CELEBRACIÓN DEL Sí María
CELEBRACIÓN DEL Sí María
CELEBRACIÓN DEL Sí María
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Ambientación y preparativos
Esta oración vocacional se puede hacer con el Santísimo Expuesto con las debidas
adaptaciones, para que no quede el Santísimo como un objeto o símbolo más sino el
centro de la celebración y presencia "viva del Señor Resucitado". Adaptando cantos,
oraciones del inicio y final de La Exposición. También se puede hacer adaptando lo que
convenga o interese más entorno a un icono o imagen de la Virgen.
¡ALÉGRATE, ALÉGRATE,
LLENA DE GRACIA! (2)
¡ALÉGRATE, ALÉGRATE,
LLENA DE GRACIA! ¡ALÉGRATE!
RISAS EN EL AIRE,
GOZO HECHO CANCIÓN;
MÚSICA DE ENCUENTRO,
DANZA DE DOS CUERPOS
AL RITMO DE UN ABRAZO,
DOS VIDAS MULTIPLICADAS POR EL AMOR (2).
Saludo inicial
Escuchemos este Evangelio como si fuera la primera vez, como novedad absoluta. Lo
que vamos a escuchar, cambió la historia de la humanidad, marcó un antes y un
después. Cuando alguien da un sí a Dios, también marca una antes y un después en su
vida y en la de muchos a donde sea enviado por el Señor.
(Al acabar la Lectura del Evangelio, desde el mismo u otro lugar, se lee el texto que sigue o se hace, según
posibilidades, una pequeña reflexión incidiendo en la llamada como "regado" de Dios e invitación a una inmensa
alegría como indica el Angel a la Virgen María.)
¡Al ir junto a ella brota la intimidad! Es hora de mirarla de cerca, de preguntarle qué es
lo que lleva dentro, qué es lo que guarda en su corazón. Su belleza puede despertar la
nuestra, tan dormida. Su gracia puede recreamos.
¡Alégrate! Así me dijo el ángel del Señor, y el gozo del Espíritu saltó en mi interior
como una cascada de agua fresca que brota de una profunda montaña.
¡Llena de gracia! Era el nuevo nombre que Dios Padre me ponía. Quería expresar con
él la fuerza de su mirar, su amor eterno y desbordante, su obra de salvación.
¡El Señor está contigo! Era el aviso para la misión que me confiaba: Ser madre-
virgen. El estaría siempre en mí. Juntos andaríamos el camino de la Nueva Humanidad.
Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Estas palabras
de Isabel sonaron en mí como buena noticia.
Estaba llegando el tiempo nuevo, el nuevo amanecer de la salvación.
Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte
de Señor. El me invadía totalmente, sentía ya los latidos del amor en mi fe de
peregrina. Mi Hijo se iba agrandando en mi vientre. Esperaba gozosa su nacimiento.
GESTO: Si parece oportuno, desde la custodia enrollamos un ovillo de lana (relacionar con el icono: Hemos
escuchado...) nos dejamos enrollar por el Señor...El también necesita hoy corazones generosos que quiera tejer en
el mundo la alegría del amor de Dios, tejer, encarnar nuevamente a Cristo.
(Sigue un rato de SILENCIO. Alguien, desde atrás, va leyendo despacio las siguientes frases, dejando una pausa de
silencio, unos segundos, entre una y otra.
Dios nos busca a cada uno de nosotros como buscó a María. Tiene una propuesta para
nuestra vida.
Dios está a nuestra puerta y llama. Si le abro, como María, entrará en casa, cenará
conmigo y hablaremos sin prisas.
Me pregunto: ¿Lleva Dios ya Dios mucho tiempo, muchos días, golpeando con los
nudillos de sus manos, llamando a mi puerta?
Voy a estar atento, voy a escuchar en silencio, voy a abrir mi puerta y mis oídos a su
Palabra.
Le voy a robar las Palabras a María. También yo voy a decir que Sí: "Hágase en mí lo
que quieres Tú".
Quiero expresar mi deseo decidido, firme, de abrirme al plan vocacional de Dios sobre
mí: "Hágase en mí lo que quieres Tú".
Respuesta a las peticiones: Enséñanos a decir Amén. Ayúdanos a decir que Sí.
(Se puede proseguir la plegaria con frases similares, respondiendo siempre: Enséñanos a decir Amén. Ayúdanos a
decir que Sí.)
Oración conclusiva
(La que viene a continuación o la oración oficial de la Jornada de este año 2007)
(Terminada la oración a la Virgen, un canto de adoración propio al Santísimo, Bendición y reserva como de
costumbre.)