Nupcialidad y Familia PDF
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NUPCIALIDAD
• En segundo lugar, los censos de población aportan importante información, que permite
estimar la Nupcialidad por medio de métodos indirectos a través de preguntas, sobre
estado civil y parentesco de los empadronados.
De igual forma el tema de la nupcialidad está estrechamente vinculado con el divorcio, el cual
también tiene implicaciones demográficas y socioeconómicas, pero en sentido inverso, incide
en la reducción de los nacimientos, pues es el cese temporal de la exposición al riesgo de la
concepción, implica movilidad territorial de uno de los cónyuges, por tanto, también influye
en migración.
MEDICIÓN DE LA NUPCIALIDAD
Número de matrimonios por cada mil habitantes. Se refiere al cociente obtenido de dividir el
número anual de matrimonios, en un año determinado, por el número de habitantes que
constituyen la población. Permite conocer la dinámica de un fenómeno relacionado con el
crecimiento de la población y los roles sociales, asimismo este indicador es oportuno para
ampliar el panorama de las nuevas necesidades de la población que conforma nuevos
hogares.
A pesar de que el matrimonio es una práctica que va perdiendo uso, el indicador en países
como México aún es una fuente de información muy valiosa. Con la reserva de que los datos
sobre matrimonios no representan a la totalidad de nuevos hogares que se forman en un año,
si es una muestra importante de las uniones, que nos puede dar información sobre la edad
de los contrayentes, su ámbito de residencia y otras variables de tipo socioeconómico. Tiene
las mismas ventajas y limitaciones que la tasa bruta de mortalidad y la tasa bruta de
natalidad.
Número de matrimonios
TBN = ∗ 1,000
Población total
65
TBN = ∗ 1,000 = 7.7 𝑝𝑜𝑟 𝑚𝑖𝑙
8,420
Resultados:
En promedio, en 2017 existieron alrededor de ocho (7.7) matrimonios anuales por cada mil
habitantes, es decir, 16 personas contrajeron matrimonio civil en un año, por cada mil
personas.
El número de mujeres en edad fértil corresponde a las mujeres de estado civil “casadas” más
las mujeres que viven en “unión libre”.
Esta medida puede ser calculada también por grupos de edad de n años.
Mujeres Porcentaje
Mujeres
en edad de
Edad en edad
fértil en mujeres
fértil
unión unidas
15-19 123 834 14.8
20-24 336 728 46.2
25-29 430 634 67.8
30-34 481 638 75.3
35-39 468 630 74.3
40-44 379 519 73.0
45-49 281 396 71.0
Total 2497 4378 57.0
De acuerdo con esta información el 57,0% de las mujeres en edad fértil de comunidad de
Galicia Costa Rica en el año 2000 se encontraba en conviviendo en unión (casadas o en unión
libre). El patrón de variación de los porcentajes por grupos de edad se puede observar mejor
mediante la representación gráfica siguiente:
Galicia: Porcentaje de mujeres en unión (casadas +
unión libre), 2017
80.0
Número de divorcios
TBN = ∗ 1,000
Población total
En promedio, durante el año 2017 existieron alrededor de cuatro (3.6) divorcios legales por
cada mil habitantes.
La edad media a la primera unión expresa la edad a la que en promedio se casan o unen las
personas por primera vez. Se preferiblemente se la calcula con la mediana, Es decir,
corresponde a la edad hasta la cual se han casado o unido el 50% de las personas
En Honduras, la edad mediana a la primera unión para las mujeres es 19.3 años,
ligeramente por encima de lo observado en la ENDESA 2005-2006 (18.9). Los hombres se
casan alrededor de 3 años más tarde que las mujeres, a una edad mediana de 22.4 años
(ENDESA 2011-2012).
LA FAMILIA
La demografía tiene como núcleo temático la reproducción poblacional, así que la familia, el
entorno social inmediato en el que se organiza esa función reproductiva, resulta un objeto de
estudio importante. Coincide así con otras ciencias sociales (la antropología, las ciencias
políticas, la sociología, la economía) que también estudian la familia, cada una desde su propio
marco teórico, y a menudo con resultados que interesan a las demás disciplinas. Eso no
modifica la afirmación inicial: lo que interesa de la familia a los demógrafos son todas sus
características y comportamientos que afecten a la mortalidad, la natalidad o las migraciones,
los fenómenos que a su vez condicionan el tamaño y las dinámicas poblacionales.
Este análisis de las familias suele centrarse en los convivientes dentro de un mismo hogar,
pero es importante no mezclar los conceptos. Aunque a menudo limitemos la familia al grupo
de parientes corresidentes en un mismo hogar, no puede identificarse hogar con familia; en
un hogar pueden residir personas no emparentadas. Se puede hablar también de residencias
colectivas cuando no existe parentesco alguno entre los convivientes, como ocurre en
cuarteles, hospitales o internados. En cambio, las familias, en un sentido amplio, constituyen
redes, que pueden ser reducidas o muy extensas, de personas emparentadas y
potencialmente residentes en diversos hogares.
En ambos tipos juega un papel muy importante la definición de los vínculos familiares con
la que se trabaje, para lo que suelen adoptarse las convenciones sociales (consuetudinarias
o legislativas) sobre el parentesco y su tipología. No se trata por tanto de un mero
parentesco biológico, que probablemente llevaría a englobarse a todos en una misma
familia si retrocedemos el tiempo suficiente en busca de ancestros comunes. Durante toda
nuestra historia se ha creado también parentesco “político” mediante la unión de no
parientes, o parentesco filial no biológico recurriendo a la adopción.
Fuente de datos:
El censo de población constituye una de las principales fuentes de que se dispone para
realizar estudios de familia, sin embargo, “en la mayoría de los países el cuestionario censal
corresponde al hogar, y en el mismo se anotan todas las personas que lo integran en el
momento del censo. Además de eso, para cada persona se anota su relación de parentesco
con el jefe de hogar (cónyuge, hijo, nieto, etc.). Sin embargo, ha resultado muy difícil, por
no decir imposible, reunir en forma sistemática para fines de tabulación todas las personas
que, en el hogar, constituyen una familia” (Valdecir, F., 1975).
La definición más general de hogar está referido a la unidad económica y social constituida
por el conjunto de individuos que conviven habitualmente bajo el mismo techo y ocupan
la misma vivienda (Diccionario Demográfico Multilingüe, 1985).
Por su parte la familia es el grupo de dos o más personas, integrantes de un mismo núcleo
censal, emparentadas entre si hasta el cuarto grado de consanguinidad (padres, hijos,
abuelos, nietos, bisnietos, hermanos, tíos, sobrinos y primos) y segundo de afinidad
(cónyuge, suegros, yernos, nueras, hijastros, cuñados).
Las diferencias entre estos dos conceptos están dadas en que el criterio básico para definir
la familia es el parentesco, mientras que para definir el hogar son las personas que ocupan
una vivienda. Ello implica, que, por definición, una familia no puede comprender más de
un hogar, aunque dentro de cada hogar si pueden haber más de una familia o ninguna. En
la práctica, sin embargo, y cuando la fuente es un censo, los conceptos de hogar y familia
de residencia tienen un significado muy semejante y generalmente se recomienda trabajar
con el concepto de hogar, por resultar más operativo.
Teniendo en cuenta la relación y el grado de parentesco con el jefe de núcleo, las familias
se clasifican en Familias Básicas y Familias Extendidas. Las primeras identifican a los
padres (el Jefe y el cónyuge) y/o los hijos. Cuando este círculo se amplía a otros parientes
la familia se considera extendida.