Ensayo Sobre Economía Pública

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE

ZACATECAS
“Francisco García Salinas”

RENDICIÓN DE CUENTAS, OTRO


ASUNTO PENDIENTE PARA EL
ESTADO MEXICANO

Economía Pública
Luis Ángel Berumen Calderón
Prof. Manuel Cedeño del Olmo
Ensayo final
6°A
12 de Junio de 2018
"Rendición de cuentas", otro asunto
pendiente para el Estado Mexicano

Luis Ángel Berumen Calderón


Para comenzar con este ensayo, me permito exponer la razones por las cuales
elegí el tema de rendición de cuentas; en primer lugar, me parece un tema de gran
relevancia en la actualidad, y es que con los innumerables casos de corrupción
que dia a dia salen a luz por toda la república Mexicana, es muy importante, a mi
parecer, que nos interesemos mucho más en la resolución y erradicación de
dichas conductas corruptas y desleales en las que incurren la gran mayoría de
servidores públicos y que tienen graves consecuencias para la vida económica,
política y social de nuestro país.

En segundo lugar, me parece que la rendición de cuentas es una obligación que


tienen todos los servidores públicos, solo por el hecho de ser, literalmente,
"empleados del pueblo", no debemos de olvidar, que nosotros somos los que
mediante nuestro voto les otorgamos la oportunidad de administrar e intentar darle
la mayor utilidad a nuestros recursos, de tal forma, como en cualquier esquema
laboral, se deben de exigir resultados por el trabajo encomendado, y por el cual,
cabe señalar, se perciben jugosos salarios, que ya de por si pudieran llegar a
considerarse "insultantes" si los comparamos con los que perciben la mayor parte
de la población. Sin olvidar, que es con nuestros impuestos con los que se pagan
dichos salarios.

Una tercera razón para elegir este tema, la encuentro en que a pesar de ser una
obligación de las personas en el poder, y un derecho que tenemos los ciudadanos,
asi como sabiendo que existen graves problemas de corrupción e impunidad en
nuestro país, aun siendo de ésta forma, es evidente que no se le brinda la
importancia necesaria, y pareciera que es un tema que se tiene que poner a
discusión y que deben de aprobar los propios órganos gubernamentales, siendo,
como ya mencioné, elementos básicos que toda democracia debe de implementar
si se considera a si misma una verdadera democracia.

Resulta evidente pues, que en temas de rendición de cuentas, el estado Mexicano


nos ha quedado a deber desde hace muchas décadas a todos los que este gran
país habitamos; ya sea, debido, tal vez, a la ignorancia y el desconocimiento de
nuestros derechos, que por lo mismo no los hacemos valer, o es simplemente que
nos hemos acostumbrado a vivir con éstas situaciones donde el estado actúa
como un ente corrupto ante el cual los esfuerzos que se hagan para intentar
reformarlo serán inútiles por la cantidad inimaginable de procesos e impedimentos
burocráticos que nos harán declinar de nuestro objetivo, y es que, el aparato
estatal se compone de un sin número de elementos e interrelaciones entre
instituciones, asi como entre el sector público y privado, que, evidentemente
guardan intereses tras de sí, los cuales hacen de todo para que se siga
manteniendo el régimen actual de corrupción y malos manejos que les han hecho
gozar de privilegios y riquezas que no les corresponden.

En pocas palabras, son los intereses económicos y políticos que guardan los
grupos en el poder, los que imposibilitan una verdadera rendición de cuentas, ya
que por razones obvias, tales grupos, no pretenden perder los mencionados
beneficios, ni las indignantes fortunas que amasan a costa del erario público
mediante las más elaboradas formas de corrupción, que dicho sea de paso, es en
lo único que al parecer si se han especializado.

Lo anterior nos deja ver lo endeble de nuestras instituciones y leyes, así como el
poco peso político que tiene la sociedad civil organizada en busca de los derechos
ciudadanos más elementales, todo esto aunado a un evidente estado de apatia en
la mayor parte de la población, que se encuentra decepcionada de sus
gobernantes, y para los cuales se tienen más insultos que señalamientos claros y
contundentes acerca de su ejercicio en el poder, lo cual a aparte de ser nuestro
derecho, es también nuestra obligación para los que nos gobiernan.

Para terminar con la primer parte, tengo que dejar en claro que lo dicho hasta
aquí, se basa principalmente en la experiencia de un servidor, asi como en la
perspectiva que se tiene desde ciertos sectores del universo académico acerca del
tema, sin dejar de lado la percepción mayoritaria de que el gobierno incurre en
acciones indebidas con los recursos públicos, basados en lo que nos infoman los
medios y lo que podemos observar en el dia a dia, asi como en los consecuencias
tan nefastas de dichos actos

Ahora bien, a pesar de que el panorama se nos presente desalentador, en Mexico


como en muchos otros países, la rendición de cuentas ha sido un tema que poco a
poco ha ido avanzando hacía lugares cada vez más relevantes dentro de los
órganos de gobierno, aun cuando sigan existiendo los obstáculos antes
expuestos.

Y es que es lógico, que ya casi por terminar la segunda década del siglo XXl es
necesario que dichos temas adopten mayor relevancia, ya que si pretendemos
encontrar un camino hacía el desarrollo, la rendición de cuentas va a ser un factor
muy importante a considerar para llegar a tan preciado objetivo

Una cuestión muy importante que aun no hemos puesto sobre la mesa, es sobre
en quién recae la responsabilidad de que la rendición de cuentas sea algo real y
tangible y no solo parte de un discurso por parte del servidor público que pretender
"dar a conocer" los resultados de su gestión, es decir, se deben tener bien claros
los papeles y los protagonistas que harán que se pueda llevar a cabo una
rendición de cuentas que realmente sirva para dar certeza de cómo es que se
utilizaron nuestros recursos de acuerdo a los proyectos planteados.

Una interesante propuesta analítica acerca de lo que exponemos en el párrafo


anterior es la formulada por Guillermo O’Donnell, quien distinguió entre la
rendición de cuentas horizontal y la vertical. La primera referida a las relaciones de
control y vigilancia que establecen entre sí los órganos del Estado, para limitar y a
la vez garantizar el ejercicio de sus facultades, como se ideó con la división de
poderes, y otra, la vertical, entendida como los medios que tiene en sus manos la
sociedad para exigir cuentas a sus gobernantes, incluyendo el acceso y el uso de
la información pública, la presión social o mediática y las sanciones electorales.

En términos ideales, se podría decir que mientras las redes de vigilancia tanto
horizontal como vertical sean más grandes y estructuradas se esperarian mejores
resultados y más contundentes, ya que esto significaría una mayor exigencia para
favorecer a la inspección pública, para responder por el ejercicio de la autoridad y
para controlar y sancionar las conductas que excedan los límites de la ley.

SIn embargo, en la práctica, es muy probable que la multiplicación, la


fragmentación y la desconexión entre los muy distintos actores involucrados en los
procesos de rendición de cuentas acaben por ser perjudiciales para sus
propósitos; que en lugar de favorecer el conocimiento público sobre la forma en
que se ejerce el poder y de reforzar el sentido de responsabilidad sobre sus
consecuencias, esas redes se conviertan más en una forma de simular que de
consolidar la existencia de un sistema de rendición de cuentas. Dicho de otra
manera, se corre el riesgo de que lo más importante acabe siendo la forma y los
procedimientos que sirven para justificar lo que se hace, y no el cumplimiento
mismo de la responsabilidad que se tiene

Desde una perspectiva distinta, John Ackerman propuso entender a la rendición


de cuentas como “un proceso pro-activo por medio del cual los servidores públicos
informan, explican y justifican sus planes de acción, su desempeño y sus logros y
se sujetan a las sanciones y recompensas correspondientes”. Este concepto
supone que la rendición de cuentas es un proceso dinámico y pro-activo, donde
los servidores públicos salen a la calle a dialogar con la sociedad y con otras
instituciones. Supone también entender que esos servidores están sujetos a
sanciones tanto negativa( castigo) como positivas (recompensas).

Dicho autor también introduce en su concepto el problema de la temporalidad de


la rendición de cuentas y admite que, en principio, ésta sólo se puede dar en rigor
de manera posterior; sin embargo, advierte que esto puede llevar a la conclusión
incorrecta de que se limita a actos o acciones acabados. Por ello afirma que se
deben incluir también los procesos de toma de decisiones (por ejemplo los planes
y programas de acción).

De lo expuesto hasta ahora, podemos ya observar que la verdadera rendición de


cuentas implica necesariamente un marco jurídico y político, es decir, un marco de
responsabilidad que se desprende, a la vez, de obligaciones legales y públicas;
del principio de legalidad y de un propósito democrático.

Otro elemento muy importante para que se pueda dar una rendición de cuentas en
toda la extensión de la palabra, más allá de los servidores públicos y las intancias
que tienen como tarea supervisar y exigir tales acciones, es la presencia de los
ciudadanos, en el espacio público, ya que esto es lo que va a permitir hacer del
proceso de rendición de cuentas una operación que va más allá del mero control
del poder político sobre sus subordinados y sus burocracias. Y al mismo tiempo,
es la que ofrece elementos de juicio para impedir la multiplicación, la
fragmentación y la desconexión de sentido de las normas y los procedimientos de
control y evaluación de los resultados.

Tampoco se pueden subestimar los riesgos de confundir o de simular los procesos


de rendición de cuentas, precisamente para evadirlos. La multiplicación, la
fragmentación y la desconexión de sentido son los riesgos más evidentes que
pueden generar procesos que aparentan rendir cuentas, pero que, en realidad,
carecen de un objeto preciso y se justifican a sí mismos mediante procedimientos
y relaciones de autoridad burocrática, que tienen el único sentido de justificar
puestos y ejercer el poder político.

Para concluir con nuestro desarrollo, es necesario advertir que la rendición de


cuentas no equivale al derecho de acceso a la información pública ni es sinónimo
de transparencia. Se trata de conceptos que se refuerzan recíprocamente, pero
que no significan lo mismo. No puede decirse, por ejemplo, que un régimen es
transparente porque responde a las solicitudes de información que hacen los
ciudadanos que desean tener acceso a los documentos que obran en los archivos
de sus gobiernos. Si bien el acceso a la información constituye un derecho
fundamental y un valor superior en la democracia, la transparencia es algo más
que eso: es una política deliberada del Estado para producir y emplear
sistemáticamente información como un recurso estratégico, destinado a facilitar y
dotar de contenido a la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos.
Un régimen transparente es, literalmente, uno en el que no hay obstáculos para
ver y saber; uno en el que cualquier persona puede observar qué decisiones está
tomando el gobierno, qué recursos está empleando, cómo está usando los medios
que tiene a su alcance y qué resultados está obteniendo.

En un sentido más personal, y para concluir el presente trabajo, me parece


fundamental que la población pueda darse cuenta que es necesario, y es nuestro
derecho y obligación plantear propuestas desde la óptica ciudadana enfocadas a
que la rendición de cuentas sea una actividad con mayor difusión e
involucramiento por parte de todos, ya que es de vital importancia para que la
instancias encargadas de hacer valor nuestro derecho a estar informados tengan
mejores herramientas para que se pueda dar una rendición de cuentas con
mejores resultados.

Queda muy claro pues, que si pretendemos tener un mejor gobierno, asi como
instituciones, más sólidas y leyes que se hagan valer, debemos de involucrarnos
todos por igual, asi como adoptar cada quien el papel que le corresponde en post
de un mejor futuro. Debemos de ser conscientes que los verdaderos cambios se
logran cuando todos las partes tienen la voluntad verdadera para llevarlo a cabo.

Dicho de otra forma; el cambio hacia una sociedad más justa y más transparente
solo se va a dar cuando todos los sectores de la sociedad estén convencidos que
el beneficio propio a corto plazo sin mirar los derechos de nuestros semejantes no
es progreso, por el contrario, es estar retrocediendo a formas más primitivas de
organización social, que evidentemente no nos dejarán salir del "hoyo" en el que
nos encontramos como país.

Sin más qué agregar, solo me queda decir, que cada uno desde su trinchera debe
luchar por un mejor país y por un mejor mundo, donde la justicia social impere y
donde la corrupción y malos manejos de los recursos de todos sean cosas del
pasado...
Bibliografía:
 https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/lib
ros/6/2800/4.pdf
 http://www.uaq.mx/contraloriasocial/diplomad
o/biliografia-modulo3/Rendicion%20de
%20cuentas%20y%20democracia.%20El%20caso
%20de%20Mexico..pdf

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