Informe Leuchter PDF
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El Holocausto
Prólogo: David Irving
¿MURIERON
REALMENTE
SEIS MILLONES?
Por Richard Harwood
3ra VERSIÓN
Sobre el Holocausto
Por Arthur R. Butz
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EL HOLOCAUSTO
INFORME LEUCHTER
PRÓLOGO
DAVID IRVING
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INFORME LEUCHTER
fin de una mentira:
el holocausto judío
Inscripción N° 72.665
Noviembre 1989
CEDADE
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COMENTARIO DEL EDITOR
Este informe que tiene entre sus manos constituye sin lugar a dudas uno de
los documentos históricos más importantes aparecidos en los últimos tiempos.
Elaborado y escrito por Fred Leuchter para servir de prueba de la defensa
durante el juicio que se siguió contra Ernst Zündel en Canadá por difamación al
haber negado este último la existencia de las “cámaras de gas”, es editado ahora
en España por C.E.D.A.D.E. con la sola intención de ser útil a la verdad histórica.
El ingeniero Fred Leuchter prestigioso especialista en la construcción de
cámaras de gas para las penitenciarías de los Estados Unidos, realiza un estudio
pormenorizado de las cámaras de gas de los campos de concentración de Auschwitz,
Birkenau y Majdanek, llegando a la tajante conclusión de que “jamás existieron
allí cámaras de gas”.
No pretendemos hacer con la edición de este libro una apología del
nacionalsocialismo, se trata de acabar con una falsedad histórica: el genocidio de
judíos en los campos de concentración, y para ello aportamos este esclarecedor
informe de un indudable valor histórico y científico.
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PRÓLOGO
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fuertemente financiada y brillantemente efectuada.
Se trataba hasta hoy de la continuación de un plan ya elaborado anteriormente
en el año 1942 por el P.W.E. (Psychological Warfare Executive, Servicio para la
Dirección Psicológica de la Guerra). Ya entonces debía difundirse en todos los países
participantes en la guerra la tesis de que el Gobierno del Reich mataba en cámaras
de gas a millones de judíos y de otros indeseables grupos étnicos.
En agosto de 1943 el Jefe del P.W.E. informaba en escrito confidencial al
gabinete inglés que, a pesar de todas las historias publicadas sobre el empleo de
gases mortales, no existía el más mínimo punto de apoyo sobre la existencia de
tales instalaciones. Él advertía en su circular que las fuentes judías a este respecto
eran especialmente sospechosas.
En mi calidad de historiador tuve oportunidad de utilizar laboratorios para
la identificación de documentos falsificados e investigar la autenticidad de ciertos
documentos. Al final de los años sesenta pude poner en evidencia ciertos diarios del
vicealmirante Canaris, que me habían sido ofrecidos a mí y también a los editores
William Collins Ltd.
Resultó que la tinta utilizada para las firmas de estos diarios no existía todavía
en la época de la Segunda Guerra Mundial. Fui yo también quien descubrió
como falsificación, los “Diarios de Hitler” de la revista “Stern”, en el curso de una
conferencia de prensa internacional celebrada en abril de 1983 en Hamburgo.
A pesar de todo ello, he de confesar que nunca se me hubiera ocurrido poner
en duda los hechos de Auschwitz y sus cámaras de gas (el más sagrado relicario de
la religión del siglo XX) ni someter a unas pruebas químicas sus muros y su suelo
para ver si descubría en ellos vestigios de Cyanid.
Los resultados esenciales del Informe Leuchter son los siguientes: en las pruebas
sobre piedras de los edificios de despioje, donde se utilizaba el mortal Zyklon-B
para la desinfección de vestimenta, los laboratorios encontraron considerables
restos de Cyanid. Pero, en las llamadas internacionalmente “cámaras de gas” por
los “expertos del holocausto”, no se detectó ningún resto valorable.
Además el experto en cámaras de gas explica claramente que dichos edificios,
tanto por su forma como por su construcción, de ningún modo podían utilizarse
como cámaras de gas para el exterminio de hombres.
Cuando en Abril de 1988 tuve que declarar en el proceso Zündel como
experto en historia contemporánea, hube de enfrentarme por primera vez con estos
informes de laboratorio, que han sido demoledores sobre las cámaras de gas. No
existe la menor duda en la exactitud de los resultados.
He de confesar que, personalmente, me habría gustado aplicar métodos
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más severos para el exámen de los materiales sacados de los edificios y suelo de
Auschwitz. Pero tengo que reconocer las enormes dificultades a las que hubo de
enfrentarse la comisión en un lugar que es actualmente polaco. No es fácil sacar
trozos de piedras de unas estancias vacías, a espaldas de los nuevos vigilantes de los
campos. Todos los trabajos han sido documentados con tomas de video actuales.
Estas imágenes las he estudiado con el máximo cuidado, y prueban, sin lugar a
dudas, la exactitud de los métodos de trabajo en los que esta basado el informe.
Hasta el final de este trágico siglo siempre habrá historiadores, estadistas y
publicistas incorregibles que crean firmemente, o tengan otra perspectiva económica
para sobrevivir que creerlo, que los nazis utilizaron cámaras de gas para matar seres
humanos en Auschwitz.
Evidentemente les toca ahora a ellos, a los estudiosos inteligentes y críticos
de la historia moderna, explicarme a mí, por qué no se encontraron restos
apreciables de Cyanid precisamente en las edificaciones en las que se practicaron
esos supuestos gaseamientos, mientras que en las construcciones edificadas como
casa de desinfección por los expertos de Auschwitz mundialmente conocidos, si se
encontraron considerables cantidades de Cyanid. La química jurídico-científica, lo
repito, es una ciencia exacta. El balón se encuentra ahora en el terreno contrario.
David Irving
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PREFACIO
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Fred A. Leuchter aceptó el encargo luego de una reunión donde además revisó
fotografías de campos de concentración durante la guerra, planos de crematorios
y de las supuestas cámaras de gas, documentación sobre el Zyklon-B y diapositivas
tomadas de los sitios por el investigador sueco Ditlieb Felderer, en 1970.
El 25 de febrero de 1988, Fred A. Leuchter viajó a Polonia, junto con su
esposa Carolyn, su dibujante, Howard Miller; el cameraman Jürgen Neumann y
el traductor polaco Theodor Rudolf. Ellos regresaron el 3 de marzo, después de
ocho días de permanencia en Polonia.
Posteriormente, Fred Leuchter escribió un informe de 192 páginas, incluyendo
los apéndices. Sus conclusiones fueron claras: La evidencia de que no hubo cámaras
de gas para ejecuciones en Auschwitz, Birkenau y Majdanek fue contundente y
se estableció que las supuestas cámaras de gas no podrían haber sido utilizadas
para ejecuciones, ni ahora ni nunca.
El 20 y 21 de abril de 1988 participó el señor Leuchter como testigo en el
juicio contra Zündel en Toronto, Canadá.
Al principio contestó las preguntas que le hizo el abogado defensor de Ernst
Zündel, Douglas H. Christie, asistido éste por Keltie Zubko y Bárbara Kulaszka.
Leuchter encaró, luego, el interrogatorio contradictorio del fiscal de la Corona,
John Pearson, quien fue asistido durante todo el juicio por otro fiscal de la Corona,
por un empleado judicial y por frecuentes consultas de asesores judíos que se
encontraban sentados directamente detrás de él en la sala del juzgado.
El interrogatorio tuvo lugar en presencia de un juez y de un jurado de once
miembros. En la sala del juzgado la atmósfera era en extremo tensa. Me tocó estar
sentado al lado de numerosos expertos revisionistas, entre ellos el Dr. William
Lindsey, investigador químico jefe de la Corporación Dupont hasta su retiro en
1985. Cada uno en la sala del juzgado, independiente de sus puntos de vista
personales con respecto al tópico en investigación, se estremecía, así lo creo, pues
participábamos en un evento histórico. El mito de las cámaras de gas se acabó.
El día anterior, el director de la penitenciaría estatal de Missouri,
Bill Armontrout, había dado testimonio explicando el procedimiento y el
funcionamiento en la práctica de una cámara de gas de cianuro. Para cualquiera
que escuchara atentamente le quedaría claro que fue imposible ejecutar a una
sola persona de esta manera y que entonces la supuesta ejecución de centenares
de miles de personas por los alemanes, utilizando Zyklon-B, sería tratar de resolver
el problema de la cuadratura del círculo.
Siguiendo a Fred Leuchter dio testimonio el Dr. James Roth, Ph. D. (Cornell
University), gerente de Alpha Analytical Laboratories, en Ashland, Massachusetts. El
Dr. Roth dio un informe sobre los análisis de las muestras tomadas de las paredes,
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de los techos, de los pisos y de otras estructuras interiores de las supuestas cámaras
de gas de Auschwitz I y Birkenau. Los análisis revelaron que no había vestigios de
cianuro en las muestras y que en algunos casos el nivel era extremadamente bajo.
La única excepción se encontró en la muestra de control número 32, tomada de
las instalaciones de desinfección número 1 en Birkenau. Estos resultados fueron
reproducidos en el gráfico del Apéndice I del Informe y expuestos al jurado por
un proyector “overhead”. La diferencia en el cianuro detectado en las instalaciones
de desinfección, por un lado, y en las supuestas cámaras de gas, por el otro, fue
espectacular. Los niveles de cianuro extremadamente bajos que se encontraron
en algunos crematorios fueron, según mi opinión, el resultado de la desinfección
de los inmuebles durante la guerra.
Creo que fui el primero en señalar que todos los estudios sobre las supuestas
cámaras de gas para ejecuciones alemanas, utilizando Zyklon-B, deberían
comenzar con un estudio de las cámaras de gas para ejecuciones americanas. Ya en
1977 empecé, con la ayuda de un amigo americano, Eugene C. Brugger, abogado
en New York City, una investigación en esta área. Durante esas investigaciones
conseguí información de seis penitenciarías americanas: Saint Quentin, en
California; Jefferson City, en Missouri; Santa Fe, en New Mexico; Raleigh, en
North Carolina; Baltimore, en Maryland, y Florence, en Arizona. Me vi obligado a
concluir, en ese entonces, que solamente un experto en la tecnología de cámaras
de gas americanas podría, finalmente, determinar si las supuestas cámaras de gas
para ejecuciones alemanas estaban capacitadas para tal uso como lo describe la
literatura a favor del Holocausto.
Durante los siguientes años, mis artículos sobre las cámaras de gas alemanas
siempre hacían referencia a las cámaras de gas americanas. Estos artículos
incluyeron “El rumor sobre Auschwitz o el problema de las cámaras de gas”,
publicado el 29 de diciembre de 1978, en el diario francés Le Monde, y una
extensa entrevista publicada en agosto de 1979 en la revista italiana Storia Illustrata.
En septiembre de 1979 visité la cámara de gas en Baltimore, Maryland, y conseguí
ocho fotografías de la cámara y documentación adicional. Luego, durante una
reunión sostenida en New York City, bajo la dirección de Fritz Berg, enseñé la
hoja de control del procedimiento de la cámara de gas de la penitenciaría de
Baltimore y discutí sus implicaciones. En 1980 publiqué en el primer número del
recién creado Journal of Historical Review un artículo titulado “Los Mecanismos
de la gasificación”, en el cual describí con detalles los procedimientos de las
cámaras de gas en uso en los Estados Unidos. En el mismo año publiqué en Vérité
historique ou vérité politique? las ocho fotografías de la cámara de gas de Baltimore.
Preparé un video titulado “El problema de la cámara de gas”, en 1982, el cual
empezaba con un análisis de las cámaras de gas americanas. En 1983 redacté
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para el Institute for Historical Review, de Los Angeles, un libro en idioma inglés
sobre las controversias del Holocausto que incluyó, por vez primera, un listado de
preguntas hechas a los administradores penitenciarios y sus respuestas. El libro, sin
embargo, nunca fue publicado: el 4 de julio de 1984, el Día de la Independencia
Americana, los archivos del Instituto fueron destruidos por un incendio. Este fuego
destruyó intencionalmente la capacidad financiera del Instituto, y una cantidad
de proyectos, incluido el de mi libro, fueron abandonados.
El Holocausto apareció como un asunto de enormes proporciones. Pero este
“gigante”, como lo señaló el Dr. Arthur Butz en “la Estafa del Siglo Veinte” (The
Hoax of the Twentieth Century), es un gigante con pies de barro. Para observar los
pies de barro hay que visitar solamente el Campo de Concentración de Auschwitz
en Polonia. Con las palabras del Dr. Wilhelm Stäglich: “La tesis del exterminio se
mantiene o cae con la alegación de que Auschwitz fue una `factoría de la muerte’”;
y para mi todo el misterio de Auschwitz gira alrededor de los 65 metros cuadrados
de la supuesta cámara de gas de Auschwitz I y de los 210 metros cuadrados de la
supuesta cámara de gas de Birkenau. Estos 275 metros cuadrados tendrían que
haber sido sometidos a una investigación forense inmediatamente después de la
guerra por parte de los Aliados, pero una investigación de esta naturaleza no se
llevó a cabo ni entonces ni después. En Polonia, el magistrado Jan Sehn ordenó
algunas investigaciones forenses en Auschwitz, pero éstas no se hicieron en las
supuestas cámaras de gas para ejecuciones.
Las investigaciones hechas por “Revisionistas” han demostrado que las
supuestas cámaras de gas para ejecuciones no pudieron haber sido utilizadas para
tal fin. Ditlieb Felderer publicó fotografías que muestran la precaria construcción
de las aberturas de aireación y de las puertas que conducen hacia el interior de las
cámaras de gas y la falta de manchas de azul de Prusia en las paredes. Yo mismo
descubrí en los archivos del Museo Estatal de Auschwitz (archivos que fueron
bien guardados por los oficiales comunistas) los planos de estas supuestas cámaras
de gas, y mandé publicarlos en distintos libros y artículos. Estos planos fueron,
también, mostrados en la primera convención del Institute for Historical Review,
en Los Angeles, en 1979, donde estuvo presente el Sr. Zündel. En realidad, estas
supuestas cámaras de gas han sido salas mortuorias o, como indicaban los planos,
“Leichenhalle” (sala de muertos) para Krema I (posteriormente transformado en
refugio antiaéreo) y “Leichenkeller” (sótano de morgue) para Krema II.
No obstante, para obtener una confirmación científica completa de lo que
el sentido común nos compelió a ver y de lo que el trabajo de investigación
revisionista y las documentaciones han revelado, fue necesario buscar un
especialista en cámaras de gas americano. Desesperadamente traté de encontrar
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un especialista pero, francamente, tenía pocas esperanzas de encontrar a un
hombre quien no sólo fuera un experto en tecnología de cámaras de gas, sino
que tuviera coraje suficiente para llevar a cabo una investigación semejante en
un país comunista y de publicar los resultados en el caso que éstos confirmaran
las conclusiones revisionistas. Felizmente, me equivoqué.
Fred Leuchter fue el especialista. Él viajó personalmente a Polonia, condujo la
investigación forense, escribió su informe y dio testimonio ante la Corte canadiense
en el proceso del Sr. Zündel. Al hacerlo, entró silenciosamente en la historia.
Fred Leuchter es un hombre modesto, decidido, quien, además, habla con
precisión. Sin duda, sería un excelente profesor, pues tiene el verdadero don
de hacer entender a la gente las dificultades de cualquier problema. Cuando le
pregunté si él tendría temor por posibles consecuencias peligrosas, contestó: “un
hecho es un hecho”. Después de haber leído el Informe Leuchter, David Irving, el
famoso historiador británico, declaró el 22 de abril de 1988, durante su testimonio
en Toronto, que aquello es un documento “aplastante”, el cual será esencial para
todo futuro historiador que escriba sobre la Segunda Guerra Mundial.
Sin Ernst Zündel casi nada de todo lo que ha trascendido podría haber sido
concebido. Él sacrificó todo por la búsqueda de la exactitud histórica, viviendo
bajo condiciones difíciles, enfrentando enemigos influyentes y poderosos. Las
presiones pesan sobre él, permanentemente, siendo éstas de lo más inesperadas
y, a menudo, arteras. Pero él posee una personalidad fuerte y un carisma especial,
sabe cómo analizar cualquier situación dada, cómo evaluar las relaciones de fuerzas
y cómo revertir la adversidad en ventaja. Es capaz de atraer y movilizar personas
de elevadísima competencia desde todos los rincones del mundo. En suma, es
un hombre que cala profundo, un genio que combina el sentido común con una
aguda comprensión de la gente.
Él podría ir, una vez más, a la prisión por sus investigaciones y sus convicciones
o podría ser amenazado con la deportación. Todo esto es posible. Cualquier cosa
puede ocurrir cuando existe una crisis intelectual y un realineamiento de conceptos
históricos de semejantes dimensiones. Revisionismo es el gran reto intelectual del
fin de este siglo. Independiente de lo que pueda ocurrir, Ernst Zündel ya es el
vencedor. Él es un pacifista-activista, quien consiguió esta victoria por medio del
poder de la razón y de la persuasión.
Robert Faurisson
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P.S.: Ernst Zündel fue declarado culpable por el Jurado, el 11 de mayo de 1988,
“por difundir noticias falsas, a sabiendas, sobre el Holocausto”. Fue sentenciado a 9
meses de prisión, y se le concedió libertad bajo caución después de haber firmado
una orden mordaza, prometiendo no escribir ni hablar sobre el “Holocausto”
hasta el fin del procedimiento de su apelación. De este modo se juntó, pues,
con Galileo.
INTRODUCCIÓN
OBJETIVO
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la cantidad de gas utilizado, así como el tiempo necesario en estas operaciones (por
ejemplo, tiempos de ejecución y de ventilación), el espacio físico de las cámaras
en relación a la capacidad ocupacional, el procedimiento y el tiempo necesario
para manejar y cremar cadáveres, con el objetivo de determinar la veracidad y
la credibilidad de relatos insostenibles. Este informe no incluye la determinación
de cifras sobre personas que perecieron o fueron asesinadas por otros medios
que no sean el gas, o si un eventual “Holocausto” haya ocurrido. Además, no
es la intención del autor el redefinir el “Holocausto” en términos históricos, sino
de suministrar evidencia e información científica de los sitios actuales y exponer
una opinión basada en todos los datos científicos, cuantitativos y de ingeniería
al alcance, en cuanto al propósito y uso de las supuestas cámaras de gas para
ejecuciones y de las instalaciones de los crematorios en los sitios investigados.
ANTECEDENTES
ALCANCE
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forenses tomadas en los Kremas investigados. Incluye, además, datos sobre el
diseño de cámaras de gas en los Estados Unidos y procedimientos operacionales de
conocimiento del propio investigador, debido a su trabajo en esa actividad, como
así también una investigación de crematorios y sus procedimientos en los Estados
Unidos. Todo esto ha sido utilizado para la elaboración de este Informe.
Al utilizar todos estos datos, arriba mencionados, el investigador se limitó a
enfocar este estudio sobre lo siguiente:
a) la capacidad de las supuestas cámaras de gas para ejecuciones, de haber
sido realizado un asesinato masivo de seres humanos mediante el uso del
gas Zyklon-B en Auschwitz I, y en Birkenau y con monóxido de carbono
y/o gas Zyklon-B, en Majdanek;
b) la capacidad de los crematorios investigados de haber realizado la
cremación de una supuesta cantidad de seres humanos en un supuesto
término de tiempo.
RESUMEN Y DICTAMEN
Metodología
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El procedimiento seguido en el estudio y en el análisis forense, que dio como
resultado al presente Informe, fue el siguiente:
1. Un estudio general de antecedentes del material al alcance.
2. Una inspección in situ para la investigación forense de las instalaciones en
cuestión que incluyeron la toma de datos físicos (mediciones e información
de la construcción) y la toma de muestras físicas considerables (ladrillos y
revoque), los cuales fueron llevados a los Estados Unidos para el análisis
químico.
3. Una consideración en base a los datos logísticos, grabados y visuales (in
situ).
4. Una compilación de los datos adquiridos.
5. Un análisis de la información adquirida y la comparación de esta
información con conocidos y probados diseños, con información logística y
de procedimiento, como así también con los requerimientos actuales para el
diseño, la fabricación y operación de cámaras de gas y de crematorios.
6. Una consideración del análisis químico del material extraído in situ.
7. Conclusiones en base a la evidencia obtenida.
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para el control de enfermedades; especialmente para combatir plagas y tifoidea;
para el control de ratas, moscas y piojos. Cámaras especiales se usaron desde la
Primera Guerra Mundial en Europa y en los Estados Unidos. Algunas de estas
cámaras fueron usadas por el ejército alemán en Europa antes y durante la
Segunda Guerra Mundial, y mucho más antes por el Servicio de Inmigración de
los Estados Unidos en Ellis Island, en el puerto de New York. Muchas de estas
cámaras de fumigación fueron fabricadas por DEGESCH, una empresa alemana
de Frankfurt. Durante la guerra, DEGESCH supervisó la distribución de Zyklon-B.
En la actualidad, DEGESCH fábrica HCN.
El Zyklon-B constituyó una preparación comercial especial que contenía
ácido cianhídrico.
La denominación “Zyklon-B” fue el nombre comercial del producto. El HCN
se preparaba en fábricas y se entregaba en una preparación donde el HCN era
absorbido por un portador poroso, pudiendo ser de pulpa de madera o tierra de
diatomea (tiza). Se le suministró en pastillas y “pellets”. El preparado era sellado
herméticamente en latas que requerían un instrumento especial para abrirlas.
De esta forma fue más seguro y más simple el manejo del HCN (Zyklon-B). Los
discoides, recortes o “pellets” tenían que ser esparcidos por el piso del área que
debía ser fumigada o utilizados en una cámara en la cual circulaba aire caliente
con más de 78,30F (25,70C). Si fuera usado en edificios, barcos, carpas, o para
fumigar productos, el área debería calentarse a más de 78,30F de temperatura, el
punto de ebullición del HCN. La falta de estas condiciones implicaría un tiempo
mucho más prolongado para completar la fumigación. La fumigación requiere
un mínimo de 24 a 48 horas.
Después de la fumigación, la ventilación del área requiere un mínimo de 10
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horas, lo que depende del local (y volumen), y más tiempo aún si el edificio no
tiene ventanas o tragaluces. Al área fumigada debe sometérsela, luego, a un test
químico con respecto a la presencia de gas antes de entrar. Algunas veces se usan
máscaras de gas pero las mismas no son seguras y no deberían ponerse por más de
10 minutos. Debe usarse un traje químico completo para prevenir la intoxicación
de la piel. Cuanto más cálida esté la temperatura y más seco el ambiente, tanto
más seguro y rápido se desarrolla el manejo.
La Tabla I contiene las especificaciones para el gas.
TABLA I
(Especificaciones para HCN)
Riesgos:
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6. Límite inflamable en el aire.
Volumen %.
Inferior 6.
Superior 46.
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