Broncano. Racionalidad, Acción y Opacidad
Broncano. Racionalidad, Acción y Opacidad
Broncano. Racionalidad, Acción y Opacidad
Racionalidad y Comunicación
Curso 2018/2019
Surgen las críticas al modelo tradicional de Razón desde diferentes ámbitos del
conocimiento; en ciencia tenemos a Feyerabend, por ejemplo. Bajo mi punto de vista
este planteamiento está bien como una primera toma de contacto en tanto que se trata de
un medio revolucionario, una forma de reivindicar que no existe la Razón con
mayúsculas sino que debemos de hablar de razón o, más bien, de racionalidades. Sin
embargo, lo que no podemos hacer tampoco es despreciar a la razón por completo, es
decir, defender que ya no existe la racionalidad, pues esto solo ocasionaría caos y
confusión ya que entraríamos en el relativismo de lleno.
Como explica Broncano tenemos un aparato cognitivo que nos ‘invita’ a ser
racionales pero esto no quiere decir que esta empresa se cumpla siempre: “Somos de
1
hecho racionales, puesta que la racionalidad está <<cableada>> en nuestras capacidades
de imaginación y aprendizaje de la experiencia, y la cuestión es si queremos o no
respetar y seguir ese curso natural”1.
2
Cada una de ellas prioriza en un campo de estudio más que en otro como podría ser,
la racionalidad epistémica colectiva histórica la cual trata la ciencia o bien, la
racionalidad práctica colectiva histórica ya que trata la política. Esta clasificación como
ya hemos mencionado depende de dónde coloquemos el acento a la hora de hablar de
racionalidad y, sobre todo, qué pensemos acerca de cómo un agente resuelve
situaciones.
En la historia de la filosofía podemos ver como una de las maneras más populares de
pensar la racionalidad ha sido mediante el concepto de representación. Esta idea fue
dada a luz por Aristóteles en el siglo IV a. C. el cual marcó una guía a la hora de pensar
al ser humano como ser racional, más en concreto, como un ser que tiene la capacidad
de representar. Como afirma Broncano: “<<Racional>> funcionaría como un adjetivo
que cualifica las formas en las que la mente manipula representaciones. Serían
racionales aquellos seres cuyas transformaciones de representaciones sigan ciertas
pautas (lógicas, por ejemplo, aunque no necesariamente) que llamamos o calificamos de
racionales”4. Claro está que esta concepción de lo racional se queda atrás en el paso del
tiempo. Actualmente no se niega la constitución de lo racional como forma de
representar pero sí que se acota tal definición. Las dos alternativas más visibles son, por
un lado, la concepción inferencial y, por otro lado, la interpretativa, ésta aunque se
relaciona mucho con la con la concepción inferencial tiene serias diferencias.
4
Ibídem., pp. 159.
5
Ibídem., pp. 160.
3
que comprender las palabras que dice el otro sino también sus emociones. La filosofía
del lenguaje ha estudiado este hecho y ha puesto de manifiesta que es necesario dar un
salto a la emocionalidad.
En cierta medida estoy de acuerdo con ellos ya que como explica Dan Ariely, somos
predeciblemente irracionales, es decir, claramente existen comportamientos en nuestra
psique que crean pautas de cómo pensamos, compramos y vivimos pero existe un tinte
de irracionalidad en todo esto, podremos ser predecibles hasta cierto punto pero no creo
que el ser humano funcione de una manera matemática totalmente inteligible ya que
estoy sería simplificar nuestra conducta. Ésta se puede predecir debido a los túneles de
la mente inferencial, quiero decir con esto, los atajos que utiliza la mente guiados por la
intuición para no tener que pararnos a pensar. Broncano pone de manifiesto en el texto
estas estrategias contrarias a toda racionalidad citando el caso de un grupo médico. A
partir de este punto nuestro autor se cuestiona si realmente no existe un campo que no
esté exento de estas carencias racionales.
6
Ibídem., pp. 165.
7
Ibídem., pp. 166.
4
se basa en un modelo económico de equilibro; “cada agente ajustaría sus acciones a las
expectativas que tiene acerca de lo que harán los otros el beneficio que puede obtener
por su elección”8. Como tercer punto, el planteamiento más optimista de todos, los
sesgos individuales cooperan en la racionalidad colectiva, esta línea es estudiada por
Miriam Solomon la cual afirma que los sesgos funcionan de manera inversa a la primera
propuesta, es decir, los sesgos son convertidos en un mecanismo para hallar una mejor
respuesta racional. Por último, debemos mencionar cómo los principios de racionalidad
individual se ven inmersos en la colectividad formando normas las cuales reorientan
nuestros sesgos individuales.
8
Ibídem., pp. 173.
9
Ibídem., pp. 183.
10
Ibídem., pp. 185.
11
Ibídem., pp. 191.
5
compromiso con las inferencias y las decisiones a normas explícitas. La forma por la
que Broncano entiende esta racionalidad no es otra que según la virtud. Ésta, “en la
medida en que incorpora la noción de excelencia en la realización, exige la contingencia
de la circunstancia y, por consiguiente, exige una condición de adecuación más fuerte
que el mejor ejercicio de las capacidades del sistema. Incorpora, para decirlo
claramente, la idea de éxito o de logro”12.
12
Ibídem., pp. 190.