Vicente Fuentes
Vicente Fuentes
Vicente Fuentes
LICENCIATURA EN HISTORIA
VICENTE FUENTES – SECCIÓN 2
07 – SEPTIEMBRE – 2018
1) ¿Por qué podemos decir que el cristianismo constituye una racionalidad que
desarrolla una comprensión de la Historia?
Es así como está racionalización, entendida como ciencia, como epistemología y logos,
postulará que “todo es historia y todo, por ser historia adquiere sentido … el hombre y el
mundo son creados por Dios en el tiempo – y con el tiempo – han de poseer un fin”
(Fernández. 5), fundando en nuevo tiempo lineal netamente cristiano, donde en el inicio
está Dios, al final está Dios “de modo ‘que Dios sea en todo en todos’” (por Fernández.
11). Finalmente, a través de una operación analítica Pablo de Tarso, realizará una
periodización del tiempo en la tradición judía “a partir del ‘ahora’, es decir, sabiendo que
viven entre dos eras” (Fernández. 13), la vieja que va desde la creación hasta la venida de
Cristo luego comenzará la nueva era, a la espera de la redención y el juicio final, de ahí que
la biblia será para el cristianismo “un modelo de arquetipos para interpretar, pesar y
entender la historia” (Fernández. 5).
2) ¿Por qué el concepto de Edad Media es una ‘invención’ y qué rol juegan las
Hermenéuticas vistas en este curso en su comprensión?
La Edad Media constituye al igual que en la pregunta anterior, la separación entre dos
etapas de la vida o el transcurso de la humanidad, es una periodización instaurada desde el
renacimiento que, propone una forma de leer cierto periodo de tiempo, pero también
diferenciar el pasado cercano al pasado lejano, que con el avance del tiempo: ilustración,
romanticismo (que cargará a los mil años de un velo aurífero), cientificismo – positivismo,
configuran una forma de utilitarista y material de determinar periodos y etapas, mientras
que también diferenciar lo nuevo de lo viejo y de lo clásico, cargando subjetiva y de forma
arbitraria a la Edad Media como una época de oscuridad y nulo florecimiento intelectual.
De aquí que se entienda como invención a los diez siglos antes del renacimiento como
media aetas.
Por otro lado el rol que desempeñan las hermenéuticas es de las cargas en tanto valores
morales, por ejemplo a través de Marx se presenta el modelo económico y la base para
determinar la sociedad clases por medio del feudalismo, con Nietzsche se postula una
noción nihilista en cuanto a la voluntad suprimida bajo una visión ascética, entendiéndola
como una época enmarcada en contrastes y contradicciones, en Bajtin se dará sentido a la
producción carnavalesca, de la risa, lo grotesco en cuanto al desempeño de las fiesta
populares Bacanalia (Dios Baco), Lupercalia (Dios Pan) y Saturnalias (Dios Saturno),
cabe destacar que estas fiestas responden a una línea carnavalesca del tiempo lineal de los
gentiles, entendida por el autor como un derroche que representa la base del capitalismo,
mientras que también una sólida categorización de revuelta o sublevación. Por otro lado,
Fouclaut, entenderá el medioevo como una representación del Cosmos a través de las
semejanzas, en cuanto a “que las cosas y el lenguaje aparecen como signo … para realizar
una explicación (de los fenómenos) por comparación” (Fernández. 14), por lo tanto, para
Foucault lo la alegoría tendrá la misión de leer el mundo, en el sentido representacional “lo
que es afuera es como adentro y lo que es adentro es como afuera” (por Fernández. 14). De
otra manera bajo una visión histórica Duby verá al medioevo como la articulación del
universo mental por medio del estudio de contexto, determinando elementos
trascendentales que permiten entender la mentalidad y la razón del hombre medieval en
cuanto a las formas de expresión, las manera que posibilitan la transmisión cultural y las
construcciones del sistema de valores. Otra mirada histórica estará dada por Le Goff, quién
desde el contexto develará “las mentalidades (que) articulan un acceso … a las sociedades
… a partir de la percepción de tiempos … construcción de espacios, estructuras que rigen la
vida de los hombres” (Fernández. 15), finalmente Umberto Eco dará una lectura que
propondrá una visión de la génesis fabulosa, en cuanto a que el “mito y la fábula aparecen
como elementos integradores de la realidad” (Fernández. 15).
De esta manera es que se cargará a los diez siglos, comprendidos como la edad media de
valores, resquemores, distenciones y finalmente estudios que proponen una visión que
ejerce hasta nuestros días potestades en la realidad humana.
Partiremos diciendo que lo central en las ideas del apóstol, es que la historia se ha revelado
a través de Dios en el momento que Jesús encarna al Padre y despliega su venturanza en
sentido histórico, propiciando la salvación fundada en la doctrina de los sacramentos.
Luego se nos presentará la noción epistemológica de la fe y la salvación a través de los
primeros tanteos científicos en cuanto a pensar la historia filtrada por la filosofía, de aquí
que la razón tomando la teología dispondrá los medios para entender racionalmente la fe, la
salvación y el nuevo despliegue temporal.
Esta cronotaxis tiene la particularidad de entenderse como “partir de un inicio –desde dios–
hacia un final –hacia Dios–” (Fernández. 5), tomando así a la biblia como la semilla del
arquetipo para entender, pensar, interpretar la historia. Aunque bien sabemos que historia
existía de antemano, lo que propone el cristianismo es fundar la historia en el mismo
hombre, en cuanto a su destino, ya que “con plena libertad en el proceso cotidiano … (de)
la historia de cada … hombre, al mismo tiempo … se entronca en la historia de todos … en
su conjunto” (Fernández. 6) y también en la de Dios, de ahí la importancia de cristo, y la
redención del pecado original, que está bien entendida como muerte (físico-espiritual).
Es así como el apóstol pensará a la historia desde un todo, o sea abarcando no solo la
particularidad cristiana o romana, si no en sentido universal, de ahí que se entienda la
Apocatástasis. Además, la compresión de la historia tendrá su base en el providencialismo,
y así “Dios y hombre –en su sentido individual y comunidad humana son los protagonistas
del devenir en el tiempo” (Fernández. 9), de aquí que Pablo sea impulsor de entender que
“el hombre es el fin para el cual acontecen los sucesos históricos” (Fernández. 10).
Uno de los planteamientos más interesantes son lo que sientan las bases de la filosofía de la
historia. Los elementos apocalípticos en el pensamiento de Pablo tienen el carácter de
concebir la historia desde una perspectiva del progreso, en cuanto a la tensión que se
determinada por la periodización temporal judía, donde todo se vive a partir de una
sucesión temporal y de sentido.
Para sostener está noción histórica, dirá que el mesías prometido por Yahveh ya vino, por lo
que solo queda esperar el juicio final, de aquí se transformará esta espera y se presentará la
noción de estar viviendo entre dos eras, o sea en un presente, en un ahora. Es así como para
el apóstol “el tiempo presente … implica una dimensión existencial … en tensión entre
pasado … y futuro … como inminente llegada del juicio y la salvación” (Fernández. 15), es
en este sentido que podemos ver como la influencia del pensamiento de Pablo se imbrica en
la moderna concepción de la filosofía de la historia.
Por último, cabe destacar que además de a Eusebio, Agustín también consolidó la civitate
dei, a través de la noción temporal cristiana, entendiéndola en sentido que “el tiempo
empieza con la creación y se consuma con el Juicio Final y la Resurrección” (Fernández.
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