El Segundo Informe Leuchter
El Segundo Informe Leuchter
El Segundo Informe Leuchter
INFORME
LEUCHTER
- Dachau-
- Mauthausen-
- Hartheim -
Nota:
Como mas de alguno ya sabrá, el señor Ernst Zundel (a quien debemos gran parte de
las investigaciones revisionistas de los últimos tiempos) ha sido encarcelado y
deportado a Canadá, donde en este momento es víctima de las peores y mas injustas
privaciones de libertad, acusado de "sobrepasar su estada en los EEUU permitida por su
visa". Por supuesto, esto no
seria mas que una excusa para silenciarlo de una vez y para siempre, deportándolo
finalmente a Alemania donde Dios sabe que destino le aguarda.
Ahora bien, el material que ahora adjuntamos, nuestra traducción al español del
"Segundo Informe Leuchter" cuya versión original fuera financiada y propiciada por el Sr
Zundel y sus colaboradores, estaba pronta a ser publicada por nosotros, pero en vista
de las circunstancias, hemos considerado distribuirla entre los camaradas y amigos para
su libre difusión en la Red.
Eso si, nos gustaría pedirles una sola cosa: en agradecimiento a quien hiciera posible
que estas fundamentales investigaciones se difundieran, rogamos a quienes estén en
condiciones de hacer cualquier donación (por pequeña que esta sea) se la hagan llegar a
su esposa, la señora
Ingrid Zundel, a la siguiente direccion:
Ingrid Zundel
3152 Parkway #13, PMB109,
Pigeon Forge, TN 37863
USA
Sol Negro
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PROLOGO
En 1988, Ernst Zündel le pidió a Fred Leuchter que visitara Polonia para examinar "las
pretendidas cámaras de gas" en los campos de concentración de Auschwitz, Birkenau y
Madjanek. La conclusión de aquel primer Informe Leuchter fue muy clara: en ninguno de
estos campos existieron tales cámaras de gas.
En 1989, le pidió a Leuchter visitar Alemania Occidental y Austria para examinar las
pretendidas "cámaras de gas" de Dachau, Mauthausen y el Castillo Hartheim. La
conclusión del segundo informe, como el lector verá a continuación, es igualmente
claro: nunca hubo cámara de gas homicida alguna en aquellos tres lugares.
La gente ha llamado al revisionismo "la gran aventura intelectual de fines del siglo
veinte". Esta aventura realmente comenzó poco después de la Segunda Guerra Mundial
con la publicación de los trabajos de Maurice Bardeche y Paul Rassinier. Continuó en
1975 con la magistral obra, The Hoax of the Twentieth Century ("El Engaño del Siglo
Veinte") escrita por el Dr. Arthur Butz de los Estados Unidos, y en 1979 con la creación
del Instituto para la Revisión Histórica en Los Angeles. Durante la década de los
ochenta, particularmente gracias a las actividades de Ernst Zündel, el revisionismo se ha
desarrollado tanto a nivel mundial que probablemente los futuros historiadores
hablarán del revisionismo antes y después de Zündel. De alguna manera, aquellos
juicios motivados por razones políticas –que son una desgracia para Canadá–
probablemente cambiarán todo. Zündel prometió en 1985 que su juicio, aunque lo
fuese a perder, pondría al mismo Juicio de Nuremberg en tela de juicio y que los
vilipendiadores de Alemania encontrarían allí su propio "Stalingrado". Estaba en lo
correcto.
Antes de Zündel
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Antes de Ernst Zündel, los acusadores de Alemania ni siquiera pensaron en probar la
existencia de las "cámaras de gas". Trataban su existencia como "probada".
Según el exterminacionista Serge Klarsfeld:
"Está claro que durante los años posteriores a 1945 los aspectos técnicos de las
cámaras de gas eran un tema renegado debido a que nadie imaginaba que algún día
habría que probar su existencia". (Le Monde Juif, enero- marzo, 1987, p. 1)
Aunque el defendido haya confesado, los jueces nunca decidirían el cese de las
investigaciones; una confesión, para que tenga algún valor judicial, debe ser verificada y
confirmada.
Sin embargo, durante casi medio siglo nadie jamás ha cumplido con esos elementales
estándares en un caso que involucra no sólo un crimen ordinario, perpetrado por una
sola persona con un arma ordinaria (ya sea "instrumento contundente" o arma de
fuego), sino que, en cambio, es un crimen que supuestamente no tiene precedentes,
que habría sido cometido contra millones de personas, utilizando un arma
extraordinaria, nunca vista anteriormente por juez alguno en toda su vida: una "super
cámara de gas" para miles de víctimas, ¡un virtual matadero químico de operación
masiva!
Los primeros juicios contra alemanes acusados de utilizar "cámaras de gas" o
"camionetas de gas" para matar gente comenzaron en 1943 en la Unión Soviética. Éstos
continúan hasta el día de hoy en Israel, Alemania Occidental y Francia, y pronto
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ocurrirán en Australia, Canadá y Gran Bretaña. Hoy, después de 46 años de aquellos
juicios, aún no hemos tenido:
1. Ningún informe experto que llegue a la conclusión de que algún lugar concreto o
alguna camioneta específica se hayan usado en gaseamientos homicidas;
2. Ningún informe de autopsias que llegue a la conclusión de que la víctima haya sido
muerta por cianuro de hidrógeno, el gas venenoso que conforma la base del insecticida
Zyklon B;
3. Ningún informe sobre la reconstitución de una operación de gaseamiento, usando las
miles de víctimas pretendidas y los pasos supuestamente seguidos, y tomando en
consideración los peligrosos químicos utilizados;
4. Ningún relato de cualquier visita a terreno para examinar algún lugar o camioneta
sospechosos de haber sido utilizados en gaseamientos homicidas, usando las técnicas
de investigación forenses de la criminología moderna.
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días y ocho noches, asumiendo una operación continua de los crematorios. Sin
embargo, y de acuerdo con los expertos en cremación y los manuales de operación de
crematorios, ningún crematorio puede funcionar de forma continua, noche y día, de
aquella manera.
Hablemos de quienes atestiguaron en estos modernos juicios de brujas. En todos
aquellos interrogatorios se han presentado personas ofreciéndose como testigos
vivientes del "Holocausto" y de las "cámaras de gas". ¿Cómo fue que, según sus propios
relatos, escaparon de las cámaras de gas? Sus respuestas fueron muy simples: cada uno
había sido el beneficiario de un milagro. A medida de que cada sobreviviente pasaba
por uno y otro de los supuestos "campos de muerte", éste consideraba que su vida era
una serie de milagros. Los miembros de los "Sonderkommandos" rompen todos los
récords. De acuerdo a sus relatos, los alemanes usualmente también los gaseaban cada
tres meses, lo que significa que dos años en Auschwitz y Birkenau implicaría un total de
siete u ocho milagros consecutivos para aquellos campeones. Sólo en raras ocasiones
los jueces o abogados de aquellos juicios osaron traicionar su sorpresa ante tantos
milagros y tanta gente salvada por los mismos. El campeón olímpico de los
sobrevivientes a las cámaras de gas, Filip Müller, el inmortal autor de Eyewitness
Auschwitz: Three Years in the Gas Chambers , tuvo algunos problemas con esta
pregunta en el juicio de Frankfurt, pero encontró la respuesta perfecta: explicó con
desdén que las historias sobre la eliminación regular del "Sonderkommando" era una
mera leyenda. Es perturbador que jueces, historiadores y el público general se dejen
engatusar hasta tal punto por estos supuestos testigos del "Holocausto". Para Simone
Veil, antigua ministra francesa y cabeza del Parlamento Europeo, el ofrecerse ella misma
como testigo, y como prueba viviente, de la exterminación de los judíos en Auschwitz,
es la epítome de la impertinencia. Si ella es la prueba viviente de algo, es de que los
alemanes no exterminaron a los judíos en Auschwitz. Veil, su madre y una de sus
hermanas estuvieron siempre juntas: en Drancy (un campo de tránsito francés), en
Auschwitz, en Bobrek (un subcampo de Auschwitz), y en Bergen- Belsen. Fue en este
último campo donde contrageron tifus, considerada habitualmente una enfermedad
mortal en aquel momento de la historia. La madre de Veil murió allí. Al igual que sus
dos hijas, ella también sobrevivió a Auschwitz. Otra de sus hijas sobrevivió a
Ravensbrück.
Personalmente, no considero a nadie como "testigo" a menos que la persona pase
satisfactoriamente la prueba de ser examinado por ambas partes, mediante
interrogación competente e imparcial, sobre los aspectos físicos de los hechos que ésta
reporta.
Por favor léase bien lo que aquí digo: en ningún juicio ambas partes han examinado a
algún supuesto testigo referente a los aspectos físicos de los "gaseamientos" en los
cuales éste afirma haber participado o presenciado. Incluso en el juicio de Tesch y
Weinbacher, sentenciados a muerte y ejecutados por haber fabricado y vendido Zyklon
B, el testigo de la fiscalía, Charles Sigismond Bendel, sobre cuyo testimonio ambos
fueron condenados en gran parte, no pasó por ese tipo de examen (ver Zyklon B,
Auschwitz and the Trial of Dr. Bruno Tesch, The Journal of Historical Review, otoño
1983, p. 10- 23). Por principio y como táctica de defensa, los abogados de los acusados
esquivaron el tabú de las "cámaras de gas" limitándose a decir que mientras las cámaras
de gas existieron, sus clientes no gasearon a nadie.
Después de Zündel
Con la llegada de Ernst Zündel, el velo de tal truculencia fue rasgado. Este hombre tuvo
la valentía de no dejarse intimidar. Mostró que el emperador en realidad no llevaba
vestiduras. Confundió a los rufianes con su enfoque directo y sin pelos en la lengua.
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Como consecuencia, los expertos en procesos y los testigos sufrieron una severa
derrota durante su juicio. Y Ernst Zündel, moviéndose en contraofensiva, dio una lección
magistral a historiadores y jueces. Les mostró lo que ellos debieron haber hecho todo el
tiempo. Los historiadores y los jueces debieron, en cierto sentido, haber comenzado por
el principio, cosa que, como todos sabemos, es a veces muy difícil de hacer. Más que
nada tratando de establecer qué había ocurrido físicamente, Ernst Zündel costeó de su
propio bolsillo el viaje a Polonia de un estadounidense experto en cámaras de ejecución
mediante gas, junto a su equipo. Este experto, Fred Leuchter, tomó muestras del
terreno, los muros, y los pisos de las supuestas cámaras de gas y las hizo analizar por
un laboratorio americano.
Describí en otra parte cómo los expertos y los testigos de la fiscalía fueron dirigidos
durante los juicios de Toronto en 1985 y 1988 (ver The Zündel Trials (1985 and 1988) ,
Robert Faurisson, The Journal of Historical Review, invierno 1988 - 1989, pp. 417- 431).
No volveré a aquel tema. Sólo quiero dejar en claro que esta apreciación no es
simplemente mi propia versión subjetiva. La prueba de que digo la verdad está en que
en el juicio de 1988, el experto exterminacionista número uno, Raul Hilberg, el "Papa"
de la Leyenda del Holocausto, rehusó volver a testificar debido a que aún tenía
dolorosos recuerdos de su derrota en 1985 en manos del abogado defensor de Zündel,
Douglas Christie. Esto lo dijo en una carta dirigida al Fiscal John Pearson, misiva que
debió permanecer confidencial pero sobre la cual la defensa escuchó hablar y causó que
se hiciera pública. El Dr. Rudolf Vrba, el otro testigo estrella del juicio de 1985, tampoco
volvió para el juicio de 1988. El Fiscal Pearson, al ser interrogado por el Juez Ron
Thomas sobre si vendrían algunos "sobrevivientes", tuvo que responder
vergonzosamente (yo estaba presente) que esta vez no lo harían.
Debido a mi lástima por ellos, no me referiré aquí (como ya lo hice en el artículo antes
mencionado) a las declaraciones hechas en 1988 por el representante de la Cruz Roja
Charles Biedermann, un hombre aparentemente honesto e inteligente que, sin embargo,
frecuentemente daba respuestas evasivas y que conducían a errores, y por el Profesor
Christopher Browning, quien diera una alarmante muestra de lo que puede ser un
profesor universitario norteamericano: confuso, ignorante, ilimitadamente iluso, amante
del dinero y sin escrúpulos. En él vimos a un profesor universitario que aceptó $150 por
hora del bolsillo del contribuyente canadiense para venir a Toronto a destruir y ayudar a
encarcelar a un sólo hombre - Ernst Zündel - por publicar en Canadá un ensayo de 14
años de antigüedad que había sido distribuido de forma gratuita en Gran Bretaña y en el
propio país de Browning.
Para mí, uno de los principales resultados del primer Informe Leuchter fue simplemente
dejar muy en claro un hecho sencillo: que ningún estudio forense experto había sido
previamente realizado acerca del "arma" utilizada para efectuar el crimen del
"Holocausto". Desde que su informe fuera hecho público en abril de 1988, Leuchter no
ha encontrado siquiera a una persona, incluyendo a aquellos que han manifestado su ira
hacia sus descubrimientos, que pudiera refutar su informe mediante alguna otra
investigación previa (no me refiero aquí, por supuesto, a los informes expertos
encargados por el Magistrado Jan Sehn de Polonia, informes que no tienen nada que ver
con el tema). En cuanto a quienes critican algunas partes del Informe Leuchter, les invito
a hacer su propia investigación y obtener sus propios informes de laboratorio.
Aún queda una solución esbozada por el mismo Fred Leuchter en un artículo entregado
en Los Angeles en febrero de 1989, durante la Novena Convención Internacional del
Institute for Historical Review: el establecimiento de un comité internacional de expertos
en el problema de las cámaras de gas. Ya en 1982, el historiador francés Henri
Amouzoux, con quien había yo discutido mi investigación, me confió que esperaba una
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solución de esta índole. Me contó en muchas palabras que lo que deseaba era una
comisión "internacional", definitivamente no una comisión "nacional", ya que los
franceses parecen incapaces de cualquier objetividad frente a la cuestión de las cámaras
de gas.
Las autoridades polacas, a menos que desarrollen un súbito apetito por la Glasnost, se
opondrán con todas sus fuerzas a cualquier cuestionamiento de esta índole, así como
se han opuesto a todo normal acceso a los archivos del Museo Estatal de Auschwitz,
especialmente a los registros de muertes (Totenbücher ) dejado por los alemanes, que
nos pudiera dar una idea del número real de aquellos que murieron en Auschwitz y la
causa de estos decesos. En 1987, Tadeusz Iwaszko, el director de Archivos del Museo
de Auschwitz, le contó al periodista francés Michel Folco (en presencia del farmacéutico
Jean- Claude Pressac, uno de los amigos de Serge Klarsfeld) que "si realizáramos
excavaciones que no descubriesen alguna prueba sobre la existencia de las cámaras de
gas, los judíos nos acusarían a nosotros, los otros polacos, de haber escondido la
evidencia". [Nota: el 8 de agosto de 1989, Ernst Zündel le escribió a Michel Gorbachov,
informándole que se había enterado de la captura del registro de muertes de Auschwitz
por la Unión Soviética durante el testimonio que el delegado de la Cruz Roja Charles
Biedermann diera en el juicio. Pedía permiso para acceder a estos registros y sugería
que sería un gesto de buena voluntad si aquellos fuesen liberados. Quizás en una feliz
coincidencia, la Unión Soviética liberó los registros un mes y medio más tarde].
Es muy posible que el primer Informe Leuchter permanezca por mucho tiempo como la
primera y última palabra acerca de las cámaras de gas en Auschwitz, Birkenau y
Majdanek. Como esfuerzo pionero, ha abierto un campo de investigación
particularmente fértil para que otros lo puedan seguir y expandir.
El Segundo Informe Leuchter es también un trabajo pionero, esta vez sobre la cuestión
de las supuestas cámaras de gas en Dachau, Mauthausen y Hartheim.
No acompañé a Leuchter y a su equipo a Auschwitz, Birkenau o Majdanek, pero había
pensado desde 1977 que las cámaras de gas norteamericanas que funcionaban con gas
de cianuro debían ser estudiadas para saber lo absurdo de las supuestas cámaras de
gas alemanas que, se decía, utilizaban Zyklon B, un insecticida cuya base es hidrógeno
de cianuro. Esperaba, realmente sin creer en ello, que algún día un experto en las
cámaras de gas norteamericanas visitara Auschwitz y realizara el tipo de estudio físico y
químico que debió haber sido realizado para cualquier consulta histórica o judicial
honesta.
En 1979, mientras ocurría la primera convención internacional del Institute for Historical
Review, yo mismo le mencioné la idea a varias personas, especialmente a Ernst Zündel.
En los años que siguieron, abandoné toda esperanza. Debo decir que incluso entre
algunos revisionistas no encontré demasiado interés en mi idea. Quizás parecía
demasiado atrevida o poco realista, pero Ernst Zündel no abandonó ni aquella idea, ni la
esperanza de tener éxito. En el prefacio del primer Informe Leuchter, relaté cómo
gracias a Ernst Zündel y a la abogada canadiense Barbara Kulaska tuve la posibilidad de
encontrarme con Fred Leuchter en Boston, y cómo la expedición a Polonia fue
organizada. www.nuevorden.net
Fui parte del equipo de Leuchter para la expedición hacia Alemania Occidental y Austria.
En el informe que están a punto de leer, Fed Leuchter nos da toda la información de
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importancia sobre los miembros de aquel equipo y acerca de la naturaleza y los
resultados de su misión.
- Dachau-
Desde 1945 hasta 1960, la propaganda Aliada y sus cortes nos dijeron que en Dachau,
Mauthausen y Hartheim se habían utilizado cámaras de gas homicidas. Aparentemente,
no faltaban evidencias que probaran aquel hecho. Se hacía especial énfasis sobre la
"cámara de gas" de Dachau y sus víctimas. La propaganda norteamericana era tan
abundante que, si hoy en día existe algún país en el mundo donde los "gaseamientos"
en Dachau son considerados tan reales como la existencia de las pirámides de Egipto,
es en Estados Unidos.
Uno de los días decisivos en el juicio- show de Nuremberg fue aquél en que la fiscalía
exhibió una película sobre los campos de concentración alemanes. El mayor horror
sobrevino al mostrar las tomas de la "cámara de gas" en Dachau. El narrador explicaba
el funcionamiento de la maquinaria que supuestamente gaseaba "probablemente a un
centenar de hombres a la vez". No podemos dejar de enfatizar cuánto fue lo que aquel
segmento - 6,000 pies de película seleccionados de entre los 80,000 pies que habían
sido filmados- cautivó e infuenció la imaginación de las personas, incluyendo a la
mayoría de los defendidos alemanes. Es muy posible que los dos eventos que más
ayudaron a agitar la opinión pública contra los derrotados alemanes fueran, primero, la
exhibición de aquella película, y segundo, la especie de confesión pública hecha ante el
tribunal por Rudolf Höss, "el Comandante de Auschwitz". Hoy sabemos que esta
confesión fue "dictada". La substancia de aquella fue inventada por la imaginación
enferma de uno de los hombres que torturaron a Höss tras su captura, un judío
británico (ver How the British Obtained the Confession of Rudolf Höss, Robert Faurisson,
The Journal of Historical Review, invierno de 1986 - 1987, pp. 389 - 403).
Pero la historia de los "gaseamientos" en Dachau también fue inventada de la nada.
Tuvimos que esperar hasta 1960 para que los embusteros lo admitieran. El 19 de
agosto de 1960, en Die Zeit, el notorio Martin Broszat admitió que nunca habían habido
gaseamientos homicidas en Dachau. Dos años antes, aquel mismo historiador, para su
eterna vergüenza, había publicado la "confesión" de Rudolf Höss, supuestamente escrita
en prisión después de que Höss había sido entregado por los ingleses a los comunistas
polacos. Al hacerlo, la había presentado como genuina y confiable, aunque estas
"confesiones" eran esencialmente las mismas confesiones obtenidas por los ingleses, y
no eran más que una reorganizada y expandida versión de las invenciones de los
británicos, ¡con un poco más de aliño polaco! (En 1972, Martin Broszat se convirtió en
director del Instituto de Historia Contemporánea de Munich, un instituto de propaganda
semi- oficial del estado alemán occidental).
Hoy, cada uno de aquellos que visitan la "cámara de gas" en Dachau puede leer, sobre
un panel móvil, la siguiente declaración escrita en cinco idiomas: “CAMARA DE GAS -
disfrazada como "cuarto de duchas" - nunca fue utilizada como cámara de gas.” Debido
a que el panel es móvil, los realizadores de películas que sensacionalizan la maldad, al
igual que otros mentirosos profesionales, pueden correrlo fuera de vista y filmar o
fotografiar este cuarto desde todos los ángulos, manteniendo insistentemente que fue
una cámara de gas verdaderamente utilizada para gasear prisioneros.
Me asombra el cinismo de los oficiales del Museo de Dachau y la ingenuidad de los
visitantes del museo. Las palabras sobre el panel realmente no significan nada. En
1980, en mi Mémoire en defense contre ceux qui máccusent de falsifier l´histoire
(1980, p. 197- 222), creo haber ilustrado este punto. Relaté cómo había puesto en
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aprietos a Barbara Distel, la Directora del Museo, y al difunto Dr. Guerisse, entonces
Presidente del Comité Internacional de Dachau, cuyas oficinas centrales están en
Bruselas, al preguntarles por qué llamaban a esta pieza "cámara de gas". Cuando la
gente le preguntaba a aquellos dos cómo fue que los alemanes no encontraron el
tiempo suficiente para terminar esa pequeña cámara de gas que comenzaran en 1942,
decían que los prisioneros utilizados en su construcción o la saboteaban, o se
rehusaban a trabajar en ella. Pero, ¿cómo podían aquellos prisioneros, quienes nunca en
sus vidas pudieron haber visto algo que no existía en ningún lugar del mundo (una
cámara de gas para 100 personas a la vez), cómo podían ellos saber, al momento que
comenzaban a trabajar, que una vez que la cámara estuviese lista, habrían construido
una cámara de gas homicida? ¿Tenemos aquí otro milagro más, uno de adivinación
interpersonal y telepatía mental? ¿Acaso los detalles sucesivos del trabajo de los
prisioneros fueron transmitidos durante tres años? ¿Les dieron los alemanes una misión
ultrasecreta, sin estar preocupados de terminar este instrumento de asesinato, si la
matanza de internos era una política alemana para la "Solución Final"? Más aún, ¿cómo
sabían Barbara Distel y el Dr. Guerisse que este cuarto era una cámara de gas
inconclusa? ¿Pueden explicarnos qué más necesita esta pequeña cámara de gas
"inconclusa" para poder ser completada? ¿Dónde obtuvieron su información técnica?
¿Poseen planos para la construcción de "cámaras de gas" entre sus archivos? ¿Habrán
visto ya alguna cámara de gas "completa"? ¿Dónde y cuándo? www.nuevorden.net
En el momento de nuestra visita a Dachau, el 9 de abril de 1989, Fred Leuchter, Mark
Weber y yo fuimos filmados en vídeo por el camarógrafo Eugen Ernst, primero en la
cámara de gas, y posteriormente, después de abandonarla, en una especie de plaza de
armas en el exterior. Fue sobre aquella plaza de armas que decidimos grabar nuestros
comentarios acerca de nuestra visita. Los turistas que recién habían visitado el cuarto
nos vieron ya algunos se detuvieron a escucharnos. Fred Leuchter pudo hacer su
informe en paz, excepto por un incidente no muy grave provocado por un turista que de
modo agresivo me preguntó si acaso poníamos en duda la veracidad de la "cámara de
gas". Evadí la pregunta y se fue. Cuando fue el momento de que Mark Weber y yo
comentáramos en cámara nuestra visita, los turistas se empezaron a juntar en números
bastante grandes. Algunos mostraban un poco de nerviosismo. Pudimos haber
interrumpido nuestro informe y haberlo continuado en algún otro lugar del campo, pero
decidí permanecer donde estábamos y tratar de aprovechar la situación. Después de
todo, teníamos delante de nosotros el mejor auditorio posible: todos ellos acababan de
"ver una cámara de gas" y más tarde probablemente le dirían a sus amistades: "Nadie
puede negar la existencia de las cámaras de gas. Yo mismo he visto una en Dachau."
Entonces procedí a entablar un improvisado debate con los visitantes. Señalé que no
habían visitado una cámara de gas en absoluto, sino simplemente un cuarto el cual la
Sra. Distel, directora del Museo, había designado como tal. Al hacer esto, ella había
hecho una seria acusación para la cual no presentaba prueba alguna (las pocas fotos y
documentos que colgaban en una pieza contigua a la pretendida cámara de gas no
probaban nada en absoluto). Pero, ¿quién se atrevería a pedirle alguna prueba? Nadie,
aparentemente. Previne a aquellos turistas de no sentirse tentados de ir y relatar a su
círculo familiar que habían visto una cámara de gas en Dachau. En realidad, no habían
visto nada parecido. En medio de mi presentación les hice saber que en lo que nos
concierne a nosotros como revisionistas, no habían existido tales cámaras de gas
homicidas en ninguna parte, incluyendo Auschwitz, ni habría habido política alemana
alguna para exterminar a los judíos.
El hecho completo empezó a parecer como una especie de "acontecimiento". Algunos
visitantes reaccionaron de manera furiosa, otros concordaban con nosotros. Todos ellos
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parecían o indignados, o interesados. Un joven alemán pensaba que yo merecía ser
arrojado en prisión por aquellos planteamientos. Aquellos más hostiles escapaban de la
manera habital "Cámaras de gas o no, da lo mismo". Este es un argumento el cual yo,
como francés, particularmente disfruté, puesto que en Francia Jean- Marie Le Pen había
sido severamente condenado por los tribunales, en respuesta a quejas de parte de
grupos judíos, por haber dicho exactamente la misma cosa.
La mágica "cámara de gas" es la columna central de la religión del "Holocausto". No son
los revisionistas sino más bien los adherentes a esta religión quienes hacen todo el
alboroto sobre de las cámaras de gas. Consecuentemente, debemos pedirles alguna
explicación por su apego a la cámara de gas. Por supuesto, deben aferrarse a ésta,
puesto que sin un medio de destrucción específico, se vuelve imposible el probar la
existencia de una destrucción sistemática y específica de los judíos. Sin la cámara de
gas, no hay genocidio. Y, sin genocidio, la historia de la comunidad judía se asemeja al
sufrimiento de todas las demás comunidades humanas acaecidas durante la Segunda
Guerra Mundial.
Eugen Ernst pudo grabar gran parte de este acontecimiento, el cual me permitió dar mi
primera presentación pública en Alemania sobre el tabú de las "cámaras de gas" y el
pretendido "genocidio", justo al frente de la falsa cámara de gas de Dachau, uno de los
lugares más importantes utilizados por quienes proponen la Gran Mentira del
Holocausto.
- Mauthausen-
Durante aquella misma visita también quise saber por qué no mostraban, ya fuera en la
“cámara de gas” misma o en el museo, algún documento o informe experto que probara
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que lo que parecía un cuarto de baño era en realidad una cámara de gas homicida. El
director del campo se atrevió a contestar que el texto de un informe experto de hecho
se encontraba en exhibición en la cámara de gas misma. Esto no era cierto. Tuvo que
volver e informarme acerca de un informe experto que podía hallarse en Linz, pero no
dio mayores detalles al respecto. Está claro que, si hubiese tal informe experto, sería
reimpreso en todos los trabajos dedicados a Mauthausen y que sería mencionado en
todas las bibliografías del “Holocausto”.
Durante nuestra inspección de Mauthausen el 10 de abril de 1989, ocurrió un incidente
que involucró a las autoridades del campo. Visitamos el lugar a tempranas horas de la
mañana para permitirle a Fred Leuchter tomar muestras sin demasiados riesgos. Apenas
hubo terminado su tarea (la que generó gran cantidad de ruido) un grupo de visitantes
comenzaron a recorrer la "cámara de gas". Eran en su mayoría niños provenientes de
escuelas donde son adoctrinados sistemáticamente para sentir vergüenza y odio por lo
que las anteriores generaciones de alemanes y austriacos supuestamente habrían hecho
durante la guerra (Austria es el lugar de residencia elegido por el más bien odioso
Simon Wiesenthal). Los guías, fueran oficiales del museo o maestros, hablaban
largamente acerca de cómo funcionaba, dando las habituales y típicas explicaciones
encontradas en la "literatura del Holocausto" popular que se contradecía en muchos
puntos.
Sin advertencia alguna, Mark Weber y yo, bajo el observante ojo de la cámara encendida
de Eugen Ernst, comenzamos a formular preguntas al guía de turistas del museo que
parecía ser el de mayor rango en la escena. Después de haber estado muy seguro de sí
mismo en un comienzo, el pobre hombre, bombardeado de preguntas, finalmente tuvo
que admitir que nadie sabía mucho acerca de cómo aquella “cámara de gas” habría
funcionado. Parecía que a través de los años la historia había adquirido formas
extremadamente variadas. Le habían dado a los visitantes tres consecutivas versiones
contradictorias sobre el proceso de gaseamiento:
Versión No.1:
El gas emanaba del techo a través de los cabezales de las duchas (aún existentes):
Aquella versión, nos dijo el oficial, fue desechada cuando la gente notó que,
considerando lo bajo del techo, las víctimas simplemente pudieron haber puesto sus
manos sobre los cabezales para bloquearlos y prevenir la propagación del gas;
Versión No.2:
El gas emanaba del techo y era ventilado al momento de la extracción del aire a través
de una especie de abertura de chimenea, aún existente, ubicada en el lado oeste. El
oficial no fue capaz de decirnos por qué aquella versión de la historia también había
sido desechada;
Versión No.3:
El gas emanaba a través de una delgada cañería perforada, ubicada sobre la muralla
este, a unos 80 centímetros del suelo. Es decir, provenía de una parte de la habitación
diametralmente opuesta a aquella donde habría estado en la Versión No.2. Ya no existe
ningún indicio de aquella cañería, o ni siquiera de la abertura a través de la cual
supuestamente venía desde la habitación contigua donde el gas era generado. Este
cuarto adyacente, sin embargo, estaba completamente vacío y no contenía nada que
diera pista alguna sobre su posible utilización.
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Todo aquello ya era preocupante, pero quizás lo más perturbador era que la explicación
completa grabada sobre una placa de metal dentro de la cámara de gas era aquella de la
Versión No.2. Le mencioné esto al oficial, quien explicó que el texto de la placa era un
error, que el procedimiento allí explicado ya no era el correcto. Observé que la Versión
No.3, aquella considerada actualmante como auténtica, tenía el problema de ser en
extremo improbable físicamente. Ya que estaba ubicada a 80 centímetros del suelo,
esta cañería perforada, aún si hubiese estado parcialmente empotrada a la muralla para
resistir la presión de los cuerpos allí dentro, hubiera sido bloqueada por los cuerpos de
las víctimas aglomeradas dentro de la cámara de gas. ¿Cómo se hubiese esparcido el
gas de manera normal en la "cámara de gas" para poder dar muerte a todas las víctimas
a través de la totalidad de la habitación? El oficial dijo finalmente que él no era un
científico y que su explicación era aquella dada en el libro escrito por... Hans Marsalek.
Pocos minutos después de que el guía del tour del museo se había marchado, dos
oficiales de policía (¿?) aparecieron, ordenándonos detener toda filmación. Nos
informaron que podíamos fotografiar todo Mauthausen excepto... ¡la "cámara de gas" y
el horno crematorio! Sin embargo, no había ningún anuncio que dijera esto a los
turistas. En cualquier caso, miles de visitantes fotografiaron aquellos dos lugares sin
ninguna advertencia por parte de las autoridades del campo.
En Mauthausen tuve la sensación de que las autoridades del campo vivían en una
especie de pánico. Parecían estar obsesionados por el progreso del revisionismo en
Austria y por el trabajo revisionista de gente como Emil Lachout, Gerd Honsik y Walter
Ochensberger. (Dicho sea de paso, me gustaría rendir homenaje a la memoria de otro
austriaco, Franz Scheidl. Durante los años 60, él mismo publicó y costeó una serie
completa de estudios bajo el título general de Geschichte der Verfemung Deutschlands
["Historia de la Difamación de Alemania"]. Ha permanecido largamente desconocido,
incluso para muchos revisionistas).
- El Castillo Hartheim -
El Castillo Hartheim puede divisarse a gran distancia, debido a que se encuentra erigido
en medio de un llano. Como área que supuestamente sirvió de escenario para el más
secreto de los crímenes, ocultarlo se hace realmente imposible. Aquel castillo fue, antes
y después de la guerra, una especie de asilo, lo que continua hasta nuestros días.
Contiene una pequeña habitación de aspecto inofensivo, la cual le hace a uno
preguntarse por qué los practicantes de la Gran Mentira decidieron llamarla "cámara de
gas homicida". Es una de las invenciones más insultantes e incomprensibles de la
religión del "Holocausto". Hoy puedo visualizar solamente un uso para ella: a quienes se
mofan de las supersticiones religiosas del pasado como si nuestra época fuese más
iluminada e inteligente que las de siglos más distantes, gustoso les diría: "Vayan a
visitar la cámara de gas en el Castillo Hartheim y luego vengan a decirme si no se
sienten humillados por haber sido tratados como imbéciles por la gente que se atreve a
decir que fue alguna vez una cámara de gas". No conozco publicación alguna que
reproduzca una foto de aquella minúscula "cámara de gas". Fue identificada como tal
por Hans Marsalek, en la versión inglesa de la confesión que supuestamente obtuviera
de Franz Ziereis, Comandante de Mauthausen, en relación a: "grandes instalaciones de
gaseamiento donde, según cálculos de Ziereis, entre 1 y 1,5 millones de personas
fueron muertas". [¡!] www.nuevorden.net
La Intifada Revisionista
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La actual confusión de los defensores del "Holocausto" ha tenido algunos efectos
curiosos. Hasta el final de los años 70, creían que para Auschwitz, Birkenau y otros
campos ubicados en Polonia poseían pruebas sólidas sobre la existencia de las cámaras
de gas y, por consecuencia, del genocidio de los judíos. Hasta aquel entonces llegaron
incluso a decir que habían algunas exageraciones y que los campos ubicados fuera de la
actual Polonia probable o ciertamente no contaban con ninguna cámara de gas.
Al comienzo de los años 80, a causa de los escritos revisionistas, las cámaras de gas en
Polonia y particularmente aquellas en Auschwitz y Birkenau parecían ser cada vez más
dudosas. Esto produjo entonces una reacción motivada por el miedo. En un movimiento
comparable con aquellos fundamentalismos religiosos o políticos, los
exterminacionistas llamaron a volver a la fe y a las doctrinas originales.
"Reestablecieron" las cámaras de gas que habían sido abandonadas. Se propusieron
reafirmar que realmente sí hubo cámaras de gas en Mauthausen, Sachsenhausen,
Ravensbrück, Neuengamme, Struthof - Natzweiler, y quizás también en Dachau. Aquí me
refiero al libro de Adalbert Rückerl, Hermann Langbein, Eugen Kogon y otros 21
escritores: NS- Massentötungen durch Giftgas, (Fischer Verlag, 1983).
En lo que respecta a Mauthausen, algunas personas, incluyendo a Claude Lanzmann y
Yehuda Bauer, llegaron al punto de retractarse de su relato. En 1982, Bauer escribió
claramente que "ningún gaseamiento se llevó a cabo en Mauthausen". Lanzmann fue
igual de claro. En 1986, durante un amargo debate sobre el asunto Roques en Europa 1
(una cadena de radio francesa), corrigió al miembro del gabinete Michel Noir, quien
había mencionado la cámara de gas de Mauthausen. Lanzmann contradijo firmemente al
Ministro en este punto: nunca habría existido una cámara de gas en aquel campo. Pero
todo ello no impidió a este par de personajes declarar pocos años después que en
realidad sí habría habido una cámara de gas en Mauthausen (para la retractación de
Bauer, ver páginas 33- 34 del absurdo libro publicado en Viena en 1989, por el
Dokumentations- archiv des österreichischen Widerstandes bajo el título Das Lachout -
"Dokument", Anatomie einer Falschung . En lo concerniente a la retractación de
Lanzmann, leer su carta publicada en Le Monde Juif, julio - septiembre de 1986, p. 97).
Todas esas contradicciones y súbitos cambios de dirección y explicaciones
constantemente alteradas suman una prueba más al hecho de que la “cámara de gas” y
el “genocidio” no son nada más que un mito. Un mito que constantemente muta bajo la
influencia de las opiniones dominantes y de las necesidades del momento.
Los exterminacionistas de hoy tienen sólo dos refugios restantes, dos puntos donde
esperan ser capaces de anclar su fe: el "camión de gas" y "Treblinka". Referente al
primer punto, les puedo decir que el francés Pierre Marais pronto publicará un estudio
titulado Le Mythe des camions a gaz (El Mito de los Camiones de Gas). Sobre el segundo
punto, puedo contarles que perderán "Treblinka" de la misma manera en que perdieron
"Auschwitz".
Los promotores del "Holocausto", en un futuro predecible, conservarán su dinero, su
poder, su capacidad para producir películas, para realizar ceremonias, para construir
museos, pero aquellas películas y ceremonias y museos cada vez estarán más
desprovistos de significado. Aún serán capaces de encontrar más y más formas de
reprimir a los revisionistas a través de ataques físicos, campañas de prensa, pasar leyes
especiales, e incluso el asesinato. Cincuenta años después de la guerra continuarán
persiguiendo todos aquellos a quienes llaman "criminales de guerra" mediante juicios
fraudulentos. Los revisionistas les responderán con estudios históricos y forenses, con
libros eruditos y técnicos. Aquellos libros y estudios serán nuestras piedras, en esta,
nuestra Intifada intelectual.
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Los judíos tendrán que elegir una opción: o seguir el ejemplo de aquellos pocos entre
ellos que han sido lo suficientemente valientes y honrados como para denunciar la Gran
Mentira, o pueden apoyar las melodramáticas actividades de gente como Elie Wiesel y
Samuel Pisar y las vergonzosas cacerías de brujas llevadas a cabo por gente como
Simon Wiesenthal y el O.S.I. en los Estados Unidos.
David Irving, en apoyo a la posición Revisionista en 1988, dijo recientemente:
"La comunidad judía tiene que examinar sus conciencias. Han estado propagando algo
que no es verdad." (The Jewish Chronicle, Londres, 23 de junio de 1989)."
Yo no hubiera podido decirlo mejor.
Introducción
En marzo de 1989 fui encomendado por el Sr. Ernst Zündel de Toronto, Canadá, para
investigar tres (3) supuestas cámaras de ejecución a gas y crematorios en Alemania y
Austria. Estas locaciones, supuestamente operadas por los alemanes durante la Segunda
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Guerra Mundial, eran Dachau, en Alemania, y Mauthausen y el Castillo Hartheim, ambas
cerca de Linz, Austria.
Los hallazgos de estas investigaciones y análisis forenses en Dachau, Mauthausen y
Hartheim trajeron como resultado un informe ingenieril y un estudio forense sobre la
eficacia de las instalaciones antes mencionadas para funcionar como cámaras de
ejecución a gas. Aunque muchos historiadores establecidos parezcan aceptar ahora que
estas instalaciones nunca funcionaron como cámaras de ejecución a gas, el Sr. Zündel
quiso disipar cualquier duda posterior y probar científicamente, más allá de toda
interrogante, si estas instalaciones fueron o no usadas, y si realmente era factible el que
hubiesen sido utilizadas como instalaciones de ejecución a gas. Como resultado de la
dirección del Sr. Zündel, me hice cargo de la investigación y evaluación científicas. El día
domingo 9 de abril de 1989 llegué a Dachau con el siguiente equipo: Carolyn Leuchter
como secretaria/técnico; el Dr. Robert Faurisson, consejero y consultor; Mark Weber,
historiador y autor de historia europea contemporánea; Tijuda Rudolf, intérprete; Steven
Devine, técnico; Eugene Ernst, camarógrafo; y Kenneth Ernst, camarógrafo asistente. Al
día siguiente, el lunes 10 de abril, inspeccionamos Mauthausen y el Castillo Hartheim,
cerca de Linz, Austria. Este informe y mis hallazgos son el resultado de estas
investigaciones llevadas a cabo en Dachau, Mauthausen y Hartheim.
Propósito
Antecedentes
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El investigador principal y autor de este informe es un ingeniero, especialista en el
diseño y la fabricación de instalaciones de ejecución, quien ha trabajado
específicamente diseñando instalaciones en los Estados Unidos para ser utilizadas en la
ejecución de personas condenadas por medio del gas hidrógeno de cianuro (gas "Zyklon
B").
El investigador ha inspeccionado las supuestas cámaras de ejecución a gas en Polonia,
siendo el autor de un informe sobre estas instalaciones: An Engineering Report on the
Alleged Execution Gas Chambers at Auschwitz, Birkenau and Majdanek, Poland (1988,
Samisdat Publishers Ltd.). El autor ha sido reconocido por una Corte canadiense como
experto en tecnología de cámaras de gas, testificando la no existencia de instalaciones
de ejecución a gas en dichos lugares.
El investigador ha inspeccionado las instalaciones en Dachau, en Alemania, y en
Mauthausen y el Castillo Hartheim, en Austria, tomando medidas y muestras forenses.
Más aún, adquirió los folletos impresos oficiales, publicados y ofrecidos en venta por
los tres (3) museos de aquellos lugares, revisando esta literatura. También revisó la
literatura sobre los procesos de desparasitación mediante cianuro de hidrógeno ("Zyklon
B").
Alcance
Sinopsis y Descubrimientos
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Metodología
El Informe Leuchter
El Informe Leuchter , el cual formó la base del experto testimonio del autor durante el
juicio a Ernst Zündel, en Toronto, Ontario, otorgado el 20 de abril de 1988, es un
estudio de las supuestas instalaciones de gaseamiento existentes en Auschwitz,
Birkenau y Majdanek, Polonia. Este informe contiene la documentación definitiva para
los propósitos de aplicación del hidrógeno de cianuro, "Zyklon B", en cámaras de gas, el
diseño de fumigación y sus procedimientos, el diseño de cámaras de ejecución por gas
y protocolo, cámaras de gas norteamericanas, efectos médicos y tóxicos del hidrógeno
de cianuro, una breve historia de las supuestas cámaras de gas alemanas con un énfasis
en las características del diseño, y una consideración de la tecnología crematoria,
incluyendo una discusión de los niveles máximos estimados de cremación.
Adicionalmente, hay una discución de consuderaciones forenses de los compuestos de
cianuro y los crematorios.
Los materiales contenidos en los párrafos anteriores del Informe Leuchter (1988) son
un complemento necesario para el presente informe.
- Dachau -
La supuesta instalación de ejecuciones en Dachau se encuentra ubicada en un edificio
llamado "Baracke X". Esta instalación fue erigida en 1942 y contenía un crematorio
consistente en cuatro (4) recámaras. Fue construido primeramente como reemplazo del
más antiguo y pequeño crematorio cercano de dos (2) recámaras. La instalación también
albergaba una morgue, cubículos de fumigación (cámaras de desparasitación), áreas de
trabajo relacionadas y un cuarto identificado por el signo sobre la puerta que se lee
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"Brausebad" (cuarto de duchas). Es este cuarto de duchas el que ha sido supuesto como
cámara de gas y del cual los turistas hoy son informados que era la "cámara de gas".
La supuesta cámara de gas tiene un área de unos 427 pies cuadrados y un volumen de
unos 3246.7 pies cúbicos. Originalmente era un cuarto de duchas pero parece haber
sido modificado en algún momento posterior a la captura de Dachau por los
Americanos. El cielo actual tiene unos 7.6 pies de altura y contiene diecisiete (17)
pseudo- terminales de ducha, fabricadas de lo que parecieran ser láminas de zinc
soldadas. Además, contiene ocho huecos para guarniciones de alumbrado, las cuales no
son a prueba de explosiones. También contiene dos (2) supuestas bocas de entrada
(descargas) del gas con rejillas internas de 15.75 x 27.25 pulgadas las que están
soldadas abiertas hacia el exterior. Esta supuesta cámara de gas también contiene un
conducto de ventilación claramente añadido después de su construcción. Las murallas
son de baldosa y el cielo de concreto está pintado blanco. Existen dos (2) drenajes en el
suelo de 20.5 x 26 pulgadas conectados a los otros drenajes de suelo del edificio y del
campo. Tiene dos (2) puertas provistas con empaquetaduras, como otras muchas
puertas europeas.
Según la construcción, pareciera que la supuesta cámara de gas fue originalmente un
cuarto de duchas, al igual que se encontrara en todos los otros campos investigados.
Los pseudo- terminales de ducha están fabricados de láminas de metal, consistiendo en
un cilindro y un cono con cabezal de surtidor como las que se encuentran en las
regaderas de jardín. El extremo está sellado y no tiene rosca. No se encuentran
conectadas, ni son capaces de ser conectadas a ningún sistema de cañerías. Están
diseñadas para parecer duchas funcionales cuando son observadas desde abajo. El cielo
con estas duchas falsas parece haber sido agregado en un momento posterior a la
construcción original, aparentemente después de la captura del campo. El cielo está
fabricado de concreto, moldeado alrededor de las falsas duchas. Es la típica
construcción de bloque de concreto en suspensión. El Documento No. 47 del 79º
Congreso, 1ª Sesión, de los EEUU, incluye una investigación sobre Dachau. En este
documento, la cámara de gas es descrita como teniendo un cielo de 10 pies con
dispositivos de bronce para introducir el gas a la cámara. El presente cielo, como fuera
notado, tiene sólo 7,6 pies de altura y ninguna de las bocas de entrada de gas descritas
en el Documento No. 47.
Directamente sobre el cuarto de duchas se encuentran las cañerías de vapor y
calefacción, lo cual coincide con el diseño normal y correcto para proveer el sector de
las duchas con agua caliente. Estas cañerías hoy ya no pueden ser vistas en el cuarto de
duchas. Su existencia, sin embargo, puede ser confirmada al observar las cañerías
entrar al área del cuarto de duchas desde un pasillo fuera de los límites, y que son sólo
visibles desde una ventana trasera del edificio. Es de un diseño inepto y
extremadamente peligroso el disponer cañerías de vapor caliente y de alta presión
sobre una cámara que contiene gas potencialmente explosivo. En un extremo de la
cámara el ducto de ventilación fue claramente añadido. Los ductos que suponen ser las
bocas de entrada para el "Zyklon B", no muy diferentes a los ductos para los
incineradores de basura de los departamentos, fueron obviamente añadidos después de
la instalación original de las baldosas. Estas dos modificaciones son claramente
discernibles a partir del irregular reemplazo de las baldosas interiores y del ladrillo
exterior. En un extremo del cuarto se encuentran dos (2) cajas eléctricas con rejillas,
algo que no debiera estar en una habitación que contiene gas potencialmente explosivo.
No hay manera de sellar el cuarto para prevenir las fugas de gas y no existe un sistema
para hacer salir el gas después de su uso, ni tampoco algún conducto de ventilación
apropiado (la norma es un mínimo de 40 pies). Las puertas no son a prueba de gas, ni
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siquiera a prueba de agua. Sólo son resistentes al agua. No existe ningún sistema para
evaporar (calentar) o distribuir un gas hacia la cámara o dentro de ella. La utilización del
ducto incorrectamente diseñado para la entrada del "Zyklon B" prevendría la apropiada
evaporación del gas desde las pastillas de "Zyklon B" debido a la insuficiente exposición
del área de superficie. La mayoría, si es que no todas las pastillas de "Zyklon B", habrían
permanecido en el mecanismo de descarga debido al insuficiente movimiento angular
de la descarga para las pastillas del gas.
En un letrero puesto dentro de la supuesta cámara de gas, los encargados del museo
señalan: "CAMARA DE GAS - disfrazada como 'cuarto de duchas' - nunca usada como
cámaras de gas". Un examen de la supuesta cámara de gas muestra claramente, sin
embargo, que esta instalación fue construida como cuarto de duchas, y que fue
utilizada exclusivamente como tal. Las modificaciones al cuarto que incluyen la
añadidura del cielo, los falsos cabezales de ducha, la toma de aire y las bocas de
entrada para el gas fueron hechas en tiempos muy posteriores a aquellos de la
construcción original de la "Baracke X" y del cuarto de duchas, y por personas y razones
desconocidas por el autor. Ninguna muestra fue tomada en esta locación debido al
enorme tránsito de turistas dentro de la supuesta cámara de gas.
Para efectos de archivo, esta supuesta cámara de gas pudo sólo haber contenido a
cuarenta y siete (47) personas utilizando la regla de inclusión de nueve (9) pies
cuadrados aceptada como norma de práctica ingenieril para los sistemas de manejo de
aire. Sin un sistema de escape ni ventanas, requeriría al menos una semana ventilar por
medio de convección. Esta estimación está basada en las cámaras de gas
norteamericanas, las que requieren veinte (20) minutos para ventilarse mediante dos
cambios completos de aire por minuto, y un mínimo de cuarenta y ocho (48) horas para
ventilar un edificio fumigado con abundantes ventanas.
Una inspección de las cuatro (4) nuevas recámaras crematorias en la "Baracke X" reveló
que, aunque fueron encendidas, ninguna de ellas experimentó mucho uso, si es que
hubo tal. Estas recámaras funcionaban a carbón.
Después de una profunda investigación de la supuesta cámara de gas en la "Baracke X"
de Dachau, este investigador, en su mejor opinión como ingeniero, señala
categóricamente que esta instalación nunca pudo haber sido utilizada como cámara de
ejecución a gas. Era en realidad un cuarto de duchas (Brausebad) como fue rotulado por
los alemanes.
- Mauthausen -
La supuesta cámara de gas en el Campo de Concentración de Mauthausen estaba
ubicada entre el hospital, el crematorio y la cárcel. Al igual que Dachau, es considerada
generalmente por algunos conocidos historiadores y por los Revisionistas como nunca
habiendo sido utilizada en ejecuciones.
La supuesta cámara de gas tiene un área de unos 150 pies cuadrados y un volumen de
1164 pies cúbicos. Tiene una altura de cielo de 7.8 pies, estando dotada de cañerías y
cabezales de ducha funcionales. Tiene un drenaje en el piso de unas ocho (8) pulgadas
por ocho (8) pulgadas, y cañerías de vapor en el muro noroeste como calefacción. Los
muros están terminados en baldosa cerámica. Tiene dos puertas y provistas para
empaquetaduras como muchas puertas europeas. Tiene una supuesta ventilación para
gas en el techo de la muralla norte pero el propósito de esta supuesta ventilación para
gas no puede ser verificado debido a que el terreno superior ha sido repavimentado.
Adicionalmente, se dice que un cuarto adyacente habría sido utilizado como sala de
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control para hacer ingresar el gas (aparentemente, no el sólido "Zyklon B", sino el gas
cianuro de hidrógeno mismo). No existen los instrumentos instalados para esta función
ni hay evidencia alguna de que haya sido removido. Los encargados del museo son
incoherentes y están muy confundidos referente a la función operativa, ofreciendo una
serie de explicaciones distintas sobre cómo el gas era introducido: (1) a través de las
duchas en el techo; (2) a través de un ducto en un remoto rincón de la habitación; y (3)
a través de una cañería perforada, la cual hoy no existe. La iluminación no es a prueba
de explosiones, sino meramente resistente al agua. No hay nada que señale si esta sala
de control alguna vez realmente existió. La instalación es completamente subterránea,
al igual que la morgue, el hospital y la cárcel. Esta instalación además albergó el área
para los prisioneros condenados donde eran ejecutados por fusilamiento.
Pareciera, según la construcción, que esta instalación fue edificada y solamente
utilizada como un cuarto de duchas. La instalación no posee provisión alguna para
prevenir fugas de gas, la iluminación no es a prueba de explosiones, el drenaje del piso
permitiría el escape hacia el sistema de desagüe y no existen dispositivos que permitan
la entrada del gas ni para vaciar la mezcla de gas y aire posterior a una ejecución. Más
aún, existen cañerías de calefacción a vapor (radiador) sobre la muralla noroeste de la
cámara, lo que muy probablemente gatillaría una explosión si se depositara cianuro de
hidrógeno en este cuarto. Además, todas los cabezales de ducha están funcionando y el
diseño completo es, sin duda alguna, aquel de un cuarto de duchas.
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un sistema de escape, este investigador estima que hubiese requerido al menos una
semana para ventilar, por las mismas razones explicadas para Dachau.
- El Castillo Hartheim –
-
Esta instalación consiste en una habitación de piedra adyacente a la torre de un
castillo de siglos de antigüedad. Este castillo fue donado por la monarquía al servicio de
salud mental de Austria, y fue más tarde puesto bajo el control del Gobierno Alemán
cuando tomó el control del Gobierno de Austria y del servicio de salud mental. La
instalación había sido utilizada como hospital psiquiátrico y bajo el control alemán
continuó como tal. Supuestamente, ejecuciones por gaseamientos masivos ocurrieron
en este lugar, sobre prisioneros transferidos desde Dachau y Mauthausen para este
propósito.
La supuesta cámara de gas era un cuarto en un nivel más bajo, adyacente a una
de las torres del castillo. Este cuarto tiene un área de 192 pies cuadrados y un volumen
de 1728 pies cúbicos. Tiene un techo en forma de bóveda, con una altura de 8,9 piés en
su punto más alto. La instalación tenía una (1) puerta y una (1) ventana, aunque una
abertura rectangular ha sido hecha ahora hacia un cuarto adyacente. No existen
instalaciones para hacer ingresar el "Zyklon B" o para evacuar este gas después de su
uso. Ahora este cuarto ha sido completamente remodelado. Tiene murallas y cielo
recientemente estucados. Hay tres (3) nuevas superficies de suelo, una sobre la otra.
Incluso la puerta ha sido cambiada por una moderna puerta de celda de institución
psiquiátrica convencional, con un visor con tapa. La ventana se dice haber sido original,
pero el gas se fugaría por ella si fuese usada con este propósito. Ni la puerta ni la
ventana poseen provisión alguna para empaquetaduras. Supuestamente, todos los
aparatos para el gaseamiento fueron removidos antes de enero de 1945. En realidad,
nunca hubo equipos de gaseamiento pues los muros son muy gruesos, como es
característico de la arquitectura y construcción de los castillos, y no sería fácil picarlos
para acomodar la instalación de ventilaciones o bocas de entrada para gas. Éste y el
cuarto adyacente contienen placas conmemorativas a aquellos que aquí supuestamente
murieron gaseados. El castillo es utilizado actualmente como edificio de departamentos.
Pareciera por la construcción que esta edificación no se prestaría para ser usada como
instalación de ejecución a gas, pues los muros son muy anchos para la instalación de
equipos para gaseo. Ciertamente, debido a la construcción, cualquier cambio sería
visible, y no fácilmente ocultable. No existe ningún conducto para la evacuación de la
mezcla de gas y aire, ni forma alguna de instalarlo. La ventana dejaría escapar grandes
cantidades de gas mortal. Ninguna muestra fue tomada en esta locación debido a la
intensa remodelación que ésta ha sufrido, y que decididamente enturbiaría cualquier
resultado de laboratorio.
Para efectos de archivo, la supuesta cámara de gas hubiese sido capaz de
contener sólo unas 24 personas, utilizando la regla de nueve (9) pies cuadrados. Sin un
sistema de escape, esta habitación requeriría de al menos una semana para ventilarse
(referirse a Dachau).
Como resultado de una profunda investigación de esta instalación, este investigador
declara categóricamente que, según su mejor opinión ingenieril, esta instalación jamás
fue utilizada para ejecuciones por medio de gas, y no pudo nunca haberlo sido. El
verdadero uso de este cuarto le es desconocido a este investigador. Basado en una
comparación con su imagen gemela al otro lado de la edificación, podría haber sido una
bodega.
No hay crematorios existentes en esta locación.
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Es extraño notar que la literatura oficial del museo señala que Dachau y Mauthausen,
ambas con instalaciones iguales, o incluso mejores, que aquellas del Castillo Hartheim,
enviaran internos a Hartheim para ser gaseados. No es claro por qué ello debía ocurrir,
desde que la supuesta instalación de Hartheim habría sido tan difícil de construir, era
tan pequeña y se encontraba tan distante de Dachau (a 200 km). Basándose en toda la
evidencia existente se hace bastante claro que jamás existió instalación de gaseamiento
alguna en cualquiera de estas locaciones.
Conclusión
Después de haber revisado todo el material y de haber inspeccionado todos los
lugares en Dachau, Mauthausen y el Castillo Hartheim, el investigador ha determinado
que no hubo ninguna cámara de ejecución a gas en ninguno de estos lugares. Es la
mejor opinión ingenieril de este investigador que las supuestas cámaras de gas en los
sitios inspeccionados mencionados anteriormente no pudieron, ni entonces ni ahora,
haber sido utilizadas o seriamente consideradas para funcionar como cámaras de
ejecución a gas.
BIBLIOGRAFIA
- Fred A. Leuchter, El Informe Leuchter: Fin de un Mito , Prólogo por el Dr. Robert
Faurisson, Samisdat Publishers Ltd., 1988, 132 pp., Impreso bajo licencia en los EEUU,
P.O. Box 726, Decatur, Alabama 35602 EEUU. [Edición ilustrada del Informe; Resultados
del análisis sobre el ladrillo y mortero son presentados en formato de gráficos
condensados.]
II Dachau
- IMT Doc. L- 159: Documento No. 47 del 79º Congreso, 1ª Sesión, Senado: Report (May
15, 1945) of the Committee Requested by Gen. Dwight D. Eisenhower to the Congress
of the U.S. relative to Atrocities and other Conditions in Concentration Camps in
Germany, IMT, XXXVII, pp. 605- 626 en la p. 621:
"Una distintiva característica del Campo de Dachau era la cámara de gas para la
ejecución de prisioneros y las más o menos elaboradas instalaciones para la ejecución
por fusilamiento. - La cámara de gas estaba ubicada al centro de un gran cuarto en el
edificio del crematorio. Estaba hecha de concreto. Sus dimensiones eran
aproximadamente de 20 por 20 pies, y el techo tenía una altura de 10 pies! En dos
muros opuestos de la cámara existían puertas herméticas a través de las cuales los
prisioneros condenados podían ser ingresados para su ejecución y retirados posterior a
ésta. El suministro de gas hacia la cámara era controlado por medio de dos válvulas en
uno de los muros exteriores, y bajo las válvulas había una pequeña hendidura de vidrio
a través de la cual el operador podía ver a las víctimas morir. El gas era vaciado a la
cámara a través de cañerías que terminaban en piezas de bronce perforadas fijas al
techo. La cámara era de un tamaño suficiente como para ejecutar probablemente a cien
hombres de una sola vez."
- IMT Doc. PS-2430: Nazi Concentration and Prisoner- of- War Camps: A Documentary
Motion Picture , 24 de noviembre, 1945, IMT, XXX, pp. 357- 472, en la p. 470:
"La fábrica de horror de Dachau... Colgando en filas ordenadas estaban las ropas
de prisioneros que habían sido sofocados en la letal cámara de gas. Habían sido
persuadidos de sacarse sus ropas bajo el pretexto de tomar una ducha, para lo cual se
les proveía de toallas y jabón. Este es el Brausebad - el baño de duchas. Dentro del
baño de duchas - las ventilas de gas. Sobre el techo - los falsos cabezales de ducha.
Dentro del cuarto de ingenieros - las tuberías de entrada y salida. Presionar botones
para controlar el ingreso y escape del gas. Una válvula manual para regular la presión.
Polvo de cianuro era utilizado para generar el mortal humo. Desde la cámara de gas, los
cuerpos eran llevados al crematorio."
- IMT Doc. NO- 3859 /64 y 3884 /89: 28 páginas de documentos y planos alemanes
(1942) sobre la "Baracke X" (Staatsarchiv Nürnberg) [Ninguno de estos documentos o
planos indicaban la existencia de una cámara de gas.]
- Sección O.S.S., Séptimo Ejército (EEUU), Dachau Concentration Camp, Prólogo por
William W. Quinn, Coronel, 1945, 68 pp. en p. 33:
"CAMARAS DE GAS: Los internos que eran traídos al Campo de Dachau con el solo
propósito de ser ejecutados eran, en la mayoría de los casos, judíos y rusos. Eran
llevados hasta el complejo, alineados cerca de las cámaras de gas, y eran revisados de
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manera similar a los internos que llegaban a Dachau para se encarcelados. Entonces
eran dirigidos hacia una habitación donde se les hacía desvestir. A todos se les daba
una toalla y un trozo de jabón, como si fuesen a tomar una ducha. Durante todo este
tiempo, no se les daba ninguna pista acerca de que iban a ser ejecutados, pues la rutina
era similar para todos los internos del campo a su llegada. - Entonces entraban en la
cámara de gas. Sobre la entrada, en grandes letras negras, estaba escrito "Brause Bad"
(duchas). Habían cerca de 15 duchas suspendidas del techo desde donde el gas era
entonces emitido. Había una cámara más grande, cuya capacidad era de 200, y cinco
cámaras menores, cada una con capacidad para 50. La ejecución tomaba
aproximadamente 10 minutos. Desde la cámara de gas, la puerta llevaba al Krematory
hacia donde los cuerpos eran llevados por internos que eran seleccionados para aquel
trabajo. Los cuerpos muertos eran entonces dispuestos en 5 hornos, de dos a tres
cuerpos a la vez."
- Cuarteles Generales, Tercer Ejército de los EEUU, Grupo del Servicio de Inteligencia de
Equipo Enemigo Número 1, Servicio de Guerra Química, 22 de agosto de 1945, Report
from Joseph H. Gilbert to Major James F. Munn: Subjeto: Dachau Gas Chamber (3pp;
documentos adjuntos) en p. 3:
"Basándose en las entrevistas señaladas más arriba, y demás, basándose en la
inspección misma de la cámara de gas de Dachau (aparentemente no ha sido usada), es
la opinión del suscrito que la cámara de gas fue un fracaso para propósitos de ejecución
y que ningún trabajo experimental jamás se llevó a cabo allí. En vista del hecho de que
mucha infomación confiable ha sido suministrada por antiguos reclusos a los Aliados en
referencia a experimentos de malaria, presión de aire y agua fría, es razonable asumir
que si tales experimentos de gas se llevaron a cabo, información similar debiera estar
disponible."
- Gerald Reitlinger, The Final Solution: The Attempt to Exterminate the Jews of Europe,
1939- 1945 , Jason Aronson Inc., Londres, reedición de 1987, originalmente publicado
en 1953, 638 pp. en p. 134:
"Así, eventualmente cada campo de concentración alemán adquirió una cámara de
gas de este tipo, aunque su uso probó ser difícil. La cámara de gas de Dachau, por
ejemplo, ha sido preservada por las autoridades de ocupación americanas como un
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objeto aleccionador, pero su construcción fue entorpecida y su uso, restingido a unas
pocas víctimas experimentales, judíos o prisioneros de guerra rusos, que habían sido
enviados por la Gestapo de Munich."
- Dr. Martin Broszat, Instituto de Historia Contemporánea en Munich, Carta en Die Zeit ,
19 de agosto de 1960, p. 16.
"Ni en Dachau, ni en Bergen- Belsen, ni en Buchenwald, se gaseó a judíos o a otros
prisioneros. La cámara de gas en Dachau nunca fue terminada ni puesta 'en operación'".
- Dr. Robert Faurisson. "El Documento Müller", The Journal of Historical Review,
Primavera de 1988, pp. 117 - 126. Los policías militares aliados y sus auxiliares
austriacos recibían regularmente copias de los informes hechos por las Comisiones de
Informes aliadas sobre los campos de concentración. Aquellos informes eran necesarios
para realizar investigaciones sobre "crímenes de guerra". El 1 de octubre de 1948, el
Comandante Müller y su segundo al mando, Emil Lachout, enciaron la siguiente carta
circular desde Viena a todas las partes interesadas:
"Servicio de Policía Militar. Carta Circular No. 31/48. Viena, 1 de octubre de 1948.
10º despacho. 1. Las Comisiones de Informes aliadas han establecido hasta ahora que
ninguna persona fue muerta por medio de gas venenoso en los siguientes campos de
concentración: Bergen- Belsen, Buchenwald, Dachau, Flossenbürg, Gross- Rosen,
Mauthausen y sus campos satélites, Natzweiler, Neuengamme, Niederhagen
(Wewelsburg), Ravensbrück, Sachsenhausen, Stutthof, Theresienstadt. - En aquellos
casos, ha sido posible probar que las confesiones que han sido extraidas por medio de
torturas y los testimonios han sido falsos. - Esto debe ser tomado en cuenta al llevar a
cabo investigaciones e interrogaciones con respecto a los crímenes de guerra. - El
resultado de esta investigación deberá ser llevado al conocimiento de antiguos internos
de los campos de concentración quienes al momento de las audiencias testificaron
sobre el asesinato de gente, especialmente judíos, con gas venenoso en aquellos
campos de concentración. Si ellos insistiesen en sus afirmaciones, se presentarán
cargos en su contra por dar falsos testimonios."
- Comite ininternational de Dachau, Concentration Camp Dachau 1933 - 1945 , 1978, 229
pp. en p. 165: [Traducción]:
"La cámara de gas, disfrazada como cuarto de duchas, nunca fue puesta en
operación. Miles de internos destinados a la aniquilación fueron enviados a otros
campos para su gaseamiento o al Castillo Hartheim cerca de Linz."
- Dr. Robert Faurisson, Memoire en defense contre ceux qui m'acussent de falsifier
l'Histoire , París, La Vieille Taupe, 1980. Faurisson trata en las p. 204- 209 la incapacidad
de Barbara Distel, Directora del Museo de Dachau, y del Dr. A. Guerisse, Presidente del
Comité Internacional de Dachau en Bruselas, para proveerle, en una serie de
correspondencias en 1977 - 78, de cualquier prueba sobre la existencia de una cámara
de ejecución a gas en Dachau.
- Dr. Robert Faurisson, "Respuesta a un Historiador de Papel", The Journal for Historical
Review, Primavera de 1986. En la p. 62, Faurisson analiza el testimonio de Fernand
Grenier contenido en el libro del anterior Cétait ainsi (1940 - 1945) , Editions sociales, 7ª
ed., 1970, donde Grenier escribió lo siguiente en la p. 267:
[Traducción] "A un costado de los cuatro hornos crematorios que nunca dejaban
de funcionar existía un cuarto: algunas duchas con cabezales en el techo. En el año
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precedente [1944] se le había dado una toalla y un trozo de jabón a 120 niños, de 8 a
14 años de edad. Estaban muy contentos al ingresar. Las puertas se cerraron. Gas
asfixiante salió de las duchas. Diez minutos más tarde, la muerte había hecho presa de
estos inocentes, los cuales fueron reducidos a cenizas por los hornos crematorios una
hora más tarde."
- Rene Levesque, Memoirs , Toronto, McClelland and Stewart Limited, 1986, en las pp.
192- 193:
"Antes de poner sus prisioneros a trabajar, los alemanes siempre los despojaban
de todas sus posesiones, incluyendo sus dientes de oro. Posteriormente los hacían
trabajar hasta morir, especialmente el último año cuando las raciones se estaban
haciendo escasas. Al final del camino eran enviados a los "baños" (Baden), barracas de
pobre aspecto conectadas a un depósito mediante algunas tuberías. Cuando los baños
estaban llenos hasta los bordes abrían el gas, y después, cuando los últimos lamentos
habían cesado, los cuerpos eran llevados a los hornos en la habitación contigua. -
Cuando llegaron noticias acerca de esto a Quebec, y durante un tiempo después, la
gente se rehusaba a creer. Un pesado escepticismo recibía estas historias, que
sobrepasaban la comprensión... Puedo asegurarles de que era real, verdaderamente,
que la cámara de gas era real en su dimensión de pesadilla. Los cargadores habían
desaparecido, tratando de salvar sus propios pellejos, dejando atrás su última carga de
cuerpos, desnudos como gusanos en sus enlodados lechos de muerte."
- Letrero exhibido en la "cámara de gas" de Dachau por las autoridades del museo, que
hasta mediados de los ochenta señalaba lo siguiente: "CAMARA DE GAS disfrazada como
'cuarto de duchas' - nunca utilizada". El letrero fue cambiado a mediados de los años
ochenta a: "CAMARA DE GAS disfrazada como 'cuarto de duchas' - nunca utilizada como
cámara de gas."
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lo siguiente: "...Una planta de gaseo fue construida en el Campo de Concentración de
Mauthausen por orden del antiguo doctor de guarnición, el Dr. Krebsbach, camuflada
como cuarto de baños... El gaseamiento de los prisioneros era efectuado por
requerimiento del SS Hauptsturmführer Dr. Krebsbach... el SS Gruppenführer Glücks
daba la orden de clasificar a los prisioneros débiles como mentalmente desquiciados y
de matarlos por medio de una planta de gas que existía en el Castillo Hartheim cercano
a Linz. Allí, entre un millón y un millón y medio de seres humanos fueron asesinados."
- IMT Doc. PS-2285: Declaración jurada del Teniente Coronel Guivante de Saint Gast y
del Teniente Jean Veith, ambos del Ejército Francés, IMT, Vol. XXX, pp. 141- 143:
"Los prisioneros del K eran llevados directamente a la prisión donde eran
desvestidos y dirigidos a los "baños". Este cuarto de baño en los sótanos del edificio de
prisión cerca del crematorio estaba especialmente diseñado para ejecuciones
(fusilamiento y gaseamiento). - El fusilamiento se llevaba a cabo por medio de un
aparato de medición. Al prisionero se le hacía retroceder hasta una medida métrica,
donde un aparato automático liberaba una bala a la altura de su cuello tan pronto como
la plancha móvil determinaba su altura tocando su cabeza. - Si un transporte consistía
de demasiados prisioneros 'K', en vez de perder el tiempo en la "medición" eran
exterminados por medio de gas enviado hacia el baño en vez de agua."
- IMT Doc. PS-2430: Nazi Concentration and Prisoner- of- War Camps: A Documentary
Motion Picture, 24 de noviembre de 1945, ibid., en la p. 468. A diferencia del segmento
de la película concerniente a Dachau, la porción que trata con Mauthausen no contiene
imágenes de ninguna supuesta cámara de gas. El film simplemente muestra a un
teniente naval americano de Hollywood, California, afirmando que gante había sido
ejecutada en el campo por medio de gas.
- IMT Doc. PS-2753: Declaración jurada del hombre de las SS, Alois Höllriegl, jurada el 7
de noviembre de 1945, IMT, Vol. XXXI, p. 93:
"El ruido que acompañaba al proceso de gaseamiento era muy bien conocido por
mí".
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confesión moribunda, que había sido tomada por un interno en presencia de oficiales
americanos que no entendían el alemán, no es muy confiable."
- Pierre Serge Choumoff, Les Assassinats par gaz a Mauthausen et Gusen, camps de
concentration nazi en territoire autrichien , Amicale des deportes de Mauthausen, 1987,
64 pp. Los escritos de Choumoff, un ingeniero profesional, exhiben una extrema
confusión en relación a las cámaras de gas. No aporta ninguna evidencia técnica ni
detalles como se esperaría de un ingeniero; en cambio, confía en los habituales relatos
de "testigos oculares" (Kanduth, Ornstein, Roth, Reinsdorf...). Parece considerar la mera
presencia del insecticida "Zyklon B" en el campo como prueba de gaseamientos
homicidas. Choumoff estima que al menos 3455 personas fueron gaseadas en las
supuestas cámaras de gas de Mauthausen.]
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