Caso 1

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CASO 1

Alejandro tiene 7 años de edad. Los padres le han llevado a Urgencias del
Hospital cuatro días consecutivos. Tenía dificultades para comer, se sentía muy
mal. Decía que tenía bichos que le recorrían por todo el cuerpo. En Urgencias
conseguía tranquilizarse. Por la mañana vomitaba el desayuno. Se quejaba de
dolor abdominal. Sensación de falta de aire. No podía comer apenas por
sensación de ocupación en la garganta, había perdido 3 kilos de peso en menos
de una semana. Se tocaba el corazón para ver si lo tenía. Gran intranquilidad
motriz. Se ponía muy exigente con los padres, para que le llevasen al hospital,
cuando se encontraba así.
Antecedentes personales
Nacido por cesárea por no progresión. Lenguaje dislálico, en tratamiento
logopédico. Escolarizado, a los tres años de edad. Le costó mucho la adaptación
al colegio y estuvo con encopresis y enuresis diurna durante un tiempo. Lloraba
mucho cuando la madre lo dejaba en el colegio. Estudia 2º de Primaria. Repite el
curso. Tiene miedo a la oscuridad, a los ascensores y a los perros.
Familia
Padre 42 años. Mecánico. Madre 39 años. Limpiadora. Trastorno de ansiedad con
agorafobia, sin tratar. Hermano de 16 años. No patología. Trabaja.

La madre cree que ha habido situaciones de estrés que han podido provocar el
cuadro que presenta su hijo. El día anterior en un supermercado, se subieron a un
ascensor que estaba muy sucio y oscuro. La madre refiere que ella se encontró
muy mal en él. Ese mismo día el niño bajó al garaje a coger una botella de agua y
no se encendió la luz. Subió muy excitado y con sensación de asfixia exigiendo
que lo llevasen a un médico. Al día siguiente no podía desayunar, explicaba que
se le había metido una mosca y la tenía en el oído y en la garganta, y también por
dentro de la cara y en el cerebro.
Durante la consulta le pregunto qué le pasó en el ascensor y responde que “me
faltaba aquí la vida”, dice esto poniendo la mano sobre el tórax. “Se me ha metido
una mosca por dentro de la cara y del cuello y en el cerebro”. Está masticando
chicle continuamente, porque su padre le ha dicho que así se quita lo de los oídos.
“Los mosquitos se me quitan y se me ponen”.
En muchos momentos mientras cuenta esto se le llenan los ojos de lágrimas.
Come poco y todo triturado, “porque se le queda la comida en la garganta”.
Continuamente está tosiendo, como aclarándose la garganta. Se queja de dolor
abdominal. Miedo a que se le “vaya” el corazón. Continuamente se pone la mano
en el pecho. Por las noches tenía que dormir con su madre. No podía ir al colegio.
No podía estar si no estaba con él la madre.
Este niño fue evaluado en Urgencias de pediatría. Se efectuó una exploración
física completa con hemograma, perfil hepato renal con iones, hormonas tiroideas
y un ECG. Todo fue normal.
CASO 1
es una mujer de 30 años, el 25 de septiembre de 2002 derivada por su médico de
atención primaria. El 18 de mayo falleció su esposo en accidente de moto. Fue
atendida por primera vez cuando tenía 21 años (octubre de 1993), por presentar
una dependencia a opiáceos (heroína) de varios años de evolución. Se intentó una
desintoxicación tanto a nivel ambulatorio como en un día sin éxito. En junio de
1994
Cuatro años después (julio de 1998), es nuevamente por síndrome de ansiedad, a
menudo en forma de crisis con importante componente vegetativo.
La sintomatología comenzó después del nacimiento de su hija, que en ese
momento tiene 2 años, y parece estar en relación con sobrecarga e inseguridad en
el cuidado de la misma.
Es la mayor de una fratria de tres. Sus dos hermanos siguen viviendo en el
domicilio parental. Con la hermana tres años menor refiere una mala relación
desde siempre y la describe como egoísta. Al hermano lo describe como noble.
XX mantiene una estrecha relación con sus padres con los que estuvo viviendo un
par de meses después de la muerte de su marido. Actualmente muchos días va a
comer a su casa y cuenta con ellos para que le ayuden en el cuidado de su hija.
Los considera una importante fuente de apoyo y recurre frecuentemente a ellos.
Sin antecedentes psiquiátricos familiares de interés.

Historia de pareja
Conoció a su marido con 15 años y a los 20 se fue a vivir con él. En esta época
habría que situar el consumo de heroína. Tras varios meses de convivencia su
marido es detenido por robo y es cuando ella descubre que él era heroinómano.
Después de que lo encarcelan es cuando XX comienza a consumir Heroína: “me
reunía con sus amigos y me encontraba a gusto. Fueron ellos los que me
ofrecieron. Mi novio nunca habría consentido que me ofrecieran”. Pedro se
encuentra cumpliendo el programa de comunidad terapéutica de Proyecto Hombre
y ella, viviendo de nuevo con sus padres, que son quienes, muy angustiados,
quieren que deje de consumir. Al año siguiente XX comienza también el programa
de Proyecto Hombre. Estando en el programa se queda embarazada. Ambos
logran terminar el programa con éxito, desde entonces han estado abstinentes.
En julio de 1999, contraen matrimonio y es su hija de 4 años quien lleva las arras.
Los tres viven en un piso alquilado de protección oficial. XX describe una relación
de complicidad, de buen entendimiento y algo dependiente por su parte: “ZZ
siempre sabía lo que hacer y siempre lo hacía bien. Yo no se como hacer las
cosas y lo hago todo mal.” Consciente de su inseguridad se sentía protegida por
ZZ.
Historia laboral
Realizó estudios de F.P y peluquería. Posteriormente comenzó a trabajar como
dependienta en distintas tiendas. Nunca ha tenido un trabajo fijo, trabaja por
temporadas desempeñando labores que requieren poca especialización: como
interina en una casa, de cajera en un supermercado, etc. Actualmente trabaja en
la limpieza.

Enfermedad actual
El día del funeral de su esposo presentó una crisis de ansiedad que le impidió
entrar al cementerio. Todavía no ha visto la tumba de ZZ porque le da miedo ir al
cementerio. Durante los 3 meses siguientes al fallecimiento estuvo viviendo en
casa de sus padres. En agosto regresa a su casa acompañada de su hija y de una
perrita recién comprada de la raza que le gustaba a ZZ.
En la entrevista se muestra consciente y orientada, llorosa, habla mucho y rápido,
manifiesta sentimiento de rabia, de rechazo social y preguntas continuas sobre lo
ocurrido, miedo al futuro, sentimiento de inseguridad y baja autoestima. Apetito y
sueños conservados.

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