Agradecimiento, Sermon Tematico
Agradecimiento, Sermon Tematico
Agradecimiento, Sermon Tematico
TEXTO: 1 Tesalonicenses 5: 18
INTRODUCCION:
La gratitud emerge de los corazones humildes. Cada mañana al despertar, es una oportunidad para agradecer a
Dios por el nuevo día, el don de la vida, la familia, los amigos, el empleo, las cosas materiales, los talentos y
carismas que poseemos; por recibir gratuitamente el sol, la lluvia, el viento, la luna, las estrellas, la naturaleza y su
infinito amor. La gratitud es tan importante que es necesario saber dar las GRACIAS como aprender a recibirlas.
Si alguien nos da las GRACIAS, hay que recibirlas con humildad.
2. AGRADECIMIENTO SIGNIFICA SACRIFICIO (LEVITICO 7:12-13, LEVITICO 7:22, SALMO 50:14). Uno
de los sacrificios levíticos era el sacrificio de acción de gracias, es fácil dar gracias a Dios cuando recibimos
algo que hemos pedido, cuando las cosas van bien en nuestra vida y en nuestra familia. Pero el sacrificio
de acción de gracias significa dar gracias por todo, pase lo que pase: en enfermedad, en muerte, en
pobreza, el sacrificio de alabanzas nos hace alzar nuestros ojos al cielo y reconocer que dios tiene el
control tal como lo hizo Job (Job 1:20-21)
En la vida muchas veces nos suceden cosas que no podemos entender o que nos son contrarias a las que
esperábamos, pero sin importar las circunstancias podemos decidir vivir con un corazón agradecido con Dios.
“Demos gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera de nosotros;
El agradecimiento es una actitud del corazón con la que podemos vivir. Si examinamos nuestra vida, siempre va
a haber un motivo para estar agradecidos.
La voluntad de Dios es que vivamos con un corazón agradecido que reconoce cada ocasión, momento o situación
y la valora porque la ve con ojos diferentes y disfruta con placer cada instante.
Un corazón agradecido no es compatible con la amargura, porque disfruta y se regocija, porque ve lo positivo y ve
lo hermoso aún en la tormenta:” belleza de la tormenta”. Nuestra visión debe cambiar porque estamos perdiendo
momentos y tiempos en quejas y negativismos, en ingratitud.
1. . UN CORAZÓN GRATO
La Gratitud: Es un sentimiento, es emoción, es actitud de reconocer algún beneficio.
Qué importante es entender que debemos agradecer a Dios por sobre todas las cosas pero también a cada persona
que Dios pone a nuestro alrededor y que contribuye en nuestra vida o nos bendicen con alguna acción.
Diez sanados, sólo uno agradecido. ¿Por qué los otros nueve no fueron capaces de agradecer? Es más fácil y
hasta más frecuente la ingratitud que la gratitud. Así como Jesús preguntó ese día al leproso, hoy Dios nos
pregunta: ¿Hay alguien que se vuelva a Dios y le dé la gloria por sus bendiciones? ¿Hay alguien que dé las gracias
al Creador por sus múltiples beneficios? Cuando somos agradecidos con Dios por lo que Él ha hecho en nuestras
vidas, Él siempre nos da una bendición extra, nos añade más de lo que esperamos: El leproso agradecido
necesitaba sanidad pero Jesús no sólo lo sanó sino lo salvó. La gratitud a Dios trae bendiciones extras a nuestras
vidas.
La tendencia “natural” del ser humano es olvidar lo bueno y recordar lo malo, es poner la atención en el defecto en
vez de agradecer lo bueno. ¡Qué rápido se olvida lo bueno y cuánto cuesta olvidar lo malo, las heridas, los malos
momentos, las decepciones!
Pero Dios no es así; porque Él nos bendice sin tomar en cuenta nuestros errores. Todos los hijos de Dios debemos
estar conscientes de los favores y las misericordias que Dios nos da.
No podemos seguir ignorando los beneficios de Dios, Él nos lo pide: (Deuteronomio 6:12). Lo primero que hizo
Israel al ser liberados fue olvidarse de los grandes prodigios que hizo Dios por ellos: abrió el mar, pasaron en seco,
les colocó una columna de fuego cada noche para calentarles y una nube durante el día para protegerles del sol,
les proveyó agua de una peña, les envió pan del cielo… pero ellos seguían inconformes y cayeron en murmuración,
nunca agradecieron.
Y eso mismo puede estar pasando en nuestra vida. A veces estamos deseando y pensando tanto en lo que no
tenemos que no podemos ver lo maravilloso que Dios nos ha dado, pasamos el tiempo lamentándonos y
quejándonos.
En muchas ocasiones ignoramos el cuidado de Dios hacia nosotros. A veces sólo estamos a la expectativa de
cosas sorprendentes, milagros maravillosos y no nos damos cuenta que Dios ya está actuando a través de esa
suave brisa, del pequeño detalle, de la bendición del día a día. Dios no estaba en el fuego, ni en el torbellino, ni en
el terremoto cuando le hablo a Elías en la cueva, Él estaba en el silbido apacible de un viento suave.
No olvidemos ningún favor de Dios por muy pequeño que se vea, porque Dios no hace cosas pequeñas, todo lo
que proviene de Él conduce a grandeza. No cometamos el mismo error de Israel no olvidemos quien es Dios y lo
que hace por nosotros. Él nos favorece cada día porque nos ama: Lamentaciones 3:22
TAMBIEN DEBEMOS AGRADECER A LAS PERSONAS QUE ESTAN A NUESTRO ALREDEDOR SUS
FAVORES HACIA NOSOTROS: Agradece a tu cónyuge, Agradece a tus padres, Agradece a tus hijos,
Agradece a tus amistades, a tus hermanos, a tus vecinos… Siempre hay cosas que reconocer y agradecer en
las personas, Da gracias a quien te prepara los alimentos, a quién te mantiene tu ropa arreglada, a quien te
sostiene económicamente, a quien te hace un favor.
Cada acto o palabra de gratitud es una nueva puerta abierta, gratitud es la llave de muchas puertas que guardan
tesoros grandiosos.
La gratitud es el motor que nos mueve hacia un servicio a Dios sincero y perseverante. ¿Eres de los que reconocen
las acciones o gestos por muy pequeños que sean?
CONCLUSION: Decir gracias es parte de una buena educación, pero más que eso, debe ser parte de la identidad
en todo hijo de Dios. Procura que toda tu vida, sea caracterizada por la gratitud a Dios y a tu prójimo. De seguro
que si miras mejor encontrarás muchas razones por las cuales dar gracias. El ser agradecido con Dios te pone en
el umbral de la próxima bendición. “Si te quejas por lo que no tienes y no agradeces lo que si tienes, es que no
estás preparado para recibir más”.