Taller Literatura Precolombina
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LENGUA CASTELLANA
LEYENDA DE
Biachú había llegado a la más alta prominencia de la montaña que circundaba el valle. Su mirada
inquieta volviéndose sobre el camino recorrido fatigosamente y diviso allá lejos, todavía entres las
brumas del amanecer, una multitud de sobre el camino recorrido fatigosamente y diviso allá lejos,
todavía entres las brumas del amanecer, una multitud de techumbre, pajizas que empezaban a
engalanarse con leyes espirales de humo azulado una construcción magnifica techumbre, pajizas
que empezaban a engalanarse con leyes espirales de humo azulado una construcción magnifica
sobresalía de aquel conjunto miserable era el templo del sol refugio de la religiosidad y del
sentimiento de aquellos hombres semidesnudos y hermosos, que cada día elevaban a su Dios
una oración sencilla y ferviente .
El paisaje comenzaban a desnudarse y los jirones de niebla, dispersos, como corderos perseguidos,
corrían a esconderse más allá del aquel lago encantador que pertenecía a los dominios del Cacique
Suamox; lago tembloroso y cambiante primorosamente decorado por altos juncales donde
saltaban aves suntuosas y desconocidas. Las colinas descendían suavemente sobre el hecho de
aguas transparentes, y se adornaba con árboles gigantes en cuyas copas descendían suavemente
sobre el hecho de aguas transparentes, y se adornaba con árboles gigantes en cuyas copas se
diluían un verde primaveral, símbolo de vida y esperanza.
Cuando Biachú apartó los ojos de aquel paisaje donde había dejado la mitad de su vida, sintió
nostalgia por el abandono del surco amado y fecundo, por la fuga de romanzo familiar, donde al
lado del fogón que cuece el sustento y calienta los músculos, de romanzo familiar, donde al lado
del fogón que cuece el sustento y calienta los músculos, donde dejaba salir su corazón en busca de
recuerdo. Biachú sintió el ansia de volar, de hacerse sutil como el viento y sus ojos negros, de una
profundidad escalofriante, brillaban sobre un fondo de sombras. El ansia se dibujaba en su rostro
moreno y sensual curtido por el frío del páramo, y así quería que sus brazos fuertes, convertidos
en alas, lo llevaran más allá de la montaña azul. Sudoroso y cansado, con los pies convertidos en
sangrantes, llegó a la cima del monte y mientras el sol se filtraba por entre las ramas de los
arbustos, decidió descansar a orillas de un manantial semioculto por la fronda, donde el agua
nacía fresca y pura como la risa de Anachué.Y así empezó a soñar aquel hombre primitivo, noble y
valeroso como todos los de su raza. Fue una noche, cuando la tribu reunida alrededor del templo,
celebraba con danzas y música la visita de un cacique de lejanas tierras. Había llegado de los
dominios de Suamox, precedido de un enorme séquito de guerreros armados. Lo acompañaba su
hija, la india Anachué.
Suamox y su huésped presenciaban las danzas, sentados en el suelo y ataviados con vistosos
adornos de oro y de plumaje. Biachú repartía la chicha a los altos personajes en recipientes de
oro, y a danzarinas acompañantes en odres de cuero y tazas de cerámica. Cuando tendió a
Anachué el dorado vaso, sintió que sus ojos humedecidos se clavaban en él. Un estremecimiento
nunca presentido corrió por sus venas, como si el veneno de aquel licor amargo y enervante en él.
Un estremecimiento nunca presentido corrió por sus venas, como si el veneno de aquel licor
amargo y enervante se hubiese transportado a los ojos de ella. Anachué lo siguió con los ojos
durante el festín, por entre aquella loca Confusión de cuerpos semidesnudos y sudorosos que se
confusión de cuerpos semidesnudos y sudorosos que se retorcían poseídos por el demonio de la
danza lujuriante.
La noche era magnífica y la luna arropada con su manto color de tisú, presidía aquella fiesta
rumorosa y sensual. ¡Cuántas estrellas seguían el ritmo voluptuoso de la danza! Y qué
intensamente seguían brillando en la oscuridad de su noche los ojos de Anachué.
¿Por qué aquella noche, toda la naturaleza salvaje y primitiva tenía para él un encanto tan hondo?
¿Qué tendría de extraño y de enigmático, que parecía que toda ella penetrara en su ser de
manera tan espontánea y sencilla, hasta extraño y de enigmático, hasta hacerle sentir la
armoniosa simplicidad de las cosas? Ya, a la media noche, la tribu dormía sobre el campo, al
conjuro de las estrellas. Solamente permanecía despierto y vigilante Biachú, quien presentía la
dura lucha, quizá el desafío de la muerte, si se atrevía a llegar al lado de Anachué. Cautelosamente
se deslizó hasta el arroyo y allí estuvo mirando largamente el cielo en sus aguas dormidas. Qué
cerca Cautelosamente se deslizó hasta el arroyo y allí estuvo mirando largamente el cielo en sus
aguas dormidas. Qué cerca de él contemplaba ese cielo inmenso y cuántos ojos titilantes vigilaban
su vida. Fue muy breve pero muy dulce el de él contemplaba ese cielo inmenso y cuántos ojos
titilantes vigilaban su vida. Fue muy breve pero muy dulce el amanecer cerca de ella, y la luna ya
había recogido su manto de tisú, cuando r esonó una nota prolongada y melancólica,
que anunciaba a la tribu la proximidad del día. Biachú había visto en los ojos abiertos de su amada,
¡todas las maravillas que anunciaba a la tribu la proximidad del día. Biachú había visto en los ojos
abiertos de su amada, ¡todas las maravillas
del amanecer!
Cuando el lago maravilloso apareció ante sus ojos, el canto de la naturaleza, rudo y primitivo, llegó
a sus oídos. ¿Quién Cuando el lago maravilloso apareció ante sus ojos, el canto de la naturaleza,
rudo y primitivo, llegó a sus oídos. ¿Quién
más que él podía ser el dueño de esa visión esplendorosa del cielo y del agua; quién más, con un
oído escrutador, más que él podía ser el dueño de esa visión esplendorosa del cielo y del agua;
quién más, con un oído escrutador,
podría oír la infinita melodía de las cosas, cuandolos árboles, las flores, las mismas montañas,
queriendo dialogar con el podría oír la infinita melodía de las cosas, cuandolos árboles, las flores,
las mismas montañas, queriendo dialogar con el
La barca que conducía a Anachué hacia el rito despertaba las aguas del lago. Una leve brisa irisaba
lasuperficie La barca que conducía a Anachué hacia el rito despertaba las aguas del lago. Una leve
brisa irisaba lasuperficie
tranquila, donde parecía que el arco iris convertido en tranquila, donde parecía que el arco iris
convertido en pedazos flotara al capricho del viento. La barca avanzaba, seguida
por muchas canoas, y el cuerpo de la mujer indiana parecía una estatua de oro; tal brillaba su
cuerpo,sus largos por muchas canoas, y el cuerpo de la mujer indiana parecía una estatua de oro;
tal brillaba su cuerpo,sus largos
pendientes y sus brazaletes, que al chocar producían un retintín sonoro, como si mil campanitas
estuviesen anunciando pendientes y sus brazaletes, que al chocar producían un retintín sonoro,
como si mil campanitas estuviesen anunciando
su fiesta triunfal.
Taller 1
1. Consultar y escribe el significado de las siguientes palabras: primor, ferviente, odre, remanso,
c) Qué cerca de él contemplaba ese cielo inmenso y cuantos ojos t itilantes vigilaban su vida
6. En el enunciado, …donde el agua nacía fresca y pura como la risa de Anachué, que recurso
literario se utiliza y porque
8. Lee el mito El mundo de arriba y el mundo de abajo (cultura de los motilones) (Literatura
colombiana 8 )
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