Gastos Necesarios para Producir La Renta
Gastos Necesarios para Producir La Renta
Gastos Necesarios para Producir La Renta
Definición:
Tributariamente no está definido el concepto de gasto, sin embargo, la
Real Academia Española de la Lengua, define gastos en la acepción
deducible como "Cantidad que por ley puede restar el contribuyente al
fijar la base imponible de un tributo".
Como se puede apreciar, la RAE nos da una idea clara de que, para
efectos impositivos, gasto es aquello que se puede deducir para la
determinación de la Base Imponible de un Impuesto, en este caso para
el Impuesto a la Renta.
Es así que el Artículo 31 de la LIR, que será la base de nuestro estudio
señala en sus dos primeros incisos:
Artículo 31.- La renta líquida de las personas referidas en el artículo
anterior se determinará deduciendo de la renta bruta todos los gastos
necesarios para producirla que no hayan sido rebajados en virtud del
artículo 30, pagados o adeudados, durante el ejercicio comercial
correspondiente, siempre que se acrediten o justifiquen en forma
fehaciente ante el Servicio. No se deducirán los gastos incurridos en la
adquisición, mantención o explotación de bienes no destinados al giro
del negocio o empresa, de los bienes de los cuales se aplique la
presunción de derecho a que se refiere el literal iii) del inciso tercero del
artículo 21 y la letra f) del número 1 del artículo 33, como tampoco en la
adquisición y arrendamiento de automóviles, station wagons y similares,
cuando no sea éste el giro habitual, y en combustibles, lubricantes,
reparaciones, seguros y, en general, todos los gastos para su
mantención y funcionamiento. No obstante, procederá la deducción de
estos gastos respecto de los vehículos señalados cuando el Director del
Servicio de Impuestos Internos los califique previamente de necesarios,
a su juicio exclusivo.
Sin perjuicio de lo indicado en el inciso precedente, los gastos incurridos
en el extranjero se acreditarán con los correspondientes documentos
emitidos en el exterior de conformidad a las disposiciones legales del
país respectivo, siempre que conste en ellos, a lo menos, la
individualización y domicilio del prestador del servicio o del vendedor de
los bienes adquiridos según corresponda, la naturaleza u objeto de la
operación y la fecha y monto de la misma. El contribuyente deberá
presentar una traducción al castellano de tales documentos cuando así
lo solicite el Servicio de Impuestos Internos. Aun en el caso que no exista
el respectivo documento de respaldo, la Dirección Regional podrá
aceptar la deducción del gasto si a su juicio éste es razonable y
necesario para la operación del contribuyente, atendiendo a factores
tales como la relación que exista entre las ventas, servicio, gastos o los
ingresos brutos y el desembolso de que se trate de igual o similar
naturaleza, de contribuyentes que desarrollen en Chile la misma
actividad o una semejante.
De la lectura de los dos primeros Incisos se desprende lo siguiente:
EL inciso primero establece requisitos copulativos que debe cumplir un
gasto para que este sea considerado como tal, es así que el Servicio de
Impuestos ha señalado lo siguiente:
Fuente: Párrafo 6(12)-40.01, Manual del S.I.I.
PAGADO O ADEUDADO
Cuando el SII señala que el gasto debe ser pagado o adeudado, esto
quiere decir que "en cuanto declara que el concepto de «adeudado» se
refiere al momento en que el pago de la deuda es exigible por el
acreedor, de acuerdo con los términos del respectivo contrato o
convención. Por consiguiente, no procederá la aceptación como rebaja
de la renta bruta de Primera Categoría de los gastos pendientes, si el
pago de dichos gastos no es exigible por el acreedor de ellos, de
acuerdo con los términos del respectivo contrato o
convención". (Párrafo 6(12)-40.02, Manual del S.I.I.) De la misma
forma el SII ha señalado que el gasto se considerará necesario cuando
estos han sido financiados por personas distintas a la empresa (en este
caso los accionistas), no incurriendo la empresa en gasto alguno (Oficio
Nº 2.419 de15.10.1997)
En ese mismo sentido, el ente fiscalizador a través de la Circular N° 18
de 17.02.1976 al señalar que "Para que un gasto se estime adeudado
por la empresa, se hace imperativa la existencia de una obligación de
pago posterior que resulte indefectible, es decir, que la obligación de
pago no sea eventual; todo ello independientemente de su exigibilidad".
Este mismo texto señala que "En otros términos, el gasto por
indemnización se estima adeudado cuando su pago posterior deba
materializarse obligadamente, lo que ocurre cuando las indemnizaciones
constan en un contrato colectivo, acta de avenimiento o contrato
individual de trabajo y dicho pago sea exigible tanto si el término del
contrato de trabajo es imputable a la empresa o al trabajador".
Tratándose de gratificaciones o participaciones legales el SII ha señalado
a través de la Circular N° 88 de 25.09.1979 que "Al tenor de lo
dispuesto por el número 6 del artículo 31, toda remuneración por
servicios personales de los trabajadores que signifique para la empresa
incurrir efectivamente en un gasto, se encuentre éste pagado o
pendiente de pago al término del ejercicio, constituye un gasto
deducible para los fines tributarios; sin perjuicio de las atribuciones que
tiene el Servicio para regular su cuantía o rechazarlas como gasto por
estimarlas innecesarias para producir la renta.
Al referirse la citada disposición que la rebaja de los gastos opera incluso
cuando ellos se encuentren adeudados, debe entenderse que tal
circunstancia se materializa desde el instante en que nace para la
empresa deudora la obligación de pago, lo cual es con total
independencia de la fecha u oportunidad en que el acreedor, en este
caso, el trabajador, pueda exigir el cumplimiento de la obligación.
De acuerdo a lo anteriormente expresado, las gratificaciones legales,
esto es, las que obligatoriamente deban pagarse en virtud de una
disposición legal, como aquellas de carácter contractual, que nacen en
virtud de convenios colectivos, actas de avenimiento o contrato
individual, constituyen un gasto necesario del ejercicio a que
correspondan las remuneraciones o utilidad que ha servido de base para
su cálculo, según sea el caso.
En aquellas situaciones en que de acuerdo a contratos suscritos con sus
trabajadores una empresa se obligue a pagar una gratificación, incluso
cuando la gestión comercial dé como resultado una pérdida, el
trabajador devenga un beneficio a su favor que conlleva para la
empresa una obligación de pago que gravitará como gasto en el mismo
ejercicio y, consecuencialmente, aumentará la pérdida de éste para los
efectos tributarios.
Para el caso de las gratificaciones y participaciones voluntarias que una
empresa acuerde pagar a sus trabajadores, es importante señalar que
obviamente deben entenderse aquellas que no nacen de una ley,
convenio, acta de avenimiento o contrato individual o colectivo, de tal
modo que su origen se encuentra en una actitud unilateral de la
empresa, sin que medie por ello obligación legal o contractual que la
obligue al pago.
Respecto de esta materia el número 6 del artículo 31 expresa
claramente que las participaciones y gratificaciones voluntarias gravitan
como gasto en el ejercicio en que se paguen efectivamente o en el que
se contabilicen a favor de los trabajadores en forma nominada, esto es,
individualizando a los beneficiarios. Por otra parte, para la aceptación
como gasto es necesario que éstas cumplan con los demás requisitos
que en el mismo número 6 se señalan, como ser que ellas sean
repartidas a cada empleado y obrero en proporción a los sueldos y
salarios pagados durante el ejercicio, así como en relación a la
antiguedad, cargas de familia u otras normas de carácter general y
uniforme aplicables a todos los empleados o a todos los obreros de la
empresa.
Las provisiones globales para el pago de participaciones y
gratificaciones voluntarias que no impliquen un abono en cuenta a favor
de los respectivos beneficiarios, no se aceptarán como gasto del
ejercicio en que se efectúe la provisión, ni aun cuando se establezca la
identidad de los beneficiarios y se alegue que su reparto se hará en las
condiciones establecidas en el artículo 31, N 6; pues, como se dijo, la ley
exige que se cumpla con su pago o abono en cuenta.
Distinta es la situación de las participaciones y gratificaciones
obligatorias (legales y.o contractuales), las cuales se deben aceptar
como gasto por el solo hecho de estar adeudadas, ya que en este caso,
la ley no exige su pago o abono en cuenta en el ejercicio en que se
devengan. Sin embargo, deberá acreditarse que éstas se adeudan y al
mismo tiempo establecer la identidad de los beneficiarios, todo ello en la
oportunidad que lo solicite el Servicio.
Si en un ejercicio comercial dado se determina una pérdida, ésta no
gravita en el tratamiento tributario de las gratificaciones, toda vez que
su incidencia como gasto guarda relación con el ejercicio en que haya
nacido la obligación de su pago en virtud de una ley o contrato de
trabajo; o en el ejercicio en que se paguen efectivamente o se
aprovisionen nominadamente cuando se trate de gratificaciones
voluntarias.
En relación con este tipo de remuneraciones cabe expresar que de
acuerdo a lo establecido por el artículo 61 del Código del Trabajo, la
citada norma complementa los requisitos exigidos por el artículo 31 de
la Ley de la Renta para aceptar como gastos las remuneraciones de que
se trata y no ofrece inconvenientes su aplicación en el caso de
remuneraciones que hayan sido pagadas por la empresa.
No obstante, es preciso reiterar la situación especial de las
remuneraciones adeudadas por la empresa a sus trabajadores a la fecha
del balance y cuya anotación en el Libro Auxiliar de Remuneraciones
queda pendiente hasta que ellas se paguen.
En consecuencia, las remuneraciones adeudadas a los trabajadores se
aceptan como gasto siempre que cumplan los requisitos exigidos por el
artículo 31 de la Ley de la Renta, aun cuando no se encuentren
registradas en el Libro Auxiliar de Remuneraciones a la fecha del
balance por no haberse éstas pagado, pero bajo la condición que
aparezcan anotadas en dicho libro auxiliar a la fecha en que se produzca
su pago efectivo.
En ese mismo orden de ideas, el ente fiscalizador ha señalado que "Las
provisiones anuales que deban efectuar las empresas para solventar
gastos que revistan el carácter de ineludibles, indispensables y
obligatorios, en razón de la naturaleza de sus funciones y las normas o
reglamentos válidamente aplicables por la autoridad pública respectiva
a las actividades que desarrollen, tienen el carácter de gastos que
revisten las condiciones y características que el artículo 31º de la Ley de
la Renta establece para aceptarlos como una deducción para los efectos
de determinar la renta líquida imponible anual". (Oficio N° 1408 de
30.03.1977)
En esa misma línea el SII a través del Oficio N° 2517 de
07.05.1976 ha señalado que "efectuar una provisión por un gasto que
en el fondo es similar al pago de los sueldos, salarios y otras
remuneraciones normales que perciben los trabajadores no resulta
atendible, toda vez que en el hecho sería lo mismo que provisionar los
sueldos del ejercicio siguiente".
DEL PERIODO
Este requisito señala que los gastos que se incurran, se deben deducir
en el ejercicio de su desembolso efectivo o bien desde la fecha en que
se adeuden en virtud de algún contrato.
Es así que el Oficio N°317 de 23.01.1987. establece que los gastos en
que incurra una empresa por la reparación de daños sufridos en un
inmueble en que funciona su planta industrial, se deducirán en el
ejercicio en que se efectúe su desembolso efectivo, o bien desde la
fecha en que se encuentren adeudados en virtud de un contrato o título
que la obligue a cancelar dichos gastos, cuando al cierre del ejercicio
aún no hubieren sido pagados.
Sobre el particular, cabe tener presente que la primera parte del inciso
primero del artículo 31º de la Ley de la Renta, establece que la renta
líquida se determinará deduciendo de la renta bruta todos los gastos
necesarios para producirla que no hayan sido rebajados en virtud del
artículo 30º, pagados o adeudados, durante el ejercicio comercial
correspondiente, siempre que se acrediten o justifiquen en forma
fehaciente ante el Servicio de Impuestos Internos.
De lo expuesto se infiere que uno de los requisitos establecidos en dicha
norma legal para deducción de los gastos en que se haya incurrido
efectivamente en ellos, esto es, que el gasto se haya «pagado» o, en su
defecto, se esté «adeudando» a alguien, en virtud de un título
obligatorio para el contribuyente. En consecuencia, no tendrán esta
características aquellos gastos «estimados» por el contribuyente, en
cuyo caso no procederá su deducción de la renta bruta del ejercicio en
que ocurra esta situación.