Curso Completo de Evangelismo
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EVANGELISMO Y CONSOLIDACION
Verbo sur Iglesia cristiana
Así nos lo ha mandado el Señor: »“Te he puesto por luz para las *naciones, a fin de
que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra.” »Hechos 13:47
ÍNDICE
4. LA IMPORTANCIA DE LA CONSOLIDACION
6. METODOS DE EVANGELISMO 1
7. METODOS DE EVANGELISMO 2
LECCION 1
8
Y oyeron al SEÑOR Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la
presencia del SEÑOR Dios entre los árboles del huerto. 9 Y el SEÑOR Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? 10 Y él
respondió: Te oí[f] en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho
saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer
que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que
has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí.
Lo primero que hiso el ser humano al pecar contra Dios fue esconderse de Él huir de su presencia desde ahí hasta el día
de hoy el hombre por sí mismo no puede encontrar el verdadero sentido de su vida porque separados de dios no podemos
hacer nada de ahí la importancia de reconocer que la más grande necesidad del mundo no es política,social,intelectual ni
siquiera emocional porque desde que el hombre desobedeció a Dios y murió espiritualmente es así que nuestra mayor
necesidad ha sido es y siempre será espiritual es decir la necesidad de reconciliarnos con ese Dios de amor y justicia que
concierne de que por nosotros mismos somos incapaces de hacerlo envió por su gran misericordia a su Hijo Jesucristo a
morir por nosotros y pagar el precio de nuestra salvación con su preciosa sangre para eso vino cristo a morir por nosotros.
Cada cristiano ha sido llamado a ser un testigo fiel del Señor Jesucristo, y se nos ha encomendado la hermosa tarea de ir
y proclamar el evangelio a toda criatura. Este curso te ayudará a prepararte mejor y a ser más efectivo a la hora de compartir
tu fe. Como dijo Charles Spurgeon, “Ninguna búsqueda entre los mortales se va a comparar con la de ganar almas”.
La Ventana 10/40 es el área del mundo entre latitudes 10 grados y 40 grados al norte del ecuador en el Hemisferio
Oriental, cubriendo África del Norte, el Medio Oriente, y Asia. La ventana contiene la mayor parte de las áreas mundiales
de mayor necesidad física y espiritual, la mayoría de la gente menos-alcanzados y la mayor parte de los gobiernos que se
oponen al Cristianismo. Dos tercios de la población mundial están localizadas en la ventana 10/40. En áreas de la ventana
10/40, hay sólo un misionero para cada millón de personas. En el año 2000 había más de un billón de Musulmanes e
Hindúes en la ventana 10/40. Algunos de los problemas en la ventana 10/40 son el hambre, la enfermedad, el desastre
económico, la persecución religiosa, el derrumbamiento político y de gobierno, y condiciones insuficientes de vida. Pero
muy encima de todo esto, es la necesidad del Evangelio de Cristo.
“El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que
vives, pero estás muerto. 2 ‘Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he
hallado completas tus obras delante de mi Dios. 3 ‘Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete.
Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4 ‘Pero tienes unos pocos en Sardis que
no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. 5 ‘Así el vencedor será vestido
de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante
de sus ángeles. 6 ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.’”
Cuatro amigos se juntaron a congregar en una Iglesia, estos tenían nombres muy peculiares, uno se llamaba “Cualquiera”, el otro se
llamaba “Alguien”, el nombre del tercero era “Todo el mundo” y el nombre del cuarto era “Nadie”.
De todos “Nadie” era el más decente y el más dispuesto, “Nadie” visitó, “Nadie” trabajó en el templo, “Nadie” ayudó a los enfermos,
“Nadie” colaboraba siempre.
Un día hacía falta un maestro para la Escuela Dominical en la Iglesia, “Todo el mundo” pensó que “Cualquiera” lo haría,
“Cualquiera” pensó que lo haría “Alguien”, ¿Quien fue que lo hizo? “Nadie”.
Otro día había un alma necesitada, “Todo el mundo” pensó que “Cualquiera” le hablaría de Cristo, “Alguien” pensó que la Iglesia
haría el esfuerzo, “Todo el mundo” pensó que de última el pastor lo haría, ¿Sabes quién lo ganó para Cristo? “Nadie”.
Lastimosamente la realidad de esa iglesia es la realidad de todas las iglesias en todo lugar y todo tiempo no porque no se
esté haciendo la obra o no se enseñe la verdad sino porque individualmente cada uno de los miembros de la iglesia es
responsable de velar y mantener su llama encendida es decir estar en permanente comunión de amor a dios y a su prójimo
“El Amén, el Testigo fiel y verdadero, el Principio[a] de la creación de Dios, dice esto: 15 ‘Yo conozco tus obras, que ni eres
frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 ‘Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca. 17 ‘Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”; y no sabes que eres un miserable y digno
de lástima, y pobre, ciego y desnudo, 18 te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y
vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que
puedas ver. 19 ‘Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete. 20 ‘He aquí, yo estoy a la
puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. 21 ‘Al vencedor[b], le concederé
sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. 22 ‘El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias.’”
Jesús claramente advirtió que una iglesia surgiría en los últimos días de esta civilización, la cual se jactaría de ser rica,
creciente y aumentando en miembros, y autosuficiente. En otras palabras, una iglesia con gran influencia, adquiriendo
reconocimiento y poder, y la cual rechazaría toda corrección o escrutinio.
Jesús dijo de esta iglesia, "Tú dices… yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad…" (Ap. 3:17).
Cuán triste es que esta iglesia en particular, arrogante y jactanciosa, sea anunciada por cristianos con poco discernimiento
como la gloriosa iglesia de poder y dominio de los últimos días y que controlará el mundo haciendo que Jesús regrese
como Rey. ¡Esta es la mentira de Laodicea!
Esta iglesia orgullosa, rica y arrogante ahora codicia poder. No el poder de Dios – sino el poder del mundo el poder y la
gloria que el diablo le ofreció a Jesucristo si le adoraba.
Debemos tener mucho cuidado de compartir con las personas solo lo que nos conviene y no lo que necesitan escuchar y
tener la convicción del apóstol Pablo de agradar a Dios antes que a los hombres.
Dios es un Dios de amor pero también es un Dios de Justicia por eso debemos ser equilibrado y no irnos a ningunos de
los dos extremos tanto legalista como liberal.
Juan 3:16-18La Biblia de las Américas (LBLA)
16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito[a], para que todo aquel que cree en El, no se
pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo sea salvo por El. 18 El que cree en Él no es condenado[b]; pero el que no cree, ya ha sido condenado[c], porque no
ha creído en el nombre del unigénito[d] Hijo de Dios.
Juan 3:36La Biblia de las Américas (LBLA)
36
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece[a] al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios
permanece sobre él.
Promesa para los que evangelizan: Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate y háblales todo cuanto te mande; no
temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. (Jeremías 1:17)
La Gran Comisión es uno de los pasajes más significativos de la Sagrada Biblia. Primero, es la última orden registrada
dada por Jesús a Sus discípulos. Segundo, es un llamado especial de Jesucristo para todos Sus seguidores a que actúen
específicamente en esta tierra.
La Gran Comisión es el final de un evangelio y el comienzo de la fe en acción para todos los cristianos. Este mandamiento
de Jesús es importante, porque es una orden personal a los cristianos que diferencia a los seguidores (simples oyentes) de
los discípulos (seguidores obedientes) de Jesucristo.
En la Gran Comisión, Jesús llama a cada cristiano a salir por fe y difundir las Buenas Nuevas. ¡Esto es fe en acción! ¡La
gente que obedece este mandamiento cambia su vida espiritual para siempre! Puede ser el compartir las Buenas Nuevas
con un vecino, o el mudarse a otro país para llegarle a la gente allá. Puede ser el compartir con los niños menos afortunados
de la misma calle, o el difundir la Palabra en un pueblo que quede a dos horas. Dondequiera que vayamos, cada cristiano
fiel está obligado a través de la obediencia a compartir el Evangelio. Si usted es un creyente en Jesucristo, ¿adónde le ha
llamado Él a ir? ¿A quién le ha puesto Dios en el corazón para que comparta el regalo de la salvación? ¿Qué pasos puede
tomar, pequeños o grandes, con el conocimiento de que Cristo estará a su lado, "para hacer discípulos en todas las
naciones"?
El término “Gran Comisión” se usa para distinguir la comisión que Jesús dio a Sus discípulos, después de Su resurrección,
de las comisiones “limitadas” que había dado durante Su ministerio precedente al Calvario (. Marcos 6:7-13; Lucas 10:1-
20). Aunque este término no se encuentra en la Biblia, claramente podemos ver el concepto. Un escritor ha sugerido que
“podemos llamarla la ‘Gran Comisión’ a causa de su Dador—Jesucristo; a causa de su alcance—todo el mundo; a causa de
su ofrecimiento—la salvación, el perdón de los pecados; y a causa de su duración—hasta el fin del mundo. Por tanto, la
Gran Comisión es “grande” ya que su Dador, ofrecimiento, alcance y duración y trascendencia son eternas.
La palabra “comisión” significa un “encargo que una persona da a otra para que haga alguna cosa” (Diccionario…, 1997).
Por ende, la Gran Comisión es el gran encargo que Jesús dio a Sus discípulos para que realizaran Su voluntad evangelista.
Mateo, Marcos y Lucas incluyeron tres versiones complementarias de la Gran Comisión en sus registros del evangelio:
Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos
a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden
todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:18-
20).
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será condenado (Marcos 16:15-16).
Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se
predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
Y vosotros sois testigos de estas cosas. (Lucas 24:46-48; Hechos 1:8).
Se puede dividir y/o resumir este encargo de Jesús a Sus discípulos en cinco partes las cinco ‘Aes’ de la Gran Comisión”:
(1) Autoridad, (2) Acción, (3) Adoctrinamiento, (4) Alcance y (5) Asociación.
1. AUTORIDAD
Jesús dijo: “Toda potestad [autoridad] me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto…” (Mateo 28:18-19). Es decir, basó
Su encargo en el hecho que Él había recibido toda autoridad del Padre; ¡este es el fundamento de la Gran Comisión! Sin
autoridad para comisionar, no hubiera autoridad para ir; sin autoridad para ir, no hubiera autoridad para predicar; sin
autoridad para predicar, no hubiera autoridad para creer; y sin autoridad para creer, no hubiera autoridad para obedecer.
Jesucristo al ser Dios mismo, él dueño del mundo, la cabeza y fundamento de la iglesia tiene toda la autoridad para
ordenarnos cumplir su gran comisión y es que solo atravez de El tenemos entrada al Padre. Juan 14:6. La Biblia de las
Américas (LBLA)
6
Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
El apóstol Pablo expresó claramente la autoridad de Jesús en la Gran Comisión cuando registró la siguiente declaración:
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare
el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha
sido encomendada” (1 Corintios 9:16-17). Pablo entendió que la autoridad de Cristo en la Gran Comisión no solamente
involucraba Su autoridad para mandar, sino también Su autoridad para imponer obediencia. Debido a la autoridad que
inviste a la Gran Comisión, el gran apóstol no tenía la opción de ir, sino debía ir.
2. ACCIÓN
Cuando la iglesia del Señor comenzó en Jerusalén, creció considerablemente. Según Hechos 2:41, alrededor de 3,000
personas creyeron en la predicación de Pedro y los demás apóstoles. Hechos 4:4 registra que poco después el número de
creyentes era por lo menos 5,000. Hechos 6:7 informa que “el número de discípulos se multiplicaba grandemente en
Jerusalén”. Y para el tiempo en que Pablo escribió su epístola a los Colosenses, indicó que el “evangelio…ha llegado hasta
vosotros, así como a todo el mundo… Y se predica en toda la creación que está debajo del cielo” (Col.1:6,23).
El Movimiento de Restauración es un movimiento protestante surgido en Estados Unidos a finales del siglo XVIII, cuyo
principal objetivo es regresar al cristianismo primitivo y cuyo único fundamento es la Biblia.
Desde entonces la iglesia del Señor tuvo un crecimiento extendido en las décadas de 1920 y 1930 Y se reporta que para
1965, el número global de miembros era aproximadamente 2,500,000 Sin embargo, en la década de 1970 el crecimiento
en los Estados Unidos comenzó a menguar, aunque se han producido incrementos considerables en África e India desde
entonces . Pero en las dos décadas pasadas, la membresía en los Estados Unidos incluso ha disminuido.
Hoy como nunca en la historia del mundo América latina es donde el evangelio crece de forma impresionante no obstante
el trabajo esta todavía entero ya que los cristianos no llegan ni al 25% de habitantes.
¿Cuál es el problema? ¿Ha perdido el Evangelio su poder para salvación (Romanos 1:16)? ¡Absolutamente no! El Evangelio
es tan potente, eficaz y transformador como lo fue durante el primer siglo,
Lo cierto es que para cumplir la Gran Comisión, debemos revivir el celo por la Palabra de Dios, el amor hacia los perdidos
y la obediencia a los mandamientos de Dios. Como Noé, debemos predicar incansablemente ante un mundo impío (2
Pedro 2:5); como los hijos de Leví, debemos alzar “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17), para
penetrar las almas de los perdidos (Hebreos 4:12; Éxodo 32:27-28); como Jonatán, debemos entender que “no es difícil
para Jehová salvar con muchos o con pocos” (1 Samuel 14:6); como Elías, debemos sentir “un vivo celo por Jehová Dios
de los ejércitos” (1 Reyes 19:10,14); como Asa, debemos confiar que para Dios “no hay diferencia alguna en dar ayuda al
poderoso o al que no tiene fuerzas” (2 Crónicas 14:11); como Felipe, debemos conducir fervientemente al amigo a los pies
de Cristo (Juan 1:43-49); y como Pablo, debemos estar dispuestos a gastar de lo nuestro, y a nosotros mismos del todo, por
amor de las almas de los hombres (2 Corintios 12:15).
3. ADOCTRINAMIENTO
Aunque la palabra “id” (o “yendo”) enfatiza la urgencia de la Gran Comisión, el mandamiento directo realmente es
“predicad” (o “proclamar”) o “haced discípulos” (o “discipular”). Un discípulo es un aprendiz, una persona que sigue la
enseñanza de otro (vea Vine, 1999, 2:285). Los seguidores de Cristo habían sido Sus discípulos por aproximadamente tres
años; ahora ellos debían hacer más discípulos para Cristo por medio de la enseñanza. Debían instruir o adoctrinar a otros.
La enseñanza o predicación de la Palabra es la única herramienta que Cristo nos ha dejado para alcanzar al mundo
perdido—sea que se hable de la enseñanza oral o la enseñanza ejemplificada. Jesús vino a la Tierra a buscar y a salvar lo
que se había perdido.Lc.19:10.Por ende, Sus discípulos también tenemos la obligación de no solo dar a conocer sinode
enseñar la verdad y dar a conocer la vida abundante que se llama Jesucristo con la palabra de escrita en la Biblia y escrita
en nuestros corazones a través de nuestro ejemplo de amor a Dios a los hermanos y hacia el mundo.Jn.13:34-35. La misión
del discípulo del Señor no es entretener., la misión de los discípulos de Cristo es “confrontar a toda persona como
responsable de dar cuenta un día delante de Dios con el evangelio de Jesucristo”
Pablo enfatizó la gran necesidad de la predicación con las siguientes preguntas: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual
no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?” (Romanos
10:14, énfasis añadido). Solamente la predicación de la Palabra puede generar fe en el corazón humano (Romanos 10:17).
Esa fe que genera es una fe activa (Hebreos 11), una fe obediente (Romanos 1:5), una fe que se expresa en obras (2
Tesalonicenses 1:11; Santiago 2:20-24). La fórmula matemática de la Gran Comisión es simple: predicación de la Palabra
+ fe obediente = discípulos de Cristo.
Pablo también declaró en 1 Corintios 1:17: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio”. ¿Quiere
decir esto que Pablo estaba negando la importancia del bautismo en la proclamación del Evangelio? ¡Desde luego que no!
La Gran Comisión clarifica este punto. “Los participios ‘bautizándoles’ y ‘enseñándoles’ describen la manera en que se
hacen los discípulos. Se comisiona a los creyentes a hacer discípulos al bautizar a los hombres y ponerles bajo instrucción”
El adoctrinamiento en la Gran Comisión no termina cuando el oyente recibe la Palabra y es bautizado, sino el discipulado
es una acción continua. Jesús añadió: “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20).
Los que predican la Palabra son la más grande bendición para el mundo perdido y el crecimiento de la iglesia del Señor.
Por tanto, como alguien ha señalado, “nunca piense en abandonar la predicación. Los ángeles alrededor del trono anhelan
su gran trabajo”
4. ALCANCE
Una de las diferencias principales entre la Gran Comisión y las comisiones limitadas que Jesús dio antes de Su muerte es
que, mientras que las comisiones previas tenían un alcance la Gran Comisión tiene un alcance universal: “todas las
naciones” (Mateo 28:19; Lucas 24:47), “todo el mundo” y “toda criatura” (Marcos 16:15), “en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).
Aunque Jesús instruyó a Sus discípulos a esperar la promesa del Padre en Jerusalén (Lucas 24:49), no fue Su propósito que
ellos residieran permanentemente en ese lugar. Ellos debían ir. Por ende, cuando los discípulos dilataron su estadía en
Jerusalén, Dios permitió que surgiera “una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron
esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria” (Hechos 8:1). “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes
anunciando el evangelio” (Hechos 8:4).
Los discípulos debían predicar en todas partes. Felipe llevó el Evangelio a Samaria (Hechos 8:5), alguien llevó el Evangelio
a Jope (Hechos 9:36,38), otros llevaron el Evangelio a Fenicia, Chipre y Antioquía (Hechos 11:19), y con Pablo y sus
compañeros, el Evangelio recorrió muchas ciudades lejanas y llegó hasta Roma (Hechos 28:16-31).
Pero los discípulos también debían predicar a toda clase de gente. Felipe predicó a los samaritanos (Hechos 8:5), Pedro
anunció el Evangelio por primera vez a los gentiles (Hechos 10), y otros predicaron a los griegos (e.g., Hechos 11:20). Por
tanto, cuando los judíos desecharon la Palabra de Dios, Pablo y sus compañeros se “volvieron a los gentiles” (Hechos
13:46).
En la Gran Comisión, no hay lugar para la xenofobia, el clasismo o el etnocentrismo. Cristo ha derribado las barreras
geográficas y etnográficas (Efesios 2:14-22). El Evangelio es para todos los que están cerca, como “para todos los que están
lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39). Como Charles Spurgeon señaló, “nunca pierda la
esperanza en el poder del evangelio. No crea que existe algún hombre, mucho menos alguna raza de hombres, para quienes
el evangelio no sea adecuado”.
5. ASOCIACIÓN
La Comisión había sido dada. La tarea era grande. Había muchos kilómetros que recorrer, muchas almas que rescatar y
muchos peligros que enfrentar. Los obreros eran pocos (Lucas 10:2), los recursos eran escasos (1 Corintios 4:11-12) y las
habilidades eran ordinarias (1 Corintios 1:25-29). No había canales “cristianos” para llegar a los hogares, no había autos o
aviones para recorrer las ciudades y países, y no había Internet para alcanzar al mundo entero. No cabe duda que al
considerar su condición insuficiente e impotente ante el reto inmenso (cf. Lucas 17:10), una de las cosas que llenaba los
corazones de los discípulos de esperanza y determinación era las palabras de ánimo y asociación que su tierno Maestro
pronunció al final de la Comisión: “[H]e aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
Ciertamente, como un escritor ha señalado,
No hay actividad en la cual el hombre pueda involucrarse que le impacte más que el trabajo misionero con respecto a la
percepción de su impotencia personal. Al llevar el Evangelio al mundo, el testigo de Cristo llega a conocer cuán imposible
es que él pueda cambiar el corazón del hombre
Sin la promesa de asociación de su Maestro, los abrumados discípulos hubieran sido abandonados a sus propios recursos
en un mar de desesperación y frustración (. Mateo 8:23-26). Sin la compañía y el ánimo continuo de su Señor, ellos
hubieran regresado a atar anzuelos, separar lombrices, lanzar redes y limpiar pescados ( Juan 21:1-3). Jesús sabía que ellos
necesitaban una mano que les sostuviera y una palabra que les alentara.
Pero las palabras de asociación de Jesús no fueron vacías; no fueron un remedio barato para curar una frustración
momentánea. Cuando Jesús dijo, “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”, eso es exactamente lo
que quiso decir. Él estaría con ellos, y realmente, ¡estuvo con ellos cada instante de su ministerio!
Cuando apedreaban a Esteban por acusar a los líderes judíos de la muerte del Justo (Hechos 7:52), Jesús estaba allí,
observando y recibiendo su espíritu (Hechos.7:55-60). Cuando Saulo perseguía insaciablemente a los cristianos en todas
las ciudades (Hechos 26:9-11), Jesús estaba allí, observando y deteniendo (Hechos 9:3-6). Cuando Pedro confrontaba el
dilema en cuanto a la salvación de los gentiles (Hechos 10), Jesús estaba allí, observando y recordándole (11:16). Cuando
Herodes mató a Jacobo y encarceló a Pedro (Hechos 12:1-5), Jesús estaba allí, observando, enviando y liberando (12:11).
Cuando los judíos incrédulos en Iconio instigaron a los gentiles contra los hermanos (Hechos 14:2), Jesús estaba allí,
observando y atestiguando (14:3). Cuando el carcelero de Filipos encerró a Pablo y Silas en lo más profundo de una prisión
(Hechos 16:24), Jesús estaba allí, observando, escuchando y sacudiendo (16:25-26). Cuando los judíos en Corinto se
oponían y blasfemaban contra la doctrina que Pablo predicaba (Hechos 18:6), Jesús estaba allí, observando, fortaleciendo,
acompañando y protegiendo (18:9-10). Cuando surgió gran disensión en el Concilio por causa de la predicación de Pablo
(Hechos 23:10), Jesús estaba allí, observando y animando (23:11). Cuando las fuerzas naturales se unieron para azotar la
embarcación en la cual Pablo viajaba (Hechos 27:13-20), Jesús estaba allí, observando y concediendo (Hechos 27:22-25).
Y décadas después, en una isla apartada donde Juan había sido desterrado “por causa de la palabra de Dios y el testimonio
de Jesucristo” (Apocalipsis 1:9), Jesús todavía estaba allí, afirmando y consolando (1:11,17-18; 22:12-13,20). De hecho,
Jesús estaba con ellos “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Y con toda
certeza podemos contar con el respaldo de y la ayuda de Jesús en todo tiempo y especialmente cuando damos testimonio
de su Palabra. Marcos 13:11.
CONCLUSIÓN
Necesitamos retomar la tarea encomendada por Jesús como un asunto serio que demanda fe, responsabilidad y valor.
Es verdad que desarrollar esta labor a veces nos atemoriza por el qué dirán, por el rechazo, por la indiferencia, por el
peligro y tal vez hasta por una sonrisa burlona de los demás. Pero nada debe impedirnos seguir adelante.
Entendamos que no estamos solos. Dios prometió estar con nosotros y nos ayudará en cualquier dificultad que
tengamos. Si no estamos cumpliendo con estos desafíos, tenemos que humillarnos, orar, buscar a Dios y tomar de él lo
que necesitamos para cumplir la Gran Comisión.
CAPITULO TRES
QUIEN HACE LA OBRA DE EVANGELISMO
INTRODUCCION:
Algunos cristianos no comparten el evangelio porque piensan que la evangelización es un asunto de ellos y no saben que
decir por tanto mejor callan. Esto se debe a que no han entendido que la evangelización es la obra del espíritu Santo a
través de nosotros.
Veamos esta imagen para aclarar la idea anterior. (1Cor 2:1-4)
Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues
me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho
temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu
y de poder del Espíritu y de poder,) para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1. Redarguye es la obra de traer convicción o conciencia de que estoy mal delante de Dios o de que soy pecador.
Lea San Juan 16:8. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”
Lea también los versículos 9-11. El convence a los hombres del pecado trágico de rechazar a Cristo y también intensifica
su conciencia de todos los demás pecados y como afectan al hombre.
El Espíritu Santo convence al mundo de la rectitud personal de Cristo y de la veracidad de sus palabras Lea Hechos 2:32-
37
Esta convicción hace al pecador reconocer la perversidad del hombre en contraste con la santidad de Cristo como también
le hace comprender la santidad que Cristo ha provisto para nosotros.
El Espíritu Santo convence al mundo de juicio porque el juicio de Satanás ya está realizado. Por eso, tenga en mente que
nuestra tarea es solamente predicar la Palabra de Verdad; el Espíritu Santo tiene que producir la convicción.
2. Convence al Pecador
El Espíritu Santo convence a los hombres del error de sus creencias. A veces una
Persona tiene que deshacerse de muchas falsas ideas religiosas que aprendió desde la niñez. Generalmente el Espíritu (a
través del ganador de almas) hace esto, presentando la verdad en vez de condenar el error.
La gente que asiste a la iglesia y que normalmente es recta, tiene que ser convencida por el Espíritu Santo de que sus obras
religiosas y su moralidad no la salvarán.
Cuando esta gente sabe de la provisión de la santidad de Cristo, descubre la inutilidad y la insuficiencia de su propia
justicia. Esto es especialmente cierto con respecto a los que se encuentran enredados en sectas falsas o en un formalismo
ritual (Tito 3:5).
3. Convierte al Pecador
Es el Espíritu Santo quien realmente convierte y regenera el alma. Jesús dijo a Nicodemo: “... el que no naciere de agua y
(San Juan 3:5; Lea los versículos 3 al 8).
El Espíritu Santo implanta vida nueva en el pecador, llevando a aquél quien estaba muerto en delitos y pecados a nacer a
una nueva y viva relación con Cristo.
En tierras frías, un árbol muerto y un árbol que ha perdido sus hojas para el invierno parecen iguales; mas uno tiene vida
y el otro no la tiene; pero en la primavera se ve la diferencia. En la misma manera los pecadores y los cristianos parecen
iguales exteriormente, pero uno tiene vida (una vida implantada por el Espíritu Santo) y el otro Está muerto
espiritualmente.
Con el tiempo se nota la diferencia. Jesús dijo: “No puede el buen árbol dar malos frutos,ni el árbol malo dar frutos
buenos… por sus frutos los conoceréis” (San Mateo 7:18, 20).
Uno ha sido convertido por el Espíritu Santo, el otro no.
Conclusión
Para lograr una conversión genuina se necesita que el ganador de almas hable lo que el
Espíritu Santo le indica.
Efesios 1:13-14 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención
de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.
La evangelización es cosa del Espíritu Santo “por demostración del Espíritu y de poder,” el hijo de Dios es solo es el
instrumento que guiara o dirigirá para convencer al pecador de pecado y lograr el arrepentimiento genuino.
El ganador de almas solo necesita dejarse guiar por Espíritu. Y LA CLAVE PARA ESTO ES LA
LLENURA DEL ESPIRITU SANTO.
CAPITULO CUATRO
LA IMPORTANCIA DE LA CONSOLIDACION
Muchas veces, el evangelismo ha llegado a ser un simple intento de conseguir "decisiones". Algunas campañas y programas
de evangelismo tienen este único saldo: "tantas" decisiones por Cristo. Lamentablemente, existe un estilo de "evangelismo"
que hace todo lo posible por llevar a la persona a responder de forma positiva, lo cual mucha gente hace solamente por
complacer o para salir de la situación. Sin embargo, de una vez se anota la "decisión", la persona se va de allí y jamás vuelve!
Esto no es evangelismo: es irresponsabilidad.
Nos tenemos que preguntar, ¿estamos procurando "decisiones", o convertidos? ¿Nos satisfacemos con una estadística, o
con una vida transformada? Creo que la respuesta es clara: queremos vidas transformadas.
Ahora bien, la solución al problema planteado es el seguimiento. Para poder asegurar que una conversión es auténtica, y
a la vez para darle al verdadero convertido lo que necesita para crecer, el seguimiento es la única respuesta. El
seguimiento es sinónimo de discipulado.
Introducción
Hoy en día las personas buscan respuestas a sus necesidades espirituales y emocionales, por esta razón es necesario
buscar los mecanismos de orientación y cuidado para cada nuevo creyente que llega a la iglesia; de esta manera
enseñarles a buscar del SEÑOR y mostrarles que Él tiene un propósito para sus vidas hasta convertirlos en líderes en su
obra. Este proceso es la Consolidación.
I) ¿Qué es la Consolidación?
Consolidación es el proceso de cuidado, atención y contacto continuo con el nuevo creyente hasta que se sienta
fortalecido y animado para convertirse en un discípulo de CRISTO. Teniendo como propósito los siguientes pasos:
II) El Consolídador
La consolidación da resultados efectivos cuando hay alguien comprometido en desarrollarla, respetando cada etapa del
proceso. Toda persona que es involucrada como agente consolidador debe tener presente que su misión consiste en
cuidar al nuevo creyente reproduciendo en el Él carácter de CRISTO a fin de que de fruto reproduciéndose en otros.
Esta tarea implica trabajo, esfuerzo, consagración, dedicación y sobre todo amor por las almas tratando de suplir las
necesidades que hay en el corazón de DIOS de alcanzar los perdidos.
Con la consolidación se busca establecer un cambio de vida en toda persona, y para esto se requiere hombres y mujeres
comprometidos, dispuestos a supervisar paso a paso el progreso del recién convertido. Para esto se hace necesario que
cada consolidador entienda los siguientes aspectos:
a) Santidad (Apartado): Cualquiera que aspire ser usado por DIOS en la consolidación debe ser santo, pues él
únicamente escogerá instrumentos limpios a través de los cuales pueda fluir para hacer su obra. DIOS no mezcla los
santo con lo profano por eso nunca derrama de su presencia y su unción en un vaso vacío; “Porque escrito está: Sed
santos porque yo soy santo” (1 de Pedro 1:16). Cuando el SEÑOR ve la santidad en el corazón del hombre, pone el
toque diferente en el ministerio concediéndonos la oportunidad de obtener fruto abundante. Nunca veremos frutos si
no hay integridad en nuestras vidas. La Santidad es algo que no sólo se debe anhelar, si no también buscar, únicamente
así la presencia de DIOS reposará en su vida. “Siembre ustedes justicia y recojan cosechas de amor. Preparen la tierra
para un nuevo cultivo, porque es tiempo de buscar al SEÑOR, hasta que Él venga y traiga lluvia de salvación sobre
ustedes” (Oseas 10:12). En términos agrícolas, la tierra que por falta de uso de una cosecha a otra, se ha endurecido
(barbecho) y debe ser ablandada de nuevo para poder recibir la nueva semilla. “lo único que le quita autoridad y
respaldo a DIOS, es el pecado oculto. Si esto es así, no le eches la culpa a los demás, no te justifiques, anda delante de
DIOS y no te calles nada”.
b) Compasión: la palabra compasión se origina del griego “Splanchna”, es decir, entrañas, allí es donde se origina las
emociones fuertes y poderosas, las tiernas misericordias, los sentimientos de afectos, compasión, simpatía y piedad. El
amor fue la clave del éxito de CRISTO y Él lo manifestó desde el mismo momento en que dejó su trono de gloria para
hacerse igual a nosotros (filipenses 2:5-8). JESÚS nos da nuestras palabras del verdadero significado de amar, se olvidó
de sí mismo y se puso en el lugar de las personas viviendo con ellas su aflicción o problemas, e identificándose son ellas.
Su prioridad fue suplir la necesidad de quienes al Él llegaban. El apóstol Pablo anhelaba que los de su raza fueran salvos
y este deseo lo hacía gemir. Cuán importante es que el consolidador desarrolle este mismo sentir de compasión. En su
compasión le dice a los filipenses “Porque DIOS me es testigo de cómo les amo a todos ustedes con el entrañable amor
de JESUCRISTO”, ¡esto es compasión!, sentir tristeza por el dolor de los que se pierden y procurar que la ser ganado,
reciban el cuidado que necesitan. Recuerde que lo que usted no ama, usted no ministra, JESÚS en todo momento fue
movido a compasión, porque lo que toca el corazón de la gente es amor. Callamos la voz del adversario amando a cada
persona que nos llegue.
c) Conocimiento de la palabra: el consolidador debe tener presente que o cambiamos a alguien porque tengamos
facilidad de expresión o carisma, lo que cambia a las personas es la palabra de DIOS y el poder del Espíritu actuando en
sus vidas. Toda persona que ha de cuidar a un recién convertido, debe estar preparada en el manejo de las escrituras,
familiarizarse con los textos adecuados para compartir con los que están a su cargo, “Y estos eran mas nobles que los que
estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las escrituras para ver si estas
cosas eran así” (Hechos 17:11).Toda pregunta que hace un nuevo creyente sólo debe ser respondida a la luz de las
sagradas escrituras (Hechos 8: 26-35) la biblia debe ser estudiada, memorizada y aplicada en nuestras vidas para poder
enfrentar al enemigo y arrebatar de sus garras las almas e impedir que luego de ganarlas él intente robarlas de nuevo. La
palabra del DIOS es nuestra principal arma para vencer al enemigo (Lucas 4:1-13), y sólo a través de ella conocemos bien
a DIOS, (Juan 5:39).
d) Disposición: “Y todo lo que hagan, háganlo de corazón como para el SEÑOR y no para los hombres” (colonenses
3:23). Una de las cosas que más agrada a DIOS es que hagamos nuestra labor para Él y no para quienes nos rodean.
Debemos hacerlo como él mismo lo haría estando en nuestro lugar, con fuego, empeño y pasión, como si de ello
dependiera nuestra propia vida. El apóstol Pablo le dice a Timoteo “Procura con diligencia presentarte a DIOS
aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (1 de Timoteo 2:15), una
persona dispuesta es siempre diligente y se presenta a DIOS con el deseo permanente de cumplir con la tarea que se le a
confiado. Santiago nos sugiere que no podemos ser como la onda del mar que va de un lado a otro sin estabilizarse,
(Santiago 1:6 y 8). La consolidación requiere de una firme disposición hacia el cuidado del nuevo creyente.
e) Vida de oración: el consolidador debe pagar el precio en oración por los demás, porque nada se logra sin oración. Lo
primero que DIOS quiere que el consolidador entienda, es que la oración debe hacerse en la intimidad (Mateo 6:6), y
todos debemos llegar a ser especialistas en este tipo de oración, reclamando ellas las almas y la reafirmación de la fe del
nuevo creyente. La ración debe ser dinámica, evitando caer en la monotonía, una oración que mueva nuestro corazón y
llegue al corazón de DIOS. El que trabaja en el cuidado del nuevo creyente, debe ir confiado a la presencia de DIOS
recordando que JESÚS dijo “Al que a mi viene no le hecho fuera” (Juan 6:37). El profeta Daniel aprendió a usar el
secreto de la oración, y por ello se presentó delante de DIOS Buscando el favor para su pueblo. En el capítulo 9 de
Daniel, encontramos en detalle la manera como el profeta oró buscando la misericordia de DIOS para él y su gente.
Daniel se identificó con el pecado de su pueblo y pidió perdón por ellos como si el mismo los hubiera cometido. La vida
de oración, debe caracterizar al consolidador (Efesios 6:18), tomando el lugar del nuevo creyente e interceder por el
hasta que la misericordia de DIOS le alcance y le dé convicción impulsándolo a crecer en su vida cristiana.
El apóstol Pablo ganó almas con esfuerzo, gimiendo, derramando lágrimas por ellas, por eso leamos (Gálatas 4:19)
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que CRISTO sea formado en vosotros”. El apóstol
Pablo se caracterizó por tener una profunda compasión por la gente, la misma compasión que sintió CRISTO por los
necesitados. Al escribirle a los filipenses, el mismo apóstol dice “Porque DIOS me es testigo de cómo os amo a todos
vosotros con el entrañable amor de JESUCRISTO”. Esto es compasión, sentir tristeza por el dolor de los que se pierden
y procurar que la ser ganados, reciban el cuidado que necesitan. En 2 de Timoteo 1:1-11, Pablo abre su corazón ante su
hijo espiritual Timoteo, a quien estaba consolidando y del cual tenía gratos recuerdos:
Conclusión
La consolidación es fundamental dentro del desarrollo de la visión, y necesaria para el cumplimiento de metas.
Aplicación
Analicé su vida y reconozca en ella si ha estado cumpliendo con el propósito de DIOS para usted, recuerde que usted es
un colaborador de DIOS y necesita cumplir con el sueño del corazón de DIOS.
CAPITULO CINCO
UNO DE LOS GOZOS MÁS GRANDES que podemos tener como cristianos es el de llevar a alguien a Cristo.
¡Piénsalo! Tú y yo podemos ser los instrumentos de Dios en la salvación de otros.
¿Quién puede tener el privilegio de llevar a otros a Cristo? ¡Cualquier creyente! No es el deber de unas cuantas personas
escogidas. Dios llama a cada cristiano a testificar por Cristo, y cada cristiano puede ganar almas. El Señor Jesús dijo:
¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE aprender a ganar a otros para Cristo? Debido al valor del alma humana. ¿Por qué
es el alma humana de tanto valor? Porque vivirá para siempre. Cada persona que conoces tiene un alma que vivirá para
siempre; ya sea en las bendiciones del cielo o en las miserias del infierno. La Biblia dice:
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está
sobre él (Juan 3:36).
DIOS DA TANTO VALOR A LOS ALMAS DE LOS HOMBRES que envió a Su Hijo para que muriera en la cruz a fin
de que los hombres pudieran ser salvos. Cuando comprendamos cuán preciosas son todas las personas para Dios,
haremos todo lo posible por ganarlas para Cristo.
PARA GANAR ALMAS, debemos saber usar la Palabra de Dios. Así como un médico no da la misma receta a cada
paciente, así el mismo versículo no suplirá la necesidad de cada persona. Tú debes tener un buen conocimiento
fundamental de la Biblia.
En nuestra última lección aprendimos cómo obtener un conocimiento fundamental de la Biblia. ¿Estás leyendo tu Biblia
diariamente? ¿Estás aprendiendo de memoria las Escrituras? ¿Has establecido tu Tiempo Devocional? No seas negligente
con estas cosas si deseas ganar almas para Cristo.
Debemos tener el poder de Dios
Si hemos de ser ganadores de almas, necesitamos algo más: Necesitamos el poder de Dios. El poder del ganador de almas
viene del Espíritu Santo.
Cuando el Señor Jesús ordenó que Sus discípulos predicaran el evangelio a toda criatura, también les prometió el poder
del Espíritu Santo. Les dijo:
Recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… (Hechos 1:8).
En el día de Pentecostés, los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo. Pedro se puso de pie y predicó en el poder del
Espíritu Santo y cerca de tres mil personas se salvaron.
El mensaje del ganador de almas es el evangelio. La palabra "evangelio" quiere decir"buenas nuevas", y las buenas nuevas
son que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó para ser nuestro Salvador viviente. El apóstol Pablo escribió:
Además os declaro, hermanos, el evangelio… Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue
sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras (1 Corintios 15:1, 3-4).
Al llevar a alguien a Cristo, sencillamente le explicas las cuatro verdades básicas del evangelio.
El primer paso para llevar una persona a Cristo es mostrarle con la Palabra de Dios que él es pecador. Un buen pasaje
que se puede usar para esto es Romanos 3:10, 11, 12. Deja que él lea estos versículos. Eso es lo que Dios dice de
nosotros. Luego, pídele que lea Romanos 3:23. Antes que una persona pueda ser salva, tiene que darse cuenta de que es
pecadora y desear abandonar sus pecados. El Señor Jesús dijo:
El siguiente paso es enseñarle, de la Palabra de Dios, que la pena del pecado es muerte. "Porque la paga del pecado
es muerte…"
Explícale que la palabra "muerte" como se usa aquí quiere decir la separación de Dios, en el lago de fuego, para siempre.
Debido a que somos pecadores y condenados a la muerte eterna, necesitamos de un Salvador.
Nuestro versículo siguiente, Juan 3:16, es muy conocido. Deja que él lo lea. ¿A quién se refiere Dios cuando dice, "al
mundo"? Él quiere decir todos. Esto te incluye a ti y a mí.
¿QUE NOS DIO DIOS? Nos dio a Su Hijo. Esto quiere decir que dio a Jesucristo para morir en la cruz por nuestros
pecados.
¿POR QUÉ NOS DIO DIOS UN SALVADOR? Porque nos ama y porque ¡necesitamos un Salvador! No nos podemos
salvar a nosotros mismos, así que Dios nos dio a Jesucristo para ser nuestro Salvador.
Si yo te regalo algo a ti, ¿me lo tienes que pagar? No. ¿Tienes que trabajar por ello? No. Pero, sí, hay algo que debes
hacer: Tienes que recibirlo. Dios nos ha dado el Señor Jesucristo para ser nuestro Salvador, pero nosotros tenemos que
recibirle.
Ahora busca Juan 1:12. Déjale leer este versículo. ¿Cómo llega uno a ser hijo de Dios? Recibiendo al Señor Jesús.
Mas a todos los que le recibieron… les dio potestad de ser hechos hijos de Dios…
AHORA PUEDES HACERLE ESTAS PREGUNTAS: ¿Crees que Jesucristo es el Hijo de Dios? ¿Crees que murió en
la cruz por tus pecados y que resucitó? ¿Crees que Él puede salvarte? ¿Crees que está dispuesto a salvarte? ¿Crees tú que
Él vendrá a tu corazón y te salvará en este momento si tú se lo pides?
SI LA RESPUESTA a estas preguntas es Sí, entonces le puedes preguntar: ¿Quieres pedirle al Señor Jesucristo que
entre en tu corazón en este momento? Si así es, entonces ora esta oración conmigo:
"Señor Jesús, yo sé que soy pecador. Creo que Tú eres el Hijo de Dios, y que moriste en la cruz por mis pecados.
Por favor, entra en mi corazón en este momento y sé mi Salvador".
Sabiendo que eres salvo
Cuando una persona en verdad recibe a Cristo como su Salvador, Dios quiere que sepa que es salva. ¿Cómo puede una
persona saber que es salva? Puede saberlo (1) creyendo la Palabra de Dios, y (2) por el testimonio del Espíritu Santo. Un
buen versículo para enseñar la seguridad de la salvación es Juan 3:36. Observa que Dios habla de dos grupos de gente en
este versículo: Los que creen en el Hijo, y los que no creen en Él.
¿QUÉ DICE DIOS de los que creen en su Hijo? Dice, "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna". La
palabra "tiene" quiere decir que la tiene ¡ahora mismo! Luego busca 1 Juan 5:11, 12, 13. Observa en estos versículos que
Dios dice que podemos saber que tenemos vida eterna.
¡DIOS LO DIJO!
¡YO LO CREO!
¡Y ESO ES TODO!
La seguridad de la salvación también viene del testimonio del Espíritu Santo. Esto quiere decir sencillamente que el
Espíritu Santo nos hace saber en nuestro espíritu que somos salvos. La Biblia dice:
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16).
¿CÓMO PODEMOS SABER que otra persona es salva? Nosotros no podemos saberlo con seguridad. Tal vez creemos
sinceramente que una persona ha recibido a Cristo como su Salvador, pero podemos estar equivocados. Por esta
razón, nunca debemos decir a una persona que ella es salva. Eso es obra del Espíritu Santo.
Se cortés y discreto
Al tratar de ganar una persona para Cristo, debes ser valiente, sin embargo, debes tener tacto y ser cortés a la vez. Debes
guiar la conversación hacia asuntos espirituales, sin ofender. Seguidamente, debes averiguar qué es lo que la persona cree
en cuanto al camino de la salvación. Una forma de hacer esto es preguntarle lo siguiente:
—Si alguien te preguntara, ¿cómo puedo llegar a ser hijo de Dios?, ¿qué le contestarías?
LA MAYORIA DE LA GENTE INCONVERSA cree que una persona se convierte en cristiana al bautizarse, al hacerse
miembro de una iglesia, o al hacer buenas obras. Todo esto es bueno, pero no salva a nadie. La Biblia dice:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie
se gloríe (Efesios 2:8-9).
— ¿Te gustaría que yo te mostrara de la Biblia lo que Dios dice en cuanto a cómo se salva una persona? Si la respuesta es
Sí, entonces puedes proceder con los cuatro pasos para guiar a una persona a Cristo.
El amor es esencial
La cualidad esencial de un ganador de almas es que tenga amor por la gente. Tú no puedes ganar almas para Cristo si
no amas las almas. Dios ama a toda la gente; todos son preciosos para Él. Pide a Dios que llene tu corazón con Su amor.
¿Pueden los niños ser salvos? Sí, ¡seguro que sí! En realidad, es mucho más fácil para los niños confiar en el Señor Jesús
que para los adultos. El Señor Jesús nos dijo esto. Dijo:
Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos (Mateo 18:3).
¿Qué edad debe tener un niño para poder ser salvo? Suficiente edad para reconocer que ha pecado.
¿CÓMO PUEDES LLEVAR A UN NIÑO a Cristo? Sencillamente enséñale de la Palabra de Dios que él ha pecado y
que necesita un Salvador. Luego cuéntale del Salvador que murió por sus pecados e invítale a que reciba a Jesucristo en
su corazón.
Yo creo que un camino es tan bueno como otro con tal que uno sea sincero.
Respuesta: Quizá tú seas sincero, pero puedes estar sinceramente equivocado. La Biblia dice:
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte (Proverbios 14:12).
Jesucristo es el Salvador; el único Salvador. No podemos llegar a Dios sino por Él. Jesús dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6).
Yo no creo en el infierno.
Respuesta: Esto no cambia la realidad de que el infierno existe. La Biblia dice:
Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán
su parte en el lago que arde con fuego y azufre… (Apocalipsis 21:8).
Memoriza estas objeciones y sus respuestas para que las sepas cuando las necesites.
Sí
USA SIEMPRE TU BIBLIA al guiar una persona a Cristo. Aunque puedas repetir el versículo de memoria, es mejor
que permitas que la otra persona lo lea por sí misma.
No
Sí
No
INTERRUMPAS A LA GENTE. Procura conocer cuál sea su problema, pero no te desvíes. Continúa dirigiéndolos al
punto clave de su relación con el Señor Jesucristo.
Sí
ACTUA CON SERIEDAD. Este no es tiempo para "bromear". Ganar almas es asunto serio.
No
Sí
Sí
ADMÍTELO cuando no sepas la respuesta a una pregunta. Sencillamente di: "No sé la respuesta a esa pregunta, pero
estoy seguro de que sí hay respuesta. Una cosa sé: Jesucristo cambió mi vida y Él puede hacer lo mismo por ti".
Sí
ESTIMA MUCHO A CADA PERSONA. Debemos ver a cada persona como una por quien Cristo murió. Si miramos
con desdén o despreciamos a cualquier persona, no somos dignos de ser siervos de Cristo.
No
TE DESANIMES. Algunos rechazarán al Salvador, pero tú sigue dando testimonio por Cristo.
Sí
INTERÉSATE POR ELLOS. Jesús lloró y oró por las almas, perdidas, y nosotros debemos hacerlo también.
Sí
ANIMA A LOS RECIEN CONVERTIDOS para que confiesen a Cristo a otras personas y a que se unan a una iglesia
evangélica que predique la Biblia, tan pronto como sea posible.
Uno de los obstáculos más grandes para la obra personal es el temor a la gente. Tememos a lo que otros puedan pensar.
A un obrero personal intrépido se le preguntó si siempre había sido valiente. Respondió que antes había sido tan tímido
como cualquier otro. Un día ya no pudo soportarlo más. Cayó de rodillas con su Biblia abierta en el Salmo 34:4: Busqué
a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores. Dijo: "Señor, hiciste esto por David. Hazlo ahora por mí". Dios
escuchó su oración y la contestó.
PIDE A DIOS que haga lo mismo por ti. Tú tienes el mensaje que trae vida eterna a la gente y debes proclamarlo con
valor. Cuando tememos a la gente, hacemos a ésta más importante que el mensaje del evangelio. Esto es pecado.
2. El Trabajo de Evangelismo
El evangelismo es un trabajo que demanda compromiso y esfuerzo. Hoy día contamos demasiado con los
métodos tradicionales o institucionales para el cumplimiento de la responsabilidad del evangelismo. El culto
evangelístico y la campaña evangelista han reemplazado el trabajo más arduo del evangelismo de ser luz en
nuestra familia, vecindario, o trabajo. Muchas iglesias que han sido negligentes en cuanto al evangelismo por
mucho tiempo de vez en cuando realizan una campaña con algún evangelista de otro sitio para cumplir con su
"ministerio" de evangelismo. Pero la misma iglesia no ha hecho ningún trabajo de evangelismo. Y se ha visto
una reducción en la efectividad del evangelismo en general.
No existe ningún sustituto para el evangelismo personal. Aunque sea más fácil invitar a alguien al culto, es más
eficaz hablarle personalmente con alguien en un ambiente más familiar. Tampoco basta el método tan
conocido, y hay que decir tan fácil, de regar tratados. Recuerde los ejemplos dados en el estudio M3: mucha de
la "semilla" regada en la entrega de tratados llega al zafacón y no más.
A nivel de la iglesia, debe haber un apoyo para el evangelismo que vaya mucho más allá que solamente realizar
campañas o cultos de vez en cuando. La iglesia local, también las estructuras eclesiásticas regionales, nacionales
e internacionales, pueden poner sus esfuerzos en la orientación y capacitación de los miembros y líderes, en
cuanto al evangelismo.
Para una persona dotada con el don de evangelismo, el evangelismo fluye de su interior como un río de agua
viva. Al verdadero evangelista, nadie tiene que obligarle a evangelizar. Lo hace como parte de su vida cotidiana.
Es un llamado especial que se cumple por un impulso interno.
Pero no todos somos evangelistas "natos". Por eso, la Biblia nos exhorta, nos recuerda y nos prepara para
evangelizar. Por eso se ha escrito este librito, y muchos otros sobre el tema del evangelismo. Como ha sido
repetido varias veces ya, a todos los cristianos ha sido dado un mandamiento de evangelizar. Es un asunto de
obediencia. Pero, no es el don de todos. Entonces, los que tienen el don de ser evangelista lo deben ejercitar, y
los que no lo tienen, todavía pueden evangelizar, como estilo de vida, y a través de los métodos. Pero todos lo
debemos hacer bajo la guía e impulso del Espíritu Santo, y caracterizados por el fruto del Espíritu.
4. El Evangelismo como Estilo de Vida
El evangelismo debe comenzar sobre la base de la visión de la iglesia y el carácter de cada cristiano. Con esta
base, el evangelismo es algo natural, a nivel de la iglesia como tal a nivel del cristiano individual. Ocurre tan
fácilmente como la respiración!
Esto no es decir que no haya que hacer esfuerzo. La misma respiración cuesta esfuerzo. La iglesia tiene que
animar a los miembros en el evangelismo, y cada cristiano debe dedicarse a desarrollar una vida evangelística.
Esto nos lleva al punto aquí: el evangelismo debe ser el estilo de vida de la iglesia y de cada cristiano en
particular.
Este "evangelismo como estilo de vida" no es un método en sí, sino una disposición continua de ser luz y sal
donde quiera que se esté. No hay que esperar una campaña para evangelizar. Estamos rodeados de personas
muy cercanas a nosotros a quienes les falta un conocimiento correcto del evangelio. En la propia familia, en el
vecindario, o en el trabajo, tenemos muchas oportunidades de evangelizar.
Pero, ¿cómo? Fácilmente. ¿Hay que aprender un método? No necesariamente. ¿Hay que comenzar un
programa? No es obligatorio. Entonces, ¿cómo?
Primero, hay que estar dispuesto a obedecer al Señor en cuanto al evangelismo.
Segundo, como dijimos en el capítulo anterior, es indispensable tener el fruto del Espíritu.
También, hay que mantener un testimonio cristiano auténtico. La gente que está alrededor de nosotros nos
conoce. Nos observa en diferentes situaciones. No podemos esconder de ellos nuestro "verdadero ser". Si no
mantenemos un testimonio bueno, nos dirán, "si esto es ser cristiano, no quiero serlo." Pero con un
testimonio cristiano auténtico, no hay que hablar mucho. Nuestros vecinos y compañeros de trabajo notarán
la diferencia, y en el momento apropiado, tendremos la oportunidad "para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (I Pedro
3:15).
1. El Estudio Bíblico Evangelístico
Hay muchas personas inconversas a quienes les interesa saber algo de la Biblia. El estudio bíblico evangelístico
es un método muy eficaz de alcanzar a este grupo. Sirve para permitir que la Palabra de Dios penetre a un
hogar, y para hacer un puente hacia personas que nunca han asistido a una iglesia.
Se invita a personas durante visitas casa en casa, o por cualquier forma de contacto. Se puede formar grupos
homogéneos de mujeres, estudiantes, profesionales, o cualquier otro grupo. Entonces, se asigna del equipo
evangelístico un facilitador para guiar el estudio. Hay que decidir cuál sería el mejor lugar: en la casa de los
integrantes, la casa del facilitador, o en la iglesia. Cada lugar tiene su ventaja y desventaja, y depende de la
gente con quien se esté tratando. Pero, para cumplir con mayor efectividad el propósito evangelístico, y como
nos comisionó Jesucristo, es mejor IR a la casa de la(s) persona(s) inconversa(s).
Existen muchos recursos para el contenido del estudio mismo. Hay libros que sirven como guías para dirigir el
estudio sobre temas evangelísticos. La misma Biblia, en los libros como El Evangelio de Juan, Los Hechos,
Romanos, etc., tenemos una fuente de materiales para estudiar. Puede ser que el estudio evangelístico se
convierta en una célula de discipulado, a través de la conversión de los integrantes. Pero se debe tener cuidado
para que el estudio no pierda su carácter evangelístico, antes que cumpla su propósito: la evangelización de los
inconversos. Es decir que debe seguir con el tema evangelístico.
CAPITULO SIETE
Los cristianos, en las naciones occidentales, tienen la idea de que el ganar almas es realizado dentro de los auditorios de
sus iglesias. Aunque muchos encuentran a Cristo en los edificios de las iglesias, en los tiempos bíblicos el ganar almas era
una tarea ejecutada en los hogares donde vivía la gente.
Por lo tanto, dejemos que la cruz sea levantada nuevamente en el centro del mercado, así también como en las paredes de
los edificios de las iglesias.
Jesús no fue crucificado en una catedral entre dos velas, sino sobre una cruz entre dos ladrones, cerca del lugar donde la
gente del pueblo echaba la basura, en la encrucijada por donde las personas de diversas naciones viajaban; esa fue la razón
por la cual los judíos tuvieron que escribir su título en hebreo, latín y griego.
El Hijo de Dios fue crucificado en una clase de lugar donde los cínicos hablaban obscenidades, donde los ladrones
maldecían y donde los soldados apostaban.
Puesto que allí fue donde murió Cristo, y siendo que por tales pecadores Él murió, lugares como esos son los que Sus
seguidores en este mundo deberán concurrir para compartir el mensaje de amor, en verdad eso es lo que significa el
cristianismo.
La cruzada de toda la ciudad que condujo Felipe, es un ejemplo del evangelismo de las masas.
En Hechos 8:26-38 vemos a este mismo evangelista: Felipe, realizando evangelismo personal:
"Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún
otro?
Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús" (Hch 8:35, 36).
Esto era efectivo para los que iban a una iglesia. Pero el 90% o más de las personas nunca concurrían a una iglesia, y como
resultado, nunca podían ser ganados en ella.
Nuestra mayor oportunidad para ganar almas es fuera de las cuatro paredes de la iglesia. Los cristianos deben ganar almas
en el lugar donde trabajan, en los parques, en las calles y en los hogares. Es vital que vayamos al mundo: donde están los
perdidos.
La Iglesia nació del fuego o llama del evangelismo personal. Almas fueron ganadas en los hogares a través del ministerio
de testimonios cara a cara.
"...En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las
tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio" (Hch 8:1, 4).
Note que los "laicos" predicaban por todas partes la Palabra y guiaban las almas a Cristo. Los "apóstoles" permanecieron
en Jerusalén. Esa fue la manera en que Dios quiso que fuera.
Los líderes fueron puestos en la Iglesia para "...equipar a los miembros para la obra del ministerio" (Ef. 4:12).
Cada miembro debe ser instruido por los líderes de la Iglesia sobre cómo traer las almas a Cristo.
Un evangelismo saturado de una brisa fresca, al estilo del Nuevo Testamento, está soplando a través de todo el mundo.
El lema de la vida del cristiano es muy simple: ¡Un Camino! ¡Un Trabajo! ¡El Único Camino es Jesús! ¡El Único
Trabajo es el de ganar las almas!
No hay gozo como el de llevar las buenas nuevas a los perdidos en todas las partes del mundo:¡ganar almas por todos los
lugares donde estén los perdidos!
"Porque el Hijo del Hombre vino para buscar y salvar lo que se había perdido" (Lc 19:10). "Y el que gana almas es sabio"
(Pr 11:30).
"Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las
estrellas a perpetua eternidad" (Dn 12:3).
El venir a ser un compañero de Jesús en Su gran obra de redención de las almas perdidas, es lo más maravilloso que se
pueda realizar en el mundo.
TIPOS DE EVANGELIMO
EVANGELISMO DE LAS MASAS
CONGRESOS
CONCIERTOS
VIGILIAS
TALLERES
ENCUENTROS
CRUZASAS EVANGELISTICAS
INVITACIONES A LA IGLESIAS EN EL HOGAR
NOCHE BLANCA
EL TE Y DE LA AMISTAD
EVANGELISMO PERSONAL
VISITAS
EVANGELISMO PUERTA A PUERTA
EVANGELISMO DE RELACION “AMISTAD”
HERRAMIENTAS USADAS
LAS CUATRO LEYES ESPIRITUALES
EL TRES AAA DE LA SALVACION
EL CUBO DE LA SALVACION
LA SALVACION ATRAVEZ DE LOS COLORES
LA LEY DE DIOS
REFLEXIONES
FLASHMOB
PALABRAS FINALES:
Lo más importante es estar dispuestos a obedecer a dios y amar a nuestro prójimo hablándole de ese gran dios que lo
dejo todo por nosotros para que ahora nosotros le entregamos todo a el