Bautismo Laicos
Bautismo Laicos
Bautismo Laicos
EL BAUTISMO
PARA LAICOS
BIBLIOGRAFÍA
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1. La Iniciación Cristiana
El Concilio Vaticano II y los Documentos que se derivan de él, han utilizado este
concepto; ‘iniciación’ viene del sustantivo initium: principio, que da la idea de empezar,
introducir a alguien en algo. Si se toma desde el punto de vista cristiano, entonces es un
inicio a los misterios o sacrificios, con connotación religiosa
Para expresar dicho concepto, los Padres Griegos se valen de dos términos: a) Myèsis:
iniciación (al misterio), de donde surgen los vocablos mystès y memioumenos:
iniciado, mystèrion: misterio, mystagogeo: inicio en el misterio, mystagogos:
iniciador y mystagogia: acción de conducir al misterio, o también, acción por la cual
el misterio nos conduce y b) Teletè: rito, iniciación, del verbo teleioo: cumplo,
perfecciono, que deriva de telos: fin, término; de aquí resultan las expresiones
teloumenos: iniciado y teleiosis: consagración
Aunque no se encuentra en los escritos del N.T., sí se encuentra en forma embrionaria la
realidad que expresa, pues para Mircea Eliade no podía faltar en el cristianismo algo
que los antropólogos llaman una ‘dimensión específica de la condición humana’; ésta,
es una constante antropológica que está presente prácticamente en todas las culturas: los
ritos de iniciación
A nivel general, la iniciación no se trata del tener unos conocimientos, sino del inicio a
la vida de un grupo, de una familia, comunidad, sociedad o religión. Se trata de entrar
en un grupo ya constituído, que tiene un proyecto, una misión, unas tradiciones, un
lenguaje simbólico; el proceso de integración exige la transmisión de una tradición viva
recibida de los mayores y el aprendizaje del lenguaje simbólico del grupo
Se entra en contacto con el arquetipo (en nuestro caso particular, en los Sacramentos de
la Iglesia Católica con Cristo), con los mitos de los orígenes, con los acontecimientos
que están a la base de la comunidad
La iniciación cristiana es para hacer cristianos, porque uno no nace cristiano, sino que se
hace cristiano; el ser cristiano no es un hecho de naturaleza, sino algo que sobreviene a
la existencia
Hacerse cristianos es injertarse en el Misterio de Cristo Muerto y Resucitado, que no
es un mito, sino un acontecimiento salvífico histórico, una participación sacramental
en la muerte y resurrección de Jesucristo; esto equivale a hacerse miembro del Cuerpo
de Cristo, que es la Iglesia, que no es un grupo social más, sino que ella misma es
Misterio: Sacramento de la Redención Universal, por lo que se precisa de una
iniciación para entrar en ella
La iniciación no va dirigida solamente a la mente o al interior del iniciado, sino a todo él
en su realidad corporalespiritual, en un proceso personal de transformación radical en
su condición social o religiosa. Es un paso de una condición a otra, de un estatus a otro,
por lo que al rito de iniciación también se le llama rito de paso o de umbral
El carácter personal de la iniciación cristiana se manifiesta sobre todo en la importancia
que reviste la fe en todo el proceso: la fe como actitud personal de adhesión radical de
todo el ser a la Persona del Redentor, que está llamada a desarrollarse según ritmos e
itinerarios establecidos hasta culminar en la experiencia personal que hace el iniciado de
la Muerte y Resurrección de Cristo. Pero antes, tiene que recorrer un largo camino de
conversión y de adiestramiento en la vida cristiana, que le introducirán en un género de
vida totalmente distinto, que exige la transformación del sujeto en su mentalidad y en su
comportamiento (a diferencia de otros tipos de iniciación, la iniciación cristiana es de
carácter universal y no distingue a nadie)
La instrucción es elemento importante en toda iniciación, pero no es sólo comunicación
de esquemas de pensamiento o enseñanza doctrinal, sino que es aprendizaje de un nuevo
género de vida. El primer paso primordial es la evangelización, que tiene como
finalidad la conversión y la fe; la fuerza de la Palabra juega un papel insustituible
Viene luego la formación en la fe, que ocupa un espacio importante en la preparación
del catecúmeno; una instrucción, al menos elemental, pero concreta y orgánica: la
catequesis
Es la iniciación un itinerario que hay que recorrer, es gestación y parto, maduración y
crecimiento, un paso de la muerte a la nueva vida (cfr. Rom 6,4); pero la iniciación es
sólo un comienzo de una experiencia destinada a continuar
Aun terminado todo el proceso, la iniciación se considera sólo virtual (o aparente); la
iniciación efectiva viene después y dura toda la vida
Es, la iniciación cristiana, un proceso unitario, donde debe de haber una unidad orgánica
entre todos sus elementos (BautismoConfirmaciónEucaristía), en un proceso donde el
sujeto tiene un cambio existencial profundo para adquirir un puesto o rol que
corresponde a todo miembro activo de la comunidad
2. Los Sacramentos de la Iniciación Cristiana
En el cristianismo, la iniciación al misterio se realiza en las acciones sacramentales, que
son los que ponen los fundamentos de la vida cristiana, los Sacramentos de la iniciación
cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía60
Es por ello que los Padres griegos del siglo IV, casi identifican la iniciación
(mystagogia) con la celebración misma de los misterios (principalmente el Bautismo
y la Eucaristía), que representan el último grado o etapa del itinerario de la iniciación
cristiana
El redescubrimiento de que los tres primeros Sacramentos (Bautismo, Confirmación y
Eucaristía) forman parte de un proceso de la iniciación cristiana, esto es, que son los
Sacramentos de la Iniciación Cristiana, ha sido un paso importante de renovación
teológica de estos Sacramentos (verlos y celebrarlos en unidad y en un proceso, sin estar
aislados el uno de los otros)61
Estos tres Sacramentos, desde las épocas más remotas, se presentan como una unidad,
formando parte de una única celebración (durante mucho tiempo se conferían el la
Solemnidad de la Pascua)
Pero dicha unidad ritual es reflejo de una unidad teológica más profunda, ya que los tres
concurren juntos a asegurar la progresiva configuración del creyente con Cristo
(bautizado, con la plenitud del Espíritu, alimentándose con el Pan que da la vida) y su
unidad a la Iglesia: la iniciación cristiana no sería completa si no se ha recorrido por
estas tres etapas
A partir de los estudios litúrgicos realizados a partir del s. XVII, la unidad que tienen
entre ellos se vuelve a recuperar, últimamente habiendo grandes caminos en los
Documentos del Magisterio, en los libros sacramentales y en los acuerdos ecuménicos;
la unidad de los Sacramentos de iniciación cristiana es un criterio que tuvo mucha
importancia en la reforma litúrgica que siguió al Vaticano II
Por ejemplo: SC 71: “Revísese también el rito de la Confirmación, para que aparezca
más claramente la íntima relación de este Sacramento con toda la iniciación cristiana;
por tanto, conviene que la renovación de las promesas del Bautismo preceda a la
celebración del Sacramento”
AG 14: “... Iníciense, pues, a los catecúmenos convenientemente en el Misterio de
Salvación, en la práctica de las costumbres evangélicas y en los ritos sagrados que han
de celebrarse en los tiempos sucesivos, y sean introducidos en la vida de la fe, de la
liturgia y de la caridad del Pueblo de Dios. Liberados luego, por los Sacramentos de
iniciación cristiana, del poder de las tinieblas, muertos, sepultados y resucitados con
Cristo, reciben el Espíritu de hijos de adopción y celebran con todo el Pueblo de Dios el
memorial de la muerte y resurrección del Señor)62
No son tres ritos de paso independientes, cerrados en sí mismos, ni siquiera tres etapas
autónomas; existen una relación orgánica entre ellos, un dinamismo interior que los
conecta entre sí
Son tres etapas de un único proceso de progresiva introducción al Misterio de Cristo, de
configuración con Cristo y de unidad con la Iglesia
La Eucaristía se considera como el término del camino, la meta final, el culmen de la
iniciación; el Bautismo y la Confirmación tienden por su naturaleza hacia la Comunión
Eucarística. El Bautismo, puerta de la vida espiritual, marca el comienzo del itinerario
cristiano, la Confirmación, perfeccionamiento y prolongación del Bautismo, hace
avanzar a los bautizados por el camino de la iniciación cristiana, disponiéndolos para
participar plenamente en la Eucaristía (este orden, BautismoConfirmaciónEucaristía,
no tiene nada de arbitrario, sino que tiene un sentido propiamente teológico y
formativo63
3. Su Importancia
Estos Sacramentos constituyen el fundamento de la vida cristiana; no sólo son punto de
partida, que exige desarrollo y maduración posterior, sino que el proceso de la
iniciación dura toda la vida del creyente, hasta su fructificación definitiva en la gloria
del Padre
Son con los cuales los fieles cristianos nacen, crecen y se alimentan en la vida de la
gracia, como menciona el Catecismo de la Iglesia (núm. 1212), cuando cita la
Constitución Divinae Consortium Naturae, del Papa Pablo VII: “En efecto, los fieles
renacidos en el Bautismo se fortalecen con el Sacramento de la Confirmación y
finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y, así por
medio de estos Sacramentos de la iniciación cristiana, reciben cada vez con mayor
abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan en la perfección de la caridad”
EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO
1. Significado del Término
El término es antiquísimo, ya que bautizar, en sentido literal, significa lavar, limpiar,
sumergir, introducir dentro del agua, bañar; términos que se utilizaban entre los
paganos, donde había termas, o incluso los llamados baños sagrados o de purificación
En el A.T., el ‘bautismo’ ya se practicaba entre los judíos, como una pureza legal, Lv
14,8 (se manda que los enfermos se laven cuando se vayan a acercar al Señor); Núm 19;
Jdt 12,7
Más adelante, en el N.T., el Bautismo de Juan es de penitencia, y forma parte de la
catequesis cristiana, preparando a los judíos para recibir al Mesías; es un bautismo
provisional y profético, en donde los que se acercaban tenían que estar arrepentidos de
sus faltas y estaban comprometidos a hacer penitencia. No es aún el bautismo como lo
conocemos ahora, pero se estimó grandemente pues fue un inicio, cfr. Mt 3,112
(predicación de Juan Bautista); Jn 1,1928 (testimonio de Juan); Hech 1,22: “... a partir
del bautismo de Juan...”; Hech 10,37: “Ustedes saben lo sucedido... después de que
Juan predicó el bautismo...”
2. El Bautismo en la Sagrada Escritura
El Bautismo de Jesús realizado por Juan, es narrado por los cuatro evangelistas, Mt
3,1317 (Jesús le pide a Juan que lo bautice y al salir del Jordán se abrieron los cielos y
se vio al Espíritu Santo en forma de paloma y se oyó una voz que decía: “Este es mi
Hijo amado; éste es mi Elegido”); Mc 1,911 (Jesús fue bautizado por Juan en el
Jordán, se rasgaron los cielos, bajó el Espíritu Santo y se oyó una voz: “Tú eres mi
Hijo amado; en tí me complazco”); Lc 3,2122: (todo el pueblo se bautizaba, y
también Jesús, que puesto en oración vino una paloma, que era el Espíritu Santo y se
oyó una voz: “Tú eres mi Hijo; yo hoy te he engendrado”); Jn 1,3234: “He visto al
Espíritu Santo que bajaba como una paloma del cielo... ese es el que bautiza con el
Espíritu Santo”
El Evangelio de Mateo menciona un diálogo entre Juan y Jesús (que pide para El el
bautismo), y en Lucas añade como propio que estaba Jesús en oración cuando se
escucha la voz del Padre. En las mismas palabra que pronuncia el Padre hay diferencias
La historicidad está fuera de duda, es indiscutible el hecho; pero, ¿por qué y para qué se
bautiza Jesús? Evidentemente no es para alcanzar el perdón de los pecados, ya que El no
tiene pecados
Se presenta porque: a) quiere ser solidario con su pueblo, quiere aparecer como uno de
ellos, b) quiere inaugurar su ministerio, c) es presentado como Hijo de parte del Padre
celestial (manifestación pública de la filiación divina de Jesús) y d) se presenta guiado
por el Espíritu Santo
En el mandato de bautizar del Evangelio de Mateo, Mt 28,1820: “Me ha sido dado
todo poder en cielo y tierra, vayan y hagan discípulos a todas las gentes
bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo,
enseñándolos a guardar lo que yo les he mandado; yo estoy con ustedes todos los
días hasta el fin del mundo”, Cristo hace referencia a su potestad absoluta que tiene
como Hijo de Dios
“Vayan y hagan discípulos ...”, un mandato universal, mandato misionero, a todos los
hombres y pueblos, no estando excluidos nadie del Bautismo; “bautícenlos...”, en
sentido técnico de derramar el agua, el elemento material; “en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo...”, el elemento formal (según San Buenaventura el
elemento trinitario); “enseñándolos a guardar lo que yo les he mandado...”, el
discipulado, que da lugar a toda una teología misionera
Hay un elemento nuevo e importante que es la fe, una necesidad de la fe para salvarse
de manera explícita (por tanto queda una puerta abierta para los que creen en Jesús pero
no han recibido el Bautismo). A partir de este texto, siempre estarán unidos la fe y el
Bautismo
En los Hechos hay abundantes textos sobe el Bautismo ya como una institución y
práctica de la Iglesia, como un medio esencial para entrar en el camino de la salvación
Se dice que en el texto de Hech 8,2640 (cuando el apóstol Felipe bautiza a un etíope),
que hay una instrucción sobre Jesucristo a partir del texto de Isaías (el kerygma); el
etíope cree en Jesús (la fe como condición) y Felipe bautizó al funcionario (después del
acto de fe se admite al Bautismo con el agua)
En Hech 10, se muestra también el Bautismo a un pagano, Cornelio, funcionario
romano, que recibe la visión de que un ángel le dice que busque al apóstol Pedro, y
después, en frente del apóstol recibe al mismo Espíritu Santo, v. 47: “Entonces Pedro
dijo: «¿Podemos acaso negarles el agua y no bautizar a quienes han recibido el
Espíritu Santo como nosotros?»”. Con ello se muestra que para ser recibido en el
Bautismo, Dios no hace diferencias de personas, sino que el Bautismo nos une, nos da a
conocer que existe una presencia del Espíritu Santo también en los que aún no están
bautizados
Con San Pablo, son muchos los textos que hacen referencia al Bautismo; uno de los
más importantes está en el capítulo 6 de la Carta a los Romanos (Por el Bautismo todos
hemos muerto con Cristo), vemos los vv. 111: “¿Qué conclusión sacaremos?
¿Continuaremos pecando para que la gracia venga más abundante? ¡Por supuesto
que no! Si hemos muerto al pecado, ¿cómo volveremos a vivir en él? Como ustedes
saben, todos nosotros, al ser bautizados (en griego: ) en Cristo Jesús,
hemos sido sumergidos (lo que es literalmente el Bautismo) en su muerte . Por este
bautismo en su muerte fuimos sepultados (acción de sepultar, de cubrir a alguien)
con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva (la vida de los hijos de Dios
por el Bautismo). Una figura de su muerte (el Bautismo) nos injertó en El, pero
compartiremos también su resurrección. Como ustedes saben, el hombre viejo que
está en nosotros ha sido crucificado (por el Bautismo) con Cristo. Las fuerzas vivas
del pecado han sido destruidas para que no sirvamos más al pecado. Hemos
muerto (nuevamente la figura de la ‘muerte’), ¿no es cierto? Entonces ya no le
debemos nada. Pero si hemos muerto junto a Cristo, debemos creer que también
viviremos (vida nueva en el Bautismo) con El. Sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no muere más; desde ahora la muerte no tiene
poder sobre El. Así pues, hay una muerte y es un morir al pecado de una vez para
siempre. Y hay un vivir (en la vida de la gracia) que es vivir para Dios. Así también
deben considerarse a sí mismos muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús...”
Para entender bien el contexto de este capítulo, hay que ver al antecedente, teniendo por
ejemplo Rom 5,21: “Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de
muerte, así también debía de reinar la gracia y, después de restablecernos en la
amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro
Señor”, y cfr. Rom 4,25: ‘si Jesús fue entregado por nuestros pecados, fue resucitado
para que entráramos a la vida eterna’
Se nos dice que es necesaria la fe para la salvación, porque todos hemos pecado (esto es
lo que se menciona en todo el capítulo 5); para alcanzar la salvación se necesita ‘morir
al pecado y resucitar con Cristo’ (cfr. Rom 6,4). Ciertamente que la muerte de Cristo
nos va a alcanzar la salvación, pero se requiere la resurrección a la vida eterna; esto se
realiza en el Bautismo
Termina toda la reflexión con el capítulo 8, en donde habla sobre la ley del Espíritu, en
un aspecto cósmico de la redención
También están estos textos, 1 Cor 1,1317 (Pablo también bautiza, aunque no es su
misión principal); 1 Cor 6,11: “...han sido lavados (bautizados), han sido santificados
y rehabilitados por el nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de
nuestro Dios”; 1 Cor 10,2: “...(todos los israelitas fueron ‘bautizados’ de la nube y el
mar) para que así fueran el pueblo de Moisés”; 1 Cor 12,13: “Hemos sido todos
bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo...”; 2 Cor
1,2122 (es Dios quien nos conforta en Cristo, quien nos ungió y nos marcó con su
sello); Gál 3,27 (todos los bautizados en Cristo se han revestido de Cristo); Ef 1,13
(fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa); Ef 4,5: “Un solo Señor, una sola
fe, un solo Bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos,
que actúa por todos y está en todos”; Col 3,14: “Si han sido resucitados (cfr. Rom
6,4) con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha
de Dios... Pues han muerto (cfr. Rom 6,3) y su vida está ahora escondida con Cristo
en Dios...”; Tit 3,5: “... En el Bautismo volvimos a nacer y fuimos renovados por el
Espíritu Santo”
En todos esos textos encontramos toda una teología del Bautismo, teniendo tres líneas
fundamentales:
Lo primero es que ya no es el bautismo de Juan, sino que es el Bautismo de Cristo; que
no sólo es instituido por El, sino que tiene su sentido y razón de ser por El; por ejemplo,
en Gál 3,27: “Todos se han revestido de Cristo, pues todos fueron entregados a
Cristo por el Bautismo”, sabiendo que somos salvados por la fe, pero esa salvación se
nos comunica por el Bautismo, ya que somos revestidos de Cristo por el Bautismo, por
lo que por ello alcanzamos la salvación al ser una ‘nueva creatura’ en Cristo, siendo
‘herederos de Dios y coherederos de Cristo’
Los escritos joánicos tienen como texto bautismal principal el de Jn 3,121 (diálogo de
Jesús con Nicodemo). Hay dos enseñanzas: a) que hay un nacimiento, un principio o
modo nuevo de ser sobrenatural y divino, que viene de arriba, y b) que ese nacimiento
es por el Espíritu, un nuevo nacimiento que hace al hombre un ser ‘espiritual’
Más adelante, se habla del testimonio del Bautista respecto de Jesús y del hecho que
Jesús bautizaba, Jn 3,22: “Después de esto, se fue Jesús con sus discípulos al país de
Judea; allí se estaba con ellos y bautizaba. Juan también estaba bautizando...” 65
Lo importante viene más adelante, con las palabras que la Sagrada Escritura atribuye a
Juan Bautista, Jn 3,28.3034: “Ustedes mismos son mis testigos de que dije: ‘yo no
soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de El’... Es preciso que El crezca y
que yo disminuya. El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la
tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo
que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio
certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las
palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida”
Nuevamente aquí se encuentran las anteriores dos enseñanzas: que la gracia que
concede el Bautismo es un poder sobrenatural, dado de ‘arriba’, y que se manifiesta la
presencia del Espíritu Santo en quien se bautiza
En Jn 19,34: “... uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al
instante salió sangre y agua”, se ha interpretado de muchos modos, a lo largo de la
historia de la Tradición esta cita; algunos dirán que es el sacrificio del Cordero (la
sangre) y el símbolo del Espíritu (el agua); otros que el agua es identificada con el
Bautismo y la sangre con la Comunión; otros, que Jesús estaba ofreciendo a la
Humanidad en la Cruz, tanto su completa naturaleza humana (la sangre), como su
naturaleza divina (el agua)
Las Cartas joánicas mencionan la característica del Bautismo como nuevo nacimiento,
por el cual somos hijos de Dios, 1 Jn 3,1: “Miren qué amor nos ha tenido el Padre
para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!”. Y también somos nacidos del
Espíritu, 1 Jn 4,13: “En esto conocemos que permanecemos en El y El en nosotros:
en que nos ha dado su Espíritu”
3. La Tradición de la Iglesia
Las Odas de Salomón: se mencionan ciertos símbolos dentro del rito del Bautismo,
como el del agua, que se explica como la muerte y resurrección de Jesucristo (parece ser
que el Bautismo se hacía por inmersión, un ascensodescenso), ya que el salir de las
aguas significa la resurrección de Cristo la victoria de Cristo sobre la muerte; la
signación con la Cruz en la frente del neófito, como un sello bautismal; el de la corona
(algo que se ha perdido como signo) que se colocaba en la cabeza del bautizado, pues se
asemeja a Cristo Rey, y participa de su realeza
Está también la Epístola a Bernabé, que es más un tratado teológico que una carta
propiamente dicha, aunque no es instrucción bautismal, hace alusión al Bautismo en los
capítulos 6 y 11, donde describe que se confiere al hombre la adopción de hijo de Dios e
imprime a su alma la imagen y semejanza de Dios, pues en el Bautismo Dios nos
moldea de nuevo, a semejanza de Gén 1,26
San Justino (?165): él considera del Bautismo: a) que el primer efecto del Bautismo es
perdonar los pecados, por lo que se supone previo a él una conversión y la fe en Cristo,
Salvador de los hombres, b) es una regeneración y recreación, pues el cristiano ‘nace’
de nuevo por el agua y el Espíritu Santo, sobre todo en un aspecto moral (ético), ya que
el hombre bautizado empieza una vida nueva en Cristo, comenzando una vida nueva, c)
recurre a la tipología del A.T., especialmente hablando de Noé y el arca que lo salva del
diluvio y lo hace sentir la pertenencia a un pueblo
San Ireneo de Lyon (150?hacia el 200) tiene en cuenta los siguientes puntos: a) el
Bautismo es el sello de la Nueva Alianza de Cristo con cada cristiano, b) es un nuevo
nacimiento que viene de Dios, c) subraya la divinización del cristiano, hijo de Dios por
la gracia, d) el cristiano se hace semejante a Cristo a partir del Bautismo, y comienza a
tomar parte en la Historia de la Salvación, e) le llama al Bautismo el baño de
regeneración y pascua del nuevo nacimiento, f) el Espíritu Santo conduce al hombre a la
perfección progresiva de alma y cuerpo (en sí, a todo el hombre), g) el hombre es la
gloria de Dios (manifestación externa), h) el Bautismo es prenda de incorruptibilidad y
prenda de la visión beatífica, ya que el bautizado está destinado a la vida eterna
La Didascalia (o ‘Doctrina Católica de los Doce Apóstoles y de los Santos Discípulos
de nuestro Salvador’), que es una constitución eclesial compuesta en la primera mitad
del siglo III, y nos muestra una visión de cómo se realizaba el Bautismo
Orígenes (hacia 185253), concibe la preparación al Bautismo como una conversión
moral y con una instrucción rudimentaria que está resumida en el Símbolo de la Fe
(Credo ), aunque también es testigo del bautismo de niños, que ya era práctica
apostólica, teniendo en cuenta la doctrina del pecado original (todo ser humano nace en
pecado)
Tertuliano, hacia 155220 aprox, que tiene el honor de ser el primero que escribe un
tratado ‘Sobre el Bautismo’, aún antes del Concilio de Nicea, y es también el primero
que traduce el término griego mysterion al latín sacramentum, que se lo aplicará de
manera especial al Bautismo, en comparación a la ‘jura de bandera’ de un soldado (y se
entiende el Bautismo como iniciación al cristianismo)70
Cipriano de Cartago (hacia el 200258), de origen pagano, que llegó a ser maestro de
retórica y que, al conocer más la religión católica se hizo bautizar y al poco tiempo fue
ordenado sacerdote y obispo de Cartago, que en un primer tiempo de persecución, en
vez de dar la vida se ocultó, lo que ocasionó la crítica de obispos y presbiteros de Roma
y de su diócesis; en cuanto a su teología, depende casi totalmente de Tertuliano72
“La Tradición Apostólica” de Hipólito de Roma (235 †), en la segunda parte, describe
al Bautismo, como el primer símbolo romano, además de las artes y profesiones
prohibidas a los cristianos y a los catecúmenos
La reflexión teológica, tanto en Oriente como en el Occidente, tiene al menos estas tres
líneas fundamentales:
a) La tipología bautismal: que se caracteriza por la explicación del Bautismo bajo tres
perspectivas, su anuncio (las aguas de la Creación, el Paraíso, el diluvio, la liberación de
Egipto, el paso por las aguas del Mar Rojo, etc.), su realización en Cristo (el Bautismo
en el Jordán, el nuevo Adán, la nueva y definitiva Pascua, etc.) y la praxis eclesial (el
agua es verdaderamente salvadora, pues comunica la salvación del misterio pascual)
b) La cuestión de la eficacia bautismal del Bautismo, que queda esclarecida gracias a la
reflexión de San Agustín: aunque el Bautismo presupone la fe del sujeto adulto, la fe
bautismal no es causada ni por el sujeto, ni por las disposiciones subjetivas del ministro;
en el caso de los niños, éstos son bautizados en la fe de la Iglesia, que actúa como
Madre que acoge y engendra nuevos hijos
c) Existe una dimensión cristológica y eclesiológica del Bautismo, en cuanto que éste
aparece como un acto de Cristo (dice San Agustín: ‘cuando alguien bautiza, es Cristo
quien bautiza) y como un Sacramento que hace la Iglesia y a la vez hace a la Iglesia (la
Iglesia engendrando nuevos hijos se recrea, crece en sí misma)
En todos los pensadores cristianos se manifiesta la huella que dejó y el compromiso que
siguió a la toma de esta iniciación cristiana, muchos de ellos nos dejaron escrito su
pensamiento: Basilio, Juan Crisóstomo, Cirilo de Jerusalén, Gregorio Nacianceno,
Ambrosio, Agustín, etc.
Los siglos posteriores (sobre todo ha entrada la Edad Media) nos muestran un cambio
en la praxis bautismal, marcada sobre todo por el hecho de que cada vez más, un
número mayor de niños se bautizaba; esto se entiende debido principalmente a la
insistencia de enseñar la doctrina del pecado original (que tuvo su desarrollo sobre todo
con San Agustín, que combatió a Pelagio y sus seguidores) y la necesidad sacramental
para la salvación, así como el hecho sociológico de la mortandad infantil77
Cambia también toda la estructura del Bautismo, comenzando con la fórmula, que si en
un tiempo fue interrogativa: “¿crees en Dios Padre.., crees en Dios Hijo..., etc.”, ahora
viene a ser una fórmula indicativa pronunciada sólo por el ministro, ya que el niño
bautizado no es capaz de responder. La misma realización del Bautismo se populariza
por infusión, ya sea por razones de necesidad o comodidad, aunque los documentos de
la época sigan hablando de inmersión
La época escolástica constituye un gran período de riqueza bautismal, sobre todo a
nivel de sistematización teológica, que en cierta manera llegan a tener una desconexión
con la tradición patrística, una exagerada interpretación tipológica que deriva en un
alegorismo y el deseo de explicar los Sacramentos dentro de un esquema teológico
filosófico determinado (el aristotélicotomista)78
Santo Tomás, en cuanto a la naturaleza del Bautismo, menciona que hay considerar tres
aspectos: a) el Sacramento (Sacramentum ): es el signo exterior y visible, o sea la
materia, en este caso el agua, y el uso que de ella se hace, es decir la ablución,
acompañada de la fórmula prescrita; b) la realidad (res ): que es la cosa significada, esto
es, la justificación del alma; y c) la realidad y el sacramento (res et sacramentum ): que
es el carácter bautismal, porque es al mismo tiempo la cosa significada por la ablución
exterior y el signo sacramental de la justificación interior
La institución del Bautismo se remonta al Bautismo de Cristo, ya que desde ese
momento, el Bautismo obtuvo el poder de conferir la gracia. La materia del Sacramento
es el agua, debido a institución divina, que puede ser aplicada por inmersión, efusión o
aspersión, y la forma “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo”, que es también de institución divina, y expresa la causa instrumental, es decir, el
ministro que se designa a sí mismo realizando el acto (la Santísima Trinidad)
Para la validez del Sacramento es necesario: a) la forma, que designa la causa principal,
b) el ministro, la causa instrumental y c) la aplicación de la materia, que significa el
efecto principal
Los efectos del Bautismo son: la abolición del pecado original y de todos los pecados
que se hubieren cometido, quita todas las penas del pecado (quita culpa y pena), abre las
puertas del Reino de los Cielos, da la gracia santificante, hay una incorporación a Cristo
como miembro suyo y hace una regeneración espiritual (renacer a la vida de la gracia)
Por el Sacramento del Bautismo, el hombre recibe la potestad de recibir todos los demás
Sacramentos de la Iglesia, por lo que al Bautismo se le llamó ‘la puerta de los
Sacramentos’
Conclusión al período Escolástico: a) hay una riqueza de pensamiento del Bautismo, y
de la iniciación cristiana, en todos los autores, b) no del todo se desligan del
pensamiento patrístico, pero sí son más sistemáticos y buscan la claridad en sus escritos,
c) la explicación que hoy damos sobre el Bautismo tiene sus fuentes preferencialmente
en la teología escolástica, d) los autores prestan buena atención a la relación fe
bautismo, así como las respuestas que se dan al respecto, teniedo en cuenta su situación
social, eclesial y pastoral y e) tienen cietos olvidos, como la pneumatología bautismal,
no tienen una visión muy eclesial o comunitaria, le dan escasa atención a la celebración
litúrgica y no se tiene en cuenta una dimensión antropológica ni una incidencia social de
los mismos Sacramentos (en este caso, del Bautismo)
4. El Bautismo en el Magisterio de la Iglesia
Son dignos de mención los Símbolos de Fe que se utilizan en la celebración del
Bautismo, que contienen una síntesis de lo que se cree en la Iglesia primitiva; entre ellos
se mencionan: la Carta de los Apóstoles (años 160170), originaria del Asia Menor (cfr.
Ds 1); la versión latina del Símbolo de fe de Hipólito de Roma (hacia el 215217), que
apareció en su Traditio Apostolica (cfr. Ds 10); el Símbolo de Cirilo de Jerusalén,
hacia el 348 (cfr. Ds 41), que ya menciona el creer ‘en un solo bautismo de conversión
para la remisión de los pecados’ ();
el Símbolo de Ambrosio (hacia el 370), en la Iglesia de Milán (cfr. Ds 13); el Símbolo
Agustiniano (hacia el 391), en la Iglesia de Hipona (cfr. Ds 14)
Posterior al siglo IV, se encuentra la versión copta del Símbolo bautismal (del s. V), con
sus versiones en copto, etiópico y árabe, que ya contiene el artículo sobre creer en un
solo bautismo () (cfr. Ds 36); el Símbolo bautismal de la Iglesia de Armenia
del siglo IV (cfr. Ds 6 y 4849), que también menciona el creer ‘en un solo bautismo
para la conversión, en el perdón y remisión de los pecados’
(), y muchos
otros más
5. Reflexión Sistemática
a) En el Bautismo se hace presente el Misterio Pascual
Col 2,1214: “Sepultados con El (Cristo) en el Bautismo, con El también han
resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos. Y a
ustedes, que estaban muertos en sus delitos y en su carne incircuncisa, les vivificó
juntamente con El y nos perdonó todos nuestros delitos. Canceló la nota de cargo
que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables,
y la suprimió clavándola en la Cruz”
Dichas citas, además las de Col 3,13: “Así pues, si han resucitado con Cristo,
busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”; Gál
2,1920: “En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con
Cristo estoy crucificado: y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí...” y Ef
2,56: “estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con
Cristo por gracia han sido salvados y con El nos resucitó y nos hizo sentar en los
cielos en Cristo Jesús”
Santo Tomás entiende dicha experiencia como una incorporación del creyente a la
pasión y muerte de Cristo
El mismo Vaticano II (LG 6) hace eco a la larga tradición cuando afirma que por el
Bautismo “los hombres se insertan en el Misterio Pascual de Cristo, mueren con El, son
sepultados con El y resucitan con El”; LG 7: “Los creyentes se unen a Cristo, muerto y
glorificado, de una manera misteriosa, pero real”. El rito del Bautismo significa y
realiza la participación en la muerte y resurrección de Cristo
b) El Bautismo y la Iglesia
Entre el Bautismo y la Iglesia hay relaciones de estrecha inderdependencia: la Iglesia es,
a la vez, sujeto agente y sujeto pasivo del Bautismo, ya que el Sacramento es siempre un
acontecimiento en la Iglesia, por la Iglesia y para la Iglesia; excluye todo lo que aísle de
la resonancia eclesial
El Bautismo se realiza en primer lugar en la Iglesia y por la Iglesia, nunca es un acto
privado entre Cristo y el catecúmeno: es siempre una celebración de la Iglesia. La
salvación de Cristo le llega al hombre por la mediación de la Iglesia; es en el Bautismo
donde ella (la Iglesia) muestra más claramente la maternidad, su función medianera,
dando a luz nuevos hijos y agregándolos como nuevos miembros al Cuerpo de Cristo
Al hacerlo, ella misma revive el misterio de su nacimiento y va creciendo en el tiempo,
por lo que se dice que el Bautismo concierne a la comunidad antes que al individuo:
antes de ser el medio de asegurar la salvación del individuo, es acontecimiento salvífico
que interesa y afecta primeramente a la Iglesia
Se dice teológicamente: Ecclesia facit baptismum; bautismus facit Ecclesiam
c) El Bautismo, vinculo sacramental de unidad entre cristianos
El Vaticano II proclama que el mismo Bautismo es el fundamento del ecumenismo, en
cuanto que constituye el vínculo sacramental de unidad entre los fieles de todas las
confesiones: donde hay verdadero Bautismo, hay incorporación a la única Iglesia de
Cristo, no sólo en un sentido burocrático y social, sino en virtud del don del Espíritu
Radicalmente, la unión prevalece sobre la división: de parte de Dios, la unidad está
siempre dada, al menos en su fundamento, que es la gracia bautismal
Recalcando esto, dice la Unitatis Redintegratio 22: “Por el Sacramento del Bautismo,
siempre que sea debidamente conferido según la institución del Señor y recibido con la
debida disposición de ánimo, el hombre se incorpora realmente a Cristo crucificado y
glorificado... Por consiguiente, el Bautismo constituye un vínculo sacramental de unidad
entre todos los que han sido regenerados por él”
d) La Trinidad, agente principal del Bautismo
Son dignos de mencionar los pasajes Tit 3,47: “Mas cuando se manifestó la bondad
de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres (el amor del Padre), El nos salvó,
no por obras de justicia que hubiéremos hecho nosotros, sino según su
misericordia por medio del baño de regeneración (el Bautismo) y de renovación del
Espíritu Santo (el Espíritu), que derramó sobre nosotros con largueza por medio de
Jesucristo (el Hijo) nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia,
fuéramos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna (destino final). Aquí,
la iniciativa del Bautismo se atribuye al Padre, la mediación a Jesucristo y una
intervención activa del Espíritu Santo
La manifestación de la Trinidad que se dió en el Bautismo de Jesús en el Jordán, la
veían los Santos Padres, reproducida en el Bautismo cristiano; San Ireneo en Adversus
Haereses, tiene una afirmación referida al Bautismo de Jesús: “Es el Padre quien ungió,
mas es el Hijo quien fue ungido en el Espíritu Santo, que es la unción”. Santo Tomás es
quien, en la Suma Theologica III, 66 q., 8 a., dice esta frase: “la Trinidad es el agente
principal del Bautismo”
El término de la acción de la Trinidad en el Bautismo se propone a lo largo de toda la
economía salvífica: introducir al bautizado en la comunión trinitaria; el Bautismo
representa la primera toma de contacto con la vida del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo
La misma fórmula es tomada del mandato misionero (Mt 28,19: “vayan y hagan
discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo”), por lo que el bautizado es puesto en relación profunda con el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo; mas la fórmula puede interpretarse en un sentido más fuerte
de ser sumergido en la Trinidad, es decir, ser introducido en el misterio trinitario, en la
comunión de vida con las Personas divinas
e) Institución del Bautismo
Los pasajes de Mateo y Marcos le atribuyen a Jesús una orden expresa de bautizar (Mt
28,1820: “Me ha sido dado todo poder en cielo y tierra, vayan y hagan discípulos a
todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo, enseñándolos a guardar lo que yo les he mandado; yo estoy con ustedes
todos los días hasta el fin del mundo”; Mc 16,1518: “Vayan por el mundo y
proclamen la Buena Nueva a toda la creación; el que crea y sea bautizado se
salvará, el que no crea se condenará. Estas señales acompañarán a los que crean:
en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán con sus
manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán las manos
sobre los enfermos y quedarán sanos”)
Estos textos reflejan la convicción de las comunidades de Mateo y Marcos de que la
práctica bautismal traía su origen de una orden del Señor, de donde muchísimos
teólogos fundamentaron la existencia del Bautismo en este mandato de Jesús
Sin embargo, recordemos que en el día de Pentecostés los mismos apóstoles bautizaron
(Hch 2,41: “Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les
unieron unas tres mil almas”); esto es prueba de que inmediatamente se practicó el
Bautismo en la Iglesia primitiva
¿Dónde se encuentra el origen del Bautismo cristiano? Está claro que ambos
evangelistas establecen una conexión entre proclamación del kerygma, fe y Bautismo
(en Marcos) y entre enseñanza y Bautismo (en Mateo). Hay autores que insisten que la
praxis bautismal del cristianismo primitivo estaría más unida al bautismo de Jesús por
Juan Bautista, que sería como un prototipo bautismal, que tiene en común los siguientes
elementos106:
a) El relato más antiguo de Mc 1,911: “Y sucedió que por aquellos días vino Jesús
desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió
del agua vió que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma,
bajaba a El. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti
me complazco”, se encuentran rasgos propios del bautismo cristiano: agua para la
remisión de los pecados, presencia del Espíritu, proclamación de la condición de ‘hijo
de Dios’
b) A partir del siglo II es frecuente esta relación del bautismo cristiano con el de Cristo
en el Jordán; el reconocimiento público que Jesús hace del valor del Bautismo pudo
haber influído
Sin embargo, tampoco puede ponerse totalmente en este bautismo (el de Juan) el origen
del bautismo cristiano, ya que no se establece en el N.T. una relación directa entre el
Bautismo de Cristo y el Bautismo cristiano, y porque la narración del Bautismo de
Cristo no tiene una doble finalidad (sacramental y cristológica), sino sólo cristológica,
por lo que la Tradición no concedió siempre la misma importancia al Bautismo de Jesús
¿Cuál será otra línea a seguir? El comienzo de la práctica bautismal cristiana no está en
la vida terrena de Cristo, sino en la vida de la comunidad que nace de Pascua y
Pentecostés, y de la que nos hablan los Hechos de los Apóstoles
Entre el Bautismo de Jesús en el Jordán, Pentecostés, y el Bautismo cristiano existe una
continuidad y una diferencia: “Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados
en el Espíritu Santo” (Hch 1,5)
El Bautismo nuevo se realiza en la novedad prometida: Jn 3,1.58: “... «En verdad, en
verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.»... «En
verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar
en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es
espíritu. No te asombres de que te haya dicho: tienen que nacer de lo alto. El viento
sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así
es todo el que nace del Espíritu”; Mt 3,11: “Yo (Juan Bautista) los bautizo con agua
para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy
digno de llevarle las sandalias. El los bautizará en Espíritu Santo y fuego”
Cumplida, Jn 20,2223: “Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al
Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a
quienes se los retengan, les quedarán retenidos”; Hch 2,1ss: (narración del día de
Pentecostés, que al final del discurso de Pedro a la gente, algunos tres mil personas se
convirtieron y se bautizaron, vv. 3841: “Pedro les contestó: «Conviértanse y que
cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de
los pecados; y recibirán el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para ustedes
y para sus hijos, y para todos los que estén lejos, para cuantos llame el Señor Dios
nuestro». Con otras muchas palabras les exhortaba: «Sálvense de esta generación
perversa». Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les
unieron unas tres mil almas”
Y realizada, Mt 28,1820: “Me ha sido dado todo poder en cielo y tierra, vayan y
hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándolos a guardar lo que yo les he mandado; yo
estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”; Mc 16,1518: “Vayan por
el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación; el que crea y sea
bautizado se salvará, el que no crea se condenará. Estas señales acompañarán a los
que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; tomarán
con sus manos serpientes y, si beben algún veneno, no les hará daño; impondrán
las manos sobre los enfermos y quedarán sanos”
f) Elementos Esenciales del Bautismo
El elemento materia, la cosa física, es el agua; el elemento formal, las palabras que
determinan y precisan el significado del agua son: N. ..., yo te bautizo en el nombre
del Padre, (y se derrama agua sobre la cabeza del bautizado o se le sumerge) y del
Hijo, (por segunda vez se derrama agua sobre la cabeza del bautizado o se le sumerge)
y del Espíritu Santo (por tercera vez se derrama agua sobre la cabeza del bautizado o
se le sumerge)107
Debe ser agua común (H2O) según el sentido común, que puede ser de mar, río,
purificada, etc. Lo esencial de las palabras es que al bautizar se invoque a la Santísima
Trinidad, por lo que puede ser con el rito Occidental: “Yo te bautizo...” (forma
indicativa) o de la forma Oriental: “Seas bautizado....” (forma declarativa)
g) Efectos del Bautismo
Se les puede sintetizar en cuatro fundamentales efectos del Bautismo:
1) Justificación: explicado ya en el Concilio de Trento (Dz 799: “... Las causas de esta
justificación son: ... la instrumental, el sacramento del bautismo, que es el «sacramento
de la fe», sin la cual jamás a nadie se le concedió la justificación...”), el paso del estado
de pecado al estado de gracia, del hombre injusto al hombre justo, del enemigo al amigo
de Dios; no sólo es el perdón del pecado original, sino de todo pecado. Lo esencial es el
don de la gracia divina (una visión positiva), siendo herederos de Dios y coherederos de
Cristo (cfr. Dz 792)
b) Nacimiento a la vida nueva: nadie puede nacer de nuevo sino por el agua y el
Espíritu (cfr. Jn 3,5), nacimiento a la vida espiritual y eterna; una especie de
‘divinización’ según los Padres griegos, el ser hijos adoptivos de Dios
c) El don de la Santísima Trinidad: una gracia por la cual el hombre es transformado
espiritualmente, teniendo relaciones teologales y espirituales con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo, de manera que el cristiano llega a ser hijo (con el Padre), hermano (con
el Hijo) y templo (con el Espíritu Santo)
h) Sujeto y Ministro
El sujeto del Bautismo, en principio, son todos los seres humanos vivos no bautizados,
por lo que no existe limitación; ni la fe, ni la pureza o disposición del corazón son
requeridos para la validez del Bautismo (recordemos, nuevamente, que sólo es necesaria
la materia, la fórmula trinitaria y la intención del que bautiza de hacerlo en el nombre de
la Iglesia)
Si es adulto, se debe de presentar libremente, con conocimiento, en la medida de sus
posibilidades; además, se requiere la fe y la conversión (para ello está el catecumenado
y la catequesis presacramental)
Hay dos clases de ministro, según el Bautismo sea solemne o en caso de necesidad; el
primero tiene como ministros ordinarios al obispo, al presbítero (cfr.CIC 861§ 1), que
tienen por oficio propio la administración del Bautismo
En caso de necesidad, toda persona humana puede bautizar (esté o no esté bautizada),
con tal que se administre conforme a las disposiciones de la Iglesia (cfr.CIC 861§ 2).
Lo que no se puede hacer es bautizarse uno mismo