C-014-18 Actividades Que Requieren Control Previo

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Sentencia C-014/18

Referencia: Expediente D-11876

Demanda de inconstitucionalidad contra el


artículo 68 (parcial) de la Ley 1453 de 2011,
“[p]or medio de la cual se reforma el
Código Penal, el Código de Procedimiento
Penal, el Código de Infancia y Adolescencia,
las reglas sobre extinción de dominio y se
dictan otras disposiciones en materia de
seguridad”.

Demandante: Fernando Augusto Ramírez


Guerrero

Magistrada Ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA

Bogotá, D.C., catorce (14) de marzo de dos mil dieciocho (2018)

La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones


constitucionales y legales, en especial las previstas en el artículo 241, numeral 4,
de la Constitución Política, y cumplidos todos los trámites y requisitos
contemplados en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

I. ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción pública prevista en el artículo 241.4 de la Constitución


Política, Fernando Augusto Ramírez Guerrero demandó la inconstitucionalidad
del inciso 1º, artículo 68, de la Ley 1453 de 2011, que subrogó el inciso 1º,
artículo 16, de la Ley 1142 de 2007, el cual a su vez había modificado el inciso
1º, artículo 237, de la Ley 906 de 2004 (Código de Procedimiento Penal).

Mediante providencia de 17 de enero de 2017, el entonces Magistrado


Sustanciador dispuso admitir la demanda por considerar reunidos los requisitos
previstos en el Decreto 2067 de 1991, corrió traslado al Procurador General de
la Nación y comunicó el inicio del proceso al Presidente de la República y al
Presidente del Congreso, a los ministros del Interior y de Justicia y al Fiscal
General de la Nación.

De igual forma, con el objeto de que emitieran concepto técnico sobre la


demanda de la referencia, conforme a lo previsto en el artículo 13 del Decreto
2067 de 1991, invitó a participar en el proceso a las facultades de derecho de las
Universidades Externado, Libre y Nacional de Colombia, Javeriana, ICESI de
Cali, Eafit de Medellín, del Atlántico, Industrial de Santander, de Ibagué, de la
Sabana, de Antioquia y del Rosario, así como a la Defensoría del Pueblo, a la
Academia Colombiana de Jurisprudencia, a la Comisión Colombiana de
Juristas, a la Corte Suprema de Justicia y al Consejo Superior de la Judicatura.

A través del Auto 305 de 21 de junio de 2017, la Sala Plena ordenó suspender
los términos dentro del presente proceso, en aplicación del artículo 1 del
Decreto Ley 889 de 2017.

Cumplidos los trámites previstos en el artículo 242 de la Constitución Política y


en el Decreto Ley 2067 de 1991, procede la Corte a resolver sobre la demanda de
la referencia.

II. NORMA DEMANDADA

A continuación se transcribe el artículo demandado, subrayado en el inciso


objeto de impugnación.

“LEY 1453 DE 2011


(junio 24)
Diario Oficial No. 48.110 de 24 de junio de 2011
Por medio de la cual se reforma el Código Penal, el Código de Procedimiento
Penal, el Código de Infancia y Adolescencia, las reglas sobre extinción de
dominio y se dictan otras disposiciones en materia de seguridad.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
CAPÍTULO II
MEDIDAS DE PROCEDIMIENTO PENAL PARA GARANTIZAR LA
SEGURIDAD CIUDADANA
(…)
ARTÍCULO 68. El artículo 16 de la Ley 1142 que modificó el artículo 237 de
la Ley 906 quedará así:
Artículo 237. Audiencia de control de legalidad posterior. Dentro de las
veinticuatro (24) horas siguientes al recibimiento del informe de Policía
Judicial sobre las diligencias de las órdenes de registro y allanamiento,
retención de correspondencia, interceptación de comunicaciones o
recuperación de información producto de la transmisión de datos a través de
las redes de comunicaciones, el fiscal comparecerá ante el Juez de Control de
Garantías, para que realice la audiencia de revisión de legalidad sobre lo
actuado.
Durante el trámite de la audiencia podrán asistir, además del fiscal, los
funcionarios de la Policía Judicial y los testigos o peritos que prestaron

2
declaraciones juradas con el fin de obtener la orden respectiva, o que
intervinieron en la diligencia.
El juez podrá, si lo estima conveniente, interrogar directamente a los
comparecientes y, después de escuchar los argumentos del fiscal, decidirá de
plano sobre la validez del procedimiento.
PARÁGRAFO. Si el cumplimiento de la orden ocurrió luego de formulada la
imputación, se deberá citar a la audiencia de control de legalidad al imputado y
a su defensor para que, si lo desean, puedan realizar el contradictorio. En este
último evento, se aplicarán analógicamente, de acuerdo con la naturaleza del
acto, las reglas previstas para la audiencia preliminar”.

III. LA DEMANDA

El demandante considera que el inciso acusado vulnera los artículos 15 y 250 de


la Constitución Política, 11 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 17 del Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos.

3.1. De forma preliminar advierte que si bien en la Sentencia C-131 de 2009 se


declaró la exequibilidad del artículo 16 de la Ley 1142 de 2007, subrogado por
la disposición ahora acusada, no existe cosa juzgada material ni absoluta en
relación con esta última. Indica que la norma examinada en dicha oportunidad es
sustancialmente distinta a la impugnada en este caso y que los cargos analizados
con anterioridad solo se identifican parcialmente con los que se proponen en el
presente asunto. Precisa que mientras en el precepto anterior las 24 horas que
tenía el Fiscal para comparecer ante el Juez de Control de Garantías con el
objeto de llevar a cabo la revisión de lo actuado comenzaban a contarse desde
que los procedimientos fueran cumplidos, en la norma cuestionada se prevé que
dicho término empezará a transcurrir desde el recibimiento del informe de
Policía Judicial sobre las diligencias. Así, estima que la Corte está habilitada
para pronunciarse sobre la constitucionalidad de la norma cuestionada.

3.2. A continuación, sostiene que el precepto demandado menoscaba el derecho


a la intimidad personal (Art. 15 C.P.) y el mandato constitucional de someter las
diligencias de registro, allanamiento, incautación e interceptación de
comunicaciones a control del Juez de Garantías dentro de las 36 horas siguientes
(Art. 250.2 C.P.), pues posterga indefinidamente y de manera injustificada la
aplicación de esta revisión judicial destinada a salvaguardar los derechos del
procesado. A juicio del actor, se introduce una prolongación en la operatividad
de la garantía del control judicial a los referidos procedimientos investigativos,
que no atiende a criterios de razonabilidad y proporcionalidad. Aunque la
diferencia temporal entre el cumplimiento de la orden emitida y la recepción del
informe por el Fiscal sea mínima, estima que ello no compensa la dilación del
control judicial posterior, “en la medida en que la afectación del derecho a la
intimidad… se está consumando desde el momento en que se profiere la orden
respectiva”.

3
Con base en jurisprudencia constitucional, ilustra las características de los
controles, previos y posteriores, realizados por el Juez de Garantías a las
medidas restrictivas del derecho a la intimidad dentro del proceso penal y
sostiene que las revisiones judiciales que operan luego de ejecutados los
procedimientos policiales deben ser excepcionales, debido a la menor protección
material que brindan a los bienes constituciones afectados, en comparación con
los controles que se aplican con antelación a la realización de las diligencias. En
este sentido, considera que los controles posteriores deben tener lugar en el
momento más próximo e inmediato a las actuaciones investigativas, de manera
que puedan resultar útiles para quien haya sido objeto de injerencias indebidas.
Esto, sin embargo, en su opinión no ocurre con la disposición demandada y por
esta razón es contraria a la Carta.

3.3. En los anteriores términos, el actor solicita la declaratoria de


inexequibilidad del inciso 1º, artículo 68, de la Ley 1453 de 2011.

IV. SÍNTESIS DE LAS INTERVENCIONES

4.1. Presentaron intervenciones dentro del presente proceso de


constitucionalidad los ministerios de Justicia y del Interior, el Consejo Superior
de la Judicatura, la Fiscalía General de la Nación, la Academia Colombiana de
Jurisprudencia y las Universidades del Rosario, de Ibagué e Industrial de
Santander. Con excepción de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, todos
los intervinientes consideran que, en relación con el cargo formulado, el inciso
objeto de impugnación es compatible con la Constitución y, en consecuencia, la
mayoría solicitan a la Corte declarar su exequibilidad.

4.2. A partir de un análisis de la jurisprudencia constitucional sobre la materia,


de una interpretación sistemática de la regulación de las diligencias a las que
hace referencia la norma impugnada y del artículo 250 C.P., el Ministerio de
Justicia, la Fiscalía General de la Nación, las tres universidades intervinientes y
el Consejo Superior de la Judicatura coinciden en el razonamiento, a partir del
cual estiman que el precepto objetado es compatible con la Carta. Señalan que,
con arreglo a los artículos 228, 233, 234, 235 y 236 del Código de
Procedimiento Penal, la Policía Judicial dispone de 12 horas para rendir al Fiscal
un informe sobre los procedimientos de (i) registro y allanamiento, (ii) retención
de correspondencia, (iii) interceptación de comunicaciones y (iv) recuperación
de información producto de la transmisión de datos a través de las redes de
comunicaciones, una vez finalizada la respectiva diligencia.

En consecuencia, afirman que si al plazo anterior se adicionan las 24 horas


previstas en la norma demandada para que la Fiscalía someta a control del Juez
de Garantías lo actuado, el trámite en conjunto no excede las 36 horas previstas
en el artículo 250.2. de la Constitución Política. Esto, sobre la base de que el
plazo constitucional debe comenzar a contarse en el instante en que hayan
finalizado las diligencias de investigación. Con base en este argumento general,
4
las instituciones intervinientes consideran que la norma se encuentra acorde a
los preceptos superiores.

4.3. Pese a lo anterior, el interviniente en representación de la Fiscalía General


de la Nación considera que desde la perspectiva de los derechos de las víctimas
y del acceso a la justicia, la norma acusada es inconstitucional al reducir a 24 el
término de 36 horas dispuesto en el artículo 250.2. C.P. para el control de
legalidad de los procedimientos allí contemplados. En criterio de la entidad, tal
disminución tendría efectos en aquellos casos en los cuales la entrega del
informe por parte de la Policía Judicial se produzca antes de 12 horas luego de
finalizada la diligencia. En este sentido, sobre la base de que la Corte, en su
criterio, cuenta con la potestad de confrontar una norma legal con el texto
constitucional en su integridad y no solo con la norma invocada, solicita declarar
la inexequibilidad de la expresión “dentro de las veinticuatro (24) horas
siguientes”.

4.4. El Ministerio del Interior, por su parte, estima que el precepto acusado pone
de manifiesto una colisión entre, por un lado, el derecho a la intimidad personal
y, por el otro, la preservación de la seguridad del Estado y el “combate
exhaustivo de la criminalidad por parte de los entes estatales”. En el marco de
este escenario y de una necesaria ponderación, señala, al Estado corresponde la
salvaguarda de los intereses generales y la preservación del orden público, “el
cual coadyuva a la protección del derecho a la vida de los coasociados
mediante la interacción de los organismo de seguridad en pro de atacar la
criminalidad y establecer… los responsables de delitos”. Así, considera que en
estos supuestos, el derecho a la intimidad “no es incompatible con las normas
que corresponden atacar el delito en todas sus extensiones”.

4.5. Por último, la Academia Colombia de Jurisprudencia indica que el


Legislador, en la versión original del artículo 237 C.P.P., estableció que el
instante a partir del cual comenzaría a contarse el término para realizar el control
de legalidad de los procedimientos investigativos allí previstos sería aquél en
que se hubiera llevado a cabo su diligenciamiento; luego, en la modificación
incorporada por la Ley 1142 de 2007, previó que sería cuando hubiera ocurrido
su cumplimiento y, ahora, en el inciso impugnado, prescribió que el momento en
que empieza a transcurrir el referido plazo es aquel de la recepción, por parte de
la Fiscalía, del respectivo informe de Policía Judicial.

La interviniente confronta la sucesión anterior de normas, el artículo 250.2 y el


artículo 28 C.P. sobre el derecho a la inviolabilidad de domicilio y afirma que
sobre el aspecto debatido por el demandante “no ha habido univocidad ni
coherencia ni solidez” y que ciertas interpretaciones, “algunas subjetivas y
caprichosas” han generado incertidumbre y la vulnerabilidad del indiciado o
imputado. En consecuencia, afirma encontrarse de acuerdo con el demandante,
“pero con un ligero diferendo conceptual respecto a la decisión que debería
tomarse”, y solicita “la inexequibilidad parcial de la norma impugnada y
5
eliminar de su texto la frase «Dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes al
recibimiento del informe de Policía Judicial», contenida en el inciso primero
del artículo 273 de la Ley 906 de 2004”. Adicionalmente, pide a la Sala “en
cuanto al desconcierto que origina la fluctuante normativa sobre el momento
desde el cual se deben contar las 36 horas, señalar sin ambigüedades, que éste
debe computarse a partir de la terminación de las diligencias”.

V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN

Mediante escrito radicado en esta Corporación en la oportunidad procesal


correspondiente, el Procurador General de la Nación presentó el concepto
previsto en los artículos 242-2 y 278-5 de la Constitución, mediante el cual
solicita a la Corte declarar la exequibilidad del inciso demandado.

El Ministerio Público señala que una lectura aislada de la norma podría llevar a
pensar, como lo hace el actor, que independientemente del momento en que se
practiquen la medidas de investigación contempladas en el precepto
cuestionado, el Fiscal solo estaría obligado a acudir ante el Juez de Garantías
dentro de las 24 horas siguientes al recibo del informe de Policía Judicial, con lo
cual el límite constitucional de las 36 horas (Art. 205.2. C.P.) podría resultar
desconocido. Sin embargo, de manera similar a la mayoría de los intervinientes,
considera que una interpretación sistemática de las disposiciones contenidas
particularmente en el Capítulo II, Titulo I, Libro II del Código de Procedimiento
Penal conduce a la conclusión de que la disposición acusada se ajusta a la
Constitución.

Con base en lo previsto en los artículos 228, 233, 234, 235 y 236 C.P.P., sobre
las diligencias de registro y allanamiento, retención de correspondencia,
interceptación de comunicaciones y recuperación de información producto de la
transmisión de datos a través de las redes de comunicaciones, subraya que el
informe de Policía Judicial en estos trámites investigativos, a los que hace
referencia el inciso controvertido, debe ser entregado al Fiscal dentro de las 12
horas siguientes a la terminación de la actuación, para que este, a su vez, pueda
someterlo a revisión del Juez de Garantías dentro de las 24 horas siguientes. Por
esta razón, a su juicio, se satisface el término constitucional de las 36 horas
dentro del cual debe ser llevado a cabo el control de legalidad de las diligencias.

VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS DE LA CORTE


CONSTITUCIONAL

6.1. Competencia

La Corte Constitucional es competente para resolver la demanda de la


referencia, en los términos del artículo 241-4 C.P., puesto que se trata de la
acción pública de inconstitucionalidad contra una disposición contenida en una
Ley de la República.
6
6.2. Problema jurídico y estructura de la decisión

6.2.1. El artículo 250.2 de la Constitución Política establece que en ejercicio de


sus funciones la Fiscalía General de la Nación deberá adelantar registros,
allanamientos, incautaciones e interceptaciones de comunicaciones y que el juez
de control de garantías efectuará el control posterior, a más tardar, dentro de las
36 horas siguientes. Por su parte, la norma acusada introduce un control para
diligencias de esa naturaleza dentro de las 24 horas siguientes al recibimiento
del informe de Policía Judicial. Para el demandante, esta regla es contraria a la
Constitución, pues al prever que solo una vez el Fiscal ha recibido el informe de
lo actuado comienza a contarse el plazo previsto para el control judicial de
legalidad, dilata injustificadamente la aplicación de esta garantía constitucional
que, conforme al artículo 250.2. C.P., debe proceder dentro de las 36 horas
siguientes.

6.2.2. En criterio de la mayoría de los intervinientes, el precepto acusado es


compatible con la Carta Política, en la medida en que, según las normas del
proceso penal, la entrega del informe de Policía Judicial sobre las diligencias a
las que la norma hace referencia debe ocurrir en un plazo máximo de 12 horas,
de manera que junto con las 24 horas previstas para concurrir ante el Juez, el
Fiscal cuenta con un término total no superior a las 36 horas señaladas en la
Constitución. De esta manera, corresponde a la Corte determinar si la regla
impugnada, al prever que las 24 horas para el control judicial en mención
empiezan a trascurrir cuando el Fiscal reciba el informe sobre lo actuado,
infringe el plazo constitucional de las 36 horas para la aplicación de esa garantía
judicial (Art. 250.2.).

6.2.3. La Sala no abordará el presunto problema puesto de presente por la


Fiscalía General de la Nación, acerca de si la norma demandada desconoce los
derechos de las víctimas, que ocurriría en aquellos eventos en los cuales la
recepción del informe por parte del Fiscal tenga lugar en un término menor a 12
horas luego de finalizada la diligencia. La entidad afirma que en estos casos, al
obligar a adelantar el control judicial dentro de las 24 horas siguientes, la norma
demandada reduce el término constitucional de las 36 horas y desconoce con
ello los citados mandatos. En otros términos, en criterio de la Entidad, la norma
no sería inconstitucional por superar el plazo establecido en el artículo 250.2. de
la Constitución, en contra del procesado, pero sí lo sería por fijar uno inferior y
restringir los tiempos del Fiscal en perjuicio de las víctimas y el interés en una
adecuada administración de justicia.

Al respecto, debe recordarse que en la Sentencia C-037 de 1996, mediante la


cual se declaró exequible el artículo 46 de la Ley 270 de 1996, que establece
para la Corte Constitucional la atribución de confrontar las disposiciones
sometidas a su control con la totalidad de los preceptos superiores, se indicó que
esta competencia no significa que siempre se deba realizar un análisis del texto
7
de la Carta en su integridad frente a la disposición legal que se estudia, sino que
solamente es posible invocar argumentos adicionales a los expresados en la
demanda, con el fin de justificar una mejor decisión. Esto significa que la Corte
no puede construir ni asumir de oficio cargos adicionales a los planteados por el
actor para arribar a una decisión distinta a la que aquellos conducen, como lo
solicita el interviniente en mención. En consecuencia, el análisis quedará
limitado al problema jurídico que surge de la demanda (supra 6.2.2.)

6.2.4. En este orden de ideas, Con el propósito de ilustrar los aspectos centrales
del debate de constitucionalidad, la Sala reiterará su jurisprudencia sobre (i) la
garantía de la reserva judicial en las restricciones a la intimidad personal dentro
de la investigación penal; (ii) los controles judiciales previo y posterior de las
diligencias restrictivas de los derechos fundamentales; y (iii) el alcance del
control judicial posterior sobre los registros, allanamientos, incautaciones e
interceptaciones, previsto en el artículo 250.2. C.P. Por último, (iv) analizará la
constitucionalidad de la disposición demandada.

7. Fundamentos

i. La garantía de la reserva judicial en las restricciones a la intimidad


personal dentro de la investigación penal

1. De acuerdo con el artículo 15 de la Constitución Política, la correspondencia


y demás formas de comunicación privada son inviolables y solo podrán ser
interceptadas o registradas mediante orden judicial, en los casos y con las
formalidades que establezca la Ley. La intimidad supone esencialmente la
existencia y disposición de una esfera personal de reserva, excluida de
injerencias, perturbaciones o intromisiones provenientes de otras personas,
instituciones o autoridades públicas, de modo que se garantice al individuo el
desarrollo personal y privado de sus dimensiones espiritual y cultural1. Hace
referencia al ámbito personalísimo de cada sujeto, a aquellos fenómenos,

1 Sentencia T-787 de 2004. M. P. Rodrigo Escobar Gil.


8
comportamientos, datos y situaciones que normalmente se hallan sustraídos a la
injerencia o al conocimiento de extraños2 e incluso en ocasiones de allegados3.

2. La intimidad no es, sin embargo, absoluta, como lo señala la propia


disposición constitucional citada y lo ha precisado la jurisprudencia de la Corte.
Se trata de un derecho que admite privaciones y limitaciones temporales
principalmente en el marco de las investigaciones penales, con arreglo a estrictas
exigencias previas y por razones de ascendencia constitucional4. Por lo que aquí
interesa, del artículo 15 C.P. se derivan dos límites formales al empleo de las
medidas que comporten restricciones a la intimidad personal en cualquiera de
sus formas. De un lado, se encuentra la reserva legal en la creación de tales
procedimientos y, del otro, la reserva judicial en la emisión de órdenes que
dispongan su práctica.

3. La reserva de ley implica que las hipótesis y requisitos de la intervención en


la intimidad compete definirlos exclusivamente al legislador, como garantía de
seguridad de los ciudadanos, que les permite conocer previamente las
2 Sentencias T-411 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero; SU-056 de 1995. M.P. Antonio Barrera
Carbonell; T-439 de 2009. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; y C-881 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub. En otros términos, la intimidad es el “área restringida inherente a toda persona o familia, que
solamente puede ser penetrada por extraños con el consentimiento de su titular o mediando orden dictada por
autoridad competente, en ejercicio de sus funciones y de conformidad con la Constitución y la ley”. Sentencias
T-696 de 1996. M.P. Fabio Morón Díaz; T-437 de 2004. M.P. Clara Inés Vargas Hernández; y C-881 de 2014.
M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. Cuanto más próximo se encuentre la información o los datos difundidos al
núcleo básico de lo materialmente íntimo, mayor relevancia será exigida a la información para que esta sea
considerada constitucionalmente legítima. De esta manera, se pueden distinguir tres esferas para identificar los
ámbitos en los que se manifiesta el derecho a la intimidad de las personas, respecto de las informaciones que les
afecten: (i) la esfera íntima; (ii) la esfera privada, y (iii) la esfera individual y social. “La esfera íntima se refiere
al ámbito vital interno de la persona: vida afectiva y sexual, datos del ser físico como el nacimiento, la
desnudez, la salud, etc. La esfera privada se proyecta más allá de la vida interior de las personas, afectando,
por tanto, a la vida doméstica y al círculo familiar y de amistades. Y la esfera individua y social o publica,
acoge todo lo no comprendido en las dos primera y que se incluye en el ámbito de las relaciones de una persona
con su entorno social”. Carillo, Marc, “Los ámbito del derecho a la intimidad en la sociedad de la
comunicación”, en AAVV, XX Jornadas de la Asociación de Letrados del Tribunal Constitucional. El derecho a
la privacidad en un nuevo entorno tecnológico, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Asociación de
Letrados del Tribunal Constitucional, Madrid, 2016, pp. 16-17
3 En la Sentencia C-626 de 1996, la Corete sostuvo: “La persona no puede estar sujeta de modo permanente a
la observación y a la injerencia de sus congéneres. Inclusive tiene derecho a reclamar de sus propios familiares,
aún los más allegados, el respeto a su soledad en ciertos momentos, la inviolabilidad de sus documentos
personales y de su correspondencia, así como la mínima consideración respecto de problemas y circunstancias
que desea mantener en reserva. Si ello ocurre en el interior de la familia, dentro de la cual se presume que
existe la máxima expresión de confianza, tanto más se explica y justifica este derecho en cuanto alude a
personas extrañas a esa unidad, aunque sean conocidas o existan respecto de ellas relaciones de amistad,
compañerismo, subordinación o superioridad y con mucho mayor fundamento si se trata de conglomerados,
aunque sean reducidos (vgr. colegio, universidad, empresa, barrio) y con mayor razón frente a comunidades de
grandes dimensiones (vgr. pueblo, departamento, país)”.
4 Ver Sentencias T-501 de 1994. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa; C-394 de 1995. M.P. Vladimiro Naranjo
Mesa; T-517 de 1998. M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-453 de 2005. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; C-336 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-158A de 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil; C-640 de
2010, M.P. Mauricio González Cuervo; C-540 de 2012, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-044 de 2013. M.P.
Gabriel Eduardo Martelo Mendoza. Asimismo, puede consultarse la sentencia T-768 de 2008. M.P. Clara Inés
Vargas Hernández, criterio reiterado en la Sentencia C-881 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. En la
Sentencia C-327 de 1997. M.P. Fabio Morón Díaz, la Corte señaló: “[s]e deduce de lo expuesto que el
Constituyente no concibió la libertad individual a la manera de un derecho absoluto, inmune a cualquier
forma de restricción; todo lo contrario, fluye del propio texto superior que en determinados supuestos, ese
derecho fundamental es susceptible de limitación…”.
9
condiciones en las cuales pueden ser objeto de afectaciones en su derecho. Esta
garantía es además de una atribución constitucional o poder jurídico
exclusivamente radicado en dicha autoridad, una salvaguarda para el ciudadano,
no solo por la publicidad que asegura, sino porque el Congreso no puede delegar
en otro órgano o rama del poder púbico la fijación de los motivos y presupuestos
bajo los cuales procede la imposición de tales medidas.

4. Por su parte, la reserva judicial de las injerencias a la intimidad en desarrollo


de las investigaciones penales es una de las garantías más importantes en la
tradición liberal del derecho penal. La intimidad, la privacidad y vida reservada
de las personas solo pueden sufrir intromisiones, según el artículo 15 C.P., en
virtud de órdenes emitidas por autoridades judiciales, no por otros funcionarios
u órganos del Estado. En los jueces reside la competencia para decretar
restricciones a la correspondencia y a las comunicaciones privadas, en los
supuestos y conforme a las exigencias establecidas por el legislador.

Así, la Sala ha considerado: “[e]l principio general es la libertad del individuo


y el Constituyente consideró que ella estaría mejor resguardada si su
protección se confiaba a los jueces de la República. Es así como, de acuerdo
con lo establecido en el artículo 28 de la Carta, el domicilio sólo puede ser
registrado en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial competente;
mientras que la correspondencia y las demás formas de comunicación privada
únicamente pueden ser interceptadas o registradas mediante orden judicial
(artículo 15 de la C.N.)… De acuerdo con lo señalado en el artículo 15, inciso
3º, de la Carta Política vigente desde 1991, para que la correspondencia pueda
ser interceptada o registrada deben cumplirse tres condiciones, a saber: 1. Que
medie orden judicial; 2. Que se presente alguno de los casos establecidos en la
ley; 3. Que se cumplan las formalidades señaladas en la ley5.

5. Con la entrada en vigencia del sistema de procesamiento penal de tendencia


acusatoria, introducido mediante el Acto Legislativo 03 de 2002, y desarrollado
en la Ley 906 de 2004, la labor de protección a la intimidad y los demás
derechos de los afectados con los procedimientos policiales de investigación fue
conferida al Juez de Control de Garantías. Concebido como una salvaguarda

5 Sentencia T-349 de 1993. M.P. José Gregorio Hernández Galindo; C-038 de 1994. José Gregorio Hernández
Galindo; C-626 de 1996. M.P. José Gregorio Hernández Galindo. En la primera de las sentencias citadas
también se indicó: “El secreto de las comunicaciones, garantizado por el precepto constitucional en cita, es
considerado por la doctrina como un derecho individual resultado del status libertatis de la persona, que, como
ya se dijo, garantiza a ésta un espacio inviolable de libertad y privacidad frente a su familia, a la sociedad y al
Estado. La inviolabilidad de la correspondencia es apreciada en cuanto preserva el derecho de la persona al
dominio de sus propios asuntos e intereses, aún los intranscendentes, libre de la injerencia de los demás
miembros de la colectividad y, especialmente, de quienes ejercen el poder público. // Es claro que la orden de
exigencia judicial implica una clara y terminante exclusión constitucional de la autoridad administrativa, cuyas
actuaciones en esta materia al igual que acontece con la libertad personal -salvo caso de flagrancia- (artículo
28 C.N.) y con la inviolabilidad del domicilio, están supeditadas a la determinación que adopte el juez
competente. El Constituyente, al enunciar este principio, no estableció distinciones entre las personas por razón
de su estado o condición, es decir que la Carta no excluyó de su abrigo a los reclusos, pues las penas privativas
de la libertad no implican la pérdida del derecho a la intimidad personal y familiar ni tampoco la desaparición
de un inalienable derecho a la privacidad de la correspondencia".
10
para los derechos de las partes y, en especial, del procesado, el Juez de Garantías
responde al principio de necesidad de supervisar el respeto por las garantías
constitucionales en el marco de un eficaz desenvolvimiento de las
investigaciones, del propósito de conjurar excesos y medidas desproporcionadas,
irrazonables e innecesarias y de dotar de corrección sustantiva el
procedimiento6.

ii. Los controles judiciales previo y posterior de las diligencias restrictivas


de los derechos fundamentales dentro de la investigación penal

6. Además del artículo 15 C.P. que consagra la protección a la correspondencia


y demás formas de comunicación privada y contempla sus excepcionales
restricciones solamente en virtud de órdenes emitidas por jueces de la
República, los alcances de la reserva judicial deben ser precisados a partir de
una interpretación conjunta de este precepto con las previsiones del artículo 2
del Acto Legislativo 03 de 2002, que modificó el artículo 250 de la Carta,
introducidas en el diseño de las diligencias de investigación en el proceso penal
adversarial. De acuerdo con esta disposición, la Fiscalía General de la Nación
tiene el deber de solicitar al juez de control de garantías las medidas necesarias
que aseguren la comparecencia de los imputados al proceso, la conservación de
la prueba y la protección de la comunidad, en especial, de las víctimas. Así
mismo, se prevé que la Ley puede facultar a la Fiscalía para realizar
excepcionalmente capturas, con la indicación de los límites y eventos para su
procedencia, en cuyo caso el Juez de Garantías ejercerá el respectivo control
dentro de las 36 horas siguientes.

En segundo lugar, la disposición constitucional prescribe que la Fiscalía deberá


adelantar registros, allanamientos, incautaciones e interceptaciones de
comunicaciones y que en estos eventos el Juez de Garantías llevará a cabo el
control correspondiente, a más tardar dentro de las treinta y seis (36) horas
siguientes. Por último, el Constituyente estableció que, de requerirse medidas
adicionales que impliquen afectación a los derechos fundamentales, deberá
obtenerse la respectiva autorización ante el respectivo Juez de Garantías7.
6 En la Sentencia C-979 de 2005. M.P. Jaime Córdoba Triviño, reiterada en la Sentencia C-336 de 2007. M.P.
Jaime Córdoba Triviño, la Corte sostuvo: “…la creación del Juez de control de garantías o juez de la
investigación penal, responde al principio de necesidad efectiva de protección judicial, en razón a que muchas
de las medidas procesales que se adoptan en el curso de la investigación penal entran en tensión con el
principio de inviolabilidad de determinados derechos fundamentales, los cuales únicamente pueden ser
afectados en sede jurisdiccional. // Se trata de una clara vinculación de la investigación a la garantía de los
derechos fundamentales tanto del investigado como de la víctima, que fungen así como límites de la
investigación. // Una formulación coherente con la estructura de un proceso penal de tendencia acusatoria,
como el que configura la Ley 906 de 2004, exige que las discusiones relacionadas con la afectación de los
derechos fundamentales del imputado, se resuelvan en el ámbito jurisdiccional. La salvaguarda de los derechos
fundamentales del investigado es función prioritaria adscrita al juez de control de garantías. Así, toda
actuación que involucre afectación de derechos fundamentales demanda para su legalización o convalidación
el sometimiento a una valoración judicial, con miras a garantizar el necesario equilibrio que debe existir entre
la eficacia y funcionalidad de la administración de justicia penal y los derechos fundamentales del investigado y
de la víctima”.
7 En la Sentencia C-336 de 2007. M.P. Jorge Córdoba Triviño, indicó la Corte: “10. De las anteriores
referencias jurisprudenciales surgen dos conclusiones de particular relevancia para el asunto bajo examen: (i)
11
7. Conforme a lo anterior, los estándares constitucionales mínimos en torno a las
afectaciones de los derechos del procesado en la investigación penal son
esencialmente los siguientes. Como regla general, el Juez de Control de
Garantías debe emitir las órdenes de captura y las medidas de aseguramiento,
privativas y no privativas de la libertad, con fines preventivos, procesales y de
protección a terceros. El legislador podrá conferir a la Fiscalía, de manera
excepcional y bajo precisas condiciones y límites, la atribución de expedir
órdenes de captura, en cuyo caso el Juez de Garantías deberá controlar su
legalidad dentro de las 36 horas siguientes. De otra parte, la Fiscalía se halla
facultada para ordenar registros, allanamientos, incautaciones e interceptaciones
de comunicaciones, pero el Juez de Garantías deberá ejercer el control dentro de
las 36 horas siguientes. Por último, para la práctica de todos los demás
procedimientos que impliquen afectación a los derechos fundamentales, se
requiere la autorización previa de la autoridad judicial en mención.

De este modo, pueden identificarse tres cláusulas generales de origen


constitucional que sujetan las medidas dirigidas a la restricción de derechos en la
investigación penal: (i) en materia del derecho a la libertad personal, en general
sus restricciones deben ser autorizadas privativamente por el Juez de Garantías;
(ii) en el ámbito de las intervenciones al domicilio, a la intimidad y a la
privacidad (diligencias previstas en el Art. 250.2. C.P.), art- 250.2 Adelantar
registros, allanamientos, incautaciones e interceptaciones de comunicaciones. opera el control judicial
posterior sobre lo actuado; y (iii) para todos los demás procedimientos
restrictivos de los derechos fundamentales, se requiere autorización judicial
previa. En suma, el Juez de Garantías ejerce un control previo de todas las
diligencias de investigación penal que limitan los derechos fundamentales, salvo
las intervenciones a la intimidad contenidas en el artículo 250.2. C.P., cuya
revisión de legalidad es posterior y se ejerce tanto sobre el contenido de la orden
como en cuanto a su ejecución.)

8. Según lo ha precisado la Corte, el carácter previo que como regla general lleva
a cabo el Juez de Garantías sobre la mayoría de los actos de investigación
limitativos de derechos fundamentales se explica en el reforzamiento que en el
sistema de investigación penal de tendencia acusatoria se imprimió al principio
de reserva judicial de las intervenciones que afectan los derechos principalmente
del procesado8. Por su parte, la flexibilización que el Constituyente introdujo en
que como principio general, toda medida de investigación que implique afectación de derechos fundamentales
debe estar precedida de autorización del juez de control de garantías; (ii) que como consecuencia de ello el
control posterior autorizado por la Carta (Art. 250.2) respecto de ciertas medidas que afectan derechos
fundamentales, configura una excepción a la regla general, y bajo esa condición deben analizarse las hipótesis
allí previstas”.
8 En la Sentencia C-1092 de 2003. M.P. Álvaro Tafur Galvis, la Sala Plena indicó: “[p]or medio del acto
Legislativo 03 de 2002 el Constituyente optó por afianzar el carácter acusatorio del sistema procesal penal
colombiano, estructurando a la Fiscalía General de la Nación como una instancia especializada en la
investigación de los delitos y estableciendo que, como regla general, las decisiones que restringen los derechos
constitucionales de los investigados e imputados son tomadas por lo jueces y tribunales… “[e]l constituyente,
retomando la experiencia de la estructura del proceso penal en el derecho penal comparado, previó que la
Fiscalía, en aquellos casos en que ejerce facultades restrictivas de derechos fundamentales, esté sometida al
12
relación con los registros, allanamientos, incautaciones e interceptación de
comunicaciones, en el sentido de que se permite la orden por parte de la Fiscalía
y su control posterior del Juez de Control de Garantías, se explica en el elemento
de oportunidad del recaudo de la información, en cuanto se trata de diligencias
destinadas a recabar a datos y elementos susceptibles de ser ocultados, alterados
o desaparecidos en detrimento de los fines e intereses estatales de la
investigación9.

iii. El control judicial posterior de los registros, allanamientos,


incautaciones e interceptaciones de comunicaciones del Art. 250.2. C.P.

9. De conformidad con el artículo 250.2. C.P. la Fiscalía se encuentra facultada


para adelantar registros, allanamientos, incautaciones e interceptaciones de
comunicaciones y el Juez de Garantías deberá llevar a cabo el control posterior
respectivo, a más tardar dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes10.

10. En desarrollo de las labores de indagación o del programa metodológico de


la investigación, el Fiscal tiene entonces la atribución de ordenar la revisión a
inmuebles, vehículos, naves, aeronaves u otros lugares y el examen detallado de
bienes, efectos u objetos de interés para la investigación 11. De igual forma, podrá
disponer la toma de posesión de muebles considerados susceptibles de comiso, a
causa de su ilícita procedencia, mientras se toma una decisión definitiva al
respecto12. Adicionalmente, le asiste la potestad de ordenar la intervención de
comunicaciones telefónicas, radiotelefónicas o semejantes, que utilicen el
espectro electromagnético, mediante grabaciones magnetofónicas o similares,
cuya información sea de interés para los fines de la actuación13.

control judicial o control de garantías – según la denominación de la propia norma-, decisión que denota el
lugar preferente que ocupan los derechos fundamentales en el Estado constitucional de derecho…”
9 Sentencia C-336 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
10 En desarrollo de esta disposición constitucional, el artículo 14 del Código de Procedimiento Penal establece:
“Toda persona tiene derecho al respeto de su intimidad. Nadie podrá ser molestado en su vida privada. // No
podrán hacerse registros, allanamientos ni incautaciones en domicilio, residencia, o lugar de trabajo, sino en
virtud de orden escrita del Fiscal General de la Nación o su delegado, con arreglo de las formalidades y
motivos previamente definidos en este código. // En estos casos, dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes
deberá adelantarse la respectiva audiencia ante el juez de control de garantías, con el fin de determinar la
legalidad formal y material de la actuación”.
11 El artículo 219 del Código de Procedimiento Penal establece: “PROCEDENCIA DE LOS REGISTROS Y
ALLANAMIENTOS. El fiscal encargado de la dirección de la investigación, según lo establecido en los
artículos siguientes y con el fin de obtener elementos materiales probatorios y evidencia física o realizar la
captura del indiciado, imputado o condenado, podrá ordenar el registro y allanamiento de un inmueble, nave o
aeronave, el cual será realizado por la policía judicial. Si el registro y allanamiento tiene como finalidad única
la captura del indiciado, imputado o condenado, sólo podrá ordenarse en relación con delitos susceptibles de
medida de aseguramiento de detención preventiva”.
12 Sentencia C-591 de 2015. M.P. Mauricio González Cuervo.
13 Conforme al artículo 235 del Código de Procedimiento Penal: “INTERCEPTACIÓN DE
COMUNICACIONES. Artículo modificado por el artículo 52 de la Ley 1453 de 2011. El fiscal podrá ordenar,
con el objeto de buscar elementos materiales probatorios, evidencia física, búsqueda y ubicación de imputados,
indiciados o condenados, que se intercepten mediante grabación magnetofónica o similares las comunicaciones
que se cursen por cualquier red de comunicaciones, en donde curse información o haya interés para los fines de
la actuación. En este sentido, las autoridades competentes serán las encargadas de la operación técnica de la
respectiva interceptación así como del procesamiento de la misma. Tienen la obligación de realizarla
13
11. Conforme al precepto constitucional que se analiza, las anteriores
actuaciones deben ser sometidas a control del Juez de Garantías, dentro de las 36
horas siguientes. Conviene precisar aquí dos aspectos relevantes para el análisis
del problema jurídico que debe resolverse: (i) los alcances o amplitud de la
revisión de legalidad que se lleva a cabo en los referidos supuestos y (ii) el
momento a partir del cual comienzan a contarse las 36 horas previstas como
término máximo para la activación de la garantía de la reserva judicial. Lo
primero determina la vigorosidad del control que se le confía al juez, en términos
de la protección de los derechos del afectado con las diligencias investigativas, y
lo segundo el tiempo real y efectivo con el que cuenta el Fiscal para someter a
revisión lo actuado a fin de que el control satisfaga los propósitos para los cuales
fue concebido.

12. En la Sentencia C-1092 de 200314, mediante la cual se examinó la


constitucionalidad del artículo 2 del Acto Legislativo 03 de 2002, la Corte
precisó que el control posterior realizado por el Juez de Garantías implica
analizar si la Fiscalía satisfizo los requisitos y justificaciones materiales para
emitir las órdenes de los procedimientos investigativos y, de la misma manera,
“si su despliegue ha respetado o no los derechos fundamentales de los
ciudadanos”. En otros términos, la Corporación determinó que la revisión de
legalidad posterior tiene por objeto el examen tanto de la orden emitida por el
Fiscal como de la práctica y los resultados de las diligencias. Cubre la validez de
la orden y la proporcionalidad y razonabilidad de su ejecución15.

Así, la Sala Plena explicó que de encontrarse que la Fiscalía ha vulnerado los
derechos fundamentales o las garantías constitucionales, el juez a cargo del
control no puede avalar la actuación y las evidencias recaudadas se reputarán
inexistentes, además de que tampoco podrán luego ser admitidas como prueba,
ni mucho menos valoradas en cuanto tales. Estas, en otros términos, no serán
susceptibles de servir de medios de convicción ni cumplir función alguna dentro
de la actuación penal. El control a cargo del Juez de Garantías, reiteró la Corte,
“abarcará elementos de tipo sustancial antes que excluirlos, pues son normas
de tal carácter las que se refieren a los derechos fundamentales de la personas
y la verificación sobre la vulneración o no de aquellas es precisamente el
objeto principal de la tarea del funcionario a cargo del control jurisdiccional
de garantías en la etapa de investigación”.
inmediatamente después de la notificación de la orden y todos los costos serán a cargo de la autoridad que
ejecute la interceptación.// En todo caso, deberá fundamentarse por escrito. Las personas que participen en
estas diligencias se obligan a guardar la debida reserva. // Por ningún motivo se podrán interceptar las
comunicaciones del defensor. // La orden tendrá una vigencia máxima de seis (6) meses, pero podrá
prorrogarse, a juicio del fiscal, subsisten los motivos fundados que la originaron. // La orden del fiscal de
prorrogar la interceptación de comunicaciones y similares deberá someterse al control previo de legalidad por
parte del Juez de Control de Garantías.
14 M.P. Álvaro Tafur Galvis.
15 Señaló la Corte que la institución del juez de control de garantías es “un mecanismo para compensar o
encontrar un equilibrio entre la eficacia de la justicia representada en el amplio poder instructivo que a través
de la reforma se asigna a la Fiscalía General de la Nación y la protección de las garantías fundamentales
susceptibles de ser afectadas como consecuencia del ejercicio de dicha facultad, como mandato constitucional
ineludible”.
14
13. Por otra parte, el instante a partir del cual comienza a transcurrir el plazo de
las 36 horas fijado en la disposición constitucional se encuentra intrínsecamente
ligado a la naturaleza de las diligencias de indagación analizadas y al control
integral, tanto de validez de la orden como de su ejecución. A juicio de la Corte
y, como ya ha sido sugerido en otras oportunidades 16, ese término constitucional
no comienza a contar cuando la Fiscalía dispone la intervención en el derecho a
la intimidad del procesado ni una vez se ha dado inició a las diligencias
ordenadas. Como lo sostuvo el representante de la Fiscalía General de la Nación
en el presente caso, el control de garantías debe ser realizado en el plazo
máximo de 36 horas luego de concluida la ejecución de los procedimientos que
se someterán a control.

El Constituyente derivado facultó a la Fiscalía para ordenar la realización de


registros, allanamientos, incautaciones e interceptaciones de comunicaciones,
sin necesidad de la orden previa del juez. Según se indicó (supra fundamento
8), esto se explica en gran parte en razones de oportunidad del recaudo de
medios cognoscitivos útiles a los fines de la investigación, antes de que puedan
ser ocultados, alterados o desaparecidos. En este sentido, sería incompatible con
tales propósitos que el término para la realización del control de garantías
comenzara a contarse con la sola expedición de la orden por parte del Fiscal o el
comienzo de su ejecución, pues se correría el riesgo de que, mientras se surte el
trámite judicial, el objetivo del procedimiento sea frustrado.

14. Pero, en especial, debido al control integral que realiza el Juez de Garantías,
el plazo deberá empezar a transcurrir solo desde el momento en que ha sido
culminada la diligencia de investigación ordenada. Por razones lógicas, si la
garantía de la revisión judicial posterior abarca el análisis de los motivos
aducidos por el Fiscal y el respeto a los derechos fundamentales en la ejecución
del procedimiento (supra fundamento 12), la actuación del Juez de Control de
Garantías debe proceder de manera posterior a la finalización de las diligencias.
Por lo tanto, al establecer que el control de legalidad de las diligencias
corresponderá llevarse en el plazo máximo de 36 horas, la disposición
constitucional ha de interpretarse en el sentido de que ese término comenzará a
transcurrir una vez finalizada la ejecución de la orden.

iv. Síntesis

15. Conforme a lo expuesto en las consideraciones, (i) en materia del derecho


a la libertad personal, sus restricciones deben ser autorizadas como regla
general por el Juez de Garantías; (ii) en el ámbito de las intervenciones al
domicilio, a la intimidad y a la privacidad (respecto a las diligencias previstas
en el Art. 250.2. C.P.), las órdenes pueden ser dictadas por la Fiscalía y el Juez
de Garantías deberá realizar el control posterior sobre lo actuado; y (iii) para

16 Ver Sentencia C-131 de 2009. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.


15
todos los demás procedimientos restrictivos de los derechos fundamentales en
las investigación penal, se requiere autorización judicial previa. Por otro lado,
(iv) cuando el Fiscal dispone la realización de los procedimientos que afectan la
intimidad, el control judicial posterior tiene por objeto examinar la legalidad,
tanto de la orden emitida como de la práctica y los resultados de las diligencias;
y (v) el término constitucional de 36 horas para llevar a cabo dicho control
comienzan a contarse una vez finalizada la ejecución de los procedimientos
ordenados.

v. El inciso 1 del artículo 68 de la Ley 1453 de 2011 es compatible con la


Constitución

16. El precepto acusado establece que el control judicial sobre las diligencias de
las órdenes de registro y allanamiento, retención de correspondencia,
interceptación de comunicaciones o recuperación de información producto de la
transmisión de datos a través de las redes de comunicaciones debe llevarse a
cabo dentro de las 24 horas siguientes al recibimiento del informe de Policía
Judicial. La Corte encuentra que, contrario a lo que afirma el actor, esa regla no
introduce una dilación a la garantía de la reserva judicial, sino que se encuentra
en armonía con la disposición constitucional que obliga a la actuación del Juez
de Control de Garantías dentro de las 36 horas siguientes a la realización del
procedimiento investigativo.

17. El inciso demandado subrogó el inciso 1º, artículo 16, de la Ley 1142 de
2007, el cual a su vez había modificado el inciso 1º, artículo 237, de la Ley 906
de 2004 (Código de Procedimiento Penal). En la versión original del inciso 1º
del artículo 237 C.P.P., se establecía que la audiencia de control de legalidad
posterior de registros y allanamientos, retención de correspondencia,
interceptación de comunicaciones o recuperación de información dejada al
navegar por internet u otros medios similares debía realizarse dentro de las 24
horas siguientes al “diligenciamiento” de tales órdenes. Posteriormente, el
inciso 1º, artículo 16, de la Ley 1142 de 2007, al modificar la regla anterior,
estableció que dicha audiencia debía surtirte dentro de las 24 horas siguientes al
“cumplimiento” de las órdenes. Por su parte, el inciso demandado, subrogando
la norma anterior, previó que el control debe llevarse a cabo dentro de las 24
horas siguientes al “recibimiento del informe de Policía Judicial” relativo a los
procedimientos ordenados.

18. La sucesión anterior de normas muestra que el legislador ha mantenido el


control judicial posterior de legalidad sobre sustancialmente las mismas medidas
restrictivas de la intimidad17 y, de igual forma, idéntico plazo de 24 horas para

17 Debe precisarse que en la norma demandada se introdujo una descripción más amplia respecto de una de las
diligencias sobre las que se lleva a cabo el control judicial posterior de legalidad. Mientras que en la versión
original del inciso 1º, artículo 237, del Código de Procedimiento Penal y en el inciso 1º, artículo 16, de la Ley
1142 de 2007 se hacía referencia a la recuperación de información dejada al navegar por internet u otros
medios similares, en el precepto impugnado se introdujo la recuperación de información producto de la
transmisión de datos a través de las redes de comunicaciones. Esto se explica en que la misma Ley parcialmente
16
llevarlo a cabo. El cambio, así, solo ha consistido en el instante a partir del cual
debe comenzar a contarse ese término. Mientras que en la versión original de la
regla ello ocurría una vez se diligenciara la orden por parte del Fiscal, en la
segunda norma se sujetó al momento en que se diera cumplimiento al
procedimiento ordenado y, a su vez, en el precepto impugnado el plazo empieza
a transcurrir una vez la Policía Judicial ha hecho entrega al Fiscal del respectivo
informe sobre la diligencia practicada. Lo indicado puede ser evidenciado en el
siguiente esquema.

Versión original – Ley Inciso 1º, artículo 16, de laInciso 1º, artículo 68, de la
906 de 2004 Ley 1142 de 2007 Ley 1453 de 2011
(norma demandada)

“Dentro de las“El artículo 237 de la LeyEl artículo 16 de la Ley


veinticuatro (24) 906 de 2004 quedará 1142 que modificó el
horas siguientes al así: Artículo 237. artículo 237 de la Ley
diligenciamiento de Audiencia de control de 906 quedará así:
las órdenes de registro legalidad posterior. Artículo 237. Audiencia
y allanamiento, Dentro de las de control de legalidad
retención de veinticuatro (24) horas posterior. Dentro de las
correspondencia, siguientes al veinticuatro (24) horas
interceptación de cumplimiento de las siguientes al
comunicaciones o órdenes de registro y recibimiento del
recuperación de allanamiento, retención informe de Policía
información dejada al de correspondencia, Judicial sobre las
navegar por internet u interceptación de diligencias de las
otros medios comunicaciones o órdenes de registro y
similares, el fiscal recuperación de allanamiento, retención
comparecerá ante el información dejada al de correspondencia,
juez de control de navegar por Internet u interceptación de
garantías, para que otros medios similares, comunicaciones o
realice la audiencia de el fiscal comparecerá recuperación de
revisión de legalidad ante el juez de control de información producto de
sobre lo actuado”. garantías, para que la transmisión de datos a
realice la audiencia de través de las redes de
revisión de legalidad comunicaciones, el fiscal
sobre lo actuado, comparecerá ante el
incluida la orden”. Juez de Control de
Garantías, para que
realice la audiencia de
revisión de legalidad
sobre lo actuado”.

demandada, en su artículo 53, también modificó el artículo 236 del C.P.P. sobre la regulación de ese tipo
procedimiento que, ahora, se denomina precisamente “[r]ecuperación de información producto de la
transmisión de datos a través de las redes de comunicaciones”.
17
19. Ahora bien, en la Sentencia C-131 de 200918, la Corte analizó una demanda
de inconstitucionalidad contra la segunda de las normas anteriores (inciso 1º,
artículo 16, de la Ley 1142 de 2007). La acusación señalaba una supuesta
contradicción entre el plazo de 24 horas, contadas desde el cumplimiento de las
diligencias investigativas ordenadas por el Fiscal, para la realización del control
de garantías, y el término de 36 horas para la misma finalidad consagrado en la
Constitución (Art. 250.2. C.P.). La Sala Plena desestimó el cargo y declaró la
exequibilidad de la norma cuestionada, con arreglo a una interpretación
sistemática de la disposición Superior invocada y las normas del Código de
Procedimiento Penal que rigen la realización de tales diligencias.

La Corporación mostró que, conforme a lo dispuesto en los artículos 228 C.P.P.,


sobre registros y allanamientos, 223 ídem, relativo a retención de
correspondencia, 235 ídem, relacionado con interceptación de comunicaciones y
236 ídem, sobre recuperación de información dejada al navegar por Internet u
otros medios tecnológicos, el término máximo del que dispone la Policía
Judicial para informar a la Fiscalía y hacer entrega de lo recabado es de 12
horas. En este sentido, consideró que el plazo de 24 horas para el ejercicio del
control de garantías no infringía las 36 horas previstas en el artículo 250.2. de la
Constitución Política.

20. A juicio de la Corte, en el presente asunto debe aplicarse exactamente el


mismo razonamiento anterior. La norma demandada establece que desde el
momento de la recepción del informe de Policía Judicial comenzará a
contabilizarse el plazo de 24 horas para la realización de la audiencia de control
de garantías sobre lo actuado. Pues bien, el instante de la entrega del informe
como punto de partida del referido término no prolonga ni dilata la salvaguarda
constitucional de la revisión judicial posterior, porque ello no puede ocurrir en
un tiempo indeterminado luego de practicado el procedimiento investigativo.
Las normas sobre los requisitos y condiciones que rigen las diligencias a las
cuales se refiere la disposición demandada no permiten que exista una
separación temporal incierta o amplia entre la intervención en los derechos del
afectado y el momento en el que debe rendirse el informe de Policía Judicial al
Fiscal.

21. (i) Los informes sobre registros y allanamientos practicados deben ser
remitidos a la Fiscalía dentro del término de la distancia, sin sobrepasar las doce
(12) horas siguiente (Art. 228 C.P.P.); (ii) los relacionados con retención de
correspondencia, han de ser entregados al ente acusador dentro del mismo
término (conforme a la aplicación analógica de los criterios fijados para
registros y allanamientos dispuesta en el inciso 2º del artículo 233); (iii) los
relativos a recuperación de información producto de la transmisión de datos, a
través de las redes de comunicaciones, deben ser allegados a la Fiscalía en igual
tiempo (de acuerdo con la aplicación extensiva de las pautas fijadas para

18 M.P. Nilson Pinilla Pinilla.


18
registros y allanamientos dispuesta en el inciso 2º del artículo 236); y (iv) a los
informes sobre interceptación de comunicaciones resulta aplicable también por
analogía la misma regla, dada su similitud sustancial con las anteriores
diligencias. Así como la retención de correspondencia y la recuperación de
contenidos que circulan mediante la trasmisión de datos, la interceptación de
comunicaciones está destinada a obtener información de interés que el sujeto
investigado intercambia con otras personas y, por lo tanto, del mismo modo que
aquellos, se trata de un procedimiento restrictivo de la intimidad.
Adicionalmente, los artículos 14, inciso 4º, y 154, numerales 1 y 9, C.P.P.
prevén la interceptación de comunicaciones como una de las diligencias que,
junto con las demás mencionadas en el artículo demandado, limitan el referido
derecho fundamental, con el objeto de establecer frente a todas el control
judicial posterior como mecanismo de garantía. Todo esto evidencia la
semejanza en sus elementos relevantes de estos procedimientos de investigación
y, en consecuencia, la procedencia de aplicar a la interceptación de
comunicaciones la regla de las 12 horas para que la Policía Judicial rinda el
respectivo informe al Fiscal19.

22. En este orden de ideas, si el término máximo que puede transcurrir entre la
finalización de las diligencias de investigación referidas y la entrega del informe
de la Policía Judicial a la Fiscalía en ningún caso puede exceder de 12 horas, el
hecho de contar desde este último instante el plazo máximo de 24 horas para la
realización del control judicial, no genera sino que precisamente evita que se
infrinja el plazo máximo de 36 horas en el cual ha de tener lugar el control
judicial. Como se clarificó, este término constitucional debe contabilizarse desde
la finalización de los procedimientos de investigación que, junto con la orden, se
someterán a control. En este sentido, la norma juzgada contempla precisamente
un plazo máximo de 36 horas para la realización del control judicial una vez
finiquitadas las diligencias, en estricta coincidencia con el mandato
constitucional, pues ejecutadas aquellas podrán transcurrir máximo 12 horas
para que el informe de Policía Judicial sea rendido y, luego, 24 horas para la
celebración de la audiencia de legalidad sobre lo actuado.

23. El demandante sostiene que las 24 horas para el control de garantías


deberían comenzar a contabilizarse de la manera más “próxima e inmediata a la
ejecución de la orden” o, en otros términos, incluso antes de la recepción del
informe por parte del Fiscal. Al respecto, debe indicarse que los tiempos a los
que se ha hecho referencia son máximos, de modo que el deber de las
autoridades es proceder de la manera más pronta e inmediata, a la luz de los
derechos y garantías procesales del sujeto a la acción penal. De otro lado, el
artículo 250.2. C.P. prevé el plazo máximo de 36 horas una vez finalizados los
procedimientos, de manera que solo una regulación legal que desborde este
tiempo se torna inconstitucional, circunstancia que, según se mostró, no ocurre
en el presente asunto.
19 En la Sentencia C-131 de 2009, la Corte llegó igualmente a la conclusión de que la Policía Judicial cuenta
con 12 horas para rendir el informe al Fiscal también cuando se trate de interceptación de comunicaciones
19
24. Ahora bien, dado que el informe de policía judicial, de un lado, puede ser
radicado en las oficinas de correspondencia de la Fiscalía y no directamente ante
el Fiscal del caso y, de otro lado, puede también ser rendido a través de medios
electrónicos avalados en el trámite de procesos judiciales, siempre que se cuente
con un mecanismo para garantizar el origen y la integridad del mensaje (Art. 95
de la Ley 270 de 1996)20, en el primer caso, la recepción de dicho documento se
entenderá en la fecha y hora que así lo indique el acuse de recibido por parte del
Fiscal y, en el segundo, a partir del acuse de recibo del mensaje electrónico
emitido por el iniciador o se pueda establecer por otro medio el acceso al
mismo, de conformidad con el artículo 205 del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo21. Así, desde estos instantes
comenzará a contar el término del Fiscal para activar el control posterior ante el
Juez de Garantías.

25. Debe clarificarse, con todo, que si por cualquier circunstancia es superado el
plazo de 12 horas que tiene la Policía Judicial para rendir el informe
correspondiente al Fiscal, de conformidad con los artículos 14, inciso 4º, y 154,
numerales 1 y 9 C.P.P., la audiencia de control posterior de legalidad sobre lo
actuado deberá adelantarse en todo caso dentro del término máximo de 36 horas
luego de finalizada la diligencia investigativa22. Este es el efecto precisamente

20 En la Sentencia C-831 de 2011, M.P. Álvaro Tafur Galvis., la Corte indicó que es posible emplear mensajes
de datos como documentos en el proceso penal siempre que, conforme al Artículo 95 de la Ley 270 de 1996,
“puedan garantizarse la fiabilidad sobre el origen del mensaje, la integridad del mismo, la identificación de la
función jurisdiccional además del cumplimiento de los demás requisitos exigidos por las leyes procesales
respectivas y en este caso las del C.P.P., dirigidos a hacer efectivos el debido proceso y el derecho de defensa
(artículo 29 C.P.)”.
21 “Artículo 205. Notificación por medios electrónicos. Además de los casos contemplados en los artículos
anteriores, se podrán notificar las providencias a través de medios electrónicos, a quien haya aceptado
expresamente este medio de notificación. // En este caso, la providencia a ser notificada se remitirá por el
Secretario a la dirección electrónica registrada y para su envío se deberán utilizar los mecanismos que
garanticen la autenticidad e integridad del mensaje. Se presumirá que el destinatario ha recibido la
notificación cuando el iniciador recepcione acuse de recibo o se pueda por otro medio constatar el acceso del
destinatario al mensaje. El Secretario hará constar este hecho en el expediente. // De las notificaciones
realizadas electrónicamente se conservarán los registros para consulta permanente en línea por cualquier
interesado” (negrillas fuera de texto). Esta regla es común a varias regulaciones, pues se trata del mecanismo
técnico que permite tener certeza de que el destinatario pudo conocer el documento. Así, por ejemplo, el artículo
21 de la Ley 529 de 1999, “[p]or medio de la cual se define y reglamenta el acceso y uso de los mensajes de
datos, del comercio electrónico y de las firmas digitales, y se establecen las entidades de certificación y se
dictan otras disposiciones”, establece: “Presunción de recepción de un mensaje de datos. Cuando el iniciador
recepcione acuse recibo del destinatario, se presumirá que éste ha recibido el mensaje de datos” (…) (negrillas
fuera de texto). De igual manera, en el Acuerdo No. PSAA06-3334 del 2 de marzo de 2006, expedido por la Sala
Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, se prevé: “[p]or el cual se reglamentan la utilización de
medios electrónicos e informáticos en el cumplimiento de las funciones de administración de justicia”, se
consagró: “ARTÍCULO DÉCIMO – RECEPCIÓN DE LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN PROCESAL Y DE
LOS MENSAJES DE DATOS. Los actos de comunicación procesal y los mensajes de datos se entenderán
recibidos por el destinatario, bien sea el usuario o la autoridad judicial, en el momento en que se genere en el
sistema de información de la autoridad judicial el acuse de recibo junto con la radicación consecutiva propia
de cada despacho. Para estos efectos, la Sala Administrativa implementará el correspondiente programa que
genere de manera confiable el acuse de recibo (…). Ver, al respecto, el Concepto 00210 de 2017, de la Sala de
Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado.
22 ARTÍCULO 14. INTIMIDAD. Toda persona tiene derecho al respeto de su intimidad. Nadie podrá ser
molestado en su vida privada. // No podrán hacerse registros, allanamientos ni incautaciones en domicilio,
residencia, o lugar de trabajo, sino en virtud de orden escrita del Fiscal General de la Nación o su delegado,
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de que las 24 horas dentro de las cuales, según al precepto acusado, debe
realizarse el aludido control judicial sean un término máximo y de que el mismo
debe ser armonizado con las citadas reglas procesales y el artículo 250.2
Superior. De la misma manera, es claro que si se excede el plazo de 36 horas, de
las cuales hacen parte las 12 horas iniciales con las que cuenta la Policía Judicial
para presentar el correspondiente informe y las 24 horas para la realización del
control de legalidad sobre lo actuado, surgirán las respectivas consecuencias
establecidas en las normas procesales y, en especial, las contenidas en los
artículos 23, 232 y 360 C.P.P.

En estos términos, el inciso 1º del artículo 68 de la Ley 1453 de 2011 es


compatible con la Constitución y será declarado exequible.

VII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional administrando justicia en


nombre del Pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Primero.- Levantar la suspensión de términos decretada dentro del presente


proceso mediante el Auto 305 de 21 de junio de 2017.

Segundo.- Declarar EXEQUIBLE el inciso 1º, artículo 68, de la Ley 1453 de


2011, “[p]or medio de la cual se reforma el Código Penal, el Código de
Procedimiento Penal, el Código de Infancia y Adolescencia, las reglas sobre
extinción de dominio y se dictan otras disposiciones en materia de seguridad”
por el cargo analizado en esta sentencia.

Notifíquese, comuníquese, cúmplase, publíquese y archívese el expediente

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Presidente

con arreglo de las formalidades y motivos previamente definidos en este código. Se entienden excluidas las
situaciones de flagrancia y demás contempladas por la ley. // De la misma manera deberá procederse cuando
resulte necesaria la búsqueda selectiva en las bases de datos computarizadas, mecánicas o de cualquier otra
índole, que no sean de libre acceso, o cuando fuere necesario interceptar comunicaciones. // En estos casos,
dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes deberá adelantarse la respectiva audiencia ante el juez de
control de garantías, con el fin de determinar la legalidad formal y material de la actuación ”. (…)
“ARTÍCULO 154. MODALIDADES. Artículo modificado por el artículo 12 de la Ley 1142 de 2007. Se
tramitará en audiencia preliminar: 1. El acto de poner a disposición del juez de control de garantías los
elementos recogidos en registros, allanamientos e interceptación de comunicaciones ordenadas por la
Fiscalía, para su control de legalidad dentro de las treinta y seis (36) horas siguientes. // (…) 9. Las que
resuelvan asuntos similares a los anteriores”.
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CARLOS BERNAL PULIDO
Magistrado

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ


Magistrado
Ausente con permiso

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada
Impedimento aceptado

JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS


Magistrado

ALBERTO ROJAS RÍOS


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General

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