Adolescencia Un Mometo de Vacilación 1
Adolescencia Un Mometo de Vacilación 1
Adolescencia Un Mometo de Vacilación 1
Toda preocupación por el cuerpo a esa edad es poca. El cuerpo es el misterio dominante, un
centro constante de atención. A los trece años se piensa más en la piel que en Dios, o en la
paz mundial. A los trece años muchas chicas pasan más tiempo frente al espejo que
estudiando..." 1
Aún así, si no la pensamos como patológica, es porque es posible reconocer en ella su
lógica operante, lo cual permite construir un proceso psíquico que se moviliza entre las
exigencias de la realidad y una respuesta libidinal. En este caso veremos de qué manera se
puede ordenar esta doble vertiente, especialmente si tenemos como punto crucial los
efectos de la pubertad sobre el cuerpo y las consecuencias sobre la vida psíquica del sujeto.
Sobre este mismo principio, es decir, la adolescencia como un proceso psíquico tendiente a
transformar un sujeto en sus relaciones de alienación al deseo del Otro, nos ocuparemos en
su dimensión estructural. Ello requiere entonces, dar un salto de la fenomenología a la
metapsicología en términos Freudianos o de la fenomenología a la estructura, en el sentido
Lacaniano, para ordenar los hechos del acontecer cotidiano en una lógica que permita
avanzar en la comprensión de lo que se trata en esta coyuntura vital. Esto a su vez nos
llevará a trascender de lo hormonal y orgánico a una dimensión del cuerpo ordenado por el
significante y el goce, un cuerpo erogenizado, delimitado por las trazas del Deseo del Otro.
Ir también, más allá de lo social a lo que se juega en el plano de las identificaciones, así
como de lo moral a una dimensión ética de un juicio fundamental que decide de la posición
de un sujeto frente a su sexo y a la ley.
La adolescencia pensada como un momento de vacilación significa que ella está enmarcada
en una temporalización lógica y no estrictamente como un momento cronológico en el
desarrollo sexual de un individuo, es decir que no vamos a plantearla como una fase
evolutiva ordenada en función del tiempo y del organismo.
1
Pipher, Mary. Reviviendo a Ofelia. “ Como salvar a una niña adolescente” Pág 69
Me interesa detenerme sin embargo en este punto un momento porque ha sido reiterativo en
los diferentes textos que he con la elaboración de esta ponencia que ella esta como una fase
en el desarrollo, en la evolución continua de un sujeto humano hacia la edad adulta. Así las
afirmaciones que encontramos sobre ella la definen como: periodo de la vida entre la
pubertad y la edad madura". "Período de transición entre la infancia y la edad adulta" Esta
se inicia con las modificaciones corporales de la pubertad, es ante todo el de la sexualidad y
la posibilidad de su satisfacción fisiológica.
Así mismo se define la adolescencia en relación a su raíz: Adolescer que significa Caer
enfermo, o padecer, adolecer de una enfermedad. Tener algún vicio o pasión, pero también
carecer.2
Sin embargo es llamativo observar cómo ante la pregunta por qué es lo que desencadena
esta coyuntura, la psicología de nuestro tiempo cada vez más comprometida con la biología
para intentar su filiación científica, incluso su credibilidad en un mundo cada vez más
determinado por el imperio de la ciencia, acude a los paradigmas de la investigación
biológica para dar cuenta de estos procesos.
Esto puede ser verdaderamente valioso en la medida en que nos enseña un saber que por
nuestra formación en lo psíquico no poseemos, sin embargo me llama Inatención el informe
que le da el soporte de cientificidad a continuación que dice: "A partir de ciertos
2
Tomado del Diccionario Enciclopédico Larousse Tomo I Editorial Planeta.
3
González, Edgar: “Psicología del adolescente y del aprendizaje” págs. 26 y 27
4
Tanner y Taylor, 1970. citado por Níkel, Horst. En psicología del desarrollo de la infancia y la adolescencia
Vol II Edad Escolar y Adolescencia. Barcelona. Editorial Herder, 1978.
experimentos con animales, se deduce que el hipotálamo reacciona, a su vez ante
determinadas hormonas procedentes del resto del organismo. Se ha podido demostrar, con
ratas (es el animal que en laboratorio se comporta de manera más semejante al hombre) que
el hipotálamo se fija en un sexo determinado, al parecer, los primeros días después del
nacimiento, por efecto de las hormonas sexuales que ya existen reducidas en cantidades. Si
se le extirpan a la rata macho,- inmediatamente después del nacimiento las glándulas
sexuales y se le insertan unos ovarios, estos prosiguen funcionando normalmente como
sucede en las hembras por influencia del hipotálamo y en la pubertad producirían los
mismos efectos que en las ratas hembras”.5
Esto tampoco es en si problemático, sino fuera por la imposibilidad que pone de manifiesto
para responder un problema específico, es decir, la adolescencia, como un proceso
estrictamente humano y que si nos concierne es efectivamente por lo que nos da una
condición esencialmente humana.
En este sentido quisiera retomar el hilo de mi exposición situando una evocación de Freíd
en "Los Tres Ensayos para una Teoría sexual” en el que Freíd se ocupa de este proceso con
una alusión del enigma que la esfinge en la entrada a Tebas le dirige a Edipo. La respuesta
que ella espera de Edipo es un saber sobre qué es un hombre...
Del recorrido previo me interesa retener algunos aspectos importantes, entre ellos el
carácter de entre dos momentos o de transición que se le da, la condición de adolecer,
padecer o poseer una pasión, su condición de despertar de la sexualidad y su posibilidad de
satisfacción fisiológica, el carácter de emergencia en lo real del cuerpo y finalmente la
incidencia que se le atribuye a la diferencia de los sexos que presentifican, pues son
problemas o formulaciones que habré de retomar en lo que sigue de la exposición.
Seguramente que hoy, en las postrimerías del Siglo XX, para nadie es novedoso que la
adolescencia no es la irrupción primera de la sexualidad, como si fue la concepción a
finales del siglo XIX cuando Freíd inició sus investigaciones sobre la sexualidad que se
suponía que la sexualidad faltaba en la infancia y aparecía en la pubertad., así, Freud dice:
"Los hallazgos extraordinariamente frecuentes de impulsos sexuales, supuestamente
excepcionales en la infancia, así como el descubrimiento de los recuerdos infantiles
inconscientes de los neuróticos, permiten bosquejar el cuadro de la conducta sexual de un
sujeto adulto, contando con la sexualidad infantil." 6 Es decir la emergencia de la
sexualidad tal como ella se presenta en la adolescencia responde a un programa
preestablecido con la sexualidad infantil.
LA LATENCIA
Estos diques son el producto de las fuerzas psíquicas contrarias a la sexualidad, es decir, la
represión que opera sobre el empujé pulsional infantil y que tendrían como fin oponerse ala
pulsión sexual y canalizarla marcándole su curso, poniendo tal satisfacción al servicio de
la civilización y del vínculo social. Ellos en parte provienen de la propia cultura y de la
educación, pero en realidad esta evolución está determinada estructuralmente.
Entonces, estos dos momentos preliminares para Freud tiene funciones específicas: La
sexualidad infantil revela una forma particular, la elección de un objeto de amor marcado
por i de amor incestuoso y una forma de responder al deseo del Otro, goce pero con una
falta de saber sobre ese goce. Instante de la mirada, fijación de un goce que culmina con la
introducción de la prohibición del incesto, la introducción de una ley universal que al
prohibir el acceso al goce del cuerpo materno permite articular el deseo a la ley.
El Segundo tiempo, que llamaré el tiempo para comprender, la latencia apacigua la pulsión
sexual llegando al momento de alzar los diques sexuales, los que han de oponerse al
incesto, esto es, inculcar al niño aquellos preceptos morales que excluyen de la elección de
7
Ibid.
objeto a las personas queridas durante la infancia". 8 Así, la latencia contiene una de las
condiciones de evolución del hombre hacia la civilización pero también las condiciones de
su predisposición a la neurosis.
Así, el tercer momento lógico, la adolescencia que emerge como un abrupto florecimiento
"como un despertar", como una ruptura, como crisis, entonces, ya no la pensamos como el
surgimiento de la sexualidad sino como retorno.
Una laguna, es decir, una falla, una imposibilidad para reglar todo u sexual. En la cita
Freudiana que acabo de mencionar, él dice que la sexualidad infantil entraña la lógica de la
sexualidad definitiva “a pesar de la defectuosa síntesis de los componentes sexuales y lo
incierto del fin sexual".
Entonces, a que se llama "defectuosa síntesis"? Freud ha dicho que las pulsiones son
siempre parciales, pero además que no hay pulsión genital. Hay pues allí un defecto que
deja al sujeto humano en una condición más precaria que la de nuestra rata de laboratorio a
quien el hipotálamo le dirá de todos modos cómo copular, cómo procrear y cómo
satisfacerse. Este defecto de la pulsional agregado a que "en la mayoría de los casos logra
abrirse camino un fragmento de la vida sexual que ha escapado a la sublimación propia de
la latencia10 y mantiene aislada su satisfacción, es decir, un defecto también en la regulación
8
Ibid. Pág. 1226
9
Soler, Colette“La Maldición del sexo” Publicado en La Carta # 38 de la A.C.F.C..Octubre 1977. ind. Tres
Ensayos para una Teoría Sexual" Edit. Biblioteca Nueva, España, 1973,
10
Freud, Sigmund. Tres Ensayos pata una Teoría Sexual" Tomo II pág. 1231. Edit. Biblioteca Nueva, España, 1973
de las pulsiones, son las cosas que constituyen en la adolescencia su carácter, destacado al
comienzo de "Adolecer", pero también de pasión". Es lo que le da el carácter que los poetas
han "Dulce Mal".
Es lo que nos fue presentado en la ponencia sobre los rituales de iniciación en culturas no
occidentales. De acuerdo con ello un ritual de iniciación es una operación simbólica
tendiente a socializar la sexualidad. Es una sanción simbólica que le enseña a los hombres
como arreglárselas con las mujeres y a las mujeres cuál es su lugar, subrogado por cierto, al
del hombre en la sociedad. Esto demuestra, que independiente de la cultura, en el programa
del inconsciente no está establecida esa dirección. Eso no va de suyo.
Es una generación (lo digo como generación, no universalizo con ello las condiciones de lo
particular), es una generación que se ha forjado en el contexto de la libertad de gozar sin
que nadie lo impida y sin restricción en la sexualidad, que en un rechazo sobre la diferencia
ha impuesto la moda unisexo, bajo la pretendida igualdad de los sexos, lo cual, lejos de
reparar la falta de relación sexual, pareciera ahondar en ella. Esto, sin duda ha convertido el
encuentro sexual descarnado, sin velo en un hastío, en una nueva forma de malestar en la
cultura. Ha puesto en crisis la basculación del deseo en la relación al falo y en la elección
frente a la adecuación a su propio sexo.
En consecuencia, el "todo está permitido" y el culto a la imagen hacen de base a las formas
contemporáneas del sufrimiento de nuestros adolescentes: la anorexia, la bulimia, la
toxicomanía, los deportes extremos, el riesgo brutal de la velocidad y el hastío en una
sexualidad con pocas promesas.
Finalmente me interesa articular retroactivamente aquí el concepto de crisis con que se ha
nombrado la vacilación de la JF.I término crisis se deriva del griego "Krisis", en I"KRI"
designa los granos de la cebada. La crisis significa la acción de seleccionar (Krivar:
Seleccionar, juzgar) de alguna manera los granos buenos de la cizaña. "Hipócrates en-JN,
ese momento de juzgamiento, de juicio, de decisión, de discernimiento (Krino en griego
significa discernir, de aclarar) donde la suerte de malestar, o la enfermedad pero también lo
que hay de la crianza puede cambiar bruscamente, si el cambio se orienta hacia lo mejor o
hacia lo lis cernirá el germen restante posible en un momento de báscula, un pasaje de una
posición a otra, inscrita en la diacronía de un antes y un después". (11)
Lo que la encierra, lo que ese juicio decide, hemos dicho anteriormente, concierne a varios
aspectos:
Al empuje hacia un cambio de objeto, del objeto que comanda el interdicto del goce sexual,
hacia el objeto de amor, con la esperanza por lo demás de que sea posible encontrar un
objeto que en el cual la corriente sensual y la corriente tierna puedan satisfacerse.
La relación al Otro es por supuesto uno de los aspectos centrales en esta lógica final para
revisar la última afirmación Freudiana sobre la Psicología del Colegial" y en el cual
presenta una tesis en la que hace reposar lo particular de la adolescencia en un cambio de la
relación con el padre.
__________________________
(11) B. Orler. R. Wertel. Une lecture possible de la crise chez l’adolescent. En “Destins de l’adolescent “ pag
59. Presses de I’ universite Renmes 2, 1992.
(12) Freud. Slgmund. La Psicología del Colegial, Tomo II Edit Biblioteca Nueva. Pag.
Esta separación del padre que muestra sus efectos en el desafío a la ley, la inconformidad
con las instituciones incluidas las más intimas. La familia y la Escuela, se redobla en una
época y una cultura que ella misma ha movilizado el vínculo hacia el Padre por más que
terminemos el siglo XX con la celebración del año internacional del Padre, hemos
franqueado un límite que modifica decididamente la relación de los sujetos a la ley y en
consecuencia, sin duda alguna nos deja frente al goce mediación.
Esto tiene sin dudas consecuencias sobre los destinos de los adolescentes y las ofertas que
la propia cultura puede realizar para ofrecer salida, bien que hay que separarse del Otro
para crear algo nuevo en relación a su propio ser, pero también es verdad que allí donde se
moviliza la garantía del Otro en nuestro tiempo, donde se minimizan las prohibiciones y se
multiplican las preinscripciones bajo la forma de un "Todo está permitido “ tenemos la
crisis del deseo, no hay que olvidar que el deseo se sostiene en la prohibición.
La función del Nombre del Padre es hacer un límite al goce oponiéndose al deseo y
permitiendo su articulación a la ley. Sobre-pasar entonces al padre hace emerger ya no solo
la pregunta por el deseo sexual, sino en el enigma fundamental "Qué soy?" “¿Que
quiero?", "¿Hacia dónde voy?", "’¿Qué sentido tiene mi existencia? De modo que el
momento crucial de la elección de profesión, de objeto de amor, de sexo, etc. Es un
momento en el que se cuenta con el retorno en el sentido freudiano de la repetición, se
cuenta también con el encuentro, con la falla en el campo del Otro que pone al adolescente
en la elección final de un destino que lo concierna de manera particular.
De esta manera, la vacilación, el carácter de "Moción suspendida " implica que allí donde
el joven ha visto decaer la imagen del padre, donde su garantía se moviliza, emerge la
realización de un "aserto sobre sí mismo que apunta a la incógnita real del problema frente
al deseo del Otro como un atributo-ignorado del sujeto mismo (..,) De tal modo que este
aserto sobre sí mismo por el cual el sujeto concluye el movimiento lógico en la decisión
de un juicio": "Ser o no Ser" (13)
Es de este aserto lógico sobre su ser de lo que dependen los destinos posibles de la
adolescencia. Para responder al debate que nos reúne sobre si se trata de "Adolescencia o
Adolescencias", he pretendido mostrar la adolescencia como una estructura lógica que
articula el sujeto a su goce, a la ley, a su cuerpo, pero de las opciones de cada sujeto
dependen los destinos. Así propongo pensar "La adolescencia y destinos de la
adolescencia."
______________________
(13) Lacan, Jacques. "El tiempo lógico y el acertó de certidumbre anticipada" Publicado en Escritos I. Pag. 28
- 29 Editorial Siglo XXI Barcelona, 1974
(14)Ibid. pág.35
Para terminar una cita de Lacan sobre lo que implica el momento de concluir siempre en
relación al Otro: