Artritis Reumatoide Del Adulto EMC 2015 PDF
Artritis Reumatoide Del Adulto EMC 2015 PDF
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Plan Introducción
■ Introducción 1 La artritis reumatoide (AR) es la más frecuente de las
■
enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas. Al igual
Epidemiología de la artritis reumatoide 2
que muchas enfermedades autoinmunitarias es multifac-
■ Clínica y diagnóstico de la artritis reumatoide: artritis torial, es decir, involucra factores ambientales, genéticos,
reumatoide incipiente 3 inmunológicos, psicológicos y endocrinos. Los factores
Modos de comienzo 3 genéticos sólo representan el 60% de los factores favorece-
Pruebas complementarias 4 dores de la AR. Esto resalta la importancia de los factores
Diagnóstico de la artritis reumatoide incipiente 6 ambientales, que a su vez explicarían las diferencias de
Diagnóstico diferencial 6 prevalencia de AR según los países. Respecto a la AR se
■ Evolución de la artritis reumatoide 8 han efectuado grandes adelantos en los últimos 10 años,
Evolución general y heterogeneidad de la artritis no sólo fisiopatológicos, sino también diagnósticos y tera-
reumatoide 8 péuticos, lo que condujo a una transformación total del
Manifestaciones articulares en la fase de estado 8 tratamiento y de la evolución de la enfermedad.
Manifestaciones sistémicas y comorbilidades 10 El diagnóstico de la AR puede ser difícil de establecer.
Riesgo infeccioso y artritis reumatoide 13 Se basa en la confrontación entre manifestaciones clí-
Mortalidad y artritis reumatoide 13 nicas y pruebas de laboratorio. El American College of
Pronóstico y factores pronósticos 13 Rheumatology (ACR) y la Liga Europea Contra el Reuma-
■ Conclusión 15 tismo (EULAR) han revisado recientemente los criterios
de clasificación [1] . Desarrollados a partir de cohortes y de
casos de artritis incipientes, pueden ayudar al clínico en estudios, en el sentido de que variarían en función del
el diagnóstico de los casos difíciles. El tratamiento de la tiempo de evolución de la artritis. Estos criterios se adap-
AR ha tenido en los últimos años grandes transformacio- tan poco a la AR incipiente y, por tanto, son relativamente
nes, relacionadas con los adelantos en el conocimiento ineficaces para el diagnóstico precoz de la AR [8] .
de los mecanismos fisiopatológicos que permiten identi- El ACR y la EULAR elaboraron en 2010 nuevos cri-
ficar dianas terapéuticas potenciales, pero también con un terios de clasificación, igualmente desarrollados con un
mejor enfoque diagnóstico y pronóstico. En la actualidad, objetivo diagnóstico [1] . Estos criterios fueron estableci-
es una de las afecciones mejor codificadas en reumatolo- dos sobre la base de cohortes de pacientes afectados
gía, con la difusión de recomendaciones internacionales por artritis incipientes y con una metodología com-
sobre estrategias para el tratamiento de una AR inci- pleja a partir de casos-pacientes con artritis incipientes
piente o establecida [2–6] . Estos progresos han permitido (Fig. 1).
definir objetivos terapéuticos ambiciosos que consisten, La AR está presente en todo el mundo. En algunos estu-
ante todo, en obtener y mantener la remisión clínica. El dios se ha señalado una prevalencia muy elevada, quizá
control de la inflamación que permite dirigirse hacia la debida a que incluían reumatismos inflamatorios transi-
remisión es, en este sentido, la mejor manera de prevenir torios de regresión espontánea tras algunos años y que
las complicaciones principales de la enfermedad: lesiones no eran verdaderas AR. Se observan grandes variaciones
estructurales, discapacidad funcional y complicaciones en la frecuencia de esta enfermedad según los países y las
sistémicas, sobre todo cardiovasculares. Así, el pronós- etnias. Así, en Europa del Norte y en América del Norte,
tico ha mejorado de forma considerable en 15 años. Para la prevalencia es de alrededor del 0,8% de la población
alcanzar estos objetivos, el diagnóstico precoz y la instau- adulta, mientras que en Asia es del 0,3-0,8%. En algu-
ración de un tratamiento eficaz e igualmente precoz son nas etnias sudafricanas la AR es particularmente frecuente
fundamentales. Esto ilustra el concepto de «ventana de (3,3%), pero sólo en medio urbano, y resulta excepcional
oportunidad», bien documentado en los estadios precoces en medio rural. Su prevalencia es particularmente elevada
de esta enfermedad. en algunas poblaciones en las que el índice de consangui-
nidad es considerable: indios chippewa (5,3%), yakima
(6%) y pima (5,3%). En China es infrecuente, tanto en
Epidemiología de la artritis medio rural como urbano. En un estudio francés se señala
una prevalencia del 0,4% [9] . Puede estimarse que la preva-
reumatoide lencia general de la AR varía según los países en el 0,3-0,8%
de la población adulta de ambos sexos.
Los estudios epidemiológicos de la AR son difíciles y La AR puede aparecer a cualquier edad, pero su
producen resultados variables por muchas razones: la AR comienzo se observa sobre todo a los 40-60 años. En esta
es una afección heterogénea, no existe una prueba de labo- franja etaria es cuatro veces más frecuente en la mujer.
ratorio o un estudio radiológico que sean suficientemente Esta diferencia de proporción por sexos se atenúa de forma
sensibles y específicos para afirmar el diagnóstico de AR progresiva después de los 70 años. La AR es 2-3 veces más
en su fase inicial. Los criterios de clasificación han variado frecuente en los padres de las personas afectadas. Su con-
con los años (criterios de la American Rheumatism Asso- cordancia en los gemelos monocigotos es del 15-30%, y
ciation [ARA] de 1958, criterios de Roma, criterios de en los dicigotos, del 5-10%.
Nueva York y criterios del ACR revisados en 1987). Los La incidencia de la AR fue objeto de diversos estudios
criterios del ACR de 1987 eran bastante satisfactorios, ya que, por razones metodológicas, han producido resulta-
que, en su descripción inicial, Arnett et al [7] señalaban dos sumamente variables: 20-140/100.000 [10] . En Estados
una sensibilidad del 93,5% y una especificidad del 89,3%. Unidos se considera usualmente una incidencia de 20-
Sin embargo, estos datos fueron refutados por otros 40/100.000.
Clínica y diagnóstico
de la artritis reumatoide:
artritis reumatoide incipiente
El diagnóstico de la AR debe efectuarse lo más pre- Figura 4. Tenosinovitis del extensor cubital del carpo (flecha).
cozmente posible porque en la fase de comienzo el
tratamiento tiene más posibilidades de ser eficaz [11] , no • Hay otros modos de comienzo posibles pero menos
hay todavía lesiones irreversibles y los tratamientos «de comunes:
fondo» actuales son capaces de limitar la progresión de la ◦ la lesión de las caderas y los hombros (el 5% de los
enfermedad. El diagnóstico es ante todo clínico. En esta casos), después de los 60 años, puede plantear un
fase no existe ninguna deformación y se plantean nume- problema diagnóstico difícil con la seudopoliartritis
rosos problemas diagnósticos. Algunos acontecimientos rizomélica (SPR);
de la vida pueden preceder al comienzo de la AR. En este ◦ una monoartritis (sobre todo muñecas o rodillas)
sentido, aparece con frecuencia como consecuencia de puede preceder a la aparición de una AR en varios
un trauma afectivo o después del parto. Los modos de meses, incluso años. Al principio, en este caso debe
comienzo son variables. descartarse una lesión infecciosa;
◦ manifestaciones articulares inflamatorias intermi-
tentes mono u oligoarticulares. En alrededor del 25%
Modos de comienzo de los casos, el reumatismo palindrómico puede ser
• En la mayoría de los casos (70%) se trata de una oligo un modo de comienzo de una AR. En general se
o poliartritis distal de aparición progresiva que afecta a trata de accesos monoarticulares, muy inflamatorios
las muñecas, una o más articulaciones metacarpofalán- y de evolución espontáneamente regresiva en 24-48
gicas (sobre todo 2.a o 3.a ) o interfalángicas proximales horas, sin secuelas pero recidivantes;
y, en ocasiones, los antepiés. Las articulaciones afecta- ◦ poliartralgias sin signo objetivo persistente durante
das son dolorosas y están parcialmente rígidas. El ritmo varios meses;
de los dolores es característico de un reumatismo infla- ◦ comienzo posterior a un traumatismo: de forma
matorio: nocturnos, despiertan al paciente durante la excepcional, la AR puede aparecer después de un
noche, son máximos al levantarse a la mañana y produ- traumatismo. Para considerar una imputabilidad
cen una rigidez articular que cede con el transcurso de la medicolegal, es necesario que comience en la arti-
mañana. La lesión articular es fija y relativamente simé- culación o las articulaciones traumatizadas;
trica. Al principio, las manifestaciones clínicas objetivas ◦ también de forma excepcional, la AR puede iniciarse
son leves, más evidentes por la mañana que al final con manifestaciones extraarticulares aisladas: vascu-
de la tarde. Las articulaciones pueden estar ligeramente litis, lesión pleuropulmonar, nódulos reumatoideos.
tumefactas y los dedos adoptan un aspecto de «huso» • Manifestaciones tendinosas. En todos los casos debe
muy orientador (Fig. 2). No suele haber lesiones de las buscarse una lesión tendinosa. Al respecto, las tenosi-
interfalángicas distales. Son frecuentes las manifesta- novitis, frecuentes al principio de la AR, tienen un gran
ciones sistémicas: ligera alteración del estado general, valor diagnóstico. Pueden afectar a los tendones exten-
febrícula de 38 ◦ C y, sobre todo, astenia. En algunos sores de los dedos, produciendo una tumefacción que
casos, la lesión articular puede comenzar en las rodillas, se moviliza con los tendones en el dorso de la muñeca
los codos o los hombros. (Fig. 3) y los flexores de los dedos, provocando con fre-
• En alrededor del 20% de los casos, la AR comienza cuencia un síndrome del túnel carpiano, o al tendón del
como una poliartritis aguda febril con gran alteración extensor cubital del carpo, que es una localización parti-
del estado general, que con frecuencia orienta hacia un cularmente orientadora (Fig. 4), o incluso a los peroneos
estado infeccioso. largos.
Cuadro 1.
Estudio biológico y radiológico mínimo de un reumatismo infla-
matorio incipiente sin signo de orientación.
Pruebas de laboratorio
Velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva,
hemograma-plaquetas
Pruebas de función hepática (transaminasas) y renal
(proteinuria)
Factor reumatoideo
Anticuerpos antipéptidos citrulinados
Anticuerpos antinucleares
Radiografías
Manos-muñecas (anteroposterior)
Pies (anteroposterior y oblicuas)
Figura 5. Aspectos histológicos de la sinovitis reumatoidea.
anticuerpos anti-CCP meses o años antes del comienzo
de la AR. Su índice también varía poco con el paso del bajos a causa de su consumo por los complejos inmuni-
tiempo y, en caso de positividad confirmada, no es nece- tarios. Sin embargo, la determinación del complemento
sario repetir la prueba. Al igual que el FR, la búsqueda de sinovial carece de interés clínico.
ACPA debe formar parte del estudio biológico inicial de
un reumatismo inflamatorio periférico incipiente (Cuadro Histología sinovial
1) [2] . La técnica de referencia actual se basa en las prue-
bas de segunda generación (anti-CCP2). Se habla de AR La biopsia de la sinovial es un método simple que se
«positiva» en caso de positividad de los ACPA y/o del FR. practica con anestesia local y un trocar, y con menos fre-
Cabe señalar que los ACPA tienen en la AR un efecto cuencia durante una artroscopia bajo control visual. Es
patogénico relacionado con el tabaco y los genes HLA útil sobre todo en las monoartritis para descartar un origen
DRB1* (cf artículo 14-220-A-15 de la EMC) y que, desde el infeccioso.
punto de vista clínico, evolutivo y patogénico, la AR con La sinovitis es heterogénea entre un paciente y otro, y
ACPA podría ser distinta a la AR «seronegativa». a veces entre dos sitios de un mismo paciente. Las lesio-
nes iniciales son vasculares: el número de vasos sinoviales
Anticuerpos antinucleares aumenta, sus paredes se hipertrofian y en la periferia
La búsqueda de anticuerpos antinucleares (AAN) debe comienza a aparecer un infiltrado linfocítico. De forma
ser sistemática al principio de la AR, sobre todo para paralela, numerosos neutrófilos y macrófagos infiltran
descartar una posible enfermedad lúpica. En la AR se la sinovial. La sinovitis se caracteriza por hipertrofia de
encuentran AAN, con un título por lo general bastante las vellosidades y multiplicación de las franjas sinovia-
bajo, en el 15-30% de los casos. Los anticuerpos antiácido les. Existe una hipertrofia de las células sinoviales, que
desoxirribonucleico (anti-ADN) nativo, característicos de se reparten en varias capas sucesivas. Los nódulos linfoi-
la enfermedad lúpica, son muy infrecuentes en la AR des, con predominio de linfocitos T CD4+ , se organizan
(menos del 5% de los casos con el método de Farr y más en folículos perivasculares. Se trata de linfocitos T de
frecuentes con pruebas ELISA, que son más sensibles aun- memoria activados. Se asocia una inflamación vascular
que menos específicas con títulos bajos). Los anticuerpos con neovascularización y congestión capilar. Aunque el
antiantígenos nucleares solubles (antirribonucleoproteí- conjunto de estas lesiones es orientador de la AR, ninguna
nas [anti-RNP], anti-SSA o anti-SSB) son poco comunes de ellas es totalmente específica (Fig. 5).
en la AR, salvo en caso de síndrome de solapamiento.
Las AR con AAN se acompañan con más frecuencia de Estudio radiológico
manifestaciones extraarticulares (en particular de un sín-
drome de Sjögren). No hay correlación entre la presencia Como mínimo debe solicitarse una radiografía de tórax,
de AAN y la gravedad de los signos articulares. Algunos placas en proyección anteroposterior y tamaño real (reco-
tratamientos de fondo (derivados tiolados, sulfasalazina, mendación de la Haute Autorité de Santé [HAS] francesa)
antifactor de necrosis tumoral [anti-TNF]) pueden inducir de las manos y las muñecas, así como anteroposterior y
la aparición de AAN, la mayoría de las veces sin expresión oblicuas de los pies, en busca de posibles lesiones ero-
clínica. sivas o de un pinzamiento articular [21] . En función de
la lesión articular clínica pueden solicitarse otras radio-
Interés clínico de la genotipificación antígeno grafías. La evaluación radiológica inicial es útil como
leucocítico humano de clase II punto de referencia. En esta fase no se observan, salvo
La AR se asocia a algunos alelos HLA (antígenos leucocí- excepción, modificaciones radiológicas específicas. Éstas
ticos humanos) DRB1*04 y DRB1*01. Los alelos DRB1*04 aparecen más tarde, cuando el pannus ha destruido de
están presentes en alrededor del 60% de los pacientes y del forma progresiva las estructuras articulares. Se busca siem-
20% de los controles, mientras que los alelos DR1 lo están pre una lesión erosiva precoz, sobre todo del extremo
en el 30% de los pacientes y en el 20% de los controles. anterior del 5.◦ metatarsiano, que es muy típica (Fig. 6).
Debido a esta representación muy fuerte en la población
general, la determinación de los genes HLA DRB1* carece Otras técnicas de imagen
de interés para el diagnóstico de la AR pero, como se verá
más adelante, tiene algún valor pronóstico [20] . La ecografía y la resonancia magnética (RM) articulares
se encuentran en pleno desarrollo con vistas a mejorar el
diagnóstico, la evaluación y el seguimiento de la AR. Las
Líquido sinovial dos técnicas serían más precisas que la exploración física
El líquido sinovial es de tipo inflamatorio, rico en célu- para detectar de forma precoz la sinovitis articular y que
las y con una mayoría de neutrófilos. En algunos casos la radiografía simple para detectar las primeras erosiones
predominan los linfocitos. En el líquido sinovial es posi- óseas [22, 23] . Además, la RM precoz podría tener un interés
ble encontrar FR, pero en esta situación sería excepcional pronóstico.
que no estuviera presente también en la sangre. Los índi- El edema articular podría predecir la destrucción arti-
ces de complemento y de algunas de sus fracciones son cular [24] . Sin embargo, para poder recomendarlas en la
• Las poliartritis gonocócicas son clásicas. Deben sospe- en quienes representa el diagnóstico diferencial princi-
charse ante una poliartritis aguda febril, en ocasiones pal de la AR debido a que, en esta población, la AR tiene
con tenosinovitis, en una persona joven. con frecuencia un comienzo rizomélico. La asociación
• La enfermedad de Lyme (infección por Borrelia burg- a mialgias, la ausencia de signos articulares distales, la
dorferi), secundaria a la picadura de garrapata, debe ausencia de un trastorno inmunitario y la mejoría nota-
sospecharse en las zonas de endemia y confirmarse ble de los síntomas por efecto de una corticoterapia a
mediante serodiagnóstico. dosis baja orientan hacia una seudopoliartritis rizomélica,
• La sífilis secundaria, hoy en día excepcional, puede pero a menudo sólo la evolución permite confirmar el
expresarse por una poliartritis subaguda migratoria. diagnóstico.
Poliartritis de origen viral. Poliartritis edematosa del anciano. Se caracteriza
• El líquido sinovial de las artritis virales es linfomonocí- por edema de las manos, a veces de los pies, y buena
tico de forma predominante. respuesta a los corticoides.
• La poliartritis de la hepatitis viral A o B aparece en Reumatismos inflamatorios menos comunes.
el período preictérico. En presencia de una poliartri- Puede tratarse de:
tis aguda, la valoración de las transaminasas debe ser • un reumatismo inflamatorio paraneoplásico en una
sistemática y completada con los estudios serológicos. persona de 50-60 años con alteración del estado gene-
• La infección por el virus de la hepatitis C provoca más ral;
bien poliartralgias inflamatorias que verdaderas artritis, • la enfermedad de Whipple, rara pero engañosa, que
pero debe pensarse en ella por principio. Puede aso- puede manifestarse inicialmente por una poliartritis, y
ciarse un síndrome seco. sólo de manera secundaria por trastornos digestivos y
• Una infección por el virus de la inmunodeficiencia adenopatías;
humana (VIH) debe considerarse en las personas de • la púrpura reumática del adulto, que se expresa sobre
riesgo. Puede producir poliartralgias (incluso hiperálgi- todo por poliartralgias inflamatorias, asociadas o no
cas) o una oligoartritis, a veces con fiebre y mialgia. El a un síndrome doloroso abdominal, púrpura de los
virus linfótropo de células T humanas tipo 1 (HTLV-1), miembros inferiores y proteinuria;
que es otro retrovirus, también puede producir cuadros • los reumatismos intermitentes, entre los cuales se
de poliartritis inflamatoria. encuentra el reumatismo palindrómico, las artritis con
• La rubéola y, más raramente, la parotiditis o la mono- eosinófilos o la enfermedad periódica, pueden ofrecer
nucleosis infecciosa pueden provocar, sobre todo en el un cuadro de mono, oligo o poliartritis, pero la dura-
adulto, una poliartritis de evolución espontáneamente ción de los accesos articulares es breve. Además, el
regresiva. La vacunación antirrubeólica puede compli- reumatismo palindrómico puede evolucionar hacia una
carse igualmente con poliartralgias subagudas. AR auténtica;
• Las infecciones por parvovirus B19 causan a menudo • la sarcoidosis, la enfermedad de Behçet o la amiloidosis
un cuadro de poliartralgias e, incluso, de oligo o poliar- primaria pueden producir un cuadro clínico parecido al
tritis, parecido a la AR. El diagnóstico se confirma de la AR, pero la lesión articular aislada es excepcional.
mediante estudio serológico. Conectivopatías
• En algunas regiones se sospecha una poliartritis aguda
La mayoría de las conectivopatías producen manifesta-
parasitaria, sobre todo por filarias, en particular en pre-
ciones articulares inflamatorias, frecuentemente inaugu-
sencia de eosinofilia.
rales.
Reumatismos postestreptocócicos Enfermedad lúpica. Es uno de los diagnósticos dife-
El reumatismo articular agudo se ha vuelto muy infre- renciales principales de la AR, sobre todo en la mujer
cuente en los países occidentales. Afecta sobre todo al joven. Se trata de un cuadro de poliartralgias o, en ocasio-
niño y provoca un cuadro de poliartralgias febriles, exuda- nes, de oligo o poliartritis. Las manifestaciones articulares
tivas y migratorias y, muy rara vez, poliartritis auténticas. son casi constantes y con frecuencia reveladoras. Es con-
veniente buscar los demás signos de la enfermedad lúpica.
Espondiloartritis La búsqueda de anticuerpos antinucleares debe ser siste-
Las espondiloartritis ocupan el segundo lugar entre los mática ante cualquier reumatismo inflamatorio periférico,
reumatismos inflamatorios, después de la AR, y repre- así como en caso de positividad de anticuerpos anti-ADN
sentan uno de los diagnósticos diferenciales principales. nativo y anticuerpos antiantígeno nuclear extraíble (anti-
Las espondiloartritis (artritis reactiva, espondilitis anqui- ENA) (Cuadro 1) [2] .
lopoyética, reumatismo psoriásico, reumatismo de las Síndrome de Sjögren primario. El síndrome de Sjö-
enfermedades intestinales crónicas, espondiloartritis indi- gren primario es frecuente. Se sospecha en presencia de
ferenciadas) pueden incluir un cuadro de reumatismo xerostomía y/o xeroftalmia, a menudo acompañada por
inflamatorio periférico aislado o asociado a manifestacio- otras manifestaciones del síndrome seco como la seque-
nes de entesopatía y/o de lesión pelvirraquídea. Muchas dad cutánea o genital. El diagnóstico diferencial con la
veces se trata de un cuadro de oligoartritis o, más rara- AR suele ser difícil, puesto que ésta también puede incluir
mente, de una poliartritis que predomina en las grandes un síndrome seco secundario. Las poliartralgias inflama-
articulaciones, en especial de los miembros inferiores, y se torias son comunes, al igual que la positividad del FR y la
distribuye de forma simétrica. La anamnesis, la explora- presencia de AAN. En cambio, un cuadro de poliartritis es
ción física y los antecedentes permiten detectar los demás mucho más infrecuente.
signos sospechosos de espondiloartritis, que conducen Esclerodermia sistémica y conectivopatías mixtas.
a la práctica de radiografías y, si son normales, de una Al principio pueden ofrecer un cuadro clínico de poliar-
RM de las articulaciones sacroilíacas. El contexto fami- tritis parecido a la AR. El síndrome de Raynaud, casi
liar (antecedentes de primer grado de espondiloartritis o constante en estas conectivopatías, y la lesión cutánea
de psoriasis), la presencia de talalgias, de una dactilitis, de orientadora permiten establecer el diagnóstico (escle-
signos orientadores de enfermedad inflamatoria intestinal rodermia seguida de esclerodactilia, incluso de una
crónica, de uveítis y, sobre todo, de una lesión raquídea esclerosis cutánea difusa en la esclerodermia, mialgias
o pélvica con dolores de ritmo inflamatorio y/o rigidez inflamatorias y dedos de aspecto amorcillado en la conec-
deben buscarse de forma sistemática en caso de artritis tivopatía mixta).
reciente inexplicada.
Vasculitis
Otros reumatismos inflamatorios Algunas vasculitis sistémicas, en particular las vasculitis
Seudopoliartritis rizomélica. Es el reumatismo infla- asociadas a los anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos
matorio más común en personas de más de 50 años, (ANCA), pueden manifestarse por poliartralgias e, incluso,
Cuadro 2.
Criterios de respuesta terapéutica en la artritis reumatoide según
la Liga Europea contra el Reumatismo (EULAR) con base en la
DAS 28 (Disease Activity Score) [37] .
DAS 28 el día n Mejora del DAS 28 con relación al día 0
> 1,2 > 0,6 y < 1,2 ≤ 0,6
≤ 3,2 Buen Respondedor No
respondedor moderado respondedor
> 3,2 y ≤ 5,1 Respondedor Respondedor No
moderado moderado respondedor
> 5,1 Respondedor No No
moderado respondedor respondedor
como en lo que se refiere a la discapacidad funcional a [5] Smolen JS, Aletaha D. Treating rheumatoid arthritis to target:
largo plazo. Respecto al grado de discapacidad funcional recommendations of an international task force. Ann Rheum
a medio plazo, evaluada con la escala HAQ, los mejores Dis 2010;69:631–7.
factores predictivos son la puntuación HAQ inicial, los [6] Smolen JS, Landewe R. EULAR recommendations for the
marcadores clínicos o biológicos de la inflamación ini- management of rheumatoid arthritis with synthetic and bio-
cial y, para algunos autores, la positividad del FR o de los logical disease-modifying antirheumatic drugs: 2013 update.
genes HLA DRB1*04 [34] . La presencia de lesiones radio- Ann Rheum Dis 2014;73:492–509.
lógicas iniciales no correlaciona necesariamente con la [7] Arnett FC, Edworthy SM. The American Rheumatism
puntuación HAQ a medio plazo, pero actualmente existen Association 1987 revised criteria for the classification of
algunos argumentos para considerar que la variación de rheumatoid arthritis. Arthritis Rheum 1988;31:315–24.
la puntuación radiológica al comienzo de la enfermedad [8] Saraux A, Berthelot JM. Ability of the American College of
Rheumatology 1987 criteria to predict rheumatoid arthritis in
(sobre todo durante el primer año) podría correlacionar
patients with early arthritis and classification of these patients
con la escala HAQ a 3-5 años.
two years later. Arthritis Rheum 2001;44:2485–91.
[9] Guillemin F, Saraux A. Prevalence of rheumatoid arthritis in
France: 2001. Ann Rheum Dis 2005;64:1427–30.
Conclusión [10] Combe B. Early rheumatoid arthritis: strategies for pre-
vention and management. Best Pract Res Clin Rheumatol
2007;21:27–42.
La AR es la enfermedad autoinmunitaria que se ha bene- [11] Anderson JJ, Wells G. Factors predicting response to treat-
ficiado de los mayores progresos en los últimos años, ya ment in rheumatoid arthritis: the importance of disease
sea en el campo de la fisiopatología, del diagnóstico o de duration. Arthritis Rheum 2000;43:22–9.
los tratamientos. La movilización internacional respecto a [12] Morel J, Combe B. How to predict prognosis in early
esta enfermedad ha permitido mejorar de forma conside- rheumatoid arthritis. Best Pract Res Clin Rheumatol
rable el tratamiento y el pronóstico, hasta el punto de que 2005;19:137–46.
hoy la AR es considerada por algunos como una patología [13] Jonsson T, Thorsteinsson H. Clinical implications of
más benigna: remisiones clínicas más frecuentes, dismi- IgA rheumatoid factor subclasses. Ann Rheum Dis
nución de la discapacidad, menos destrucción articular, 1995;54:578–81.
menos cirugías ortopédicas paliativas y mejor calidad de [14] Girbal E, Sebbag M. Characterisation of the rat oesopha-
vida. El objetivo reciente, aunque admitido por todos, del gus epithelium antigens defined by the so-called ‘antikeratin
tratamiento dirigido a alcanzar la remisión clínica o, en antibodies’, specific for rheumatoid arthritis. Ann Rheum Dis
su defecto, un bajo nivel de actividad ha modificado el 1993;52:749–57.
enfoque de la enfermedad por parte de los propios reu- [15] Schellekens GA, Visser H. The diagnostic properties of rheu-
matólogos. Los principios que acompañan este objetivo, matoid arthritis antibodies recognizing a cyclic citrullinated
como el diagnóstico precoz para instaurar un tratamiento peptide. Arthritis Rheum 2000;43:155–63.
precoz y efectuar un control estricto de éste para adaptar lo [16] Forslind K, Ahlmén M, Eberhardt K, Hafström I, Svensson B,
antes posible la estrategia, ahora se aplican en la práctica BARFOT Study Group. Prediction of radiological outcome
diaria. Las manifestaciones graves, que eran frecuentes en in early rheumatoid arthritis in clinical practice: role of anti-
la década de 1990, aún persisten, pero se han vuelto más bodies to citrullinated peptides (anti-CCP). Ann Rheum Dis
2004;63:1090–5.
infrecuentes. La AR siempre es una enfermedad que dismi-
[17] Kastbom A, Strandberg G. Anti-CCP antibody test pre-
nuye la esperanza de vida, pero la mortalidad relacionada
dicts the disease course during 3 years in early rheumatoid
con ella estaría en descenso, sobre todo por la reducción
arthritis (the Swedish TIRA project). Ann Rheum Dis
de las complicaciones sistémicas. Esta observación toca un 2004;63:1085–9.
punto fundamental, que es la detección y el tratamiento [18] Meyer O, Labarre C. Anticitrullinated protein/peptide anti-
de las comorbilidades asociadas. Al igual que en cualquier body assays in early rheumatoid arthritis for predicting five
enfermedad crónica (diabetes, cardiopatías, insuficiencia year radiographic damage. Ann Rheum Dis 2003;62:120–6.
respiratoria, etc.), esto se considera ahora como un pro- [19] Vencovský J, Machácek S, Sedová L, Kafková J, Gatterová J,
blema mayor. Se ha entrado en el campo de la prevención, Pesáková V, et al. Autoantibodies can be prognostic markers
tanto de la destrucción articular como de la discapaci- of an erosive disease in early rheumatoid arthritis. Ann Rheum
dad, pero también en el de la detección sistemática de los Dis 2003;62:427–30.
pacientes con riesgo de desarrollar comorbilidades cardio- [20] Combe B, Eliaou JF, Daurès JP, Meyer O, Clot J, Sany J.
vasculares, metabólicas, respiratorias, óseas o infecciosas. Prognostic factors in rheumatoid arthritis. Comparative study
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damage. Br J Rheumatol 1995;34:529–34.
Bibliografía [21] Gossec L, Fautrel B. Structural evaluation in the management
of patients with rheumatoid arthritis: development of recom-
mendations for clinical practice based on published evidence
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Rheum Dis 2010;69:1580–8. ultrasonography, conventional radiography and computed
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Département de rhumatologie, Hôpital Lapeyronie, Université Montpellier I, 371, avenue du Doyen-Gaston-Giraud, 34295 Montpellier
cedex 5, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Combe B, Lukas C, Morel J. Artritis reumatoide del adulto:
epidemiología, clínica y diagnóstico. EMC - Aparato locomotor 2015;48(4):1-17 [Artículo E – 14-246].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico