El Valor Del Tiempo
El Valor Del Tiempo
El Valor Del Tiempo
Salomon Michan M.
La lección de la hormiga:
Dice un versículo: “Lej el nemalá, atzel, ree derajea vejajam”, “Ve con
la hormiga ¡flojo!, mira sus caminos y adquirirás sabiduría”.1
Si observamos el comportamiento y la vida de una hormiga, es difícil
entender su conducta.
Las hormigas no tienen Gan Eden, no tienen satisfacciones, no
disfrutan la vida, no cumplen mitzvot, etc., pero aun así no se
despiertan tarde, siempre trabajan duramente y no flojean. Tampoco
tienen jefe que la obliguen a trabajar o que las presiones, no usan
despertador, pero de todos modos se esfuerzan.
Rab Jaim Shmuelevitz solía mencionar un Midrash que dice que la
vida de una hormiga es de únicamente seis meses, y en esos seis
meses todo el alimento que consume es de tan sólo una semilla y
media de trigo.2
En una ocasión, los Jajamim encontraron un agujero donde habitaban
hormigas y encontraron 300 cur (74,640 kilos) de trigo.3
Los Jajamim preguntaron a las hormigas: “¿Para qué juntan tanto
trigo, si tan sólo vivirán 6 meses de vida?”. A lo que las hormigas
respondieron: “Tal vez Hashem me conceda más tiempo de vida; por
eso juntamos tanta comida.”
Dice Rab Jaim Shmuelevitz: Nunca se ha escuchado que una hormiga
viva más de 6 meses.
Las probabilidades de que una hormiga viva más de 6 meses son
mínimas, y con todo y eso, se esfuerzan toda su vida para esa
pequeña probabilidad.
Por lo general, los seres humanos tenemos un gran problema, que no
nos esforzamos, incluso que sabemos que hay una gran probabilidad
de llegar al Olam Habá con esfuerzo y dedicación.
El esfuerzo en este mundo es lo único que nos hace recibir el Olam
Habá. Pues si es seguro que estamos viviendo, es seguro que
moriremos, y es seguro que el Olam Habá se adquiere con los actos
que realizamos en este mundo.
Debemos aprovechar, como la hormiga, cada momento, y el esfuerzo
que se haga debe ser el necesario para adquirir Olam Habá.4
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Los tres últimos deseos de Alejandro El Grande
Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus
generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1 - Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los
mejores médicos de la época
2 - Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras
preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...
3 - Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del
ataúd, y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le
preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro le explicó:
1 - Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así
mostrar que ellos NO tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2 - Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos
puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí
permanecen.
3 - Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las
personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las
manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro
que es el tiempo.
Al morir nada material te llevas,
"EL TIEMPO" es el tesoro más valioso que tenemos porque Es
Limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo...
Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos
entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos
recuperar, nuestro tiempo es nuestra vida
EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es tu tiempo y
SIEMPRE se le regala a la familia o a un buen amigo.
Tomate el tiempo para enviar este mensaje cuando menos a alguien
de tu familia o a un buen amigo.
CLARO CUANDO TENGAS TIEMPO
No hay tiempo
Rabí Menajem Mendl decía: -Un verdadero jasid no peca, no porque
está prohibido, sino porque no tiene tiempo para hacerlo.
Dormiré mucho:
En una ocasión, vieron que había luces prendidas en la noche, en la
casa de Rab Elihau Lopian, más tarde de lo normal.
Un familiar entró a decirle al Rab que ya es tarde y es hora de dormir,
así como todos los jóvenes que ya están dormidos.
El Rab le contestó a esta persona: Estos jóvenes pueden dormir, ya
que les queda mucho tiempo en este mundo; pero yo que ya estoy
viejo y apenas puedo moverme, necesito aprovechar todo lo que se
pueda.
“Yo dormiré mucho, Yo dormiré mucho, Yo dormiré mucho”
Estas fueron las palabras de Rab Eliahu Lopian.20