PERICORONITIS

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PERICORONITIS

Proceso infeccioso agudo caracterizado por la inflamación del tejido blando que
rodea a un diente retenido.

Otros autores definen la pericoronaritis como la infección de la cavidad


pericoronaria del molar del juicio y de sus paredes, que es el más frecuente de los
accidentes infecciosos y representa el 82 % de los procesos mucosos.

Etiología

La pericoronaritis es producida por crecimiento bacteriano activo en un medio


ideal, que es el espacio de tejido blando que cubre la corona del molar. Debajo de
la mucosa peridentaria existe un espacio donde hay humedad, tibieza, protección,
alimentos y oscuridad; con tal ambiente el crecimiento bacteriano florece. Se
produce también por irritación traumática de la mucosa que cubre el molar inferior,
por las cúspides del molar superior, vitalidad disminuida de los tejidos e invasión
de microorganismos; la erupción del tercer molar superior, en su intento de entrar
en articulación, traumatiza los tejidos blandos del tercer molar inferior durante los
movimientos mandibulares.

Patogenia

La pericoronaritis puede originarse a partir de una infección o por accidente


mecánico.

a) Origen infeccioso.
b) Accidente mecánico.

Origen infeccioso:

Se produce a partir de los elementos infecciosos que circulan por la sangre o de los
que ya existen en la cavidad bucal; también puede deberse a modificaciones
vasomotoras provocadas por la evolución del germen con la infección consiguiente
del rodete fibromucoso. Se admite actualmente que el punto de partida de la
infección se sitúa en el espacio pericoronario: el saco que rodea la corona forma
una cavidad virtual que puede infectarse al ponerse en comunicación con el medio
bucal, bien directamente, por penetración a nivel del saco pericoronario, o bien por
intermedio del alveolo de segundo molar. Entre el diente retenido y el diente
contiguo se crea un espacio casi cerrado, protegido de un saco o capuchón mucoso
que no tiene tendencia a retraerse y donde van a multiplicarse los
microorganismos.
Accidente mecánico:

Cuando el tercer molar inferior (más frecuente) u otro diente retenido se encuentra
cubierto en su porción coronaria por el tejido fibromucoso adyacente, el diente
antagonista que se encuentra brotado, durante la masticación, traumatiza con sus
cúspides, esta fibromucosa, comienza el proceso inflamatorio que llega a la
infección.

Formas de presentación de la pericoronaritis

Los agentes infecciosos bucales se desarrollan en el espacio pericoronario, en uno


de sus recesos, la mucosa adyacente opone a la infección sus reacciones de defensa
habituales, cuando el proceso defensivo no es capaz de controlar la agresión se
exacerba la pericoronaritis, que se presenta de diferentes formas

a) Pericoronaritis aguda congestiva o serosa.


b) Pericoronaritis aguda supurada.
c) Pericoronaritis crónica.

Pericoronaritis aguda congestiva o


serosa
Manifestaciones clínicas:

Se caracteriza por dolores acentuados a


la masticación, que pueden irradiarse a la
faringe o la rama ascendente de la
mandíbula, mucosa eritematosa por
detrás del molar, cubre una parte de la
corona del molar y lleva a veces la
presión de la cúspide del molar
antagonista, la palpación de la región es
dolorosa y puede sangrar a la menor
presión, puede palparse una adenopatía
simple en la cadena ganglionar
submandibular, que se localiza por
debajo del ángulo mandibular en los terceros molares en brote.

La evolución de la pericoronaritis aguda congestiva o serosa es variable.


Espontáneamente o bajo el efecto de un tratamiento se atenúa; los dolores
desaparecen primero, y después más lentamente, aparecen otros signos
inflamatorios locales. Las recidivas pueden suceder hasta que la corona sea
completamente liberada, pero en todo momento las lesiones pueden pasar al
estadio de la pericoronaritis aguda supurada.

Pericoronaritis aguda supurada


Manifestaciones clínicas:

Se manifiestan dolores más intensos que se irradian a amígdalas, oído y hacen


desviar el diagnóstico, por la atipicidad de la sintomatología. La región retromolar
es turgente, el eritema se extiende hacia la faringe y al pilar anterior del velo del
paladar, aparece trismo o limitación a la apertura bucal de poca intensidad,
disfagia, puede revelar una infección más grave que se confirma por examen
endobucal, la palpación es más dolorosa y la presión encima del capuchón mucoso
y el diente provoca la salida de una pequeña cantidad de pus, presencia de
adenopatía en la cadena ganglionar submandibular dolorosa a la palpación.

La evolución es similar a la de la forma congestiva o serosa, puede aún regresar,


aunque es más raro; las recidivas se separan por períodos de acalmia (disminución
del dolor) variables, y el paso a la forma crónica es frecuente, aunque la
pericoronaritis tiene el peligro sobre todo de ser el punto de partida de una
complicación infecciosa más grave: celular, mucosa, ganglionar u ósea.

Esta infección puede complicarse si se extiende al área del pilar anterior, espacio
pterigomandibular, espacios parafaríngeos, espacio submandibular, espacio bucal,
espacio infratemporal y temporal profundo y/o espacio submasetérico, además
puede causar infecciones profundas como la osteomielitis.
Pericoronaritis crónica
Manifestaciones clínicas:

Los síntomas más atenuados son las algias (dolor) retromolares intermitentes. A
veces se acompaña de trismo o limitación a la apertura bucal ligera y pasajera,
puede cursar con ausencia absoluta de síntomas o estos pueden ser poco
manifiestos como halitosis marcada, faringitis repetidas, gingivitis tórpida,
adenopatía crónica o abscesos periamigdalinos unilaterales.

El diente está cubierto de una mucosa eritematosa y edematosa sensible a la


presión, que a veces deja salir 1 ó 2 gotas de serosidad purulenta bajo el capuchón.
Un signo muy típico de la pericoronaritis crónica es la faringitis unilateral,
intermitente y recidivante.

Si la corona del molar no está bien liberada, la pericoronaritis tiene todas las
posibilidades de reproducirse o de evolucionar de modo crónico. Es más raro en el
maxilar, donde los dientes encuentran menos dificultades evolutivas, también
menos grave la posición de declive del orificio de comunicación, que al drenar
mejor la infección pericoronaria limita los peligros de las complicaciones.

Diagnóstico diferencial

Se considerarán los siguientes pasos:

 Gingivoestomatitis herpética.
 Gingivoestomatitis úlcero-necrotizante.
 Absceso dentoalveolar.
 Quiste de erupción.
 Hiperplasia gingival.
 Granuloma reparativo de células gigantes.
 Fibroma periférico de la papila interdentaria o de la encía marginal.

Estas patologías son las que aparecen más comúnmente en la bibliografía y que
tienden a dar un diagnóstico equivocado de pericoronaritis.8-10, 12, 21, 46

Tratamiento

Los principios en el tratamiento de las pericoronaritis que se instauraron desde los


orígenes de la humanidad fueron la utilización de piedras, lancetas de madera, etc.;
para su drenaje, siguen aún vigentes en la actualidad, solo que la técnica ha
mejorado.
No se estableció definitivamente la relación causal hasta la actual centuria, y a
pesar de los avances científico-técnicos, los problemas infecciosos odontogénicos
permanecen como el mayor problema de la práctica odontológica.

Los pilares básicos a considerar en el tratamiento de las infecciones odontógenas


se concretran en:

 Uso de antimicrobianos.
 El tratamiento quirúrgico.

Medicamentoso:

 Uso de antimicrobianos.
 Analgésicos.
 Antisépticos.
 Antiinflamatorios.
 Lavado profuso con solución salina.
 Colutorios con antisépticos débil (clorhexidina al 0,02 %), peróxido de
hidrógeno al 3 % o perborato de sodio.
 Aplicación de anestésico que permite la exploración y el desplazamiento del
tejido blando subyacente.
 Enjuagatorios tibios con emolientes y revulsivos.
 Embrocaciones locales con rojo aseptil o mercuro cromo.
 Aplicación de sustancias cáusticas en el espacio creado en el denso saco
pericoronario (opérculo) y la superficie del diente (actualmente este método
es cuestionable debido a los daños que puede ocasionar la sustancia cáustica
en los tejidos).
 Anestesia de los abscesos superficiales periodontales y pericoronales que
permite la exploración del tejido blando subyacente.
 Higiene bucal adecuada.

Quirúrgico:

 Incisión y drenaje.
 Eliminación del saco u opérculo (operculectomía) con bisturí o
electrocirugía. En este caso el tratamiento se aplicará si el tercer molar está
ubicado en posición vertical, clase I, posición A.
 Exéresis de la pieza dentaria cuando su posición es paranormal.

Recientemente se han introducido equipos computadorizados de láser en el


tratamiento quirúrgico de la pericoronaritis; el uso del dióxido de carbono láser
permite la operación de los tejidos blandos en la cavidad bucal con el mínimo de
daño. El criterio del parámetro óptimo de la exposición de láser depende del estado
del proceso inflamatorio y este método acelera el tratamiento de la pericoronaritis
y disminuye el uso de medicamentos.64

La extracción de un tercer molar con pericoronaritis se considera la causa más


frecuente de periostitis osificante.30,65

Pronóstico

El pronóstico de estos pacientes es favorable, porque una vez sometidos al


tratamiento, ya sea quirúrgico o medicamentoso, se restablece su salud y pueden
continuar una vida normal.

Conclusiones

1. La pericoronaritis es un proceso infeccioso relacionado con la erupción


dentaria defectuosa.
2. Es el más frecuente de los accidentes mucosos y causa grandes molestias a
aquellos pacientes que la padecen.
3. Puede traer complicaciones infecciosas más graves como celular, mucosa,
ganglionar u ósea.
4. Tiene 3 formas de manifestarse que se suceden una a otra si persiste el factor
etiológico.
5. Se observa con mayor frecuencia en la segunda y tercera décadas de la vida.
6. Generalmente está asociada con los terceros molares inferiores retenidos
que tienen una posición vertical, con inclinación hacia distal y que estén
cerca o en el plano de oclusión, aunque puede presentarse en relación con
cualquier diente retenido.
7. Es muy importante el diagnóstico clínico, radiológico y microbiológico para
aplicar un tratamiento más eficaz y correcto, que restablezca la salud del
paciente y evitar secuelas y complicaciones.

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