Cardiopatia Coronaria y Ejercicio Fisico2

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 117

Cardiopatía coronaria y

ejercicio físico

Enfermedad coronaria:
Conozca sus factores de riesgo: En los Estados Unidos, la
enfermedad coronaria, es decir la enfermedad
que afecta a las arterias del corazón, es la
principal causa de muerte de mujeres y
hombres. Factores de riesgo de enfermedad
coronaria:

Edad
Antecedentes médicos familiares
Presión arterial (sanguínea) elevada
Colesterol alto
Fumar
Dieta inadecuada
Peso excesivo
Inactividad (estilo de vida sedentario)
Otros problemas de salud, tales como diabetes

Tómese un momento para evaluar su estilo de vida, sus


antecedentes médicos familiares y su estado de salud en
general. Con esta información, usted y su médico de familia
podrán evaluar su riesgo y hacer un plan para atacar problemas
potenciales.
*
Edad: Los hombres mayores de 45 años y las mujeres mayores
de 55 años tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad
coronaria. También los índices de ataques cardiacos en los
últimos 20 años han ido aumentando para las mujeres entre 35 y
54 años. Si bien usted no puede hacer mucho acerca de su
edad, puede sí influir sobre otros factores de riesgo que se citan
a continuación.

*Antecedentes médicos familiares: Usted no puede cambiar


sus antecedentes médicos familiares. Pero es importante para
usted saber qué enfermedades se manifiestan en su familia y
decírselo a su médico. Hable con sus padres, abuelos,
hermanos y tíos acerca de quién en la familia ha tenido un
ataque al corazón, derrame u otro problema grave de salud. Con
esta información, su médico puede recomendarle las mejores
pruebas de detección y los mejores tratamientos preventivos.

*Colesterol: Si usted no sabe cuál es su nivel de colesterol


pregúntele a su médico si se lo debería chequear. Existen dos
tipos: el colesterol bueno o colesterol HDL y el colesterol malo o
colesterol LDL. Para disminuir y prevenir un nivel de colesterol
(malo) alto límite cuánta grasa come, y haga ejercicio físico
regularmente. Algunas personas que tienen niveles de colesterol
alto puede que también necesiten tomar un medicamento para
mantener sus niveles bajo control.

*Presión arterial (sanguínea): Si su presión arterial es alta,


perder peso, hacer ejercicio físico, no fumar y, en algunos
casos, disminuir la cantidad de sodio (sal) y alcohol ayudarán.
Es posible que algunas personas también necesiten tomar
medicamentos para controlar la presión arterial.

*Fumar: Dejar de fumar es el mejor cambio que usted puede


hacer por su salud. Hable con su médico de familia acerca de
cómo dejar de fumar y mantenerse sin consumir tabaco. Si
usted vive con un fumador, respirar el humo de él o de ella
también puede afectar su salud. Aliente a la otra persona para
que deje de fumar.

*Dieta: Las dietas con un alto contenido de grasas han sido


asociadas con la enfermedad coronaria y con muchos otros
problemas de salud. Las grasas en el torrente sanguíneo
pueden endurecer y taponar sus arterias. Una dieta saludable
contiene un alto contenido de fibras y un bajo contenido de
grasas saturadas y trans que no son saludables. Cada día trate
de comer:

 6 a 8 onzas equivalentes de pan integral, cereal, arroz o


pasta
 3 1/2 a 5 tazas de frutas frescas o de vegetales frescos o
congelados
 3 tazas de leche desnatada ("skim milk"), yogur con un
contenido bajo en grasa o queso con un contenido bajo en
grasa o descremado
 5 a 6 1/2 onzas equivalentes de carne magra, ave,
pescado, granos o claras de huevo

Además, use poca mantequilla, margarina y aceites de cocina.


Es posible que también tenga que evitar las comidas que tienen
un alto contenido en sodio, el cual puede aumentar la presión
arterial. El sodio se encuentra en la sal de cocina, en muchos
alimentos preparados, especialmente en los alimentos
enlatados.

A pesar de que algunas investigaciones sugieren que el alcohol


puede proteger contra la enfermedad coronaria, la clave para
esto es la moderación. Limite la cantidad de alcohol que bebe.
Esto se traduce a no más de una bebida alcohólica por día para
las mujeres y dos bebidas alcohólicas por día para los hombres.

*Peso: Estar pasado de peso requiere más esfuerzo de su


corazón y vasos sanguíneos. Una alimentación con un alto
contenido en fibra, con bajo contenido en grasas y realizar
ejercicio físico de forma periódica pueden ayudarle a perder
peso en forma gradual y segura, y a mantener el nuevo peso.
Hable con su médico sobre las mejores maneras de perder
peso.

EJERCICIO FISICO: El ejercicio puede ayudar a prevenir la


enfermedad coronaria (enfermedad que afecta las arterias del
corazón) y muchos otros problemas de salud. Si hace ejercicio
regularmente se sentirá mejor y esto le ayudará a mantener su
peso bajo control. Si no ha hecho ejercicio durante un tiempo o
si tiene problemas de salud, consulte con su médico antes de
comenzar un programa de ejercicio físico. Una buena meta es
hacer ejercicio durante 30 a 60 minutos, 4 a 6 veces por
semana, pero recuerde que cualquier cantidad es mejor que no
hacer nada.

OBJETIVOS DE LA PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD


CORONARIA:
El objetivo general de la prevención de la enfermedad coronaria
es el mismo tanto en
pacientes con enfermedad
coronaria u otra
enfermedad aterosclerótica
clínicamente establecida
como en personas de alto
riesgo: reducir el riesgo de un episodio mayor de enfermedad
coronaria o de otros eventos ateroscleróticos y, así, reducir la
discapacidad prematura, la mortalidad y prolongar la
supervivencia. En estas recomendaciones se han establecido
objetivos no sólo para un cambio en el estilo de vida, sino
también para el manejo de la presión arterial, el nivel de lípidos
plasmáticos y la diabetes en la prevención secundaria.

VIDA Y EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO: Los pacientes


que presentan síntomas de enfermedad coronaria u otra
enfermedad aterosclerótica están, por este mismo hecho, en
una situación de riesgo absoluto muy alto de sufrir otro episodio
vascular. Por tanto, requieren una modificación del estilo de vida
de máxima intensidad y, si es necesario, terapia farmacológica,
a fin de conseguir los objetivos relacionados con los factores de
riesgo. Debido a que el origen de la enfermedad coronaria es
multifactorial, en los individuos sanos es importante estimar el
riesgo absoluto (el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria,
bien sea un episodio no fatal o la muerte coronaria en los
próximos 10 años) teniendo en cuenta todos los factores de
riesgo mayores. Aquellos que tienen el riesgo multifactorial más
elevado pueden identificarse y ser candidatos a la modificación
del estilo de vida y, en los casos en que sea apropiado,
tratamiento farmacológico. Los médicos deberían utilizar
siempre el riesgo absoluto de enfermedad coronaria al realizar
juicios clínicos sobre la utilización de fármacos para tratar la
presión arterial y los lípidos plasmáticos, en lugar de considerar
únicamente el nivel de sólo uno de los factores de riesgo. Un
riesgo absoluto de enfermedad coronaria que sobrepase el 20%
en los próximos 10 años, o que vaya a sobrepasar el 20% si se
proyecta a la edad de 60 años, y que se mantenga a pesar de
una intervención profesional para modificar el estilo de vida, es
suficientemente alto para justificar el uso selectivo de terapias
farmacológicas.

La Rehabilitación cardíaca: Es un programa de largo plazo,


que incluye una evaluación médica previa, prescripción de
ejercicios físicos, modificación de los factores de riesgo
coronario, educación y consejos.

Ejercicios y rehabilitación cardíaca:


“La RC es un proceso multifactorial que incluye entrenamiento
físico, educación y consejos en relación con la reducción de
riesgo y cambios del estilo de vida, y uso de técnicas de
modificación de la conducta. La RC debe ser integrada dentro
de los cuidados integrales de los pacientes cardíacos. Los
objetivos principales de la RC son mejorar el estado fisiológico y
psicosocial del paciente. Dentro de los objetivos fisiológicos se
encuentran, la mejoría en la capacidad física, creación de
hábitos al ejercicio, modificación de los factores de riesgo, con
mejoría del nivel lipídico y del perfil lipoproteico, del peso
corporal, de la glucemia, de la presión arterial, y del control del
tabaquismo. Son metas adicionales, la mejoría de la perfusión
miocárdica, de la función ventricular, como así también la
reducción de la progresión del proceso de aterosclerosis
subyacente. Dentro de los objetivos psicosociales se encuentran
la reducción del estrés, de la ansiedad y de la depresión. Es
también una meta importante de la RC la independencia
funcional de los pacientes, particularmente de los ancianos.
El retorno al trabajo apropiado y satisfactorio puede beneficiar
tanto a los pacientes como a la sociedad.
En las dos últimas décadas, la Rehabilitación ha evolucionado
de las medidas estándar en la prevención secundaria, la mejoría
en la capacidad funcional, los aspectos psicosociales y calidad
de vida a constituirse en un tratamiento integral de las mayorías
de las condiciones cardíacas, incluyendo la estratificación de
riesgo, pronóstico, la evidencia aportada por el resultado de los
estudios clínicos, los conocimientos fisiopatológicos, formas
contemporáneas de terapia cardíaca,
procedimientos y tecnologías
emergentes.

Actividad físico deportiva en


enfermos cardiacos

*Ejercicios para enfermos cardiacos* estrés y


ejercicio:
Desde el punto de vista cardiovascular, el estrés
por sí mismo y de forma aislada no supone un riesgo
para nuestro corazón. Sin embargo, se encuentra
frecuentemente unido a otros factores de riesgo,
como la hipertensión arterial, el sedentarismo, la
hipercolesterinemia y la obesidad debidos a una
alimentación inadecuada (comemos para disminuir
la ansiedad), y probablemente también al consumo
de tabaco.
En estos casos, el estrés sí supone un verdadero
factor de riesgo cardiovascular, pudiendo ser un
desencadenante de un accidente coronario. Por
ello, el ejercicio físico se manifiesta como un
efectivo mecanismo para controlar y reducir los
niveles de estrés.
Por otro lado, dicen que el ejercicio es muy importante,
sobre todo, para los pacientes cardíacos porque, además
de los beneficios cardiovasculares directos, la actividad
física alivia la ansiedad y hasta el sentimiento de
desamparo. Lo ideal, de acuerdo con cardiólogos, es
realizar una actividad programada. Cuando no es posible
encontrar el tiempo para ir al gimnasio, se pueden
realizar algunas actividades físicas moderadas, como
caminar con energía durante 30 a 45 minutos, de dos a
tres veces por semana. De hecho, estudios realizados en
los Estados Unidos señalan que si una persona realiza
diariamente una actividad física lo suficientemente
intensa como para aumentar el ritmo cardíaco (aunque
sea relativamente corta) –por ejemplo, diez minutos de
entrenamiento de fuerza y diez minutos de ejercicios -
puede lograr un significativo descenso de peso a
mediano plazo (también se han observado beneficios con
sólo diez minutos de ejercicios cardiovasculares).
Un muy buen ejercicio físico, puede ser andar en
bicicleta fija durante 20 minutos, por lo menos tres veces
por semana, siguiendo un ritmo variante de intensidad de
este modo
*El mito de practicar deporte:
Otro prejuicio que ha costado echar por tierra es el relacionado
con la práctica de ejercicios físicos. De acuerdo con el
cardiólogo mexicano Joaquín Sevilla, "durante mucho tiempo,
se consideró que las actividades deportivas estaban prohibidas
para los enfermos cardíacos, de ahí que una gran mayoría de
ellos se mostraran reacios a practicarlas".
Según Sevilla, caminar, correr y nadar son los ejercicios más
recomendados para la recuperación de estos pacientes,
incluidos los afectados por un infarto agudo del miocardio. Lo
que sí es muy importante, subraya, es que los enfermos
consulten a su médico antes de iniciar o retomar cualquier
actividad física, porque sólo un especialista puede diseñar la
rutina a seguir.
El cardiólogo sostiene que, además de las conocidas ventajas
asociadas a la práctica de algún deporte, "la realización de
ejercicios físicos entraña beneficios agregados para este grupo
de pacientes". Según su experiencia, una vez que tales
enfermos comienzan a ejercitarse, se notan mejorías en su
salud, como la reducción de arritmias y taquicardias, la
estabilización de la tensión arterial y la disminución de los
estados de estrés y ansiedad, entre muchas otras.

*Adaptación fisiológica al ejercicio y enfermedad


cardiaca:
La adaptación cardiovascular al ejercicio es el conjunto
de modificaciones derivadas de la práctica de una
actividad física de suficiente intensidad y frecuencia. El
corazón es probablemente el órgano que soporta una
mayor sobrecarga durante la práctica de ejercicio físico,
sufriendo notables modificaciones por dicha práctica.

Respuesta cardiovascular al ejercicio:

El ejercicio aumenta las necesidades metabólicas que


deben ser satisfechas especialmente a través del
aumento del gasto cardíaco alcanzando en sujetos
entrenados valores de 35-40 l/m durante un máximo
esfuerzo

 Las principales adaptaciones son el aumento del


gasto cardíaco y del consumo de O2, el incremento
del retorno venoso, el aumento de la contractilidad
del miocardio y la disminución de las resistencias
periféricas.

 El incremento del gasto cardíaco durante el ejercicio


es siempre superior a la disminución de las
resistencias periféricas, por lo que se produce un
aumento de la presión arterial
 Los efectos del entrenamiento son difíciles de definir
con claridad, pero en general se aceptan como talla
bradicardia en reposo, la menor frecuencia cardíaca.

EL RECONOCIMIENTO CARDIOLÓGICO PREVIO A


LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE: La
incidencia de muerte súbita en deportistas constituye
uno de sus acontecimientos más impactantes al ocurrir
en individuos generalmente jóvenes, en algunos casos
muy famosos y en los que se presumía un estado de
salud perfecto. Es bien conocido que la gran mayoría de
casos de muerte súbita se deben a alguna anomalía
cardiovascular.

 .Los últimos años han supuesto un cambio rotundo


en el tratamiento de diversas patologías, y se ha
pasado de la imposición de reposo absoluto y
prolongado en enfermedades como el infarto de
miocardio a la prescripción de ejercicio físico precoz
y de intensidad progresiva, aunque controlado
médicamente.

 El ejercicio físico se aplica en numerosas patologías


cardiovasculares en las que desempeña un papel
muy destacado en la mejora de la calidad de vida
de muchos pacientes, especialmente jóvenes y
adolescentes, con enfermedades cardíacas crónicas.

 .Si se considera que el número de personas que


están implicadas en actividades deportivas es cada
vez mayor en los países desarrollados, se
comprenderá que todos los aspectos relacionados
con el aparato cardiovascular y las implicaciones
que traen consigo tengan una gran repercusión
social y se pueda considerar que se trata de un
problema de salud pública.

 Existe un debate médico no concluido respecto a la


importancia del conocimiento del estado del aparato
cardiovascular, es decir, el significado, objetivos,
contenido y métodos del reconocimiento
cardiológico previo a la actividad física y deportiva.

OBJETIVOS DEL RECONOCIMIENTO


CARDIOLÓGICO EN INDIVIDUOS APARENTEMENTE
SANOS:

El reconocimiento cardiológico deportivo realizado antes


de iniciar un programa de actividad física debe tener
como meta la consecución de los siguientes objetivos:
Descubrir cualquier enfermedad, lesión o patología
cardíaca, especialmente las que puedan constituir
un riesgo vital para el deportista, para sus
compañeros o sus rivales, especialmente durante la
práctica deportiva.
Frecuentemente, las situaciones potencial-mente
peligrosas suelen ocurrir en el esfuerzo extenuante y/o
bajo estrés psicológico, como es el de la
competición.
Determinar las situaciones patológicas que representen
una contraindicación médica absoluta, relativa o
temporal, para la práctica de actividad física.
Excluir a los individuos que puedan tener riesgo en
ciertos deportes peligrosos.
Conocer la tolerancia del individuo al esfuerzo que se
va a realizar y su grado de adaptación al mismo, lo que
permite realizar prescripciones
de ejercicio para los pacientes
que lo precisen y proporcionar
oportunidades para participar en
actividades físico-deportivas a
los pacientes que presenten
patologías cardíacas.
Establecer una relación médico-
enfermo que, entre otras cosas,
permita aconsejar al paciente
sobre temas de salud. Cumplir
con los requisitos legales y de seguridad para los
programas deportivos organizados.

EL CORAZON Y EL EJERCICIO
El corazón es un músculo muy adaptable tanto a la
actividad física como a una vida sedentaria. La
diferencia con un músculo esquelético como puede ser
bíceps, es que si tenemos un bíceps flojo y rodeado de
una buena capa de grasa, esto repercutirá poco en
nuestra vida diaria. Pero un corazón débil puede
llevarnos a la muerte mucho antes de lo esperado. La
muerte por problemas del corazón y del sistema
cardiovascular, en edades intermedias, es la primera
causa de muerte en los países desarrollados. Muchas de
estas se podían haber evitado con una vida sana, y una
vida sana es entre otras cosas realizar al menos
cuarenta minutos diarios de ejercicio.

Muchos estudios afirman que una persona de 65 años


que realiza una hora de actividad física planifica al día,
estará en muchas mejores condiciones físicas que una
persona sedentaria de 40 años. Parece increíble, pero es
así.

En las personas que se ejercitan mediante trabajos o


gimnasias aeróbicas agranda las cámaras del corazón y
bajan las pulsaciones por minuto además de mejorar la
tensión y la capacidad del transporte sanguíneo, reducir
la tensión arterial y aumentar la calidad y densidad de los
glóbulos rojos.

La gente no piensa en el corazón como un músculo; que


pueda crecer o fortalecerse del mismo modo que otros
músculos, pero de hecho, responde como tal al
entrenamiento. Un trabajo aeróbico constante y de las
intensidades adecuada hace que las fibras musculares
que componen el corazón se vuelva gruesas y fuertes, lo
que incrementa la masa muscular de este órgano.
Cuanto mayor sea el músculo del corazón, más sangre
bombeará por latido, reduciendo el trabajo final que
realiza el corazón para mantenernos con vida, lo que
alarga la vida de nuestro corazón, y sobre todo le permite
estar más sano y fuerte durante más tiempo.

TRANSPLANTE DE CORAZON
Todas aquellas personas que ha sido sometida con éxito a
un trasplante de órgano presentan ciertas peculiaridades según
sea su edad, el órgano trasplantado y el tratamiento
farmacológico posterior. Está científicamente documentado que
los pacientes trasplantados mejoran su salud por diversos
mecanismos cuando participan en programas de ejercicio físico.
El ejercicio físico actuaría modulando diferentes respuestas
fisiopatologías a nivel neurohormonal, cardiovascular, pulmonar
y osteomuscular.
La mayoría de pacientes trasplantados presentan un riesgo
considerable de desarrollar complicaciones vasculares y ello es
especialmente cierto es los trasplantados de corazón. La
práctica de ejercicio de forma regular mejora la resistencia
vascular en los trasplantados cardiacos y ayuda a controlar
ciertos factores de riesgo cardiovascular en trasplantados
renales. Si bien algún estudio no detecta beneficios
significativos en cuanto a la reducción de factores de riesgo
cardiovascular tras el primer año del trasplante renal, en general
los pacientes mejoran precozmente a otros niveles, incluso con
programas de entrenamiento relativamente cortos.
De hecho, el tratamiento farmacológico inmunosupresor no
parece alterar la capacidad exudativa celular, especialmente a
nivel muscular, por lo que la respuesta al estímulo producido por
el entrenamiento físico a este nivel sugiere que está preservada.
El incremento de la potencia aeróbica máxima secundaria a un
programa de entrenamiento físico parece relacionado con un
mejor pronóstico a largo plazo en los receptores de un
trasplante cardiaco. El rendimiento físico que poseen los
trasplantados renales que no realizan actividad física regular
parece ser similar al que poseían durante el periodo de diálisis...
En definitiva, el ejercicio físico practicado regularmente y de
forma adecuada debe considerarse como una importante arma
terapéutica en el tratamiento a corto, medio y largo plazo de
aquellos sujetos que han recibido un trasplante de órgano.
Corazón del deportista: Entrenamiento produce una serie de
adaptaciones morfológicas y funcionales cardíacas que se
manifiestan en cambios muy diversos en el
electrocardiograma del deportista. Los trastornos del ritmo y
la frecuencia cardíaca son los hallazgos más comunes, y de
ellos la bradicardia sinusal la alteración más habitual. Con
frecuencia encontramos trastornos inespecíficos de la
conducción intraventricular, pero los bloqueos fasciculares y
tronculares son infrecuentes, siendo el incompleto de rama
derecha el de mayor prevalencia. Aunque el intervalo PR
puede estar alargado, la aparición de bloqueos
auriculoventriculares de primer grado y de segundo grado tipo
I depende de la susceptibilidad individual del deportista. Los
bloqueos auriculoventriculares de segundo grado avanzado y
de tercer grado son excepcionales, y ante este hallazgo
siempre hay que descartar una patología orgánica de base.
Aunque un alto voltaje del QRS es el hallazgo más significativo
en deportistas varones, su correlación con la demostración de
hipertrofia ventricular izquierda es baja. En el segmento ST, el
patrón de re polarización precoz es típico del deportista. En
presencia de bradicardia sinusal, también son frecuentes las
ondas T vago tónicas y las ondas U. Las taquiarritmias y
arritmias por aumento del automatismo son escasas y
generalmente benignas, siendo el predominio del tono vagal el
responsable de la abolición no sólo de los marcapasos
fisiológicos sino también de los focos ectópicos.
Aunque por sí solo, el síndrome de Wolff-Parkinson-White no
contraindica la práctica deportiva, el riesgo de muerte súbita
hace necesaria la realización de un reconocimiento
cardiológico exhaustivo. Ni el deporte es arritmógeno ni
predispone a padecer arritmias ventriculares malignas.

ARRITMIAS POR AUMENTO DE LA EXCITABILIDAD


Y TAQUIARRITMIAS:
Las arritmias por aumento del automatismo y las
taquiarritmias en el deportista de competición son
escasas y generalmente benignas. Es probable que el
predominio del tono vagal sea el responsable no sólo de
la inhibición de los marcapasos fisiológicos sino también
de los focos ectópicos.
En nuestra población hemos encontrado una muy baja
incidencia de extrasístole ventricular, tanto en el ECG basal
(1,3%) como en el de esfuerzo (11%). Habitualmente se trata
de una extrasístole monotópica de escasa densidad, y en
algunas ocasiones con criterios de parasistolia en la
monitorización ambulatoria tipo Holter. En la prueba de
esfuerzo, la típica extrasístole del deportista suele aparecer a
bajas cargas, desaparecer con la progresión del esfuerzo y
reaparecer de nuevo en la recuperación. En algunos casos,
pueden incluso detectarse en el pico del esfuerzo y observarse
algunas parejas. Encontrar tripletes o rachas de taquicardia
ventricular es excepcional. En nuestra serie, sólo hemos
documentado un caso de taquicardia ventricular no sostenida
durante la prueba de esfuerzo, en un tenista en quien
posteriormente no se pudo demostrar cardiopatía subyacente.
El deporte no es un factor arritmógeno y no predispone a
padecer arritmias ventriculares malignas, por lo que no existen
diferencias significativas en la prevalencia de dichas arritmias
con respecto a la población general.
Encontrar una extrasístole supra ventricular en el ECG basal
del deportista es poco frecuente. La hemos hallado en un 1,5%
de nuestros deportistas, y resulta excepcional durante la prueba
de esfuerzo (0,25%). La monitorización Holter permite realizar
una mejor valoración de la prevalencia de extrasístole, tanto
supra ventricular como ventricular, siendo en nuestra población
de deportistas del 10,6% para la extrasístole supra ventricular y
del 34,9% para la ventricular. Estos porcentajes resultan ser
inferiores a los encontrados en población juvenil sana. Las
taquiarritmias supra ventriculares son, por tanto, escasas en la
población de deportistas de alto rendimiento, lo que nos lleva a
pensar que además de la posible existencia de un proceso de
selección natural que impida que los deportistas que las
presenten lleguen a la elite por ser excluidos en épocas
tempranas de la competición, el entrenamiento pueda inducir
una mayor estabilidad eléctrica tanto auricular como
ventricular.
Sólo hemos documentado 15 casos de taquiarritmias supra
ventriculares, que suponen una incidencia del 0,51%. Doce de
ellos eran varones y 3 mujeres, lo que sugiere una cierta
tendencia al predominio de las taquiarritmias en los deportistas
del sexo masculino. Mientras que las mujeres se encontraban
asintomáticas, 7 de los varones presentaban historia de
palpitaciones y sólo 2 abandonaron la competición. El resto, o
bien fueron sometidos a tratamiento mediante ablación con
radiofrecuencia, o siguieron en competición al no demostrarse
cardiopatía de base ni sustrato arritmógeno.
Aun siendo de carácter benigno, las taquicardias paroxísticas
supra ventriculares pueden ser peligrosas si aparecen asociadas
a determinados factores agravantes como la presencia de
defectos orgánicos estructurales, miocardiopatías y alteraciones
vegetativas constitucionales o secundarias a condiciones
ambientales desfavorables. De cara a conceder la aptitud para
la competición a un deportista con una arritmia de este tipo, es
necesario descartar la presencia de una cardiopatía orgánica de
base y valorar la respuesta hemodinámica individual.

Enfermos cardíacos pueden llevar una vida


normal
El consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, la
hipertensión, el sedentarismo, la aterosclerosis, las
infecciones bacterianas, los defectos congénitos, el uso
de esteroides anabolizantes y ciertas lesiones o
traumatismos, entre otros, pueden ser algunos de los
factores desencadenantes de las enfermedades
cardíacas.

Definidas como trastornos agudos y crónicos que afectan


a uno o más componentes del corazón, tales dolencias
se dividen en angina de pecho,
arritmia, insuficiencia cardíaca,
enfermedad coronaria,
taquicardia e infarto agudo del
miocardio.
Actualmente, existen múltiples
tratamientos para contrarrestar
los efectos de estas enfermedades y hacer más llevadera
la vida de quienes las padecen. Personas que, aun bajo
el asedio de tan delicadas condiciones de salud, pueden
seguir creyendo en la doble función de marras,
disfrutando de una caminata al atardecer y haciendo el
amor sin romperse el corazón.

 Los deportes en la edad juvenil e infantil cumplen un


doble objetivo en el marco de la actividad física:
ocupación del tiempo libre y promover la salud; en
especial la condición física y deportiva.

Ejercicio físico y las enfermedades cardiovasculares


(ECV)
La falta de ejercicio físico o sedentarismo es un factor
de riesgo mayor e independiente para el desarrollo de
enfermedades cardiovasculares.
Beneficios
Un estilo de vida físicamente activo, ya sea en el tiempo
laboral o libre, va asociado a una disminución de la
frecuencia y la mortalidad de las ECV en un 30%, de
modo que se genera una relación inversamente
proporcional: a mayor actividad física, menor incidencia
de eventos cardiovasculares.
Es importante remarcar que la actividad física es
beneficiosa en ambos sexos en todos los grupos de edad,
siempre y cuando ésta sea practicada regularmente,
independientemente de cuándo se empiece a practicar,
lo que nos indica que nunca es tarde para obtener sus
beneficios.
La actividad física debe adaptarse a las características,
apetencias y limitaciones de cada persona (tipo de
ejercicio, duración, frecuencia e intensidad adecuados).
Aspectos sobre los que incide favorablemente la
actividad física
• Mejora el funcionamiento fisiológico básico del
aparato cardiorespiratorio.
• Prevención primaria (reduce las posibilidades de
aparición) de la angina de pecho y del infarto cardiaco.
• Prevención secundaria de los mismos (dificulta su
progresión).
• Sobrepeso y obesidad.
• Hipertensión arterial (permite bajar la presión
arterial, especialmente la diastólica)
• Hipercolesterolemias (aumenta la fracción de
colesterol HDL (el “bueno�?) y disminuye la de LDL (“el
malo�?) y los triglicéridos.
• Diabetes.
• Psicológicos: ansiedad y depresión
• Musculoesqueléticos, osteoporosis.
• Sobre el cáncer de colon, disminuye el número de
casos.
• Comportamientos saludables. Disminución del
consumo de tabaco, alcohol y drogas.
Tipos de ejercicio
Cuando hablamos de las ventajas que puede aportarnos
el realizar una actividad física para mejorar nuestro
estado cardiovascular, nos referimos a un
entrenamiento adecuado que permita a nuestro corazón
adaptarse a una situación variable de buena contracción
en estado de reposo, acompañado de una adecuada y
ágil respuesta cardiaca al esfuerzo.
Desde una perspectiva fisiológica, el ejercicio actúa
sobre el corazón y los vasos de las siguientes formas:
• Aumentando el ritmo cardíaco
• Aumentando la fuerza de contracción
• Los vasos que suministran sangre a los músculos se
dilatan en el ejercicio, mientras que los restantes lechos
vasculares se contraen.
El sistema cardiovascular responde de manera diferente
al ejercicio isométrico (ej. levantamiento de pesas,
carreras cortas) que frente al ejercicio isotónico (ej.
natación, ciclismo, caminar a paso ligero).
Ejercicio aeróbico (isotónico): implica mover muchas
partes del cuerpo durante un periodo largo de tiempo;
el coste energético va en función del tiempo e
intensidad.
El ejercicio isotónico:
• Mejora el rendimiento cardiorrespiratorio
• Disminuye la resistencia periférica vascular, en gran
parte por el ejercicio de los músculos
• Causa un descenso progresivo y fisiológico de la
tensión arterial
• Disminuye el porcentaje de masa grasa
Ejercicio de fuerza (isométrico): consiste en que el
músculo realice esfuerzos de resistencia; sirve para
aumentar la masa muscular.
En el isométrico la respuesta cardiovascular principal es
una vasoconstricción periférica aumentada, con el
consiguiente aumento en la presión arterial.
Ejercicio de flexibilidad: para mantener o recuperar la
flexibilidad de las articulaciones.
Ejercicio de relajación: se emplea para compensar o
prevenir situaciones de estrés.
Está demostrado que aquellos que hacen ejercicio
isotónico con regularidad, desarrollan un efecto de
entrenamiento cardíaco, una mejor recuperación, o un
ritmo cardíaco basal que tiene la capacidad de
responder con agilidad durante el ejercicio para
aumentar el rendimiento cardíaco. Esto es lo que
denominamos ejercicio cardiosaludable, y si lo
acompañamos de una limitación en los factores de
riesgo habituales como el tabaquismo, y la ingesta
excesiva de calorías, además del beneficio que nos
produce en cuanto a disminución de la tensión arterial,
nos permite reducir el perfil de riesgo cardiovascular y
por tanto situarnos en una posición de salud
cardiovascular.
Recomendaciones de ejercicio físico
Se recomienda cualquier medida que implique un
aumento en la actividad física:
• No utilizar el ascensor,
• Ir andando al trabajo,
• Ir en bicicleta al trabajo,
• Aparcar a distancia del lugar al que se va y
• Pasear en los ratos de ocio.
También se puede recomendar andar rápido, correr,
nadar, montar en bicicleta, jugar al tenis, etc.
Es aconsejable que la práctica de ejercicio sea diaria o
al menos 3-4 veces por semana.
Se debe adquirir, y sobre todo mantener, el hábito de
realizar actividad física con regularidad.
En la programación de cualquier actividad deportiva
Se deben tener en cuenta las siguientes secuencias de
ejercicio:
1 Calentamiento (mínimo 5 minutos). Consiste en la
movilización de los diferentes grupos musculares y
articulaciones de forma suave y un programa de
estiramientos. Su objetivo es preparar al organismo de
forma progresiva para realizar un esfuerzo físico de
mayor intensidad y prevenir lesiones del aparato
locomotor.
2 Actividad deportiva (mínimo 20-30 minutos):
natación, caminar, carrera lenta, bicicleta…
La intensidad del esfuerzo debe superar al menos el 50-
60% de la frecuencia cardiaca máxima.
3 Enfriamiento (mínimo 5 minutos). Se debe finalizar la
actividad deportiva de forma progresiva.
Su contenido es similar al calentamiento y tiene por
objetivo la vuelta a la calma, incluyendo estiramientos
para relajar y prevenir lesiones musculares y tendinosas.
Efectos de un programa de entrenamiento en el perfil
lipídico
A la hora de establecer las relaciones entre los
parámetros lipídicos (colesterol y triglicéridos en
sangre) y el entrenamiento, debemos tener en cuenta
diversos factores, como los valores iniciales de lípidos,
la edad, la intensidad de ejercicio, el consumo máximo
de oxígeno, el peso corporal y el porcentaje de grasa
corporal. En individuos jóvenes se registran efectos
favorables del entrenamiento aeróbico en la lipemia, y
en particular sobre los niveles de triglicéridos y HDL.
¿A qué intensidad? La forma más común de monitorizar
la intensidad del ejercicio es a través de la frecuencia
cardiaca. La frecuencia cardíaca máxima teórica (FCMT)
para cada persona se calcula restando la edad a 220.
No obstante, debemos recordar que dependiendo del
estado de forma física variará la frecuencia cardíaca
óptima, ya que la FC basal suele disminuir debido al
entrenamiento, y es uno de los signos de adaptación
cardiovascular al ejercicio aeróbico.
No se ha encontrado una relación directa entre la
intensidad de la actividad física y la disminución del
colesterol en sangre. El ejercicio isométrico
(anaeróbico) parece que carece de efectos, o los tiene
negativos.
¿Con qué frecuencia? Por otro lado, el número de
sesiones realizadas a lo largo de la semana se ha
relacionado significativamente con una mayor
concentración de HDL ("colesterol bueno") y con una
disminución de los valores del colesterol total. Si
tenemos en cuenta que las respuestas de los lípidos a un
ejercicio se prolongan hasta las 48 horas posteriores, se
recomienda programar una sesión cada 2 días, para
mantener en el tiempo las respuestas.
¿Qué duración? Al inicio del programa se aconsejan
sesiones de 20-30 minutos, a moderada intensidad, para
ir aumentando de forma gradual la duración hasta los 60
minutos, siempre en función del estado de salud,
respuesta al entrenamiento y objetivos buscados.
¿Durante cuánto tiempo? En poblaciones jóvenes se ha
demostrado que períodos de 6-12 meses son suficientes
para lograr incrementos de la concentración de HDL.
Los adultos a partir de los 50 años pueden beneficiarse,
desde el inicio de un programa regular de ejercicio de
moderada intensidad, de una mejoría de su condición
física y de pequeñas modificaciones en sus niveles de
HDL. Sin embargo, el tiempo necesario para lograr las
adaptaciones del metabolismo de las grasas puede ser
más prolongado que el referido previamente en
poblaciones más jóvenes. Además de la regularidad, se
destaca la importancia de un programa de ejercicio
prolongado, de al menos 2 años, para poder constatar
un incremento del HDL.
HTA en el Embarazo. No hay una definición de la HTA
en el embarazo aceptada de forma general. Una de las
más utilizadas es la del Working Group on High Blood
Pressure in Pregnancy del National High Blood Pressure
Education Program (National High Blood Pressure
Education Program, 2000): PAS ≥140 mmHg o PAD ≥90
mmHg, confirmada en el plazo de 6 horas, durante el
embarazo o en las  24 horas  siguientes al parto.

Las mujeres que, sin llegar a las cifras anteriores, tienen


un aumento de 30 mm Hg en la PAS o de 15 mm Hg en
la PAD con respecto a las cifras previas de PA 
conocidas, deben ser seguidas con atención,
especialmente si además tienen proteinuria e
hiperuricemia (ácido úrico >6 mg/dl).

HTA aislada en la consulta o clínica aislada. HTA


hallada únicamente en la consulta (cifras de PA >140/90
mm Hg), mientras que las cifras de PA ambulatoria de
24 horas y la media diurna de PA registradas mediante
Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA)
permanecen en límites normales.  Su diagnóstico
también puede basarse en los valores de PA tomados en
el domicilio (Automedida de la PA, AMPA), cuando el
promedio de las lecturas de varios días es < 135/85 mm
Hg) (ESH-ESC, 2007).
  Tabla 2. Valores de normalidad de PA en mm Hg según los distintos tipos de medida
(ESH-ESC, 2007)

 Media de 24 horas 125-130/80 mm Hg

MAPA  Media diurna 130-135/85 mm Hg

 Media nocturna 120/70 mm Hg


AMPA Promedio de las lecturas de varios días: 130-
135/85 mm Hg.

HTA ambulatoria aislada o hipertensión


enmascarada. La PA es normal en la consulta
(<140/90 mm Hg), pero sus valores están elevados en
la MAPA o en la AMPA  (ESH-ESC, 2007). Los pacientes
que la presentan tienen mayor prevalencia de lesión en
los órganos diana y de factores de riesgo metabólicos
que la población normotensa (De la Sierra A, 2008;
SEH-LELHA, 2005; ESH-ESC, 2007).

HTA Resistente (De la Sierra A, 2008; SEH-LELHA,


2005; JNC 7, 2003; ESH-ESC, 2007) PAS ≥140 y/o PAD
≥90 mm Hg en pacientes con un adecuado
cumplimiento y que reciben triple terapia farmacológica
a dosis adecuada, siendo uno de los medicamentos
empleados un diurético. En pacientes ancianos con
Hipertensión Sistólica Aislada (HSA), se considera HTA
resistente cuando las cifras de PAS son >160 mm Hg. en
la situación terapéutica antes mencionada.
 Actitud tras la toma inicial de la PA

Ante una toma aislada de PA, el VI Joint National


Commitee proponía la actuación a seguir Algoritmo (JNC
6, 1997). Cuando la PA es <130/85 mmHg, seguimos
las recomendaciones del Programa de Actividades
Preventivas y Promoción de la Salud (PAPPS) español
(Villar F, 2005).
Fuente: JNC 6, 1997; Villar F, 2005

El plan de seguimiento puede modificarse según la


información fiable disponible acerca de la medición
anterior de la PA, otros factores de riesgo
cardiovascular, o enfermedades de órganos diana (ESH-
ESC, 2007).

 ¿Qué estudios debemos hacer a los pacientes


hipertensos?

La evaluación inicial del paciente hipertenso debe


perseguir al menos 6 objetivos (Coca A, 2007; De la
Sierra A 2008; Grupo de trabajo HTA SEMFYC, 2003; O
´Brien E, 2005; Rotaeche R, 2008; SEH-LELHA, 2005;
JNC 7, 2003; ESH-ESC, 2007).
 Establecer si la HTA es o no mantenida y su
magnitud.
 Buscar la existencia de causas tratables de HTA.
 Valorar la presencia de afección de órganos diana
y/o de enfermedades cardiovasculares.
 Detectar la coexistencia de otros factores de riesgo
cardiovascular.
 Identificar otras enfermedades concomitantes que
puedan influir en el pronóstico y tratamiento.
 Evaluar el estilo de vida del paciente.

Para ello se recomienda realizar:

Anamnesis

 Antecedentes familiares de:


o HTA.
o Enfermedad cardiovascular.
o Muerte súbita.
o Enfermedad renal.
o Diabetes, dislipemia, gota. 
 Hábitos:
o Consumo de Tabaco, Alcohol, Café, Drogas, Sal
y Grasas.
o Ejercicio físico. 
 Historia previa de HTA:
o Duración.
o Motivo del diagnóstico.
o Evolución.
o Cifras más altas registradas.
o Tratamientos previos: tipo, dosis,
cumplimiento, tolerancia, efectividad. 
 Antecedentes personales o síntomas actuales
relacionados con la posible naturaleza secundaria
de la HTA
o Antecedentes Personales
 Enfermedad renal (traumatismos renales,
infecciones, cálculos, hematuria,
proteinuria, glomerulonefritis,
poliquistosis, insuficiencia renal).
 Enfermedad endocrinológica (Cushing,
hiperaldosteronismo, feocromocitoma,
alteraciones tiroideas y paratiroideas,
acromegalia, diabetes, obesidad).
 Enfermedad cardiovascular.
 Enfermedad del sistema nervioso.
 Síndrome de apnea de sueño.
 Ingesta habitual de fármacos y otras
sustancias capaces de elevar la PA.
 Factores psicosociales y ambientales que
puedan influir sobre el control de la  HTA.
o Síntomas relacionados con posible HTA
secundaria:
 Generales: astenia, sudoración, cambio de
peso, debilidad muscular, cambios en la
piel y anexos, ronquidos.
 S. Nervioso: cefalea, somnolencia, cambios
en el carácter (adinamia, apatía,
bradilalia...), alteración de la memoria,
cambios en la visión, nerviosismo,
parestesias, calambres.
 Cardiovasculares: dolor torácico, disnea,
ortopnea, palpitaciones, edemas,
claudicación intermitente, frialdad en
extremidades.
 Renales: poliuria, nicturia, hematuria.
 Digestivos: polidipsia, alteración del
apetito, dolor abdominal, náuseas,
vómitos, cambio del hábito intestinal.
 Síntomas de afectación de órganos diana:
o Neurológica: cefalea, mareos, vértigo,
disminución de la libido, disminución de fuerza
y/o debilidad en miembros.
o Cardiovascular: dolor torácico, disnea,
ortopnea, edemas, palpitaciones, claudicación
intermitente, frialdad en extremidades.
o Renal: poliuria, nicturia, hematuria.
o Ocular: alteraciones de la visión.

Exploración física

 Peso. Talla. Índice de masa corporal. Perímetro de


cintura.
 Cuello: valoración de las carótidas, yugulares y
tiroides.
 Auscultación cardiaca: anormalidad del ritmo y de la
frecuencia, soplos, chasquidos, 3º y 4º tonos,
aumento del  tamaño cardiaco.
 Auscultación pulmonar: estertores, broncoespasmo.
 Abdominal: masas, visceromegalias, soplos
abdominales o lumbares.
 Extremidades: edemas, pulsos  radiales, femorales,
poplíteos y pedios, soplos femorales.
 Examen de la piel y exploración neurológica, si la
anamnesis lo sugiere.

Exploraciones complementarias

 Análisis de sangre: Hemograma, glucosa,


colesterol total y HDL, triglicéridos, creatinina,
ácido úrico, sodio, potasio, filtrado glomerular o
aclaramiento de creatinina. Prueba de tolerancia
oral a la glucosa (si la glucemia basal >100 mg/dl)
 Análisis de orina: elemental y sedimento;
microalbuminuria.
 Electrocardiograma (ECG): se valorará
especialmente la presencia de hipertrofia
ventricular izquierda (HVI); también las
alteraciones del ritmo, de la conducción o de la
repolarización.
Hipertrofia de ventrículo izquierdo: 
o Criterios de Cornell:
 R en AVL + S en V3 >28 mm (hombres)
 R en AVL + S en V3 >20 mm (mujeres) 
o Criterios de Sokolow: S en V1 + R en V5 ó V6
>38 mm

Para el diagnóstico de HVI se recomienda utilizar


simultáneamente dos criterios, si bien la presencia
de uno solo de ellos es suficiente. Si se dispone de
un electrocardiógrafo que mida la duración del
complejo QRS en ms, puede utilizarse el producto
de Cornell (> 2440 mm x ms), con lo que aumenta
la sensibilidad en la detección de la HVI.

 Índice tobillo-brazo: si se dispone de medios para


hacerlo.
 Fondo de ojo: exploración obligatoria en los
pacientes con HTA y diabetes y recomendable  en
el resto.
 Radiografía de tórax: indicada si hay datos
clínicos que la justifiquen (insuficiencia cardiaca;
sospecha de coartación aórtica,...).
 Ecografía abdominal: indicada en
o Sospecha de HTA de origen renal o
vasculorrenal.
o HTA + patología nefrourológica asociada.
o Auscultación de soplos abdominales o
lumbares.
o HTA severa de aparición brusca. 
 Ecocardiografía: indicada en
o HTA + alta sospecha de cardiopatía.
o HTA + evidencia clínica de disfunción cardiaca. 
o HTA + enfermedad cardiaca que precise esta
exploración para una mayor precisión
diagnóstica.
o Seguimiento del tamaño y función ventricular
izquierda en pacientes con disfunción
ventricular izquierda, cuando se ha observado
algún cambio en la situación clínica o para
ayuda en la terapia médica.
o ECG con signos severos de HVI y sobrecarga
ventricular.
o HTA grado 1 con criterios de HVI en el ECG.
o ECG sospechoso pero no diagnóstico de HVI.
o ECG negativo para HVI en pacientes que
planteen dudas sobre la instauración o
modificación del tratamiento farmacológico
(por ejemplo, HTA grado 1 sin factores de
riesgo cardiovascular ni afectación de órganos
diana).
o HTA resistente al tratamiento en ausencia de
afectación de órganos diana.
 Automedición de la Presión Arterial (AMPA)
 Monitorización Ambulatoria de la Presión
Arterial (MAPA) (O´Brien E, 2005; Pickering TG,
2005) Las indicaciones son las mismas que las de la
AMPA. Algunos autores las amplían además a:
o HTA límite o de grado 1 con daño en órganos
diana.
o HTA de grados 2 ó 3 de larga evolución sin
lesión en órganos diana.
o Valoración durante 24 horas de la respuesta al
tratamiento o del grado de control de la PA.
o Síndrome del seno carotídeo y síndromes por
marcapasos.
o Evaluación de los cambios nocturnos de la PA,
especialmente en pacientes con síntomas de
ángor o congestión pulmonar o de trastornos
respiratorios nocturnos.
o Pacientes con múltiples efectos secundarios a
diversos fármacos antihipertensivos.
 Medida de la velocidad de pulso: si su
realización es accesible.

 Clasificación de la HTA

Después del estudio del paciente estaremos en


condiciones de clasificar la HTA por:

1. Las cifras de HTA: seguimos las directrices de la la


Sociedad Europea de Hipertensión-Sociedad
Europea de Cardiología (ESH-ESC, 2007).
Tabla 3: Clasificación de la HTA por sus cifras

PAS (mm PAD (mm


Categoría
Hg) Hg)
Óptima <120 y <80
120-129 80-84
Normal
y/o
130-139 85-89
Normal-Alta
y/o
140–159 90–99
HTA Grado 1
y/o
160–179 100-109
HTA Grado 2
y/o
HTA Grado 3 ≥180 y/o ≥110
HTA Sistólica ≥140 y <90
aislada

2.
3. Cuando las cifras de PAS y de PAD están en
categorías distintas, debe seleccionarse la categoría
más elevada para clasificar el estado de la PA.
4. Su etiología: en esencial (90-95%) o secundaria.
5. El riesgo cardiovascular del paciente (ESH-ESC,
2007).

  Tabla 4: Riesgo cardiovascular de paciente hipertenso.

Factores de o Niveles de PAS y


Riesgo PAD
Cardiovascul o Presión del pulso
ar (FRCV) (en ancianos)
o Hombres > 55 años
o Mujeres > 65 años
o Tabaquismo
o Dislipemia
 Colesterol Total
>190 mg/dl ó
 C-LDL >115
mg/dl ó
 C-HDL en
Hombres (H) <40 ,
Mujeres (M) <46
mg/dl ó
 TG >150 mg/dl
o Historia de
enfermedad
cardiovascular (ECV)
prematura en familiar de
1º grado:
 En familiares
hombres < 55 años
 En familiares
mujeres < 65 años
o Obesidad abdominal
(perímetro abdominal):
 En hombres
>102 cm.
 En mujeres >88
cm.
o Glucosa basal
alterada en ayunas:
102-125 mg/dl
o Prueba de tolerancia
a la glucosa alterada

El conjunto de 3 de los 5
factores siguientes indica la
presencia de SÍNDROME
METABÓLICO (SM):

o Obesidad abdominal
o Glucemia basal
alterada
o PA >130/85 mmHg
o Colesterol-HDL bajo
o Aumento de
Triglicéridos

o Hipertrofia
ventricular izquierda
(ECG o ecocardiograma)
o Engrosamiento de la
pared carotídea (espesor
íntima-media > 0,9 mm)
o placa aterosclerótica 
o Velocidad onda de
pulso carótida-femoral
>12 m/s
o Indice tobillo/brazo
Deterioro <0,9
Orgánico o Incremento ligero
Subclínico de la creatinina sérica
(DO) (H:1,3-1,5 mg/dl;
M:1,2-1,4 mg/dl)
o Disminución del
filtrado glomerular*
(<60 mil/min/1,73 m2)
o del aclaramiento de
creatinina** (<60
ml/min)
o Microalbuminuria
(30-300 mg/24 h;
albúmina-creatinina: H
>22, M >31 mg/g

Diabetes o Glucosa plasmática


basal >126 mg/dl en
medidas repetidas o
Glucosa plasmática
postsobrecarga oral
>198 mg/dl

Enfermedad o Enfermedad
Cardiovascul Cerebrovascular:
ar o Renal  Ictus Isquémico
 Hemorragia
cerebral
 Ataque
Isquémico
Transitorio
o Enfermedad
Cardiaca:
 Infarto de
Miocardio
 Angina
 Revascularizaci
ón coronaria
 Insuficiencia
cardiaca congestiva
o Enfermedad Renal:
 Nefropatía
diabética
 Deterioro renal
(creatinina H >1,5;
M >1,4 mg/dl)
 Proteinuria
(>300 mg/24 h)
o Enfermedad
Vascular Periférica
o Retinopatía
avanzada:
 Hemorragias o
exudados
 Edema de
papila

Fórmulas para la estimación de la tasa de


filtrado glomerular en adultos:

* Fórmula abreviada del estudio MDRD


(Modification of Diet in Renal Disease):

Filtrado glomerular (ml/min/1,73 m2)=


186,3X(Cr sérica)-1,154XEdad-0,203X(0,742 si
mujer)X(1,21 si raza negra)

[Edad en años y Cr plasmática en mg/dl]

 ** Fórmula de Cockroft y Gault

                                                              
(140-Edad)XPeso(Kg)
Aclaramiento de creatinina (ml/min)=
--------------------------------------------X
(0,85 si mujer)
                                                          
72XCreatinina plasmática

  Edad en años, Cr plasmática en mg/dL  y


peso en kilos

6.
  Tabla 5: Estratificación del riesgo cardiovascular

Presión arterial (mmHg)


Norm Grad
Grado Grado
al-Alta o3
Otros Normal 1 2
PAS
Factor PAS:12 PAS: PAS:
PAS:1 ≥18
es de 0-129 140- 160-
30- 0
Riesgo PAD: 159 179
139 PAD
(F.R.) 80-84 PAD: PAD:10
PAD: ≥11
90-99 0-109
85-89 0
Sin Riesg Riesgo Ries
Riesgo Riesgo
otros o moder go
basal bajo
F.R. basal ado alto
Ries
Riesg Riesgo Riesgo go
1-2 Riesgo
o moder moder mu
F.R. bajo
bajo ado ado y
alto
>3
Ries
F.R. 
Riesgo go
SM, Riesg Riesgo Riesgo
moder mu
DO o o alto alto alto
ado y
Diabe
alto
tes
Ries
ENF Riesg
Riesgo Riesgo Riesgo go
CV o o
muy muy muy mu
RENA muy
alto alto alto y
L alto
alto
SM: Síndrome Metabólico. DO: Deterioro
orgánico subclínico

7.
Los términos riesgo bajo, moderado, alto y muy
alto se utilizan para indicar un riesgo absoluto
aproximado de padecer en 10 años enfermedades
cardiovasculares graves (muerte de causa
cardiovascular, ictus no mortal o infarto de
miocardio no mortal), según los criterios de
Framingham (Anderson KM, 1991) o enfermedades
cardiovasculares mortales, según la tabla SCORE
(Conroy RM, 2003).
  Tabla 6: Riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en los
siguientes 10 años (ESH-ESC, 2007).

Enfermedad Enfermedad
Cardiovascular CV mortal
 
grave (tabla
(Framinghan) SCORE)
Bajo < 15% < 3%
Moder 15-20% 3-4%
ado
Alto 20-30% 5-9%
Muy > 30% > 9%
alto

 ¿Cómo tratar y controlar la hipertensión?

Las cifras de PA a conseguir para considerar bien


controlada la HTA son las siguientes (De la Sierra A
2008; SEH-LELHA, 2005; ESH-ESC 2007):

 Población general: <140/90 mm Hg. En pacientes


menores de 55 años es aconsejable reducir la PA
hasta valores inferiores, si es posible cercanos a la
PA óptima (120/80 mm Hg), siempre que el
tratamiento sea bien tolerado.
 Diabetes: <130/80 mm Hg.
 Accidente cerebrovascular: <130/80 mm Hg.
 Enfermedad coronaria: <130/80 mm Hg
 Insuficiencia Renal con proteinuria < 1g./d:
<130/80 mm Hg.
 Insuficiencia Renal con proteinuria > 1g./d:
<125/75 mm Hg.

Modificaciones del estilo de vida: deberían


recomendarse a todos los hipertensos. Las que han
demostrado reducir la presión arterial son las siguientes
(De la Sierra A 2008; Rotaeche R, 2008; SEH-LELHA,
2005; JNC 7, 2003; ESH-ESC, 2007)

 Descenso de peso.
 Disminución del consumo de alcohol: menos de 30
g. al día en  hombres y  de 20 g. en  mujeres.
 Reducción de la ingesta de sodio (menos de 6 g. de
sal común al día).
 Ejercicio físico moderado aeróbico e isotónico
(andar, correr, nadar, bailar, aerobic, ciclismo...)
practicado de forma regular y gradual, durante 30-
45 minutos al día, la mayoría de los días de la
semana.
 Dieta DASH (Dietary Approaches to Stop
Hypertension): rica en potasio y calcio. Se basa en
un consumo elevado de frutas y vegetales, con
disminución de la ingesta total de grasas y de la
proporción de grasas saturadas. Se recomienda
comer más pescado.

La supresión del consumo de tabaco es una medida


coadyuvante esencial para disminuir el riesgo
cardiovascular global.
Tratamiento Farmacológico (De la Sierra A 2008;
Rotaeche R, 2008; SEH-LELHA, 2005; JNC 7, 2003;
ESH-ESC, 2007)

En ensayos frente a placebo, el tratamiento


antihipertensivo disminuye la morbimortalidad
cardiovascular, tanto en pacientes jóvenes con HTA
sistólica y diastólica, como en pacientes de edad
avanzada con HTA sistólica aislada. El beneficio es
evidente tanto en hombres como en mujeres y se ha
demostrado con las principales clases terapéuticas de
antihihipertensivos (De la Sierra A, 2008)

En el año 2008, se publicó un estudio (Beckett N, 2008)


cuyo objetivo era conocer los riesgos o beneficios del
tratamiento farmacológico en pacientes de 80 o más
años con PAS > 160 mm Hg, concluyendo que el bajar
la PA  en estos pacientes por debajo de 150/80 mm Hg
es beneficioso, disminuyendo significativamente la
mortalidad por cualquier causa, la muerte por ictus y la
tasa de eventos cardiovasculares.
  Tabla 7: Inicio del tratamiento antihipertensivo

Presión arterial (mmHg)


Normal- Grado 2
Otros Normal Grado 1 Grado 3
Alta PAS:
Factore PAS:120- PAS: PAS
PAS:130- 160-
s de 129 140-159 ≥180
139 179
Riesgo PAD: 80- PAD: 90- PAD
PAD: 85- PAD:10
(F.R.) 84 99 ≥110
89 0-109
Sin No No CEV CEV + CEV +
otros intervenci intervenci varios Fármaco Fármac
F.R. ón ón meses* s os
+
Fármacos
si PA
elevada
CEV
varias
semanas CEV + CEV +
1-2
CEV CEV ** + Fármaco Fármac
F.R.
Fármacos s os
si PA
elevada
>3 CEV +
F.R.  Considera
CEV CEV + CEV +
SM, r CEV +
DO o Fármacos Fármacos Fármaco Fármac
s os
Diabet CEV +
es CEV
Fármacos
ENF CV CEV + CEV +
CEV + CEV + CEV +
o Fármaco Fármac
Fármacos Fármacos Fármacos
RENAL s os
CEV: cambios en el estilo de vida

Según el Documento de consenso para la evaluación y


tratamiento de la hipertensión arterial en España (De la
Sierra A, 2008), en los pacientes con HTA de grado 1
podrían ser tiempos de espera límite aceptables antes
de iniciar el tratamiento farmacológico * 6 meses (si no
tienen otros factores de riesgo cardiovascular) y ** 6
semanas (si tienen 1-2 factores de riesgo cardiovascular
asociados).

Estrategias de monoterapia y de terapia de


combinación en el tratamiento de la HTA.
.

Fuente: ESH-ESC, 2007

Monoterapia: con cualquiera de los siguientes grupos


de medicamentos, según  ESH-ESC 2007:

 Diuréticos: Según las recomendaciones de la OMS


y la Sociedad Internacional de HTA (WHO/ISH,
2003) y el VII Informe del NJC (2003), deberían ser
considerados los medicamentos de primera elección
en la mayoría de los pacientes que no tengan
indicaciones obligatorias para el empleo de otra
clase de fármacos, basándose en los resultados de
los ensayos clínicos, la disponibilidad y el coste.
 Calcioantagonistas (CA)
 Inhibidores de la enzima de conversión de la
Angiotensina (IECA).
 Antagonistas de los receptores I de la
angiotensina II (ARA II).

La guía ESH-ESC 2007 incluía a los Beta bloqueantes


(BB)como fármacos de primera línea en monoterapia,
pero debido a las evidencias publicadas con
posterioridad no se recomienda la utilización de
betabloqueantes como fármacos de primera línea en el
tratamiento inicial de la HTA no complicada (NICE,
2006; Rotaeche R, 2008).

Los α-bloqueantes adrenérgicos, los agentes


centrales (del tipo de los  α2-bloqueantes adrenérgicos
y moduladores del receptor I2 de la imidazolina) y
antagonistas de la aldosterona pueden ser útiles en
las terapias combinadas (De la Sierra et al, 2008; SEH-
LELHA, 2005,).

En 2008 se ha introducido en España el primer fármaco


inhibidor directo de la renina: Aliskiren.

Si no se obtiene control en 1-2 meses y existe una


respuesta parcial al tratamiento, se recomienda
aumentar la dosis o añadir otro fármaco a dosis bajas.
Si existe escasa o nula respuesta (descenso de PA< 10
mmHg), repetir el ciclo con otro fármaco (ESH-ESC,
2007).

Terapia combinada:

Dos fármacos: debe procurarse que el segundo sea un


diurético.
Combinaciones de medicamentos
antihipertensivos recomendados:

Fuente: ESH-ESC, 2007

Las combinaciones más recomendables en la población


general hipertensa se representan por líneas gruesas.
Los cuadros indican las clases de agentes
antihipertensivos que han demostrado ser beneficiosos
en estudios de intervención controlados (excepto los
Bloqueadores alfa, útiles solo en terapia combinada).

Combinaciones de riesgo (De la Sierra et al, 2008;


Rotaeche R, 2008; SEH-LELHA, 2005; JNC 7, 2003;ESH-
ESC, 2007) :

 Diuréticos distales + IECA


 Beta-Bloqueante + Calcioantagonista no
dihidropiridínico (Verapamilo o Diltiacem)

Dado que los diuréticos tiazídicos y los betabloqueantes


tienen efectos dismetabólicos, que son más
pronunciados cuando de administran en combinación,
ésta debe evitarse en pacientes con síndrome
metabólico y cuando hay alto riesgo de incidencia de
diabetes (De la Sierra A 2008; SEH-LELHA, 2005; ESH-
ESC, 2007). Sí puede ser adecuada en asociación con
más fármacos en el tratamiento de la HTA resistente o
de pacientes con enfermedad cardiovascular.

La asociación de BB e IECA o ARA-II no es sinérgica


desde el punto de vista antihipertensivo, pero puede
estar indicada en muchos casos de insuficiencia cardiaca
o de prevención secundaria de cardiopatía isquémica
(De la Sierra A, 2008).

La asociación de IECA y ARA II ha demostrado utilidad


únicamente en nefropatías proteinúricas e insuficiencia
cardiaca (De la Sierra A, 2008).

En el año 2008, se publicó un ensayo clínico (Jamerson


K, 2008) que confirmó la hipótesis de que en pacientes
hipertensos de alto riesgo la terapia combinada inicial de
un IECA y un CA sería preferible a la de una IECA y un
diurético.

Existen algunas situaciones que son predictoras de la


necesidad de usar terapia combinada, y en estos casos
podríamos elegirla como estrategia inicial:

 PA > 160/100 mm Hg (De la Sierra A, 2008, SEH-


LELHA, 2005; JNC 7, 2003; ESH-ESC, 2007).
 En pacientes con riesgo cardiovascular alto o muy
alto (De la Sierra A, 2008; SEH-LELHA, 2005; ESH-
ESC, 2007)
 Cuando los objetivos de control sean < 130/80 mm
Hg (De la Sierra A, 2008; SEH-LELHA, 2005; ESH-
ESC, 2007)
Tres fármacos: Diurético + 2 fármacos de las
asociaciones recomendadas. Si no se logra el control en
1-3 meses estaríamos ante una HTA resistente cuya
causa debe estudiarse.

En cada paso probar de 1 a 2 meses. Este plazo se


puede acortar en la HTA de grado 3 (SEH-LELHA, 2005).

Para aumentar las dosis: esperar al menos 4 semanas


(Ministerio de Sanidad y Consumo, 1996).

Reducción de dosis: puede plantearse en la HTA sin


repercusión en los órganos diana, que esté bien
controlada al menos durante 1 año (Ministerio de
Sanidad y Consumo, 1996; JNC VI, 1997). Se irá
disminuyendo la dosis cada 4 semanas

La enfermedad arterial periférica o arteriopatía periférica,


ocurre cuando los vasos sanguíneos de las piernas se
encuentran estrechados u obstruidos por depósitos
grasos.
A causa del estrechamiento o la obstrucción de los vasos
sanguíneos de las piernas, el flujo de sangre hacia los
pies y las piernas está reducido. El paciente con
arteriopatía periférica tiene también un aumento del
riesgo de infarto de miocardio y de ictus cerebral, ya que
suele tener depósitos grasos similares en las arterias
coronarias y las cerebrales. Se estima que una de cada
tres personas con diabetes y por encima de los 50 años
padece esta enfermedad. Sin embargo, muchos de ellos
con signos de alarma no son conscientes de que tienen
arteriopatía periférica y por tanto no acuden al médico en
busca de tratamiento.
Diabetes y arteriopatía periférica
Si usted padece diabetes, tiene muchas más
probabilidades de padecer arteriopatía periférica, infarto
de miocardio o ictus cerebral. Sin embargo, usted puede
reducir este riesgo teniendo especial cuidado de sus
vasos sanguíneos.
Factores de riesgo de la arteriopatía periférica
Simplemente tener diabetes ya aumenta el riesgo, pero
este riesgo es aún mayor si hay algunos de los
siguientes factores:
Tabaquismo
Hipertensión arterial
Niveles elevados de colesterol
Padecer una enfermedad del corazón, o haber padecido
un infarto o un ictus
Sobrepeso u obesidad
No realizar actividad física
Tener más de 50 años
Tener una historia familiar de cardiopatía, infartos de
miocardio o ictus
No se puede modificar la edad ni la historia familiar, pero
controlando mejor la diabetes y las enfermedades que se
asocian, se puede reducir el riesgo de arteriopatía
periférica.
Signos de alarma de la arteriopatía periférica
Algunas personas con diabetes y arteriopatía periférica
no tienen ningún síntoma. Algunas personas pueden
experimentar un dolor leve en las piernas o problemas
para caminar, pero creen que es simplemente un signo
de envejecimiento. Otros pueden padecer los siguientes
síntomas:
Dolor en las piernas, especialmente cuando caminan o
hacen ejercicio, que desaparece tras unos minutos de
reposo
Entumecimiento, hormigueo o enfriamiento de las piernas
o los pies
Úlceras o infecciones en los pies o las piernas que se
curan lentamente
Diagnóstico de la arteriopatía periférica
El índice tobillo-braquial es una de las pruebas
empleadas para el diagnóstico de la arteriopatía
periférica. Esta prueba compara la presión arterial en el
tobillo con la presión arterial del brazo. Si la presión
arterial del tobillo es inferior a la del brazo, puede haber
una arteriopatía periférica. Es recomendable que todos
los pacientes con diabetes de más de 50 años sean
sometidos a esta prueba. Los menores de 50 años de
edad pueden beneficiarse de esta prueba si además
tienen otros factores de riesgo.
Otras pruebas empleadas para el diagnóstico de la
arteriopatía periférica son las siguientes:
Angiografía: una prueba en la que se inyecta un medio
de contraste en el interior de los vasos sanguíneos
mediante un catéter para visualizar con rayos X las
arterias y si existe estrechamiento u obstrucción en su
interior
Ecografía: una prueba que mediante ondas de sonido
produce imágenes de los vasos sanguíneos en una
pantalla de televisión
Imágenes de resonancia magnética: una prueba que
mediante ondas magnéticas produce imágenes que
permiten la detección de bloqueos en el interior de los
vasos sanguíneos
Tratamiento de la arteriopatía periférica
Las personas con arteriopatía periférica se encuentran
en una situación de mayor riesgo de infarto de miocardio
e ictus cerebral. Por tanto, es muy importante que se
controlen los factores de riesgo cardiovascular. Las
recomendaciones en este sentido son las siguientes:
Dejar de fumar
Controlar la hemoglobina glucosilada a menos de 7%
Reducir las cifras de presión arterial a menos de 130/80
mmHg
Mantener un colesterol LDL a menos de 100 mg/dl
Tomar aspirina y otros antiagregantes plaquetarios para
reducir el riesgo de infarto e ictus.
Algunos estudios han demostrado que el ejercicio
moderado, como caminar, puede ayudar tanto a la
prevención como al tratamiento de la arteriopatía
periférica. Asimismo, el médico pude recomendar
algunas de las medicaciones que han demostrado cierta
utilidad.
En otros casos es preciso emplear tratamientos
quirúrgicos para la arteriopatía periférica. Por ejemplo:
Angioplastia: un procedimiento en el que se inserta un
pequeño catéter con un balón inflable en su punta en el
interior de una arteria. A continuación se infla el balón
para abrir la arteria bloqueada u obstruida. Luego se
coloca un muelle tubular llamado stent en el lugar
correspondiente para mantener abierta la arteria.
Bypass arterial: un procedimiento en el que se toma un
trozo de vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo y se
coloca para puentear la obstrucción arterial.

FISIOLOGÍA DEL EJERCICIO FÍSICO  


 ______________________________________________________  

   
El ejercicio físico es una actividad que desarrollan
todos los seres humanos, en distinto grado, durante su  
existencia. Como fundamento de su conocimiento y  
significado es necesario conocer los mecanismos
 
fisiológicos que le sirven de base.
La tendencia al ejercicio y actos locomotores rítmicos  
es una tendencia natural que tiene rico tono afectivo y
 
produce placer. Esos y otros factores fisiológicos
tienen gran importancia en el ejercicio.
Además de placer, el ejercicio mantiene la agilidad
corporal, ejerce una influencia psicológica y social
profunda; su deficiencia predispone a la obesidad y
afecciones metabólicas degenerativas. En síntesis, el
ejercicio favorece la salud física y psíquica.
Como sucede en muchos campos biológicos, el
exceso es perjudicial y debe evitarse cuidadosamente.
 
 
CLASIFICACIÓN DE LOS EJERCICIOS
FÍSICOS
 
Una primer clasificación de los ejercicios físicos los
divide en:
¨ Generales: son los no agrupados en el deporte
¨ Competitivos
Además se los puede clasificar en:
A) Según el volumen de la masa muscular:
- Local: Ejercicios que involucran menos de 1/3 de la
masa muscular total. Por ej. los ejercicios con
miembros superiores o inferiores que provocan
cambios mínimos en el organismo.
- Regionales: Ejercicios en donde participan entre
1/3 a 1/2 de la masa muscular total, por ej. miembros
superiores y tronco.
- Globales: Ejercicios en donde participan más de la
mitad del volumen de la masa muscular total,
provocando cambios en el organismo.
 
B) Según el tipo de contracción
a-      Dinámicos: También llamados isotónicos. Hay
modificación de la métrica del músculo. Puede
subclasificarse a su vez en:
1- Concéntricos: Cuando la modificación es hacia el
centro del músculo.
2- Excéntricos: Cuando la modificación es hacia los
extremos del músculo
b- Estáticos: También llamados isométricos.
Predomina la energía anaerobia. Estos ejercicios son
de escasa duración y provocan serios cambios
funcionales en el organismo.
C) Según fuerza y potencia
- Ejercicios de fuerza: Son aquellos en los que se
emplea más del 50% de la capacidad de fuerza de un
individuo.
- Ejercicios de velocidad fuerza: Son aquellos en
donde se emplea un 30 a 50% de la fuerza de un
individuo.
- Ejercicios de duración: No hay empleo de mucha
fuerza del individuo, es mínima
D) Según costos funcionales:
Esta clasificación se realiza en base de algunos
indicadores que son:
- MET: Consumo de O2 en ml/min. en estado de
reposo por kg. de peso.
- VO2: volumen de consumo de O2.
- FC: Frecuencia cardíaca
-VMR: Equivalente metabólico, en litros/min.
- Tº: Temperatura en ºC
- Lact.: Producción de lactato

 
 
   
Se forman 2 grandes grupos de ejercicios:
- Variables: En estos no se puede decir cual es el gasto
energético porque ello depende de varios factores,
porque el movimiento que se realiza no es estereotipado
sino que puede variar (juegos deportivos, deportes de
combate, etc.).
- Invariables: Aquí la estructura de los movimientos es
fija y siempre igual. No hay nada imprevisto y todo está
ordenado perfectamente. Pueden a su vez subdividirse
en:
a) Con valoración cuantitativa: Donde hay marcas finales
y se expresan con unidades de valoración. Se dividen
nuevamente en:
- Cíclicos: Cuando los movimientos se repiten en ciclos
reiterados (carrera, marcha, remo, natación, ciclismo),
pudiendo ser de potencia anaeróbica o de potencia
aeróbica, utilizando para esto criterios energéticos.
- Acíclicos:
¨ Dependientes de velocidad fuerza (saltos y
lanzamientos)
¨ Dependientes de fuerza (levantamiento de pesas)
¨ Dependientes de precisión (tiro con arco)
b) Con valoración cualitativa: Se aprecian o valoran
según el estilo (patinaje)

CONTRACCIÓN ISOMÉTRICA E ISOTÓNICA


 
Se dice que una contracción muscular es isométrica
cuando la longitud del músculo no se acorta durante la
contracción; es isotónica cuando el músculo se acorta,
pero la tensión del mismo permanece constante.
La contracción isométrica no requiere deslizamiento de
miofibrillas unas a lo largo de las otras.
Las contracciones isotónicas desplazan una carga, lo cual
influye el fenómeno de inercia, incluyendo la ejecución
de un trabajo externo.
Cuando una persona está de pie pone en función sus
cuadriceps para mantener fijas las rodillas y rígidas las
piernas (contracción isométrica). Cuando una persona
levanta un peso con sus bíceps, es una contracción
isotónica.
En los ejercicios dinámicos (isotónicos) aumenta la
precarga y por lo tanto aumenta el volumen minuto
cardíaco, y el corazón se va dilatando.
Si hay mayor ejercicio estático (isométrico) el corazón
no bombea mucha sangre pero debe luchar contra la
resistencia periférica y entonces se hipertrofia, porque la
presión arterial aumenta. Por este motivo es que a las
personas que sufren de hipertensión arterial se les debe
proscribir las actividades estáticas.
Cada músculo del cuerpo está compuesto por dos tipos
de fibras: lentas y rápidas, cada una de ellas con
características propias:
¨ Fibras rápidas (blancas):
- Fibras mucho más grandes, para una contracción muy
potente.
- Retículo sarcoplásmico extenso, para una liberación
rápida de calcio.
- Grandes cantidades de enzimas glucolíticas, para la
liberación rápida de energía.
- Riego sanguíneo menos amplio, porque el metabolismo
oxidativo es menos importante.
- Menos mitocondrias, también porque el metabolismo
oxidativo tiene poca importancia.
¨ Fibras lentas (rojas):
- Fibras musculares más pequeñas.
- Están inervadas por fibras nerviosas más pequeñas.
- Sistema vascular más amplio, para que las fibras
cuenten con cantidad extra de oxígeno.
- Gran cantidad de mitocondrias, debido a niveles
elevados del metabolismo oxidativo.
- Contienen grandes cantidades de mioglobina, almacena
oxígeno para las mitocondrias.
Las fibras blancas están adaptadas para contracciones
rápidas y poderosas como por ej. saltar; las fibras rojas
para actividad muscular continua y prolongada como por
ej. una maratón.
 
FASES DEL EJERCICIO
 
Podemos considerar al ejercicio físico como un estrés
impuesto al organismo, por el cual este responde con un
Síndrome de Adaptación, y cuyo resultado podrá ser la
forma deportiva o la sobrecarga, según sea la magnitud
de la carga aplicada. La sobrecarga se produce cuando la
magnitud de la carga sobrepasa la capacidad del
organismo.
¨ Carga: se denomina carga a la fuerza que ejerce el
peso de un objeto sobre los músculos.
¨ Volumen de la carga: está representada por la cantidad
de la misma (km. recorridos, horas de duración).
¨ Intensidad de la carga: es el volumen de la carga en
función del tiempo.
¨ Capacidad de trabajo: denota energía total disponible.
¨ Potencia: significa energía por unidad de tiempo.
En el ejercicio físico se producen dos tipos de
Adaptaciones:
¨ Adaptación aguda: es la que tiene lugar en el
transcurso del ejercicio físico.
¨ Adaptación crónica: es la que se manifiesta por los
cambios estructurales y funcionales de las distintas
adaptaciones agudas (cuando el ejercicio es repetido y
continuo), por ej. aumento del número de mitocondrias
musculares, agrandamiento cardíaco, incremento del
consumo máximo de oxígeno (VO2), disminución de la
frecuencia cardíaca, incremento de la capacidad
oxidativa del músculo, etc.
Durante el esfuerzo están presentes las siguientes
fases: 1- Fase de entrada
2- Fase de estabilización
3- Fase de fatiga
4- Fase de recuperación
Fase de entrada: es un estado funcional que tiene lugar
desde el paso del estado de reposo al de actividad. Se
dice que es heterocrónica, porque no todas las funciones
mecánicas comienzan simultáneamente (Ej. presión
arterial, volumen minuto, transporte de O2, etc.) En esta
fase predominan los procesos anaerobios, porque no hay
correspondencia entre la oferta y la demanda de oxígeno
(ajuste circulatorio inadecuado).
Después de la fase de entrada y antes de la fase de
estabilización, se produce un estado de "Punto Muerto",
donde la capacidad de trabajo disminuye sensiblemente.
A continuación viene el llamado "Segundo aliento", que
es donde comienza la fase de estabilización o estado
estable, que es predominantemente aeróbica y que si se
sobrepasa se produce la fase de fatiga, por agotamiento
de las reservas y acumulación del ácido láctico.
Cuando el individuo se encuentra en el "Punto Muerto",
que ocurre durante los primeros minutos de ejercicio, la
carga parece muy agotadora.Puede experimentarse
disnea (sensación de falta de aire), pero la dificultad
finalmente cede; se experimenta el "Segundo aliento".
Los factores que provocan esta dificultad pueden ser una
acumulación de metabolitos en los músculos activados y
en la sangre porque el transporte de O2 es inadecuado
para satisfacer las necesidades.
Durante el comienzo de un ejercicio pesado, hay una
hipoventilación debido al hecho de que hay una demora
en la regulación química de la respiración (falta de
adecuación longitud/tensión en los músculos
intercostales). Cuando se produce el "Segundoaliento", la
respiración aumenta y se ajusta a los requerimientos.
Parece que los músculos respiratorios son forzados a
trabajar anaerobiamente durante las fases iniciales del
ejercicio si hay una demora en la redistribución de
sangre. Entonces se puede producir un dolor punzante en
el costado. Probablemente sea resultado de hipoxia en el
diafragma. A medida que la irrigación de los músculos
mejora, el dolor desaparece. Esta teoría no es totalmente
satisfactoria. Un desencadenante alternativo de este dolor
puede ser un estímulo de origen mecánico de receptores
del dolor en la región abdominal. Antes se creía que el
dolor era causado por un vaciamiento de los depósitos de
sangre en el bazo y la contracción que ocurría en el
mismo. En el ser humano el bazo no tiene tal función de
depósito. Aun más, personas a quienes se le ha extirpado
el bazo (esplenectomizados) pueden experimentar el
dolor.
Fase de recuperación: es la que tiene comienzo una vez
terminado el ejercicio físico. En esta fase hay una
disminución paulatina de la captación de O2, con un
componente rápido que representa el costo de energía
necesaria para formar el ATP y la Fosfocreatina gastados
y saturar la mioglobina muscular. Luego hay un
componente lento relacionado principalmente con la
resíntesis de glucógeno consumido, eliminar el aumento
de la temperatura residual y las catecolaminas
remanentes. Este período coincide con el aumento del
nivel de insulina y de glucagón en sangre, por lo que la
captación de glucosa por el músculo es de 3 o 4 veces la
de reposo.
 
ADAPTACIONES ORGÁNICAS EN EL
EJERCICIO
 
Durante el ejercicio se producen modificaciones
adecuadas y coordinadas en todo el organismo, las cuales
se detallaran a continuación:
I - Adaptaciones Metabólicas.
II - Adaptaciones Circulatorias.
III - Adaptaciones Cardíacas.
IV - Adaptaciones Respiratorias.
V - Adaptaciones en Sangre.
VI - Adaptaciones en el Medio Interno.
 
I - ADAPTACIONES METABÓLICAS
 
Sistemas metabólicos musculares
El ATP es la única fuente directa de energía para formar
y romper puentes transversales durante la contracción de
los sarcómeros. Durante el ejercicio máximo, el músculo
esquelético utiliza hasta 1 x 10-3mol de ATP/gramo de
músculo/minuto. Esta velocidad de consumo de ATP es
de 100 a 1000 veces superior al consumo de ATP del
músculo en reposo. Esto último posee solo 5 x 10-6
mol/gramo de ATP acumulados, por lo que habrá
depleción de ATP en menos de 1 seg., si no fuera que
existen mecanismos para la generación de ATP de
considerable capacidad y rapidez.
Los sistemas metabólicos musculares son:
a) Reserva de ATP acumulados intracelularmente
b) Conversión de las reservas de alta energía de la forma
de fosfocreatina a ATP
c) Generación de ATP mediante glucólisis anaeróbica
d) Metabolismo oxidativo del acetil-CoA
Con el comienzo del ejercicio de intensidad moderada a
grande, la transferencia de fosfato y la glucólisis
anaeróbica representan las fuentes iniciales de
combustible para reponer el ATP consumido. Los niveles
de glucógeno y fosfocreatina descienden rápidamente y
aumenta la concentración de lactato en la célula. La
preferencia inicial de estas vías metabólicas, está
relacionado en parte con la velocidad de las reacciones
para la producción de ATP. El metabolismo oxidativo es
mucho más lento y además necesita una mayor captación
de sustrato y O2, los cuales requieren un incremento del
flujo sanguíneo. Una vez alcanzado este estado, la
generación de ATP puede atribuirse casi por completo a
la captación de O2 y sustratos de la sangre.
Tanto en reposo como en ejercicio, el músculo
esquelético utiliza ácidos grasos libres (AGL) como una
de las principales fuentes de combustible para el
metabolismo aeróbico.
Para el músculo esquelético de cualquier capacidad
aeróbica, el transporte de O2 y sustratos (principalmente
AGL) limita el nivel de rendimiento del trabajo
submáximo de duración apreciable.
En el músculo en reposo el cociente respiratorio
(CR=VCO2 /VO2) se acerca a 0,7 (normal en el
organismo en reposo = 0,82), lo cual indica una
dependencia casi total de la oxidación de AGL. La
captación de glucosa representa menos del 10% del
consumo total de O2 por el músculo (figura y cuadro
Nª1).
Cuadro Nº 1

Durante la fase inicial del ejercicio el glucógeno


muscular constituye la principal fuente de energía
consumida.
El índice de glucogenólisis muscular es más elevado
durante los primeros 5 a 10 minutos. Si el ejercicio
continúa los sustratos llevados por la sangre se
convierten en fuentes cada vez más importante de
energía.
Entre los 10 a 40 minutos aumenta de 7 a 20 veces la
captación de glucosa, representando el 30 al 40% del
consumo de O2 total, equiparada a la proporcionada por
los AGL.
Si el ejercicio continúa más de 40 minutos la utilización
de glucosa alcanza su pico máximo entre los 90 y 180
minutos, declinando luego, aumentando progresivamente
la utilización de AGL, que a las 4 hs. alcanza el 61%.
El aumento de la utilización de la glucosa está asociado
con un aumento de la excreción de alanina del músculo,
que es proporcional a la intensidad del ejercicio
efectuado. Si se prolonga el ejercicio pueden ser
importantes combustibles energéticos los aminoácidos de
cadena ramificada (leucina, isoleucina y valina) que son
excretados por el hígado y captados por el músculo,
donde se obtienen de 32 a 42 moles de ATP por cada
mol de aminoácidos.
En conclusión: durante ejercicios prolongados la
utilización de combustibles está caracterizada por una
secuencia trifásica, en la cual predomina como sustrato
principal para brindar productos de energía el glucógeno
muscular, la glucosa sanguínea y los AGL
sucesivamente.
 
Regulación de la glucemia en el ejercicio
En el ejercicio de corta duración de liviana a moderada
intensidad, la concentración de glucosa en sangre
prácticamente no se modifica con relación a la glucemia
en reposo. Si es intenso puede observarse una elevación
leve de la glucemia (20 a 30 mg/dl)
En el ejercicio prolongado (más de 90 minutos) la
glucemia desciende entre10 a 40 mg/dl (Figura Nº 3).
El hígado representa el único sitio de producción y
liberación de glucosa al torrente sanguíneo y debe tratar
de equilibrar el consumo de glucosa por parte del
músculo.
En reposo el índice de producción de glucosa hepática es
de 150 mg/min., del cual el 75% es glucogenólisis y el
resto es gluconeogénesis a partir de alanina, lactato,
piruvato y glicerol. El ejercicio de corta duración el
aumento de liberación de glucosa hepática es a expensas
de la glucogenólisis. A medida que el ejercicio se
prolonga hay mayor dependencia de la captación del
precursor gluconeogénico para mantener la producción
de glucosa hepática (Figura Nº 2)

 
La respuesta hormonal al ejercicio se caracteriza por
descenso de insulina y aumento de glucagón. Además
aumentan la somatotrofina, adrenalina, noradrenalina y
cortisol. La importancia fisiológica de alteración del
medio hormonal en el ejercicio se relaciona más con el
estímulo de producción hepática de glucosa que con el
aumento de utilización de esta (figuras Nº 4 y 5).
Recuperación posterior al ejercicio
a) Metabolismo de la glucosa
El efecto inmediato del metabolismo de la glucosa en
fase de recuperación es iniciar la reposición de las
reservas de glucógeno en el músculo y en el hígado.
En período de recuperación temprana hay una rápida
elevación de insulina que disminuye la liberación de
glucosa hepática hasta niveles basales. El glucagón se
mantiene elevado y contribuye al aumento de la
captación hepática de precursores gluconeogénicos,
principalmente lactato y piruvato y en menor grado
alanina.
El músculo mantiene la captación de glucosa 3 a 4 veces
superior a los niveles basales.
A las 12 - 14 hs. posteriores al ejercicio las reservas de
glucógeno muscular aumentan el 50% o más, aún en
ausencia de ingesta alimentaria. Esto se explica por la
acelerada gluconeogénesis hepática y su liberación
posterior al torrente sanguíneo.
 
b) Catabolismo y anabolismo proteico
Durante el ejercicio existe catabolismo proteico para
obtener sustratos para la gluconeogénesis.
Finalizado el estado de contracción muscular se produce
un aumento de la respuesta anabólica, y si se repiten las
sesiones de ejercicio el efecto a largo plazo se manifiesta
con una hipertrofia muscular.
Similar fenómeno ocurre con las reservas de glucógeno.
 
II - ADAPTACIONES CIRCULATORIAS
 
Durante el ejercicio, el mayor requerimiento de O2 por
los músculos que se contraen es satisfecho por un
aumento del aporte sanguíneo a los músculos, esto es
posible porque el corazón bombea más sangre por
minuto y porque ocurren adaptaciones circulatorias, que
desvían gran parte del torrente sanguíneo desde tejidos
menos activos hacia los músculos.
Estas adaptaciones circulatorias no se circunscriben
solamente a los músculos esqueléticos porque aumenta el
requerimiento de O2 del corazón y porque se debe evitar
que se desvíe sangre desde el encéfalo hacia los
músculos.
Por supuesto, el flujo sanguíneo a través de los pulmones
debe aumentar en la misma proporción que el flujo en la
parte sistémica de la circulación, pero sin que la
velocidad se acelere tanto como para dificultar el
intercambio gaseoso adecuado. Estos grandes cambios
adaptativos de la circulación obedecen a la interacción de
factores nerviosos y químicos.
 
Presión sanguínea
Uno de los importantes ajustes durante el ejercicio es el
aumento de la presión sanguínea arterial (PA), la cual
provee la fuerza conducente para incrementar el flujo
sanguíneo a través de los músculos. Al mismo tiempo la
PA excesivamente alta durante el reposo puede reducir
seriamente la tolerancia de un individuo al ejercicio.
El aumento del volumen sistólico (VS) del corazón hace
que se expulse mayor volumen de sangre hacia la aorta
durante la sístole. Si la resistencia periférica (RP) de las
arteriolas permanece constante, la distensión de las
arterias debe aumentar para dar cabida a esa masa de
sangre, y la presión sistólica se eleva a un nivel mayor
antes de que el flujo de salida pueda equilibrar el flujo de
entrada. La presión diastólica se incrementa en menor
grado, porque la mayor distensión sistólica de los vasos
ocasiona una retracción diastólica más rápida y, en
consecuencia, la presión puede caer hasta alcanzar casi el
nivel diastólico normal.
El aumento de la frecuencia cardíaca (FC) eleva
fundamentalmente la presión diastólica, al reducir el
tiempo disponible para la caída de la presión en la
diástole.
Si la elevación de la PA por vasoconstricción
generalizada se asocia con vasodilatación localizada en
un órgano aislado, se producen condiciones ideales para
que se incremente el flujo sanguíneo a través de dicho
órgano.
La PA es afectada por la postura corporal; al pasar una
persona del decúbito a posición parada se produce caída
momentánea de la presión a consecuencia del menor
retorno venoso. Esto activa el reflejo del seno carotídeo,
el cual origina una pronta vasoconstricción de los vasos
esplácnicos, con elevación consecutiva de la PA que
asegura el flujo al cerebro. Esta compensación
generalmente sobrepasa la marca anterior, y la PA es
comúnmente entre 10 y 15 mmHg más alta que en
posición de decúbito.
También la FC aumenta con el cambio de la postura.
La elevación mínima, o la ausencia de elevación de la
FC, y el aumento moderado en la PA al adoptar posición
erecta, son interpretados como signos de ajuste
circulatorio adecuado.
 
Control del flujo sanguíneo en los órganos
La adecuación del flujo sanguíneo a las necesidades
metabólicas de los tejidos comprende dos procesos
distintos, aunque relacionados: dilatación de las
arteriolas en los tejidos activos y constricción
compensatoria de arteriolas en tejidos menos activos
(piel y órganos abdominales). El corazón y el cerebro, en
cambio requieren una rica provisión de sangre en todo
momento y por eso no participan en la vasoconstricción
compensatoria del ejercicio.
Cuando es necesario, el flujo sanguíneo a través de los
tejidos puede elevarse aún más por incremento del
volumen minuto (VM). El calibre de los vasos es
regulado por factores nerviosos, mecánicos y químicos.
 
Control del flujo sanguíneo a través de los músculos
esqueléticos
Factores nerviosos: En reposo los vasos musculares
tienen un alto grado de vasoconstricción, que persiste de
eliminar la inervación vasomotora.
Los músculos esqueléticos reciben fibras vasomotoras
exclusivamente de la división simpática del SNA de dos
tipos:
¨ adrenérgicas: vasoconstrictoras, con débil acción sobre
el músculo esquelético
¨ colinérgicas: vasodilatadoras, sin embargo no hay
pruebas experimentales de que estas fibras tengan acción
sobre el músculo esquelético.

EL RIÑÓN, EL EJERCICIO Y LA HIDRATACIÓN


Participantes:
Patricia Painter, Ph.D.
Investigador Asociado
E. Randy Eichner, M.D. Universidad de Oklahoma
Profesor de Medicina, Centro Stanford para la
Hematología y Oncología Investigación de la Centro de
Ciudad de Oklahoma, Ciencias de la Salud
Oklahoma Prevención de Enfermedades
Universidad de Stanford Palo
Alto, California
John Maham, M.D. Edward Zambraski, Ph.D.
Profesor Asociado de Pediatría Profesor de Fisiología
Departamento de Nefrología Departamento de Ciencias
Departamento de Ciencias Biológicas
Biológicas Director del Departamento de
Facultad de Medicina de la Ciencias del Ejercicio
Universidad de Ohio Columbus, Universidad de Rutgers New
Ohio. Brunswick, New Jersey.
Introducción
Durante el ejercicio se tiende a focalizar sobre los
aspectos metabólicos y de rendimiento muscular
dándose por descontado el normal funcionamiento de
otros órganos. Uno de estos órganos es el riñón, que
juega un rol crítico en el mantenimiento de la
hidratación y el balance electrolítico, en la eliminación
de desechos, y en la regulación del balance ácido-
básico. En tal sentido hemos invitado a un grupo de
expertos para que nos permitan esclarecer diversos
tópicos sobre el riñón, el ejercicio y la hidratación.
¿CUÁL ES EL ROL DE RIÑÓN EN EL
MANTENIMIENTO DE LA HIDRATACIÓN?
Zambraski: Los riñones juegan un rol esencial en el
mantenimiento de la hidratación corporal y de la
hemostasis de los fluidos corporales. En tal sentido, la
función renal bajo la influencia endocrina y neural
mediana por la osmolaridad así como por los receptores
de volumen que responden a los cambios de volumen
del agua corporal, es capaz de ajustar el volumen y la
composición de la orina. Si el cuerpo se encuentra en
una situación en la cual existe déficit de fluidos (Ej.:
Estado de deshidratación), se produce una reducción
compensatoria en la producción de orina y la cantidad
que se produce se haya extremadamente concentrada,
presentando un color marcadamente amarillo.
Opuestamente, si el ingreso de fluidos es excesivo o si el
cuerpo se encuentra sobrehidratado, los riñones corrigen
la situación mediante el incremento de la producción de
orina. La misma resulta muy diluida y es de color
amarillo muy claro.
Mahan: La producción de orina de un adulto normal
usualmente está entre uno y tres litros por día. Cuando
es necesario se pueden excretar varios litros adicionales
de orina por día así como disminuir su producción hasta
medio litro diario. A nivel renal, específicamente en sus
glomérulos, se filtran más de 200 litros de orina por día.
Este volumen de filtración es necesario para eliminar
grandes cantidades de desechos metabólicos y toxinas
del cuerpo hacia la orina. Más del 99% de esta filtración
es reabsorbida por el aumento de la absorción de agua y
sales en segmentos proximales y distales de las
nefronas; se produce reabsorción de agua pura
exclusivamente en los túbulos colectores de las
nefronas. Este fenómeno de reabsorción es mediado a
nivel de los túbulos proximales por el flujo sanguíneo
glomerular y a nivel de los túbulos distales por efecto de
la aldosterona, que es una hormona producida por las
glándulas suprarrenales en respuesta a la depleción de
sal y de agua. A nivel de los túbulos colectores actúa la
hormona antidiurética (vasopresina), que es producida
por el cerebro en respuesta a la disminución del
volumen de los fluidos que llegan al corazón y/o al
incremento de la concentración del solutos en los fluidos
extracelulares del cuerpo.
¿LA FUNCIÓN RENAL CAMBIA DURANTE EL
EJERCICIO FÍSICO?
Painter: El ejercicio produce cambios significativos de la
hemodinámica renal determinando modificaciones en la
excreción de electrolitos y proteínas en la orina. El flujo
sanguíneo renal efectivo parece reducirse en medida que
aumenta la intensidad del ejercicio físico. El flujo
sanguíneo renal absoluto es de aproximadamente de 1
L/min en reposo y puede disminuir a 200/300 ml
durante el ejercicio máximo. Este fenómeno es el
resultado de la desviación de la sangre de los lechos
vasculares del área renal y esplenica hacia los músculos
activos. El flujo sanguíneo renal relativo (expresado en
% con respecto al gasto cardíaco) disminuye
evidentemente durante el ejercicio mientras que el flujo
sanguíneo renal absoluto se mantiene uniforme durante
el reposo o en el ejercicio.
Mahan: En el caso de un ejercicio vigoroso que se
acompañe una pérdida marcada de fluidos, se produce
un aumento de la reabsorción de agua y sal en los
túbulos distales y proximales. La reabsorción adicional
de agua que se produce en los túbulos colectores se
debe a los niveles sanguíneos elevados de hormona
antidiurética. Toda el agua y los electrolitos reabsorbidos
del filtrado renal vuelven a los vasos sanguíneos.
Zambraski: Si bien la conservación del agua y
electrolitos corporales son beneficiosos para el atleta,
existe una equivocación acerca de su importancia
cuantitativa. Debido a que la producción de orina en
reposo es relativamente baja (aproximadamente 1.0
ml / min.) la cantidad máxima de agua que se puede
conservar por los riñones durante el ejercicio es de tan
sólo 30 a 45 ml/hr. Comparada con una pérdida típica
de sudor de 1 a 2 L/h que se evidencia en los atletas, la
cantidad de fluido renal que se ahorra resulta de muy
poca relevancia. La real importancia del riñón se
presenta en las 24 a 48 horas posteriores al ejercicio,
sobre todo en términos de la recuperación de la
deshidratación y en la restauración de los fluidos
corporales.
¿PUEDE LA DESHIDRATACIÓN CAUSADA POR EL
EJERCICIO O POR EL CALOR, DAÑAR AL RIÑÓN?
Mahan: Un cuadro de deshidratación severa asociado a
un volumen sanguíneo bajo, puede determinar un flujo
sanguíneo renal pobre así como un aporte escaso de
oxígeno y glucosa, sobre todo a las células renales
tubulares. Si no se mantiene un aporte mínimo de las
sustancias antes mencionadas, se puede producir una
lesión de las membranas celulares y determinarse
además una depleción de las fuentes de energía dentro
de las células tubulares. Cuando se presenta una
pérdida marcada de fluidos corporales como en una
hemorragia o una deshidratación severa (Equivalente a
una pérdida aguda de fluidos del 15% o más del peso
corporal) puede manifestarse una condición clínica
conocida como Necrosis Tubular Aguda, que puede
determinar la imposibilidad de eliminar los productos de
desechos corporales, trastornos electrolíticos así como
insuficiencia renal aguda. Este cuadro clínico se puede
autolimitar en el tiempo desapareciendo en pocos días o
en algunos casos determinar una lesión renal
permanente.
Zambraski: Con los niveles de deshidratación que
presentan típicamente los atletas en condiciones
competitivas, que están entre 6 a 8%, no conocemos si
pueda existir algún efecto deletéreo de la deshidratación
sobre el riñón. La posibilidad de alguna secuela negativa
se ha planteado a partir de los estudios de los exámenes
de orina en luchadores. Los resultados han demostrado
la presencia de leucino amino peptidasa, que es una
enzima que puede indicar lesión renal. Sin embargo, no
se han realizado estudios longitudinales sobre este
tópico. Una de las razones es que a menos que se
produzca un fallo renal, es muy difícil evaluar en forma
no invasiva y más precisa las alteraciones renales.
¿QUÉ ES UN CÁLCULO RENAL? Y ¿PUEDE LA
DESHIDRATACIÓN CAUSAR CALCULOS RENALES?
Painter: Los cálculos renales son estructuras cristalinas
compuestas típicamente por fosfato o por oxalato de
calcio como único o principal componente. En su
aparición y desarrollo no existe sólo una causa, sino
probablemente se deban a la interacción de múltiples
factores, muchos de los cuales se desconocen en la
actualidad. Generalmente se piensa que se requiere una
etapa de formación anormal de cristales y sus agregados
en la orina. Para que estos cristales aumenten su
tamaño, se deben presentar una cierta cantidad de
factores químicos como son: la sobresaturación de la
orina con las sales que constituyen los cálculos, la
reducción o ausencia total de los factores inhibidores de
la formación de estos cristales así como un medio en el
cual se pueda producir la agregación de los mismos.
Mahan: Los cálculos renales se pueden formar en los
riñones, en los uréteres o en la vejiga de los individuos
susceptibles. Estos se pueden formar luego de
infecciones urinarias, en individuos que tienen una
elevada excreción renal de calcio que puede ser una
condición comúnmente relacionada a una predisposición
familiar, o en relación a ingestas elevadas de calcio y/o
vitamina D.
Son posibles candidatos a desarrollar cálculos renales las
personas con familiares que han desarrollado cálculos de
calcio, oxalato o de ácido úrico. Menos comúnmente
predisponen a este problema factores como la alta
excreción de oxalatos que se ve en las dietas con alto
contenido de esta sustancia o en altas ingestas de
vitamina C. Igualmente puede ser un factor
predisponente la alta excreción de ácido úrico, que se ve
en familias que refieren altas ingestas proteicas.
Eichner: Los hombres desarrollan más fácilmente
cálculos que las mujeres, debido al mayor contenido de
calcio y ácido úrico que presentan en su orina y porque
los hombres trabajan más frecuentemente en calor que
los puede deshidratar. En tal sentido es importante
recordar que es la deshidratación y no el ejercicio per
se, la que aumenta el riesgo de desarrollar cálculos
renales.
Debido a que la mayoría de los cálculos renales
contienen calcio, los doctores han recomendado por
largo tiempo a los pacientes con cálculos la restricción
de la ingesta de productos lácteos. Esta es una
recomendación de poco valor. Un estudio recientemente
encontró que los hombres que más ingerían calcio eran
los que tenían menor riesgo de producir cálculos. Surge
la pregunta lógica ¿Por qué?. Recordemos que el calcio
fija los oxalatos en el intestino, pasando estos al
intestino y no siendo absorbidos por el cuerpo. Si bien el
sodio per se no es un factor de riesgo para desarrollar
cálculos renales, la restricción del mismo reduce el
riesgo en la formación de cálculos. Esto tendría su
explicación en el hecho de que el calcio y el sodio
compiten para ser reabsorbidos por los túbulos renales.
Mientras usted consuma menor cantidad de sodio,
menor calcio se mantendrá en la orina.
Mahan: Sin embargo, se han visto la formación de
cálculos de calcio en individuos susceptibles que han
estado bajo una exposición crónica y sostenida de sodio.
Para que ocurra se requerirá una ingesta excesiva y muy
prolongada de sodio que determine una excreción
urinaria muy elevada de sodio favoreciendo esta
condición.
Painter: Epidemiológicamente, se ha demostrado que la
mayor incidencia de cálculos renales se ubica entre los
30 y 50 años siendo más frecuente en personas de raza
blanca que en las personas de raza negra. Su ocurrencia
es mayor entre los meses de Julio, Agosto y Septiembre
presumiblemente relacionada con la deshidratación que
ocurre más frecuentemente en estas temporadas.
Igualmente parecen más susceptibles los individuos
sedentarios con cargos profesionales o gerenciales.
Para ampliar el comentario del Dr. Eichner sobre el
ejercicio, la deshidratación determinada por el ejercicio
incrementa la concentración urinaria de calcio y oxalatos
en la orina. En individuos normales, esta situación no
pareciese ser determinante en la formación de cálculos
renales. En individuos con trastornos de la excreción del
calcio y/o oxalatos, la hipercalciuria y una excesiva
excreción de oxalatos asociada a deshidratación pudiese
causar problemas.
Eichner: La recomendación más importante para la
prevención de cálculos renales es ingerir fluidos más de
dos litros por día para mantener la orina diluida. Entre
las recomendaciones nutricionales podemos indicar la
utilización de alimentos con mayor contenido de potasio
(que en cierta forma reduce la excreción urinaria de
calcio), reducir la ingesta de alimentos ricos en oxalatos
(Ej.: Té, chocolate y nueces), evitar el consumo de
grandes dosis de vitamina C (En la orina parte de la
vitamina C, se transforma en oxalato) y reducir el
contenido proteico de origen animal en las comidas.
¿CÓMO REGULAN LOS RIÑONES LOS NIVELES DE
SODIO Y OTROS ELECTROLITOS EN EL CUERPO? Y
¿SI EL CONSUMO DE SODIO ES DELETEREO PARA
LOS RIÑONES?
Mahan: Los riñones ayudan a mantener los niveles
normales de sodio y otros electrolitos en el cuerpo
mediante la excreción y/o retención de estos
electrolitos. El sodio y el cloro son los principales
electrolitos extracelulares. La concentración de estos dos
electrolitos debe ser mantenido en un rango normal
bastante estrecho para el apropiado funcionamiento del
cuerpo. El sodio y el cloro se filtran libremente a nivel de
los glomérulos renales hacia la orina y su reabsorción
ocurre en los túbulos proximales y distales influenciada
por el aporte sanguíneo renal, así como por volumen
sanguíneo circulante y la concentración de los
electrolitos circulantes. Si el volumen sanguíneo
disminuye como en el caso de hemorragia o de
deshidratación, aumenta la reabsorción de sodio y cloro
aumentando también la reabsorción de agua. Ante la
eventualidad de una disminución corporal extrema de
sodio y/o de cloro, el volumen de sangre estará
notablemente disminuido ya que el volumen vascular
depende de una adecuada concentración de estos
solutos y la reabsorción de los mismos así como del
agua se maximizará en el riñón. En adultos así como en
niños mayores con función renal y suprarrenal normal,
deshidratación o una depleción de sodio, puede
determinar concentraciones urinarias de sodio y cloro
muy bajas (Menos de 10 mEq. por litro de orina). Aún
cuando la producción de orina y la excreción de sal
disminuyan notablemente en ciertas condiciones, este
nunca llega a niveles de cero.
Eichner: Contrariamente a lo antes visto, los riñones
son capaces de eliminar cantidades increíbles de sodio
para compensar una alta ingesta del mismo. En
Intersalt, que es un estudio realizado en más de 10000
mil personas en 52 poblaciones que incluyeron regiones
de Argentina hasta Zimbabwe se evidenció excreciones
urinarias de sodio que variaban hasta mil veces desde
0.2 mmol/día (Indios Yanomamis en Brasil) a 242
mmol/día (Norte de China).Cualquier aumento de la
ingesta del sodio expande el líquido extracelular (LEC),
que induce a un aumento de la secreción del sodio, y
eventualmente a un nuevo estado de mayor nivel de
LEC. Esta capacidad de regulación permite a los
habitantes de países desarrollados, consumir en un día,
más sodio del que consumen los Indios Yanomamis en
dos años.
En general el sodio no es deletéreo para los riñones,
pero existen controversias sobre el sodio y la presión
arterial. Una reducción drástica de la sal puede reducir
la presión arterial, pero su uso práctico es limitado y la
mayoría de las personas no deberían preocuparse por la
sal. Se pueden considerar personas "sensibles a la sal"
las personas ancianas, los afro-americanos y las
personas con antecedentes familiares de hipertensión.
Seguramente la mayoría de los atletas, que pierden al
menos 20 mEq de sodio por cada litro de sudor, no
deberían angustiarse por los 20 mEq de sodio que
contiene cada litro de bebida deportiva.
SE HA RELACIONADO LAS DIETAS ALTAS EN
PROTEINAS CON LA DEGENERACIÓN RENAL ¿ES
JUSTIFICABLE ESTA RELACIÓN? Y ¿DEBERÍAN LOS
ATLETAS SANOS PREOCUPARSE CON RESPECTO A
SU INGESTA PROTEÍCA Y SU EFECTO SOBRE EL
RIÑON?
Zambraski: Investigaciones en modelos animales
(Roedores) han demostrado claramente que una dieta
alta en proteínas o aminoácidos acelera la progresión de
la enfermedad renal. En personas con enfermedades
renales preexistentes, también parece ocurrir mientras
que las investigaciones en personas normales y sanas
son menos claros. El punto clave es que los aminoácidos
son vasodilatadores renales. Como tales, disminuyen la
resistencia vascular pre-glomerular y por lo tanto
exponen al capilar glomerular a una presión hidrostática
más alta de lo normal. La resultante "hipertensión
glomerular" causa glomeruloesclerosis y lesión de la
nefrona.
Basado sobre lo que actualmente conocemos, siento que
sería apropiado alertar a los atletas sobre los consumos
dietéticos excesivos y crónicos de aminoácidos o de
proteínas (Valores que pasen de 1-2 g/kg/día) ya que
pudiesen dañar al riñón por el aumento de la presión
capilar glomerular y causar glomeruloesclerosis. Este
efecto deletéreo puede incrementar la posibilidad de
sufrir una enfermedad renal posteriormente.
Eichner: Comer una menor cantidad de proteínas puede
beneficiar a personas con enfermedades renales. De los
modelos animales indicados por el Dr. Zambraski,
sabemos que una dieta baja en proteínas ayuda a
prevenir la hipertensión glomerular por lo que disminuye
la glomeruloesclerosis de las nefronas residuales sanas.
La mayoría pero no todos los estudios clínicos
concuerdan que una dieta baja en proteínas puede
enlentecer el avance de las enfermedades renales en
humanos. Sin embargo, los estudios más recientes
sugieren que aún para los pacientes con enfermedades
renales el beneficio a largo plazo de una dieta baja en
proteínas es bajo.
Yo creo que la principal amenaza para la mayoría de los
atletas, especialmente hombres, que ingieren mucha
cantidad de carnes rojas es para su corazón (de las
grasas animales) no para sus riñones (de las proteínas).
Si es cierto que una dieta alta en proteínas con su carga
elevada de urea, fosfatos, sulfatos, uratos, e
hidrogeniones aumenta la velocidad de filtración
glomerular y que una dieta baja en proteínas (Ej.: 0,6
g/kg/día) lo disminuye, en las personas sanas este
fenómeno no es una consecuencia demostrable.
Después de todo personas con un solo riñón funcionan
perfectamente bien, aún cuando podamos pensar que
tienen tan sólo un millón de nefronas y no los dos
millones normales.
SE SABE QUE ENFERMEDADES COMO LA DIABETES
PUEDE PRODUCIR ENFERMEDADES RENALES
(NEFROPARIA DIABETÍCA) ¿PUEDE EL EJERCICIO
LIMITAR EL DESARROLLO DE ESTA PATOLOGÍA?
Zambraski: La nefropatía diabética es una condición
devastadora asociada con una acelerada pérdida de la
función renal, que puede resultar en una insuficiencia
renal total. En estas condiciones los pacientes deben ser
sometidos a diálisis o recibir un trasplante renal. Ya que
el 80% de los diabéticos tipo II se encuentra en
sobrepeso, el rol clave del ejercicio es el de prevenir la
obesidad y por lo tanto disminuir la probabilidad de
desarrollar el estado diabético. Una persona con
nefropatía diabética puede presentar varias
complicaciones como hipertensión, hiperlipidemia,
anemia, baja capacidad de trabajo y depresión. Debido a
estas condiciones y a la baja capacidad física de estos
pacientes se les debe brindar la más estricta supervisión
durante el ejercicio. El beneficio es que el ejercicio ha
demostrado que puede influir favorablemente todos los
factores mejorando la calidad de vida en las personas
afectadas con este problema.
Mahan: Inicialmente hubo preocupación pensando que
el ejercicio pudiese ser problemático en personas con
nefropatía diabética ya que el ejercicio se asociaba con
cortos períodos de incremento de secreción de albúmina
ya sea en personas sanas así como en personas con
diabetes. Estudios posteriores indicaron que no existía
efecto permanente sobre los riñones por estos episodios
y que en efecto existe una clara evidencia que el
ejercicio mejora el control metabólico de la diabetes Tipo
II y disminuye la presión arterial en las diabetes Tipo I y
Tipo II.
En estudio experimentales realizados en nuestro
laboratorio, en animales con diabetes Tipo I (Insulino
dependiente) o Tipo II, han demostrado que el ejercicio
aeróbico no es peligroso. Además, animales diabéticos
que fueron sometidos a ejercicio regular sufrían menos
la enfermedad renal a través del tiempo cuando se les
comparó con animales diabéticos sedentarios.
Actualmente existen estudios que están evaluando si el
efecto benéfico del ejercicio también se presenta en los
pacientes afectados con diabetes del Tipo I.
Painter: Generalmente los individuos con una
insuficiencia renal terminal tienen tan sólo un 10 a 15%
de su función renal. A este nivel, la progresión de la
enfermedad es retardada con la restricción dietética del
sodio y de proteínas y con un control cuidadoso de la
presión arterial. Los efectos del entrenamiento sobre la
progresión de la enfermedad renal en los diversos
grupos de pacientes diagnosticados como tales, inclusive
los diabéticos, no ha sido estudiada en humanos. Sin
embargo es conocido que el entrenamiento físico en los
pacientes renales terminales, puede prevenir el
deterioro de la capacidad física que se asocia
típicamente a este cuadro. En dos estudios, se evidenció
un aumento de la capacidad física de los pacientes, sin
presentar efectos adversos sobre las mediciones del
funcionalismo renal, como la creatinina sérica, el
nitrógeno uréico sanguíneo o en la velocidad de filtración
glomerular. Actualmente se puede promover el ejercicio
físico en los pacientes con diagnóstico de insuficiencia
renal para prevenir el deterioro físico y ayudar a
controlar la presión arterial.
¿QUÉ ES LA INSUFICIENCIA RENAL AGUDA
INDUCIDA POR EJERCICIO? Y ¿CUÁLES SON LOS
FACTORES DE RIESGO PARA SU APARICIÓN?
Eichner: Este es un síndrome poco común caracterizado
por oliguria y anuria con disfunción renal (Mayormente
tubular), que usualmente ocurre durante un maratón o
ultramaratón cuando la disminución fisiológica del flujo
sanguíneo renal se ve agravada por el estrés térmico, la
deshidratación y la rabdomiolisis (destrucción de la
masa muscular). Este cuadro puede ocurrir en atletas
que sufren de Drepanocitosis (Anemia congénita),
debido a la hemólisis que presentan sus glóbulos rojos
en la microcirculación y en los músculos, debido a una
exposición súbita a la altura o al calor en sesiones de
ejercicio cortos y de alta intensidad. Igualmente puede
ocurrir la muerte por exceso de potasio (Hipercalemia)
que determina arritmias cardíacas graves. Se consideran
factores de riesgo para su desarrollo la falta de
entrenamiento, el ejercicio inusual y una pobre
hidratación.
Zambraski: Afortunadamente, la insuficiencia renal
aguda inducida por el ejercicio es bastante rara. Por
razones todavía no claras, durante el ejercicio se
mantiene una normal y adecuada filtración glomerular,
aún con la marcada vasoconstricción renal mediada
neurológicamente durante el ejercicio físico.
La rabdomiolisis es el evento clave, asociado con el
ejercicio, que precipita la insuficiencia renal. La
rabdomiolisis es un cuadro que ocurre más
frecuentemente cuando se asocia una o más de las
siguientes condiciones: ejercicio intenso y prolongado,
estrés térmico, deshidratación y depleción de potasio.
Sin embargo, existen reportes de rabdomiolisis e
insuficiencia renal aguda que han ocurrido en individuos
no entrenados (Ej.: Bomberos no reclutas militares)
luego de entrenamientos de corta duración de máxima
intensidad.
Eichner: Anecdóticamente, se ha acusado a los anti-
inflamatorios no esteroides a contribuir en casos de
insuficiencia renal aguda en corredores del Maratón de
las Comores.
Painter: Los procesos infecciosos, principalmente
virales, pueden predisponer a problemas musculares
que pudiesen precipitar a una rabdomiolisis. Puede
también ser exacerbado por la ingestión de analgésicos
(aspirina y anti-inflamatorios no esteroides) para
lesiones menores. Estas sustancias inhiben la producción
de la prostaglandina vasodilatadora renal, por lo que un
importante mecanismo compensador para la reducción
fisiológica del flujo renal se ve disminuido. Este efecto
incrementa el riesgo de isquemia renal. La
mioglobinuria, la hemoglobinuria y las drogas
nefrotóxicas pueden intensificar la respuesta fisiológica
renal al ejercicio. Este cuadro asociado a una
disminución del volumen sanguíneo, conducen a una
isquemia renal y a una insuficiencia renal aguda.
Ante esta situación, la principal medida a tomar es un
reemplazo rápido y agresivo de fluidos, debiéndose
controlar la producción de orina; si el atleta se mantiene
oligúrico por varias horas se sugiere la hospitalización
para la expansión del volumen sanguíneo por vía
intravenosa y respectiva observación.
Observaciones finales:
Los riñones juegan un papel crítico en el mantenimiento
de la homeóstasis normal (Balance hidro-electrolítico)
durante y sobre todo luego del ejercicio per se sobre el
riñón todavía no son claros. Más de lo que parece, el
ejercicio tiene indirectamente grandes efectos agudos en
el funcionamiento renal por la alteración del flujo y por
la posible deshidratación. Los potenciales efectos
positivos del ejercicio en personas con enfermedades
renales crónicas pueden derivarse de los cambios
metabólicos (Incremento de la tolerancia a la glucosa y
disminución de la presión arterial), pero hasta ahora no
se han confirmado a través de investigaciones clínicas.
Lecturas Sugeridas:
Curhan G.C. Willet F.B., Rimm E.B. y Stampfer M.J.: A
prospective study of dietary calcium and other nutrients and the
risk of symptomatic kidney stones. New Eng. J. Med 328:833-
838,1993.
Eichner E.R. Sickle cell trait, heroic exercise, and total collapse.:
Physician and Sportmed. 2(7):51-64,1993.
Klahr S., Levey S.A., Beck G.L., Caggiula A.W., Hunsicker L.,
Kusek J.W. y Sriker G.: The effects of dietary protein restriction
and blood-pressure control on the progression of chronic renal
diseases. New Eng. J. Med. 330:877-884,1994.
Painter P.L.: Exercise in end-stage renal disease. En: Exercise
and Sport Sciences Reviews Vol. 16 K.B. Pandolf (ed.) NY:
Macmillan Publishing Co,1988,pg.:305-339.
Poortmans J.R. y Vanderstreten J.: Kidney function during
exercise in healthy and diseased humans. Sports Medicine
18:419-437,1994.
Seedat Y.K., Aboo N., Naicker S. y Parsoo I.: Acute renal failure
in the Comrades Marathon runners. Renal failure 11:209-
212,1990.
Sinert R., Kohl L., Rainne T. Y Scalea T.: Indomethacin
potentiates exercise-induced reduction in renal hemodynamics in
athletes. Med. Sci. Sports Exerc. 26:1302-1306.1994.
Zambraski E.J., Foster D.T., Gross P.M. y Tipton C.M.: Iowa
wrestling study: weight loss and urinary profiles of collegiate
wrestlers. Med. Sci. Sports Exerc. 8:105-108,1976.
Zambraski E.J.: Renal regulation of fluid homeostasis during
exercise. En: Perspectives in Exercise Science and Sports
Medicine. Vol 3. Carmel, IN: Benchmark press, 1990, pg.:247-
280.
Esta mesa redonda fue moderada por el Dr. Craig A.
Horswill, Científico del Laboratorio de Fisiología del
Ejercicio Gatorade.
Este artículo ha sido traducido y adaptado de: Eichner
R.E., Painter P., Mahan J. and Zambraski E.; The
Kidney, Exercise, and Hidration. Spor Sci. Exchg.
(Round Table) 5:(3), 1994
El Instituto de Ciencias del Deporte Gatorade (Gatorade
Sports Science InstituteTM) fue creado para difundir
información actualizada acerca de los avances de la
Medicina y las Ciencias del Deporte, así como también,
para respaldar el avance de las investigaciones
relacionadas al área.
Para solicitar información adicional:
Utilice el Fax 02-285.88.28
O escriba a:
Gatorade Sports Science Institute
Apartado Postal 700394
Los Ruices, Caracas
1997 The Quaker Oats Company
Este artículo puede ser reproducido sin fines de lucro y
con objetivos única y exclusivamente educacionales.

LA DIABETES Y EL EJERCICIO FISICO

  Antes de hablar de la diabetes y su relación con el deporte, y


para poder comprender bien en qué consiste esta enfermedad,
debemos conocer algunos conceptos básicos, que pasaré a
explicar.

    Las sustancias que habitualmente conocemos como alimentos


están formadas por distintos componentes denominados
nutrientes. Los principales son los hidratos de carbono, las
grasas y las proteínas. Cada nutriente puede ser representado
por una cadena. Estos alimentos lo masticamos y con la acción
de la saliva, empiezan a romperse las cadenas que lo componen.
Una vez tragado, el alimento llega al estómago, donde continúa
la rotura de cadenas en trozos más pequeños. Cuando los
alimentos están casi digeridos pasan al intestino, donde culmina
la separación de los eslabones de las pequeñas cadenas que
quedaban. Todos ellos tienen un tamaño tan pequeño que
atraviesan sin dificultad la pared intestinal para pasar a la
sangre. Pues bien, uno de estos nutrientes, los hidratos de
carbono, cuando la cadena se descompone en eslabones sueltos,
dan lugar a una sustancia fundamental para el organismo
denominada glucosa.

    La glucosa es utilizada por todas las células del organismo


como combustible y de ella depende su buen funcionamiento. Se
podría decir que la glucosa es para el cuerpo humano como la
gasolina para el coche. Para poder cumplir esta misión es
preciso que la glucosa penetre en el interior de las células de los
diversos órganos (corazón, pulmones, cerebro, etc.), por lo que
necesita una llave que abra las puertas de las células. Esta llave
es la insulina.

    La insulina es una hormona que se fabrica en el páncreas,


una glándula situada en la parte izquierda el abdomen, detrás
del estómago. Esta hormona es segregada por el páncreas,
cuando el organismo detecta glucosa en la sangre, para que
pueda entrar en las células y estas se puedan alimentar. Este
sistema funciona con equilibrio perfecto, para que, por un lado,
todas las células estén bien alimentadas y, por otro, la sangre
mantenga unos niveles de glucosa que se consideran normales:
entre 60 y 110 mg/dl antes de las comidas y hasta 140 mg/dl
dos horas después de estas.

    Así pues, para mantener las cifras de glucosa dentro de los
límites normales, la cantidad de insulina que ha de segregar el
páncreas será proporcional a los hidratos de carbono ingeridos
en las comidas. La alteración de este equilibrio da lugar a la
enfermedad conocida como diabetes.

    El glucógeno es la forma en que la glucosa está


almacenada, siendo una reserva de energía de organismo,
formada por muchas unidades de glucosa unidas entre sí, listas
para ser utilizadas en aquellos periodos de tiempo en los que o
no comemos o consumimos mucha energía, por ejemplo hacer
ejercicio físico. Esta reserva de energía es almacenada en el
hígado.

¿Qué es la diabetes?

    Es una enfermedad en la que se produce una mala utilización


de los azúcares (hidratos de carbono) como consecuencia de
una falta de insulina.

Tipos de diabetes
    Hay dos tipos de diabetes:

 Diabetes mellitas tipo 1

 Diabetes mellitas tipo 2

Diabetes mellitas tipo 1

    Este tipo de diabetes, que generalmente aparece en personas


jóvenes, se presenta cuando las células beta del páncreas, las
que producen la insulina, son destruidas por el propio
organismo.

    El tratamiento consiste en que el paciente se inyecte varias


veces al día la cantidad de insulina adecuada a su situación.

Diabetes mellitas tipo 2

    En este tipo de diabetes el páncreas sí es capaz de producir


insulina, a veces incluso en exceso. El problema se encuentra en
las cerraduras de las puertas de las células, que están
estropeadas, lo que hace que la insulina, que es la llave, las abra
con dificultad. Por eso el tratamiento adecuado en estos
pacientes no consiste en administrar insulina, sino en arreglar las
cerraduras estropeadas.
    ¿Cómo se pueden arreglar las cerraduras de las células?
Muchas veces están alteradas por motivos de obesidad. En este
caso con una dieta adecuada y ejercicio físico suficiente para
perder peso la cerradura se arregla y la insulina – la llave –
puede abrir la puerta con facilidad. A partir de ese momento, el
organismo vuelve a funcionar correctamente, los niveles de
glucosa en sangre se normalizan y desaparece la diabetes.

    Pero otras veces no es suficiente sólo con seguir una dieta y
hacer ejercicio físico, sino que es preciso tomar unos
comprimidos llamados antidiabéticos orales.

Diagnóstico de la diabetes

    Lo primero que puede llamar la atención es que la persona a


pesar de comer mucho adelgaza. En otras ocasiones, aunque
menos frecuente la persona pierde apetito y también adelgaza.
También orinará y beberá mucho. Y además se encontrará más
cansado de lo habitual, pudiendo incluso producirse cambios de
carácter, volviéndose mas irritable.

    Si esta persona, con algunos de los síntomas mencionados


anteriormente tiene la posibilidad de realizar un control de
glucemia y supera los 200 mg/dl en cualquier momento del día
se puede afirmar con seguridad que tiene diabetes mellitas.
¿Por qué falla el páncreas en el diabético?

    A esta pregunta en el momento actual no se puede responder


con exactitud. Sin embargo, se supone que existen una serie de
factores combinados entre si:

 Factor genético: Una predisposición de la persona que


hereda la posibilidad de ser diabética.

 Factor ambiental: Especialmente las infecciones


producidas por virus que van a lesionar el páncreas.

 Factor auntoinmune: Una agresividad del propio


organismo que lesiona el páncreas.

El ejercicio físico en las personas diabéticas

    El ejercicio físico junto a una dieta y la insulina son los pilares
básicos del tratamiento de la diabetes.

    La actividad física es útil y necesaria para todas las personas,


pero sobre todo para el niño y el adolescente diabético.

    Los beneficios del ejercicio físico son:

1. Disminuye los niveles de glucemia durante y después del


ejercicio.
2. Disminuye los requerimientos de insulina al mejorar la
sensibilidad.

3. Aumenta el gasto calórico.

4. Mejora el perfil lipídico.

5. Disminuye los factores de riesgo cardiovascular.

6. Mejora la sensación de bienestar.

7. Puede favorecer la integración social.

    El trabajo muscular provoca un aumento de las necesidades


energéticas. La energía que se necesita durante el ejercicio se
obtiene de la glucosa y la sangre. Las fuentes de energía se
encuentran en los músculos, el hígado y la grasa corporal.

    En una primera fase a los 5-30 minutos de iniciar el ejercicio


se utiliza la glucosa que tiene el músculo y la circulante en la
sangre.

    En una segunda fase pasados los 30 minutos se recurre a las


reservas de glucosa almacenada en el hígado.

    En una tercera fase a los 60-90 minutos ya se han agotado


las reservas de glucosa y se obtiene la energía de las grasas. En
los niños y adolescentes diabéticos que no tengan suficiente
insulina esta alteración se iniciará mucho antes, apareciendo
hiperglucemia.

    Antes de realizar el ejercicio hay que tener una serie de


precauciones:

1. Es necesario valorar como está la glucemia antes de iniciar


el ejercicio.

2. Plantearse el tipo de ejercicio a realizar, la insulina y la


alimentación previa.

3. Hay que poner la insulina previa al ejercicio fuera del área


que va a ser activada durante este. Por ejemplo en los
brazos si se va a correr o el abdomen si es natación.

4. El ejercicio permite que la glucemia descienda, cuando se


practica, repercutiendo hasta 12-24 horas después de
haberlo realizado.

    Además de tomar precauciones hay que saber que no todo


son beneficios, sino que también tiene efectos adversos sobre el
control metabólico. Estos son:

1. Posibilidad de aparición de hipoglucemia precoz y/o tardía


hasta 24 horas después de practicarlo.
2. Hiperglucemia inducida por el ejercicio: en el niño diabético
la respuesta al ejercicio intenso e inhabitual es anormal y
puede producir hiperglucemia.

3. Hiperglucemia y cetosis, especialmente en niños con déficit


de insulina o mal controlados.

    Los tipos de ejercicios aconsejados para practicar a las


personas diabéticas son los de baja resistencia (aeróbica) porque
favorecen la circulación sanguínea periférica, mejorando la
oxigenación y nutrición de todas las células. Ejemplo: “footing”,
bicicleta, natación, fútbol, saltar a la cuerda, etc.

    No son aconsejables los ejercicios de alta resistencia


(anaeróbica) porque disminuyen la oxigenación de los tejidos en
actividad y aumentan la tensión arterial. Ejemplos: culturismo,
levantamiento de pesas, etc. Y aquellas en la que un
desvanecimiento por un descenso de la glucemia podría ser fatal
como los deportes de motor, el alpinismo de gran altura, el
paracaidismo o el windsurfing. También se deben descartar (por
el riesgo asociado de lesión vascular) los deportes con
traumatismos violentos y repetidos como kárate, taekwondo o
boxeo. En el caso del submarinismo, está permitido siempre que
salgan con un compañero adiestrado para actuar ante una
hipoglucemia.
    Para que el ejercicio sea más eficaz precisa ser:

1. Diario o a días alternos

2. Regular es decir: a la misma hora, intensidad y duración

3. Aeróbico, no debe llegar al agotamiento

4. Debe ser estimulante y divertido (se consigue mejor en


grupo que individualmente)

    Si se práctica algún tipo de ejercicio poco habitual,


conviene que se sigan una serie de consejos:

1. Es bueno realizar el deporte en compañía.

2. Es deseable realizar deportes que permitan establecer


duración e intensidad para valorar el gasto energético y
poder modificar el tratamiento.

3. Cada diabético debe aprender a conocer los cambios de


glucemia con determinados ejercicios y de esta manera
poder ajustar el tratamiento. La modificación de la insulina
y la ingesta en cada ejercicio debe ser controlada.

4. El ejercicio debe realizarse preferentemente tras la ingesta


de alimentos (hidratos de carbono).
    A pesar de todo, como se ha visto anteriormente, llevando
una planificación adecuada los diabéticos pueden practicar
actividades físicas sin ningún tipo de problema. En los Juegos
Olímpicos de Sydney se volvió a demostrar que los deportistas
diabéticos ya no compiten con desventajas insalvables ante sus
rivales. El llamativo caso del británico Steve Redgrave,
diabético insulinodependiente, que obtuvo en tierras australianas
su quinta medalla de oro olímpica en remo ha servido para
derribar los últimos mitos existentes en torno a la incapacidad de
los diabéticos para el deporte de alto nivel.

    Redgrave no fue el único deportista diabético que triunfo en


Sydney. Además de este remero de 38 años –que se inyecta
insulina seis veces al día–, Gary Hall un deportista
estadounidense que padece la misma enfermedad se adjudico la
medalla de oro en natación, precisamente en la prueba más
corta de las que se disputan en la piscina.

    En España del millón y medio de diabéticos que existen,


aproximadamente el 10% presenta diabetes tipo 1 (necesitan
inyectarse insulina a diario). La recomendación del ejercicio
llevada a cabo por los endocrinólogos ha contribuido a un
espectacular aumento en la actividad deportiva de los jóvenes
diabéticos en nuestro país y a un cambio radical en la
mentalidad de los enfermos.

Alteraciones digestivas y Actividad física


deportiva
1) Alteraciones digestivas.-

Los niños con síndrome de Down tienen con relativa frecuencia (alrededor del 10
%) malformaciones y alteraciones en el aparato gastrointestinal superior e inferior
que, en ocasiones, se manifiestan más tardíamente o pueden relegarse a un
segundo lugar frente a problemas de tipo cardiovascular o respiratorios. Hay un
alto grado de asociación entre las anomalías congénitas del aparato digestivo y las
cardíacas, de modo que el 70 % de los niños con síndrome de Down que nacen
con anomalías digestivas presentan también cardiopatía congénita; no ocurre lo
mismo al revés.

Suelen ponerse en evidencia en las primeras semanas o meses de vida, si bien hoy
en día y cada vez con más frecuencia se perciben antes del nacimiento a través de
la ecografía. Esto ocurre con la atresia de esófago, las fístulas traqueo-
esofágicas, la atresia o bandas del duodeno, la estenosis de píloro, la
imperforación de ano y la enfermedad de Hirschsprung.

Otras alteraciones como el reflujo gastroesofágico, el estreñimiento crónico, la


enfermedad celíaca y la enfermedad de Crohn suelen manifestarse más tarde,
entre los 2 y los 11 años.

ATRESIA DE ESÓFAGO es una anomalía congénita muy poco frecuente


que consiste en una estrechez o estenosis del esófago que impide el paso del
alimento desde la boca al estómago. La tasa de aparición oscila según las
estadísticas: desde 7 casos en un total de 2.421 recién nacidos con síndrome de
Down (Fabia y Drolette, Pediatrics 45:60,1970), hasta 3 casos en un total de 184
(Rowe y Uchida, Am J Med 31:726,1961). Aproximadamente el 30% de los niños
con síndrome de Down que nacen con atresia esofágica lo hacen de forma
prematura. Para evitar que el niño sea prematuro es conveniente que la madre
haga reposo relativo y siga los consejos del obstetra.
Existen varios tipos de atresia esofágica dependiendo de si hay o no fístula
traqueo-esofágica, que consiste en la comunicación entre la porción distal
(inferior) del esófago y la tráquea. El niño no puede deglutir la saliva ni el
alimento, se atraganta y babea permanentemente. Es frecuente que durante el
embarazo exista aumento del líquido amniótico (polihidramnios) que es muy
evidente en el momento del parto. Este hallazgo debe hacer sospechar la
existencia de una alteración de esófago o de otra parte del intestino. El
diagnóstico se hace introduciendo una sonda por la nariz y comprobando si pasa
sin dificultad hasta el estómago.
Como hemos indicado antes, si la atresia se acompaña de fístula
traqueoesofágica, lo que ocurre en el 90% de los casos de atresia de esófago, se
producen los siguientes síntomas:

- El alimento que se administre por la boca no puede pasar hasta el estómago


porque el esófago tiene una zona atrésica (zona de oclusión que no permite el
paso). Por lo tanto, el bebé no puede recibir alimentación por vía oral hasta que
no sea intervenido. Si se alimentase al bebé por esta vía, tanto con lactancia
materna como artificial, vomitaría y podría aspirar el alimento (pasar a la vía
respiratoria).
- Parte de las secreciones gástricas pueden pasar a la vía respiratoria a través de la
fístula y producir complicaciones respiratorias.

Por estas razones, el tratamiento de la atresia esofágica es quirúrgico y se debe


realizar en el periodo neonatal, lo antes posible, previa estabilización del recién
nacido. Dependiendo del tipo de atresia, la intervención se realiza directamente
mediante anastomosis (unión) entre los dos segmentos del esófago, o se requiere
operar en dos tiempos:

1º. Cerrar la fístula entre el aparato respiratorio y el esófago y realizar una


gastrostomía que permita proporcionar alimento al recién nacido directamente en
el estómago.
2º. Anastomosis (unión) de los dos segmentos del esófago.

Si al bebé se le realiza gastrostomía antes de la cirugía definitiva, puede consultar


si puede ser alimentado con leche materna a través de la gastrostomía. Una vez
realizada la operación definitiva, generalmente, el bebé puede comenzar a comer
por vía oral 8-10 días después de la realización de la anastomosis. En ese
momento se podrá dar al recién nacido la leche materna que previamente se
extraiga, o la leche artificial. La forma de dársela deberá ir dirigida por el médico
del Hospital. Si la alimentación es natural, es probable, que una vez que el bebé
ya esté mejor, tenga dificultades para que se agarre al pecho, lo que no quiere
decir que no lo pueda intentar. Por lo tanto, en cuanto el bebé pueda la madre
puede comenzar a sacarse la leche para no perder la lactancia y lo que no se le
pueda dar al niño, se puede congelar.

(La FÍSTULA es una conexión entre el esófago y la tráquea. Los síntomas que
hacen sospechar su existencia son la tos y enrojecimiento facial coincidiendo con
la toma de alimento, así como la aparición de procesos respiratorios como
neumonías de repetición. El 30% de los niños portadores de esta anomalía suelen
tener otras malformaciones congénitas asociadas).

La ESTENOSIS DEL PÍLOROes una alteración relativamente frecuente


que se caracteriza por un estrechamiento de la luz del canal pilórico. El píloro
comunica el estómago con el intestino delgado y cuando está estenosado el niño
tiene vómitos proyectivos inmediatos a las tomas, pierde peso y puede llegar a
deshidratarse cuando los vómitos son muy persistentes. Estas alteraciones
aparecen a partir de la segunda o tercera semana de vida. Ante la sospecha clínica
el diagnóstico se realiza fácilmente por estudio radiológico o ecográfico.

El tratamiento es siempre quirúrgico con muy buen pronóstico.

La ATRESIA Y LA ESTENOSIS DEL DUODENO consisten,


respectivamente, en la interrupción total o parcial de la luz del duodeno por una
membrana o diafragma. Este defecto está presente aproximadamente en 1 de cada
5.000 embarazos, pero es mucho más frecuente en los recién nacidos con
síndrome de Down: alrededor del 30% de los casos de atresia corresponden al
síndrome de Down. Aunque no con total seguridad, se estima que la tasa de
aparición en los recién nacidos con síndrome de Down es del 5 al 8 %. Una causa
frecuente de esta malformación es la existencia de un páncreas anular, una
malformación que aparece como consecuencia de una incompleta rotación y
fusión del páncreas dorsal y ventral, que produce una obstrucción total o parcial
del duodeno. La atresia debe sospecharse cuando existe aumento del líquido
amniótico (polihidramnios). El diagnóstico se realiza con estudio radiológico o
por ecografía.

El primer síntoma por lo general es el vómito que suele aparecer en las primeras
horas después del nacimiento. El bebé no defeca y se le va hinchando el
abdomen. Esta anomalía exige una inmediata actuación quirúrgica: se secciona el
trozo atrésico o estrechado del duodeno, y se conectan los dos extremos. Los
niños con síndrome de Down toleran esta operación con igual resistencia que los
demás niños.
Los síntomas y consecuencias de la estenosis dependerán del grado de
estrechamiento del duodeno. Si es mucho, los síntomas se parecerán a los de la
atresia y aparecerán pronto. Si es poco, puede resultar más difícil el diagnóstico
pero los niños tenderán a vomitar, a comer poco, a que se les hinche el vientre.
Habrán de ser explorados cuidadosamente.

El tratamiento puede ser quirúrgico dependiendo del grado de la estenosis.

La ENFERMEDAD DE HIRSCHSPRUNGo megacolon agangliónico se


caracteriza por la falta de los plexos y terminaciones nerviosas de algún segmento
de la musculatura del intestino grueso. Como consecuencia de esta pérdida de las
estructuras nerviosas de la pared del colon, éste no se contrae ni se mueve
adecuadamente (ondas peristálticas). Esta complicación aparece en menos del 2%
de los niños con síndrome de Down. El recién nacido que la padece suele tener un
retraso en la expulsión del meconio, más allá de las 48 horas. Posteriormente
aparece estreñimiento, distensión abdominal y vómitos. Se diagnostica por una
radiografía del colon con bario y por una biopsia de la mucosa del colon, que
muestra la ausencia de plexos nerviosos en un segmento del colon.

El tratamiento ha de ser quirúrgico: se secciona el trozo de intestino afectado.

La IMPERFORACIÓN DEL ANOes otra malformación que aparece más


frecuentemente en el síndrome de Down. Se detecta durante la exploración física
del recién nacido y se manifiesta por la imposibilidad de expulsar meconio y
heces. El diagnóstico se hace en las primeras horas de vida. El tratamiento es
quirúrgico.

El REFLUJO GASTROESOFÁGICOconsiste en el paso del contenido


del estómago al esófago y posteriormente a la garganta. Se produce por un
fracaso o incompetencia del esfínter esofágico inferior, que se agrava si además
hay una dificultad de paso del contenido gástrico hacia el intestino delgado. Los
niños que tienen esta alteración son vomitadores crónicos. Cuando los vómitos
son muy frecuentes se puede alterar la mucosa del esófago (esofagitis), causando
dolor y sensación de quemazón en la región retroesternal. Puede haber anemia por
pequeñas pérdidas de sangre y también pérdida de peso. Si no se corrige, con el
tiempo esta alteración puede llegar a producir una estrechez de la luz del esófago
y dificultar la deglución. No es raro que estos niños tengan tos crónica,
preferentemente cuando están en la cama, y también procesos respiratorios y
neumonías de repetición debido a que el contenido gástrico que llega a la
garganta pasa a la tráquea y a los pulmones. A veces el reflujo gastroesofágico
puede indicar la presencia de una cierta estenosis duodenal.
El tratamiento depende de la intensidad y frecuencia del reflujo, y de las
complicaciones que provoque. Generalmente se realiza un tratamiento
farmacológico a base de fármacos que aumentan el tono del esófago y mejoran el
vaciamiento gástrico (fármacos procinéticos) y fármacos que reducen la acidez
del jugo gástrico para evitar la ulceración (inhibidores de la bomba de protones,
antihistamínicos H2).

El ESTREÑIMIENTO CRÓNICO es una complicación frecuente en el


síndrome de Down, detectado en al menos el 30 % de esta población, que se
produce como consecuencia de la hipotonía muscular y los trastornos de la
motilidad a lo largo de todos los segmentos del aparato digestivo. En efecto, es
frecuente que bebés y niños pequeños con síndrome de Down hagan sus
deposiciones con menos frecuencia que los demás niños de su misma edad. ¿Es
eso estreñimiento? Decimos que un niño está estreñido si sus defecaciones son
poco frecuentes y las heces son duras y le cuesta eliminarlas. Y es que cuanto más
se retengan en el intestino grueso, más tiempo dará para que se reabsorba el agua
de las heces y éstas serán más duras y avanzaran con más dificultad. Si las heces
son blandas (normales) y fáciles de eliminar, aunque se retrasen dos o tres días,
no hablamos de estreñimiento, aunque puede ocurrir entonces que el niño sienta
ganas "de golpe" y le cueste retenerlas. Pero si son infrecuentes (menos de una
vez cada dos días) y duras, hablamos de estreñimiento.

Las causas de este estreñimiento en el síndrome de Down son diversas: la


hipotonía muscular, la falta de ejercicio, la dieta poco adecuada (todo en papillita,
sin restos), elno saber establecer un ritmo diario, el hipotiroidismo. Si no se trata
el estreñimiento, el peligro de que se endurezcan más las heces aumenta, hasta el
punto de que avanzan muy lentamente y el intestino grueso se va agrandando.

Lo malo de la eliminación de heces duras, aparte de lo costoso y molesto que


resulta al niño el eliminarlas, es que pueden hacer una heridita (fisura) en el borde
del ano, que es muy dolorosa al defecar, de modo que el dolor retrae aún mas al
niño para defecar, con lo que va haciendo más hábito estreñido.

Lo mejor para el tratamiento es :

- establecer un buen hábito higiénico: moverse, andar, ejercicio;


- beber suficientes líquidos;
- comer una dieta adecuada: fibra de cereales, verduras de todo tipo (lechuga,
coliflor, etc.) con restos, cereales, fruta (pero no sólo el zumo sino con su pulpa);
- simultáneamente es necesario fomentar en el niño mayor el hábito de defecar
todos los días a la misma hora, vaciando completamente la ampolla rectal.
En cualquier caso, detrás de este cuadro clínico en el síndrome de Down puede
haber varios tipos de malformaciones, como segmentos agangliónicos del colon
(Hirschsprung), divertículo de Meckel o de otra clase, estenosis del recto, atresia
anal parcial o ano imperforado. El estreñimiento persistente no debe nunca ser
ignorado y menos en una persona con síndrome de Down.

La ENFERMEDAD CELIACAse presenta con mayor frecuencia (entre el


7% y 12%) en los niños con síndrome de Down ya que tienen una mayor
predisposición genética para padecer esta enfermedad. Esta frecuencia de
aparición de la enfermedad y la posibilidad de detectarla precozmente han
promovido la recomendación de que a todos los niños con síndrome de Down,
hacia los 3 años, se les determine en sangre los anticuerpos antigliadina,
antiendomisio y antitransglutaminasa.

La enfermedad se caracteriza por una intolerancia permanente al gluten existente


en la comida, que resulta tóxico para el intestino de estos pacientes. Debe
sospecharse cuando el niño tiene diarrea crónica, con heces pastosas,
voluminosas, brillantes y fétidas, no gana peso, tiene poco apetito, está irritable y
tiene distensión abdominal. Cualquier desviación en el crecimiento obliga a
realizar un estudio para determinar la causa.

Ante la sospecha clínica, se deben determinar en sangre los anticuerpos


antiendomisio, antigliadina y antitransglutaminasa, y si éstos son positivos, debe
hacerse una biopsia intestinal para demostrar la atrofia de las vellosidades
intestinales, que confirmará el diagnóstico. El tratamiento se basa en suprimir de
la dieta todos los alimentos que contienen gluten. El gluten se encuentra en los
cereales: trigo, centeno, cebada y avena. Al retirar esta sustancia de la
alimentación se normalizan las vellosidades y desaparecen los síntomas. Este
régimen es para toda la vida, pero nunca debe retirarse el gluten sin haber
confirmado el diagnóstico con la biopsia intestinal.

La ENFERMEDAD DE CROHNes una alteración inflamatoria que afecta


al aparato digestivo y también a otros órganos como las articulaciones y la piel.
La presencia de diarrea crónica, escasa ganancia de peso, fiebre, pérdida del
apetito, retraso del crecimiento, aftas bucales, prurito anal o mamelones peri
anales, deben hacer sospechar una enfermedad de Crohn. El diagnóstico se basa
en estudios radiológicos, endoscópicos e histológicos. El tratamiento es
sintomático, utilizando fármacos antiinflamatorios e inmunodepresores.

En definitiva, los niños con síndrome de Down deben ser examinados


cuidadosamente para descartar la existencia de patologías asociadas, para que si
existen, sean diagnosticadas y tratadas lo más precozmente posible.
2) ACTIVIDAD FISICO DEPORTIVA. .-

Introducción. .-En la lucha por el control del peso y la buena salud


general, se da mucha importancia al tipo y cantidad de alimentos y
bebidas que se consumen. Se ha prestado menos atención a la
cantidad de energía que gastaríamos si fuéramos físicamente activos.
Pero ambos aspectos están estrechamente ligados. A diferencia de
nuestros ancestros, ya no necesitamos emplear demasiada cantidad
de energía para encontrar alimentos. Debido a los avances
tecnológicos, al transporte motorizado, la automatización y la
maquinaria que ahorra trabajo, la mayoría de la gente tiene menos
oportunidades de gastar energía. Se ha demostrado que
aproximadamente el 70% de la población en los países occidentales
no es lo suficientemente activa como para poder gozar de una buena
salud y mantener el peso.

¿QUÉ QUIERE DECIR ACTIVIDAD FISICA?

Actividad física, ejercicio, forma física - todos estos términos se


utilizan normalmente para referirse a las personas físicamente activas.
Aún así en términos científicos, pueden tener significados ligeramente
diferentes. Los términos más comúnmente utilizados se definen en la
siguiente tabla.

 Definiciones relacionadas con la actividad física

Activida Es la energía total que


d física se consume por el
movimiento del
cuerpo. Incluye
actividades de la
rutina diaria, como las
tareas del hogar, ir a
la compra, trabajar.
Ejercicio Movimientos
planificados y
diseñados
específicamente para
estar en forma y gozar
de buena salud.
Deporte Actividad física
ejercida como
competición que se
rige por unas normas.
En muchos países
europeos el término
deporte abarca todo
tipo de ejercicios y
actividades físicas
realizadas durante el
tiempo libre.
Forma Serie de atributos,
física como la resistencia, la
movilidad y la fuerza,
que se requieren para
realizar actividades
físicas.

La actividad física se refiere a la totalidad de la energía que se gasta al


moverse. Las mejores actividades físicas son las actividades cotidianas,
en las que hay que mover el cuerpo, como andar, montar en bicicleta,
subir escaleras, hacer las tareas del hogar, ir a la compra, y la mayoría
de ellas forman parte inherente de nuestra rutina. Por el contrario, el
ejercicio es un esfuerzo planificado e intencionado, al menos en parte,
para mejorar la forma física y la salud. Puede incluir actividades como
andar a paso ligero, la bicicleta, el aeróbic y quizás algunas aficiones
activas como la jardinería y los deportes competitivos.

La forma física es principalmente el resultado que obtenemos, según


nuestros niveles de actividad física, aunque también son importantes
los factores genéticos, gracias a los cuales algunas personas tienen una
capacidad natural y un físico adecuado para destacar en algunas
actividades. Esto es más perceptible en los deportes de competición,
como las carreras de fondo o el levantamiento de pesas, donde los
mejores participantes suelen ser los que tienen una predisposición
genética. Aún así, es importante recordar que las pruebas de las que se
dispone hasta la fecha demuestran que lo que puede ayudarnos a gozar
de una buena salud (más que ningún componente hereditario de buena
forma) es realizar con regularidad actividades físicas. Esto significa que
todos, seamos atléticos o no por naturaleza, podemos beneficiarnos si
aumentamos nuestra actividad física.

¿Qué ventajas tiene la actividad física?


El aumento de las actividades físicas tiene numerosas compensaciones,
entre ellas la reducción del riesgo de padecer ciertas enfermedades y
afecciones, y la mejora de la salud mental.

3.1 Enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares

Las enfermedades coronarias son la principal causa de muerte en


Europa. Llevar un estilo de vida activo, con un nivel moderadamente
alto de ejercicios aeróbicos, puede reducir las posibilidades de contraer
enfermedades cardiacas graves o morir por su causa. Los beneficios
que el ejercicio aporta a la salud, pueden notarse si se realizan
actividades físicas moderadas, y son más evidentes en las personas
sedentarias que cambian sus hábitos y se vuelven más activas.
Actividades, como caminar, montar en bicicleta con regularidad o
realizar cuatro horas a la semana de ejercicio físico, reducen el riesgo
de padecer afecciones cardiacas. También se ha comprobado que la
actividad física ayuda a recuperarse de las enfermedades cardiacas,
mediante programas de rehabilitación que se basan en el ejercicio, y
resultan eficaces para reducir el peligro de muerte. Los efectos de la
actividad física en los accidentes cerebrovasculares están menos claros,
ya que las conclusiones de los diferentes estudios son contradictorias.

3.2 Obesidad y exceso de peso

Para mantener el peso es necesario que haya un equilibrio entre la


energía que se gasta y la energía que se consume. La obesidad se
desarrolla cuando se consume más de lo que se gasta durante un
determinado periodo de tiempo. Se piensa que la obesidad es
consecuencia directa de los cambios que se han dado en nuestro
entorno, entre ellos la disponibilidad de instrumentos que ahorran
trabajo, el transporte motorizado, entretenimientos sedentarios como
ver la televisión, y un acceso más fácil a alimentos ricos en calorías a
un menor precio. La incidencia de la obesidad se ha triplicado en los
últimos 20 años y, actualmente, en los países europeos son obesos entre
un 10-20% de los hombres y un 10-25% de las mujeres (datos de la
IOTF) (Índice de Masa Corporal >30). Existen pruebas cada vez más
evidentes de que la reducción de los niveles de actividad física es un
factor fundamental en el incremento de la obesidad.

Existen varios estudios que demuestran que se puede prevenir la


obesidad llevando un estilo de vida activo y manteniéndose en forma.
En particular, parece que la actividad evita el aumento de peso que se
suele dar en personas de mediana edad.

El ejercicio puede ayudar a las personas que ya son obesas o tienen


sobrepeso, a perder peso, si lo combinan con una dieta hipocalórica
(baja en calorías) y puede mejorar su composición corporal, ya que
conserva el tejido muscular y aumenta la pérdida de grasa. La actividad
física también es efectiva para reducir la grasa abdominal o "forma de
manzana" ( cuando la grasa se acumula en la zona del estómago y el
pecho), que se asocia con un incremento del riesgo de padecer diabetes
o enfermedades cardiacas. Además, las personas que hacen
regularmente ejercicio tienen más posibilidades de mantener la pérdida
de peso a largo plazo.

Quizás la mayor ventaja que tiene la actividad física par las personas
obesas es su efecto sobre su perfil de riesgo. Se ha comprobado que las
personas obesas que logran mantenerse activas y en forma reducen el
riesgo a padecer afecciones cardiacas y diabetes, hasta niveles
parecidos a los de las personas no obesas. Esto demostraría que no es
poco saludable estar obeso, siempre que se esté en forma.

3.3 Diabetes en adultos

La incidencia de diabetes tipo 2 se ha incrementado rápidamente.


Frecuentemente se atribuye a un aumento de la obesidad, aunque
existen pruebas contundentes que demuestran que la inactividad es
también un factor de riesgo. Según los estudios, en las personas que son
más activas el riesgo de desarrollar diabetes es un 30-50% menor que
en las que son sedentarias. Se ha comprobado que el ejercicio retrasa o
posiblemente previene que la intolerancia a la glucosa se convierta en
diabetes y es también beneficioso para las personas a las que ya se les
ha diagnosticado diabetes. Hay algunos interesantes estudios que han
demostrado que realizar ejercicio, como andar o montar en bicicleta,
tres veces a la semana durante 30-40 minutos , puede suponer pequeñas
pero significativas mejoras en el control glucémico (azúcar en sangre)
de los diabéticos.

3.4 Cáncer

Parece ser que mantenerse físicamente activo reduce el riesgo de


desarrollar ciertos tipos de cáncer, y que la actividad moderada o
intensa es la mejor manera de protegerse. Por ejemplo, realizar
ejercicio físico reduce el riesgo de desarrollar cáncer de colon o cáncer
rectal en un 40-50%. La actividad física podría también tener un
impacto en otros tipos de cáncer, pero todavía no hay pruebas
suficientes que lo demuestren.

3.5 Mejora de huesos y músculos


Hacer ejercicio de forma regular puede ser beneficioso para los
desórdenes y enfermedades que afectan a los músculos y los huesos
(como la osteoartritis, el dolor lumbar y la osteoporosis). Hacer deporte
ayuda a fortalecer los músculos, tendones y ligamentos y a densificar
los huesos. Hay programas de actividad física diseñados para mejorar la
resistencia muscular, que han demostrado ser útiles para ayudar a los
adultos de mayor edad a mantener el equilibrio, lo cual puede ser útil
para reducir las caídas. El ejercicio también es eficaz para prevenir
dolores lumbares y reduce la reincidencia de los problemas de espalda.
No obstante, no está del todo claro qué tipo de ejercicio es mejor para
el dolor de espalda. No se ha demostrado que la actividad física ayude a
prevenir la osteoartritis, pero se ha comprobado que caminar reduce el
dolor, la rigidez y la discapacidad, además de mejorar la resistencia, la
movilidad y la calidad de vida en general.

Hacer deporte (lo que incluye ejercicios en los que se cargue con el
peso del cuerpo, además de actividades entre moderadas e intensas)
puede incrementar la densidad mineral y el tamaño de los huesos en
adolescentes, ayudar a mantenerlo en los adultos y ralentizar su
descenso en los ancianos. Esto puede contribuir a prevenir o retrasar la
aparición de osteoporosis, pero no puede invertir el proceso una vez
que se ha desarrollado la enfermedad.

3.6 Mejora de condiciones mentales

Existen numerosos estudios que han demostrado que la actividad física


reduce la depresión clínica y puede ser tan efectiva como los
tratamientos tradicionales, por ejemplo la psicoterapia. Si se realiza
ejercicio físico con regularidad durante varios años también se reduce
el riesgo de la reaparición depresiones.

También se ha comprobado que la actividad física mejora la salud


psicológica en las personas que no padecen alteraciones mentales.
Hay numerosos estudios que han documentado mejoras en la salud
subjetiva, el estado de ánimo y la emotividad, así como en la
autopercepción de la imagen del cuerpo y la autoestima física.
Es más, tanto los periodos cortos de actividad como el entrenamiento
deportivo continuado reducen la ansiedad y mejoran las reacciones ante
el estrés, así como la calidad y extensión del sueño. También se ha
demostrado que el ejercicio mejora algunos aspectos del
funcionamiento mental, como la planificación, la memoria a corto
plazo y la toma de decisiones.

Parece que la actividad física es especialmente saludable para las


personas mayores, y reduce el riesgo de demencia y Alzheimer.

4. ¿Qué costes tiene la inactividad?


El cuerpo humano está diseñado para moverse, y por ello una vida
sedentaria puede tener como consecuencia enfermedades e incluso la
muerte prematura. En una revisión de 44 estudios, se comprobó que los
adultos que realizan una actividad física moderada, especialmente
durante la mediana edad y posteriormente, tienen el doble de
posibilidades que las personas sedentarias de evitar una muerte
temprana y el desarrollo de enfermedades graves. El nivel de los
beneficios obtenidos para la salud es similar a los que se consiguen
dejando de fumar, y hoy en día se reconoce que la inactividad es uno de
los factores de riesgo en las enfermedades cardiacas.

¿Cómo se traduce esto en costes económicos? Las enfermedades y la


muerte prematura hacen sufrir a las victimas, y a los amigos y
familiares, pero además suponen un enorme coste económico en lo que
respecta al absentismo laboral por bajas y a la atención sanitaria. La
mayoría de los estudios se han realizado en Estados Unidos, y en ellos
se estima que un 18% de los casos de enfermedades cardiacas (con un
coste de 24.000 millones de dólares - 1995) y un 22% de los casos de
cáncer de colon (con un coste de 2.000 millones de dólares) en la
población, pueden estar provocados por la inactividad. Actualmente, se
sabe que los gastos médicos de las personas activas son un 30% más
bajos que los de las personas inactivas.

Se estima que en Gran Bretaña, que tiene el porcentaje de obesidad más


alto de Europa, (en torno a un 20% de la población, lo cual es al menos
en parte debido a la inactividad), el coste anual de la obesidad es de 500
millones de libras, y provoca la pérdida de 18 millones de días de bajas
por enfermedad al año.

¿Qué riesgos se asocian a la actividad física?


No existe ninguna acción que no conlleve riesgos, y el ejercicio no es
una excepción. Por ejemplo, la posibilidad de sufrir una muerte
cardiaca súbita durante el ejercicio físico intenso se multiplica por 5 en
personas en buena forma y por 56 en personas en baja forma. También
se incrementa el riesgo de lesiones, particularmente en los pies, los
tobillos y las rodillas, cuando se realizan ejercicios o deportes intensos.
Por último, gran parte de la atención de la prensa se ha centreado en la
"adicción al deporte", de las personas que se 'enganchan' y dejan de
lado otros aspectos de la vida, como el trabajo o las relaciones sociales.
Aunque se ha identificado un síndrome de dependencia del deporte, es
muy poco común, y normalmente se asocia a otros problemas
psicológicos, como la anorexia nerviosa, el neurotismo excesivo y los
desórdenes obsesivo-compulsivos.

¿Cuánta actividad física necesitamos?


Durante muchos años, los educadores físicos adoptaron métodos de
entrenamiento para mejorar la salud cardiovascular, que consistían en
ejercicios enérgicos en los que se trabajaba con grandes grupos
musculares durante al menos 20 minutos seguidos, con una gran
intensidad (equivalente a un 60-80% del ritmo cardiaco máximo).
Desgraciadamente, se observó que este nivel de ejercicio era demasiado
intenso para la mayoría de la gente, que continuó siendo inactiva.

Las recomendaciones más recientes en Estados Unidos y el Reino


Unido es que se realicen actividades físicas con niveles moderados de
intensidad. Se piensa que es mucho más fácil que un mayor porcentaje
de la población realice actividades físicas moderadas, como caminar a
paso ligero, ya que este tipo de ejercicios se pueden incorporar más
fácilmente a las rutinas diarias y exigen menos esfuerzo físico. Caminar
a paso ligero durante 20 minutos al día puede suponer una diferencia de
5kgs al año y contribuir a una mejor salud cardiovascular, además de
aportar otros beneficios físicos y mentales. Actualmente, las
recomendaciones insisten en que se camine a paso ligero durante treinta
minutos todos o casi todos lo días de la semana. Está demostrado que la
misma cantidad de ejercicio dividida en dos o tres espacios más cortos
de tiempo puede ser casi igual de efectiva y más fácil de sobrellevar si
se realiza diariamente.

Los diferentes tipos e intensidades de actividad física contribuirán a


mejorar aspectos diferentes de la salud y la forma física. Por ejemplo,
aunque un ligero paseo a la hora de la comida no es lo suficientemente
intenso como para mejorar la salud circulatoria, puede servir para hacer
una saludable pausa en el trabajo, mejorar el estado de ánimo y reducir
el estrés, además de contribuir también a controlar el peso. Para las
personas a las que no les gusta el ejercicio planificado o se sienten
incapaces de hacerlo, también puede resultar muy útil reducir el tiempo
dedicado a actividades sedentarias, como ver la televisión. Para que
todas las zonas del cuerpo se beneficien al máximo, es necesario
realizar también diversos ejercicios específicos de fortalecimiento y
estiramientos. Esto es especialmente importante en la gente mayor.

La recomendación de que se realicen ejercicios moderados no invalida


el hecho de que las actividades más intensas sean más beneficiosas,
especialmente porque mejoran la salud del corazón y el metabolismo de
la glucosa.

Las recomendaciones de la Declaración de Quebec sobre Actividad


Física, Salud y Bienestar (Quebec ConsensusStatemenon Actividad
física, Health and Well-Being) proporcionan útiles directrices sobre
actividad física.

También podría gustarte