Tema 3 - 1: Sobre Axiología en La Tecnología PDF

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Universidad Autónoma de Chihuahua

Facultad de Filosofía y Letras


Licenciatura en Filosofía (A distancia)
Alumno: José Alberto Pacheco Osornio.
Matrícula: 324186
Profesora: Amarabit Rosales Barrón
Módulo 6: Antropología filosófica
12 de marzo de 2020

Tema 3 -1: Sobre Axiología en la Tecnología

¿De qué se trata la tecnoaxiología?

Mantengo mi opinión de lecturas previas, pero mis intuiciones se han multiplicado.


Me refiero a que tengo muchos más elementos para reflexión que antes, como se
espera del programa. A continuación trataré de justificar mi comentario y hacerlo
más objetivo:

La tecnología en general, es parte de nuestras vidas (de todos). La técnica, como se


había dicho antes, parece una de las características esenciales de la condición
humana, a mi gusto es el acople actual de la razón y la mano, pero no sólo es eso.
Si, lo que pretendemos es discutir pertinentemente el tema en relación a nuestros
días hay que mirar al contexto presente y al contexto histórico.

No es sorpresa para nadie que el mundo occidental contemporáneo sea el hijo de


las acciones del siglo XX, en específico de las guerras mundiales y todos los
movimientos sociales ulteriores. Sencillamente, se han marcado en lo profundo de
nuestras creencias, convicciones, acciones y hasta emociones. Ello no se limita al
ser humano individual, sino que es patente en las construcciones culturales. El caso
de la técnica es particular, pues se ha articulado quiméricamente durante todo el
siglo pasado y en lo que va de este. Una vez, que se tomó de la mano de la ciencia,
la cosa cambió y se convirtió en una producción rentable, eficaz, eficiente, etc, que
por supuesto, no fue ignorada por los poderes del mundo, ni siquiera desarrollado
independiente a ellos. Luego de la segunda guerra mundial, las políticas
económicas en las grandes naciones estuvieron dirigidas hacia acciones de apellido
“investigación y desarrollo”, donde se mezclaban los interés de sus actores, ya no
sólamente científicos, técnicos e ingenieros, sino políticos y militares. Entonces, los
asuntos de la ciencia y de la tecnología adquirieron otro talante. Ello trajo la atención
del mercado y de empresarios del sector privado, pues era una industria tan
rentable que no podía ignorarse. Más que una inútil síntesis del texto de Echeverría,
estos puntos son relevantes, a mi gusto, para la discusión que viene. El autor
expone una pluralidad axiológica en la tecnología de todo tipo, una transformación
de la ciencia y las miras del desarrollo tecnológico en el mundo.

Al día de hoy, es prácticamente cotidiana nuestra relación con la tecnología de


punta. Las empresas electrónicas han abarcado prácticamente a todo el mundo, los
celulares han llevado el internet a regiones remotas de África y es posible hacer
cualquier cosa con estas tecnologías de la información, pero ¿cuáles son los valores
de este desarrollo?

Más que apelar a una “irremediable” pluralidad axiológica o a una complejización


estéril del panorama, es necesario preguntarse por los valores que dirigen estas
acciones en la actualidad. Ello porque no operan de la misma forma y me explico:

Los valores, por ejemplo, ambientales en el desarrollo tecnológico son decididos en


función económica y de los interés que están en riesgo para los capitales
inversores. Los banqueros o inversionistas en materia “verde” deciden apoyar a
proyectos sustentables y viceversa por los riesgos a largo plazo de sus inversiones,
no en estricto sentido de los intereses ambientales. Lo mismo con los poderes
(valores) políticos que intervienen con acciones de este apellido. Los valores
epistémicos y de los propios técnicos se conservan, pero están instrumentalizados a
los valores o poderes más importantes. Entonces, podemos enumerar doce o más
tipos de valores en la tecnología, podemos hablar de tecnoaxiología, pero hay que
reconocer que esta red axiológica no está, ni cerca, equilibrada. Al día de hoy, los
intereses (no valores), en el terreno práctico, son inequitativos porque entre políticos
y mercaderes se discute lo que compete al resto de actores (que son instrumentos).
No digamos de los científicos que se han convertido en la técnica de los capitales,
los ambientales son calculados como riesgos en las inversiones, los estéticos y
religiosos como mercadotecnia y los jurídicos como medio de cultivo.

Es cierto que las tecnologías han disminuido la brecha en el accesa oportunidades,


pero a costa del beneficio de un sector del mercado. Ya lo decía Aristóteles, si estas
acciones son exclusivamente poiéticas, pierden todo carácter público y con ello su
valor. No es un disparate griego priorizar los valores de nuestro actos, que hoy, y en
materia tecnológica, están lejos de ser públicos, de ser auténticamente políticos.

Referencia:
1. Echeverría, Javier. «Tecnociencia, tecnoética y tecnoaxiología». ​Revista Colombiana

de Bioética​, vol. 5, n.​o​ 1, noviembre de 2015, p. 142. ​DOI.org (Crossref),​

doi:10.18270/rcb.v5i1.844.

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