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René Descartes,2 también llamado Renatus Cartesius (en escritura latina) (La Haye

en Touraine, 31 de marzo de 1596-Estocolmo, Suecia, 11 de febrero de 1650), fue un


filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría
analítica y de la filosofía moderna34, así como uno de los protagonistas con luz
propia en el umbral de la revolución científica.5

Generalidades
Es también conocido como Cartesius, que era la forma latinizada en la que escribía
su nombre, onomástico del que se deriva el adjetivo cartesiano usado en el contexto
de la matemática: plano cartesiano, por ejemplo.

Estatua de René Descartes en La Haye-Descartes.


Hizo famoso el célebre principio cogito ergo sum (‘pienso, luego existo’), elemento
esencial del racionalismo occidental, y formuló el conocido como «método
cartesiano», pero del cogito ya existían formulaciones anteriores, alguna tan
exacta a la suya como la de Gómez Pereira6 en 1554, y del Método consta la
formulación previa que del mismo hizo Francisco Sánchez en 1576.7 Todo ello con
antecedentes en Agustín de Hipona8 y Avicena,9 por lo que ya en su siglo fue
acusado de plagio, entre otros por Pierre Daniel Huet.10

René Descartes.
René Descartes.
Escribió una parte de sus obras en latín, que era la lengua franca de los expertos;
y, la otra parte de su producción, en su idioma nativo. En física está considerado
como el creador del mecanicismo, y en matemática, de la geometría analítica. Se le
asocia con los ejes cartesianos en geometría, con la iatromecánica y la fisiología
mecanicista en medicina, con el principio de inercia en física, con el dualismo
filosófico mente/cuerpo y el dualismo metafísico materia/espíritu. No obstante,
parte de sus teorías han sido rebatidas —teoría del animal-máquina— o incluso
abandonadas —teoría de los vórtices—. Su pensamiento pudo aproximarse a la pintura
de Poussin11 por su estilo claro y ordenado. Su método filosófico y científico, que
expone en Reglas para la dirección de la mente (1628) y más explícitamente en su
Discurso del método (1637), establece una clara ruptura con la escolástica que se
enseñaba en las universidades. Está caracterizado por su simplicidad —en su
Discurso del método únicamente propone cuatro normas— y pretende romper con los
interminables razonamientos escolásticos. Toma como modelo el método matemático, en
un intento de acabar con el silogismo aristotélico empleado durante toda la Edad
Media.

Consciente de las penalidades de Galileo por su apoyo al copernicanismo, intentó


sortear la censura, disimulando de modo parcial la novedad de las ideas sobre el
hombre y el mundo que exponen sus planteamientos metafísicos, unas ideas que
supondrán una revolución para la filosofía y la teología. La influencia cartesiana
estará presente durante todo el siglo XVII: los más importantes pensadores
posteriores desarrollaron sistemas filosóficos basados en el suyo; no obstante,
mientras hubo quien asumió sus teorías —Malebranche o Arnauld— otros las rechazaron
—Hobbes, Spinoza, Leibniz o Pascal—.

Establece un dualismo sustancial entre alma —res cogitans, el pensamiento— y cuerpo


—res extensa, la extensión—.12 Radicalizó su posición al rechazar considerar al
animal, al que concibe como una «máquina»,13 como un cuerpo desprovisto de alma.
Esta teoría será criticada durante la Ilustración, especialmente por Diderot,
Rousseau y Voltaire.

Biografía
Durante la Edad Moderna era también conocido por su nombre latino Renatus
Cartesius. Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en la Turena, en La Haye en
Touraine, hoy en día llamada Descartes en su honor, después de que su madre
abandonara la ciudad de Rennes, donde se había declarado una epidemia de peste
bubónica. Pertenecía a una familia de baja nobleza; su padre fue Joachim Descartes,
consejero en el Parlamento de Bretaña. Era el tercero de los descendientes del
matrimonio entre Joachim Descartes, parlamentario de Rennes, y Jeanne Brochard, por
lo que, por vía materna, era nieto del alcalde de Nantes.

Infancia y adolescencia

Registro de graduación de Descartes en el Collège Royal Henry-Le-Grand, La Flèche,


1616.
Después de la temprana desaparición de su madre, Jeanne Brochard, a pocos meses
después de su nacimiento, quedó al cuidado y crianza de su abuela, su padre y su
nodriza. Fue criado por la atención de una nodriza, a quien permanecerá ligado toda
su vida, en casa de su abuela materna. Su madre muere el 13 de mayo de 1597, a los
trece meses siguientes de haber alumbrado a René y pocos días, luego del nacimiento
de un niño que no sobrevive.

Su padre comenzó a llamarle su «pequeño filósofo» porque el pequeño René se pasaba


el día planteando preguntas.14

Con once años entra en el Collège Henri IV de La Flèche, un centro de enseñanza


jesuita en el que impartía clase el padre François Fournet —doctor en filosofía por
la Universidad de Douai15— y el padre Jean François (matemático) —que le enseñará
matemáticas durante un año— en el que permanecerá hasta 1614.16 Estaba eximido de
acudir a clase por la mañana debido a su débil salud17 y era muy valorado por los
educadores a causa de sus precoces dotes intelectuales.18 Aprendió física y
filosofía escolástica, y mostró un notable interés por las matemáticas; no
obstante, no cesará de repetir en su Discurso del método que en su opinión este
sistema educativo no era bueno para un adecuado desarrollo de la razón. De este
periodo no conservamos más que una carta de dudosa autenticidad —puede ser de uno
de sus hermanos— que en teoría Descartes escribió a su abuela.

Educación
La educación que recibió en La Flèche hasta los dieciséis años de edad (1604-1612)
le proporcionó, durante los cinco primeros años de cursos, una sólida introducción
a la cultura clásica, habiendo aprendido latín y griego en la lectura de autores
como Cicerón, Horacio y Virgilio, por un lado, y Homero, Píndaro y Platón, por el
otro. El resto de la enseñanza estaba basada principalmente en textos filosóficos
de Aristóteles (Órganon, Metafísica, Ética a Nicómaco), acompañados por comentarios
de jesuitas (Suárez, Fonseca, Toledo, quizá Vitoria) y otros autores españoles
(Cayetano). Conviene destacar que Aristóteles era entonces el autor de referencia
para el estudio, tanto de la física, como de la biología. El plan de estudios
incluía también una introducción a las matemáticas (Clavius), tanto puras como
aplicadas: astronomía, música, arquitectura. Siguiendo una extendida práctica
medieval y clásica, en esta escuela los estudiantes se ejercitaban constantemente
en la discusión (Cfr. Gaukroger, quien toma en cuenta la Ratio studiorum: el plan
de estudios que aplicaban las instituciones jesuíticas).

Juventud

René Descartes en su escritorio.


A los 18 años de edad, Descartes ingresó en la Universidad de Poitiers para
estudiar derecho y medicina. Para 1616 cuenta con los grados de bachiller y
licenciado en Derecho.

A los veintidós años parte hacia los Países Bajos, donde observa los preparativos
del ejército de Mauricio de Nassau para la inminente Guerra de los Treinta Años. En
1618 y 1619 reside en Holanda. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman,
con quien durante varios años mantiene una intensa y estrecha amistad. Para él
escribe pequeños trabajos de física, como «Sobre la presión del agua en un vaso» y
«Sobre la caída de una piedra en el vacío», así como un compendio de música. En
1619 se enrola en las filas del duque Maximiliano de Baviera. El filósofo se
encontraba acuartelado en Ulm, cerca de Baviera, durante el frío invierno de 1619.
Pasa el día en una habitación calentada por una estufa, al dormirse por la noche
tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del Cielo para consagrarse a
su misión de investigador.

Los tres sueños


En el primer sueño es atormentado por unos fantasmas que lo asustaron tanto que le
hicieron salir a la calle. Al caminar iba encorvado hacia el lado izquierdo, porque
sentía una gran debilidad en su lado derecho. Cuando intentaba rectificar su paso,
fue sacudido por un torbellino. Vio una iglesia y fue hacia ella, con la idea de
rezar, pero un hombre se acercó a él diciéndole que Monsieur N tenía algo que
darle. Era un melón de un país extranjero. La intensidad del viento disminuyó y se
despertó pensando que tal vez un genio maligno lo quería seducir.

Al despertarse, Descartes rezó y le pidió a Dios que lo protegiera y volvió a


dormirse. El segundo sueño un sonido explosivo, como un relámpago, lo estremeció.
Esto hizo que se "despertara". Abrió los ojos y notó numerosas centellas de fuego
dispersas por toda su habitación. El terror se disipó y se volvió a dormir.

El tercer sueño, Descartes encontró una un diccionario y una antología de poesía


latina, Corpus Poetarum. Lo abrió en un verso que decía "Quod vitae sectabor iter?"
("¿Qué camino de vida debo seguir?"). Luego un hombre desconocido le mostró un
verso que empezaba "Est & Non" ("Sí o No"). Era un idyllis de Ausonio. Se lo
intentó enseñar al hombre pero no lo encontró. Le dijo al hombre que conocía otro
poema, del mismo poeta, que empezaba "Quod vitae sectabor iter?". Sin lograrlo,
finalmente el libro y el hombre desaparecieron. Se dice que Descartes no despertó,
sino que empezó a interpretar su sueño mientras soñaba.

Descartes consideró que "el Diccionario significaba nada menos que todas las
ciencias juntas" y que los poemas indicaban "la Filosofía y la Sabiduría unidas" y
por último, que la frase "Quod vitae sectabor iter" "era un buen consejo de una
persona sabia, o incluso Teología Moral". El "Sí y No", que era de Pitágoras, debía
entenderse como la verdad y la falsedad en el conocimiento humano y en las ciencias
seculares.19 De esa época posiblemente data su concepción de una matemática
universal y su invento de la geometría analítica.

Renuncia a la vida militar en 1619. Abandona Holanda, vive una temporada en


Dinamarca y luego en Alemania, asistiendo a la coronación del emperador Fernando en
Fráncfort. Viaja por Alemania y regresa a Francia en 1622, estancia que aprovecha
para vender sus posesiones y así asegurarse una vida independiente. Pasa una
temporada en Italia (1623-1625), donde sigue de cerca el itinerario que décadas
antes había hecho Michel de Montaigne.

Etapa investigadora
En noviembre de 161820 conoció en Breda a Isaac Beeckman, quien intentaba
desarrollar una teoría física corpuscularista, muy basada en conceptos matemáticos.
El contacto con Beeckman estimuló en gran medida el interés de Descartes por la
matemática y la física. Pese a los constantes viajes que realizó en esta época,
Descartes no dejó de formarse y en 1620 conoció en Ulm al entonces famoso maestro
calculista alemán Johann Faulhaber. Él mismo refiere que, inspirado por una serie
de sueños, en esta época vislumbró la posibilidad de desarrollar una «ciencia
maravillosa».21 El hecho es que, probablemente estimulado por estos contactos,
Descartes descubre el teorema denominado de Euler sobre los poliedros.

Descartes en la Corte de la reina Cristina de Suecia (detalle), Louis-Michel


Dumesnil, Palacio de Versalles.
A pesar de discurrir sobre los temas anteriores, Descartes no publicó entonces
ninguno de estos resultados. Durante su estancia más larga en París, Descartes
reafirma relaciones que había establecido a partir de 1622 con otros intelectuales,
como Marin Mersenne y Guez de Balzac, así como con un círculo conocido como «Los
libertinos». En esta época sus amigos propagan su reputación, hasta el punto de que
su casa se convirtió entonces en un punto de reunión para quienes gustaban
intercambiar ideas y discutir. Con todo ello su vida parece haber sido algo
agitada, pues en 1628 se bate en duelo, tras el cual comentó que «no he hallado una
mujer cuya belleza pueda compararse a la de la verdad».

El año siguiente, con la intención de dedicarse por completo al estudio, se


traslada definitivamente a los Países Bajos, donde llevaría una vida modesta y
tranquila, aunque cambiando de residencia constantemente para mantener oculto su
paradero. Descartes permanece allí hasta 1649, viajando, sin embargo, en una
ocasión a Dinamarca y en tres a Francia.

La preferencia de Descartes por Holanda parece haber sido bastante acertada, pues
mientras en Francia muchas cosas podrían distraerlo y había escasa tolerancia, las
ciudades holandesas estaban en paz, florecían gracias al comercio y grupos de
burgueses potenciaban las ciencias fundándose la academia de Ámsterdam en 1632.
Entre tanto, el centro de Europa se desgarraba en la Guerra de los Treinta Años,
que terminaría en 1648. Aun así, tomando ejemplo de lo sucedido a Galileo con la
Iglesia, Descartes se muestra cauteloso en sus escritos y, en su correspondencia de
esos años con el médico Regius (1639-1645) o su amigo Mersenne, recomienda a éstos
discreción a la hora de dar a conocer sus teorías para evitar un posible
encarcelamiento o incluso la muerte. En una carta de 1633 enviada a este último,
impactado por la reciente condena al científico italiano, llega a plantearle la
quema de sus papeles o, al menos, no dejárselos ver a nadie.22

Fallecimiento

La tumba de Descartes (en el centro), con vista detallada de la inscripción, en la


iglesia de Saint-Germain-des-Prés, París.
En septiembre de 1649, la reina Cristina de Suecia llamó a Descartes a Estocolmo.
Allí murió de una neumonía el 11 de febrero de 1650, a los 53 años de edad.
Actualmente se pone en duda si la causa de su muerte fue la neumonía. En 1980, el
historiador y médico alemán Eike Pies halló en la Universidad de Leiden una carta
secreta del médico de la corte que atendió a Descartes, el holandés Johan Van
Wullen, en la que describía al detalle su agonía. Curiosamente, los síntomas
presentados —náuseas, vómitos, escalofríos— no eran propios de una neumonía. Tras
consultar a varios patólogos, Pies concluyó en su libro El homicidio de Descartes,
documentos, indicios, pruebas, que la muerte se debía a envenenamiento por
arsénico. La carta secreta fue enviada a un antepasado del escritor, el holandés
Willem Pies.

En 1663 su obra filosófica, así como Las pasiones del alma —último trabajo
publicado en vida del autor—, fueron incluidas por la Iglesia católica en su Índice
de Libros Prohibidos,23 en ambos casos con el añadido donec corrigantur ("hasta ser
corregida").24

En el año de 1676 se exhumaron los restos de Descartes; colocados en un ataúd de


cobre se trasladaron a París para ser sepultados en la iglesia de Sainte-Geneviève-
du-Mont. Movidos nuevamente durante el transcurso de la Revolución francesa, los
restos fueron colocados en el Panthéon, la basílica dedicada a los grandes hombres
de la nación francesa. Nuevamente, en 1819, los restos de René Descartes cambiaron
de sitio de reposo y fueron llevados esta vez a la Abadía de Saint-Germain-des-
Prés, donde se encuentran en la actualidad, a excepción de su cráneo que se
conserva en el Museo del Hombre en París.
En 1935 se llamó, en su honor, «Descartes» a un cráter lunar.25 Su ciudad natal
también fue bautizada como "Descartes".

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