Claudia Roman Tesis PDF
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Román, Claudia
2010
palabras e imágenes
TOMO 2
TESIS DOCTORAL
Diciembre de 2010
(2 VOLS.)
U 1E\OS AES
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LETR.k
de
- 9
II
423
Capítulo 5
leer; sus gordos caracteres están trazados para los apetitos de la malignidad brutal. Se
han creado industrias litográficas, como hay puestos de carne para el consumo. 1
Los niños de ahora ( ... ) antes de saber leer y escribir, ya saben por la caricatura: que el
arzobispo es un bellaco, que los presidentes de banco son unos explotadores y el
Presidente de la República otro que tal y todos los grandes hombres del país unos
insignificantes o unos charlatanes; que no hay pasado sino porvenir, que nuestros padres
no tenían ideales.2
5.1 Sarmiento
Pocos escritores, e incluso pocos hombres públicos americanos del siglo XTX
se manejan en la arena satírica con la soltura con que lo hace Sarmiento. Hasta su
iniciación literaria habría sido satírica: unos versos con que se "estrenó" en la época en
que en tertulia de amigos, "por ocio y por juguete", redactaba periódicos manuscritos.
Estos versos satíricos contra los tratados de Paucarpata (1837), habrían sido entregados
"en reserva" a un amigo para que fueran publicados en un diario mendocino (Hudson,
1898: 3 88-389). Aunque velada por su carácter anónimo, y desfiguradas por el carácter
de tentativa juguetona y amateur que el ejercicio de la sátira habilita, algo de ese primer
tono —convenientemente perdida la obra inicial, borradas sus exactas palabras- persiste
en toda su obra. La dimensión moral de este "modo" verbal le proporciona un tono para
el sostén de "la verdad", valor supremo de su discurso público; y su inmediatez, su
capacidad pragmática, le proporciona su arma preferida: el poder mágico de la palabra
satírica, que promete herir al enemigo no sólo en el lenguaje sino mucho más allá de las
palabras, y marcarlo (Elliott: 1960; Hodgart: 1969). Eso explica que perciba, recorte y
ponga de relieve las sátiras que recibe de sus adversarios ocasionales o insistentes —a
426
veces, iicluso antes de que estas sátiras tengan intención o forma de tales: desde sus
textos, Sarmiento las provoca, lleva el terreno allí donde le conviene batirse. Cuando es
él quien toma la iniciativa, su sátira descubre en cualquier objeto su yeta política: la
presencia de mujeres en las galerías del Congreso, el uso de determinado uniforme, el
conocimiento o ignorancia del nombre de unos peces vernáculos ("las carpas"), exhiben
siempre la degradación o el ocultamiento de la cosa pública.
Para Sarmiento, la sátira es ante todo combate, y dentro del combate, lucha de
posiciones. Esta dinámica excede, desde ya, el entramado de la prensa satírica, pero
encuentra en ese corpus un dispositivo particularmente sensible. Más allá de las
idealizaciones de su nieto Augusto Belin (quien afirma que "el jefe de Estado era el
primero en celebrar y reírse de su propia efigie profusamente caricaturada",
contradiciendo al menos parcialmente, como se verá, lo que Domingo Faustino expresa
en las Obras Completas que el mismo nieto compiló; Belin Sarmiento, 1905: 196), es
evidente que para Sarmiento la prensa satírica y la caricatura son, en diferentes
momentos y por distmtas causas, foco de curiosidad, de atención permanente y alerta
constante. 4 Para la prensa satírica argentina del siglo XIX, Sarmiento es y se convertirá
cada vez más acentuadamente, en personaje central. Este protagonismo marca además -
y de manera a veces sorprendente-- las lecturas críticas, tanto contemporáneas como
posteriores, que se han hecho de su biografia cultural, de su figura pública e incluso de
sus textos. Aunque las figuras que traza Sarmiento se solapan y confunden de muchos
modos, examinar algunas de ellas, ya sea recuperadas al enemigo o revertidas sobre él,
permite asomarse a esa estrategia, que reconoce vaivenes y múltiples conexiones y
reenvíos.
427
5.1.1 Loco
Hacía ya unos cuantos años que el gobierno de Juan Manuel de Rosas había hecho de
esta secuencia de adjetivos, en sus diferentes combinatorias, una fórmula cuyo alcance
iba del catecismo laico recitado por los serenos a la leyenda notarial, incluida en todo
tipo de documentos oficiales. 5 La escritura de sus Recuerdos, esa autobiografia
desmesurada, prematura —Sarmiento tiene entonces cuarenta años— y panfletaria,
suscitará su propia retahíla de sátiras, entre cuyos primeros elementos está un folleto
anónimo: la "Carta particular en contestación a los insultos que habiendo por acaso
registrado un infame libelo del salvage unitario Domingo Faustino Sarmiento bajo el
428
Entre la carta de Ramírez a Rosas y esta, fechada por Esteban Echeverría el 12 de junio
de 1850 y dirigida a Juan Bautista Alberdi, media, justamente la publicación de -
Recuerdos," la obra que consagra la locura como legado y como conquistá, y la erige en
posición de enunciación.' 2 -
vinculado con la especificidad de su medio de prensa y que le permite hacer los honores
fúnebres de Sarmiento en términos de su propio discurso. Así, en un artículo titulado "A
rey muerto, rey puesto. Asamblea general", convoca a los "tipos" que adornan por
entonces el frontispicio del periódico, e incluso a otros que se presentan sin avisar.
"Quién había de bastante digno por su genio descarrilado, por su talento innegable, por
sus originalidades, para pretender el honor de ocupar el vacío que la muerte del gran
patriota había dejado en nuestro título?", resume el director del periódico. 17 Y en esa
frase sibilina traza la última caricatura de su héroe.
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T1M
Derecha: Gran Almanaque del Mosquito
para 1878, (diciembre de 1877) y para
1886 (diciembre de 1887) Caricaturas de
Stein.
• .
'fr te
.IrZ/t2'J' aQ' a,2'
N
ii R ijo la imagen "Venga con nosotros, D.
."' I)omingo, le prometemos que nos vamos á
divertir a la fiesta de St. Cloud". En la bata
/ .. '. (le Sarmiento se lee repetidamente: "yo".
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435
U. 1
. 4 .
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1 a l
La Cotorra (1879).
"La adoración de los tres reyes... magros".
Detalle.
"Moro" y "militar" son las dos investiduras más reclamadas por Sarmiento. Si obtiene
la tercera y más deseada, la presidencial, de manera plena aunque no exenta de trabajos
ni de compromisos adquiridos, las dos primeras son reclamos constantes y —contra lo
que podría esperarsc—harto más dificiles de conseguir. Solo en la prensa satírica y en
las caricaturas Sarmiento, repetidamente, es una y otra cosa (y a veces, como en la
caricatura que es epígrafe de esta sección, ambas).
Como el de la locura, Sarmiento funda explícitamente su linaje moro en
Recuerdos de Provincia. El segundo es interpretado por sus contemporáneos (y
particularmente, por la prensa satírica) a veces sinónimo o síntoma del primero, o en
todo caso, como una de sus proyecciones más pintorescas. La analogía orientalista en el
Facundo, que a fmes del siglo XX será una productiva clave de lectura de su obra
política y literaria, servía entonces para reactivar todas sus connotaciones: exotismo,
habilitación de la voluntad despótica, predominio del temperamento de las pasiones por
sobre cualquier apariencia racional. En el momento en que ascendía a la presidencia
nacional, aquel folleto satírico que lo titulaba canalla y Dómine Palmeta aprovechaba
también, en cuerda chabacana, la referencia oriental: "Yo soy moro, es decir un sanjuanino
436
pero dc casta mora: mi abuelo era ci famoso turco Alí Kaka Ben Al-Bazín, maestro de
contrabajo del Profeta Mahoma" 8
Algunos años antes, durante su viaje a Argel, Sarmiento se había encargado de
dejar plasmada una imagen que verosimilizaba su ascendencia mora: en el
Departamento Fotográfico del Archivo General de la Nación se conservan dos o tres
daguerrotipos –alguno, seguramente, tomado en estudio— donde se lo puede observar
con túnica y fez, sosteniéndose entre vagas y románticas columnas truncas o,
igualmente ataviado, montando sobre el lomo de un camello.
i
-, ' 71L
productivamente porque están en sintonía con ese ethos oriental. Y por eso pueden, en
el extremo, hacer visible y tematizar intuitivamente lo que la agudeza crítica descubrirá
y articulará como categoría dadora de sentido.
Si ser moro era una cuestión de linaje, ser militar será un reclamo en el que pesa
la prueba del cursus honorum. Su Campaña en el Ejército Grande (1852) es el primer
paso en la articulación de su foja de servicios, y en el triunfo de esa campaña, después
de Caseros, se ubica igualmente la primera imagen de esta figura. Se trata del
daguerrotipo que, con su traje completo, se hace tomar tras la batalla.
Casi una década más tarde su voluntad de "figurar" también como militar irrita a
algunos jefes:
Ha sido preciso variar las instrucciones que primero le di a Sarmiento —escribe el
general Wenceslao Paunero a Bartolomé Mitre, en plena campaña de disciplinamiento
de las provincias tras Pavón-- porque tiene el furor de hacer Jigura militar ante todo, y
después sus puntos de déspota jacobino, que si se le deja con la rienda suelta es capaz de
convertirse en un carrier de las provincias que caigan sobre su férula" (subrayados
míos)2°
Cuatro días más tarde, la cancatura de El Mosquito redoblaba la apuesta. Bajo la imagen
se lee:
El miércoles pasado salió de una imprenta de la calle Bolivar, un loco, desnudo y
furioso que gritaba "Canallas, respeten las charreteras del general CAGATINTA!"
Después de ser sometido á un examen médico se reconoció que su locura desaparecia
cuando se trasladaba á cobrar sus sueldos.
El Mosquito, 7-1-1877.
O bien estilizarse, rígida, para hacer del uniforme militar el del director de una banda
militar:
440
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- .•Inton Perulero, 18-5-1876. Detalle.
- (aricatura de Carlos Clerice.
Lo que la prensa caricaturesca no deja de repetir, una y otra vez, es que ese uniforme,
tan trabajosamente conseguido e impuesto, no puede leerse sino como disfraz: el
reverso simétrico y perfecto del ideal del traje como didáctica de la civilización.25
441
1,
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Izquierda: El Mosquito, 16-6-1877. Bajo la imagen: "Mosquito: -Señor presidente dci senado,
ya que hacen ñ ese tipo General, creo tener derechos para que mc hagan obispo."
Derecha: E/Mosquito, 2-9-1877. Intercambiando trajes con el Arzobispo Aneiros. Bajo la
imagen: "Don Domingo, para secar las lágrimas del pobre Aneiros cambia con el de traje".
Y tanta eficacia logró su prédica, que en aun en 1911 Leopoldo Lugones se siente
tentado a polemizar con ella: "la posteridad no puede continuar en su engaño sobre
aquel general de la caricatura y del epigrama ( ... )" (Lugones, 1911: 226).
4 H k--
La Cotorra, 11-1-1880. Caricatura de Faría. Bajo la imagen: "Señor presidente: hace tiempo ya
iue yo he ceñido la frente de este valiente genio
Bajo la imagen: "Mascarjensis perpetuam"
nilitar de laureles. qué espera Vd. para nombrarle
eniente-general? que le de latigazos?".
n el cartel que sostiene el Sarmiento-militar: "Soy
:arnot 11, el primer estrategista de este siglo. Soy el
verdadero VENCEDEOR de Piojito, Caucete, del
hacho, de Naembé, de Dn. Gonzalo, de la Verde, de
ta Rosa, etc, etc, etc, etc, etc"
442
. -
¡1•
/ 4
E! Mosquito, 14-3-1875. Caricatura sin firma. E/Mosquito, 1-1-1888. Caricatura sin firma.
Bajo la imagen: "El invencible FeId-mariscal y Bajo la imagen: "-Yo tambien voy á llevar mi espada
su innumerable ejercito de habitantes de del Piojito al Museo. Estoy cansado de verla chorrear
Caranachav" 1 san2re"
- .osIrs DI ViA
tx:JiLT:i-1
f1
E/Mosquito, 30-1-1870. Caricatura de H. Stein.
Sobre la lámina: "Los trajes de viaje del presidente". Bajo cada cuadro, sucesivamente:
"De labrador. Para seducir á la agrícola Sta. F"; "De moro. Para visitar á nuestra oriental Republica
'ecina"; "De coronel. Para agradar á la belicosa Entre-Rios"; "De doctor. Para cortejar á la sabia
rdova"; "De gaucho. Para no humillar á la rutinera Corrientes"; "De maestro de escuela. Para
Loimidar 5 la picarezca Buenos-Ayres". - - --
443
El sátiro sanjuanino,
de talla grotesca y
espíritu dañino
Olegario Y. Andrade "Candidaturas" (1867)
-. -, -
Magnificada, orientada siempre hacia los desvíos, la locura puede aparecer bajo la
forma del cuerpo desequilibrado por la ebriedad. "El borrachón de Sarmiento", lo había
llamado La Nación, para desdecirse rápidamente —es Casimiro Prieto Valdés quien se
hace cargo—señalando que se trataba de un dudoso error de imprenta (donde se lee
26
"borrachón", léase "bonachón".
21
e
i
k.
El filasquito, 14-11-1875, p. 2. Caricatura II '.Io.squiio, 25-4- 1875, p. 2-3. 1 )LaIk.
sin firma. Avellaneda y Sarmiento contemplan el desfile
del "carro municipal" mitrista (y. la imagen
Sarmiento y Avellaneda en la completa en el capítulo anterior, p. 319).
inauguración del Parque Tres de Febrero.
En la botella que sostiene Sarmiento, a punto
Bajo la imagen: "-Dn. Do.: Perdidos en el de probarla: "Agua de Colonia".
bosque nos hallamos.
Dn. Ni: Consultemos Ja brújula y
salgamos".
Aun años después, en plena campaña por las leyes de educación laica (febrero de 1883),
y frente a un discurso contra la educación religiosa que Sarmiento ha dado en
Montevideo, Pedro Goyena, en un artículo anónimo, le arroja el mismo calificativo por
vía de la metáfora —el diario desde el que lo hace es pudoroso--: "estás ebrio de
vanidad, de mentiras y de calumnias! ¡animalis horno!".28 Sarmiento le responde al día
445
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446
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fl II-. iw,
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-
447
El Mosquito, periódico de caricaturas que no eran sino grupos de figurones chatos en que la
cargazón de tinta suplía al rasgo incisivo, ó para decirlo en dos palabras, á la sobriedad
propiamente artística, representaba el ingenio criollo: colección orejas asnales, jetas de mono, y
demás factura, cuya ridicula monstruosidad nos resulta algo así como la paleontología de lo
grotesco. (Lugones, 1911: 255-256 n. 2; subrayados míos).
El Mosquito, 18-2-1883.
o - . .. Tapa. Caricatura sin
.
. firma.
-
—. 1 . .. Rajo la imagen: "El
Mosquito tambien quiere
- felicitar al viejo Domingo
.. • ' en su septuagesimo
• •;... .,. .. . segundo cumple-años y
EEE
que tuvo lugar en un
sihestre bosque de Sn
Afirma Belin Sarmiento, en un intento -de efectos casi inverosímiles- por suavizar
cualquier costado antipático de su abuelo: habiendo pronunciado su discurso sobre
"( ... )
Darwin, la primera página del Mosquito representaba el nacimiento de Sarmiento "en los
bosques primitivos de San Juan". Eran dos gorilas perfectos, la madre y el hijo. Grande
fué un día la sorpresa de Stein al saber que el dibujante había sido el mismo Sarmiento"
(Belin Sarmiento, 1905: 196).
Por eso, es además el personaje que con más frecuencia puede aparecer desnudo
o casi desnudo en la caricatura: vestido o desnudo, la piel de Sarmiento –que asoma,
cada vez más insistente, en su cabeza pelada— se puede mostrar sin pudores (del
dibujante!) porque, sencillamente, es un animal.
448
El Mosquito, 29-6-1879.
Caricatura sin firma.
El exceso hace además que, en una prensa satírica que no abusa de las analogías
zoológicas, existan sin embargo otras versiones animalescas de Sarmiento. Así, además
de murciélago y de mono, puede ser un previsible burro
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$ ¿
E/Mosquito, 29-3-1868.
Caricatura de U. Advinent.
En la trompa: "Nacional". Bajo la imagen: "El pobre elefante caído trata de pegar a todas
con la trompa pero no alcanza..."
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La naturaleza y sus excesos, por último, no sólo asoman bajo la forma animal.
Mucho más revulsiva, por más imprevista, es la feliz ocurrencia de Martínez Villergas
en su Sarmenticidio de 1853. El subtítulo de su exitosísimo folleto, "a mal sarmiento
buena podadera ', encuentra un devenir-vegetal inscripto en el nombre de su héroe. 31
De sugerencias rizomáticas y desmadradas, el nombre del folleto tiene la economía
memorable de la injuria, y obtura o, al menos, desplaza a un segundo término la lectura
de sus argumentos (que se entretienen en contradecir la versión que da Sarmiento de
España en el volumen de sus Viajes (1849)).
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La Cotorra (1879)
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Una de las formas más notables en que se expresa la voluntad de ser escritor es
la aparición de una firma y la reafirmación de un nombre propio que se pone al servicio
de la escritura. En el caso de Sarmiento, la escena en la que él mismo —no ya sus
contemporáneos-- nana su iniciación literaria tiene un núcleo explícito allí. Se trata del
pasaje de la seudonimia, entendida como impostación de una voz y de una perspectiva
(Un teniente de artillería) -a la vez difuminada por el artículo indefinido en que el
teniente se pierde en la batalla, y singularizada por el carácter épico, elevado de este
teniente que recupera la crónica-, al reconocimiento de la autoría (antes que nadie, para
él mismo (lo que ocurre, una vez más, en Recuerdos de Provincia)). En otro pasaje, el
más célebre y recurrido de su obra, hay también una iniciación que habla de ganarse un
nombre: el que consigue, en Facundo, el anónimo escritor de consignas políticas en
francés, en la sala de los baños de Zonda, convertido, publicación del libro mediante,
en autor que desde Chile fustiga a los tiranos con su nombre y su firma, impresos en
libros que traspasan una vez más la frontera hacia la patria y se convierten, "como su
héroe, en un mito". La aparición del nombre propio es en ambos casos un triunfo: y no
únicamente un triunfo biográfico, individual; es también un triunfo del talento y de la
verdad, sancionado por la aclamación de los lectores. La primera persona, el yo, queda
completamente encubierta por la onmipotencia del escritor.
452
Quizá por eso el ataque más sagaz que pueda hacérsele es, justamente, el
negar la sustancia de esa firma y de ese nombre; porque al hacerlo, se niega la sustancia
de su réferente. Así lo hace, de manera ejemplar, Juan Baütista Alberdi, uno de los
mejores lectores que tuvo tanto su obra como su figura pública: "Pórque Sarmiento, en
sí mismo [afirma Alberdi en sus Escritos póstumos], no es nada. Es una fantasma cuyo
valor tótal consiste en su apariencia de ser algo". 32 Desde perspectivas muy diversas
aunque no necesariamente inconciliables, disciplinas como el psicoanálisis, la
sociología de la cultura y la crítica literaria han reflexionado largamente sobre el
nombre propio y también sobre el nombre de escritor en tanto dispositivos. ¿Es posible
pensar, entonces, aun, en que persista una sustancia? ¿Qué ha hecho, en todo caso,
Sarmiento, para burlar la amenaza de volverse, como su nombre, fantasma? -
Intraducible, constante en cualquier lengua, el nombre propio porta, como uno
de sus rasgos definitorios un trazo que lo une a su portador. Desmadrado, desbordado
por la voluntad de uñgirlo con múltiples sentidos y de llenarlo con predicados que den
cuenta de sus acciones, la amenaza del nombre desbordado es, sin duda, el apodo. Se
sabe –el anterior y sumarísimo repaso es una prueba—que Sarmiento recibió muchos.
Pero el gran ñeso del apodo no es que reemplace al nombre, .sino que se deposite sobre
él, como una mancha, una mota de polvo que, opacándolo, lo deja entrever. Pero antes
que intentar limpiar o restituir el brillo a su nombre, Sarmieñto elige dos esfratgias que
redoblan la apuesta. Por un lado, es el primero en descubrir, subrayar y finalmente,
adoptar –cuidándose siempre de señalar su autor- los sucesivos apodos que recibe. Y
por otro, reemplazando el nombre propio por el pronombre de primera persona. El
dislocamiento pronominal del auto engendramiento se potencia y continúa en este gesto.
Si el nombre propio es por defmición la falta, lo que demanda ser llenado por atributos,
acciones, valores; Sarmiento invierte la relación de fuerzas y elige el deíctico, palabra
de fondo inagotable, y en la que por definición no hay falta, desde que se llena con el
contenido de su enunciación. Ni apellidos, ni linajes, ni rasgos heredados, entonces, a
menos que se los convoque. Apenas un título, de lo más ramplón: "Yo soy Don Yo,
como dicen", anuncia, y de inmediato agrega: "pero este Don Yo ha peleado veinte años
a brazo partido con Don Juán Manuel de Rosas y lo ha puesto bajo sus plantas;..) todos
los caudillos llevan mi marca". 33 "Invención de Alberdi", llamará tempranamente y en
carta abierta a ese apodo del que se apropia. 34
"A mi progenie me sucedo yo", no obstante, recordémoslo nuevamente, había
escrito en Recuerdos de Provincia. Agregado el título, el mote de "Don Yo", con que lo
453
"(..)Elmariscalsegún
. declaración de su diario
compro el sabado pasado tres
"Cotorras" para "refocilarse
- 1
4
- . con sus espirituales
. caricaturas" (testual)
manifestando con tal acción,
klÍ, •
. .
dos cosas buenas: -la primera,
que las caricaturas de "La
Cotorra" son cultas cuando el
y.
1 •. ,. mariscal no se ha encontrado
• . ofendido por ellas, hallándose
gracioso en el estudio de su
-/
cabeza, hecho por nuestro
• • • . .7 dibujante; y segundo, que D.
•::ig •. -•. Domingo Faustino, es tan
IK /1
afecto a su propia popularidad
•
• que se refocila hasta de verse
- . • vestido de moro. (...)" (texto
r\i(yit:_
completo del suelto en el
"Apéndice", p. 562).
La Cotorra, 1, 24; 21-3-1880; p. 2. dibujo sin firma [,Faría?].
Bajo la imagen:" 'L'Homme du Jour' (El hombre del Dia) 6 sea
el candidato No. 4 y sus proclamadores"
455
• 1. El Mosquito, 1-5-1870. Caricatura inicialada "H.S." [Henri Stein]. Bajo la imagen: "La
última cabeza d la hidra que ha sido cortada un millón de veces". En la cabeza por cortar:
"López Jordán". En las ya cortadas: "Castro", "Paraguay", "San Luis", "Cepeda".
El Mosquito, 8-9-1872. Caricatura sin firma. Detalle. Sarmiento como bebé al que Mitre está
cambiando los pañales. -
S. El Mosquito, 9-11-1879. Caricatura sin firma [Faría]. Sobre la imagen: "La solterona
Dominga". Bajo la imagen: "Quien me dara una ocasion de pelea? Busco camorra á todos y
voy á morir sin haber desenvainado mi espada Toledana".
El Mosquito, 21-4-1874. Siñ firma. Detalle. Bajo la imagen: "Gran triunfo de D. Bartolo
presidente de un... candombe". A la derecha de Sarmiento, Mitre.
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457
El Sombrero de Don Adolfo, 17-10-1 875. Bajo la imagen: "Por fin realicé mi ideal... [el
Parque 3 de Febrero] ¿Y no me harán general??"
it El Mosquito, 15-1-1871. Caricatura sin firma. Sarmiento "fumado en pipa" por Mitre.
quejará todavía mi patron Dn. Populus! Y dirá que el servicio no sirve en Bs-Ayres! Si es de no
concluir! Unicamente para la limpieza de esta casa se necesitan diez chinas como yo".
El Mosquito, 25-4-1886. Caricatura sin firma. Detalle. Sarmiento como uno de los
personajes de actualidad que mejor hace "el oso".
El Mosquito, 18-4-1886. Caricatura sin firma. Detalle. Bajo la imagen: "Entierro del carnaval
de 1.886". En la sotana del cura Sarmiento se lee, reiteradamente: "yo".
458
12.
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13.
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16.
18
459
El Mosquito; 30-1 1-1887. Caricatura sin firma. Bajo la imagen: "-He visto en el catálogo
general de LA CIUDAD DE LONDRES que tenia en venta traj es de baño y como voy á los de
Mar del Plata en Diciembre, quiero tambien ser higli-life".
El Mosquito, 9-1 1-1 872. Caricatura sin firma [H. Stein]. Detalle. "La San Bartolomé
Porteña".
El Mosquito, 7-2-1886. Caricatura sin firma. Detalle. Sarmiento como payaso en la comparsa
de candidatos para la elección presidencial. En su globo: "Censor" (en alusión a su diario). En
su sombrero "Yo ¡soy el / posible [candidato]".
El Mosquito, 11-1-1880. Junto a Carlos Tejedor, "Don Quijote de la lira" [en alusión a los
autonomistas "líricos"].
El Mosquito, 4-2-1883. Caricaturá sin finna. Detalle tapa. Bajo la imagen: "Carnaval de
1883.- Disfraces hay que no lo sony trajes hay que lo serían".
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20. 21.
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22. 24.-:
23.
26.
27.
25.
1
)APIE
461
En el pedestal de la estatua: "Gral. Dn. Domingo. Vencedor de Piojito. Creador del magnífico
puerto de Buenos Aires, del Parque 3 de Febrero, de los Manglares, etc. Protector de animales y
1
enemigo de los burros."
463
5.2 Mansilla
Así como Sarmiento maneja con soltura los códigos de la sátira, que padece, disfruta y
practica, Mansilla, otro gran creador de ficciones argentinas del siglo XIX, se define por
la pasión por su propia imagen. Acontecimientos vividos o recordados, anécdotas
propias o ajenas, ensoñaciones y fantasías que apenas atisba: todas tienen como centro
al menos una estampa personal, un disfraz, un atuendo o una gestualidad definidas al
detalle. Se trata, en todós los casos, de figuras que Mansilla inventa o de las que se
apropia, y que su escritura no solo registra, sino que goza, además, al describirlas en
detalle y al dejar entrever sus proyecciones siempre ambiguas. Por eso, frente a la
imagen –y sobre todo, frente a su propia imagen— Mansilla se defme como un
coleccionista de estampas. Y como tal, privilegia la falta por sobre la serie, que sabe
incompleta. Así, la serie de sus figuras y representaciones posibles siempre reserva un
lugar para una figura más. Esa figura, el casillero de aquella imagen por formularse y
que –como en toda colección que se precie—reclama su necesidad desde su ausencia, es
uno de los disparadores que su escritura persigue tenaz, apasionadamente.
Había nacido en 1831 y creció en la segunda mitad del siglo XIX, cuando las
tecnologías reproductivas de lo visual –litografia primero, fotografia y fotograbado
mucho después--- organizaban una mirada nueva para europeos y americanos,
ofreciendo a los lectores de periódicos ilustrados una mirada para dar forma al mundo,
de la mano de las imágenes reproductibles y baratas. Pero además, Mansilla fue sobrino
de Rosas. Es decir: participó desde su infancia de los interiores de un régimen que
articuló, como nunca antes, imágenes y palabras en el centro del poder estatal y que
hizo de esas retóricas una adera poética política, impresa en carteles, banderas,
mobiliario, roja, alhajas, adornos. La imagen política avanzó invadiéndolo todo hasta el
1.
más mínimo detalle, como sosteniendo un mundo que–si no se miraba a sí mismo en
ellas- parecía correr el riesgo de perder el sentido. Tal vez haya sido esa sobredosis de
icónicas fuera de lugar la que empujó a Mansilla a preferir las imágenes reproducibles a
gran escala, como las litografias y fotografias, frente a los retratos al óleo, destinados a
las reveréncias interiores del hogar o del club.
464
Pero tal vez convenga enfocar la cuestión al revés: habría que pensar que Mansilla juega
a ser un general dandy y pone el adjetivo en su lugar, como cuestionamiento juguetón
de ese carácter marcial tan inverosímil como, al mismo tiempo, sustantivo. Y es que
tempranamente, la caricatura deslinda para Mansilla una imagen marcada por el
oxímoron. Pero al mismo tiempo, no es esa la tensión que construye su figura de
escritor. Entre las muchas imágenes litografiadas de Mansilla, una sola se detuvo en ella.
como la que construye a un autor: a la derecha, el sueño de los indios; a la izquierda, el
anaquel donde ya se apilan dos tomos de los "Indios ranqueles".
Ese cuadro solitario permite organizar toda la serie. De espaldas a los indios, de frente
al anaquel en que se apila su obra, ¿qué escribe Mansilla? "Está parado el progreso pero
los indios adelantan", comenta el epígrafe, sin que los lectores sepamos a quién atribuir
la frase. ¿Es la interpretación de un Mansilla de ceño fruncido, fastidiado por la actitud
oficial de censura de su excursión? ¿Es el periódico el fastidiado, por las sanciones
reçibidas por el general, que lo tienen clavado frente al escritorio? ¿O son los ranqueles
escritos los que adelantan, por mediación del escritor clavado al taburete, doblado sobre
la mesa, a caballo entre dos mundos? La caricatura evidencia lo que la escritura de
Mansilla tematiza: el cuerpo del escritor está siempre en el medio de sus ficciones. El
cuerpo es el primer medio para la ficción: escribirse una figura es darse a leer, darse una
leyenda. De ahí que las caricaturas de Mansilla sean también su primera y más
inmediata lectura crítica, puesta bajo los ojos de sus lectores.
466
5.2.2 A caballo
Si Sarmiento, como Mansilla, gusta retratarse, juega a la caricatura y coquetea con
el disfraz, en Mansilla esas caricaturas, retratos y disfraces están mediadas siempre por
su reescritura en un texto que se incorpora a la propia obra. 39 En efecto: en el caso de
Mansilla, en cambio, las imágenes parecen siempre partir de una representación ya
prevista —pero no necesariamente explícita-- en el texto, o abrir un espacio para ser
retomadas por la narración. Retratos y caricaturas tienen poco de explicativo, menos aún
de descripción: en ellas, en la cuidadosa composición de detalles llamativos o
discordantes resulta así extrañamente dirigida o prevista por el autor: se trate de retratos
para los que Mansilla "posa" o de caricaturas de Mansilla, existe en ellos un texto
potencial, posible, que se escribe y los incorpora a la obra. Si se piensa en las muchas
anécdotas o relatos que tienen a Mansilla como personaje, el procedimiento es el
mismo: Mansilla suele exhibir la circulación de esos textos incorporándola a los
propios, reescribiéndolos, prometiendo mejorarlos, completarlos, e incluso, acallarlos.
Ese medio, ese cuerpo escrito, es también un campo de combate.
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Cuerdas
Para El Mosquito, Sarmiento es siempre susceptible de ser movido al primer tirón de un incauto (ya
sea, en este caso, Dardo Rocha (6-12-1885), o bien el propio periódico; y. más arriba, p. 433 de este
mismo capítulo). Mansilla, en cambio, maneja él mismo las riendas del "carro" del periódico que se
anuncia "Fábrica de fama" (ala sazón: ¡las barbas de Alem! El Mosquito, 1890).
467
Las dos discusiones más interesantes y más explícitas que sostuvo Mansilla con sus
caricaturistas -y también con sus caricaturas- se concentran en los últimos años de la
década del 1880, tal vez los de su figuración política más exitosa, antes de la revolución
del Parque (1890).
La primera tiene como vehículo y protagonista al periódico de caricaturas más
importante y más famoso de la época: El Mosquito. Como hemos visto, Henri Stein, su
director, tiene habitualmente una relación amabilísima con los liberales cercanos a
Juárez Celman; con Roca, el vínculo es de clara pleitesía. Sus dibujos se tensan, en
cambio, cuando el protagonista es Mansilla. Stein busca con insistencia al personaje, y
lo encuentra muchas veces en trazos que dan a leer las figuras de su literatura:
hipérbole, puesta en escena disparatada de la enunciación, florilegios y desvíos que dan
un Mansilla de espalda artificiosamente curva —rasgo, este último, que se convierte casi
en isotipo del personaje--. 4° (Si para la prensa satírica la clave de Sarmiento es la
variabilidad infinita del deíctico, la de Mansilla será la opuesta: el énfasis sostenido en
una extravagancia pertinaz, que se traduce en la curva recurrente que enlaza todas sus
imágenes impresas, y se convierte en el arco de la espalda).
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fallidos.44 Si hay una herencia a repartir tras la muerte del caballo, los dividendos deben
ir para su verdadero autor: el caricaturista.
Pero la derrota del personaje no es completa. Años después, cuando el periódico
decida agregar a su nombre el subtítulo de "fábrica argentina de fama, datos para la
historia y conservas para la posteridad", reconocerá a Mansilla el papel conductor de esa
popularidad, dándole las riendas del carro que la distribuye (cfr. la imagen más arriba, p.
494).
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¿Se trata realmente del honor de la cámara? ¿Es la traición de Sojo, a quien, según
declara en plena sesión, ha pagado personalmente para qué hiciera caricaturas políticas
a favor de Roca, y ahora se revela como un traidor, lo que lo irrita?47 ¿Qué lo punza de
esa imagen, qué parecido lo perturba, lo toca desde la caricatura de Don Quijote? Laura
Malosetti Costa ha detallado el modo en que todo el episodio Mansil1aSojo se inscribe
en el debate modernizador entre identidades étnicas e 'identificaciones de base política,
474
como las que eficazmente construye Sojo desde su periódico.48 Sin, duda. Pero tal vez
sea menos porque Mansilla creyera en las identidades estables o estabilizadoras, que por
el hecho de haber sido capturado en el recurso caricaturesco más antiguo de todos:
Mansilla carnero es una metáfora previsible, prevista en las palabras que gritaba -
Mansilla lo declara en esa misma sesión-- "la barra, el otro día". Un Mansilla colócado
en el zoológico, instalado en el código que la fisonomía —una narración moderna, que
actualiza los mismos ribetes morales de la fábula--. Porque aun cuando se le dibuje un
rostro y se le ponga un nombre, en la caricatura de Demócrito Mansilla ve -
acertadamente-- desdibujado todo rasgo de personalidad, incluso todo rasgo sexual. El
dibujo lo muestra decodificado únicamente en términos de su especie: es decir, en
función de su clase.
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MIIIIII
Don Qu/ot', 4-9-1887. Caricatura de Demócrito.
Don Quijote, 18-2-1888. Caricatura de
Detalle Mansilla (y. cancatura completa en el
Demócrito. Detalle Mansilla.
Capítulo_4,_p._409)
Tal vez porque es justamente allí donde se siente alcanzado, Mansilla contraataca con la
xenofobia y la fijeza: "El galleguito Sojo, a cualquier casa, a cualquier parte que vaya,
siempre será el galleguito Sojo" y se pone a reparo, subrayando la divergencia, la
diferencia que restituye la marca de su personalidad: "Fíjese la cámara en que yo no me
quejo personalmente del galleguito Sojo: si yo lo encuentro, le voy a dar de patadas,
como hombre". Frente al desaliento de Mansilla, desnudo en la caricatura que está
exhibiéndose en la cámara, el debate se prolonga de manera tan inverosímil como
reconocible (al menos, si se conoce tanto la retórica parlamentaria como el placer por la
digresión en la escritura mansillesca): es necesario distinguir si el caricaturista debe ir a
la cárcel o la penitenciaría; la cancatura no está firmada por Sojo sino por Demócrito,
¿es él realmente el autor? ("Yo le digo que es Sojo, es Sojo", se irrita Mansilla, "el
galleguito este me tiene muy cargado") ¿puede la cámara ser juez y parte? ¿es desacato -
o cuestión de privilegios? ¿no seria conveniente organizar una comisión ... ? Pero
475
• todavía resuenan los gritos de la barra: "Afuera los carneros! ¡Abajo el carnero
Mansilla!". Y frente a uno de sus colegas, que le aconseja socarronamente, tener
paciencia, finalmente, descarga: "Y digo y sostengo que• si hay cosas desagradables
sobre la tierra, es verse colocado en la condición de carnero, y señalado con nombre
propio y con una cara que yo no puedo menos de decir: Esa es la cara del generál
Mansilla." En un último gesto, la víctima quiere arrogarse el poder de ser él quien
sancione el parecido: Mansilla apuesta a capturar e incorporar dentro de su sistema la
imagen caricaturesca, no importa cuán deformante o corrosiva sea. Con esta imagen,
• solo se puede hacer justicia: literatura, nunca.
Pero para Sojo, no habrá fmalmente ni cárcel ni derrota: no hay mejor
recompensa para el caricaturista como el reconocimiento anunciado a gritos por la
propia víctima. Sin embargo, una vez más, la tensión no se sostiene: incluso antes de la
revolúción del 90, que lo hará caer en desgracia, Don Qujote se vuelve
condescendiente, y comienza a retratar a Mansilla humano y vestido. A su vestimenta se
incorpora, bajo el' zapato, una herradura (con la que, ironiza Sojo, le pegaría al
galleguito). Y sobre todo, la pelvis. Combada y roma, y siempre rodeada de, huevos,
aunque fuera de lugar. Mansilla va apoyándose en uno o en otro, los usa de sombreros,
sale de o hace equilibrio- sobre 'ellos. O termina, simplemente, pisándolos,
arrastrándoloS.
111
Don Quijote, 20-11-1887. Caricatura de Don Quijote, 16-2-1890. Don Quijote, 12-4-1891. Caricatura
Demócrito. Detalle Mansilla. Caricatura de Demócrito. de Demócrito. Detalle Mansilla.
Detalle Mansilla. Bajo la imagen: "Si hombres como
este belitre, entran en el pacto en
danzal Que no cuenten Roca y
Mitre con Don Quijote y su lanza."
476
5.2.4 Evoluciones
Después de Mis memorias, publicado en 1904, los textós de Mansilla se cargan
de marcas de época, se debilitan. Tras la revolución del noventa, y más todavía
doblando el fin de siglo, su injerencia en la política argentina había ido también
diluyéndose, como se diluye, en parte, el lenguaje de la sátira política ilustrada, que
toma nuevas formas en el humorismo de los nuevos magazines. Solo ocasionalmente
sus dibujos aparecen en ellos. Es también muy posible que los lectores, por su parte,
hayan ido teniendo menos presente la estampa de Mansilla: cada vez que su imagen
aparece es necesario poner su nombre debajo de la foto o el dibujo. De la mano del decó
y la modernización periodística que trae Caras y Caretas, las imágenes de Mansilla van
volviéndose cáda vez más bidimensionales, más planas. El contraste es mayor si se
observa una caricatura como la firmada por Manuel Mayol firmada en 1899, "El general
diplomático", donde se reconocen las características de la vieja cancatura del siglo XIX
—romántico positivista, figurativa-, en la que el dibujante intenta desbordar a través de la
acumulación de carteles lo que la síntesis gráfica no llega a comunicar.
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encuadradas por el mercado, y en las páginas de Caras y caretas, una de las famosas
fotos de Witcomb parece servir de referencia a una publicidad de licor para mujeres.
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Lucio V. Mansilla. De izquierda a derecha: Dibujo de Cao para Caras y Caretas; retrato al regresar
de su último viaje a Europa (ambos en Caras y Caretas, respectivamente 5-9-1903, y 12-9-1903) y
retrato de Pelele [Pedro Ángel Zavalla] para su álbum Los Sudamericanos en Europa (1906).
Pero entonces, posiblemente en memoria de los viejos tiempos, José María Cao
—una vez más el segundo Demócrito, los restos de Don Quijote al ataque- logra volver a
sorprenderlo haciendo gala del arte de injuriar. En el extremo opuesto al de Pelele, Cao
479
diseña una caricatura que organiza, de acuerdo con la teoría de Ameghino, el origen del
hombre —y el hombre es, en este caso, el zorro, Roca-. 50 La imagen es memorable,
insólita, eficazmente agresiva: a Mansilla, que amaba las genealogías y que insistió en
alambicar la propia, tal vez no le disgustaría cenar con ella su colección.
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Caras y caretas, 20-4-1907. "El origen del hombre según el Dr. Ameghino", por José María Cao
(Detalle).
El Mosquito, 4-1 1-1877. Bajo la imagen: "C Wisner: -Caramba! No me acuerdo mas donde esta la
mina de oro. MANSILLA: - ¿Y si le preguntamos á esta interesante paraguaya? - Wisner: Niña, sabes
donde estan las minas de Amambay y Maracayu? La Niña: Si, señor, estan una al lado de la otra".
Gran Almanaque de El Mosquito para 1886. Caricatura sin firma [Henri Stein]. Bajo la imagen:
Pajarero, loro del Paraguay!".
S. E/Mosquito, 7-2-1892. Caricatura sin firma. Detalle (Mansilla, una sirena, sobre la cabeza de Roca).
Sobre la imagen: "El Mosquito - Los naufragios del día".
El Mosquito. Sin firma. Detalle del frontispicio a partir de la muerte de Sarmiento (septiembre 1888).
El Mosquito, 31-1-1892. Caricatura sin firma. En manos de Mansilla, un papel donde se lee
"Candidatos del Acuerdo [entre Mitre y Roca] para Senadores y diputados". Bajo la imagen: "Mansilla: -
¿No estoy en la lista?... Bah!.., lo que es los que estan, creo que se van á quedar tan afeitados como yo."
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482
Notas al Capítulo 5
Domingo F. Sarmiento, "El estado de sitio", La Tribuna, 23 de Diciembre de 1876; OC XXXI, 134.
2 Lucio V. Mansilla, "La madre y el hijo", Sud América, 28 de agosto de 1890 (Mansilla, 1997: 148).
ese mismo tiempo don Domingo F. Sarmiento (1837), en sus ratos de ocio y por juguete, en tertulia
de amigos, redactaba periódicos manuscritos, hacía versos." (Hudson, 1898: 389).
"La afición de Sarmiento por el dibujo se remonta a sus años mozos. Merece observarse que tanto los
trabajos a los cuales se refirió alguna vez, como los pocos que han llegado a nuestros días, ejecutados
todos a modo de agradable pasatiempo, presentan carácter humorístico. Antes de los veinticinco años, el
mayordomo de minas de Copiapó, distraía a los compañeros de la ruda labor haciendo divertidas
caricaturas de toda clase de bichos. ( ... )", afirma Alberto Palcos (1945: 125). En la misma edición se
reproducen algunos de esos "trabajos". Todos ellos participan evidentemente de la síntesis y la economía
de la caricatura, aunque no siempre parecen ser --necesaria o, en todo caso, deliberadamente--,
"humorísticos".
5 Algunos años antes, en 1842, el cura, militar y caudillo mendocino federal José Félix Aldao había
promulgado un bando que decretaba que "todos los unitarios son locos". Esta tipificación tenía un valor
jurídico de consecuencias eminentemente políticas y económicas, además de sus connotaciones médicas
y-o morales: la declaración de locura conllevaba la de irresponsabilidad y esta, la incapacidad para
"testar, ser testigo, tener personeria civil ni política, ni poder disponer de más de diez pesos". Las
leyendas notariales que Juan Manuel de Rosas habría impuesto poco después para los documentos
públicos ("mueran los salvajes unitarios", "mueran los locos, traidores, salvajes unitarios") habrían tenido
ese origen. -
6
Agradezco muy especialmente a Juan Pablo Canala, bibliotecario de la Sala del Tesoro de la Biblioteca
Nacional Argentina y colega adscripto de la cátedra de Literatura Argentina II de la Facultad de Filosofia
y Letras, el haberme llamado la atención sobre este folleto, así como el haberme facilitado el acceso a él.
A la yeta fuertemente satírica de la polémica con Domingo Godoy (1843), puede añadirse, por ejemplo,
"una parodia del Facundo" que, según informa Diana Sorensen, fue publicada por el Diario de Santiago,
en Chile, y donde el sujeto biografiado era el propio Sarmiento (Sorensen, 1998: 52).
8
Señala Michel Foucault: "...a principios del siglo XIX vemos aparecer de manera muy repentina un
criterio de reconocimiento y atribución de la locura que es absolutamente distinto; lo que caracteriza al
loco, el elemento por el cual se le atribuye la locura a partir de comienzos del siglo XIX, digamos que es
la insurrección de la fuerza, el hecho de que en él se desencadena cierta fuerza, no dominada y quizás
indominable." (Foucault, 2005: 19). La figura del "loco furioso" —que aparece ya en el derecho indiano y
persiste en el moderno derecho codificado- subtiende muchas de las acusaciones y de las chanzas que
recibe Sarmiento, y su fuerza sostiene más de una vez los autorretratos que Sarmiento se diseña.
9 El loco es, de hecho, una de la posibles figuras del panfletario: "Le pamphlétaire es un traitre, un
malade (bourreau de soi-méme) ou un fou. Porteur d'une inacceptable vérité, il cherche á se rendre
insupportable" (Angenot: 1982, 78).
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Varios críticos literarios han insistido en el modo en que Recuerdos de Provincia, organiza una
genealogía de la locura de Sanniento, destacando el gesto de lítote que erige un linaje prestigioso para
rebajarlo en el mismo movimiento (V. Sarlo y Altamirano: 1983; Rodríguez Pérsico: 1993; Molloy:
1996; Rosa: 2004). V. también, más adelante en este mismo Capítulo, "5.1.4 El nombre y el pronombre",
p. 451 y ss.
Opina sobre ella Echeverría: "Pensó conquistar una posición excepcional única, y se ha convertido en
el blanco del ridículo y en el hazme-reír de todos los hombres sensatos" (790). Echeverría despliega el
epíteto en una serie léxica y conceptual ("desvela", "deschaveta", "lo hace desbarrar", "se haya
extraviado") cuyo máximo hallazgo es, probablemente, que arranca a la palabra "loco" de todo contexto
político partidario y, por el contrario, la literaliza. La ironía ("tan bello talento") es tanto más injuriosa
porque pone su objeto en un escritor, que no advierte que su propia prédica política lo está convirtiendo
en un melancólico Alonso Quijano (con la injuria que supone el "verse reducido a un tipo", vale decir,
negada toda su excepcionalidad, originalidad o libertad de acción).
El otro escritor de la escena, el Echeverría sobre cuyo bello talento Sarmiento había ironizado en sus
Viajes parece, por su parte, ensayar en esta frase, algo perversamente, una escena de su propia obra: la de
483
la perplejidad de los "sayones", frente a la muerte del "joven" de "El matadero". En la transposición
literaria que ofrece el cuento, la torpeza y la risa que podía despertar el "joven" quedan atemperadas por
su heroísmo. Angenot señala que la identificación con Don Quijote es otra de las figuras previsibles que
se autoatribuye el panfletario ("Le pamphlétaire s 'en console, en s 'identifiant á Caliban, á Don Quichotte,
á Jésus au milieu des marchands, autres fous lucides.....; Angenot, 1982: 78).
2
de provincia comienza con dos epígrafes. El primero, y más célebre, es aquel en que traduce
un conocido pasaje de Macbeth. En la versión de Sarmiento: "Es este un cuento que con aspavientos y
grito, refiere un loco i que no signfica nada ". En esta cita de Shakespeare que Sarmiento atribuye a
Hamiet, Ricardo Piglia ha encontrado la síntesis del productivo.desvío por el que "la barbarie corroe el
gesto erudito", (Piglia: 1980). Ya Leopoldo Lugones había reparado en el mismo epígrafe, para afirmar
también su hipótesis sobre los modos de citar y de traducir de Sarmiento: "En vez de an idiot, dice afool,
confusión evidente con el ful! of sound del texto original, deformando consecutivamente en with sound, lo
cual prueba a la vez que Sarmiento citaba de memoria" (Lugones: 1911). El desvío que descubre Piglia, el
deslizamiento entre el sonido y el sentido (idiot/full/fool) que advierte Lugones, dicen una y otra vez la
posición de enunciación que Sarmiento diseña para sí en el momento liminar de este texto que quiere
central para su proyecto estético y político: quien enuncia es un loco.
Si el epígrafe instala la enunciación en el cuento de un loco, la exhibición de la cita deja en claro
que no se trata de un cuento cualquiera, sino de uno trágico y que, además, forma parte por derecho
propio de la tradición cultural occidental. El segundo movimiento —diseñado ya en el cuadro genealógico
de las primeras páginas del texto autobiográfico- inscribe la locura en el linaje (Rosa: 2004). El tercero,
ratifica el carácter latente de la locura como un rasgo ya no heredado, sino idiosincrásico, individual: da
sustento biográfico, a partir de la reconstrucdón de una brevísima escena de la novela de aprendizaje:
• .dependiente de comercio en Valparaíso, mayordomo de minas en Copiapó, tahúr por ocho días en el
Huasco, hasta que en 1836, regresé a mi provincia, enfermo de un ataque cerebral, destituido de recursos
y apenas conocido de algunos,..." (Sarmiento: 1850; 233). Al inicio de su "vida pública" esta escena
fugaz en vertiginoso cambio de ocupaciones durante el primer exilio chileno deviene "ataque cerebral"
que deja una marca en la autobiografia.
13
Variará ocasionalmente, eso sí, el origen de aquella atribución original ("Mi título de loco me lo dio
Urquiza, que ha sido bastante cuerdo para sacar veinte millones de su vida pública", le escribe a Mary
Mann desde Nueva York, en 1867). Muchos años después, como prueba última de la construcción de un
mito personal que quiere legar a la posteridad diseñado con perfiles nítidos confesará o dictará al
historiador Adolfo Saldías una de sus escenas más acosadas, más deseadas. Es la voz de Rosas la que
habla, tras la lectura de Facundo: "El libro del loco Sarmiento es de lo mejor que se ha escrito contra mí:
así es cómo se ataca, señor; así es cómo se ataca; ya verá usted cómo nadie me defiende tan bien, señor"
(Saldías, 1911: 57). La locura se desliza aquí de la política, de la vanagloria y también de cualquier
sombra de ensoñación quijotesca: el "loco Sarmiento" se ha convertido, en esta escena ficcional por
defmición, en un nombre de autor: el satírico ha vencido a su enemigo en su propio campo, arrancándole
el sentido de sus palabras para invertir su connotación. Eficacia del ataque y escritura del libro son "la
locura": una y la misma cosa.
14
Véase, por ejemplo, los intercambios en La Tribuna, El Nacional (favorables a la candidatura de
Sarmiento) y La Nación Argentina (que apoyaba la de Rufino de Elizalde), citados por Rubé (2005).
15
Para un resumen del folleto y para la discusión de su posible autoría —atribuida a José Hernández,
Manuel Bilbao y Carlos L. Paz-, y. Carilla (1965). Carilla se pronuncia por la autoria de Bilbao; cabe
recordar que Carlos L. Paz fue uno de los fundadores de El Mosquito (y. la sección correspondiente del
"Apéndice", "Breve diccionario.....).
16
El "Gutiérrez" del epígrafe de la caricatura es José María Gutiérrez, a quien se menciona en varias
oportunidades en los capítulos previos. Gutiérrez, militar y periodista cón un estrechísimo vínculo con
Bartolomé Mitre, dirigía por entonces un periódico "satírico", pero sin ilustraciones, titulado La Matraca,
desde el que fustigaba a Sarmiento.
17
"A rey muerto, rey puesto. Asamblea general", El Mosquito, XXIV, 1343, 7-10-1888, p. 4. V. el
artículo completo, en la sección "Textos" del "Apéndice" de esta tesis (p. 569).
18
Otros americanos se refirieron también socarronamente a esta pretensión sarmientina (y., por ejemplo,
Vicuña Mackenna, Páginas de un diario durante tres años de viajes 1853-1854-1855, Santiago de Chile,
1856). El Biographical Sketch de Mary Mann que sigue a la primera traducción de Facundo publicada en
484
Estados Unidos (Life in the Argentine Republic, New York, 1868) reactualiza el tópico de la "ascendencia
árabe".
19
Sobre el concepto de "orientalismo", y. Said (1994); sobre su pertinencia y red de significaciones en
Facundo, Altamirano (1997) A propósito de la noción de "remedo" o "mimicry", y. Bhabha (1994).
20
"Carrier" en alusión a Jean-Baptiste Carrier, jacobino francés, famoso entre sus contemporáneos por la
violencia y crueldad con que decidía y hacía llevar a cabo las ejecuciones. La cita es de una Carta de
Wenceslao Paunero a Bartolomé Mitre, fechada el 24 de diciembre de 1861 (Archivo del General Mitre,
X, 256) citada en Campobassi (1975: 1- 505).
21
Sobre el personaje de "Piojito" y su apropiación por parte de la prensa satírica, y. también el capítulo
anterior.
22
"El General Dimanche", El Mosquito, XV, 757, 8-7-1877, p. 4 c. 1-2. V. el texto completo en la
sección correspondiente del "Apéndice" (p. 554).
23
"Se alquila al -mejor postor la pluma del escritor que tumbó a Rosas, que contuvo á Urquiza, que hundió
a Taboada, que colgó (dicen las malas lenguas) al Chacho, que sostuvo los gobiernos regulares y á veces
sus enemigos aunque imperfectos de Obligado, Alsina, Mitre, Avellaneda, y que no tiene levantado el
látigo de las Eumenides, sino contra tiranos, demagogos, pillos, explotadores, cínicos escribientes, y
cagatintas sin instrucción, sin delicadeza y sin vergüenza!". El texto de este aviso, irónico, está dedicado
por Sarmiento a los hermanos Gutiérrez, quienes desde su diario lo acusaban de lucrar con los sueldos del
estado y de no ser merecedor de su condición de general. V. "El Pueblo Argentino (sans argent)", El
Nacional, 5 de junio de 1878 (en OC LII; 312). -
24
Sarmiento no tarda en responder a propósito de la caricatura de El Mosquito. Y tras denunciar la
complicidad de este semanario con el diario de los Gutiérrez, declara: "vuelve a reanudarse el hilo de las
hazañas caricaturiales; vuelve la caricatura a ser repugnante, envilecedora, denigrante. Si hay algin
europeo en esa repartición del servicio bartolino, díganos si en su país se publican caricaturas así?". V.
"El Mosquito (llevemos cuenta)", El Nacional, 13-6-1878; en OC XXXIX; 222. Dos semanas más tarde,
Sarmiento reclama se apliquen restricciones a la caricatura "como elemento de difamación política (El
Mosquito) por ejemplo", del tipo de las que contemporáneamente existen en Francia, además de la
prohibición de "colporter" [vocear, ejercer la venta callejera de] los diarios" ("C 'est le lapin qui a
commencé", El Nacional, 27-6-1878; OC XXXIX, 274-275). El Mosquito, por su parte, ha recibido el
apoyo de otro diario francés, Le Courrier de La Plata, y responde a Sarmiento.., transformando el
episodio en una caricatura.
25
Sobre la cuestión del traje en Sarmiento -una preocupación que atraviesa buena parte de su obra-- y.
esp., Facundo y Campaña en el Ejército Grande (particularmente, sus observaciones en el apartado "El
Rosario": "Mientras no se cambie el traje del soldado argentino ha de haber caudillos. Mientras haya
chiripá no habrá ciudadanos (...)", OC XIV., 162).
26
El episodio, sin fecha precisa, se ubica en las primeras épocas de la. presidencia de Sarmiento.
"Explicado hidalgamente el error, todo el mundo, Sarmiento inclusive, lo festejó á carcajadas", asegura
Moisés Numa Castellanos, autor del artículo. V. "In memoriam. Casimiro Prieto Valdés", en: -Caras y
Caretas, X, 440, 9-3-1907.
27
"El Pueblo Argentino (sans argent) ", OC LII, p. 309.
28
"Tristes escenas de un viejo ebrio de vanidad", La Unión, 18-2-1883.
29
"Polémica santurrona. Sin-santo. Les Cagots te Tueront - Paul Louis". El Nacional, 19-2-1883; OC
LII,p. 358.
30
Santiago Bilbao refiere también la existencia de una comparsa llamada "Los Sarmienticidas", aunque
no he encontrado más datos sobre este punto (Bilbao, 1962: 180).
31
Sobre Juan Martínez Villergas, y. también el Capítulo 4, donde analizo su Antón Perulero; y la entrada
correspondiente en el "Indice de nombres.....del "Apéndice" de esta tesis.
32
Alberdi, Juan Bautista, "Sarmiento (notas sueltas)", Escritos póstumos, M. Ensayos sobre la sociedad,
los hombres y las cosas de Sud-América, Buenos Aires, Imp. Cruz Hermanos, 1900; p. 517.
33
Sarmiento, Domingo F., "Polémica contra Guillermo Rawson, contra la Amnistía para los
revolucionarios de 1874: Sesión del 8 de Julio. La Barra y el Senado", OC XIX; 255.
485
34 "Hallaráen todo esto un poco de Don yo (creación de Alberdi) la más alta ofensa que me han hecho
aquellos a quienes llamo malvados o explotadores.
Es que de cuando en cuando tengo como ahora necesidad de sacudir el lodo de mis vestidos y mostrarme
como soy sin mancha desdorosa." Sarmiento, Domingo F., "Sr. Don Nicolás Calvo", El Nacional, 28-6-
1857; OC LII, p. 109. En cuanto a la idea de que el "Don Yo" haya sido creación de Alberdi, no he
encontrado la fuente precisa que pudiera motivar tal certeza. En una de las tantas intervenciones- sagaces
con que me acompañó durante la redacción de esta tesis, Patricio Fontana me ha hecho notar que Alberdi
publicó un artículo costumbrista titulado "Caracteres", entre los que se cuenta un "don yo"... Aunque
solo una lectura extremadamente sensible podría interpretar que este "tipo" –un "carácter" habitualmente
propicio para la crítica de los vicios sociales propia del género en que se inscribe— corresponde
puntualmente a Sarmiento. -
35
Michelet, Le Peuple, 1846. -
Arthur Rimbaud, «Lettre á Georges Lzambard du 13 mai 1871 », así como en la llamada « Seconde lettre
'du voyant' », adressée á,Paul Demeny le 15 mai 1871.
36
"D. Domingo, que es el último rol que me falta establecer, es un personaje en cuya boca se ponen frases
que pertenecen, de pública notoriedad, a uno de los hombres políticos del país. Ahora, y en este último
caso, si no hay alusión, no hay ofensa; y si hay alusión, de ninguna manera podría jamás darse por
ofendido el hombre público a quien se atribuyeran sus propios documentos y palabras, que constan en
escritos suyos y que él no ha retractado ni piensa retractar.
Si esas palabras son censurables, la censura, en ningún caso, podría recaer sino sobre su propio autor."
("Escrito de demanda contra la Municipalidad", transcripto en Municipalidad de Buenos Aires 1876;
112).
El "detalle" que supone la descontextualización de los dichos no figura, desde ya, en la argumentación de
Prieto Valdés. --
"El día de los muertos", 4 de noviembre de 1885; OC XLVI, pp. 84-91.
38
Para una semblanza biográfica completa de Mansilla, y. Lanuza: 1965 y Popolizio: 1985. Cabe advertir
que este último se basa casi exclusivamente en lo que Mansilla declara en sus escritos, incluso en
aquellos claramente ficcionales.
39
Para tentar una vez más la analogía: en este sentido, los retratos que Sarmiento se toma en Argel, con
atuendo árabe; y tras la batalla de Caseros, vestido de militar, analizados más arriba, serían
probablemente los únicos casos en que el gesto es paralelo al de Mansilla. -
esta última observación a Martin Kohan.
41
En febrero de 1869, La Tribuna publicó una carta de "Alí Bajá"–uno de los seudónimos audaces y
juguetones con los que Mansilla enmascara apenas sus colaboraciones desde la frontera. En ella relataba,
en términos mucho menos ligeros que los de la causerie, el episodio: "Cuando el coronel -Mansilla regresó -
de su correría por la pampa, encontró aquí a una diputación de indios, enviada por Mariano Rosas con el
pretexto de entrar en arreglos de paz.
Tales emisarios eran también portadores de un caballo que su jefe enviaba de regalo a un boticario de
esta villa, de quien voy a ocuparme enseguida.
El favorecido lo recibió como la cosa más natural del mundo, lo que da margen a creer que no seria la
primera vez que se encontraba en tales funciones. -
Mas, él no contaba con la huéspeda, como se dice vulgarmente, y como el Coronel Mansilla no estaba
dispuesto a tolerar la burla de que los indios nos quisiesen regalar lo mismo que robaban, ordenó se
matase el caballo en plaza pública."
A continuación, el corresponsal incluyó el bando oficial de Mansilla sobre el caso. La discusión
por el fusilamiento del caballo se insertaba en una serie de denuncias sobre las arbitrariedades de Mansilla
en Río W, y fue aprovechado por la La Nación Argentina para insistir en sus críticas sobre la conducta
de Mansilla en la frontera. Mansilla, por su parte, siguió respondiendo, seudónimos mediante, en el diario
de Héctor Varela. - -
Las acusaciones de abuso de poder y arbitrariedad continuaron después de la excursión. A principios de
1870, una carta publicada por La Nación, que llevaba la firma de "Varios vecinos de San Luis", denunció
486
a Mansilla por fusilar sin juicio a un paisano acusado de desertor. El fusilamiento de Avelino Acosta
justificó el sumario que finalmente dispuso la destitución de Mansilla. En este contexto, "el fusilamiento
del caballo" podía réleerse en términos más dramáticos, que veinte años después se vuelven burlescos,
aunque no menos políticos: ahora, el ajuste de cuentas es con un muerto —Sarmiento- y con los vivos -
Stein, hacedor de caricaturas pero, sobre todo, de reputaciones del elenco roquista y juarista-.
En mi relevamiento de El Mosquito, no he encontrado aún la caricatura a la que hace referencia Mansilla.
Tal vez Stein la dibujara para otra publicación —colaboró asiduamente en El Correo del Domingo, por
ejemplo-. Pero es posible también que no se trate de una caricatura, sino del artículo al que hago mención
enseguida.
42
V. el texto completo del artículo de El Mosquito en la sección "Textos" del "Apéndice" de esta tesis, p.
522. Por otra parte, para una interpretación biopolítica del fusilamiento del caballo, y. Rodríguez (2010).
43
Las entregas de la causerie se publicaron en el périódico juarista Sud América, sucesivamente, los
jueves 18 y 25 de octubre, 1, 8 y 15 de noviembre de 1888. El Mosquito, por su parte, publicó la primera
caricatura (sin firma) del "famoso fusilamiento" el 28-10-1888; la siguiente, del 11-11-1888, llevaba la
firma de Damblans. La última, del 18-11-1888, tampoco aparee firmada. El 9 de septiembre —a modo de
anticipo "publicitario"?- el semanario había publicado una lista de causeries "prometidas" por Mansilla,
entre las cuales está una titulada "Origen de la leyenda el famoso fusilamiento del caballo", indicando que
se dedicaria a Stein. El Mosquito anticipa que "por su parte, nuestro director le dedicará próximamente
una alegoría cuyo título es secreto" [destacados míos]. El 23 de septiembre la caricatura de Mansilla
reemplazó a la de Sarmiento —fallecido el 11- en el encabezado del periódico. El cambio es legitimado
democráticamente a través de una ¡"asamblea"1 de los personajes del periódico ("A rey muerto, rey
puesto. Asamblea general", El Mosquito, 7-10-1888). El 14 de octubre, Stein reproduce en el semanario
la causerie "intervenida" con sus acotaciones. El 25, tras la última entrega de las causeries, El Mosquito
puso en su tapa el retrato de Carlos A. Mansilla, prefecto general de puertos y hermano de Lucio. El
retrato verbal que lo acompañó, sorprendentemente, se posaba en buena medida en la vida privada y
familiar del funcionario. Y sobre todo, ¡en su superioridad sobre Lucio!: "El general [Lucio] Mansilla
habla, y habla bien, derrama anécdotas. Carlos, que también es general, y general de puertos, habla menos
que su hermano; pero en cambio tiene esto que no tiene don Lucio: el esprit." (destacados del original). El
artículo está firmado con un seudónimo —Pomponet- que no se repitió, al menos durante las semanas
subsiguientes, en el periódico.
44 En 1877 Mansilla se embarcó en un nuevo negocio: la búsqueda de oro en territorio paraguayo, en las
minas de Amambay y Maracayú. Junto con el coronel Wisner, quedó a la cabeza de una sociedad
comercial reorganizada sobre la base de una anterior, que había obtenido malos resultados en la Bolsa. Al
año siguiente, Mansilla logró ser nombrado gobernador del Chaco y se trasladó para vigilar de cerca la
empresa. La prensa periódica informaba regularmente de los progresos de la empresa. Luego de un
tiempo, y sin haber encontrado oro en la cantidad esperada, Mansilla vendió sus acciones en la sociedad.
45Laura Malosetti Costa (2002, 2005) ha analizado en detalle este episodio. V. la-imagen en el Capítulo
4,p.382.
v•, por ejemplo, el artículo de El Nacional (7-9-1887), reproducido también parcialmente por Don
46
Quijote (18-9-1887):
"El general Mansilla se ha enojado con el galleguito Sojo porque este dio forma de caricatura al
tratamiento de cameros que se permitió hacer la barra á la mayoría de la Cámara.
Como el general Mansilla declaró en aquella sesion que no le importaba que le gritaran camero y que solo
le importaría oir gritar abajo las ovejas, porque estaba seguro de su género, nos llamó la atencion que se
hubiera enojado con Sojo, que no pintó a la mayoria con piel de oveja.
Después de leer en detalle la cosa, nos hemos esplicado el enojo.
El general Mansilla se enojó no porque lo hubieran pintado como camero, sinó porque el carnero pintado
carecia de ciertos detalles que hacían dudar si se trataba de un camero o de una oveja.
El delito de Sojo consiste pues en háberse comido aquel detalle que hacia dudar del género.
Así aprenderá que, cuando pinte un camero, tiene que hacerlo sin omitir el menor detalle."
47
Refiriéndose a Sojo frente a la Cámara, Mansilla declama: "Es vil! Le conozco; le he pagado, cuando
yo era miembro de la comisión de propaganda del Gran comité argentino, que sostenía la candidatura del
doctor Rocha. Pero no le pagaba para que hiciera caricaturas tan infames como estas! Le pagaba para que
hiciera caricaturas politicas". Todas las referencias a los dichos de Mansilla en la Cámara son citados
siempre por la transcripción de las sesiones del 5 y 9 de septiembre, en el Diario de sesiones de 1887.
Epílogo
¡Gran sorpresa! Nos encontramos en una habitación cuyas paredes, de techo á suelo,
están ocultas por cuadros que contienen números de El Quyote con la caricatura de Don
Márcos en mil pósiciones, pero siempre con los ojos como huevos de avestruz, la boca
como algibe, los dientes como fichas de dominó, las orejas como pantallas, la cabeza
como de proceso [sic] y las manos, piés y cuerpo como de escorpion, tirando á
garrapata.
-No diran Vv. Que tengo reproducida la efigie con escasez- observó D. Márcos.(...
'domesticándose. Encuentra cada vez menos espacio en las calles, y sus lectores están
Çr transformándola en otra cosa."
L
Los indicios son variados y no siempre concurrentes. El personaje de El Mosquito, que"
a lo largo de los años ha ido progresivamente acercando sus facciones a las de Henri
Stein, es para su treintavo aniversario su vivo retrato, y desfila ahora en bata de•
entrecasa.
1, -,.---
•)/
L
\\
- -'
I:
El Mosquito, XXIX, 1532, 29-5-1892, p. 1. Bajo la imagen: "Llenando la trigésima pipa". Eniapipa:
"El Mosquito". El tarro de tabaco es el retrato de Roca. De su cabeza salen los hilos del tabaco,
'entre los que se distinguen las caras de Bartolomé Mitre y Leandro Alem.
En esos días, El Mos quitó publica una carcatura cuyo epígrafe se anima a formular la
pregunta. Stein, sentado a su mesa de trabajo, contempla una serie de láminas en las que
'¼
1
490
El Mosquito, XXX, 1538, 21-5-1893, p.3. En el libro: "Fin del 30mo. Año. Mosquitó"., Bajo la
imagen: "Hoy cumplo 30 años... Porque vivo aun cúando Vds., o mis ilustres tipos, habeis
desaparecido!"
El cuadro es lo más parecido a una despedida que registre el periódico. Si los rostros
que miran desde las imágenes no son ya personajes, sino róstros de muertos, la
representación comienza perder mediaciones, a perder espesor, a disolverse. Alejándose
de su caricatura, ajustándola.a la forma del retrato, Stein toma distancia de "sus tipos" -
y en ese posesivo hay que ver una distancia ambigua con la imagen con que venía
representándose-, y va construyendo un personaje civil, privado, particular, quizá como
una ceremonia de despedida de la autoría; quizá como una estrategia de supervivencia.
Se ha atribuido la desaparición de El Mosquito a las nuevas tecnologías de reproducción
de la imagen, el cansancio por la tarea realizada, las transformaciones políticas, los
cambios en los consumos culturales, la competencia perdidosa con Don Qu/ote ó,.
fmalmente, a todas estas razones juntas (REF). La misma semana que El Mosquito
publicaba su último número, un breve suelto de El Nacional informaba:
491
La numerosa y distinguida clientela que en otro tiempo ha contado el Dr. Wilde estará
de felicitaciones cuando sepa que el eminente facultativo vuelve a dedicarse a su
profesión.
Después de muchos años dedicados por el- Dr. Wilde a la vida pública en la que ocupó
elevadas posiciones pone de nuevo su rigurosa inteligencia y el gran caudal de sus
conocimientos a beneficio de la humanidad doliente.
Ha establecido su consultorio en la calle Florida 683. (El Nacional, 12-7-1893, p. 2 c.2)
Entretanto, el Don Quijote de Sojo y Cao han seguido su marcha. Sin embargo, hacia
fmes de siglo era evidente que su éxito no podía compararse con el cosechado entre sus
primeros años y 1890. El nuevo magazine Caras y Caretas (la primitiva versión
uruguaya de 1890 era bastante similar al resto de los semanarios satíricos rioplatenses)
acusaba insistentemente al periódico de Sojo de caer en "excesos" de "sal ática". Su
director era justamente aquel cronista que había entrevistado a Marcos Juárez,
Eustaquio Pellicer. La polémica entre las dos publicaciones apareció en los primeros
meses de salida del magazine, exhibiendo "sobre un piso de rasgos en común y un
encadenamiento que las atraviesa, (...) cortes que señalan cambios significativos" entre
ambas publicaciones: "sus formas de financiamiento, sus modos de concebir la esfera
pública, y sus estilos de interpelación" (Rogers 2008; 69-70). En 1903, tras haber
editado algunos números en un formato menor, Sojo se ve en la necesidad de aclarar
que el nuevo periódico no es "Don Quijote en la forma de Caras y Caretas", y aun de
regresar al antiguo formato dando por argumento el querer evitar todo parecido
("cambiamos el formato porque no queremos parecernos á esa publicacion, igual que
trataríamos de cambiar de cara si alguien nos dijera que nos parecíamos á Roca").2La
492
¿Qué se hizo, entonces, de esa retórica y de esa poética verbal y visual que fueron clave
durante casi un siglo y se adivinan, poco tiempo más tarde, en disolución? Podría
pensarse que, durante un corto tiempo, la prensa satírica decimonónica persistió en la
circulación residual de los Almanaques ilustrados, muchos de los cuales habían sido
animados y alentados por esos mismos periódicos. Durante unos cuantos años, en
cambio, la imagen caricaturesca y la prensa quedaron disociadas. Al punto de que,
cuando al quedar sin trabajo, el caricaturista Manuel Mayol propuso a Bartolomé Mitre
y Vedia ilustrar con caricaturas una nota de La Nación, el resultado fue un estrepitoso
fracaso. Pór separado, sátira verbal y sátira visual encontrarían caminos tan productivos
como inesperados. El estreno, en 1917, del primer (y pionero en el mundo) largometraje
de animación, El Apóstol —una sátira política que tomaba como objeto al presidente
Hipólito Yrigoyen--, dirigido por Quirino Christiani, es probablemente uno de los más
493
Notas al Epílogo
1
"Notas cordobesas. La casa de Don Marcos. Retratos y caricaturas. De pieza en pieza. El gobierno de
las macanas. Variedades. A volar... ! ", La Nación, 21-10-1892. Agradezco muy especialmente a Martín
Servelli el haberme llamado la atención sobre este texto y el habérmelo facilitado generosamente. Este
material, que forma parte de su investigación doctoral.
2
"Ritorniamo all'antico", Don Quijote Moderno, 1, 6, 7-5-1903, p. 1 c. 1.
Agradezco a Sylvia Saítta su asesoramiento sobre el periodismo y la prensa de la década de 1920, y sus
sugerencias respecto de este punto.
Apénd ¡ces
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• Listado operativo
li
Textos
(ordenados cronológicamente)
*
Otmé&na husa coraípe
áñdnsuhá.
STA es ¡a voz que con
una stsfccicn q'bro-
la por Lodos los poros
.,e oye en Paso.-puc6.
En verda& es una frase
tan sublime que Casar
ni Ulises no la produjé-
ron.; pero ella es pro-
'r pia del entusiasmo y de
a profunda conv,ciiofl que se precipitar
n caudalosos torrentes del c,,razOn pa-
aguayo, con respecto k la seguridL
riurifo sobre el brbaro eo"
or,y la intsera condj'
Cabichuí (1867)
497
Fe - de —racion
e
498
Es cosa mui graciosa oir ahora al pícaro Rosas lamentarse de no ver constituído el país. - Sin embargo,
nadie mejor que el sabe quien tiene la culpa de esta desgracia. - El tal Rosas se ha figurado que todos se
han vuelto niños de tetas, que-las Provincias deben-agachar la cabeza y seguir mandando atados codo con
codo á los gobernadores, para que el Tirano los fusile en la plaza de Buenos Aires.- Si, se ha figurado que
esto es allanar el camino para que haya Leyes y Constitucion. - Con razón, pues, asegura que dista mucho,
muchísimo el dia en que tamaño beneficio se consiga. Dejaria entónces de beber la sangre de los inocentes,
las rentas públicas estarían como corresponde y las Provincias todas no sufrirían, como sufren, la miseria,
el abandono, y el continúo desorden en que las envuelve con sus intrigas el pérfido Rosas. -.Pero como le
ha de gustar al Restaurador que las desgraciadas Provincias, y sus buenos hijos, piensen en arreglar las
cosas si ya no podría el gobernar a su antojo? Mucho de ¡federacion! ifederacion! Y lb único que vemos
hasta aquí es Fé de Racion, en la boca y en el manejo de Rosas.- Lo único pues, que sabe Juan Manuel es
gritar que tengan fé sus allegados en la Ración que les ha de tocar siempre que le obedezcan, pero en
cuanto á la verdadera federación, Dios guarde á Vd. muchos años.- Cuando la tenga, dice el malvado. - Y
vaya una comparación. -
Un paraguayo pillo quiso pegarle un chasco á un paisano suyo mui rico, y que tenía siempre mesa en
grande.- El pillo tenía ganas de comer allí, y se entró diciéndole: aquí vengo á saber cuanto daría Vd. por
una gran bola de oro, si señor por una grandísima bola de oro. - Bien, bien, quédese Vd. á comer y después
habláremos.- Mi paraguayo comió hasta que no pudo mas y cuando le iba á hablar el paisano de la bola de
oro, se levanta y le contesta, con esa calma matadora de ellos.- Si yo le decía, señor, para cuando la
tuviera.- Ni mas ni ménos ha hecho el pícaro Rosas.- Ha chupado en grande la riqueza de los argentinos,
prometiendo bajo juramento solemne una constitución, y ahora, que todo el pais entero le exije con su
palabra, sale con la del paraguayo: si era broma; si yo hablaba para cuando llegara el caso, lo que en
concepto del salvaje Rosas, quiere decir el siglo que viene, y aun entonces se vería.
ELM
TABAPUY Y MEDIA-CAÑA
Vámonos al Rubio
Vámonos, paisanos,
Basta de asesinos
Basta de tiranos.
Fuera Rosas
Y Anchorenas,
La medida
Ya está llena.
500
¿No es cierto que de aquí á algunos años nadie ha de creer ciertas cosas de las que han pasado en la
desgraciada Buenos Ayres? A los mismos que las hayan presenciado, y aun á los que las hayan sufrido, les
ha de parecer imposible que tales cosas hayan sucedido. Esta misma persuasion es lo que alienta al tirano
para cometer tantas iniquidades; pues él espera que, por lo mismo de ser sus actos tan extraños ó tan
horribles, nadie los ha de creer fuera del país; sinó que todo se ha de atribuir á calumnias de sus enemigos.
Reden han pasado cuatro años desde que entró al gobierno, y ya apenas se recuerdan ciertos
sucesos bárbaros, infamantes ó groseros, de aquellos días. Publicó entonces una Proc/ama de tigre, en la
que tuvo la bestial insolencia de aconsejar al populacho que saqueára y asesinára á los que él llamaba
unitarios, asegurando que esto sería un acto de humanidad- de religion. ¿Se creerá esto de aquí á diez
años? Mas que buenas, humanas y pacificas, son en Buenos Ayres las clases pobres!
Pero el salvaje no quería únicamente espantar y aterrar, con estos horrores; sino ademas degradar,
envilecer y humillar á los hombres, con hechos de otro género. Dio un gran baile en el Fuerte; y llevó allí,
juntamente con las señoras, á todas las mugeres de mala vida; á las mismas á quienes tres años antés,
durante su primer gobierno, hizo prender barbaramente en una noche, y sacarlas con lo encapillado á
poblar el Arroyo Azúl; alegando hipocritamente que en la ciudad, esas mugeres eran perjudiciales á las
buenas costumbres. iY despues las lleva á un baile en el Fuerte, el cual se cónvierte en una casa
escandalosa! ¡Y el salvaje se divierte cortando los faldones del fraque de D. Antonio Gomez de Castro, y
acariciando por gracia, ante toda la concurrencia, á una mulata, en cuyas faldas se sienta! ¿Se creerá esto
de aqui á diez años? Y este déspota, indecente y corrompido, ¿es el mismo que trata de inmora/es á sus
enemigos, y que tanto invoca la moral y la religion?
En la arenga que echó convidando para ese baile '(y que tambien esta impresa), ordenó que todos
se presentasen en él con bigotes naturales ó postizos, en odio á los unitarios. Comprometidos así los
hombres, tuvieron que pasar por la vergüenza de presentarse en las calles y en el bayle, como mogigangas
de carnaval: jóvenes, viejos, magistrados, representantes, hombres de respeto, convinieron en ir á hacer
cortesías al tirano, y á festejar sus gracias groseras, vestidos de etiquéta, llevando la cara con pelos
pegados, ó bien tiznada con corcho quemado. ¿Se creerá esto de aqui á diez años?
El año pasado, la moda era, como es hoy, patilla cerrada. Dijo el tirano que esto era llevar una U en
la cara que quería decir Unitario, y ordenó que estas patillas fuesen cortadas del modo mas bárbaró.
Encargó a la Mashorca ésta operación, que se egecutó con cuchillos y grandes tigeras, como quien tuza
caballos ó esquila carneros. La misma mujer del tirano, la llamada, por pifia, heroína, era la que repartía las
tigeras; y los hombres eran detenidos y martirizados en las calles, ó llevados á la Policia que se ocupaba
utilmente en cortar patillas, á veces con pellejo y todo. ¿Se creerá esto de aqui a diez años?
¡Hierve la sangre al recordar estos hechos! Pero mas hierve al oir ahora á éste feroz salvage, invoca
á cada paso, en su cuestión con los franceses, las palabras honor, dignidad, decoro, pudonor de los hijos de
Buenos Aires &a. ¡Monstruo! Cuando te tiene cuenta, te acuerdas de la dignidad de tus compatriotas; y
entre tanto, no solo les arrebatas la libertad, sino que los ultrajas, los humillas hasta los suelos, y los tatas
como á animales. ¡Y te has lisongeado ¡hombre prostituido y sin vergüenza! que llegado el caso, ellos han
de derramar su sangre, para sostener tu inmunda tiranía?
501
Correspondencia.
Sr. Editdr del Centinela Oriental.
Es V. muy cándido, bien que quizá es muy posible que V. no hubiese leido el 22. núm. del
Muera Rosas cuando escribió su artículo sobre él y hablando de su estilo dijo que era
lleno de limpieza y de patriotismo, tan inexacta á mi ver una cosa como la otra. Dispense
V. Sr. E. Que ofendamos su amor propio, porque lo necesitamos a V. en ésta ocasión.
Despues que V. se haya dignado insertar en su periódico Sabático este Comunicado,
puede enojarse cuantas veces quiera, porque á nosotros se nos dará un bledo.
Y por donde ibamos? y de qué hablabamos?... Ah! del Muera Rosas... ¿Quiere V. que lo
analizemos? Quiere V. que le hagamos la auptocia? porque descubrimos en este nene de
dos dias una gran irritacion en su vientre por donde es que tiene una vida tan puerca; y
al fin de morir hoy á morir mañana, no hay mas diferencia que la vida de un dia, y si la
vida de un día, es una sucia y puerca vida, es mejor la muerte. Empezamos: ¡arda Troya,
y viva la fé de Cristo!
El núm. 22. empieza (porque debemos ser justos) con un bello artículo sobre la situacion
actual de la revolucion argentina: bello decimos porque sus ideas son muy lisongeras, y
porque está escrito en un estilo como ha dicho V. Sr. E. sensillo, lleno de limpieza y de
patriotismo; es ese lenguage con que se conquista el corazon del pueblo y se le
encamino á las empresas dificiles. Solo si, notamos que la pluma autora de este artículo
es sin duda lo que produjo aquella nueva situacion tan alagueña que ahora un año nos
hizo concebir las mas bellas esperanzas, que por resultado nos dieron tan amarguisimas
verdades. La revolucion tambien tiéne sus profetas falsos.
Sigue depués un artículito Sr. E. que no es artículito: es un artículito microscópico, es
decir, que por mas que sé mira no se vé nada en él; es como los espejos sin azogue, que
no reflejan imagen ninguna, como las semillas que se siembran y nada producen, como
los llamamientos á la legion Argentina, y que ninguno asiste, como el cobro de deudas
en la plaza que uno se fatiga y recibe desengaño; como ciertos billetes... como ciertas
promesas... es, fin Sr. como la vida: muchos trabajos é inquietudes, tormentos, cóleras,
peligros, sustos, humillaciones, amores desgraciados, vergüenza etc. y al fin de todo -
¡NADA! Puede ser muy bien que su autor haya creido que es un arma terrible contra
Rosas, porque siendo tan gracioso, le hará reventar de risa con la ocurrencia paraguaya,
y reventando Rosas... ¡Viva la Patria! Se acabó la revolucion. Diremos por fin Sr. E. que
este articuFito es una arma oculta, un veneno mortal desleido en almibar-una irania de
muerte-un suplicio que hace reír. Pobre Rosas si toma su microscopio y lee ese articulo!
—Adelante.
Después —ique monada!— Sigue un articulito de mayor estatura que el precedente que
dice así: Brindis pronunciado en una reunión de argentinos con ocasión de la victoria de
Caa-guazú, Oh! este articulito es una maravilla: es un sabroso brindis.., aromático... Es
un cuento de Pedro Lunares ¡una bellísima agudeza.... un dicho exelente para una
reunion en que se brindaba.., un pensamiento original que honraba á los Sres. de la
reunion... una de aquellas memorables sentencias que tienen toda la sal española, la
vivacidad francesa y la profundidad inglesa... es un dicho por cierto bien digno de la gran
504
victoria que se celebraba. Que agudeza! que chistoso, que salado será el autor de ese
brindis! Oh! el anuncia una exelente educacion, y en el editor del periódico un respeto
muy comedido á la sociedad. Por lo que hace al efecto que producirá el articulo, es
tambien indudable que el debe derrocar á Rosas.—i cosa extraña! una puerca cosa habrá
sido mas útil á la revolucion que los millares de guerreros que han rendido la vida.
Jesucristo, levantando los ojos al cielo decia: Padre perdónalos ( á los judios) que no
saben lo que hacen! Nosotros dirigiendonos á la sociedad le diremos: Pueblo perdónalos
que no saben lo que dicen! Pero es altamente imprudente sepultar en esta puerca
ocurrencia los nombres ilustres de Rivera, Lopez, Paz &a. Puf! degemos esto.
Sigue despues una bella composicion poetica titulada —LA PORTEÑA. Bravo! merece un
aplauso, dos, tres, veinte; pero ¡produccion desgraciadal... Sigue tan inmediatamente al
anterior articulo ó brindis que debe llevar atormentada su nariz.
Sigue un artículo sobre la nueva situacion del Paraguay, bueno tambien, legible.
En seguida se encuentra un articulito Cuatro palabras necesarias— es la pura verdad lo
que él contiene— Muera Rosas! Digamoslo todos, y el que no lo diga, siendo argentino
por lo menos; muera él!
Despues... Zas! se encuentra la copia de una carta escrita de puño y letra del tirano
Rosas & q' es una patraña insulsa. Desgraciado el juez de paz que se deshiciere de una
carta que Rosas le dirigiera! Despues ¡cuantas reflexiones se pueden hacer sobre la
falsedad de ese documento! Sin embargo haciendo justicia á la veracidad del Editor del
Muera Rosas, pensamos que cuanto mas haya puesto en esta mentirilla —es un engaño
que ha sufrido.
En seguida se encuentra una bella y lacónica exortacion á los argentinos para que se
desprendan de la ciudad, y caminen donde el deber y el honor los llama. No diremos
que ella es un sermon predicado en desierto, porque creemos de buena fé que los
argentinos, como en otra ocasión, darán pruebas de su heroico patriotismo; pero si
pensamos que los redactores del Muera Rosas debian de dar el egemplo. Mas
resultados favorables se conseguirian con las lanzas manejadas por esas manos que tan
valientemente manejan la pluma, que con los brindis de... y los dichos graciosos. Aunque
aun no es tiempo, Sres. mios; es preciso esperar á que el General Paz separe todos los
estorvos.
¡Dios eterno! Dios de los cuerdos y de los sonsos! vos lo habeis consentido— Un articulo
mas! por fortuna es el final. Se trata en él nada ménos que del retrato del General Paz.
Pero en que consiste que él se parece mas á Rosas que al pretendido original? Bien que
se dice Argentinos: aquí teneis un mal retrato del glorioso general Paz; pero para que
quieren los argentinos un mal retrato de un hombre que les sirve con tanta fortuna,
decision y fidelidad? Si es un mal retrato, se rasga, y se hace otro, y sino se puede hacer
uno bueno, no se hace ninguno, en vez de un mascaron con frente dilatada que
descubre la inteligencia capaz de abrazar todas las ideas que interezan á la revolucion.
Bravo! bravisimo! Lo mismo se decia con corta diferencia del General Lavalle: iDios
quiera que el General Paz no vaya á merecer á estos fisonomistas las maldiciones que
descargaron algunos sobre la cabeza infortunada; pero benemérita de aquel famoso
guerrero, á pesar de todas las opiniones y flaquezas de los hombres. El General Paz tiene
ahora una barba cuya espresion enérgica muestro el carácter capaz de ejectuar las mas
atrevidas concepciones: y la nobleza que resalta en la espresion de toda su fisonomía,
111111
enseña al hombre incapaz de defeccionar en ningun tiempo la causa que hoy defiende,
pero si él llega á tener la desgracia de sufrir algun revez, cambiará al instante de
fisonomía. ¡Ay amigo Editor del Muera Rosas! el General Paz es muy noble, muy
modesto: él no quiere lisonjas, porque sabe lo que ellas importan, y en lo que se
convierten. Y sobre todo, amigazo, si la fisonomía de q'trata V. Es en la que se
descubren todas esas raras prendas, el General Paz debe carecer de ellas, porque su
fisonoma es tan distinta de ese mascaron, como la suya de la del Diablo. Y sobre todo,
otra vez, amigazo, ¿por qué lo pone V. boca abajo? Es acaso para ocultar su inexactitud?
Si de propósito hubiera V. querido hacer una injuria al General Paz no lo hubiese hecho
tan bien. Degernos, amiguito, que ese hombre que por fortuna conservamos para que
contribuya al destronamiento de Rosas, que á todos interesa es decir, argentinos y no
argentinos, dejemosle avanzar con paso redoblado, y encomendándole al cielo en vez de
pintar muñecos, y poner debajo su nombre, bien ilustre á la verdad, no por su frente
dilatada, y su barba enérjica (qué entendemos de eso nosotros?) Sino porque es el
suyo.
Hace V. bien en aconsejar á los argentinos á que vuelen á su alrededor los que tengan
decencia y amen la vida. Esto cuanto mas no es otra cosa que animémonos y vayan. Y
por fin que hacemos? Cuando quiere V. que emprendamos el viage? Aunque nosotros
no somos de los que debemos pelear bajo sus estandartes.
Por fin Sr. Editor del Centinela; en resumidas cuentas el segundo número del Muera
Rosas, es una miselanea de bueno y malo; pero ¿cómo no?... si está tan hediondo
aquello del brindis. Sin embargo la idea es cautivante, y haciendo justicia al talento del
autor, y en premio de las bella ocurrencia, que se tome para él todo lo... por el General
Echague en las dos tomas que lleva de panquimagogo, y lo que.... por las otras dos que
le esperan que lo tome el Editor del Muera Rosas, por su rarísima condescendencia en
insertar el brindis.
Sr. Editor, V. tendrá la bondad de disimular á los que se firman atentos y seguros
servidores etc.
Unos Mangongaes.
506
Teatro,
Gran función extraordinaria
A beneficio
De Medio Mundo.
Rosas el inmundo, el plagiario de todos los excesos de los mas brutales caballeros de la edad
bárbara de los pueblos, tiene la costumbre de reunir en su quinta de Palermo á sus amigos los
mas viles, y á ciertas damas, deshonra de las damas argentinas, para divertirse á costa del
pudor de las unas y de la vileza de los otros. Un dia de orgia y de desenfreno, fué el del festejo
de la desgraciada acción del Quebracho –el canónigo Pereda, -- el inmundo y asqueroso Felipe
Arana, -- el mico Garrigós, --Juan el topo, --Manuela la Pucella,-- Da. Pascuala y su hija, --elloco
Eusebio Federacion—y diez ó doce ministriles de baja esfera, eran los personages de la orgia. -
Rosas estaba en delirio, en uno de aquellos momentos en que su corazón salvage necesitaba
espansion; era un paréntesis á la carnicería horrible con que mata sus momentos de ocio ó de
esplin; quena reírse, enagenarse de gozo, pasar un verdadero dia de campo.-Veamos como se
divirtió el primer personaje de la Republica Argentina, el gran político, como le llaman los
miedosos, el representante de una nación de primer rango en el mundo americano.
Se abrió la escena, --móntó á caballo, solo, sin escolta, y lanzando un alarido salvage
partió á escape gritando –viva la Federaciori, viva el Restaurador de las Leyes, vivan las
hembras, --dió seis ú ocho riendas al caballo, que dócil obedecía á las robustas manos del
caníval. Este ejerció que removió en el pecho del tirano tanto recuerdo que dormia, tanta idea
sofocada, amortiguó su brio, y llamó á Eusebio Federacion, descendió del pobre animal que
temblaba bajo la espuela formidable del ginete. Le condujeron á la sombra de un ombú, y allí
rodeado de sus hembras, de sus locos, y de sus viles aduladores, pidió vino y bebió sediento
tres botellas, una tras otra. Vino en seguida el almuerzo, y doce docenas de esquisito Burdeos
fueron absorvidas sin piedad. Rosas comia, bebia y brindaba á su tiempo; recordamos aun el
brindis con que empezó su beodez: "Brindo, señores, dijo, porque el Ilustre Restaurador de las
Leyes, constituya la República Argentina como constituyó el ilustre Francia la provincia del
Paraguay," y todos bebieron. - Brindo, continuó, porque las mujeres porteñas recompensen
con su cuerpo a los vencedores del Quebracho," y todos bebieron: el esposo, el .padre, el
-hermano, todos bebieron por su deshonra... Cien brindis mas, de ese mismo moral,
impregnados de esos mismos principios resonaron á la faz del Cielo, entre el círculo de viles
que festejaban las inmundicias del tirano.
El Burdeos habia hecho su efecto, y el canónigo Pereda, que tiene madre, como dicen
los aficionados y un par de piernas carcomidas por la gota, fué el primero que perdió la cabeza:
el pobrecito cayó á plomo y la corona de Jesucristo fué postrada á los piés del tirano. El loco
Eusebio,mas robusto que el canónigo, ó mas miedoso, obligó á sus piernas á tenerse tiesas, y
logró á fuerza de valor, no caer en tierra. Era necesario variar la diversion, y Eusebio engalanó
su inmundo cuerpo con los vestidos del canónigo. "Que predique", dijo la Pucela, y una
pequeña mesa fue colocada por púlpito. No costó poco hacer subir al loco; pero la devota Da.
Pascuala lo agarró fuertemente por un brazo y lo alzó en peso, como si fuera un chiquillo. El
loco que de suyo es insolente, viéndose festejado por al comitiva, predicó bellísimas cosas;
Rosas se sonreia desde su asiento como el leon que vé juguetear á los corderos: el loco
hablaba de Dios, del ilustre, de sus hembras –y todos reian. Al fin la hija de D. Felipe (a)
campanillas, fue tentada por el demonio, y dando un empujon á la mesa echó al loco por tierra
–este se incopora furioso, toma á la incauta niña por la cintura, la postra en tierra, y
508
trepándose sobre ella, intenta... Dios mio 1 —pasemos este momento en silencio. Rosas
permanecia tranquilo: una sonrisa infernal jugueteaba entre sus lábios, y en tanto el loco,
frenético por el vino, por la oportunidad del momento hacia esfuerzos inauditos por consumar
su obra. Gracias á la robustez de los brazos femeniles, que impidió tamaña inmoralidad, la niña
fue librada y el órden parecía restablecerse. Vinieron luego los ejercicios militares, como les
llama el tirano, que consisten en formar una fila de todos los convidados, y á quienes obliga á
marchar inclinando la cabeza en sentido inverso del pié que mueven. Rosas era el cabo: un
gran cuchillo en la cintura y un formidable rebenque de doble lonja, pendiente del cabo del
cuchillo son sus armas. Dada la señal de marcha, los soldados empezaron la ridícula evolución;
el canónigo, el loco, el ministro, la Pucela, todo el mundo hacia la mojiganga. La pobre hija de
D. Felipe estuvo desgraciada ese dia; no bien habla empezado la marcha, se le descalzó el
zapato, y al agacharse para calzárselo, siente un formidable golpe en su cuerpo, que le obliga á
derramar una lágrima: era Rosas que descargando con toda la brutalidad de que es capaz el
látigo de lonja sobre el delicado cuerpo de la criatura, la castigaba por haber faltado á la
disciplina: la infeliz quiso llorar, pero una mirada del tigre la obliga á devorar en silencio sus
lágrimas, su dolor y su vergüenza.
Así concluyó ese almuerzo: así solemnizó la matanza del Quebracho el asesino Rosas;
garantimos la verdad de los hechos por testigos presenciales, y pedimos á los hombres, al
Cielo, al infierno tambien, el castigo de tanto delito.
509
Baratillo
De libros nuevos
(en Buenos Ayres.)
CATÁLOGO.
Disertacion en que se demuestra que el sistéma social inventado por Rosas, es el dela
verdadera civilización moderna: y que las doctrinas de Guizot, de Thiers, de Tocqueville, son
verdaderamente salvages y rústicas. Obra escrita en idioma Pegüénche, por el sábio Yokori, y
traducida al español por el redactor de los Mensages de Rosas.
ESPOSICION del modo mas civilizado y culto de cortar pescuezos. Obra escritapor el nuevo
Dupuytren, el Sr. de Maestre.
VERDADERO SISTEMA de meter la bela. Obrita curiosa para instruccion de la niñéz aplicada,
escrita por el venerable Larrazabal.
a Letrilla ["fielmenté transcrita" de las palabras de Lucifer a Corre Ve y Di/e para los lectores del
diario]
(Continuará)
511
Salutación
Al 'CHARIVARI' - 'PUNCH'-
y 'Fr. GERUNDIO'
El P. Castañeta
El P. Lima-Sorda.
512
REMITIDO
No hay hediondo
Que se huela.
CASCABEL.
514
REVERENDO PADRE:
El 'Agente Comercial' de hoy ha publicado unos versos ded. Palemon Huergo, en que
violenta y atrevidamente a taca á un amigo mio.- No voy a tratar de defenderlo: sería trabajo
inútil, porque las ofensas injustas ennoblecen. Pero ya que la persona injuriada ni se halla en el
caso, ni quiere presentarse por la prensa á enrostrarle al atrabiliario versista que lo ofende su
calumniosa diatriba, no dejaré yo de hacerlo.
Los que como el versista Huergo se han arrastrado por los jardines de Palermo, ó como
él dice, se han humillado como potros ó los han hecho saltar como muñecos, no tienen derecho
para venir echándolas de hombres de sentimientos puros en materias políticas. Era preciso
para ello haber ido á ofrecer con tiempo al Gran Liberador de las Repúblicas del Plata su vida
por la libertad de la Patria, ó haber sufrido la ennoblecedora emigración. Pero ni aun los que se
hallen en este caso se permitirían injurias hacia los que como tantos han recibido una mancha
en la tirania de Rosas. Cuando el ilustre vencedor de Monte Caseros, el General Urquiza que
tantos sacrificios ha hecho por la causa de la libertad perdona y olvida, nadie tiene derecho
para acordarse y castigar.
Unos versos hechos por mandato expreso, como á mí me constan, he aquí el único
crímen que dá motivo á las gratuitas injurias dél Señor Huergo, crímen que desde la noble lira
del autor del Himno Nacional hasta la de tantos que, con la esperanza en el porvenir, han
sufrido en su país el mas brutal despotismo, á todas mancha. Hé aquí el único crímen, pero tal
vez no el único motivo que impelió la pluma del Señor Huergo. Uno dio personal enconado se
destaca bilioso en esa impolítica composición.
Busque Huergo otro modo de demostrar sus sentimientos de odio al antiguo régimen y
de crearse una reputación en este, que el de arrojar excitado por la impunidad un insulto á la
cara de los caidos. Entretanto, el que ha elegido lo infama: no lo dude.
La persona á quien ha injuriado es un jóven de muchas simpatias, y recordaremos aquí
para contrarrestar la furia de su ofensor, que aquel á su vuelta de campaña fue recibido por el
Exmo. Señor Gobernador Provisorio con el aprecio y distinguida benevolencia que merece.
Soy de S. R. servidor y amigo,
Juan Agustin García.
111111
La Lanceta, 1, 1, 20-4-1853, p. 4 c. 1.
OVILLEJO
El despotismo entroniza
Urquiza.
En la campaña hace extragos
Lagos.
Roba sin fé ni cautela
Videla.
Es satánica clientela
De sanguinarios deseos,
La de estos tres corifeos,
Urquiza, Lagos, Videla.
516
Aviso de Teatros.
COMPAÑÍA AMBULANTE EN SAN JOSÉ DE FLORES.
GRAN FUNCION ESTRAORDINARIA.
A favor del poderoso ejército mandado por tantos caudillos cuantos son los capataces ó gefes,
de los que es capataz mayor, hasta que llegue el momento que no está lejos de que se rompa
los cascos con ellos ó ellos se los rompan, el Exmo. Sr. Director de las 13 Provincias, D. Injusto
José de Urquiza, Dueño y Señor de la de Entre-Rios y que pretende serlo de todas las demás &a.
&a.
1 9 . Apertura á toda orquesta vinosa. Gran Himno vacanal de costumbre. Viva el cintillo
punzó. Mueran los salvages traidores Unitarios. Se suprime lo del Loco Traidor &a., aunque no
faltarán espectadores que lo repitan en sus adentros.
2. El Dráma Joco-sério, de grande espectáculo, en cuatro actos y en prosa chabacana
como los artículos embustes y redactor del Federal, titulado:
EL DIRECTORIO SE DESPLOMA.
Los entre-actos serán amenizados por las conocidas variaciones de Violon del Director
y sus comparsas, que han adquirido y seguirán mereciendo la difamacion universal.
32. En atención al loable objeto á que está destinado el producto de este beneficio el
baritono Baldomero Garcia, cuya melodiosa voz es la envidia de los mejores artistas de Italia,
con especialidad en la parte de espureo que es su propio caudal, cantará su ária favorita el
MA/PU, ROSAS RITORNERA.
42. Seguidamente se ejecutará la pieza en un acto titulada: EL QUIJOTE DE SUD-
AMÉRCIA EN LOS MOLINOS DE VIENTO.
52 VARIACIONES DE Fandango bailadas por la señora postiza de Moreno, que lo
jaleará, y por el primer bolero de Antesalas, que tam bien la hace guiños.
NOTA. - El célebre peluquero Gorre ha regalado con este motivo una elegante peluca bien
risada, que remitió con su Córre Vé y Di/e el Fuelle Estirado, á fin de que la señora Umbelina
pueda estrenarla y lucirse con ella ante la numerosa concurrencia, sin el gran compromiso de
que por falta de elasticidad se le caiga cualquiera de las usadas ya, apareciendo á luz pública su
respetable melona, lo que no dejaria de arrancar algunas carcajadas.
La Cencerrada, 1, 6, 18-5-1855, p. 1 c. 3 y p. 2 c. 1
Ayer nos fue entregada la carta que publicamos enseguida. Aunque las ideas que en ella emite
nos parecen estar completamente de acuerdo con el carácter de su autor, creemos que se ha
valido para escribirla de alguno de sus prisioneros. También se puede [sic] que la carta sea
apócrifa; de cualquier modo que sea nos hemos determinado á darla al público.
Al redactor de La Cencerrada.
Se nos ha anunciado que tienes la intención de venir á establecerte entre nosotros con el
objeto de fundar un Diario. Hé preguntado que animal era ese, y se me ha contestado que es
un cuadradito de papel lleno de manchitas negras que trastorna, á veces, la cabeza del que lo
mira. En ese caso te aconsejo á no aventurarte por acá, si no tienes otra cosa que traernos,
porque el recibimiento que te espera será arreglado según tus méritos.
Pero si por casualidad, renunciando al cuadradito de papel, te determinas á venir habitar entre
nosotros, á vivir nuestra vida y participar del bienestar que disfrutamos en nuestras Tolderias,
puedes hacerlo y seras muy bien recibido, solamente que el momento no sea quizá muy á
propósito.
Una horda de bárbaros que se dicen civilizados marcha contra nosotros. Pretenden
arrancarnos el premio de nuestras victorias y exterminar hasta el último de entre nosotros.
Loca esperanza! Porque les há de suceder ló que le sucedió á aquel que había ido por lana y
salió.., ya debes saber como.
-En resumidas cuentas que es lo que quieren, que es lo que exigen de nosotros?
-Uno de nuestros prisioneros me lo ha dicho.
-Pretenden que hemos invadido su territorio; en primer lugar yo probaré que ese territorio
nos pertenece á nosotros porque somos los únicos, legitimos y verdaderos dueños del país, y si
nos preguntan con que derecho nos hemos apropiado de su ganado y saqueado sus
propiedades,ies-contestaré sin titubear: con el derecho del mas fuerte! derecho incontestable
y que en todo tiempo ha prevalecido sobre el buen derecho, sobre el derecho de gentes y
sobre un sin numero de derechitos de moderna invención creado por gentes que sin duda
nada mejor tenian que hacer.
-Parece que lo que se quiere es civilizarnos, y si mal no me acuerdo el prisionero de que te he
hablado me ha dicho que lo que se entiende con esa estrambótica voz es un mamarracho de
costumbres absurdas, incomodas y ridículas como V. y G.;apresarse los pies dentro de unas
maquinistas que ellos llaman Botas, las piernas en fundas que llaman Calzones, el busto y los
brazos en unas estrañas máquinas que llaman Fraque, envolverse el pescuezo en un pedazo
de género que los ahorca y colocarse sobre la cabeza una especie de caño ó de olla que yo no
sé por que llaman Sombrero, sin contar otra multitud de estorbos tales como unas bolsitas de
cuero en que se aprisionan los dedos &a. &a.
-Que tentador es todo eso! Mi prisionero agrega que todos esos objetos ridículos atraen sobre
el desgraciado que los lleva puestos, á mas de los pequeños animalillos domésticos que
abrigan y ocultan en sus pliegues, -un enjambre de animales feroces llamados Boteros, Sastres,
FiI1
CALFUCURÁ.
520
Nuevo Museo
(1): Para mas señas véase cierto opusculo del hermano Villergas.
522
Tengo el honor de denunciar á las diversas sociedades protectoras de animales que adornan la
superficie del globo terráqueo, para que tomen nota y consignen en sus archivos, un hecho
escandaloso que acaba de pasar en nuestra frontera del norte.
Y primeramente trátase de saber si un caballo es un ser dotado de una dosis suficiente de
razón para asumir la responsabilidad moral de sus actos.
Y dado el caso que así sea ¿un enemigo desertor de sus filas para engrosar las nuestras, un
pasado, corno se dice en la época presente, debe ó no ser considerado como pasible del mismo
crimen como el desertor de nuestras tropas que desierta al.enemigo?
Cuestion de legislatura militar.
iSombra del gran San Martin! Experiencia del gran Vélez Sársfield, inspiradnos!
El pasado es un caballo y el comandante de la frontera del Norte lo ha mandado fusilar, para
enseñar así á los demás caballos de los indios que no tienen ninguna ventaja en pasar á
nuestras filas.
Lástima que el ejemplo no sirva lo mismo para nuestros caballos!
Y que los indios no hagan sufrir la misma pena á los caballos cristianos.
Si así fuera la conducta del coronel Mansilla se explicaría de por sí y no tendríamos necesidad
de buscar los motivos que les han hecho obrar de ese modo, eso sería sencillamente un
cambio de buenos procedimientos y tal vez ¿quien sabe? El principio de una sumision
completa de parte de los indios á las leyes muy apreciables aunque muy majaderas de la
civilizacion.
Pero no es asi, señor, no hay tal cambio de proceder, nunca ha habido un tratado internacional
entre indios y cristianos para determinar que los caballos desertores de uno u otro territorio
serian pasados por las armas del otro lado de la frontera.
De modo que el ejemplo es inútil ya que nuestros caballos solos han presenciado el castigo y
no los de los indios.
Nuestros caballos sabrán sin duda que no son destinad:os áuna suerte tan cruel al. cambiar de
querencia; y á los de los indios ¿quien les va á decir que al desertar se esponen á un
fusilamiento?
No se puede negar que el coronel Mansilla ha cometido un acto de arbitraria crueldad cuyo
menor defecto es ser inútil.
Como señor! Es en el momento en que todas las legislaturas estudian esa grave cuestión de la
abolición de la pena de muerte que Vd. viene á pasar porias..armas un animal que tal vez no ha
pecado sino por ligereza e irreflexion? Un animal que ha sido arrastrado por los malos consejos
de su patron y de una soga! Porque consta, y el coronel Mansilla no me lo negará, que es con
autorisacion del indio Rosas, su patron, que el caballo paso á la frontera.
Esa circunstancia atenuante es de la mayor importancia y debia haber sido tomada en
consideracion por el Sr. Mansilla.
Si, lo diré, tendré la fuerza de decirlo aunque deban también hacer caer mi cabeza; el acto
cometido por el Sr. Mansilla no es un acto leal, es un caballicidio voluntario sin necesidad ni
disculpa.
523
Mis sentimientos hippofihios se sublevan y se revolucionan al pensar que por un quitame esas
pajas, cualquier comandante de frontera condenará á muerte un inocente, por su propia
voluntad, sin tribunal, sin consejo, sin leyes!
No püede ser! Protesto.
¡Vamos, doctor Velez, un esfuerzo mas!
Ya nos ha dado V. un Código civil, complete ahora nuestra dicha dándonos un Código caballar
CODEX Eouus, y dedique esa obra al coronel Mansilla.
D. B. Sabañón (1)
(1): Este articulo había sido escrito para el Argos á pedido de nuestro amigo Julio Núñez, pero
en el momento de darlo á los cajistas, recibió el articulo de D. Juan Cárlos Gómez, en el cual
este profundo pensador dice al pueblo que para ser feliz debe elegir bien sus representantes y
que lo que impide á los jueces de juzgar bien, es que no tienen un Palacio de Justicia cómodo.
Ante una idea tan nueva como la primera yotra tan moral como la segunda, comprendemos
que nuestro amigo Julio Nuñez haya dado la preferencia al artículo de Juan Cárlos, pero no
estrañará que le digamos que de aquí en adelante nos abstendremos de colaborar al periódico
que tan dignamente dirige
D.B.S.
524
Simón Pitanchard
526
RECLAMOS ORION
Cigarros Orion.
Pañuelos Orion.
Rebozos Orion.
Vino Orion.
Confiteria Orion.
Hesperidina Orion.
Todo eso no es nada y en resúmen es bastante aceptable, pero héte aquí que la moda
ganando el terreno barroso y resbaladizo en que nadie gusta pasar tenemos también-
Chancheria Orion.
Bodegon Orion.
Y por fin, Jéringas Orion.
Digo pues, que el boticario que ha dado el nombre de Orion á un clister perfeccionado ha
abusado de la latitud permitida al emplear un nombre de un tipo popular y simpático.
Ya teníamos la carnicería de Garibaldi; ese letrero era ya bastante osado, pero el apóstol
armado de la libertad italiana ha dado lugar á veces á que se tome su nombre por muestra de
una carnicería, pues le ha sucedido mas de una vez hacer picadillo con los enemigos de la
patria.
Pero Orion no tiene, á lo menos que se sepa, un precedente que pueda autorizar á nadie á dar
su nombre á un aparato farmacéutico algo parecido á un instrumento de música pero de un
uso muy diferente.
El único boticario que puede saber si Orion debe ó no dar su nombre al instrumento hidráulico,
si al menos hay un precedente que autorize á dar ese nombre á la tal máquina, es el boticario
mismo de Orion, y ese no lo ha de hacer porque seria faltar á los deberes de discrecion que su
oficio le impone. -
¡Pues no faltaría mas que eso entonces, que se tuviera el derecho de dar el nombre de Orion á
cualquier articulo de botica!
Tendriamos:
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Cataplasmas Orion.
Purgantes Orion.
Vomitivos Orion.
Sinapismos Orion.
Cáusticos Orion, todavía, vaya con Dios! Orion se ha mostrado cáustico á veces.
Pero es un atrevimiento haber inventado el clister Orion y yo fuera en lugar de ese publicista
orador, diría de una vez al indiscreto farmacéutico:
-Amigo!, dejese de jeringar.
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-Hola!
-Y Vd. de Guillermo.
-Pero yo no soy rey!
-Vd. es coronel!
-No es la misma cosa.
-Para el caso, si.
-Pero Vd. Velez, como se vestiría?
-Yo que sé!
-Como Steinmetz.
-Pif!... quien sabe! veré.
-Veo que no le gusta el traje militar.
-Si señor! Pues no me ha de gustar?
-Y entonces... ¡ah! entiendo, Vd. se vestirá como Moltke.
-Como Moltke, no! No soy general.
-Pero Vd. es diplomático!
-No es la misma cosa.
-Para el caso...
-No, no, no es la misma cosa. Soy, como V.E. me hace el honor de decírmelo, soy diplomático
y no militar.
-Ah! Vd. quiere... un uniforme como el de Bismark!
-Ah, señor!
-Con que Vd. quería eso? Y porque no me avisaba?
-Ahora si que vamos á hacer pedazos á Lopez Jordan; Vd. no sabe el efecto moral que le hace
á uno el vestido.
-Sí, yo me acuerdo que en tiempo del sitio...
-Vd. se parece á Guillermo.
-Yo no! Hombre.
-Le digo que sí, un poco, así, de los hombros, y de la pierna izquierda.
-Puede ser, Vd. tiene también algo de Bismark en la espalda.
-Eh! Eh! Puede ser muy bien.
-Nopuedo irácombatir sinpermiso!
-Si, hombre! Se hace un golpe de estado nadie diría nada porque Vd. será vencedor.
-Eso es, y cuando marchamos?
-Lo mas pronto posible, pero no puede ser antes que Vd. tenga toda su patilla y su bigote
crecido. —Tiene Vd. el bigote y la patilla blancos, ahora?
-No, tordillos.
-Será preciso teñirlos de blanco. Yo tengo el bigote blanco, lo voy a dejar crecer y teñirlo de
negro para parecerme á Bismark.
-Ah! Digame: antes de salir no será bueno que nos retratemos?
-Ya lo creo, en grupo.
-Eso es, Vd. de Bismark y yo de Guillermo.
-Y rodeados de nuestros hulanos. [sic]
-Superior!
-Hasta luego, señor Presidente.
-A dónde va Vd. Velez?
-1
531
-A casa del peluquero á comprar aquella cosa que hace crecer el pelo para ponérmela debajo
de la nariz para acelerar la vegetación de mi bigote.
-Si hace buen efecto yo me pondré también.
-Convenido! Ah, como me tarda que crezca mi bigote para parecerme á Bismark! [sic]
-A mi lo que me tarda es de presentarme á López Jordán y gozar de su estupefacción al
tomarme por el rey Guillermo rodeado de ulhanos!
-Vd. conoce á alguien en Lóndres?
-Si.
-Algun influyente en el periodismo?
-Si, precisamente, ¿por qué?
-Para mandarle nuestro retrato... para que lo pongan en el Illustrated London News.
-Nos tomarán por el Rey de Prusia y Bismark.
-iOh no! Tanto como eso no les pareceremos.
B.B.T. PEK0E
532
La Prensa del Domingo, al decir que se publicaron el sábado cinco periódicos de caricaturas,
añade que de esos cinco, solo el Mosquito es situacionista.
Las querellas de los partidos en este país presentan un aspecto tan diferente de lo que sucede
en cualquier otro, que no bastan las palabras conocidas para espresarlas; de ahí las palabras
nacionalista y situacionista que en español no significa nada pero que en porteño designan dos
grupos distintos pero igualmente divertidos, algo como dos carbonerías rivales, dos
bodegones en competencia, dos sombrererías en guerra como la de Perissé y la de los Negros
ó dos almacenes al por menor én lucha, como los que existían en un tiempo en dos de las
esquinas de las calles Montevideo y Cangallo, y en donde unos de ellos había adoptado por
letrero esta arrogante divisa:
La Prensa es uno de los diarios que pertenecen al partido de la envidia perra y no dice que los
diarios de caricaturas que se publicaron el sábado, pertenecen al mismo partido.
Hasta ahí, no ha dicho nada que pueda de ningún modo llamarnos la atención ni ofuscarnos:
las opiniones son mas ó menos ridículas, pero libre enteramente [sic] y el Mosquito lo
reconoce al reírseles en la cara, como es también su derecho.
Pero de que los demás diarios de caricatura sean, como es su derecho del partido de la envidia
perra, no es una razón suficiente para que la Prensa que no nos hace, por lo visto, el favor de
leernos, afirme que somos del partido del ¡triunfante viva! ó que nos importe un bledo que sea
el partido nacionalista ó el partido situacionista que tenga la cola de la sarten en que se nos
hace freir.
¿Situacionista quiere decir sin duda, amigo-de la-situación presente, confórme ó satisfecho con
ella?
Pues sepa la Prensa que no hallamos nada digno de elogios en la situación presente que nos
parece tan grotesca, tan ridícula, tan absurda, como lo fué y como lo seria la que ellos desean
ver otra vez triunfante. -
Tan digna de la severa critica de Dios es aquella- -célebre situación que atravesamos hace
algunos años hacen algunos años como la burlesca situación que nos atraviesa hoy.
Nos cree sin duda tan egoísta y tan poco patriotas que deseamos para el país la instalacion
definitiva de uno de los dos partidos en competencia?
Convenimos con que el Mosquito tiene muchas razones para estar conforme con el actual
Gobierno Nacional, que es -tan cuadradamente, tan francamente, tan redondamente ridículo
que nunca ha habido mas motivos de prosperidad para un diario de caricaturas; para
533
encontrarlo igual es preciso retroceder por el recuerdo hasta los tiempos inolvidables de la
gran política en que obtuvieron un tan esplendido triunfo los tratantes, los mercachifles, los
saltimbanquis políticos y los brasileros.
Si no se tratara mas que de la prosperidad del Mosquito, sí, nos declararíamos sumamente
satisfechos, pues nunca hemos tenido mas motivo de caricaturar, tanto al gobierno como á sus
muy dignos oposicionistas yá que las palabras terminadas en ¡sta son aceptadas sin exámen.
Hágamos justicia a la Prensa; nuestro egoismo no llega hasta querer el mal del país para sentar
en el, nuestro propio éxito, y quisiéramos con toda sinceridad del alma encontrar, aunque
deba dejarnos sin pasto, en uno de ambos campos actualmente enemigos, el desiderátum que
debe dar á la patria grandeza, gloria y prosperidad.
Pero ni con el mejor anteojo de aumento de Tremá y Cruppí hay quien descubra ese tesoro
por demás bien escondido, si es que exista.
No nos confunda pues, la Prensa, con nacionalista ni con los situacionistas, declaramos aquí
muy altamente que nos guardaríamos bien de ser uno ú otro, si bien nos conviene reir al ver el
espectáculo que nos dan unos y otros.
Los otros periódicos de caricaturas no son situacionistas, santo y bueno, son nacionalistas,
muy bien; hagan á su gusto, buen provecho les haga; en cuanto á nosotros, lo que podemos
decir es que nacionalista y situacionista son y serán tributarios de nuestra pluma y que el
partido de nuestras simpatías esta por nacer.
Dejamos álos periódicos de partido el cuidado de probar que los mejores cigarrillos políticos
son los de la Abundancia, y que el mejor chocolate constitucional es el chocolate Peron.
Mientras pelean para ver cual es el partido mas solido, el de Perissé o el que no es de Perissé,
nosotros nos vamos á sentar fuera del alcanze de los trompis y hacernos un poco de buena
sangre al contemplar la lucha y apresurarnos á reir de los gestos de los contendentes antes de
vernos obligados á llorar por ellos.
534
Redacción.
Lo que somos y á lo que venimos.
Templada nuestra alma al calor de la farsa política, sistema del gobierno representativo que
nos rige, nacemos, por decirlo así, a la vida pública.
Somos muy poca cosa (como todo partidario de la situación) según voz general entre los qu
eno comprenden la vedadera tendencia de nuestra saludable política.
Y venimos, cosa muy natural, con la aspiración á una cartera de las que con tanto patriotismo
se consigue sin contar con mas bellas cualidades que la eleasticidad de conciencia en grado
sumo; y una paciencia de santo para soportar los ataques injustos é imprudentes, de una
prensa que no entiende de farsa una palabra.
Esta es la cosa.
Siendo, pues como somos, grandes farsantes, y habiendo crisis ministerial, nadie podría mejor
que nosotros formar un gabinete que hiciera honor al Dr. Avellaneda.
Se comprende que no - ha de faltar alguno que nos diga, que en el ministerio actual hay
hombres capaces de dar tantos al mas refinado farsante.
Y es muy cierto.
Pero el pueblo, que noes un pueblo así no mas, comprende sus derechos perfectametne, por
una reforma en el mi nisterio; y, en esa virtud, casi tenemos la certeza de que seremos
llamados por le petit president.
Tampoco escapa á nuestra penetracion, que la ruin envidia ha de batir sus alas peligrosas,
llevando á los espíritus recelosos que hoy tememn todo, y de todo se asustan; la nueva fatídica
de que no somos tan farsante scomo los actuales miembros del ilustrísimo Gabinete
Argentino.
Como ha de ser!
Lo único que aseugramos desde esta pobre hoja, que puede ser oficial andando el tiempo, es
que si los vedaderos argentinos apoyan y sostienen nuestra propaganda, pronto, muy pronto,
e/sol del primer viernes de Agosto de 1876 nos hará cumplir un añoenel estadío...
Y una cartera, como dijimios anteriormente, será el homenaje tributado al iérito indisputable
de nuestra no menos indisputable farsa.
Y si creen algunos que es mucho pedir una cartera, consideren por un momento siquiera, qué
servicio han presado al país (no hacemos alucion al Emperador de Rusia) ciertos hombres que
por mas buenos que sean no tienen los conocimientos diplomáticos precisos, y sin embargo, se
hallan encima de la parra (aquí tampoco hablamos con ningun Sarmiento) y pasan como si tal
cosa por excelentes farsantes, es decir, políticos.
535
En fin sea de ello lo que fuere, nosotros nos entendemos, y con el mas profundo desprecio
contestaremos á las puvasa de nuestros numerosos adversarios.
¡Viva el ministro!
Defenderémos tambien al Dr. Aneiros, Arzobispo de Buenos Aires, por que es de los nuestros,
y lo merece el chico.
Leguizamon, lriondo é Irigoyen: consideración y respeto le debemos por ser la trinidad mas
perfecta que se ha ocnocido en nuestro sistema de gobierno.
La Redacción.
536
Redacción.
Las exhibiciones.
La gente se ha empeñado en decir que don Domingo EFE está loco; que sueña
despierto; que no sabe ni lo que hace, ni lo que dice; y hasta se atreven á asegurar algunos
envidiosos que el célebre Doctor de Michigan, tiene obstruida la trompa de Eustaquio.
iPalabras, palabras y palabras! como dice Hamlet.
Ni D. Domingo es loco, ni sueña despierto, ni escribe sonambulisticamente (iperdon,
señora Academia!) ni tiene obstruida ninguna trompa, si bien es cierto que no oye mas que lo
que le conviene.
D. Domingo será todo lo estravagante, todo lo estrafalario que se quiera; pero ello es
la verdad que los mismos que se rien de sus locuras y de sus sandeces, procuran imitarle en
todo aquello que más les cuadra.
Gran verdad dijo aquel que dijo que "un loco hace ciento" y más si este loco es del
calibre de un Sarmiento.
(Esta prosa parece verso, pero no lo es.)
Al nuevo Robinson de Carapachay le dió la mania por imitar a los yankees.
Vió que estos caballeros eran muy dados á las exhibiciones y á las conferencias
públicas, y no perdonó medio para exhibirse, en toda su olímpica grandeza, ante los pigmeos
que lo contemplaban absortos y á quienes fascinaba con el fulgor de su mirada y con las
emanaciones de sus sabiduría.
¡Oh mágico poder del sonambulismo y de la locura!
Pero he aquí que llega de Europa un nuevo D. Domingo, aunque tal vez más sabio y
menos loco, y un si es no es tan vanidoso como la Vanidad misma.
Nos referimos al nunca bien ponderado caballero de la Triste Figura, D. Héctor EFE.
¡Qué coincidencia alfabética!
Los dos hombres más expectables de la República Argentina, quizá del mundo entero,
¡son dos EFES!
Aquí todos aguardábamos con impaciencia la llegada de D. Efe II; los minutos nos
parecían siglos desde que supimos que este señor se había dignado resolverse á visitarnos;
todos los días acudíamos á saber la llegada de los vapores, por si había tenido á bien adelantar
el viaje y hasta un cierto dia, tuvimos el valor de presentarnos en la oficina de Telégrafos en
averiguacion de si habían recibido algun viajero por cable submarino.
Nuestra impaciencia y nuestro disgusto aumentáronse en grado superlativo al oir una
respuesta negativa algo sardónica.
Por fin, un dia, dia de gratos recuerdos, cierto amigo nuestro, acérrimo admirador
también y entusiasta partidario de D. Héctor, nos participó la feliz nueva de su llegada.
Nuestro gozo no reconoció límites en aquel dichoso instante. Brincábamos y
saltábamos de gusto; tiramos la casa por la ventana (advirtiendo que no nos pertenecian los
muebles), dimos un abrazo á la mucama, un puntapié al gato y una propina al portero;
saliendo por las calles, á toda carrera, como alma que lleva el diablo, anhelando el instante de
contemplar á D. Héctor en toda su magnifica espectabilidad.
537
Por fin, después de haber tomado el tramway más de cincuenta veces, tropezamos con
nuestro ídolo, ynos prosternamos ante él extáticos de admiracion.
¡Habíamos visto la suprema felicidad!
Ya no habrá crisis, nos dijimos; ya no habrá complicaciones exteriores; ni el Brasil, ni el
Paraguay, ni Chile se chancearán con nosotros. Tenemos en nuestro seno una figura, digo, una
barrera, que oponer á sus bromas y á sus amenazas. Tenemos á D. Héctor, nueva divinidad que
aplacará todas las tempestades: seremos invulnerables, temidos y respetados. ¡Quién nos
tose ahora!
-lEh, amigo!- nos dirá más de un lector pacientísimo-- á Vd. se le vá el santo al cielo y
sele vuelan los pájaros. Nos ha hecho creer que iba á tratar de exhibiciones, y hasta la hora
presente, apenas si hemos vislumbrado algo que se refiera al epígrafe del artículo.
--Perdonen Vdes., señores míos—(esto lo digo yo)– no lo había notado, pero ahora
voy á ello, pues todavía falta el rabo por desollar. Y perdonen que el rabo sea corto.
Çomo íbamos diciendo, D. Héctor, imitando las manías de D. Domingo, en eso de las
exhibiciones, piensa recorrer su personilla, amenizando las excursiones con su relato de sus
aventuras y viajes al polo Norte, digo, no, por Europa; aventuras que, estamos seguros, no
carecerán de interés y podrán figurar al lado de las Veinte mil leguas de viaje submarino por
Julio Verne. Para completar la fiesta, hará imprimir sus relatos y los repartirá gratis por todos
los ámbitos del globo terráqueo.
Con este golpe eterniza su popularidad, y no habrá quien pueda darse dos tantos en
cuestion de exhibiciones.
538
Dos periódicos de Buenos Aires, La República y El Tribuno, me atacan de un modo singular, que
consiste en dar cabida en sus secciones libres, ó para todos, á diatribas que quedan por ellos
prohijadas en el solo hecho de admitirlas. De lo dicho por ellos se infiere que no les gusta que
yo hable de política ni de gramática. Otro diario de Dolores, que no merece ser nombrado
aquí, me insulta por haber yo tratado á las hijas de esta tierra con la galantería natural que es
en los hombres cultos y decentes. Ahora pregunto: Si no puedo hablar de política, ni censurar
las faltas de lenguaje, ni siquiera consagrar en mi semanario una sección literaria al bello sexo,
¿cuál es la libertad de escribir que aquí se me concede? Sin duda es aquella de que hablaba
Beaumarchais, diciendo: "En que no tratando de política, ni de Religion, ni de Costumbres, ni
de Literatura, ni de los hombres públicos, ni de los particulares, puede Vd. hablar de todo lo
que quiera."
Antón Perulero hablará, no obstante, de cuanto se le antoje, y allá van las contestaciones que
hoy por hoy se le ha ocurrido dar á los liberales contrincantes que le han salido al encuentro.
541
Al doctor Irigoyen
Con motivo del arreglo de la cuestión paraguaya
Diré sin circunloquios lo que siento. "Pero... ya verá usted como no viene."
Y siento... pero mucho, que allá un dia, Y no -recuerdo, gran ministro, en vano
Por derrocar la odiosa tiranía La religiosa fé de mi paisano,
De un tal Lopez, en dócil instrumento Que es algo semejante á la que abrigo,
De un imperio ladino Y con noble franqueza aquí lo digo,
Se tornase el ejército argentino. Respecto al cumplimiento del flamante
Y no es que yo vindique la memoria Tratado de que le hablo en este instante.
De un déspota brutal: es que estudiadas Yo creo que el Brasil, y así se infiere
Tengo, por lás lecciones de la historia, De la sana intención que ha demostrado,
De tal modo las testas coronadas, Querrá, por uqe la paz nunca se altere,
Que, no iría con ellas... ni a la gloria. (1) La rígida observancia del tratado;
Pero, en fin, no hablaré de lo mal hecho, Pero... ya verá usted como no quiere.
Que aunque por muy mal hecho lo registro. Yo creo que el Brasil, siendo notorio
Como suele decirse... á lo hecho, pecho. Que ya con descansar se satisface,
Mi objeto principal, señor ministro, Hará porque, en un plazo perentorio,
Cuando la pluma enristro, Se evacue el paraguayo territorio;
Para trazar los míseros renglones Pero... ya verá Vd. como no lo hace.
En que ciertos escrúpulos empotro, Yo creo que el Brasil, cuando algo cede
Es probar que podemos uno y otro En la cuestión de límites, malicia
Tener celebraciones; No lleve en las ventajas que concede,
Y harto lo hacemos ver, por de contado, Y arreglarlo podrá todo en justicia;
Pues, sin que esto se me tome por requiebro, Pero... ya verá Vd. como no puede.
Sé que usted un magnífico tratado Yo creo, en fin, señor, que, entre naciones
Consiguió celebrar, y yo celebro Cuyas instituciones
Eso mismo que usted ha celebrado. Diversas són, podrá llegar el caso
Mas saber fuéra bueno, y aun preciso, De que no se dé un paso
Por ciertas circunstancias agravantes, Que pueda conducir á una refriega,
Si alguna de las partes contratantes Péro... ya verá usted como no llega.
Que han entrado en un sério compromiso, ¿Estaré equivocado
- Su nombre-de hoy-conservará mañana, Al sospechar que puede su tratado
O si, querrá mejor llama rse Andana; Dar motivo mas tarde á un hábil quiebro?
Sobre lo cual me ocurre un cuentecito, Pues tanto lo celebro
Que aunque es bien conocido en todo el mundo, Como el tratado dicho he celebrado,
Merece repetirse, y lo repito. Despues que usted lo celebró prudente:
Hallábase en su cama, moribundo, Pero debo decirle ingenuamente
Un buen paisano mio, y su agonía Que yo, que nada olvido,
Aceleraba un cura que decía: Miro en cada tratado una bolina,
"¿Crees que á juzgar á todos vendrá Cristo Despues de ver las gangas que ha traido
Cuando deba venir?" Era muy listo El gran tratado de Catriel y Alsina.
Ml paisano, pasá base de ateo,
Y contestó, no obstante: "sí, lo creo", (1). En guerras como la del Paraguay, se entiende.
Aunque añadió, mirando al otro nene:
542
Ese es Sarmiento
El Fraile y El Mosquito
"Disciplinazos"
Se recomienda á El Mosquito
Que rompa hoy su paleta
Y que apronte la maleta
Para embarcarse prontito.
(1) Para cerciorarse, ver la caricatura que trae 'El Fraile' en el número a que contestamos.
546
El Fraile, 1, 3, 28-9-1876, p. 2, c. 4.
"Dimes y diretes"
"RIP"
'El MOsquito'
"A El Fraile"
Solo, por pan ó por oro ¿Ni quién eres tú, Mosquito
Se escribe de esa manera. Para alcanzar tanta honra,
Solo un mosquito, una fiera, Si solo siembras deshonra
Puede herir la dignidad Con tu pluma de aveztruz?
De quien rechazó un inulto, No comprendes, infelice,
(comedido y sin enojos) (Decirlo me causa empacho)
Presentando ante sus ojos Que nunca puede un gabacho
su insulsa procacidad. Dominar á un andaluz?
El Fraile, U, 5, 5-10-1876, p. 3 c. 1.
"A El Fraile"
e.
550
"El Mosquito"
Hace apenas un año paséabamos una tarde por el boulebard de los Italianos en París, con un
literato francés, cuya última obra, mereció una espléndida crítica de Victor Hugo.
Hablaba de los poetas americanos, y el giro de la conversacion lo trajo hasta el periodismo:
después de charlar largo, nos preguntó el célebre defensor de los hijos naturales:
-Hombre, y ese 'Mosquito que a tantos americanos oí mentar, ¿qué es?
-Señor es un pliego de papel, en el que un jimbia llamado Stein hace caricaturas: este Stein,
chistoso por incubación, tuvo la cachasa de manosear ocho ó diez años todos los periódicos
francesesy españoles con caricaturas y como es incapaz de crear, hoy nos espeta lo que copia
al pelo y...
-No, no hablo de caricaturas; ¿la redaccion es que tal?
-El mismo Stein que apenas conoce su idioma natal redacta en castellano, y ya no figurará Vd.
en la salsa: en America tenemos poetas y literatos que podrían formar un semanario rico en
pensamientos pero ya sea por lujo, ya por molicie, viven como la vizcacha, y de aquí que entes
como Stein que es un soberbio animal, unido á la soberbia mula francesa llamada Choquet,
literato tambien a la violeta, vengan á representar soit disant nuestro periodismo bufo: este
Stein caricaturador á macho, es muy vivo, juf! Mas que una centella; figuraos que cuando mas
dividido estaban en Buenos Aires los partidos politicos, y cuando todo hombre récto tenía su
idea, este anfibio hacia las caricaturas de la Presidencia periódico mitrista y las del Mosquito,
papelin alsinista: como allá nadie sabe ni la madre que lo parió, vende su lapiz y escoba lo
mismo á una virgen, que á una ramera de las musiqueras: para mi algunos de estos dos
literatos de bejín debe ser casado porque escriben perfectamente en buey.
Maruja
0
552
IiI.JjYill[cI.]
Charla perulera
Le Général Dimanche
Desde que supe que Santo Domingo hacía milagros en San Juan, me sentí invadido por una
devoción inmensa hacia ese santo varon.
Sin ser de los mas influyentes, tengo mi pequeña popularidad, y hubiera yo podido
proporcionar á Santo Domingo muy buenos marchantes y hecho algo para la propagacion de
sus méritos.
Para mi, un hombre que desprecia las leyes de la galanteria y se venga de una mujer de un
modo tan cruel romo lo ha hecho con una señora de San Juan, no pasa de un santo de poca
categoria y de un infeliz bienaventurado.
Entre hombres admito toda clase de lucha; ojo por ojo, diente por diete, cogote por
cogote.
Veo en una carta publicada en el Eco de Córdoba, diario que ese mequetrefe de
Sulpicio persiste en llamar el Loco de Códoba, que el bienaventurado Santo Domingo hizo dos
curaciones milagrosas. La primera, es un sacerdote chileno, vicioso por el mate, y que no podía
mas tomarlo a consecuencia de una enfermedad de garganta, y que habiendo tomado un poco
de tierra y habiéndose untado el gaznate con sebo de una vela Santodominguera, no solo pudo
aspirar su mate, sino que, en su ardor y. con la impaciencia que tenia de volver á probar su
brebaje favorito, se trago, no solo el contenido del mate, sino la bombilla y el mismo porongo,
y los dirigió sin esfuerzo, por medio de otra pequeña untura, que no es del caso explicar.
557
Tambien curó radicalmente, con una sola presa de tierra, á un anciano que padecía de dolores
de estómago desde 1832, y que ahora tiene un buche capaz de desafiar á los avestruces.
¿Vds. saben lo que son las mujeres? Una señora sanjuanina, á quien contaron esas
proezas milagrosas, se desternilló de risa y se pusoá decir bromas y emitir dudas sobre el
poder del santo. ¿Qué hubieran hecho vds.? He hubieran puesto á -reir, aunque de mala gana,
y hubieran dicho: ¡Vaya! ¡es una mujer! mo hay que hacerla caso!
¡Pues bien! Yo tengo la fuerza de mis opiniones y declaro aquí que Santo Domingo no
pasa de un advenedizo, de un charro, de un individuo sin mundo y sin educación, de un
pignouf, como dicen los franceses; le prevengo que puede borrarme de la lista de sus devotos,
que voy á mandar echarla tierra en el cajon de la basura, y servirme de su sebo para untar mis
botines.
Voy á buscar un santo bien educado, San Francisco de Sales, ó San idem de Borgia, que
eran santos decentes é incapaces de faltar á las consideraciones que se deben al bello sexo,
para ofrecerles mi proteccion.
558
Décimas de actualidad
Cabalgando en un ñandú, y
Elizalde de alpargatas, "Señores: dijo un portero,
iba vendiendo batatas, hoy es dia de santo
por la calle del Perú; y quiero que oigan el canto
cuando apareció Mambrú, que procede un terutero
de la mano con Delfin, que venga aquí el mundo entero
que armado de un espadin; a escuchar cosas de España,
iba á batir á Galvan, que imporado en una caa
mientras bailaba el can-can, les recitará Muñiz
Rawson con Albarracin. y su paso de perdiz
y su carita de araña.
lx
En la cuestion que hoy se toca Que en ese juego de uñate
Todos dicen con razon Que se calienta á la fragua,
Que allí ha tocado el violon, Muchos preparan el agua,
El ministro Montes de Oca. Para que otros tomen mate.
Tomando café de Moca,
Trataba con Balmaceda XII
Que, cual gusano de seda, D. Héctor muy placentero
De Frias no se acordaba Con una linda condesa
Que esta cuestion lo ocupaba Que le llenó la cabeza
Por la vida que le queda. Con lo que enviste un carnero
De eso reja el mundo entero
X Pero él no se apercibia
Dardo Rocha con Casares Hasta que se llegó el dia
Que tocaba la matraca Del tremendo desengaño,
Llamaron al doctor Baca Quedándole para este año
Para aliviar sus pesares, Una atroz melancolia.
Y allí con lindos cantares
La lista que se formó XIII
Fué de socios que tomó, Y entre tanta mescolanza
Del partido autonomista, De sucesos, se atropella
De entre la gente mas lisat Montado en una camella
Devió, llegó y agarró. El doctor Angel Carranza
Y Zinny con Sancho Panza
xl Cargado de libros viejos,
Por fin ya tuvo lugar Va tirando tres conejos
Para Roca el gran convite, Que cambio por seis gacetas,
Gente al partir de un confite Un fusil, diez escopetas
Fueron listos á pescar: Y una sarta de cangrejos.
Valiente, no maliciar,
Sin que esto sea un disparate, Manduti.
Le
562
Charla
El primer suelto de "La Cotorra" pertenece hoy, de derecho, al ilustre General D. Domingo.
El mariscal según declaración de su diario compró el sábado pasado tres "Cotorras" para
"refocilarse con sus espirituales caricaturas" (testual) manifestando con tal acción, dos cosas
buenas: -la primera, que las caricaturas de "La Cotorra" son cultas, cuando el mariscal no se ha
encontrado ofendido por ellas, hallándose gracioso en el estudio de su cabeza, hecho por
nuestro dibujante; y segundo, que D. Domingo Faustino, es tan afecto a su propia popularidad
que se refocila hasta de verse vestido de moro.
Todos los hombres públicos pertenecen al público que los juzga y sentencia, como lo
merecen, llegando si son condenados á la última pena, á ser presa de caricaturistas y
gacetilleros, cuya mision es ultimarlos como merecen; con el ridículo.
El Director de Escuelas, ha dado una prueba de que aun le resta un poco de cordura
dentro de su cabeza calva, pues que al aplaudir "La Cotorra" riéndose de sí mismo, no ha
hecho mas que evitar que le llamaran tonto, como aquellos que rompen el espejo que los
retrata feos, diciendo que la luna no es buena.
Pero "La Cotorra" es agradecida, y en cambio de los nueve pesotes que aflojo por las
tres "Cotorras" le desea nuevas adhesiones de las que publica "El Nacional" todos los días en
su última hora.
Seguramente que "La Cotorra" no figurará en ellas, porque perdería un tipo, el mas
popular de sus tipos, tan popular como... Macusa.
563
[1882]
Contrato
Los abajo firmados, por una parte del Señor D. H. Stein propietario de la empresa periódica 'El
Mosquito' domiciliado en la calle de Tucumán N. 131 y por otra Don Mauricio Mayer,
comerciante de esta plaza, domiciliado en la calle del 25 de Mayo 87, en representación de un
núcleo de amigos políticos, han concurrido en lo siguiente:
1 9 . El Señor H. Stein, vende la empresa de 'El Mosquito', tanto en su parte ilustrada como
igualmente en la literaria, para que ella sea puesta al servicio del Partido Nacional
Autonomista de la Provincia á cuyo frente se encuentra el Sr. Dr. Don Dardo Rocha, por el
término de dos años, á contar desde la fecha y bajo las bases siguientes:
El señor Mayer se hace cargo del servicio (amortización e interés) de las letras por
valor de ciento y ochenta mil pesos en m/c que el señor H. Stein tiene en el Banco de la
Provincia, quedando por lo tanto desligado el Sr. Stein por esta declaración de responsabilidad
pecuniaria de ningún género con aquel establecimiento.
22. El señor Mauricio Mayer ó en su defecto el Sr. Eulogio Enciso o aquel que determine el
director del Partido, será el que tenga o tengan la dirección política del texto é ilustracion del
periódico, siendo estos los únicos responsables antes [sic] los Tribunales.
32• El señor Stein entregará al Sr. M. Mayer ó á su orden doscientos cincuenta ejemplares
gratis del periódico de cada uno de los números que aparezcan y por el termino que dure el
presente contrato.
42• Caso que conviniese editar un número mayor de ejemplares estos le serán abonados al
señor Stein á razón de doce reales moneda corriente por cada uno.
52. La suscrición, avisos y demás ventajas que produce la empresa del "Mosquito" son
exclusivamente á favor del Sr. Stein.
72• El presente contrato será registrado y hecho escritura pública para darle toda la fuerza
legal.
En fé de lo cual firman dos de un tenor para un solo efecto en Buenos Aires, á diez y
seis de Mayo de milochocientos ochenta y dos.
El Nacional, 234-1888, p. 1, c. 2.
Wilde caricaturista
N.B.: No he podido elucidar con certeza la referencia del seudónimo. Cabría señalar que
"Justus" fue utilizado Pastor Sérvandó Obligado publicó en 1907 unos rasgos biográficos de su
padre, el primer gobernador de Buenos Aires. Pastor S. Obligado (1841-1924) fue militar,
abogado y escritor, y colaboró en diversas publicaciones periódicas, entre ellas, El Nacional.
Ob!igado había sido el juez y promotor del primer juicio contra el Mosquito, en septiembre de
1882.
Sud-América, 24-4-1888, p. 1 c. 6.
Wilde caricaturista
Dos ó tres diarios han disertado largamente sobre el hecho de que hace varios años el Dr.
Wilde se permitía dar á Stein la idea de alguna caricatura; y han exclamado con tal motivo
ahuecando la voz: 'Wilde, caricaturista'.
Y no han dicho sino la verdad. Wilde ha sido efectivamente caricaturista no pocas
veces, y generalmente ha sido más bien fotógrafo.
En mas de una ocasión ha pintado con pluma de maestro las siluetas de los falsos
dioses del Olimpo mitrista y la prueba de que ha herido, bien, es que aún chillan los
favorecidos.
Cuando se es dueño de una originalidad y de un ingenio propios, se puede tentar la
caricatura en los ratos perdidos. No todo ha de ser el fruto soporífico y zonzo á caerse á
pedazos de los bartolos, y sub-bartolos que escriben en la Nacion.
Alguien tenía que compensarnos de tanto fastidio como nos viene destilando dia á dia
el mas completo ejemplar de la tontera humana.
567
No es preciso explicar la diferencia que existe entre los y las calaveras, verdad que no?
No? Pues adelante. Los calaveras, hacen calaveradas, porque ignoran, {o por que no piensan
que llevan la calavera cubierta con el mandil de la vida, hasta algunos dias depues de perderla.
Las calaveras iah! las calaveras son mas formales siempre.
Mas formales y mas sérias que el ministro del Interior, terapéutico y característica.
El lo es todo, político, interior, médico y dibujante satírico.
¡Que hombre tan aprovechado! iQue talento tan desparramado! ¡Que monumentalidad tan
ñata!
Con media docena de hombres como este, las calaveradas se producían por instantes para
tormento del prójimo.
¡Que sí ha hecho calaveradas! iPues no!
Como hombre p{ublico, como ministro sério, ha infringido las ordenanzas municipales y há
atropellado á un vigilante con toda la luz del dia y todo el fuego del sol.
¡Que lástima que este calavera, haya de ser comido por los gusanos hasta dejarle monda la
calavera!
Como interior, ahí es nada, está tan interiorizado en la cosa pública y en hacer el bien público,
que mata de hambre á las viudas y á Ferrari lo harta de bizcochos.
Cómo medico, Dios nos libre! Ni una palabra mas al considerarlo bajo esta face.
Cmo caricaturista es diferente. Aquí si que podemos decir que es un génio. ¡Pero que génio!
Como que él inspira á un mosquito.
Si será por eso que los mosquitos pican?
Nada cuadra tanto á la seriedad de un ministro cómo pensar en hacer, caricaturas, para
ensañarse con todo lo que el país tiene de grande y de valioso.
Eso es muy divertido y muy socorrido. El, á solas con el caricaturista se rie del personaje A ó B.
Se ejecuta la obra, sale á luz, y el público entero se burla del caricaturista y de su inspirador.
Y, mas vale que se hayan dedicado á eso; pórque si se dedican á la caza, les hubiera salido
siempre el tiro por la culata, y hubieran mostrado las calaverasantes-detiempo esto es, fuera-
de sazon.
Vds. no sabían que el mosquito era el ministro!
Pensaban Vds. que era el dibujante?
Error, error, eraso; el dibujante no hace mas que tener el lápiz en la mano; y el ministro guía
aquella mano y... así resulta lo que resulta.
Números inmorales y escandalosos, muchos; pero ninguno multado, ni perseguido, ni
secuestrado. -
Esta ley y un embudo, serán, por lo menos, tocayos.
No tenemos mas remedio que conformarnos y reírnos á mandíbulas batientes de lo que pasa
en el mundo.
¡Lo que vá de ayer á hoy!
Ya vds. conocen el testo de la carta en que se me pedia que me dejase inspirar por el del
interior para hacer la caricatura del mosquito.
¡Para luego despues hacer mi retrato para la policía!
Esta es inspiración de Satanás 6 del ministro.
568
No importa, á los hombres no hay que medirlos, ellos, cada uno de por sí, nos dá, sin que se la
pidamos, medida exacta.
Y para eso es el público y el sentido común; para juzgar á la gente y distinguir á unos de otros.
Despues de todo, há resultado inútil el retrato y cuanto se fraguó antes y despues de esa obra
de arte.
Estoy seguro que el Gefe de Policía, habrá dicho:
-"Pues es buen mozo".
A lo cual contestaré como aque[l] del cuento.
-Siento no poder decir otro tanto.
Y no és porque me parezca feo á mi el Gefe, no; sino porque cualquier ser humano, en siendo
hombre, ya es feo para mí.
Sin embargo, en la imposibilidad de establecer mi juicio exactor respecto á la belleza del Gefe
de Policía desearía que mi retrato fuese cangeado por otro del mismo autor que el mío.
Entonces daría mi opinion.
iLo que va de ayer á hoy!
En fin, dejemos á un lado las miserias humanas y ocupémonos de algo mas agradable.
iQué buen principio de semana hemos tenido con la llegada de José Caramelo! (Dulce)
Hizo el viaje para recibir el último examen. Lo han examinado de credo político.
Y lo sabe de pe á pa. Con tal motivo há recibido el execuatur para ser gobernador en
cualquiera parte donde haya gente aficionada al almíbar.
Es un gobernador D. José Bombón mas bien para servir de noche que de dia.
Por que él en cualquier ruido ó tertulia endulzará los paladares y las gargantas.
Hombre utilísimo, no cabe duda.
Con decir á vds. que envolvió a D. José Confite!
El se hará una jalea cada vez que reciba á cualquiera: el se derretirá al calor de la adulacion
como el azúcar en el fuego; él se desleirá en el agua rosada del poder, como el jarabe se deslie;
en fin es dulce y no puede dejar de serlo.
Y como dulce, resultaria empalagoso. Ya lo verán Vdes., há de ser así no mas.
Los catamarqueños van á aborrecer de esta vez y para siempre el dulce.
iHorrorde los horrores!
iJna anécdota para concluir.
Erase un calaveron viejo, pero mas ó menos como el ministro de las caricaturas.
Y viejo y todo, solo gustaba de acompañarse con mocitos calaveras.
Estos siempre se reían de él.
Nuestro viejo amaba con delirio á las inglesas sin duda por que jamás habia sido-correspondido
por una hija de Albion.
Una noche uno de sus amigos calaverillas le dijo:
-"Quiere V. ver una miscelánea?
Refiriéndose á una fiesta campestre. Pero el calavera viejo creyendo que se trataba de una
inglesa, exclamó:
-Mis Celanea! No la conozco y es estraño. No importa vamos allá. Quizás esta me
corresponda.
Tableau!
569
Eran las 8 p.m. del dia sábado 22 de Septiembre pasado. Los magnificos salones de
nuestra direccion se hallaban iluminados y nuestro director, muy paqueton, echaba una última
mirada sobre la mesa de lunch que se hallaba en el estudio.
Uno de nuestros repartidores de ugier, mirando de repente para afuera, anunció con
voz vibrante:
-El Señor Arzobispo Aneiros.
Y un momento despues siguió nombrando á los que llegaban:
-El Señor Juez Tedin.
-El Señor General Mansilla.
-El Dr. Aristobulo del Valle.
-El General Don Bartolo.
-El Doctor Goyena.
-El Doctor Pizarro.
-Doña Juanita Pizarro, Florencio Madero, José M. Estrada, Don Torcuato de Alvear,
etc., etc.
De que se trataría? Preguntase el lector íntrigado. Se lo vamos á esplicar en pocas
palabras.
El dia anterior había tenido luar el magestuoso é imponente entierro del ilustre
General Sarmiento, del mas original y digno de los tipos que ilustraban el título de este
periódico.
Era un deber imprescindible para nuestro director sacar de dicho título la figura del
ilustre desaparecido. Pero, con quien reemplazarle? Quien había bastante digno, por su génio
descarrilado, por su talento inegable, por sus originalidades para pretender el honor de ocupar
el vacio que la muerte del gran patriota había dejado en nuestro título?
Despues de reflexionar un corto momento, nuestro director resolvió mandar una
circular invitando á los tipos del MOSQUITO á una reunion, la que tenia precisamente lugar la
noche indicada.
Nuestro Director, con esa distincion y esa gracia que le son peculiares, recibía cada
invitado con las mayores atenciones.
-Ché, Federico, sentate en esa butaca y cuida bien de no aplastarla.
-Valiente, si no peso tanto. Ayer en la balanza cerca de la Policía, me he cerciorado de
que mi humanidad no pasa de 55 kilos.
-Contalo á tu abuela, Federico. Mi querido General, cuanto me honra su visita. Ah, Don
Torcuato, que es lo que tiene cambiado? Ya caigo, el bigote que ahora se tiñe en blanco. Que
ocurrencia, Vd. que lo tiene de un negro tan intenso, tenirselo en blanco: Señor Juez Tedin, es -
Vd. un neófito que promete mucho y no dudo de que pronto ocupará Vd. un puesto envidiable
entre los tipos del "Mosquito". Pero, aquí veo á la interesante Juana, la Juana de arco porteña, - -
que felizmente no conoce otro fuego que el de la Rotisserie. Venga Vd., la voy á colorcar al
lado de Don Bartolo para que conozca... otro fuego. Don Bartolo, sea Vd. un poco amable con
esta compañera, el único tipo femenino de la galería. Ché Florencio, como feo y espiritual
tienes el derecho de figurar en prímera línea. Creo que ya estamos todos.
570
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Escritores
"Le Plagiaire". Dibujo de Pigal (Fuente: Bayard, Émile. La Caricature et les Caricaturistes, Paris, Librairie
Ch. Delagrave, 1913, 2éme. ed.). Muy diferentes de las de sus colegas franceses contemporáneos, las
caricaturas Edmé-Jean Pigal (1789-1872) fueron igualmente populares en las décadas de 1820 y 1830.
Hacia 1838 se dedicó sobre todo a la pintura de escenas religiosas e históricas.
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Aunque no he podido datar con certeza la lámina de Pigal, es evidente que la de El Grito Arjentino
amplifica el carácter satírico de la estampa de un "tipo" diseñada por el francés. Pero además, la
aclimata al contexto y sentidos locales. Para enfatizar la sátira el dibujante procede por acumulación:
satura la imagen de símbolos, personajes y palabras. El personaje protagónico se mantiene con rasgos y
pose similares.
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Dibujo firmado H. Stein, seguido de la siguiente aclaración: "de una fotografía de Loudet".
Hace tiempo que ya el Mosquito conocía que no había cumplido con todo su deber hacia la
Comision Popular.
Hablamos cumplido con nuestro deber con algunos de los miembros que la componían.
Pero no habíamos podido reunir los elementos necesarios para ofrecerá nuestro público, una
obra digna de los populares.
Y nosotros que respetamos hasta el espanto á la Comision Popular vamos á tratarla como á las
personas de nuestra consideracion y respeto.
Nadie, podrá después de eso, pretender que no hay sinó Loudet que sea capaz de llevar
semejantes cosas á cabo.
Lo confesamos.
Estábamos celosos de aquel hombre que se tomaba para sí solo el derecho de pintar á la
comision popular con la aureola de gloria que supo esta conquistar.
Queríamos que no fuera dicho que no habíamos sabido nosotros tambien rendir el debido
homenage á la Comision.
Nosotros hemos preferido tomarlos en el momento de salir á las tablas para el sainete.
D. B. Sabañón.
579
El Sombrero de Don Adolfo y Una Boda en Carapachay. Portada de la reedición (1878) de las
"caricaturas dramáticas" de Casimiro Prieto Valdés Ilustración de Apel-les Mestres.
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La Cotorra, 1, 2, 19-10-1879. Tapa. Caricatura firmada con dos "C" entrelazadas [Carlos
Clérice]. Sobre la imagen: "Galería chusca de 'La Cotorra". Bajo la imagen: "Héroe de 'Los
Troncos"
581
Dardo Rocha intenta "agarrar las uvas" (en una de las hojas se lee "presidencia") y trastabilla
gracias al personaje que representa a El Cascabel.
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Bajo la imagen: "Descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón". "Este memorable hecho tuvo lugar el 12 de Octubre de 1492 (algunos creen que fue el mismo
dia de 1880). (Copiado de un grabado del siglo XV atribuido al celebre Mosquitus)". En el madero seco con la cara de Tejedor: "Rebelión del 80". En la bandera que porta
Colón-Roca: "Paz-Progreso" (nótese la jerarquización de esta bandera por sobre la espada, que habitualmente, en las representaciones plásticas del descubrimiento, se
sostiene en alto; el cambio de énfasis es evidente alusión a la consigna "pacificadora" frente a lo que en la imagen se diseña como la "reseca" rebelión tejedorista).
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Bajo la imagen: "GALERÍA HUMORÍSTICA. El vicario Clara absolviendo al celestial 3 batatas [Alejo de
Nevares Trespalacios]".
El "vicario Clara" era Gerónimo Emiliano Clara, vicario capitular y gobernador en sede vacante del obispado de Córdoba
de5de fines de 1883 (en reemplazo del fallecido Mamerto Esquiú). "Furibundo antiliberal", ya desde 1853 Clara se venía
pronunciando activamente contra los avances del Estado sobre las que consideraba potestades de la Iglesia (de la
regulación del diezmo a la educación religiosa). Desde su vicaría había señalado la prohibición para los católicos de leer
varios diarios, entre ellos, el satírico cordobés La Carcajada. En abril de 1884 Clara había dado a conocer una "carta
pastoral" en la que se pronunciaba contra tres cuestiones que, considera, atacan directamente la autoridad de la
Iglesia: las escuelas normales, la tesis doctoral de Cárcano (sobre los hijos extramatrimoniales) y la prensa liberal. Como
consecuencia de este documento, el gobierno nacional dispuso en junio que Clara fuera suspendido y procesado
judicialmente. En medio de la controversia pública y judicial, llega a Córdoba José Manuel Estrada, rector del Colegio
Nacional de Buenos Aires y profesor de Derecho Constitucional, quien se había solidarizado con Clara.
"Tres batatas" es Alejo de Nevares Trespalacios (1814-1900) fue un comerciante que tuvo, al menos des de la década
de 1870, una intensa participación pública a favor de la Iglesia. Fue presidente de la Conferencia de Montserrat y más
tarde, en 1887, fundó el Consejo Superior de San Vicente de Paul. Tenía fuertes vínculos con el periódico La Voz de la
Iglesia.
Para el relato de este episodio he seguido la reseña y el análisis de Waldo Ansaldi, "Ritos y ceremonias sacras y laicas.
Rituales de sociabilidad cordobesa en los comienzos de la modernización provinciana", Anuario IEHS, 12, Instituto de
Estudios Histórico-sociales J. C. Grosso, Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, 1997; pp. 249-
267. Disponible online: http://www.catedras.fsoc.uba.ar/udishal/art/ritos_%20y_ceremonias.pdf
587
A la izquierda, inmediatamente debajo de la imagen: "Pintado por Tofana". A la derecha: "Arreglado a la situación
por Stein". Bajo la imagen, a modo de epígrafe: "Enfin... seuls!". En el vestido de la figura femenina: "presidencia". En
el candelero, a modo de velas chamuscadas, las cabezas de los cuatro candidatos presidenciales a los que venció
Juárez Celman. De izquierda a derecha: Bernardo de Irigoyen, Bartolomé Mitre, Manuel Ocampo, José Benjamin
Gorostiaga (Irigoyen, Ocampo y Gorostiaga habían retirado sus candidaturas poco antes de las elecciones,
al igual que Dardo Rocha).
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El presidente Roca, a la izquierda, investido como Sumo Pontifice. Rodéandolo, los "obispos": sus ministros, en cuyo
sombrero se lee la inicial de la cartera correspondiente. De rodillas, y sujetado por una soga por Eduardo Wilde,
Ministro de Instrucción, Justicia y Culto, el arzobispo Aneiros. Junto a él, y de rodillas también, otros clericales.
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En el centro de la imagen, ¿Máximo ofrece la fruta prohibida a Juárez Celman. En ella se lee "manzana de la plata". Otras frutas del árbol del bien y del mal
llevan escrito: "Banco de Sta. Fe", "Tesoro", "Frontera de indios". Juárez Celman se aferra, con su mano izquierda, a un ejemplar del diario Sud América,
"incondicional" suyo. En la imagen puede verse también, entre otros, a Torcuato de Alvear (la palmera), Carlos Pellegrini (la jirafa), Marcos Juárez (el tigre), El
Mosquito/Stein (volando, con gorro rojo y blanco), Eduardo Wilde (el pavo con la pata de molino), Sarmiento (mono, de pie), Ramón Cárcano (gato que se frota
con la pata de Juárez Celman). Como ángeles junto al "exterminador", vuelan los rostros de Moreno, Belgrano y San Martín.
591
Don Quijote, IV, 33, 1-4-1888, p. 2-3. Caricatura de Demócrito (derecha: detalle del primer cuadro).
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El episodio al que refiere el cuadro tuvo lugar el 20 de junio de 1789. Se trata del compromiso de los 577 diputados franceses del tercer estado de unirse para dar a Francia una
Constitución, enfrentando las presiones del rey Luis XVI. Un ao más tarde un grupo de jacobinos pidió al pintor un cuadro que conmemorara este momento.
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Bajo la imagen: "Fragmento de una mala copia del famoso JURAMENTO DE LA CANCHA DE PELOTA. -Juremos combatir y morir por el tierno principio: sal de ahí que me meto yo."
Bajo los personajes, para identificarlos, sus nombres. Añado a la secuencia las equivalencias reconocibles con el cuadro de David: "De María, Gelly, Gorostiaga, Lastra, Estrada, Goyena,
Del Valle, Mitre (Bailly), Alem (Martin-Dauch, único diputado francés opuesto al pacto), M.[ariano] Varela, Barrotaveña (Robespierre), [Vicente] F.[idel] López (Dubois-Crancé, un amigo
de David), LMiguelj N.[avarro] Viola (Mirabeau)". A diferencia del cuadro de David, el punto de vista del dibujo establece un estricto eje de simetría con la mirada del lector. Esto se
vincula además con el principal recorte del cuadro, su sección superior, donde se ve al pueblo de Francia asomando por las ventanas, y se advierten los cortinados al viento,
simbolizando los "aires de libertad".
595
GALERIA CÓMICA
Bajo la imagen: "Por mera modestia, el Director del 'Dn. Quijote', en su número extraordinario de la pasada
semana, publico su retrato nada parecido. La fraternidad periodística no permite admitir tal exceso de humildad y
los pueblos del universo, delirantes por contemplar tan ilustre ¡majen no pueden quedar mas tiempo boca
abierta.
¡Pueblos, hínquense, he aquí las varoniles facciones de su ídolo!
En los cartelitos de las cadenas, de izquierda a derecha: "8 dias de policía. Obsequio de D. Torcuato", "18 dias de
Penitenciaria. Obsequio de Dn. Lucio", "4 dias de casa. Obsequio de Capdevila". En la pared: "Le mie prigione". En
el cartel donde se ve un conejo entrando en la madriguera: "Estamos dispuestos a morir por la libertad!".
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Frontispicio del primer
volumen (1841).
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Bajo la imagen: "Le crayon et la plume de Ba-Ta-Clan présentent leur enfant aux dames de
Río-de-Janeiro et les prient de le prendre sous leur protection.
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Lectoras y personajes
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firma).
Abajo: 1, 18-12-1841.
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texto "The lover at
different ages" (sin
ij kA, firma).
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Izquierda:
E/Mosquito, 27-11- 1878.
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E! Mosquito, 8-8-1880. •.
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E! Mosquito, 24-7-1887.
En la puerta: "Gran Exposicion Japonesa Cuyo 184".
Bajo la imagen: "Cuanto va a sentir Dn. Domingo no haber estado aquí para comprar en la
magnifica exposicion italiana [sic] un traje de guerrero japones".
615
Fichas técnicas
(ordenadas alfabéticamente)
616
Ficha técnica
Aniceto el Gallo.
"Hasta que... no quiera Dios/ seaproveche algún cualquiera/ de todo nuestro sudor. Chano"
Frecuencia: irregular.
Formato: en 4to.
Precio: 3 pesos.
Suscripciones: Librerías de Hortelano, Santa Clara 5; de Perú 20; de la Victoria 49; de San
Martín 20.
Ficha técnica
Antón Perulero
Números: 40.
Inicio: 2-12-1875.
Cierre: 31-8-1876.
Formato: Un pliego, caricaturas en las dos páginas centrales. El resto a cuatro columnas.
Precio: En la ciudad de Buenos Aires: por trimestre adelantado $ 36 m/c. Por semestre: $ 70
m/c. Por año: $ 130 m/c. El número suelto: $ 3 m/c y 20 centavos fuera de la ciudad. Fuera de
la ciudad de Buenos Aires: por trimestre $ 50 m/c. Por semestre: $ 100 m/c. Por un año: $ 180
m/c.
Obs.: -
618
Ficha técnica
Leyenda adicional: la de uso oficial: "jViva la Confederación Argentina! Mueran los salvajes
asquerosos unitarios! ¡Muera el loco traidor salvaje unitario Urquiza!"
Números: S.
Inicio: 4-9-185 1.
Cierre: 18-10-1851.
Tiraje: desconocido.
Precio: no indica.
Obs.: -
619
Ficha técnica
Don Quijote
Frecuencia: semanario.
Números: 1002.
Inicio: 1, 16-8-1884.
Formato: En 42 (1 pliego a 3 columnas; 3 x 47 cm.). Las dos páginas centrales con caricaturas.
Enero de 1900: cambia de formato asimilándose al del semanario La Mujer, que también
editaba Sojo. Un pliego a 5 columnas, "con caricaturas de actualidad" y más láminas a colores.
Tirada: 1888: 15.000 ejemplares. Tras la revolución de 1890, declara haber tirado 61.000.
1893: 60.000 ejemplares promedio.
Precio: inicial: En la Capital: por mes, $0,40 mm; por trimestre, $ 1; número suelto: $0, 10. En
el Interior: por mes, $0,50 mm; por trimestre, $ 1,50; número suelto, $0, 20.
Último número: En la Capital: por trimestre adelantado: $1,20; por semestre adelantado: $
2,30; por año adelantado: $ 4,50; número suelto $ 0,10; número atrasado: $ 0,15. Extranjero,
por un año: $ 15. En la campaña: por trimestre adelantado: $ 2; por semestre adelantado: $ 4;
por año adelantado: $ 7,50; número suelto: $ 0,15; número atrasado: $ 0,30.
Sede: Administración: 1884- julio de 1886: Buen Orden 88 (altos); agosto de 1886-julio de
1887: Artes 30 (segundo piso, administración e imprenta); agosto de 1887-agosto de 1888:
Rodríguez Peña 84 (2do. piso); agosto de 1888-febrero de 1894: Rodríguez Peña 142 (2do.
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Piso); marzo de 1894-diciembre de 1897: Venezuela 594 (altos); enero de 1898-abril de 1899:
Belgrano 521; mayo de 1899-abril de 1900: Méjico 998; abril-junio de 1900: Perú 662; junio-
noviembre de 1900: Corrientes 551; diciembre de 1900-febrero de 1901: Venezuela 982;
marzo de 1901-febrero de 1903: Tacuarí 413; marzo de 1903: Tacuarí 1013.
Suscripciones: no indica.
Obs.:
-Desde su primer número publica en el frontispicio los siguientes versos: "Vengan cien mil
suscriciones/ y abajo las subvenciones.! No se escapa de una zurra!el sacristán que se
escurra./! Ya hemos echado colmillos!para morder a los pillos./No consiente 'Don Quijote'/
que ninguno lo alborote."
-Alternó estos versos con algunos otros; manteniendo siempre aquel de "Vengan cien mil...".
Después de la revolución del 26 de julio de 1890 cambia esos versos por los siguientes: "En
Don Quijote no hay charque! Porque es cívico del Parque.,IPor ver el oro a la par/ lucharé sin
descansar.!! Vengan cien mil suscriciones!y abajo las subenciones./Don Quijote es adivino/ y
él os trazará el camino."
-Entre mayo de 1903 y noviembre de 1905 publicó Don Quijote Moderno, un semanario del
que figúraba como propietaria Ascención Blasco de S.[ojo].
-Durante 1887 y 1888 publicó una versión uruguaya en Montevideo, Don Quijote Oriental.
También allí el periódico de Sojo sufrió algunas clausuras y censuras.
621
Ficha técnica
El Cascabel
Leyenda adicional: -
Frecuencia: semanal.
Números: 14.
Inicio: 6-7-1882
Cierre: 28-9-1882.
Obs.:
Ficha técnica
El Fraile.
Frecuencia: semanario.
Números: 14.
Inicio: 14-9-1876.
Ciérre: 7-12-1876.
Imprenta:
Formato: 44 cm.
Precio: en Buenos Aires, por trimestre: $ 36, por semestre: $ 70, por año: $ 130; fuera de
Buenos Aires, por trimestre: $ 57, por semestre: $ 100, por año: $ 130. Pagaderos por
adelantado. Números sueltos: $ 3.
Suscripciones:
Obs.:
623
Ficha técnica
El Mosquito.
Abril de 1867 (edición diaria): "Diario satírico, burlesco, noticioso y comercial. El domingo sale
con caricaturas."
Durante el primer año: "Premio: El suscritor tendrá derecho con su boleto de suscripción,
pagando 60$m/c más, á una docena de tarjetas de fotografía, DE SU RETRATO, que su precio
común es 120$, y de este modo el periódico le saldrá GRATIS."
Frecuencia:
Inicio: 24-5-1863.
Cierre: 16-7-1893.
624
Formato:
1886: "4 p., 45x 36 cm., a 4 col. Tipos cuerpo 8 en cuarto. Sale los sábados por la tarde con
fecha del día siguiente" (Papeles de H. Stein, Leg. 1438, AGN).
"En épocas normales su tiraje es de 1200 a 1500 ejemplares, y en las que la política agita los
ánimos desde 3 hasta 4000." (Declarada por H. Stein, Legajo 1438 en AGN; publicada en El
Mosquito, 24-1-1886).
Precio: N. 1: 60$ m/c en Buenos Aires y 3 $ plata por el exterior. Número suelto 5 $ m/c.
Provincias y Esterior: $ 2 Fts.
Diario (1867): $ 30 mensuales para los suscriptores nuevos, -que recibían -Ja edición dominical:
como una "prima.., regalada" y se daba por $ 10 a los suscriptores de la edición semanal (que
costaba $ 20) (El Mosquito diario, prospecto).
N. 1097 (13-1-1884): agrega la siguiente leyendá: "Las personas que viven en la campaña óp en
las provincias, El Estado Oriental ó el Paraguay, pueden recibir el periódico mandando
adelantado á esta oficina el importe de una suscricion trimestral ($ m/n oro 1 con 86 centavos)
ó su equivalente en sellos postales argentinos ó en carta certificada". Número suelto: $ 0,12
m/n oro.
N. 1435 (13-7-1890): Suscripción trimestral, adelantada: en Buenos Aires: $ 1,80 curso legal -
en las Provincias: $ 2,00 curso legal; suscripción anual: en Buenos Aires, $ 7,00 curso legal, en
las Provincias: $ 8,00 curso legal.
Redacción:
N. 1 al 30: Editores, Meyer y Cía. Firman los artículos: "Moscardón" [Estanislao
del Campo]
N. 31: Editor: Henri Meyer.
N. 36: Desaparecido la indicación de "editor" .(ubicada hasta entonces bajo el
nombre del periódico).
N. 40 (20-2-1864): Editor responsable Mamerto García.
N. 215 (2-6-1867): Viaje de Henri Meyer a Paris. Primera caricatura de Adam.
N. 224 (14-1867): Partida de Adam e ingreso de Jules Monniot como principal ilustrador.
N. 236 (15-8-1867): Editor gerente: M. Victor y Cía.
En el Diario: cronista policial, Turulú.
N. 256 (15-12-1867): Partida de Monniot e ingreso de Ulises Advinent.
N. 277 (10-5-1868): Primera caricatura firmada por Enrique Stein (en números
subsiguientes: "Henr. Stein", "H. Stein", "H.S.").
N. 291 (16-8-1868): Editor-gerente, Milhas Victor.
N. 293 (30-8-1868): Editor-gerente, Luciano Choquet.
1869: Ventura Lynch (h) colabora en las ilustraciones (AGN, papeles de Carlos
Casavalle).
N. 376 (34-1870): Director-gerente, Henri Stein.
N. 414 (1-1-1871): Editor-gerente, Luciano Choquet.
N. 434 (54-1871): Director-gerente, Henri Stein.
1879: Colaboran ocasionalmente, en la parte gráfica del periódico, Carlos
Clérice y Faría (reemplazando a Stein durante situaciones personales
en las que no puede hacerse cargo de la tarea).
N. 930 (30-10-1879): Administrador: Feliciano Durbec.
n. 1006 (16-4-1882): Desaparece el nombre de Feliciano Durbec como administrador, y se
conseva el de H. Stein como Directo r-gere nte (es el momento én que
Stein firma un contrato con E. Mayer para cederle el control político
del periódico). Administrador: Enrique Stein. -
626
Firman los artículos (se mencionan solamente los seudónimos o firmas más habituales):
Loskar, Cabanel ("muerto" en 1870), J. Bambocha, Sabañón, Solfasilasire, Pitanchard, "Juan de
la Calle", B.B.T. Pekoé, Mosco, Moscardon, Luciano Choquet, Fray Trisagio Berruga, Don Cello,
etc. Hacia 1872 y en adelante los artículos dejan de estar firmados; conservándose en
ocasiones inicialada por Luciano Choquet la "revista teatral" o "musical" durante la temporada
veraniega. Cuando el periódico se convierte en sociedad anónima (julio de 1890) reaparecen
!as firmas de colaboradores: "M.B." y "M.", que muy probablemente valen por "Manuel
Bahamonde", que comienza a firmar con su nombre en 1890. Desde 1891 "Juan Moreira" es el
principal; también figuran Sardetti, Martín Fierro, etc. (y. Capítulo 4, nota 147).
N. 1 al 30: Oficina del Periódico, calle Florida 292. N. 31 a 78: Calle San Martín 67, frente
a la Bolsa. N. 79: Agencia General de "El Mosquito", Corrientes 116. N. 236: Redacción, Europa
184. N. 254: Oficina Cangallo 89 /z. N. 267: Oficina Calle Corrientes 52. N. 291: Oficina, Moreno
54, Sr. Leguina. N. 376: Victoria 228 (altos) "(en casa de D. H. Stein)" y Moreno 54 "(en casa de
D. Ezequiel Leguina)". N. 427 (24-1871): Piedad 225. N. 515 (17-11-1872): Administración del
periódico: Parque43. N. 628 (17-1-1875): Parque 73. N. 840 (9-2-1879): Tucumán 131 (altos).
N. 952 (34-1881): Administración, Florida 88. N. 1079 (9-9-1883): Tucumán 131. N. 1328 (17-
6-1888): San Martin 591 (nuevo). N. 1430 (8-6-1890): Agrega: Dirección, Tucumán 509; Casilla
de correo 1725. N. 1430 (13-7-1890): Tucumán 500, esquina San Martín (Papelería artística).
N. 1532 (29-5-1892): Administración: Papelería Artística, Avenida de Mayo 226.
Suscripciones: N. 1: Buenos Aires, en la oficina del Periódico, calle Florida 292. Rosario de
Santa Fé, calle del Puerto 180. Paraná, C. RipoIl. Santa Fé, A. Grünewall. Gualeguaychú, Luis
Vidal. N. 8 (12-7-1863): Añade: Buenos Aires: Imprenta de Pablo Coni, Cangallo 47; Librería de
Lucien, Victoria 119, y Librería Española, esquina Bolívar-Moreno. Córrientes, Félix Fournier.
Goya, Julio Solano. Concordia, Luis Guaita. Chivilcoy, José Valtolina. Modifica: Rosario de Santa
Fé, Luis Castellán; Santa Fé, L. Gazzana. N. 14 (22-7-1863): Añade: Montevideo, Imprenta del
Siglo. Modifica: Buenos Aires, Imp. de Pablo Coni, Perú 101; Rosario de Santa Fé, F. Quijano. N.
29 (5-12-1863): Añade: San Fernando, Hotel Nacional. En las Conchas, Restaurant Chancelli
Mercedes, Imprenta del Imparcial. Chascomús, Antonio Lima. Villa de Mercedes, Bern. Paz.
Córdoba, Luis Varela. Gualeguay, Imprenta Gualeguay. Salto, Imprenta de la Democracia.
Modifica: Buenos Aires, en la oficina del periódico, Calle San Martín 67. N. 42 (5-3-1864):
Añade: Buenos Aires, Agencia de Librería, Suypacha 67. Mendoza, N. Villanueva. San Juan,
Felón Martínez. San Nicolás, R. Degreef. Dolores, Dag. Schang. Modifica: Córdoba, Manuel
Ruiz. San Fernando, Julio Judel. Desaparecen: Gualeguay, Mercedes, Montevideo, Rosario de
Santa Fé, Las Conchas, Salto. N. 56 (4-6-1864): Modifica: Buenos Aire s, Imprenta Coni, Perú
107. Santa Fé, O. Durand Sávoyat. N. 139 (21-1-1866): Añade: Buenos Aires, Librería del
Colegio; Kratseinstein, San Martin 73; Leguina, Moreno 54; Casavalle, Plaza Montserrat;
Agencia, Cerrito 48. Modifica: Dolores, Comminges; Chascomús, Provencal; Rosario, Andrés
González; La Paz, Ambrosio Ordano; Salto, Canto y Murillo; Concordia, Agustín Ceppi;
Paysandú, Benjamín Quijano; Concepción del Uruguay, Bautista Ayres; Catamarca, Santiago
627
Obs.:
Hasta hoy no nos ha sido posible atender á las numerosas peticiones que nos han sido
dirijidas para recibir anuncios comerciales.
Hoy nuestro diario está montada en un buen pié y que ha obtenido una gran aceptacion,
tanto en Buenos-Ayres como en las Provincias y la Banda Oriental, nos apresuramos á informar
al público que á partir del 1 de Enero del año prócsimo, aumentaremos á nuestro diario con un
suplemento (sin aumento de precio) consagrado á los anuncios y avisos comerciales.
Nuestro género de publicación posee una gran ventaja para las personas que conocen el
valor de la publicidad, y es que nuestro diario se conserva y forma colección. Consideramos este
aumento de gran utilidad al comercio.
El precio de los anuncios será convencional y segiin las dimensiones y testo.
La administracion se encarga de gravados, dibujos y clichets á precios moderados. Se
encarga tambien traducir avisos gratis al Francés, Inglés y Aleman.
-A partir del n. 31 la antigua "oficina del periódico" queda establecida como j«Galería de
Fotografía". Allí podían concurrir los suscriptores para retratarse y obtener su "premio".
628
Ficha técnica
Números: 13.
Inicio: 20-3-1852.
Cierre: 13-5-1852.
Imprenta: Arzac.
Sede: -
Obs.: "Se reciben subscripciones en los puntos siguientes, donde también se venden números
sueltos. Librería de P. Leperon y Ca., frente al Colegio - Id. de Trelles, Piedad 182 1/2, -
Mercería de Soler, Representantes 62 1/2, Confitería de Grillo, Perú 14 - Almacén de Pinturas de
Don J. A. García, Perú 63."
-Solicitan a los lectores que envíen sus remitidos a la Imprenta de Arzac (n. 1).
629
Ficha técnica
El Petróleo.
Leyenda adicional: "Órgano de las últimas capas sociales y de las primeras blusas comunistas"
"La correspondencia á nombre del Director".
Frecuencia: semanal. Inicialmente se publicó los viernes; a partir del ingreso de Michon (n. 6),
sale los jueves (la fecha se indica como miércoles y jueves).
Números: 21. (Reinicia su numeración después la partida del director, E. Perillán Buxó, en el n.
20).
Inicio: 5-3-1875.
Cierre: 30-7-1875.
Formato: 44 cms.
Tirada: s/d. Indica que, debido al éxito alcanzado, se hizo "dos ediciones extraordinarias" de su
primer número.
Precio:
En Buenos Aires: Número suelto: $ 3. Tres meses adelantados: $ 36. Fuera de Buenos
Aires: número suelto, 20 cts. Tres meses adelantados: $ 2 fts."
Número suelto: $ 3. Tres meses adelantados: $ 30. Seis meses adelantados: $ 55. Un año
adelantado: $ 100. "1 Siglo: ila mar de pesos!". Fuera de Buenos Aires: Tres meses: $ 30.
Número suelto: $ 3.
Redacción:
Director: "Este" [hasta su n. 19, Eloy Perillán Buixó]. Redactores: "Esos". Editor responsable:
Eduardo González García. Entre sus firmas: "Glicerino", "Petrolino", etc.
al
Dibujante: desde el n. 6, Alfred Michon. N. 1 de la segunda época: también Carlos Clérice. Las
caricaturas llevan la indicación, al pie, de "Litografía Madrileña".
A partir del n. 19: Propietario: Eduardo Ferrari y Cía.
Suscripciones:
N. 1: "En la Administración, Belgrano 98 y 100. En la Librería "La Unión", Victoria 264 [esta es
también la sede del periódico La Presidencia, y. ficha]; En las manos de todos los petroleros
que lo venden."
"En la Administración, calle Potosí 148. En las principales librerías. En las manos de todos los
petroleros que lo venden. Fuera de Buenos Aires: en todas las Agencias de los periódicos más
importantes".
630
Obs.:
-El 1 de abril (n. 5) había anunciado que se refundiría con La Presidencia, absorbiendo a los
suscriptores de esta (que desaparecía). En el número 18 anuncia que tal fusión no ha tenido
lugar.
-Anuncia que a fin de cada trimestre, dará "una grandiosa lámina al romo (á cinco o mas
colores) que será dedicada exclusvamente á los suscritores, sin que se tire de ella, ni un
ejemplar más que los percioss para anteder a nuestros abonados" (n. 6, 8 y 9 de abril de 1875).
¡Magníficas láminas! De las caricaturas que se publican en El Petróleo, se hace una tirada
especial, aparte, sobre elegantes cartones, como para cuadros, y se venden sueltas a 15 pesos
moneda corriente cada una de a las atrasadas, y á 10 las del número corriente.
En la Administracion solamente se venden estas caricaturas de lujo, selladas y firmadas al
respaldo, para evitar repro.ducciones.
¡Cuidado con el engaño, diría Bagley!
Ficha técnica
Frecuencia: semanal.
Números: 5.
Inicio: 4-10-1875.
Cierre: 5-11-1875.
Precio: En Buenos Aires: número suelto, $ 3. Tres meses adelantados: $ 30. Seis meses
adelantados: $ 55. Un año adelantado: $ 100. Una década: "Un empréstito de Obras Públicas".
Fuera de Buenos Aires: número suelto, $ 3. Por tres meses: $ 36.
Redacción: Casimiro Prieto Valdés (Berenguer Carisomo). Caricaturas de Alfred Michon en el
n. 1.
Suscripciones: Puntos de venta: En Buenos Aires: en la redacción, calle de Perú 217. "En las
principales libreríasy sombrererías". Fuera de Buenos Aires: "En todas las agencias de los
periódicos más importantes".
Bajo título y subtítulo de cada número se inserta las siguientes leyendas: "Se admiten desafíos
á cien pesos el cubierto" - "Se dan palos, pero no se reciben".
La "caricatura teatral" del mismo nombre del periódico, cuyo autor fue Casimiro Prieto Valdés,
fue censurada por la comisión municipal de la ciudad de Buenos Aires. (y. también Cap. 4).
rQUO
Ficha técnica
El Torito Colorado.
Números:
Inicio: 3-5-1852.
Cierre: 23-6-1852.
Formato:
Norte. Confitería calle de la Reconquista esquina del a Piedad (Andaluza) - Id Id San Martin,
esquina Corrientes - Id Id Perú 8 y medio, la puerta que sigue. Id id id la de Palma - Id Id de la
Merced 44 - Id id de Tucumán 180 - Id id de las Artes esquina Parque - 1 d Id del Perú 170 (la
Florida) Id id de la Piedad 210 (del Vapor) - Café de la Amistad (la Alameda) - Confitería calle
de la Meced, 171.
Sede:
Obs.: -
633
Ficha técnica
La Avispo.
Leyenda adicional: "1 Viva la Confederación Argentina!" (...) "Publicación á vapor. Palo ciego al
que no ande derecho".
Números: 64.
Inicio: 8-3-1852.
Cierre:
Imprenta: Arzac.
Obs.: "Se admite toda clase de comunicados que sean de interés público: Librería nueva,
Representantes 75, cigarrería de Jacinto Spigno, Recoba Vieja 13 y en la confitería de Grillo
Perú 14, que son los puntos de suscrición."
-Vuelve a salir durante 1854, con el título La Avispo en las Prisiones (Galván Moreno).
634
Ficha técnica
Leyenda adicional: -
Inicio: 28-4-1855.
Formato: 36,5 x 26 cm., un folio a tres columnas. Incluye una lámina (en general, en p. 3).
Tirada: s/datos.
Obs.: El Hablador, periódico publicado a partir del 25-8-1855, se declara su "heredero". Sus
redactores fueron A. del C. Leiros y A. Rodríguez. Beltrán sugiere que los mismos serían
responsables de La Cencerrada (Beltrán, 248). Vázquez Lucio aporta un dato significativo en el
mismo sentido, ya que transcribe una -oférta- a los suscriptores dé La -Cencerrada para
completar los números que el periódico cesado ya no repartiría con los correspondientes de El
Hablador (Vázquez Lucio, 78).
- 635
Ficha técnica
La Cotorra
Leyenda adicional: Semanario cómico jocoso con caricaturas coloreadas. Anuncios. Gran
novedad. Primero en la América del Sud.
Frecuencia: semanal.
Números: 43. -
Inicio: 19-10-1879.
Cierre: 1-8-1880.
Formato: 46 cm.
Precio: "Da la pata á domicilio por $ 10 mensuales adelantados ó $ 3 en la calle. Sale á la-
campaña, por trimestre adelantado, $ 40. A las provincias, $F 1, 60".
Obs.:
"En caso de que las personas á quienes este periódico se remite no quisieran suscribirse, se les
ruega lo avisen en la calle Alsina 56 (Administración de La Cotorra-) ó en -la de Piedad 262,
Litografía Nacional."
-El dibujo del frontispicio está firmado por Ecirelc (anagrama invertido de "Clérice").
636
Ficha técnica
La Farsa Política
"Se reciben y se dan ¡Estocadas, palos y cañonazos/No se reciben producciones que nada
produzcan y mucho ménos si huelen á "Petróleo" nuevo."
Inicio: 6-8-1875.
Cierre: 27-8-1875.
Formato: 44 cms.
Precio: "Suscripción adelantada. En Buenos Aires: n. suelto, $ 3, por tres meses, $ 30; fuera de
Buenos Aires, $ 40".
Suscripciones: -
Obs.:
13
637
Ficha técnica
Leyenda adicional: "Este periódico se ocupará también de asuntos serios, apareciendo todas
las tardes salvo los días festivos Su redactor es Manuel Toro y Pareja. La suscripción es de 15
p5. anticipados. Los números sueltos 2 ps. Se reciben y publican gratis los comunicados de
interés público, los de interés particular y los avisos á precios convencionales. Se publica por la
Imprenta "Constitución", calle de Representantes núm. 132."
Frecuencia: Hebdomadaria (no sale los domingos). Suspendido por diez días a partir del :i . de
mayo.
Números: 96. -
Inicio: 20-4-1852.
Cierre: 20-8-1852.
Imprenta: Constitución.
Redacción: Manuel Toro y Pareja (quien firma a veces "El Lancetero Mayor", "El Lancetero", e
iniciala algunos artículos).
Sede: -
La Presidencia
Leyenda adicional: -
Frecuencia: semanario.
Números: ¿?
Formato: en 42
Octubre de 1877: "En la ciudad. Suscripción mensual, 12 pesos. En la campaña, 15 pesos m/c.
Redacción:
Arthur Richard (hasta agosto de 1875).
Dibujantes: Carlos Monet (Stein); Faría; Alfred Michon.
Administración: Julio de 1875, Carlos Monet (Stein). Septiembre de 1875, Miguel Silva.
Diciembre de 1875, Carlos Oliver.
Sede:
Suscripciones:
Octubre de 1877: Librería de A. Medina, Victoria 264; Cigarrería Popular, Florida y Parque; La
Minerva, Florida; Librería Igons Hnos, Bolívar; Agencia de W. Daws, San Martin 52; Librería de
Unen, Bolívar 110; Confitería Porteña, Beigrano y Bolívar.
Ficha técnica
Telón Corrido
Leyenda adicional:
Números: 1.
Cierre: id.
Imprenta: de Paulino y Francisco Salas (cfr. Sarmiento, Domingo F, OC, XXV, 241).
Tirada: s/datos.
Precio: 3 pesos.
Sede: Ventas: Imprenta de Bernheim, Defensa 73. Almoneda de libros, Perú 13. Confitería del
Globo, Perú esquina Tucumán. En su imprenta: de Representantes 317.
Obs.: -
640
Ulises Advinent (,?-,?): Pianista, compositor y dibujante francés. Llegó a Bunos Aires
hacia 1860. Fue director del Orfeón Francés de esa ciudad en 1868 y ese mismo año
participó en un gran concierto con el famoso pianista Gottschalk con 14 pianos. En
septiembre de 1868 dirigió un concierto en el salón coliseum con la participación del
gran flautista Reichert. Publicó caricaturas en El Mosquito y el Correo del Domingo.
César Hipólito Bacle: (Ginebra, 1794 - Buenos Aires, 1838) Llegó a Buenos Aires
en 1825, y en 1828, asociado con el dibujante Arturo Onslow, abrió un
establecimiento litográfico con su nombre. Uno de sus primeros trabajos fue la
primera obra didáctica para la enseñanza del dibujo publicada en Buenos Aires:
641
Principios del Dibujo. Imprimió también todo tipo de trabajos: retratos de personajes
públicos, facsímiles de cartas de Manuel Dorrego, una "vista" de Salta. Al año
siguiente el gobierno de J. J. Viamonte concedió a su establecimiento el estatuto el
estatuto de Impresores litográficos del Estado. De ahí en más su negocio prosperó, y
llegó a contar con un número importante de operarios y de dibujantes; entre ellos,
además de Onslow, Hipólito Moulin, Julio Daufresne, Paulina Macaire. Además de
diversa documentación y papeles oficiales, antes de sus álbumes de Trages y
costumbres..., la litografia de Bacle publicó una Colección General de las marcas de
ganado de la Provincia de Buenos Aires (1830).
Como se sabe, el favor estatal que Bacle había obtenido se revirtió durante el segundo
gobierno de Rosas, al punto de que ser encarcelado, acusado de traición (en concreto, de
entregar planos militares al enemigo durante los primeros tiempos de la "intervención"
francesa en el Río de laPlata). Bacle enfermó y murió poco después (1838).
José Alejandro Bernheim: (Mulhouse (Francia) 1822- Buenos Aires, 1893). Editor,
impresor y periodista. Integró el grupo de extranjeros que manejaban la "imprenta
volante" del Ejército Grande de Urquiza, que tiraba los Boletines redactados por
Domingo F. Sarmiento (1851).
Su imprenta y litografia introdujo adelantos técnicos que modernizaron las
publicaciones rioplantenses. También fue impulsor de otro tipo de novedades
significativas, como la venta callejera de periódicos (el primero en adoptar esta
modalidad, en 1867, fue La República, dirigido por Manuel Bilbao). En
establecimientos de su propiedad se editaron muchísimos periódicos, entre ellos: (La
Cencerrada (de la que además habría sido director)), El Mosquito, La República (de la
que fue fundador y, durante un tiempo, único propietario) y Le Courrier de La Plata
(1865-1863). Este último periódico, dedicado a la colectividad francesa
José María Cao: (Villa de Suso (Lugo, España) 13-12-1862; Lanús, 27-1-1918).
Realizó estudios artísticos en Madrid y fue dibujante en una fábrica de loza en Gijón. En
1882 se radicó en Buenos Aires, y fundó con otros compatriotas El Eco de Galicida y El
642
Carlos Clérice: (Buenos Aires, 1863- Francia, 1912). Su padre, Víctor Clérice, era
francés. Fue amigoy discípulo de H. Meyer y H. Stein. En 1870 coménzó a dibujar para
El Mosquito. Más tarde colaboró en El Petróleo (1875), La Farsa Política (1875),
Anton Perulero (1875-1876) yLa Cotórra (1879-1880). Más tarde colaboró también en
El Correo de las Niñas. Ilustró La Vuelta de Martin Fierro (1879), Juan Moreira (1879,
publicó algunas ilustraciones en el periódico y también para su edición en folleto).
Al fallecer su padre, se hizo cargo de sus hermanos Justino y Eliza. Justino comenzó a
estudiar música, y en 1882 Carlos lo acompañó a Paris, para que estudiara en el
Conservartorio y desarrollara sus habilidades. Allí se radicaron definitivamente. Justino
tuvo éxito, y también Carlos, quien trabajó durante varias décadas realizando portadas
de piezas musicales y posters. Entretanto, Carlos seguía colaborando en algunas
publicaciones americanas, prestigado por su labor en París. Sus dibujos aparecieron, por
ejemplo, en algunas ediciones del Almanaque de las Porteñas (1884 y 1888), editadas
por la Librería C. M. Joly de Buenos Aires, pero impresas en Paris; y en La Ilustración
Sud Americana (1894). Más tarde se convirtió además en ilustrador de libros y trabajó
para algunas publicaciones periódicas importantes, como La Semaine de Suzeette (hacia
1910).
Elias Duteil (1836- Buenos Aires, 1874): Pintor, dibujante y litógrafo francés.
Colaboró en la primera época del Correo del Domingo, después de la partida de Meyer
a París.
Faría (?, 1849- ¿?, 1911): Nombre artístico con que firmó sus trabajos Cándido
Aragónés de Faria. No existen datos certeros sobre su lugar de nacimiento, ni sobre su
formación. Sus primeros trabajos como caricaturista fueron publicados en el periódico
fluminense Pacotilha (1866), que continuó bajo el tíutlo Pandokeu. En septiembre de
1869 fundó O Mosquito, del que fue caricaturista exclusivo y, durante un cierto tiempo
(1870-1871), propietario. En esta publicación colaboraban también otros caricaturistas
brasileños de mucho prestigio, como Angelo Agostini y Rafael Bordalo Pinheiro. En
1871 este semanario "absorbió" a la revista O Lobisomen, del litógrafo António Alves
do Vale. En él Faría firmó junto a Vale algunas ilustraciones. En 1874 lanzó un nuevo
periódico, Mefistófeles, también ilustrado íntegramente por él. Al año siguiente éste fue
"absorbido" por O Mosquito, y Faría volvió a firmar caricaturas en este periódico. Entre
tanto, colaboraba en A Vida Fluminense (1869-1874) y en O Zigue Zague (1869-1885).
El primero pasó a denominarse luego Fígaro (desde 1876) y Faría pasó a ser su
ilustrador en exclusividad. En la misma época colaborada en Gan gane/li (desde octubre
de 1876) y O Diabrete (ilustrador exclusivo de sus once números, 1877) y Mequetrefe.
(Lima 804- 818). Toda su labor en Brasil (tanto en Río de Janeiro como, más tarde, en
Río Grande do Sul) se distinguió por sus sátiras anticlericasles y anti gubernamentales.
Herman Lima hace notar que, tal como ocurría con otros caricaturistas de su época,
muchos de sus dibujos eran recreaciones de los publicados por revistas europeas (en
especial, para el caso de Faría, por el Petit Journal pour Rire parisiense y del Fischietto
romano, según señalaban algunos periódicos brasileños que competían con el suyo;
Lima 812).
En julio de 1879 viajó a Buenos Aires, donde se instaló hasta el mismo mes de
1882. En la segunda época de La Presidencia figura, sin embargo, una caricatura suya
firmada en 1875. Allí colaboró ocasionalmente en El Mosquito (1879) y cumplió una
interesante tarea como caricaturista casi exclusivo de la primera publicación con
litografiasa color: La Cotorra (1879-1880). Colaboró también en la segunda época del
Correo de/Domingo (1879-1880).
En 1882 se radicó defmitivamente en París. Al principio se hizo conocido como
ilustrador de libros (entre ellos: Le fils de Porthos, de Paul Mahalin, L 'enfant d'Une
vierge, de Alfred Sirven, Pour rire á deux, de Olympe Audouard), revistas (La
Caricature ,L e Papillon, Le Monde illustré y luego de La Musique pour tous) y luego y
sobre todo, de partituras de canciones, romanzas y operetas, entre otros, de Justino
Clerice, Louis Ganne, Charles Lecocq, Oliver Metra, Edmond Missa, etc.). En esta
faceta fue popular al punto que Grand-Carteret lo incluyó en el "apéndice" biográfico
de su Les moeures et la caricature en France, consignando que Faría ha ilustrado gran
cantidad de "chansonnettes comiques" (Lima, 817). En 1895 creó, con ayuda de otros
dos litógrafos, Seban y Axeirod, los primeros afiches publicitarios para espectáculos.
Fue el creador del primer afiche cinematográfico (1902) para el film de Ferndinand
Zecca, Les Victimes de 1 'Alcoolisme. Durante la década siguiente fue autor de uná
enorme cantidad de afiches de películas encargados por la compañía de los hermanos
Pathé, pioneros de la industria cinematográfica y de sus mecanismos de publicidad.
Murió en París, en diciembre de 1911.
644
Jacobo Hay de Mendoza (,?-?): seudónimo con que el militar Ángel Plaza Montero
firmó sus colaboraciones para Fray Supino Claridades (1858). En este periódico se
publicaron caricaturas que ridiculizaban a Sarmiento (Cutolo). El periódico fue
enjuiciado y Plaza Montero multado y desterrado. Fue defendido por Miguel Navarro
Viola, amigo personal suyo, quien logró que la Cámara revocara su decisión.
Plaza Montero era militar de carrera (1832-1897). Había participado de Caseros, donde
recibió severas heridas que lo dejaron sordo. Participó de la revolución de septiembre
(1852) y de la defensa de Buenos Aires durante el Sitio de 1853. Años más tarde, se
alineó entre los "chupandinos". Después de su aventura periodística, retomó su carrera e
intervino a las órdenes de Mitre en Cepeda (1859) y Pavón (1861).
Juan Laserrre (?- Buenos Aires, 1862): Juan Lasserre, periodista francés, había
publicado antes un diario7 escrito en francés y en español, L 'Echo français (1826).
Editó y publicó también dos periódicos completamente en francés: Le Censeur y
L 'Abeille. Más tarde, a partir de 1828, editó sus cuatro Diablos: El Diablo Rosado.
Diario mercantil, político y literario (del que salieron 7 números, desde el 11 de
abril; a partir del segundo número agregó como subtítulo Más Diablo que El
Tribuno, en alusión al diario que dirigía Manuel Dorrego), El Hijo Mayor del Diablo
• Rosado, tan Diablo como el Padre. Diario mercantil... (del que se publicaron 6
' números, hastamayo de ese año); El Hijo Menor del Diablo Rosado Tan Diablo
como el Padre. Diario mercantil... (publicado entre mayo y julio, y que llegó a tirar
13 números) y El Hijo Negro del Diablo Rosado. Tan diablo como su Padre. Diario
mercantil... (que tiró tres números, el último, el 26 de julio de 1828).
Laserre fue además cuñado de un personaje que, pocos años más tarde, jugaría un
papel central en el gobierno de Juan Manuel de Rosas, Vicente Maza (y. también
Capítulo 2). Con él editó El Látigo Federal o el Risueño (1831), un periódico que
hizo frecuente uso de la sátira y sus géneros más codificados en la tradición de la
literatura española (la seguidilla, la letrilla, etc.) para la lucha partidaria, ahora a
favor de los federales.
M i
En 1847 publicó un semanario republicano redactado por él solo, El Tío Camorra. Tras
la proclamación de la República en Francia, España suspendió las garantías individuales
y debió esconderse nuevamente. En 1851 publicó otra obra que le valió juicios por
injurias y persecuciones, el Paralelo Militar entre Espartero y Narváez. Tras siete
meses de prisión partió a Paris (febrero de 1852). Allí trabajó en el El Eco de Ambos
Mundos y, en 1853, en la parte ilustrada del Correo de Ultramar. Habiendo leído en
Paris los Viajes de Sarmiento, compuso un folleto satírico que se haría famoso en
Argentina: Sarmienticidio, o a mal sarmiento buena podadera, del que se hicieron
"numerosísimas ediciones en Francia, en Bélgica, en Montevideo, en la misma
República Argentina y en muchos otros países" (Ortega Rubio, 25; el editor Benito
Hortelano se atribuye la iniciativa de esta "refutación" al "libelo" de Sarmiento, que
habría encargado a Villergas, amigo suyo, por indicación de un comándante de un
buque español de vistita en Buenos Aires, "el Sr. Pita" (Hortelano, 239-241)).
Tras el triunfo de la revolución española de 1854 Villergas volvió a Madrid. Allí dirigió
el periódico El Latigazo. Más tarde fue designado cónsul de España en Newcastle on
Tyne (1855-1856), y tras la caída del gobierno de Espartero, Cónsul General de España
en Haití. Al llegar le avisaron que el nuevo gobierno español, encabezado por Narváez,
había anulado su nombramiento. Sin recursos, decidió probar suerte en La Habana,
donde fundó y dirigió un periódico de caricaturas, La Charanga. El clima y los rigores
de la censura previa le hicieron decidir trasladarse a México. Fundó allí un nuevo
periódico, Don Junípero. Apenas salió el gobierno resolvió imponerle una multa e
intimar al redactor a abandonar el país. Villergas resolvió desobedecer y viajó por
diferentes puntos del valle de México evadiendo la persecución. Cuando el gobierno
cambió y consiguió librarse de esos apremios, decidió regresar a La Habana. Allí
publicó una novela que tuvo mucho éxito, La vida en camisa, y un periódico satírico
que le permitió también resarcirse económicamente: El Moro Muza (1859-1860).
En 1861 Villergas regresó a Europa. Entre ese momento y 1875 alternó temporadas en
Europa, principalmente en Madrid y París con otras en La Habana. Cuando regresaba
allí publicaba nuevas "épocas" de El Moro Muza, que redactaba siempre íntegramente.
En Europa retomaba también su actividad de propaganda republicana y de periodista y
escritor. Publicó en Madrid el semanario Jeremías (1866 y 1868, esta última con
caricaturas) y la novela Los espadachines.
En 1873 fue nombrado Ministro Plenipotenciario en Rio de Janeiro; pero para entonces
era ya diputado por su distrito y fue relecto, por lo que prefirió permanecer en Madrid.
Fue designado con el mismo cargo en México, pero al caer la república renunció sin
llegar a asumir el cargo. En 1875 regresó a publicar El Moro Muza en La Habana, pero
esta vez su éxito fue menor. Esto lo decidió a trasladarse a Buenos Aires. Apenas
llegado, en diciembre, comenzó a publicar un periódico satírico ilustrado bisemanal,
Antón Perulero. A diferencia de lo que había ocurrido años atrás, desde este periódico
Villergas defendió a la Academia Española contra las pretensiones de un porteño que
había rechazado sus títulos, Juan María Gutiérrez (y. sus "Diez cartas de un porteño",
publicadas en el diario La Libertad entre el 22 de enero y el 8 de febrero de 1876; luego
reunidas en libro).
Antón Perulero cesó rápidamente porque la crisis económica depreció la moneda oro y
licuó sus ingresos. Se embarcó entonces a Chile y luego continuó viaje a Perú. Estando
allí se hizo correr la noticia de que se había vuelto loco (entre los responsables de este
rumor estaba el español Eloy Perillán Buxó, residente momentáneamente en Buenos
Aires, y otros redactores de un periódico porteño, La Broma). Villergas lo desmintió
rápidamente, aclarando que estaba pobre pero cuerdo. Se produjo entonces una nueva
muestra de su popularidad, porque residentes españoles y simpatizantes americanos de
647
Buenos Aires, Montevideo, Chile y Perú, reunieron, mediante colecta, dinero suficiente
para permitirle regresar a España (1878). De nuevo en Cuba, Villergas se acercó al
partido de la Unión Constitucional, de cuya Junta Directiva formó parte. Este grupo
propugnaba la integración de la isla al estatuto de las provincias ibéricas, y para apoyar
estas ideas fundó el periódico festivo Don Circunstancias. Desde entonces y hasta 1888
siguió alternando sus viajes entre La Habana y España; en territorio americano,
asumiendo diferentes compromisos con el Unión Constitucional cubana, y llegando a
dirigir y a escribir por varias temporadas su diario, La Unión Constitucional. Regresó a
Zamora más tarde, donde murió en 1896.
Manuel Mayol (Jerez de la Frontera, 1865-Puerto Real (Cádiz) 1929). Estudió dibujo y
pintura en la Academia de Bellas Artes de Cádiz. En España fue dibujante para varias
publicaciones; entre ellas, el periódico madrileño El Guerrillero, donde firmó como
"Heráclito". Llegó a Buenos Aires en 1880. Fundó junto a Eustaquio Pellicer la primera
Caras y Caretas (Montevideo) y, más tarde, junto con José María Cao, otras
publicaciones ilustradas, como Don Qugote y Fray Mocho. En 1916 creó Plus Ultra,
una de las revistas ilustradas más importantes de su época. Además de trabajar como
ilustrador, Mayol desplegó en América muy diversas habilidades y destrezas plásticas,
vinculadas con diferentes técnicas y oficios: entre ellas, fue pintor y escenógrafo.
Volvió a España en 1919.
Henri o Enrique Meyer: (Mulhouse - Alsacia, 1834 o 1844; París, 1899). Dibujante y
empresario. Llegó a Buenos Aires hacia 1855 (según Buonocore, en 1852; existe un
retrato suyo impreso en Buenos Aires y fechado en 1856). En 1863 fundó El Mosquito.
Nombró como director a Adriano Coquet (Gesualdo). En 1866, junto a Berry, fundó
otro semanario ilustrado, redactado, litografiado y dibujado por él: Tom Pouce. Todos
sus textos estaban en francés. Este emprendimiento duró unos pocos meses. Al mismo
tiempo que editaba El Mosquito y publicaba allí sus trabajos, fue el ilustrador principal
de otra revista ilustrada, el Correo del Domingo (1864-1867). Fue uno de los primeros
dibujantes en ilustrar libros en argentina. Entre sus trabajos se cuentan Caramurú, de
Magariños Cervantes, Sancho Saldaña, de Espronceda y Los últimos días de Pompeya,
de Buwier Litton (1865).
En 1870 regresó a Francia. En el semanario El Americano, dirigido en París por Héctor
F. Varela fue autor de la historieta "Las aventuras de Pancracio de la Mermelada"
(1872). Durante ese mismo año colaboró también en el semanario satírico parisino Le
Sfflet. Journal humoristique de las familles. Un Henri Meyer se cuenta entre los
ilustradores de las ediciones de Hetzel de la colección de libros de Julio Verne
(concretamente, de Un capitán de quince años (1878) (94 ilustr.)). El mismo ilustrador
fue autor de Les voyages du Theatre, colección de obras teatrales de Verne y Adolphe
d'Ennery (Paris- Hetzel, 1881), y de libros para niños de Bentzon, Biaet y Mayne Reid.
Según infoma El Mosquito en su edición del 24 de enero de 1886, Meyer habría estado
a cargo de "una de las más importantes revistas ilustradas francesas" y colaborado en Le
Petit Journal de Paris. La "revista ilustrada" es muy probablemente L 'Illustration
Francaise, de la que, según el diario porteño Sud América, Meyer era "dibujante en
jefe" (1888)).
Carlos Monet/ CM: Nombre con que H. Stein firmó sus colaboraciones gráficas para el
periódico mitrista La Presidencia (1874-1875; 1877). V. Stein.
Alfred París (Torbes, Fr., 1849 - París, 1908): Caricaturista de El Cascabel (1882).
También ilustró obras de Estanislao Zeballos, Alfred Ebelot y Emilio Daireaux.
Leg. 1438, AGN). ¿Primo de Henri Meyer? (El Mosquito, XIX, 997, 12-2-1882; p. 2, c.
1).
Julio Pélvilain (?-?): Litógrafo nacido en Francia. Llegó a Buenos Aires "a mediados
del siglo XIX" (Cutolo): se conoce un plano de Buenos Aires dibujado por Adolfo
Sordeaux litografiado por Pelvilain ca. 1850-1 851. Su establecimiento estuvo ubicado
primero en la calle Santa Rosa 115 y hacia marzo de 1852 lo amplió adquiriendo la
litografia de las Artes de Luis Aldao. Desde entonces y hasta 1870 su litografia estuvo
entre las más importantes de Buenos Aires. Entre otros trabajos, en 1859 imprimió la
Galería de Celebridades Argentinas; en 1863 se hizo cargo del River Plate Handbook
de los hermanos M.G. y E. T. Muihail (donde se indica Potosí 48 como dirección de la
imprenta); al año siguiente de sus prensas salió el Correo del Domingo, el Álbum de la
Guerra del Paraguay dibujado por Methfessel así como también el de Escenas
Americanas de Palliére. Entre sus colaboradores estaba el litógrafo alemán Adolfo
Schleisinger.
Laroche, W. E. (1961), Los precursores y otras fuentes documentales para nuestra
iconografia pictórica, Montevideo.
primer número de El Petróleo, órgano de las últimas capas sociales y de las primeras
blusas comunitas. Lo editó hasta fmes de junio, cuando abandonó la redacción (solo
llegaron a editarse dos números más). Más tarde Perillán Buxó partió a Chile. Siguió
ejerciendo el periodismo en Bolivia y Perú (donde colaboró en periódicos como El Perú
Ilustrado y Las Noticias) y cumplió, además, funciones diplomáticas como representate
español. Entre 1882 y 1884 regresó a España. En Madrid dirigió La Broma, un
periódico anticlerical y radicalizado, en el que participaba Eduardo Sojo, quien viaj aria
poco tiempo más tarde a Buenos Aires y dirigiría Don Qujiote. En sus últimos años
Perillán Buxó volvió a América. Murió en Cuba.
Casimiro Prieto Valdés (Reus, 1847 - Buenos Aires, 1906): Periodista, dramaturgo y
escritor. Llegó a Buenos Aires en 1867. Allí colaboró en La Espüña y El Correo
Español, de Enrique Romero Jiménez; así como también en La Nación (particularmente
con "variedades", "anécdotas" y "epigramas"), firmando a veces con el seudónimo de
"Aben Xoar" (Berenguer Carisomo 1953, 70).
En 1875 escribió y publicó El Sombrero de Don Adolfo, una "caricatura política" en la
que satirizaba a Adolfo Alsina, Domingo Sarmiento y Nicolás Avellaneda. La obra fue
censurada pero pudo estrenarse poco después en Montevideo. Casi simultáneamente
comenzó a publicarse en Buenos Aires un periódico satírico con el mismo nombre de la
obra prohibida, cuyos blancos satíricos son los mismos. Prieto Valdés insistió con otra
pieza, Las bodas del Carapachay, cuyo protagonista era Sarmiento; ambas se hicieron
muy populares.
En 1876 fundó con Rafael Camilo otro periódico étnico, La Prensa Española (1876-
1886). A partir de entonces se especializó en la edición y publicación de almanaques
ilustrados: el Sud Americano (desde 1880 hasta su muerte) y otro que llevó su nombre
(Almanaque Prieto).
Como dramaturgo escribió también Receta contra las suegras, Flores y abrojos y La
emancipación de la mujer; como narrador, un Viaje al infierno (1872). Publicó además
una Colección de artículos (1889).
Enrique Romero Jiménez: (?-Montevideo 1880). Sacerdote español, dejó los hábitos
durante la "revuelta republicana" de Málaga (1868) y, a. partir de allí, participó
activamente a favor de iniciativas republicanas. En 1872 debió embarcarse a América y
llegó a Buenos Aires. Ese año fundó un diario, El Correo Español. Este fue durante
mucho tiempo el diario más importante de esa comunidad, no obstante circularon en
Buenos Aires, para la misma época, un puñado más (El Español, 1874-1875; El Diario
Español, 1877-1890; La Iberia, 1890, entre otros). Desde sus inicios este periódico
tuvo, al igual que su flmdádor, una relación estrecha con Bartolomé Mitre y alentó sus
iniciativas políticas. Al mismo tiempo, Romero Jiménez participaba de formas de
sociabilidad y de liderazgo muy afines a las de Mitre; en particular, a propósito de
cuestiones vinculadas, por un lado, con la política mitrista; por otro, con asuntos en que
se viera involucrada su comunidad de origen. En 1873, por ejemplo, emprendió la
defensa de una joven vasca acusada de robo por sus patrones. Tras demostrar su
inocencia, Romero Jiménez fue a buscarla a la cárcel en carruaje y ambos fueron
aclamados por las calles. En febrero de 1875 fue uno de los oradores liberales en el
mitín contra la devolución de la Iglesia de San Ignacio a los Jesuitas; y participó de la
movilización posterior que terminó con el incendio del Colegio del Salvador.
Mientras cumplía estas funciones políticas y de movilización popular desde su periódico
"serio", Romero Jiménez emprendió además la publicación de algunos satíricos, cuyos
651
blancos eran los mismos que los de El Correo Español. Así, fundó El Fraile. Semanario
satírico y literario.
En 1880 murió en un duelo a pistola que tuvo lugar en Montevideo. Su
contrincante era un antiguo compañero de ideas y de tarea periodística, José Paul y
Angulo.
Eduardo Sojo: (Madrid 1855-1908). Dibujante y periodista español, militó siempre por
la causa republicana. Colaboró, entre otros periódicos de su país, en El Caos, El Pirata,
El Cantón Murciano, El Motín, Madrid Cómico, Gil Blas, y La Broma. Se dice que en
España fue objeto de más de cien procesos por estas intervenciones periodísticas.
En 1883 se radicó en Buenos Aires. Colaboró ocasionalmente en El Mosquito, y
en agosto del año siguiente fundó Don Quijote (1884-1905), del que fue director
además de principal dibujante. Firmaba sus colaboraciones como "Demócrito". Entre
los primeros colaboradores del periódico estuvo también José S. Alvarez ("Fray
Mocho"), quien se habría retirado del proyecto a los pocos meses (y. la lista de
colaboradores y algunas características formales del periódico en la "Ficha técnica"
correspondiente).
Entre 1886 y 1887 Don Quijote tuvo también una versión local en Montevideo.
Después de 1890 regresó a Madrid y publicó otro Don Quijote. Volvió a Buenos Aires
en 1903, y fundó el semanario La Mujer y una versión "modernizada" de su primer
semanario porteño, titulada Don Qu/ote Moderno (1903-1905). Poco después volvió a
Madrid, donde murió en 1908.
En 1868 comenzó a dibujar para El Mosquito, dos años después fue su editor-gerente y
dos más tarde, su director-propietario. Colaboró también en otras publicaciones, como
El Plata Ilustrado. En 1874 los mitristas lo tentaron para que dibujara también para su
partido, y entonces firmó como Carlos Monet para La Presidencia. Mientras dirigía y
era además principal dibujante de El Mosquito, Stein realizó caricaturas e ilustraciones
para numerosas publicaciones periódicas (entre ellas, además de El Plata Ilustrado
(1872-1873), Antón Perulero (1875) o El Inválido Argentino (1881)). También
participó, como muchos grandes y pequeños empresarios de su época, de diversos
emprendimientos comerciales y especulativos. Algunos de ellos estaban estrechamente
ligados a su tarea de editor, como la librería que abrió en marzo de 1881, y su negocio
en lá intermediación para la suscripción e importación de periódicos extranjeros (sobre
todo, franceses); o bien el intento de instalación de una fábrica de "papel fmo de carta,
de dibujo y de planos, autográfico. y cuadriculado, de libros comerciales etc. y de
fundición para imprenta de láminas e ilustraciones en negro y en color" en La Plata
("fondo Stein", AGN, 1440, 438-689). Otros, completamente ajenos al mundo de la
prensa, como la compraventa de tierras en la Patagonia o la solicitud de permisos para
llevar adelante explotaciones mineras (para la extracción de oro en Santa Cruz durante
1886; y. "fondo Stein", AGN, 1440, 424-70), por ejemplo, fueron objeto de sospecha
por parte de algunos de sus contemporáneos, que los atribuyeron –quizá con acierto— a
beneficios obtenidos de sus vínculos personales y del modo en que estos se jugaban en
las páginas de su periódico.
En este sentido, los papeles de Stein permiten advertir que participó activamente de la
sociabilidad porteña, y fue invitado a formar parte de diversos clubes y asociaciones.
Entre sus papeles personales se encuentran con frecuencia notas y tarjetas de visita de
algunos de los principales personajes políticos de la época, de periodistas y de hombres
de negocios; entre ellos, Julio A. Roca, Estanislao Zeballos, Eduardo Wilde, Lucio V.
Mansilla, el Comisario Arturo Capdevilla, Eleodoro Lobos, Pedro Antonio Pardo (quien
trabajaba en la secretaría de la presidencia de Roca), D'Avila, Bieckert, Bagley. En
1889 integró la Comisión Argentina que concurrió a la Exposición Universal de París.
En 1890, Stein vendió el nombre del periódico a una sociedad anónima, aunque siguió
realizando caricaturas para El Mosquito. Tras su retirada, y más aun después del cierre
del periódico, Stein siguió colaborando ocasionalmente con retratos e ilustraciones en la
prensa periódica porteña (por ejemplo, para La Prensa, en 1894); pero su principal
ocupación pasó a ser la administración la librería y papelería que había instalado hacia
1881 en un local anexo al del periódico. Su tienda, ubicada primero Florida 88 y luego
en la esquina de Tucumán y San Martín, se trasladó más tarde a un local más amplio en
la Avenida de Mayo, se especializó en materiales de dibujo y fue un centro de
importación de materiales y novedades técnicas.
Tras el cierre de El Mosquito, Stein colaboró ocasionalmente con dibujos en diversos
periódicos. Entre ellos, el diario La Prensa y varias ediciones de La Revista de la
Policía.
Stein se había casado en 1870 con Hortensia-Amada Picard, con quien fue .padre de
Enrique Daniel (n. 1873). En marzo de 1879 enviudó, y algunos mese más tarde, en
1880, se casó en Montevideo, con su cuñada Maria Alejandra Adela Picard. Con ella
tuvo al menos tres hijas: Anna (n. 1882), Matilde (n. 1886) y Carlota (?), quien fue
pintora y se casó con el dibujante y caricaturista Alejandro Sirio (Nicanor Balbino
Alvarez Díaz).
653
Este listado incluye todas las publicaciones periódicas satíricas, burlescas o joco serias
mencionadas en la tesis. He añadido además todas las referencias de este tipo de
publicaciones encontradas en diversas fuentes (historias de la prensa y del periodismo;
trabajos específicos sobre prensa satírica o menciones en fuentes de la época). De
ningún modo puede considerarse una información exhaustiva o completa; pero este
"listado operativo" puede ayudar a tener una idea aproximada de los ritmos de
publicación, cuantificar su peso, etc. Por el mismo motivo, he agregado junto a cada
una la información disponible; ya que en muchos casos es la única que existe sobre esos
periódicos.
Sin fecha:
Caita1:
El Chiste (Orzali: 1893)
El Mundo Humorístico. Con caricaturas "y dibujos de todos los periódicos del mundo"
(Vázquez Lucio: 1985). »
Falstaff Giornale umorístico, stairico ed altro. Collaboatore-capo: M. Pischerto.
(Vázquez Lucio: 1985)
Ji Pupazzetto Bonaerense (Orzali: 1893)
La Cantárida (Orzali: 1893)
The Crutch (Orzali: 1893)
El Cid Campeador. José M. Cao, Luis García y Eustaquio Pérez (Vázquez Lucio:
1985).
Buenos Aires:
La Chaucha (Ayacucho) (Orzali: 1893).
El candombero (Santa Fe) (Orzali: 1893).
Córdoba:
Froufrou (Vázquez Lucio: 1985).
La Linterna.
La Picota (Orzali: 1893).
Santa Fe:
Canta Claro (Orzali: 1893).
El aro (Orzali: 1893).
Rosario:
Don Quyote (Vázquez Lucio: 1985)
El Quid (Vázquez Lucio: 1985)
La Bomba (Vázquez Lucio: 1985).
Tucumán:
Rigoietto (Vázquez Lucio: 1985).
Mefistófeles (Vázquez Lucio: 1985).
A1manacues:
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ElArlequín
El Bicho Colorado
El Censor
El Chicote
El Correo Español
El Desengañador gauchzpolítico, ftderi-montonero, chacuaco-oriental, choti-
protector, puti-republicador de todos los hombres de bien que viven y mueren
descuidados en el siglo diez y nueve de nuestra era cristiana
El Despertador Teofilantrópico misticopolítico dedicado a las Matronas
argentinas y por medio de ellas a todas las personas de su sexo que pueblan hoy
la faz de la tierra y la poblarán en la sucesión de los siglos
El Diablo Rosado
El Diario
El Hijo Mayor del Diablo Rosado
El Hijo Menor del Diablo Rosado
El Hijo Negro del Diablo Rosado
El Látigo Federal o El Risueño
El Nacional
El Progreso
El Siglo
El Torito Colorado
El Torito de los Muchachos
El Toro del Once
11 Maldicente
La Avispa
La Gaceta Mercantil
La Moda
La Nación
La Nación Argentina
La Tribuna
La Tribuna Nacional
Le Tam Tam
Los Grandes Pigmeos
Rigoletto
Sud América
Extranjeras:
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Otras fuentesdocumentales
Tesis
Agradecimientos
Cuando comenzaba a acercarme al tema de esta tesis, una beca para estadías breves de
investigación del DAAD me permitió internarme durante tres meses en las colecciones
del Instituto Iberoamericano de Berlín, donde pude revisar una gran cantidad de
periódicos del siglo XIX de diferentes regiones de América. También allí recibí los
amables comentarios de Gregor Wolf, Sandra Carreras, Friedhem Schniidt-Welle,
Settimio Presuto y Rolando Carrasco. Dejo constancia de mi agradecimiento a todos
ellos y a las dos Instituciones que hicieron posible ese intercambio.
Poco después el CONICET me otorgó una beca doctoral que dirigió Cristina Iglesia y
co-dirigió Julio Schvartzman. Sin ese apoyo y esas orientaciones me hubiera resultado
imposible tanto el trabajo de archivo y relevamiento bibliográfico como la organización
y reflexión crítica sobre ese corpus.
Mucho antes de ser directora de esta tesis, Cristina Iglesia fúe mi profesora de prácticos
de Literatura Argentina 1 en la carrera de Letras. Desde entonces fue para mí una
maestra generosa, cuya inteligencia y creatividad impulsó y sostuvo mi trabajo y -
muchas veces pese a mi incertidumbre crónica- me permitió concretarlo.
Durante los años en que comenzaba a imaginar esta tesis, los seminarios de
investigación de la cátedra de Literatura Argentina 1 (1994-20 10) de la Facultad de
Filosofia y Letras fueron. un ámbito de formación y de intercambio invaluable para mi
trabajo. Más tarde, desde 2007, pude sumarme también a los dictados por Sylvia Saítta
en la cátedra de Literatura Argentina U (2007-2010) de la Universidad de Buenos Aires,
y, durante un año en cada caso, participar de las reuniones de los equipos de
investigación dirigidos por Laura Malosetti Costa y Marcela Gené (FFyL-UBA) (2004)
y por Sergio Pastormerlo (en la Universidad Nacional de La Plata) (2003). El seminarió
de grado sobre "La sátira en el Siglo de Oro" dictado por la Dra. Meichora Romanos en
la carrera de Letras de la UBA, y los- aportes bibliográficos que me hizo conocer fueron
fundamentales para reflexionar sobre la prensa satírica rioplatense del siglo XIX y las
tradiciones que anuda; por eso, se los agradezco especialmente. Ojalá la inteligencia, la
capacidad crítica y la curiosidad de quienes dictaron o dirigieron cada uno de esos
cursos, y de cada uno de esos compañeros de ruta que me transmitieron sus
comentarios, sus objeciones y su aliento, hayan alcanzado a dejar marca en este trabajo.
Agradezco también a Gabo- Ferro y Hernán Pas, quienes, aun sin conocernos
personalmente, me facilitaron generosamente sus tesis o trabajos inéditos; y (quizá con
701
mayor motivo) también a aquellos que lo hicieron aun conociéndome: William Acree,
Paula Bruno, Mara Burkart, Loreley El Jaber, Sandra Gasparini, Víctor Goldgel, Sandra
Szir y Verónica Teli. A Florencia Calvo, Juan Pablo Canala, Marcelo Marino y Martín
Servelli, por los textos que me hicieron conocer y por los datos diversos pero siempre
significativos y estimulantes que me acercaron en diferentes etapas de la redacción de la
tesis.
A Nicolás Lucero, por las conversaciones a distancia, por la escucha siempre precisa, y
por su capacidad prodigiosa para encontrar cualquier bibliografia extrañísima en las
bibliotecas norteamericanas o en las librerías del más diverso tipo; formas todas de la
amistad que me acompañaron durante tantos años. Y a Patricio Fontana, por su lectura
siempre implacable, inteligente y atenta, que se transformó en lo mejor que un amigo
coescritor puede brindar: el regalo de citas, preguntas y comentarios indefectiblemente
certeros, sutiles y apropiados.
A mis padres, Miguel Roman y Graciela Gerschenson, por toda su ayuda y por
entusiasmarse con cada detalle de mi trabajo, compartiéndolo además como si formara
parte de sus propios intereses y sus propios sueños. A Juan Balerdi, mi compañero, por
su comprensión y su amor incondicionales, por la pasión crítica de sus lecturas, por
defender la alegría, por estar siempre. Y a mi hijo Facundo, por esperarme durante la
escritura de este libro gordo, y también por cargar con el destino de ser el único niño de
su generación capaz de reconocer a Sarmiento en cualquiera de sus caricaturas.