Alianzas Sociales en America Latina
Alianzas Sociales en America Latina
Alianzas Sociales en America Latina
iii
p. cm.
Original title in English: Social partnering in Latin America.
Includes bibliographical references.
ISBN: 1597820075
IDB Bookstore
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Estados Unidos de América
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www.iadb.org/pub
Notas .....................................................................................355
Bibliografía ...........................................................................356
Epílogo. Alianzas: una perspectiva adicional ............................. 357
La construcción de puentes ..................................................357
Alcanzar el alineamiento ......................................................361
Generación de valor ..............................................................363
Gestión de la alianza .............................................................365
Crecimiento e innovación.....................................................369
Notas .....................................................................................371
Gráficos
1 Continuo de colaboración intersectorial........................................ 5
2 Espectro motivacional de la colaboración intersectorial ............ 33
3 El poder de las relaciones preexistentes ...................................... 51
4 Amplitud del alineamiento .......................................................... 79
5 Alineamiento total ....................................................................... 92
6 Profundidad vs. amplitud ............................................................ 93
7 Cambios en alineamiento estratégico a partir
de fertilización cruzada .........................................................101
8 El círculo virtuoso de renovación de valor ...............................129
9 Valor creado para las empresas .................................................137
10 Valor creado para las OSC ........................................................146
11 Modelo trisectorial: distribución de alianzas entre
las empresas encuestadas ......................................................224
12 Tres tipos de estructuras posibles para alianzas múltiples ........297
xi
PRÓLOGO
Gran parte de lo que han escrito aquí el profesor James Austin y sus
excelentes colaboradores refleja mi filosofía en los negocios y en la vida.
Alianzas Sociales en América Latina y las relaciones de colaboración
que describe, representan muchas de mis propias experiencias y me per-
miten comprender mejor las alianzas entre las empresas y las organiza-
ciones civiles. No participé en forma directa en la producción de este
trabajo, pero un libro como éste me hubiera venido muy bien hace diez
años.
He tenido bastante éxito como emprendedor durante mis 30 años de
carrera. En 1991 decidí alejarme por un tiempo de mi actividad empre-
sarial para formar el Consejo Mundial de Empresas para el Desarrollo
Sostenible (WBCSD, World Business Council for Sustainable Deve-
lopment), con el fin de ofrecer una perspectiva empresarial a la “Cum-
bre Mundial” de Río de Janeiro de 1992 y tratar de llevar el mensaje del
desarrollo sostenible a las empresas. En realidad, se trataba de un primer
intento de crear vínculos más fuertes entre las compañías y las socieda-
des en las que operan.
En 1994 formé la Fundación AVINA, con el propósito de apoyar y
promover el liderazgo con miras a un desarrollo sostenible en América
Latina y la península Ibérica. De inmediato surgió un problema: si vivo
de acuerdo con una cierta visión y ciertos valores y trato de promover-
los, mientras que mi compañía latinoamericana –GrupoNueva– actúa
según su propia visión y sus valores y la Fundación responde a otro
conjunto de valores, ¿qué pasa con mi propia integridad? ¿No debería
integrar mis valores en las organizaciones que construyo? ¿No deberían
mi compañía y mi fundación compartir mi visión? ¿Es posible esa inte-
gración o soy un ingenuo, al creer que las organizaciones que operan en
distintos sectores pueden compartir los mismos valores fundamentales?
Hace ya más de una década que vengo utilizando distintas estrate-
gias para lograr que AVINA y GrupoNueva respondan a un mismo
“VIVA” (visión y valores). Por ello, con gran interés leí en Alianzas
Sociales en América Latina sobre las distintas formas de “alineamien-
to” entre valores, estrategias y objetivos de las organizaciones de la
sociedad civil (OSC) y las empresas: alineamiento amplio, alineamiento
profundo, y sobre las distintas formas de desarrollar y mantener el ali-
neamiento.
Este libro demuestra la importancia de la creación de alianzas entre
las empresas y las OSC como mecanismo innovador para aprovechar la
fuerza de ambos sectores, en pos de mejorar la sociedad. Les muestra a
xxv
las compañías que asociarse con organizaciones sin fines de lucro puede
ser conveniente para el negocio en lo inmediato. Además, el libro cons-
tituye una contribución fundamental para nuestros conocimientos sobre
la importancia y la factibilidad de estas alianzas intersectoriales.
A través del trabajo de AVINA con líderes sociales y empresariales,
descubrimos una desconexión. Los líderes de las OSC conocían sus co-
munidades y sus problemas en profundidad y proponían algunas solu-
ciones, pero muchos carecían de las habilidades básicas para el manejo
del dinero y los proyectos –es decir, capacidades empresariales. Los lí-
deres de empresas solían conocer a fondo sus negocios, pero no estaban
al tanto de las amenazas y oportunidades que encerraban las sociedades
a su alrededor.
Entonces, AVINA comenzó a construir puentes entre las OSC y las
empresas. En algunos países comenzamos por ofrecerles a los líderes de
las organizaciones sin fines de lucro una “donación adicional”, si logra-
ban reunir el mismo monto de dinero en el sector privado, con aportes
corporativos y personales. Fue un éxito financiero. En Brasil, el aporte
del sector privado fue más allá de las metas comprometidas para fondos
de contrapartida y superó la contribución de AVINA.
Sin embargo, ¿cuáles son los beneficios intangibles de este tipo de
colaboración? ¿Cuáles son los obstáculos y cómo se pueden superar?
Con estos interrogantes en mente, AVINA se asoció con Harvard Busi-
ness School y el profesor James Austin para crear, en 2001, la Red de
Conocimiento sobre Emprendimientos Sociales (SEKN, Social Enterprise
Knowledge Network), con el objeto de avanzar en el terreno del conoci-
miento y la práctica de empresas sociales en América Latina, a través de
la investigación conjunta, el aprendizaje compartido, la enseñanza sobre
la base de casos específicos y el fortalecimiento de las capacidades de
las instituciones dedicadas a la formación ejecutiva para atender las ne-
cesidades de sus comunidades. Harvard comenzó a trabajar con seis de
las mejores instituciones dedicadas a la formación ejecutiva en América
Latina y sus socios.
Este libro representa el resultado inicial y tangible de dicha colabo-
ración. No se trata de un tratado académico dedicado a alabar las bon-
dades de las alianzas entre las empresas y las organizaciones sin fines
de lucro. Más bien es un libro incisivo, que analiza las fortalezas y
debilidades, las oportunidades y amenazas que presenta el camino de
la colaboración intersectorial. En un momento, señala: “No existen las
colaboraciones gratuitas. Las colaboraciones implican costos. Cuando
los beneficios no exceden esos costos, la relación no es sostenible ni
debería continuarse”.
El libro divide a las OSC en cinco niveles, que van desde las que
carecen de organización hasta aquellas que son maduras y sostenibles.
Examina tres etapas en las relaciones de colaboración: la etapa filan-
trópica (que consiste exactamente en lo que la palabra sugiere); la etapa
transaccional, en la que las empresas y las organizaciones sin fines de
lucro colaboran en proyectos tales como campañas de marketing de cau-
sas o programas de voluntariado de empleados, pero la unión de sus
fuerzas se circunscribe a estos proyectos específicos; y la etapa integra-
tiva, en la que el proyecto común se asemeja a un emprendimiento con-
junto, con un alto nivel de integración de misiones, valores y estrategias
y una frecuente interacción entre los personales de ambas organiza-
ciones.
Este tipo de proyectos integrados todavía constituye una minoría en
América Latina, pero la descripción de uno de ellos me causó especial
satisfacción. El diario argentino La Nación inició una relación de cola-
boración con la Red Solidaria (RS) con el fin de conectar a las personas
o grupos que tenían necesidades concretas con quienes podían ofrecer la
ayuda necesaria. Uno de los productos que desarrolló esta alianza fue-
ron los “clasificados solidarios”, una sección regular del diario que pu-
blicaba avisos de necesidades sociales insatisfechas. La alianza
involucró al personal clave de ambas organizaciones: voluntarios de la
RS y periodistas de distintas secciones de La Nación, al punto que resul-
tó difícil distinguirlos. Como comentó un editor del diario: “Nuestra
relación con RS es muy intensa porque es cotidiana”.
Los autores de SEKN han identificado algunos temas interesantes
para investigaciones futuras. ¿Cómo se asocian las empresas y las OSC
con los gobiernos, en especial los locales, cuya participación en estas
alianzas debería ser más frecuente? ¿Cómo se supera lo que los autores
definen como “la aparente ambivalencia que sienten algunos empresa-
rios e individuos frente a la posibilidad de que las empresas obtengan
beneficios comerciales, a la vez que generan beneficios sociales”?
Esta última pregunta es crucial, ya que los esfuerzos corporativos
para promover el desarrollo continuarán siendo marginales, si las com-
pañías no logran participar del proceso y ofrecer a la gente necesitada
servicios básicos, como agua, comida, salud, educación, transporte,
comunicaciones y empleo, de tal manera que beneficien a estos clientes
y, al mismo tiempo, generen ganancias para las empresas.
GrupoNueva está buscando alternativas de negocios con los pobres.
El WBCSD ha organizado un grupo de trabajo sobre “negocios a favor
de los pobres” y está reuniendo ejemplos, mientras elabora una guía de
instrucciones para este tipo de emprendimientos. En muchos de estos
ejemplos, son las OSC quienes proveen los contactos –un tipo de
Stephan Schmidheiny
Fundador
Fundación AVINA
PREFACIO
xxix
James E. Austin
Titular de la Cátedra Snider de Administración de Empresas
Director de la Iniciativa de Emprendimientos Sociales
Harvard Business School
Boston, Massachusetts
xxxiii
Antonio Vives
Subgerente de Empresa Privada y Mercados Financieros
Banco Interamericano de Desarrollo
LISTA DE SIGLAS
xxxv
El proceso de colaboración
El fenómeno de la colaboración
¿Pueden las empresas privadas y las organizaciones no gubernamenta-
les (ONG) trabajar juntas? Mucha gente considera que estos dos secto-
res tienen funciones y características muy diferentes; de hecho, en
muchos aspectos, son opuestos. Sería comprensible que no existiera
interacción alguna entre ambos. Sin embargo, es cada vez más frecuen-
te que se unan para trabajar conjuntamente en actividades con fines
sociales. Este tipo de colaboración intersectorial ha sido ampliamente
documentado en Estados Unidos1, pero a la fecha no ha sido objeto de
estudios de amplitud significativa en América Latina. El objetivo de este
libro es ofrecer a los directivos de compañías y ONG latinoamericanas,
así como a los estudiosos de estas alianzas, una mayor comprensión de
estas colaboraciones.
En Estados Unidos existe una larga tradición de filantropía corporati-
va, de compañías que realizan donaciones a entidades benéficas. La
mayoría de las principales fundaciones actuales surgieron de la benefi-
cencia de hombres de negocios y sus riquezas corporativas: Rockefeller,
Mellon, Ford, Gates, Kellogg, Packard, entre otros. Todas las compañías
importantes realizan donaciones a las ONG. En 2002, las corporaciones
norteamericanas donaron un total de US$12.200 millones en efectivo y
en especie a organizaciones benéficas. Este monto representó un au-
mento real del 8,8% en comparación con el año anterior2. No obstante,
se ha observado un giro significativo, que ha transformado las típicas
relaciones basadas en la “entrega de cheques” en modelos de interacción
más amplios y profundos3. Las nuevas modalidades de colaboración
involucran flujos de recursos bilaterales, y generan a sus protagonistas y
a la sociedad mayor valor que las relaciones tradicionales. Desde luego,
existen otros tipos de colaboraciones con fines sociales: entre ONG4,
entre compañías5, entre gobiernos y ONG6, entre compañías y gobier-
nos7, y entre los tres sectores8. A pesar de la importancia de estos distin-
tos tipos de colaboraciones, en este libro nos hemos limitado a investigar
1 2 3
Etapa de la relación Filantrópica Transaccional Integrativa
Chile
Pontificia Universidad Católica • Agrícola Ariztía – Corporación Municipal
de Chile de Melipilla
• Banco de Crédito e Inversiones – Corporación de
Crédito al Menor
• Esso Chile – Corporación de Ayuda al Niño Quemado
• F armacias Ahumada – Fundación Las Rosas
Colombia
Universidad de los Andes • Centro de Gestión Hospitalaria – Fundación Corona
– Johnson & Johnson – General Médica de Colombia
• Foro de Presidentes de la Cámara de Comercio
de Bogotá – escuelas
• Indupalma – Fundación Rafael Pombo
• Manuelita – Corporación El Minuto de Dios
México
Instituto Tecnológico y de • Danone de México – Casa de la Amistad
Estudios Superiores de • H-E-B – Banco de Alimentos de Monterrey
Monterrey – Escuela de • Grupo Bimbo – Papalote Museo del Niño
Graduados en Administración • Tetrapak – Junior League de Ciudad de México
y Dirección de Empresas
(EGADE)
ARGENTINA
• Autopistas del Sol y Alberto Croce. En 1994, Autopistas del Sol
(AUSOL) obtuvo la concesión para la construcción y administración
del complejo de autopistas de dos accesos a la ciudad de Buenos
Aires. Desde el comienzo de la obra, la empresa debió enfrentar la
oposición de los intendentes y vecinos pertenecientes a algunos de
los municipios pudientes próximos a la autopista. Esta oposición ame-
BRASIL
• Banco Itaú y CENPEC (Centro de Estudos e Pesquisas em Educa-
ção, Cultura e Ação Comunitária). El Banco Itaú, fundado en 1945,
es el segundo banco privado de Brasil. En función de su estrategia de
responsabilidad social, creó el Programa de Asistencia Comunitaria
CHILE
• Empresas Ariztía y la Corporación Municipal de Melipilla. Em-
presas Ariztía, uno de los principales productores avícolas de Chile,
estableció una alianza con la Corporación Municipal de Melipilla
(CMM), organización sin fines de lucro encargada del sistema de
salud y educación en ese municipio de 100.000 habitantes, al sur de
Santiago. La compañía consideraba a la comunidad como uno de sus
principales grupos de interés. El presidente de esta compañía familiar
ocupaba una posición en el consejo directivo de la CMM e introdujo
una mentalidad gerencial en su administración. En 2002, la CMM era
una de las pocas corporaciones municipales financieramente viables.
Tanto los líderes de la compañía como los de la corporación enfrenta-
ron cambios de dirección durante el proceso y, a pesar de ello, asegu-
raron la continuidad de la colaboración.
COLOMBIA
• Centro de Gestión Hospitalaria, Fundación Corona, Johnson &
Johnson y General Médica de Colombia. En marzo de 1992 inició
sus labores el Centro de Gestión Hospitalaria (CGH), una corpora-
ción mixta sin fines de lucro. Sus miembros patrocinadores fueron
cuatro fundaciones –cada una como brazo social de un grupo econó-
mico colombiano y ninguna relacionada con el sector salud–, seis
empresas de negocios –todas pertenecientes al sector salud–, siete
hospitales, el Fondo Nacional para el Desarrollo y el Instituto de Se-
guros Sociales. Entre las fundaciones participantes estaba la Funda-
ción Corona, brazo social de la Organización Corona, un grupo
empresarial dedicado principalmente a la manufactura y comercia-
lización de productos cerámicos. La misión de aquella OSC era “con-
tribuir al desarrollo social del país mediante la mejora de la calidad de
la gestión de los procesos sociales, a través de programas y proyec-
tos innovadores...”. Entre los patrocinadores del sector privado esta-
ba Johnson & Johnson Medical, filial local del grupo Johnson &
Johnson. Esta empresa producía equipos para el tratamiento de lesio-
nes, prevención de infecciones, acceso vascular y monitoreo de pa-
cientes. Otro patrocinador privado era General Médica de Colombia,
representante local de General Electric Medical Systems para la venta
y mantenimiento de sus equipos de diagnóstico por imágenes. Los 19
miembros se comprometieron con el desarrollo del sector salud, a
través del asesoramiento y el apoyo financiero al CGH. Aparte de los
patrocinadores, otras organizaciones se unieron como miembros acti-
vos y miembros institucionales. Durante 10 años, el foro anual ha
contado, en promedio, con la participación de unos 600 asistentes
provenientes de unas 130 instituciones. En asesoría y capacitación, el
CGH trabajó con 125 hospitales, que representaban el 25% del total
de camas hospitalarias en Colombia; con 10 empresas promotoras de
salud, que reunían al 35% de los afiliados al sistema de salud y segu-
ridad social; con 5 Secretarías de Salud, que cubrían al 34% de la
población colombiana; y con 35 instituciones prestadoras de salud
ambulatorias.
• El Foro de Presidentes y escuelas colombianas. El proyecto Líde-
res Siglo XXI (Líderes) nació en 1994, a partir de la iniciativa de un
grupo de empresarios pertenecientes al Foro de Presidentes de la
MÉXICO
• Danone México y la Casa de la Amistad. En 1997, la filial mexicana
del Grupo Danone, un operador global en la industria alimenticia, deci-
dió realizar una campaña de marketing de causas en colaboración con
una OSC. La institución elegida fue la Casa de la Amistad, organiza-
ción que atendía en forma gratuita a niños de escasos recursos que
padecían cáncer. Durante la campaña, denominada “Construyamos sus
Sueños”, la compañía donaba a la Casa de la Amistad una fracción del
precio de cada producto de yogur que vendía. La campaña volvió a
reeditarse en los años subsiguientes.
• H-E-B Supermarkets y el Banco de Alimentos de Monterrey. H-E-
B Supermarkets (HEB), una cadena minorista originaria de Texas, ocupa
el duodécimo lugar entre las cadenas de supermercados norteamerica-
nos. Cuando expandió sus operaciones a México, en 1997, la empresa
transfirió no sólo sus productos y servicios, sino también su estrategia
social de trabajo con los bancos de alimentos. El Banco de Alimentos
de Monterrey, uno de los programas sociales de Cáritas, comenzó a
operar en 1989 con el objetivo de ofrecer ayuda nutricional a familias
necesitadas, cualquiera fuese su religión. La relación del Banco de
Alimentos de Monterrey con HEB, le permitió a aquella organización
alcanzar estándares internacionales de calidad en la gestión de sus ins-
talaciones de almacenamiento y distribución, así como en sus sistemas
administrativos. Los socios percibieron beneficios significativos, tanto
para ellos mismos como para la comunidad. La fortaleza en el liderazgo
y en las relaciones interpersonales de esta alianza contribuyeron al de-
sarrollo de una confianza mutua considerable, que ha promovido una
robusta y creciente asociación.
• El Grupo Bimbo y Papalote Museo del Niño. A principios de la
década de 1990, el grupo mexicano Bimbo era uno de los líderes
mundiales en la industria alimenticia, con operaciones en 16 países.
En noviembre de 1993, se creó el Papalote Museo del Niño en la
Ciudad de México. Esta OSC buscaba contribuir al desarrollo inte-
lectual y emocional de los niños, mediante juegos y experimentos
• Construcción de puentes
– ¿Por qué se asocian las empresas y las OSC?
– ¿Cuáles son las barreras críticas que enfrenta este tipo de colabo-
raciones?
– ¿Cómo se pueden superar esas barreras?
• Generación de valor
– ¿Qué visión tienen las empresas y las ONG de la generación de
valor?
– ¿Qué factores contribuyen a la creación y preservación de valor?
– ¿Cómo se puede lograr que las alianzas intersectoriales generen
valor para las ONG, las empresas y las comunidades?
• Conducción de la alianza
– ¿Cuáles son los factores críticos en el manejo de las relaciones
entre los socios?
– ¿Qué deben hacer los socios para manejar esos factores de ma-
nera efectiva?
La segunda parte del libro, que comprende los capítulos sexto al un-
décimo, se concentra en los distintos países y analiza, detalladamente,
algunas de las dimensiones del proceso de asociación que se destacaron
en el contexto particular de cada uno de ellos. Estos capítulos permitirán
les en las asociaciones, sino que aportan lecciones que les servirán a los
ejecutivos de las OSC y de las empresas para alcanzar el desarrollo
efectivo de sus alianzas.
Mientras que la primera parte del libro integra los hallazgos de los dis-
tintos países y la segunda parte analiza cada uno de los países en particular,
el capítulo final retoma la comparación entre Estados Unidos y América
Latina y entre diversos países latinoamericanos. Este capítulo también re-
salta algunos de los avances conceptuales que emanan de la investigación
y detalla algunas de las alternativas posibles para investigaciones futuras.
El Epílogo ofrece una perspectiva adicional sobre las alianzas surgidas de
la propia experiencia de colaboración de SEKN.
Notas
1. Andreasen 1996; Austin 2003b, 2002, 2003a, 2000b, 2000c;
Burlingame y Young 1996; Cone Communications y Roper Starch
Worldwide 1997; Frumkin y Andre-Clark 2000; Galaskiewicz y
Sinclair 2002; Galaskiewicz y Zaheer 1999; Kanter 1999; Pringle y
Thompson 1999; Sagawa y Segal 2000; Smith 1994; Spillett 1999;
Waddock y Graves 1997.
2. American Association Fundraising Council 2003.
3. Las siguientes publicaciones resultan de gran utilidad para docu-
mentar la naturaleza cambiante de la filantropía corporativa y las
relaciones de empresas con ONG: Austin 2003a (el cuadernillo de
ejercicios se puede descargar en forma gratuita de www.pfdf.org);
Burke 1999; Burlingame y Young 1996; Cunningham; Minette,
Drumwright y Berger 2000; Porter y Kramer 2002; Sagawa y Segal
2000; Sinclair y Galaskiewicz 1997; Smith 1994.
4. Con referencia a los estudios sobre colaboraciones entre ONG, ver
Arsenault 1998; Bartling 1998; Ray 2002.
5. Con referencia a colaboraciones entre empresas con fines sociales,
ver Austin 2000a, 2000b; y con asociaciones entre empresas en
general, ver Kanter 1995, 1994.
6. Con referencia a colaboraciones entre empresas y gobiernos, ver
Boris y Steuerle 1999; Brooks 2000; Ferris 1993; Frumkin 2000.
7. Con referencia a colaboraciones entre empresas y gobiernos, ver
Austin 2000a, 1998, 1996; Keating 1991; Pierre 1999; Stone 1989,
1987; Stone; Orr e Imbroscio 1991.
8. Con referencia a asociaciones entre los tres sectores, ver Austin
1998; Austin y McCaffrey 2002; Gray 1996; Independent Sector
2000; Mattessich; Murray-Close y Monsey 2001.
Bibliografía
Adkins, Sue (1999). Cause related marketing: who cares wins. Oxford, Boston:
Butterworth-Heinemann.
American Association Fundraising Council (2003). Giving USA 2003.
Bloomington, IN: AAFRC Trust for Philanthropy.
Fuerte
2.a
Máxima
X X sostenibilidad
Impulso utilitario
X
1
X
X
2.b
Mínima
sostenibilidad X
Débil Fuerte
Impulso altruístico
Altruismo
Por regla general, cualquier esfuerzo de colaboración entre una empresa
y una OSC tendrá una dimensión social intrínseca. Mientras que el pro-
Utilitarismo
Las colaboraciones intersectoriales pueden cumplir también una fun-
ción eminentemente práctica: satisfacer las necesidades organizacionales
de los socios, tanto del sector privado como del tercer sector. Es impor-
tante resaltar que la dicotomía entre los móviles altruistas y utilitarios,
no implica un juicio de valor entre impulsos supuestamente “buenos” y
otros “malos”. Si el compromiso con la comunidad es un valor social-
mente deseable, la satisfacción de las necesidades legítimas de una orga-
nización es también un objetivo igualmente genuino. La consecución
del interés individual (self-interest) no debe ser confundida con la ex-
plotación o el oportunismo, ya que son conceptos muy diferentes. Uno
de los argumentos que plantea este libro –y que desarrollaremos más
adelante– es que no existe una tensión inherente entre el altruismo y el
Gestión de riesgo
Una motivación para la participación en colaboraciones intersectoriales
ha sido el utilizarlas como herramienta efectiva de gestión de riesgos, ya
sea para minimizar las posibilidades de ocurrencia de ciertos hechos
riesgosos o para controlar sus consecuencias, si aquéllos tuviesen lugar.
En el tercer sector, estas colaboraciones contribuyeron a la diversifica-
ción de fuentes de ingresos y a reducir la dependencia de los fondos
públicos. En el caso del Banco de Alimentos de Monterrey (BAM), la
alianza con Supermercados H-E-B (HEB) sirvió para reducir su vulne-
rabilidad frente a la inestabilidad política. Para la directora del BAM,
Blanca Castillo, cuando una OSC depende demasiado de subsidios esta-
tales está expuesta al riesgo político de que “cuando concluye el manda-
to de los funcionarios en cuestión, termina también el programa; llega
una administración nueva, con sus propios programas”.
Esta motivación también estuvo presente en el sector privado. En
algunos casos, los emprendimientos intersectoriales les sirvieron a las
compañías para alcanzar objetivos explícitamente incluidos en sus es-
trategias. Se trata de empresas con vulnerabilidades estructurales implí-
citas en sus modelos de negocios, que obligaron a la gerencia a crear las
herramientas necesarias para manejar las dificultades resultantes.
En el caso de Autopistas del Sol (AUSOL), compañía responsable de
una de las redes de autopistas de gestión privada del gran Buenos Aires,
la operación de su negocio dependía, en gran medida, de una buena rela-
ción con las comunidades que rodeaban el trazado de las nuevas rutas.
Por tanto, para esta compañía la buena voluntad de estas comunidades
constituía una verdadera “licencia para operar”. En sociedades pobres y
desarticuladas como las de Latinoamérica, no se puede dar por sentada
esta licencia, en especial cuando el cobro de peajes resulta un medio de
recaudación de fondos impopular, como se pudo deducir de varias de las
entrevistas realizadas6. Otro ejemplo similar podría ser el de una compa-
ñía que comercializa productos con peligros potenciales para la salud o
el medio ambiente. En esta situación tendría sentido que dicha empresa
interviniera en la búsqueda de una solución a esos riesgos. Tal fue el
caso de las compañías de bebidas y envases que formaron parte de alian-
zas dedicadas al reciclado de residuos.
Relaciones preexistentes
Profesional Emocional
Directa Efecto:
Bajar las barreras de entrada
Aumentar el costo de la negativa
y erigir barreras de salida
Intermediada
La idea original era tomar algunas fotos con fines publicitarios, para
obtener algún valor comercial. Sin embargo, me impactaron la pobreza
del hogar y ver a esos abuelitos sentados, la mayoría vestidos pulcra-
mente, con chaquetas raídas y corbatas antiguas. Le pregunté al padre:
“¿Los vistió así porque veníamos de visita?”. Y él me respondió: “No,
hijo, están esperando que sus familiares vengan a buscarlos, pero sus
parientes nunca llegan; los han abandonado”. Con un nudo en la gar-
ganta, me despedí y le dije: “Este cheque no es suficiente; hace falta
más. Déjeme pensar qué más podemos hacer”.
Origen de Naturaleza
la confianza del vínculo Caso
Individuo Pariente directo Banco Itaú-CENPEC-UNICEF
Bimbo-Papalote
Relación personal previa FASA-FLR
CMM-Agr. Ariztía
Indupalma-FRP
Relación profesional previa CdA – Danone
RFE-Comunidad Ese’eja
AMCHAM
LSXXI
CGH
Techint-Proa
CCA – JAA
Natura – Matilde
CCM – BCI
Telemig Celular – Grupos de apoyo voluntario
Familia Pariente político COANIQUEM-Esso
Iglesia Aval de la Iglesia católica AUSOL – Croce
H-E-B – BAM
Minuto de Dios – Manuelita
Individuos
En una segunda categoría, al considerar una colaboración con el tercer
sector, la empresa encontró el liderazgo de un individuo, con legitimi-
dad y acceso capilar a la comunidad, a partir del cual pudo establecer un
canal de diálogo y una acción conjunta. El líder comunitario tenía dis-
posición y capacidad para mediar entre el mundo del sector privado y el
de la sociedad civil, alineando las necesidades de la empresa con la so-
lución de los problemas sociales. A partir de esa alianza entre un líder
comunitario y la empresa, se articularon relaciones con diferentes OSC
o se crearon nuevas OSC.
Esta dinámica se presentó en la relación entre el líder comunitario
Alberto Croce y la empresa Autopistas del Sol (AUSOL), ganadora de
la concesión para construir y administrar autopistas de acceso a la ciu-
dad de Buenos Aires. En 1994, la empresa se encontraba en una situa-
ción particularmente vulnerable. El trazado de una de las autopistas que
administraría atravesaba zonas conflictivas del gran Buenos Aires, con
graves conflictos sociales irresueltos (por ejemplo: la invasión ilegal de
vecinos en algunas partes de la futura autopista). La privatización de las
vías de comunicación había sido mal recibida por la opinión pública; en
particular, por importantes barrios de la clase media que se verían afec-
tados por el trazado. En un principio, la empresa consideró la opción
obvia: hacer valer sus derechos legales mediante la fuerza pública, ya
que el contrato de la concesión establecía que se le entregaría un trazado
libre. Sin embargo, ésa era una opción muy riesgosa: si las protestas
sociales de los sectores desposeídos y la clase media convergían en tor-
no de la construcción de la autopista, políticamente la situación corría el
riesgo de hacerse explosiva. La construcción de una autopista implica
La resistencia que Carr debió vencer para dar el primer paso en esta
colaboración fue leve. No hubo aquí grandes presiones del entorno ni
fuertes incentivos; sólo un líder con fuertes dotes de comunicador, apo-
yado por un equipo de voluntarios. Cuando las organizaciones son débi-
les o se encuentran aún en sus etapas iniciales, los talentos personales de
sus líderes son esenciales para el desarrollo de la alianza. Este concepto
se tratará en mayor detalle en una sección posterior.
La comunicación efectiva
La efectividad de cualquier mensaje comienza por las dotes del comu-
nicador. Un líder con buenas dotes de comunicación es importante en
cualquier momento de la colaboración, pero resulta vital durante los con-
tactos iniciales, para articular la respuesta al interrogante “¿qué puede
hacer una colaboración por mi organización?”. Como vimos oportuna-
mente, por lo general, esta tarea recayó en los responsables máximos de
la OSC en sus gestiones frente a los gerentes medios del sector privado.
Nuestra investigación sugiere que el recurso más efectivo para generar
entusiasmo y persuadir a un futuro socio es un líder apasionado, capaz
de articular un mensaje en función de su audiencia objetivo.
El líder social Juan Carr proporciona un claro ejemplo de este tipo de
liderazgo. En las entrevistas realizadas como parte de este estudio, sus
interlocutores en La Nación destacaron su modestia, su honestidad y la
profunda convicción de su mensaje como las características sobresa-
lientes de su estilo comunicativo. La importancia de este rasgo en las
etapas tempranas de la relación reside en que puede compensar otras
deficiencias. Ya hemos mencionado que en el momento del contacto
inicial entre Carr y La Nación, éste no contaba con una organización
sólida, ya que la Red Solidaria no poseía personalidad jurídica ni una
marca reconocida que la respaldara. Por tanto, la habilidad de Carr para
comunicar su visión y su entusiasmo general resultó fundamental para
“poner un pie adentro” del diario, captar adeptos para su causa a través
de éste y eclipsar potenciales deficiencias.
El doctor Jorge Rojas, director de COANIQUEM, constituye otro
buen ejemplo. Guillermo García, director de Relaciones Públicas de Esso
Chile y uno de sus principales interlocutores, lo define como “un ser
humano extraordinario, carismático y un gran comunicador”. Como en
el caso previo, cuando Rojas estableció el contacto inicial con Esso Chi-
le, carecía del respaldo de una OSC acreditada y no tenía ningún modelo
probado para ofrecer. A pesar de sus impecables antecedentes médicos,
carecía de credenciales como líder social. Una vez más, su habilidad
comunicativa compensó esas deficiencias.
Puntos clave
Como nos ha demostrado este capítulo, quienes estén considerando la
opción de emprender una colaboración intersectorial no deberían sor-
prenderse si el camino no está completamente libre de obstáculos. Como
también vimos, ello no limita las posibilidades de éxito de la colabora-
ción: sólo es cuestión de estar preparado para superarlos. Las preguntas
que se presentan a continuación buscan contribuir a esa preparación,
pues ofrecen algunas pautas relacionadas con el proceso de autoevalua-
ción.
Un buen comienzo sería reflexionar sobre las motivaciones que im-
pulsan a una organización a iniciar una colaboración intersectorial. No
es necesario ni deseable que todas las respuestas encajen en una única
categoría. Por el contrario, será útil recordar, del análisis precedente,
que las motivaciones altruistas no están reñidas necesariamente con los
propósitos utilitarios y que ambos pueden coexistir en diferentes pro-
porciones y con distintas intensidades, incluso reforzándose mutua-
mente. Un punto clave al considerar las motivaciones altruistas es,
probablemente, la intensidad: ¿cuál es mi motivación más profunda, la
que más me moviliza como individuo o como organización? En el caso
de las motivaciones utilitarias, sería conveniente indagar de qué modo
las colaboraciones pueden contribuir al manejo de la gestión de riesgo o
a la creación de ventajas competitivas en la organización.
Una vez que una organización ha definido sus motivaciones y nece-
sidades, el paso siguiente será abordar la cuestión de por dónde empe-
zar. Hemos aprendido que durante la etapa de contacto inicial, la cartera
de redes sociales de una organización constituye una herramienta muy
valiosa. ¿Cómo puedo capitalizar mis relaciones profesionales y perso-
nales para conseguir la atención de un potencial socio intersectorial?
¿Hay en la memoria institucional de mi organización elementos para
Notas
1. No utilizamos aquí el término utilitarismo como se lo usa en filoso-
fía moral, para referirse a una regla para la toma de decisiones que
resuelve dilemas morales mediante una evaluación de los costos y
beneficios relativos, desde una perspectiva moral. En cambio, lo
utilizamos para destacar los costos y beneficios prácticos para cada
uno de los socios, en términos de sus propios intereses.
2. Sanborn 2001: 2. La tradición católica tuvo, además, dos efectos
adicionales que se retoman más adelante. En primer lugar, ofrecer
un sistema de valores comunes a líderes del tercer sector y del sec-
tor privado, a partir del cual se estructuró un diagnóstico común y
luego acciones conjuntas. En segundo lugar, funcionar como una
referencia de legitimación válida para el “otro” y, así, disminuir la
incertidumbre y la desconfianza inicial. Este último aspecto tam-
bién se analiza en detalle en el capítulo 9.
3. En algunos casos, la dinámica de la alianza llevó a revisar esa pos-
tura, como se verá más adelante.
Bibliografía
Austin, James E. y Ezequiel A. Reficco (2002). “Forest Stewardship Council”,
Caso HBS Nº 9-303-047. Boston: Harvard Business School Publishing.
El concepto de alineamiento
Superadas las barreras que impiden la conexión y que pueden haber difi-
cultado el diálogo, los futuros socios deberán concentrarse en la búsqueda
de áreas de confluencia, a partir de las cuales delinear un proyecto común.
El primer paso será articular un conjunto de expectativas compartidas que
sirvan de base a la relación. En estas discusiones iniciales es importante
que los participantes expresen con claridad qué esperan, tanto uno del otro
como del esfuerzo colectivo. Al mismo tiempo, es esencial que cada socio
examine individualmente de qué modo la relación de colaboración poten-
cial encaja en su realidad organizacional. En este punto, la pregunta clave
para cada uno será: ¿cuán bien encaja esta colaboración dentro de la
misión, los valores y la estrategia de mi organización?
Este capítulo examina en detalle al concepto de alineamiento y los
factores que lo condicionaron en nuestra muestra de casos. Por regla
general, cuanto más central sea una colaboración para la misión, los va-
lores y la estrategia de una organización, mayores tenderán a ser sus
probabilidades de éxito1. Si bien es imposible prever los problemas que
pueden surgir en una colaboración específica, un alto grado de alinea-
miento de la empresa y la OSC con la causa pueden servir, en principio,
para minimizar la aparición de incompatibilidades a lo largo de la rela-
ción2. Por último, la intensidad del alineamiento influirá en la asigna-
ción de recursos y en la generación de valor. El próximo capítulo, que
analiza en mayor detalle la generación de valor, retomará este tema.
Desde el punto de vista conceptual, el nivel de alineamiento entre
dos organizaciones puede entenderse en términos de dos dimensiones:
amplitud y profundidad. La primera de ellas considera algunas variables
clave para cualquier organización –su misión, valores y estrategia– y
examina cuántas de ellas están relacionadas con la colaboración, lo cual
definirá si el alineamiento es amplio o estrecho. La profundidad tiene
que ver con la intensidad de la conexión en cualquiera de las tres dimen-
siones, por lo cual el alineamiento podrá ser superficial o profundo.
77
Alineamiento estrecho
Este grupo incluye colaboraciones desarrolladas por organizaciones que
sólo lograron alinear una de las tres variables clave: la misión, los valo-
Amplio
Misión
Estra- Estra-
tegia tegia
Alineamiento medio
Otro grupo de organizaciones consiguió una mayor amplitud en el ali-
neamiento de sus colaboraciones. Estas son empresas que se conectaron
fuertemente con la OSC sobre la base de sus valores organizacionales,
pero que además consiguieron materializar esos valores sirviendo a
sus estrategias. Por ello, en estas colaboraciones, el socio privado ten-
dió a poner en juego, como mínimo, algunas de sus capacidades cen-
trales y a involucrar a los gerentes responsables de algunas de sus áreas
funcionales.
Uno de estos casos es la colaboración creada, en 1996, entre la cade-
na de supermercados H-E-B (HEB) y el Banco de Alimentos de Monte-
rrey (BAM) en México. La participación en emprendimientos sociales
había sido una característica corporativa desde que Charles y Florence
Butt fundaron la empresa en Texas, a fines de siglo. Para el año 1996, la
cadena estaba a cargo de Charles C. Butt, descendiente del fundador y
conocido filántropo. Como parte de este compromiso filantrópico, la
cadena colaboraba con docenas de bancos de alimentos en las ciudades
norteamericanas en las que operaba. Al mismo tiempo, sus actividades
sociales poseían una dimensión estratégica, ya que sus relaciones con
los bancos de alimentos se alineaban con su necesidad de deshacerse de
productos con defectos superficiales y de establecer una relación emo-
cional con sus clientes y empleados.
Alineamiento amplio
En unos pocos casos, las organizaciones buscaron socios que, aunque
pertenecientes a un sector diferente, compartían la misma misión. El
concepto de “misión” organizacional admite varias interpretaciones.
Hemos adoptado una definición restrictiva: “el objetivo primario hacia
el que deberían apuntar los planes y los programas de la organización”9;
es decir, su razón de ser y actividad principal (core business). Esta con-
gruencia de objetivos genera una dinámica poderosa: en el trabajo con-
junto, los socios cumplen simultáneamente con sus valores, estrategias
y misiones organizacionales. Estas colaboraciones se estructuraron alre-
dedor de aquello que las organizaciones participantes hacen mejor, re-
forzando los medios a disposición de cada socio para alcanzar su objetivo
último. Estas alianzas se sustentan en la lógica de que la combinación de
esfuerzos crea sinergias y permite a los involucrados procurar sus obje-
tivos organizacionales con más eficacia que la que tendrían en forma
individual. Al mismo tiempo, un alineamiento amplio de misiones, va-
lores y estrategias no implica que las organizaciones se vuelvan idénti-
cas; de hecho, éstas preservan sus identidades separadas, lo que les sirve
como fuente de solidez para la alianza. Esto se aplica incluso en la etapa
integrativa de las colaboraciones, donde las organizaciones han fusiona-
dos sus recursos y estructuras para crear sinergias y eficiencias operativas.
El grado de alineamiento amplio se presentó en dos casos de nuestra
muestra común10, así como en otros dos casos en los cuales los autores
calidad, que se valorizaba muy por encima del café regular, y facilitó el
acceso a canales de distribución internacionales. Starbucks compraría el
café producido, aunque la compañía nunca precisó cantidades fijas ni
mínimas, y aportaría los fondos y la asistencia técnica para que los pro-
ductores pudieran satisfacer sus normas de alta calidad.
Al describir las inversiones sociales de Starbucks, Orin Smith, presi-
dente de la compañía, explicó que “intentamos tener un impacto impor-
tante en la vida de todos nuestros grupos de interés, no sólo de nuestros
accionistas”. Esta colaboración intersectorial es buen ejemplo de ello,
por cuanto se alineaba claramente con la estrategia comercial de Star-
bucks, tanto en relación con sus grupos de interés internos como exter-
nos. Uno de esos grupos es el personal de la empresa –54.000 empleados–,
con quienes trabaja activamente para generar afinidad emocional.
Starbucks intenta ser una empresa de la cual sus empleados “se sientan
orgullosos al decirles a sus padres, o a quien sea, que trabajan aquí”,
según Smith. “Este es un factor muy poderoso para generar lealtad…
Por eso, es una parte integral de nuestra estrategia de negocios”.
Al mismo tiempo, su participación en el proyecto Chiapas le permite
generar afinidad con su público consumidor. La fuerte asociación de su
marca con proyectos sociales es parte importante de la “experiencia
Starbucks” que la empresa busca crear. Esos valores son un fuerte factor
de diferenciación respecto de otras cadenas que “simplemente venden
café”, mediante el cual Starbucks consigue importantes márgenes de
beneficio16 . Por último, la colaboración también está alineada con las
necesidades de su producto, desarrollando relaciones a largo plazo con
productores y asegurando así una provisión estable del producto clave
de la compañía: el café de alta calidad. Además, la venta de un producto
diferenciado, en este caso café mexicano orgánico cultivado a la som-
bra, agrega valor a la oferta de venta.
Una vez más, esta colaboración evolucionó sobre la base de la con-
vergencia alrededor de valores de desarrollo sostenible e incluyó las
misiones y estrategias principales de ambos socios, que se alinearon en
un proyecto de generación de valor económico y social.
los modos posibles mediante el cual Danone podía articular sus valores
en pos de su estrategia. Por ello, antes de formalizar su relación, llevó a
cabo una búsqueda sistemática en la que examinó un amplio abanico de
organizaciones alternativas, algo que La Nación nunca hizo.
La colaboración entre Danone y la CdA incluyó una serie de campa-
ñas de promoción, que se revisaban en forma anual. Para 2002, la rela-
ción había demostrado tener cierta permanencia en el tiempo, pero sobre
la base de incentivos de mercado: en la medida que las campañas fueron
muy efectivas en generar el entusiasmo de los grupos de interés –inter-
nos y externos– de Danone, la empresa no dudó en renovarlas, año tras
año. Sin embargo, si el impacto decayera y el público se “cansara”, algo
ciertamente posible en cualquier campaña de marketing de causa, es muy
razonable pensar que Danone podría interrumpir la relación y buscar un
modo más efectivo de perseguir su doble propósito. Para La Nación, en
cambio, la relación era una alianza de carácter estable. Como en toda
relación, siempre existe la posibilidad de cambios, pero la congruencia
de valores y el compromiso afectivo con la causa fue tan profundo que
cimentó la relación, pese a que pudieran surgir señales desfavorables
del mercado. Cada organización apreciará la relevancia de un valor dado
en una manera particular, que se deriva de su identidad organizacional.
Cuando una alianza pone en juego un valor absolutamente central para
la organización, ese alineamiento en sí será la base para una larga y
fructífera colaboración.
Si bien resulta útil como instrumento de diagnóstico y análisis, la
profundidad del alineamiento no puede ser medida con precisión por un
observador externo. Descansa en un juicio de valor introspectivo, que
debe ser realizado por el propio protagonista. En este sentido, un buen
comienzo sería considerar qué elementos de una colaboración potencial
inminente son incompatibles con la misión, los valores o la estrategia de
la organización. La dimensión de esa lista será inversamente indicativa
de la profundidad de nuestra conexión. Cuando esta relación sea muy
pequeña, probablemente haya congruencia en cualquiera de esas dimen-
siones; cuando sea extensa, habrá contacto tangencial –o inclusive con-
flicto frontal–.
Profundo
Superficial
Estrecho Amplio
Amplitud
(a) “Más” puede no ser “mejor”: una única (b) … puede ser preferible a un alineamiento
conexión intensa... amplio pero superficial
Profundo Profundo
Valores
porcionaba una buena oportunidad para afrontar ese desafío. ¿Por qué
no desarrollar una alianza con FUPROVI, una OSC que se especializa-
ba en proyectos de vivienda social, para remediar la escasez de vivienda
ocasionada por el huracán? El mensaje que Barboza comunicó a los
miembros del Directorio de la empresa era que, a su entender, el lanza-
miento de una campaña de alto perfil contribuiría al reposicionamiento
de la marca.
En términos objetivos, la colaboración estaba claramente alineada
con la estrategia corporativa. La audiencia objetivo de REPRETEL y las
víctimas del huracán compartían varias características socioeconómicas.
Por tanto, era muy probable que la alianza incrementara la buena volun-
tad asociada a la empresa en el mercado. Pero esa no fue la agenda que
llevó a Barboza a movilizar apoyo en pos de la colaboración; por detrás
de ese discurso organizacional había otro nivel de alineamiento, con su
propia visión personal:
Dejé Manuelita hace dos años. Ahora, la relación con MD está en ma-
nos de un ejecutivo de Marketing que no parece interesado en ella. Tal
vez regrese a Manuelita este año o el próximo y si vuelvo a hacerme
cargo, reflotaré todo de nuevo; conseguiré que Manuelita haga inver-
siones más importantes, en mejores programas, con MD, que beneficien
a la compañía.
Aprendizaje unilateral
El capítulo previo mostró cómo el aprendizaje recíproco ocurre desde
los contactos iniciales entre las organizaciones. Por ejemplo, cuando los
socios futuros carecen de un idioma en común, tienen que recurrir a
herramientas conceptuales ad hoc diseñadas para facilitar el trabajo con-
junto. A medida que las colaboraciones crecen y se expanden, el proceso
de aprendizaje continúa y alcanza dimensiones nuevas, que pueden
impactar el nivel de alineamiento de la relación. Muy a menudo, una de
las organizaciones “descubre” que hay más puntos de conexión con la
colaboración de lo que había pensado en un principio. Un esquema muy
frecuente es el de una empresa que decide colaborar con una OSC movi-
da exclusivamente por sus valores, pero que luego toma conciencia de
que la colaboración puede tener un impacto benéfico sobre su estrategia.
El entender mejor al socio, lleva a ver otras dimensiones de alineamien-
to posibles para enriquecer la relación. Cuando esto sucede, el alinea-
miento gana en amplitud.
La participación de Meals de Colombia S.A. (Meals) en el programa
Líderes Siglo XXI (Líderes) ilustra este concepto. Esta compañía de
venta de alimentos congelados era una participante entusiasta de este
programa para mejorar la gestión educativa en las escuelas de Bogotá y
otras ciudades. La intensa conexión de los valores organizacionales de
la empresa con la iniciativa había constituido el principal motivador de
su compromiso. Alberto Espinosa, presidente de Meals, explicó:
Sin embargo, a través del trabajo conjunto con los colegios, Meals
encontró que la colaboración impactaba en su estrategia de negocios de
una manera inesperada. Adriana Hoyos, responsable del área de Recur-
sos Humanos y Calidad en Meals de Colombia, comenta que la empresa
Fertilización cruzada
A través de la interacción y el descubrimiento mutuo, el aprendizaje
puede alcanzar niveles aún más profundos, al punto de impactar hasta la
misma identidad organizacional de los socios. Si el diálogo se intensifi-
ca y se profundiza, puede llegar a alterar el modo en el cual cada socio se
percibe a sí mismo y define sus intereses. El mayor grado de congruen-
cia entre los valores, estrategias o misiones de los socios hace que el
alineamiento de la alianza gane en profundidad.
La experiencia de AUSOL, la constructora vial argentina, proporcio-
na un buen ejemplo de este proceso. Cuando AUSOL inició su alianza
con Alberto Croce en 1994, el servicio a la comunidad formaba parte de
su misión formal, pero la responsabilidad social ocupaba un lugar peri-
férico entre sus valores organizacionales reales. El capítulo anterior des-
cribió el desafío que esta compañía enfrentó en 199421. En esencia, la
empresa debía elegir cómo manejarse frente a un conflicto de intereses
con algunos de sus grupos de interés externos. Algunos de los terrenos
del trazado de la autopista que se iba a construir habían sido ocupados,
en violación de los derechos legales asignados a la empresa en el contra-
to de concesión. La reacción inicial de la empresa –enviar a la zona a los
responsables del área de seguridad– sugiere una baja sensibilidad a las
necesidades de esos grupos de interés. Más allá de sus valores organiza-
cionales formales, la realidad es que la empresa no había internalizado
el concepto de la responsabilidad social.
Cambios en la estrategia
En algunos casos, el alineamiento se incrementó como consecuencia de
ajustes en la estrategia de uno de los socios. Tal fue el caso de Tenaris,
una compañía perteneciente al Grupo Techint. A principios de la década
de 1990, este grupo empresarial era un conglomerado diversificado que
incluía cinco áreas de negocios, dedicadas al acero, la infraestructura,
plantas y procesos industriales, energía y servicios, y operaba en varios
países, entre ellos Argentina, México, Italia, Brasil, Venezuela, Perú,
Ecuador y Japón. A pesar de su tamaño y diversificación, el grupo se-
guía en manos de la familia Rocca. El ingeniero Agostino Rocca (1895-
1978) había fundado Techint. En 1995, cuando el grupo celebraba sus
Empresa
OSC
Estrategia
(2) La interacción profunda
Misión lleva a los socios a replantear
sus valores o su estrategia,
Valores lo cual determina un cambio en el
modo en el que cada uno de ellos
percibe sus intereses.
Presiones competitivas
En otros casos, el alineamiento se intensificó no como resultado de la
dinámica interna de la compañía, sino de cambios en el contexto. Cuan-
do el entorno de la empresa se hace más competitivo, ésta tenderá a estar
más orientada a los requerimientos del mercado. En el contexto de nues-
tro estudio, ese cambio generará incentivos para que las empresas ali-
neen sus colaboraciones intersectoriales con su estrategia competitiva.
Tal fue el caso del Grupo Bimbo, de la industria alimentaria mexica-
na y el Banco Itaú brasileño. Ambas son empresas de primer nivel que,
pese a sus tamaños y sofisticación, continúan siendo controladas por las
familias descendientes de sus fundadores. Las dos tenían políticas so-
Puntos clave
Por las razones expuestas en este capítulo, es claro que resulta impor-
tante, para quien considere establecer una colaboración intersectorial,
dedicar algún tiempo a pensar en el alineamiento de la colaboración,
antes y durante la vigencia de la relación. Las preguntas que siguen
buscan contribuir a ese análisis, orientando la reflexión.
Idealmente, en el momento de iniciar el diálogo, cada uno de los
potenciales socios debería haber realizado un análisis introspectivo, ya
que el autoconocimiento facilitará mucho la construcción del alinea-
miento. Sin embargo, como indicamos en el capítulo, esta reflexión es
un proceso continuo e iterativo, que debe seguir mientras dure la co-
laboración. Será útil regresar periódicamente a estas preguntas, tanto
individual como colectivamente, para explorar las posibilidades de in-
crementar la amplitud o la profundidad del alineamiento.
Notas
1. Austin 2003a: 95.
2. Cunningham; Minette, Drumwright y Berger 2000: 15.
3. Sharp Paine 2003.
4. Ver el subtítulo “Individuos” (p. 61) del capítulo 2.
5. Como veremos más adelante, finalmente, la colaboración también
desarrolló una intensa conexión con los valores de ambos socios,
como resultado de una revisión, por parte de AUSOL, de sus valo-
res organizacionales.
6. Honold y Silverman acuñaron la expresión ADN organizacional para
referirse a la identidad básica de las organizaciones, que debe ser
consistente con las prácticas diarias con el fin de alcanzar su poten-
cial de eficacia. En nuestro trabajo, hemos utilizado la expresión en
su dimensión conceptual: “sistemas de creencias… y marcos de re-
ferencia que a menudo proporcionan justificación y orientación a
nuestra vida y nuestro trabajo” (Honold y Silverman 2002: xii).
7. “Lo social paga”, presentación de Rubén Darío Lizarralde, presi-
dente de Indupalma. Bogotá, 11 de marzo, 2003.
8. Porter y Kramer 2002.
9. Abrahams 1995: 40.
10. Las colaboraciones entre HEB y el BAM, y entre La Nación y la
Red Solidaria, a pesar de su alineamiento medio, comparten algu-
nas de las características de este grupo. Analizaremos estos casos
específicos cuando exploremos la relación entre el alineamiento y
la generación de valor, en el próximo capítulo.
11. Austin y Reficco 2002; Austin y Reavis 2002.
12. Ver p. 13.
13. En 2002, las materias primas para la línea de productos Ekos prove-
nían de los estados brasileños de Amazonas, Amapá, Pará, Rondônia,
Piauí, Minas Gerais, Bahia, São Paulo, Paraná y Rio Grande do Sul.
Para ilustrar el nivel de aislamiento de estos grupos, cabe mencio-
nar que en 2002 se descubrió un nuevo grupo indígena. Éste no
había tenido ningún contacto con el mundo exterior y nadie nunca
lo había oído mencionar (Nossa 2002).
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Publishing Co., 30 de septiembre, p. 14.
115
Colaboraciones filantrópicas
La filantropía, motivada principalmente por el altruismo, históricamen-
te ha sido la norma predominante en las colaboraciones entre empresas
y OSC. Incluso en este tipo de colaboración, que se caracteriza por ge-
nerar básicamente valor social, los beneficios obtenidos por los socios
estarán en estrecha relación con su nivel de alineamiento. Como Michael
Porter y Mark Kramer señalan en un artículo reciente, “mientras más
estrechamente esté enlazada la filantropía corporativa con la estrategia
exclusiva de una compañía –aumentar habilidades, tecnología o infraes-
tructura de especial interés para la empresa, o expandir la demanda en
un segmento en que la compañía es más fuerte–, más altos serán los
beneficios que obtenga la empresa de la mejoría del contexto”2.
Como veremos más adelante en el cuadro 5, en los casos de la mues-
tra, las colaboraciones filantrópicas tendieron a caracterizarse por un
alineamiento estrecho, con una conexión en una sola dimensión. Por
tanto, el potencial de generación de valor de esas relaciones se limitó, en
principio, a esa única dimensión. En el capítulo previo explicamos cómo
esta situación es susceptible de ser modificada, en la medida en que las
partes profundizan su conocimiento mutuo y toman conciencia de que
pueden alinear más dimensiones organizacionales con la colaboración.
Colaboraciones transaccionales
Las colaboraciones en esta etapa se caracterizan por su enfoque en acti-
vidades específicas, en las que cada socio genera valor para el otro. Como
lo muestra el cuadro 5, el alineamiento en este grupo suele ser medio3; es
decir, una conexión de dos dimensiones organizacionales, por lo gene-
ral, los valores y las estrategias de los socios. Cuando una colaboración
adquiere importancia estratégica, los socios tienen fuertes incentivos para
profundizar su compromiso y asignar mayores recursos.
Este fenómeno se vio con claridad en los casos estudiados, cuando
analizamos el alineamiento dinámico4; por ejemplo, la colaboración en-
tre el Grupo Bimbo –una empresa alimentaria mexicana– y el Papalote
Museo del Niño. Este esquema se inició como un esfuerzo filantrópico,
del que la empresa obtenía retribución emocional (el llamado efecto feel-
good), buena voluntad y presencia de marca, sin ninguna dimensión es-
tratégica. Sin embargo, durante la evolución de la colaboración, presiones
competitivas llevaron a la empresa a descubrir nuevas dimensiones para
ella, alineándola con su estrategia competitiva. Desde entonces, el valor
que la empresa obtuvo de su interacción aumentó considerablemente,
así como su nivel de compromiso en la relación y los recursos invertidos
en ella5.
Colaboraciones integrativas
Sólo llegaron a esta etapa aquellas colaboraciones estructuradas a partir
de un alto nivel de alineamiento (alineamiento medio-profundo y ali-
neamiento amplio-profundo). En ellas, los incentivos para generar más
valor para las empresas fueron lo suficientemente fuertes como para des-
dibujar las fronteras organizacionales en las actividades conjuntas de los
socios. Si bien cada socio mantuvo una identidad diferenciada, el com-
México, nos dice al respecto que “la relación no va sólo de aquí para
allá (de HEB al BAM), sino que Blanca (Castillo, responsable del BAM)
y su gente también nos hacen saber cuándo están detectando estas áreas
de oportunidad para implementarlas en nuestras operaciones”.
• Cada socio piensa en términos de las necesidades del otro. Treviño
agrega: “La gente de BAM conoce nuestros depósitos mejor que
muchos de nuestros empleados... Siempre proponen sugerencias muy
positivas para HEB”.
• Cuando los socios reciben valor, lo devuelven enriquecido, en un
círculo autopropulsado de retroalimentación recíproca constante. En
un principio, HEB capacitó a su socio en la creación de bancos de
alimentos. Sin embargo, cuando HEB se expandió en el nivel regio-
nal y necesitó desarrollar nuevos bancos de alimentos, recurrió a su
socio para que difundiera este conocimiento. Treviño recuerda que
“cuando tuvimos que abrir tres bancos de alimentos en tres meses…
¡una locura!… Blanca trajo su manual de cómo abrir un banco de
alimentos, paso a paso. Esta actitud agiliza los procesos”.
• Los socios superan las expectativas y se esfuerzan, de modo proactivo,
por generar valor para la otra parte. Treviño admite que “a veces el
banco nos abruma con ideas y propuestas, lo cual es muy importante,
muy positivo para nosotros”.
• Cuanto más se da, más se puede pedir. Castillo, directora del BAM,
comparte su experiencia: “Aprendí que es un proceso: si obtienes
resultados para tu donante, puedes pedir más”.
Una vez que se consolida un flujo de valor bilateral entre las partes,
el siguiente desafío es trabajar por su equilibrio. A pesar de que ambas
partes se esfuercen por evitar la depreciación de la alianza, la relación
puede deteriorarse si funciona “demasiado” bien para una de ellas, gene-
rándole más valor que a su socio. Hemos mencionado al programa Líde-
res Siglo XXI (Líderes), que reunía a varias compañías que trabajaban
con las escuelas colombianas para adaptar las técnicas de calidad de
gestión a la educación. El valor específico obtenido por cada participan-
te, individualmente, era diferente y dependía de su grado de alineamien-
to con la colaboración. Sin embargo, en el nivel agregado, no hay duda
de que la iniciativa ha sido exitosa en la transformación de las institucio-
nes educativas participantes. Al inicio, los colegios fueron renuentes a
incorporarse, pero una vez que el programa demostró que podía generar
valor para el sector, surgió una oleada de interés, con más y más cole-
gios interesados en integrarse. En la medida que el interés en el sector
privado no creció al mismo ritmo, ello generó un desequilibrio. La coor-
dinadora del programa, Sandra Velasco, explica:
solución a este dilema sería equilibrar los costos y los beneficios a tra-
vés de la incorporación de socios nuevos, a fin de distribuir la carga
financiera entre más empresas. Desde un principio, AUSOL estuvo dis-
puesta a incorporar otras compañías, como fue el caso de Meals de Co-
lombia. Sin embargo, en ambas instancias, la invitación no ha encontrado
eco. Freixas señala: “Nos está costando trabajo conseguir otros socios.
Y los necesitamos porque una de las premisas de nuestro programa es
que todos los jóvenes que viven en los barrios vecinos a la autopista en
el ramal Tigre, que quieran estudiar o que estén estudiando en una es-
cuela de enseñanza pública, tienen derecho a participar en él. No hay
ninguna lista de privilegiados”.
Los socios están descubriendo que no es fácil convertir una colabora-
ción bilateral, que con el transcurso del tiempo se integró cada vez más,
en una colaboración multilateral, en la que diversas empresas asumen
diferentes grados de responsabilidad. El alto perfil de la asociación, la
estrecha asociación de ambas marcas en la percepción del público, el
trabajo cotidiano entre los cuadros de ambas organizaciones –todo lo
cual constituye fuentes de valor en un esquema bilateral– parecen con-
vertirse en barreras de entrada para los nuevos socios. En la percepción
de los protagonistas, las empresas son renuentes a participar en el esque-
ma porque ven las huellas digitales de AUSOL por todas partes, aunque
la empresa no tenga una actitud excluyente. Alejandra Barczuk, jefa de
Comunicación y Atención al cliente de AUSOL, al respecto afirma:
“Cuando tratamos de conseguir aportes voluntarios para que otras em-
presas cooperen, nos enfrentamos a una de las características del progra-
ma: tiene nombre y apellido: ‘Autopistas del Sol’ ”.
Los nuevos participantes potenciales no son los únicos en percibir las
tensiones entre los requerimientos de las colaboraciones bilaterales y de
las multilaterales. Algunos de los protagonistas de estas colaboraciones
se preguntan si la incorporación de nuevas organizaciones no podría
socavar algunos de los principios básicos en los que se ha fundamentado
su éxito, en particular: el entusiasmo y el compromiso de los socios,
producto de creencias compartidas y de un objetivo común. Algunos
señalan que este compromiso suele estar muy relacionado con la paterni-
dad del programa y dudan de que lo primero pueda existir sin lo segun-
do. Como advierte Croce, “si AUSOL tuviera que ceder su protagonismo
con el objetivo de conseguir otros socios, tal vez se debilite su entusias-
mo y disminuya su compromiso… Habría que pensarlo”.
las compañías han tomado conciencia de los problemas del sector, que
se discuten en las reuniones de Directorio, y han conocido a sus pares en
otras organizaciones del sector. Los hombres de negocios tienen sus
sindicatos, los hospitales tienen la Asociación de Hospitales, pero el
CGH ha proporcionado un nuevo punto de encuentro para proveedores,
aseguradores, clientes y universidades. El CGH promovió la interacción
entre los participantes del sector que hasta entonces no estaban relacio-
nados.
Algunas dimensiones de valor se dieron en todos los casos, pero aquellas alianzas con
mayores niveles de alineamiento generaron dimensiones de valor adicionales.
Preferencia de compra
Mejora de imagen
Ventajas competitivas
Lealtad
Clientes Motivación
Acceso a recursos especiales
+
Productividad
Nivel de alineamiento
Gratificación emocional
–
Las OSC demostraron ser un canal efectivo para acceder a otros gru-
pos de interés. En esa tarea, ellos pusieron en juego una fuerte ventaja
comparativa: su credibilidad. Ya mencionamos13 el caso de Tetra Pak,
que necesitaba convencer tanto al público general como al gobierno de
que el reciclado de desechos no era responsabilidad exclusiva de los
fabricantes, sino de un grupo más amplio de agentes institucionales. Según
Sergio Escalera, gerente de Medio Ambiente de la compañía, el objetivo
del programa era “que los actores de la cadena de valor (…) se alinearan
gradualmente con nuestro mensaje”. La alianza con la Junior League de
la ciudad de México resultó una herramienta muy eficaz para alcanzar
este propósito. En palabras de Escalera,
creemos que la Junior League es el interlocutor ideal para esto, porque
tiene una imagen que le permite comunicar adecuadamente los mensa-
jes. El público percibe en ella a una agrupación comprometida, total-
mente altruista, desprovista de toda ideología partidaria; no tiene
problemas de comunicación y, por lo tanto, no hay ‘ruido’ en los men-
sajes que emite.
Se aprende mucho. Uno cree que sabe sobre calidad y procesos, pero
sólo se conoce la teoría porque la estudiaste en la universidad o aquí.
Sin embargo, la verdadera prueba es aplicarla a una organización. Este
ha sido uno de los mayores beneficios para los empresarios: poder apli-
car algo que ellos sabían en teoría, verificar si funciona y encontrar ma-
neras de adaptarlo a las necesidades de cada organización...
Algunas dimensiones de valor se dieron en todos los casos, pero aquellas alianzas con
mayores niveles de alineamiento generaron dimensiones de valor adicionales.
Acceso a financiación
Acceso a prensa
Acceso al gobierno
A través del trabajo conjunto con las empresas, las escuelas partici-
pantes adaptaron las técnicas de calidad total a la educación y diseñaron
procesos nuevos. Sofía Ramírez, directora de la escuela Rafael Uribe
Uribe, recuerda que “solíamos trabajar mucho, pero nunca nos sentába-
mos a evaluar la labor hecha. Ahora evaluamos cada actividad, por más
pequeña que sea. Participar en Líderes significa planear, hacer, verifi-
car y rehacer cosas”.
La relación de las escuelas con las compañías también posibilitó la
transferencia de tecnología operativa de avanzada a las OSC. A través
de su colaboración con la cadena de supermercados HEB, el Banco de
Alimentos de Monterrey (BAM) logró acceder a las más sofisticadas
tecnologías y prácticas de gestión y control de calidad de los bancos de
alimentos. Se podría afirmar que la colaboración transformó, por com-
pleto, la forma en que el BAM llevaba a cabo su misión y la reforzó
institucionalmente. Blanca Castillo, directora operativa, no vacila en
aseverar que “la historia de nuestro Banco de Alimentos se divide en dos
etapas: antes y después de HEB”.
Las OSC involucradas en colaboraciones con niveles de alineamien-
to altos o medios, también aprendieron a diseñar e implementar una es-
trategia de comunicación efectiva. Al analizar los beneficios obtenidos
de la colaboración con el periódico La Nación, Juan Carr, líder de la Red
Solidaria (RS), comenta: “Aprendí la lógica de las comunicaciones y
todo lo que implica. Nuestro manual práctico sobre la solidaridad ahora
incluye un último capítulo sobre las comunicaciones”. El doctor Jorge
Rojas, director de la OSC chilena Corporación de Asistencia al Niño
Quemado (COANIQUEM), manifiesta que “Guillermo García –gerente
de relaciones públicas de Esso Chile– ha desempeñado un papel funda-
mental en nuestra alianza. He aprendido mucho de él sobre estrategia de
comunicación”.
En algunas colaboraciones, las OSC pudieron apoyarse en la capaci-
dad de liderazgo de su socio empresarial, para potenciar así su propia
capacidad de articulación con otros actores sociales. A partir del forta-
lecimiento institucional derivado del apoyo sostenido de sus socios del
sector privado, organizaciones como la Fundación SES o COANIQUEM
se convirtieron en líderes nacionales indiscutibles en su área de acción,
capaces de dialogar en condiciones de igualdad con instituciones públi-
cas y privadas.
Las alianzas con una alta exposición a lo largo del tiempo también
proporcionaron a las OSC dos beneficios adicionales: mayor notoriedad
y credibilidad pública. La colaboración entre Esso Chile y COANIQUEM
constituye un ejemplo, en particular valioso, de estos efectos positivos.
Como resultado de un respaldo intenso y sostenido durante un período
han pasado tres o cuatro años desde la última vez que hicimos una huel-
ga. Es difícil perder clases y asegurar la calidad de la enseñanza para los
estudiantes. En ese sentido, somos completamente autónomos; si un
docente de esta escuela desea unirse a una huelga, lo puede hacer, está
bien. Sin embargo, aquí respetamos los derechos de los niños. Ellos son
los más perjudicados por las huelgas.
La idea (de pertenecer al CGH) nos gustó tanto que, luego, cuando se
creó la Asociación de Hospitales y Clínicas, decidimos participar como
auspiciantes. Queremos conocer a todos y que todos nos conozcan.
Puntos clave
Este capítulo exploró, en detalle, las dinámicas que se ponen en juego
cuando una alianza genera valor y los factores que las condicionan. La
centralidad de la generación de valor en cualquier colaboración inter-
sectorial, torna imprescindible que todo socio dedique tiempo a reflexio-
nar sobre ella. En esta sección, una vez más, intentamos hacer un aporte
a esa reflexión.
Comenzamos con el punto final del capítulo, en el que analizamos
las distintas maneras en las que las colaboraciones generaron valor para
las organizaciones estudiadas. Esa sección podría servir al lector de mapa
conceptual y guía de control. Una organización, empresa u OSC podría
comenzar por preguntarse cuáles son las dimensiones de valor, descritas
Notas
1. Austin 2003.
2. Porter y Kramer 2002: 56.
3. Este grupo también incluyó casos con alineamiento estrecho y muy
profundo; y otros, con una conexión amplia pero no muy profunda
en las tres dimensiones.
4. Véase en el capítulo 3, el subtítulo “La creación dinámica del ali-
neamiento” (p. 95).
5. Este caso se analiza en la sección titulada “Presiones competitivas”
(p. 104) y luego se estudia en profundidad en el capítulo 11: “El
sentido de los negocios en las alianzas intersectoriales” (p. 321).
6. Remitirse a la p. 96, donde se analizan en detalle.
7. La experta era Sandra Velasco, quien había trabajado en Corpora-
ción Calidad como auditora interna de la ISO. Al mismo tiempo,
también había sido jurado y evaluadora del Premio Nacional de
Calidad y el Galardón a la Excelencia Educativa, auspiciado por la
Secretaría de Educación de Colombia.
8. Por ejemplo, los servicios prestados por un profesional pueden per-
tenecer a esta categoría, según las circunstancias.
9. Véase la pág. 42.
10. Véase “El valor generado para las compañías” (p. 137).
11. Una breve descripción de esta relación se incluyó en el primer capí-
tulo (p. 10). Para una descripción más detallada, consultar las sec-
ciones tituladas “Individuos” (p. 61) y “Fertilización cruzada” (p.
97).
12. Austin y Reavis 2002.
13. Ver p. 38.
14. La excepción fue Meals de Colombia, que al liderar la iniciativa se
hizo cargo de los costos de coordinación y de gestión. Sin embargo,
tampoco aquí esos fondos fueron transferidos a los colegios, sino
que fueron costos de transacción y de administración del esquema.
15. La alianza establecida alrededor de la línea Ekos se estudió en las
páginas 85 y 86. Esta alianza también se analizará en detalle en el
capítulo 7.
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nes sin fines de lucro y las empresas comerciales alcanzan el éxito median-
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80, Nº 12. Boston, Mass.: Harvard Business School Press, diciembre, pp.
48-62.
La atención focalizada
Difícilmente una colaboración puede funcionar como un motor de cre-
cimiento para las organizaciones participantes, si los socios asumen que
puede operar en piloto automático. La atención focalizada por parte de
los líderes capaces de tomar decisiones, asignar recursos y comprometer
a sus organizaciones con la relación constituye un elemento vital de una
gestión exitosa. En el Centro de Gestión Hospitalaria (CGH), según ex-
plica su directora ejecutiva, Patricia Gómez, “quien participa en el Con-
sejo Directivo siempre es el presidente de la empresa. Nadie envía aquí
a un ejecutivo que se ubique en el segundo o tercer nivel en la cadena de
mando, para que le ponga atención al Centro de Gestión. Los empresa-
rios vienen aquí como si éste fuera su proyecto más importante y dedi-
can todo el tiempo necesario a discutir cómo ayudar a enfrentar los
desafíos futuros”. Esta inversión de tiempo y energía garantiza que la
159
La institucionalización
Las colaboraciones nacen de los líderes, pero crecen y se consolidan en
instituciones. Una colaboración es sólida cuando está arraigada profunda-
mente en socios institucionalmente fuertes y estables. Llegar a ese estado
ideal puede exigir esfuerzos para trabajar por institucionalizar la colabora-
ción dentro de la propia organización y sus grupos de interés, colaborar en
la institucionalización del socio, o por reproducir la colaboración en sí.
En este sentido, la señal más clara y poderosa que quizá una compa-
ñía puede enviar a su personal es integrar en su estructura de incentivos
el desempeño y compromiso de los individuos con respecto a la colabo-
ración. En el capítulo anterior señalamos que Mendoza había decidido
incorporar la recaudación de fondos a los criterios de evaluación de de-
sempeño de los supervisores, y que esta medida había incrementado los
resultados y reforzado la importancia de la alianza entre los empleados.
Otro ejemplo pertinente es el caso de Meals de Colombia, que incorporó
la gestión del proyecto Líderes Siglo XXI (Líderes) a su organigrama,
como una área del departamento de Recursos Humanos y Calidad. Su
gerente, Adriana Hoyos, explicaba:
¿Expandir la colaboración?
En ocasiones, el desarrollo institucional de los socios y/o el fortaleci-
miento de las colaboraciones, tal vez implique incorporar a terceras par-
tes o reproducir relaciones similares entre los socios y otras empresas.
Ambas alternativas pueden contribuir a incrementar la escala, reducir
costos o intensificar el impacto del programa. Javier Comesaña, director
de Desarrollo Organizacional de La Nación, explica que “hemos tratado
de conectar a la Red Solidaria (RS) con nuestros competidores para
que, de esa manera, tenga más oportunidades de difundir sus activida-
des”. En consecuencia, en 2001 la RS lanzó una campaña nacional de
perfil alto con el periódico Clarín, un competidor directo de La Nación.
Varias de las organizaciones en la muestra adoptaron este curso de
acción. Los capítulos previos mencionaron los casos de Meals de Co-
lombia y Autopistas del Sol, y sus esfuerzos por incluir otras empresas
en sus alianzas para fortalecer e institucionalizar sus colaboraciones. Sin
embargo, en ambos casos, los intentos no fueron del todo exitosos, debi-
do a que ante el público existía una estrecha asociación entre las marcas
de las compañías y la colaboración. Algo similar sucedió en el caso de
Bimbo México. Al referirse a su colaboración con el Papalote Museo
del Niño, Martha Eugenia Hernández, directora de Relaciones Institucio-
nales de Bimbo, señaló: “Cuantas más empresas se asocien con el museo
y contribuyan, mejor para ellos. A Bimbo no le afecta”.
No obstante, esa actitud abierta y generosa tenía sus límites: cuando
entabló la alianza con Papalote, Bimbo dejó asentado con claridad que
el Museo no debía desarrollar alianzas con un competidor directo de
Bimbo. Lo mismo ocurrió en la colaboración entre Coca-Cola de Argen-
tina y Junior Achievement Argentina, desarrollada a través del progra-
ma Aprender a Emprender en el Medio Ambiente (AEMA). María Marta
Llosa, directora de Relaciones Públicas, afirmó: “Me gustaría mucho
que Coca-Cola implementara AEMA en el mundo, pero no me gustaría
que lo hiciera un competidor”. Para comprender la diferencia de actitud
entre estos dos casos y el de La Nación, basta recordar las distintas mo-
tivaciones que impulsaron a las empresas a las colaboraciones. Mientras
que en los casos de Bimbo y Coca-Cola las relaciones intersectoriales
poseían una poderosa dimensión competitiva, la motivación del periódi-
co era más filantrópica que utilitaria.
Las alianzas pueden ampliarse mediante la incorporación, por un
período limitado o en un papel subsidiario, de un socio que posea una
capacidad valiosa para lograr el objetivo de la colaboración. Por ejem-
plo, en la alianza entre Natura, la compañía de cosméticos brasileña, y la
escuela pública Matilde, los socios recurrieron al CENPEC, un especia-
La comunicación
En una dimensión básica, la noción de colaboración presupone la de
comunicación, ya que es obvio que una no puede existir sin la otra. Sin
La comunicación interna
La comunicación efectiva de la colaboración dentro de la propia orga-
nización ayuda a su difusión y consolidación, al contribuir a que permee la
cultura organizacional de la empresa y se institucionalice. Al mismo tiem-
po, una política de comunicación interna sostenida en el tiempo se con-
vierte en un medio para captar varias de las dimensiones de valor
analizadas en la última parte del capítulo anterior. Por ejemplo, el Grupo
Techint ha utilizado su Intranet para divulgar, al interior de su grupo, su
colaboración con la Fundación Proa (Proa). Los gerentes de la compañía
refieren que “Techint Hoy”, un portal de comunicación e información
distribuido a través de su Intranet, da a conocer a la totalidad del grupo
las actividades realizadas por Proa. Si los diferentes departamentos de
una compañía no reciben información regularmente sobre el desarrollo
de la colaboración, les costará mucho entender la relación con su área
específica y cómo pueden aportar a la alianza y beneficiarse de ella.
La comunicación ineficaz puede obstruir la generación de valor. El
dilema que enfrentaba el banco brasileño Itaú en 20023 proporciona un
claro ejemplo de esta instancia. Las encuestas de opinión habían revela-
do que las iniciativas sociales del banco no se habían difundido y que los
funcionarios del banco sólo tenían un conocimiento básico de ellas, a
pesar de las considerables inversiones que había realizado Itaú en los
años previos. Estaba claro que la difusión de estas acciones, más allá de
la que existía a través de la relación interpersonal, era muy pobre y poco
efectiva. Para evitar arriesgar la credibilidad de su marca, que la organi-
zación se había esforzado tanto en alcanzar, y no alienar a su socio, el
CENPEC, el banco era renuente a otorgar una mayor notoriedad a sus
iniciativas sociales. Sin embargo, al mismo tiempo, su gerencia era cons-
ciente de que carecer de una política de comunicación enérgica impli-
caba renunciar a una poderosa fuente de motivación para sus recursos
humanos: los sondeos también habían revelado que los pocos emplea-
dos que estaban al tanto de la política social estaban orgullosos de ella y
deseosos de que se hiciera pública.
La comunicación externa
La comunicación externa eficaz constituye un medio para capitalizar las
diversas dimensiones de valor mencionadas en el capítulo previo. Tanto
las empresas como las OSC requieren notoriedad, reputación y recono-
¿Comunicar o no comunicar?
Entre las empresas cubiertas en nuestra muestra, la comunicación exter-
na fue vista a partir de dos prismas diferentes. Por un lado, algunas em-
presas dieron gran importancia a comunicar externamente los resultados
de la colaboración; por lo general, fueron corporaciones multinaciona-
les y/o empresas que alinearon la colaboración con sus necesidades de
marketing, como el citado caso de Coca-Cola de Argentina (CCA). De
hecho, el tema de las comunicaciones externas fue tan importante en
aquellas alianzas que se convirtió en una fuente de tensión entre los
socios. Por ejemplo, el primer folleto de AEMA, impreso por Junior
Achievement Argentina (JAA), nunca se utilizó. Su texto lo definía como
“un programa respaldado por CCA y desarrollado por JAA”. “Al cabo
de un prolongado debate –recordaba Solange Coquet, coordinadora de
AEMA para JAA–, nos pusimos de acuerdo en ‘un programa desarro-
llado en forma conjunta por CCA y JAA’ ”.
Curiosamente, tampoco pudo ser usado el primer anuncio radial pre-
parado por CCA, cuyo texto5 no mencionaba a JAA. Las quejas de este
último obligaron a CCA a reformular el anuncio e incluir a su socio.
Recuerda Geraldine Campbell, gerente de Asuntos Públicos de la em-
presa:
públicas sus actividades sociales. Sin embargo, en estos últimos dos ca-
sos, esa política fue revisada; la directora de la Corporación de Crédito
al Menor (CCM), socia del BCI, dice al respecto:
Fue una ardua tarea convencer a Luis Enrique (Yarur, dueño del BCI) de
la importancia de dar a conocer la colaboración, porque si la esconde-
mos, ¿cómo vamos a motivar a otros para que imiten la experiencia? Él
está convencido de que la mano derecha no debe saber qué hace la iz-
quierda, pero estamos logrando que cambie de parecer... Este puede ser
el primer paso para la realización de otros eventos destinados a recaudar
fondos y crear conciencia en el público, y en otras empresas, de la posi-
bilidad de que el sector empresarial asuma con responsabilidad el desa-
fío de superar los problemas sociales.
que las organizaciones desarrollan una relación casi simbiótica, con seg-
mentos enteros de la cadena de valor controlados por los socios. Por
ejemplo, la empresa de ecoturismo Rainforest Expeditions, asociada con
la comunidad Ese’eja de la Amazonia peruana y responsable del manejo
de la Posada Amazonas, ha tenido que enfrentar problemas de su socio
que podrían haber socavado la reputación del emprendimiento conjun-
to, como el ausentismo o el alcoholismo de los empleados de la comu-
nidad.
La colaboración entre la compañía brasileña Natura y las comunida-
des tradicionales destinada a fabricar la línea de productos Ekos8, cons-
tituye otro excelente ejemplo. La considerable inversión que Natura ha
realizado en la capacitación educativa y técnica de las comunidades aso-
ciadas, coloca el compromiso de la empresa con la alianza prácticamen-
te en un punto sin retorno. Pese a lo mucho que está en juego para la
compañía, partes vitales de la cadena de producción de la línea Ekos
están en manos de grupos de interés externos, a los cuales la empresa no
controla directamente. Si una de las comunidades involucradas, que pro-
duce un ingrediente clave y casi imposible de obtener en forma indepen-
diente, decidiera retirarse de la colaboración y vender el producto a un
competidor, la marca Ekos perdería una importante parte de su valor.
Incluso el trabajo de la OSC Imaflora, cuya participación en el proyecto
se limitaba a actividades de certificación, es importante para resguardar
la imagen de la compañía. Si la ONG no cumpliera con sus responsabi-
lidades de supervisión, la marca Ekos y, por extensión, la marca Natura,
podrían resultar muy perjudicadas.
El desarrollo de la confianza
La confianza es un activo intangible imprescindible en las colaboracio-
nes intersectoriales. Sin confianza, las partes no serán capaces de explo-
rar, descubrir y aprovechar con eficacia las oportunidades de generación
de valor, y la relación se estancará. Como hemos visto, una comunica-
ción efectiva ayuda al desarrollo de la confianza, pero hay también fac-
tores adicionales que pueden contribuir en ese proceso. Seguidamente,
extraemos algunas lecciones de la experiencia concentrada en nuestra
muestra de casos, que brindan algunas pistas sobre cómo desarrollar y
multiplicar este insumo tan vital en la vida de la colaboración.
Demostración de resultados
En ocasiones, mantener las promesas no es suficiente, si los esfuerzos se
limitan sólo a buenas pero vanas intenciones que no dan fruto. En cam-
bio, verificar resultados tangibles de la colaboración es una herramienta
casi infalible para el desarrollo de la confianza. El caso del Centro de
Gestión Hospitalaria (CGH) ilustra este punto. En mayo de 1992, duran-
te la primera reunión de planeamiento estratégico del Directorio, los
miembros fijaron seis áreas de trabajo que se debían abordar en los si-
guientes meses10 y definieron proyectos específicos para el primer año
operativo de la organización. En la segunda reunión de planeamiento
estratégico llevada a cabo 16 meses después, Patricia Gómez, directora
ejecutiva del CGH, revisó las pautas establecidas en la primera reunión,
una por una. Finalizada su presentación, los socios anunciaron “un pro-
greso muy positivo en casi todas las áreas”11. El profesionalismo de
Gómez y su habilidad para mostrar resultados facilitaron el surgimiento
y la consolidación de una relación laboral basada en la confianza y el
compromiso de las compañías patrocinadoras.
Una dinámica similar se desarrolló entre Bimbo México y el Papalo-
te Museo del Niño. Según José Manuel González Guzmán, director de
Marketing de la compañía, “en Bimbo estamos muy satisfechos con este
tipo de programas. Cuando uno ve que los programas cumplen sus obje-
tivos, la confianza surge como algo natural”.
Respetar la autonomía
Otra dimensión importante del respeto mutuo es el reconocimiento de las
áreas que están fuera de los límites de la colaboración, y que pertenecen a
los ámbitos exclusivos de la otra organización asociada. Javier Comesaña,
gerente de Desarrollo Organizacional de La Nación, comentó sobre la alian-
za con la Red Solidaria (RS): “El hecho de que no haya simbiosis contri-
buye a que no haya conflictos. Cada socio tiene sus propias actividades,
independientes de las que realiza en la colaboración”. Alberto Croce, líder
social y director de la Fundación SES, confirma esta idea: “Algo que aprendí
trabajando con las empresas y que fortalecí con AUSOL, es a mantenerme
fuera de su negocio. Aprendí que ellos sólo quieren que les diga qué quie-
ro hacer y que los deje a ellos hacer los números”.
Puntos clave
Este capítulo ha examinado las formas en que la gestión de la alianza
determina la efectividad de la colaboración para generar valor para los
socios y ha contemplado el uso de diferentes recursos para optimizarla.
Los párrafos siguientes recapitulan los puntos clave que una organiza-
ción debe tener en cuenta, al momento de analizar su desempeño en una
colaboración intersectorial.
El primer punto que se debe considerar es si la colaboración recibe
suficiente atención. Es importante que toda la pirámide organizacional
tenga claro la intensidad del compromiso de la alta dirección con la
colaboración. Una de las maneras en que ese compromiso se hace evi-
Notas
1. Austin 2003a: 174.
2. El capítulo 1 ofrece un breve resumen de esa colaboración. Para
una descripción más detallada, los lectores deberán consultar el es-
Bibliografía
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ciones sin fines de lucro y las empresas comerciales alcanzan el éxito me-
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junio, pp. 122-132.
Introducción
El papel de los emprendedores sociales en la formación y mantenimiento
de los procesos de colaboración intersectorial requiere una atención par-
ticular. Explorar su función resulta importante, para comprender algunos
de los factores que contribuyen al desarrollo exitoso del trabajo conjunto
entre las organizaciones sin fines de lucro y las empresas. En este senti-
do, los casos de colaboración entre empresas y ONG estudiados en Ar-
gentina permiten ilustrar, con singular claridad, de qué manera los
emprendedores sociales ponen en juego atributos valiosos para la
construcción de este tipo de iniciativas, en las que participan actores con
objetivos, normas, culturas y estilos de trabajo significativamente dife-
rentes; pero que, sin embargo, generan valor social, aportan soluciones o
mejoras a las condiciones de vida de la comunidad y contribuyen de
alguna forma a construir una sociedad más justa y sostenible.
El capítulo se inicia con una aproximación al contexto vigente en Ar-
gentina durante la segunda parte de la década de 1990, que sirvió de
escenario para el surgimiento de un nuevo perfil de emprendedor social.
Luego continúa con una breve caracterización del denominado tercer
sector en Argentina y los procesos de desarrollo de las organizaciones
no lucrativas en las últimas décadas, que permiten comprender a los
nuevos emprendedores sociales. Los casos de alianzas entre empre-
sas y entidades sin fines de lucro estudiados por el equipo SEKN en
este país, ilustran el perfil de una nueva forma de emprendedor social y
sirven para identificar atributos y características comunes, que operan
como facilitadores en el proceso de construcción de alianzas. Final-
mente, el capítulo concluye con algunas lecciones que se desprenden
de este análisis, tanto para los emprendedores sociales como para las
empresas.
195
Movilización de recursos
En todos los casos, más allá de la importancia estratégica que pudo tener
la alianza establecida con la empresa estudiada para los propios empren-
dedores sociales, ellos han demostrado una capacidad impresionante para
movilizar recursos económicos y materiales adicionales de otras fuen-
tes. Juan Carr ha logrado la atención de los medios gráficos y televisivos
de comunicación, además del espacio otorgado por el diario La Nación;
Alberto Croce logró el apoyo de otras empresas y un compromiso eco-
nómico significativo de la Fundación Avina; Adriana Rosenberg trajo al
país importantes muestras artísticas, a partir de sus relaciones en el mundo
de las artes visuales; y Paula Bullrich (de Junior Achievement) trabajó
sobre la base de patrocinios corporativos múltiples. Esta capacidad de
generación de recursos es valorada por las empresas, por distintos moti-
vos. Por un lado, implica que los emprendedores sociales no dependen ni
total ni exclusivamente de un solo donante o empresa para desarrollar
sus actividades. Las empresas suelen evitar situaciones de dependencia
económica exclusiva; por tanto, la capacidad de estos emprendedores
Notas
1. Kantis et al. 2000.
2. Burachik 2002.
3. Global Entrepreneurship Monitor GEM 2002 es un estudio que
se realiza en 37 países –que concentran el 62% de la población
mundial– y comprueba la actividad emprendedora en cada uno de
ellos (véase Reynolds et al. 2003).
4. Directora del capítulo argentino de la investigación GEM (véase
Carbonell 2003).
5. Burachik 2002.
6. Sobre este punto existen evidencias de cierta importancia; al res-
pecto puede verse Kantis et al. 2000.
7. En otras palabras, estas cifras no incluyen a aquellas entidades que
atienden a sus propios miembros o brindan, primordialmente, servi-
cios por los cuales cobran a sus clientes. Si se considera a este tipo
de organizaciones, la cifra de empleos, para el año 1995, asciende a
casi 400 mil y los gastos operativos alcanzan los 12 mil millones de
pesos.
8. El tipo de cambio vigente, al momento de esta medición, era: peso
argentino = un dólar norteamericano.
9. Roitter et al. 1999.
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Introducción
¿Cuál es la influencia de la cultura de una organización en la creación y
gestión de las alianzas intersectoriales? Los casos estudiados dentro del
proyecto SEKN en Brasil, indican que los patrones culturales y las relacio-
nes de poder existentes en las corporaciones condicionan, notablemente,
las características de las alianzas intersectoriales con las organizaciones
de la sociedad civil (OSC).
Existen dos formas posibles de establecer colaboraciones intersec-
toriales. Por un lado, una compañía puede definir una cierta estrategia de
participación social, según su propio concepto de responsabilidad social
corporativa, y, luego, buscar un socio en el tercer sector que aporte el
conocimiento y la experiencia específicos para dirigir el proyecto. Por el
otro lado, una organización que necesita recursos financieros y materia-
les puede acercarse a una compañía que termine adhiriendo a sus pro-
puestas, con la consiguiente profundización de la relación. En todo
movimiento que conduce al fortalecimiento de la colaboración y la lleva
a evolucionar de una relación filantrópica a un tipo de alianza más pro-
funda, es necesario un proceso, por más pequeño que sea, que establez-
ca las identidades culturales de las organizaciones participantes.
El propósito de este capítulo consiste en analizar, sobre la base de la
investigación realizada en los casos brasileños, la importancia de los as-
pectos culturales y políticos de los miembros de una alianza para com-
prender las barreras y las oportunidades que influyen en las colaboraciones
intersectoriales.
Aunque pueden encontrarse en aspectos específicos de la colabora-
ción entre las organizaciones, las contradicciones y dificultades de las
alianzas se originan en el ámbito subjetivo de las expectativas, las per-
cepciones y los conceptos. Por tanto, el análisis debe contemplar los
215
éticos en relación con los clientes, a la vez que las consecuencias am-
bientales de las actividades de las empresas se convirtieron en un riesgo
legal.
Con el tiempo, las comunidades vecinas y la sociedad en general
quedaron incluidas en este conjunto creciente de inquietudes y comenza-
ron a figurar dentro del planeamiento estratégico de las empresas, como
grupos de interés relevantes.
Gobierno
(55,5%)
5,7%
4,2%
17,4%
28,2%
5,3%
25% Empresas
Tercer sector 9,6% (47,3%)
(80,2%)
en el estado de São Paulo, con sus proveedores externos, para que todos
se comprometieran a no contratar mano de obra infantil en la cosecha de
la caña de azúcar.
Cabe destacar que el porcentaje de alianzas de empresas con organi-
zaciones pertenecientes a los tres sectores es más alto que el porcentaje
de alianzas que involucran a sólo dos de ellos. Se podría deducir que el
compromiso de las empresas en las alianzas intersectoriales produce
una mayor conciencia de los problemas sociales y refuerza la decisión
de buscar soluciones. La búsqueda de socios múltiples puede indicar un
cambio en la percepción de las empresas, en el sentido de que sean más
proactivas en sus iniciativas sociales y más selectivas en la elección de
sus socios.
El mejoramiento de la calidad de sus acciones sociales constituye el
principal objetivo identificado por las empresas encuestadas, en el uso de
las alianzas: el 74% considera que este tipo de acción social genera un
nivel de eficiencia más alto. El reconocimiento del hecho de que las
organizaciones asociadas aportan su mayor experiencia en el manejo de
temas sociales, representa el segundo motivo planteado por las empre-
sas participantes, con un 64% del total de la muestra.
Estos resultados parecen indicar una tendencia hacia un cambio en el
comportamiento de los líderes empresariales responsables de las de-
cisiones que determinan las estrategias de acción social dentro de las
compañías. Esta búsqueda de eficiencia, know-how y competencias es-
pecíficas para desarrollar proyectos sociales conjuntos con el tercer sector,
sugiere lo siguiente:
La generación de confianza
El desarrollo de una identidad cultural común entre las organizaciones se
facilita a través de la generación de confianza entre los socios, que resul-
ta la piedra angular en todo modelo de cooperación social y se manifiesta
en las relaciones interpersonales entre quienes toman las decisiones en
las alianzas.
Rubens Becker, presidente de la compañía química Cognis, socia en
el proyecto Ekos de Natura, se trasladó a la región amazónica para esta-
blecer los contactos iniciales con IBAMA, la entidad gubernamental res-
ponsable del medio ambiente, en un esfuerzo que, en última instancia,
proporcionaría a la empresa las herramientas necesarias para implementar
el proyecto. De esta manera, la relación comenzó con el reconocimiento
mutuo de la autoridad gubernamental y los propósitos de la compañía, lo
que permitió que se desarrollara la confianza entre ambas.
Los directivos de Natura visitaron en persona a las comunidades indí-
genas para demostrarles a los nativos cuán importante era la relación
con ellos para la compañía. A su vez, la manifestación del interés de los
líderes comunitarios indígenas de realizar una visita de intercambio a la
planta de São Paulo, constituyó un gesto sin precedentes que expresaba
la importancia de este intercambio cordial para la consolidación del inicio
de una relación de colaboración.
Los casos estudiados dentro del proyecto SEKN en Brasil, muestran
que el desarrollo de la confianza entre los socios integrantes de las alian-
zas se produjo de la siguiente manera:
Consideraciones finales
La experiencia de nuestra investigación sobre alianzas intersectoriales y
los casos desarrollados dentro del proyecto SEKN, nos llevan a una se-
rie de consideraciones. Aunque la creación y el manejo de las alianzas
Se puede decir que, durante la vida de las alianzas, las OSC han
oscilado entre estas dos posiciones, lo cual sugeriría que, en realidad,
sólo responden a las iniciativas y decisiones de las compañías. Por tanto,
un paso importante en el desarrollo de alianzas estratégicas intersectoriales
consistiría en promover una perspectiva más proactiva de parte de la
sociedad civil y una mayor sensibilidad por el lado de las empresas, a fin
de lograr un mayor equilibrio en relación con las decisiones vitales para
el futuro de las alianzas.
El desarrollo de la confianza mutua entre los socios surge como uno
de los factores más importantes en la creación y el fortalecimiento de
estas alianzas. Este hecho se relaciona directamente con las caracterís-
ticas personales de los socios, los patrones de las relaciones interper-
sonales establecidas entre ellos y los rasgos predominantes de las culturas
organizacionales a las que pertenecen.
En consecuencia, el tipo de relación que establecen los protagonistas
antes y durante el proceso de formación de la alianza, constituye un factor
clave para su evolución. Dado que Brasil es una sociedad que aún conser-
va su carácter patriarcal y tradicionalista, es natural que los actores tien-
dan a buscar afinidades sociales, educativas y profesionales. Esta búsqueda
refleja la necesidad de encontrar socios con valores similares, ya que estos
puntos de referencia comunes sugieren que las partes comparten una mis-
ma “visión del mundo”, basada en principios básicos compatibles.
Los líderes y ejecutivos de las compañías estudiadas se destacan por
su capacidad de compromiso con la responsabilidad social corporativa y
sus propuestas de desarrollo. Su acercamiento a las OSC y los organis-
mos gubernamentales ha fomentado los emprendimientos de colabora-
ción. Se determina así una relación de poder, en la cual el equilibrio entre
las compañías y sus socios es sutil y requiere constante mantenimiento.
Parte del proceso tendiente a asegurar el equilibrio de poder en la rela-
ción, radica en el desarrollo de procesos de comunicación eficientes y
efectivos a la vez.
Notas
1. La profesora Tania Casado y el investigador João Teixeira Pires,
miembros del equipo SEKN de CEATS, FIA/FEA/USP, colabora-
ron con el desarrollo del presente capítulo.
2. Pettigrew 1985.
3. Landim 1998.
4. IDR; CEATS 1998.
5. Si bien Brasil se encuentra entre las diez economías más grandes
del mundo, ocupa una de las últimas cuatro posiciones en cuanto a la
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Introducción
Los países pobres enfrentan muchas necesidades. En América Latina, el
Estado fue, por muchos años, el responsable de promover el desarrollo
económico. Sin embargo, la adopción del liberalismo económico y polí-
tico –democracia y economías de mercado–, en la década 1980-1990,
dejó al sector privado como el motor del desarrollo económico. La tarea
es enorme. El Banco Mundial estima que América Latina posee la ma-
yor desigualdad en la distribución de la riqueza y el ingreso en el mun-
do, y una proporción significativa de la población sumergida en la
pobreza. El panorama social es inestable, agravado por los enfrenta-
mientos ideológicos suscitados por los actores de la Revolución Cubana
en 1959 y apaciguados en 1989, con el debilitamiento del socialismo
como fuerza ideológica. Durante mucho tiempo se desconfió de los em-
prendedores y las compañías exitosas. Esta desconfianza y la fe puesta
en el Estado se tradujeron en la ausencia de iniciativas privadas para
satisfacer las necesidades sociales. Aquéllos con recursos para ofrecer
ayuda, frecuentemente, prefirieron hacerlo en forma anónima. Como
consecuencia, los países de América Latina no cuentan con una tradi-
ción de iniciativas privadas para satisfacer las necesidades sociales. Existe
un vacío de conocimientos sobre cómo desarrollar iniciativas privadas y
una escasez de instituciones para apoyar estos esfuerzos.
247
Sur’ nos desgastó mucho. No fue tan fácil, entonces se concluyó hacer
maratónicas más viables y hubo nuevas metas”. El licenciado Federico
Zamora también expresó su opinión al respecto:
AMCHAM de Nicaragua
Este caso presenta el programa de apadrinamiento de escuelas impulsa-
do por la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AMCHAM), a
través de su Comité de Educación. El programa nació como una iniciati-
va filantrópica de algunos miembros de AMCHAM, ante las escenas de
pobreza en las calles de Managua. Como la pobreza se asociaba a los
niños de la calle y a su educación deficiente, se decidió concentrar es-
fuerzos en esta dirección. El programa tenía como objetivo promover el
apoyo de la empresa privada a los centros educativos más necesitados
del país. Las escuelas y colegios públicos, así como los centros de for-
mación técnica de las zonas urbanas y rurales, presentaban carencias en
infraestructura, equipo y materiales de enseñanza adecuados. Aún más,
la remuneración de su personal era muy baja. Las consecuencias de esta
realidad se reflejaban en el bajo nivel educativo de los jóvenes al inser-
tarse en el mercado laboral. El Ministerio de Educación, Cultura y De-
portes de Nicaragua (MECD) también participaba en el programa,
seleccionando a las instituciones más necesitadas del país y presentán-
dolas al Comité de Educación para que las empresas escogieran a la que
deseaban apadrinar. Se creaba una relación directa entre la empresa y el
centro educativo, de manera tal que la empresa ayudase al centro a satis-
facer algunas de sus necesidades.
El programa de apadrinamiento se inició en el año 2000, con 45 em-
presas participantes, y en 2002 el programa involucraba a más de 50
escuelas. Los objetivos de los padrinos al participar en la iniciativa eran
similares: mejorar las condiciones educativas de las escuelas apadrina-
das y educar mejor a los niños nicaragüenses. No obstante, había algu-
nas empresas que, además de las razones filantrópicas, tenían otros
motivos, más orientados a sus agendas particulares. Por otra parte, los
objetivos de las escuelas eran mejorar la infraestructura de los estableci-
mientos, brindar mejor educación, entregar los materiales necesarios y
encontrar apoyo para otras necesidades, como la alimentación de los
estudiantes, entre otras. La coincidencia de objetivos hizo que ambas
partes iniciaran las alianzas con entusiasmo.
El estudio de INCAE analiza la asociación de dos compañías: Shell
de Nicaragua con el Centro de Formación Profesional Nicaragüense
Simón Bolívar y Euronica con la escuela de educación pública Josefa
Toledo 2. Shell y Euronica decidieron participar en el programa, como
parte de su deseo de apoyar a la comunidad.
Los aportes de Shell de Nicaragua para el Centro fueron principal-
mente materiales y equipos para ser utilizados en los laboratorios técni-
cos. La empresa también proveía becas de estudios y parte de su personal
con los padrinos, pues afectaba a varias de las empresas privadas parti-
cipantes en el programa. Por tratarse de una iniciativa filantrópica, estos
debían “robar” parte del tiempo que dedicaban a sus funciones específi-
cas dentro de la empresa, para atender las necesidades de las escuelas.
En las reuniones del comité, se propuso contratar a alguien para que
trabajara exclusivamente con las escuelas, una propuesta que –si hubie-
ra sido aceptada– probablemente hubiese contribuido a mantener la vi-
talidad de las alianzas.
Los incentivos para mantener la participación son una necesidad
imperante en las relaciones de colaboración, especialmente para las com-
pañías, donde el personal se encuentra bajo presión para contribuir a la
rentabilidad de la empresa. En la mayoría de los casos, probablemente,
es aconsejable que las firmas contraten a alguien para que sea responsa-
ble del éxito de la relación y reporte directamente a la alta gerencia. Si
por razones presupuestarias esto no fuera posible, lo ideal sería delegar
la responsabilidad de la coordinación del trabajo con la OSC a un indivi-
duo, cuya posición esté ligada a los objetivos del proyecto. Asimismo,
las empresas pueden desarrollar incentivos para motivar a los emplea-
dos a donar su tiempo y experiencia, a través de su participación en
actividades de voluntariado. Dichos incentivos pueden incluir transpor-
te gratuito, una camiseta o certificado de participación.
El modelo organizacional del Programa de Apadrinamiento de Es-
cuelas de Nicaragua estaba enmarcado en una iniciativa filantrópica sin
alineamiento estratégico, en donde los padrinos ofrecían la ayuda en
función de sus posibilidades. Las empresas escogían a la escuela que
iban a apadrinar, sobre la base de la lista que proporcionaba el MECD.
No se habían establecido criterios de preselección: cada compañía podía
escoger de acuerdo con sus propios intereses. Los centros educativos no
participaban en el proceso de selección y, de hecho, con frecuencia, se
sorprendían al recibir la noticia de que una empresa los había escogido.
Los centros educativos debían presentar un informe con sus necesida-
des y proyectos educativos a los padrinos, quienes tratarían de satisfa-
cerlos según sus recursos.
Cuando un socio se escoge de manera unilateral, se puede dificultar
el alineamiento de los objetivos, lo que influye negativamente en el de-
sarrollo de la alianza en el futuro o limita el valor que se podría generar
de la relación. La elección del socio adecuado es clave para el éxito de la
alianza. Escoger las parejas de empresas y OSC merece más cuidado y
atención. Antes de elegir con quién aliarse, los representantes de ambas
partes deberían intercambiar opiniones sobre lo que se espera de la rela-
ción y sobre posibles estrategias para generar valor.
Posada Amazonas
El caso de Posada Amazonas describe una alianza estratégica entre una
empresa privada y una comunidad nativa de la Amazonia peruana. Posa-
da Amazonas Lodge (PAL) era un hospedaje en la selva con 24 habita-
ciones dobles, que combinaban las técnicas y los materiales nativos con
conceptos arquitectónicos modernos usados en ecoalbergues alrededor del
mundo. El albergue era el resultado de un esfuerzo conjunto entre la co-
munidad nativa Ese’eja de Infierno (CNI) y Rainforest Expeditions (RFE),
una pequeña empresa de ecoturismo, cuyo objetivo principal era promo-
ver la preservación de los destinos naturales donde operaba, mediante una
combinación de turismo, investigación y educación.
RFE era propietaria del Centro de Investigación de Tambopata (CIT),
un albergue de 13 habitaciones dobles, cuya finalidad era alojar a turis-
tas e investigadores que trabajaban en proyectos de protección de las
aves guacamayas. Durante los primeros años de funcionamiento de CIT,
RFE empleaba –casi de manera permanente– a media docena de comu-
neros Ese’ejas. Sin embargo, los representantes de la CNI decidieron
Conclusiones
El análisis de los casos estudiados por INCAE presentó los obstáculos
que, frecuentemente, impiden la evolución de las relaciones de colabo-
ración a una etapa integrativa. Las alianzas intersectoriales se desen-
vuelven de manera más exitosa y por períodos más largos, cuando las
partes establecen formalmente sus expectativas en un acuerdo, precisan
los resultados esperados, los aportes y responsabilidades correspondien-
tes, y se establecen criterios y medidas para determinar el nivel de logro
de los objetivos previstos. De esta manera, cada participante puede en-
focar sus esfuerzos y recibir el valor esperado de la relación. De lo con-
trario, ésta puede no generar valor para alguno de los socios y acabaría
en el corto plazo.
La elección del socio correcto se identificó como un aspecto clave en
la evolución de la alianza y en la generación de valor para los socios.
Notas
1. El dato de población es del Banco Mundial 2003.
2. Ibíd. y Banco Mundial 2002 (para Nicaragua).
3. Los datos para Perú fueron tomados de Fritz Du Bois, profesor de la
Universidad de Lima. Lima, Perú: agosto 22, 2003.
4. Ibíd.
5. Colburn 2001.
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Azofeifa, Mónica y Francisco Leguizamón (2003). “INDE Emprendedores Ju-
veniles de Nicaragua”, Caso INCAE Nº 26334. Costa Rica, San José: INCAE.
Introducción
“Mejor diablo conocido que santo por conocer” es un popular dicho
chileno que revela la tendencia de los habitantes de ese país a desconfiar
de los extraños. El aislamiento geográfico de Chile puede explicar este
fenómeno, que favorece interacciones restringidas a individuos pertene-
cientes a un pequeño grupo, donde “todos conocen a todos” 2. Sin em-
bargo, cualquiera sea el origen de esta preferencia por lo familiar, no
hay duda de que esto ejerce influencias, tanto positivas como negativas,
en una comunidad. Un ejemplo claro y casi extremo de lo último sería la
tendencia a ofrecer puestos de trabajos a parientes y amigos, en lugar de
a desconocidos, creando una especie de nepotismo o favoritismo que
sería desaprobado en otras culturas. En Chile, sin embargo, esta práctica
de dar “trabajo para uno de los nuestros” goza de amplia aprobación
tácita, y sólo es condenada cuando el individuo en cuestión prueba ser
ineficiente o lleva a cabo actos ilegales o reñidos con la ética3.
Esta preferencia por lo familiar subyace a la mayoría de las alianzas
intersectoriales exitosas que existen en la región y, particularmente, las
que se discuten en este capítulo. Muchas de las asociaciones en Chile
tuvieron su origen en la confianza entre conocidos, amigos o familiares.
Como se muestra en los capítulos segundo y tercero y, especialmente, en
el capítulo quinto, la confianza es un factor que contribuye al surgimien-
to de los procesos de colaboración, impulsa su desarrollo en el tiempo y
se transforma en uno de sus activos clave4.
En este capítulo exploramos el papel desempeñado por la confianza
en el inicio y en el fortalecimiento posterior de las alianzas, a través del
ejemplo de cuatro colaboraciones exitosas en Chile: Empresas Ariztía y
Corporación Municipal de Melipilla (CMM); Farmacias Ahumada S.A.
(FASA) y Fundación Las Rosas (FLR); Banco de Crédito e Inversiones
(BCI) y la Corporación de Crédito al Menor (CCM); Esso Chile y la
Corporación de Ayuda al Niño Quemado (COANIQUEM)5. La discu-
273
Reflexiones finales
Las secciones anteriores han discutido varias facetas de la confianza en
las alianzas. La confianza es una variable que agrega valor a la relación
Notas
1. Agradecemos a Eduardo Valenzuela, director del Instituto de So-
ciología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, por sus va-
liosas contribuciones a este trabajo.
2. Godoy 1981.
3. González 2002.
4. El papel de la confianza en las colaboraciones entre sectores tam-
bién es discutido en Austin 2003.
5. Un resumen de cada uno de los casos puede encontrarse en el capí-
tulo 1.
6. Hardin 2002.
7. Cook 2001.
8. Rousseau et al. 1998; Tschannen-Moran y Hoy 2000.
9. S/A 2002.
10. Argandoña 1999.
11. Malhotra y Murnighan 2002.
12. Frost; Stimpson y Maughan 1978; Rotter 1967; Rousseau et al. 1998.
13. Sztompka 1999.
14. Cummings y Bromiley 1996.
15. McKnight, Cummings y Chervany 1998.
16. Rahn y Transue 1998;Van Deth 1997.
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Introducción
La colaboración es un fenómeno que, en las circunstancias adecuadas,
puede generar gran valor. Debido a que no es una práctica trivial y a los
riesgos que implica, existe evidencia de que la colaboración no siempre
es exitosa y su valor potencial no es del todo aprovechado1. Si es difícil
que una colaboración logre desarrollar su potencial, ¿por qué querría
una organización multiplicar este esfuerzo y embarcarse en diversas co-
laboraciones? Establecer y mantener múltiples alianzas es una caracte-
rística de los casos de alianza investigados en Colombia. A diferencia de
las alianzas bilaterales, en donde únicamente interactúan un miembro
del sector privado y uno del sector social, en las alianzas múltiples
interactúan varios actores de uno y otro sector, una empresa privada con
varias organizaciones del sector social o una de estas últimas con varias
empresas privadas. En este capítulo se intentará comprender mejor la
capacidad de las organizaciones de distintos sectores para generar y man-
tener varias relaciones.
Desarrollar el potencial de una alianza implica votos de confianza y
esfuerzos de coordinación considerables. Por eso es importante explorar
cómo una organización supera los retos que se presentan para realizar
múltiples alianzas. En este capítulo se presentan estas razones y algunas
características que distinguen estas alianzas de las alianzas bilaterales:
los contactos iniciales que las generan, su alineamiento estratégico, la
forma particular en que generan valor y su manera de institucionali-
zarse.
No hay pretensión alguna de generalización en esta investigación; no
es posible hacerla con los pocos casos estudiados. En cambio, sí tene-
mos el interés de generar hipótesis que orienten las aproximaciones de
otros observadores a situaciones como las aquí descritas.
291
Necesidades apremiantes
En la última década, Colombia ha visto agudizados los problemas de
orden social. El conflicto armado se ha recrudecido y sus consecuencias
han resquebrajado gran parte del tejido social. Los niveles de pobreza
permanecen altos y cada vez son más los colombianos excluidos de los
beneficios del desarrollo económico. Las necesidades apremiantes han
generado que muchos ciudadanos desempeñen un papel más activo.
Detrás de la acción hay dos motivaciones diferentes: una, el instinto de
supervivencia para aquellos afectados en sus necesidades más básicas y
otra, el impulso generado por una vocación de servicio preexistente en
aquellos más privilegiados, que tienen la posibilidad de ayudar a otros.
Estructuras alternativas
Son tres las formas en que las organizaciones estudiadas han aumentado
el número de sus alianzas: repetir un mismo proyecto varias veces con
organizaciones diferentes, convocar a distintas organizaciones alrede-
dor de proyectos sucesivos o tener relaciones independientes, que agre-
gan alianzas distintas a las vigentes en el portafolio de colaboraciones de
una organización (véase el gráfico 12).
Un ejemplo de la primera de estas formas ocurre cuando Meals de
Colombia asume la coordinación del Programa Líderes Siglo XXI. Una
de las primeras tareas de la empresa es la elaboración de unas cartillas
sobre el proceso seguido con los colegios. Esto le permite, en un mo-
mento dado, trabajar sola con grupos de diez colegios y repetir muchas
veces el proceso para mejorar la gestión escolar. Según Sandra Velasco,
coordinadora del programa en Meals de Colombia desde 1997, haber
sistematizado la metodología del programa en cartillas fue clave: “(Con
(a) Proyecto único (b) Un primer proyecto seguido por otro proyecto (c) Varias alianzas
Recibir ofertas
Una última razón para ampliar el portafolio de alianzas de una organiza-
ción es, simplemente, recibir propuestas de otras organizaciones que
quieren trabajar con ella. Cuando el MD empezó a nombrar al patrocina-
dor de su programa de televisión en 1955, muchas empresas se interesa-
ron en este tipo de relación. El primer patrocinador fue la Beneficencia
de Cundinamarca y, nueve meses después, Azúcar Manuelita ofreció
cubrir los costos de producción del programa y donar sacos de azúcar
para repartir entre las familias necesitadas. Al ver la imagen que Manuelita
adquiría por ser mencionada en ese espacio diario en la televisión, un
sinnúmero de empresas ofreció aportar, en dinero y en especie, a cambio
de la imagen derivada del anuncio. Aunque algunas empresas querían
seguir aportando al MD y ser reconocidas en su espacio televisivo, en
1990 la Comisión Nacional de Televisión prohibió los anuncios publici-
tarios en programas institucionales y sólo se mantuvo la mención a
Manuelita, por la negociación que el mismo padre Diego Jaramillo, pre-
sidente de la Organización MD, hizo con la Comisión.
Las propuestas de trabajo en alianza también pueden provenir del
sector público. En las cuatro experiencias estudiadas, los resultados ob-
tenidos han llamado la atención de los funcionarios públicos. Las pro-
puestas a los empresarios y a los directivos de las organizaciones de la
sociedad civil han sido variadas, desde invitaciones a realizar proyectos
conjuntos hasta convocatorias para crear corporaciones mixtas. Por ejem-
plo, tres años después de haber comenzado el Programa Líderes Siglo
Contactos iniciales
El papel crítico que desempeñan los contactos iniciales en las alianzas
bilaterales se conserva con ciertas variaciones en el caso de las alianzas
multilaterales. Dos factores condicionan estas variaciones: la estructura
del portafolio de alianzas y cómo usa la organización el aprendizaje ob-
tenido de las alianzas anteriores.
Dos de las tres estructuras posibles para las alianzas multilaterales,
hacen más crítica la participación de la alta dirección durante los contac-
tos iniciales. Sólo la primera estructura descrita, aquella en la cual un
proyecto único es reproducido con diferentes organizaciones, no requie-
re la intervención continua de los máximos responsables de la organiza-
ción coordinadora. Esta presencia puede ser suplida por los resultados
ya alcanzados y por la sistematización de algunos procesos. El creci-
miento del portafolio de alianzas de Meals de Colombia, basado en la
sistematización de un proyecto repetido varias veces, se caracteriza por
una gran claridad en lo propuesto a cualquier nuevo socio y en el tipo de
socio al cual se quiere involucrar. Esto último permite la búsqueda siste-
mática en bases de datos y la realización de convocatorias para identifi-
car un buen número de socios potenciales. Los contactos iniciales son
distantes pero, una vez escogidos los nuevos socios, la relación cuenta
con los beneficios del contacto regular y directo entre las organizacio-
nes. El contacto sirve tanto para fortalecer las relaciones, como para
identificar aquellas que no aportan lo que se espera de ellas. Según Sandra
Velasco,
a muchas instituciones con las que empezamos las sacamos del proceso,
porque sus expectativas eran muy distintas: (querían) tener una empresa
para que les diera trabajo a los estudiantes de último grado o un lugar
donde ellos pudieran hacer sus prácticas; otras instituciones querían que
les dieran plata para mejorar sus condiciones. Cuando existen ese tipo
de expectativas, desde el primer momento trabajamos mucho en clarifi-
car que no es así, pero si la institución insiste en esa actitud, entonces,
dejamos de trabajar (…) Se evalúa mucho, en todos los grupos, el nivel
de asistencia a las reuniones y de respuesta a los compromisos que se
adquieren. Hago mucho seguimiento a eso: a la institución que no ha
vuelto a las reuniones se la llama y se le pregunta qué pasó, y también se
vuelven a renovar los compromisos.
Alineamiento
En un portafolio de alianzas, dos factores estratégicos para tener en cuenta
son: la combinación de distintos tipos de alianza y el tamaño del porta-
folio7. Según Austin, el foco y el balance priman en el momento de
decidir la combinación en un portafolio de colaboración. El foco hace
que la elección de las colaboraciones esté más acorde con los intereses y
las competencias centrales de la organización. El balance sugiere la com-
binación de distintos tipos de alianza (filantrópica, transaccional o
integrativa), dada su importancia y su contribución a la misión y valores
organizacionales.
Con referencia al foco, a mayor alineamiento entre el objetivo de la
alianza y la misión de la organización, más importante y valiosa es la
colaboración. Otro aspecto que se debe considerar es el alineamiento
entre las misiones de las organizaciones involucradas.
Cuando en una alianza bilateral las misiones de las organizaciones
aliadas son compatibles, la alianza puede generar valor para ambas en
un nivel similar. Sin embargo, en una situación de múltiples alianzas,
puede presentarse un problema. Al buscar la organización coordinadora
aliarse con varias organizaciones con misiones compatibles a la suya,
las últimas tenderán a ser competencia. Una forma de sortear esta difi-
cultad es que el interés general supere el interés particular. Un ejemplo
de esta situación se da en el CGH. El Centro tiene alianzas con varias
organizaciones del sector salud, entre ellas algunas empresas privadas.
La misión del Centro de “promover y liderar la transformación de la
gestión en salud para contribuir al desarrollo integral del sector” sólo
contribuye con los negocios particulares de las empresas en la medida en
que los beneficios sean colectivos. A ninguna empresa le es permitido, por
los demás miembros, buscar beneficios privados por su relación con el
CGH. A lo largo de los años, según Patricia Gómez, dos razones han
sido fundamentales para mantener una alta motivación para participar
en este espacio: las personas allí “se sienten parte de un proyecto nacio-
nal” y el CGH les aporta “un espacio de interacción, donde pueden dia-
logar proveedores, aseguradores, clientes y universidades”. Luego agrega:
Recuerdo una vez que un miembro del Consejo trató de influir en una
decisión en su beneficio y le cayó encima el mundo entero a decirle,
rápidamente, que esto no era para eso. Si la pregunta es si ellos pueden
influir en cosas en beneficio propio, yo diría que no. Sin embargo, hay
otros beneficios generales: se benefician en imagen, de alguna manera
en cada foro, en cada cosa de esas grandotas que usted hace en todo el
sector. Ahí aparece el Consejo Directivo, y eso es importante para los
miembros, que son las entidades que apoyan, a las que les interesa el
tema de la calidad y el beneficio del sector. Eso sí los beneficia.
Generación de valor
El valor generado y su magnitud, junto con la notoriedad y la posibili-
dad de influir en la política pública, son atractivos muy importantes para
los socios en las alianzas múltiples. El efecto de las alianzas multilaterales
puede apreciarse en tres niveles, y es posible encontrar un impacto más
amplio en comparación con el de las alianzas bilaterales.
con la ampliación del programa a los colegios públicos, había que hacer
ajustes al modelo en varios sentidos. Teníamos que entender más de la
ley de educación, porque hay unos lineamientos muy claros sobre la
forma de administrar los colegios públicos; los recursos son distintos y
muchas de las cosas que predicábamos con el grupo número uno y de
las que hablábamos muy libremente, ya no se aplicaban. Por ejemplo,
yo siempre fui una persona vinculada a los Recursos Humanos y a la
Notoriedad
Las alianzas múltiples cuentan con redes de influencia más extensas que
las de las alianzas bilaterales, con lo cual aumenta su probabilidad de ser
notorias. Si bien hay casos excepcionales como el del MD, cuya noto-
riedad es consecuencia de una estrategia de comunicaciones en medios
masivos que funciona prácticamente desde el origen de la organización,
esta notoriedad se ha reforzado con los años, a través de su participación
en múltiples alianzas. Participar en las redes de comunicación de sus
socios, aparecer en sus mensajes institucionales o formar parte de sus
balances sociales, por ejemplo, aumenta la notoriedad del MD. En un
editorial de la Revista Asocolflores, la descripción del programa
“Asocolflor-es hogar” destaca “la experiencia de organizaciones no gu-
bernamentales como la Corporación El Minuto de Dios, con quien veni-
mos trabajando desde el inicio de este programa y cuya propuesta de
‘Construcción de Comunidades’ coincide con el enfoque de nuestro sec-
tor, en donde el énfasis está en el desarrollo humano y bienestar social
centrado en la familia y la comunidad, como objetivo principal de los
programas de vivienda”11.
Otra forma de adquirir mayor notoriedad a través de las multialianzas,
ocurre cuando el Estado llama a las organizaciones involucradas en la
alianza a participar en la formulación de sus políticas como asesoras o
las convoca a sus licitaciones. La participación en la formulación de
políticas públicas amplía el alcance y notoriedad de las experiencias de
estas organizaciones, del nivel local al nivel nacional. Dos ejemplos ilus-
tran esto: el CGH ganó la licitación para diseñar el sistema de garantía
de calidad, que luego adoptó y reglamentó el Ministerio de Salud. Según
la directora del Centro,
Política pública
Otra forma de generación de valor identificada en las alianzas múltiples,
es la intervención de sus líderes en el diseño y transformación de las
entidades estatales y la política pública. La magnitud de las alianzas
contribuye a que los funcionarios del Estado observen con interés estos
procesos. Lograr resultados positivos en diez colegios privados le abrió
la puerta al Programa Líderes para trabajar con los colegios públicos;
volver sujetos de crédito a una población tradicionalmente excluida lle-
va al MD a las discusiones sobre políticas de vivienda de interés social;
trabajar con hospitales de distinto nivel es un aval clave en las licitaciones
convocadas por el Ministerio para desarrollar el sistema de salud colom-
biano; o transformar la vida de un municipio a partir de las políticas
corporativas le da espacio a Indupalma en las discusiones nacionales
sobre desarrollo rural.
Varias prácticas usuales en el sector privado han sido adoptadas por
el sector público para transformarlo. Alberto Espinosa, Francisco
Manrique y Carlos Alberto Leyva, participantes del Programa Líderes,
han promovido –en calidad de asesores de la Secretaría de Educación–
el uso de indicadores de gestión en los procesos de esta entidad. Al res-
pecto, Francisco Manrique explica lo siguiente:
Desde el año 1994, yo les propuse a todos los presidentes que hiciéra-
mos una junta de apoyo a entidades públicas y empezamos con la ges-
tión distrital. Comenzamos a acompañar a la Secretaría de Educación en
un proceso que fue fascinante, porque al mismo José Luis Villaveces,
secretario de Educación, y a su grupo directivo les costó mucho trabajo
que nosotros les tratáramos de vender una cantidad de conceptos sobre
el tema de gestión para la Secretaría. Empezamos con lo más elemental:
la medición. Eso se les ocurrió a ellos. Iniciamos la búsqueda de
indicadores de medición, indicadores de gestión. Comenzaron a tratar
de reunir información; al principio eso era un desastre y ya les daba
vergüenza cada vez que llegábamos nosotros a este tema.
Institucionalización
La complejidad de manejar múltiples alianzas lleva a que en cada orga-
nización haya formas concretas de institucionalización de estas colabo-
raciones. En las dos empresas coordinadoras estudiadas, Indupalma y
Meals de Colombia, se creó un área especial para manejar el portafolio
Comunicación
Entre las características de la comunicación identificadas en los dos pri-
meros tipos de alianza, un proyecto repetido varias veces y un proyecto
con muchas organizaciones, se encuentran las interacciones frecuentes,
los espacios acordados de reunión que son vitales para el funciona-
miento del proyecto específico, los reportes y mecanismos concretos de
transmisión de información, y la rendición de cuentas. Una buena comu-
nicación es muy importante en este tipo de colaboraciones, dado que las
alianzas están atadas a la vida del proyecto; si éste no funciona, la alian-
za también se ve comprometida.
El papel fundamental que desempeña la comunicación frecuente,
parece pasar a un segundo plano en las relaciones del tercer tipo (i.e.
alianzas que pueden mantenerse independientes de los proyectos). El
MD no se comunica todos los días con Manuelita; por el contrario, allí
se maneja con mucha prudencia la interacción con la empresa y se cui-
dan de no saturar a Manuelita con mensajes. Los contactos se dan más
bien a través de su participación en la Junta Directiva del MD y en otros
eventos significativos: Manuelita asiste sin falta a los Banquetes del
Millón organizados por el MD, y el MD es invitado especial en las cere-
monias de reconocimiento al ingenio azucarero.
Existen mecanismos formales –como revistas, cartillas, informes y
documentos como el balance social– que divulgan las alianzas, tanto al
interior como al exterior de las organizaciones. Estos mecanismos son
complementados con amplias campañas de divulgación. Indupalma tie-
hemos tenido, para todo este proceso, el apoyo de una agencia de ima-
gen y comunicación, con la que hemos trabajado desde el año 1992.
Esto nos ha permitido comunicar a nuestros interlocutores de una mane-
ra clara y entendible. Con esta agencia de imagen y comunicación hici-
mos varias encuestas, auscultando el pensamiento de la gente, de los
trabajadores, de las señoras, de los comerciantes de San Alberto. Se
recogieron las distintas expresiones de lo que la sociedad pensaba. Esta
información nos permitió generar unos comunicados, a través de los
cuales devolvíamos la información a la región. Los comunicados con-
sistían en afiches grandes, con letra muy visible, que repartíamos y pe-
gábamos en todas partes: los árboles, las puertas, la plaza. Así, tratamos
de establecer un mecanismo de comunicación entre la comunidad en
general y nosotros, para que se rompiera esa barrera que deformaba
completamente la comunicación que había de aquí para allá y de allá
para acá. Ese fue un proceso sumamente importante.
Por su parte, el CGH tiene una revista trimestral desde 1997, con cerca
de 1.300 suscripciones, y un foro internacional, desde 1993, en el cual
participan unos 600 asistentes provenientes de unas 130 instituciones. Por
último, si algo caracteriza al Minuto de Dios, es la divulgación de los
resultados de sus proyectos en la radio y televisión nacionales; su minuto
diario en la televisión, emitido desde 1955, es el programa más antiguo de
la televisión colombiana; en el año 2003 era transmitido por siete canales.
Confianza
De manera análoga a las alianzas bilaterales, los resultados concretos y
el cumplimiento de los compromisos adquiridos facilitan la construc-
ción de confianza en las alianzas multilaterales. Sin embargo, en estas
últimas existe un desafío adicional, relacionado con la capacidad que
tenga la organización para generar confianza en los múltiples socios. La
imagen ayuda; según el padre Camilo Bernal: “Minuto de Dios, hoy día,
es una marca que genera confianza en el gobierno, en los empresarios o
en el pueblo; por eso puede hacer cosas”. Este logro, asociado con la
percepción sobre la capacidad de la organización para generar confianza
en actores con los cuales no hay diálogo, ha llevado al Estado a solicitar-
le al MD abrir espacios en las zonas de conflicto y a los empresarios, a
pedirle al MD que genere espacios de interacción con las comunidades.
Sin embargo, repartir la atención entre muchos puede generar inquietu-
des entre los socios. Un mecanismo para enfrentar esta dificultad es el
Liderazgo
Estudiar las características comunes de los líderes resulta importante, si
se acoge la idea de que la participación activa de ellos repercute favora-
blemente en los resultados de las alianzas12. Los líderes de las cuatro
alianzas investigadas tienen en común características como: su carisma
personal y la flexibilidad o capacidad de adaptación a los cambios de su
entorno inmediato. Es importante destacar el papel de las personas en la
organización que coordina las alianzas múltiples. En ocasiones, allí hay
más de un “padrino” de las alianzas, personas que están sumamente com-
prometidas con la colaboración. Sin embargo, sus características no son
exclusivas de los líderes involucrados en las alianzas multilaterales; po-
drían ser también características del líder de una alianza bilateral.
Para tratar de entender cuáles son los elementos que distinguen el
liderazgo en las alianzas múltiples, es necesario darle un enfoque distin-
to al concepto en sí. Por eso, resulta interesante considerar al liderazgo
como un elemento que no tiene una asociación exclusiva con el compor-
tamiento de las personas13. Esto es un argumento en favor del carácter
contextual del liderazgo y constituye una perspectiva que permite enten-
der, por ejemplo, cómo una colaboración múltiple puede responder a las
complejas exigencias de su entorno.
Este enfoque puede ser útil para comprender lo que sucede en las
alianzas múltiples, cuando ciertas organizaciones actúan como líderes.
La sistematización de sus procesos le permitió al CGH mantener el
liderazgo institucional ganado en diez años de historia, luego del remplazo
de su única directora hasta entonces. En Meals, aun cuando existen mu-
chos esfuerzos personales, es la empresa la que asume el liderazgo de la
alianza y los demás actores vinculados a la colaboración la reconocen
como líder. Aunque hasta principios de 2003 no hubo un cambio en la
Coda
Las alianzas multilaterales son el camino que una organización toma
cuando aprovecha el aprendizaje alcanzado con una alianza bilateral
para aumentar el alcance de sus proyectos. Lo aprendido sobre los pro-
cesos de colaboración facilita la decisión de atraer un socio más; lo apren-
dido sobre generación de valor es un propulsor determinante en esta
decisión.
Las alianzas multilaterales y las bilaterales son fenómenos de carac-
terísticas diferentes. Al examinar los cuatro casos colombianos de alian-
zas multilaterales, a la luz de las 24 alianzas bilaterales latinoamericanas,
surgen diferencias en las características de sus contactos iniciales, de su
grado de alineamiento, de la generación de valor y de la instituciona-
lización.
En las alianzas múltiples estudiadas es tan importante el liderazgo
organizacional como el liderazgo individual. Es difícil que estas alianzas
logren alinear misión, estrategia y valores; el estadio integrativo posible
en una alianza bilateral es casi inalcanzable en una alianza multilateral.
Notas
1. Huxham 1996: 4-6.
2. Fuente: www.minutodedios.org disponible desde el 28 de febrero
de 2003.
3. De acuerdo con los reportes del sector financiero colombiano en
2002, el Banco Davivienda ocupaba el quinto puesto entre las cin-
cuenta entidades financieras más grandes de Colombia (Revista
Semana: 59).
4. Trist (1983), citado en Huxham y Vangen 2000: 1159.
5. Austin 2000a y 2000b.
6. Los conceptos de ampliación y atenuación, en su acepción formal,
provienen de la ley de la variedad requerida (Law of requisite variety)
enunciada por W. Ross Ashby en 1956. Estos y otros conceptos de
la cibernética son útiles en el estudio de las organizaciones.
7. Austin 2000a: 141.
8. Ernst F. Schumacher (1978) aludía a la capacidad del ser humano
de encontrar una instancia superior que disolviera las contradiccio-
nes halladas en un nivel inferior, como una de nuestras grandes po-
tencialidades.
9. Brandenburger y Nalebuff 1996.
10. Porter y Kramer 2002.
11. Solano Mejía 2001: 59.
12. Berger (1997), citado en Huxham y Vangen 2000: 1161.
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ciembre.
Introducción
¿Es la empresa privada o las organizaciones de la sociedad civil (OSC)
la que logra el mayor beneficio de una alianza intersectorial? La tenden-
cia general es pensar que las OSC son las que mayormente resultan be-
neficiadas de este tipo de colaboraciones. Sin embargo, tal percepción
está alejada de la realidad. Nuestra investigación en México reveló que
el valor generado en las alianzas intersectoriales se desarrolla en ambas
vías y, en general, de una manera equilibrada.
Este capítulo explora la evidencia del manejo en colaboración de los
programas sociales y el valor que las alianzas intersectoriales generan
para las empresas. Aunque no se pretende generalizar, debido al redu-
cido número de casos de nuestra muestra, delinearemos conclusiones
tentativas que sirvan de guía para futuras investigaciones. En esta oportu-
nidad, abordaremos el tema a través de dos casos de estudio de colabora-
ción entre empresas y OSC en México: Supermercados Internacionales
H-E-B y el Banco de Alimentos de Monterrey; y la campaña “Constru-
yamos sus Sueños” de Danone México y la Casa de la Amistad (CdA).
Las colaboraciones que se discuten aquí se encuentran en diferentes pun-
tos del continuo de colaboración, presentado en el primer capítulo, y se
iniciaron por diversos motivos. Sin embargo, las dos han tenido resulta-
dos positivos para las empresas, demostrando así un verdadero sentido
de negocio de las alianzas intersectoriales.
Después de una breve reseña de la filantropía en México y de una
tipología de colaboración, la primera parte del capítulo discute la gene-
ración de valor en colaboraciones que nacen con fines básicamente
altruistas y los beneficios obtenidos, a medida que se va avanzando en la
relación. Posteriormente, se discute la generación de valor en colabora-
ciones que surgen, predominantemente, con fines comerciales. Final-
mente, se establecen las conclusiones y las recomendaciones generales
para maximizar la generación de valor en las alianzas intersectoriales.
321
Participación de terceros
Conforme la alianza se afianzaba, se desarrollaban nuevas iniciativas.
Algunas de las actividades conjuntas que HEB y el BAM llevaron a
cabo en los primeros seis años de la colaboración, incluyen el Torneo de
Golf. Este es un día de convivencia entre los más altos ejecutivos prove-
nientes de las empresas proveedoras de HEB, a cambio de donativos que
van desde los 300 hasta los 1.000 dólares. Aunque era un concepto nue-
vo para el BAM, este evento, que se llevaba a cabo todos los años en
Texas, bajo el nombre de “Tournament of Champions”15, le permite a
HEB involucrar a sus proveedores mexicanos en actividades sociales y
generar un efecto multiplicador positivo.
Otro gran paso importante fue involucrar a los clientes de la cadena
en la colaboración con el banco de alimentos, a través de una campaña
de CRM. La campaña “Gracias a ti comeré” fue el resultado de una
propuesta de Blanca para reproducir en Monterrey lo que ya se había
hecho en Estados Unidos, bajo el nombre de “Check Out Hunger”. Esta
actividad demostró ser muy importante para ambas organizaciones. Por
un lado, el BAM no sólo obtuvo fondos a través de donativos directos de
los clientes de HEB, sino que logró mayor notoriedad en la sociedad.
Por otra parte, aunque la política de la cadena es mantener un perfil bajo
en todas sus actividades sociales, en este caso la actividad se realizó
dentro de las tiendas, a través de una promoción en las cajas registrado-
ras y mediante un comercial que se escuchaba constantemente para lo-
grar establecer una conexión emocional con los clientes, que difícilmente
se puede obtener por otros medios.
El valor económico generado para HEB a través de la alianza no se
había cuantificado de una manera sistemática; de hecho, la medición es
sumamente compleja y, en una colaboración principalmente altruista,
probablemente no sea muy importante. En este caso, incluso, hasta las
pérdidas económicas son aceptables16. La medición se hace en forma
cualitativa, como mencionó Eddie García, al menos por parte de HEB.
Él se encarga de los indicadores informales: “Aquí en Monterrey, yo
veo la distribución, el volumen y realizo visitas para ver cómo van pro-
gresando”. Además, expresó su creencia en que la gran inversión de
recursos y trabajo necesaria para crear el BAM restringió, severamente,
sus áreas de oportunidad.
El futuro
Esta alianza nació con fines básicamente altruistas y, a medida que se
avanzó en la relación y la confianza entre los dos socios creció, se fueron
descubriendo nuevas formas de colaboración, lo que facilitó la creación
El inicio de la relación
El capítulo segundo mostró que las relaciones interpersonales previas
entre personas importantes desempeñaron un papel muy importante en
el desarrollo de las alianzas analizadas. El caso de Danone y la CdA no
fue la excepción. Una relación previa entre los participantes reduce el
riesgo percibido de involucrarse en un compromiso de largo plazo.
Como se mencionó anteriormente, Danone evaluó varias alternativas
de actuación social para resolver el problema que enfrentaba con su
imagen. Entre las posibilidades inicialmente evaluadas estuvo la crea-
ción de su propia fundación y así internalizar las actividades de res-
ponsabilidad social, lo cual es una práctica corporativa frecuente en
México. Con este objetivo, un ejecutivo de la compañía, quien conocía
a la fundadora de la CdA, Amalia García, decidió visitar las instalacio-
nes de la organización para tener una mejor idea de lo que era una OSC
y de cómo funcionaba. Amalia recordó: “Cuando vinieron los repre-
sentantes de Danone, me dijeron que ‘nos’ gustaría tener nuestra pro-
pia fundación y queremos que nos cuentes cómo lo hacen ustedes”.
Durante la visita, el equipo de Danone se dio cuenta del profesionalismo
con el que la CdA era manejada y de que era mejor apoyar a institucio-
nes ya establecidas, puesto que no sería prudente duplicar esfuerzos.
Por tanto, la compañía podría “tercerizar” sus proyectos de responsa-
bilidad social, asociándose a organizaciones con una imagen consoli-
dada en la comunidad.
Una vez que Danone decidió asociarse con las OSC, estableció los
criterios para seleccionar a las potenciales organizaciones socias. Entre
otros requisitos, se elegirían las organizaciones cuyo público objetivo
sean los niños; son manejadas profesionalmente; cuentan con un histo-
rial de transparencia en el manejo de los recursos y presentan un proyec-
to específico para su evaluación. Se contactaron con la Junta de Asistencia
Privada (organismo que afilia a las Instituciones de Asistencia Privada
en México), la que les proporcionó un listado de las organizaciones para
dar inicio al proceso de selección. Una vez que tuvieron un número re-
ducido de organizaciones, se les invitó a presentar propuestas de pro-
yectos para su evaluación. La propuesta de la Casa de la Amistad fue
seleccionada, entre otras, porque el proyecto y la organización cumplían
con los criterios de selección establecidos por Danone. Como un ejecu-
tivo de la compañía comentó: “Esta institución es muy profesional; está
legalmente constituida, es auditada por Price Waterhouse y tienen una
agencia de publicidad que trabaja para ellos. Todo lo consiguen de ma-
nera gratuita, eso es increíble, pero lo hacen sin pagar”.
no quiere decir que una relación sea mejor que la otra; eso depende de
los objetivos de las dos organizaciones y de qué tanto quieran avanzar
en su alianza. Sin embargo, se debe mencionar que aunque una relación
de carácter transaccional puede proporcionar ventajas competitivas, es
muy probable que estas ventajas sean de corto plazo, ya que esta clase de
actividades son fácilmente imitables por la competencia. El diferenciar
una marca por sus atributos emocionales cuando otros factores de dife-
renciación ya se han agotado, es una estrategia que ha probado ser efec-
tiva; tal como claramente lo ilustra este caso. Sin embargo, a medida que
más empresas se involucren en programas similares, estos factores de
diferenciación para el consumidor tenderán a desaparecer. Es muy pro-
bable que, en el futuro, la asociación con causas sociales se convierta en
un prerrequisito para competir en cualquier mercado. Así como en una
colaboración transaccional la empresa tiene la libertad de elegir a las
OSC que quiere apoyar, estas últimas también, a medida que descubran
su capacidad de generar valor para la empresa, tendrán la misma libertad
de asociarse con la empresa que mejor concuerde con sus objetivos, va-
lores y estrategia y pueda proporcionar el mayor valor. La evidencia
muestra que una colaboración integrada le proporciona a los socios una
mayor capacidad de desarrollar nuevas fuentes de valor, así como venta-
jas competitivas más duraderas.
Este caso es un claro ejemplo de una alianza que nació principalmen-
te con fines utilitarios y que, a lo largo de seis campañas, ha demostrado
ser una importante fuente de valor, tanto para la empresa como para la
OSC. Después de seis años, la compañía no encuentra razones para ter-
minar la campaña. De hecho, los ejecutivos opinaron que “si este año no
hay campaña, tendremos mucho que explicar a nuestros empleados y al
público en general”. El verdadero reto, tanto para la empresa como para
la organización, consiste en mantener un flujo constante de valor.
Lecciones aprendidas
Nuestros casos de estudio muestran que los beneficios de las colabora-
ciones intersectoriales pueden ser muy fuertes para ambas partes. El flu-
jo de valor no sólo va de la empresa a la OSC, sino que también se
genera en la otra vía y los beneficios parecen estar equilibrados. Obser-
vamos una gran variedad de fuentes de valor de las organizaciones hacia
las empresas, entre ellas: la capacidad de proporcionar imagen a una
compañía y a sus marcas, la facultad de motivar a los empleados, el
apoyo a las operaciones internas, la capacidad de incrementar el volu-
men de las ventas, el apoyo a la estrategia, el logro de la misión, incre-
mentar las capacidades de lobbying, la posibilidad de probar nuevos
Notas
1. Promoting Public Causes, Inc.; ITESM y Vivian Blair & Asociados
2000.
2. Ruiz 1997.
3. Promoting Public Causes, Inc.; ITESM y Vivian Blair & Asociados
2000.
4. Greaves Lainé 2000.
5. Ruiz 1997.
6. Husted 2001.
7. Husted y Salazar 2001.
8. Greaves Lainé 2000.
9. Wymer y Samu 2003.
10. Una discusión más elaborada del continuo, y sus fases, puede en-
contrarse en Austin 2003a.
11. Wymer y Samu 2003.
12. Socios es la forma en que HEB se refiere a sus empleados.
13. El término “saldos” se refiere a aquellos productos alimenticios que,
a pesar de estar en perfectas condiciones para el consumo humano,
no son aptos para venderlos en las tiendas por tener algún tipo de
daño físico en el empaque o porque la fecha de caducidad está cer-
cana.
14. Se refiere a Blanca Castillo, subdirectora de Servicios de Alimenta-
ción y Nutrición de Cáritas de Monterrey, A.C. y directora operativa
del Banco de Alimentos.
15. El “Tournament of Champions” se lleva a cabo cada año en Texas,
con el fin de recaudar fondos para las Special Olympics, no para los
bancos de alimentos.
16. Varadarajan y Menon 1988.
17. Cantú 2002.
18. Ibíd.
19. A lo largo del caso, todas las referencias a valor monetario son cita-
das en dólares americanos.
20. Wall 1984.
21. Austin 2003b.
22. Grupo Danone 2002a.
23. Grupo Danone 2002b.
24. Promoting Public Causes, Inc.; ITESM y Vivian Blair & Asociados
2000.
25. FIRA 2001.
26. Varadarajan y Menon 1988.
27. Ibíd.
28. La Teletón es uno de los eventos más importantes y tradicionales
de recaudación de fondos en México, e involucra a un gran núme-
ro de empresas, que contribuyen con los programas de rehabilita-
ción de niños discapacitados.
29. Husted 2001.
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Inc., pp. 3-22.
Este último capítulo se basa en los capítulos previos, para ofrecer algu-
nas breves reflexiones finales en torno a tres preguntas importantes:
Análisis comparativo
Dado que cada país es único, existe una comprensible tendencia a creer
que los fenómenos en un país serán diferentes que en otros. Incluso, los
investigadores de SEKN que iniciaron los estudios de casos en cada uno
de los países, lo hicieron con esta expectativa. Sin embargo, nuestra in-
vestigación reveló el notable hecho de que, en última instancia, los pro-
cesos de la colaboración intersectorial en los países latinoamericanos
estudiados comparten más semejanzas que diferencias. Si bien difieren
en sus detalles operativos específicos, los factores que determinaron la
creación de alianzas sólidas fueron similares. Además, esa similitud per-
mitió que los hallazgos derivados del análisis de las colaboraciones en
un país, a menudo facilitase una mayor comprensión de los procesos de
colaboración en otro país.
Sin embargo, los capítulos correspondientes a la segunda parte iden-
tificaron algunas características particulares de cada país. En primer lu-
gar, en términos del nivel de desarrollo de los mercados de colaboraciones
intersectoriales, Brasil y Colombia parecen haber alcanzado un nivel de
sofisticación relativamente superior al de los países de Centroamérica,
donde el sector de las ONG se presenta más bien débil, y las colabora-
343
Avances conceptuales
Nuestra investigación también contribuyó a producir avances en el mar-
co conceptual y analítico para el estudio de las colaboraciones intersec-
toriales. Precisamente, estos descubrimientos surgieron de la necesidad
de comprender y explicar algunas de las diferencias que se presentaron
en el análisis comparativo. Hubo hallazgos y adelantos en cada uno de
los cuatros componentes del proceso de colaboración.
der con claridad los motivos que llevan a los socios a colaborar;
pues, a menos que las expectativas sean explícitas, puede generarse
confusión y conflicto.
– Relaciones preexistentes. En el contexto latinoamericano de cul-
turas personalistas, las relaciones surgieron como un elemento sig-
nificativo para iniciar una colaboración. Estas conexiones fueron
vitales para movilizar el nivel de confianza necesario y esencial
para abrir las puertas de la colaboración. Nuestra investigación
determinó tipos cruciales de relaciones: personal y profesional, y
de convalidación directa e indirecta de terceros.
– Capacidad institucional. Como se indicó previamente, nuestra
investigación reveló que la capacidad institucional de las ONG
fue una barrera de entrada significativa en América Latina, mien-
tras que no fue así en las etapas iniciales de las colaboraciones
norteamericanas. Se identificaron diferentes niveles de capacidad
institucional, cada uno de los cuales creó impedimentos distintos
para la colaboración y, por tanto, demandó respuestas diferentes
por parte de ambos socios.
• El desarrollo del alineamiento. Si bien el concepto de alineamiento
ya estaba presente en nuestro punto de partida conceptual, este estu-
dio lo amplió y especificó, al analizar los grados de amplitud y pro-
fundidad –del alineamiento de la misión, los valores y la estrategia
de cada socio. A mayor alineamiento, más sólida será la alianza. El
nuevo marco nos permite una comprensión y una evaluación más
precisas del alcance y la solidez del alineamiento. De este modo, uno
puede tener un alineamiento muy estrecho sólo con una de las tres
variables (por decir, valores), pero si el alineamiento es profundo, la
colaboración puede tener una solidez considerable. Sin embargo, tam-
bién será vulnerable, puesto que en el caso de reducirse la intensidad
de esa única variable, no habrá otra conexión a la cual recurrir. La
amplitud del alineamiento en múltiples variables proporciona susten-
tabilidad a través de conexiones múltiples, pero la profundidad de
ese alineamiento con cada una de esas variables será el factor deter-
minante de la solidez de la alianza. Pese a la multiplicidad de puntos
de contacto, una conexión superficial hará vulnerable la colabora-
ción. Por último, este estudio identificó el hecho de que diferentes
puntos de alineamiento operan de diversas maneras. El rango de ali-
neamiento puede variar desde la compatibilidad a la convergencia y,
luego, a la congruencia, lo cual acarrea importantes implicaciones
para la evolución de la alianza.
• Generación de valor. Mientras que nuestra investigación confirmó
la importancia de desplegar y combinar competencias básicas y acti-
Otra vía productiva para seguir sería el análisis de las alianzas con
los gobiernos, tanto por parte de las empresas como de las ONG. Esto se
prestaría a un análisis comparativo con las alianzas entre compañías y
ONG, para verificar qué hallazgos y principios se mantienen y cuáles
son diferentes. Nuestra hipótesis es que muchos de los hallazgos serán
aplicables, pero surgirán diferencias a causa de las características
organizacionales y políticas de los gobiernos. Del mismo modo, sería
útil explorar las colaboraciones del tercer sector que involucren a em-
presas, ONG y entidades gubernamentales.
Más allá de la investigación sobre el proceso de las colaboracio-
nes, existe una necesidad mayor de explorar profundamente los fac-
tores que hacen posible que las ONG y las empresas comprometidas
independientemente en actividades sociales, alcancen un alto nivel
de desempeño. Ésta es precisamente la vía de investigación que SEKN
(Social Enterprise Knowledge Network) ha escogido para su próxi-
mo estudio.
Los investigadores de SEKN son conscientes de que las colabora-
ciones intersectoriales representan una fuente de valor emergente para
las sociedades latinoamericanas. Es nuestro más ferviente deseo que
este libro sobre colaboraciones haya enriquecido y alentado a los estu-
diosos y participantes a desarrollar colaboraciones sólidas entre em-
presas y OSC. Es nuestra intención continuar contribuyendo al bienestar
de las poblaciones de la región, a través de la generación constante de
conocimiento.
Notas
1. Austin y Reficco 2002.
2. Austin 1990.
3. Las características de la cultura anglosajona se extrajeron de
Ashkanasy; Trevor-Roberts y Earnshaw 2002. Véase también House
et al. (1999). Sobre las principales características de la cultura lati-
noamericana, véase Ogliastri, et al. (1999).
4. Para un estudio comparativo que destaca las características centra-
les de la cultura de la negociación predominante en América Latina,
véase Ogliastri 1992. Consultar también Ogliastri 1997.
5. Véase “Los desequilibrios en las capacidades institucionales de los
socios”, en el capítulo 2 (p. 59).
6. City Year y Timberland, CARE y Starbucks, Bidwell y Bayer, The
Nature Conservancy y Georgia-Pacific, Jumpstart y American Eagle
Outfitters.
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_____. (1992). El sistema japonés de negociación. La experiencia de América
Latina. Bogotá: McGraw-Hill y Uniandes.
La construcción de puentes
Las colaboraciones surgen para dar respuesta a necesidades insatisfe-
chas, percibidas por quienes posteriormente se convierten en socios. En
el caso de SEKN, la percepción de una necesidad insatisfecha afloró
originalmente durante las conversaciones mantenidas entre el presiden-
357
Alcanzar el alineamiento
En los capítulos anteriores, hemos visto que lograr el alineamiento de
misiones, valores y estrategias de los socios resulta fundamental para la
creación de una alianza estratégica fuerte. Asimismo, observamos que la
fortaleza del alineamiento puede provenir de una conexión amplia entre
las misiones, valores y estrategias y, también, de una conexión profunda
surgida de la congruencia cabal en una o más de estas dimensiones.
Misión
En general, las colaboraciones entre socios pertenecientes a un mismo
sector tienen una mayor probabilidad de contar con misiones compati-
bles que las alianzas intersectoriales, ya que todos los socios se dedican
a la misma actividad de base –en este caso, la educación gerencial en el
nivel universitario–. Sin embargo, no todas las escuelas de negocios tie-
nen la misma misión. Los miembros fundadores de SEKN, no obstante,
compartían un fuerte alineamiento con la misión de la Red, porque uno
de los requisitos para ingresar en SEKN era considerar al área de
emprendimientos sociales como parte integrante de la misión de la insti-
tución. Esta congruencia entre las misiones de socios fue explícitamente
confirmada en el diálogo mantenido con las autoridades más altas de
cada institución. La premisa era que el propósito básico de la escuela
debía contemplar los emprendimientos sociales como un elemento esen-
cial, con el fin de asegurar el nivel de apoyo organizacional necesario
para lograr un impacto significativo.
La experiencia de SEKN constituye un ejemplo de la dinámica de fer-
tilización cruzada, en la cual la interacción profunda y cercana, en ocasio-
nes, lleva a los socios a redefinir su identidad organizacional, tornándose
más parecidos entre sí y desarrollando un alineamiento más profundo. A
partir de la experiencia de haber trabajado intensamente en una red dedi-
cada al estudio de emprendimientos sociales, por lo menos una de las
instituciones participantes ha decidido reformular su misión, con el objeti-
vo de otorgar una importancia todavía mayor al componente social.
Sobre la base del compromiso de los directivos de las distintas insti-
tuciones participantes, los equipos SEKN y sus miembros elaboraron
juntos la siguiente misión, que captura y formaliza el alineamiento de
las misiones de los integrantes de la alianza:
Avanzar las fronteras del conocimiento y de la práctica en iniciativas
sociales a través de la colaboración en investigación, el aprendizaje com-
partido, la enseñanza centrada en el estudiante y el fortalecimiento de
las instituciones de educación en administración para servir a sus comu-
nidades.
Valores
Aunque los valores organizacionales centrales de los socios eran varia-
dos, había suficiente congruencia en algunos de los más importantes:
profesionalismo, excelencia académica, orientación a la práctica, inte-
gridad y responsabilidad social. Probablemente resulte más fácil encon-
trar cierta congruencia de valores en alianzas dentro de un mismo sector
que en colaboraciones intersectoriales, debido a la relativa homogenei-
dad institucional. Sin embargo, cabe señalar que el alineamiento de va-
lores fue bastante común en las alianzas entre empresas y las ONG
estudiadas en este libro.
Estrategia
Según el caso, el grado de alineamiento de SEKN con las distintas estra-
tegias de cada una de las escuelas también fue diferente. En algunos
había una fuerte compatibilidad, pues las escuelas ya desarrollaban el
tema de los emprendimientos sociales dentro de sus esfuerzos de inves-
tigación y capacitación. Para otros era un área casi virgen y la apertura a
un campo totalmente nuevo. Y otras escuelas estudiaban en profundi-
dad ciertas dimensiones del tema –como, por ejemplo, la responsabi-
lidad social– y no otros –como el nivel gerencial de las organizaciones
sin fines de lucro o viceversa–. En general, sin embargo, y a pesar de las
características particulares de cada una de las alineaciones, surgieron
algunas características en común. El tercer capítulo señaló que es posi-
ble que mediante una colaboración, una organización fortalezca su co-
nexión con sus grupos de interés –internos y externos– o agregue valor a
sus productos. SEKN ha motivado y capacitado a los profesores y al
personal de las organizaciones participantes interesadas en trabajar en la
generación de valor social. La tarea de SEKN también responde a la
creciente demanda de los líderes, actuales y futuros, en esos países por
comprender la interrelación entre lo social y lo privado. Por último, a
través de la creación de una masa crítica de estudios de casos, los miem-
bros SEKN han agregado una fuerte dimensión social a sus programas
de MBA y formación ejecutiva. En el caso particular de HBS, su incor-
poración a SEKN fue consistente con la estrategia de globalización de la
escuela y la SEI, que apunta al desarrollo de investigaciones de campo
importantes fuera de Estados Unidos, a fin de generar capital intelectual
novedoso y relevante para sus clientes en todo el mundo.
Un tema organizacional estratégico fundamental, que se planteaba
para los miembros, radicaba en la decisión de participar en un empren-
dimiento multilateral con una cadena de valor tan integrada. Si bien las
distintas escuelas participantes ya mantenían acuerdos de colaboración
Generación de valor
Como hemos visto a lo largo del libro, las alianzas sociales más fuertes
son aquéllas que combinan sus recursos y despliegan sus competencias
centrales para generar beneficios significativos a los socios y la socie-
dad toda. Uno de los atributos más valiosos de las colaboraciones
intersectoriales entre empresas y ONG radica en la diversidad de sus
activos y competencias, que tiende a ser mayor que la que se da en las
colaboraciones dentro de un mismo sector. El potencial de generación
de valor de SEKN se basa en la complementariedad, la escala y el espec-
tro. Las escuelas participantes –aunque similares en muchos aspectos–
son distintas en varios sentidos, lo cual ofrece oportunidades de gene-
ración de valor a través de la combinación de sus diversas competen-
cias y de compensar las debilidades de unas con las fortalezas de otras.
Parte del proceso de aprendizaje de SEKN ha consistido en descubrir
esas diferencias y apalancar las fortalezas institucionales y personales
de sus miembros. Por ejemplo, se utilizó la competencia tecnológica supe-
rior y la infraestructura de una de las escuelas para desarrollar el sistema
de comunicación vía Internet de la Red, y su sitio correspondiente:
Gestión de la alianza
En las alianzas intersectoriales estudiadas en el presente libro, hemos
observado que su efectividad depende, en gran medida, de la forma en
que se maneje la relación entre los socios. La atención focalizada en la
relación constituye un elemento importante. En todas las escuelas que
participan en SEKN, se designó a un miembro del cuerpo de profesores
como líder del esfuerzo dedicado a emprendimientos sociales de la ins-
titución. Dentro de sus organizaciones, estas personas cumplen la tarea
del emprendedor social, al desarrollar las actividades de su institución
relacionadas con emprendimientos sociales y vincularlas con SEKN. A
su vez, cada uno de los líderes cuenta con un equipo de investigación
que interactúa con los de las otras escuelas de la Red. Un componente
esencial de la atención focalizada consiste en el apoyo de la alta direc-
ción. En consecuencia, el apoyo del líder de cada una de las escuelas,
comprometido al momento del ingreso a SEKN, se sigue cultivando en
forma regular, incluso en los casos donde se han producido cambios de
liderazgo.
A pesar de su importancia, sabemos que el compromiso de la alta
dirección no es suficiente para mantener el vigor de las alianzas. La
colaboración se ha institucionalizado de manera diferente dentro de cada
una de las escuelas. Si bien variaron las características individuales es-
pecíficas, en todos los casos, las actividades relacionadas con SEKN
pasaron a ser un aspecto importante de la cartera de responsabilidades e
incentivos del cuerpo de profesores y personal involucrados en el pro-
yecto –incluso al punto de convertirse, en algunos casos determinados,
en una ocupación de tiempo completo–.
También sabemos que la comunicación clara y frecuente constituye
la savia que nutre toda relación de colaboración. Para empezar, la buena
comunicación entre los socios es vital para el desarrollo de las relacio-
nes personales que cimentan la confianza mutua. SEKN enfrentó el de-
safío comunicacional de la colaboración, significativo en este caso a raíz
de la dispersión geográfica de los miembros, mediante un enfoque basa-
do en dos ejes. En primer lugar, creamos un canal de comunicación vía
Internet, a través de un foro de Yahoo. Este canal de correo electrónico
instantáneo ha resultado bastante efectivo y eficiente como vehículo
comunicacional, aunque tuvimos que aprender a no abusar de él y a no
enviar todos los mensajes a todos los miembros, sino al grupo al que le
competía específicamente. También creamos nuestra propia página de
Internet, que nos permitió compartir archivos y utilizar otros vehículos
de comunicación. Tratamos de trasladar nuestro correo electrónico de
Yahoo a nuestra plataforma Intranet vía Internet, pero descubrimos que,
Crecimiento e innovación
Las colaboraciones dinámicas enfrentan el desafío constante del creci-
miento y la innovación continua. Si bien SEKN se encuentra en la etapa
inicial de su ciclo de vida, avanza en forma sistemática y sostenida. En
septiembre de 2003, comenzó su segundo ciclo de investigación de dos
años. A las siete escuelas fundadoras se agregaron cuatro instituciones
en tres países nuevos, incluyendo España –con lo cual la Red ha pasado
a ser iberoamericana–. Una de las escuelas fundadoras se ha retirado de
mutuo acuerdo, ante la imposibilidad de movilizar los recursos docentes
Notas
1. El Centro Latinoamericano de Investigación (Latin America
Research Center, LARC) de HBS fue uno de los cinco centros de
investigación que se establecieron fuera de Boston desde 1997. El
LARC fue inaugurado en Buenos Aires en agosto de 2000. Tam-
bién está presente en São Paulo, Brasil, y trabaja en otros países de
la región.
2. La Colección SEKN se encuentra disponible a través de Harvard
Business School Publishing (www.hbsp.org).
Butt (familia: Charles C. y Florence) 12, 13, 49, 50, 57, 58, 64, 99,
82, 325 100, 107, 109, 124, 127, 147,
167, 172, 226, 227, 230, 231,
C 236, 240
Centroamérica y Perú 10, 23, 44,
Calero, Claudia 140, 141, 300, 313, 247-272, 343, 347-348,
“calidad total” 54, 119, 122, 148, Centro de Apoyo a colaboraciones
164, 169, 181 intersectoriales (Japón) 25
Cámara de Comercio de Bogotá Centro de Formación profesional
(Colombia) 10, 19, 65, 67, 294- Simón Bolívar (Nicaragua) 146,
319 255-261
Campaña de Marketing de Causas Centro de Gestión Hospitalaria
(CMC) xxxv, 20, 331, 332, 334, (CGH, Colombia) xxxv, 10, 18,
337 40, 44, 58, 127, 135, 150, 154,
Campbell, Geraldine 174 159, 178, 182, 190, 295, 296,
Canadá xxxv, 12 300, 305, 306, 310, 311
Capital de riesgo semilla 263, 265, Centro de Investigación de
266 Tambopata (CIT) xxxv, 52
Carbonell, Silvia 197, 202 Centro de Investigación para
Cáritas (programas sociales de la América Latina (ver LARC, por
Iglesia católica) 20, 53, 67, 182, sus siglas en inglés)
328, 339, 340 Chaves, Jaime Augusto 176
Carr, Juan 34, 46, 47, 62, 63, 68, Chile xxix, 8, 10, 16, 17, 23, 39,
90, 148, 184, 204, 206, 207, 208, 46, 57, 81, 128, 151, 196, 273-
210 289, 344, 346
Carranza, Mónica 202 Christiano Ottoni (OSC
Casa de la Amistad (CdA, México) brasileña) 169
xxxv, 10, 20, 40, 45, 46, 47, 51, Cintra, Irineu de Oliveira 49
52, 54, 58, 63, 65, 89, 90, 91, Círculo virtuoso 126-132, 136,
127, 136, 138, 151, 173, 179, 155, 187, 204, 301, 311, 353
182, 321, 332-341 Ciudadanía corporativa 37
Casado, Tania 244 Ciudadanía Empresaria (Premio,
Castillo, Blanca 36, 46, 66, 67, 70, Argentina) 207
129, 148, 162, 325, 328, 329, Clarín (diario, Argentina) 167
339 “Clasificados solidarios”
CEATS (Centro de (Argentina) 12, 120, 121, 143,
Emprendedorismo Social e 161, 209
Administração em Terceiro Cleves, Alfonso 298
Sector, Brasil) xxix, 364 Coca-Cola 262-266
CEDES (Centro de Estudios de Coca-Cola de Argentina (CCA)
Estado y Sociedad, Argentina) xxxv, 10, 11, 37, 46, 58, 65, 103,
xxix, 10 104, 144, 150, 161, 167, 171,
CENPEC (Centro de Estudos e 174, 205, 210, 241
Pesquisas em Educação e Ação Codner, José 48
Comunitária, Brasil) xxxv, 10,
Cognis (compañía química Confianza 20, 23, 48, 51, 52, 53,
multinacional) 85, 86, 127, 186, 54, 55, 58, 62, 66, 100, 159, 170,
229, 234, 235, 237 177-185, 186, 189, 217, 230,
Colaboración/es (ver también 235, 236, 237-244, 253, 258,
Alianza/s) 273-289, 291, 304, 314, 315-
Barreras, 22, 23, 31, 44, 51, 55, 316, 328, 329, 346, 351, 352,
59, 60, 64, 65, 77, 87, 132, 353, 358, 365, 367, 368, 369
136, 215, 225, 247-272, 315, Consejo Mundial de Empresas para
334, 346, 349, 350, 352, 358, el Desarrollo Sostenible
359 (WBCSD-World Business
Bilaterales y multilaterales 132, Council for Sustainable
345, 363 Development) xxv, xxvii
Comunitarias 59 Conservación Internacional (CI,
Continuo de colaboración Chiapas, México) 87, 127, 140,
4, 5, 8, 115, 119, 126, 160, 185
170, 321, 323, 344, 349, 369 Construcción de puentes 357-361
Filantrópica/s xxvii, 4, 115, 116, “Construyamos sus Sueños”
117, 123, 126, 127 (campaña, México) 20, 136,
Intersectorial/es 5, 23, 31, 32, 182, 321, 335
33, 34, 35, 36, 37, 41, 44, 60, Construyendo con Amor (proyecto
88, 93, 95, 170,122,110, 112, Techo para el Sur- Construyendo
137, 140, 145, 146, 151, 159, con Amor, Costa Rica) 133,
160, 177, 179, 182, 186, 187, 249-254
195, 215, 216, 220, 223, 225, Continuo de colaboración 4, 5, 8,
229, 230, 235, 247-272, 275, 115, 119, 126, 160, 170, 321,
276, 317, 323, 338, 343-355, 323, 344, 349, 369
358, 362, 363, 367 “Coo-petencia” (cooperación +
Relaciones (de colaboración) competencia) 40, 306, 363
xxvii, 3, 23, 78, 83, 209, 210, Coquet, Solange 171, 174
223, 224, 234, 238, 243, 258, “core business” (ver actividad
271, 277, 281, 323-324 principal)
institucionales 181 Corporación Calidad (Colombia)
integrativas xv, 4, 5, 84, 115, 150, 156
118, 126, 127, 350 Corporación de Ayuda al Niño
transaccionales xxvii, 4, 115, Quemado (COANIQUEM,
118, 126, 127, 350 Chile) xxxv, 10, 17, 46, 53, 58,
Colburn, Forrest 247 68, 124, 127, 128, 134, 142, 148,
Colombia xxix, 7, 8, 10, 18, 19, 23, 149, 150, 151, 171, 173, 183,
39, 40, 44, 50, 54, 83, 150, 151, 273-289
156, 291-319, 343-345, 347, Corporación de Crédito al Menor
349, 364 (CCM, Chile) xxxv, 10, 17, 58,
Comesaña, Javier 99, 167, 181 69, 127, 136, 138, 175, 179, 184,
Competitividad xxxi, 107, 231, 261, 273-289
367 Corporación Minuto de Dios (CMD,
Condo, Arturo 247 Colombia) xxxv, 10, 19, 20, 56,
Papalote Museo del Niño (México) 123, 127, 143, 152, 161, 177,
10, 20, 46, 58, 105, 106, 118, 179, 183, 266
127, 167, 176, 178, 186, 337 Ramírez, Julio Sergio 247
Passos, Pedro 43, 85, 160 Ramírez, Sofía 147, 148, 152
Patrocinador/es 18, 171, 178, 286, Rangel, Martha 46, 186
301, 308 Recassen, Elisenda 317
Pérez Pineda, Felipe 247 “Reciclable por Naturaleza”
Perú 8, 10, 14, 23, 44, 100, 247- (programa, México) 21, 38
271, 348 Recursos:
Pesha, Juan 152 Clave 121, 122, 123, 124, 125,
Pitágoras (OSC brasileña) 169 126, 127, 137, 155, 162, 209
Pizza Hut 262-266 Genéricos 121, 122, 123, 126,
Pomez, Philippe 43 127, 155
Pontificia Universidad Católica de Red de Conocimiento sobre
Chile xxix, xxxi, 10, 285 Emprendimientos Sociales (ver
Porter, Michael 35, 116 SEKN) xxvi
Posada Amazonas xxxvi, 16, 70, 75, Red Solidaria (RS, Argentina) xxvii,
86, 123, 127, 144, 152, 161, 177, xxxvi, 10, 11, 12, 34, 46, 47, 62,
250, 266, 269, 348 90, 98, 99, 111, 120, 123, 127,
Pozo, Héctor 48, 69 143, 144, 148, 154, 160, 162,
Prado, Andrea 247 167, 181, 184, 185, 205
“predicar con el ejemplo” (walk Reficco, Ezequiel xxxi, 3, 31, 77,
your talk) 164 115, 159, 343, 357
Premio a la Educación y la “Rendición de cuentas”
Participación 107 (Accountability) 179, 204, 283,
Prickett, Glenn 87 300, 314
Programa Educación y Participación REPRETEL-Representaciones
(Brasil) 225, 227, 230, 231, 240, Televisivas (Costa Rica) xxxvi,
241, 242 10, 15, 40, 41, 48, 67, 68, 81, 82,
Programa de Apadrinamiento de 93, 94, 127, 133, 168, 175, 176,
Escuelas de Nicaragua 259 249-254
Programa de Apoio Comunitário República de Sudáfrica 6
(PROAC, Brasil) xxxvi, 107 Reserva de la Biosfera El Triunfo
Programa Pro-Concejos (Programa 87, 185
Pró-Conselho, Brasil) 49, 117, Reserva Tambopata-
151, 180 Candamo xxxvi, 43, 86, 87, 152
Programa Social Itaú 100, 107, 108, Responsabilidad corporativa xxxiii,
151 224, 237, 241, 242
Proyecto Chiapas 87, 88 Responsabilidad social 6, 12, 13,
“puntocom” 197, 198 42, 74, 81, 84, 85, 86, 87, 94, 97,
98, 100, 104, 105, 108, 140, 144,
R 160
Responsabilidad Social Corporativa
Rainforest Expeditions (empresa de (RSC) xxxvi, 344, 347, 348
ecoturismo, Perú) xxxvi, 10, 16, Retribución emocional (efecto “feel-
43, 46, 52, 58, 60, 61, 66, 86, 87, good”) 118
V Z
Valderrama, Hugo 54 Zamora, Federico 133, 176, 251,
Valor 252
Generación 115, 116, 117, 121, Zárate, Javier 141
122, 125, 126, 128, 132, 140, Zona Reservada Tambopata-
154, 155, 159, 172, 177, 269, Candamo (ZRTC) xxxvi, 16
270, 307-310, 317, 321, 326-