La Entrevista Infanto Juvenil.
La Entrevista Infanto Juvenil.
La Entrevista Infanto Juvenil.
Escuela
GUIA 2
ABORDAJE PSICOLÓGICO INFANTO-JUVENIL
Competencias generales:
El profesional que trabaja con población infanto-juvenil, además del conocimiento y experiencia
que requiere el manejo de la comunicación en la entrevista y de la evaluación en general, debe ser
también un profundo conocedor del desarrollo evolutivo y de la psicopatología infantil. Esto
permite contextualizar los motivos de consulta en una edad y en una etapa del desarrollo,
discriminar las conductas transitorias de las estables, no patologizar las consecuencias naturales
de las crisis evolutivas, diferenciar cuándo la intervención precoz es adecuada o propicia
morbilidad y tomar decisiones a tiempo evitando la cronificación de síntomas.
Al mismo tiempo un psicólogo que interviene en la infancia, debe estar al día de los aspectos que
configuran el contexto social junto con las variables del micro contexto familiar y escolar. Como
características personales necesita tener un profundo sentido del humor, mantener una curiosidad
critica por todo aquello que se innova, ser plástico y saber adaptarse a situaciones inesperadas, ser
riguroso en lo que se quiere conseguir pero flexible en el modo de conseguirlo, y sobre todo tener
un profundo respecto por el sujeto de evaluación, y bajo ningún concepto transmitir una
información no veraz.
La Entrevista- Definición:
Es una técnica que recoge abiertamente la petición de ayuda del entrevistado. No se buscan solo
datos precisos y contrastados de los problemas, sino información acerca de cómo percibe el
propio sujeto el malestar por el que consulta (queja). Esta información es por un lado amplio y
general y por otro específica y concreta, lo que convierte a esta técnica en un instrumento
insustituible de la evaluación. La finalidad del psicólogo entrevistador es identificar y clarificar
la demanda, comprender los problemas y sentimientos del demandante, elaborar las hipótesis
pertinentes sobre la consulta, confirmarlas en sucesivas sesiones o con otras técnicas a fin de
Compilación teórica, diseño y adaptación de María de Lourdes Linares-
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Psicóloga Especialista en Higiene Mental. Investigadora- Docente universitario
proponer estrategias de resolución del conflicto o de promoción de salud. En un prefijado
espacio de tiempo y lugar se intenta comprender y dar respuesta a las necesidades de la persona que
demanda.
Generalidades
Ésta se caracteriza por ser una técnica previa al diagnóstico e incluso previa a cualquier modalidad
de intervención, imprescindible en el proceso de evaluación por la cantidad de información y
conocimiento personal que aporta del sujeto en un breve espacio de tiempo. Se desarrolla a través
de una conversación con una finalidad, ya que se centra en la demanda del sujeto, en la explicación
de su problema. La información que aporta el sujeto plantea desde su punto de vista cual es la
elaboración personal de los acontecimientos por los que consulta.
En la entrevista se limitan y orientan las demandas del que consulta. La información aportada
por el entrevistado se convierte en el foco de referencia. Sobre esta primera información se
organizan otros nuevos datos que permiten completar las hipótesis y las alternativas de actuación
posterior. Esta relación se inicia con un desconocimiento mutuo, por lo que ambos necesitan
estrategias de acercamiento y conocimiento para establecer las bases de una adecuada relación. Pero
sobre el que dirige la entrevista, recae la responsabilidad de recabar información para lograr un
conocimiento del paciente y de su entorno en un breve espacio de tiempo.
Los padres son los informantes privilegiados de la vida del hijo, pero ambos están personalmente
implicados en la información que aportan. Esto obliga al profesional a mantener una relación a
varias bandas. Una relación con la pareja como tal y por separado. Además la relación con el hijo, y
también con todos como sistema familiar.
Cuando los padres consultan por un hijo o hija la presencia de ambos es absolutamente necesaria
en la primera entrevista, excepto en casos especiales. La importancia y la necesidad de esta
presencia obedece a varias razones: quien decide acudir a un especialista, implicación de ambos
progenitores en el diagnóstico y necesidad de conocer cómo percibe cada uno de los padres el
problema o problemas por los que consultan.
Una de las diferencias entre la consulta de niños /adolescentes y la consulta de adultos estriba en
que los primeros no acuden a consulta de forma autónoma, sino que necesitan de la mediación de
los adultos que deciden por ellos. En la mayoría de los casos los niños no se perciben como
personas que tienen un problema. En otras los padres tampoco lo hacen y son los profesionales de la
salud o de la educación los que advierten del mismo, y en otros los servicios sociales.
El motivo para decidirse acudir a consulta suele ser la repercusión que la conducta de los
menores tiene para ellos mismos o para el ambiente. Además el grado de responsabilidad que los
padres mismos se atribuyan ante el problema va a condicionar su participación en el proceso. En la
pre-entrevista el psicólogo diráí a la persona que demanda la consulta que es necesaria la presencia
de ambos padres en la entrevista inicial porque supone asumir la responsabilidad de ambos en la
educación de los hijos, en las dificultades que presentan y en las soluciones que se planteen para
resolverlas.
Cuando el psicólogo asume la tendencia social y cultural de que sea solo la madre la que acuda al
psicólogo, también él acepta una responsabilidad desigual en la educación de los hijos, permitiendo
que la madre asuma una carga educativa desproporcionada, y esto se agrava más cuando se trata de
enfrentar y solucionar un problema. Finalmente, para el psicólogo es primordial conocer a ambos no
Una excepción lo constituyen los diferentes modos de convivencia familiar que se van
incrementando en la sociedad actual, como vivir con uno de los cónyuges por motivo de separación
o divorcio, convivir con el padre o madre biológico y con su nueva pareja, niños que viven con el
padre o madre sin pareja, niños que viven en una relación de pareja homosexual, estar en
acogimiento familiar temporal y niños que permanecen en una institución por diferentes razones.
La salud mental de los propios padres, asíí como parte de los antecedentes e historia personal.
Los deseos y expectativas de tener hijos y formar una familia. Identificar el funcionamiento del
sistema familiar como una entidad micro social en el contexto social en el que se desenvuelven.
Las relaciones de cada uno de ellos con el hijo por el que consultan.
Las tentativas de solución que han planteado anteriormente, asíí como las consultas previas.
Los sentimientos de culpa que se atribuyen o si en absoluto consideran que son responsables de lo
que acontece al hijo.
Todos aquellos aspectos de la vida de los padres que el psicólogo considere de interés.
La evaluación siempre entraña cambios, mayores o menores, para cada cónyuge. En la medida que
los progenitores acuden a consulta y desde la primera entrevista se sienten escuchados y atendidos,
aumenta la probabilidad de que la evaluación, y posteriormente la intervención, cuente con más
probabilidades de éxito que si ocurre lo contrario.
Aunque ambos padres en la convivencia con el hijo son testigos y responsables de los problemas
por los que consultan, ambos difieren en aspectos tan importantes como:
¿Qué percepción tiene cada uno de cómo afecta al hijo el motivo de consulta?
Aspectos a considerar:
Lo que el profesional observa en la primera entrevista es una muestra de la conducta que el niño
percibe en el ámbito familiar. Esto incluye aspectos tanto positivos como negativos. Entre 1 y 5
años los padres solicitan consulta ante la duda o sospecha de retrasos en algún área del desarrollo.
También por problemas de adaptación a la institución escolar o por problemas en la adquisición del
control de esfínteres, autonomía en la alimentación, sueño, higiene (hábitos en general), crisis
familiares (normativas y no normativas).
Entre los 6 y 11 años se mantienen las demandas por adquisiciones evolutivas sin resolver,
especialmente la falta de control de esfínteres o la incapacidad de superar los miedos nocturnos o
fobias específicas. Además son las edades de los primeros aprendizajes básicos y el fracaso en los
mismos genera más consultas. También algunos problemas de conducta, déficit de atención,
hiperactividad, tristeza, conductas disruptivas, problemas relacionales…
En ocasiones también en la primera entrevista se tomas datos de la historia biográfica del sujeto.
La anamnesis supone una recogida de información sistematizada y cronológica de los hitos
evolutivos del sujeto. Existe consenso al considerar que en niños y adolescentes requiere particular
Tan importante como recoger con exactitud la historia del hijo es observar qué progenitor informa
más y de qué aspectos, cómo lo cuenta, en qué orden, qué se omite, qué repiten… Antes de finalizar
la entrevista el psicólogo interrogará específicamente por los aspectos adaptativos del sujeto, es
decir, cuáles son a juicio de los padres los aspectos más saludables en los que el sujeto tiene éxito
y/o recibe reconocimiento social de los padres o adultos. La formulación explicita de estos aspectos
sitúa el problema en una perspectiva diferente.
La edad es una variable crítica en el proceso de evaluación porque mediatiza dos aspectos
fundamentales: el modo de interacción con el sujeto evaluado y el método a utilizar para obtener
información.
Unas breves palabras acompañadas por una representación de marionetas o de muñecos propicia
que el niño comprenda de algún modo por qué y para qué está ahíí, y qué se espera de él. En este
momento o en otro deben hacerse explícitos al niños principios deontológicos que van a regir el
proceso de evaluación.
El nivel relacional verbal es todavía muy reducido, aunque muy diverso de unos niños a otros. En
las primeras edades, 6-8, el juego y el dibujo son dos estrategias de entrevista con las que los niños
se expresan de forma espontánea y fácil. Más adelante el lenguaje empieza a ser un medio valido
para relacionarse con el examinador. La mediación e intervención de terceras personas es relevante
e imprescindible.
c) Adolescencia
A estas edades la relación examinador-examinado es más directa y personal, y las figuras parentales
pierden protagonismo en la entrevista y en la evaluación. Las habilidades cognitivas, lingüísticas y
sociales dotan al sujeto de capacidad de comunicación y de relación interpersonal.
Los niños precisan de un tiempo para situarse en el contexto en el que están. Durante los
primeros momentos están pendientes del lugar y de los aspectos formales del examinador y apenas
atienden. El psicólogo se presentará a sí mismo y le llamará por su nombre. Si es necesario le
indicará su ubicación en la sala, por quéí de algunos de los detalles que tiene y, en función de la
edad, permitiráí un tiempo de reconocimiento y habituación a la misma. El propio profesional le
b) Segunda fase
Se le preguntará si sabe por quéí está ahíí. Es preciso una clarificación de la información por parte
de ambos y se le pregunta básicamente: ¿tú qué piensas de lo que te pasa en relación a…? cómo te
sientes ante esta situación?, ¿por quéí crees que ha ocurrido?, ¿quieres intentar cambiar esta
situación? Se dedicará un espacio de tiempo para que el sujeto pueda dar su opinión (entre 10 o 20
minutos).
Aspectos generales: cuéntame lo que te gusta o disgusta, lo que te da miedo, lo que te preocupa,
qué recuerdas de cuando eras pequeño…
Aspectos relacionados con la escolaridad, rendimiento: qué asignaturas te guas más y menos, qué
haces en los recuerdos, qué es lo que más te gusta de tu colegio…
Relaciones sociales. Es uno de los aspectos que con más facilidad hablan los sujetos. Las preguntas
pueden ser muy variadas, pero el objetivo es conocer si es un sujeto aislado o si por el contrario es
un sujeto sociable. Ej: tienes otros amigos que no son del colegio, con quién te llevas mejor o
peor…
Conocimiento familiar. La versión que tiene el niño sobre cada miembro de su familia es
sumamente importante, por lo que conviene ayudarse de cuestiones más cerradas y directas. Ej:
quién está más en casa, qué les gusta, quién es más severo…
Preguntas específicas para adolescentes. La sexualidad y relaciones con el otro sexo, vivencia de los
cambios puberales y sociológicos, la relación con las pandillas y grupos específicos, uso y consumo
de sustancias, expectativas profesionales…
Aspectos adaptativos. Antes de finalizar con la entrevista conviene preguntarle en qué áreas
considera que no tiene ningún problema.
La despedida debe ir precedida de una nueva fecha de encuentro acordando claramente cuál va a ser
el método de trabajo para ambos y los compromisos a los que llegan.
Fuentes:
Aberastury, A. (1972). "La entrevista inicial con los padres". En A. Aberasturi (Ed.): Teoría y técnica del
psicoanálisis de niños. Buenos Aires: Paidos.
Acevedo, A. y López, A.F. (1986). El proceso de la entrevista. Conceptos y modelos. (4ª ed). México: Limusa.
Álvarez, V. (1984). Diagnóstico pedagógico. Sevilla: Alfar.
Bertrando, P., Bressi, C. y Clereci, M. (1989). La Evaluación familiar y la Interacción lingüística. El Análisis
de la Entrevista.
Capafons, J., Sosa, C., Alcantud, F. y Silva, F. (1986). La información diagnóstica general: Una pauta
estructurada de anamnesis para niños y adolescentes. Evaluación Psicológica / Psychological Assessment, 3,
(2), 13-45.
Del Barrio, V. (2002) Método de la evaluación psicológica y su aplicación al niño y al adolescentes. (Ed.),
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Maganto, C y Sáez C. s/f. La Entrevista Psicológica