Los Carros Vacíos Francisco García Pavón

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FRANCISCO GARCÍA PAVÓN

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LOS CARROS VACÍOS
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I 'siii tnlii'lón luí siiln i'i\sumiil;i píim hncerla de
Inri I Icvliirn si los t\s!uili¡mies de español.
I .os ií*Kh»,s, niiinjue ,siiiipliíít ailos, eonservnn el estilo y
el espírini ilel orí^inaL
lin amulo al viH ahulario, las jialahras (|ue no tienen una
alia ireineiuia en el lenguaje o t|ue son difíciles de
eomprender dt*nlro del eonlexh) en el c]iie se encuentran,
se explican por medio de dibujos o por definiciones
en lorina de ñolas ¡i píe de pagina, escritas en
español sencillo,
IASV MiAhlMS puede emplearse siempre en centros
dótenles, en el atiloesludio o por el simple placer de leen
i'Asv MlA ' MlMS eKÍslen lamhién en alemán, inglés
francés, ilaliano y ruso.
FRANCISCO GARCÍA PAVÓN
EDICIÓN SIMPLIFICADA PARA
(n. 1919).
USO ESCOLAR Y AUTOESTUDIO
Nació en Tomelloso, pueblo de la provincia de
Esta edición, cuyo vocabulario se ha elegido Ciudad Real, y Tomelloso va a ser el escenario de casi
entre las palabras españolas más usadas (según todos sus libros. Es catedrático de literatura de la
CENTRALA ORDFÓRRÁDET I SPAN- Escuela de arte dramático y se dio a conocer con una
SKAN de Gorosch, Pontoppidan-Sjövall y novela que fue finalista del premio Nadal en 1945,
el VOCABULARIO BÁSICO de Arias, Pa- Cerca de Oviedo. Es un autor muy original tanto en la
llares, Alegre), ha sido resumida y simplificada novela como en el relato y en el ensayo. Ha estudiado
para satisfacer las necesidades de los estudian- y editado a otros autores y ha antologizado a los cuen-
tes de español con unos conocimientos un poco tistas modernos, haciendo un excelente estudio del
avanzados del idioma. género que antologiza. Es una articulista agudo, de un
El vocabulario ha sido seleccionado también finísimo humor, lleno de ternura. Es el creador de la
de los libros de texto escolares "Línea", "Encu- novela policiaca en España, habiendo hecho famoso
entros" y "Puente", comparado con "Camino" a su policía Plinto cuyo verdadero nombre es Manuel
y "Un nivel umbral" del Consejo de Europa.
González y cuyo campo de trabajo es preferentemente
Tomelloso, de donde es el jefe de la Policía Municipal,
y sus alrededores.
Editora: Ulla Malmmose
LOS CARROS VACÍOS es de 1965, y es un relato
EDICIÓN A CARGO DE: breve y una más de las Historias de Plinio (1968) reco-
Berta Pallares, Dinamarca gida en Nuevas historias de Plinio (1971).
En Tomelloso, cuando llega la recogida de los me-
CONSULTORES: lones, se cometen varios asesinatos. Alguien, no se sabe
José Ma. Alegre Peyrón, Dinamarca quién, asesina a los meloneros. La tarea de Plinio es
encontrar al asesino. Con Plinio trabaja don Lotario,
Diseño de cubierta: Mette Plesner su amigo y veterinario del pueblo. En realidad ambos
Ilustración de cubierta: Per Illum investigan toda clase de conflictos humanos. De la
Ilustraciones: Per Illum mano de sus personajes principales, García Pavón pone
delante de nosotros una rica galería de tipos, seres
© 1972 por ASCHEHOUG/ALINEA
humanos vistos por el autor siempre con humor, con
ISBN Dinamarca 87-23-90294-9
amor y comprensión.
www.easyreader.dk
Algunas obras de García Pavón:
Cuentos republicanos, Los liberales. El reinado de Witiza,
Las hermanas coloradas (Premio Nadal 1969), Una semana
de lluvia, Nuevos artículos de costumbrea, El teatro social en
España.

Impreso en Dinamarca por


Sangill Grafisk Produktion, Holme-Olstrup
Aquella noche de agosto, Plinio durmió en el
portal del Ayuntamiento. Durmió tranquilamente
hasta las cinco de la mañana cuando el frío le
despertó.
A aquella hora llegaban a la plaza del mercado
los primeros carros con frutas, verduras y otras cosas
para vender. Se veía a la gente preparando las
mesas y los toldos y poniendo en orden lo que
querían vender.
Plinio conocía aquellos ruidos y se durmió de
nuevo enseguida. A la media hora alguien le to-
caba en el brazo con cuidado. Abrió un ojo y
vio junto a sí al guardia Justo Maleza.
Jefe, jefe...
¿Qué pasa?
Ahí está el casillero con otro . . .
Plinio se levantó. Sabía, por desgracia, lo que
querían decir aquellas palabras. Sin responder
palabra se puso la guerrera, la gorra de plato y cogió
el sable y el revólver. Hecho esto dirigió sus pasos
hacia la puerta. Junto a un carro estaba, como siem-
pre, Serafín el casillero. Era pequeño y delgado.
portal, Ayuntamiento, plaza, carro, fruta, verdura, toldo ver ilustración en
página 6.
casillero, hombre que guarda un lugar por donde pasa el tren y que vive
en la casilla, casa pequeña que está a un lado de la vía.
guerrera, gorra de plato, sable, revólver, ver ilustración en página 7.
Buenos días, Serafín - le dijo Plinio mirando
al carro. Se acercó un poco más y vio, en el carro,
mal cubierto, un cuerpo. Vio que el cadáver era
v\ de un hombre ni muy viejo ni muy joven.
Estaba en el suelo del carro, boca abajo como si
lo hubieran echado allí desde un lugar más alto.
Plinio le levantó un poco la cara.
Este es un Tostao ¿no? - dijo hablando con
Maleza.
Maleza miró al muerto.
Sí, jefe.
Sí, es Severo el Tostao — aclaró el casillero.
Plinio mandó a Maleza a llamar a los del
gorra de plato

humo

cigarrillo guerrera

revólver

cadáver, cuerpo muerto.


Juzgado y mandó que quitasen de allí el carro ¿Tú no te has quedado a vigilar alguna noche
para que la gente no mirara. Luego invitó al como te dijimos?
casillero a entrar en su despacho. Sí señor, el año pasado sí lo hacía. Este n o . . .
Plinio se sentó en el sillón y dejó de pie a Sera- Yo tampoco estoy seguro.
fín. Antes de preguntarle nada comenzó a liar - Tú no tienes dinero.
un cigarrillo. - Pero tengo ojos.
- Ya hemos empezado este año - dijo Plinio. - Siéntate. Tienes que esperar a que venga el
- Sí. Eso parece. juez.
- El año pasado dos muertos y ahora nada más - Sí señor.
empezar la cosecha de los melones, otro - siguió Serafín se quedó mirando hacia la ventana
Plinio. ¿Cómo ha sido? que daba a la plaza llena de sol. Plinio salió a la
puerta del Ayuntamiento y se detuvo allí.
Aquellos crímenes de las «Cuestas del Hermano
Diego» le iban a quitar la vida. Llegó Maleza
melón
de llamar al juez y se quedó junto a Plinio sin
- Como siempre. Cuando me levanté para dar decir nada. A aquella hora la plaza del mercado
paso al tren de las dos de la mañana vi el carro estaba ya llena de gente. La gente con cestas en
parado en la mitad del camino. Miré lo que iba la mano miraba las frutas y las verduras. Se oían
en él y cuando acabé con lo que tenía que hacer voces en la alegría de la mañana.
vine a traerlo aquí. - Voy a desayunar al café de Rocío - dijo Plinio.
- ¿Tú no oíste nada? Cuando venga el juez me llamas. Manda a uno
- No señor. Me fui a la cama a las nueve y me a dar la noticia a la familia del Tostao.
dormí enseguida. - Sí jefe.

vigilar, mirar con cuidado.


Juzgado, lugar donde está el juez, persona que hace justicia. juez ver nota en página 8.
despacho, lugar donde se trabaja para poner en orden los asuntos. crimen, aquí: matar a una persona.
liar, aquí: hacer. cuesta, lugar más alto que el suelo.
cigarrillo, ver ilustración en página 7. cesta, ver ilustración en página 6.
cosecha, aquí: tiempo en que se recogen los melones, cosechar, recoger. desayunar, tomar el desayuno, lo primero que se toma cada día.
Plinio se fue a desayunar al café de Rocío. día Municipal de Tomelloso estaba en esta situa-
Como siempre, había poca gente. Cuando Rocío ción : tres muertos y sin saber quién era el asesino.
vio entrar a Plinio le sirvió un café. Ya había mucha gente en la puerta de la po-
- ¡Vaya día que va a tener hoy, jefe! - dijo s;i(la. El médico miró el cadáver, le levantó la
Rocío. camisa y dijo:
Plinio no contestó. - Un solo navajazo en el lado del corazón, como
- ¿Vino ya don Lotario? preguntó Plinio. siempre.
- ¿Qué hora es? — preguntó Rocío. Plinio se acercó a mirar. Era verdad, un solo
- Las seis y media — contestó una mujer que navajazo, ancho y profundo. . .como siempre.
acababa de entrar. Llegaron la mujer y la hija del Tostao, corrien-
- Entonces va a llegar enseguida — dijo Rocío. do. Las dos lloraban a grandes voces. La gente
Don Lotario entraba en aquel momento y las dejó pasar, mirándolas con pena, y ellas se
miró a Plinio que no dijo nada. Don Lotario era abrazaron al cadáver. Algunas mujeres lloraban.
amigo de Plinio y era el veterinario del pueblo. El juez se retiró. El médico dijo:
Plinio pagó su desayuno y salió después de - A media tarde le haré la autopsia.
decir adiós. Don Lotario salió tras él. Se llevaron el cadáver, pero la hija del muerto
- ¡Que haya suerte! - dijo Rocío riendo. le dijo a Plinio:
Ya en la calle dijo don Lotario: ¿Pero es que no hay justicia en este pueblo?
- ¿Pero otro crimen, Manuel? Plinio no supo dónde mirar y dándose la vuelta
- Otro - dijo Plinio.
Siguieron andando sin decir palabra. En la
plaza se separaron los dos amigos y Plinio se fue navaja

a la Posada donde habían llevado al muerto. Allí


Guardia municipal, persona que pertenece al Ayuntamiento y cuida del
estaban ya el médico y el juez. orden público. También todos los guardias de un Ayuntamiento.
Tomelloso, ver mapa en página 4.
Por primera vez desde que era jefe de la Guar- asesino, el que mata a una persona.
navajazo, golpe dado con la navaja.
veterinario, persona cuyo trabajo es poner buenos a los animales que no abrazar, tocar con los brazos cuando se quiere a alguien.
lo están. retirarse, irse, marcharse.
posada, casa donde viven los que van de viaje. autopsia, estudio de un cadáver para ver de qué ha muerto.

10 I I
pasó por entre la gente, que, le pareció a él, lo
miraba con expresión hostil.
Plinio se fue a buscar a don Lotario.
— Creí que no llegabas nunca — dijo el veterina-
rio. Los dos amigos subieron al coche de don
Lotario. Pero Plinio seguía pensando sin respon-
der una palabra.
— ¿En qué piensas, Manuel?
— Un solo navajazo, don Lotario, como siem-
pre.
— ¿Ancho?
— Ancho.
— ¿Como hecho con navaja de melonero?
Plinio miró al veterinario.
Preguntas — De melonero. . .eso es, navaja de melonero.
Navaja ancha de melonero.
1. Describa la plaza del mercado. Don Lotario preguntó al jefe:
2. Hable de las personas que ha encontrado en — ¿Piensas que puede ser un melonero, Manuel?
este capítulo.
Plinio, mirando al suelo dijo:
3. ¿Quién es Plinio? ¿Quién es don Lotario? — Muy bien podría ser un melonero.
4. ¿Cómo está vestido Plinio? — Nada más natural que sea un melonero quien
5. ¿Qué noticia le da Maleza a Plinio? mata a los meloneros.
6. ¿Cuántos crímenes ha habido? — Sí señor, un melonero o uno que sabe mucho
7. ¿Como ha muerto el Tostao? de meloneros. ¿Qué le parece si, antes de empe-
8. Hable de la impresión que le ha causado el zar el viaje, el viaje a las Cuestas, les pasamos
pueblo y la gente. revista a los meloneros del mercado? No iremos
melonero, hombre que vende o tiene melones.
hostil, enemiga.
pasar revista, aquí: observar uno por uno.

12
juntos sino cada uno por su lado pues más ven Plinio y don Lotario se escondieron detrás de
cuatro ojos que dos. unos carros, y don Lotario dijo:
- Bueno. Yo voy primero. Mira, era este . . . pero ahora está despa-
Los dos amigos se separaron. chando.
Los meloneros junto a sus puestos de melones y Plinio miró al melonero. Era el Chinitas, un
sandías gritaban: hombre bajo y gordo.
Plinio miró al carro y a la navaja del melonero
y por fin le dijo a don Lotario:
Vamonos don Lotario, que el calor va siendo
Tuerte.
Volvieron los dos amigos hacia el coche. Cuan-
do pasaban ante el cementerio, camino de Argama-
- ¡Al buen melón! ¡Vaya melones! ¡Vaya me- sllla, vieron el carro del Tostao. La mujer y la
lón que te llevas! hija del muerto, seguidas de otras cuantas mujeres,
Plinio con su paso lento de siempre los iba mi- iban camino del cementerio. En el carro iba el
cadáver.
rando a todos y a cada uno. Cuando había andado
Plinio y don Lotario siguieron su camino hacia
algunos pasos se encontró con don Lotario que
las Cuestas del Hermano Diego. Llegaron cerca
le dijo:
y se bajaron del coche.
- ¿Has visto algo especial, Manuel?
- N o . ¿Y usted? En las Cuestas la tierra es seca, llena de pie-
- Y o sí. Lo nunca visto: un melonero dur- dras, estéril.
miendo. El cielo era muy azul. Lleno del sol de agosto.
- ¿Un melonero durmiendo? - preguntó Pli- I lacia calor.
nio. ¿Cuál? Don Lotario, que iba delante, le dijo a Plinio:
- Sigueme. Mira, Manuel.
despachar, aquí: vender (melones).
puesto, lugar donde los meloneros se ponen con sus melones, en la mesa cementerio, lugar donde están los muertos.
o en el suelo, ver ilustración en página 6. Argamasilla, ver mapa en página 4.
lento, que no es rápido. estéril, que no produce nada.
Se veían las señales de las ruedas de un carro. ¿Pero cómo sabe el criminal la noche en que
Miraron con cuidado y vieron que las señales va a pasar por aquí un melonero?
eran dobles, como de ida y de vuelta. ¡Hombre! — dijo don Lotario —, eso entre
- Se ve bien claro — dijo el veterinario — que meloneros no debe ser difícil. Pero lo que no me
el criminal esconde aquí su carro para esperar a explico, Manuel, es que siempre les da el nava-
la víctima. Cuando ha terminado lo saca y se va. jazo en la misma forma, y casi en el mismo sitio.
- Eso es lo que dice Serafín — dijo Plinio. Lo más natural es que el melonero vaya dentro
- ¿Es que no crees que el criminal viene en del carro o andando junto a sus mulas, con los
carro . . . acaso de Tomelloso? - dijo el veteri- ojos bien abiertos.
nario. Ya he pensado en eso durante el camino.
- No digo ni que sí ni que no. Vamos a suponer que usted es el melonero que
- Esconde aquí el carro mientras llega la vícti- pasa por el camino al lado de su carro.
ma. Y mientras tanto él espera. Si no ¿para qué Vamos a verlo - dijo don Lotario yendo hacia
va a sacar el carro del camino y meterlo en las d camino y empezando a andar camino de To-
Cuestas? melloso con una mano levantada como si llevase
- Puede ser. . . agarrada a una mula.
- Siempre, después de cada crimen, hemos visto Plinio al pasar don Lotario junto a él, bajó de
las mismas señales. las Cuestas y le dijo:
Por fin dijo Plinio: A las buenas noches, don Lotario. ¿Me quiere
- Según usted, ¿el criminal viene de Tomelloso dar un poco de lumbre para este cigarrillo?
en su carro, para que nadie lo vea se aparta del Sí, hombre.
camino, escondiéndose entre las Cuestas; espera Don Lotario sacó el mechero y dio lumbre a
al melonero, lo mata, saca su carro de entre las Plinio.
Cuestas y vuelve a Tomelloso? Que Dios se lo pague.
- Eso es. La víctima es un melonero que vuelve No hay de qué.
ya sin melones y solo.
mula, animal hijo de caballo.
señal, marca que deja algo (aquí la rueda), huella. lumbre, fuego.
rueda, ver ilustración en página 6. mechero, ver ilustración en página 18.

16 Los carros vacíos *• /


el criminal saca su carro del escondite en dirección
contraria, hacia Manzanares, y al cruzarse con el
otro, como es corriente entre carreros, para y se
mechero queda un rato hablando con la víctima, . . .
o le pide lumbre, o lo que sea. Al despedirse es
cuando lo mata. . . Todo esto si el criminal viene
en carro.
- Ahora usted sigue andando — le dijo Plinio al Don Lotario al oír el final se quedó mirando a
veterinario. Plinio con mucha pena. Los dos amigos se sen-
- Muy bien. . . taron en el coche para liar un cigarillo. Lo liaron
- Y ahora . . . en silencio. Plinio le dijo a don Lotario:
Plinio dio unos pasos hacia don Lotario e hizo - Vamos a ver si puedo explicarle lo que
ademán de darle un golpe por la espalda. pienso. Sospecho que el criminal no viene en carro.
- Muy bien, Manuel — exclamó don Lotario. Si viniera en carro, con su carro y con su mula,
- No puede ser así - dijo Plinio. no veo claro por qué esconde el carro y luego lo
-¿No? saca. No, no lo veo claro. Sólo veo claro que hay
-No. un criminal muy listo y unas señales de rueda de
- ¿Porqué? carro que salen y vuelven a las Cuestas, pero nada
- Porque ningún carrero se fia de quien pueda más. Pienso que el criminal es un tipo que lo tiene
salir de noche por estas Cuestas a pedir lumbre y todo muy bien estudiado. . .
menos después del primer crimen ocurrido aquí. - ¡Y tan estudiado! Tanto que nunca ha fallado.
- Tienes muchísima razón, Manuel. ¿En- - Ya fallará.
tonces?
- Entonces . . . hace lo que es natural hacer en escondite, lugar donde se esconde algo o alguien.
un camino. Cuando ve venir al que va a matar, Manzanares, ver mapa en página 4.
cruzarse encontrarse en un lugar los que van en direcciones contrarias.
sospechar, aquí: pensar.
ademán, hacer los movimientos para hacer alguna cosa pero sin hacerla. listo, que sabe y puede hacer bien las cosas.
carrero, hombre que conduce un carro. tipo, hombre.
fiarse de, confiar en. fallar, aquí: equivocarse.

18
- A lo mejor cuando no queden ya meloneros Sí, pero hay algo que no entiendo: esas cami-
en Tomelloso. natas que tiene que darse el criminal.
- ¿Y qué quiere usted que haga yo? Puede venir en el tren.
- Ten calma, Manuel, tienes razón . . . Pero ¿Y bajarse del tren en marcha? No lo creo.
¿no has pensado de qué pueden ser esas huellas? Me parece mejor lo de venir andando que en
- Sí . . . pero no estoy muy seguro . . . carro.
- Dime. - ¿Y por aquí no vive nadie?
- Veamos: el criminal, que muy bien puede - Nadie más que el casillero.
llegar andando junto a la víctima, ir hablando ¿Qué te parece si investigáramos quiénes tienen
con ella, mata al melonero cuando se le presenta los melonares por aquí cerca?
la primera ocasión. Luego lo echa en el carro. - Me parece muy bien.
El también se monta en el carro. Ya en el carro Subieron al coche y cuando el coche arran-
le quita la cartera. Después esconde el carro entre caba, vieron cómo un tren, que pasaba al otro
lado de las Cuestas, detenía su marcha.
- Vaya usted despacio - le dijo Plinio al vete-
rinario. Y con la cabeza vuelta miraba hacia la
casilla de Serafín. Enseguida apareció Serafín el
cartera casillero. Llegó hasta su casilla.
Cuando iba a abrir la puerta vio el coche que
se alejaba.
las Cuestas (huellas de la entrada), para así tener - ¿Es Serafín? — preguntó el veterinario.
tiempo de huir. Pasado el tiempo, las muías se van -Sí.
solas hacia Tomelloso... o bien Serafín en- - Pronto lo ha dejado el juez.
cuentra el carro aquí mismo, junto a su casilla El sol quemaba, el viento era caliente, quema-
(huellas de la salida).
caminata, paseo largo hecho a pie.
- Todo eso es muy posible. en marcha, cuando el tren está en movimiento.
investigar, hacer trabajos para llegar a saber una cosa.
huir, marcharse antes de que lo vea alguien. melonar, lugar donde nacen los melones.
casilla, ver nota en página 5. arrancar, aquí: ponerse en movimiento.

2O 21
ba también. Cuando los dos amigos llegaron a
Tomelloso eran las dos de la tarde.
En el despacho de Plinio estaba la lista de los
meloneros. Plinio llamó a los hombres de su Cuando Plinio se iba a su casa le avisaron de
confianza. A cada uno le dio un número de melo- parte del señor alcalde. Plinio subió la escalera.
neros para que averiguase: qué clase de personas En el despacho del alcalde estaba también el
eran, quiénes llevaban a vender sus melones juez. Los dos estaban serios.
fuera de Tomelloso y quiénes los vendían en To- ¿Qué sabe usted del crimen del Tostao? - le
melloso. También debían averiguar quiénes te- preguntó el alcalde.
nían los melonares cerca de las Cuestas del Her- Plinio dijo en pocas palabras cuáles eran sus
mano Diego. ideas sobre el crimen.
Manuel, el pueblo está alarmado. Estamos
ante el tercer crimen y no sabemos lo que puede
Preguntas pasar en los días que vienen. Creo que debemos
avisar a la policía de Ciudad Real.
1- ¿Qué hacen Plinio y don Lotario antes de ir Hagan lo que quieran, pero ya saben que en
a las Cuestas? rsto poco pueden hacer los de la policía . . . Ade-
2. ¿Qué piensa don Lotario cuando ve a un más hay solamente tres policías para Ciudad Real
melonero dormido? y sus pueblos. Pero hagan lo que quieran.
3. ¿Cómo piensan los dos amigos que se ha hecho Don Lotario esperaba a Plinio a la puerta del
el crimen? Ayuntamiento.
4. Comente las ideas de los dos amigos acerca de ¿Que dice el alcalde, Manuel?
los crímenes? - Nada, que van a llamar a la policía de Ciudad
5. ¿Qué tienen que averiguar los hombres de
confianza de Plinio?
alcalde, el jefe (= presidente) del Ayuntamiento en cada pueblo.
escalera, ver ilustración en página 24.
lista, aquí: los nombres de los meloneros puestos uno debajo de otro. alarmado, no tranquilo.
hombres de confianza, en los que se confia. policía, cuerpo cuyo trabajo es cuidar el orden público.
averiguar, trabajar para saber algo. Ciudad Real, ver mapa en página 4.

22
Real . . . A media tarde iré a ver lo que ha resul- cubo de agua del pozo, se lavó, lió un cigarrillo y
tado de la autopsia. salió a la calle.
- Iremos. Don Lotario ya lo esperaba junto al coche.
- Claro, iremos. Subió a él Plinio. El coche arrancó hacia el ce-
Plinio llegó a casa. Comió poco. El calor le menterio. Era el tiempo de la trilla. La sombra de
había quitado las ganas de comer. Cuando su hija las casas y de los árboles se veía en el suelo lleno
le sirvió para postre una sandía dijo: de sol. El cielo era azul.
- No quiero postre. En el portal del cementerio estaba sentada en
Durmió la siesta hasta las cinco. Luego sacó un el suelo toda la familia del Tostao. Estaba la
madre del muerto que tenía más de ochenta años.
- Pase usted a ver - le dijo Plinio a don Lotario.
La madre del Tostao mandó llamar a Plinio.
La anciana rezaba el rosario de cuentas negras que
pasaba por entre sus dedos.
Cuando Plinio llegó a donde ella estaba le

escalera

pozo cubo

resultado, efecto de un hecho. Aquí: participio de resultar.


postre, fruta u otra cosa que se sirve al final de una comida. anciano, persona muy vieja.
siesta, sueño o descanso que se hace después de comer. rosario, cuentas, ver ilustración en página 26.
mula de la derecha. Cuando el guardia se paró
frente a la puerta del Ayuntamiento, Plinio pudo
ver el brazo de un hombre. El brazo colgaba del
carro. Se veía también parte de la cabeza del
rosario muerto.
Las gentes que venían detrás del carro grita-
dijo: «Plinio, hijo mío, que Dios te ayude y pue- ban:
das saber quién ha matado a mi hijo.» — ¡Queremos justicia!
Plinio le pasó la mano por la cabeza. — Eso, queremos justicia.
Llegó don Lotario y dijo: Llegaban corriendo gentes de todas partes.
- El muerto tiene golpes en la cabeza y en la — ¡Que salga el alcalde! — gritó una voz.
espalda. — ¡Que salga, eso es, que salga! - gritaron mu-
- Ya - dijo Plinio. chas voces.
Los dos amigos pasaron la tarde hablando sobre El alcalde salió a la ventana del Ayuntamiento
lo que sabían de los meloneros. Era lo siguiente: y pidió a todos que callaran. Cuando la gente se
eran 62 los meloneros que iban siempre a la plaza. hubo callado, dijo:
De ellos, 8 tenían los melonares cerca de las — «Ciudadanos de Tomelloso, ¡hijos míos!,
Cuestas. De estos 8, tres eran gente sospechosa. ¡hermanos míos! . . . Gracias al rey Alfonso XIII
Plinio y don Lotario los vigiliarían. y a su general don Miguel Primo de Rivera hay
Hacia las once de la mañana siguiente, cansa- justicia en España. ¡Hijos míos! ¿creéis que no
dos de vigilar a sus meloneros, los dos amigos se vamos a hacer justicia? Pero, decidme, herma-
fueron al Ayuntamiento. nos, ¿contra quién? Yo os pido ayuda para que
A las doce y media se oyeron voces en la plaza. en la tierra del caballero de la justicia don
Por la calle de la Feria llegaba a la plaza en
ese momento un carro tirado por dos mulas. De-
colgar, poner algo de manera que no llegue al suelo.
trás iba mucha gente. Un guardia traía cogida la ciudadano, el habitante de una ciudad o pueblo.
Alfonso XIII, rey de España (1886-1941).
general, hombre importante o principal en el ejército.
sospechosa, persona en la que no se confía. M. Primo de Rivera, general español, trabajó en la política (1870-1930).

27
Quijote no quede un crimen sin que se haga En las Cuestas no hay huellas de carro como
justicia contra el criminal . . . Id tranquilos a antes.
casa.» No las hay - contestó el veterinario.
La gente se marchó hablando. Algunos vende- El carro llegó al pueblo casi a medio día.
dores volvieron a sus mesas y a sus toldos de la Y a esas horas, Manuel, ¿cómo es posible que
plaza. nadie viera el carro por el camino?
Plinio salió y se puso a mirar el carro. Este crimen no es como los otros.
- Le han dado cinco puñaladas - dijo el médico—, No.
ninguna en el corazón. Creo que este crimen último lo ha cometido
Plinio, sin decir nada, se dio la vuelta y llorando mía persona distinta de la que cometió los otros.
marchó para su casa. ¿Tú crees?
A las seis de la tarde, de vuelta de otro viaje Estoy casi seguro. El que ha cometido los
a las Cuestas, Plinio y don Lotario estaban sen- otros crímenes es un tipo que hace las cosas con
tados en un café en Argamasilla de Alba. Al casi- cuidado, en silencio. El otro es un tipo sin oficio
llero no lo encontraron en su lugar de trabajo y y sin nada.
se fueron a Argamasilla. ¿Por eso se ha llevado la cartera, el reloj y la
Plinio dijo: bota?
- Muerto número cuatro. Sí. Y este hombre - siguió Plinio - esta noche
- Sí señor, número cuatro; ¿a dónde llegare-
mos, Manuel?
- Muerto número cuatro y no con una puña-
lada en la espalda, como los otros, sino con cinco,
de ellas sólo dos en la espalda.
- Le han quitado la cartera, el reloj y la bota
de vino.
reloj bota puñal

Quijote, personaje del libro de Cervantes (1547-1616) figura mayor


de las letras españolas. cometer, hacer.
puñalada, golpe dado con un puñal. oficio, trabajo especial.

28
irá a gastar el dinero en vino. Seguro, don Lota-
rio. . .
- ¡Qué grande eres Manuel! - dijo el veterina- Después de cenar, a las diez y media, Plinio
rio dándole un golpecito al jefe en la espalda. reunió en su despacho a todos los guardias y a los
Plinio le dijo a su amigo: hombres de su confianza y les dio la siguiente
- Vamos, que esta noche tendremos mucho que orden: «Esta noche un hombre pobre, que nunca
hacer. tiene trabajo ni dinero, irá a algún prostíbulo o a
El camino de Argamasilla a Tomelloso lo alguna taberna a beber. Quien encuentre a un
hicieron muy contentos. hombre con estas características que me lo diga.
Cuando llegaron a Tomelloso cada uno se fue Don Lotario y yo estaremos en el Ayuntamien-
a cenar a su casa. to, junto al teléfono».
Cuando los hombres se fueron don Lotario y
Plinio salieron a tomar un café. En el bar en-
Preguntas contraron a don Antonio, el médico.
1. ¿Por qué están serios el juez y el alcalde? Plinio lo llamó aparte.
2. ¿Por qué quieren avisar a la policía de - Don Antonio, perdone una pregunta.
Ciudad Real? - Diga usted, Manuel.
3. ¿Por qué daba voces la gente que estaba en - La navaja con que apuñalaron al de hoy
la plaza? ¿es tan ancha como la que emplean otras veces?
4. ¿Qué pide la gente? ¿Cuál es la situación de - Estas puñaladas están muy mal dadas. Estoy
esta gente? casi seguro de que se ha empleado una navaja
5. ¿Por qué piensa Plinio que el asesino del más corta y más estrecha.
muerto número cuatro es distinto del asesino - ¿Otra navaja?
de los tres anteriores? Explique las diferen- -Sí.
cias.
orden, lo que manda hacer el jefe.
gastar, emplear. prostíbulo, casa donde se bebe y hay mujeres públicas.
grande, aquí: importante, listo. taberna, casa donde se reúne la gente para beber.
cenar, comer la cena, última comida del día. características, aquí: señas.
- ¿Tenía el muerto golpes de otra clase? prostíbulo. Se acercaron a la puerta con mucho
-No. cuidado. Dentro se oía hablar. Por la ventana se
- Nada más. Muchas gracias, don Antonio. veía la luz de un candil. Plinio se acercó más y llamó
Cuando Plinio llegó al Ayuntamiento esperó a la puerta. Los que estaban dentro se callaron.
más de una hora sin que nadie le llamara por Carmen abrió la, ventana y dijo:
teléfono. Fumaba un cigarro detrás de otro y a veces - ¿Quién llama?
miraba el periódico. Plinio sin decir nada dirigió la linterna a la cara
Llegó don Lotario y en ese momento sonó el de quien preguntaba:
teléfono: - Abre, Carmen, que tomemos una copa con
- ¿Dime? . . . Sí . . . sí . . . ¿Cómo? . . . El vosotros.
Chavico . . . Sí . . . que . . . que no se vaya . . . Mientras abrían, preguntó don Lotario a Pli-
Que le den más vino . . . ¿Está claro? . . . Que nio:
no se vaya . . . Yo iré dentro de una media hora
. . . Oye, dile a Carmen que se ponga al teléfono.
Espero.
- Oye, Carmen . . . ahí está uno que llaman
Chavico. Que no se vaya . . . dale más vino . . .
haz lo que sea, pero que no se vaya. En ti confío
. . . Tú sabes hacer estas cosas. Plinio dejó el
teléfono y le dijo a don Lotario:
- El Chavico está borracho gastando dinero
como un loco en la taberna de Carmen. Vamos.
¿Conoce usted a ese hombre?
- ¿Al Chavico? Sí, hombre.
Salieron. Plinio y don Lotario fueron a casa de
linterna
Carmen. La casa de Carmen era taberna y
fumar, aspirar el humo del cigarillo (ver ilustración en página 7).
borracho, estado a que se llega cuando se bebe mucho vino.
candil, copa, ver ilustración en página 34.

3 Los carros vacíos 33


candil
- Sí señor, con mucho gusto.
- Es bueno este vino - dijo Plinio.
- Beba usted otra, don Lotario — dijo Carmen.
Plinio metió la mano en el bolsillo de la cha-
queta del Chavico y sacó un reloj.
- ¿De quién es este reloj, Chavico?
- Mío . . .
- ¿Tuyo? Pero ¿tú has tenido reloj alguna vez?
- Sí señor.
- Pues claro que ha tenido - dijo Carmen.
Luego sacó de otro bolsillo una cartera y de
chaqueta ella cuatro billetes de veinticinco pesetas.
pata copa
cocina De la cartera salieron también unas monedas de
- ¿No tiene esta casa otra puerta? plata. Cuando acabó de sacar cosas de la cha-
- No señor - respondió Plinio. queta se levantó y empezó a mirar por las habi-
Abrieron por fin la puerta y los dos amigos taciones.
entraron. La cocina estaba llena del humo de los - Déme usted la linterna, don Lotario . . . Y
cigarrillos. Olía a vino y a comida. Carmen era siga usted bebiendo con esta gente mientras yo
una mujer de cuarenta años, era la única que miro un poco a ver lo que hay por aquí.
estaba tranquila y fue la primera en hablar: Plinio entró en la habitación de Carmen y
- Buenas noches tengan ustedes.
- ¿Nos podemos sentar a beber unas copas?
- Sí señor. Aquí tienen sillas.
Plinio se sentó en una silla en la que estaba la
chaqueta del Chavico. Era una chaqueta muy
vieja. Don Lotario se sentó en una silla a la que
monedas
le faltaba una pata.
billete
- Ponnos una copa, Carmen.

34 35
pronto salió de ella llevando en la mano una de ir al Ayuntamiento pasaron por la casa del
bota de vino vacía. último melonero muerto al que llamaban el Ca-
El Chavico no sabía qué hacer. Carmen dijo: labaíno. La puerta de la casa estaba abierta.
- Él no ha matado a cuatro meloneros. -¿Quién hay por aquí? - gritó Plinio.
- Tú cállate - dijo Plinio. Así que tú has matado Un muchacho de unos doce años, vestido de
a cuatro meloneros ¿eh Chavico? luto salió a la puerta.
- Yo no he matado a cuatro meloneros — res- ¿Está tu madre?
pondió el Chavico. El muchacho se fue sin decir nada. Al poco
- Entonces ¿a cuántos? tato apareció la madre y otra mujer. Eran la
- A ninguno. mujer y la hermana del muerto.
- Mira Chavico . . . ¿a cuántos? Plinio les dio los buenos días y les mostró la
Chavico miró a Plinio con mucho miedo. bota que llevaba en la mano.
- Habla — le dijo Plinio. ¿A cuántos? - ¿Es ésta?
- Sólo a éste. . . Las dos mujeres miraron con los ojos muy
Y lo dijo como si el muerto estuviera allí vivo. abiertos. La mujer del muerto cogió la bota entre
- Él no ha matado a nadie - dijo Carmen. las manos y empezó a llorar a gritos:
- Tú te callas - le dijo Plinio. - ¡Ay mi pobre . . . ! ¡Sí es! . . . Siempre la
- Entonces ¿quién mató a los otros? llevaba.
- No sé. Plinio sacó el reloj. La mujer lo tomó en sus
- Plinio ya hay luz, es de día - dijo don Lotario. manos y seguía llorando. Plinio se volvió al coche.
-Vamonos entonces. Tú, Carmen, te vienes Después de las ocho de la mañana entró el Ford
con nosotros.
-¿Yo?
- Sí, hija. esposas
- Yo no he matado a nadie.
- Tú vienes con nosotros y te callas.
Plinio le puso a Chavico las esposas antiguas y luto, vestido negro que se pone la familia de una persona cuando ésta
grandes. Salieron. El cielo estaba claro. Antes muere.

37
de don Lotario por la calle del Campo, por entre
los puestos de los meloneros.
— Vamos a decir - le dijo Plinio al oído a don
Lotario - que Chavico es el autor de todos los
crímenes. Plinio entró en su despacho con Chavico. Durante
Don Lotario dijo que sí y el Ford se detuvo a un rato largo no dijo nada. Por fin Plinio habló:
la puerta del Ayuntamiento. Todos los que esta- — ¿Por qué mataste al Calabaíno?
ban en la plaza los miraban. El Chavico tenía la cabeza, baja y dijo, con
una voz que casi no se podía oír:
Preguntas — No s é . . .
— ¿Cuándo pensaste matarlo?
1- ¿Qué orden da Plinio a sus hombres y por — En Manzanares.
qué se la da? — ¿Y qué hacías tú en Manzanares?
2. ¿Por qué habla Plinio aparte con el médico? — Me fui con el que llaman Ricote para
3. ¿Por qué le pide Plinio a Carmen que no ayudarle a descargar.
deje marchar al Chavico? — ¿Tú trabajas? ¿Desde cuándo? .. . ¿Iba el
4. ¿De quién era el reloj que encuentra Plinio Ricote solo?
en el bolsillo de la chaqueta del Chavico? -Sí.
¿Cómo piensa usted que ha llegado a sus — Tú lo que pensabas era matar al Ricote ¿no
manos ? es eso? ¿Por qué no lo hiciste?
5. ¿Qué más hace Plinio en casa de Carmen? — Porque no vendió los melones en Manzana-
¿Por qué se lleva a Chavico y a Carmen? res y se fue a Ciudad Real.
6. ¿Cómo se llama el último melonero muerto? — Entonces encontraste al Calabaíno ¿no es
7. ¿Por qué quiere decir Plinio que el Chavico así?
ha sido el asesino de todos los meloneros? -Sí.
¿Lo cree así Plinio ? ¿Y usted ? — ¿Cómo te viniste con él?
8. Hable de los personajes de este capítulo y
analice su situación. Manzanares, ver mapa en página 4.

39
- Le dije que si quería traerme en su carro. - ¿Qué . . . qué pasa? - preguntó Ricote.
Como venía solo le gustó. - Nada, hombre, nada. No te muevas. ¿Cuándo
- ¡Pobre hombre! ¿Por qué lo mataste junto has llegado de Ciudad Real?
a las Cuestas? ¿Pensaste que así todos creerían -Anoche.
que fue «el otro» ? - ¿Te llevaste al Chavico contigo?
- Sí señor. - Sí . . . He tenido suerte, según cuentan.
- ¿A qué hora lo mataste? - Sí, si te vuelves con él te mata como al Cala-
- No sé . . . serían las cinco. baíno. Me ha dicho que cuando íbais para allá
- ¿Cómo? ¿Íbais los dos en el carro? no visteis a nadie. ¿Es verdad?
- Sí . . . él se durmió. Lo maté. Dejé el carro - Sí . . . no vimos a nadie. Pero hablamos con
junto a las Cuestas y me vine andando. el casillero. Con el casillero se habla siempre.
- ¿Viste a alguien por allí? Cuando pasa un carro sale siempre al camino.
-No. - Y al volver ¿no lo has visto nunca?
- ¿No hablaste con nadie en todo el camino? - No . . . no lo he visto nunca.
-No. Plinio le dijo adiós a Ricote y se fue al café de
- ¿Y al ir con Ricote? Rocío. Cuando iba a pagar lo que había tomado
- Tampoco . . . Bueno, sí, con el casillero. llegó Maleza.
- ¿Qué hablasteis? - Jefe, ahí está el casillero. Dice que quiere
Nada especial Estaba junto al camino y al hablar con usted.
vernos nos paró. Plinio, sin decir nada, salió hacia el Ayunta-
- Algo hablaríais. miento. Serafín lo esperaba con sus alforjas al
- Que dónde íbamos. Que si me había hecho hombro.
yo melonero. - ¿Qué hay, Serafín?
Cuando terminó de hablar con el Chavico, - Buenos días, Manuel; quería hablarle.
Plinio salió a la plaza y buscó el puesto de Ricote. - ¿Qué pasa? ¿Traes noticias de otro muerto?
Ricote dormía debajo de un carro, mientras su - No señor, esta vez no. Es que esta mañana
hermano vendía melones.
Plinio le despertó. alforjas, hombro, ver ilustración en página 42.

40
alforjas
hombro
- El Chavico.
- ¿Ese es el que los ha matado a todos?
- Sí, claro, a todos. Adiós, Serafín.
Plinio se despidió de Serafín y se fue a buscar a
don Lotario.
- Prepare usted el coche deprisa que nos vamos
a las Cuestas.
- ¿Qué pasa?
- No sé. Vamos a ver.
- ¿Vamos?
- Sí. Espere un poco que vendrá el casillero
pasó por allí un carro, camino de Manzanares, para que lo llevemos.
se paró para que liáramos un cigarro y me dijo Enseguida llegó el casillero. Subieron los tres
el carrero que había habido otro muerto. al coche. Don Lotario y Plinio delante. Serafín
- Sí, este se te ha escapado, Serafín. detrás.
- Es verdad, este es el único que no he visto. Cuando llegaron a la casilla pararon. Serafín
Como estuve ayer en Alcázar. . . abrió la puerta para bajarse del coche.
— Pues lo mataron a la misma hora que a los - Bueno, que tengan ustedes buen viaje hasta
demás. ¿Conoces al muerto? Manzanares. . .
- Sí señor, lo vi pasar por allí el sábado. Don Lotario se quedó mirando a Plinio. Éste
- ¿Y cuándo te dijo que volvería? le dijo a Serafín:
— Hoy . . . creo. - He pensado otra cosa. Vamos a quedarnos
— Lo que no sabías es que ya está en la cárcel aquí. Quiero explicarle a don Lotario y a ti cómo
el asesino. se hicieron los primeros crímenes. Porque sabrás
— ¿Quién es? que el Chavico sólo ha matado al último. A los
primeros los mató otro.
escapar, marchar; aquí: írsele de las manos (fig.)
Alcázar, ver mapa en página 4. despedirse, separarse dos personas y decirse adiós.

43
- Explícanos, Manuel - dijo don Lotario. Cuestas y cuando le parece que es tiempo, coge
- Verán ustedes - dijo Plinio sin bajarse del la mula y se presenta delante de las autoridades de
coche y mirando a Serafín - el criminal no es un Tomelloso diciendo que ha encontrado aquello
melonero como pensábamos al principio. Pienso al levantarse . . .
que el criminal sólo tenía dos caminos para hacer Don Lotario y Plinio se quedaron mirando a
bien lo que quería: uno, saber desde dónde y a Serafín.
qué hora salía la víctima para matarla en el lugar - Vamos a tu casa, Serafín - dijo Plinio.
elegido. Esto es lo que ha hecho el Chavico. Serafín no se movió. Los dos amigos bajaron
Desde Manzanares se vino con el Calabaíno en del coche.
el mismo carro . . . - He dicho que vamos a tu casa.
- ¿Y el otro camino, Manuel? - preguntó don El hombre empezó a andar. Entraron. En la
Lotario. casilla no había casi nada. Solamente había una
- El otro camino es tan sencillo que lo tenía- mesa, una silla, una alacena con platos y vasos muy
mos delante y no queríamos verlo. limpios y unos faroles de ferroviario. En otra habi-
Plinio se quedó mirando a los dos hombres. baldosa alacena
- Sigue, Manuel. . .
- El criminal no puede ser más que un vecino
L
plato
de por aquí cerca, que puede ver quién va y
quién viene.
Don Lotario dijo que eso parecía muy posible;
Serafín estaba sin moverse.
- El criminal - siguió Plinio - se acerca a los
carros que pasan por aquí camino de Manzana-
res o de Ciudad Real. Ve si los meloneros van
solos o van con otro, les pregunta cuándo vuelven.
Cuando vuelven sale al camino, habla con ellos, farol de ferroviario

lía un cigarro y al despedirse los apuñala por la autoridades, las personas que tienen poder para que se cumpla una orden,
aquí para que se haga justicia.
espalda. Después esconde el carro detrás de las ferroviario, hombre que trabaja en el servicio de trenes.

44 45
tación había una cama. Plinio comenzó a mirar - Ya está buscado y en la cárcel.
por todas partes. Por fin sus ojos vieron un - ¿Y quién es? - preguntó el juez.
cuadrito de San Luis que estaba colgado en la - Serafín el casillero.
pared sobre la cama. Descolgó el cuadro y le Todos le miraron, admirándole.
quitó el papel fuerte que tenía por detrás. Al Manuel - dijo el juez -, voy a pedir que te
hacerlo salieron de allí billetes de cinco y diez den una gratificación por tus servicios a Tome-
duros. lloso.
- ¿Dónde tienes las monedas de plata? - No, a mí no. Mejor que me suban el sueldo.
Serafín callaba. Y que vean cómo pagar la gasolina a don Lotario.
- Que dónde tienes las monedas. Cuando Plinio se marchaba a su casa llegó
Serafín señaló la pared. Plinio levantó una bal- don Lotario:
dosa que no estaba bien puesta. Detrás había - Oye, Manuel, ¿tú estabas seguro de que era
monedas de plata. Del bolsillo de la chaqueta de Serafín?
Serafín sacó Plinio una navaja ancha y larga. - No . . . Si no hubiéramos encontrado el di-
Llegaron a Tomelloso antes de las doce de la nero y la navaja, nunca hubiéramos sabido quién
mañana. era el criminal, porque Serafín, al ver que no
- ¿Está usted contento? - le preguntó Plinio teníamos confianza en él, no hubiera vuelto a
a don Lotario. matar.
- Eres muy grande Manuel, pero que muy - ¿Creíste que era él desde el principio?
grande. - No. No sé por qué. Parece un hombre bueno.
Los dos amigos se separaron. Plinio llegó al El orden con que se hicieron todos los crímenes
Juzgado y el juez le dijo: menos el último, me hizo pensar en este hombre
- Manuel, Chavico dice que sólo ha matado todo orden y silencio. Y además pensé en él aj
a un hombre. saber por el Chavico que hablaba siempre con
- Y así es - dijo Plinio. los meloneros que pasan.
- Entonces habrá que buscar al otro criminal. gratificación, dinero que se da a alguien además del sueldo por un trabajo
o un servicio realizado.
duro, cinco pesetas. sueldo, lo que gana una persona por el trabajo que hace.
baldosa, ver ilustración en página 45. gasolina, líquido que se pone a los coches para que marchen.

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PUBLICADOS:
Miguel Buñuel: Las tres de la madrugada (A)
Don Lotario, oyéndole, movía la cabeza con
¡inncisco García Pavón: Los carros vacíos (A)
admiración.
/ ope de Rueda: Las aceitunas y otros pasos (A)
/usé María Sánchez-Silva: Marcelino pan y vino (A)
íi'sús Fernández Santos: Muy lejos de Madrid/El primo Rafael (A)
Manuel L. Alonso: Las pelirrojas traen mala suerte (R)
¡krnardo Atxaga: Lista de locos y otros alfabetos (B)
Vio Baroja: Las inquietudes de Shanti Andía (B)
Miguel Delibes: El príncipe destronado (B)
íordi Sierra i Fabra: La música del viento (B)
t * armen Martin Gaite: Las ataduras (B)
Preguntas ttenito Pérez Galdós: Tristana (B)
Lazarillo de Tormes (B)
1. ¿Por qué no mató Chavico a Rico te? ¿A Vrancisco García Pavón: El carnaval (B)
quién mata en su lugar? Wenjamín Prado: Raro (B)
2. Qué hace el casillero cuando ve pasar un Ignacio Aldecoa: Cuentos (C)
Miguel Ángel Asturias: Leyendas de Guatemala (C)
carro?
(larrnen Martín Gaite: Caperucita en Manhattan (C)
3. ¿Por qué pregunta Serafín si el Chavico ha
Donjuán Manuel: El Conde Lucanor (C)
matado a todos los meloneros? ¿Sabía Sera-
Ana María Matute: Historias de la Artámila (C)
fín quién los había matado?
Juan José Millas: Papel mojado (C)
4. ¿Cómo piensa, ahora, Plinio que se han Francisco García Pavón: Las hermanas coloradas (C)
cometido los primeros crímenes? Ramón]. Sender: Réquiem por un campesino español (C)
5. ¿Quién piensa Plinio que es el asesino? ()riol Vergés: Un pueblo contra los Hamid (C)
6. ¿Qué encontraron en casa de Serafín? ¿Qué Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha
tenía en la chaqueta? (Primera parte) (D)
7. Resuma la historia de LOS CARROS VA- Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha
CÍOS. Dé su opinión sobre ella. ¿Qué es lo (Segunda parte) (D)
que más le ha interesado? ¿Cuál ha sido su TEXTOS ORIGINALES COMPLETOS:

personaje favorito? ¿Por qué? C Carmen Martín Gaite: Lo que queda enterrado
Luis Mateo Diez: Tres Cuentos (D)
I;N PREPARACIÓN:

Jordi Sierra i Fabra: La memoria de los seres perdidos (C)


Es un relato breve de corte policiaco. La acción transcurre
en Tomelloso, un pueblo español de la provincia de
Ciudad Real. En Tomelloso, en el mes de agosto, cuando
llega el tiempo de la recogida de los melones, se cometen
varios asesinatos. Alguien asesina a los meloneros.
Siempre, después de cada asesinato, aparecen las mismas
señales, siempre idénticas y siempre misteriosas. Los
asesinatos tienen siempre lugar en el mismo sitio y siempre
de la misma manera. ¿Quién es el criminal? ¿De dónde
viene? ¿Cómo y por qué comete el crimen? A todo esto
responderá el famoso policía Plinio. Plinio es un policía de
gran relieve en la novela policiaca española y también
resolverá el caso de los 4 meloneros asesinados en el mes en
que transcurre la acción. El relato está lleno de
suspenso hasta el final y es una estampa de la vida española.

Dinamarca: ASCHEHOUG/ALINEA
ISBN 87-23-90294-9
EASY READERS
Brasil: SBS BOOKS se publica en 4 series:
España: ARCOBALENO
Italia: LOESCHER EDITORE a base de un vocabulario
Grecia: KOSMOS FLORAS BOOKSHOPS de 600 palabras
Australia: HEINEMANN
E E . U U . : EMC CORP. • ISBN 0-88436-281-7
Noruega: GYLDENDAL NORSK FORLAG
ISBN 82-05-26608-5
Suecia: ALMQVIST & WIKSELL
B a base de un vocabulario
de 1200 palabras

ISBN 91-21-19338-X
Holanda: WOLTERS/NOORDHOFF a base de un vocabulario
ISBN 90.01.27404.8 de 2000 palabras
Inglaterra: EUROPEAN SCHOOLBOOKS
PUBLISHING LTD. • ISBN 0 85048 617 3
Japón: ITALIA SHOBO • ISBN 4900143472
Polonia: WYDAWNICTWO LEKTORKLETT
Hungría: KLETT KIADO KFT.
D a base de un vocabü
de 2500 palabras

Turquía: NÜANS KITAPQILIK


Esbvenia: DZS, INC. ISBN 87-23-90294-9
Eslovaquia: EUROBOOKS
Alemania: ERNST KLETT VERLAG
ISBN 3-12-561620-4
"9 178

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