Una Economia La Servicio Del 1%
Una Economia La Servicio Del 1%
Una Economia La Servicio Del 1%
En lugar de tener una economía que esté al servicio de la prosperidad de todas las personas,
de las generaciones futuras y del planeta, hemos creado un modelo económico que beneficia
sólo al 1%. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Y, ¿por qué?
Una de las principales tendencias que subyacen tras esta enorme concentración de la riqueza
y los ingresos es el aumento del rendimiento del capital frente al trabajo, la participación de
los trabajadores en la renta nacional se ha ido reduciendo, lo cual significa que se benefician
cada vez menos del crecimiento económico, este sistema mundial de evasión y elusión fiscal
está absorbiendo recursos esenciales para garantizar el estado del bienestar de los países
ricos, además de privar a los países pobres de los recursos imprescindibles para luchar contra
la pobreza, asegurar la escolarización infantil y evitar que sus habitantes mueran a causa de
enfermedades que pueden curarse con facilidad.
INDICE
Una de las principales tendencias que subyacen tras esta enorme concentración de la riqueza
y los ingresos es el aumento del rendimiento del capital al trabajo. En prácticamente todos
los países más avanzados, y en la mayoría de los países de desarrollo, la participación de los
trabajadores en la renta nacional se ha ido reduciendo, lo que significa que se benefician cada
vez menos del crecimiento económico. Los dueños del capital han visto como este ha ido
creciendo de forma constante (a través del pago de intereses, dividendos o reservas).
La mayoría de los trabajadores peor remunerados del mundo son mujeres, los cambios en las
políticas que se han producido en los últimos 30 años (como la desregulación, en el secreto
bancario y la globalización especialmente de las actividades financieras) han reforzado la
ancestral capacidad de los más ricos y poderosos para aprovechar de su posición de poder
concentrar aún más riqueza. Esta agenda política se ha visto impulsada principalmente por
lo que George Soros ha denominado el “fundamentalismo de mercado” la causa que en
demasiadas ocasiones, los beneficiarios de las elites no sean en absoluto el reflejo del mérito
o de unos rendimientos eficientes o justos.
Oxfam ha analizado 200 empresas, entre ellas, las más grandes del mundo y las socias
estratégicas del foro económico mundial de Davos, revelándose que cada 9 de cada 10 tienen
presencia en paraísos fiscales.
En 2014, la inversión dirigida a paraísos fiscales fue casi cuatro veces mayor que en 2001.
Todos son ejemplos que explican cómo y por qué nuestro actual sistema económico pone la
economía al servicio del 1%. Este sistema no beneficia a la mayoría de la población, y además
destruye el planeta.
2. CADA VEZ HAY MAS RIQUEZA, PERO UNOS SE BENEFICIAN MAS QUE
OTROS.
En los últimos años, la tasa media de crecimiento anual del PIB ha sido superior en los países
de renta media y baja que en los países más ricos. Las nuevas potencias económicas
emergentes están liderando este proceso de convergencia: China y la India, por ejemplo, han
impulsado gran parte del espectacular incremento del PIB conjunto de la economía asiática.
Entre 1990 y 2011, el crecimiento económico en la región contribuyo a sacar de la pobreza
a casi mil millones de personas, de las cuales 700 millones Vivian solo en estos dos países.
Los ingresos pueden dividirse entre los mejores derivados del trabajo, que son generados por
los trabajadores en forma de salario y prestaciones y los ingresos derivados del capital, entre
los que se encuentran los dividendos, intereses y las reservas de las compañías. En la renta
nacional se ha reducido en la mayoría de los países del mundo, mientras que la del capital ha
ido aumentando, tal y como puso de manifiesto Thomas Piketty en su libro “EL CAPITAL”
en el S.XXI. Revelo que los beneficios de los dueños del capital han ido incrementando más
rápidamente que la tasa de crecimiento de las economías, los trabajadores acaparan un
porcentaje menor de los beneficiarios del crecimiento económico.
Los salarios no sólo remuneran debidamente los esfuerzos de los trabajadores, sino que
tampoco satisfacen las necesidades de las personas y de las familias en términos de ingresos.
Como por ejemplo en la Unión Europea, aproximadamente el 9% de las personas que trabajan
se encuentran en riesgo de pobreza, y este porcentaje se han incrementado en la última
década. Varios estudios de Oxfam han puesto en manifiesto los retos a los que se enfrentan
los trabajadores pobres en distintos países y regiones, recogidos en el informe “trabajando
pero sumidos en pobreza” (In Work But Trapped in Poverty) este documento indica las
conclusiones a los cinco sectores de los cinco países en desarrollo analizados, que presentan
un panorama de trabajadores sumidos en la pobreza a pesar de estar sometidos a jornadas
laborales extremadamente largas, los trabajadores del sector textil en Birmania declaraban
que, a pesar de hacer horas extra sus ingresos en las fábricas no podían permitirles para
vivienda , alimentación y medicamentos, y manifiestan su preocupación a causa de lo salarios
bajos, las jornadas largas de trabajo y los problemas de seguridad.
En empleos precarios, los bajos salarios pueden verse agravados vulnerabilidades laborales,
esto aplica especialmente a las mujeres: la mayoría de los trabajadores mal remuneradas y
con empleos más precarios son mujeres, sobre quienes recae además la mayor parte de la
cara del cuidado no remunerado, lo que limita sus posibilidades de ocupar un puesto de
liderazgo o empleos técnicos o especializados. Las mujeres dedican al trabajo no remunerado
aproximadamente 2,5 veces más tiempo al día que los hombres, el menor nivel salarial de las
mujeres aumenta también tiene efecto acumulativo a lo largo de sus vidas, debido a que
tienen menos ahorros y menores pensiones disponibles cuando son mayores. En muchas
regiones en desarrollo el 75% del empleo femenino es de carácter informal.
Sin embargo, no a todos los trabajadores les va mal. Aunque la participación del trabajo en
la renta nacional se está desplomando, la contribución por el salario de los altos directivos es
mayor, los ingresos de los trabajadores peor remunerados han disminuido, los del 1% más
de los asalariados que más ganan han aumentado en un 20% en las últimas dos décadas, lo
cual refleja en los espectaculares incrementos salariales de los presidentes de las empresas.
Entre los efectos indirectos de los elevados salariados de los presidentes de las empresas se
encuentran el incremento de las remuneraciones de otros puestos directivos, o el haber
contribuido a que la participación en la renta 1% y el 0.1% más rico de los hogares
estadounidense se haya duplicado entre 1797 y 2010
4. LOS PRIVILEGIOS, EL PODER Y LA CAPACIDAD DE INFLUENCIA
PROMUEVEN LA CONCENTRACION DE LOS BENEFICIOS ECONOMICOS.
La población de cada país depende del desarrollo económico para generar empleo, bienes
servicios y estabilidad de modo que se pueda reducir la pobreza son necesarias economías
fuertes. Tradicionalmente, se ha promovido el libre mercado por considerarse el modelo más
eficaz para gestionar la economía, con las leyes de la oferta y la demanda fijando los precios
óptimos de todos los bienes y servicio. Esta perspectiva ha dominado la ortodoxia económica
y ha influido en los responsables políticos durante mucho tiempo, basándose en el conocido
Consenso de Washington, que recomienda a los países en desarrollo una estrategia centrada
en la privatización, la liberalización y la estabilidad macroeconómica (lo cual se traduce
fundamentalmente en estabilidad de los precios).
Sin embargo, en la década de 1990 ya se habían demostrado las graves deficiencias del
modelo impulsado por el Consenso de Washington, que provocó más perjuicios que
beneficios en los muchos países en desarrollo que aplicaron este tipo de estrategias. En
Egipto, por ejemplo, el fundamentalismo de mercado y los programas de ajuste estructural
se han vinculado estrechamente a los impactos negativos sobre la capacidad de las mujeres
para beneficiarse del crecimiento económico, debido a que se concentran en un reducido
número de sectores económicos, Lo cierto es que compradores y vendedores tratan
constantemente de aventajar a sus competidores, distorsionando los mercados de modo que
se convierte en una competencia poco justa o equilibrada.
“Es posible utilizar los recursos de forma improductiva con el objetivo de apropiarse de
producción o riqueza ya existentes, o de favorecer la aplicación de políticas que crean
privilegios. Este tipo de comportamientos improductivos se conocen como prácticas rentistas
o de captación de las rentas. Gran parte de estas prácticas implican decisiones
gubernamentales o políticas… pero también se producen en el marco de las relaciones
personales y en el seno de las empresas y del sistema burocrático”.
la economía de un país y su sistema político están separados pero, tal y como Oxfam puso de
manifiesto en su informe de 2014 “Gobernar para las élites”, en realidad están estrechamente
ligados.99 La relación entre el poder económico y político y la desigualdad crea un círculo
vicioso que influye en la manera de diseñar las instituciones que rigen nuestras
economías.100 La riqueza puede apropiarse de los procesos de elaboración de políticas
públicas y 22 manipular las leyes en beneficio de quienes más tienen, normalmente en
detrimento del resto de la población.
La concentración del poder económico se utiliza para favorecer los intereses de estos
sectores, empresas y personas, creando un círculo vicioso e injusto que mantiene e
incrementa el control de las élites sobre los mercados y recursos económicos, a costa del
resto de la población, desde las empresas de la competencia hasta los empleados Para
alcanzar una prosperidad compartida, una situación en que las personas tengan la oportunidad
de participar en el crecimiento económico y se retribuyan sus esfuerzos laborales, las
instituciones que rigen el funcionamiento de nuestras economías deben reflejar los intereses
de la ciudadanía, en lugar de los de quienes detentan el poder político y económico.
En todos los países del mundo, los ingresos fiscales sirven para financiar los servicios
públicos, las infraestructuras, el estado de bienestar, y otros bienes y servicios que mantienen
el funcionamiento del Estado. Un sistema fiscal justo es esencial para financiar el correcto y
eficaz funcionamiento de los Estados, así como para permitir que los Gobiernos cumplan con
su obligación de garantizar a sus ciudadanos su derecho a contar con servicios esenciales
como la sanidad y la educación, los ingresos fiscales constituyen un mecanismo más
sostenible de generación de ingresos; además, un sistema fiscal progresivo y bien diseñado
permite garantizar que quienes más tienen aporten más.
La actual arquitectura fiscal mundial también socava la capacidad de los Gobiernos para
recaudar los impuestos que les corresponden, facilitando la evasión y elusión fiscal
transfronteriza y la ocultación de riqueza, especialmente a través de los paraísos fiscales104;
estas jurisdicciones, caracterizadas por el secretismo y la baja o nula tributación, son una de
las vías más obvias que pueden utilizar tanto individuos como empresas para eludir sus
obligaciones fiscales, Aprovechar los vacíos legales en materia impositiva para eludir
impuestos son dos componentes fundamentales de las estrategias de maximización de
beneficios de muchas empresas multinacionales.
Las empresas que reducen su carga fiscal (tanto a través de elusión legal como de evasión
ilegal) generan una ventaja desleal frente al resto de competidores nacionales y a las pequeñas
y medianas empresas (PYMES). Asimismo, el entramado de paraísos fiscales y la
competencia fiscal desleal acarrean a los Gobiernos un coste de miles de millones de dólares
anuales. La utilización de paraísos fiscales y de otras prácticas de evasión y elusión fiscal
afecta a países de cualquier nivel de renta, también a los más pobres. Se estima que los países
en desarrollo pierden cada año al menos 100.000 millones de dólares como consecuencia de
la evasión de impuestos por parte de las grandes empresas.
Dado que la recaudación tributaria generada por las multinacionales y los particulares ricos
está muy por debajo de su potencial, los Gobiernos suelen optar por dos soluciones: o bien
recortan la inversión pública destinada a políticas sociales necesarias para la reducción de la
desigualdad y la pobreza, o bien compensan el déficit subiendo los impuestos a sectores más
pobres de la sociedad y a empresas nacionales de menor tamaño. En ambos casos, los
mayores perjudicados son las personas pobres, y la brecha de desigualdad aumenta.
6. SECTORES PRIVILEGIADOS
El sector financiero.
Las actividades del sector financiero van más allá de ofrecer servicios financieros a
ciudadanos y empresas. En la actualidad, incluyen también una serie de herramientas y
procesos diseñados para crear valor a partir de las transacciones, la especulación y el valor
de los activos; aunque estos mecanismos no generan valor agregado ni están vinculados a la
producción o la productividad en la economía real, son los que en la actualidad dominan el
sector financiero.
Uno de los mejores ejemplos del desajuste entre el valor agregado y los salarios es la
remuneración que recibían los equipos directivos de Bear Stearns y Lehman Brothers, que
ganaron entre 650 millones y 450 millones de dólares respectivamente entre 2003 y 2008 –
una época en la que ambas empresas iban camino de protagonizar uno de los fracasos más
estrepitosos de la historia financiera estadounidense. Los beneficios y las remuneraciones del
sector financiero están muy por encima de lo que verdaderamente ocurre en la economía real,
145 lo cual se traduce en un incremento de la brecha que separa a los súper ricos que tienen
intereses en dicho sector y el resto de la población, con el consiguiente aumento de la
desigualdad. Esto constituye un problema cada vez más grave allí donde la desregulación de
los mercados financieros es excesiva.146 La existencia de sectores financieros de gran
tamaño y escasamente regulados puede llevar a que se infravaloren los riesgos, lo cual puede
traducirse a su vez en el tipo de transacciones y comportamientos que provocaron la crisis
económica de 2008.
El sector textil.
Cuando un mercado está dominado por una sola empresa, sus actividades y estrategias
pueden determinar tanto los precios como la cantidad de los productos en oferta. La ausencia
de competencia brinda a las empresas la oportunidad de fijar unos precios que les permiten
obtener beneficios muy por encima de su valor y productividad reales. Entre ellas hay
empresas conocidas como Google, que controla el 69% del mercado mundial de motores de
búsqueda de Internet y que en 2014 declaró unos beneficios de 4.000 millones de dólares.
Google no sólo define la manera en que se utiliza Internet, sino que ejerce una enorme
influencia sobre la legislación en materia de protección de datos en todo el mundo.
La empresa belga Anheuser-Busch InBev (AB InBev) es la mayor cervecera del mundo, con
más de 200 marcas distintas que vende en Europa, Asia y América. Esta empresa no sólo
domina el mercado, sino que tiene también un importante peso político. En 2014, AB InBev
dedicó 3,7 millones de dólares a actividades de lobby para influir sobre el Gobierno
estadounidense; 56 de los 141 informes de lobby que presentó versaban sobre cuestiones
fiscales. El años pasado, con el objetivo de reforzar su posición en el mercado, AB InBev
hizo una oferta de compra para adquirir SAB Miller, la segunda mayor empresa del mercado
mundial de cervezas (y la mayor de África). Si el acuerdo sale adelante, la empresa resultante
de la fusión tendría unas ventas conjuntas de 73.000 millones de dólares, e incrementaría aún
más el patrimonio conjunto de los tres fundadores de AB InBev, que en 2015 ascendía a
49.000 millones de dólares
Los derechos de propiedad intelectual como las patentes, las marcas registradas y los
derechos de autor, están concebidos para incentivar la innovación a través de un equilibrio
adecuado entre los intereses de quienes innovan y el interés general. Los derechos de
propiedad intelectual se conceden a nivel nacional pero las normativas que los rigen se
deciden a nivel mundial.
Como por ejemplo: las empresas farmacéuticas para invertir en investigación y desarrollo.
Los derechos de propiedad intelectual impiden que otros fabriquen los mismos fármacos,
concediendo a los titulares de los mismos un monopolio de facto y por lo tanto la capacidad
de fijar los precios – y, en la práctica, determinar quién puede tener acceso a los
medicamentos y quién no. Al crear monopolios, los derechos de propiedad intelectual
también generan incentivos para que las empresas farmacéuticas maximicen su beneficio
inflando los precios a costa de las personas enfermas y vulnerables. Así, aunque se supone
que los derechos de propiedad intelectual estimulan la innovación. Las empresas
farmacéuticas son esenciales para la salud mundial, pero su fortaleza económica también
hace que tengan una influencia excesiva sobre las políticas, incluso más allá de lo relativo al
acceso a medicamentos.
9. RICOS, PODEROSOS Y CON CONTACTOS.
Las personas que dirigen las empresas tienen una responsabilidad inmensa, y deben recibir
una lógica y adecuada compensación por ello, al igual que las personas que tienen habilidades
y conocimientos especializados, las que desarrollan productos y tecnologías de los que todos
nos beneficiamos o las que asumen los riesgos de hacer inversiones que favorecen el
progreso.
Sin embargo, al mismo tiempo, los beneficios económicos que perciben determinadas
personas son tan abrumadores que difícilmente se puede defender que sus ingresos y riqueza
son un justo reflejo de su productividad y del valor añadido que aportan. En 2015, 62 personas
poseían la misma riqueza que la mitad de la población mundial - 3.600 millones de habitantes
del planeta -, y su riqueza conjunta se había incrementado en algo más de 500 millones de
dólares en los últimos cinco años. Según los datos del High Pay Centre, la relación entre el
pago de incentivos a los puestos directivos de las empresas y el rendimiento obtenido por los
accionistas es mínima, lo cual constituye una prueba más de que las remuneraciones
individuales están desvinculadas del valor añadido.212 A los muy ricos les va muy bien.
De forma más equitativa, algo que es más probable con la presencia de sindicatos fuertes.219
Una distribución más justa no sólo beneficia a los trabajadores de una organización, sino
también a sus propietarios, en la medida en que el compromiso de los trabajadores repercute
positivamente en la productividad laboral.
Es necesaria una estrategia múltiple para reequilibrar el poder dentro de las economías
mundiales y nacionales, que otorgue poder a las personas que actualmente están excluidas y
mantenga la influencia de los ricos y poderosos. Las personas más pobres. Son quienes más
provecho obtendrían si se produjera una distribución más justa de los ingresos y la riqueza.
• Pagar a los trabajadores y trabajadoras un salario digno y reducir las brechas con las
remuneraciones de los altos directivos.
De manera prioritaria, Oxfam insta a los líderes mundiales a que pongan fin a la era de los
paraísos fiscales y a sus efectos dañinos para la humanidad.
CONCLUSIONES
Por estas y muchas más razones es qué hay tanta desigualdad en el mundo ya que la población
de elite cada vez más se apoderan de todos los recursos económicos y dejando cada vez
menos para el pueblo dejando en carencia de recursos para la vida diaria de las personas y
creando marginalidades para la población.