Biodisponibilidad de Sustancias Tóxicas en Los Alimentos
Biodisponibilidad de Sustancias Tóxicas en Los Alimentos
Biodisponibilidad de Sustancias Tóxicas en Los Alimentos
El estado nutricional del receptor y otros componentes de la dieta, en especial los aniones y los
cationes, también tienen un papel en la absorción mineral. Son frecuentes las interacciones entre
elementos, al competir los cationes por los mismos transportadores. Así por ejemplo, ingestas
dietéticas adecuadas de Fe y Zn inhiben la absorción de Cd.
1. Aluminio (Al)
Biodisponibilidad
La absorción media del Al es baja (1%), aunque la variabilidad es alta (0,001 - 24%), y disminuye al
aumentar la exposición. Pero, la baja absorción del Al no es garantía absoluta de seguridad en
exposiciones a largo plazo. En enfermos de Alzheimer y en personas con síndrome de Down se ha
señalado un incremento significativo en la absorción de Al.
Los componentes de los alimentos forman complejos o precipitan, rápidamente, al Al del agua de
bebida, por lo que, excepto cuando la capacidad de fijación se satura, queda muy poco Al(III) libre,
pero su BD es muy alta al facilitar su elevada hidratación el paso a través del epitelio intestinal vía
paracelular. El Al puede también utilizar las vías usadas por los elementos esenciales a los que
sustituye o con los que se combina.
Se creía que el Al no era disponible, pues a pesar de disolverse por acción del HCl gástrico,
precipitaba al llegar al duodeno, pero se comprobó que al igual que los elementos esenciales, que
precipitan a pH neutro y se absorben gracias a las interacciones con ligandos del fluido intestinal, el
Al puede unirse a los mismos, permanecer soluble durante el tránsito intestinal y absorberse en
todos los tramos del mismo (duodeno, yeyuno e íleon). En pacientes tratados con Al(OH)3 la acidez
de la parte superior del tracto intestinal libera Al(III) iónico soluble y favorece la absorción del Al. En
presencia de citrato, que forma un complejo neutro con el Al en el intervalo de pH de 1 a 4,
predomina el papel ligante del ácido cítrico, y las máximas concentraciones séricas de Al, alcanzadas
a las 4 h de su administración, indican su absorción en intestino delgado. El citrato actúa,
principalmente, en el intestino delgado proximal formando complejos con los iones endógenos de
Ca (II) libre, que cubren las membranas basolaterales de las células intestinales, facilitando la
absorción paracelular del Al (III). Por lo que, el citrato componente habitual de la dieta aumenta la
permeabilidad de la mucosa proximal al Al favoreciendo su absorción. Otros ácidos orgánicos,
componentes usuales de la dieta como ascorbato, gluconato, lactato, malato, oxalato, succinato y
tartrato, mantienen soluble el Al a valores de pH próximos a 8 y facilitan su absorción. Por el
contrario, los fosfatos y la sílice (oligómeros solubles), forman compuestos poco solubles con el Al
e impiden su absorción.
La fracción de Al que llega a la circulación sistémica y no se elimina por orina, principal vía de
excreción, se acumula rápidamente en tejidos a los que se fija fuertemente. De ahí que la
concentración plasmática de Al solo refleje una exposición reciente y no sea un buen indicador del
contenido corporal de Al.
El Al puede llegar al cerebro, al igual que el Fe, por un mecanismo dependiente de la transferrina y
alterar la función de la barrera hematocefálica. En las células del cerebro hay receptores con una
elevada afinidad por la transferrina, sea cual sea el elemento que esta transporte. Así el Al puede
interferir en la homeostasis del Fe y alterar los procesos celulares que dependen del mismo en el
sistema nervioso central. En el cerebro de fallecidos que padecían la enfermedad de Alzheimer se
han encontrado contenidos de Al en la ferritina, seis veces mayores a los del grupo control.