La Sencillez Del Ser
La Sencillez Del Ser
La Sencillez Del Ser
JEAN KLEIN
Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusi�n, y con el prop�sito
de que as� como usted lo recibi� lo pueda hacer llegar a alguien m�s. HERN�N
PR�LOGO
LONDRES. ABRIL 1980
NUEVO M�JICO. AGOSTO DE 1980
PARIS, DICIEMBRE DE 1980
CALIFORNIA. JULIO DE 1981
SUIZA. NOVIEMBRE DE 1981.
LONDRES. NOVIEMBRE DE 1982
CALIFORNIA. DICIEMBRE DE 1985
CALIFORNIA. FEBRERO DE 1986
PR�LOGO
Esta necesidad interna, este anhelo de libertad, �debe ser muy fuerte?
La necesidad de libertad debe ser enorme. No puede ser aprendida ni adquirida, pero
llega a hacerse presente por medio de la autoindagaci�n. En la autoindagaci�n
aparece un pre-sentimiento, una insinuaci�n de la realidad y es este presentimiento
lo que hace surgir un tremendo anhelo. �Puede ser tu despertar!
Cuando te observes a ti mismo, ser� lo que inicialmente sientas. Puedes desconocer
qu� clase de carencia es �sta y buscar�s entonces en distintas direcciones con la
esperanza de satisfacerla. Cuando este proceso de b�squeda se haya llevado a cabo,
puede llegar un momento en que la carencia y el deseo que ella conlleva se
desvanezcan. Por un instante, est�s en paz. Pero al no ser consciente de esta falta
de deseo, te fijas en el objeto, en lo que podr�a llamarse la causa de tu
satisfacci�n y, naturalmente, �sta pierde inevitablemente su encanto y de nuevo te
encuentras insatisfecho. Pasar�s por muchas de estas situaciones sin salida, como
un perro de caza que no puede encontrar el rastro y da vueltas fren�ticamente. Pero
estos cul-de-sacs de la experiencia te aportar�n una cierta madurez, porque
inevitablemente te interrogar�s con mayor profundidad sobre todos los
acontecimientos y sobre su transitoriedad. Es un proceso de eliminaci�n. Debes
indagar, como un hombre de ciencia, en tu propia vida. Observa que siempre que
consigues lo que deseas est�s en una ausencia de deseo en la que el objeto inicial,
la supuesta causa de tu falta de deseo, no est� presente. Observa que esta falta de
deseo es realmente inmotivada y que eres t� quien le est� atribuyendo las causas.
Al llegar a un cierto punto de madurez, te sentir�s repentinamente atra�do por el
perfume de la realidad; tus idas y venidas en todas direcciones, tu dispersi�n,
cesar�. Espont�neamente, te encontrar�s orientado. Tu perspectiva total cambiar�.
El perfume te seduce y te ofrece un anticipo de la realidad, un pre-sentimiento que
hace surgir ese intenso est�mulo interior de que acabamos de hablar.
La ense�anza apunta directamente a lo que no puede ser ense�ado. Las palabras, las
acciones, son unas muletas y este soporte pierde gradualmente su concreci�n hasta
que s�bitamente te encuentras un d�a en un no-estado que no puede ser ense�ado. Las
formulaciones son s�mbolos, indicaciones, y al final ya no ves el s�mbolo sino
aquello a lo que el s�mbolo apunta.
Comencemos por considerar por qu� has venido hoy aqu�. Si buscas el motivo,
descubrir�s en ti un sentimiento de carencia interior, una especie de hambre que
tratas de satisfacer viniendo aqu�. Antes de seguir adelante, debes comprender que
no hay realmente nada que alcanzar. Cuando te convences completamente de esto,
tiene lugar una detenci�n. Toda la energ�a previamente expandida hacia cualquier
objetivo retorna a su origen y eres retrotra�do a tu presencia. En un principio,
puede tratarse de una presencia a algo, porque est� en la naturaleza de los ojos el
ver y en la de los o�dos el o�r. Pero cuando visi�n y audici�n quedan libres de
motivo, finalidad e intenci�n, no pertenecen ya s�lo a los ojos y o�dos. La
atenci�n no cualificada es multidimensional: todo el cuerpo oye y puedes sentir,
aunque no de forma sensorial, que visi�n y audici�n aparecen en ti, en tu presencia
global. Al final, incluso visi�n y audici�n desaparecen en esta presencia y t� eres
uno con ella. En �ltima instancia, no hay ya un sujeto que ve ni un objeto que es
visto. Hay s�lo unidad.
Esto es lo que vengo a comunicarte aqu�. La identidad con esa presencia, con esa
totalidad, con esa plenitud, es meditaci�n, pero no hay nadie que medite ni objeto
sobre el que meditar. Esto, pues, no pertenece a la filosof�a. Es tu naturaleza
real.
S�, pero nunca podemos conocer qui�nes somos realmente como conocemos otras cosas,
porque somos el proceso de conocer. Debemos, pues, admitir que somos conocimiento.
Todo lo dem�s es s�lo un concepto.
Pero podemos tener un resplandor fugaz de ello, un destello que provoca una certeza
que despu�s no podemos olvidar. Por eso nos esforzamos en volver de nuevo a esa
situaci�n.
(Largo silencio)
Me resulta dif�cil comprender esta idea de que tenemos �un resplandor fugaz� y, sin
embargo, volvemos a nuestro modo de vida habitual. �C�mo puede ser esto? Parece que
sea todav�a una experiencia limitada por el tiempo y los conceptos.
�Cu�l es el motivo que te lleva a una determinada elecci�n? S�, observa esto con
claridad. Si el cambio deseado es solamente superficial, andaremos de una
compensaci�n a otra a trav�s de las diversas ideas y t�cnicas que la sociedad
ofrece. Mirando m�s profundamente el motivo que se oculta tras una cierta elecci�n,
puedes descubrir una sensaci�n de algo perdido en ti mismo. Para ver en qu�
consiste esta deficiencia se requiere sosiego y una actitud de apertura libre del
pasado. No permitas que las ideas o la memoria te digan lo que necesitas, mantente
calmo y conocer�s la respuesta a tu pregunta.
Buscar algo, esperar algo, tratar de alcanzar algo, son movimientos desde tu eje
hacia la periferia, desde la conciencia global hacia un punto de vista.
�Quiere usted decir que cuando uno no contradice al ego, �ste desaparece?
Desde luego. Aceptarlo es muy importante. Acepta tus acciones, tus ansias, tus
deseos. Aceptarlos te coloca en una situaci�n de inteligencia, de espontaneidad, en
la que el universo queda en libertad. Todo lo que anteriormente se encontraba
restringido por tus conceptos, recupera su expresi�n natural. S�lo entonces es
posible una comprensi�n real puesto que las conclusiones aparecen en ti, lo que no
tiene nada que ver con el proceso habitual de la memoria.
A veces surge una inteligencia que incita a un espont�neo �soltar�, sin esfuerzo ni
intenci�n. Y otras veces puedo querer que algo me deje, pero la liberaci�n no
sucede. �Es porque es el ego el que est� tratando de dejarlo ir?
No tiene ninguna realidad. Lo que es real existe en s� mismo. Eso significa que es
aut�nomo, que no tiene necesidad de un agente para ser conocido. Puesto que la
personalidad tiene necesidad de la conciencia para ser conocida, no es real.
�Qu� es un concepto?
Establece un contacto cada vez m�s estrecho contigo mismo. Comienza por escuchar de
forma no selectiva. Puedes creer que est�s escuchando, cuando, de hecho, s�lo estas
oyendo la repetici�n de tus ideas preconcebidas. En consecuencia, no te conoces
realmente a ti mismo, no conoces realmente el mundo. Lo que t� llamas sensibilidad
aparece s�lo cuando la escucha es incondicionada, libre de cualquier ser sensible.
Sensibilidad es identidad.
Al margen de cu�n sutil pueda llegar a ser nuestra percepci�n, en la medida en que
permanecemos inmersos en las relaciones sujeto-objeto, dicha percepci�n est�
siempre cualificada. El acento no debe ponerse en la percepci�n, sino en aquello
hacia lo que la percepci�n apunta: la propia conciencia. La percepci�n es porque
nosotros somos. Y cuando a la percepci�n se le da una completa libertad, nos
retrotrae a la atenci�n global, a la totalidad, a la intemporalidad. En otras
palabras, tenemos un pre-sentimiento del silencio �ltimo.
�Quiere usted decir que la escucha deber�a estar libre de toda idea preconcebida,
sin ideaci�n, imaginaci�n o conocimiento que pueda alterar lo percibido?
La madurez no tiene nada que ver con la edad. La madurez viene de la observaci�n,
la indagaci�n y la escucha. Cuando llegas a familiarizarte con la escucha pura,
�sta te lleva a la intemporalidad. Por utilizar la expresi�n de los psic�logos, en
la escucha intemporal emergen el subconsciente y el superconsciente. Toda tu vida
emerge.
�Cu�l es la misi�n del gur� exterior? �No es conducir al disc�pulo hasta el gur�
interior que est� en todas partes?
En realidad, el gur� exterior y el gur� interior son el mismo. Podemos sentir que
lo que llamamos gur� exterior te se�ala la direcci�n de lo que eres. Por medio de
su capacidad pedag�gica te indica que t� no eres el cuerpo, los sentidos ni la
mente.
Supongamos que est�s mirando una escultura del Budismo de Angkhor. La sonrisa del
rostro de la estatua de Angkhor es particularmente hermosa. Cuando tu actitud es
receptiva, puedes sentirte completamente arrebatado por su sonrisa. Puedes
encontrarte a ti mismo sonriendo tambi�n, pero no por imitaci�n. Es m�s bien la
sonrisa la que se apodera de ti y te encuentras entonces sonriendo.
Pero lo que tu llamas �transferencia� es una reacci�n rom�ntica. Por medio de sus
palabras, el maestro te muestra que lo que eres nunca puede ser objetivamente
percibido. Te acerca cada vez m�s a la visi�n directa y, finalmente, te encontrar�s
en el umbral de tu ser. Pero el maestro s�lo puede llevarte hasta el umbral. En ese
momento, eres absorbido al interior de ti mismo.
El �soltar� es un resultado de la comprensi�n, pero �sta no tiene nada que ver con
el an�lisis ni con ning�n proceso de razonamiento. Llega por medio de la
investigaci�n, por medio de la observaci�n. Naturalmente, puedes observar una cosa
detr�s de otra, pero la comprensi�n verdadera es instant�nea cuando todos los
elementos que configuran una visi�n global te devuelve al silencio y en el silencio
est� la confirmaci�n de la no-existencia de la persona.
Puede haber todav�a una especie de reflejo. Supongamos que t� tocas el piano con un
cierto grado de capacidad, pero te resulta dif�cil interpretar piezas que requieren
una mayor pericia. Te diriges a un profesor de piano que te ense�a el m�todo
apropiado para interpretar esas piezas. Regresas a tu casa satisfecho, pero, al
siguiente d�a, cuando empiezas a tocar, adviertes que est�s cayendo en los viejos
h�bitos. Esto lleva un cierto tiempo. Tienes la convicci�n de que no eres nadie,
pero surgen momentos en tu vida diaria en que te encuentras a ti mismo
reaccionando. Ves el acontecimiento, ves tu entorno, pero todav�a colocas la imagen
de un yo entre el acontecimiento y t�. Eso es normal. No te sientas frustrado por
ello. Obs�rvalo y puedes estar seguro de que llegar� el momento en que ya no
volver�s al reflejo de proyectar una imagen de ti mismo.
�C�mo podemos reconocer nuestra naturaleza real?
Puedes saber lo que no eres, pero no puedes saber lo que eres. �Conoces realmente
lo que no eres? Tu cuerpo cambia, tus emociones y sensaciones cambian. Tus ideas
son ahora completamente diferentes a las que ten�as hace diez a�os. Toma nota de
todo lo que en ti est� cambiando. Hay ya paz en una mirada silenciosa. Cuando
llegues a estar familiarizado con lo que no eres, sentir�s una distancia, un
espacio, entre la actitud de observaci�n y lo observado, hasta que llega el momento
en que sientes lo que eres sin sentirlo. Esto no es el simple proceso de conocer
algo. Esto est� fuera de la relaci�n sujeto-objeto. Esto es ser-conocimiento.
Todo lo que puede ser percibido, incluso tu propia imagen, es s�lo mente. La mente
existe en ti, en la conciencia. As�, cuando tu escucha es inocente, hay apertura;
apertura a las funciones de la mente, a la energ�a en movimiento. Estar abierto a
la apertura es la gracia. Ella te est� esperando. No puede ser alcanzada por medio
de la voluntad.
Leyendo textos sobre yoga, uno se encuentra con palabras tales como �represi�n�,
�supresi�n�, �disciplina� y �control�. �Qu� piensa usted de estas expresiones?
Familiar�zate con tu propio libro. Aprende c�mo leerlo, c�mo dejarle que te cuente
su historia. Generalmente, pretendemos que el libro diga lo que nosotros queremos
que diga; de esta forma, impedimos su plena expresi�n.
Los seres humanos van durante toda su vida aceptando que son el ego y es esta
err�nea identificaci�n la que da un sentido de necesidad al yo relativo: alcanzar
la siempre huidiza perfecci�n de s� mismo�
En una charla anterior, dijo usted que la realizaci�n de lo que realmente somos no
requiere ning�n esfuerzo. Pero si queremos aprender a tocar el piano, deberemos
practicar mucho antes de llegar a hacerlo sin esfuerzo. Si el esfuerzo se aplica a
los objetos limitados, �por qu� no deber�a aplicarse a lo infinito?
�Qu� es la memoria?
Todo lo que no eres es un reflejo de lo que eres. Todo lo que no eres es una
extensi�n, una expresi�n en el espacio-tiempo de lo que realmente eres. Cuando ves
el reflejo de la luna en el agua, sabes que si miras hacia arriba ver�s la luna.
Lo esencial es llegar a familiarizarte con tu naturaleza �ntima, tus sensaciones,
tensiones corporales, sentimientos y deseos, sin formular ning�n juicio. En la
observaci�n inocente estamos completamente fuera de lo que observamos. En otras
palabras, tomamos nota y este acto de tomar nota tiene su propio sabor. Si te
preguntara qu� tienes en tu boca, podr�as responder: �nada�; pero, realmente, hay
un sabor en tu boca. Del mismo modo, cuando digo que tomar nota tiene su propio
sabor, lo que quiero decir es que este acto es en s� mismo una actitud interior. Al
asumir esta actitud te encuentras a ti mismo observando de manera espont�nea.
No existe ya atracci�n ni repulsi�n cuando eres completamente uno con la vida. Todo
es expresi�n, extensi�n, de la vida que fluye, pero no hay ya reacci�n, ni
concentraci�n, ni tensi�n, pues �stas aparecen s�lo cuando existe un ego
controlador. Vives realmente en el momento porque est�s fuera del proceso del
devenir. Todo se realiza en el momento. Est�s vac�o de pasado, de memoria. Silencio
es amor.
En primer lugar, debes darte cuenta de que lo que t� llamas �miedo� no es miedo. El
miedo es una sensaci�n en tu cuerpo y en tu mente, una sensaci�n que t� mismo te
impides sentir desde el momento en que la calificas de �miedo�. Para llegar a la
sensaci�n, debes abandonar el concepto, la idea de miedo, y entonces la percepci�n
tendr� oportunidad de revelarse a s� misma.
La sensaci�n pura de miedo es s�lo tensi�n. La tensi�n aparece en el momento en que
contemplas una situaci�n desde el punto de vista de una imagen, de una imagen de
hombre o mujer, de padre o de madre, de marido o esposa de alguien, y la tensi�n
estimula cambios qu�micos, f�sicos y ps�quicos en el cuerpo-mente. Pero esta
tensi�n nunca puede ser eliminada mediante el an�lisis u otro proceso racional,
pues el que realiza el an�lisis forma parte de lo que est� siendo analizado. Y,
como dijimos antes, la mente nunca puede cambiar a la mente.
Debes vivir con tu miedo, incluso amarlo. Con esto quiero decir que no debes
ofrecer ninguna resistencia a su movimiento. Mu�vete con tu miedo como te mover�as
en un tren. Cuando se mueve, toda tu energ�a se mueve con �l. No hay oposici�n.
Incluso aunque haya empezado a andar, puedes agarrar el pasamanos y subir.
As� pues, mu�vete con el miedo, no contra �l. Tratar de escapar de �l,
racionaliz�ndolo o analiz�ndolo, es s�lo echar m�s le�a al fuego. Por hermosas que
sean tus ideas, por filos�ficas que puedan ser tus explicaciones, no podr�n
eliminar la tensi�n presente del miedo. Simplemente, lo trasladar�n a otro lugar.
El miedo concierne a la persona y la persona es una mera fracci�n de ti mismo. La
fracci�n contempla una situaci�n desde una perspectiva parcial. Y como una fracci�n
no puede ser arm�nica, toda acci�n que emerja desde ese punto de vista parcial ser�
inevitablemente inarm�nica.
No debe existir oposici�n. Al aceptar la sensaci�n, no hay ya lugar para la imagen
de alguien que reacciona. Al caminar con el miedo, est�s fuera de �l, desligado,
impersonal. Podr�amos decir que en el momento de la aceptaci�n no se a�ade ya le�a
al fuego y �ste se extingue de forma natural. La percepci�n se disuelve en el S�,
en tu apertura, y despiertas en esta apertura en la que el miedo no existe.
�C�mo puedo retrotraerme a mis emociones, deseos y agitaciones, de manera que pueda
permanecer en la pura conciencia?
No hay actor, s�lo hay acci�n, s�lo un quitarse la chaqueta. En realidad, no hay
actor en absoluto. El actor es una superposici�n, una forma de la memoria que
aparece s�lo despu�s de la acci�n. En la acci�n en s� misma, no hay m�s que unidad.
Puedes creer que es posible actuar y mientras act�as pensar �estoy actuando�, pero
estas dos cosas no pueden suceden al mismo tiempo. El yo, en cuanto que actor, es
un pensamiento; la acci�n es otro pensamiento, y dos pensamientos no pueden existir
simult�neamente. La r�pida sucesi�n de pensamientos da una impresi�n de
simultaneidad, pero s�lo puede existir un pensamiento cada vez.
La mayor parte de nosotros nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestras acciones,
nuestros pensamientos y sentimientos. Esto es lo que hemos aprendido a hacer desde
que �ramos muy j�venes. Pero usted parece decir que este proceso de identificaci�n
es falso. �Qu� perspectiva adoptar para la posici�n de no-identificaci�n?
No estoy seguro de haber entendido lo que quiere decir. Comprendo que los cambios
han ocurrido, que est�n grabados en mi cerebro y soy conocedor de ellos en tanto
que recuerdos. No veo la necesidad de acudir a un testigo.
Pero eso no es m�s que una idea� yo no soy consciente de existir antes de
despertar.
Es verdad. Pero, sin embargo, t� est�s presente antes de que el cuerpo despierte.
Conoces ciertos momentos en los que el cuerpo no est� completamente despierto, pero
t� s�.
Una vez se ha realizado un deseo, hay un momento de carencia de deseo en el que no
hay nadie que est� sin deseo. S�lo hay ser, y ah� no hay ni idea ni emoci�n. Puedes
tener una mujer hermosa. Cuando est�is separados puedes visualizar su encanto, su
figura, su inteligencia y as� sucesivamente todas sus cualidades. Pero llega un
momento en el que todas las cualidades se desvanecen y s�lo queda el ser. Ya no hay
imagen de un amado ni imagen de un amante. Hay s�lo amor. Esto es lo que quiero
decir cuando afirmo que no eres ni tus sentidos ni tu mente. Eres amor.
Existe la conciencia de los otros. �No es �ste el argumento del obispo Berkeley
para afirmar la existencia de Dios?
Primero habr�a que entender qu� quieres decir con la palabra Dios. �No es Dios m�s
o menos una idea? �Qu� es Dios para ti excepto una idea?
Todo lo que puede ser percibido carece de realidad: tiene necesidad de un agente
para ser conocido. S�lo tu conciencia es real porque no necesita agente. El cuerpo
es s�lo una idea. Aparece en ti para desaparecer cuando dejas de pensar en �l.
Aparece y desaparece en la conciencia y lo que aparece y desaparece en la
conciencia no es m�s que conciencia. El cuerpo, la totalidad del universo, es una
expresi�n de la conciencia.
Presumiblemente, usted tuvo relaci�n con un maestro. �No tiene importancia ahora?
Todo nos remite al presente, pues s�lo el presente existe. Es ahora cuando hablas
del pasado. No hay pasado. Pasado y futuro no existen. Lo que llamamos pasado es un
pensamiento presente. El tiempo, como el espacio, son formas del pensamiento, un
estado de la mente.
En ese caso, �hay alg�n m�todo particular de pr�ctica que usted recomiende?
�Podr�a decirnos algo m�s sobre lo que entiende por escucha incondicionada?
Martin Buber pregunt� una vez a su hermano: �Dime d�nde sientes dolor; quiero
ayudarte�. Y su hermano replic�: �Si me amas, sabr�s d�nde me duele�. Somos
conscientes del dolor de aquellos a quienes amamos. �Qu� podemos hacer con ese
dolor?
Cuando mantienes una imagen de tu hermano como alguien que est� enfermo, te haces
c�mplice de su enfermedad. S�lo cuando toda proyecci�n cesa, existe la observaci�n
incondicionada y la conciencia total. Entonces todo lo observado aparece en ti, en
esa conciencia. No ves meramente el aspecto f�sico de tu hermano, sino tambi�n,
todos los niveles m�s sutiles y dejas de ser c�mplice de su dolor.
Todo pensamiento es una imagen y toda imagen estimula la afectividad. En otras
palabras, en el momento en que una imagen surge en la mente, conmociona todo tu
funcionamiento qu�mico y neurol�gico, y esto se traduce en una reacci�n. De manera
que lo que t� consideras dolor es una reacci�n evocada por la imagen que has
creado. Pero puede sorprenderte descubrir que cuando miras a tu hermano sin
proyectar ninguna imagen sobre �l, �l puede dejar de localizarse a s� mismo en un
lugar, en su cuerpo, en su dolor, en sus ideas. Le liberas, pues ya no tiene
necesidad de crear una imagen de s� mismo. Y una vez que esta incitaci�n a la
producci�n de im�genes ha desaparecido, la curaci�n sigue su curso natural.
�As� que tener compasi�n por alguien me hace c�mplice, dificulta el proceso de
curaci�n?
�Debemos entonces comprender que a pesar de la evidencia del dolor, �ste no debe
ser aceptado como una realidad?
En realidad, s�lo existe lo �ltimo. El momento de dolor apunta hacia esa realidad
�ltima; pon el acento sobre ella, no sobre el dolor.
S�. Pueden existir algunos trastornos moment�neos, pero el estado fundamental del
cuerpo es la salud. El verdadero m�dico encarna la salud total porque �l es salud.
Ayuda a la curaci�n del cuerpo yendo con �l. Muchas t�cnicas m�dicas o medicinas
modernas se oponen a la salud al contemplar el cuerpo como enemigo. No debe haber
ninguna violencia. Es importante que consideres tu cuerpo como un amigo que conoce
la salud perfecta.
�Est� diciendo que hay dos tipos de esfuerzo, uno de tipo volitivo y otro que
trasciende la voluntad personal?
Esta pregunta rehuye la verdadera confrontaci�n con uno mismo porque da validez a
la �persona�, a una apariencia en el espacio-tiempo. Debes primero comenzar por
encararte realmente contigo mismo, con tus miedos, tus deseos y tus reacciones, con
esto quiero decir que debes dejar de superponer tus propias reacciones y aceptar la
vida como te llega. El camino m�s seguro para descubrir la verdad es dejar de
ofrecerle resistencia.
La autoconciencia requiere un cierto grado de madurez que aparece de manera natural
cuando cuestionas tus motivos y deseos desde una actitud receptiva. Esperas la
respuesta. Esta actitud es una especie de recapitulaci�n de toda tu vida, sin
atracci�n-repulsi�n, agrado-desagrado. Observas, miras, tomas nota. En el momento
de la autoaceptaci�n est�s calmo. Permites que tus percepciones se desplieguen,
permites que tu dolor y tus deseos hablen, el ego est� ausente, pero t� permaneces
en calma. Ese es el momento de encontrar un maestro. Pero nunca la persona puede
encontrarle. El viene a ti porque est� esper�ndote.
�Se puede educar a un ni�o para que est� libre del yo?
Para liberar al ni�o de una imagen, debes primero estar libre t� mismo, libre de
toda cualificaci�n, particularmente de la imagen de ser padre. Preservar la imagen
de padre despierta la necesidad de cumplir todo lo que define a un padre y, a su
vez, tu hijo deber� cumplir todo lo que define su relaci�n contigo. Hay entonces
una especie de aprisionamiento rec�proco.
S�lo cuando el contacto no es ya entre dos im�genes, sino entre ser y ser, es
posible la comuni�n. Entonces hablamos de amor.
Constata que proyectas una imagen de ti mismo con todos sus obstaculizadores
atributos.
S�. Proyectas esa imagen con la ayuda de la sociedad. La sociedad mantiene ciertas
ideas sobre ti y su conducta respecto a ti est� basada en ellas. El reflejo para
crear una imagen de ti mismo como identidad independiente, separada, da a la
sociedad un lugar en que agarrarse. No des, pues, ning�n punto de apoyo a la
sociedad.
Lo que llamamos �iluminaci�n� es sencillamente comprensi�n de que no eres la
persona ni la imagen que la sociedad ha impreso en ti. La iluminaci�n es la visi�n
de que s�lo existe la nada no cualificada. En esta nada, eres libre, te sientes
libre, act�as libremente, piensas libremente. Pero, en tanto vives con una imagen
de ti mismo, s�lo hay miedo.
�Seguimos proyectando una imagen de nosotros mismos, a�n cuando estamos a solas?
Pero la mente est� siempre aferrada a algo. No comprendo c�mo puede llegarse desde
esta situaci�n a la libertad de la que habla.
NUEVO M�JICO.
AGOSTO DE 1980
No hay ning�n sistema, m�todo o t�cnica por el que puedas acercarte a la realidad.
Ella se revela por s� misma cuando toda t�cnica o sistema es abandonado y se ve la
futilidad de la volici�n. Entonces la mente alcanza un estado de entrega inocente.
Una t�cnica s�lo puede hacer a la mente m�s astuta e ingeniosa. Permanece en su red
y, aunque puedas tener la impresi�n de transformaci�n, de hecho est�s todav�a
inmerso en el viejo juego. Es un c�rculo vicioso.
Libertad, humildad y amor aparecen instant�neamente, nunca como la culminaci�n de
un proceso. La mente, el proceso de pensamiento, se desarrolla en t�rminos de
tiempo y espacio. Pero la conciencia silente no est� condicionada ni cualificada
por espacio ni tiempo. Por eso la mente limitada no puede alcanzar lo absoluto
mediante la expresi�n de s� misma. Tal clase de esfuerzo tiene como resultado la
perpetuaci�n del ego.
Si prestas atenci�n mientras hablamos, en ese mismo estado de atenci�n tu mente
experimenta una transformaci�n. Lo importante es el acto de escuchar, de observar
tu reacci�n a estas palabras. La escucha real envuelve la totalidad de tu ser y en
ella se disuelven las limitaciones del ego. La mente entra entonces en un estado de
m�xima atenci�n.
Respecto a tu pregunta, cualquier m�todo o t�cnica implica especializaci�n o
localizaci�n. Esta focalizaci�n sobre un elemento parcial nunca puede conducirte a
la totalidad. Cuanto m�s te especializas, m�s se reduce tu campo de visi�n, pero la
causa b�sica del conflicto en la psique no sufre alteraci�n ninguna. La
tranquilidad conseguida por medio de t�cnicas es s�lo superficial, la fuente
profunda del conflicto contin�a ah�.
�C�mo puedo actuar de manera que no origine una reacci�n ulterior, que no genere
karma?
�Qu� quiere decir cuando afirma que no hay actor en el hacer, hablar o escuchar?
En la acci�n que surge de la plenitud no hay actor que act�e, s�lo hay acci�n.
Est�s en acci�n, pero el yo est� ausente. Desde el momento en que el pensamiento
del yo aparece, comienzas a ser consciente de ti mismo y caes en el conflicto. En
ausencia de este pensamiento, no hay quien hable o escuche, ning�n sujeto que
controle un objeto. S�lo entonces hay completa armon�a y adecuaci�n a cada
circunstancia.
El intelecto es una defensa contra algo que rechazas o aceptas. Una vez que has
visto, desde la totalidad, la verdad de algo, no hay escapatoria. Vives con ello.
Con esta comprensi�n total, la mente no puede evitar el cambio y la transfiguraci�n
ocurre. Cuando el intelecto est� ausente, hay atenci�n total: escuchar y hablar
pueden acaecer de manera espont�nea, pero brotan de la realidad. Ya no hay
producci�n por parte de la mente. En la atenci�n silente, la mente est�
completamente vac�a y as� lo que se escucha penetra en profundidad. En un estado de
rechazo o de aceptaci�n, hay �nicamente un juego con las palabras, con la memoria,
con el intelecto. Pero en un estado de escucha silente no hay lugar para lo
correcto o lo err�neo, ni para la compensaci�n ni la conclusi�n. O se llega al
conocimiento de la comprensi�n intuitiva o no se llega.
Hazte consciente de los procesos de tu mente y de tu cuerpo y comenzar�s a
comprenderte. No hay diferencia entre comprender eso y comprender la totalidad del
universo. Tu percepci�n se abre completamente a la realidad en su plenitud.
�Tienes claro lo que quieres decir con �tiempo�? Es cierto que el hombre est�
siempre creando tiempo. El tiempo psicol�gico es un pensamiento basado en la
memoria. Es esencialmente el pasado y continuamente vivimos el pasado a trav�s de
ella. De hecho, lo que llamamos futuro es s�lo el pasado modificado,. El tiempo
psicol�gico no est� nunca en el ahora, sino que, como un p�ndulo, est� en constante
movimiento del pasado al futuro, del futuro al presente, en una r�pida sucesi�n.
Existe �nicamente en el plano horizontal del tener-devenir, placer-displacer,
codiciar-evitar, seguridad-inseguridad. Es fuente de miseria y conflicto. La
comprensi�n del tiempo y el espacio psicol�gicos es la v�a para meditar y vivir
arm�nicamente.
El tiempo cronol�gico, astron�mico, est� igualmente basado en la memoria, pero es
una memoria puramente funcional, libre de la intervenci�n del ego, de la voluntad.
Es esencialmente presente. Los sucesos acaecen en sucesi�n ordenada y puesto que no
hay movimiento entre lo que llamamos pasado y futuro, no hay conflicto.
La vida es presente, pero cuando pensamos lo hacemos en t�rminos de pasado o
futuro. Vivir en el ahora implica una mente libre de balances y recapitulaciones,
libre de las ideas de agarrar y competir. En el presente, no hay pensamiento; los
pensamientos est�n fundidos en la totalidad. Vivir el momento contiene todo posible
acontecer, de modo que no hay lugar para el tiempo. Todo puede resumirse en esto:
el tiempo es pensamiento y el pensamiento aparece en el tiempo. La belleza y la
alegr�a s�lo se revelan en el ahora.
Usted dice con frecuencia que actuar correctamente no guarda relaci�n con la
moralidad, sino que es algo que emerge naturalmente desde la espontaneidad. �C�mo
puedo llegar a esa espontaneidad?
Cuando permites que lo Supremo se haga cargo de ti, la espontaneidad es virtud, m�s
all� de la moral social y convencional.
Por lo que observo, parece que la atenci�n queda comprimida por el mundo objetivo,
o el as� llamado mundo objetivo, en los momentos en que se nos exige una actividad
intensa. Es como una m�quina que se obstruye si gasta demasiada energ�a. �Es este
excesivo consumo de energ�a la causa de que la atenci�n disminuya?
Pero parece que la actividad cotidiana est� siempre dirigida hacia alg�n resultado.
Se va al banco a sacar dinero, no se va all� de forma absolutamente libre.
Eso es verdad. El pensamiento puede ser funcional, puede ser calculado. Cuando
tengo que limpiarme mis zapatos, cepillarme el pelo, vestirme o sacar alg�n dinero
para vivir, �stas son acciones intencionadas y, obviamente, buscamos alg�n
resultado. Pero no estamos personalmente envueltos o emocionalmente implicados en
ellas. Simplemente, lo hacemos.
Esencialmente, no hay divisi�n entre el pensamiento pr�ctico, lo que debo hacer, y
el pensamiento intuitivo, pues el pensamiento intuitivo abarca la totalidad de la
situaci�n. Pero el aut�ntico pensamiento espont�neo surge s�lo cuando estamos
libres de deseo, de expectaci�n y anticipaci�n. Esto es lo que Heidegger llama
�espera sin espera�. Nada es buscado. S�lo hay ser, s�lo escucha sin proyecci�n de
nada que deba ser escuchado.
Usted dijo una vez que donde hay esfuerzo hay tensi�n. En mi opini�n, la tensi�n es
una forma de defensa. As� pues, cuando estoy tenso, �de qu� me estoy defendiendo?
Cuando hay un estado de identidad -miro la flor, soy la flor- cuando nombre y forma
desaparecen, �qu� es lo que me hace regresar como ser humano en lugar de como flor?
�cu�l es la naturaleza de este v�nculo?
El ser humano es una forma y un nombre; la flor es una forma y un nombre. Abandonar
la forma y el nombre significa abandonar tu cuerpo y tu mente. Lo que permanece es
la conciencia intemporal, que es lo que tienes en com�n con la flor. El ser humano
aparece en ti lo mismo que la flor. Cuando no piensas en ti mismo como hombre,
�d�nde est� el hombre?
Eres uno con todos los seres vivos y �stos aparecen en esa unidad. Hay distinci�n,
naturalmente, entre los seres humanos y los dem�s seres vivos, pero no hay
separaci�n. As�, tu cuerpo y tu mente aparecen en la presencia intemporal, pero lo
hacen s�lo como instrumentos.
La repetici�n s�lo cabe en la relaci�n sujeto-objeto. En otras palabras, las cosas
parecen conservar la misma forma, contin�an respondiendo al mismo esquema, s�lo
porque el yo, en cuanto sujeto-objeto, busca seguridad. Cuando esta b�squeda de
seguridad cesa, cuando est�s al margen de la posici�n sujeto-objeto, ves que toda
repetici�n es ilusoria.
�As� pues, en este estado no-cualificado aparece toda acci�n de manera espont�nea
sin referencia a tiempo ni espacio?
Hay una visi�n intuitiva, global, de la creaci�n, pero parece a veces que el actor
se pierda en su papel y no vea ya el drama en su conjunto. Cuando la visi�n es
fragmentaria, �c�mo puedo volver a la totalidad?
�Quieres decir que se olvida el plano de fondo? S�, cuando se olvida es preciso
regresar a �l. Es por esto por lo que no debes fijar esta clase de intuici�n. No
debes fijarla de forma intelectual. D�jala permanecer como una sensaci�n global.
Pero si pierdes esta sensaci�n global, esa totalidad, e intentas compensarlo con la
memoria, cometes un error. Esto les sucede a veces a los artistas. Tienen una
experiencia de percepci�n global y a partir de ah� se ponen al trabajo,
componiendo, pintando o escribiendo. Si pierden esa sensaci�n de la totalidad y la
compensan con el intelecto, con el pasado, con la memoria, su trabajo resulta con
frecuencia confuso; puede incluso llevarles a desistir.
Es de suma importancia no analizar la intuici�n. No fijarla ni encerrarla en una
estructura. No colocar barreras a su alrededor. Dejarla completamente abierta, para
que pueda vivir. Por supuesto, la realizaci�n de una intuici�n ocurre en un
espacio-tiempo y requiere la utilizaci�n tanto de tu cerebro como de tu cuerpo.
Pero el soporte de toda acci�n, de todo tu pensamiento, de toda la informaci�n
necesaria, es la intuici�n que subyace detr�s de la apariencia.
En un principio, la intuici�n puede estar referida a una conducta o una actividad
particular, pero llega el momento en que tienes una intuici�n de la totalidad de la
vida, en la que tu vida entera, pasado, presente y futuro, aparece. Como el
artista, no ves los detalles, pero sientes la tensi�n din�mica. Esta tensi�n no es
una reacci�n, sino algo tangible que sientes de la misma forma que sientes las
proporciones de esta habitaci�n.
Cuando no te identificas con una imagen, cuando tu observaci�n es inocente, sientes
el emerger de la vida. Pero en el momento en que abandonas esa observaci�n
inocente, en el momento en que te identificas con alguna imagen de ti misma, como
mujer, como profesional, como propietaria de tanto dinero y cosas por el estilo, en
ese momento est�s viviendo de nuevo en el c�rculo vicioso del tener y el devenir.
Supongamos que pasaste una semana en Suiza. Si estuviste presente sin etiquetar
nada, sin sacar conclusiones, entonces la impresi�n general volver� a ti en alg�n
momento. Y la impresi�n general te devolver� detalles. Pero si te identificas con
un detalle, nunca podr�s volver a la totalidad intelectual, un producto de la
memoria.
Cuando escuchas m�sica, cuando lees poes�a, esc�chala, l�ela. Entonces la alegr�a
est�tica brota de forma espont�nea. Debes evitar a toda costa el h�bito de tratar
de entenderlo, de apropi�rtelo. La actitud adecuada es estar constantemente
abierto, sin sacar conclusiones. La situaci�n surge y la acci�n ocurre. Y en esta
apertura la acci�n es perfectamente acorde con la situaci�n. Y puedes ver cosas que
nunca viste antes.
Esta corriente es muy importante, pues est� m�s all� de la pregunta y la respuesta.
De hecho, no hay significado sin esta corriente, pues permaneces todav�a fijado en
tus propias ideas e im�genes.
S�, pero tambi�n podemos decir que una vez que se est� presente a ella, ya no hay
ninguna pregunta.
Si tomamos el caso de alguien que no tiene maestro o que piensa que no hay ning�n
maestro, �puede esta corriente surgir por s� misma?
Te�ricamente s�, pero en la pr�ctica dir�a que no. Supongamos que ves una mosca en
esta habitaci�n. Cuando sigues los movimientos de la mosca en el espacio, tu mirar
es inocente, no calculador, pues no elaboras ninguna conclusi�n. Simplemente, miras
la mosca. Y si mantienes tu atenci�n durante un tiempo, puedes llegar a sentirte a
ti mismo observando, puedes encontrarte a ti mismo en la observaci�n. Esto produce
una sensaci�n de inmensa libertad en la que uno puede llegar a experimentar esa
corriente.
El maestro no apunta a la ausencia del proceso de pensamiento. Apunta a lo que est�
detr�s de ese proceso, detr�s del pensamiento y de la percepci�n. No enfatiza el
objeto observado, la mosca en el espacio, sino la observaci�n misma.
Generalmente, hay mucho de anticipaci�n en nuestra observaci�n. Pues mientras se
observa, se proyecta un resultado y se fija la atenci�n en ese objeto de
pensamiento. Pero la observaci�n aut�ntica es visi�n carente de pensamiento sobre
cualquier resultado y, en consecuencia sin tensi�n entre el observador y lo
observado. En esta disoluci�n de toda proyecci�n aparece la percepci�n original de
que lo observado est� en ti, no fuera. Y como no hay ning�n dinamismo entre el
observador y lo observado, no eres ya aprehendido por lo que observas, sino por la
observaci�n misma.
Pero esta clase de experiencia o corriente no puede ser integrada por la voluntad.
En el momento en que tratas de integrarla, es ya una proyecci�n. En cuanto dejas
que todo prop�sito se desvanezca, te sientes espont�neamente sereno y aut�nomo.
Debes examinar por qu� proyectas. Obs�rvalo. Todav�a quieres conseguir algo. El
deseo de obtener surge de la sensaci�n de carencia en tu interior.
�Dir�a usted que el maestro act�a mediante la sorpresa? �Es sorpresa la emoci�n que
se siente cuando de repente el maestro dice �no aqu�, sino all� o �ni aqu� ni all�.
O cuando dice �en ning�n lugar�. Desde el momento en que dices �en ning�n lugar�,
te sientes en la unidad.
En principio, la expresi�n �en ning�n lugar� puede parecer referida a un espacio
vac�o. Esto sucede con frecuencia. Si se pone el acento en el espacio vac�o, se
contin�a esperando que algo ocurra. Pero como nada sucede, al final nos encontramos
todav�a hambrientos.
No pongas el acento en la ausencia de algo. Debes decirte a ti mismo: �puedo ver
esta ausencia s�lo porque yo estoy presente�. Y si no objetivas esta presencia como
presencia, llegas a la atenci�n original, al silencio original. Desde el momento en
que dejas de poner el acento sobre la ausencia, hay una apertura y se produce un
intercambio m�gico entre gur� y disc�pulo.
�Es identidad la naturaleza de este cambio, de esta corriente?
S�. En ese momento no hay nadie que hable o ense�e y nadie que sea ense�ado. Est�s
por completo en el nivel intemporal. El concepto �muchos� no existe en la unidad,
sino s�lo pr�cticamente hablando. Puedes sentir esta corriente con una fuerza mucho
mayor en un grupo de gente que cuando est�s solo. Sin embargo, eres enteramente
arrebatado por esa corriente y en ese momento no hay �m�s� ni �menos�.
�Requiere confianza esa escucha pura? Cuando se oyen o incluso cuando se leen
palabras de alguien, �no es necesaria la confianza?
Entonces, �qu� se obtiene de esta forma? La escucha parecer�a ser el modo natural
de responder a la vida, pero algo sucede, de manera que cuando escuchas no posees
ya esa clase de confianza. Tiendes a querer proyectar tu propia opini�n, por eso no
puedes escuchar realmente al otro.
�C�mo sucedi� esto en su propia vida? �Cu�l fue la naturaleza de la relaci�n entre
su maestro y usted?
Pero no se puede realmente buscar un maestro, �verdad? Parece m�s bien que el
maestro llega.
Conoces momentos en tu vida en los que nada sucede, en los que nada toma forma en
tu imaginaci�n que pueda ser proyectado o anticipado. T� est�s ah� y nada ocurre.
Escuchas el silencio, escuchas ese no ocurrir nada y llega un momento en el que el
no-suceder te remite a la escucha en s� misma. En esta presencia a la escucha hay
libertad y perfecci�n, nada que a�adir o quitar. Pero debes estar maduro para ello.
Cuando buscas una experiencia, tu atenci�n queda restringida a una parte de la
totalidad. Centrando la atenci�n de esta forma, pones freno al movimiento de la
vida. Por eso, cuando dejas de buscar la experiencia, est�s abierto. La experiencia
es un proceso mental. Puedes verlo cuando lo experimentado llega a su fin. La
ausencia de cualquier objeto de conciencia te conduce a la conciencia misma.
En realidad, no existe un objeto en s� mismo, pues aparece s�lo en relaci�n a otros
objetos ya conocidos. Pero para conocer realmente algo, no debe haber referencia a
nada m�s, de manera que quede referido directamente a la conciencia en s� misma.
Pues todo objeto es una expresi�n del silencio.
Deber�as comprender que si una imagen emerge en tu mente y provoca una sensaci�n de
conflicto, este conflicto surge debido a que ves la imagen desde un determinado
punto de vista. Pero si no la nombras, si no la fijas y la dejas en total libertad,
la sensaci�n de conflicto se extingue. Cuando la imagen no est� ya confinada a una
opini�n y es contemplada en su totalidad, cuando la ves desde este plano de fondo
de la totalidad, aparece entre otras muchas en perfecta simultaneidad y te devuelve
a la conciencia silente. En ese momento hay transformaci�n.
Si intentas eliminar el conflicto mediante el an�lisis, mediante la comparaci�n de
esta imagen con otras im�genes, sigues estando en un proceso mental y la mente
jam�s podr� cambiar a la mente. La transformaci�n tiene lugar cuando la imagen
creada por un punto de vista es liberada de esta restricci�n y contemplada en la
integridad de su entorno.
La visi�n total no tiene sujeto ni objeto. T� eres la totalidad. En esta visi�n
global no est�s ya en el proceso mental ordinario, en el h�bito del pensamiento.
Est�s abierto a lo que Ren� Gu�non llama la �Posibilidad Total�. En otras palabras,
lo que los psic�logos describen como el inconsciente y el superconsciente ascienden
a la superficie. Hasta que esto sucede, permaneces �nicamente en el c�rculo vicioso
de la memoria.
Por ejemplo, al observar tu cuerpo, sientes primero el nivel superficial de tensi�n
y contracci�n. Tan pronto como sientes esto, penetras en un nivel m�s profundo, en
el cuerpo original, donde no existe ya complicidad para agarrarte a algo o para
localizarte a ti mismo en alg�n lugar. Una vez has dado a tu cuerpo la oportunidad
de ser cuerpo, una vez has cesado de proyectar esquemas, la naturaleza
incondicionada del cuerpo aparece en tu conciencia. Heidegger llama a esta forma de
visi�n �espera sin espera�, una espera sin objeto.
En la espera sin expectaci�n aparece tu vida real, pero no puedes llegar a ella por
medio de la voluntad, pues entonces ser� meramente una repetici�n de tu memoria. La
conciencia est� encubierta por la volici�n, por la permanencia en el proceso del
desear y el devenir.
Debes perderte a ti mismo en la espera sin objeto. Cuando lo haces, renuncias a
tomar, renuncias a hacer, renuncias a crear. Entonces, espont�neamente, la vida
crea en ti. Entonces vives en una corriente enteramente diferente.
Pero cuando esto sucede, no hay nadie a quien le suceda. En la conciencia
intemporal no hay nadie.
Cuando hablas de dolor, alguien sufre ese dolor, un �alguien� que aparece desde el
silencio. El dolor es una percepci�n que generalmente intentamos eludir mediante un
r�pido proceso de conceptualizaci�n. Como el concepto de dolor y su percepci�n no
pueden suceder simult�neamente, debemos abandonar la idea y sentir la sensaci�n
pura. Al tomar conciencia de la situaci�n, al ser conocedores de ella, salimos del
dolor o m�s precisamente, el dolor queda en nuestra observaci�n, en nuestro siempre
presente silencio.
Hay varias formas de relacionarse con el dolor. Generalmente tendemos a eludirlo o
a dirigirlo de alguna manera, pero entonces quedamos enredados en �l mediante el
esfuerzo de la voluntad. Cuando sencillamente observamos y permitimos que el dolor
se exprese, la energ�a fijada como dolor se hace fluida. En la mirada pura no hay
nadie, ning�n ego que dirija, y esta energ�a, no encontrando lugar en el que
localizarse, se reintegra a la totalidad.
Es importante aprender a vivir con el dolor. Nunca lo conceptualices. Te pondr� un
ejemplo de lo que quiero decir. Si te sientes cansado y te dices a ti mismo �estoy
cansado�, te identificas instant�neamente con la fatiga. Esta identificaci�n te
hace c�mplice de ese estado y por tanto lo sustentas. Pero si te tumbas y dejas a
la fatiga en libertad para expresarse, se convierte en objeto de observaci�n. Y
cuando dejas de ser su c�mplice, el sentimiento de cansancio se desvanece
r�pidamente y te sientes completamente descansado.
Cuando despierto por las ma�anas, siento a menudo como si hubiera una substancia
densa que debo atravesar para despertarme realmente. �Por qu� me siento tan
cansado?
�Es tambi�n algo condicionado lo que nos hace pensar que necesitamos ocho horas de
sue�o cada noche?
S�. En ocasiones, lo que has pospuesto durante el d�a sale en forma de sue�os.
Lo que aparece durante la meditaci�n son residuos del pasado. Estos residuos son
energ�a localizada mediante asociaci�n de ideas, energ�a movilizada contra el miedo
y la inseguridad. Mantente como testigo de todo ello. Al mantenerte como observador
sin hacer ninguna elecci�n, la atenci�n es inmotivada y todo condicionamiento se
apacigua. Puedes ver que el consciente, el inconsciente y el superconsciente
ascienden, pero estos no son lo nuevo, sino el pasado. D�jalos emerger, pero
mantente como observador.
Inicialmente, el observador es tambi�n un objeto de percepci�n. Pero m�s tarde,
incluso este observador se disuelve en el silencio. Entonces, t� eres silencio,
intemporalidad tanto en presencia como en ausencia de tiempo.
�Qui�n es ese yo que tiene miedo? Es el ego, la imagen que tenemos de nosotros
mismos. Se desvanece en el momento que la dejas ir, en el momento en que la
observas. En la observaci�n pura no hay lugar para la imagen del yo. As� pues,
d�jala ir. S� absolutamente libre respecto a cualquier situaci�n.
Mira el mecanismo del miedo. Ve lo que est� detr�s de este miedo, las asociaciones
que te han llevado a ese estado. Sientes una sensaci�n y la calificas de �miedo�.
Proyectas una imagen de un yo que siente miedo. Luego colocas esta imagen en una
selva oscura ante un le�n enorme.
La proyecci�n de ti mismo como hombre, como una determinada personalidad, hace
surgir el miedo porque la personalidad necesita una situaci�n para existir. Muchos
de nosotros preferimos sufrir, preferimos prolongar una situaci�n sin esperanza
porque ello proporciona al yo un punto al que aferrarse. Si el yo no tiene algo en
que agarrarse, muere. �Y debemos acostumbrarnos a morir!
Contempla cada nueva situaci�n sin referencia a una antigua imagen de ti mismo.
Cuando dejas de proyectar una persona, una imagen de ti mismo como hombre, como ser
inteligente, como dotado de una cierta personalidad, como teniendo m�s o menos
amantes, etc., �qu� sucede? Est�s calmo y vigilante, pero no vigilante a algo.
Entonces la situaci�n no queda referida a una imagen, sino a la conciencia global.
Cuando tienes miedo, el yo queda envuelto en este miedo y no puede dejarlo marchar
de forma intencionada. Esta imagen del yo se desvanece desde el momento en el que
el yo se convierte en percepci�n. Y como el miedo necesita el est�mulo de una
imagen para existir, cuando desaparece la imagen desaparece el miedo.
La idea de ser una entidad individual y separada es incorrecta. No existe una
identidad independiente. Eres uno con las estrellas, con la luna, los animales, las
plantas y las piedras y tambi�n con la sociedad. No tienes existencia independiente
de la totalidad.
Nada que hacer. Cuando mires en profundidad ver�s que todo �hacer� es reacci�n.
S�lo la pura observaci�n inmotivada est� vac�a de reacci�n pues no hay nadie que
reaccione. Entonces toda acci�n es espont�nea, momento a momento.
(Largo silencio)
No debes llegar a ninguna conclusi�n en estos di�logos que mantenemos. Hablar es,
m�s o menos, un pretexto. El verdadero perfume est� en el silencio.
La tensi�n surge cuando te centras en una parte espec�fica del cuerpo. Esta es la
tensi�n funcional en la que la sensaci�n global del cuerpo es encubierta por una
idea y es a esto a lo que llamamos �localizaci�n�. Nunca puedes ir desde esta parte
fraccionaria a la percepci�n de la totalidad.
Cuando dejes emerger la sensaci�n corporal, sentir�s ciertas zonas contra�das y
tensas. Pero si mantienes la sensaci�n global, estas zonas perder�n su localizaci�n
y se reintegrar�n en la totalidad. Entonces el cuerpo aparece en su verdadera
naturaleza, como energ�a desprovista de tensi�n y de memoria; entonces ya no hay
restricci�n y el cuerpo adopta la postura adecuada sin esfuerzo.
Este es el �nico m�todo para adoptar una postura correcta. Si tratas de realizarlo
mediante el esfuerzo, si te dices a ti mismo �debo sentarme derecho�, la postura
natural se bloquea por una reacci�n muscular a esta idea. Tu cuerpo conoce su
posici�n real y te invitar� a regresar a ella. As� pues, d�jala que llegue a ti.
En primer lugar, acepta la posibilidad de que eres perfecto. Tu cuerpo vive en ti,
en la perfecci�n original y, naturalmente, no hay nada que a�adir a la perfecci�n.
Pero te identificas con la imperfecci�n. Desde el momento en que te ves alimentando
constantemente una imagen de imperfecci�n, est�s fuera del proceso.
No hay nada que hacer en el camino de la perfecci�n, nada que alcanzar, nada que
agarrar, nada que realizar. Tratar de alcanzar algo indica que est�s mirando desde
una perspectiva equivocada, desde el err�neo punto de vista de haber perdido la
perfecci�n, tu naturaleza original.
Si te contara c�mo he realizado el ser real, eso ser�a tan s�lo una distracci�n
para ti, pues nada podr�as hacer con esa informaci�n. Tu pregunta es mera
curiosidad. Pero si diriges una mirada en profundidad al motivo que te induce a
preguntar eso, ver�s que la ra�z es la inseguridad.
Cuando el maestro espiritual con el que estoy trabajando comparti� sus experiencias
conmigo, qued� afectado por el hecho de que no hubiera ninguna experiencia que
estableciera diferencias. Y eso me abri� muchas puertas�
Pero llegas a algo mucho m�s profundo cuando te preguntas: ��cu�l es el motivo para
preguntar esto?� Detr�s de la pregunta est� la imagen que tienes de ti mismo. Una
imagen caracterizada por la inseguridad y el miedo. Observar este miedo te coloca
fuera. Por eso la pregunta es una distracci�n, una forma de escapar a ti mismo.
La persona, el ego, que siempre est� buscando distracci�n, formula la pregunta. Haz
de esta imagen del yo un objeto de observaci�n. La persona es �nicamente energ�a
proyectada en el espacio-tiempo; es discontinua. Sientes c�mo el objeto, la
persona, aparece en tu conciencia y entonces el deseo de identificarte con una
imagen proyectada se extingue.
A veces he tenido la impresi�n de que para comunicar con otro tengo que pasar a
trav�s de la personalidad y quisiera dejar esta personalidad a un lado.
Podemos comprender lo que ahora est� diciendo, pero pasado alg�n tiempo lo
olvidamos. �Es �til leer libros o es mejor descubrir las cosas por nosotros mismos?
�Pueden ayudarnos los libros a ver las verdades que no hemos vivido todav�a?
Los libros s�lo pueden proporcionar un conocimiento de segunda mano, mientras que
lo esencial es llegar a un conocimiento de primera mano.
Entonces, �qu� podemos hacer para prepararnos? �Podr�amos meditar sobre algo?
�Hay algunos momentos del d�a que sean especialmente indicados para esta clase de
observaci�n?
S�. Puede haber momentos en los que est�s m�s disponible. El mejor momento es por
la ma�ana, justo al despertar. No eres t� quien despierta, sino el cuerpo el que
despierta en tu conciencia. Por eso, cuando est�s alerta, ves c�mo el cuerpo
retorna a sus viejos esquemas. Cuanto mayor es la frecuencia con que el cuerpo se
te presenta globalmente como una sensaci�n, m�s frecuentemente tambi�n la memoria
org�nica se va haciendo cargo de �l. Durante el d�a, cada vez que introduces tus
habituales esquemas de contracci�n, la memoria org�nica de la totalidad te devuelve
a la sensaci�n global y llega un momento en el que ya no regresas a la imagen
fraccionada de tu cuerpo.
Pero nada sucede cuando intentas hacer que suceda. La mera intenci�n de hacer que
algo ocurra bloquea su expresi�n espont�nea. La intenci�n hunde sus ra�ces en el
miedo y en la inseguridad. Toda esa energ�a condicionada debe llegar a detenerse.
La mente debe quedar en suspenso. S�lo una actitud de no-interferencia puede llevar
a su fin el proceso de la memoria mec�nica y todos los condicionamientos que la
acompa�an. Entonces la original energ�a incondicionada sale a la superficie.
Generalmente, s�lo conocemos conceptos, pero no conocemos el silencio. El valor de
la pr�ctica de la meditaci�n reside en que nos ayuda a familiarizarnos con el dejar
ir, con la quietud. Cuando la mente deja de interferir, s�lo hay silencio; y de
�ste, aflora la creatividad. Pero en cuanto caemos bajo el hechizo de la voluntad,
s�lo hay repetici�n. Cuando miramos a nuestros amigos o a nuestro entorno, s�lo
vemos nuestras proyecciones, nuestras superposiciones, no vemos el mundo como es.
As� pues. el primer paso es reparar en que realmente no vemos, en qu� proyectamos
nuestros miedos y nuestras esperanzas sobre todo lo que nos rodea. Para verlo,
debes estar en silencio. Cuando se vive este silencio nada es repetitivo y quedar�s
sorprendida por todo lo que entonces surge.
�Qu� es lo que nos lleva a mirar siempre las percepciones y los conceptos como
objetos?
�Qu� me sugiere que haga con la observaci�n de que el contexto b�sico de mi vida es
la ira? Soy consciente de que soy col�rico, pero eso no me hace cambiar. A veces,
lo sustituyo por alg�n otro estado y la ira desaparece moment�neamente, pero m�s
tarde regresa.
Cuando dices �estoy col�rico�, esta c�lera es un concepto y no puedes hacer nada
con la idea de c�lera. No te dejes envolver en el concepto. La ira es una
percepci�n, una sensaci�n en tu cuerpo y en tu mente. Permanece con la percepci�n;
quiero decir con esto que aceptes totalmente la sensaci�n de estar col�rico. En el
momento de la aceptaci�n no hay lugar para alguien que acepta y la complicidad con
la c�lera cesa autom�ticamente.
En realidad, la ira es �nicamente energ�a localizada como un estado, una idea. Al
principio, se localiza ocasionalmente y luego m�s frecuentemente hasta que est�
constantemente presente y te identificas con ella.
�Se necesita esfuerzo para seguir el camino que usted propone? Personalmente,
siento que tengo cada vez menos energ�a para hacer un esfuerzo en cualquier
direcci�n.
No puedes hacer un esfuerzo sin tensi�n. Pero, �por qu� hacer un esfuerzo? S�lo
porque buscas lograr alg�n resultado fuera de ti mismo. Desde el momento en que
sabes verdaderamente que lo que buscas es tu naturaleza real, pierdes las ansias de
luchar. Date cuenta en primer lugar de que continuamente est�s realizando esfuerzo.
En cuanto te haces consciente de este proceso, est�s ya fuera de �l. Y entonces
puede aparecer la percepci�n original de que realmente eres silencio.
�No es esto proyectar un objetivo para quien nunca ha tenido esa experiencia? Yo
nunca he visto sin un objeto o sin proyectar mi propia imagen sobre un objeto, sin
embargo, s� que existe una forma de ver en la que no se ven s�lo las im�genes
creadas por la mente� Y entonces c�mo�
�C�mo ir m�s all�? Pero conoces momentos de tu vida en los que hay s�lo visi�n sin
que nada sea visto. Supongamos que tienes un problema. Est�s inmerso en �l y llega
un momento en el que el problema queda completamente resuelto. Hay entonces una
total satisfacci�n, sin ning�n deseo de a�adir o quitar nada. Cuando un deseo se ve
realizado, te colocas en un estado de completa carencia de deseo en la que ni el
sujeto que desea ni el objeto deseado est�n presentes. Ni siquiera puedes decir que
hay felicidad, pues t� eres felicidad. Pero despu�s de vivir esta experiencia, ves
c�mo el ego se apresura a reclamar el momento para objetivarlo y convertirlo en una
especie de caricatura, semejante al payaso que en un circo reclama la ovaci�n del
p�blico a�n cuando no sea �l el artista principal.
S�. Si est�s muy alerta, puedes detener la pulsaci�n. Percibirla antes de que se
transforme en pensamiento reduce las vibraciones del cerebro y as� se acalla la
agitaci�n mental y f�sica.
Deber�amos ver que tanto el �hacer� como el �no-hacer� son igualmente �hacer�. Este
proceso de tener y querer ser cesa �nicamente cuando escuchamos, pues nuestra
naturaleza verdadera es la escucha. Los estados de vigilia, sue�o con sue�o y sue�o
profundo son superposiciones sobre la escucha pura, que no est� referida ni al que
escucha ni a lo que es escuchado. Todos los estados aparecen en la escucha. Por
eso, cuanto m�s presente est�s en la escucha, m�s presente se har� tambi�n la
actitud de dejar ir el hacer y el no-hacer.
Habitualmente, cuando hablamos de escucha, queremos dar a entender el hecho de
prestar atenci�n a algo en particular. Pero cuando yo hablo de escucha, estoy
hablando de una escucha que se refiere s�lo a s� misma. Es como cuando alguien
pregunta: ��Qu� tienes en la boca?� T� dices: �Nada�, pero en realidad tienes el
sabor de tu boca. Puede no haber en ella nada salado, azucarado o �cido, pero el
sabor de tu boca est� presente. La escucha pura tiene su propio sabor.
A veces, un rato despu�s de escucharle, siento que no puedo recordar nada de lo que
usted ha dicho.
Bastante a menudo hay cosas de las que usted dice que me llegan de forma especial y
se fijan en mi mente. Por ejemplo, hace unos d�as usted dijo: �Date cuenta de que
est�s continuamente construyendo�. Esto me viene a la mente con frecuencia.
Pero t� no has hecho ning�n esfuerzo por recordarlo. Viene a ti. Es muy poco lo que
realmente podemos recordar de forma consciente. Piensa en todas las experiencias
que has tenido a lo largo de tu vida y lo poco que de ellas recuerdas. Has olvidado
ya el sentimiento con el que te despertaste esta ma�ana o lo que comiste ayer o lo
que has estado pensando a las tres.
Cuando disminuye la vibraci�n del cerebro es posible recordar cosas que han sido
olvidadas por la memoria ordinaria. Con una baja frecuencia de estas vibraciones,
el individuo puede incluso recordar una encarnaci�n anterior. Pero las experiencias
de este tipo son, m�s o menos, distracciones, formas de sustentar la idea de la
persona. Aunque se reduzca la frecuencia de las vibraciones del cerebro,
continuamos identific�ndonos con el ego. Por otra parte, la tensi�n todav�a surge
cuando se ha realizado el S� mismo. Pero alguien que vive en el S� mismo con pleno
conocimiento, est� fuera del proceso del devenir; por eso las funciones de su
cerebro y de su cuerpo son completamente diferentes a las de alguien que no ha
realizado el S� mismo.
Pero en el momento de la unidad se es uno con todo, �no es cierto? �O se puede ser
uno con el p�jaro y no ser uno con todo lo dem�s?
Eres s�lo ser. Cuando abandonas el nombre y la forma del hombre que ves, �qu�
queda? El hombre real aparece y ah� hay unidad. En el instante en que abandonas la
forma, abandonas el cuerpo. En el instante en que abandonas el nombre, abandonas la
mente. As�, s�lo el ser permanece y el ser es indivisible. Es la corriente de la
que anteriormente hablamos. Cuando esta corriente est� presente, no hay ya fijaci�n
ni repetici�n, s�lo el reflujo y el fluir de la creatividad.
LONDRES.
NOVIEMBRE DE 1982
Lo que percibe es una facultad, una cualificaci�n, que existe en el momento en que
hay una percepci�n en el espacio-tiempo. Sin percepci�n no hay perceptor. Ambos son
movimientos de energ�a en el espacio-tiempo y ambos surgen y se disuelven en la
conciencia, lo �nico que es intemporal.
El perceptor y lo percibido son algo as� como herramientas. instrumentos de la
conciencia. Todo lo que aparece es expresi�n de la conciencia.
No. Lo que buscas es s�lo memoria, algo que ya conoces y valoras como deseable.
Todas estas cosas que nombras son atributos, superposiciones a la conciencia pura.
Se alcanza una m�s profunda comprensi�n cuando ves que en el momento de obtener la
cualidad deseada no hay ni cualidad-objeto ni sujeto que la experimente. En ese
momento s�lo hay unidad no cualificada. Es �nicamente despu�s de abandonar esa
unidad cuando buscas una causa y dices: �La causa de la alegr�a era la cualidad que
alcanc�. Pero en el momento de vivir la unidad no hay lugar para ninguna cualidad,
para ning�n objeto cualquiera que sea.
Es nuestro aut�ntico deseo, s�. La aparici�n de cualquier otro deseo es m�s o menos
debida a la carencia de discernimiento. El deseo es un esfuerzo para obtener
compensaci�n, la b�squeda de una forma de colmar el sentimiento de vaciedad en ti
mismo. As�, cuando este esfuerzo cesa por un momento y el objeto deseado es
alcanzado, hay un instante en el que vives en la unidad, en una alegr�a suprema,
pero esta alegr�a no tiene causa. Y ese instante ni siquiera puede ser llamado
instante, pues es intemporal.
Cuando vives sin programar, sin imagen o sin idea de ser alguien, no hay karma. �A
qui�n pertenecer�a el karma? Deja el problema del karma. Aband�nalo. Esta idea te
proporciona un asidero sobre la existencia de alguien que no existe. Cuando est�s
completamente calmo, �d�nde est� la imagen de ser alguien? Cuando el reflejo de
identificarte con una imagen desaparece, queda la certeza de que la entidad
personal no existe. Hay s�lo unidad. Entonces est�s libre del karma, pues el karma
pertenece a alguien. Pero cuando te incorporas la imagen de una personalidad, de un
hombre, de ser esto o aquello, en ese momento, est�s ligado al karma.
�Podr�a darme un ejemplo concreto de lo que significa identificarse con una imagen?
�Esta experiencia del silencio de que usted habla est� pr�xima al sentimiento y la
alegr�a del amor?
Dice usted que debemos aceptarnos a nosotros mismos, nuestros cuerpos, capacidades,
personalidad y dem�s. �Qu� sucede despu�s de eso?
Usted dijo hace unos d�as que primero se conoce el silencio objetivado y m�s tarde
se llega al silencio real, que no est� en la relaci�n sujeto-objeto. �C�mo se va
m�s all� del silencio objetivado?
La imagen ya no est� all�, pero t� s�. No tenemos consciencia de los objetos porque
no hay objetos, pero el sue�o profundo es un estado como cualquier otro en el que
entramos y salimos. Cuando estamos inmersos en estos estados, olvidamos al
perceptor �ltimo, la conciencia. El sue�o profundo est� �nicamente referido a las
facultades corporales y mentales. La conciencia no duerme nunca.
Si la conciencia nunca duerme, �c�mo es que no somos conscientes del sue�o profundo
como percepci�n, de la misma forma que somos conscientes del estado en blanco?
En los estados de vigilia y de sue�o con sue�os somos conscientes de los objetos.
En el sue�o profundo no hay objeto. Pero en ninguno de los tres estados somos
conscientes de nuestra conciencia. Es un olvido.
S� �cu�ndo?
Ese deseo procede directamente del no-estado. As� pues. �c�mo estar convencido de
que el deseo procede �nicamente del no-estado y no de cualquier otro est�mulo? �Es
�sa tu pregunta?
El deseo surge cuando sientes en ti mismo una limitaci�n. Deber�as observar los
momentos en que te sientes sin restricci�n, sin deseo, completamente libre. En esos
momentos de carencia de deseo hay plenitud y en esta plenitud no hay lugar para una
imagen de persona o de un objeto deseado. Est� m�s all� de los l�mites de la
relaci�n sujeto-objeto. Pero despu�s de dejar este silencio, el yo salta y reclama
esta �experiencia� para �l mismo. Dice: �Yo he tenido una experiencia de felicidad,
su causa fue mi nuevo coche� mi nueva situaci�n� mi nueva esposa�. Pero despu�s, la
nueva esposa o el nuevo coche, pueden dejarle completamente indiferente. �No es
�sta la prueba de que el no-estado sin deseo no est� realmente ligado a ning�n
objeto? Y entonces llegas a la convicci�n de que la carencia de deseo es tu
naturaleza real, de que nada �exterior� puede llevarte al no-estado. Es muy
importante comprender esto.
En contacto con alguien que vive en el no-estado y que es completamente aut�nomo,
puedes sentir esta autonom�a como una sensaci�n de quietud, de no-agitaci�n, que
provoca una reorganizaci�n de tu energ�a. Y como tu habitual estado de agitaci�n
encubre y oculta el no-estado, este breve per�odo sin agitaci�n puede darte un pre-
sentimiento de tu propia autonom�a.
Usted habla de un sentimiento de limitaci�n como origen del deseo, �podr�a decir
algo m�s sobre ese sentimiento de ser-limitado?
No regreses al pasado. Mira c�mo funcionas ahora. Ve simplemente que hay miedo en
ti, pero no intentes explicarlo o analizarlo. Rem�telo a la percepci�n original, a
su localizaci�n en el cuerpo y dale total libertad. No trates de dirigirlo,
rechazarlo ni escapar a �l. Da a la percepci�n la plena oportunidad de ser
percepci�n.
Hay muchas partes del cuerpo que no sientes. Puedes sorprenderte al descubrir que
no sientes la zona de los hombros o del cuello. Permite que estas partes se
expandan, que sean s�lo sensaci�n. Entonces, la parte en la que el miedo se ha
localizado no est� ya limitada a ser un elemento fraccionario sino que se integra
en la sensaci�n global del cuerpo.
El cuerpo es s�lo energ�a. Cuando hay una tensi�n, cuando hay reacci�n, la energ�a
se hace est�tica, se fija como una forma de defensa. La conciencia disuelve esta
fijaci�n.
Incluso aunque comprendamos lo que esto significa, no podemos actuar seg�n esta
comprensi�n en nuestra vida diaria. Piensa c�mo vives tu vida. Vives tu vida, tus
actividades y relaciones de la misma forma que vives con tus muebles, sin verlos,
pues has crecido con ellos y te has acostumbrado a su presencia. Es muy interesante
ver realmente qu� significa actuar seg�n tu propia comprensi�n.
S� consciente, rnantente atento, sin tensi�n, libre de cualquier estrategia e
intenci�n. Cuando no vives desde la memoria no hay repetici�n. Tu visi�n es
completamente nueva. El silencio nunca nos abandona. Somos nosotros quienes le
abandonamos.
�Qu� quiere decir con la expresi�n �conciencia multidimensional�? �Es lo que sucede
cuando se est� simult�neamente consciente de lo que ocurre dentro y fuera de uno
mismo?
Tan pronto como calificas un objeto con un nombre y una forma, est�s implicado en
�l. Pero cuando tu atenci�n est� abierta, el objeto aparece en la conciencia.
Sientes un espacio entre la observaci�n silente y lo observado y esta relaci�n
espacial libera la energ�a que hasta entonces estaba localizada por el proceso de
la conceptualizaci�n. De esta forma eres simult�neamente consciente del objeto, que
vive en ti, y de tu propia conciencia.
El primer paso es llegar a ser consciente de ti mismo en tu vida diaria. Mantente
en relaci�n con el ver y el vivir sin calificar, sin poner etiquetas sobre lo que
ves. En cuanto se desvanece el reflejo de interferir en lo observado y la
percepci�n no es ya dirigida o constre�ida, se convierte en algo vivo, sin
fronteras, multidimensional. En esta apertura no hay identidad personal, ni imagen
de alguien, s�lo libertad total. No puede buscarse o conseguirse pues es tu
verdadera naturaleza, a la que toda percepci�n apunta.
En una de sus charlas, usted dijo que hay una unidad esencial entre todos los seres
vivos. Me resulta dif�cil de entender, pues mi experiencia consiste en ver las
formas y las apariencias de los seres como independientes unas de otras.
Podr�amos decir que cuando te encuentras por vez primera con alguien, te encuentras
realmente contigo mismo, pues el vac�o en ti es el vac�o de todo ser vivo. Los
objetos aparecen en el espacio, pero el espacio no es afectado por ellos. Cuando
abandonas la conciencia de ser, toda relaci�n, si es que todav�a podemos hablar de
relaci�n, se desarrolla entre objeto y objeto. Pero un objeto necesita un agente,
la conciencia, para existir. Como no tiene ninguna existencia aut�noma, un objeto
vive siempre en la inseguridad. Por eso, en una relaci�n tal, cada objeto busca
sentirse seguro, sentirse amado. Hay s�lo aprehensi�n, s�lo inter�s propio. Cada
uno pretende tomar algo del otro.
Yo dir�a que hay que vivir con la perspectiva de la observaci�n silente. Deja que
�sta sea el plano de fondo de tu vida. Es como en el caso del artista. Un pintor es
siempre pintor, en cada momento. El vive en el pintor. El ve al pintor. El m�sico
escucha la m�sica en cada momento. Debes vivir continuamente en ese silencio como
tu plano de fondo.
�Qu� relaci�n tiene esto con el conocimiento cient�fico? �Hay alg�n lugar para este
tipo de conocimiento?
Repara en que eres desagradable. Desde el momento en que hay observaci�n de ser
desagradable, te sientes completamente impersonal y surge la acci�n espont�nea.
Pero qu� forma puede tomar esta acci�n, no puedo decirlo.
[Larga pausa.]
Cuando hablo de escuchar no quiero decir escuchar con los o�dos, de la misma forma
que cuando hablo de ver no quiero decir ver con los ojos. La escucha no tiene tal
restricci�n. Oyes con los o�dos, naturalmente, pero lo que entra por tus o�dos va
directamente a tu conciencia. Al no haber proyecci�n de un resultado, est�s
completamente abierto. Cuando, por ejemplo, escuchas m�sica, la escuchas con todo
tu cuerpo.
Hay que acostumbrarse a escuchar. Al principio, ver�s que no escuchas. Puedes creer
que est�s escuchando pero es como si entraras en esta habitaci�n y s�lo vieras los
flecos de la alfombra. Piensas que ves la alfombra entera, pero realmente s�lo
est�s viendo los flecos y completas el resto con la memoria.
Un ni�o ve una parte de la mesa y pregunta a su padre: ��Qu� es esto?� El padre
responde: �Es una mesa�. As� el ni�o aprende el nombre de este objeto. Como no
puede verlo �ntegramente de manera inmediata, lo recorre de extremo a extremo en
sucesivas miradas. La experiencia de la mesa completa podr� requerir una docena de
miradas. Y cada mirada, cada punto de vista fragmentario se va fundiendo con el
siguiente. El ni�o aprende los objetos de esta manera. Pero como adulto que eres,
cuando entras en esta habitaci�n y ves una parte de la alfombra, instant�neamente
asumes que esto es una alfombra.
�Qu� puedo hacer para escuchar m�s profundamente? Lo intento pero me distraigo.
Entonces no hay nada que conocer, pues estamos ya all�, s�lo que lo olvidamos y
jugueteamos con los objetos�
Los objetos nos resultan demasiado atractivos. Pero, a veces, recuerdas y regresas.
Ello requiere una cierta madurez. Cuando en Navidad llevas a un ni�o por las
tiendas, se siente tan atra�do por los juguetes que olvida a su madre. Pero llega
un momento en que, de repente, la recuerda. Lo mismo te sucede a ti.
Una vez que se despierta a la realidad �ltima, �se est� permanentemente en ella?
�Se vuelve al estado del so�ar, que es el mundo en que vivimos la mayor�a de
nosotros? �Se regresa siempre a alguno de los estados?
Los estados aparecen en ti. Los tres estados de vigilia, sue�o con sue�o y sue�o
profundo viven en ti, pero t� eres completamente libre.
Todo objeto apunta a lo supremo. Si hablamos de razones, podemos decir que la �nica
raz�n del mundo objetivo es apuntar hacia lo �ltimo. Aunque todo objeto apunta
hacia lo �ltimo, hay algunos que lo hacen de manera especial, como ocurre con el
arte, la m�sica, la pintura, la escultura, la poes�a. El arte o la belleza son el
j�bilo de lo supremo por su propia realidad.
La palabra �emoci�n�, para m�, est� en relaci�n con el S� mismo, mientras que
emotividad y afectividad est�n relacionados con el ego. La emotividad y la
afectividad est�n siempre tomando, mientras que la emoci�n y el afecto siempre dan.
Preg�ntate qu� te ha tra�do aqu� esta noche. �Cu�l fue el motivo que te impuls� a
venir aqu�? Podr�a ser que echaras algo en falta, tal vez sintieras una necesidad
de libertad, un deseo de paz. Pero �no es una huida el venir aqu�? �no est�s
dejando a un lado lo que podr�as hacer en cualquier momento, es decir, afrontar esa
necesidad?
M�ralo, pero mira sin buscar compensaci�n, sin intentar controlarlo, sin querer
modificarlo. Ve al encuentro de esa carencia sin tratar de justificarla. En el
momento de la visi�n, la proyecci�n cesa. El proceso de la memoria se detiene. Te
encuentras en silencio, en libertad, en paz.
Has pospuesto lo que pod�a haber ocurrido si te hubieras quedado en tu casa. No
busques razones para aplazar lo que puede ser ahora.
Mirar en ti mismo es pr�ctica. Ver con precisi�n las diversas clases de im�genes
con las que vives cada d�a es pr�ctica. Ver tu cuerpo a la defensiva, reaccionando,
es pr�ctica.
Estar con otras personas en silencio aporta un cierto est�mulo. En cualquier caso,
es hermoso compartir el silencio. Es una forma completamente nueva de comunicaci�n.
Dir�a incluso que es la �nica comunicaci�n real, porque en el silencio no hay
muchos, s�lo hay uno.
Desde luego. hay una parte t�cnica, pr�ctica, en la construcci�n de una casa, pero
tambi�n esto concierne a la espontaneidad. En otras palabras, no hay un pensamiento
independiente de tipo t�cnico, calculador y funcional. Hay s�lo pensamiento y este
pensamiento concierne a la acci�n espont�nea, al silencio.
Podemos hablar realmente de acci�n correcta cuando la observaci�n es enteramente
imparcial. En una actitud desinteresada, te mantienes en lo impersonal y toda la
acci�n fluye desde el todo, desde el S� mismo.
�Qu� sucede si hay una decisi�n espont�nea de comprar una casa, pero no se tiene
dinero para ello?
Siguiendo con lo que estaba diciendo, �esa persona puede decidir abandonar la
f�brica de armas? �La aceptaci�n no le impide la acci�n?
[Largo silencio.]
CALIFORNIA.
DICIEMBRE DE 1985
Usted dice que cuando un hombre se toma a s� mismo por un hombre y una mujer se
toma a s� misma por una mujer, no puede haber desarrollo. �En qu� consiste este
desarrollo?
(Risas)
Recientemente siento una gran ansiedad despu�s de algunos a�os de relativa paz
mental. Parece haber dos formas de enfrentarse al problema: la que usted sugiere,
que consistir�a en observarlo, y la otra, analizarlo. Ninguna de las dos parece ser
la adecuada para m�.
Observar no significa crear una brecha psicol�gica entre t� y tu miedo. Sin duda,
cuando observas, est�s fijado en la percepci�n. Tu observaci�n puede todav�a estar
condicionada porque todav�a puedes estar tratando de encontrar algo. La observaci�n
debe estar completamente vac�a. Aprender a afrontar una percepci�n implica
mantenerse distanciado y dejarla llegar a ti. No es un abandono pasivo, fatalista,
a la percepci�n, sino una vigilancia acogedora, como cuando manteniendo la puerta
abierta te haces a un lado para recibir y dejar pasar a un invitado que llega a tu
casa. As� pues, hazte a un lado, pero sin retirarte.
Cuando sientas tensi�n o miedo, mira en qu� parte del cuerpo se localiza. No te
enfrentes directamente con esa parte, aborda primero las que se encuentran libres
de perturbaci�n, las que no est�n afectadas por el miedo. En las partes sanas hay
una sensaci�n de luz, de vac�o; as� expandidas, deja que esta sensaci�n de vacuidad
invada las zonas en las que est� localizado el miedo. Si procedes as�, la energ�a
fijada -pues el miedo es s�lo eso- se integrar� en tu totalidad. Cuando hayas
descentralizado esta energ�a fijada, te sentir�s lleno de vitalidad.
El primer paso es ser consciente de la localizaci�n. Una vez seas claramente
consciente de ello, te sentir�s ya distanciado en cierta medida del miedo. No
estar�s agarrotado por el estado de miedo, sino que sentir�s la articulaci�n del
observador y lo observado. Cuando este dualismo es objetivado, te encuentras en la
percepci�n sin que haya nadie que perciba. Deja de ser c�mplice del miedo y �ste se
desvanecer� totalmente.
�Una vez hubiera visto claramente el mecanismo de un reflejo -del miedo, por
ejemplo- podr�a ver con claridad todos los planos de mi vida?
[Risas]
Para que la comprensi�n se establezca en la vida diaria, �no debe haber primero una
entrega total, de manera que cuando salgamos de la cocina y entremos en el mundo
esta comprensi�n viva en nuestra vida?
�Por qu� es tan dif�cil vivir con la pregunta? Hay algo as� como una imperiosa
urgencia de querer la respuesta ahora�
La respuesta surge del silencio, del ser, y lleva consigo el aroma del silencio.
Por tanto, es importante que no intentes de inmediato agarrar mentalmente la
respuesta. No hagas ning�n esfuerzo por comprender. Mant�n la ausencia de
conclusi�n. S�lo puedes interpretar por medio de la memoria, de lo ya sabido. No
enfatices la formulaci�n, deja que la quietud, la presencia en la que se basa la
formulaci�n, venga a ti. Esta presencia es tu naturaleza real.
Si no trato de comprender lo que usted dice, parece como si las palabras debieran
entrar por un o�do y salir por el otro. As� que tras escuchar una y otra vez las
mismas cosas, no se produce ninguna transformaci�n real en m�.
As� pues, el posponer no tiene nada que ver con dejar algo hasta el viernes que
viene o hasta la semana pr�xima�
Cuando vives libre de la identidad que piensas que eres, hay espacio en ti. No hay
ya ning�n retorno al pasado ni desde all� proyecci�n hacia el futuro. Cuando en un
determinado momento est�s en actitud de apertura, todos los elementos de la
situaci�n aparecen simult�neamente en ti. La situaci�n concluye en ti y esa
apertura trae consigo su propia acci�n que ser� realizada en el espacio y en el
tiempo.
Esta realizaci�n est� completamente libre de autor�a. No necesitas una estrategia.
Sabes que ma�ana tienes que ir a Los Angeles, �se es un hecho, un elemento de la
situaci�n. Pero el medio de ir, tren, coche o autob�s, pertenece al momento. Si
permaneces completamente abierto, encuentras la situaci�n abierta a toda
disponibilidad. Con frecuencia, en esos momentos de disponibilidad, aparece el
reflejo de la persona pues el ego se siente inseguro. Debes experimentar por ti
mismo que en esa vaciedad hay una perfecta adecuaci�n entre t� y la situaci�n.
Descubre por ti mismo c�mo la persona entra en el camino del funcionamiento
eficiente. Naturalmente, debe haber habilidad. Estar abierto a todos los hechos de
una situaci�n implica conocer los instrumentos, tus capacidades, la ley con la que
tienes que tratar. Pero el resto pertenece al campo de lo desconocido.
CALIFORNIA.
FEBRERO DE 1986
Una vez alcanzada la sensaci�n de sutileza del cuerpo, �permanece esta sensaci�n o,
por el contrario, vuelve a desaparecer?
Cuando has explorado una o varias veces el cuerpo y has descubierto la gama de
matices de su sensitividad sutil, queda un recuerdo de ello en la memoria org�nica.
A causa de ello, podr�s ser consciente de que cuando trabajas, paseas o haces
cualquier cosa, expandes demasiada energ�a. La memoria org�nica, como un eco del
cuerpo en su natural estado luminoso, te recordar� que generalmente sigues
utilizando el cuerpo de la manera habitual. Una vez hayas visto los esquemas
habituales de funcionamiento, podr�s liberarte de ellos y la sensaci�n global del
cuerpo se ir� haciendo m�s permanente. Esto te aportar� una verdadera econom�a de
energ�a en cuanto a la acci�n. Es una forma nueva de vivir. Esta transformaci�n
acaece cuando se permite que el cuerpo encuentre su estado org�nico, libre de la
interferencia mental y mec�nica. La transformaci�n tiene lugar cuando te mantienes
en la observaci�n carente de elecci�n.
�Qu� importancia tiene la respiraci�n?
Escuch�ndole ahora, siento algunas dudas acerca de mi pr�ctica de kriya yoga en los
�ltimos a�os. En el kriya yoga se mueve la energ�a vital en el cuerpo sutil de
chakra a chakra y no se pretende seguirla u observarla, sino que se imagina en
movimiento como la respiraci�n de un centro de energ�a a otro. �Qu� piensa de esto?
Se dice que hay sonidos que pueden activar la energ�a. �Podr�a esta pr�ctica
presentar tambi�n los mismos problemas?
Podr�amos decir que toda nuestra estructura est� construida de sonidos. Todo �rgano
de nuestro cuerpo tiene su sonido. Por eso, los diferentes �rganos del cuerpo son
autom�ticamente afectados o estimulados cuando se pronuncian o se escuchan
determinados sonidos. La aparici�n de la enfermedad denota que el �rgano ha perdido
su sonido real. Por eso, mediante sonidos, puedes llevarlo a la vida. Cuando no hay
perturbaci�n, sino tan solo simple funcionamiento, tienes un presentimiento de tu
naturaleza real.
Hay momentos de calma en los que no hay nada que hacer, nada que temer, nada de lo
que escapar. Sintoniza con esos momentos m�s all� de la energ�a y la funci�n. No
enfatices la energ�a, el objeto, el cuerpo, los sentidos o la mente. Esto es lo
percibido. Se plantea entonces la pregunta: �qui�n es el que percibe? Y, puesto que
nunca se puede percibir al que percibe, la mente llega a una situaci�n de
detenci�n. Para vivir lo que eres, debes conocer con claridad lo que no eres. Nunca
puedes conocer lo que eres, porque lo eres. Es lo mismo que ocurre con el ojo, que
nunca puede verse a s� mismo.
�Por qu� estoy aqu�? �por qu� he nacido? �por qu� morir�? �por qu� existe el amor,
el odio? �por qu�, por qu�?
Lib�rate del por qu�. Cuando est�s libre del por qu�, tendr�s la respuesta
viviente. Antes, durante y despu�s de la pregunta est� la respuesta. Buscas el
motivo �nicamente en la acci�n, fuera de ti mismo. Pero cuando miras en
profundidad, el motivo que te lleva a preguntar es la necesidad de estar en una
relaci�n perfecta con todos los seres vivos. S�lo encontrar�s esta motivaci�n
subyacente cuando te hayas desembarazado del por qu�, el d�nde y el cu�ndo.
Hablas de la muerte, pero s�lo puedes hablar de la muerte porque das por supuesto
que has nacido. �Qu� te da derecho a decir que has nacido? �Tan f�cilmente aceptas
una informaci�n de segunda mano?
Desde luego, he nacido. Estoy aqu�, �no? S� que Africa existe aunque nunca haya
estado all�.
Cuando estoy enojado, me siento con mucha vitalidad. Me siento bien en esta
vitalidad. �Qu� puedo hacer cuando me encuentro en esa situaci�n?
La ira es una reacci�n que destruye toda la belleza que hay en ti. Observa el
mecanismo. De lo contrario, permanecer�s en una cadena de reacciones en la que no
hay salida. En esa serie de reacciones encadenadas eres como una mosca que se lanza
contra el cristal un centenar de veces. Y antes de que puedas mirar el mecanismo,
debes aceptar que hay algo que mirar, la resistencia psicol�gica. Cont�mplala.
�mala, incluso. Es energ�a comprimida. Cuando la observes, objet�vala; no seas
c�mplice de la reacci�n. Acepta tu ira, ac�gela. No hablo de una aceptaci�n
funcional, una apertura a los hechos. Esta aceptaci�n provoca un distanciamiento
entre el observador y lo observado. En esta perspectiva sientes ya el h�lito de tu
naturaleza real y la energ�a fijada se disuelve en ti.
S� consciente no s�lo de tu entorno, sino especialmente de tu entorno m�s pr�ximo,
el cuerpo, los sentidos y la mente. Naturalmente, reaccionar es propio del ser
humano, pero debes evitar quedar limitado por las reacciones, por la biolog�a y la
psicolog�a. Como se dir�a en tu lengua, debes salir del teufelskreis, del c�rculo
del diablo.
�No hay determinados h�bitos que est�n relacionados con nuestra supervivencia
biol�gica, por ejemplo, comer, dormir y hacer ejercicio a unas horas determinadas?
Traes contigo al mundo ciertas caracter�sticas que caen dentro del dominio de la
supervivencia biol�gica en esta existencia. Pero lo que llamamos personalidad es
algo que se adquiere muy tempranamente en esta vida. Es una acumulaci�n de
experiencias e informaciones nacidas de tu interacci�n con la sociedad. Somos el
resultado de nuestras circunstancias. Hemos cre�do lo que se nos ha dicho,
cristaliz�ndolo e identific�ndonos con ello. Pero la aparente continuidad de la
personalidad es s�lo memoria reforzada por la sociedad.
Observa que la personalidad puede ser percibida como cualquier otra cosa. El que
percibe es tu totalidad, la conciencia. La personalidad es s�lo una parte de lo que
realmente somos. Una parte s�lo puede tener una visi�n parcial, nunca puede ser
arm�nica. Toda acci�n que procede de un punto de vista parcial es una reacci�n.
Desde el momento en que adviertes este mecanismo, desde el momento en que eres el
que ve esta personalidad, est�s fuera del proceso. Olvida todo lo que has le�do o
escuchado sobre la totalidad. Todo es mistificaci�n. No tengas representaciones. S�
cient�fico. Ve simplemente c�mo funciona la vida. Cuando est�s fuera del proceso,
est�s abierto a la totalidad. Esto no es una experiencia, puesto que no hay nadie
que experimente y, por lo tanto, nada que est� objetivado en una experiencia. Es
una no-experiencia, un no-estado, porque est� libre de toda relaci�n sujeto-objeto.
Es simplemente estar presente. Cuando el yo es abandonado, eres tomado por esa
presencia. No es un proceso de la voluntad. Es gracia.
No est� ya tensa, r�gida, sino que se adapta al momento. Una vez que la situaci�n
ha terminado, tu personalidad desaparece de nuevo en la no-representaci�n, en su
morada original. La personalidad funciona, pero ya no es algo personal.
Si la continuidad de la personalidad es una idea, estar� localizada en la mente�
�Debe primero llegar la mente al silencio, a la quietud, para poder ver sus
contenidos
�No convierte esto a la vida en algo pasivo? A menudo los seres iluminados
encuentran el mundo demasiado hostil y optan por vivir al margen de la sociedad.
Cuando desaparece todo proyecto, ambici�n, manipulaci�n, etc., uno puede parecer
pasivo desde el punto de vista de esas cosas. Pero la aceptaci�n no es algo pasivo
en un sentido fatalista. Es s�lo pasiva en el sentido de que la personalidad
fraccionaria, la voluntad, no interfieren. Es activa en el sentido de estar alerta,
recibiendo todos los hechos de la vida. Quien vive en la aceptaci�n nunca duerme.
Es un error pensar que un sabio abandona la sociedad. Muchas cosas de la sociedad
no son ya apropiadas para el sabio, es cierto. Pero la forma en que contin�a su
vida depende de los residuos de su propia existencia, prarabdha karma. En cualquier
situaci�n, el sabio est� en la sociedad pero no pertenece a ella.
Parece mucho m�s dif�cil observar la mente que, por ejemplo, un jarr�n de flores.
Cuando no hay nadie que d�, hay donaci�n real. Nuestra naturaleza es ofrenda,
acci�n de compartir. El verdadero don surge del profundo agradecimiento de estar
vivo, de ser.
Le comprendo intelectualmente, pero cuando miro esta mesa me encuentro siempre con
la misma mesa. �No puedo conseguir que me parezca nueva!
�Podr�a aclarar un poco m�s la expresi�n �No soy el agente, s�lo una funci�n�?
Observo en m� una cierta pereza que me dificulta mantener la atenci�n y ver los
hechos de una determinada situaci�n, a�n cuando sea consciente de que proyecto
im�genes.
Observa en el momento mismo de producirse que no das tiempo a los hechos, que te
hacen correr hacia una soluci�n. La persona es impaciente porque no puede existir
sin encontrarse a s� misma en alg�n lugar. Vive en la inseguridad y busca un
asidero en la repetici�n de las situaciones. Cuando no hay nada que agarrar se
intranquiliza y est� ansiosa por su supervivencia. Por eso, al principio, lleva
tiempo ver los hechos. Mant�n tu observaci�n. Permite que la formulaci�n surja en
ti sin interferir. No la exprimas como a un lim�n para extraer su jugo. D�jala
venir. Vendr�. Toda situaci�n tiene su propia soluci�n, puedes estar seguro. La
soluci�n no llega nunca desde fuera de la situaci�n.
S�. Pero cuando te has acostumbrado a ello, la conclusi�n aparece muy r�pidamente.
Es una conclusi�n desde la totalidad de tu ser, no desde la estructura gusto-
disgusto, dolor-placer. No tengas prisa al principio, no corras. Deja a un lado la
necesidad de concluir. Da a los hechos completa libertad para que ellos mismos
puedan aportarte su propia conclusi�n. Mant�n en ti la sensaci�n del despliegue y
desarrollo de la situaci�n.
Sin duda. Lleva mucho tiempo llegar a desnudar la atenci�n, una atenci�n que est�
completamente abierta, sin expectaci�n ni memoria. La mente es un complicado
rompecabezas. Hay muchas peque�as piezas con las que construir tu paisaje. Cuando
ves el funcionamiento repetido de la mente, pierdes inter�s en construir una vez
m�s la misma imagen.
Cada situaci�n tiene su propio rompecabezas que es mucho m�s fascinante que �se con
el que vives desde siempre. Observa. Est�te alerta y ver�s m�s de lo que conoces.
Es una cuesti�n de estar interesado cuando miras y escuchas las cosas. Cuando
comiences a mirar y a escuchar, comenzar�s a descubrir y disfrutar�s de lo
descubierto. Ver�s que cada situaci�n, cada momento de la vida, es un saco sin
fondo. Pero t� pones fondo al saco y metes cosas en �l. Desde el momento que ves
que cualquier situaci�n no tiene fondo, que es mucho m�s rica, mucho m�s viva que
todo lo que tienes acumulado en la memoria, entonces, espont�neamente, est�s m�s
interesado en la vida.
Comienza con lo que tienes m�s pr�ximo, tu amante si tienes uno, tu marido, tu
hijo. Trata de verlos de forma nueva. Pero ten cuidado de no adoptar una actitud.
No quiero decir que debas superponer nuevas cualidades a tu entorno, sino que te
acerques a ellas con tu totalidad. Cuando te liberes de las im�genes del entorno,
te conviertes realmente en un ser social. Lo que la gente llama socialismo no es
realmente socialismo. El verdadero socialismo consiste en mirar a la vida libre de
la memoria, libre de esquemas. De otra forma, metes en una c�rcel a los que te
rodean. Al ver y actuar libre de la memoria das a tu entorno la libertad de ser
libre.
Ramana Maharsi sol�a decir: �Cuando surjan los pensamientos, pregunta a qui�n le
surge el pensamiento�. La respuesta, naturalmente, es �a m�, �a mi yo�. �Preg�ntate
-segu�a diciendo Ramana- qui�n es ese yo�. �C�mo se relaciona esto con lo que usted
dice?
�C�mo puedo familiarizarme con ese Yo que est� detr�s de toda percepci�n? �Implica
ello una p�rdida de la conciencia corporal?
Puedes tener momentos en que eres completamente uno con tu totalidad y entonces ves
que esta serenidad est� entre dos actividades, entre dos percepciones, entre dos
conceptos. Dices �veo esta silla ahora�: Antes de reconocerla y de llamarle
�silla�, hab�a s�lo ver. Una vez la silla ha desaparecido, eres retrotra�do a la
visi�n sin ver nada. As� pues, eres visi�n antes y despu�s de la percepci�n. Estos
momentos son ef�meros. Pero llega un momento en el que ves durante la visi�n.
�Comprendes?
�Quieres decir que la conciencia contin�a surja o no el objeto?
FIN
* * *
Este libro fue digitalizado para distribuci�n libre y gratuita a trav�s de la red
Revisi�n y Edici�n Electr�nica de Hern�n.
Rosario - Argentina
05 de Marzo 2003 - 06:09
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