidad �ltima�


No estoy hablando del dolor como concepto, sino como percepci�n, como sensaci�n.
Habitualmente, ofrecemos resistencia a la sensaci�n pura mediante la elaboraci�n de
alguna idea de dolor. Y esta resistencia es una reacci�n que favorece al dolor.
Pero cuando permites que el dolor sea sensaci�n pura, desprovista de toda reacci�n
psicol�gica, toda la energ�a previamente localizada como dolor es liberada y
disuelta en lo �ltimo.
Otra forma de expresar esto es la de permitir que el cuerpo sea cuerpo. El cuerpo
posee una memoria org�nica de la salud. Tienes la prueba de ello en el hecho de que
cuando te cortas en un dedo, la herida cura en una semana. El cuerpo,
evidentemente, sabe de forma precisa c�mo curarse a s� mismo.

�El estado natural del cuerpo es, entonces, pura salud?

S�. Pueden existir algunos trastornos moment�neos, pero el estado fundamental del
cuerpo es la salud. El verdadero m�dico encarna la salud total porque �l es salud.
Ayuda a la curaci�n del cuerpo yendo con �l. Muchas t�cnicas m�dicas o medicinas
modernas se oponen a la salud al contemplar el cuerpo como enemigo. No debe haber
ninguna violencia. Es importante que consideres tu cuerpo como un amigo que conoce
la salud perfecta.

En el camino hacia la no-dualidad, algunos maestros recomiendan el esfuerzo y la


concentraci�n, mientras otros nos hablan de ausencia de esfuerzo. �Cu�l es la
explicaci�n de esta aparente contradicci�n?

El esfuerzo aparece cuando se proyecta la consecuci�n de un fin, pero nunca puedes


alcanzar lo que fundamentalmente eres, puesto que ya lo eres. As� que, �para qu� el
esfuerzo? En un principio, las t�cnicas de relajaci�n pueden ser �tiles, hasta que
el estado relajado te capacita para ver que lo que est�s buscando se encuentra en
el mismo instante en que la b�squeda cesa.
Inherente a esta detenci�n es el pre-sentimiento de la unidad fundamental. Este
pre-sentimiento puede perfectamente estimular un cierto esfuerzo para llegar
conscientemente a esa unidad, pero en este caso el esfuerzo no es un proceso de
volici�n. Surgiendo desde el no-esfuerzo, te atrae hacia su fuente, hacia tu
naturaleza real.

�Est� diciendo que hay dos tipos de esfuerzo, uno de tipo volitivo y otro que
trasciende la voluntad personal?

El primer tipo de esfuerzo pertenece al yo, al ego. El segundo fluye directamente


desde el no-esfuerzo, pues su origen es el S� mismo.

Una especie de esfuerzo sin esfuerzo�

S�, porque el motivo que subyace detr�s de todo esfuerzo es la ausencia de


esfuerzo. El �nico deseo es la carencia de deseo. Ves esto cuando contemplas lo que
sucede una vez que un objeto es conseguido. Hay carencia de deseo, pero nadie que
est� carente de deseo; as�, en este punto, no existe un objeto como causa. Vives tu
verdadera naturaleza no-dual. M�s tarde, sin embargo, la abandonas y aparece el yo
diciendo: �Me siento feliz porque compr� una casa nueva, encontr� un nuevo amigo�,
etc. Pero llega un momento en que este objeto no es ya suficiente. Y comienzas de
nuevo a buscar otro objetivo. Y este c�rculo vicioso contin�a hasta que finalmente
ves que la ausencia de deseo no tiene absolutamente nada que ver con ning�n objeto.
Est� en ti.

�Es peligroso tratar de experimentar la no-dualidad sin un gu�a personal, sin un


maestro?

Esta pregunta rehuye la verdadera confrontaci�n con uno mismo porque da validez a
la �persona�, a una apariencia en el espacio-tiempo. Debes primero comenzar por
encararte realmente contigo mismo, con tus miedos, tus deseos y tus reacciones, con
esto quiero decir que debes dejar de superponer tus propias reacciones y aceptar la
vida como te llega. El camino m�s seguro para descubrir la verdad es dejar de
ofrecerle resistencia.
La autoconciencia requiere un cierto grado de madurez que aparece de manera natural
cuando cuestionas tus motivos y deseos desde una actitud receptiva. Esperas la
respuesta. Esta actitud es una especie de recapitulaci�n de toda tu vida, sin
atracci�n-repulsi�n, agrado-desagrado. Observas, miras, tomas nota. En el momento
de la autoaceptaci�n est�s calmo. Permites que tus percepciones se desplieguen,
permites que tu dolor y tus deseos hablen, el ego est� ausente, pero t� permaneces
en calma. Ese es el momento de encontrar un maestro. Pero nunca la persona puede
encontrarle. El viene a ti porque est� esper�ndote.

�Est� diciendo que no hay que buscar gur�?

La mera intenci�n de encontrar a alguien es ya un condicionamiento. Buscar algo


significa que no est�s abierto a todo lo que a cada momento viene a tu encuentro.
Pero si tu actitud es inocente, receptiva al mundo, carente de reacci�n, puedes
estar seguro de que encontrar�s todo lo que necesitas encontrar.

�Se puede educar a un ni�o para que est� libre del yo?

Para liberar al ni�o de una imagen, debes primero estar libre t� mismo, libre de
toda cualificaci�n, particularmente de la imagen de ser padre. Preservar la imagen
de padre despierta la necesidad de cumplir todo lo que define a un padre y, a su
vez, tu hijo deber� cumplir todo lo que define su relaci�n contigo. Hay entonces
una especie de aprisionamiento rec�proco.
S�lo cuando el contacto no es ya entre dos im�genes, sino entre ser y ser, es
posible la comuni�n. Entonces hablamos de amor.

�En total aceptaci�n, ya no surgen problemas?

Si hay aceptaci�n, no hay ning�n problema. Pero la aceptaci�n no es una postura


pasiva. Por el contrario es la suprema vigilancia, atenta, activa. Eres
absolutamente consciente de todo lo que aceptas. En la aceptaci�n de algo, hay
inteligencia y en esta inteligencia hay una completa adecuaci�n a toda situaci�n, a
todo ser vivo. Dejas de alimentar tu ego, tu papel de padre. Y entonces tu hijo es
libre, pues tu observaci�n se mantiene constantemente fresca. En esa libertad, �l
crece.
Cuando eres consciente de tu hijo, cuando est�s abierto a �l, sabes exactamente lo
que necesita, pues hay una comprensi�n inmediata de su forma de comunicarse, de sus
movimientos, etc. En otras palabras, toda proyecci�n cesa. Podemos decir que esta
apertura es amor.

�Cu�ndo usted habla de proyectar, qu� hace el que proyecta?

Constata que proyectas una imagen de ti mismo con todos sus obstaculizadores
atributos.

�Me proyecto a m� mismo?

S�. Proyectas esa imagen con la ayuda de la sociedad. La sociedad mantiene ciertas
ideas sobre ti y su conducta respecto a ti est� basada en ellas. El reflejo para
crear una imagen de ti mismo como identidad independiente, separada, da a la
sociedad un lugar en que agarrarse. No des, pues, ning�n punto de apoyo a la
sociedad.
Lo que llamamos �iluminaci�n� es sencillamente comprensi�n de que no eres la
persona ni la imagen que la sociedad ha impreso en ti. La iluminaci�n es la visi�n
de que s�lo existe la nada no cualificada. En esta nada, eres libre, te sientes
libre, act�as libremente, piensas libremente. Pero, en tanto vives con una imagen
de ti mismo, s�lo hay miedo.

�Seguimos proyectando una imagen de nosotros mismos, a�n cuando estamos a solas?

Incluso entonces te objetivas a ti mismo como imagen. �Qu� sabes realmente de ti


mismo? S�lo te conoces en las diversas situaciones, en las diferentes
cualificaciones. Est�s sola y proyectas una idea de mujer casada, o de madre con un
hijo, o de mujer que no es amada. Esta imagen estimula una reacci�n emocional,
qu�mica, neurol�gica, que a su vez genera el sentimiento de ser limitado,
localizado en alguna parte. Esta localizaci�n engendra tensi�n. �Y qu� sucede
entonces? Intentas escapar de esta sensaci�n de tensi�n. Lees un libro, vas al
cine, telefoneas a un amigo. Toda esa actividad no es m�s que compensaci�n.
Debes ver que lo que t� llamas �t� misma� es s�lo la proyecci�n de una imagen que
existe s�lo porque t� la ves. T� eres el que ve, el conocedor de esa imagen.
Conoces su miedo y su inseguridad. En el momento en que te das cuenta, est�s fuera
del proceso de proyecci�n. Y como la imagen es s�lo energ�a en movimiento, cuando
dejas de alimentarla, muere.

Pero la mente est� siempre aferrada a algo. No comprendo c�mo puede llegarse desde
esta situaci�n a la libertad de la que habla.

Acepta la mente. D�jala ser. No est�s contra ella, no le hagas violencia.


Simplemente, ac�ptala. La aceptaci�n te mostrar� que todav�a deseas controlarla,
que todav�a quieres dar a tu vida una cierta direcci�n. Y as� pierdes la
posibilidad de vivir realmente. La vida aflora al dejarla ir.

NUEVO M�JICO.
AGOSTO DE 1980

�Qu� puedo hacer para ser m�s receptivo a la realidad �ltima?

No hay ning�n sistema, m�todo o t�cnica por el que puedas acercarte a la realidad.
Ella se revela por s� misma cuando toda t�cnica o sistema es abandonado y se ve la
futilidad de la volici�n. Entonces la mente alcanza un estado de entrega inocente.
Una t�cnica s�lo puede hacer a la mente m�s astuta e ingeniosa. Permanece en su red
y, aunque puedas tener la impresi�n de transformaci�n, de hecho est�s todav�a
inmerso en el viejo juego. Es un c�rculo vicioso.
Libertad, humildad y amor aparecen instant�neamente, nunca como la culminaci�n de
un proceso. La mente, el proceso de pensamiento, se desarrolla en t�rminos de
tiempo y espacio. Pero la conciencia silente no est� condicionada ni cualificada
por espacio ni tiempo. Por eso la mente limitada no puede alcanzar lo absoluto
mediante la expresi�n de s� misma. Tal clase de esfuerzo tiene como resultado la
perpetuaci�n del ego.
Si prestas atenci�n mientras hablamos, en ese mismo estado de atenci�n tu mente
experimenta una transformaci�n. Lo importante es el acto de escuchar, de observar
tu reacci�n a estas palabras. La escucha real envuelve la totalidad de tu ser y en
ella se disuelven las limitaciones del ego. La mente entra entonces en un estado de
m�xima atenci�n.
Respecto a tu pregunta, cualquier m�todo o t�cnica implica especializaci�n o
localizaci�n. Esta focalizaci�n sobre un elemento parcial nunca puede conducirte a
la totalidad. Cuanto m�s te especializas, m�s se reduce tu campo de visi�n, pero la
causa b�sica del conflicto en la psique no sufre alteraci�n ninguna. La
tranquilidad conseguida por medio de t�cnicas es s�lo superficial, la fuente
profunda del conflicto contin�a ah�.

�C�mo puedo liberar mi mente del condicionamiento?

La mente es funci�n, energ�a en movimiento. Es un almac�n, en diferentes niveles de


conciencia, de antiguas experiencias, individuales y colectivas. Sin memoria no hay
mente, pues los pensamientos son sonidos, palabras y s�mbolos que aparecen en la
memoria. La memoria est� en si misma condicionada, estando basada en la estructura
placer-dolor: todo placer es almacenado, cualquier cosa dolorosa queda relegada a
los estratos de lo inconsciente.
La funci�n b�sica del organismo humano es sobrevivir. La supervivencia biol�gica es
un instinto natural, pero la supervivencia psicol�gica es fuente de conflicto, pues
es simplemente supervivencia de la psique con su centro, el �m�. Lo que
generalmente llamamos aprendizaje es apropiaci�n condicionada por la supervivencia
psicol�gica. La mente condicionada no puede emprender un cambio por medio del
esfuerzo o la sistematizaci�n.

�Entonces, c�mo sucede esta transformaci�n, esta integraci�n?

La mente debe llegar a un estado de silencio, completamente vac�o de miedos, deseos


y toda clase de im�genes. Esto no puede conseguirse por supresi�n, sino por la
observaci�n de todo sentimiento y pensamiento, sin cualificaci�n, condena, juicio o
comparaci�n. Para que opere la atenci�n inmotivada, el censor debe desaparecer.
Debe haber simplemente una mirada serena a lo que la mente elabora. Al descubrir
los hechos tal como son, se elimina la agitaci�n, el movimiento de los pensamientos
se hace m�s lento y podemos observar cada pensamiento, su causa y contenido, a
medida que surge. Nos hacemos conscientes de todo pensamiento en su integridad y en
esta totalidad no puede haber conflicto. Entonces s�lo la atenci�n permanece, s�lo
el silencio, en el que no hay ni observador ni observado. As� pues, no fuerces tu
mente. Observa sus diversos movimientos como mirar�as el vuelo de un p�jaro. En ese
mirar exento de confusi�n, todas las experiencias afloran y se despliegan. Pues una
visi�n inmotivada, no s�lo genera una inmensa energ�a, sino que libera de toda
tensi�n, de toda inhibici�n. Ves la totalidad de ti mismo.
Al observar todo con plena atenci�n accedes a otro modo de vivir: un retorno a tu
original y natural ser contemplativo.

�C�mo puedo actuar de manera que no origine una reacci�n ulterior, que no genere
karma?

Siempre que el amor y la bondad est�n en tu coraz�n, poseer�s la inteligencia para


saber qu� hacer y cu�ndo y c�mo actuar. Cuando la mente ve sus limitaciones, las
limitaciones del intelecto, surge una humildad y una inocencia que no son producto
de ninguna acumulaci�n o aprendizaje, sino resultado de una comprensi�n
instant�nea. Cuando ves tu desamparo, cuando ves que nada va bien, llegas a un
punto de abandono y entrega, de sosiego, en el que est�s en comuni�n con el
silencio, con la verdad �ltima. Es esta realidad la que transforma tu mente, y no
el esfuerzo o la decisi�n.

Creo conocer algo de m� mismo, tengo una cierta conciencia de mi fuerza y mi


debilidad psicol�gica, pero tambi�n siento una falta de satisfacci�n perfecta; de
otra forma, no estar�a aqu�. �Hay algo que pueda hacer ahora?

Si observas, ver�s que haces violencia a tu percepci�n; constantemente interfieres,


tratando de controlarla y dirigirla. El controlador est� inmerso en lo controlado;
ambos son objeto y un objeto no puede conocer a otro. Debes dejar que tu percepci�n
se despliegue, m�s tarde o m�s temprano te llevar� hasta ti mismo. D�jala ir para
que se revele a s� misma y el dinamismo de producir desaparecer�.

�C�mo puedo aprender desde el conflicto?

S� consciente de que en cada acto de aceptaci�n o de rechazo est�s condicionado,


puesto que no hay nada que aceptar o rechazar. En la escucha total, en la atenci�n
sin memoria, no hay conflicto, hay s�lo constataci�n. En la escucha silente, lo que
se dice, lo que se oye y lo que surge como respuesta y reacci�n, reposa en el
interior de tu propio S� mismo. Esta percepci�n de la totalidad es atenci�n y en
ella no hay problemas ni condicionamientos. Hay simplemente libertad.

�Qu� quiere decir cuando afirma que no hay actor en el hacer, hablar o escuchar?

En la acci�n que surge de la plenitud no hay actor que act�e, s�lo hay acci�n.
Est�s en acci�n, pero el yo est� ausente. Desde el momento en que el pensamiento
del yo aparece, comienzas a ser consciente de ti mismo y caes en el conflicto. En
ausencia de este pensamiento, no hay quien hable o escuche, ning�n sujeto que
controle un objeto. S�lo entonces hay completa armon�a y adecuaci�n a cada
circunstancia.

�Cu�l es el lugar del intelecto en la escucha incondicionada?

El intelecto es una defensa contra algo que rechazas o aceptas. Una vez que has
visto, desde la totalidad, la verdad de algo, no hay escapatoria. Vives con ello.
Con esta comprensi�n total, la mente no puede evitar el cambio y la transfiguraci�n
ocurre. Cuando el intelecto est� ausente, hay atenci�n total: escuchar y hablar
pueden acaecer de manera espont�nea, pero brotan de la realidad. Ya no hay
producci�n por parte de la mente. En la atenci�n silente, la mente est�
completamente vac�a y as� lo que se escucha penetra en profundidad. En un estado de
rechazo o de aceptaci�n, hay �nicamente un juego con las palabras, con la memoria,
con el intelecto. Pero en un estado de escucha silente no hay lugar para lo
correcto o lo err�neo, ni para la compensaci�n ni la conclusi�n. O se llega al
conocimiento de la comprensi�n intuitiva o no se llega.
Hazte consciente de los procesos de tu mente y de tu cuerpo y comenzar�s a
comprenderte. No hay diferencia entre comprender eso y comprender la totalidad del
universo. Tu percepci�n se abre completamente a la realidad en su plenitud.

�Se puede pensar una experiencia real?

La experiencia es acontecer. No puede pensarse. El pensamiento no es experiencia


directa, sino persecuci�n e intento de repetir la sensaci�n. En la experiencia
real, el que experimenta est� completamente absorto en lo experimentado. Es una no-
experiencia porque no hay nadie que experimente nada.
En el campo tecnol�gico, la acumulaci�n de experiencia es algo necesario y no
conduce al conflicto. Pero en el plano psicol�gico, orientado en funci�n del agrado
y desagrado, la acumulaci�n de experiencia fortalece el ego y niega la posibilidad
de la experiencia real, la no-experiencia.
La verdadera naturaleza de una experiencia es la libertad en la unidad sin sujeto
ni objeto. Esto no se corresponde con la unidad de la experiencia m�stica, que es
todav�a un estado en el que se entra y del que se sale. La experiencia real no es
una b�squeda de placer a ning�n nivel, porque la satisfacci�n es la sensaci�n que
no ha sido plenamente reabsorbida. Es el remanente de una experiencia incompleta,
una repetici�n de las proyecciones de la memoria. La mente entonces se hast�a y
busca nuevas experiencias.
En la aut�ntica no-experiencia no se deja ning�n residuo. Nos retrotrae en todo
momento a nuestra naturaleza intemporal.

�C�mo puedo librarme del aburrimiento que siento con frecuencia?

Si vivimos superficialmente y observamos esto, llegamos a ser conscientes de una


profunda carencia o malestar que puede aparecer como aburrimiento. Nos vemos a
nosotros mismos yendo de una compensaci�n a otra. Afronta estos momentos de
aburrimiento. Perc�belos realmente sin justificaci�n ni conceptualizaci�n. Debes
liberar la percepci�n, d�jala que se extienda en tu conciencia. Tiene entonces
lugar una transformaci�n en todos los niveles. Toda la energ�a que estaba dispersa
y localizada en h�bitos fijos se libera y se reorganiza. Cada circunstancia llama a
una reorganizaci�n de la energ�a que es perfectamente adecuada a la situaci�n.
En la completa reorganizaci�n que tiene lugar, la energ�a que antes estaba disipada
en el tiempo psicol�gico �vuelve� y se desvanece en nuestra presencia intemporal.

Usted dice que cuando vivimos libres de la relaci�n sujeto-objeto vivimos en la


intemporalidad. Pero nuestros cuerpos van y vienen, el sol se levanta y se pone,
�no estamos, a fin de cuentas, atados al tiempo?

�Tienes claro lo que quieres decir con �tiempo�? Es cierto que el hombre est�
siempre creando tiempo. El tiempo psicol�gico es un pensamiento basado en la
memoria. Es esencialmente el pasado y continuamente vivimos el pasado a trav�s de
ella. De hecho, lo que llamamos futuro es s�lo el pasado modificado,. El tiempo
psicol�gico no est� nunca en el ahora, sino que, como un p�ndulo, est� en constante
movimiento del pasado al futuro, del futuro al presente, en una r�pida sucesi�n.
Existe �nicamente en el plano horizontal del tener-devenir, placer-displacer,
codiciar-evitar, seguridad-inseguridad. Es fuente de miseria y conflicto. La
comprensi�n del tiempo y el espacio psicol�gicos es la v�a para meditar y vivir
arm�nicamente.
El tiempo cronol�gico, astron�mico, est� igualmente basado en la memoria, pero es
una memoria puramente funcional, libre de la intervenci�n del ego, de la voluntad.
Es esencialmente presente. Los sucesos acaecen en sucesi�n ordenada y puesto que no
hay movimiento entre lo que llamamos pasado y futuro, no hay conflicto.
La vida es presente, pero cuando pensamos lo hacemos en t�rminos de pasado o
futuro. Vivir en el ahora implica una mente libre de balances y recapitulaciones,
libre de las ideas de agarrar y competir. En el presente, no hay pensamiento; los
pensamientos est�n fundidos en la totalidad. Vivir el momento contiene todo posible
acontecer, de modo que no hay lugar para el tiempo. Todo puede resumirse en esto:
el tiempo es pensamiento y el pensamiento aparece en el tiempo. La belleza y la
alegr�a s�lo se revelan en el ahora.

Usted dice con frecuencia que actuar correctamente no guarda relaci�n con la
moralidad, sino que es algo que emerge naturalmente desde la espontaneidad. �C�mo
puedo llegar a esa espontaneidad?

La espontaneidad llega por medio de la escucha y tiene como resultado la


comprensi�n. En la escucha incondicionada, silenciosa, libre de toda agitaci�n y
concepto, la situaci�n es contemplada en su integridad y de esta visi�n total surge
la acci�n espont�nea y adecuada.
Es obvio que una acci�n que procede del pensamiento consciente no puede ser
espont�nea. Es igualmente cierto, aunque menos obvio, que las acciones que
provienen del h�bito, la inclinaci�n o el instinto, tampoco pueden ser espont�neas.
Pues h�bito e instinto son condicionados, tienen un car�cter autom�tico y mec�nico,
y las acciones que proceden de este tipo de inclinaci�n est�n motivadas por la
justificaci�n, la racionalizaci�n y el conflicto. Est�n todas regidas por el
pensamiento inconsciente. De hecho, s�lo podemos llamar acci�n a aquello que surge
de la espontaneidad. Todo lo dem�s, no estando libre de interferencias, son, en
consecuencia, reacciones.
El descubrimiento de la espontaneidad implica la suspensi�n del pensamiento tanto
consciente como inconsciente. Las proyecciones del intelecto deben cesar para que
pueda operar la espontaneidad creativa. El esfuerzo intelectual y el cultivo de la
fuerza de voluntad son in�tiles para la integraci�n de la espontaneidad. La mente
debe llegar a ser humilde y sensitiva, libre de violencia, orgullo y codicia. S�lo
entonces puede entrar en funci�n la verdadera inteligencia.
Cuando el intelecto queda en silencio por medio de la observaci�n, por medio de la
escucha, la naturaleza b�sica de la mente experimenta una transformaci�n. Esta
transformaci�n alcanza a los m�s oscuros impulsos y movimientos de nuestra vida
animal. El intelecto se convierte en claridad de pensamiento a la luz de la
inteligencia omni-integradora y nace un nuevo ser humano en toda su belleza.
La vida es vivencia espont�nea intocada por el tiempo
�Qu� puede decir acerca de la moral social y convencional?

Cuando permites que lo Supremo se haga cargo de ti, la espontaneidad es virtud, m�s
all� de la moral social y convencional.

�Se puede ser activo en el silencio?

El silencio es nuestro estado natural. Es el plano de fondo de todo. La


concentraci�n es innecesaria para llegar a �l. En tanto estemos envueltos en la
percepci�n, viviremos en el tiempo, es decir, viviremos s�lo en el plano
horizontal. Pero el silencio es intemporal. Es en el centro donde tiempo y
eternidad se encuentran, all� donde se cruzan la horizontal y la vertical. Ese
punto es el coraz�n.
Habitualmente, debido a nuestra relaci�n de implicaci�n con los objetos, no
percibimos las cosas como son, sino que vemos solamente las proyecciones del ego. A
menos que permitamos el florecimiento de nuestras percepciones en el silencio no
ego-�sta, no podremos realmente conocer la realidad. �Ves esta flor? D�jala que
llegue a ti en su plenitud sin superponerle tus esquemas mentales. La observaci�n
verdadera es multidimensional. Ves, escuchas, saboreas, hueles, sientes, con todo
tu ser, globalmente. La verdadera visi�n es receptividad vigilante, pasividad
activa. En esta observaci�n puede aparecer un objeto, pero el que observa no es
dirigido por �l.

�Qu� pensar de la muerte y c�mo puedo arregl�rmelas con la experiencia de la


muerte?

El pensamiento aparece en el silencio y se desvanece en el silencio. Lo que aparece


en algo y desaparece en algo, no es otra cosa que ese algo.
Igualmente, lo que t� crees ser tambi�n aparece y desaparece en el silencio. Lo que
entiendes por �muerte� no es realmente m�s que un indicador que apunta hacia el
silencio, hacia la propia vida. La muerte no tiene realidad. Pero si no la ves as�,
permanece como una idea estancada en la que quedas atrapado. En tanto te tomes a ti
mismo por una entidad independiente, estar�s sometido al karma, Dicho de otra
forma: antes de hablar de muerte, preg�ntate a ti mismo qu� es la vida. La
percepci�n existe s�lo porque t� eres existencia presente y eterna. Este es el
plano de fondo de la vigilia, del sue�o con sue�os y del sue�o profundo. En el
conocimiento vivo, en el presente, el problema de la muerte carece de significado.

PARIS, DICIEMBRE DE 1980

Por lo que observo, parece que la atenci�n queda comprimida por el mundo objetivo,
o el as� llamado mundo objetivo, en los momentos en que se nos exige una actividad
intensa. Es como una m�quina que se obstruye si gasta demasiada energ�a. �Es este
excesivo consumo de energ�a la causa de que la atenci�n disminuya?

S�, la atenci�n disminuye porque est�s inmerso en la actividad. Est�s todav�a en la


relaci�n sujeto-objeto. La atenci�n pura es intemporal y todo lo que es tiempo
aparece y desaparece en este no-estado intemporal. Pero olvidas la totalidad para
enfocar s�lo una parte, la apariencia. En otras palabras, al buscar un resultado te
identificas con el sujeto-objeto. Esta b�squeda hacia lo exterior impide la
consciencia a la propia conciencia.

Pero parece que la actividad cotidiana est� siempre dirigida hacia alg�n resultado.
Se va al banco a sacar dinero, no se va all� de forma absolutamente libre.

Eso es verdad. El pensamiento puede ser funcional, puede ser calculado. Cuando
tengo que limpiarme mis zapatos, cepillarme el pelo, vestirme o sacar alg�n dinero
para vivir, �stas son acciones intencionadas y, obviamente, buscamos alg�n
resultado. Pero no estamos personalmente envueltos o emocionalmente implicados en
ellas. Simplemente, lo hacemos.
Esencialmente, no hay divisi�n entre el pensamiento pr�ctico, lo que debo hacer, y
el pensamiento intuitivo, pues el pensamiento intuitivo abarca la totalidad de la
situaci�n. Pero el aut�ntico pensamiento espont�neo surge s�lo cuando estamos
libres de deseo, de expectaci�n y anticipaci�n. Esto es lo que Heidegger llama
�espera sin espera�. Nada es buscado. S�lo hay ser, s�lo escucha sin proyecci�n de
nada que deba ser escuchado.

�Es de forma gradual como se va estableciendo el pensamiento espont�neo?

No. El pensamiento espont�neo surge de forma natural en nuestra vida cotidiana y a


resultas de ello accedemos a una cierta comprensi�n. Pero m�s tarde analizamos este
pensamiento y lo valoramos desde el punto de vista de la relaci�n sujeto-objeto.
El pensamiento espont�neo, la acci�n espont�nea, es est�tico, �tico y funcional.
Pero el ego interviene y dice: �Veamos si estoy de acuerdo con este pensamiento� y
le superponemos una estructura, un entramado. Si observas, ver�s como a menudo
pones en cuesti�n algo que ya hab�as comprendido espont�neamente.

Usted dijo una vez que donde hay esfuerzo hay tensi�n. En mi opini�n, la tensi�n es
una forma de defensa. As� pues, cuando estoy tenso, �de qu� me estoy defendiendo?

Defiendes tu imagen, nada m�s. Habitualmente, te objetivas a ti mismo. Vives con


una imagen que has creado y que estimula la sensaci�n y la emotividad. Pero, en
realidad, no tienes ninguna necesidad de defenderte, pues no hay nadie a quien
defender. Cuando est�s despojado de toda cualificaci�n, �qu� hay que defender? No
puedes defender tu desnudez. En un estado de absoluta no-cualificaci�n, hay
libertad, libertad total.
En tanto mantenemos la perspectiva sujeto-objeto, nos movemos de forma
intencionada. Pero cuando comprendes que lo que eres nunca puede ser objetivado,
llegas a la quietud, a la conciencia, all� donde surge el pensamiento espont�neo.
En ese momento no puedes hablar de pensamiento intencionado. Puede parecer
intencionado, pero surge de tu posici�n intemporal.

Cuando hay un estado de identidad -miro la flor, soy la flor- cuando nombre y forma
desaparecen, �qu� es lo que me hace regresar como ser humano en lugar de como flor?
�cu�l es la naturaleza de este v�nculo?

El ser humano es una forma y un nombre; la flor es una forma y un nombre. Abandonar
la forma y el nombre significa abandonar tu cuerpo y tu mente. Lo que permanece es
la conciencia intemporal, que es lo que tienes en com�n con la flor. El ser humano
aparece en ti lo mismo que la flor. Cuando no piensas en ti mismo como hombre,
�d�nde est� el hombre?
Eres uno con todos los seres vivos y �stos aparecen en esa unidad. Hay distinci�n,
naturalmente, entre los seres humanos y los dem�s seres vivos, pero no hay
separaci�n. As�, tu cuerpo y tu mente aparecen en la presencia intemporal, pero lo
hacen s�lo como instrumentos.
La repetici�n s�lo cabe en la relaci�n sujeto-objeto. En otras palabras, las cosas
parecen conservar la misma forma, contin�an respondiendo al mismo esquema, s�lo
porque el yo, en cuanto sujeto-objeto, busca seguridad. Cuando esta b�squeda de
seguridad cesa, cuando est�s al margen de la posici�n sujeto-objeto, ves que toda
repetici�n es ilusoria.

�As� pues, en este estado no-cualificado aparece toda acci�n de manera espont�nea
sin referencia a tiempo ni espacio?

S�, aparece espont�neamente. No hay recapitulaci�n del pasado, ni previsi�n del


futuro. Pero lo que aparece espont�neamente necesita tiempo y espacio para su
realizaci�n. Imag�nate que tienes la intuici�n de que debes emprender un cierto
trabajo. Primero tienes la intuici�n, pero luego su realizaci�n requiere tiempo y
espacio. Pero en la intuici�n hay una inteligencia que indica de forma precisa c�mo
proceder.
Supongamos que eres un actor. Lees el gui�n de una obra dram�tica y comprendes c�mo
se desarrolla psicol�gica, intelectual y f�sicamente. En el momento en que decides
representar un papel determinado en este drama, el fondo psicol�gico global
permanece en ti. Representas tu papel en el tiempo, momento a momento, pero la
atm�sfera de ese fondo �ltimo est� siempre presente. Incluso dir�a que esa
atm�sfera es la misma intuici�n que dice: �Debo emprenden este trabajo�.
La intuici�n es la aparici�n de las cosas en una perfecta simultaneidad. Est� fuera
del proceso ordinario del pensamiento, porque el pensamiento ordinario est� en el
tiempo. Nunca puedes tener m�s de un pensamiento a la vez, pero puedes percibir
intuitivamente la totalidad. Despu�s, la realizas en una secuencia de tiempo y
espacio. Es como el caso de un pintor que, en un determinado momento, ve toda la
pintura en el lienzo. Esto no significa que vea todos los detalles, pero s�, por lo
menos, los elementos principales, las proporciones. Despu�s, realiza el cuadro en
el espacio-tiempo.

Hay una visi�n intuitiva, global, de la creaci�n, pero parece a veces que el actor
se pierda en su papel y no vea ya el drama en su conjunto. Cuando la visi�n es
fragmentaria, �c�mo puedo volver a la totalidad?

�Quieres decir que se olvida el plano de fondo? S�, cuando se olvida es preciso
regresar a �l. Es por esto por lo que no debes fijar esta clase de intuici�n. No
debes fijarla de forma intelectual. D�jala permanecer como una sensaci�n global.
Pero si pierdes esta sensaci�n global, esa totalidad, e intentas compensarlo con la
memoria, cometes un error. Esto les sucede a veces a los artistas. Tienen una
experiencia de percepci�n global y a partir de ah� se ponen al trabajo,
componiendo, pintando o escribiendo. Si pierden esa sensaci�n de la totalidad y la
compensan con el intelecto, con el pasado, con la memoria, su trabajo resulta con
frecuencia confuso; puede incluso llevarles a desistir.
Es de suma importancia no analizar la intuici�n. No fijarla ni encerrarla en una
estructura. No colocar barreras a su alrededor. Dejarla completamente abierta, para
que pueda vivir. Por supuesto, la realizaci�n de una intuici�n ocurre en un
espacio-tiempo y requiere la utilizaci�n tanto de tu cerebro como de tu cuerpo.
Pero el soporte de toda acci�n, de todo tu pensamiento, de toda la informaci�n
necesaria, es la intuici�n que subyace detr�s de la apariencia.
En un principio, la intuici�n puede estar referida a una conducta o una actividad
particular, pero llega el momento en que tienes una intuici�n de la totalidad de la
vida, en la que tu vida entera, pasado, presente y futuro, aparece. Como el
artista, no ves los detalles, pero sientes la tensi�n din�mica. Esta tensi�n no es
una reacci�n, sino algo tangible que sientes de la misma forma que sientes las
proporciones de esta habitaci�n.
Cuando no te identificas con una imagen, cuando tu observaci�n es inocente, sientes
el emerger de la vida. Pero en el momento en que abandonas esa observaci�n
inocente, en el momento en que te identificas con alguna imagen de ti misma, como
mujer, como profesional, como propietaria de tanto dinero y cosas por el estilo, en
ese momento est�s viviendo de nuevo en el c�rculo vicioso del tener y el devenir.
Supongamos que pasaste una semana en Suiza. Si estuviste presente sin etiquetar
nada, sin sacar conclusiones, entonces la impresi�n general volver� a ti en alg�n
momento. Y la impresi�n general te devolver� detalles. Pero si te identificas con
un detalle, nunca podr�s volver a la totalidad intelectual, un producto de la
memoria.
Cuando escuchas m�sica, cuando lees poes�a, esc�chala, l�ela. Entonces la alegr�a
est�tica brota de forma espont�nea. Debes evitar a toda costa el h�bito de tratar
de entenderlo, de apropi�rtelo. La actitud adecuada es estar constantemente
abierto, sin sacar conclusiones. La situaci�n surge y la acci�n ocurre. Y en esta
apertura la acci�n es perfectamente acorde con la situaci�n. Y puedes ver cosas que
nunca viste antes.
Esta corriente es muy importante, pues est� m�s all� de la pregunta y la respuesta.
De hecho, no hay significado sin esta corriente, pues permaneces todav�a fijado en
tus propias ideas e im�genes.

�Y la pregunta surge espont�neamente de esa corriente?

S�, pero tambi�n podemos decir que una vez que se est� presente a ella, ya no hay
ninguna pregunta.

Entonces, la pregunta es una manifestaci�n de esa corriente, �verdad?

S�. Es una ratificaci�n en el nivel verbal de que esa corriente existe.

Si tomamos el caso de alguien que no tiene maestro o que piensa que no hay ning�n
maestro, �puede esta corriente surgir por s� misma?

Te�ricamente s�, pero en la pr�ctica dir�a que no. Supongamos que ves una mosca en
esta habitaci�n. Cuando sigues los movimientos de la mosca en el espacio, tu mirar
es inocente, no calculador, pues no elaboras ninguna conclusi�n. Simplemente, miras
la mosca. Y si mantienes tu atenci�n durante un tiempo, puedes llegar a sentirte a
ti mismo observando, puedes encontrarte a ti mismo en la observaci�n. Esto produce
una sensaci�n de inmensa libertad en la que uno puede llegar a experimentar esa
corriente.
El maestro no apunta a la ausencia del proceso de pensamiento. Apunta a lo que est�
detr�s de ese proceso, detr�s del pensamiento y de la percepci�n. No enfatiza el
objeto observado, la mosca en el espacio, sino la observaci�n misma.
Generalmente, hay mucho de anticipaci�n en nuestra observaci�n. Pues mientras se
observa, se proyecta un resultado y se fija la atenci�n en ese objeto de
pensamiento. Pero la observaci�n aut�ntica es visi�n carente de pensamiento sobre
cualquier resultado y, en consecuencia sin tensi�n entre el observador y lo
observado. En esta disoluci�n de toda proyecci�n aparece la percepci�n original de
que lo observado est� en ti, no fuera. Y como no hay ning�n dinamismo entre el
observador y lo observado, no eres ya aprehendido por lo que observas, sino por la
observaci�n misma.
Pero esta clase de experiencia o corriente no puede ser integrada por la voluntad.
En el momento en que tratas de integrarla, es ya una proyecci�n. En cuanto dejas
que todo prop�sito se desvanezca, te sientes espont�neamente sereno y aut�nomo.

No veo c�mo se puede dejar de proyectar si no es por medio de la voluntad�

Debes examinar por qu� proyectas. Obs�rvalo. Todav�a quieres conseguir algo. El
deseo de obtener surge de la sensaci�n de carencia en tu interior.

�Dir�a usted que el maestro act�a mediante la sorpresa? �Es sorpresa la emoci�n que
se siente cuando de repente el maestro dice �no aqu�, sino all� o �ni aqu� ni all�.

O cuando dice �en ning�n lugar�. Desde el momento en que dices �en ning�n lugar�,
te sientes en la unidad.
En principio, la expresi�n �en ning�n lugar� puede parecer referida a un espacio
vac�o. Esto sucede con frecuencia. Si se pone el acento en el espacio vac�o, se
contin�a esperando que algo ocurra. Pero como nada sucede, al final nos encontramos
todav�a hambrientos.
No pongas el acento en la ausencia de algo. Debes decirte a ti mismo: �puedo ver
esta ausencia s�lo porque yo estoy presente�. Y si no objetivas esta presencia como
presencia, llegas a la atenci�n original, al silencio original. Desde el momento en
que dejas de poner el acento sobre la ausencia, hay una apertura y se produce un
intercambio m�gico entre gur� y disc�pulo.
�Es identidad la naturaleza de este cambio, de esta corriente?

S�. En ese momento no hay nadie que hable o ense�e y nadie que sea ense�ado. Est�s
por completo en el nivel intemporal. El concepto �muchos� no existe en la unidad,
sino s�lo pr�cticamente hablando. Puedes sentir esta corriente con una fuerza mucho
mayor en un grupo de gente que cuando est�s solo. Sin embargo, eres enteramente
arrebatado por esa corriente y en ese momento no hay �m�s� ni �menos�.

Cuando esa corriente existe, �cu�l es el valor de las palabras?

�Qu� es una palabra? Es un sonido, un s�mbolo. La palabra no es la experiencia, tan


s�lo apunta hacia ella. Cuando la palabra apunta a un objeto, se cristaliza. Pero
si no apunta a ning�n objeto no hay posibilidad de tal cristalizaci�n. Es entonces
como una nube en el azul del cielo. T� eres el cielo y hay nubes que pueden
aparecer, pero el cielo permanece inafectado por ellas, no queda envuelto por esas
apariencias. A veces, aparece una nube bajo la forma de una mujer, un hombre, o una
situaci�n, pero t� eres ya para siempre el cielo limpio y azul.

Eso significa una clase especial de escucha, �no es as�?

Es una escucha sin conclusi�n, sin ninguna referencia a lo ya sabido. Cuando


escuchas la explicaci�n de algo objetivo en el espacio-tiempo tu comprensi�n est�
referida a lo que ya sabes. Pero si escuchas algo completamente intemporal, tu
escucha no tiene referencia, pues no puede haber una referencia a lo no-objetivo.
As�, lo que oyes concluye en ti y apunta a la escucha pura.

�Requiere confianza esa escucha pura? Cuando se oyen o incluso cuando se leen
palabras de alguien, �no es necesaria la confianza?

S�, pero la confianza no es una creencia. Confianza es apertura, aceptaci�n de la


posibilidad. Autom�ticamente aceptas la posibilidad en un momento de escucha. En la
escucha pura no hay aceptaci�n ni no-aceptaci�n, s�lo escucha en s� misma.

Entonces, �qu� se obtiene de esta forma? La escucha parecer�a ser el modo natural
de responder a la vida, pero algo sucede, de manera que cuando escuchas no posees
ya esa clase de confianza. Tiendes a querer proyectar tu propia opini�n, por eso no
puedes escuchar realmente al otro.

Pero la confianza no es una cuesti�n moral. Es lo mismo que la aceptaci�n. Aceptas


algo para llegar a comprenderlo por ti mismo. Como en la metodolog�a cient�fica, te
preguntas c�mo otra persona ha llegado a un determinado resultado y aceptas como
posibilidad este conocimiento de segunda mano. Luego, sigues el mismo proceso y lo
vives por ti mismo.

�C�mo sucedi� esto en su propia vida? �Cu�l fue la naturaleza de la relaci�n entre
su maestro y usted?

Si se puede hablar de pasos, el primer paso ser�a interrogarte acerca de tu propia


vida. Debe haber una recapitulaci�n de tu vida, sin ninguna intenci�n de mejorarla
o de sacar conclusiones. Lim�tate a mirarla, a observarla. Yo dir�a que �ste fue el
primer paso que me acerc� al maestro, pues no hab�a encontrado la respuesta en este
proceso de indagaci�n. El maestro me proporcion� la perspectiva.

Pero no se puede realmente buscar un maestro, �verdad? Parece m�s bien que el
maestro llega.

El maestro llega, s�. Por medio de un cuestionamiento y una revisi�n de tu vida,


puedes alcanzar un punto en el que no sabes c�mo moverte en ninguna direcci�n. Hay
aqu� una madurez, una apertura, una oportunidad para que el maestro aparezca.
En el momento de la interrogaci�n, la observaci�n est� libre de conclusiones. Ves
tu vida de la misma forma que ves un poema zen, un poema chino. Hay s�lo
observaci�n, sin poner ning�n �nfasis en ninguna reacci�n eventual.
Si tu observaci�n se focaliza en algo, entonces el �nfasis recae en la pregunta
��Cu�l es mi reacci�n ante este objeto?� Pero si tu observaci�n no tiene
referencia, permanece como actitud interior. La observaci�n sin objeto es una
actitud interior de la conciencia en la que, podr�amos decir, el objeto observado
retrocede cada vez m�s remiti�ndote a la vigilancia primordial. Y en esta alerta
original hay una especie de presentimiento que te lleva a buscar a alguien. O,
dicho de una forma m�s tradicional, alguien te est� buscando.
El maestro ofrece la perspectiva, la formulaci�n o la interpretaci�n intelectual.
La experiencia intemporal y la comprensi�n intelectual trabajan juntas en un camino
paralelo. De otra manera, es como si estuvieras caminando sobre nubes.

Pero en alg�n momento, cesa la comprensi�n intelectual, �no es as�?

La comprensi�n intelectual te lleva a la actitud correcta para comprender lo que


nunca puede ser comprendido. Sugiere una actitud interior que te ayuda a ver que
nunca puedes llegar a la conciencia sin objeto por medio del proceso del
pensamiento. Podr�amos decir que te lleva al abandono del pensamiento.

�Entonces uno crece en consciencia�?

No puedes convertirte en conciencia puesto que eres conciencia. La consciencia de


la conciencia viene de la propia conciencia. El yo volitivo nunca puede lograr eso
porque el yo es s�lo un pensamiento. Por eso, cuando te das cuenta de que el
pensamiento no puede ayudarte a la consecuci�n del no-estado intemporal, cesas toda
proyecci�n y producci�n y permaneces en calma. La quietud es una autonom�a en la
que la conciencia es consciente de su total e �ntegra esencia. No es un estado en
el que se entre y se salga.
La mente contin�a apareciendo, pero desde el momento en que te conoces a ti misma
como conciencia, eres conciencia en todas tus actividades. El no-estado no es
afectado en absoluto por el proceso de pensamiento, por la actividad, las emociones
o deseos. Todo esto viene y va, pero t� eres.
Podr�amos hablar de la conciencia como una especie de plano de fondo porque al
principio puedes sentirlo como si estuviera detr�s de ti. Pero esta imagen no es
realmente precisa, pues da una direcci�n a lo que carece de toda direcci�n. Es como
las seis superficies de esta habitaci�n: el techo, el suelo y las cuatro paredes.
Estas superficies son estables. Cualquier objeto de la habitaci�n puede ser
modificado, pero las seis superficies no se ven afectadas por ello. De la misma
forma, los objetos pueden cambiar en el espacio-tiempo como cambian las nubes, como
cambian los pensamientos, sentimientos y deseos, pero la conciencia, en su ser
multidimensional no es afectada por estos cambios.
Las seis superficies son la percepci�n original de ti misma. Por eso, cuanto m�s
permaneces en esta percepci�n original, menos soportas el h�bito de observarte a ti
misma como mujer u hombre, como alguien que tiene una cuenta en el banco, etc.
Querer ser una mujer, querer cumplir todos los atributos asociados a esta imagen,
c�mo comportarse, c�mo mostrarse, c�mo responder, impiden que aparezca la aut�ntica
mujer. Cuando cesa la visualizaci�n de ti misma como mujer, todas las facultades de
la verdadera mujer surgen en el momento en que la situaci�n lo requiere. Desde el
momento en que no hay ya una imagen, un modelo a seguir, est�s abierta a la
totalidad, siendo as� totalmente espont�nea y perfectamente acorde con cada
situaci�n.
En una relaci�n objetiva, en el contacto de un objeto con otro, hay siempre una
tensi�n. Esta tensi�n surge inevitablemente cuando deseamos vernos aliviados de la
inseguridad, de la carencia, y se manifiesta normalmente como exigencia. Pero
cuando vives en la conciencia intemporal la relaci�n es de un orden enteramente
diferente. Se podr�a decir que hay s�lo ofrenda, s�lo irradiaci�n. Y la relaci�n es
de tranquilidad profunda, una quietud que, en cierta forma, llega a ser tangible.
�No hay muchas personas que recorren el camino de sus vidas sin sentir esto? �O se
puede sentir sin ser consciente de ello?

Conoces momentos en tu vida en los que nada sucede, en los que nada toma forma en
tu imaginaci�n que pueda ser proyectado o anticipado. T� est�s ah� y nada ocurre.
Escuchas el silencio, escuchas ese no ocurrir nada y llega un momento en el que el
no-suceder te remite a la escucha en s� misma. En esta presencia a la escucha hay
libertad y perfecci�n, nada que a�adir o quitar. Pero debes estar maduro para ello.
Cuando buscas una experiencia, tu atenci�n queda restringida a una parte de la
totalidad. Centrando la atenci�n de esta forma, pones freno al movimiento de la
vida. Por eso, cuando dejas de buscar la experiencia, est�s abierto. La experiencia
es un proceso mental. Puedes verlo cuando lo experimentado llega a su fin. La
ausencia de cualquier objeto de conciencia te conduce a la conciencia misma.
En realidad, no existe un objeto en s� mismo, pues aparece s�lo en relaci�n a otros
objetos ya conocidos. Pero para conocer realmente algo, no debe haber referencia a
nada m�s, de manera que quede referido directamente a la conciencia en s� misma.
Pues todo objeto es una expresi�n del silencio.
Deber�as comprender que si una imagen emerge en tu mente y provoca una sensaci�n de
conflicto, este conflicto surge debido a que ves la imagen desde un determinado
punto de vista. Pero si no la nombras, si no la fijas y la dejas en total libertad,
la sensaci�n de conflicto se extingue. Cuando la imagen no est� ya confinada a una
opini�n y es contemplada en su totalidad, cuando la ves desde este plano de fondo
de la totalidad, aparece entre otras muchas en perfecta simultaneidad y te devuelve
a la conciencia silente. En ese momento hay transformaci�n.
Si intentas eliminar el conflicto mediante el an�lisis, mediante la comparaci�n de
esta imagen con otras im�genes, sigues estando en un proceso mental y la mente
jam�s podr� cambiar a la mente. La transformaci�n tiene lugar cuando la imagen
creada por un punto de vista es liberada de esta restricci�n y contemplada en la
integridad de su entorno.
La visi�n total no tiene sujeto ni objeto. T� eres la totalidad. En esta visi�n
global no est�s ya en el proceso mental ordinario, en el h�bito del pensamiento.
Est�s abierto a lo que Ren� Gu�non llama la �Posibilidad Total�. En otras palabras,
lo que los psic�logos describen como el inconsciente y el superconsciente ascienden
a la superficie. Hasta que esto sucede, permaneces �nicamente en el c�rculo vicioso
de la memoria.
Por ejemplo, al observar tu cuerpo, sientes primero el nivel superficial de tensi�n
y contracci�n. Tan pronto como sientes esto, penetras en un nivel m�s profundo, en
el cuerpo original, donde no existe ya complicidad para agarrarte a algo o para
localizarte a ti mismo en alg�n lugar. Una vez has dado a tu cuerpo la oportunidad
de ser cuerpo, una vez has cesado de proyectar esquemas, la naturaleza
incondicionada del cuerpo aparece en tu conciencia. Heidegger llama a esta forma de
visi�n �espera sin espera�, una espera sin objeto.
En la espera sin expectaci�n aparece tu vida real, pero no puedes llegar a ella por
medio de la voluntad, pues entonces ser� meramente una repetici�n de tu memoria. La
conciencia est� encubierta por la volici�n, por la permanencia en el proceso del
desear y el devenir.
Debes perderte a ti mismo en la espera sin objeto. Cuando lo haces, renuncias a
tomar, renuncias a hacer, renuncias a crear. Entonces, espont�neamente, la vida
crea en ti. Entonces vives en una corriente enteramente diferente.
Pero cuando esto sucede, no hay nadie a quien le suceda. En la conciencia
intemporal no hay nadie.

CALIFORNIA. JULIO DE 1981

�Es el dolor algo que se superpone al silencio?

Todo surge del silencio


Entonces, �el silencio es la constante y el dolor es, de alguna forma, extra�o?

Cuando hablas de dolor, alguien sufre ese dolor, un �alguien� que aparece desde el
silencio. El dolor es una percepci�n que generalmente intentamos eludir mediante un
r�pido proceso de conceptualizaci�n. Como el concepto de dolor y su percepci�n no
pueden suceder simult�neamente, debemos abandonar la idea y sentir la sensaci�n
pura. Al tomar conciencia de la situaci�n, al ser conocedores de ella, salimos del
dolor o m�s precisamente, el dolor queda en nuestra observaci�n, en nuestro siempre
presente silencio.
Hay varias formas de relacionarse con el dolor. Generalmente tendemos a eludirlo o
a dirigirlo de alguna manera, pero entonces quedamos enredados en �l mediante el
esfuerzo de la voluntad. Cuando sencillamente observamos y permitimos que el dolor
se exprese, la energ�a fijada como dolor se hace fluida. En la mirada pura no hay
nadie, ning�n ego que dirija, y esta energ�a, no encontrando lugar en el que
localizarse, se reintegra a la totalidad.
Es importante aprender a vivir con el dolor. Nunca lo conceptualices. Te pondr� un
ejemplo de lo que quiero decir. Si te sientes cansado y te dices a ti mismo �estoy
cansado�, te identificas instant�neamente con la fatiga. Esta identificaci�n te
hace c�mplice de ese estado y por tanto lo sustentas. Pero si te tumbas y dejas a
la fatiga en libertad para expresarse, se convierte en objeto de observaci�n. Y
cuando dejas de ser su c�mplice, el sentimiento de cansancio se desvanece
r�pidamente y te sientes completamente descansado.

Tengo un nervio deteriorado en la pierna. Si soy capaz de distanciarme del dolor lo


suficiente para observarlo, �ayudar� esto a su curaci�n?

Este nervio de tu pierna tiene su origen entre la cuarta y la quinta v�rtebra de la


columna vertebral. Cuando existe una presi�n sobre esa parte, lo primero que hay
que hacer es liberar el nervio. El mejor procedimiento es sentarse con las piernas
estiradas y dejar que el �rea p�lvica se relaje por completo. Pero t� no debes
participar en el movimiento. Te explicar�.
Toma esa postura. Cierra los ojos y deja que tu atenci�n recorra tu cuerpo. As�
puedes sentir d�nde se localiza la tensi�n. Pero no anticipes ning�n resultado. La
anticipaci�n indica que la mente est� ya en alguna parte antes de que la sensaci�n
haya tenido la posibilidad de expresarse, y as� permaneces m�s en la idea que en la
sensaci�n. Podr�amos llamar �prop�sito� a tal anticipaci�n. No debes vivir en el
�prop�sito�.
Si cierro los ojos, no puedo decirte con exactitud en d�nde estoy porque mi cuerpo
est� despierto en cada parte, despierto por su sensitividad subyacente. En cada
paso, el fin se cumple.

Cuando despierto por las ma�anas, siento a menudo como si hubiera una substancia
densa que debo atravesar para despertarme realmente. �Por qu� me siento tan
cansado?

Cuando despiertas por la ma�ana, es el cuerpo el que despierta en tu conciencia.


Pero lo que llamamos nuestro cuerpo es un esquema inscrito en el cerebro, una
especie de reflejo all� impreso en alg�n momento de nuestra vida. Al principio este
reflejo era ocasional, luego se hizo m�s frecuente, hasta que finalmente qued�
fijado all�. T� adoptas este esquema y piensas tu cuerpo en estos t�rminos. Sucede
lo mismo con los estados ps�quicos. Podemos despertarnos y sentirnos inmediatamente
deprimidos.

�Es tambi�n algo condicionado lo que nos hace pensar que necesitamos ocho horas de
sue�o cada noche?

Cuando llegas a ser m�s consciente, te enfrentas diariamente a los acontecimientos


y situaciones en forma no-reactiva y los vives �ntegramente tal como se presentan.
Nada se pospone y, por tanto, ning�n residuo queda en tu mente. Al no haber
remanente de reacci�n y tensi�n, tu cuerpo est� completamente relajado cuando
duermes y en este estado cuatro horas y media o cinco son suficientes.

Entonces, �necesitamos dormir m�s en la medida en que no vivimos de forma


consciente durante el d�a?

S�. En ocasiones, lo que has pospuesto durante el d�a sale en forma de sue�os.

�Son necesarios los sue�os?

Lo que generalmente llamamos un sue�o es la eliminaci�n de lo que no se ha resuelto


en el estado de vigilia. Pero si aparece como lo que en franc�s se denomina songe,
entonces no es eliminaci�n. Puedes ver c�mo tu pasado o tu futuro aparecen en una
simultaneidad perfecta, pues la idea de vivir en el tiempo y en el espacio es
solamente debida al hecho de haber sido educados para pensar en estos t�rminos.
Realmente, acontecimientos y situaciones aparecen de forma simult�nea. Lo que har�s
ma�ana, o dentro de cuatro semanas, o dentro de cuatro a�os, est� ya presente. Pero
tu mente ha sido organizada para captar las percepciones de forma sucesiva y as�
aparece el tiempo. Este existe s�lo en la mente humana. En realidad, no hay tiempo.

Los maestros espirituales dicen a menudo que el mundo fenom�nico aparece y


desaparece y que no hay nada que la persona necesite hacer. Pero la mayor parte de
nosotros sentimos la necesidad de controlar nuestras vidas�

�Por qu� controlar la vida? La vida no tiene necesidad de control. La vida se


estructura por s� misma. Intentar controlar la vida significa vivir en la memoria,
en la repetici�n, en el proceso continuado de tener y querer ser. Cuando abandonas
este imperativo de control, desaparece el conflicto y eres uno con la corriente de
la vida. S� espectador del espect�culo. La representaci�n se desarrolla, pero t�
est�s observando entre la audiencia. Si subes al escenario y te dejas envolver en
la obra, est�s perdido.

Nunca he practicado la meditaci�n por temor a descubrir todo lo que he reprimido.


�Es esta reacci�n un signo de que tendr�a que considerarla m�s profundamente o
quiere decir que no he madurado bastante todav�a?

Lo que aparece durante la meditaci�n son residuos del pasado. Estos residuos son
energ�a localizada mediante asociaci�n de ideas, energ�a movilizada contra el miedo
y la inseguridad. Mantente como testigo de todo ello. Al mantenerte como observador
sin hacer ninguna elecci�n, la atenci�n es inmotivada y todo condicionamiento se
apacigua. Puedes ver que el consciente, el inconsciente y el superconsciente
ascienden, pero estos no son lo nuevo, sino el pasado. D�jalos emerger, pero
mantente como observador.
Inicialmente, el observador es tambi�n un objeto de percepci�n. Pero m�s tarde,
incluso este observador se disuelve en el silencio. Entonces, t� eres silencio,
intemporalidad tanto en presencia como en ausencia de tiempo.

�Por qu� a veces tengo miedo del silencio?

�Qui�n es ese yo que tiene miedo? Es el ego, la imagen que tenemos de nosotros
mismos. Se desvanece en el momento que la dejas ir, en el momento en que la
observas. En la observaci�n pura no hay lugar para la imagen del yo. As� pues,
d�jala ir. S� absolutamente libre respecto a cualquier situaci�n.

Me resulta dif�cil observar el miedo cuando estoy completamente apresado en �l�

Mira el mecanismo del miedo. Ve lo que est� detr�s de este miedo, las asociaciones
que te han llevado a ese estado. Sientes una sensaci�n y la calificas de �miedo�.
Proyectas una imagen de un yo que siente miedo. Luego colocas esta imagen en una
selva oscura ante un le�n enorme.
La proyecci�n de ti mismo como hombre, como una determinada personalidad, hace
surgir el miedo porque la personalidad necesita una situaci�n para existir. Muchos
de nosotros preferimos sufrir, preferimos prolongar una situaci�n sin esperanza
porque ello proporciona al yo un punto al que aferrarse. Si el yo no tiene algo en
que agarrarse, muere. �Y debemos acostumbrarnos a morir!
Contempla cada nueva situaci�n sin referencia a una antigua imagen de ti mismo.
Cuando dejas de proyectar una persona, una imagen de ti mismo como hombre, como ser
inteligente, como dotado de una cierta personalidad, como teniendo m�s o menos
amantes, etc., �qu� sucede? Est�s calmo y vigilante, pero no vigilante a algo.
Entonces la situaci�n no queda referida a una imagen, sino a la conciencia global.
Cuando tienes miedo, el yo queda envuelto en este miedo y no puede dejarlo marchar
de forma intencionada. Esta imagen del yo se desvanece desde el momento en el que
el yo se convierte en percepci�n. Y como el miedo necesita el est�mulo de una
imagen para existir, cuando desaparece la imagen desaparece el miedo.
La idea de ser una entidad individual y separada es incorrecta. No existe una
identidad independiente. Eres uno con las estrellas, con la luna, los animales, las
plantas y las piedras y tambi�n con la sociedad. No tienes existencia independiente
de la totalidad.

Si el individuo no existe, �qu� existe?

Existen pensamientos, emociones y percepciones, pero no hay nada personal en ellos.


El yo es una convenci�n en las relaciones humanas. Existe como concepto, pero no
tiene realidad.
Acepta la vida. D�jala transcurrir. T� no eres tu vida, s�lo un espectador entre la
audiencia mirando la acci�n que se desarrolla en el escenario. El actor puede
interpretar a un h�roe, a un marido, a alguien que sufre, pero sabe que est�
actuando. No est� identificado con el papel. Es lo mismo en tu vida.

Entonces, �no hay nada que hacer?

Nada que hacer. Cuando mires en profundidad ver�s que todo �hacer� es reacci�n.
S�lo la pura observaci�n inmotivada est� vac�a de reacci�n pues no hay nadie que
reaccione. Entonces toda acci�n es espont�nea, momento a momento.

(Largo silencio)

No debes llegar a ninguna conclusi�n en estos di�logos que mantenemos. Hablar es,
m�s o menos, un pretexto. El verdadero perfume est� en el silencio.

No comprendo por qu� me siento tan a disgusto en silencio.

Si intentas estar en silencio, no podr�s estarlo. El silencio es tu naturaleza


original. No hay ninguna necesidad de tratar de ser lo que realmente eres.
Simplemente, observa cuando no est�s en silencio. Realmente, s�lo podemos hablar de
comunicaci�n cuando permanecemos en la que se establece entre dos objetos, entre
dos personalidades, entre dos im�genes. La relaci�n entre dos im�genes, entre la
idea de ser un hombre y la idea de ser una mujer, carece de sentido, de contenido.
En el silencio, no hay hombre o mujer, hay s�lo amor. La comunicaci�n es comuni�n.

Es f�cil interpretar el papel, pero�

No interpretes un papel. Tomarte a ti mismo como un hombre significa que debes


ajustarte a m�ltiples calificaciones, c�mo mostrarte, c�mo relacionarte, c�mo
hablar, c�mo actuar, etc. Has sido educado para pensar en t�rminos de ser un
hombre, confinado por todas estas etiquetas.
Lo mismo puede decirse cuando te consideras a ti mismo como padre o como madre. No
hay ni hombre ni mujer, ni padre ni madre. Deja de proyectar en tu entorno y deja
que cada momento te encuentre en una actitud fresca y libre de la memoria. Mira las
cosas como si las vieras por vez primera. Mantente completamente desnudo, sin
forma, sin nombre. Eres un ser hermoso, nada m�s, y eso no precisa educaci�n. S�,
sencillamente, el hermoso ser que naturalmente eres.

Si me comportara de esa forma, me sentir�a como si no tuviese protecci�n, como si


estuviera indefenso�

�De qui�n quieres defenderte? No hay nadie a quien proteger.

Para llegar al discernimiento de que t� no eres tu cuerpo necesitas primero


descubrir lo que el cuerpo es en realidad. El cuerpo debe convertirse en un objeto
de percepci�n, no en una idea. En la mayor parte de los casos, cuando te refieres a
tu cuerpo, est�s refiri�ndote a una imagen construida en alg�n momento de tu vida;
el cuerpo es para ti un esquema que te has acostumbrado a asumir. Pero cuando dejas
de proyectar este esquema y permites hablar al cuerpo real, sientes toda su tensi�n
y pesadez. Por medio de la clara visi�n te apartas de las ideas habituales que has
tomado por realidades y dejas de ser c�mplice de antiguos esquemas. Llegas a la
sensaci�n original del cuerpo: vacuidad sin l�mites. Sientes que el cuerpo est�
totalmente extendido en el espacio.
Pero el cuerpo en s� mismo no es el problema. Sentir el cuerpo real, el cuerpo tal
cual es, te ayuda a descubrir una forma de mirar sin proyectar. Esto te lleva m�s
all� del cuerpo y llega un momento en que la localizaci�n termina y la energ�a
anteriormente fijada como �cuerpo� se disuelve en la escucha. En otras palabras, al
no haber ya fijaci�n de alguien que escucha o de algo que es escuchado, la relaci�n
sujeto-objeto se desvanece. S�lo hay unidad.

Cuando escucho a mi cuerpo y siento un ligero desequilibrio o tensi�n, �deber�a


limitarme a escuchar o a dar los pasos para corregirlo?

La tensi�n surge cuando te centras en una parte espec�fica del cuerpo. Esta es la
tensi�n funcional en la que la sensaci�n global del cuerpo es encubierta por una
idea y es a esto a lo que llamamos �localizaci�n�. Nunca puedes ir desde esta parte
fraccionaria a la percepci�n de la totalidad.
Cuando dejes emerger la sensaci�n corporal, sentir�s ciertas zonas contra�das y
tensas. Pero si mantienes la sensaci�n global, estas zonas perder�n su localizaci�n
y se reintegrar�n en la totalidad. Entonces el cuerpo aparece en su verdadera
naturaleza, como energ�a desprovista de tensi�n y de memoria; entonces ya no hay
restricci�n y el cuerpo adopta la postura adecuada sin esfuerzo.
Este es el �nico m�todo para adoptar una postura correcta. Si tratas de realizarlo
mediante el esfuerzo, si te dices a ti mismo �debo sentarme derecho�, la postura
natural se bloquea por una reacci�n muscular a esta idea. Tu cuerpo conoce su
posici�n real y te invitar� a regresar a ella. As� pues, d�jala que llegue a ti.

Si el cuerpo ya conoce su verdadera posici�n, �por qu� practicamos yoga o meditamos


tratando de encontrarla?

En primer lugar, acepta la posibilidad de que eres perfecto. Tu cuerpo vive en ti,
en la perfecci�n original y, naturalmente, no hay nada que a�adir a la perfecci�n.
Pero te identificas con la imperfecci�n. Desde el momento en que te ves alimentando
constantemente una imagen de imperfecci�n, est�s fuera del proceso.
No hay nada que hacer en el camino de la perfecci�n, nada que alcanzar, nada que
agarrar, nada que realizar. Tratar de alcanzar algo indica que est�s mirando desde
una perspectiva equivocada, desde el err�neo punto de vista de haber perdido la
perfecci�n, tu naturaleza original.

Me gustar�a comprender que es el pranayama y para qu� se realiza este ejercicio


respiratorio.

Pensar y respirar est�n en muy estrecha relaci�n. Cuando nuestra respiraci�n es


tensa y agitada, el pensamiento tambi�n lo es. El pranayama sirve para apaciguar el
proceso respiratorio lo que, a su vez, calma la mente.
Habitualmente, la inhalaci�n es un proceso volitivo, que despierta tensi�n en el
cerebro y en el �rea de los hombros. Por eso debes realizar el pranayama en
posici�n relajada, sin ning�n esfuerzo o tensi�n. Deja que la inhalaci�n suceda,
pero no inhales.
A�n cuando esta t�cnica de respiraci�n puede ser un hermoso ejercicio, cualquier
intento por aquietar el pensamiento es puramente artificial. M�s que tratar de
impedir que los pensamientos surjan, deber�amos observar aquellas ocasiones en las
que el pensamiento, de manera natural, llega a detenerse.
Por ejemplo, cuando se consigue un objeto deseado, se vive un momento de carencia
de deseo. El dinamismo que provoca el funcionamiento de la mente cesa, pues no hay
ya una motivaci�n para pensar. Cuando el pensamiento es moment�neamente apaciguado,
volvemos a nuestra naturaleza original, el silencio. Sucede lo mismo en el estado
de sue�o profundo. La conciencia del yo no est� presente, hay un silencio absoluto.
Tambi�n podr�amos referirnos a la obra de arte. En la experiencia est�tica el
impulso de pensar llega a su fin, pero cesa de forma natural, no por medio de la
disciplina o el poder de la voluntad.
El pensamiento sigue el mismo proceso funcional que las piernas al caminar o la
utilizaci�n de los brazos. Cuando no hay ninguna raz�n para utilizar los brazos,
�d�nde est�n los brazos? Cuando no necesitas caminar, �d�nde est�n las piernas?
Igualmente, el cerebro comienza a funcionar en el momento en que se lo necesita,
pero cuando no hay nada que pensar, no hay pensamiento. �Por qu� entonces continuar
pensando? El silencio subyace a todo funcionamiento mental, de la misma forma que a
los tres estados de vigilia, so�ar y dormir. Estos est�n superpuestos al silencio.
Est�n en el tiempo, mientras que el silencio es intemporal.

Me gustar�a saber algo sobre la experiencia de su propia vida, sobre lo que le ha


hecho posible estar ahora aqu� compartiendo esta alegr�a.

Si te contara c�mo he realizado el ser real, eso ser�a tan s�lo una distracci�n
para ti, pues nada podr�as hacer con esa informaci�n. Tu pregunta es mera
curiosidad. Pero si diriges una mirada en profundidad al motivo que te induce a
preguntar eso, ver�s que la ra�z es la inseguridad.

Cuando el maestro espiritual con el que estoy trabajando comparti� sus experiencias
conmigo, qued� afectado por el hecho de que no hubiera ninguna experiencia que
estableciera diferencias. Y eso me abri� muchas puertas�

Pero llegas a algo mucho m�s profundo cuando te preguntas: ��cu�l es el motivo para
preguntar esto?� Detr�s de la pregunta est� la imagen que tienes de ti mismo. Una
imagen caracterizada por la inseguridad y el miedo. Observar este miedo te coloca
fuera. Por eso la pregunta es una distracci�n, una forma de escapar a ti mismo.

Pero, �qui�n est� interesado en escapar?

La persona, el ego, que siempre est� buscando distracci�n, formula la pregunta. Haz
de esta imagen del yo un objeto de observaci�n. La persona es �nicamente energ�a
proyectada en el espacio-tiempo; es discontinua. Sientes c�mo el objeto, la
persona, aparece en tu conciencia y entonces el deseo de identificarte con una
imagen proyectada se extingue.

A veces he tenido la impresi�n de que para comunicar con otro tengo que pasar a
trav�s de la personalidad y quisiera dejar esta personalidad a un lado.

Eres el conocedor de esa personalidad, como eres el conocedor de tus facultades y,


sin embargo, te identificas m�s con la personalidad que con el conocedor. Tal
identificaci�n, basada en ideas preconcebidas, ahoga la personalidad, que se vuelve
inflexible, e impide la espontaneidad y la creatividad.
No te localices a ti misma en la idea de una personalidad que no es sino memoria.
Cuando vives momento a momento, sin memoria, la personalidad real tiene la
oportunidad de surgir. Aparece en la vacuidad, se adecua perfectamente a cada
situaci�n y, cuando �sta finaliza, se disuelve de nuevo en la vacuidad.
Por ejemplo, si te localizas a ti misma en la imagen de una mujer, comienzas a
buscar todo lo que esta imagen conlleva. La mujer real empieza a vivir s�lo cuando
la imagen desaparece. As�, hay situaciones en las que la mujer aparece en ti, pero
t� no eres la mujer.
No hay m�s que conciencia, conciencia que tienes en com�n con todos los seres
vivos. En esta conciencia silente, ciertamente surgen distinciones, pero no hay
separaci�n

Podemos comprender lo que ahora est� diciendo, pero pasado alg�n tiempo lo
olvidamos. �Es �til leer libros o es mejor descubrir las cosas por nosotros mismos?
�Pueden ayudarnos los libros a ver las verdades que no hemos vivido todav�a?

Los libros s�lo pueden proporcionar un conocimiento de segunda mano, mientras que
lo esencial es llegar a un conocimiento de primera mano.

Entonces, �qu� podemos hacer para prepararnos? �Podr�amos meditar sobre algo?

No se medita sobre algo; esa no es la formulaci�n adecuada. Meditar significa estar


plenamente alerta y permitir que la sensaci�n cuerpo-mente llegue a tu atenci�n.
Por ejemplo, cuando te sientas aqu� puedes advertir que ciertas partes de tu cuerpo
est�n tensas. Estas partes se sienten pesadas y tensas porque otras partes est�n
ligeras y relajadas. Pero la concentraci�n sobre la tensi�n, sobre las zonas
r�gidas, conduce a la fijaci�n. �C�mo proceder entonces? Hazte consciente de una
zona que sientas ligera y vac�a. Y, como si de agua se tratara, deja que esa
sensaci�n se expanda hasta incluir �reas m�s densas.

�Hay algunos momentos del d�a que sean especialmente indicados para esta clase de
observaci�n?

S�. Puede haber momentos en los que est�s m�s disponible. El mejor momento es por
la ma�ana, justo al despertar. No eres t� quien despierta, sino el cuerpo el que
despierta en tu conciencia. Por eso, cuando est�s alerta, ves c�mo el cuerpo
retorna a sus viejos esquemas. Cuanto mayor es la frecuencia con que el cuerpo se
te presenta globalmente como una sensaci�n, m�s frecuentemente tambi�n la memoria
org�nica se va haciendo cargo de �l. Durante el d�a, cada vez que introduces tus
habituales esquemas de contracci�n, la memoria org�nica de la totalidad te devuelve
a la sensaci�n global y llega un momento en el que ya no regresas a la imagen
fraccionada de tu cuerpo.

Ha dicho que no podemos realizar nada mediante la voluntad y el esfuerzo. Sin


embargo, si prescindimos del esfuerzo, vemos que nada sucede, que no hacemos nada.

Pero nada sucede cuando intentas hacer que suceda. La mera intenci�n de hacer que
algo ocurra bloquea su expresi�n espont�nea. La intenci�n hunde sus ra�ces en el
miedo y en la inseguridad. Toda esa energ�a condicionada debe llegar a detenerse.
La mente debe quedar en suspenso. S�lo una actitud de no-interferencia puede llevar
a su fin el proceso de la memoria mec�nica y todos los condicionamientos que la
acompa�an. Entonces la original energ�a incondicionada sale a la superficie.
Generalmente, s�lo conocemos conceptos, pero no conocemos el silencio. El valor de
la pr�ctica de la meditaci�n reside en que nos ayuda a familiarizarnos con el dejar
ir, con la quietud. Cuando la mente deja de interferir, s�lo hay silencio; y de
�ste, aflora la creatividad. Pero en cuanto caemos bajo el hechizo de la voluntad,
s�lo hay repetici�n. Cuando miramos a nuestros amigos o a nuestro entorno, s�lo
vemos nuestras proyecciones, nuestras superposiciones, no vemos el mundo como es.
As� pues. el primer paso es reparar en que realmente no vemos, en qu� proyectamos
nuestros miedos y nuestras esperanzas sobre todo lo que nos rodea. Para verlo,
debes estar en silencio. Cuando se vive este silencio nada es repetitivo y quedar�s
sorprendida por todo lo que entonces surge.

�Qu� es lo que nos lleva a mirar siempre las percepciones y los conceptos como
objetos?

Estamos en constante b�squeda de libertad, de alg�n camino para trascender la


inseguridad. Este sentimiento de inseguridad o de miedo es el motivo que nos
impulsa a ir m�s all�, en un proceso que requiere observaci�n e indagaci�n. Observa
que al obtener un objeto deseado puede haber una moment�nea libertad respecto al
miedo, pero la causa de ello no es, en realidad, el objeto deseado. En la seguridad
experimentada en tales ocasiones no hay lugar para una imagen de un objeto o de
alguien que lo consigue. Hay s�lo felicidad. Cuando abandonas esta felicidad, el
ego quiere atribuirla a alguna causa y por eso dice: �Me sent�a feliz porque
encontr� a tal o cual persona� Me sent�a feliz porque escuch� una m�sica
maravillosa�� y cosas por el estilo.
Cuando prosigues esta investigaci�n hasta el final, descubres que t� eres esa
felicidad. Ves que en realidad no podemos hablar en t�rminos de causa y efecto,
pues la felicidad no tiene causa. Desde este momento, abandonas espont�neamente la
volici�n, el esfuerzo. Permaneces constantemente abierto. No existe ya sensaci�n de
separaci�n y, en consecuencia, tampoco miedo ni inseguridad.

�Qu� me sugiere que haga con la observaci�n de que el contexto b�sico de mi vida es
la ira? Soy consciente de que soy col�rico, pero eso no me hace cambiar. A veces,
lo sustituyo por alg�n otro estado y la ira desaparece moment�neamente, pero m�s
tarde regresa.

Cuando dices �estoy col�rico�, esta c�lera es un concepto y no puedes hacer nada
con la idea de c�lera. No te dejes envolver en el concepto. La ira es una
percepci�n, una sensaci�n en tu cuerpo y en tu mente. Permanece con la percepci�n;
quiero decir con esto que aceptes totalmente la sensaci�n de estar col�rico. En el
momento de la aceptaci�n no hay lugar para alguien que acepta y la complicidad con
la c�lera cesa autom�ticamente.
En realidad, la ira es �nicamente energ�a localizada como un estado, una idea. Al
principio, se localiza ocasionalmente y luego m�s frecuentemente hasta que est�
constantemente presente y te identificas con ella.

�Ocurre lo mismo con el miedo?

Exactamente lo mismo. Cuando te despiertas por la ma�ana y te encuentras con un


cierto talante, un estado de tensi�n, por ejemplo, hazlo objeto de tu observaci�n.
Si�ntelo, ac�ptalo. Se necesita muy poco para aceptar algo, pero nuestra aceptaci�n
es habitualmente s�lo psicol�gica. Estoy hablando de aceptar la funci�n actual, la
sensaci�n de tensi�n. La mayor parte de las veces, tratamos de escapar a nuestras
sensaciones. Decimos �siento miedo� y escapamos en esta idea. O telefoneamos a un
amigo o leemos un libro. Pero cuando aceptas una percepci�n, ya no queda fijada y
florece y se disuelve en la conciencia, en tu aceptaci�n. Cuando aceptas algo
plenamente, sin juzgar o calificar, la aceptaci�n es conciencia y ah� eres
completamente libre. Completamente. Es hermosa esta sensaci�n de libertad que
aparece al aceptar la vida, al aceptar lo que eres.

SUIZA. NOVIEMBRE DE 1981.

�Se necesita esfuerzo para seguir el camino que usted propone? Personalmente,
siento que tengo cada vez menos energ�a para hacer un esfuerzo en cualquier
direcci�n.

No puedes hacer un esfuerzo sin tensi�n. Pero, �por qu� hacer un esfuerzo? S�lo
porque buscas lograr alg�n resultado fuera de ti mismo. Desde el momento en que
sabes verdaderamente que lo que buscas es tu naturaleza real, pierdes las ansias de
luchar. Date cuenta en primer lugar de que continuamente est�s realizando esfuerzo.
En cuanto te haces consciente de este proceso, est�s ya fuera de �l. Y entonces
puede aparecer la percepci�n original de que realmente eres silencio.

Pero ver esto, �no requiere alg�n esfuerzo?

No. Esta visi�n es tu estado natural. S� consciente de que no ves. S� consciente de


que continuamente reaccionas. Ver no requiere ning�n esfuerzo, pues tu naturaleza
es visi�n, es ser en silencio. Si dejas de perseguir un resultado, si dejas de
criticar, de valorar, de sacar conclusiones, si te limitas a mirar, puedes percibir
estas reacciones y ya no ser�s c�mplice de ellas.

En el transcurso de la meditaci�n, cuando el proceso de vaciamiento progresa, me


viene este pensamiento: �Esto es s�lo un pensamiento�. Pero el pensamiento �esto es
s�lo un pensamiento� es tambi�n un pensamiento, �no?

Sin duda ninguna. Verse a s� mismo no es un pensamiento, pero al principio s�lo


conocemos esta visi�n en tanto que limitada a la percepci�n de un objeto. M�s
tarde, llegas a la sensaci�n pura sin objeto. Luego, surge el discernimiento de que
eres esa visi�n pura y todo lo que es visto aparece en ti. En ese momento, la
visi�n no es ya afectada por lo que se ve.
Focalizar la atenci�n sobre algo genera tensi�n. Aunque puede haber momentos de
desapego, la mayor parte de las veces quedas envuelto en lo que ves. Pero mediante
la observaci�n puedes llegar a la visi�n pura, a la visi�n sin objeto. Concede
libertad total a lo que veas y no intentes controlarlo. Como lo que ves es energ�a
proyectada en forma de apariencia para el que ve, en el momento en que lo que se ve
est� libre de localizaci�n, se disuelve en el que ve, pues lo que se ve es
discontinuo. mientras que el que ve es continuo. El perceptor �ltimo es encontrado,
en primera instancia, en esta relaci�n entre el que ve y lo que es visto.
Habitualmente s�lo conocemos al que ve por mediaci�n de lo que es visto. En
momentos de visi�n pura, decimos que no hay nada, pues s�lo nos conocemos a
nosotros mismos en la relaci�n sujeto-objeto. Pero en cuanto nos convencemos de que
detr�s de lo visto est� el que ve y de que lo visto aparece en el que ve, ya no
ponemos el acento sobre lo visto sino sobre el que ve.

�No es esto proyectar un objetivo para quien nunca ha tenido esa experiencia? Yo
nunca he visto sin un objeto o sin proyectar mi propia imagen sobre un objeto, sin
embargo, s� que existe una forma de ver en la que no se ven s�lo las im�genes
creadas por la mente� Y entonces c�mo�

�C�mo ir m�s all�? Pero conoces momentos de tu vida en los que hay s�lo visi�n sin
que nada sea visto. Supongamos que tienes un problema. Est�s inmerso en �l y llega
un momento en el que el problema queda completamente resuelto. Hay entonces una
total satisfacci�n, sin ning�n deseo de a�adir o quitar nada. Cuando un deseo se ve
realizado, te colocas en un estado de completa carencia de deseo en la que ni el
sujeto que desea ni el objeto deseado est�n presentes. Ni siquiera puedes decir que
hay felicidad, pues t� eres felicidad. Pero despu�s de vivir esta experiencia, ves
c�mo el ego se apresura a reclamar el momento para objetivarlo y convertirlo en una
especie de caricatura, semejante al payaso que en un circo reclama la ovaci�n del
p�blico a�n cuando no sea �l el artista principal.

�Podr�a decirme algo m�s sobre el pensamiento como defensa?


Desde luego, cuando digo esto lo digo con mucho cuidado. Hay un momento en el que
puedes percibir que antes de que surja el pensamiento hay una pulsaci�n y la
potencialidad del pensamiento est� ya presente ah�. La pulsaci�n repercute en el
cerebro y t�, instintivamente, buscas el s�mbolo, la formulaci�n.

�Es posible acallar esta pulsaci�n antes de que se convierta en pensamiento?

S�. Si est�s muy alerta, puedes detener la pulsaci�n. Percibirla antes de que se
transforme en pensamiento reduce las vibraciones del cerebro y as� se acalla la
agitaci�n mental y f�sica.
Deber�amos ver que tanto el �hacer� como el �no-hacer� son igualmente �hacer�. Este
proceso de tener y querer ser cesa �nicamente cuando escuchamos, pues nuestra
naturaleza verdadera es la escucha. Los estados de vigilia, sue�o con sue�o y sue�o
profundo son superposiciones sobre la escucha pura, que no est� referida ni al que
escucha ni a lo que es escuchado. Todos los estados aparecen en la escucha. Por
eso, cuanto m�s presente est�s en la escucha, m�s presente se har� tambi�n la
actitud de dejar ir el hacer y el no-hacer.
Habitualmente, cuando hablamos de escucha, queremos dar a entender el hecho de
prestar atenci�n a algo en particular. Pero cuando yo hablo de escucha, estoy
hablando de una escucha que se refiere s�lo a s� misma. Es como cuando alguien
pregunta: ��Qu� tienes en la boca?� T� dices: �Nada�, pero en realidad tienes el
sabor de tu boca. Puede no haber en ella nada salado, azucarado o �cido, pero el
sabor de tu boca est� presente. La escucha pura tiene su propio sabor.

A veces, un rato despu�s de escucharle, siento que no puedo recordar nada de lo que
usted ha dicho.

Cuando escuchas sin evaluar ni sacar conclusiones, no puedes memorizar lo


escuchado. Lo que has escuchado regresa a ti, pero no por medio del proceso
ordinario de la memoria. Si intentas retenerlo, �qu� es lo que conservas? S�lo las
palabras, la formulaci�n, y as� escuchas a trav�s del velo de lo ya sabido,
mediante la comparaci�n con el pasado. Debes llegar a escuchar de forma inocente.
Cuando escuchas sin sacar conclusiones, lo que ha estado detr�s del escuchar aflora
en un momento determinado, quiz�s al d�a siguiente, o un mes o seis meses despu�s.
Pero este afloramiento no es la consecuencia de un esfuerzo por retenerlo. El sabor
aut�ntico se pierde en el proceso de memorizaci�n.

Bastante a menudo hay cosas de las que usted dice que me llegan de forma especial y
se fijan en mi mente. Por ejemplo, hace unos d�as usted dijo: �Date cuenta de que
est�s continuamente construyendo�. Esto me viene a la mente con frecuencia.

Pero t� no has hecho ning�n esfuerzo por recordarlo. Viene a ti. Es muy poco lo que
realmente podemos recordar de forma consciente. Piensa en todas las experiencias
que has tenido a lo largo de tu vida y lo poco que de ellas recuerdas. Has olvidado
ya el sentimiento con el que te despertaste esta ma�ana o lo que comiste ayer o lo
que has estado pensando a las tres.
Cuando disminuye la vibraci�n del cerebro es posible recordar cosas que han sido
olvidadas por la memoria ordinaria. Con una baja frecuencia de estas vibraciones,
el individuo puede incluso recordar una encarnaci�n anterior. Pero las experiencias
de este tipo son, m�s o menos, distracciones, formas de sustentar la idea de la
persona. Aunque se reduzca la frecuencia de las vibraciones del cerebro,
continuamos identific�ndonos con el ego. Por otra parte, la tensi�n todav�a surge
cuando se ha realizado el S� mismo. Pero alguien que vive en el S� mismo con pleno
conocimiento, est� fuera del proceso del devenir; por eso las funciones de su
cerebro y de su cuerpo son completamente diferentes a las de alguien que no ha
realizado el S� mismo.

�Y funcionan sus sentidos de forma diferente?


Generalmente, todos nuestros sentidos funcionan por medio de la aprehensi�n. La
mente proyecta algo fuera de s� para que sea aprehendido por los sentidos. En
realidad, nada hay fuera de nuestra conciencia.
Cuando vemos un p�jaro, hay inicialmente percepci�n pura, pero despu�s la
conceptualizamos. En el momento en que hay conceptualizaci�n, la percepci�n no est�
ya presente, pues concepto y percepci�n no pueden existir simult�neamente. Si
abandonas el concepto, �qu� queda? Tu identidad con el p�jaro. Pero esta identidad
no es una imagen mental de la unidad. Es una experiencia global.

Pero en el momento de la unidad se es uno con todo, �no es cierto? �O se puede ser
uno con el p�jaro y no ser uno con todo lo dem�s?

Eres s�lo ser. Cuando abandonas el nombre y la forma del hombre que ves, �qu�
queda? El hombre real aparece y ah� hay unidad. En el instante en que abandonas la
forma, abandonas el cuerpo. En el instante en que abandonas el nombre, abandonas la
mente. As�, s�lo el ser permanece y el ser es indivisible. Es la corriente de la
que anteriormente hablamos. Cuando esta corriente est� presente, no hay ya fijaci�n
ni repetici�n, s�lo el reflujo y el fluir de la creatividad.

LONDRES.
NOVIEMBRE DE 1982

Cuando hablamos de la observaci�n silente nos referimos a una forma de escuchar, a


una forma de ver, que permite la expansi�n plena, no cualificada de lo observado.
En el proceso de escucha puedes descubrir que el observador est� siempre juzgando,
criticando, comparando y valorando. Esta escucha te lleva por s� sola a una
situaci�n en la que no est�s envuelto en lo percibido. Entonces una sensaci�n de
espacio se abre entre tu observaci�n y lo observado, suscitando la comprensi�n de
que lo percibido surge en ti pero t� no est�s limitado por lo percibido. El
silencio es tu naturaleza real.

Entonces, �es el pensamiento la ra�z del problema?

Generalmente, s�lo nos conocemos a nosotros mismos en las percepciones, en los


diversos estados. S�lo conocemos la conciencia de algo, la escucha de algo, pero no
conocemos la conciencia pura, sin objeto.
Los pensamientos, sentimientos y sensaciones son objetos de la conciencia y no
tienen existencia sin el sujeto que los observa. Puesto que el que percibe nunca
puede ser percibido, cuando un pensamiento o percepci�n apunta hacia el que
percibe, te remite al silencio, al ser puro, a la conciencia sin objeto.

�Qu� es, entonces, lo que percibe?

Lo que percibe es una facultad, una cualificaci�n, que existe en el momento en que
hay una percepci�n en el espacio-tiempo. Sin percepci�n no hay perceptor. Ambos son
movimientos de energ�a en el espacio-tiempo y ambos surgen y se disuelven en la
conciencia, lo �nico que es intemporal.
El perceptor y lo percibido son algo as� como herramientas. instrumentos de la
conciencia. Todo lo que aparece es expresi�n de la conciencia.

Realmente encuentro, si lo miro de cerca, que en la realizaci�n del deseo busco la


unidad o seguridad fundamental, paz, si se quiere, euforia� �Tiene la conciencia
pura de la que habla alguna de estas cualidades?

No. Lo que buscas es s�lo memoria, algo que ya conoces y valoras como deseable.
Todas estas cosas que nombras son atributos, superposiciones a la conciencia pura.
Se alcanza una m�s profunda comprensi�n cuando ves que en el momento de obtener la
cualidad deseada no hay ni cualidad-objeto ni sujeto que la experimente. En ese
momento s�lo hay unidad no cualificada. Es �nicamente despu�s de abandonar esa
unidad cuando buscas una causa y dices: �La causa de la alegr�a era la cualidad que
alcanc�. Pero en el momento de vivir la unidad no hay lugar para ninguna cualidad,
para ning�n objeto cualquiera que sea.

�Es esta unidad nuestro deseo aut�ntico?

Es nuestro aut�ntico deseo, s�. La aparici�n de cualquier otro deseo es m�s o menos
debida a la carencia de discernimiento. El deseo es un esfuerzo para obtener
compensaci�n, la b�squeda de una forma de colmar el sentimiento de vaciedad en ti
mismo. As�, cuando este esfuerzo cesa por un momento y el objeto deseado es
alcanzado, hay un instante en el que vives en la unidad, en una alegr�a suprema,
pero esta alegr�a no tiene causa. Y ese instante ni siquiera puede ser llamado
instante, pues es intemporal.

�Qu� es entonces el karma producido por la relaci�n causa-efecto?

Cuando vives sin programar, sin imagen o sin idea de ser alguien, no hay karma. �A
qui�n pertenecer�a el karma? Deja el problema del karma. Aband�nalo. Esta idea te
proporciona un asidero sobre la existencia de alguien que no existe. Cuando est�s
completamente calmo, �d�nde est� la imagen de ser alguien? Cuando el reflejo de
identificarte con una imagen desaparece, queda la certeza de que la entidad
personal no existe. Hay s�lo unidad. Entonces est�s libre del karma, pues el karma
pertenece a alguien. Pero cuando te incorporas la imagen de una personalidad, de un
hombre, de ser esto o aquello, en ese momento, est�s ligado al karma.

�Podr�a darme un ejemplo concreto de lo que significa identificarse con una imagen?

Observa que de la ma�ana a la noche buscas constantemente la localizaci�n. Tienes


necesidad de localizarte a ti mismo en alg�n lugar, en una sensaci�n corporal, en
una emoci�n o en una idea. Pero cuando aceptas que no puedes encontrarte a ti
mismo, que no puedes encontrar tu verdadero S� mismo, en ninguna percepci�n, el
proceso de producci�n cesa. Dejas entonces de crear ideas, im�genes y situaciones.
Debes vivir en actitud de apertura sin apelar a la memoria. As� estar�s
completamente abierto a la vida, a todo lo que te llegue. Y en esa apertura no hay
memoria, no hay reacci�n, est�s completamente alerta en cada momento a la frescura
y a la novedad de la vida. No hay m�s repetici�n.

�Esta experiencia del silencio de que usted habla est� pr�xima al sentimiento y la
alegr�a del amor?

El silencio es el fondo de todo lo que sucede, de todo lo que aparece y desaparece.


Es amor no cualificado, amor que no tiene necesidad de ning�n est�mulo. Se estimula
a s� mismo por s� mismo.
Desde el momento en que vives conscientemente en la unidad, no hay �otros�. S�lo el
S� mismo es. Y este S� mismo es amor. Pero cuando te tomas a ti misma por alguien,
todas las relaciones son de objeto a objeto, de hombre a mujer, de madre a hijo, de
personalidad a personalidad. Y ah� no hay comuni�n, no hay posibilidad de amor.

Dice usted que debemos aceptarnos a nosotros mismos, nuestros cuerpos, capacidades,
personalidad y dem�s. �Qu� sucede despu�s de eso?

Cuando realmente te has aceptado a ti mismo -y quiero decir aceptado en forma


funcional, no en forma psicol�gica- sientes un espacio entre tu posici�n de
aceptaci�n y lo que aceptas. Esta sensaci�n de espacio entre tu naturaleza real y
tu imagen proyectada es muy importante. Al aceptar todo lo que aparece, est�s libre
de ello. Al principio, te sientes libre de lo que aceptas, pero m�s tarde te
encuentras a ti mismo en la aceptaci�n misma.
�Hay en la aceptaci�n alguna noci�n de bueno y malo?

Bueno y malo son proyecciones de ideas preconcebidas, de la memoria. Deja de


proyectar tus deseos y temores sobre lo que ves. Toma las cosas como son. Debes
aceptar algo para conocerlo verdaderamente. Al aceptar, el acento no se pone sobre
lo que aceptas, sino sobre la propia actitud de aceptaci�n. Descubrir�s que eres
uno con la aceptaci�n.
El que acepta no es un objeto. Es una realidad interior. La aceptaci�n da libertad
a todo lo que es aceptado. Lo que de verdad aceptas se hace vivo y tiene su propia
historia que contarte. Pero el problema aqu� no es s�lo aceptar tu personalidad, tu
�paisaje�. Esta es simplemente una condici�n preliminar para llegar a la
experiencia esencial, la actitud de aceptaci�n en s� misma.

Pero en la vida es necesario tomar decisiones. �C�mo podemos hacerlo si no


discernimos?

Realmente, s�lo puedes tomar decisiones cuando aceptas la situaci�n. En la


aceptaci�n, la situaci�n queda referida a tu integridad, a tu totalidad, y la
decisi�n nace de esta perspectiva global. No hay nada pasivo en esta aceptaci�n. Es
la vigilancia �ltima. Y la decisi�n resultante es una acci�n, no una reacci�n.
Cuando vives en la apertura y permites que toda situaci�n venga a ti, fluyes con la
corriente aut�ntica de la vida. Si impones tu ego sobre los acontecimientos para
controlarlos de alguna forma, sientes que no est�s de acuerdo con esa corriente de
vida. La reacci�n y la lucha aparecen. Dices: �Tengo esto y me gustar�a aquello�.
Este es un estado de conflicto. En la aceptaci�n, vives completamente aqu� donde
est�s.

Usted dijo hace unos d�as que primero se conoce el silencio objetivado y m�s tarde
se llega al silencio real, que no est� en la relaci�n sujeto-objeto. �C�mo se va
m�s all� del silencio objetivado?

Con la expresi�n �silencio objetivado�, �te refieres a una ausencia de pensamiento,


a lo que llamamos un �estado en blanco�? S�, una ausencia de pensamiento es todav�a
un objeto, pero t�, como sujeto �ltimo, eres el conocedor de la ausencia de
pensamiento. As� pues, lo que t� preguntas es c�mo ir m�s all� de cualquier
relaci�n sujeto-objeto, c�mo llegar a la ausencia de la ausencia.
Supongamos que eres consciente de una particular sensaci�n del cuerpo. Sientes que
tu cuerpo est� caliente o fr�o o sientes un cierto estado emocional. Desde el
momento en que eres consciente de una percepci�n, est�s autom�ticamente fuera de
ella, es decir, que no hay ya ninguna implicaci�n o identificaci�n con lo
percibido. En esta actitud de no-implicaci�n o �dejar ser�, puedes llegar a ser
consciente del silencio. Pero este �estado en blanco�, esta ausencia de
pensamiento, es todav�a un objeto del que eres consciente.
Por eso puede surgir la pregunta: ��A qui�n est� referido este estado en blanco?�
Cuando esta pregunta surge, hay una detenci�n y se da un salto espont�neo de hacer
hincapi� en el estado en blanco, en el objeto, a hacer hincapi� en el que lo
percibe, en el sujeto. Y como el que percibe se encuentra desprovisto de imagen,
como el que percibe no puede ser percibido, no encuentras nada a lo que puedas
referirlo. Est�s totalmente abierto, abierto a una respuesta. Est�s ahora en el
umbral del ser.
El acento est� puesto ahora en la conciencia misma y el objeto, el estado en
blanco, desaparece en la conciencia. No hay ya un sujeto, un observador, ni un
objeto, el estado observado.
Para que esto suceda, debe haber una observaci�n no cualificada, una observaci�n
libre de toda reacci�n. Hasta ahora, t� conoces s�lo la observaci�n de algo. Pero
puedes llegar a vivir una observaci�n en la que nada sea observado. Entonces, lo
que llamamos el observador pierde sus atributos como tal y es puro ser.
Estamos acostumbrados a mantener la relaci�n sujeto-objeto, observador-cosa
observada. Pero debemos aceptar la posibilidad de que puede haber observaci�n sin
objeto observado, de que existe una atenci�n silenciosa sin ninguna percepci�n.
Puedes llegar inicialmente a este punto por medio de la meditaci�n.
En la meditaci�n, eres primero consciente de algo, de tus pensamientos, de tus
emociones o de tu cuerpo. Puedes observar que no est�s realmente en contacto con tu
cuerpo, que, en lugar de ello, est�s en contacto con una proyecci�n, con un esquema
inscrito en tu mente. Y tambi�n observas que t� eres el que origina ese esquema. Al
verlo as�, la producci�n cesa.
Podemos decir que la meditaci�n es un momento de no-interferencia en que vemos
hasta qu� punto estamos apegados a la producci�n de sensaciones para dar al yo un
asidero al que agarrarse. Al permitir a la percepci�n su plena expresi�n, el cuerpo
se hace cargo de s� mismo, pone de manifiesto el condicionamiento y te transmite su
naturaleza real. En otras palabras, le das la oportunidad de ser un cuerpo, pues
anteriormente era una defensa, un h�bito. Y notar�s una nueva sensaci�n corporal
que nunca tuviste antes, la percepci�n original de tu cuerpo.
El cuerpo, como todo objeto, es una expresi�n de la conciencia en el espacio-
tiempo. En un momento libre de interferencias, toda la energ�a previamente
localizada en una sensaci�n corporal retorna a su origen, se desvanece en la
conciencia y s�lo queda el silencio.

�C�mo permanecer consciente en el sue�o profundo, cuando me siento sencillamente


inconsciente?

La imagen ya no est� all�, pero t� s�. No tenemos consciencia de los objetos porque
no hay objetos, pero el sue�o profundo es un estado como cualquier otro en el que
entramos y salimos. Cuando estamos inmersos en estos estados, olvidamos al
perceptor �ltimo, la conciencia. El sue�o profundo est� �nicamente referido a las
facultades corporales y mentales. La conciencia no duerme nunca.

Si la conciencia nunca duerme, �c�mo es que no somos conscientes del sue�o profundo
como percepci�n, de la misma forma que somos conscientes del estado en blanco?

En los estados de vigilia y de sue�o con sue�os somos conscientes de los objetos.
En el sue�o profundo no hay objeto. Pero en ninguno de los tres estados somos
conscientes de nuestra conciencia. Es un olvido.

Pero me gustar�a ser consciente o conocedor�

�Del no-estado? S�, ser�s consciente del no-estado.

S� �cu�ndo?

No preguntes cu�ndo. �se es el �nico obst�culo entre ti y el despertar. �Conoces la


historia del rey Ashoka y su gur�? Un d�a, el rey Ashoka dijo a su gur� Vasishta:
�La noche pasada so�� que era un mendigo. Ahora dime: �Soy el rey Ashoka so�ando
que soy un mendigo o soy realmente un mendigo que sue�a que soy el rey Ashoka?�
Vasishta respondi�: �No eres ni lo uno ni lo otro. Eres el S� mismo�. El rey Ashoka
grit� de alegr�a: �Soy el Si mismo!� Y Vasishta replic�: �Ese es tu �nico
obst�culo�.

�Es un obst�culo el deseo de llegar al no-estado?

Ese deseo procede directamente del no-estado. As� pues. �c�mo estar convencido de
que el deseo procede �nicamente del no-estado y no de cualquier otro est�mulo? �Es
�sa tu pregunta?
El deseo surge cuando sientes en ti mismo una limitaci�n. Deber�as observar los
momentos en que te sientes sin restricci�n, sin deseo, completamente libre. En esos
momentos de carencia de deseo hay plenitud y en esta plenitud no hay lugar para una
imagen de persona o de un objeto deseado. Est� m�s all� de los l�mites de la
relaci�n sujeto-objeto. Pero despu�s de dejar este silencio, el yo salta y reclama
esta �experiencia� para �l mismo. Dice: �Yo he tenido una experiencia de felicidad,
su causa fue mi nuevo coche� mi nueva situaci�n� mi nueva esposa�. Pero despu�s, la
nueva esposa o el nuevo coche, pueden dejarle completamente indiferente. �No es
�sta la prueba de que el no-estado sin deseo no est� realmente ligado a ning�n
objeto? Y entonces llegas a la convicci�n de que la carencia de deseo es tu
naturaleza real, de que nada �exterior� puede llevarte al no-estado. Es muy
importante comprender esto.
En contacto con alguien que vive en el no-estado y que es completamente aut�nomo,
puedes sentir esta autonom�a como una sensaci�n de quietud, de no-agitaci�n, que
provoca una reorganizaci�n de tu energ�a. Y como tu habitual estado de agitaci�n
encubre y oculta el no-estado, este breve per�odo sin agitaci�n puede darte un pre-
sentimiento de tu propia autonom�a.

�Cualquier intento de suprimir la agitaci�n contribuye s�lo a aumentarla?

La agitaci�n se desarrolla cuando buscamos algo. Y cuanto m�s intensa es esta


b�squeda, m�s nos alejamos de lo que realmente buscamos. Esto puedes comprobarlo.
Te alejas� porque no hay nada que descubrir. No intentes llegar al no-estado. No
intentes ser el perceptor �ltimo. No intentes ser el testigo de lo que es
percibido. Ya lo eres. Lib�rate de la necesidad de intentarlo.

Usted habla de un sentimiento de limitaci�n como origen del deseo, �podr�a decir
algo m�s sobre ese sentimiento de ser-limitado?

Tenemos la costumbre de querer sentirnos a nosotros mismos, de localizarnos en


alg�n lugar. Para eso creamos un cierto esquema. Nos identificamos con una
sensaci�n corporal, con un estado emocional o con una idea. Esta necesidad de
localizaci�n nos mantiene en la limitaci�n y todas nuestras acciones y reacciones
son acordes con esta clase de autoprogramaci�n. Observa c�mo se desarrolla esto en
tu vida diaria.
La mera conciencia de este h�bito, el reflejo de buscar un soporte, el localizarte
en alg�n lugar, es ya un distanciamiento, un �retroceso� de la percepci�n.
Podr�amos decir que es un �retroceso� hacia el silencio, hacia la percepci�n
original de la plenitud.
El deseo, provocado por lo que t� llamas �ser-limitado�, por la identificaci�n con
lo que no eres, surge directamente de lo que m�s anhelas: ser libre y arm�nico, no
sentirte separado, ser uno con la vida. Por eso te pierdes en ese anhelo que te
llevar� a lo que realmente deseas: la unidad.
Debes perder el soporte relativo, pero el soporte real te encontrar� a ti.

En ocasiones me siento llevado a la localizaci�n en el cuerpo por una sensaci�n


f�sica de vibraci�n que no tiene fin. �Deber�a abandonarme a ella?

No, pues en el abandono te haces pasivo. Debes permanecer completamente alerta.


Puedes distinguir entre las ocasiones en que est�s envuelto en una sensaci�n y las
ocasiones en que eres el observador, en las que permaneces fuera. Al hacerte
consciente de la sensaci�n, puedes reparar en la existencia de un espacio entre la
observaci�n y lo observado. Este espacio surge cuando no hay intenci�n de
intervenir y controlar lo que se ve o, en otras palabras, cuando la sensaci�n es
totalmente aceptada. Al aceptar la percepci�n sin la interferencia del ego, puedes
sentir que la percepci�n vive en ti. Cuando por la ma�ana despiertas, es el cuerpo
el que despierta en tu conciencia, en la conciencia global. El dormir supone un
durmiente, y desde el punto de vista del durmiente, desde luego, hay sue�o. Pero en
realidad la conciencia nunca duerme. Muchos de los psic�logos modernos creen que la
conciencia aparece en el momento en que la percepci�n aparece, y que en el momento
en que la percepci�n muere tambi�n la conciencia muere. Ignoran la realidad
continuamente presente entre dos percepciones. Piensan que la conciencia se ha
quedado en blanco. Pero hablar de un estado en blanco implica que alguien est�
presente para observarlo. Y �qui�n observa? Lo que nosotros llamamos conciencia sin
objeto, unidad, no existe para la moderna psicolog�a.

De ni�o, siempre estaba observando mi propio pensamiento, pero esa clase de


observaci�n parece diferente de la que usted habla, pues siempre iba acompa�ada de
un sentimiento de soledad.

No regreses al pasado. Mira c�mo funcionas ahora. Ve simplemente que hay miedo en
ti, pero no intentes explicarlo o analizarlo. Rem�telo a la percepci�n original, a
su localizaci�n en el cuerpo y dale total libertad. No trates de dirigirlo,
rechazarlo ni escapar a �l. Da a la percepci�n la plena oportunidad de ser
percepci�n.
Hay muchas partes del cuerpo que no sientes. Puedes sorprenderte al descubrir que
no sientes la zona de los hombros o del cuello. Permite que estas partes se
expandan, que sean s�lo sensaci�n. Entonces, la parte en la que el miedo se ha
localizado no est� ya limitada a ser un elemento fraccionario sino que se integra
en la sensaci�n global del cuerpo.

Si el cuerpo que vemos no es nuestro cuerpo real, �qu� es?

El cuerpo es s�lo energ�a. Cuando hay una tensi�n, cuando hay reacci�n, la energ�a
se hace est�tica, se fija como una forma de defensa. La conciencia disuelve esta
fijaci�n.

�No es necesario tener un concepto del no-estado para reconocerlo cuando se


experimenta?

Acepta primero la posibilidad de la existencia de un no-estado. A continuaci�n,


escucha a alguien que lo viva. Sigue entonces el camino que te muestra para poder
llegar a vivirlo por ti mismo.
Cuando hablamos en t�rminos de conocimiento de objetos, procedemos mediante la
comparaci�n. Por ejemplo, menciono un mango y si t� nunca has probado uno puedes
preguntar ��a qu� sabe?� Yo podr�a decirte �sabe como una combinaci�n de melocot�n
y ciruela�. As�, fusionando estos dos conceptos, te haces una idea aproximada del
sabor del mango. Esto es posible en el caso del conocimiento objetivo, del
conocimiento de experiencias.
Pero aqu� hablamos de lo que esencialmente est� m�s all� de cualquier experiencia,
pues no est� en el tiempo y el espacio y no es posible la comparaci�n con algo
previamente conocido. Tu escucha debe ser incondicionada, inocente, para aceptar lo
que aqu� se dice y hacerlo tuyo.
Cuando hoy te marches, no intentes recordar ni comprender nada. El mero intento de
comprender te confina al proceso de la memoria e impide la manifestaci�n de lo
desconocido. Acepta lo que te digo y vive con ello, como vives con tu hijo o con tu
perro favorito.
Llegar� un momento en el que habr� comprensi�n de la perspectiva: lo que eres nunca
puede ser objeto de percepci�n y no se llega a este no estado por medio de otros
estados. Esta comprensi�n es instant�nea. Genera una reorganizaci�n de todas las
energ�as y provoca el presentimiento de lo que realmente deseas. Inherente a este
presentimiento es la comprensi�n de que, sencillamente, no hay nada que hacer. Todo
lo que te gustar�a realizar est� ya realizado. Entonces cesa la agitaci�n y lo que
ha permanecido oculto por la agitaci�n sale a la luz: el silencio. Te encuentras en
una dimensi�n completamente nueva.

�Qu� significa realmente eso?

Incluso aunque comprendamos lo que esto significa, no podemos actuar seg�n esta
comprensi�n en nuestra vida diaria. Piensa c�mo vives tu vida. Vives tu vida, tus
actividades y relaciones de la misma forma que vives con tus muebles, sin verlos,
pues has crecido con ellos y te has acostumbrado a su presencia. Es muy interesante
ver realmente qu� significa actuar seg�n tu propia comprensi�n.
S� consciente, rnantente atento, sin tensi�n, libre de cualquier estrategia e
intenci�n. Cuando no vives desde la memoria no hay repetici�n. Tu visi�n es
completamente nueva. El silencio nunca nos abandona. Somos nosotros quienes le
abandonamos.

�Qu� quiere decir con la expresi�n �conciencia multidimensional�? �Es lo que sucede
cuando se est� simult�neamente consciente de lo que ocurre dentro y fuera de uno
mismo?

La conciencia, al no pertenecer al espacio-tiempo, no est� ni dentro ni fuera. Tu


cuerpo, tu mente y tus sentidos, como todo lo que te rodea, aparecen en ti.
Debes ver c�mo te implicas en la percepci�n. Observa la diferencia entre esos
momentos de implicaci�n y otros en los que est�s distanciado. Cuando miras algo o
escuchas algo, la atenci�n es dirigida, motivada y limitada. Nuestro cerebro ha
sido condicionado para etiquetar autom�ticamente todo lo que llega a su atenci�n,
de modo que s�lo vemos el nombre y la forma. Cuando nos liberamos de las respuestas
condicionadas, nuestra receptividad es multidimensional, global, y la percepci�n
queda libre para disolverse en la totalidad.

�As� pues, el proceso de nombrar limita la percepci�n?

Tan pronto como calificas un objeto con un nombre y una forma, est�s implicado en
�l. Pero cuando tu atenci�n est� abierta, el objeto aparece en la conciencia.
Sientes un espacio entre la observaci�n silente y lo observado y esta relaci�n
espacial libera la energ�a que hasta entonces estaba localizada por el proceso de
la conceptualizaci�n. De esta forma eres simult�neamente consciente del objeto, que
vive en ti, y de tu propia conciencia.
El primer paso es llegar a ser consciente de ti mismo en tu vida diaria. Mantente
en relaci�n con el ver y el vivir sin calificar, sin poner etiquetas sobre lo que
ves. En cuanto se desvanece el reflejo de interferir en lo observado y la
percepci�n no es ya dirigida o constre�ida, se convierte en algo vivo, sin
fronteras, multidimensional. En esta apertura no hay identidad personal, ni imagen
de alguien, s�lo libertad total. No puede buscarse o conseguirse pues es tu
verdadera naturaleza, a la que toda percepci�n apunta.

En una de sus charlas, usted dijo que hay una unidad esencial entre todos los seres
vivos. Me resulta dif�cil de entender, pues mi experiencia consiste en ver las
formas y las apariencias de los seres como independientes unas de otras.

Podr�amos decir que cuando te encuentras por vez primera con alguien, te encuentras
realmente contigo mismo, pues el vac�o en ti es el vac�o de todo ser vivo. Los
objetos aparecen en el espacio, pero el espacio no es afectado por ellos. Cuando
abandonas la conciencia de ser, toda relaci�n, si es que todav�a podemos hablar de
relaci�n, se desarrolla entre objeto y objeto. Pero un objeto necesita un agente,
la conciencia, para existir. Como no tiene ninguna existencia aut�noma, un objeto
vive siempre en la inseguridad. Por eso, en una relaci�n tal, cada objeto busca
sentirse seguro, sentirse amado. Hay s�lo aprehensi�n, s�lo inter�s propio. Cada
uno pretende tomar algo del otro.

�Por eso, la personalidad, al ser una imagen, no tiene existencia independiente?

Lo que generalmente llamamos nuestra �personalidad� es realmente memoria, una


localizaci�n de la imagen del yo, un refugio para la preservaci�n del ego. Cuando
te identificas con la personalidad, �sta se hace est�tica, se cristaliza y pierde
toda flexibilidad. Pero al apartarte de esta identificaci�n, te sit�as en la
conciencia inespacial y la personalidad real emerge. Aparece en el momento de
afrontar una situaci�n y desaparece cuando la situaci�n termina. Es una
herramienta, nada m�s.

�Qu� es exactamente la memoria?

La memoria es una forma de pensamiento. Es un pensamiento. Cuando realmente te


adentras en ella, ves que el pensamiento est� siempre en el presente. Puedes
localizarlo como �hace tres a�os�, pero esa localizaci�n sucede siempre en el
presente. No hay ayer. Podr�amos decir que la memoria es un estado de la mente.
Al vivir la conciencia silente, ya no intentas retener o recordar nada. Est�s
abierto a la mente universal, a lo que llamamos memoria universal.

Es de ese modo, sin referirse al pensamiento o a la memoria, como se puede hablar


desde el silencio. Pero, �debemos esperar a que el silencio venga a nosotros?

Yo dir�a que hay que vivir con la perspectiva de la observaci�n silente. Deja que
�sta sea el plano de fondo de tu vida. Es como en el caso del artista. Un pintor es
siempre pintor, en cada momento. El vive en el pintor. El ve al pintor. El m�sico
escucha la m�sica en cada momento. Debes vivir continuamente en ese silencio como
tu plano de fondo.

Un m�sico utiliza su instrumento como herramienta que le ayuda en su creaci�n. �No


existe alguna herramienta que podamos utilizar para despertar a la conciencia
silente?

Un m�sico ve la vida a trav�s de la m�sica, un pintor a trav�s de la pintura y un


poeta contempla la vida a trav�s de la poes�a. El arte refleja la observaci�n a
nuestra disposici�n para orientarnos hacia el silencio. Y estos objetos son el
cuerpo, los sentidos y la mente. Los utilizamos como el m�sico utiliza su
instrumento, para ayudarnos a llegar a ser conscientes de nuestra conciencia.
Explora tu cuerpo, sentimientos y deseos, estados de �nimo y estados ps�quicos.
Renuncia a toda idea acerca de lo que eres. Vive sin conocer nada, como un
explorador ante la aventura de descubrir algo nuevo a cada momento.
En esta exploraci�n ver�s que no observas realmente, que proyectas tus temores y
deseos y los superpones sobre el mundo. As�, todo lo que ves es tu propio
condicionamiento, no el mundo como en realidad es. La consciencia, la comprensi�n
de c�mo funcionas realmente, no s�lo psicol�gicamente, sino a todos los niveles, es
en s� misma transformaci�n. Si tratas de hacer cambios voluntarios, todo lo que
haces es desplazar la energ�a y conseguir que las cosas te resulten moment�neamente
m�s c�modas. En la actitud de apertura y exploraci�n llegas autom�ticamente al
silencio.

�Puede ser el yoga una ayuda musical al autoconocimiento?

Cuando afinas un instrumento musical es la escucha la que posibilita una afinaci�n


perfecta. De la misma forma, s�lo la escucha te lleva a la postura perfecta y a la
rearmonizaci�n de todas las energ�as dispersas. Esta escucha te sit�a ya en el
marco de la conciencia silente.
Si practicas yoga para conseguir algo, abandonas este marco. Entonces el yoga puede
convertirse en un obst�culo, pues puede generar la creencia de que lo que
fundamentalmente eres es un objetivo que puedes alcanzar por medio de alg�n proceso
sistem�tico y progresivo. Y esta creencia en el progreso te aleja todav�a m�s de ti
mismo. Abandona esa necesidad de encontrar seguridad a trav�s de una imagen. Cuando
toda producci�n cesa, llegas a conocer lo que no eres. La referencia al pasado y a
toda idea preconcebida llega a su fin y eres devuelto al marco de la escucha
silente.

Algunas veces pienso que mi mente es silencio, aunque es, evidentemente, un


pensamiento el que piensa esto. �C�mo se le puede poner fin a este juego?
T� no eres la mente. La mente es funci�n. Aparece en ti. Puede tener momentos de
quietud, pero su naturaleza es movimiento. Debes distinguir entre movimiento y
agitaci�n. Observa c�mo constantemente alimentas esa agitaci�n.
En vez de intentar aquietar la mente, es m�s f�cil partir de la sensaci�n corporal.
Un cuerpo en calma tiene un efecto pacificador sobre la mente, pues cuerpo y mente
son uno. Investigar el cuerpo te familiariza con sus contracciones y defensas. Al
convertirlas en objeto de observaci�n llegas a una situaci�n de desapego y la
sensaci�n corporal del cuerpo tiene la oportunidad de emerger.
Pero la observaci�n del cuerpo es s�lo un pretexto para llevarte al �mbito de la
observaci�n pura. El �nfasis no debe ponerse sobre el objeto de la percepci�n sino
sobre el que percibe. Como hemos dicho antes, el objeto apunta hacia el que lo
percibe y como �ste nunca puede ser percibido, te encuentras a ti mismo en la
observaci�n. Te sientes en la vacuidad, sin centro ni periferia.

�Por qu� el cuerpo queda so�oliento cuando la mente se aquieta?

Tu conciencia silente no est� perfectamente realizada. Est�s todav�a envuelto en el


cuerpo y en tus percepciones. S�lo la autonom�a absoluta te hace permanecer
continuamente l�cido y despierto, pues la conciencia nunca duerme.

�Qu� quiere decir con la palabra �intuici�n�?

Lo que generalmente llamamos intuici�n, inteligencia o discernimiento son todav�a


facultades de la mente, a�n influidas por el punto de vista fragmentario de un yo
y, por tanto, no hay visi�n global.
La verdadera inteligencia o discernimiento emana del S� mismo. En otras palabras,
la acci�n aflora directamente desde el silencio sin la intervenci�n de la mente o
el ego, del pensamiento o la memoria. La inteligencia pertenece a la totalidad, a
la conciencia silente. Proviene de la observaci�n sin valoraci�n de las diversas
circunstancias de tu vida. La observaci�n lleva a un momento de detenci�n y en esta
detenci�n no hay ya ninguna referencia a tu entorno. Est�s completamente calmo,
toda la energ�a proyectada hacia el exterior retorna a su origen y la conciencia
silente se conoce a s� misma por s� misma. Conocerse a s� mismo por s� mismo es
intuici�n.

�Qu� relaci�n tiene esto con el conocimiento cient�fico? �Hay alg�n lugar para este
tipo de conocimiento?

El conocimiento cient�fico est� referido a los objetos. Es muy interesante ver lo


que sucede antes de pensar que conoces un objeto. Antes de decir �lo conozco�, eres
realmente uno con el objeto. Despu�s dices �lo conozco� y en ese momento el
conocimiento es objetivado.
Un pensador cient�fico vive momentos de unidad exactamente igual que una persona
que busca la verdad, pero el buscador de la verdad permanece en la verdad, mientras
que el cient�fico la objetiva.

�Desaparece el agresivo instinto de supervivencia cuando se vive en la conciencia


silente? Por ejemplo, si se est� en un campo de concentraci�n, �no se luchar� por
un pedazo de pan, considerando que el cuerpo carece de importancia?

No tienes ninguna estrategia. No tienes unas normas de conducta, por tanto, no


predices la conducta. La acci�n sucede a cada momento, seg�n la situaci�n, y es
siempre la apropiada.
As�, seg�n las circunstancias, podr�a renunciar a su vida o no hacerlo�
No hay repetici�n. S�lo la mente, la memoria, el ego, busca repetici�n, la
seguridad, y esta seguridad se encuentra en el pasado. Pero no hay imagen del yo en
la conciencia silente, por eso no hay repetici�n.
En realidad no hay actor. Hay acci�n, pero nadie que act�e. Despu�s de la acci�n,
la mente se introduce y dice: �Yo lo he hecho�, pero eso es completamente falso.
As�, despu�s de que algo haya sido hecho, no digas �yo lo he hecho�. Deber�as decir
m�s bien: �He sido un testigo del hacer, pero no soy el actor�.

�Y si se es testigo de uno mismo matando a alguien? �Cu�l es la responsabilidad de


la acci�n? No tengo ninguna experiencia de matar a nadie, pero �y si me observo a
m� mismo siendo desagradable? Si digo: �Ha sido la acci�n la que ha herido a
alguien, pero yo no soy el actor�. �No niego toda responsabilidad por esta acci�n?

Repara en que eres desagradable. Desde el momento en que hay observaci�n de ser
desagradable, te sientes completamente impersonal y surge la acci�n espont�nea.
Pero qu� forma puede tomar esta acci�n, no puedo decirlo.

�Es la conciencia el S� mismo o es una funci�n del S� mismo?

No es una funci�n ya que no pertenece al cerebro. Cuando hablo de conciencia,


quiero decir una apertura vac�a de memoria, inespacial, no localizable, carente de
objeto. Es percepci�n con continuidad y es inasequible.

[Larga pausa.]

�Qu� es el pensamiento intencionado, en cuanto opuesto a lo que usted llama


pensamiento espont�neo?

El pensamiento intencionado est� motivado y el motivo es encontrarte a ti mismo en


alg�n lugar. Te sientes inseguro, por eso te desv�as hacia otra imagen, hacia otro
lugar, lo que te parece m�s seguro. El pensamiento intencionado est� siempre
buscando seguridad en la proyecci�n, en la imaginaci�n. La imaginaci�n despierta en
ti sentimientos que estimulan un proceso de cambio qu�mico. Pero no intentes
eludirlo. M�ralo, pues desde el momento en que lo ves te sit�as en una posici�n
completamente exterior a �l y esto te lleva a una situaci�n de detenci�n. Cuando
experimentas el silencio que ello conlleva, toda tu percepci�n te remite a �l, pues
es plenitud. S�lo entonces puede ocurrir la transformaci�n.
Pero debes comprender muy claramente c�mo sucede. No te enga�es. Algunas veces
puedes sentirte desapegado de algo, pero este desapego es una forma de fijaci�n. Es
una idea. La visi�n pura es inmotivada, sin concentraci�n ni tensi�n. Es
verdaderamente multidimensional. Al ver lo que est� libre de toda
conceptualizaci�n, la jaula desaparece y el p�jaro amarillo queda en libertad. Lo
que se ve entra en s� mismo y encuentra su significado real en el que ve, porque lo
visto est� contenido en el que ve, mientras que el que ve est� libre de lo visto.

�Es el conocimiento un objeto?

Ser conocimiento no es un objeto. En realidad, no hay objeto. Es un nombre que


damos a una expresi�n de la conciencia en el espacio-tiempo. Forma y nombre hacen
al objeto. Si apartas el nombre y la forma, s�lo hay conciencia.

�Entonces este ser conocimiento es una experiencia?

Si tomamos la palabra en su sentido filos�fico, no; no es una experiencia. Es vida.


La experiencia pertenece al dominio de la memoria, a lo conocido, al tiempo. La
experiencia es discontinua, pues si no lo fuera �c�mo podr�amos llamarla
experiencia? La vivencia de la conciencia es exterior al espacio y al tiempo y, en
consecuencia, es algo continuo. Ser conocimiento no es una experiencia, pero puesto
que nuestro lenguaje es dualista, a menudo nos referimos a la no-experiencia como
experiencia.

�Piensa usted que esta t�cnica de preguntas y respuestas sobre la naturaleza de la


conciencia, que implica la utilizaci�n de palabras, es el mejor camino para llegar
a la no-experiencia?
La pregunta es o�da en el silencio y la respuesta surge del silencio. Si pones el
�nfasis en las palabras, en la sintaxis, pierdes el verdadero sabor. No se trata de
una t�cnica. Toda ense�anza no-objetiva procede de esta forma.
Pero lo importante es aprender a escuchar. Si escuchas s�lo las palabras,
permaneces en el campo de lo mental. Cuando dejas de poner el acento sobre lo que
se dice, cuando dejas de buscar alg�n resultado, la escucha es silencio. Es
omniabarcante. Cuando dejas de enfatizar las palabras, lo que oyes incide sobre tu
naturaleza real.

�Quiere decir que debemos escuchar sin utilizar los o�dos?

Cuando hablo de escuchar no quiero decir escuchar con los o�dos, de la misma forma
que cuando hablo de ver no quiero decir ver con los ojos. La escucha no tiene tal
restricci�n. Oyes con los o�dos, naturalmente, pero lo que entra por tus o�dos va
directamente a tu conciencia. Al no haber proyecci�n de un resultado, est�s
completamente abierto. Cuando, por ejemplo, escuchas m�sica, la escuchas con todo
tu cuerpo.

�La comprensi�n viene autom�ticamente de la escucha?

Hay que acostumbrarse a escuchar. Al principio, ver�s que no escuchas. Puedes creer
que est�s escuchando pero es como si entraras en esta habitaci�n y s�lo vieras los
flecos de la alfombra. Piensas que ves la alfombra entera, pero realmente s�lo
est�s viendo los flecos y completas el resto con la memoria.
Un ni�o ve una parte de la mesa y pregunta a su padre: ��Qu� es esto?� El padre
responde: �Es una mesa�. As� el ni�o aprende el nombre de este objeto. Como no
puede verlo �ntegramente de manera inmediata, lo recorre de extremo a extremo en
sucesivas miradas. La experiencia de la mesa completa podr� requerir una docena de
miradas. Y cada mirada, cada punto de vista fragmentario se va fundiendo con el
siguiente. El ni�o aprende los objetos de esta manera. Pero como adulto que eres,
cuando entras en esta habitaci�n y ves una parte de la alfombra, instant�neamente
asumes que esto es una alfombra.

�Qu� puedo hacer para escuchar m�s profundamente? Lo intento pero me distraigo.

No hay fijaci�n en la escucha, s�lo totalidad. Nada est� fuera de la escucha. Si la


escucha es mantenida y evocas la sensaci�n de tu cuerpo, no encontrar�s la
sensaci�n porque el cuerpo est� completamente expandido en el espacio. Te sientes a
ti mismo desarmado, libre de todos los objetos. Y lo que est�s escuchando encuentra
su significado en tu escucha porque la escucha es totalidad, plenitud. Llegas a la
percepci�n directa. Ya no hay agente.

Entonces no hay nada que conocer, pues estamos ya all�, s�lo que lo olvidamos y
jugueteamos con los objetos�

Los objetos nos resultan demasiado atractivos. Pero, a veces, recuerdas y regresas.
Ello requiere una cierta madurez. Cuando en Navidad llevas a un ni�o por las
tiendas, se siente tan atra�do por los juguetes que olvida a su madre. Pero llega
un momento en que, de repente, la recuerda. Lo mismo te sucede a ti.

�Qu� quiere decir con la palabra �madurez�?

En las circunstancias de tu vida puede surgir lo que es inusual para ti y para lo


que no tienes referencia anterior. Cuando preguntas a estos acontecimientos,
escuchas una respuesta que no procede de la memoria. Cuestionar tu vida, tus
acciones, tus miedos y deseos, te lleva a una cierta madurez. La comprensi�n
requiere madurez. Debes estar preparado para recibirla. La llamada est� siempre
presente, en cada momento, pero pasa de largo porque se requiere una cierta
disposici�n para acogerla.

Una vez que se despierta a la realidad �ltima, �se est� permanentemente en ella?
�Se vuelve al estado del so�ar, que es el mundo en que vivimos la mayor�a de
nosotros? �Se regresa siempre a alguno de los estados?

Los estados aparecen en ti. Los tres estados de vigilia, sue�o con sue�o y sue�o
profundo viven en ti, pero t� eres completamente libre.

As� pues, la experiencia del mundo por medio de la percepci�n sensorial y


conceptual contin�a, pero a pesar de su atractivo nada le aparta a uno de la
realidad�

Todo objeto apunta a lo supremo. Si hablamos de razones, podemos decir que la �nica
raz�n del mundo objetivo es apuntar hacia lo �ltimo. Aunque todo objeto apunta
hacia lo �ltimo, hay algunos que lo hacen de manera especial, como ocurre con el
arte, la m�sica, la pintura, la escultura, la poes�a. El arte o la belleza son el
j�bilo de lo supremo por su propia realidad.

�Hay emoci�n en el verdadero amor?

La palabra �emoci�n�, para m�, est� en relaci�n con el S� mismo, mientras que
emotividad y afectividad est�n relacionados con el ego. La emotividad y la
afectividad est�n siempre tomando, mientras que la emoci�n y el afecto siempre dan.

Pero dar implica recibir, �no? �Dar a qui�n?

No hay nadie, s�lo afecto, s�lo amor.

Una persona que viva en la dimensi�n intemporal �tiene sentido de la


intencionalidad?

Quien vive en el silencio carece de intencionalidad. Hace lo que debe de hacer.


Podr�a decirse que hay actividad espont�nea no intencionada.

�Por qu� es tan dif�cil admitir el silencio en nuestras vidas?

Es dif�cil porque proyectas una noci�n de facilidad.


Cuando llegas a familiarizarte con la observaci�n silente, ves que rara vez
observas sin juzgar o valorar. Ver esto te coloca fuera del proceso. S�
progresivamente consciente de estos momentos de estar �fuera�, de no estar
implicado. Deja de ser c�mplice de los mecanismos de comparaci�n. valoraci�n y
juicio y �stos disminuir�n por falta de alimentaci�n. Finalmente, habr� una cierta
detenci�n y �sta te devolver� a tu naturaleza verdadera, al silencio, pues el
silencio es tu naturaleza verdadera. Ah� acaece la transformaci�n real, cuando
vives el momento.

Puedo escuchar sus palabras, pero mi problema es la falta de motivaci�n para


llevarlas a la pr�ctica.

Preg�ntate qu� te ha tra�do aqu� esta noche. �Cu�l fue el motivo que te impuls� a
venir aqu�? Podr�a ser que echaras algo en falta, tal vez sintieras una necesidad
de libertad, un deseo de paz. Pero �no es una huida el venir aqu�? �no est�s
dejando a un lado lo que podr�as hacer en cualquier momento, es decir, afrontar esa
necesidad?
M�ralo, pero mira sin buscar compensaci�n, sin intentar controlarlo, sin querer
modificarlo. Ve al encuentro de esa carencia sin tratar de justificarla. En el
momento de la visi�n, la proyecci�n cesa. El proceso de la memoria se detiene. Te
encuentras en silencio, en libertad, en paz.
Has pospuesto lo que pod�a haber ocurrido si te hubieras quedado en tu casa. No
busques razones para aplazar lo que puede ser ahora.

�Es aplazar el pensar en t�rminos de seguir una pr�ctica?

Mirar en ti mismo es pr�ctica. Ver con precisi�n las diversas clases de im�genes
con las que vives cada d�a es pr�ctica. Ver tu cuerpo a la defensiva, reaccionando,
es pr�ctica.

�Se deriva alg�n beneficio de estar en silencio con un grupo de gente?

Estar con otras personas en silencio aporta un cierto est�mulo. En cualquier caso,
es hermoso compartir el silencio. Es una forma completamente nueva de comunicaci�n.
Dir�a incluso que es la �nica comunicaci�n real, porque en el silencio no hay
muchos, s�lo hay uno.

�El proceso de razonamiento trastorna el silencio?

Cuando dejas de buscar un resultado, llevas el razonamiento a su punto final. El


proceso de pensamiento llega a una situaci�n de desvalimiento y se desvanece. Lo
que permanece es silencio.

�Hay un trabajo o forma de vida adecuada a cada persona?

Si observas, ver�s en qu� gran medida la afectividad o la compulsi�n juegan un


papel en tu modo de actuar y reaccionar. Est�s siempre queriendo encontrarte,
localizarte, en alguna parte. Pero la conciencia abre un espacio entre t� y la
acci�n. Este espacio es desapego, carencia de implicaci�n personal. Te devuelve a
tu centro y las relaciones con tu entorno son completamente diferentes. Contin�as
trabajando, pero ya no est�s envuelto por tu trabajo. Te dediques a limpiar casas o
a trabajar con coches, seas m�dico o abogado, no hay diferencia. Haces las cosas
porque deben hacerse.

�Puede un rumbo espont�neo implicar esfuerzo voluntario en ciertas ocasiones? Por


ejemplo, puedo decidir espont�neamente construir una casa, pero luego tengo que
elaborar un programa de c�mo llevar adelante ese proyecto. �Cu�les son los signos
del alejamiento de la espontaneidad?

Desde luego. hay una parte t�cnica, pr�ctica, en la construcci�n de una casa, pero
tambi�n esto concierne a la espontaneidad. En otras palabras, no hay un pensamiento
independiente de tipo t�cnico, calculador y funcional. Hay s�lo pensamiento y este
pensamiento concierne a la acci�n espont�nea, al silencio.
Podemos hablar realmente de acci�n correcta cuando la observaci�n es enteramente
imparcial. En una actitud desinteresada, te mantienes en lo impersonal y toda la
acci�n fluye desde el todo, desde el S� mismo.

�Qu� sucede si hay una decisi�n espont�nea de comprar una casa, pero no se tiene
dinero para ello?

La observaci�n incondicionada abarca la situaci�n global. Esto significa que eres


consciente de tu capital, de tu capital de energ�a, de personalidad, de
inteligencia, de dinero. Y eres tambi�n un perfecto administrador de ese capital
porque conoces exactamente su naturaleza. Nunca querr�s comprar una casa cuyo
importe sea superior al de tu capital.

�Se plantean problemas morales cuando se vive en la conciencia silente? Supongamos


que uno se encuentra trabajando en una f�brica de armamento�

Abordemos tu pregunta de manera indirecta. Realizar lo que realmente eres requiere


autoaceptaci�n, pero esta autoaceptaci�n no tiene que ver con el razonamiento
psicol�gico. Con�cete con tu personalidad, tu inteligencia, tus tensiones
corporales. Repara en tus esquemas emotivos, en el car�cter c�clico de tus estados
mentales. Tal observaci�n imparcial demanda una aceptaci�n abierta en la que te
sientes a ti mismo completamente libre. Entonces, todas tus acciones est�n en
concordancia con tu capital.

Siguiendo con lo que estaba diciendo, �esa persona puede decidir abandonar la
f�brica de armas? �La aceptaci�n no le impide la acci�n?

El acento est� en la actitud de aceptaci�n misma, no en lo que es aceptado.


Entonces hay identidad con la situaci�n y as� tu comprensi�n es completa,
impersonal, libre de confusi�n y tensi�n. De hecho, ya no hay un �t�, s�lo
aceptaci�n. Lo que podr�amos llamar ser-sin-restricci�n.

[Largo silencio.]

�Es verdad que cuando se vive en el silencio es est� en perpetua felicidad?

[Gran sonrisa.] S�.

CALIFORNIA.
DICIEMBRE DE 1985

Usted dice que cuando un hombre se toma a s� mismo por un hombre y una mujer se
toma a s� misma por una mujer, no puede haber desarrollo. �En qu� consiste este
desarrollo?

Considerarte a ti mismo como un hombre es un concepto. Tienes una idea de lo que se


supone debe ser un hombre y te conformas a ella. El pleno desarrollo del hombre
s�lo es posible cuando la mente est� absolutamente libre de toda representaci�n.
Cuando espont�neamente eres llamado a ser hombre, eres un hombre, pero si te
piensas a ti mismo como hombre, vives en la limitaci�n. Es una fragmentaci�n. Te
reduces a lo masculino. Toda representaci�n es una reducci�n. Deber�amos
considerarnos a nosotros mismos como nada. Cuando te tomas por algo, te sientes en
continua inseguridad pues est�s aislado de la totalidad. La persona est� siempre
buscando una seguridad que nunca puede alcanzar. Viviendo en el llegar a ser, eres
como un p�ndulo, siempre oscilando del pasado al futuro, del futuro al pasado.
Adem�s, �qu� es el futuro? No es nada, salvo la proyecci�n del pasado; es decir, te
pasas toda la vida viviendo tan s�lo en el pasado. Date cuenta, en el momento en
que ocurre, de que te tomas a ti mismo por una imagen. Ver esto supone toda una
transformaci�n. Se produce una detenci�n de la energ�a hasta entonces dispersa en
esquemas y proyecciones. En el momento de la detenci�n, sientes lo que
fundamentalmente eres. Lo que eres no puede ser representado. No puede ser pensado.
Puedes solamente serlo. Entonces hay un amor real. Cuando no hay nadie, hay amor.
El que entonces aparece en esta vacuidad no tiene una personalidad fijada, sino
flexible. Aparece cuando es llamado y desaparece cuando la situaci�n termina.
Biol�gicamente hablando, hay un hombre y una mujer. pero esta biolog�a aparece en
la conciencia. Toda existencia es existencia en la conciencia. La personalidad
temporal que aparece en esta totalidad est� llena de vida. Es una personalidad
genuinamente, inteligente porque se manifiesta en su plena capacidad sin
anticipaci�n ni limitaci�n. Ve, pues, que es pura necedad el considerarte a ti
mismo como alguien� especialmente como un var�n.

(Risas)

Me ha llamado la atenci�n el hecho de que usted utiliza con frecuencia la palabra


�centro� y observo que realmente es cierto que todo es proyectado, fijado y
referido a un centro. Advierto tambi�n cu�nto miedo hay en m� a evitar este reflejo
de centrarlo todo. Recuerdo un cuento que escuch� sobre un gur� al que sus
disc�pulos acosaban continuamente con sus peticiones; ��ilum�name! �Dame la paz!
�Quiero ser feliz! etc.� As� que finalmente les dijo: �De acuerdo. Os doy un
minuto. El que quiera llegar donde yo estoy, que venga conmigo�. Ninguno se movi�.
Cuando escuch� esta historia por primera vez, me dije: ��Qu� idiotas! �Era una
oportunidad �nica!� Sin embargo, m�s tarde, cuando sent� lo que yo llamo �m� mismo�
disolvi�ndose y me empez� a invadir un sentimiento de conciencia global, sent�
miedo y rechac� lo que estaba sucediendo. Este es el miedo fundamental. Mi pregunta
es: �c�mo puedo afrontarlo?

Este miedo es la percepci�n original. Es el miedo a la desaparici�n del �m� y del


�yo�, el miedo a no tener ya un punto de apoyo. Es el miedo a salir de tu mente.
Pero deber�as aceptar el sentimiento del miedo. Al dejarlo en libertad,
autom�ticamente lo objetivas y te sientes a ti mismo como observador del miedo.
Eres el que percibe el miedo, un perceptor que est� libre de toda expectaci�n, de
toda interferencia. Si afrontas el miedo de esta forma, sentir�s en ti una tremenda
liberaci�n de energ�a. Al principio, ser�s consciente del miedo despu�s del hecho.
Luego ser�s consciente de �l en el momento. Y, finalmente, lo sentir�s cuando
todav�a es s�lo una pulsaci�n antes de que se haya concretado. Puedes estar seguro
de que de esta manera llegar�s a liberarte incluso de este reflejo.

Recientemente siento una gran ansiedad despu�s de algunos a�os de relativa paz
mental. Parece haber dos formas de enfrentarse al problema: la que usted sugiere,
que consistir�a en observarlo, y la otra, analizarlo. Ninguna de las dos parece ser
la adecuada para m�.

Observar no significa crear una brecha psicol�gica entre t� y tu miedo. Sin duda,
cuando observas, est�s fijado en la percepci�n. Tu observaci�n puede todav�a estar
condicionada porque todav�a puedes estar tratando de encontrar algo. La observaci�n
debe estar completamente vac�a. Aprender a afrontar una percepci�n implica
mantenerse distanciado y dejarla llegar a ti. No es un abandono pasivo, fatalista,
a la percepci�n, sino una vigilancia acogedora, como cuando manteniendo la puerta
abierta te haces a un lado para recibir y dejar pasar a un invitado que llega a tu
casa. As� pues, hazte a un lado, pero sin retirarte.
Cuando sientas tensi�n o miedo, mira en qu� parte del cuerpo se localiza. No te
enfrentes directamente con esa parte, aborda primero las que se encuentran libres
de perturbaci�n, las que no est�n afectadas por el miedo. En las partes sanas hay
una sensaci�n de luz, de vac�o; as� expandidas, deja que esta sensaci�n de vacuidad
invada las zonas en las que est� localizado el miedo. Si procedes as�, la energ�a
fijada -pues el miedo es s�lo eso- se integrar� en tu totalidad. Cuando hayas
descentralizado esta energ�a fijada, te sentir�s lleno de vitalidad.
El primer paso es ser consciente de la localizaci�n. Una vez seas claramente
consciente de ello, te sentir�s ya distanciado en cierta medida del miedo. No
estar�s agarrotado por el estado de miedo, sino que sentir�s la articulaci�n del
observador y lo observado. Cuando este dualismo es objetivado, te encuentras en la
percepci�n sin que haya nadie que perciba. Deja de ser c�mplice del miedo y �ste se
desvanecer� totalmente.

�B�sicamente, la personalidad es s�lo miedo?

La fuerza que te induce a considerarte una entidad individual es el miedo. Es


preciso que la mente as� lo vea. Cuando digo que la mente debe verlo, no quiero
decir que debas comprenderlo de manera abstracta y aceptarlo pasivamente.
La comprensi�n que se limita al plano intelectual nunca puede producir una
transformaci�n. V�vela realmente en el momento. La visi�n real provoca un punto de
detenci�n. independiente de tu voluntad. Acoge esta reacci�n o reflejo cuando
realmente surge.
Para ver realmente algo, no debo nombrarlo sino permitir que permanezca como
percepci�n. �Es esto correcto?

Cuando nombras el miedo, lo conviertes en concepto. Concepto y percepci�n no pueden


coexistir, as� que mant�n s�lo la percepci�n. Deja que el miedo aparezca por
completo. Si dejas que se manifieste, lo escuchas, lo observas, sentir�s que se
mantiene en el nivel de tu observaci�n. Est� en ti, pero t� ya no est�s en �l. No
hay m�s identificaci�n inconsciente. Est�s fuera del proceso. Al ver con claridad
c�mo funcionas, te ves llamado a vivir muy �ntimamente contigo mismo. Deja que las
percepciones lleguen a su completa articulaci�n sin el menor intento de escapar,
manipular o dominar lo que aparece. Esto significa que debes liberarte de todo
juicio, de toda valoraci�n, lo que puede llevarte alg�n tiempo.

Noto que al pensar la sensaci�n la mantengo a distancia.

S�. El �m� se apropia constantemente de la percepci�n para su supervivencia. S� el


que escucha, el que percibe, y espont�neamente te encontrar�s en una relaci�n
espacial con el objeto. Este se despliega en el espacio. Ah� est� el presentimiento
de tu naturaleza real, que es aut�noma, libre de cualquier estado.
Familiar�zate con tu mecanismo. Sabes muy poco sobre c�mo funcionas. Aprende a
considerar tu cuerpo como un instrumento, una herramienta, un veh�culo. Explora,
indaga, c�mo te despiertas por la ma�ana y, muy importante, c�mo te vas a dormir
por la noche. Por la noche, de manera sistem�tica, debes abandonar toda
cualificaci�n. Vive unos momentos de completa desnudez. Haz esto durante alg�n
tiempo y ver�s c�mo despiertas. Cuando tienes una percepci�n profunda de la
desnudez de la mente, sientes que el cuerpo aparece en ese vac�o. Tienes una
relaci�n completamente distinta contigo mismo. El cuerpo est� en ti, pero t� no
est�s en el cuerpo.

�Una vez hubiera visto claramente el mecanismo de un reflejo -del miedo, por
ejemplo- podr�a ver con claridad todos los planos de mi vida?

La facultad de trasponer la comprensi�n a otros planos te demuestra que has


comprendido realmente. De lo contrario, la comprensi�n ser�a superficial. El
planteamiento es exactamente el mismo respecto al miedo que respecto a otras muchas
circunstancias de la vida. Es importante que la mente comprenda y que act�es de
acuerdo con esa comprensi�n. No hay voluntad moral en esta forma de actuar, se
trata simplemente de ver lo esencial en las diversas circunstancias. En nuestra
sociedad, la vida cotidiana es el �nico espejo que tienes a tu disposici�n. No hay
otro. Cualquiera puede interpretar Hamlet a la perfecci�n en la cocina de su casa.
La cuesti�n es ser Hamlet sobre el escenario.

[Risas]

Para que la comprensi�n se establezca en la vida diaria, �no debe haber primero una
entrega total, de manera que cuando salgamos de la cocina y entremos en el mundo
esta comprensi�n viva en nuestra vida?

El conocimiento objetivo es posible porque te refieres a lo ya conocido. Pero


cuando preguntamos ��cu�l es realmente mi naturaleza? �c�mo puedo afrontar cada
momento de la vida diaria, para estar convencido de que lo hago de forma adecuada?�
no podemos encontrar la respuesta por medio de la mente. Comprensi�n quiere decir
ser la comprensi�n. Cuando se vive la pregunta, en ella misma est� contenida la
respuesta. Para aprender a vivir la pregunta, debes aceptar ciertas cosas que te
llegan por una referencia ajena a ti mismo, lo que llamamos una informaci�n de
segunda mano. Como en todo proceder cient�fico, esta informaci�n de segunda mano,
te proporcionar� los elementos para llegar a hacerla de primera mano, para hacerla
tuya. La comprensi�n como ser aparece cuando la no-comprensi�n se ha desvanecido
por completo, cuando ya no hay nada que comprender. Eso significa que la
comprensi�n real no es una relaci�n sujeto-objeto. No hay nadie que conozca algo.
Hay s�lo conocer. Es un sentimiento de unidad.
�Qu� quiero decir cuando afirmo �vive con tu pregunta�? No me refiero a preguntas
que surjan de la lectura de libros, de lo que se pueda haber o�do, del llamado
sentido com�n, ni a cualquier otra pregunta basada en informaciones de segunda
mano. Las preguntas que proceden de lo que se ha o�do s�lo sirven para dar
satisfacci�n a la mente. Hay cantidad de oportunidades en la sociedad para formular
esta clase de preguntas. Las preguntas que me interesan, las que realmente deber�an
formularse aqu� son las que surgen en ti desde una perspectiva que no es la
intelectual. Escucha lo que surge, est�te abierto a lo desconocido, a lo
inesperado. Formular preguntas mentales significa estar adormecido a tu propia
realidad. No puedes estar en la mente, en el concepto, y en la percepci�n al mismo
tiempo. Mantente abierto a la percepci�n. Mantente en actitud de desapego respecto
a lo que hayas o�do y te encontrar�s viviendo la pregunta. Esta apertura te lleva a
vivir la respuesta.

�Por qu� es tan dif�cil vivir con la pregunta? Hay algo as� como una imperiosa
urgencia de querer la respuesta ahora�

La persona, debido a la costumbre, busca la respuesta fuera de s� misma. La


pregunta tiene su origen en el hecho de considerarte a ti mismo como un individuo
aislado. Cuando ves que no hay nada fuera, que todo est� en ti, dejas de anhelar
informaciones de segunda mano. Deja que la pregunta original -�qui�n soy yo?- viva
en ti en ese momento de detenci�n, en tu atenci�n, en tu escucha global, que
aparece espont�neamente cuando la interferencia mental se extingue.

Presumiblemente, usted responde a las preguntas porque la respuesta produce alg�n


efecto. �C�mo deber�a escuchar la respuesta para que fuera efectiva?

La respuesta surge del silencio, del ser, y lleva consigo el aroma del silencio.
Por tanto, es importante que no intentes de inmediato agarrar mentalmente la
respuesta. No hagas ning�n esfuerzo por comprender. Mant�n la ausencia de
conclusi�n. S�lo puedes interpretar por medio de la memoria, de lo ya sabido. No
enfatices la formulaci�n, deja que la quietud, la presencia en la que se basa la
formulaci�n, venga a ti. Esta presencia es tu naturaleza real.

Si no trato de comprender lo que usted dice, parece como si las palabras debieran
entrar por un o�do y salir por el otro. As� que tras escuchar una y otra vez las
mismas cosas, no se produce ninguna transformaci�n real en m�.

Escuchar no es quedarse en una actitud de aceptaci�n pasiva. Es una actitud activa,


vigilante. La escucha debe ser bipolar. Oyes la formulaci�n y oyes tambi�n c�mo
act�a en ti, c�mo reaccionas a ella. Escucha tu agitaci�n, tu cansancio, la forma
en que interpretar, juzgas, analizas, criticas. Escucha tu inquietud, tu
curiosidad, tu ansiedad, tu miedo, tu frustraci�n. Escucha tu emotividad, tus
sentimientos, estados, deseos, querencias, preferencias y rechazos. Hay muchas
cosas que escuchar. Familiar�zate con tu funcionamiento. Al escuchar sentir�s c�mo
todo eso tiene lugar en ti.
La escucha produce en ti un distanciamiento respecto a tu naturaleza real de todo
lo que has aceptado de segunda mano. Es esta relaci�n, en esta escucha, tendr�s un
pre-sentimiento de lo que realmente eres.

�C�mo se formulan las preguntas que no proceden de la curiosidad mental?

La pregunta te puede llegar en diversos momentos, arropada de forma diferente cada


vez. Llegar� un d�a en que te aparecer� completamente desnuda. Esto es realmente
ser comprensi�n. Lo que fundamentalmente eres nunca puede ser objetivado, est�
vac�o de toda representaci�n. Lo que est� vac�o de toda representaci�n es plenitud.
No trates de cambiar tus actividades. Cuando intentas cambiar algo, te mantienes en
los viejos clich�s. Ve �nicamente que todas tus actividades se refieren a un
centro, a un �m� que compara, concluye, eval�a. Ve simplemente el mecanismo. Ve
c�mo no est�s relacionado con tus actividades, sino s�lo con tus preferencias y
rechazos. Ve esto en el momento en que sucede y posp�n toda conclusi�n diferente.
Cuando ves que todas las situaciones est�n relacionadas con un centro de opini�n,
ves tambi�n que se trata de una relaci�n entre dos elementos �vistos�: un objeto
que es visto y otro, llamado sujeto, que tambi�n es visto. En realidad, este sujeto
es tambi�n un objeto.

�Qu� es ese �t� que el sujeto ve?

A no ser que se hable po�ticamente, el lenguaje no permite expresar con facilidad


lo que no pertenece a la estructura sujeto-objeto. Realmente, existe s�lo la
conciencia en la que los llamados sujeto y objeto aparecen. No hay un agente que
conozca la conciencia. La conciencia es aut�noma. Aunque a veces le llamemos el
sujeto �ltimo, no hay nada subjetivo en ella. Es simplemente ser, conciencia
global.

Cuando habla de posponer una decisi�n, �se refiere a no identificarse con el


sentimiento de que algo tiene que ser hecho?

Cuando pospones una conclusi�n, se produce autom�ticamente un abandono. En ese


abandono te sientes efectivamente abierto. Al ver la situaci�n desde la apertura,
se convierte en algo mucho m�s rico. Se enfatiza espont�neamente la apertura m�s
que la situaci�n en s� misma. Podr�amos decir que desv�as la identificaci�n desde
el aspecto objeto al aspecto sujeto.
Toda situaci�n tiene una soluci�n. Es �nicamente la persona, la mente, la que no
encuentra la soluci�n. Un elemento fraccionario nunca puede encontrar la soluci�n,
puesto que �sta aparece en la totalidad. La soluci�n no surge de la mente
escrutadora por medio del an�lisis. Como de forma m�gica, mana desde la
inteligencia que aparece cuando est�s abierto a todas las posibilidades. Es
entonces cuando act�as de manera apropiada. No est�s psicol�gicamente envuelto en
la situaci�n y todas tus capacidades tienen libertad de funcionamiento. Cuando
dejas de ser el que hace, te conviertes en el cauce m�s eficiente para el hacer,
para la operatividad. No hay actor, no hay pensador; hay s�lo actuar, pensar.
En esta apertura encuentras paz y alegr�a en el vivir. Hay aut�ntica relaci�n, hay
amor.

As� pues, el posponer no tiene nada que ver con dejar algo hasta el viernes que
viene o hasta la semana pr�xima�

Cuando vives libre de la identidad que piensas que eres, hay espacio en ti. No hay
ya ning�n retorno al pasado ni desde all� proyecci�n hacia el futuro. Cuando en un
determinado momento est�s en actitud de apertura, todos los elementos de la
situaci�n aparecen simult�neamente en ti. La situaci�n concluye en ti y esa
apertura trae consigo su propia acci�n que ser� realizada en el espacio y en el
tiempo.
Esta realizaci�n est� completamente libre de autor�a. No necesitas una estrategia.
Sabes que ma�ana tienes que ir a Los Angeles, �se es un hecho, un elemento de la
situaci�n. Pero el medio de ir, tren, coche o autob�s, pertenece al momento. Si
permaneces completamente abierto, encuentras la situaci�n abierta a toda
disponibilidad. Con frecuencia, en esos momentos de disponibilidad, aparece el
reflejo de la persona pues el ego se siente inseguro. Debes experimentar por ti
mismo que en esa vaciedad hay una perfecta adecuaci�n entre t� y la situaci�n.
Descubre por ti mismo c�mo la persona entra en el camino del funcionamiento
eficiente. Naturalmente, debe haber habilidad. Estar abierto a todos los hechos de
una situaci�n implica conocer los instrumentos, tus capacidades, la ley con la que
tienes que tratar. Pero el resto pertenece al campo de lo desconocido.
CALIFORNIA.
FEBRERO DE 1986

�C�mo es posible encontrarse a s� mismo en esa expansi�n de la que habla? Yo me


siento encerrado en mi cuerpo.

Permite que tu cuerpo se convierta en objeto de observaci�n. D�jale convertirse en


sensaci�n. Al principio, sentir�s s�lo la parte superficial del cuerpo, pero si
mantienes la observaci�n, llagar�s a ser consciente de distintos estratos de
sensaci�n.
Acost�mbrate en tu observaci�n a que sea lo observado lo que venga a ti, no t� el
que vayas hacia lo observado. Esto supone una actitud de total receptividad. Al
principio, el cuerpo se te aparecer� como algo fraccionado, pero cuando se mantiene
la observaci�n llega un momento en el que se produce una fusi�n de todas las partes
y tienes entonces una sensaci�n global del cuerpo. Sientes el objeto-cuerpo como
algo cada vez m�s sutil, expandi�ndose m�s all� de los l�mites del cuerpo f�sico.
En este proceso no hay nominaci�n. Cuando no hay conceptualizaci�n, observador y
observado desaparecen en un momento determinado y lo que queda es s�lo percepci�n
pura, percepci�n directa.
S� consciente de c�mo excluyes tu cabeza de la sensaci�n corporal. La cabeza
pertenece al cuerpo, pero es como si actuaras desde la cabeza. No hagas de la
cabeza el centro de observaci�n. Si lo haces, el observador permanecer� fijo sobre
lo observado como un burro en un pesebre. Cuando se da la fusi�n entre el
observador y la sensaci�n corporal, ya no est�s fijado por m�s tiempo delante de
ti, sino que, en cierto sentido, pasas a estar detr�s de ti. La percepci�n es
entonces completamente homog�nea. Cada parte del cuerpo se hace transparente.

�D�nde est� la mente cuando se est� en la sensaci�n?

La mente es una funci�n. La observaci�n es la funci�n natural del cerebro cuando no


hay intenci�n en la mirada. La intenci�n da una orientaci�n a la observaci�n y,
consiguientemente, la limita. Pero la observaci�n pura es multidimensional. As�
pues, abandona toda intenci�n de manipular, dirigir o escapar a la sensaci�n del
cuerpo. Cuando simplemente miras los hechos, se produce una gran liberaci�n de
tensi�n. En el completo abandono de toda interferencia, el cuerpo aparece en su
estado vacante. Sientes entonces que la percepci�n del cuerpo est� en ti, en tu
observaci�n. Ah�, en la desaparici�n del observador y lo observado, est� la
percepci�n pura. Ten en cuenta que la observaci�n puede quedar bloqueada en lo
observado. Observa que, cuando enfatizas lo observado, lo fijas. Cuando la
observaci�n es receptiva, acogedora, lo observado se desvanece en la facultad de
observar. Hay entonces una sensaci�n de unidad.

Una vez alcanzada la sensaci�n de sutileza del cuerpo, �permanece esta sensaci�n o,
por el contrario, vuelve a desaparecer?

Cuando has explorado una o varias veces el cuerpo y has descubierto la gama de
matices de su sensitividad sutil, queda un recuerdo de ello en la memoria org�nica.
A causa de ello, podr�s ser consciente de que cuando trabajas, paseas o haces
cualquier cosa, expandes demasiada energ�a. La memoria org�nica, como un eco del
cuerpo en su natural estado luminoso, te recordar� que generalmente sigues
utilizando el cuerpo de la manera habitual. Una vez hayas visto los esquemas
habituales de funcionamiento, podr�s liberarte de ellos y la sensaci�n global del
cuerpo se ir� haciendo m�s permanente. Esto te aportar� una verdadera econom�a de
energ�a en cuanto a la acci�n. Es una forma nueva de vivir. Esta transformaci�n
acaece cuando se permite que el cuerpo encuentre su estado org�nico, libre de la
interferencia mental y mec�nica. La transformaci�n tiene lugar cuando te mantienes
en la observaci�n carente de elecci�n.
�Qu� importancia tiene la respiraci�n?

Cuando alcanzas un cierto grado de sensitividad respecto al cuerpo, tienes la


impresi�n de que la inhalaci�n-exhalaci�n no est� ya localizada, sino que est� en
todas partes. Es importante comprobar que vivimos fundamentalmente en nuestra
cabeza. Piensa con todo tu cuerpo, siente con todo tu cuerpo. En el sentimiento
total, en la sensaci�n global, entras en tu habitaci�n y est�s en contacto con toda
la habitaci�n. Sales de ella y est�s en contacto con las nubes, los �rboles, el
agua. No vives aislado. En tu irradiaci�n, est�s en comunicaci�n con todas las
cosas. En esta expansi�n no hay lugar para el ego, pues el ego es una contracci�n.
El amor es expansi�n, sensaci�n de amplitud.
Cuando ves una arquitectura hermosa, entras en su espacio, lo tocas, te mueves en
�l. Cuando entras en una casa, �qu� es lo que te hace decir �me gusta� o �no me
gusta�? Es la sensaci�n del espacio. Puede no gustarte desde el momento en que
entras por la puerta, o puedes entrar espont�neamente y tomar contacto con las
paredes, con el techo, sentirte a ti mismo expandido en su espacio.
No te quedes en la comprensi�n verbal. Ten la sensaci�n real de lo que digo. Todo
esto no es algo destinado a ser discutido. Debes vivir esta experiencia.

Escuch�ndole ahora, siento algunas dudas acerca de mi pr�ctica de kriya yoga en los
�ltimos a�os. En el kriya yoga se mueve la energ�a vital en el cuerpo sutil de
chakra a chakra y no se pretende seguirla u observarla, sino que se imagina en
movimiento como la respiraci�n de un centro de energ�a a otro. �Qu� piensa de esto?

El ascenso de la energ�a, el encuentro de shakti y shakta, la disoluci�n de shakti


en shakta, es el resultado del discernimiento, de la comprensi�n. Existen t�cnicas
diversas para hacer emerger esa energ�a, pero, para m�, esas t�cnicas son
completamente artificiales. Cuando existe comprensi�n real hay una integraci�n
natural de la energ�a en la realidad �ltima. Si la liberaci�n de energ�a no acaece
espont�neamente, sino que es la consecuencia de un proceso intencionado, no s�lo te
deja en el proceso del devenir sino que puede tambi�n ser causa de un desequilibrio
en la relaci�n cuerpo-mente. Debe haber una correspondencia entre tu nivel
energ�tico y tu conducta total en la vida diaria. Ese nivel energ�tico debe estar
arm�nicamente integrado en tu totalidad, de lo contrario puedes conducirte en tu
vida diaria de una forma que no se corresponde con tu nivel de energ�a. Sucede a
menudo con los locos. La liberaci�n de la energ�a surge de la comprensi�n de tu
inteligencia total.

As� pues, la estimulaci�n artificial de la energ�a puede causar ciertos da�os y


usted sugiere no activarla de esa forma, �no es eso?

En la comprensi�n global, la energ�a no queda fijada, sino que se hace global. La


t�cnica del kriya yoga es un proceso progresivo a trav�s de diversas etapas o
pasos. En la v�a que yo ense�o se apunta directamente a la conciencia, al estado
natural, se llega a estar establecido en �l y, desde ah�, se habla, se act�a, se
transforma la naturaleza relativa. No hay pasos que lleven a la conciencia. No hay
pasos en la realidad. Cuando procedes por etapas, puedes decirte a ti mismo: �he
hecho progresos�. Pero, �qu� quieres decir con �progresos�? La mente nunca puede
comprender lo que est� m�s all� de ella. Por tanto, �por qu� actuar sobre la mente
o sobre el cuerpo? Al actuar de esa forma, enfatizas el objeto de la percepci�n.
Podr�s percibir muchas sutilezas, pero todav�a forman parte de la relaci�n sujeto-
objeto. En el as� llamado �progreso� puedes finalmente llegar a un punto en blanco.
El estado en blanco se caracteriza por la ausencia de objeto, pero �l mismo es
todav�a un objeto de la percepci�n. Cuando has disciplinado tu cuerpo y tu mente
por medio de un camino progresivo en una relaci�n sujeto-objeto, es virtualmente
imposible llegar a ser capaz de conocerte a ti mismo sin objetos. El estado en
blanco es lo m�ximo que puedes alcanzar.
En consecuencia, no enfatices el objeto, ning�n objeto. Todos los estados,
sentimientos y sensaciones son objetos que te mantienen en la limitaci�n, no
importa cu�n sutiles o agradables sean. Son delectaci�n para el �m�, golosinas para
el ego, eso es todo. El cuerpo est� ah�, la mente est� ah�, pero cuando t� eres el
que percibe se despliegan y apuntan directamente a tu realidad, a su origen.

Se dice que hay sonidos que pueden activar la energ�a. �Podr�a esta pr�ctica
presentar tambi�n los mismos problemas?

Podr�amos decir que toda nuestra estructura est� construida de sonidos. Todo �rgano
de nuestro cuerpo tiene su sonido. Por eso, los diferentes �rganos del cuerpo son
autom�ticamente afectados o estimulados cuando se pronuncian o se escuchan
determinados sonidos. La aparici�n de la enfermedad denota que el �rgano ha perdido
su sonido real. Por eso, mediante sonidos, puedes llevarlo a la vida. Cuando no hay
perturbaci�n, sino tan solo simple funcionamiento, tienes un presentimiento de tu
naturaleza real.
Hay momentos de calma en los que no hay nada que hacer, nada que temer, nada de lo
que escapar. Sintoniza con esos momentos m�s all� de la energ�a y la funci�n. No
enfatices la energ�a, el objeto, el cuerpo, los sentidos o la mente. Esto es lo
percibido. Se plantea entonces la pregunta: �qui�n es el que percibe? Y, puesto que
nunca se puede percibir al que percibe, la mente llega a una situaci�n de
detenci�n. Para vivir lo que eres, debes conocer con claridad lo que no eres. Nunca
puedes conocer lo que eres, porque lo eres. Es lo mismo que ocurre con el ojo, que
nunca puede verse a s� mismo.

�Por qu� estoy aqu�? �por qu� he nacido? �por qu� morir�? �por qu� existe el amor,
el odio? �por qu�, por qu�?

Lib�rate del por qu�. Cuando est�s libre del por qu�, tendr�s la respuesta
viviente. Antes, durante y despu�s de la pregunta est� la respuesta. Buscas el
motivo �nicamente en la acci�n, fuera de ti mismo. Pero cuando miras en
profundidad, el motivo que te lleva a preguntar es la necesidad de estar en una
relaci�n perfecta con todos los seres vivos. S�lo encontrar�s esta motivaci�n
subyacente cuando te hayas desembarazado del por qu�, el d�nde y el cu�ndo.
Hablas de la muerte, pero s�lo puedes hablar de la muerte porque das por supuesto
que has nacido. �Qu� te da derecho a decir que has nacido? �Tan f�cilmente aceptas
una informaci�n de segunda mano?

Desde luego, he nacido. Estoy aqu�, �no? S� que Africa existe aunque nunca haya
estado all�.

Tu apariencia f�sica es el resultado accidental de dos personas y cada una de �stas


es el resultado accidental de otras dos personas. El nacimiento con el que te
identificas es completamente accidental. El nacimiento real tiene lugar cuando
quedas libre de la imagen que piensa que ha nacido.

Cuando estoy enojado, me siento con mucha vitalidad. Me siento bien en esta
vitalidad. �Qu� puedo hacer cuando me encuentro en esa situaci�n?

La ira es una reacci�n que destruye toda la belleza que hay en ti. Observa el
mecanismo. De lo contrario, permanecer�s en una cadena de reacciones en la que no
hay salida. En esa serie de reacciones encadenadas eres como una mosca que se lanza
contra el cristal un centenar de veces. Y antes de que puedas mirar el mecanismo,
debes aceptar que hay algo que mirar, la resistencia psicol�gica. Cont�mplala.
�mala, incluso. Es energ�a comprimida. Cuando la observes, objet�vala; no seas
c�mplice de la reacci�n. Acepta tu ira, ac�gela. No hablo de una aceptaci�n
funcional, una apertura a los hechos. Esta aceptaci�n provoca un distanciamiento
entre el observador y lo observado. En esta perspectiva sientes ya el h�lito de tu
naturaleza real y la energ�a fijada se disuelve en ti.
S� consciente no s�lo de tu entorno, sino especialmente de tu entorno m�s pr�ximo,
el cuerpo, los sentidos y la mente. Naturalmente, reaccionar es propio del ser
humano, pero debes evitar quedar limitado por las reacciones, por la biolog�a y la
psicolog�a. Como se dir�a en tu lengua, debes salir del teufelskreis, del c�rculo
del diablo.

�Cu�l es la forma m�s adecuada de terminar con los h�bitos?

Ve primero que tu forma ordinaria de actuar consiste en repetir una serie de


h�bitos. Esta visi�n no debe consistir en un an�lisis intelectual. Es la percepci�n
clara de que el mecanismo del h�bito procede de la memoria. Ve, por ejemplo, c�mo
todas las situaciones que surgen son inmediatamente aprehendidas por un sujeto que
interpreta, juzga, compara, etc. Te identificas con este sujeto. Pero este sujeto
es s�lo un h�bito, una forma de pensar. Cuando ves este h�bito principal, original,
est�s fuera del dominio de todos los dem�s h�bitos. No ves ya la vida desde un
punto de vista determinado, sino desde su totalidad. Cualquier otro medio
superficial para tratar de acabar con los h�bitos s�lo refuerza el h�bito original.
Cuando proyectas los h�bitos no est�s abierto a la vida. La vida se presenta en
constante variaci�n en ti. Cuando veas que la vida no se repite nunca, abandonar�s
autom�ticamente la proyecci�n de esquemas de seguridad, que es lo que todos los
h�bitos son. Estar�s abierto a todo lo que la vida ofrece. Cuando la vida es
directamente referida a tu vacuidad de toda representaci�n, a tu totalidad, hay
comprensi�n correcta de cada situaci�n.

�No hay determinados h�bitos que est�n relacionados con nuestra supervivencia
biol�gica, por ejemplo, comer, dormir y hacer ejercicio a unas horas determinadas?

Sentir el ritmo de nuestro cuerpo no es lo mismo que tener un h�bito. El organismo


tiende a mantenerse en ritmo org�nico con el universo. La supervivencia biol�gica
est� dentro del universo, pero el h�bito est� referido a la supervivencia
psicol�gica.

�No est� relacionada tambi�n la personalidad con la supervivencia biol�gica?

Traes contigo al mundo ciertas caracter�sticas que caen dentro del dominio de la
supervivencia biol�gica en esta existencia. Pero lo que llamamos personalidad es
algo que se adquiere muy tempranamente en esta vida. Es una acumulaci�n de
experiencias e informaciones nacidas de tu interacci�n con la sociedad. Somos el
resultado de nuestras circunstancias. Hemos cre�do lo que se nos ha dicho,
cristaliz�ndolo e identific�ndonos con ello. Pero la aparente continuidad de la
personalidad es s�lo memoria reforzada por la sociedad.
Observa que la personalidad puede ser percibida como cualquier otra cosa. El que
percibe es tu totalidad, la conciencia. La personalidad es s�lo una parte de lo que
realmente somos. Una parte s�lo puede tener una visi�n parcial, nunca puede ser
arm�nica. Toda acci�n que procede de un punto de vista parcial es una reacci�n.
Desde el momento en que adviertes este mecanismo, desde el momento en que eres el
que ve esta personalidad, est�s fuera del proceso. Olvida todo lo que has le�do o
escuchado sobre la totalidad. Todo es mistificaci�n. No tengas representaciones. S�
cient�fico. Ve simplemente c�mo funciona la vida. Cuando est�s fuera del proceso,
est�s abierto a la totalidad. Esto no es una experiencia, puesto que no hay nadie
que experimente y, por lo tanto, nada que est� objetivado en una experiencia. Es
una no-experiencia, un no-estado, porque est� libre de toda relaci�n sujeto-objeto.
Es simplemente estar presente. Cuando el yo es abandonado, eres tomado por esa
presencia. No es un proceso de la voluntad. Es gracia.

�C�mo funciona la personalidad en esa totalidad?

No est� ya tensa, r�gida, sino que se adapta al momento. Una vez que la situaci�n
ha terminado, tu personalidad desaparece de nuevo en la no-representaci�n, en su
morada original. La personalidad funciona, pero ya no es algo personal.
Si la continuidad de la personalidad es una idea, estar� localizada en la mente�

S�, pero mente y cuerpo no pueden separarse. La personalidad se expresa tambi�n en


el cuerpo. En cierta forma, est� encerrada en la prisi�n cuerpo-mente. Pero la
mente nunca puede liberarse a s� misma desde s� misma, porque el intento de liberar
la mente procede de la mente. Es un c�rculo vicioso. Cuando aceptas la
personalidad, los contenidos de la mente y el cuerpo no tienen ya ning�n punto de
agarre. Te sientes espont�neamente libre. Pero no trates de liberarte. No cambies
tus opiniones ni adoptes una nueva forma de vida. Simplemente acepta todo lo que
aparece y te sentir�s libre en esta aceptaci�n. Pero ve primero que tu actitud no
es la de aceptar.

�Debe primero llegar la mente al silencio, a la quietud, para poder ver sus
contenidos

La mente es un objeto de percepci�n. No necesita estar en silencio para ser


percibida. Ve primero que hay agitaci�n en el cuerpo-mente. No te compliques,
tratando de controlar, escapar o cambiar la situaci�n. Lim�tate a escucharla.
Descubrir�s entonces que no puedes escuchar, que el reflejo de disciplinar,
dominar, manipular, es muy fuerte. Repito que es un despilfarro de energ�a intentar
aquietar la mente. La naturaleza de la mente es movimiento. Pero t� no est�s en el
movimiento. �l est� en ti. Cuando el cuerpo-mente funciona en ti, en tu totalidad,
llegar� espont�neamente a su ritmo inherente sin agitaci�n. Entonces es una
herramienta perfecta.

�La energ�a se estructura entonces de manera diferente?

Por supuesto. Nada se pierde. Las acciones son perfectamente eficientes.

Cuando la apertura psico-fisiol�gica llega a la quietud y tiene lugar una


reestructuraci�n de la energ�a, �hay cambios biol�gicos notables?

Ciertamente. Ya no hay funcionamiento fraccionario. En la inteligencia total, todos


los sentidos est�n en situaci�n de disponibilidad. En la relajaci�n, toda nuestra
estructura est� recibiendo. Esto es lo contrario de lo que se llama estado normal,
en el que todos los sentidos est�n en actitud de agarrar algo. Cuando vives en la
totalidad, tu cuerpo entero es una mano abierta a todo lo que aparece en la vida.

�No convierte esto a la vida en algo pasivo? A menudo los seres iluminados
encuentran el mundo demasiado hostil y optan por vivir al margen de la sociedad.

Cuando desaparece todo proyecto, ambici�n, manipulaci�n, etc., uno puede parecer
pasivo desde el punto de vista de esas cosas. Pero la aceptaci�n no es algo pasivo
en un sentido fatalista. Es s�lo pasiva en el sentido de que la personalidad
fraccionaria, la voluntad, no interfieren. Es activa en el sentido de estar alerta,
recibiendo todos los hechos de la vida. Quien vive en la aceptaci�n nunca duerme.
Es un error pensar que un sabio abandona la sociedad. Muchas cosas de la sociedad
no son ya apropiadas para el sabio, es cierto. Pero la forma en que contin�a su
vida depende de los residuos de su propia existencia, prarabdha karma. En cualquier
situaci�n, el sabio est� en la sociedad pero no pertenece a ella.

Parece mucho m�s dif�cil observar la mente que, por ejemplo, un jarr�n de flores.

La observaci�n no es exterior ni interior. Tu verdadera naturaleza no tiene ni


dentro ni fuera. Hazte consciente en comunicaci�n con tus circunstancias de que lo
que tomas por dos campos distintos -objetos exteriores y pensamientos y
sentimientos interiores- son s�lo un campo desde el punto de vista del que percibe,
tu totalidad. Observa la ansiedad, el nerviosismo, la agresi�n, como observas el
paso de las nubes surcando el cielo.
Cuando tu observaci�n incluya tambi�n tu campo psico-fisiol�gico, llegar�s a
familiarizarte con el hecho de estar inmerso en una cadena de reacciones. Ver�s que
cuando cre�as conocer una situaci�n, lo �nico que conoc�as era tu reacci�n y que lo
que llamabas acci�n surg�a de una reacci�n. Las acciones que son propiamente
reacciones crean en ti la memoria.

�Qu� quiere decir con �estado �ltimo�?

Como la reacci�n es una acci�n no-consumada, el residuo de esta no-consumaci�n


permanece en ti como memoria. La acci�n espont�nea no est� relacionada con la
memoria y no deja residuos.

Pero la memoria es necesaria en muchas circunstancias de la vida. Necesitamos saber


que esto es una mesa sin tener que mirar primero las cuatro patas, sin tener que
mirarla por arriba y por abajo como har�a un ni�o. �Necesitamos conocer al tigre
por su rabo!

Eso es memoria funcional, conceptualizaci�n. La conceptualizaci�n es una


herramienta en el plano de la supervivencia biol�gica, pero vivimos demasiado en el
concepto y no lo suficiente en la percepci�n. La conceptualizaci�n se ha convertido
en un h�bito dominante. Hay una especie de pereza de los sentidos. Cuando vives en
tu totalidad el cuerpo entero despierta y participa. Hueles una rosa y la sensaci�n
es completamente nueva. No est� reducida al �rgano f�sico sino que aparece referida
a la sensaci�n global. Tocas un gato y es como si lo tocaras por primera vez, pues
no hay intervenci�n de la memoria. Cada percepci�n es un nuevo nacimiento porque la
conciencia y su objeto son uno con el tacto, con el olfato o con la audici�n.
Cuando vives en el concepto, la sensitividad de todos los �rganos se atrofia.
Cuando vives en la totalidad, la conceptualizaci�n juega un papel mucho m�s
secundario.
Me siento feliz de estar con vosotros. Es s�lo en ausencia del �yo� y el �t� cuando
hay verdadero encuentro. Me explicar�. Encontrarse, estar juntos, es amor. El �yo�
y el �t� son superposiciones, conceptos, identificaciones con el cuerpo y la mente.
Cuando comprend�is que no sois el cuerpo, los sentidos y la mente, que no sois el
agente, el pensador, os abr�s a una nueva dimensi�n del vivir, un mundo no equipado
de objetos y conceptos. En la relaci�n de objeto a objeto, de personalidad a
personalidad, no hay amor, no hay comprensi�n. Hay s�lo necesidad, exigencia. Estar
juntos, libres de toda representaci�n de un �yo� y un �t�, es gratuidad, ofrenda.

�Por qu� estamos siempre pidiendo algo?

Cuando te consideras a ti mismo una entidad personal, vives en la restricci�n. En


esta restricci�n hay inseguridad. En esta inseguridad sientes la necesidad de una
constante demanda, de una constante b�squeda. En la sociedad en que vivimos no hay
m�s que demanda. Incluso la aparente ofrenda es una exigencia.

�Cu�l es la verdadera forma de dar?

Cuando no hay nadie que d�, hay donaci�n real. Nuestra naturaleza es ofrenda,
acci�n de compartir. El verdadero don surge del profundo agradecimiento de estar
vivo, de ser.

�C�mo puedo vaciarme del sentido del yo?

Cuerpo, sentidos y mente son herramientas, veh�culos, instrumentos. Puede haber


momentos en la vida diaria en los que no haya funci�n, pero esta ausencia de
funcionamiento no tiene nada que ver con la serenidad. Funci�n y no-funci�n
aparecen en la serenidad, que es el plano de fondo de la existencia, de toda
percepci�n. Con frecuencia, lo que llamamos meditaci�n es �nicamente inactividad de
los sentidos. Hay quienes hacen un gran esfuerzo para, mediante diversas t�cnicas,
dejar estos instrumentos en reposo. Estos m�todos de concentraci�n son
procedimientos completamente artificiales. El reposo conseguido de esta forma est�
siempre localizado, mientras que la verdadera serenidad es multidimensional. Es lo
diametralmente opuesto a cualquier concentraci�n. No tiene direcci�n. Es apertura,
recepci�n. La serenidad llega de forma natural. Todo esfuerzo de concentraci�n es
un acto de violencia. Una mente concentrada nunca es libre. Es rigidez, carencia de
sutileza.
Date cuenta de que en todo esfuerzo por conseguir una detenci�n en los �rganos que
por naturaleza son medios para funcionar, habr� fijaci�n sobre el objeto. El estado
natural de la mente es movimiento.
�Por qu� impedir entonces su normal funcionamiento? En la meditaci�n verdadera no
hay finalidad, no hay control, puesto que no hay nadie que medita. Cuando te
separas del agente, la serenidad aparece de inmediato.
Tu existencia en el espacio y en el tiempo aparece en esta serenidad. Toda
existencia est� en la serenidad pero la serenidad no est� en la existencia.

�C�mo puedo acabar con los condicionamientos de la mente basados en experiencias


anteriores? �C�mo puedo mantenerme en el presente?

En tanto haya un reflejo de considerarte a ti mismo como centro, como persona,


vivir�s en la mente. La persona no es m�s que memoria. La memoria mantiene la idea
de ser persona. Pero cuando no est�s pensando en algo, �d�nde est�s t�? La persona
busca seguridad en repeticiones y esquemas. La memoria completa todas tus
experiencias vitales. Estas flores son nuevas en cada momento, pero t� haces que
sean siempre las mismas. En realidad, cada situaci�n es enteramente nueva. Puede
haber analog�a entre ayer y hoy, pero no hay repetici�n. Cuando comprendas
realmente esto, dejar�s de usar viejos esquemas para reconstruir tus situaciones.
La memoria te impide ver los hechos desnudos. Lo que tomas por hechos, por una
experiencia real, son s�lo reacciones basadas en la memoria. Hasta que el centro de
referencia, el �m�, est� completamente ausente, nunca podr�s afrontar los hechos.
En la percepci�n multidimensional la situaci�n se despliega y surgen cosas
inesperadas. �Es mucho m�s interesante! Sin centro psicol�gico, eres receptivo a la
situaci�n, est�s presente a ella.
Cr�eme cuando digo que cada momento es nuevo. Esto permitir� tu apertura a la
posibilidad de vivir sin proyectar esquemas. Cuando no hay ya un esfuerzo por la
supervivencia psicol�gica, la memoria psicol�gica que oscila entre un pasado y un
futuro proyectado desaparece. La memoria funcional permanece, naturalmente.

Le comprendo intelectualmente, pero cuando miro esta mesa me encuentro siempre con
la misma mesa. �No puedo conseguir que me parezca nueva!

Incluso cuando miras el sol naciente, lo conviertes en un concepto. Es un nuevo


sol, pero t� no lo ves . No eres realmente consciente del placer que surge en ti al
admirar. Todo es nuevo, el trabajo de cada d�a, el acto de hacerte la cama o de
limpiarte los zapatos.
Cuando dejes de despilfarrar energ�a en reacciones psicol�gicas de agrado y
desagrado, cr�tica, compensaci�n, ira, depresi�n, etc., cuando no haya ya una
implicaci�n psicol�gica, ser�s consciente del momento, estar�s receptivo a todo lo
que llegue a ti. Entonces conseguir�s una econom�a en tu hacer. El esfuerzo y el
gasto de energ�a se ver�n enormemente reducidos. Simplemente funcionas, haciendo
las cosas que hay que hacer, sin considerarte a ti mismo como su autor. Simplemente
est�s presente y hay alegr�a en el hacer, en todo tu vivir. Es un juego, no un
trabajo rutinario.
Puedes ver c�mo tu cuerpo despierta por la ma�ana como el sol que nace. Se
despierta en tu conciencia. Percibe el momento exacto en que regresas a la
identificaci�n con tu antiguo cuerpo. Lo que llamas tu cuerpo no es en absoluto tu
cuerpo real. Es una fijaci�n en tu cerebro. Ve c�mo te tomas a ti mismo por lo que
no eres, c�mo te reduces a un esquema. En cuanto lo ves con claridad, hay un
distanciamiento y quedas fuera del proceso de fijarte a ti mismo en una idea. En
esta sensaci�n de distanciamiento, en este salir del proceso, hay un pre-
sentimiento de tu autonom�a, de tu libertad, de tu esencia.
Es verdad que en principio puedes comprender mentalmente. Pero cuando la mente
comprende, est�s abierto a una nueva dimensi�n del vivir. Es una exploraci�n, un
descubrimiento. As� pues, no adoptes una nueva religi�n o filosof�a. Toda la paz,
el amor y la alegr�a que buscas est�n en ti. Hazte consciente de tus circunstancias
m�s pr�ximas. No busques en otra parte. Nunca podr�s aprehenderlo porque t� eres
eso. Desc�brelo por ti mismo. Yo estoy aqu� s�lo para indicarte el camino.
Provisionalmente, tienes que dar por buenas mis palabras, tienes que aceptar esta
informaci�n de segunda mano, pero no te contentes con ello. No te pido una fe
ciega. Debes hacer que esa informaci�n pase a ser de primera mano. Es como un
cient�fico que acepta una f�rmula y luego procede a probarla por s� mismo.

�Podr�a aclarar un poco m�s la expresi�n �No soy el agente, s�lo una funci�n�?

Cuando durante su desarrollo contemplas la acci�n en profundidad, ves que no hay


lugar para un agente. Hay s�lo actuar. Es despu�s cuando la mente dice: �Yo lo
hago�. La conciencia y su objeto son uno. No puede haber acci�n y sentimiento de
ser el agente al mismo tiempo. Puede parecer as� debido a un movimiento muy r�pido
desde la acci�n hacia el agente. Cuando te identificas con el agente, te fatigas.
La fatiga es psicol�gica. Todos hemos tenido momentos en que nos hemos sentido muy
cansados, pero cuando ocurre algo nuevo o sorprendente que nos saca de nosotros
mismos, nos sentimos llenos de alegr�a.

�Est� el deseo completamente ausente en la serenidad?

Cuando vivimos en la serenidad, en el plano de fondo sobre el que todo aparece, el


deseo es -podr�amos decir- colmado, realizado. Cuando no est�s establecido en este
plano de fondo, surge el deseo. Pero cuando examinas los deseos, ves que hay un
s�lo deseo: el deseo de estar sin deseo. Puedes llamarlo amor, alegr�a, paz,
libertad. No ver esto es una falta de discernimiento. Todo deseo superficial es
dispersi�n y compensaci�n, substitutos del deseo �ltimo.

Observo en m� una cierta pereza que me dificulta mantener la atenci�n y ver los
hechos de una determinada situaci�n, a�n cuando sea consciente de que proyecto
im�genes.

Observa en el momento mismo de producirse que no das tiempo a los hechos, que te
hacen correr hacia una soluci�n. La persona es impaciente porque no puede existir
sin encontrarse a s� misma en alg�n lugar. Vive en la inseguridad y busca un
asidero en la repetici�n de las situaciones. Cuando no hay nada que agarrar se
intranquiliza y est� ansiosa por su supervivencia. Por eso, al principio, lleva
tiempo ver los hechos. Mant�n tu observaci�n. Permite que la formulaci�n surja en
ti sin interferir. No la exprimas como a un lim�n para extraer su jugo. D�jala
venir. Vendr�. Toda situaci�n tiene su propia soluci�n, puedes estar seguro. La
soluci�n no llega nunca desde fuera de la situaci�n.

As� pues, �el mantener la atenci�n es una cuesti�n de tiempo?

S�. Pero cuando te has acostumbrado a ello, la conclusi�n aparece muy r�pidamente.
Es una conclusi�n desde la totalidad de tu ser, no desde la estructura gusto-
disgusto, dolor-placer. No tengas prisa al principio, no corras. Deja a un lado la
necesidad de concluir. Da a los hechos completa libertad para que ellos mismos
puedan aportarte su propia conclusi�n. Mant�n en ti la sensaci�n del despliegue y
desarrollo de la situaci�n.

�Entonces, la calidad de la atenci�n de la escucha se mejora con el tiempo?

Sin duda. Lleva mucho tiempo llegar a desnudar la atenci�n, una atenci�n que est�
completamente abierta, sin expectaci�n ni memoria. La mente es un complicado
rompecabezas. Hay muchas peque�as piezas con las que construir tu paisaje. Cuando
ves el funcionamiento repetido de la mente, pierdes inter�s en construir una vez
m�s la misma imagen.
Cada situaci�n tiene su propio rompecabezas que es mucho m�s fascinante que �se con
el que vives desde siempre. Observa. Est�te alerta y ver�s m�s de lo que conoces.

�Es la personalidad una pieza del rompecabezas mental?

S�. Tienes amordazada a tu verdadera personalidad. Es como un cuadro congelado.


Deja que se deshiele. La personalidad real es siempre fluida, sutil y se encuentra
con cada situaci�n de una forma siempre nueva, apropiada al momento. La verdadera
personalidad aflora de la serenidad cuando se la necesita y desaparece en ella
cuando se la deja de necesitar.
Esta serenidad es la conciencia, tu totalidad. Lo que brota de la conciencia y
desaparece en ella no es otra cosa que conciencia. La conciencia es el �nico
continuum.

�C�mo puedo conseguir un mayor grado de atenci�n?

Es una cuesti�n de estar interesado cuando miras y escuchas las cosas. Cuando
comiences a mirar y a escuchar, comenzar�s a descubrir y disfrutar�s de lo
descubierto. Ver�s que cada situaci�n, cada momento de la vida, es un saco sin
fondo. Pero t� pones fondo al saco y metes cosas en �l. Desde el momento que ves
que cualquier situaci�n no tiene fondo, que es mucho m�s rica, mucho m�s viva que
todo lo que tienes acumulado en la memoria, entonces, espont�neamente, est�s m�s
interesado en la vida.
Comienza con lo que tienes m�s pr�ximo, tu amante si tienes uno, tu marido, tu
hijo. Trata de verlos de forma nueva. Pero ten cuidado de no adoptar una actitud.
No quiero decir que debas superponer nuevas cualidades a tu entorno, sino que te
acerques a ellas con tu totalidad. Cuando te liberes de las im�genes del entorno,
te conviertes realmente en un ser social. Lo que la gente llama socialismo no es
realmente socialismo. El verdadero socialismo consiste en mirar a la vida libre de
la memoria, libre de esquemas. De otra forma, metes en una c�rcel a los que te
rodean. Al ver y actuar libre de la memoria das a tu entorno la libertad de ser
libre.

Ramana Maharsi sol�a decir: �Cuando surjan los pensamientos, pregunta a qui�n le
surge el pensamiento�. La respuesta, naturalmente, es �a m�, �a mi yo�. �Preg�ntate
-segu�a diciendo Ramana- qui�n es ese yo�. �C�mo se relaciona esto con lo que usted
dice?

Es exactamente lo mismo. Toda percepci�n est� referida a ti porque t� eres. No hay


percepci�n sin ti. El mundo es porque t� eres. De otra manera, no hay mundo para
ti. Por eso, todos los objetos, todo lo que es percibido, toda existencia, est�
referida a ti. Pero la mente debe llegar a conocer esto, de otra forma nunca se
dar� por vencida. Ese Yo no es un yo conceptual. Es lo que yo llamo serenidad,
silencio, conciencia. Es ser yo.

�C�mo puedo familiarizarme con ese Yo que est� detr�s de toda percepci�n? �Implica
ello una p�rdida de la conciencia corporal?

Puedes tener momentos en que eres completamente uno con tu totalidad y entonces ves
que esta serenidad est� entre dos actividades, entre dos percepciones, entre dos
conceptos. Dices �veo esta silla ahora�: Antes de reconocerla y de llamarle
�silla�, hab�a s�lo ver. Una vez la silla ha desaparecido, eres retrotra�do a la
visi�n sin ver nada. As� pues, eres visi�n antes y despu�s de la percepci�n. Estos
momentos son ef�meros. Pero llega un momento en el que ves durante la visi�n.
�Comprendes?
�Quieres decir que la conciencia contin�a surja o no el objeto?

S�. La conciencia es un continuum. La vigilia, el sue�o con sue�os y el sue�o


profundo son superposiciones sobre este continuum. En los estados de vigilia y
sue�o con sue�os el objeto est� presente, pero en el estado de sue�o profundo no
hay objeto. Debido a que s�lo te conoces a ti mismo en los objetos, en la relaci�n
sujeto-objeto, consideras como ausencia el estado sin objeto. Pero la conciencia
est� siempre presente �detr�s� del que duerme, del que sue�a y del que vela. La
conciencia siempre es.
Repito muy a menudo ciertas cosas. Y digo otra vez que la mente debe estar
informada. Debe llegar a la claridad intelectual para estar abierta a una nueva
posibilidad. Es como si �nicamente conocieras seis direcciones y alguien, de
repente, te dice: �Hay una s�ptima direcci�n�. Cuando la mente lo sabe, aunque no
lo sepas todav�a por ti mismo, est�s ya abierto a esa nueva direcci�n. No lo dudes.
La s�ptima direcci�n es tu coraz�n.
Gracias por venir

FIN

* * *

Este libro fue digitalizado para distribuci�n libre y gratuita a trav�s de la red
Revisi�n y Edici�n Electr�nica de Hern�n.
Rosario - Argentina
05 de Marzo 2003 - 06:09
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