Categorías de Los Manuscritos Del Nuevo Testamento

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Categorías de los manuscritos del Nuevo

Testamento
Los Manuscritos bíblicos del Nuevo Testamento en griego están categorizados en cinco
grupos,1 basados en un esquema introducido en 1981 por Kurt y Bárbara Aland en Der Text
des Neuen Testaments (El texto del Nuevo Testamento). Las categorías están basadas en
cada manuscrito, se relaciona a los diferentes tipos textuales. Generalmente hablando, los
manuscritos antiguos alejandrinos están en la categoría I, mientras que los manuscritos
posteriores bizantinos están en la categoría V. El método de Aland toma en cuenta 1000
pasajes en los que el texto bizantino difiere de los textos no bizantinos. El método de Aland
no seleccionó sus 1000 lecturas de todos los libros del NT; por ejemplo, no se tomaron de
Mateo y Lucas.2

Índice
 1 Descripción de las categorías
o 1.1 Categoría I - Alejandrina
o 1.2 Categoría II - Egipcia
o 1.3 Categoría III - Ecléctica
o 1.4 Categoría IV - Occidental
o 1.5 Categoría V - Bizantina
 2 Distribución de los manuscritos griegos por siglo y categoría
 3 Número de manuscritos por siglo y categoría
 4 Limitaciones
 5 Véase también
 6 Notas
 7 Referencias
 8 Enlaces externos

Descripción de las categorías


Categoría I - Alejandrina

Esta categoría representa los manuscritos más antiguos. Los papiros y unciales del siglo IV
están en esta categoría, como son los manuscritos del tipo textual alejandrino. Los
manuscritos en esta categoría son importantes cuando se consideran problemas textuales, y
son considerados por muchos eruditos como una buena representación de los autógrafos,
debido a su fecha antigua.

Categoría II - Egipcia

Los manuscritos en esta categoría son similares a la categoría I de los manuscritos, y son
importantes en consideración textual de los autógrafos. Sin embargo, el texto usualmente
contiene algunas influencias extranjeras, tales como las que encontramos en el tipo textual
bizantino. Los textos egipcios pertenecena esta categoría.

Categoría III - Ecléctica

Los manuscritos en la categoría III son importanes cuando se discute la historia de las
tradiciones textuales, y en menor grado, para establecer el texto original. Los manuscritos
usualmente contienen lecturas independientes, y tienen un carácter distintivo. f1 y f13 son
ejemplos de manuscritos familias que se encuentran dentro de esta categoría. Los
manuscritos de esta categoría usualmente presentan tipo textual mixto o ecléctico.

Categoría IV - Occidental

La Categoría IV contiene los pocos manuscritos que siguen el texto del Códice de Beza
(D). Esos textos son el tipo textual occidental.

Categoría V - Bizantina

Los bizantinos y la mayoría de textos bizantinos se encuentran en esta categoría.

Distribución de los manuscritos griegos por siglo y


categoría
Véase [Aland:159-162].

I II III IV V
150 52 90 104
, ,
32 46
, , 64/67,
200 66 77
, , 0189
1 4 5 9
, , , ,
12 15 20
, , ,
22 23 27 28
, , , , 48
29 30 39 ,
250 , , , 0212 69
40 45 47 49
, , , ,
53 65 70
, , ,
75 80 87
, , , 0220
13 16 18
, , , 38
300 37 72 78 ,
, , ,
115
0171
0162,
10 24 35 6 8 17 88
, , , , , , , 058?, 0169,
350 62 71 81
01, 03 , , , 0188, 0206, 0207,
86
, 0185 0221, 0228, 0231,
0242
19 51
, , 57, 21
, 50, 059,
400 057 82
, 85
, 0181, 0160, 0176, 0214,
0270 0219
14 02 (Evangelios),
, 04, 016, 032, 062, 068, 069,
029, 048, 077, 0163, 0165 (?),
02 (excepto los 0172, 0173,
450 0166, 0182, 0216, 05 026, 061
Evangelios), 0254 0175, 0201,
0217, 0218, 0226,
0240, 0244, 0227, 0236, 0252,
0274 0261
56 54
500 , 071, 076, , 63, 072,
088, 0232, 0247 0170, 0186, 0213
2 36
, 76, 83, ,
84
33+58
, 06, 08, , 06, 015, 035,
073, 081, 085, 040, 060, 066, 067, 022, 023, 024, 027,
087, 089, 091, 070, 078, 079, 082, 042, 043, 064, 065,
550
093 (1 Pedro), 086, 0143, 0147, 093 (Hechos), 0246,
094, 0184, 0223, 0159, 0187, 0198, 0253, 0265?
0225, 0245 0208, 0222, 0237,
0241, 0251, 0260,
0266
43 44 55
600 26 , , , 3
, 0164, 0199
083
59
, 68, 096, 097,
11 31 34
, , , 099, 0106, 0107,
79 73
650 74
, 098 , 0102, 0108, 0109, 0145, 0167, , 0103, 0104,
0111, 0204, 0183, 0200, 0209, 0211
0275 0210, 0239, 0259,
0262
700 42 61 60
, ,
41
019, 0101, 0114, , 095, 0126,
0127, 0146, 0148, 07, 047, 054?, 0116,
750 0156, 0205,
0161, 0229, 0233, 0134
0234
0238, 0250, 0256
044 (epístolas 044 (excepto
800
católicas) epístolas católicas)
012, 025 (excepto 09, 011, 013, 014,
010, 038, 0155,
Hechos, Rev), 037, 017, 018, 020, 021,
33 (excepto los 0271, 33
850 050, 0122, 0128, 025 (Hechos, Rev),
Evangelios) (Evangelios),
0130, 0131, 0132, 030, 031, 034, 039,
892, 2464
0150, 0269, 565 041, 045, 049, 053?,
063, 0120, 0133,
0135, 0136?, 0151,
0197, 0248, 0255,
0257, 0272, 0273?,
461
1424 (excepto
900 1841 0115, 1424 (Mark)
Marcos), 1841
051, 075, 0105,
0121a, 0121b, 0140,
0177, 0243?, 028, 033, 036, 046,
0141, 0249, 307,
950 1739 1739, 1891, 052, 056, 0142,
1582, 1836, 1845,
2329 1874, 1891
1874, 1875, 1912,
2110, 2193, 2351
28, 104, 181, 323,
398, 424, 431, 436, 103, 104, 181, 398,
81, 323, 945, 451, 459, 623, 700, 431, 451, 459, 945,
1050 1175, 1243, 2344 1006, 1854, 788, 1243, 1448, 1006, 1448, 1505,
1962, 2298 1505, 1838, 1846, 1846, 1854, 2138,
1908, 2138, 2147, 2147, 2298
2298, 2344, 2596?
1100 256, 1735 1735, 1910 256
1 (Evangelios), 36,
88, 94?, 157, 326,
1 (excepto los
330, 346, 378, 543,
Evangelios), 180,
610, 826, 828, 917,
36, 1611, 2050, 189, 330, 378, 610,
1150 1241 983, 1071, 1241,
2127 911, 917, 1010,
1319, 1359, 1542b,
1241, 1319, 1359,
1611, 1718, 1942,
1542b?, 2127, 2541
2030, 2412, 2541,
2744
1200 1573 1573
6 (Evangelios,
6 (E.C., Pablo), 13,
Hechos), 94?, 180,
94, 180, 206, 218
206, 218 (excepto
(epístolas), 263, 365,
442, 579, 1292, las epístolas), 263,
1250 2053, 2062 441, 614, 720, 915,
1852 365, 597, 720,
1398, 1563, 1641,
1251?, 1292, 1398,
1852, 2374, 2492,
1642, 1852, 2374,
2516, 2542, 2718?
2400, 2492?, 2516
1300 1342
5, 209, 254, 429 5?, 189, 209, 254,
1067, 1409, (Pablo), 453, 621, 429 (Pablo), 1067,
1350
1506, 1881 629, 630, 1523, 1409, 1506, 1523,
1534, 1678?, 1842, 1524, 1877, 2200
1877, 2005, 2197,
2200, 2377
1400 2495
69, 181, 205, 429
69, 205, 322, 467,
(Rev.), 467, 642,
1450 322 642, 1751, 1844,
886, 2523, 2623,
1959, 2523, 2652
2652?
61 (epístolas, Rev), 61 (Evangelios,
1500 522, 918, 1704, Hechos), 522, 918,
1884 1704

Número de manuscritos por siglo y categoría


Siglo Categoría I Categoría II Categoría III Categoría IV Categoría V
II 3
II/III 6
III 25 1 2
III/IV 8 2
IV 5 8 10
IV/V 1 7 7
V 2 16 19 1 2
V/VI 6 6
VI 15 31 12
VI/VII 1 4 3
VII 2 8 17 4
VII/VIII 2 1
VIII 6 12 5
VIII/IX 1 1
IX 3 7 12 5
IX/X 1 2 2
X 1 5 18 10
XI 3 7 24 16
XI/XII 2 2 1
XII 1 5 24 16
XII/XIII 1 1
XIII 2 4 21 18
XIII/XIV 1
XIV 1 4 17 12
XIV/XV 1
XV 1 11 9
XVI 5 4
XVI/XVII 2 1

Limitaciones
Este sistema da preferencia al tipo textual alejandrino. Los manuscritos que representan el
tipo textual occidental están clasificados en la categoría IV en los Evangelios, y en la
Categoría II/III en las cartas de Pablo. Esto es significante porque algunos eruditos creen
que algunos de todos los textos de las Minúsculas o los textos occidentales son muy
cercanos a los textos originales. Algunos manuscritos no están clasificados. Uncial 055 no
está porque hay un comentario, y deacuerdo a los especialistas, escrito en parte en
minúscula. 7, 89, 121, Uncial 080, Uncial 0100, Uncial 0118, 0174, 0230, 0263, 0264,
0267, 0268 son demasiado breves para ser clasificados. Uncial 0144 y 0196 no son
accesibles. El 25 no está clasificado por el carácter de texto diatesárico (los cuatro
evangelios combinados en una única narrativa).

El 5 fue clasificado en la Categoría I, pero no es una representacióon del tipo textual


alejandrino. Según Comfort es "un buen ejemplo de que Kurt y Barbara Aland lo llamaron
"normal" (es decir una precisión textual relativamente precisa manifestando una cantidad
normal de error e idiosincrasia)".3

Véase también
 Lista de papiros del Nuevo Testamento

Notas
1.

 Aland:106f,332-337.
  Frederik Wisse, The profile method for the classification and evaluation of manuscript
evidence, as Applied to the Continuous Greek Text of the Gospel of Luke, William B.
Eerdmans Publishing, (Grand Rapids, 1982), p. 21

3.  Philip Comfort, The Text of the Earliest New Testament Greek Manuscripts,
Tyndale House Publishers 2001, pp. 73-74.

Referencias
 Aland, Kurt and Aland, Barbara. The text of the New Testament: an introduction to
the critical editions and to the theory and practice of modern textual criticism.
Second revised edition. Translated by Erroll F Rhodes. Grand Rapids, Michigan:
William B Eerdmans Publishing Company, 1995. ISBN 0802840981.

 Ewert, David. From Ancient Tablets to Modern Translations: A General


Introduction to the Bible. Grand Rapids, Michigan: The Zondervan Corporation,
1983. ISBN 0310457300

LAS DISTINTAS
FAMILIAS
DE MANUSCRITOS DEL
NUEVO TESTAMENTO

Como ya se ha dicho, existen un gran número de manuscritos del Nuevo


Testamento (unos 118 papiros, 299 manuscritos mayúsculos o unciales, 2.812
minúsculos, 2.281 leccionarios). Los investigadores han agrupado los
manuscritos en distintas familias, esto es, grupos de manuscritos que dependen
unos de otros y cuyo árbol genealógico puede reconstruirse con alguna
precisión. Estos tipos son los siguientes:

a.- El tipo alejandrino.

Se denomina así porque la mayoría de los manuscritos de este grupo


provienen o de Alejandría o de Egipto.
Al tipo alejandrino pertenecen el Códice Vaticano y el Códice Sinaítico y
también los papiros P45, P46 (en Hechos), P66 y P75.

Al principio se creía que este tipo textual se remontaba hasta el siglo IV, pero
los papiros descubiertos y citados han demostrado que este tipo ya existía a
finales del siglo II o principios del III.

Las características de estos manuscritos son la brevedad y el rigor de


expresión, con menos correcciones gramaticales y estilísticas que los otros. Es
usualmente considerado como el mejor y más fiel en la preservación del
original. El Alejandrino es generalmente más corto que otras clases de texto, y no
exhibe el grado de pulidez gramatical y estilística que caracteriza al tipo de texto
Bizantino y en menor grado al tipo de texto Cesariense.

b.- El tipo occidental.

Igual de antiguo que el alejandrino es el tipo occidental.

Este tipo de manuscritos está representado por el Códice Bezae


Cantabrigensis, por el Washintoniano y por los papiros P29, P38 y P48.

En este grupo es particularmente importante el Códice Bezae, el cual presenta


un texto de los Hechos de los Apóstoles con diferencias respecto del tipo textual
alejandrino. No hay acuerdo entre los autores sobre si esta tradición es o no
secundaria respecto a la del texto alejandrino. Según algunos especialistas
algunas variantes del texto occidental se podrían remontar muy atrás, hasta el
propio Lucas.

c.- El tipo bizantino.

A esta familia pertenecen importantes manuscritos de los siglos VII al VIII. Es


un tipo de texto bastante uniforme que ha sido pulido lingüísticamente, es más
elegante en la expresión y ha sufrido correcciones estilísticas. Fue utilizado
como texto común en el imperio bizantino, de donde procede su nombre.
Pertenecen a este tipo casi el 80 por 100 de los manuscritos existentes.

A este grupo pertenece, de los códices vistos en páginas anteriores, el Códice


Alejandrino.
Este tipo de texto es el más reciente. Aparece a mediados del siglo IV en un
grupo de Padres relacionados con Antioquía y parece ser el resultado de una
revisión preparada por Luciano de Antioquía hacia el final del siglo III.

No obstante lo anterior, los papiros P45, P46 y P66 contienen también algunas
variantes que sólo son conocidas en el testo bizantinos, por lo que el valor de
este texto no debe despreciarse.

El "textus receptus" (pinchar) se realizó a partir de manuscritos pertenecientes


al tipo bizantino.

d.- El tipo cesariense.

Este tipo está representado por el Códice washingtoniano y por el papiro P45,
entre otros.

Se supone que está basado en un texto que Orígenes llevó consigo desde
Egipto cuando se trasladó a Cesárea, pero que resultó contaminado más tarde
por lecturas "occidentales". Este tipo tiene un reducido número de lecturas
propias y presenta afinidades con el alejandrino y el occidental.

La historia del Texto Recibido y los


manuscritos griegos, Lección 3:
Clasificación de familias textuales
Tipos (o familias) de textos

Aproximadamente el 80-90 por ciento de los manuscritos pertenecen en la categoría del


Texto Bizantino.

Han sobrevivido más de 5,500 manuscritos griegos del Nuevo Testamento. Al ordenar los
manuscritos existentes para el Nuevo Testamento según su contenido textual, los eruditos
tradicionalmente se los han dividido en tres “familias” o “tipos de texto”: El Texto
Bizantino, el Texto Alejandrino y el Texto Occidental. Aproximadamente el 80-90 por
ciento de los manuscritos pertenecen en la categoría del Texto Bizantino. El resto de los
manuscritos (aproximadamente el 10-20%) pertenecen en la categoría del Texto
Alejandrino u Occidental. El porcentaje preciso que pertenece a cada grupo de textos es
subjetivo. He visto un rango desde 80% hasta 99% asignado a los Textos Bizantinos.

Lo que determina si un manuscrito pertenece a cierta familia es cuando coincide una y otra
vez en lecturas variantes donde otros manuscritos muestran lecturas diferentes. No hay una
ciencia exacta para determinar si un manuscrito es Alejandrino, Bizantino, u Occidental.
Los eruditos observan si un determinado manuscrito sigue ciertas pautas en sus lecturas que
tienden a caracterizar una familia textual, y luego hacen una determinación, la cual a veces
es subjetiva. Un ejemplo de la subjetividad al clasificar manuscritos es la presencia de
muchas lecturas mixtas. Un ejemplo de una lectura mixta sería el códice W, el cual es
Alejandrino, excepto que en el libro de Mateo refleja el Texto Bizantino). Algunos eruditos
hasta han nombrado otras familias textuales (como la Cesarea) para tomar en cuenta una
variedad amplia de pautas. Lo más reciente entre los eruditos de más influencia es colocar
todos los manuscritos en cinco categorías del I-V, pero aún en ese sistema los manuscritos
dominantes son las dos familias del Texto Alejandrino y Bizantino. Las cinco categorías se
hicieron para tomar en cuenta la antigüedad de manuscritos y otras características
especiales.

Edward Miller, quien fue entrenado por John Burgon, explica la situación de la siguiente
manera:

Otra vez, la teoría de familias, o grupos de manuscritos, no pueden establecerse en


una forma clara y definida. Desde que fue primero propuesto por Bentley, ha pasado
por constantes modificaciones. Los fundamentos establecidos por un maestro han
sido trastornado por su sucesor, cuyas propias excavaciones y masas de cementos han
sido re-establecido por el siguiente. Las dificultades a las cuales los constructores de
esta teoría inexorable han sido llevados se demuestran por partir un manuscrito,
según el ejemplo de la presentación de Salomón, en porciones supuestamente
pertenecientes a tres familias. Ciertamente el Dr. Scrivener tiene razón en describir
este proceso como “ese violento e improbable hipótesis, que el códice A sigue la
clase bizantina de autoridades en los evangelios, el occidental en Hechos y las
epístolas católicas, y el alejandrino en los de san Pablo”.

Pero se puede preguntar, ¿no hay ninguna verdad en asignar caracteres a manuscritos, o en
algunas clases de grupos? Y la respuesta al averiguador franco debe ser que hay una
cantidad de justicia en la connotación de rasgos característicos, pero se debe tomar gran
cuidado en no poner mucho énfasis sobre ello, y ciertamente no de trazar líneas gruesas y
oscuras de un campo a la otra. Y especialmente generalizaciones construidas sobre tal
inducción como el caso admite, debe ser empleada con moderación en argumentos
deductivos, sino la lógica quedará horrorizada. (Miller, Edward. A Guide to the Textual
Criticism of the New Testament. 1886, reprinted by the Dean Burgon Society, 1979, p. 50)

En la próxima lecciones 4-6 (algunas en construcción) veremos cada familia textual por
separado.
La historia del Texto Recibido y los
manuscritos griegos, Lección 1:
Conociendo a los manuscritos
Índice
Introducción
Lección 1 – Conociendo a los manuscritos (la presente lección)
Lección 2 – La causa de las diferencias más comunes entre manuscritos
Lección 3 – Clasificación de familias textuales
Lección 4 – El Texto Alejandrino
Lección 5 – El Texto Occidental

Futuras lecciones en construcción:

El Texto Bizantino
El Texto más fiel
Las ediciones del Texto Recibido de Estéfano
Las ediciones del Texto Recibido de Teodoro de Beza
Las ediciones del Texto Recibido de los hermanos Elzevir
La edición del Texto Recibido de Scrivener
Los textos críticos en competencia con el Texto Recibido
¿Es el Texto Recibido la autoridad final?
Bibliografía

Introducción a La Historia del Texto Recibido y los manuscritos griegos

Los manuscritos originales de la Biblia no sobrevivieron, por tanto las copias que se
hicieron en forma de manuscritos son de vital importancia. Estos manuscritos comprueban
el cumplimiento de la promesa que econtramos en Mateo 24:35: “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

En nuestro estudio sobre La Historia del Texto Recibido documentaremos lo más posible
utilizando fuentes que favorecen el Texto Recibido y los manuscritos bizantinos. Pero se
debe reconocer que hay información y datos que solo se consiguen de autores que son
neutrales o no tienen un alto concepto del Texto Recibido. Entre los datos que
compartiremos se encontrarán datos que favorecen el Texto Recibido, pero también
compartiremos datos que quizás no parezcan favorable al Texto Recibido, pero son parte de
la historia que se debe contar. Trataremos de enfocarnos en datos y hechos de la historia,
pero al analizarlos será inevitable recurrir a la opinión. Tendremos cuidado de no elevar
conclusiones históricas al nivel de doctrina divina.

cuando se maneja puros datos históricos, lo más importante es la honestidad intelectual del
investigador.
El hecho de que hemos utilizado los datos de algún erudito no necesariamente indica que
estemos de acuerdo con sus opiniones personales o su postura doctrinal. Lo más importante
en cuanto al relato de la historia y datos relacionados es la honestidad intelectual del
investigador. Por ejemplo, es posible que aun un investigador con sana doctrina sea tentado
a suprimir datos o distorsionar relatos históricos que no apoyan su punto de vista. Tomando
esto en cuanta, al riesgo de ser malinterpretado, deseo afirmar que cuando se maneja puros
datos históricos, lo más importante es la honestidad intelectual del investigador.

Debido a la naturaleza del tema de diferencias en manuscritos que puede resultar ser
preocupante para los débiles en la fe, no recomendamos este material para cristianos nuevos
o inmaduros. Normalmente este es un tema que sólo se toca en seminarios, pero siendo que
libros como El Elefante en la Sala han sido diseminados entre laicos, nos vemos obligados
a tratar este tema públicamente. Parte de lo que nos motiva a escribir este estudio es la falta
de material detallada sobre el asunto en español. Hemos escrito lo más posible al nivel de
laicos. Esperamos que sea de bendición. Le invitamos a aportar con preguntas y
comentarios respetuosos en la sección de comentarios al fin de cada lección.

Para encontrar el significado de términos desconocidos, recomendamos el Glosario de


términos usados en la crítica textual y en el asunto de versiones de la Biblia.

Lección 1: Conociendo a los manuscritos

Siendo que no hubo Nuevos Testamentos griegos impresos antes de Erasmo y la Políglota,
lo que se usaba era en forma de manuscritos escritos a mano. De la era de 125 d. C. hasta
Erasmo han sobrevivido un poco más de 5.500 manuscritos griegos hasta el día de hoy. No
todos son Nuevos Testamentos completos, sino que muchos son fragmentos o secciones
solamente. Dicha cantidad de manuscritos griegos no incluyen miles de manuscritos
antiguos en otros idiomas que son más bien traducciones o versiones. Esta gran cantidad
refleja el hecho de que Dios cumplió con su promesa de que su Palabra sería preservada.

Cuando se habla de manuscritos bíblicos, con frecuencia se incluyen versiones del Nuevo
Testamento en latín, sirio, arameo, armenio, bohaírico, cópto, etíope, georgiano, y gótico
antes de que se inventara la imprenta. El motivo por su inclusión se debe al hecho de que
muchas de estas versiones son muy antiguas, y reflejan la lectura que probablemente
hubiera tenido el texto griego del cual fueron traducidos en su respectiva era. Aparte de
manuscritos bíblicos y versiones, también se toma en cuenta citas bíblicas de los
comentarios bíblicos de los “padres” de la iglesia de aquel tiempo. A estos a veces se les
llama “citas patrísticas”. Aunque estas fuentes son de valor, nos concentraremos más en los
manuscritos griegos.

En cuanto a las lecturas de los manuscritos antiguos, estamos endeudados a los pocos
expertos que han tenido el privilegio de examinar los manuscritos mismos (o por lo menos
en formato microfilme), y nos han informado de su contenido. Poco a poco, gracias a la
tecnología moderna, tenemos más acceso público a las lecturas de manuscritos antiguos. Un
ejemplo de esto es el libro The Text of the Earliest New Testament Manuscripts por Philip
Comfort, el cual contiene el texto de los manuscritos griegos más antiguos que han
sobrevivido, aunque su utilización requiere un conocimiento del griego koiné. Pero
regresando a los casos donde tenemos que depender obligadamente de la palabra de
expertos, en algunos casos es posible que dichas personas incluyeran modernistas, pero si
ningún otro ha examinado el manuscrito y reportado lo contrario, tenemos que proceder con
la suposición que los datos que nos han dado son correctos.

Cuando mencionamos el Texto Recibido no nos refirimos a manuscritos. “Texto Recibido”


es la forma castellana para la frase latina Textus Receptus. En la edición del Nuevo
Testamento griego de los hermanos Elzevir del año 1633, el prefacio incluyó la siguiente
oración en latín:

Textum ergo habes nunc ab omnibus receptum.


(Por tanto tenéis ahora el texto recibido por todos)

Aunque la frase Textus Receptus no se utilizó hasta 1633 para designar un Nuevo
Testamento impreso en griego, con tiempo llegó a ser un término que no solo identificó a la
edición griega del Nuevo Testamento de los Elzevirs, sino también los textos impresos en
que se basó esa edición (como el Nuevo Testamento de Erasmo, Beza y Estéfano). En las
siguientes lecciones estudiaremos dichas ediciones en detalle.

Según Bruce Metzger en su libro The Text of the New Testament, 2005, p. 50, los
manuscritos griegos catalogados se dividen por sus características de elaboración de la
siguiente manera:

Papiro……….116
Unciales…….. 310
Minúsculas…… 2,877
Leccionarios…. 2,432
Total: 5,735

Papiro – Los manuscritos más antiguos que se han encontrado hasta ahora. Este material
de escritura se hacía de la planta denominada papiro. La caña crece en lugares llanos de los
ríos y lagos en Egipto y Siria.

Unciales – Forma de escribir en algunos manuscritos antiguos con letras mayúsculas


dibujadas con mucho cuidado.

Minúsculas – Manuscritos escritos con solamente minúsculas con mano corrida. La


escritura minúscula ahorraba tiempo y espacio porque era más compacta y se escribía con
mayor rapidez. La gran mayoría de estos manuscritos representan el Texto Bizantino.

Leccionarios – Estos manuscritos contienen pasajes bíblicos colocados en orden, a manera


de lecciones, que se leían a lo largo del calendario litúrgico de la iglesia. La gran mayoría
de estos manuscritos representan el Texto Bizantino.
El manuscrito más antiguo que se ha encontrado hasta ahora fue hecho de papiro y ha sido
designado P52. Contiene solamente un fragmento de Juan 18. Se cree que es de alrededor
del año 125 d. C. Algunos teólogos creen que el Evangelio de Juan fue escrito
originalmente alrededor del 90 d. C. De ser así, ¡esta copia es solo 35 años después del
original!

Próxima lección:

La historia del Texto Recibido y los


manuscritos griegos, Lección 2: La causa
de las diferencias más comunes entre
manuscritos
Se cree que puede haber hasta 400,000 variantes textuales entre los manuscritos. A simple
vista esto puede parecer alarmante, puesto que hay tan solo como 140,000 palabras en el
Nuevo Testamento entero. Ha muchos variantes por el simple hecho de que hay muchos
manuscritos. El hecho de que hay muchos manuscritos para autenticar el Nuevo
Testamento es bueno, por tanto hay que ver las muchas variantes en ese contexto.

¿Por qué hay diferencias entre manuscritos? La razón más grande se debe seguramente al
error humano. No hay duda que muchas diferencias se incorporaron debido al cansancio del
copista y descuido en general. John Burgon en su libro The Causes of Corruption of the
Traditional Text of the Holy Gospels, 1896, p. 21, afirma que “Se debe considerar con
certeza que la mayoría de las anomalías en los códices del Texto Sagrado han surgido en
primera instancia por la mera inadvertencia de los escribas. Que tal fue el caso en el vasto
número de casos es de veras demostrable”. Aunque reconoció que hubo herejes que
hicieron cambios intencionales, en las páginas 191 y 197 Burgon expresó que también hubo
enmiendas al texto por los que eran sano en doctrina. Burgon dijo que él sospechaba que
ellos tenían tanta culpa como los que tenían motivos menos nobles:

Estamos preparados para hacer la mayor concesión para descuidos, aún para
transcripción licenciosa; y podemos inventar las excusas para el afán erróneo, la
oficiosidad si hombres prefieren llamarlo así, de los que con frecuencia no dudaron
en adoptar enmiendas conjeturales al texto. … Yo no digo que los herejes fueron los
únicos ofensores aquí. Estoy inclinado a sospechar que los ortodoxos fueron tan
culpables como los impugnadores de la verdad”.

Al leer sus propias palabras, es obvio que Burgon implicaba que no era posible conocer con
exactitud la razón exacta por cierta diferencia entre manuscritos:
Nuestro deber como críticos no es de inventar teorías para explicar los errores de
copistas; sino para acertar donde ellos han errado, donde no. … de ninguna manera es
seguro seguir el descubrimiento de una depravación del texto con una teoría para
explicar su existencia. Permítame decir que tales teorías raras veces son
satisfactorias. En los mejores de los casos son adivinaciones nada más. (The Last
Twelve Verses of Mark, páginas 100-101)

Gonzalo Baez-Camargo en su libro Breve Historia del Texto Bíblico explica cómo
aparentamente se introdujeron la gran mayoría de errores inocentes en los manuscritos:

También en la escritura griega hay letras de forma muy parecida y que por falla de
los ojos pueden confundirse. Por ejemplo, en la escritura uncial la theta y la ómicron.
En la escritura griega, como en otras escrituras antiguas, se acostumbraban las
contracciones o abreviaciones de palabras, y una abreviación podía confundirse con
otra palabra cuya escritura fuera parecida. Podía haber también transposiciones de
letras o de palabras, repetición de líneas enteras cuando dos líneas próximas
comenzaban o terminaban con la misma palabra, y otras faltas de ortografía. Todo
esto explica algunas de las diferencias o variantes que se hallan en los varios
manuscritos. Y naturalmente cualquier error propendía a repetirse en las nuevas
copias. Y si el copista estaba copiando el dictado podía, por falla del oído, escuchar y
escribir una palabra por otra, y producir una variante en su copia. El error de oído
más común en griego es el llamado itacismo, pronunciar o escuchar como i los
sonidos de las vocales eta, iota y úpsilon, y los diptongos ei, oi, y ui. La confusión
más frecuente que puede producirse por itacismo aparece en los pronombres
personales, por ejemplo, nosotros (gr. jemeis) y vosotros (gr. jumeis), si ambos se
pronuncian jimis, pues el diptongo ei llegó a convertirse en i. (págs. 64-65)

Baez-Camargo continúa, explicando errores por casual inadvertencia:

Otros errores del copista pueden no ser causados por falla de la vista o del oído sino
por casual inadvertencia. De esta clase pueden ser a veces las transposiciones de
letras o palabras. Asimismo, por rutina mental puede cambiarse una palabra por su
sinónimo, o donde las palabras siguen cierto orden cambiarse éste sin darse plena
cuenta, errores que no siempre resultan serios pero que a veces ocasionan un cambio
de sentido. Otras veces el copista cede a la tendencia, que puede ser inconsciente, de
escribir igual pasajes paralelos cuya forma verbal no es, sin embargo, exactamente
igual. Esto sucedió con cierta frecuencia sobre todo en las copias de los Evangelios
sinópticos. Como en el caso del texto hebreo, algunas alteraciones ocurren por
incertidumbre, que es lo que ha pasado cuando una nota que un copista halló al
margen de su copia se inserta en el texto porque el copista no supo decidir si tal nota
era ajena al texto o algo que pertenecía a él y que el copista anterior olvidó insertar.
(págs. 65-66)

El proceso de decidir entre una lectura y otra cuando hay diferencias entre manuscritos o
textos impresos en griego y hebreo se denomina “crítica textual”. El objetivo de la crítica
textual en sí no es malo; el desacuerdo se centra en los métodos usados para llevarla a cabo,
si podemos confiar en las personas involucradas, y si dicho trabajo ya se acabó
completamente con la era del Texto Recibido. John Burgon, quien apreciaba muchísimo el
Texto Recibido pero no la consideraba infalible, expresa el objetivo de la crítica textual del
siguiente modo:

El objetivo de la crítica textual, cuando aplicada a las Escrituras del Nuevo


Testamento, es determinar lo que los apóstoles y los evangelistas de Cristo realmente
escribieron—las palabras precisas que emplearon, y el orden mismo de ellas. (The
Traditional Text, p. 19)

En sus escritos John Burgon presenta los siguientes 7 criterios que en su valiosa opinión se
debería considerar en el proceso de la crítica textual para determinar si una lectura debiese
ser aceptada o descartada:

7 “notas de certeza” de John Burgon

1. Antigüedad
2. Cantidad
3. Variedad
4. Peso [en el sentido de autoridad]
5. Continuidad
6. Contexto
7. Evidencia interna

Hay evidencia de que hubo cambios heréticos intencionales en los manuscritos, pero dicha
evidencia es escasa. Esto lo afirma J. Harold Greenlee de la siguiente manera:

Las evidencias que se introdujeron herejías o variantes destructoras intencionalmente


en los manuscritos de veras son pocas. (Greenlee, J. Harold. Introduction to New
Testament Textual Criticism. Grand Rapids: Eerdmans, 1964, p. 66)

El hecho de que se introdujeron herejías en el texto en pocas ocasiones no significa que


esas corrupciones afectaron a todos los manuscritos, o que esas corrupciones continuan aún
en todos los manuscritos sobrevivientes, especialmente en la mayoría, las cuales
consideramos ser más confiables.

Note la siguiente observación de la página 44 del libro Evidencia Que Exige Un Veredicto
por Josh McDowell (Editorial Vida, 1982):

Phillip Schaff en Comparison to the Greek Testament and the English Version llega a
la conclusión de que solamente 400 de las 150.000 implican duda respecto del
significado textual, y que solamente 50 de éstas eran realmente de gran significado.
Ninguna de las variantes, dice Schaff, altera algún artículo de fe o precepto del deber
que no esté abundantemente respaldado por otros pasajes de los cuales no hay duda,
o por el tenor completo de la enseñanza escritural.
Philip Mauro, un famoso abogado en su tiempo, favorecía el Texto Bizantino y la versión
KJV en inglés. Él nos asegura lo siguiente en sus escritos:

El hecho consolante en este asunto es que: (1) La vasta mayoría las lecturas variantes
son tan leves (dudas de una sola letra, o una marca de acento, un prefijo o un sufijo)
que no surge para nada una duda concerniente al verdadero sentido del pasaje; y (2)
la suma de todas las lecturas variantes juntas no da lugar a la duda más mínima en
cuanto a ninguno de los puntos fundamentales de fe y doctrina. (Mauro, Philip.
“Which Version? Authorized or Revised?” True or False. Ed. David O. Fuller. Grand
Rapids, MI: Grand Rapids International Publications, 1975, p. 62)

La siguiente cita enfatiza la confiabilidad del texto en general a pesar de diferencias que
han surgido entre manuscritos:

Todos los pasajes, y todo el resto que permanece, son lo suficientemente puro y
genuino para hacernos seguros de los diseños del escritor. Si una línea corrupta o
lectura dudosa da la casualidad de intervenir, no oscurece el contexto entero, ni hace
a la opinión de un autor o su propósito precaria. Terence, por ejemplo, tiene tantas
variaciones como cualquier libro que sea, en proporción a su volumen y, sin
embargo, con todas sus interpolaciones, omisiones, adiciones o glosas (elija el peor
de ellos a propósito), no puede estropear el artificio y trama de una obra, no, ni de
una sola escena, pero su sentido, el diseño y la subordinación a la última edición y
conclusión, Es visible y claro a través de toda la niebla de lecciones diferentes. Y lo
mismo ocurre con el texto sagrado, haga sus 30,000 hasta más, si el número de copias
pueda llegar a esa suma: todo lo mejor a un lector conocedor y serio, quien por tanto
es más ricamente equipado para seleccionar lo que él considera auténtico. Pero
incluso póngalo en manos de un neófito o un tonto, y aun, con la opción más débil y
absurda, no se apagará la luz de cualquier capítulo, ni disfrazar tanto el cristianismo,
sino que cada característica de la misma seguirá siendo la misma. (Tregelles, Samuel
Prideaux. An account of the printed text of the Greek New Testament. London:
Samuel Bagster & Sons, 1854, p. 56)

Aunque acciones no intencionales introdujeron miles de diferencias en manuscritos, son de


tal categoría que con estudio y comparación de manuscritos se pueden detectar y corregir.
Existe una rica y variada abundancia de manuscritos griegos del Nuevo Testamento.
Mientras más grande es el número de manuscritos, más grande es el número de variantes.
Lo converso también es cierto—Si hubiera menos variantes textuales, hubiera menos
manuscritos. Menos diferencias hubiese sido al costo de menos manuscritos. Al tratar el
asunto no tan agradable de variantes textuales entre manuscritos, debemos tener presente el
hecho comprobado de que en términos generales, se mantuvo la integridad del cuerpo
principal del texto. La gran mayoría se trata de errores inocentes de copistas que no afectan
la interpretación de un pasaje. Es por la providencia de Dios en cumplir su promesa de
preservar su Palabra que tenemos tantos manuscritos.

El hecho de que aún los mejores manuscritos contienen diferencias entre sí no debe ser
causa por dudar la confiabilidad de la Palabra de Dios. El hecho de que tenemos
conocimiento de tantas diferencias entre manuscritos se debe al alto volumen de
manuscritos que han sobrevivido. El hecho de que tenemos tantos manuscritos debe ser
visto como una bendición, no una maldición. La gran cantidad de manuscritos, de la cual la
gran mayoría tienden a ser de los más confiables, es un testimonio del cumplimiento de la
promesa bíblica de que su Palabra permanece para siempre.

La historia del Texto Recibido y los


manuscritos griegos, Lección 4: El Texto
Alejandrino
Algunos de sus manuscritos omiten versículos enteros que se encuentran en manuscritos
bizantinos y ciertos manuscritos Alejandrinos contienen libros apócrifos.

Estos son los manuscritos en que se basan más que todo las ediciones modernas críticas del
Nuevo Testamento griego (como Westcott-Hort y Nestle-Aland). Se llaman alejandrinos
porque muchos de los manuscritos son asociados con el área o personajes de Alejandría en
Egipto. Los manuscritos en este grupo tienden a ser más antiguos, pero son una minoría
comparado a los demás manuscritos, y contienen más variantes textuales entre sí que en el
Texto Bizantino. Las lecturas de los códices en esta familia textual tienden a ser más
cortantes y menos armonizados. Algunos de sus manuscritos omiten versículos enteros que
se encuentran en manuscritos bizantinos y ciertos manuscritos Alejandrinos contienen
libros apócrifos. Algunos eruditos se refieren al Texto Alejandrino como el texto Egipcio o
Neutral. Veamos un resumen de los manuscritos principales de esta familia textual:

El códice Vaticano

También conocido como códice B, es uno de los manuscritos antiguos inferiores (en
nuestra opinión) en el cual se basó principalmente el texto griego de Westcott y Hort en
1881. Se sabía de este manuscrito en la biblioteca del Vaticano desde el siglo 15, y algunos
investigadores lograron verlo desde entonces y observar sus lecturas, pero no fue hasta el
siglo 19 que se hizo público su contenido a través de una reproducción del manuscrito
entero. Contiene la mayor parte del Nuevo Testamento y la Septuaginta. Data de alrededor
del siglo 4. Para una crítica de este manuscrito y otros relacionados, recomendamos el libro
Codex B and its Allies por Herman Hoskier.

El análisis en pasajes selectos reportados por Aland indica que el códice Vaticano tiene 21
(%) lecturas Bizantinas, comparada a 489 (65%) lecturas que coinciden con el Texto
Crítico Nestle-Aland26 (que representa mayormente el Texto Alejandrino, y en menor
escala el Texto Occidental), coincidencia de Nestle-Aland26 con el Texto Bizantino en 117
(16%) lecturas, con una adición de 121 (16%) lecturas variantes especiales. (Aland, Kurt.
The Text of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 109)

El códice Sinaítico

Este códice es también llamado Álef, porque se designa con la letra hebrea ‫ א‬que lleva ese
nombre. Contiene el Nuevo Testamento entero, y partes del Antiguo. También contiene los
libros apócrifos de la Epístola de Bernabé y fragmentos de El Pastor de Hermas. Fue
descubierto en 1844 en el Monasterio de Santa Catalina (de la Iglesia Ortodoxa), al pie del
Monte Sinaí en Egipto por Tischendorf. Se cree que el manuscrito data del siglo 4 d. C.

El análisis en pasajes selectos reportados por Aland indica que el códice Sinaítico tiene 131
(14%) lecturas Bizantinas, comparada a 473 (50%) lecturas que coinciden con el Texto
Crítico Nestle-Aland26 (que representa mayormente el Texto Alejandrino, y en menor
escala el Texto Occidental), concidencia de Nestle-Aland26 con el Texto Bizantino en 153
(16%) lecturas, con una adición de 183 (19%) lecturas variantes especiales. (Aland, Kurt.
The Text of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 107)

Diferencias sustanciales entre los códices Sinaítico y Vaticano

Estos dos manuscritos difieren tantos entre sí, que el erudito John Burgon escribió que “es
más fácil encontrar dos versículos consecutivos en los cuales estos dos manuscritos difieren
el uno del otro, que dos versículos consecutivos en las cuales están enteramente de
acuerdo”. (Burgon, John. The Revision Revised. 1883, p. 12).

Edward Miller, un aprendiz de John Burgon, relata las siguientes precauciones en su libro:
“Sin duda en las palabras temperantes del Dr. Scrivener, ‘le adscribimos al códice B
[Vaticano] por lo menos tanto peso como cualquier otro documento en existencia.’ Pero no
podemos estar de acuerdo con los que lo hacen valer a ese o al Sinaítico a un nivel
extremadamente alto; y el hecho de que estos dos se encuentran con otros pocos en una
pequeña minoría debe causar que examinemos su testimonio, excepto cuando esté bien
apoyado, con sospecho y cuidado”. (Miller, Edward. A Guide to the Textual Criticism of
the New Testament. 1886, 1979 Dean Burgon Society, págs. 56-57)

El hecho de que hay tantas diferencias entre sí debe ser tomado en consideración. En
nuestra opinión, los manuscritos Sinaítico y Vaticano carecen de la clase de autoridad que
muchos eruditos quieren asignarles.

Códice Alejandrino

Este manuscrito que ha sido designado con el símbolo A, es del quinto siglo. Estuvo en la
biblioteca patriarcal de Alejandría desde el siglo once. Según Miller este códice es el
exponente más antiguo del Texto Bizantino, pero a la vez es independiente, porque solo
refleja lecturas bizantinas mayormente en los evangelios. (p. 95) Los investigadores
textualistas Dupont-Roc y Mercier están de acuerdo con este asesoramiento del Códice
Alejandrino, y lo explican de la siguiente forma: “El texto de los evangelios es de tipo
bizantino; el resto del NT es de tipo alejandrino”.

El análisis en pasajes selectos reportados por Aland indica que el códice Alejandrino tiene
198 (27%) lecturas Bizantinas, comparada a 301 (42%) lecturas que coinciden con el Texto
Crítico Nestle-Aland26 (que representa mayormente el Texto Alejandrino, y en menor
escala el Texto Occidental), coincidencia de Nestle-Aland26 con el Texto Bizantino en 144
(20%) de sus lecturas, con una adición de 80 (11%) lecturas variantes especiales. (Aland,
Kurt. The Text of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 109)

Códice C

El texto recuperado del códice C es del quinto siglo, y es el códice palimpsesto más
conocido. El análisis en pasajes selectos reportados por Aland indica que el códice C tiene
145 (24%) lecturas Bizantinas, comparada a 249 (42%) lecturas que coinciden con el Texto
Crítico Nestle-Aland26 (que representa mayormente el Texto Alejandrino, y en menor
escala el Texto Occidental), coincidencia de Nestle-Aland26 con el Texto Bizantino en 108
(18%) de sus lecturas, con una adición de 92 (15%) lecturas variantes especiales. (Aland,
Kurt. The Text of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 109)

Observaciones acerca del Texto Alejandrino

Aun cuando los manuscritos del Texto Alejandrino se consideren inferiores a los del Texto
Bizantino, no deben ser descartados en su totalidad.

Lo que acabamos de compartir es solo un resumen de los manuscritos principales de esta


familia textual. Aunque no coincida con la mayoría de los eruditos, nuestra opinión es que
los manuscritos del Texto Alejandrino son inferiores. Compartiremos las diversas razones
poco a poco a través de estos escritos. Aun cuando los manuscritos del
Texto Alejandrino se consideren inferiores a los del Texto Bizantino, no deben
ser descartados en su totalidad. Se debe tomar en consideración las siguientes palabras de
Erasmo, el editor de la primera edición del Texto Recibido: “¿No ocurre con frecuencia que
de varios manuscritos errados—aunque no errados de la misma forma—se halla la lectura
genuina y verdadera?” (Schnaiter, Sam & Tagliapietra, Ron. Bible Preservation and the
Providence of God. Xlibris, 2002, p. 97)

En nuestra opinión, creemos que el Texto Bizantino es de más confianza, y trataremos esa
familia textual en otra lección. Es cierto que el Texto Alejandrino por regla general es más
antiguo que el Bizantino. Hay cierta lógica en presumir que los manuscritos griegos más
cercanos a los originales se supone sean más fieles. Pero a pesar de esto, hay varias cosas
acerca del Texto Alejandrino que nos preocupan:

1. Son una pequeña minoría en comparación con el Texto Bizantino


2. Hay menos armonía entre sus manuscritos.
3. Es preocupante la cantidad de versículos que faltan además de porciones de
versículos.
En una futura lección haremos una comparación entre el Texto Bizantino, el Alejandrino, y
el Occidental. Presentaremos varias razones porqué creemos que uno es de mucho más
valor que el otro. Por ahora solo estamos ofreciendo datos que nos ayudará a llegar a una
conclusión informada

La historia del Texto Recibido y los


manuscritos griegos, Lección 5: El Texto
Occidental
Lecciones anteriores:

Lección 1 – Conociendo a los manuscritos


Lección 2 – La causa de las diferencias más comunes entre manuscritos
Lección 3 – Clasificación de familias textuales
Lección 4 – El Texto Alejandrino

Los manuscritos que componen el Texto Occidental contienen unos rasgos textuales que los
distinguen de los textos Alejandrinos y Bizantinos. Aparte de pocos manuscritos griegos,
incluyen también traducciones antiguas en latín, conocidas como Latina antigua, y citas
patrísticas de parte de Cipriano, Tertuliano e Ireneo. Es más propenso a parafrasear que
otras familias textuales. Generalmente son del siglo III-IX.

Códice D (Beza)

El códice Beza es el representativo mayor del Texto Occidental, que ahora es conocido más
como el Texto D. Este códice ha sido de interés para los que ejercen la crítica textual
moderna debido a su edad (data de alrededor del siglo V o VI). Con frecuencia se refiere a
este manuscrito como códice Beza, por el hecho de que fue descubierto por Teodoro de
Beza. Es el mismo Beza quien editó varias ediciones del Texto Recibido. No se apoyó en
este manuscrito que descubrió al editar el Texto Recibido, sin duda por considerarlo
inferior al notar cuánto se diferenciaba de la mayoría de los manuscritos. Este manuscrito
contiene la mayoría del texto de los cuatro evangelios y Hechos, además de un fragmento
de 3ra de Juan. Se conoce como el manuscrito con más variantes aún dentro de su familia
textual. Bruce Metzger nos informa que “Ningún manuscrito conocido tiene tantas y tan
increíble variantes de lo que normalmente es considerado el texto normal del Nuevo
Testamento”. (The Text of the New Testament. 3rd edition 1992, Oxford University Press,
p. 50)
El análisis en pasajes selectos reportados por Aland indica que el códice D tiene 86 (22%)
lecturas Bizantinas, comparada a 92 (23%) lecturas que coinciden con el Texto Crítico
Nestle-Aland26 (que representa mayormente el Texto Alejandrino, y en menor escala el
Texto Occidental), coincidencia de Nestle-Aland26 con el Texto Bizantino en 55 (14%) de
sus lecturas, con una adición de 167 (42%) lecturas variantes especiales. (Aland, Kurt. The
Text of the New Testament, Grand Rapids: Eerdmans, 1989, p. 110)

Latina Antigua

El texto de estas versiones en latín pertenecientes al Texto Occidental fueron objeto de


muchas modificaciones en las diferentes regiones donde se utilizaron, hasta que Jerónimo
salió con su Vulgata, la cual llegó a ser la versión oficial de la iglesia católica. También son
conocidas como Vetus Latina. Los manuscritos de la Latina antigua son en latín, pero por
su edad se toman en consideración en la crítica textual. La más antigua existente, Códice A,
data del cuarto siglo. Se sabe de treinta o más manuscritos en este grupo. Ninguno de sus
manuscritos contiene el Nuevo Testamento entero, pero la mayoría se preserva entre un
manuscrito y otro. Tiende a ver gran variedad entre las lecturas de estos manuscritos. Por
ejemplo, varios manuscritos de la Latina Antigua no incluyen Juan 7:53-8:11 (Metzger, The
Text of the New Testament. 3rd edition 1992, Oxford University Press, p. 223) y varias
copias tienen “Isaías” en Marcos 1:2, un pasaje disputado en la Reina-Valera
1960.(Burgon, John. Causes of Corruption of the Traditional Text. 1896, p. 112).

¿Es la Latina Antigua representativa del Texto Bizantino? He aquí una opinión de un
escritor quien escribió un libro entero acerca de la Latina Antigua:

Ahora hay una buena cantidad de evidencia que conecta Latina Antigua con el texto
“luciánico” [Bizantino], pero sería un error exponer la Latina Antigua como evidencia del
siglo III para el texto Lucianico [Bizantino] como lo conocemos … La Latina Antigua me
parece representa en vez un elemento, y probablemente el más importante… (Burkitt, F.C.
The Old Latin and the Itala. Cambridge: University Press, 1896, p. 9)

¿Es el Textus Receptus la autoridad final?


En años recientes ha surgido un pequeño movimiento en el fundamentalismo que insiste
que una traducción tal como la Reina-Valera no solo debe seguir de cerca el Textus
Receptus (la posición histórica), sino que no puede desviarse del Textus Receptus en el más
mínimo detalle. Aunque algunos lo nieguen, de esta forma están enseñando que el Textus
Receptus es la autoridad final. Veamos si esta es la posición histórica, y si es razonable y
bíblico.

1. El significado del término “autoridad final”


La expresión “autoridad final” significa exactamente lo que dice. Una verdadera autoridad
final no puede ser reemplazada; si no, no hubiera sido la autoridad final. Una autoridad
final siempre ha sido, es y siempre será la autoridad final. Si los manuscritos originales
fueron la autoridad final (así creo yo) siguen siendo la autoridad final, y siempre lo serán.

2. Si el Textus Receptus es la autoridad final, no hubo autoridad final hasta


1516

1516 fue el año en que Erasmo, un católico quien heroicamente escribió en contra de
algunos abusos de la iglesia católica romana, publicó la primera edición del Textus
Receptus. El Textus Receptus tiene su inicio en la crítica textual conservadora de parte de
Erasmo, quien escogió la lectura final para su edición de 1516 entre algunos manuscritos
generalmente representativos del texto Bizantino (Texto Bizantino se refiere a la mayoría
de los manuscritos en los cuales se basó el Textus Receptus).

En cuanto al inicio de la frase “Textus Receptus”, en la edición del Nuevo Testamento


griego de los hermanos Elzevir del año 1633, el prefacio incluyó la siguiente oración en
latín: Textum ergo habes nunc ab omnibus receptum (por tanto tenéis ahora el texto
recibido por todos).

3. El Textus Receptus no es el Texto Mayoritario ni lo que John Burgon


llamaba “el Texto Tradicional”, aunque hay similitudes

En cuanto a Burgon, su libro The Traditional Text que dejó sin acabar, y que Edward Miller
editó después de su muerte, nos dice bajo la tabla de contenido en la sección de
introducción que “El Texto Tradicional no es idéntico con el Texto Recibido” (algunos
dicen “Tradicional” en vez de Bizantino). Luego, en la página 5 de la introducción leemos:
“Primeramente, queremos que se entienda, que no abogamos perfección en el Textus
Receptus. Permitimos que aquí o allá requiera revisión. En el texto dejado atrás por Dean
Burgon, alrededor de 150 correcciones se habían sugerido por él tan solo en el evangelio de
Mateo. Lo que defendemos es el texto Tradicional”.

4. El fundamentalismo histórico no creía en un Textus Receptus como la


autoridad final

Este es un tema que merece un artículo aparte, lo cual ofrecemos aquí: La posición histórica
de los defensores del Textus Receptus (Texto Recibido) hasta 1960.

5. El Textus Receptus no es un solo texto

Las diversas ediciones del Textus Receptus incluyen Erasmo, ediciones 1516, 1519, 1522,
1527, 1535; Estéfano, ediciones 1546, 1549, 1550, 1551; Beza, ediciones 1565, 1567,
1580, 1582, 1588, 1589, 1590, 1598, 1604; Elzevir, ediciones 1624, 1633, 1641; Colinæus
1534 y Scrivener 1881/1894.
6. La RVG y la King James no siguen una edición específica del Textus
Receptus consistentemente

La edición del Textus Receptus que los traductores de la KJV siguieron más de cerca fue
Beza de 1598, según información en The Authorized Edition of the English Bible (1611), its
Subsequent Reprints and Modern Representatives por F.H Scrivener. El mismo libro indica
que la KJV se apartó de Beza 1598 en 190 lugares. Esto es interesante, porque las
Comparaciones por Rex Cobb alegan que la 1960 se aparta del Textus Receptus en 191
lugares (no estoy totalmente de acuerdo con ese número, pero dejémoslo así para efectos de
esta comparación). Por cierto, algunas de las 190 desviaciones del KJV de Beza 1598
pueden deberse por haber seguido a Estéfano 1550 y otras fuentes. Del mismo modo, en mi
estudio Defensa de los versículos más criticados en la Reina-Valera he encontrado
vindicaciones para muchos de estos pasajes en la 1960 que son criticados.

Algunos preguntan por qué la Reina-Valera se desvió del Textus Receptus en algunos
lugares. La pregunta es legítima, pero también sería la pregunta del por qué la KJV se
desvió de Beza 1598 en 190 lugares, y por qué en alrededor de 60 de esas desviaciones
aparentan seguir la Vulgata Latina, según Scrivener en el libro que acabo de mencionar.

Si la KJV y la RVG nunca se apartan del Textus Receptus, ¿por qué en dichas revisiones
“Jesús” aparece dos veces en Marcos 2:15, pero una sola vez en todas las ediciones del
Textus Receptus en las cuales me he fijado (Beza 1598, Scrivener y Estéfano 1550)? ¿Por
qué en la KJV y en la RVG Hebreos 10:23 dice “fe”, cuando las ediciones del Textus
Receptus que acabamos de mencionar tienen “elpis”, lo cual significa “esperanza”?
Seguramente hay otros ejemplos, puesto que estos los encontré en poco tiempo. No estoy
diciendo que por no seguir el Textus Receptus al 100 por ciento en estos ejemplos están
erradas allí estas versiones, pero comprueban que hay algunas desviaciones del Textus
Receptus. Varios defensores de la KJV han admitido que hay algunas desviaciones del
Textus Receptus en la KJV. He aquí un ejemplo: “La KJV no está basada en cada instancia
singular sobre una lectura mayoritaria o sobre el Textus Receptus”. (Streeter, Lloyd.
Seventy-Five Problems with Central Baptist Seminary’s Book The Bible Version Debate.
First Baptist Church of LaSalle, 2001, p. 145). No conozco de nadie quien esté a favor de
que la Reina-Valera se corrija con el Textus Receptus en su totalidad, quien a la vez crea
que lo mismo se deba hacer con la KJV. Esta es una doble moral.

7. La idea que algunos han propuesto de que se puede seguir el Textus


Receptus siempre y resultará en una Reina-Valera 100% de acuerdo con la
KJV no es realista

Es probable que el proyecto más ambicioso que se ha intentado para armonizar la KJV y el
Textus Receptus con el español fuera la RVG. Veamos si resultó en algunas diferencias
notables. Hechos 19:20 en la KJV tiene “God” (Dios), mientras que la RVG tiene “Señor”.
Juan 1:1 en la RVG tiene “Verbo”, aparentemente siguiendo la influencia de la Vulgata
latina (la cual tiene verbum) sobre anteriores revisiones de la Reina-Valera, mientras que la
KJV tiene “Word” (palabra). También hay diferencias de interpretación entre la KJV y la
RVG. Un ejemplo sería Hechos 7:45 y Hebreos 4:8, donde la KJV tiene “Jesus”, mientras
que la RVG tiene “Josué” (esto se cambió con la RVG2010). Aunque aquí estamos tratando
el Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento también revela diferencias. La KJV en
Génesis 6:5 tiene “God” (Dios), mientras que la RVG tiene “Jehová”. Tenemos más
ejemplos disponibles aquí: Análisis del texto de la Reina-Valera-Gómez

8. Las diferentes ediciones del Textus Receptus contienen diferencias entre sí

La Sociedad Bíblica Trinitaria, que tiene una larga reputación establecida de defender el
Textus Receptus y únicamente publicar Biblias basadas en él, reflexiona sobre este asunto
como sigue:

“Hubo aproximadamente treinta ediciones bien definidas del Textus Receptus hechas a
través de los años. Cada una difiere ligeramente de las demás … hay aproximadamente 190
diferencias entre el texto de Scrivener y el de Beza de 1598. Hay 283 diferencias entre el
texto de Scrivener y el de Stephanus de 1550.” Anderson, D. E. Quarterly Record
(Trinitarian Bible Society) no. 547, January-March 1999.

Las primeras dos ediciones de Erasmo no incluyeron 1 Juan 5:7 y por lo menos sus
primeras dos ediciones no incluyeron Marcos 11:26. Las primeras tres ediciones de
Estéfano no incluyeron Lucas 17:36.

En contraste, las diversas ediciones del Texto Crítico como en Westcott-Hort y Nestle
contienen muchas más diferencias. El libro de Everett Fowler Evaluating Versions of the
New Testament indica que Wescott-Hort dejó afuera 48 versículos enteros (incluyendo
versículos entre corchetes) y 193 porciones significativas, Nestle 20 versículos enteros y
191 porciones significativas, y UBS 1966-1968 17 versículos enteros y 185
porciones significativas.

9. Los que afirman que la KJV es perfecta e inspirada no afirman lo mismo


para una edición específica del Textus Receptus

He estudiado el tema por 12 años, y durante ese tiempo he leído alrededor de 100 libros y
panfletos en defensa de la King James y el Textus Receptus. No puedo recordarme de ni
siquiera un caso donde el autor declaró que la KJV era inspirada o infalible, y que también
cierta edición específica del Textus Receptus era inspirada o infalible. Creo que esto
demuestra que para algunos su autoridad para idiomas extranjeros es la KJV, y solo usan el
Textus Receptus como una cortina de humo para que no parezca tanto como Ruckmanismo.

10. Algunos parecen fingir creer totalmente en el Textus Receptus para


esconder su agenda de imponer la King James como la autoridad final para
Biblias en otros idiomas

Lo siguiente viene del sitio oficial del ministerio de imprimir traducciones extranjeras del
misionero Steve Zeiner, quien ha participado en conferencias para promover la RVG con el
hermano Gómez y con el Dr. Waite del Dean Burgon Society:
“La fuente para la traducción será el Textus Receptus griego en la edición por Scrivener,
publicada por la Sociedad Bíblica Trinitaria. … Selecciones difíciles de palabras inciertas
se guiarán por las elecciones de palabras en la Biblia King James. Donde la Biblia King
James tradujo la misma palabra griega o hebrea por la misma palabra en inglés,
consideración debida será dada a hacer lo mismo en la traducción para mantener referencias
cruzadas apropiadas. Se reporta que hay varias variantes entre los textos de los idiomas
originales y la Biblia King James. En estos casos el traductor diferirá a la lectura de la
Biblia King James”. http://www.bpsglobal.org/index_files/criteria3.htm

Como pueden ver, dicen que la fuente de traducción debe ser una edición del Textus
Receptus, pero cuando hay diferencias entre la KJV y la edición del Textus Receptus, en
esos casos hay que abandonar el Textus Receptus.

11. Los manuscritos originales son la autoridad final

Algunos responden a esta afirmación preguntando “¿Cómo puede algo que ya no existe,
que no podemos leer y estudiar ser nuestra autoridad?” La pregunta es legítima, pero hace
falta cuidarse de no ir a extremos y enseñanzas dogmáticas inexistentes en la Biblia al tratar
de buscar una alternativa siendo que los manuscritos originales no han sobrevivido.
Algunos han ido a un extremo diciendo arbitrariamente que, siendo que no tenemos los
manuscritos originales, y hay variación entre ediciones del Textus Receptus, la autoridad
final para todos los idiomas debe ser la KJV. Algunos pocos afirman esto abiertamente,
mientras que algunos otros lo creen encubiertamente. No todos creen esto, siendo el caso
solamente de los más extremistas.

Aunque no tenemos los originales a nuestra disposición, Dios prometió que su Palabra se
preservaría. Algunos enseñan su teoría personal de la preservación de forma dogmática y se
atreven a juzgar amargamente a los que no están de acuerdo con algunos detalles de su
teoría. Debemos ser humildes en cuanto a esto y reconocer que Dios no nos informó de los
detalles de dónde, cómo, cuándo y hasta qué punto llegaría la preservación. Lo esencial es
que tenemos la palabra preservada colectivamente entre todos los manuscritos, y en una
forma confiable (aunque no perfecta) en las ediciones del Texto Recibido. Históricamente,
el Textus Receptus ha sido un punto de partida para traducciones conservadoras.

12. En cuanto a la evidencia de manuscritos, la situación es compleja y


delicada. No es algo donde todo es siempre blanco y negro como algunos
quieren proyectarlo

¿Tiene que permanecer inseguro el texto de la Biblia por causa de las complicaciones que
hemos detallado? Gracias a Dios que no. Por ejemplo, en el linaje de la Reina-Valera (por
lo menos desde 1569 hasta 1960), todas las ediciones contienen los mismos versículos. Se
debería mencionar que en la Biblia del Oso de 1569 quedó afuera Hebreos 12:29, pero
como ese versículo no es disputado, se cree que simplemente fue un error de imprenta.

13. El Textus Receptus en sus varias ediciones es una alternativa mucho


mejor que los textos críticos, pero no es inspirado o perfecto
Creo que Erasmo, Beza, Estéfano y Elzevir hicieron un excelente trabajo en sus ediciones
del Texto Recibido, pero ellos no eran perfectos o inspirados; por tanto, no se debe enseñar
que jamás podríamos desviarnos de su crítica textual conservadora, a pesar de su trabajo
admirable. Ellos tuvieron que hacer decisiones textuales cuando hubo diferencias entre
manuscritos, y no siempre estuvieron de acuerdo el uno con el otro.

La única forma en que la crítica textual conservadora de Erasmo, Beza, Estéfano y Elzevir
sería inspirada y perfecta sería si el Espíritu Santo hubiera inspirado a ellos tal como fue el
caso con los escritores de los manuscritos originales. A simple vista, es obvio que las varias
ediciones no son inspiradas; si no, no habría diferencias entre uno y otro. Si el Textus
Receptus fuese inspirado, todas las ediciones serían idénticas.

En mi opinión, la labor de ellos es la mejor representación de la Palabra de Dios preservada


en los manuscritos. Se deberán seguir usando las varias ediciones del Textus Receptus
como punto de partida en traducciones. El Textus Receptus es una buena autoridad y, por
tanto, es autoritario, pero no es la autoridad final.

Familias de Textos (manuscritos biblicos catalogados)


TIPOS DE TEXTOS

Los numerosos manuscritos han sido catalogados y ubicados en lo que los


especialistas llaman «familias de textos». Estas «familias» se formaron en
relación con un centro importante de la cristiandad antigua: Alejandría,
Antioquía, Constantinopla, Cartago y Roma. Las copias que se hicieron a
partir de la primera copia de algún escrito bíblico que llegó a Roma reflejan
características peculiares a ese importante centro. Y así sucede con el resto de
lugares claves. Así tenemos las siguientes familias de textos:

1. Texto Alejandrino

Sus características son la brevedad y la austeridad. Esto es, el Alejandrino


es generalmente más corto que otras clases de texto, y no exhibe el grado de
pulidez gramatical que caracteriza al tipo de texto Bizantino y en menor grado
al tipo de texto Cesariense. Los dos principales testigos del tipo de texto
Alejandrino son:

 El códice Vaticano y

 El códice Sinaítico

2. Texto Occidental

Este tipo de texto era corriente en Italia, Galia, África del norte y otras partes,
incluido Egipto. Puede también retrotraerse hasta el siglo segundo. Utilizado
por varios de los padres como fueron Cipriano, Tertuliano, Ireneo, y Tatiano,
su presencia en Egipto está demostrada por dos papiros: El papiro 38, cerca
del 300 después de Cristo y el papiro 48, cercano al final del siglo III.

Los manuscritos griegos más importantes que representan el tipo de


texto Occidental son:

 El códice Bezae, del siglo V o VI, que contenía Evangelios y Hechos.

 El códice Claromontanus, del siglo VI, que contenía Epístolas Paulinas y,

 El códice Washingtonianus, del final del siglo IV, que contenía desde
Marcos capitulo 1, versículo 1 hasta el capitulo 5, versículo 30.

De igual manera, las viejas versiones latinas son testigos notorios del tipo de
texto Occidental, y se encuentran dentro de grupos principales, tales como las
formas africana, italiana e hispana del texto latino antiguo. La característica
principal del tipo de texto Occidental es su intensa paráfrasis (comentarios).

3. Texto Cesariense

Parece haberse originado en Egipto. Está respaldado por el papiro


Chéster Beatty 45. Fue traído quizá por Orígenes a Cesarea, donde fue
utilizado por Eusebio y otros. De Cesarea fue llevado a Jerusalén, donde fue
usado por Cirilo y por armenios que en épocas tempranas tenían una colonia
en Jerusalén. Los misioneros armenios llevaron el tipo de texto Cesariense a
Georgia, donde influyó en la Versión Georgiana, como también en el
manuscrito griego del siglo IX, el códice Korideti.

Parece, pues, que el tipo de texto Cesariense tuvo una larga y accidentada
carrera. De acuerdo con los puntos de vista de la mayoría de eruditos, se trata
de un texto oriental, y está caracterizado por una mezcla de lecturas
occidentales y alejandrinas.

4. Texto Bizantino

Lo caracteriza por aparecer completo y con mucha lucidez. Este tipo de


texto, fue llevado a Constantinopla, donde fue distribuido ampliamente a
través de todo el Imperio Bizantino. Su mejor representante hoy es el
códice Alejandrino y la gran masa de manuscritos minúsculos. Así, durante el
período transcurrido entre el siglo VI hasta la invención de la imprenta en el
siglo XV, el tipo de texto Bizantino fue reconocido como el texto autorizado,
fue el de mayor circulación y el más aceptado.

Este es el texto del NT más fidedigno que conoce la historia del


cristianismo, ha sido llamado a través de la historia con seis nombres
diferentes:

 Texto Bizantino

 Texto Imperial

 Texto Tradicional

 Texto de la Reforma

 Texto Mayoritario

 Texto Recibido o Textus Receptus, el nombre más común que se le dio al


texto

universal del NT a partir de finales del siglo XVI.

TEXTOS GRIEGOS

El primer NT griego impreso fue preparado por sabios españoles en 1514,


bajo el patrocinio del Cardenal Cisneros. Su preparación tomó casi diez años y
fue publicado junto con el AT. Tomó el nombre de “Biblia políglota
complutense”, por estar en varias lenguas y haber sido publicada en Alcalá
(Complutum, en latín). El AT se imprimió en tres columnas asociadas con el
texto hebreo, la Vulgata latina y la versión griega de los Setenta. El NT
aparecía en griego y latín. Sin embargo, esta no fue la primera edición griega
del NT que vio la luz pública. Su publicación sólo se autorizó a partir de 1520.

El Textus Receptus o Texto Recibido

Mientas tanto el holandés Erasmo de Rótterdam (1469-1536) publicó por lo


menos cinco ediciones del texto griego del NT en 1516, que fue todo un éxito
editorial. El texto griego de Erasmo tuvo mucha importancia. Lutero y los
traductores de los siglos XVI y XVII, como Reina y Valera (español),
Almeida (portugués), y la traducción al inglés de la versión de King James,
utilizaron el texto de Erasmo. Estéfano publicó otras cuatro ediciones en los
años de 1546 al 1551. Teodoro Beza también publicó diez ediciones. Esta
familia de Textos griegos se conoce con el nombre de Textus Receptus o más
bien para nosotros Texto Recibido. Así se le llamó a la edición del Texto
griego hecha por los hermanos Elzevir en el año de 1633, quienes escribieron
en la presentación de su publicación la frase: “Así que aquí tenéis el texto
ahora recibido por todos (Textum ab Ómnibus Receptum) el cual te damos
con nada cambiado o corrompido” De aquí viene el término Textus Receptus.
Esta versión griega del NT y sus subsecuentes ediciones fueron ampliamente
difundidas, reconocidas y aceptadas como el texto normativo de la iglesia
protestante.

Pablo Besson, misionero suizo muy documentado en esta materia, afirma que
el TR sirvió de base para traducir el NT de la versión llamada Peshitta.
Esta versión fue hecha alrededor del año 170 de la era actual. Este dato
envuelve extraordinaria importancia en lo que se refiere a la antigüedad del
TR. A la versión Peshitta siguieron la Itala, la Vulgata y otras, traducidas
todas del TR. El Dr. Wilkinson nos dice que el primer editor del TR fue
Luciano de Antioquía, en el siglo III, quien sacó a muchos de la incertidumbre
en que se hallaban por causa de las ediciones y comentarios bíblicos del
filósofo Orígenes. El editor parisino Robert Etienne (Stephanus, en latín;
1503-1559) usó el texto de Erasmo para su edición griega del NT al cual
introdujo por primera vez al aparato crítico (lista de «variantes»), y la división
en versículos, que seguimos utilizando hoy.

El Textus Críticus o Texto Crítico

Los británicos B. F. Westcott (1825-1901) y F.J. Hort (1828-1892) publicaron


una edición reconstruida del texto griego del NT que alcanzó reconocimiento
internacional. Este trabajo fue realizado durante el siglo XIX. El texto griego
de Westcott y Hort fue apenas variado por Nestle y, partiendo de éste, se
elaboró el NT Griego, publicado por las SB. Éste en cuya edición colaboró
incluso Carlo Martini, un (prelado católico).

Según confesión de los propios Westcott y Hort, la base de su texto griego del
NT es, fundamentalmente el contenido en los manuscritos conocidos como
Sinaítico y Vaticano. Los defensores de las nuevas versiones bíblicas insisten
en la antigüedad y exactitud de estos dos manuscritos que, supuestamente,
justificarían alteraciones del texto bíblico.

E. Nestle (1851-1913) elaboró el moderno TR en su NT griego publicado en


1898, que realmente es más bien ya el TC. En efecto, Nestle utilizó el texto
griego producido por Westcott y Hort, comparándolas con un gran número de
variantes de otros manuscritos neotestamentarios. Este trabajo fue
complementado por su hijo E. Nestle (1883 1972) y por K. Aland, quienes se
unieron posteriormente. La edición del NT griego, que lleva su nombre
(Nestle-Aland), revisado y actualizado con el estudio de los papiros y
manuscritos recientemente descubiertos, ha llegado a ser el texto base de
numerosas traducciones modernas del NT.

Naturalmente, al examinar siquiera sucintamente estos datos surge una


serie de preguntas obligadas. ¿Por qué Westcott y Hort prefirieron el Sinaítico
y el Vaticano como base de su texto del NT griego en lugar del TR? ¿Qué les
llevó a tomar una decisión así que contradecía la lógica, el conocimiento y la
historia del cristianismo a lo largo de casi dos milenios? ¿Se trató de un simple
error? ¿De mera ignorancia combinada con buena fe?, la elección de Westcott
y Hort fue consciente pero no se basó en la ignorancia, sino en motivaciones
mucho más turbias y peligrosas.

LA CRÍTICA TEXTUAL vs. EL TEXTO RECEPTUS

El Textus Receptus es un texto mayoritario, más antiguo y más fiable:

Frente a las penosas características que padecen los manuscritos Sinaítico y

Vaticano, el TR del NT presenta unas notas de enorme interés.

1. El TR es un TM. Algo más del noventa y cinco por ciento de los


manuscritos del NT que han llegado hasta nosotros coinciden con el TR.

2. El TR es un texto más antiguo. El TR no sólo es anterior al Siglo IV (siglo


en que se redactaron el Sinaítico y el Vaticano) sino que sirvió de base para
las primeras traducciones del NT a lenguas vulgares y fue el citado por los
primeros autores cristianos, los denominados Padres de la Iglesia.

Los ejemplos que se pueden mencionar al respecto son innumerables y


tenemos que limitarnos a unos pocos nada más. Baste decir que la Peshitta
realizada en torno al 170 d.C.; es decir, unos dos siglos antes del Sinaítico y
del Vaticano utilizó el TR; que la iglesia gala del sur de Francia (177 d.C.)
utilizó el TR. Y que la Versión itálica (250 d.C.) se valió del TR.

Ya más adelante, en pleno siglo IV, el TR siguió siendo preferido a textos


como el Sinaítico o el Vaticano que ya existían. Así la versión gótica (siglo
IV) se valió del TR; el Códice W de Mateo (siglo IV-V) reprodujo el TR y el
Códice Alejandrino (siglo V) sigue el TR.

No menos significativo es el caso de las citas del NT contenidas en los escritos


de los Padres de la Iglesia. Éstos pese a citar de memoria no pocas veces
siguen de manera aplastante el TR. Por ejemplo, el texto de 1 Timoteo
3:16 donde se afirma que "Dios fue manifestado en la carne" es citado de la
misma manera por Ignacio, Bernabé e Hipólito (siglo II), Diodoro de Tarso
(m. 370), Gregorio de Nisa (m. 394), Juan Crisóstomo (m. 407), Atanasio y
Eutalio (siglo V), y un largo etcétera, ni uno sólo de los Padres de la Iglesia se
opone al texto como aparece en el TR.

De 254 manuscritos griegos, 252 presentan el término "Dios" como en el TR;


dos leen "hos" (el cual) y ni uno contiene "Cristo" como la Versión Popular.

3. El TR es un texto más fiable. De todo lo anterior se desprende, de manera


lógica, que el TR es un texto mucho más fiable que el elaborado por Westcott
y Hort a partir del Sinaítico y del Vaticano. Con el TR coincidieron las citas
del NT contenidas en los Padres de la Iglesia y en los leccionarios, pero
además también sirvió de base ya desde el siglo II para las traducciones del
NT a lenguas vulgares. No sólo eso. El TR fue asimismo la base para la
inmensa labor en favor de la difusión y lectura de la Biblia que se inició a
principios delsiglo XVI. Fue el texto utilizado por la Biblia
Políglota Complutense publicada en Alcalá de Henares, España en 1522 y,
posteriormente, por las traducciones bíblicas de Lutero al alemán (1522), de
William Tyndale al inglés (1525), de Oliveton al francés (1535), de Coverdale
al inglés (1535), de Matthews al inglés (1537), de Taverners (1539), de
Ginebra (1557-60), de Reina al castellano (1569), al checo (1602), de Diodati
al italiano (1607) y del Rey Jaime al inglés (1611).
El TR constituyó la base asimismo para las ediciones del NT griego realizadas
por Erasmo (1516), Stephanus (1546-51), Beza (1598) y Elzevir (1624).

Que así fuera tiene una lógica indiscutible. Los eruditos, los reformadores, los
teólogos que no pocas veces tuvieron que arriesgar su vida y sus bienes
optaron siempre por el TM, el TR, como base para su estudio, su enseñanza y
sus traducciones del NT. A fin de cuentas, ése era el texto que contaba con el
apoyo prácticamente unánime de la cristiandad, al menos, desde el siglo II.

El abandono del Texto Mayoritario

La primera de ellas es el abandono del TM también conocido como Texto


recibido o TR del NT y su sustitución por un TC, este constituye actualmente
la base para traducir el NT en casi cualquier lengua sea quien sea quien realice
la traducción. Así además de servir para la VP, y la NVI, ha sido utilizado por
versiones católicas como la Biblia del Peregrino (1993) o la Biblia de la Casa
de la Biblia (1993).

Las dos ediciones manuales más populares del texto griego hoy, la Nestle-
Aland y la de las SBU realmente varían poco del texto de Westcott y Hort

El Sinaítico y el Vaticano son textos corruptos

Para empezar, hay que señalar desde el principio que tanto el manuscrito
Sinaítico como el Vaticano constituyen textos del tipo que suele denominarse
corrupto. Con esto se quiere indicar que no sólo constituyen obras
incompletas, sino que además han sido objeto de alteraciones que invalidan
sustancialmente su valor

Por mencionar sólo algunos datos al respecto debe señalarse que el Vaticano
omite toda la I carta a Timoteo, toda la segunda carta a Timoteo, toda la carta
a Tito, casi todo el Génesis (Génesis 1 a 46:29), extensas porciones de
Samuel, Reyes, Nehemías, los últimos doce versículos del Evangelio de
Marcos, la oración de Jesús en la cruz pidiendo el perdón de sus enemigos, la
agonía de Jesús en Getsemani, los últimos cuatro capítulos y medio de la carta
a los Hebreos, treinta y tres de los Salmos y un largo etcétera. Sin embargo,
añade libros apócrifos como Tobías, Judit o la historia de Bel y el dragón,
todos ellos, por cierto, contenidos en la VP Dios habla hoy. Asimismo en Job
presenta adiciones en unos 400 versículos de acuerdo a las enseñanzas de un
discípulo del hereje Marción.
En relación con el TR, omite al menos 2.877 palabras, añade 536,
sustituye 935, cambia de lugar 2.098 y modifica 1.132. En total contiene 7.578
divergencias.

Su importancia, sin embargo, es enorme ya que unas nueve décimas partes de


las alteraciones del NT griego en relación con el TR derivan de este
manuscrito.

En el caso del Sinaítico, el carácter de texto corrupto no es menor. De hecho,


nos encontramos con un documento en el que realizaron modificaciones no
menos de diez escribas diferentes a lo largo de un periodo no inferior a
setecientos años.

Como señaló Tischendor, su descubridor, el Sinaítico contiene no menos de


14,800 alteraciones. No es extraño, por lo tanto, que sólo en los Evangelios
omita unas cuatro mil palabras, añada unas mil, y cambie de lugar y altere
otras tres mil.

Además de esto contiene unas mil quinientas lecturas que no aparecen en otros
manuscritos. En relación con el TR, las diferencias llegan casi a la cifra de
nueve mil, prácticamente una por versículo. Como en el caso del Vaticano, las
omisiones son asimismo frecuentes. Carece de los finales de Marcos y de
Juan; de treinta y nueve palabras en Juan 19:20-1, de veinte palabras en Juan
20:5-6; de diecinueve palabras de Marcos 1:32-4; de catorce palabras en
Marcos 15:47; de pasajes como Juan 5:4; Mateo 16:2-3; Romanos 16:24;
Marcos 16:9-20; I Juan 5:7; Hechos 8:37; Génesis 23:19-24, 46; Números
5:27-7:20; I Crónicas 9:27-19:27, etc.; de libros como Éxodo, Josué, I y II
Samuel, I y II Reyes, Oseas, Amós, Miqueas, Ezequiel, Daniel y Jueces. Sin
embargo, añade apócrifos como Bel y el Dragón. Tobías y Judit, todos ellos
presentes en la VP Dios habla hoy.

Señalemos finalmente que además el Sinaítico y el Vaticano ni siquiera son


coincidentes entre sí. El Vaticano contiene cerca de ocho mil alteraciones y
el Sinaítico cerca de nueve mil en relación con el TR pero esas variaciones ni
siquiera son las mismas en los dos manuscritos. De hecho, el Sinaítico y el
Vaticano discrepan entre si no menos de una docena de veces por página.

Ciertamente, analizado desde un punto de vista meramente científico y


racional, resulta obvio que pretender fundamentar una versión adecuada del
NT griego correcta sobre manuscritos tan cargados de deficiencias resulta
menos que aceptable. De hecho, constituye un disparate sin paliativos.
El Sinaítico y el Vaticano son textos tardíos

Además de corruptos, tanto el Sinaítico como el Vaticano son manuscritos


que, en comparación con el TR, no sólo no resultan antiguos sino
modernos. Pertenecientes ambos al siglo IV, resultan posteriores a diversas
traducciones anteriores de la Biblia, a veces, incluso en dos siglos que
partieron lógicamente no del Sinaítico y del Vaticano sino de textos del NT
griego más antiguos

El Sinaítico y el Vaticano son textos minoritarios

Al hecho de ser textos corruptos y tardíos, el Sinaítico y el Vaticano añaden


otra circunstancia negativa no menos importante. Nos referimos al hecho de
que el Sinaítico y el Vaticano encuentran un apoyo mínimo dentro del
conjunto de manuscritos del NT griego que han llegado hasta nosotros. De
hecho, sólo menos de un cinco por ciento de los 5,309 manuscritos que
contienen, en todo o en parte, el texto griego del NT coinciden, siquiera
parcialmente, con el texto del Sinaítico o Vaticano. Para colmo, como ya
indicamos, ni siquiera estos dos manuscritos son totalmente coincidentes entre
si, ya que el número de discrepancias existentes entre el Sinaítico y el
Vaticano resulta espectacular

Diferencias entre el Texto Mayoritario y el Texto Minoritario

La edición de 1985 el Nuevo Diccionario Bíblico de Samuel Vila y Santiago


Escuaín afirma que el grupo más aceptado en la actualidad es el Egipcio (El
Texto Alejandrino) (Pág. 1144). Lo que equivale a decir que el texto más
aceptado por los escolares para las nuevas versiones y revisiones de la Biblia
hoy en día es el Tm (Texto minoritario), no el Mayoritario. Veamos un
resumen de las diferencias entre estos dos grupos.

 El códice Vaticano omite gran parte de los pasajes bíblicos que a la iglesia
de Roma le ha convenido suprimir.

 En numerosos pasajes el manuscrito repite palabras y frases consecutivas.


Una

muestra del descuido y la desidia con que fue copiado. Es más fácil encontrar
dos versículos consecutivos en los que estos manuscritos (Vaticano y
Sinaítico) difieren que dos en los que concuerden”.
 El Dr. C. V. Manzanares dice que "ni uno solo de los padres de la Iglesia se
opone al texto del NT como aparece en el TR.” David Otis Fuller afirma que
las más de 86,000 citas que hacen los padres de la iglesia concuerdan con el
TR. A pesar de esto el Tm es el más aceptado hoy en día.

 Se cree que estos dos manuscritos (el Vaticano y el Sinaítico) fueron


revisiones de los escribas egipcios que se basaron en el TM. Así acomodaron
la Biblia a las exigencias de las creencias filosóficas muy difundidas en
Alejandría en aquella época.

 ¿Por qué, si estos dos manuscritos que sólo coinciden en un 5% con la


granmayoría de los más de 5,000 manuscritos existentes, y el TR que coincide
en más del 90% de los casos con todos los manuscritos que se conocen, se ha
de descartar el TR y adoptar el Tm como el "más aceptado en la actualidad?”
La respuesta, según C. V. Manzanares, está en la gran influencia que
ejercieron dos exégetas y miembros del comité revisor de 1870, que además
fueron los autores del texto griego que ha servido de base para el que hoy
tenemos de Eberhard Nestlé y Kurt Aland. Estos exégetas fueron Brook Foss
Westcott y Fenton John Anthony Hort. Estos hombres fueron ocultistas,
aceptaron las teorías de la evolución de Darwin, y negaron la inerrancia y la
infalibilidad de las Escrituras. Pasaron del liberalismo modernista al
ocultismo; se convirtieron en abiertos enemigos de la Palabra de Dios.
Hicieron su propia versión del texto griego, la que luego utilizaron Nestlé y
Aland para revisarla y hacer la edición del griego de la que se ha valido la
editorial Clie para publicar el NT Interlineal Griego -Español.

 Cabe señalar aquí que el Dr. Henry Morris, fundador del Instituto del
Creation Research, ha aseverado que Eberhard Nestlé y Kurt Aland, al igual
que Westcott y Hort, eran partidarios de las teorías de la evolución, y que
Nestlé y Aland se contaban entre los teólogos escépticos de Alemania.

 En su libro Una Historia Comprensible de la Biblia, Samuel Gipp hace


mención de por lo menos ocho miembros del comité revisor, sin contar a
Westcott y Hort, que negaban la inerrancia y la infalibilidad de la Biblia.

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