Mala Memoria

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Mala Memoria

La vida de la obra o la obra de la vida

“(…) Se dice que a los viejos sólo les queda una cuerda para tocar. Y es, tal vez, una cuerda
desafinada, que produce lo que Stefano llamaba «la nota del lobo». Sin embargo, esa nota
desafinada suena más larga y profunda que el instrumento intacto de la juventud”
Giorgio Agamben (2018:7)

En el campo del arte, el dispositivo “archivo”1 constituye, desde no hace mucho tiempo,
una forma de expresión artística por sí misma. Anna María Guash en su trabajo sobre las
genealogías, tipologías y discontinuidades del archivo en la época de las vanguardias de
principios del siglo XX sostiene que el archivo es el tercer paradigma artístico de ese
período, ubicando en primer lugar al concepto de obra única, y en segundo al carácter de
multiplicidad de la obra que vendría a destruir los cánones tradicionales que sustentaban al
primero. El tercer paradigma, el archivo, es para la autora “un sistema discursivo activo
que establece nuevas relaciones de temporalidad entre pasado, presente y futuro, en lo que
se ha denominado el tiempo del «futuro perfecto»” (2015:10)
En otras palabras, el archivo no es simplemente un dispositivo para catalogar y almacenar
el pasado porque en cada intervención que hacemos sobre él estamos conformando una
visión del presente y en conscuencia del futuro, como se verá más adelante.

Este trabajo tiene el objetivo de explicar las diferentes etapas que conforman mi proyecto
artístico que consiste en la activación en sucesivos momentos de mi archivo personal.
Dicho proyecto no fue concebido desde su inicio como un todo sino que tomó forma en el
transcurso de un largo período de mi vida personal y profesional. Este marco temporal
comienza hacia fines del año 19772 durante la última dictadura militar y actualmente se
halla en plena articulación de sus diferentes momentos; estos son:

1) 2013. Muestra de fotografías “Mala Memoria” en la fotogalería del Teatro


Municipal General San Martín, en Buenos Aires.

2) 2015/2016. Muestra de fotografías “40AÑOSEN24FOTOS” en la Bienal


Argentina de Fotografía Documental de Tucumán, en el espacio de fotografía del
Museo de Artes Pompeo Boggio de Chivilcoy y en el Centro Cultural de la
Cooperación, en Buenos Aires.

3) 2017 Se inicia el proceso de catalogación y digitalización de mi archivo fotográfico


por parte del Archivo del Instituto de Investigación en Arte y Cultura Dr. Norberto
Griffa, dependiente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.3

1
Guash parafrasea a Derridá en Mal de Archivo, una impresión freudiana, cuando sostiene que “el
principio arcóntico del archivo es un principio de agrupamiento, y el archivo, como tal, exige unificar,
identificar, clasificar, su manera de proceder no es amorfa o indeterminada, sino que nace con el
propósito de coordinar un «corpus» dentro de un sistema o una sincronía de elementos seleccionados
previamente en la que todos ellos se articulan y relacionan dentro de una unidad de configuración
predeterminada” (2015:10)
2
Luego de un breve período de encarcelamiento en 1975 y de militancia política que se interrumpe a fines
de 1977, comencé a insertarme nuevamente en el mercado laboral en medios de prensa

1
4) 2019. Publicación del libro de ensayos sobre fotografía “Mala Memoria / Diario de
un fotógrafo”. Fundación Arte x Arte de Alfonso y Luz Castillo, Buenos Aires.

El objeto de este proyecto es dinámico y encuentra su lugar en el cruce entre lo público y


lo privado articulado por mi profesión de fotógrafo de prensa y periodista durante los
últimos cuarenta años. Se trata de un enriquecimiento fructífero entre imágenes y palabras
que se han relacionado de diversos modos a lo largo de la periodización elegida y se
manifiestan estética y políticamente en los diferentes dispositivos antes enunciados.

Walter Benjamin sostiene que la historia se escribe en un momento de iluminación y


ceguera. Es decir: la historia no se representa como una línea continua sino como un
conjunto de momentos que no siguen una cronología precisa. Por el contrario, se trata de
ejercitar una revisión constante de los hechos, a la luz de contextos cambiantes y
perturbadores. El autor propone revisar la historia a “contrapelo” como una manera de
encontrar aquellos episodios que han sido pasados por alto o invisibilizados y que
resignifican y cuestionan el pasado (2011:9).
En el marco de esta aproximación a la historia comencé, sin proponérmelo, el proyecto
Mala Memoria en 2013 con una muestra retrospectiva de algunas de mis series fotográficas
en la fotogalería del Teatro Municipal General San Martín de la ciudad de Buenos Aires.
En coincidencia con el pensamiento de Benjamin, Juan Travnik, curador de la muestra,
escribió en el catálogo:

Las imágenes que provienen de los recuerdos suelen surgir como pequeños
fragmentos, generalmente alejados de la continuidad propia del cine o el video.
Muchas veces son difíciles de enlazar, resultan arbitrarias y se desvanecen sin que
se puedan apreciar con claridad sus detalles. A la vez, esas imágenes se van
modificando con el paso del tiempo y no tenemos conciencia de haber participado
de esos cambios que, mientras permiten observan con mayor precisión algunos
aspectos, oscurecen o desenfocan otros.

Esta muestra contenía material producido desde fines de 1977 en adelante y era de
carácter estrictamente personal. Fotografía callejera, paisajes urbanos, imágenes de mis
hijas durante su infancia, lugares que había frecuentado a lo largo de ese tiempo, etc.
(Figura 1). En ninguna de sus cuatro series había imágenes periodísticas de
acontecimientos políticos relevantes, pero se empezaba a insinuar una relación entre estas
fotografías y el proyecto 40AÑOSEN24FOTOS (Figura 2) que se materializó, de un
modo accidentado en principio4, para el 40 aniversario de la dictadura militar en 2016.
3
El Archivo IIAC funciona en el seno del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura “Dr. Norberto
Griffa” de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Reúne las colecciones bibliográficas y
documentales de artistas, escritores, historiadores del arte e instituciones relacionadas con el arte y la
cultura.
4
40AÑOSEN24FOTOS fue un proyecto de exhibición de fotografías más amplio que presenté a Cristina
Freire, curadora del espacio de fotografía del Centro Cultural Haroldo Conti en la Ex – ESMA en 2015.
El objetivo era mostrar aproximadamente 60 fotografías (producidas entre fines de 1977 y hasta la crisis
del 2001) al cumplirse los 40 años de la última dictadura militar en 2016. Por diversas razones, entre ellas
el cambio de gobierno, el proyecto quedó trunco. A fines de febrero de 2016 decidí comenzar una muestra
online en mi muro de FaceBook publicando cada día una fotografía seleccionada de esa frustrada
muestra, comenzando el 1 de marzo y culminando el 24 de marzo. De esa limitación autoimpuesta
proviene el título de la muestra. Posteriormente, La Bienal Argentina de Fotografía Documental, por
invitación de su director Julio Pantoja, hizo posible realizar esta exposición en forma física en el Museo
de Bellas Artes de San Miguel de Tucumán en 2016. En 2017 se mostró por primera vez en Buenos Aires

2
Estas relaciones se hicieron evidentes durante el proceso de revisión y edición de las
fotografías seleccionadas para la muestra de 2013 y fueron la simiente de la siguiente en
2016 donde las imágenes de la primera empezaron a dialogar con otras de mi producción
periodística de esos mismos años. De ese modo comenzaron a tensionarse imágenes de
momentos de mi vida privada con otros acontecimientos de carácter político que
fotografié en las calles de la ciudad y en los espacios públicos simultáneamente.
En el texto introductorio5 de 40AÑOSEN24FOTOS señalaba de qué modo había afectado
mi trayectoria personal el proceso político argentino en los años 70 que emergía

(Figura 1) Parte de la serie “Vivir en la calle, 2001”. Detalle de la exposición “Mala Memoria”
en la fotogalería del Teatro Municipal General San Martín en 2013

de una dictadura en 1973 para sumergirse en una nueva y más sangrienta aún en 1976. El
objeto de la muestra era dar cuenta de esa lógica incidencia de lo público en lo privado a
través del montaje de estas imágenes que fueron constituyendo un corpus cada vez más
complejo.

en el Centro Cultural de la Cooperación en el marco del Primer Encuentro Internacional de Fotografía y


Derechos Humanos realizado por los trabajadores del Centro Cultural Haroldo Conti
5
El siguiente es el texto completo de la introducción a la muestra: “Toda mi infancia y adolescencia
transcurrió bajo dictaduras militares. En 1973, al cumplir 18 años voté con mi flamante DNI, orgulloso y
perplejo al mismo tiempo. Éramos una generación sin experiencia cívica. Se dice que la democracia volvió
a la Argentina en 1983 con la presidencia de Raúl Alfonsín. Y ya todos sabemos que no fue así. Los años
que siguieron a este gran acontecimiento lo demostraron. Para mi, la democracia empezó a gestarse el 30 de
marzo de 1982, durante la manifestación por la democracia y la libertad organizada por la Confederación
General del Trabajo, días antes de declararse la Guerra de Malvinas. El tiempo que transcurrió hasta las
elecciones presidenciales fue de lucha y de esperanza. Una gran diferencia con la etapa anterior que fue
solo de lucha, de exilio, o de muerte. Los años posteriores al triunfo de Alfonsín fueron ambiguos y
peligrosos. En democracia pero con los asesinos sueltos, con rebeliones militares, con obediencia debida,
con hiperinflación. Estas imágenes intentan reflejar un ciclo que comienza a fines de los 70, pocos años
después de haber sido encarcelado bajo el gobierno de Isabel Perón, y culmina días antes de la crisis del 19
de diciembre de 2001. La democracia empezó, de un modo más complejo y participativo, durante las
multitudinarias asambleas de Parque Centenario después de esa gran crisis. Este proceso llevó veinte años.
Hoy puedo mostrar mi relato en estas imágenes que en ningún caso se hicieron por encargo profesional. Es
una visión personal y fragmentaria, al cumplirse cuarenta años del inicio de la última y más sangrienta
dictadura argentina.”

3
En esta segunda instancia el archivo se convirtió para mi, ahora más conscientemente, en
un organismo vivo que proponía nuevas versiones del pasado y explicaba en muchos
aspectos algunas derivas actuales en mi vida personal y en mis fotografías.
Boris Groys sostiene, en directa alusión al concepto de biopolítica de Foucault, que las
diversas maneras de documentación y archivo de la vida social contemporánea derivan en
ajustes, adaptaciones y correcciones en el presente de los individuos. Del mismo modo la
documentación y archivo de organismos biológicos obsoletos promueve una
interpretación de la estructura genética de organismos vivos y previene en el futuro los
efectos de alteraciones estudiadas sobre los primeros. Podríamos afirmar, en línea con el
pensamiento del autor, que el archivo promueve una suerte de resurrección o
renacimiento que siempre se manifiesta en una vida nueva.
Finalmente, Groys resume:

El archivo de formas pasadas de la vida puede convertirse, en cualquier momento,


en un mapa para la vida. Al guardarse en el archivo como documentación, la vida
puede ser revivida nuevamente y reproducida dentro de un marco histórico siempre
que alguien decida emprender tal reproducción. El archivo es el lugar donde el
pasado y el futuro se vuelven intercambiables. (2015:81)

(Figura 2) Muestra 40AÑOSEN24FOTOS en el Centro Cultural


de la Cooperación. Buenos Aires, 2017

El archivo entonces se constituye en un objeto vivo, la obra es el proceso de cortes y


posteriores despliegues de sus imágenes. Su temporalidad, sus sucesivas interpretaciones
y contribuciones imposibilitan su exhibición como obra acabada. De algún modo la obra
permanece oculta a la expectativa de una nueva etapa del proyecto que no se manifiesta
más que como futuro. Cada descubrimiento en el archivo (los dispositivos de exhibición,
el libro, la investigación archivística) es una pieza más para comprender el paso que
sigue. La vida, mi vida en este caso, es la obra. La fotografía, el instrumento que la
explica.

Walter Benjamin propone una interpretación de la historia desde la perspectiva del


materialismo dialéctico en oposición a los pensamientos historicistas que explican los
4
procesos históricos en una línea de tiempo, una acumulación de eventos que son
nombrados e instalados como hitos de esta temporalidad inalterable. El autor, como
sostuve más arriba, se niega a esta visión y propone un principio constructivo en el cual la
intuición sobre la importancia de determinados acontecimientos provocan un salto en el
curso homogéneo de la historia. De tal modo, afirma Benjamin:

El alcance de su procedimiento (de la historiografía materialista) consiste en que la


obra de una vida está conservada y suspendida en la obra, en la obra de una vida la
época y en la época el decurso completo de la historia. El fruto alimenticio de lo
comprendido históricamente tiene en su interior al tiempo como la semilla más
preciosa, aunque carente de gusto. (2011:15)

Es importante tratar de explicar el pesimismo implícito de Benjamin en la frase al final


de esta cita. El tiempo es indudablemente el factor determinante que articula cualquier
proyecto vital y en el caso del presente trabajo la verificación de las imágenes y sus
palabras y los descubrimientos que ocurren en las innumerables ramificaciones que toma
esta investigación preveen un fin inevitable pero no deseado. En otras palabras: el
proceso del archivo nunca termina porque su finalización significacaría la muerte.
En ese sentido hay que señalar que el archivo fotográfico como proceso burocrático pero
también como proyecto estético requiere de la participación de especialistas que van
delineando un sistema que permitirá “leer” la documentación y la produccción visual
catalogada independientemente de su autor. Más aún, la involucración de archivistas,
fotógrafos e historiadores en este proceso contribuye a los diferentes cortes y
representaciones que surgen de su lectura e interpretación y que en el caso particular de
este trabajo serán de gran importancia en la próxima exhibición, que con el patrocinio de
la Universidad Nacional de Tres de Febrero proyectamos para 2021 con motivo del 45
aniversario de la última dictadura cívico-militar.
El archivo IIAC se propuso catalogar y digitalizar la totalidad del material fotográfico de
mi archivo (Figura 3) como así también documentos, catálogos, escritos sueltos, dibujos6.
6
A continuación el informe de la archivista Julieta Lopresto Palermo que está a cargo de mi archivo desde
2017. “El archivo de Daniel Merle está compuesto mayormente por fotografías 35 mm y diapositivas 6x6
producidas entre 1978 y principios de los años 2000. Las mismas se encuentran distribuidas en sobres papel
kraft depositados en cajones, siendo una totalidad de 2208 sobres y 13 carpetas plásticas con
aproximadamente 200 hojas portanegativos cada una. Al mes de enero de 2020 se registran 78.988
imagenes, sin contar las copias en papel.
Durante el proceso de trabajo se identificó cierta irregularidad en términos de ausencia de material, lo cual
está estrechamente vinculado a la vida personal y dinámica de trabajo del autor. Al mismo tiempo el fondo
contiene recortes de tapas de diarios y revistas – publicaciones con fotografías de su autoría vinculadas a
sucesos políticos pre y post dictadura– sobres de la década del 60 con fotografías tomadas por su padre,
fotografías tomadas por compañerxs de medios y agencias, y copias fotográficas con epígrafes originales.
El proyecto radica en las etapas de archivo, digitalización y conservación preventiva. Para darle inicio al
mismo se configuró un cuadro de clasificación que comprende su trayectoria en el área de fotoperiodismo,
fotografía documental, docencia y otras actividades realizadas durante el desarrollo de su trayectoria. Esto
incluye tanto fotografías para medios y agencias como fotografías personales. El cuadro de clasificación
puede considerarse el desafío más grande del proceso de trabajo en archivos de volumen significativo,
situación que se acentúa frente a la complejidad propia de un oficio atravesado por la polisemia misma de
las imágenes, donde no siempre la teoría brinda las respuestas a los preguntas emergentes. En este sentido,
desde el Archivo IIAC se incrementan nuevas propuestas teóricas y metodológicas relativas a diferentes
modos de abordaje en el tratamiento de archivos fotográficos.
En tanto condiciones ambientales fundamentales para la conservación preventiva, teniendo en cuenta las
condiciones básicas de temperatura y humedad, se proyecta un cambio de guarda para la totalidad del
fondo utilizando los materiales adecuados para así contribuir a la preservación del mismo.
Finalmente, el mismo será digitalizado y publicado, abriendo la posibilidad a la consulta de forma gratuita,
poniendo la información a disposición de los usuarios a fines de promover la investigación, el

5
Esta decisión fue crucial para visibilizar como los vaivenes de la vida política argentina
han atravesado mi propia vida, cómo en la de cualquier otra persona en cualquier
momento de la historia, sólo que en este caso se manifiesta en una narrativa visual en
tanto mi producción fotográfica personal confluye y se nutre también de la cobertura de
los acontecimientos políticos que me propuse reportar.

(Figura 3) La fotógrafa Julieta Lopresto Palermo trabjando en el cambio de guarda


de los negativos fotográficos de mi archivo en la sede del Archivo del IIAC

La dinámica de exploración cotidiana en mi archivo por parte del IIAC me llevó a


reflexionar sobre varias imágenes que han formado parte de algunas de las muestras
enumeradas al principio de este artículo y otras que fui descubriendo y que exceden el
marco temporal planteado para este artículo. A modo de ejemplo me quiero referir a una
fotografía en particular que utilicé como acápite en la exposición en la fotogalería del
Teatro Municipal General San Martín en 2013. En esa fotografía (Figura 4), tomada por
mi hermano en 1966, estamos mi padre y yo escenificando una situación doméstica: mi
padre con dedo acusador me está apercibiendo supuestamente por alguna falta que he
cometido. La foto fue utilizada en la muestra como una manera de homenajearlo, porque
fue él quien me introdujo en el mundo de la fotografía.
Pero en esta imagen hay otro dato importante: en la pared cuelga una fotografía
enmarcada, lo que en aquel entonces se denominaba “cabecitas”. Esta fotografía
permaneció en mi poder todos estos años y al volver a observarla comprobé que
seguramente las fotos que componen la imagen fueron tomadas poco antes de cumplir mi
primer año de vida (la fecha de mi nacimiento fue el 1 de julio de 1954). La fecha
aproximada de las tomas coincidecon un hecho trascendental en la vida política y social
de la Argentina. En junio de 1955 se produjeron los bombardeos a Plaza de Mayo durante
el gobierno de Juan Perón. Esta masacre, en la cual perecieron más de 300 civiles y tuvo
como resultado miles de heridos fue el preludio del golpe militar que acabó con su
gobierno en septiembre de ese mismo año.

fortalecimiento del desarrollo cultural y la memoria histórica, profundizando la relación entre archivo,
preservación, memoria, historia y reconocimiento.” (de una entrevista personal el 5 de febrero de 2020)

6
(Figura 4) Izquierda: Mi padre y yo. Buenos Aires, 1967. Foto: Alejandro Merle. Derecha: Mis cabecitas,
1955. Autor desconocido

Esta coincidencia de eventos aparentemente desvinculados se transformó en una nueva


exploración visual que busca entender la incidencia de los acontecimientos públicos (en
este caso sumamente traumáticos) en un evento doméstico al interior de una familia de
clase media baja situada tres kilometros solamente de la Plaza de Mayo. Me pregunté
cómo puede haber incidido en mis padres y mi hermano mayor semejante acontecimiento
y cómo se inscribió en sus vidas futuras y en consecuencia en la mía propia.
Esto me llevó a consultar las imágenes de la masacre en el Archivo General de la Nación
e intentar una serie de ensayos de montaje para ponerlas en tensión con mis “cabecitas”
de ese año (Figura 5)
Como sostiene Benjamin: “Articular históricamente lo pasado no significa conocerlo «tal
y como verdaderamente ha sido». Significa adueñarse de un recuerdo tal y como
relumbra en el instante de peligro” (2011:7).

(Figura 5) Izquierda: Mis cabecitas, 1955. Derecha: civiles muertos en Plaza


de Mayo durante los bombardeos de junio de 1955. Archivo General de la Nación

7
Dispuse otras fotografías al modo de las “mesas de encuentro” de Aby Warburg7 y noté
que los espacios entre las imágenes reclaman otras imágenes, que tal vez no existan, pero
también palabras para conjurar el drama de la historia que se nos presenta entre los
pliegues ocultos de una fotografía familiar que refiere a otra fotografía más remota aún
(Figura 6). Georges Didi-Huberman afirma que las imágenes que convocan facilmente a
las palabras, no son tan interesantes como aquellas que las “perturban”. Las cambiantes
expresiones de mi rostro inocente al comienzo de mi vida contrastan con los cuerpos
destrozados de aquellos y aquellas que encontraron su final del modo menos pensado y
más cruel posible. ¿Cuáles son las palabras adecuadas para describir este horror
producido en medio de una ciudad abierta y desprevenida?

(Figura 6)

El análisis de estas relaciones entre imágenes que aquí expongo refiere a su supervivencia
y a sus ambivalentes significaciones, sus paradojas y revelaciones imprevistas. En una
palabra, las imágenes nos sobreviven y resurgen cuando uno menos se lo espera.
Durante el desarrollo de este proceso de investigación y puesta en obra surgió, a
principios de 2019 la posibilidad de hacer un libro de ensayos breves sobre fotografía que
venía escribiendo desde hacía varios años en diferentes plataformas digitales. Un blog,
entrevistas sueltas, notas en un diario nacional y anotaciones en mis libretas conformaron
el corpus de trabajo que cinco voluntarias comenzaron a editar desde el mes de enero del
año pasado. Durante todo el año seguimos un procedimiento de lectura y revisión de más
de un millar de piezas de texto8.
A partir de las reuniones que teníamos mensualmente el grupo editor tomó algunas
decisiones de gran importancia para el producto final. En primer lugar se decidió no

7
“El Atlas Mnemosyne de Aby Warburg es uno de los artefactos más extraños de la historia del arte, con
el que el historiador alemán intentó documentar visualmente todo el imaginario de Occidente. En 1924,
después de varios años de tratamiento psiquiátrico, Waburg empezó a componer en láminas, montadas
sobre fondos negros y luego fotografiadas, en la que esperaba exponer el conglomerado de relaciones que
observaba en las imágenes, las migraciones de formas, motivos y gestos que atravesaban fronteras
políticas y disciplinares desde la Antigüedad hasta el Renacimiento incluso hasta el presente.” (Speranza,
2012:14)
8
Las editoras fueron: Verónica Díaz, Juan María Fernández, Mariana Szteinmarder, Karen Toro y Leticia
Valdés. La corrección estuvo a cargo de Gabriela Toro Aguilar

8
incluir fotografías en el proyecto, más allá de algunas imágenes de mi propio album
familiar que acompañaron puntuales ensayos. Esto lo convirtió en un libro que habla de
fotografías que no muestra. Esta operación me pareció novedosa y al mismo tiempo una
manera de involucrar al lector en la tarea de imaginar o buscar las imágenes citadas.
En segundo lugar dividieron los textos en nueve capítulos conceptualmente relacionados
no solo con una clasificación temática sino con la intención de conferirle a la pieza final
el tono de un diario íntimo. Las editoras hicieron propios esos breves textos para darles
esa enfoque.

Entre los textos seleccionados hay varios que hacen referencia al proceso de revisión de
mi archivo. Es así como vuelvo a encontrar la fotografía de mi padre y mía de 1967 y otra
de los años 80 donde mis hijas aparecen sonrientes y traviesas en su primera infancia
(Figura 7). El texto que acompaña esta última foto es la introducción a aquella primera
exposición de 2013 que dio inicio a este proyecto:

Ya todos sabemos que la memoria no es cronológica. Lo más doloroso es lo que


recordamos en detalle como si lo estuviéramos reviviendo una y otra vez. Y los
buenos momentos, de tanto contarlos (a otros y a uno mismo), se mezclan con las
versiones nuevas y al final ya son como algunas películas viejas que pierden el
sabor.
Mi memoria es apenas una mezcla de algunos acontecimientos, los que pude
capturar en estas imágenes. Las dividí en grupos, para que se pueda entender algo,
si cabe entender, cómo es la mente de un fotógrafo. Hay una sola cosa de la que
estoy seguro y es que soy un fotógrafo con mala memoria. Aquí presento este
mínimo fragmento de mi vida (personal y profesional) que empieza con mis hijas y
continúa con ellas.
Esta muestra quiere rendir un pequeño y demasiado tardío homenaje a mi padre. Él
me introdujo a este maravilloso mundo que me permite buscar en los recuerdos y
mirar al futuro con ilusión.

(Figura 7)

9
La cita a este texto de hace siete años sirva tal vez como corolario a este breve trabajo que
intentó explicar las tareas y el proceso de colaboración colectiva que lleva la activación de
un archivo. Otra vez en palabras de Benjamin: “(…) la obra de una vida está conservada y
suspendida en la obra, en la obra de una vida la época y en la época el decurso completo de
la historia.”

Bibliografía

Agamben, Giorgio. (2018) Autorretrato en el estudio. Buenos Aires, Adriana Hidalgo


editora, biografías y testimonios.
Benjamin, Walter (2011) Conceptos de Filosofía de la Historia. Buenos Aires, Agebe
Libros.
Didi-Huberman, Georges (2015) Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las
imágenes. Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora
Groys, Boris (2015) Volverse Público. Las transformaciones del arte en el ágora
contemporánea. Buenos Aires. Caja Negra Editora
Guasch, Anna María (2015). Arte y Archivo, 1920-2010. Genealogías, tipologías y
discontinuidades. España. Akal.
Speranza, Graciela (2012). Atlas portátil de América Latina. Arte y ficciones errantes.
Buenos Aires, Anagrama, Colección Argumentos

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