Goliat y El Destino de Israel

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Goliat tenía una reputación...

Cuando pensamos en vencedores de gigantes, casi todos

recordamos inmediatamente a David y Goliat.

Goliat era, físicamente, un verdadero gigante. Según las

estimaciones más acertadas, medía aproximadamente 2,70

m. Usaba un peto de armadura que pesaba 100 kilos, sin

contar los bronces que cubrían sus piernas. ¡Solamente la

punta de la lanza que llevaba en su mano pesaba 12,5 ki-

los!

Goliat también tenía reputación de gigante. Era conside-

rado un “campeón” de los filisteos. No sabemos qué hizo

para ganarse esa reputación, pero suponemos cómo lo tra-

taría la gente por la forma en que tratamos a los “campeo-

nes” en la actualidad.

Los filisteos enviaron a Goliat al valle que estaba ubicado

entre el ejército filisteo y los ejércitos del rey Saúl. En esa

llanura, Goliat marchó, para atrás y para adelante, durante

cuarenta días, saliendo a provocar a Israel cada mañana y

cada noche (1 Samuel 17:8-10). Goliat también tenía repu-

tación de gigante en las mentes y los corazones de Saúl y

sus soldados.

➥➥ Lee 1 Samuel 17:11. Describe la reacción de los is-

raelitas frente al gigante Goliat.

David tenía una reputación...


Todos tenían miedo, excepto David, el más joven de los

ocho hijos de Isaí. ¿Te imaginas siendo el más joven de

ocho hijos en una familia? Es seguramente una posición

que podríamos definir como “el último en la cadena hu-

mana”. ¿Te imaginas lo que sus hermanos pensarían de

David? Para ellos, sin duda era el bebé de la familia, el pe-

queñín. El muchacho creció sin que le dieran gran impor-

tancia y probablemente todos lo ignoraban.

David no era, ciertamente, un gigante a los ojos de sus her-

manos, cuando llegó al campamento militar. Su padre, Isaí,

lo envió a llevar comida a sus hermanos, y traer noticias.

David llegó al campamento justamente cuando Goliat se

preparaba para su paseo matutino por el valle. El joven se

apresuró a ir junto con sus hermanos para oír las bravuco-

nadas de Goliat frente al ejército de Israel, y vio que los

hombres tenían miedo.

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ccuuaaddrroonneess ddee IIssrraaeell,, ddiicciiéénnddoo--

lleess:: ¿¿PPaarraa qquuéé ooss hhaabbééiiss ppuueessttoo

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mmuueell 1177::88--1111))..Venciendo en la Tierra de los Gigantes, Edición para Jóvenes

18

Pensar como un vencedor

David quedó conmocionado y preguntó: “¿Quién es este fi-

listeo incircunciso, para que provoque a los escuadrones

del Dios viviente?” Y cuando supo que había una gran re-

compensa para quien venciera a Goliat, preguntó: “¿Qué

harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el

oprobio de Israel?” (1 Samuel 17:26).

David aún no era un vencedor en la tierra de los gigan-

tes, ¡pero ya estaba pensando como si lo fuera!

David intentó animar a los soldados a actuar. Los alentó

a derrotar a Goliat porque Goliat era un enemigo malva-

do, y los alentó a matarlo por la recompensa que les espe-

raba. Pero por más que intentó animar a los soldados para

que destruyeran a Goliat, al único que logró animar fue a

sí mismo. Finalmente, dijo a Saúl: “No desmaye el corazón

de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra es-


te filisteo.”

Aun el mismo Saúl era víctima de la mentalidad de lan-

gosta. Él respondió a David: “No podrás”, señalando su ju-

ventud y su inexperiencia en la guerra.

David respondió a Saúl: “Tu siervo era pastor de las ove-

jas de su padre; y cuando venía un león, o un oso (...) tu

siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno

de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.”

Finalmente Saúl dio permiso a David para intentarlo, y

le prestó su propia armadura. David se la puso... e inme-

diatamente se la quitó. No le iba bien. (Ver 1 Samuel

17:29-39).

David sabía quién era. Sabía que el Espíritu del Señor es-

taba con él. También creía que Dios apoyaba a Israel. Da-

vid sabía que él era alguien, y que con él estaba Alguien

que era mayor que Goliat.

El vencedor está seguro de quién es

El joven o la joven que son vencedores en la tierra de los

gigantes inevitablemente tienen las mismas características

que David:

Él sabe quién es en el Señor; ella sabe que es hija de

Dios.

Ella sabe que tiene un destino divino; él sabe que ha

sido elegido por el Señor.

Él sabe que Dios es más grande que cualquier gigante

que pueda enfrentar; ella sabe que puede vencer cual-


quier problema teniendo a Dios de su lado.¿Qué es la Mentalidad de Langosta?

19

Ella sabe que para matar al gigante que enfrenta, de-

be ser un 100% ella misma; él sabe que no puede to-

mar la identidad de otra persona para ganar.

David, con su honda y sus cinco piedras, se acercó a Go-

liat. Este comenzó a rugir: “¿Soy yo perro, para que vengas

a mí con palos? (...) Ven a mí, y daré tu carne a las aves del

cielo y a las bestias del campo” (1 Samuel 17:43, 44).

David le respondió, gritando (por lo que sabemos, fue el

único que jamás se atrevió a hacerlo. Y no ahorró palabras):

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espa-

da, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del

SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Is-

rael, a quien tú has desafiado. El SEÑOR te entregará hoy

en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y da-

ré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves

del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra

sepa que hay Dios en Israel, y para que sepa toda esta

asamblea que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lan-

za; porque la batalla es del SEÑOR y Él os entregará en

nuestras manos (1 Samuel 17:45-47, Biblia de las Améri-

cas).

Observa que David no habla solamente sobre sí mismo,

como lo hizo Goliat. David habla de sí mismo y del Señor.

David no salía a enfrentar a Goliat en sus propias fuerzas,

o confiando en sus propias armas o capacidades. Estaba


confiando en Dios.

➥➥ Relee 1 Samuel 17:45-47 y encierra en un círculo ca-

da referencia a Dios que hace David.

Goliat comenzó a acercarse a David, y este corrió hacia

él. Quizá haya sido la única persona que corrió hacia Go-

liat. Cargó su honda con una piedra y la lanzó con gran

fuerza al único punto descubierto en la armadura de Go-

liat: el lugar que estaba sobre los ojos y debajo del casco. Y

dio en el blanco. La puntería de David fue perfecta. Goliat

cayó hacia adelante. David supuso que era posible que Go-

liat estuviera solamente desmayado, no muerto. Por eso,

rápidamente, sacó la espada del mismo gigante y le cortó

la cabeza. Venciendo en la Tierra de los Gigantes, Edición para Jóvenes

20

Los vencedores de gigantes de esta época exhiben tam-

bién estas características comunes a David:

Responden con gritos positivos cuando el mundo les

grita cosas negativas.

Corren hacia sus gigantescos enemigos, viéndolos co-

mo desafíos para vencer.

Dan en el blanco, haciendo lo que saben hacer con

toda su capacidad.

Terminan el trabajo.

Cuando Goliat cayó, su ejército huyó. La victoria fue to-

tal. David ganó su recompensa: no sólo la armadura de Go-

liat como trofeo, sino las alabanzas de todo Israel y final-

mente, la mano de la hija del rey Saúl. Los que vencen en


el país de los gigantes no sólo derrotan a sus enemigos sino

que también ganan recompensas para ellos en el proceso.

➥➥ Agradece a Dios hoy por haber puesto en ti la fortale-

za para ser un vencedor de gigantes. Pídele que te dé

fortaleza para confiar en él con tus pensamientos en este día.

Esa mañana, David mató un gigante. Pero no

desarrolló el corazón de un vencedor de gi-

gantes en un sólo día. Para llegar al punto en

que pienses como un vencedor de gigantes es necesario

atravesar un proceso. Se necesita tiempo. Y muchas veces

tenemos la oportunidad de enfrentar gigantes medianos

antes de llegar a los verdaderamente grandes.

Podemos verlo en la vida de David. Él había vencido tan-

to a leones como a osos antes de conocer a Goliat. Un oso

o un león no eran menos mortales que el gigante Goliat.

Recuerda que David estaba entrenado para ser pastor. Par-

te de su entrenamiento era aprender qué hacer cuando

una bestia salvaje atacara a su rebaño. Como pastor, David

estaba alerta ante la amenaza de leones u osos. Con el

tiempo, cobró valentía. Todo el patrón de pensamiento de

David estaba concentrado en defender a su rebaño y atacar

a cualquier enemigo armado. Goliat era simplemente un

predador más grande y mejor armado, que intentaba des-

truir un rebaño más grande: el rebaño del pueblo de Dios.

David también tenía experiencia con la honda. Esa clase

de experiencia requiere de práctica diaria. David había pa-

Bien
preparados

para la

ocasión

PPaarraa lllleeggaarr aall ppuunnttoo eenn qquuee

ppiieennsseess ccoommoo uunn vveenncceeddoorr ddee

ggiiggaanntteess eess nneecceessaarriioo aattrraavveessaarr

uunn PPRROOCCEESSOO..

https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Fotorreportaje-de-EFE-sobre-el-Lago-
revela-alcance-de-los-derrames-de-petroleo--20191206-0033.html

Un éxito tras otro

Dios no desea que fallemos. Él desea que un éxito siga al

otro en nuestras vidas. Nuestra meta puede ser pequeña, y

debe ser pequeña, si es la primera en un nuevo campo o

una nueva área de habilidad.

➥➥ Si no estás seguro de poder ser un vencedor de gi-

gantes, quizá sea debido a tu relación con Dios. Un

vencedor de gigantes conoce personalmente a Dios. Tú

también puedes conocerlo personalmente, siguiendo estos

pasos:

Primero: Admite que eres un pecador (Romanos 3:23).

Segundo: Cree que Jesús es el Hijo de Dios que murió

por tus pecados (Romanos 5:8). Tercero: Entrégate a él pi-

diéndole que sea Señor de tu vida (Romanos 10:9; Filipen-

ses 2:9-11). Cuarto: Repite las siguientes palabras honesta-

mente, de todo corazón, convirtiéndolas en tu oración per-

sonal:

Señor Jesús, comprendo que he vivido mi vida lejos de ti.


Ahora veo que mi pecado me ha separado de ti.

Por favor, ven a mi vida (a mi corazón, mi mente y mi

espíritu), y hazme la persona que deseas que yo sea.

Sé que moriste por mí en la cruz y resucitaste de la tumba

para darme victoria sobre la muerte.

Perdóname por vivir lejos de ti todos estos años

y ayúdame a apartarme de mis viejos caminos,

para andar en tus nuevos y justos caminos.

Te invito a ser Señor de mi vida y te agradezco \

porque tú cambiarás todo. Amén.

Paso a paso, crecerás, y lo conocerás mejor y lo disfruta-

rás mucho más. La Biblia nos dice que debemos crecer en

la fe, crecer en nuestra capacidad de preocuparnos por los

demás, crecer en Cristo, y crecer hasta ser totalmente ma-

duros en el Señor. Nos volvemos cada vez más grandes y

mejores en el Señor a medida que lo buscamos, lo invita-

mos a que entre en nuestras vidas, estudiamos su Palabra y

nos mantenemos constantemente en contacto con él.

Lo que se aplica a todas las áreas del crecimiento espiri-

tual se aplica a la transformación de una persona con men-

talidad de langosta a un vencedor de gigantes. Crecemos y

cambiamos, y como parte de ese proceso, vamos apren-

diendo a enfrentar gigantes cada vez más grandes... y a¿Qué es la Mentalidad de Langosta?

23

vencerlos. ¡No sólo pensamos como vencedores en el país

de los gigantes, sino que nos convertimos en verdaderos

vencedores!
Espera que tu capacidad de pensar como vencedor en la

tierra de los gigantes crezca con el tiempo y con cada nue-

va experiencia. Espera llegar al punto en que finalmente

puedas decirte a ti mismo y a los demás: “¡Podemos vencer

a este gigante!”

David no pronunció ninguna palabra que de-

mostrara dudas de que podía enfrentar a Go-

liat y vencerlo. David sabía quién era David.

Sabía quién era Dios para él, para su pueblo, y lo que Dios

había prometido hacer por ellos si confiaban en él y le

obedecían. David sabía, sin duda alguna, que Goliat era un

enemigo que debía ser vencido. Sabía que ganaría el en-

frentamiento con el gigante.

David creía en los demás, y hubiera alentado con gozo a

cualquier otra persona que se enfrentara a Goliat. Creía

que cualquiera que estuviera dispuesto a ir contra Goliat,

con toda su fe puesta en Dios y sin dudas, era una persona

destinada a vencer.

En otras palabras, la mentalidad de vencedor de gigan-

tes, en David, no estaba limitada a sí mismo y su propio en-

frentamiento con Goliat. Se extendía a todas las áreas de

su vida. Era algo que creía firmemente como parte de su

fe en Dios.

Pensar como un vencedor en tierra de gigantes no es al-

go que se base en nuestra propia capacidad. Es algo enrai-

zado en nuestra fe. Nuestra fe está relacionada con Dios.

Cuando pensamos que podemos enfrentarnos a los gigan-


tes y vencerlos, en realidad estamos pensando que noso-

tros, con Dios, podemos enfrentarnos a un gigante y ven-

cerlo. Tenemos la capacidad de enfrentar al gigante y lo-

grar la victoria porque creemos que Dios está con y en no-

sotros, y que desea obrar por nuestro intermedio. Pensar

como un vencedor de gigantes es tener una fe activa en

Dios. Es vernos a nosotros mismos como parte del ejército

de Dios, hacer su obra en la Tierra, y cumplir el propósito

de Dios para nuestras vidas mientras él extiende su reino.

Si pensamos que podemos vencer a los gigantes con

nuestras propias fuerzas y capacidades, estamos equivoca-

dos. La mayoría de los gigantes nos comerán vivos si los

Los

vencedores

de gigantes

tienen una

fe activa en

Dios

““¡¡NNoossoottrrooss ppooddeemmooss vveenncceerr

aa eessttee ggiiggaannttee!!””Venciendo en la Tierra de los Gigantes, Edición para Jóvenes

24

enfrentamos solamente por nuestra cuenta. No les llega-

mos a los pies. No somos capaces de enfrentar a los que es-

tán llenos o motivados por el mal.

➥➥ Lee Romanos 8:31 en el margen y llena los espacios

en blanco.

Si _________ es por nosotros, ¿ __________ contra noso-


tros?

➥➥ Reescribe Romanos 8:31 en tus propias palabras, ex-

plicando lo que significa para ti.

Si estamos luchando contra gigantes que vienen en con-

tra de nosotros como hijos de Dios y contra su pueblo y su

propósito, Dios estará de nuestro lado. Tenemos el privile-

gio de pensar como vencedores de gigantes, actuar como

vencedores de gigantes y, finalmente, vencer en realidad a

los gigantes, porque con nosotros está el Vencedor de Gi-

gantes, Jesucristo. Él es el capitán de nuestro ejército, y el

vencedor final.

Caleb tomó la montaña

Aunque muchas veces pensamos que David fue el famoso

vencedor de gigantes de la Biblia, el primer vencedor de

gigantes fue, en realidad, Caleb. Recuerda, Caleb era uno

de los espías que fue a reconocer la tierra de Canaán (Día

2). Recuerda que él dijo: “...el SEÑOR está con nosotros;

no les tengáis miedo” (Números 14:9, Biblia de las Améri-

cas).

Caleb y Josué fueron los únicos dos hombres que sobre-

vivieron a los cuarenta años de vagar en el desierto y a los

que les fue permitido entrar en la Tierra Prometida. Su fe

en la capacidad de Dios para darles la tierra nunca decayó,

como así tampoco su obediencia al seguir al Señor.

Después de muchos años, Josué se convirtió en el líder

de Israel. Caleb, a los 85 años, le hizo un pedido muy osa-

do. Caleb pidió el monte de los gigantes, los anaceos, para


él, como herencia. Caleb todavía estaba dispuesto y era ca-

paz de enfrentar a los gigantes. ¡Esa sí que es una actitud

SSii DDiiooss eess ppoorr nnoossoottrrooss,,

¿¿qquuiiéénn ccoonnttrraa nnoossoottrrooss??

((RRoommaannooss 88::3311))..

llegar a tu máximo potencial por él. La mentalidad de lan-

gosta evita que muchas personas puedan alcanzar las metas

que Dios desea que alcancen. Hace que algunas personas

crean que sus circunstancias son demasiado para ellas y las

condena a vagar por el desierto de la desesperación. Pero

no tiene por qué ser así. En los días y las semanas que si-

guen, aprenderás que es posible pasar de una mentalidad

de langosta a la de un vencedor de gigantes.

En un mundo que todo lo mide por una escala externa

de apariencia, habilidades, talentos y capacidades, es fabu-

loso saber que Dios nos mide por lo que tenemos adentro.

A Dios le interesa mucho más la actitud de tu corazón

acerca de él que cuántos talentos tienes. Tu disposición a

dejar que Dios te utilice y el hecho de que comprendas

que tu importancia está basada en la manera en que él te

ve, le permitirá marcar una diferencia por medio de tu vi-

da.

➥➥ Nombra un paso que planeas dar en esta semana pa-

ra rechazar la mentalidad de langosta. Pídele a Dios

que te ayude a ponerlo por obra para que puedas comen-

zar a pensar como un vencedor.


➥➥ Escribe el versículo para memorizar de esta semana

(pág. 7) y medita en el hecho de que tu importancia

para Dios no depende de tu apariencia exterior, sino de

cuán dedicado y disponible estás en tu interior.

Pensar Positivamente en

Situaciones Negativas

Versículo para memorizar de esta semana

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7).

Lecciones de esta semana

DDííaa 11::

¿Oportunidad o problema?

DDííaa 22::

Tiempo de elegir el camino

DDííaa 33::

Positivos por elección

DDííaa 44::

Toma el control

DDííaa 55::

Evitemos el fuego amigo

Resumen de la semana 2

Esta semana...

comprenderás que puedes ver más allá del problema hasta considerarlo una oportuni-

dad;

comprenderás que pensar en forma negativa provoca respuestas negativas;

te animarás a tomar control de tus pensamientos y llevarlos cautivos a Cristo;

aprenderás que puedes elegir ser positivo;

comprenderás que cualquier persona puede ser víctima del “fuego amigo”
Pensamiento vencedor de esta semana:

El verdadero desafío que enfrentamos al encarar las batallas de cada día es decidir cómo

vamos a pensar en relación con esas luchas. Nuestra primera y más importante tarea es to-

mar el control de nuestros pensamientos.

Mi Acción Vencedora:

27Venciendo en la Tierra de los Gigantes, Edición para Jóvenes

28

Lee los periódicos. Mira la TV. Habla con la

gente, y escúchala. No se necesita mucho

tiempo para comprender que todos los días,

en todos lados, la gente está librando dife-

rentes batallas. Casi todos aquellos con los que te encuen-

tras están luchando por vencer algo; por definir y ganar

una batalla contra un problema que, en mayor o menor

medida, es intimidatorio, abrumador o que puede llegar a

vencerlos.

El ideograma chino que representa la palabra “crisis” tie-

ne dos interpretaciones. Puede ser interpretado como

“oportunidad” o como “problema”. Una persona con men-

talidad de langosta no dudaría en traducir “problema” al

ver este símbolo. La persona que tiene una actitud positiva

lo traduciría como “oportunidad”. Muchas veces la actitud

con que encaramos una situación determina si tendremos

éxito o fracasaremos.

➥➥ Escribe sobre un momento en que viste como una

oportunidad algo que otra persona consideraba un

problema.
El campo de batalla es la mente

Cierta vez, cuando terminaba de hablar en una reunión en

Madison, Wisconsin, dos señoras del público se acercaron

a mí y me contaron que estaban luchando contra el cán-

cer. Luchaban por sus propias vidas. El cáncer era su gi-

gante, y la batalla contra él era agotadora, tanto mental co-

mo emocional y físicamente. Ambas me explicaron que los

médicos les habían dicho que el 90% de sus probabilida-

des de ganar esta batalla sobre la enfermedad dependía de

que pudieran controlar sus pensamientos.

Una y otra vez, muchas personas me han dicho que en

su lucha diaria contra el SIDA, las enfermedades cardíacas

u otras dolencias graves, es importante mantener una acti-

tud positiva que les permita tener una mejor calidad de vi-

da y esperanza para el futuro.

Cada día, millones de padres carentes deben librar bata-

llas aparentemente inútiles por brindar un futuro, esperan-

za, abrigo, comida y techo a sus hijos.

Oportunidad

o problema? 1llegar a tu máximo potencial por él. La mentalidad de lan-

gosta evita que muchas personas puedan alcanzar las metas

que Dios desea que alcancen. Hace que algunas personas

crean que sus circunstancias son demasiado para ellas y las

condena a vagar por el desierto de la desesperación. Pero

no tiene por qué ser así. En los días y las semanas que si-

guen, aprenderás que es posible pasar de una mentalidad


de langosta a la de un vencedor de gigantes.

En un mundo que todo lo mide por una escala externa

de apariencia, habilidades, talentos y capacidades, es fabu-

loso saber que Dios nos mide por lo que tenemos adentro.

A Dios le interesa mucho más la actitud de tu corazón

acerca de él que cuántos talentos tienes. Tu disposición a

dejar que Dios te utilice y el hecho de que comprendas

que tu importancia está basada en la manera en que él te

ve, le permitirá marcar una diferencia por medio de tu vi-

da.

➥➥ Nombra un paso que planeas dar en esta semana pa-

ra rechazar la mentalidad de langosta. Pídele a Dios

que te ayude a ponerlo por obra para que puedas comen-

zar a pensar como un vencedor.

➥➥ Escribe el versículo para memorizar de esta semana

(pág. 7) y medita en el hecho de que tu importancia

para Dios no depende de tu apariencia exterior, sino de

cuán dedicado y disponible estás en tu interior.

Pensar Positivamente en

Situaciones Negativas

Versículo para memorizar de esta semana

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7).

Lecciones de esta semana

DDííaa 11::

¿Oportunidad o problema?

DDííaa 22::

Tiempo de elegir el camino


DDííaa 33::

Positivos por elección

DDííaa 44::

Toma el control

DDííaa 55::

Evitemos el fuego amigo

Resumen de la semana 2

Esta semana...

comprenderás que puedes ver más allá del problema hasta considerarlo una oportuni-

dad;

comprenderás que pensar en forma negativa provoca respuestas negativas;

te animarás a tomar control de tus pensamientos y llevarlos cautivos a Cristo;

aprenderás que puedes elegir ser positivo;

comprenderás que cualquier persona puede ser víctima del “fuego amigo”

Pensamiento vencedor de esta semana:

El verdadero desafío que enfrentamos al encarar las batallas de cada día es decidir cómo

vamos a pensar en relación con esas luchas. Nuestra primera y más importante tarea es to-

mar el control de nuestros pensamientos.

Mi Acción Vencedora:

27Venciendo en la Tierra de los Gigantes, Edición para Jóvenes

28

Lee los periódicos. Mira la TV. Habla con la

gente, y escúchala. No se necesita mucho

tiempo para comprender que todos los días,

en todos lados, la gente está librando dife-

rentes batallas. Casi todos aquellos con los que te encuen-

tras están luchando por vencer algo; por definir y ganar


una batalla contra un problema que, en mayor o menor

medida, es intimidatorio, abrumador o que puede llegar a

vencerlos.

El ideograma chino que representa la palabra “crisis” tie-

ne dos interpretaciones. Puede ser interpretado como

“oportunidad” o como “problema”. Una persona con men-

talidad de langosta no dudaría en traducir “problema” al

ver este símbolo. La persona que tiene una actitud positiva

lo traduciría como “oportunidad”. Muchas veces la actitud

con que encaramos una situación determina si tendremos

éxito o fracasaremos.

➥➥ Escribe sobre un momento en que viste como una

oportunidad algo que otra persona consideraba un

problema.

El campo de batalla es la mente

Cierta vez, cuando terminaba de hablar en una reunión en

Madison, Wisconsin, dos señoras del público se acercaron

a mí y me contaron que estaban luchando contra el cán-

cer. Luchaban por sus propias vidas. El cáncer era su gi-

gante, y la batalla contra él era agotadora, tanto mental co-

mo emocional y físicamente. Ambas me explicaron que los

médicos les habían dicho que el 90% de sus probabilida-

des de ganar esta batalla sobre la enfermedad dependía de

que pudieran controlar sus pensamientos.

Una y otra vez, muchas personas me han dicho que en

su lucha diaria contra el SIDA, las enfermedades cardíacas


u otras dolencias graves, es importante mantener una acti-

tud positiva que les permita tener una mejor calidad de vi-

da y esperanza para el futuro.

Cada día, millones de padres carentes deben librar bata-

llas aparentemente inútiles por brindar un futuro, esperan-

za, abrigo, comida y techo a sus hijos.

Oportunidad

o problema? 1

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