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3.

DESARROLLO DE LA LINEA JURISPRUDENCIAL

3.1 PROBLEMA
JURÍDICO

En el análisis probatorio de un proceso ordinario de simulación de contrato, y

teniendo como fundamento de la decisión la prueba indiciaria, es requisito sine

qua non la pluralidad de los


mismos?

3.2 POLOS DE RESPUESTA

Tabla 1. Polos de
respuestas

TESIS No. 1:

Con fundamento en la sentencia de mayo 17 de 1946, M.P. Ricardo Hinestrosa Daza. Gaceta
LX. Un solo indicio necesario es suficiente para decidir en relación con la pretensión de
simulación.

Argumento central:

Un solo indicio necesario (art. 663 C.J.), o una sola presunción (art. 664 Idem), puede probar
plenamente, cuando a juicio del juez (o jueza) éste tenga carácter de gravedad y precisión
suficiente para formar su convencimiento.

Tesis No 2:

Es la que se viene sosteniendo, de acuerdo con las sentencias estudiadas, a partir de la


sentencia del 12 de febrero de 1998, M.P. José Fernando Ramírez Gómez, expediente C-
4730, y hasta la sentencia del 15 de noviembre de 2002, M.P. César Julio Valencia Copete,
expediente 6432 Se deben valorar los indicios en conjunto, y en relación con las demás
pruebas, teniendo en cuenta las reglas de la sana crítica y las máximas de la experiencia.

Argumento central:
Los indicios se deben apreciar, vinculados a la concordancia y convergencia que debe existir
entre unos y otros, e igualmente entre todos ellos, así como con los demás medios de prueba
recaudados.

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3.3 EL PUNTO ARQUIMÉDICO O DE APOYO

Se escogió la sentencia del 15 de noviembre de 2002, proferida por la Sala de

Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, con ponencia del Magistrado

César Julio Valencia Copete, expediente No. 6432. Demanda instaurada por el Sr.

Enrique Jiménez Sarmiento, contra el Sr. Arturo Barrera Torres. Esta escogencia

se efectuó teniendo en cuenta que dentro del estudio efectuado es la sentencia

más reciente, y en sus hechos relevantes presenta el mismo patrón fáctico en

relación con el caso a estudio. En esta oportunidad, no se casó la sentencia

proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, D.C., que negó

las pretensiones simulatorias; manifestando la Corte Suprema de Justicia, que

frente a la simulación de un contrato, la prueba indiciaria presta mayor utilidad, y el

análisis de ésta debe estar vinculada, de un lado, con todos los indicios entre sí, y

de estos, con los demás medios probatorios existentes en el


proceso.

3.4 INGENIERÍA DE REVERSA

• Escogencia de las sentencias que forman el nicho citacional: Una vez

definido el tema que se pretendía estudiar; se procedió a buscar las sentencias

sobre este tema, y, haciendo el estudio de cada una de las providencias a que se
iba haciendo referencia; se pudo separar las que eran pertinentes, y aquéllas que

no tenían relación con el tema, hasta que finalmente se pudo construir el nicho

citacional, con las sentencias que tenían el mismo patrón


fáctico.

Son estas
sentencias:

Sentencia del 15 de noviembre de 2002, expediente 6432. Magistrado Ponente:

Dr. César Julio Valencia Copete. Demandante: Enrique Jiménez Sarmiento.

Demandado: Arturo Barrera


Torres.

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Sentencia del 28 de agosto de 2001, expediente 6673. Magistrado Ponente: Dr.

Jorge Santos Ballesteros. Demandante: Pompilio Klinkert Echeverry. Demandado:

Corporación Financiera del Oriente S.A., “Corfioriente”, denominada actualmente

Latinoamericana Corporación Financiera S.A.


“Latincorp”.

Sentencia del 16 de julio de 2001, expediente 6363. Magistrado Ponente: Dr.

Manuel Ardila Velásquez. Demandante: Cecilia Sierra Piedrahíta. Demandados:

Jorge León Alarcón y Teresa Rodas de


Alarcón.

Sentencia del 26 de febrero de 2001, expediente 6048. Magistrado Ponente: Dr.

Manuel Ardila Velásquez. Demandante: María Eugenia Baquero, en nombre

propio y en representación de los menores Carlos, Lina María y Alejandro Nasser


Navarro, herederos de Khalil (Carlos) Nasser Rabbah. Demandado: Sociedad

Inmobiliara Nasser Ltda. – Inmona


Ltda.

Sentencia del 12 de febrero de 1998, expediente 4730. Magistrado Ponente: Dr.

José Fernando Ramírez Gómez. Demandante: Juan de Dios Gerardo Bueno

Jiménez. Demandado. Arcadio Forero González, María Margarita Martínez de

Forero y Gloria Elvira Quintero de


Forero.

Sentencia del 29 de enero de 1985. Gaceta CLXXX. Magistrado Ponente: Dr.

José Alejandro Bonivento Fernández. Demandante: Olga Ramírez de Gianmaría.

Demandado: Ganadería Saade Zableh Ltda. y Raúl Díaz Cárdenas.

Sentencia del 22 de noviembre de 1965, Gaceta CXIII. Magistrado Ponente: Dr.

Gustavo Fajardo Pinzón. Demandante: Carlos Londoño Mejía. Demandado:

Adelaida Giraldo de Piedrahíta y Tulio


Mejía.

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Sentencia del 17 de mayo de 1946, Gaceta LX. Magistrado Ponente: Dr. Ricardo

Hinestrosa Daza. Demandante: Luis Gaitán Hurtado. Demandados: José y María

Gaitán Hurtado, y Timoleón Pedraza, por sí y como representante legal de sus

hijos menores Jaime, Yolanda, Orlando, Efraín Humberto, Timoleón Edgardo,

Enrique e Hilda Pedraza


Gaitán.

No se tuvieron en
cuenta:

Sentencia del 30 de julio de 1992, número 279, Gaceta CCXIX. Magistrado

Ponente: Dr. Carlos Esteban Jaramillo Scholss. Demandante: Hernando Jaramillo

Arrubla. Demandado: Ricardo Mejía y Ruby López Vda. De Mejía. A pesar de ser

un proceso de simulación, no trata el tema de la prueba indicial.

Sentencia del 18 de noviembre de 1999, expediente 5272. Magistrado Ponente:

Dr. Manuel Ardila Velásquez. Demandante: María Isabel Barrera de Rodríguez y

Segundo Olegario Rodríguez. Demandados: Antonio Aguirre y personas

indeterminadas. La pretensión es de prescripción adquisitiva de dominio.

• Lapso estudiado: Se estudiaron sentencias de la Sala de Casación Civil de la

Corte Suprema de Justicia, por el período continuo de 1998 a 2002, e igualmente,

se tuvieron en cuenta sentencias de los años 1985, 1965 y otra del año 1946, a las

que remitía expresamente la sentencia del 28 de agosto de 2001, expediente

6673, M.P. Jorge Santos


Ballesteros.

Por tanto, el lapso estudiado comprende desde el año 1946; reforzándose con

sentencias del período 1998 – 2002.

• Patrón fáctico similar: Las sentencias versan sobre demandas cuya

pretensión (principal o subsidiaria) correspondía a declaratoria de simulación

(absoluta o relativa) de diversos contratos. Se duelen estas demandas de


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casación de la errada interpretación, bien por error de hecho o de derecho, en que

pudo incurrir el correspondiente Tribunal, en la valoración de la prueba, y muy

especialmente, de la prueba
indiciaria.

3.5 ANÁLISIS CUANTITATIVO Y CUALITATIVO DE LAS CITAS

Cuantitativamente, como ya se indicó, se tomó un universo de diez (10)

sentencias, de las que se consideraron relevantes ocho (8); ello por cuanto éstas

presentaban un idéntico patrón fáctico y además se tuvo en cuenta la ratio

decidendi como apoyo fundamental para tomar la decisión. Las otras dos

sentencias no se tuvieron en cuenta, como ya se explicó, por no tener relación

directa con el tema objeto de análisis en la conformación de esta línea

jurisprudencial
.

Tabla 2. Sentencia Hito 1

Sentencia Hito No. 1:

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, del 17 de mayo de 1946,
Gaceta LX. M.P. Ricardo Hinestrosa Daza. Demandante: Luis Gaitán Hurtado.

Descripción de los hechos: Por medio de escritura pública, la madre del demandante (María
Hurtado de Gaitán) vende a uno de sus hijos, Efraín Gaitán Hurtado, varios inmuebles (3 en
total); y posteriormente el comprador, donó a su hermana María Gaitán de Pedraza, uno de
estos inmuebles. A la muerte de Efraín, su madre, María Hurtado de G., cede a sus hijos José
y María, los derechos que le pudieran corresponder en la sucesión de éste. Transacciones
todas éstas con base en escrituras públicas. Para el momento de la presentación de la
demanda, la Sra. María Hurtado de G., ya está fallecida.

El demandante pide se invaliden estos contratos, pues en realidad no se trató de venta de su


madre a su hermano (Efraín), sino de donación; igual sucedió con la cesión que su madre hizo
a sus hermanos José y María de los derechos en la sucesión de Efraín. Estas donaciones son
ilícitas, ya que fueron encaminadas a desheredarlo.

Los demandados se sostienen en que las negociaciones son reales.

En primera y en segunda instancia se negaron las pretensiones.

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Problema jurídico: En el análisis probatorio de un proceso ordinario de simulación de


contrato, y teniendo como fundamento de la decisión la prueba indiciaria, es requisito sine qua
non la pluralidad de los mismos?

Tesis: Un solo indicio necesario es suficiente para decidir en relación con la pretensión de
simulación.

Premisas normativas: Código Judicial: Art. 663: “Un solo indicio hace plena prueba cuando
se considera necesario, es decir, que es tal la correspondencia entre el hecho indicio y el que
se investiga, que, existiendo el uno, no puede menos que existir o haber existido el otro”. Art.
664: “Una sola presunción también prueba plenamente cuando, a juicio del juez, tenga
caracteres de gravedad y precisión suficiente para formar su convencimiento”. Art. 666: “Los
hechos accesorios

que suministran los indicios o conjeturas referentes al hecho investigado, deben probarse
plenamente y nunca por medio de otros indicios”. Art. 667: “Cuando muchos indicios se
refieren a uno solo, y cuando los argumentos sobre un hecho dependen todos de un solo
argumento, la suma de estos, por numerosos que sean, no forman plena prueba, y todos
juntos no constituyen sino un solo indicio o un solo argumento”.

Premisas fácticas: En la demanda de casación, el demandante se esfuerza por probar, que


hay pluralidad de indicios que muestran la simulación de las negociaciones de su madre con
sus hermanos. Sin embargo, no logra desvirtuar la realidad que encierran las escrituras
públicas, y adicionalmente, no se trata de diversos indicios, sino de varios hechos que
corresponden a un solo indicio, que no es suficiente para casar la sentencia; ya que no tiene
el carácter de grave y suficientemente preciso para formar el convencimiento del juez.

Conclusión: NO CASA la sentencia, al no existir al menos un indicio necesario que pruebe lo


errada de la decisión tomada por el ad-quem.

Ratio Decidendi: Un solo indicio necesario (art. 663 C.J.), o una sola presunción (art. 664
Idem), puede probar plenamente, cuando a juicio del juez (o jueza) éste tenga carácter de
gravedad y precisión suficiente para formar su convencimiento.

No es la cantidad de indicios lo que hace decisiva la decisión que se tome, ya que varios de
esos indicios son uno mismo, y por tanto hace disminuir lo crecido de esa cifra; pues como
señala el art. 667 del C.J. “Cuando muchos indicios se refieren a uno solo, y cuando los
argumentos sobre un hecho dependen todos de un solo argumento, la suma de estos, por
numerosos que sean, no forman plena prueba, y todos juntos no constituyen sino un solo
indicio o un solo argumento”.

A pesar de que Luis Gaitán Hurtado (demandante), invoca una larga lista de hechos que
presenta como indicios diferentes, con el fin de mostrar los vicios y fallas de que adolecen las
escrituras públicas; varios de esos indicios son uno mismo, que no constituye un indicio
necesario, y por tanto, no tiene la fuerza de destruir la realidad de los contratos.

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Sentencia Hito No. 2:

Sentencia de la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria, del 12 de febrero
de 1998. Expediente C-4730. M.P. José Fernando Ramírez Gómez. Demandante: Juan de
Dios Gerardo Bueno Jiménez.

Descripción de los hechos: El demandante es acreedor de los codemandados, Arcadio


Forero González y Margarita María Martínez de Forero; quienes para el momento en que les
efectuó el mutuo, tenían solvencia económica. Posteriormente, ante el incumplimiento de
múltiples obligaciones pecuniarias que llevaron a instaurar procesos penales y civiles en
contra de los mismos, vendieron ficticiamente a Gloria Elvira Quintero de Forero, el inmueble
de su propiedad, por medio de escritura pública; ello con el fin de burlar a sus acreedores.
Actualmente el demandante adelanta proceso ejecutivo en contra de los dos primeros citados,
donde con resultados infructuosos, pretendió perseguir el inmueble dado en venta.

Los demandados se oponen a la pretensión simulatoria, y las consecuenciales de ésta, por no


ser ciertos sus hechos estructurales.

En sentencias de primera y de segunda instancia se acogen las pretensiones del actor.

Problema jurídico: En el análisis probatorio de un proceso ordinario de simulación de


contrato, y teniendo como fundamento de la decisión la prueba indiciaria, es requisito sine qua
non la pluralidad de los mismos?
Tesis: Se deben valorar los indicios en conjunto, y en relación con las demás pruebas,
teniendo en cuenta las reglas de la sana crítica y las máximas de la experiencia.

Premisas normativas: Código de Procedimiento Civil: Art. 187: “Apreciación de las pruebas.
Las pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas de la sana crítica,
sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley sustancial para la existencia o validez de
ciertos actos. --- El juez expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigna a cada
prueba”. Art. 250: “Apreciación de los indicios. El juez apreciará los indicios en conjunto,
teniendo en consideración su gravedad, concordancia y convergencia, y su relación con las
demás pruebas que obren en el proceso”.

Premisas fácticas: De la prueba que aparece en el plenario, se pueden deducir los indicios
de causa simulandi (dificultades económicas de los codemandados Forero González y
Martínez de Forero); precio de venta muy bajo, comparado con el valor real aproximado para
la época del contrato; proximidad entre la venta y el evento perturbador del patrimonio, y la
estrecha amistad entre las codemandadas.

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Los indicios, considerados en conjunto, y relacionándolos con las demás pruebas


(documental, experticia, testimonios, interrogatorio de parte), permiten concluir que en realidad
la negociación celebrada es simulada.

Conclusión: Los cargos formulados por las codemandadas contra la sentencia del Tribunal de
instancia, no están llamados a prosperar y en consecuencia, NO CASA la sentencia.

Ratio Decidendi: Si bien cada uno de los indicios individualmente considerados no tienen la
virtud de opacar la negociación, mirados en conjunto si conducen al pacto simulatorio.

Para demostrar la disconformidad entre la verdad real y la declarada, es menester recurrir a la


prueba indiciaria, pues en la medida en que ésta sea abundante y reúna los requisitos para su
eficacia probatoria, permitirá concluir de acuerdo con los principios de la sana crítica, si en
realidad hubo o no un acto simulado.

Conforme con el principio de unidad de la prueba, las conclusiones a que arriba el (la)
juzgador (a), se deben deducir del análisis individual y conjunto de todo el material probatorio.

Los indicios se deben apreciar, vinculados a la concordancia y convergencia que debe existir
entre unos y otros, e igualmente entre todos ellos, así como con los demás medios de prueba
recaudados.

La censura que se hace a los indicios analizados por el Tribunal de instancia no encuentra el
camino exitoso de la casación, no solo porque permanecerían inquebrantables las demás
conclusiones probatorias, las cuales siguen dando fundamento razonable a la sentencia, sino
porque los yerros de hecho denunciados no tienen las características de manifiestos o
evidentes.

Las citas que se hacen al interior de las sentencias analizadas, son clasificadas

como conceptuales, en lo que hace relación a aquéllas decisiones de los años

1946, 1965 y 1985, pues las mismas giran en torno a un referente conceptual

común; mientras que en las sentencias analizadas a partir de 1998 y hasta el

2002, se puede decir que se trata de citas analógicas en sentido estricto, pues en

ellas se aplica la ratio decidendi de la citada como sentencia hito No. 2, ello es, la

correspondiente al radicado 4730, del 12 de febrero de 1998, M.P. José Fernando

Ramírez Gómez, y ello se debe –como se dijo ab initio- a la normatividad

imperante y al sistema de valoración de la prueba


indiciaria.

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3.6 SENTENCIAS
HITO

Se ha entendido que éstas corresponden a la sentencia fundadora de línea, o las

sentencias modificadoras de línea (cambio de jurisprudencia). En el presente

caso, se hace relación expresa a las sentencias modificadoras de línea, y aunque

dentro de estas sentencias se tiene la más antigua estudiada (año 1946), no se

puede afirmar que se trate de la sentencia fundadora de la línea, si tenemos en

cuenta que nuestra Corte Suprema de Justicia tiene más de cien (100) años de
existencia
.

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3.7 GRAFICO DE LA LÍNEA JURISPRUDENCIAL

Tabla 3. Problema
jurídico
Problema Jurídico: ¿En el análisis probatorio de un proceso ordinario de simulación de contrato, y
teniendo como fundamento de la decisión la prueba indiciaria, es requisito sine qua non la
pluralidad de los mismos?

Tesis de
Febrero
máximo
12, 1998 M.P. José F.
reconocimiento
Tesis de menor
reconocimiento,
ya superada

X C.S.J. Exp. 6673


Agosto 28, 2001
M.P. Jorge Santos B.
Un solo indicio
necesario es
suficiente para
Se deben
decidir en
valorar los
relación con la
indicios en
pretensión de
conjunto y en
simulación
relación con las
Un solo indicio
demás pruebas,
necesario es
teniendo en
suficiente para
cuenta las
decidir en
reglas de la
relación con la
sana critica y las
pretensión de
máximas de la
simulación
experiencia
Un solo indicio
X C.S.J. tomo LX Mayo 17, 1946 M.P. Ricardo Hinestrosa D.
necesario es
suficiente para
X C.S.J. tomo CXIII Nov. 22, 1965 M.P.
decidir en
Gustavo Fajardo P. X C.S.J. tomo CLXXX
relación con la
Enero 29, 1985 M.P. José A. Bonivento F.
pretensión de
simulación
X C.S.J. Exp. 6432
Noviembre 15, 2002 M.P.
Cesar Julio Valencia C.

2
2

3.8 EXPLICACIÓN DE LA LÍNEA JURISPRUDENCIAL “X”

En el lado izquierdo, encontramos las sentencias que sostienen que en el análisis

probatorio del proceso ordinario de simulación, los indicios se deben valorar en

conjunto, y además se deben relacionar estos con los demás medios probatorios

existentes, y para ello se deben tener en cuenta las reglas de la sana crítica y las

máximas de la experiencia. A contrario sensu, en el extremo derecho, se tiene la

sentencia que establece que un solo indicio necesario es suficiente para decidir en

relación con la pretensión de


simulación.

En el centro del gráfico, se encuentran las sentencias que admiten una u otra

teoría, pero no de manera pura; obedeciendo estos cambios, como se señaló al

inicio de este informe, a los cambios normativos que se han presentado en el

tiempo.

Como se puede apreciar, esta línea jurisprudencial presenta una mixtura, pues en

su inicio corresponde a la denominada cambio incremental; ya que los cambios

se van produciendo de manera discreta, hasta llegar a consolidarse para el

momento actual, una línea de balance jurisprudencial, pues termina siendo una

línea bien definida, donde cada una de las nuevas decisiones, frente a casos

análogos caen en el mismo


sitio.

3.9 GRÁFICO DE LA TELARAÑA Y PUNTOS NODALES DE LA

JURISPRUDENCI
A

Como ya se expresó, todas las sentencias son proferidas por la Corte Suprema de

Justicia, Sala de Casación


Civil.

2
3

Figura 1. Telaraña y puntos nodales de la


jurisprudencia
2
4
3.10 FICHA DE LAS SENTENCIAS
Tabla 4. Sentencia No. 1
Radicado
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Gaceta LX. Pp. 456 a 466. M.P.
Ricardo Hinestrosa Daza Fecha de la sentencia Mayo 17 de 1946
Demandante Luis Gaitán Hurtado
Demandado
José y María Gaitán Hurtado; Timoleón Pedraza, en nombre propio y en representación de los
menores Jaime, Yolanda, Orlando, Efraín Humberto, Timoleón Edgardo, Enrique e Hilda Pedraza
Gaitán Conoció en primera
Juzgado Quinto Civil de Circuito de Bogotá
instancia
Decisión de primera instancia
Niega las pretensiones de la demanda. En relación con la demanda principal (relativa a la
simulación de los contratos plasmados en las diversas escrituras), señala que por no existir
confesión alguna ni tampoco existir los indicios aducidos por Luis contra la realidad de los contratos
y en pro de la finalidad que les atribuye, deduce su fallo negativo. Conoció en segunda
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá
instancia Decisión de segunda instancia
Llega a las mismas conclusiones que el juez de primera instancia, y por tanto, confirma la
sentencia.
Pretensiones
Demanda principal: Se invaliden los contratos celebrados entre su madre y hermanos, ya que la
intención de estos era desheredarlo de su herencia materna. Así mismo, y como Efraín asumió la
deuda con el banco, se le devuelva por indebidamente pagado lo que alcanzó a cancelar después
de esa compraventa. En subsidio de la invalidación, se resuelva la compraventa por no haber
atendido el comprador la deuda con el banco, y haber faltado así al pago del precio.
Demanda de reconvención: Se declare a Luis indigno de suceder a su madre. Se le condene a
pagar a la sucesión de Efraín $ 2.148,52 y las costas de un juicio ejecutivo donde se cobró esa
deuda. Así mismo se le declare obligado a pagar lo pendiente del crédito hipotecario por $
19.152,16, y se declaren bien pagados, por el ser el verdadero deudor, $6.479,55 que había
cancelado al banco cuando se otorgó la escritura de compraventa. En subsidio, se le condene a
pagar los iniciales $ 12.000 del capital, con sus intereses a partir del momento en que se contrajo.
25
Supuestos fácticos Para el momento de la presentación de la demanda, la Sra.
Mediante
María Hurtado
escritura
de pública
G., ya laestá
Sra. fallecida.
María Hurtado
El demandante
de Gaitán
(madre delque
manifiesta demandante,
en realidad nodesedos
tratódede venta
los codemandados,
de su madre a
suegra
su hermano
de Pedraza
(Efraín),
(quien
sino es
de cónyuge
donación;deigual
María)
sucedió
y abuela
con de
la
los menores),
cesión que su contrajo
madre hizo
obligación
a sus hermanos
dineraria aJosé
favorydel
María
Banco
de
Agrícola
los derechos
Hipotecario,
en la sucesión
por un decapital
Efraín.
deEstas
$ 12.000,
donaciones
pagaderos
son
en un término
ilícitas, ya que fueron
de 18 encaminadas
años, que con a desheredarlo.
intereses asciende a la
suma de $ 25.992,72. Para garantizar esta obligación
hipotecó la finca “Gioconda”. Como el dinero era para su hijo
Luis, éste en compromiso privado con la deudora, asumió el
pago.
Posteriormente, la Sra. Hurtado vende por escritura pública a
su hijo Efraín Gaitán Hurtado los inmuebles “El Jardincito o
Pueblo Viejo”, “La Escuela” y “Gioconda o Roso”, este último
el mismo que había sido hipotecado anteriormente.
Posteriormente, igualmente por título escriturario Efraín
Gaitán donó a María Gaitán de Pedraza el inmueble “La
Escuela”. Muerto Efraín Gaitán, su madre, María Hurtado,
cedió sus derechos en la sucesión a sus hijos José y María.

La demanda se extiende a Pedraza, ya que éste recibió la


tercera parte del dinero tomado con el banco en calidad de
mutuo. Los demás demandados, en calidad de sucesores de
María Hurtado y Efraín Gaitán Hurtado; además, María
Gaitán de Pedraza, como donataria del predio “La Escuela”.

Los demandados se sostienen en que las negociaciones son


reales.

Demanda de reconvención: Luis es indigno de suceder a su


madre, y esta indignidad consiste en que Luis cometió
atentado grave contra la vida, honor y bienes de su madre y
de su hermano Efraín. Debe tenerse en cuenta, de otro lado,
que la obligación que contrajo María Hurtado con el banco fue
para beneficio de Luis y éste se comprometió con aquélla a
su cancelación.

Narran igualmente que Efraín ejecutó a Luis por la suma


2
6
de $2.148,52, dineros que nada tenían que ver con los aludidos contratos y que éste excepcionó
“compensación”, alegando que esa suma la pagó con las cuotas que canceló al banco después de
la compraventa entre María y Efraín, la excepción le prosperó y Efraín fue condenado en costas;
pero como alegan los contrademandantes que esa obligación es de Luis, la compensación fue un
pago de lo no debido y por tanto la misma no debió prosperar y era a Luis a quien debieron
condenar en costas.
Para claridad del relato, Efraín Gaitán testó, a través de testamento cerrado debidamente
protocolizado, en el que asignó a su madre la mitad de los inmuebles “Gioconda” y “Jardincito”, a
sus sobrinos Pedraza Gaitán les deja la otra mitad de “Gioconda”, y a su hermano José la otra
mitad de “Jardincito”.
Motivación jurídica de la Sentencia de casación
Sólo se hace relación a la demanda principal, pues es aquélla relativa a la simulación de los
contratos, ya que la reconvención es un tema completamente diferente a lo que es objeto de esta
línea jurisprudencial.
El recurrente presenta una larga lista de hechos que aduce como indicios distintos; sin embargo
varios de esos indicios son uno mismo lo que disminuye el número de estos. Sin embargo, no es
el número de indicios lo decisivo, pues contra esto es suficiente con citar el art. 663 del C.J.
que hace relación al indicio necesario que hace plena prueba, así como el art. 664 Idem, que
establece que una sola presunción puede probar plenamente “cuando a juicio del juez tenga
caracteres de gravedad y precisión suficientes para formar su convencimiento”. Por tanto, lo
que aduce el actor se encaja en el art. 667 Ibídem, que expresa “Cuando muchos indicios se
refieren a uno solo, y cuando los argumentos sobre un hecho dependen todos de un solo
argumento la suma de éstos, por numerosos que sean, no forma plena prueba, y todos juntos no
constituyen sino un solo indicio o un solo argumento”. De otro lado, algunos de los hechos que el
actor señala como indicios no tienen el respaldo probatorio requerido por el artículo 666 del C.J.
Concluye pues, que no hay lugar a casar la sentencia. Remisiones a otras
No
sentencias Tiene salvamento de voto No Resumen del salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
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Tabla 5. Sentencia No. 2
Radicado
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Gaceta CXIII. Pp. 175 a 193. M.P.
Gustavo Fajardo Pinzón
Fecha de la sentencia Noviembre 22 de 1965
Demandante Carlos Londoño Mejía Demandado Adelaida Giraldo de Piedrahíta y Tulio Mejía
Conoció en primera
Juzgado Segundo del Circuito de Ibagué
instancia
Decisión de primera instancia
Declaró resuelto el contrato de compraventa y condenó a los accionados y a la comunidad por ellos
formada a restituir el inmueble “Portugal”, restituir los frutos que éste hubiera podido producir y a
cancelar por concepto de indemnización de perjuicios la suma de $ 54.000. Así mismo, se condenó
al actor a restituir la suma de $ 30.000 recibida por el contrato. Conoció en segunda
Tribunal Superior de Distrito Judicial de Ibagué
instancia
Decisión de segunda instancia
Reforma la sentencia de primera instancia, la cual queda: Declara resuelto por incumplimiento de
los compradores en parte del precio, el contrato de compraventa. Como consecuencia, restituir el
inmueble “Portugal”, pagar los frutos que hubiera podido producir en proporción a la parte del precio
impagada, e igualmente cancelar los perjuicios causados en la misma proporción. Condenó al actor
a restituir a los accionados por partes iguales la cantidad abonada (incluyendo lo pagado a la Caja
de Crédito).
Pretensiones
Por incumplimiento de los compradores, se decrete la resolución del contrato de compraventa en
relación con los fundos “Portugal” y “San Javier”. Se condene a los demandados y a la comunidad
por estos formada a restituir los inmuebles al demandante, así como la parte de los frutos que
hubieran podido percibido correspondientes a la parte del precio que no fue pagada, e igualmente
resarcir los perjuicios por incumplimiento del contrato
Supuestos fácticos
Carlos Londoño, por medio de escritura pública, hipotecó los inmuebles “Portugal”, “San Javier” y
“Arratia” a favor de la Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero, por la suma de $50.000 que de
ésta recibió en calidad de mutuo. Posteriormente Londoño Mejía vende a Adelaida Giraldo de
Piedrahíta y a Tulio Mejía los fundos “Portugal” y “San Javier” en $ 80.000; de los cuales recibió
$30.000 de los compradores, comprometiéndose a cancelar los $ 50.000 restantes a la Caja de
Crédito, con el fin de liberar del gravamen hipotecario no solo las fincas por ellos compradas, sino
también la de “Arratia”, de la que continuó
28
siendo dueño el demandante. Los demandados nunca cancelaron, lo que obligó a que el actor,
directamente y por conducto de interpuestas personas (comisionados o mandaderos suyos)
cancelara la suma debida. Por cumplir con esta obligación, descuidó otras, lo que le llevó a ser
declarado en quiebra por el Juzgado 3o Civil del Circuito de Ibagué, siendo rehabilitado
posteriormente.
El peticionario dejó de recibir los frutos que percibieron o pudieron percibir los fundos “Portugal” y
“San Javier”; habiendo éste cumplido con todas sus obligaciones de vendedor.
Motivación jurídica de la Sentencia de casación
La valoración de la prueba indiciaria está sujeta a las normas contenidas en los artes. 662 al 667 del
C.J.. Por tanto, no puede tener eficacia de plena prueba la presunción de hombre que consistiera en
un indicio único no necesario (art. 663), o no suficientemente grave y preciso para poder ser único
( art. 664), o que se extrajese de una coincidencia de indicios no graves, ni precisos, ni conexos
entre sí (art. 665), o de hechos que no están plenamente probados (art. 666), o de un concurso de
indicios que se refieren a uno solo o en que los argumentos sobre un hecho dependen todos de un
solo argumento (art. 667).
No yerra el tribunal ni se contradice al hacer relación a los indicios que en su concepto, y a falta de
prueba directa, se presumen ciertos; ya que la falta de la primera, puesta en relación con los demás
indicios de que se valió el Tribunal, venía a corroborar la fuerza de persuasión de estos.
Cada hecho indiciario ofrece su propio argumento, y cada uno de estos y todos juntos relacionados
entre sí, concurren a dar crédito a la conclusión a que llegó el Tribunal, de que los abonos hechos
a la deuda del vendedor, por interpuestas personas, fueron efectuados por cuenta de los
compradores y no por cuenta del actor, como éste quiere presentarlo.
Conclusión, no casa la sentencia recurrida. Remisiones a otras
Cas. 17 de mayo 1946, LX, 2032/33.
sentencias Tiene salvamento de voto No Resumen del
salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
29
Tabla 6. Sentencia No. 3
Radicado
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Gaceta CLXXX. Pp.23 a 33. M.P.
José Alejandro Bonivento Fernández Fecha de la sentencia Enero 29 de 1985
Demandante Olga Ramírez de Gianmaría Demandado Ganadería Saade Zableh Ltda. y Raúl Díaz
Cárdenas Conoció en primera
Juzgado Doce Civil del Circuito de Barranquilla
instancia Decisión de primera
Niega pretensiones. Condena en costas a la actora.
instancia Conoció en segunda
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla
instancia Decisión de segunda instancia
Confirma en todas sus partes decisión de primera instancia.
Pretensiones
Declarar que el contrato de compraventa con pacto de retroventa celebrado entre la demandante y
la sociedad accionada es simulado, y que el verdaderamente querido, que permanece oculto, es de
mutuo con garantía hipotecaria. Así mismo, se declare la nulidad del contrato de compraventa
celebrado entre la sociedad demandada y un tercero, también demandado y que recae sobre el
bien de la actora.
Supuestos fácticos
La sociedad demandada entregó a la actora, en calidad de mutuo con intereses anticipados al 3%
mensual, la suma de $800.000, el cual aparece en la escritura pública de compraventa como precio
del inmueble. La demandante se obligó a devolver la suma de dinero en 3 meses, contados a partir
de la escritura pública. La demandante sólo recibió $656.000, porque $ 144.000 se descontaron por
concepto de intereses anticipados. Para garantizar el cumplimiento de esta obligación debió
constituir hipoteca sobre un inmueble de su propiedad a favor de la entidad acreedora; pero por
desconocer los alcances jurídicos y diferencias entre hipoteca y venta con retroventa, persuadida
por el gerente de la compañía firmó esta última escritura pública (venta con retroventa). Olga
Ramírez nunca tuvo la intención de desprenderse del dominio del inmueble, pero si de afectarlo a
hipoteca.
La sociedad demandada vendió el inmueble a Raúl Díaz por el mismo valor de $ 800.000.
La actora no incurrió en mora de devolver el dinero prestado, ya que el término no es el que
aparece en la escritura pública, sino a partir de la entrega del dinero, y de convenirse que el
contrato es de venta con retroventa, el plazo es de cuatro (4) años y no seis (6) meses. Ramírez
30
de Gianmaría está dispuesta a cancelar la obligación, pero Ganadería Saade Zableh no ha querido
aceptar el pago, alegando que el bien le pertenece y que además está vencido el término para el
retracto.
Motivación jurídica de la Sentencia de casación
Inicia la Corte haciendo una diferenciación entre los negocios jurídicos de compraventa con pacto
de rectroventa y el mutuo con garantía hipotecaria; negocios estos que son inconfundibles, dado
que no presentan puntos en común.
El casacionista pretende, a través de indicios demostrar que el negocio deseado por las partes era
el mutuo con interés, pero con garantía hipotecaria. Sin embargo, las circunstancias que presenta a
manera de indicios y que sirven de argumento para enrostrar la violación de las leyes sustanciales
en la sentencia que se acusa, no acreditan jurídicamente que el acto que movió a las partes no era
en realidad el de compraventa con facultad de recobro, sino en forma simple de mutuo con interés;
muy por el contrario, la suma de todos estos factores sirven para demostrar el acto jurídico
plasmado en el título escriturario. A pesar de que en la demanda de casación se presenta - en
apreciación del casacionista- una gran cantidad de indicios, punto necesario para la apreciación de
los mismos, no encuentra la Corte que en realidad se trate de sumatoria de indicios, es que no hay
siquiera uno solo suficiente para desvirtuar el contrato de compraventa con pacto de retroventa,
realmente celebrado entre las partes.
Para que se presente la simulación en un contrato, es necesario que ambas partes conciertan para
crear una declaración aparente y que frente a terceros oculte su verdadera intención. Si es
solamente uno de los agentes el que pretende mediante un contrato ocultar la verdadera intención
al otro contratante, no se presenta la simulación porque esa sola reserva mental no convierte en
irreal el contrato celebrado de tal forma que éste pueda ser declarado ineficaz o dotado de efectos
diferentes de los que corresponden al contrato celebrado de buena fe por la otra parte. Remisiones
a otras
No
sentencias Tiene salvamento de voto No Resumen del salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
31
Tabla 7. Sentencia No. 4
Radicado
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Expediente 4730. M.P. José
Fernando Ramírez Gómez Fecha de la sentencia Febrero 12 de 1998
Arcadio Forero González,
Demandante Juan de Dios Gerardo Bueno Jiménez Demandado
Margarita María Martínez de

Forero y Gloria Elvira Martínez de Forero. Conoció en primera instancia


Juzgado 29 Civil del Circuito de Santafé de Bogotá D.C.
Decisión de primera instancia
Declaró infundada la excepción de mérito invocada, acogió la pretensión de simulación del contrato
de compraventa y ordenó cancelar la inscripción de la escritura pública respectiva en el folio de
matricula inmobiliaria, así como todas las anotaciones posteriores. Además, absolvió a la parte
pasiva de los perjuicios materiales y morales reclamados, no sólo por no existir prueba de su
causación, sino porque no pueden deducirse per se de la suma que la parte demandada la
adeudaba al actor, cuyo cobro persigue judicialmente. Conoció en segunda instancia
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá.
Decisión de segunda instancia
Confirmó la Decisión de primera instancia.
Pretensiones
Se anule, por ser simulada, “la compraventa del inmueble” de que da cuenta la escritura pública No.
717 de 30 de abril de 1982, de la Notaría Veintisiete de la ciudad capital, y ordenar
consecuentemente, la inscripción de la sentencia en la Oficina de Registro de Instrumentos
Públicos. Además se pidió que los demandados fueran condenados a pagar los daños y perjuicios
causados, así como las costas del proceso.
Supuestos fácticos
El demandante, luego de argumentar su condición de acreedor de los demandados Arcadio Forero
González y Margarita Maria Martínez de Forero, cónyuges entre sí, quienes para la fecha en que
contrajeron la obligación con él, 21 de marzo de 1982, aparentaban suficiente solvencia económica;
expone, como fundamento de sus pretensiones, que a raíz del incumplimiento de los demandados
en múltiples obligaciones adquiridas con diferentes personas, de lo cual da cuenta los varios
procesos civiles y penales adelantados en contra de aquéllos, resolvieron vender “en forma ficticia”
a la codemandada Gloria Elvira Quintero de Forero, el inmueble identificado en el hecho cuarto del
libelo, para de esa manera “burlar a sus innumerables acreedores”.
Aduce además que la suma que figura en la escritura pública de compraventa, no es el justo precio
del inmueble.
32

Quien dijo comprar, no asumió Motivaciónsiquiera


jurídica
la responsabilidad
de la de
pagar la obligación hipotecaria Sentencia
que gravaba
de casación el bien a favor de
Granahorrar.
Luego de analizarEl precio
los temas
del del
inmueble
error de simplemente
hecho y el error
aparecede
como requisito
derecho, pasa alegal analizar
del elcontrato
cargo de“ la apreciación de los
realmente haya
diferentes medios dado
de dicha
convicción;
suma para descender a los errores
recibido”. En diligencia
denunciados respecto adelainspección
prueba indirecta
judicial opracticada
indiciaria, eldonde
7 de
abril
al conocimiento
de 1983 sedelcomprobó
hecho investigado
que la “ se llega por inferencia
habitabaael falta
lógica, inmueble,
de prueba
sino quehistórica
lo hacía ladel “ mismo o de su
Margarita María
verificación personal
Martínez
y directa
de Forero
por ely juez,
su familia
advirtió que acerca
en que
de la prueba
se practicó
indiciaria
dichalaprueba
Corporación
se celebróhabía unsostenido
“ que el
de arrendamiento
debate sobre su mérito queda cerrado definitivamente en las
hijos de losPor
instancias. supuestos
ello, la calificación
vendedores. quePorel último,
juzgador al conceda
parecer losen
codemandados
el campo fáctico aArcadio
los indicios,
Forero
relativa
González
a la gravedad,
y Gloria conexión,
Elvira
Quintero de
pluralidad y Forero,
relación“ con otras pruebas, queda cumplida en el
grado de
ámbito de afinidad
la ponderadalegítimaautonomía del sentenciador de
hermano del
instancia, cuyo
esposocriterio
de ésta.
se mantiene intocable en casación
mientras el ataque pertinente no demuestre contraevidencia,
como finalmente
Agrega extraer deducciones de hechos
que en el Juzgado 28 Civilno delprobados,
Circuito de o
pretermitir
Santafé de los acreditados
Bogotá, que son un
D. C., adelanta suficientes para imponer
proceso ejecutivo para
determinaciones
obtener el pago contrarias
de la letra adelas tomadas
cambio que poren valor
el fallo
de
impugnado”.
$900.000.oo aceptaron los ficticios vendedores, proceso dentro
del cual se denunció el inmueble propiedad de éstos para
asegurar el cumplimiento de la obligación, y el cual resultó
figurando a nombre de la fingida compradora.

En relación con los indicios señalados por la parte actora, los


hechos indicadores de los mismos están debidamente
acreditados; debe tenerse en cuenta además que la inferencia
lógica a favor de la simulación respecto a la

3
3
proximidad del tiempo entre el acto simulado y los hechos perturbatorios del patrimonio si tienen
fundamento fáctico. Las inferencias a las que llegó el fallador de instancia efectivamente y como
éste lo señaló, tienen su fundamento en la situación económica de los demandados, para la época
de celebración del contrato simulado, derivadas de las distintas obligaciones insolutas a su cargo y
de la suspensión en el pago corriente de estas prestaciones. Contrario a lo afirmado por el
recurrente, todos estos indicios están en relación directa y estrecha con la prueba directa que obra
en el proceso (documentos y dictamen pericial). Remisiones a otras sentencias
No
Tiene salvamento de voto No Resumen del salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
34
Tabla 8. Sentencia No. 5
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Radicado
Civil. Expediente 6048. M.P. Manuel Ardila Velásquez Fecha de la sentencia 26 de febrero de
2001
Demandante
María Eugenia Navarro Baquero, actuando en su propio nombre y en representación de los
menores Carlos, Lina María y Alejandro Nasser Navarro, herederos de khalil (Carlos) Nasser
Rabbah. Demandado Sociedad Inmobiliarias Nasser Ltda. – Inmona Ltda. Conoció en primera
instancia
La sentencia no lo indicó.
Decisión de primera instancia
Se acogieron las pretensiones de la demanda, excepto lo relacionado con la condena al pago de los
frutos relativos al inmueble urbano y a la condena en perjuicios. Conoció en segunda instancia
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá.
Decisión de segunda instancia
Confirma parcialmente la decisión, modificando la cuantía de los frutos a que fue condenada la
demandada.
Pretensiones
Declarar que son absolutamente simulados los contratos de compraventa contenidos en las
escrituras públicas Nos. 5194 y 5193 de 13 de octubre de 1983 de la Notaría Segunda del Círculo
de Bogotá, por las cuales Khalil (Carlos) Nasser Rabbah, por intermedio de su apoderado general
Nagib Nasser Rabbah, dijo vender a Inmobiliarias Nasser Ltda., por la primera de ellas, los globos
de terreno denominados “Santa Inés” y “El Guásimo” situados en el Municipio de Mariquita (Tol.), y
por la segunda, una cuota del derecho de propiedad sobre una casa de habitación localizada en el
municipio de Honda (Tol.), en la calle 11 No. 10a-73.
Consecuentemente, se solicitó tanto la cancelación del registro de los mencionados actos, como la
declaración de que los bienes objeto de la simulada contratación pertenecen al patrimonio de la
sucesión de Khalil (Carlos) Nasser Rabbah, a la cual han de ser restituidos junto con los frutos
civiles correspondientes; así mismo, se suplicó condenar a los demandados a indemnizar los
perjuicios “inferidos por su temeridad procesal”.
Supuestos fácticos
Khalil (Carlos) Nasser Rabbah, en vigencia de la sociedad conyugal formada por el matrimonio que
contrajera con María Eugenia Navarro, adquirió los lotes de terreno denominados El Guásimo y
Santa Inés.
Khalil Nasser demandó judicialmente la separación de cuerpos respecto de su cónyuge.
Algunos días antes de esta demanda, mediante escritura
35

pública 5194 de 13 de octubre de 1983 otorgada en laapoderado


Notaría de su he
Segunda de Bogotá, vendió Khalil Nasser los anotadosaparentepredios compradora
Guásimo y Santa Inés, por la suma de $707.000, que al respecto
a hub
inmobiliarias Nasser Ltda., sociedad constituida por respectivamente.
el propio Es
vendedor, con su madre y sus hermanos. Este instrumento vendedor
fue de sustraer
otorgado únicamente por Nagib Nasser Rabbah, quien sus actuó
hijos en acción de
como gerente de la sociedad compradora y como apoderado
del aparente vendedor, conforme a un poder general que pocos antes de
Igualmente,
días antes su hermano Khalil le había conferido. Nasser había traspa
campero Nissan – pa
El precio de venta asignado a los inmuebles en cuestión, con elloesperjudicar a s
irrisorio; además, Khalil Nasser continuó en posesión de los
inmuebles después del otorgamiento de la escritura; Khalil no huboNasser Rabb
intención ni de comprar ni de vender esos bienes, ni se su herenc
aceptaron
consintió en forma real y seria el contrato de compraventa,
Navarro, en tanto qu
teniendo como móvil la simulación, al sustraer los bienes de los
gananciales.
activos de la sociedad conyugal para cuando llegase el
momento de su disolución.
Motivación jurídica de la
Sentencia de casación
De otro lado, por medio de la escritura pública 5193 de 13 de
La Corte inició por recordar el criterio jurisprudencial cuando se
octubre de 1983 de la Notaría Segunda de Bogotá, Khalil
acusa una sentencia por yerros fácticos en la apreciación de la
Nasser dijo vender, por $207.600, a Inmobiliarias Nasser
prueba indiciaria, manifestando la autonomía del juez en la
Limitada, una cuota de propiedad sobre una casa de habitación
apreciación de las pruebas para decidir la litis en uno u otro
situada en la zona urbana de la ciudad de Honda; también en
sentido; pero que esa libertad no
ese contrato actuó Nagib Nasser Rabbah a un tiempo como

3
6

es absoluta y encuentra su limitación en la apenas obvia


exigencia de que la convicción del juzgador haya tenido origen
en los elementos del proceso, de manera tal que cuando brota
en forma evidente que la conclusión a que se ha llegado se
encuentra divorciada de la más elemental sindéresis, o, como
dice la ley, cuando se incurra en yerro “que aparezca de
manifiesto”, (artículo 368 numeral 1o.), se hace factible el
quiebre de la sentencia en casación; y que en materia de
presunciones judiciales sí que es más notoria esa pregonada
autonomía, por cuanto trátase en esos eventos de la
elaboración de un juicio lógico-crítico, en el que partiendo de lo
conocido, arriba el hombre a lo desconocido, resultando así
que la apreciación del fallador se encuentra determinada por tal
juicio y no por la objetividad de los hechos.

Agrega posteriormente que ella no está llamada a variar lo que


los tribunales superiores hayan hecho en el fallo de segunda
instancia, porque la ley defiere a la convicción del sentenciador,
dejando por lo mismo a su inteligencia y conciencia un campo
que la Corte no puede invadir, excepto si se afirmare estar
probado un hecho, sin estarlo, y de ahí se deduzca cierta
conjetura, o el de que, estando probado un hecho, se deja de
deducir cierta obligada consecuencia, cual si lo estuviese, o el
de que de tal o cual indicio o conjunto de indicios se deducen
consecuencias que lógicamente no cabe deducir, por faltar
entre estos y aquellos el obligado vínculo de causalidad.

Posteriormente la Corte expone que: “en ese complicado


proceso de desentrañar la verdad escondida tras los velos de
la apariencia, todo conduce inicialmente a señalar que aquello
que se expresó, corresponde a la realidad; en principio,
entonces, lo exterior coincide con lo interior y de ese supuesto
es necesario partir. Pero precisamente la labor del juez en
estos eventos es la de romper la barrera de la forma en
procura de hallar, del otro lado, el prístino contenido de los
actos, signado también, pero con la verdadera intención de los
contratantes. Como es natural, en esa labor investigativa
surgen hechos de todas las especies, que refuerzan unos la
apariencia demandada, que la develan los otros; y es entonces
cuando el fallador, sopesando esas circunstancias, haciendo
uso de la autonomía que le asiste, opta por alguna de las
soluciones que se le ofrecen; de allí que, una vez tomada la
decisión, queden entonces, por lo general, algunos cabos
sueltos, algunas circunstancias que se contraponen a lo
decidido, pero sin que tales aspectos puedan constituir por sí
mismos motivo bastante para quebrantar la conclusión del
juzgador,

3
7
el cual, precisamente, elaborando un juicio lógico – crítico desprecia las señales que le envían
algunos hechos, para rendirse ante la evidencia que en su criterio arroja la contundencia de los
demás”.
Finaliza esta máximo Tribunal señalando que los argumentos para quebrar el fallo usados por la
recurrente resultan inútiles ante el grupo de indicios destacados y que fueron referidos en la
sentencia, y que sirvieron de fundamento para concluir que los contratos que se demandaron fueron
absolutamente simulados; conclusión que lejos de parecer absurda, aparece como la única
acertada, ya que la prueba es abrumadora. Remisiones a otras sentencias
Casación, 24 abril de 1941, G. J Tomo LI Pág 212. Casación, G.J. Tomo LVI, Pág. 252, 253 Tiene
salvamento de voto No Resumen del salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
38
Tabla 9. Sentencia No. 6
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Radicado
Civil. Expediente 6362. M.P. Manuel Ardila Velásquez. Fecha de la sentencia 16 de julio de 2001.
Demandante Cecilia Sierra Piedrahita. Demandado Jorge León Alarcón y Teresa Rodas de
Alarcón. Conoció en primera instancia
Juzgado Sexto de Familia de Medellín.
Decisión de primera instancia
Al encontrarse probadas las excepciones propuestas, se denegaron las pretensiones de la
demanda. Conoció en segunda instancia
Tribunal Superior de Medellín-Sala de Familia.
Decisión de segunda instancia
Confirmó la decisión de primera instancia.
Pretensiones
Declarar que el acto jurídico por el cual Jorge León Alarcón dijo vender a María Teresa Rodas el
establecimiento de comercio denominado "Cafetería- Restaurante El Cid", situado en Medellín, es
simulado, y que, en consecuencia, los demandados deben restituir dicho bien, junto con los frutos
producidos, a la sociedad conyugal conformada por Jorge León Alarcón y Cecilia Sierra.
Supuestos fácticos
Cecilia Sierra y Jorge León Alarcón contrajeron matrimonio; pero debido al incumplimiento de sus
deberes por parte del esposo, la cónyuge inició proceso de separación de bienes, el que para la
fecha de la demanda se hallaba en trámite.
En vigencia de la sociedad conyugal, el cónyuge dijo vender a su señora madre María Teresa
Rodas el establecimiento de comercio “Cafetería - Restaurante El Cid”, por un precio aparente de
$200.000; pero ese contrato no existió, no hubo ánimo de transferir el dominio, ni el de adquirirlo, y
tampoco existió precio, resultando irrisorio el que figura como pactado. Se trata de un acto simulado
por el cual el cónyuge pretende defraudar a la sociedad conyugal en cuanto a los gananciales.
No es el anterior el único bien que se pretende sustraer de la masa social; igualmente "se pretende
fraude" con el local donde funciona la susodicha cafetería, así como con un apartamento y un
vehículo automotor.
Motivación jurídica de la Sentencia de casación
Dice la Corte que si el juzgador partió de unos hechos que estimó acreditados, era menester que en
casación se fustigara la apreciación probatoria respectiva con argumentos que la echasen por tierra
irremediablemente; toda vez que en este recurso extraordinario no basta el simple disentimiento de
criterios para entender que, dejándose de lado el del tribunal, ha de acogerse el de la acusación;
expresa que constante ha sido la jurisprudencia
39

en señalar que en casación es muy excepcional la controversia


sobre pruebas, porque la ponderación de éstas compete, en
principio, a los juzgadores de instancia, de suerte que el
recurrente, antes que disputar a estos su autonomía, está
forzado a demostrar que los razonamientos del fallador
entrañan ostensibles desaciertos que repugnan al sentido
común; demostración que, en este caso concreto se echó de
menos.

Señala que existen declaraciones, y que fue las que vio el


Tribunal, conforme a las cuales todas las circunstancias
fácticas, de las que se infiere racionalmente la realidad y
seriedad del contrato controvertido, son indubitables; las que no
se desvirtúan por el solo hecho de que el impugnante exponga
su propia apreciación, o porque intente minar con dudas el
camino; pues como lo ha reiterado la jurisprudencia de esta
Corporación: “la duda jamás sería apoyo razonable para
desconocer los poderes discrecionales del sentenciador”. Debe
recordarse que lo que ha de presumirse es la seriedad, la
realidad del negocio, y no su simulación, cual parecería
entenderlo el acusador; de tal suerte que la voluntad
manifestada por las partes conserva todo su vigor mientras no
se demuestre lo contrario.

En desarrollo de tal idea la Corte expuso, por ejemplo, que "en


ese complicado proceso de desentrañar la verdad escondida
tras los velos de la apariencia, todo conduce inicialmente a
señalar que aquello que se expresó, corresponde a la realidad;
en principio, entonces, lo exterior coincide con lo interior y de
ese supuesto es necesario partir". Ante lo cual anotó cómo en
la labor investigativa atinente a la simulación "surgen hechos
de todas las especies que refuerzan unos la apariencia
demandada, que la develan los otros; y es entonces cuando el
fallador, sopesando esas circunstancias, haciendo uso de la
autonomía que le asiste, opta por alguna de las soluciones que
se le ofrecen; de allí que, una vez tomada la decisión, queden
entonces, por lo general, algunos cabos sueltos, algunas
circunstancias que se contraponen a lo decidido, pero sin que
tales aspectos puedan constituir por sí mismos motivo bastante
para quebrantar la conclusión del juzgador, el cual,
precisamente, elaborando un juicio lógico – crítico desprecia
las señales que le envían algunos hechos, para rendirse ante
la evidencia que en su criterio arroja la contundencia de los
demás". De todo esto resulta que a quien esgrime en casación
la acción de prevalencia le espera una doble y las más de las
veces ardua tarea de aniquilación: de un lado, derruir la
presunción de seriedad

4
0
que rodea el acto jurídico controvertido y de otro arruinar aquella que, a su turno, protege la
sentencia. Es, pues, una doble barrera la que el acusador se ve forzado a traspasar. Lo cual se
intentó en este caso, mas sin éxito según se vio, ya que no existen los tales indicios que pregona de
simulación, y por el contrario las pruebas todas acreditan la realidad del contrato de compraventa.
Remisiones a otras sentencias
Cas. Civil. Octubre 22 de 1998. Cas. Civil. XLV. Pág. 649 Cas. Civil G. J. CCXXXI. Pág. 645 Cas.
Civ. febrero 26 de 2001, exp. 6048 Tiene salvamento de voto No Resumen del salvamento No
aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
41
Tabla 10. Sentencia No. 7
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Radicado
Civil. Expediente 6673. M.P. Jorge Santos Ballesteros. Fecha de la sentencia 28 de agosto de
2001
Demandante Pompilio Klinkert Echeverri
Demandado
Corporación Financiera del Oriente S.A. “CORFIORIENTE”, hoy Latinoamericana Corporación
Financiera S.A. “LATINCORP”. Conoció en primera instancia
Juzgado Segundo Civil del Circuito Especializado de Medellín.
Decisión de primera instancia
Estimó parcialmente lo pretendido. En la providencia se declaró la simulación de unos contratos de
depósito a término, ordenando a la entidad demandada el pago de cada uno de los depósitos y los
intereses correspondientes.
Asimismo, denegó lo referente al pago de los intereses moratorios y la condena al pago de la
indemnización de $3’500.000.oo.
Decisión de segunda instancia
La Sala Civil del Tribunal Superior de Medellín revocó la sentencia impugnada, denegando lo
pretendido por el demandante.
Pretensiones
En su libelo, el demandante solicitó de manera principal que se declarara que los contratos de
depósito a término contenidos en los certificados de depósito a término expedidos por la
Corporación Financiera del Oriente S.A., hoy denominada Latinoamericana Corporación Financiera
S.A., identificados con los números 001759, 024338, 016341, 013517, 022557, 020449 y 001657,
son relativamente simulados. Como pretensión consecuencial solicitó que prevaleciera el negocio
real celebrado entre la Corporación Financiera del Oriente S.A. y el depositante Pompilio Klinkert;
también como pretensión consecuencial se solicitó que la entidad demandada pagara las sumas de
dinero contenidas en los títulos, los intereses remuneratorios y moratorios a partir de la fecha en
que se negó el pago de los certificados de depósito a término, y la indemnización de perjuicios por
valor de $3’500.000.oo pagados a Carlos Hernán Restrepo.
Como pretensiones subsidiarias se peticionó la declaración de enriquecimiento injusto, en
perjuicio patrimonial del señor Pompilio Klinkert, y que como consecuencia pagara al demandante
las sumas por él depositadas, más los intereses remuneratorios y moratorios a partir de la fecha en
que se negó el pago de las obligaciones contenidas en los certificados de depósito a término. De
igual forma, solicitó el pago de la
42
Corporación Financiera
indemnización de perjuicios
del Oriente
consistente
S.A.,en
hoy
$3’500.000.oo
denominada que
le pagó al señor Carlos
Latinoamericana Corporación
HernánFinanciera
Restrepo.S.A., es una entidad
dedicada entre otras actividades comerciales y financieras, a
la captación de dineros del público, por lo que “durante varios
años a partir de 1985, el señor Pompilio Klinkert, corredor
financiero acreditado ante la Cámara de Comercio de
Medellín, celebró diferentes contratos con la entidad
demandada, consistentes en la colocación de dineros bajo la
modalidad de depósitos a término con la consiguiente
expedición de los certificados correspondientes”. Según el
demandante, los certificados se expedían unas veces a
nombre del señor Klinkert y otras en mayor número, a nombre
de personas señaladas por el actor con la anuencia de
Corfioriente, que nunca exigió al inversionista la presencia, ni
la identificación de los supuestos beneficiarios anotados en
los títulos expedidos. De igual forma, se asevera que los
mencionados beneficiarios de los títulos “eran algunas veces
nombres de personas inexistentes, situación conocida por la
entidad financiera, la que simplemente se limitaba a recibir
los dineros depositados por el señor Pompilio Klinkert y a
expedir los certificados de depósito a nombre de quien éste
señalara telefónicamente o mediante boletas escritas de su
puño y letra, pero nunca exigió, como se anotó, la presencia,
Supuestos fácticos identificación o registro de firma de quien aparecería en el
Como causa de la pretensión se manifestó que La título por orden del actor”.

En la demanda se indica que en desarrollo de los negocios


mencionados, se expidieron varios certificados de depósito a
término, los cuales fueron endosados a dos personas y que
de ello se dio cuenta a la demandada, quien se negó a
entregar las sumas depositadas y los correspondientes
intereses, aduciendo que las firmas de los endosantes no
estaban debidamente autenticadas, “cuando sabía que no
era posible dadas las circunstancias irregulares dentro de las
cuales se expidieron los títulos por la Corporación”. En
atención a esta circunstancia, se anota que el demandante
tuvo que indemnizar a uno de los tenedores de los
certificados de depósito a término.

Según el pretendiente, a la opositora no le era dable exigir la


autenticación de firmas de los titulares de los depósitos, en
tanto que “tales nombres se señalaron por el señor Klinkert al
realizar los depósitos, pero que esas personas, o no existen,
o se desconoce su paradero”.

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3

Motivación jurídica de la lo que supone una labor crítica donde predomina


Sentencia de casación ampliamente la actividad intelectual del juzgador, quien
Para la
dentro de Corte
los límites
Suprema
señalados de en Justicia
la ley, libremente
“ escoge
simulación
los hechos sebásicos
pretende
que obtener
le han delaservir
revelación
para formular
del acto lasecreto
u oculto contentivo
inferencia y deducir desuslaconsecuencias.
verdadera expresiónLos artículos
de voluntad
248 yde
las partes
250 del C. contratantes,
de P.C. limitan sea
esaque
libertad
ésta consista
en cuanto endisponen,
la negaciónel
de todo acto
primero, que los
y vínculo
hechosjurídico
básicos-simulación
de los cuales absoluta-,
se infieran
o en
losla
celebración
indicios, estén
dedebidamente
otro acto jurídico,
probadose inclusive
en el proceso,
del mismoy el pero
bajo estipulaciones
segundo, al estatuir diferentes
que la admisibilidad
- simulación legal
relativa-,
de estos de modo
distinto a lo queademás
procedimientos, muestra de el
exigir
actounaparente
enlace preciso
u ostensible,
y directoy
hacia ellaindicio
entre obtención
y lo que dede élese
se infiere,
objetivorequiere
debe asídirigirse
mismo la
demostración
que, con excepción
respectiva,
de los casos
dentropocode frecuentes
un sistemadeprobatorio
como el colombiano,
deducciones concluyentes
inspirado
apoyadas
en los en principios
la presencia de de
la sana
crítica del
indicios necesarios,
juez y de lahaya
librepluralidad,
apreciación gravedad,
de las pruebas
precisión y
correspondencia, de tal manera que tanto dentro del proceso
como frente a los demás elementos de convicción que en él
En esta providencia la Corte resalta que “dada la dificultad
obren, se configure un conjunto indiciario coherente según
probatoria en materia de simulación, donde los contratantes
generalmente toman las medidas adecuadas para impedir las reglas de la sana crítica”. Asimismo, se adujo que para la
que el verdadero negocio salga a la luz, se acude en laprocedencia de la casación respecto a la apreciación
probatoria del juez, “el yerro de facto para que tenga entidad
mayoría de los casos a la prueba indiciaria, llamada indirecta
en casación y pueda, por ende, ocasionar la rotura de un
o por inferencia, mediante la cual se logra, por inducción
lógica, el resultado de dar por conocidos, con base en fallo,
hechostiene que ser manifiesto y trascendente, o, debe ser tan
grave y notorio que a simple vista se imponga a la mente, sin
firmemente acreditados en el proceso, otros que no lo están,
mayor esfuerzo ni raciocinio, o, en otros términos, de tal
magnitud, que resulte contrario a la evidencia del proceso”.

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De igual modo, expuso la Corte que frente a la apreciaciónhabíadeprobado la su


indicios es tarea privativa del juzgador de instancia, “ voluntad declarada
de poder discrecional al efecto, cuyo dictamen permanece podía accederse a l
intocable en casación, mientras no se demuestre que es
contrario a la evidencia queRemisiones
las pruebas aostentan
otras
sentencias
En eltomo
G.J., casoCXIII,
concreto
pág. la
190Corte observó
y G.J., quepág.
tomo LX, el recurrente
464. no
había probado la connivencia
Cas. Civil de 26 de febrero de 2001. de la demandada en la
simulación alegada. También resaltó que el pretendiente no

Tiene salvamento de voto No


Resumen del salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la
aclaración No aplica
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Tabla 11. Sentencia No. 8
Radicado
Sentencia Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil. Expediente 6432. M.P. César Julio
Valencia Copete. Fecha de la sentencia 15 de noviembre de 2002
Demandante Enrique Jiménez Sarmiento Demandado Arturo Barrera Torres Conoció en primera
Juzgado Veintidós Civil del Circuito de Bogotá
instancia Decisión de primera
Negó la simulación pretendida en la demanda.
instancia
Decisión de segunda instancia
La Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá confirmó la decisión impugnada, aduciendo que no
estuvo suficientemente demostrada la simulación alegada, dado que los indicios no resultaron
suficientes ni tuvieron la gravedad como para acreditar lo perseguido con la demanda.
Pretensiones
El pretendiente requirió que se declarara simulado el contrato de compraventa contenido en la
escritura pública 8616 del 19 de noviembre de 1980, mediante la cual el actor transfirió al
demandado un inmueble ubicado en la carrera 73 -antes carrera 72 B- No. 75 A 16, urbanización
"Santa María del Lago".
Supuestos fácticos
Como sustento del reclamo jurisdiccional impetrado, el actor afirmó que por “motivos de salud” tuvo
que adquirir un inmueble localizado en el Municipio de Silvania, cuyo propietario era el señor
Ignacio Goyez Patiño, y que para ello debía adquirir un préstamo del Banco Central Hipotecario, “lo
que no le era viable directamente, por haber sido antes beneficiario de un crédito para adquisición
de vivienda de dicha entidad”. En atención a esta circunstancia, según el pretendiente, "Arturo
Barrera Torres se ofreció para solicitar el préstamo ante la entidad bancaria,..." y que a través de la
escritura pública 8616 del 19 de noviembre de 1980 se simuló la venta del bien raíz de propiedad
del actor por un valor de $600.000. Además, de acuerdo con lo expuesto por el demandante, la
intención de dicha enajenación era que “Arturo Barrera Torres, al comprar la casa aparentemente,
exhibiera dicho título ante el Banco Central Hipotecario, para que dicha entidad le concediera en
préstamo la suma de $420.000.oo...", para que luego el pretendiente hiciera uso de este dinero y
con él pagar el inmueble a Ignacio Goyez Patiño. Finalmente, el pretendiente manifestó que "jamás
tuvo la intención de transferirle el dominio, ni la posesión de su casa...al señor Arturo Barrera
Torres,..., ni hubo precio real puesto que..." éste "no pagó precio alguno por la venta".
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Para la Corte Suprema de Justicia cuando se trata de demostrar una figura jurídica como la
simulación, la prueba indiciaria resulta de mayor utilidad, “pues a partir del acreditamiento de
hechos distintos al de la irrealidad del negocio, pero de los cuales pueda inferirse tal circunstancia,
es viable llegar al convencimiento de que la convención así concebida, no es reflejo de la sinceridad
negocial de los contratantes”.
De acuerdo con la Corte, la prueba indiciaria impulsa un doble ejercicio en el juez, tales como la
apreciación de los hechos indicadores en los medios de prueba existentes y la deducción de ellos
de los hechos indicados.
En esta sentencia el Tribunal de Casación Civil indicó que Motivación jurídica de la
la esencia de la prueba indiciaria, tener una fase Sentencia de casación
“eminentemente intelectiva”, la obligaba a no alterar el análisis hecho por el juez de instancia y que,
“por tanto, los ataques que en su contra se formulen en casación, sólo se abran paso en los casos
de ostensible contraevidencia, ya sea porque no estando acreditado el hecho indicador el juez lo da
por tal, ora porque estándolo lo ignora, o porque, contraviniendo o desatendiendo las reglas de la
lógica y de la experiencia, se abstenga de reconocer o admita, respectivamente, la comprobación
de un hecho indicado, haciendo caer así su juicio en lo absurdo”.
En el caso concreto, la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia expuso que el
recurrente no precisó todas “las pruebas incorrectamente ponderadas o inapreciadas” por el
Tribunal, omitiendo la demostración de los yerros en los que supuestamente incurrió éste.
Remisiones a otras sentencias
Sentencia de 10 de diciembre de 1999, Exp. No. 5320, no publicada aún oficialmente.
Sentencia de 16 de julio, expediente 6362.
Sentencia del 28 de agosto de 2001, expediente 6673 Tiene salvamento de voto No Resumen del
salvamento No aplica
Tiene aclaración No Resumen de la aclaración No aplica
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