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El pensamiento latinoamericano en el campo del desarrollo del subdesarrollo:

trayectoria, rupturas y continuidades

En particular, el presente ensayo se concentrar� en la evoluci�n del pensamiento


latinoamericano en dos disciplinas de las ciencias sociales, la econom�a y la
sociolog�a, cuya producci�n te�rica y an�lisis emp�ricos en el campo bajo an�lisis
alcanzaron especial relevancia.

�en qu� consiste el campo del desarrollo del subdesarrollo?

El mismo aborda el estudio de las causas y los determinantes de los procesos de


desarrollo econ�mico, pol�tico y social, as� como la b�squeda de las pol�ticas
concretas que los potencien, en un tipo particular de sociedades, las denominadas
sociedades subdesarrolladas.

En definitiva, lo que sugieren las consideraciones precedentes es que la idea de


que las sociedades se desarrollan, y la b�squeda de las formas de explicar y
favorecer este proceso, encuentra su g�nesis hist�rica en el propio surgimiento del
modo capitalista de producci�n y, en consecuencia, no fue inaugurada, tal como se
suele afirmar, a mediados del siglo pasado (m�s precisamente, en el transcurso de
la segunda posguerra).

Entonces, �cu�l fue la novedad del campo del desarrollo del subdesarrollo gestado
en la inmediata posguerra?
La especificidad de este campo de estudio consiste en la discusi�n y reflexi�n
te�rica, y a la vez pr�ctica, sobre los determinantes del denominado subdesarrollo,
es decir, sobre las razones que explican el atraso econ�mico y social de ciertas
regiones del planeta en comparaci�n con otras y, a la vez, sobre las posibilidades
y las formas de superarlo.

La pregunta fundacional de este campo no es, simplemente, c�mo se desarrollan los


pa�ses sino, m�s espec�ficamente, cu�les son las caracter�sticas y posibilidades de
desarrollo de los pa�ses subdesarrollados.

En el caso espec�fico de Am�rica Latina, una agencia de desarrollo de car�cter


intergubernamental se destac� a comienzos de los a�os cincuenta. Se trata de la
Comisi�n Econ�mica para Am�rica Latina y el Caribe (CEPAL), la principal
instituci�n latinoamericana concebida con el fin de facilitar el desarrollo del
subdesarrollo en la regi�n. esta intitucion pas� a ser clave en la recomendaci�n de
pol�ticas con el prop�sito de que los pa�ses de la regi�n pudieran salir de la
situaci�n de atraso �en lo econ�mico, en lo pol�tico y en lo social� en la que se
encontraban.

SURGIMIENTO Y CONSOLIDACI�N DEL CAMPO DEL DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO

desde mediados de los 50 hasta el presnte, pasando por diferentes estadios asi
como atraves del estudio d ela sociologia y aplicacion de politicas biendefinidas
para ver como es posible avanzar en el proceso del desarrollo hasta alcanzar los
niveles de vida de las sociedades centrales

EL CAMPO DEL DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO EN AM�RICA LATINA

Una naciente escuela dentro de la econom�a del desarrollo, el estructuralismo


latinoamericano, otorg� car�cter propio al pensamiento latinoamericano dentro del
campo del desarrollo del subdesarrollo. El elemento diferenciador de este grupo,
respecto al que predominaba en el debate internacional, fue su rechazo a la teor�a
ricardiana de las ventajas comparativas y las virtudes del comercio internacional
(en especial, la idea del �crecimiento equilibrado�), en particular para el caso de
las econom�as subdesarrolladas. Ocampo

segun la cepal y raul presbich exist�a una tendencia secular a la disminuci�n en


los precios de los productos exportados por los pa�ses de Am�rica Latina vis-�-vis
los exportados por los pa�ses centrales (o, en otras palabras, un deterioro en los
t�rminos de intercambio de los bienes elaborados en la periferia). Esto se ve�a
potenciado por los importantes niveles de proteccionismo vigentes en las econom�as
centrales y por las fuertes fluctuaciones en la demanda mundial de los bienes
provenientes de la periferia. Todo ello conllevaba una significativa transferencia
de excedente desde los pa�ses perif�ricos hacia los centrales, y muy d�biles �y
fuertemente oscilantes� bases de sustentaci�n del crecimiento en los primeros. Se
argumentaba adicionalmente que este tipo peculiar de inserci�n de los pa�ses
perif�ricos en las corrientes internacionales de circulaci�n de mercanc�as, sumado
al tipo de perfil productivo prevaleciente en los mismos, ten�a impactos directos
sobre el mercado laboral, que tend�a a desarrollar situaciones de desocupaci�n y
subocupaci�n13.

"Lo m�s importante de la concepci�n centro-periferia es la idea de que estas


caracter�sticas de la estructura productiva perif�rica, lejos de desaparecer a
medida que el desarrollo del capitalismo avanza en los centros, tienden a
perpetuarse y reforzarse. Entre los mecanismos que determinan este proceso de
acentuaci�n de las diferencias entre ambos polos, destaca el hecho de que el cambio
tecnol�gico es m�s pronunciado en la industria que en el sector primario.
Suponiendo t�rminos de intercambio constantes, esto lleva a un aumento en la brecha
de la productividad y del ingreso entre los centros y la periferia"

En s�ntesis, en el nivel latinoamericano, la d�cada del sesenta estuvo signada por


el surgimiento de importantes cuerpos te�ricos vinculados con la problem�tica del
(sub)desarrollo de los pa�ses de la regi�n, que involucraron aspectos tanto
econ�micos como sociol�gicos. Asimismo, de la lectura de los principales estudios
realizados en el per�odo se desprende un marcado pesimismo en relaci�n con los
impactos del funcionamiento de las econom�as de la regi�n y, derivado de ello, un
creciente reconocimiento de las limitaciones estructurales subyacentes al tipo de
industrializaci�n �y al consecuente estilo de desarrollo� promovido. De all� que no
resulte casual que en el plano propositivo se enfatizara, entre otras cuestiones,
la centralidad de garantizar una m�s progresiva distribuci�n del ingreso, la
necesidad de empezar a fomentar exportaciones no tradicionales (lo cual permitir�a
no s�lo aumentar la oferta de divisas, sino tambi�n restarle centralidad
estructural a los grandes terratenientes) y, en suma, la importancia de ampliar el
concepto de desarrollo de forma tal que abarcara tambi�n cuestiones de �ndole
social y pol�tica (a esta altura, ya era evidente que el crecimiento econ�mico de
las econom�as latinoamericanas no garantizaba per se la salida de la situaci�n de
subdesarrollo �econ�mico, pol�tico y social� en la que se encontraban)

ALGUNAS CONCLUSIONES DE LA TRAYECTORIA DEL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO

En s�ntesis, el pensamiento latinoamericano de la �poca en el campo del desarrollo


del subdesarrollo fue cr�tico e innovador, aunque estuvo influenciado por la agenda
internacional; argument� que el desarrollo era posible, aunque era consciente de
las dificultades estructurales que lo trababan; fue un fiel reflejo de su �poca;
involucr� la participaci�n directa de cient�ficos y acad�micos en el dise�o y la
implementaci�n de pol�ticas p�blicas; y se caracteriz� por su temprana
interdisciplinariedad dentro de las ciencias sociales. Desde ya, estas
caracter�sticas fueron generales y no son aplicables a la totalidad del pensamiento
latinoamericano del per�odo, aunque s� a su mayor parte (siendo la CEPAL un muy
claro exponente de lo manifestado). De hecho, como se mencion�, es posible
identificar algunas vertientes con cualidades bien distintas a las expuestas, que
si bien eran minoritarias en esta etapa, expresaron tempranamente algunas de las
caracter�sticas que tomaron las ciencias sociales a partir de mediados de los a�os
setenta, y devendr�an hegem�nicas durante el decenio de los noventa.

AGON�A Y �TRAVESTISMO� DEL CAMPO DEL DESARROLLO DEL SUBDESARROLLO

A continuaci�n se sintetiza el proceso de transformaci�n del campo de estudio del


desarrollo del subdesarrollo entre mediados de la d�cada del setenta y fines de la
del noventa.

a finales de la decada del 70 cuando llega la primera crisis del crecimiento


economico y que afecta tantoa paises centrales, como a perifericos. y con la
ascencion de margaret tacher el aoder quin fue la primera en adoptar las medidas
politicas neoliberales. los autores de la contrarrevolcion criticaron fuertemente
el modelo eocnomico e indicaron que la crisis se debia a la intervencion de los
mercados por parte del estado y el no dejar actuar libremente el mercado. esto
porque los estados aplican politicas incorrectas en los famosos modelos de
desarrollo economico,POR TANTO LAS MEDIDAS A RECOMENDAR FUERON: que la soluci�n
pasaba necesariamente por la aplicaci�n de pol�ticas que atacaran en forma
simult�nea todos esos males, a saber: reducci�n del gasto p�blico, estricto control
sobre el nivel de la oferta monetaria, elevaci�n de la tasa de inter�s,
consolidaci�n de una regresiva estructura impositiva, redistribuci�n regresiva del
ingreso, sanci�n de una legislaci�n laboral de neto corte anti-sindical,
privatizaciones, desregulaci�n de una amplia gama de actividades y apertura
financiera y comercial. Este dec�logo, opuesto a las prescripciones de pol�tica
p�blica protot�picas de las d�cadas previas, da cuenta de la agon�a mortal del
campo del desarrollo del subdesarrollo. Sversi�n �travestida� �la nueva visi�n del
crecimiento� incubaba el germen de su reemplazante, consolidado definitivamente en
la d�cada del noventa.

La contrarrevoluci�n neoconservadora de la primera oleada no tard� en ingresar en


Am�rica Latina de la mano de los distintos gobiernos militares que usurparon el
poder en la regi�n a partir de la d�cada del setenta, as� como del profundo
retroceso econ�mico que se experiment� en esta etapa �fundamentalmente, en la
d�cada del ochenta

la cr�tica neocl�sica a la econom�a del desarrollo sosten�a que lo que trababa el


desarrollo en los pa�ses subdesarrollados era el retardo en profundizar las
virtudes de la econom�a de mercado, por lo cual era contraproducente pretender
promover el desarrollo a partir de la intervenci�n y planificaci�n estatal.

Algunos cr�ticos a esta visi�n han se�alado que el objetivo de este recetario no
consist�a en lograr un crecimiento econ�mico r�pido y estable en el largo plazo de
estas econom�as sino en: garantizar el pago de la deuda externa a trav�s,
fundamentalmente, de la disciplina fiscal; ampliar el campo de negocios a los
grandes capitales y permitir la realizaci�n de inversiones con renta garantizada;
asegurar la libre movilidad de estos capitales, para que pudieran realizar
efectivamente ganancias de corto plazo; y permitir la libre entrada de productos de
los pa�ses desarrollados en los mercados perif�ricos (y no necesariamente lo
inverso).

La concentraci�n del ingreso y la riqueza, el aumento de la pobreza y la exclusi�n


social, el deterioro de las condiciones del mercado de empleo, la
desindustrializaci�n y extranjerizaci�n del aparato productivo son los rasgos m�s
salientes de la situaci�n en la mayor�a de las econom�as que han aplicado estas
pol�ticas

PARA LA SEGUNDA OLEADA SE APLICARON LOS MISMOS PROGRAMAS,


Si bien, en la generalidad de los casos, estos programas de ajuste ortodoxo fueron
aplicados por gobiernos elegidos democr�ticamente, no puede dejar de se�alarse que
los mismos estuvieron caracterizados por una excesiva concentraci�n del poder
pol�tico en ciertos n�cleos del Poder Ejecutivo48. (PERO YA DE LA MANO DE
GOBIENROS VOTADOS DEMOCRATICAMENTE) .

con los nuevos dirigentes politicos se transformaron en el recetario de turno de


laregi�n para el dise�o y la implementaci�n de las reformas consideradas
pendientes, en cuyos procesos no tardaron en involucrarse los acad�micos m�s afines
a esta corriente ideol�gica49. Estos procesos se dieron paralelamente al renovado
acceso de muchos pa�ses latinoamericanos al cr�dito en el mercado internacional, lo
que gener� como saldo de la d�cada que casi todos los pa�ses de la regi�n
incrementaron de manera significativa sus niveles de endeudamiento.

En el nivel te�rico, el saldo distintivo de esta segunda oleada en Am�rica Latina


es que la preocupaci�n por el desarrollo del subdesarrollo qued� definitivamente
anulada del centro del debate. ( se fragmento el marco del desarrollo y paso a aser
mas de asitencia social que de desarrollismo)

En complemento a esta noci�n, la importancia atribuida en el pasado a los sectores


productivos en general, y a la industria en particular, como motores del desarrollo
econ�mico y social cedi� lugar a la idea de que para maximizar el crecimiento cada
pa�s deber�a especializarse en aquellas actividades en las que contara con probadas
ventajas comparativas (relativas), lo cual conllev� un cuadro casi generalizado de
primarizaci�n econ�mica, desindustrializaci�n y �desofisticaci�n� de la producci�n.

nota: El otrora pensamiento cuestionador del saber convencional y de los dogmas


establecidos se convirti� gradualmente en una suerte de �filial regional� de ese
pensamiento, capaz de amoldarlo a la realidad local de cada pa�s sin transformar su
esencia ni preguntarse acerca de sus falacias y limitaciones. (es decir se adopto
esa forma neoclasica, sin nisiquera criticar o cuestionar sus falacias y
limitaciones) ( se aplicaba una receta igualandola a todas alas economias del
planeta sin ver sus complejidades) (sin dar lugar aplicar otras medidas que no
fuese la politica liberal)

En suma, la reflexi�n respecto a las continuidades y rupturas del pensamiento


latinoamericano sobre desarrollo del subdesarrollo en las etapas contrastadas da un
saldo doble. Por un lado, se identifica una fuerte ruptura con el esp�ritu cr�tico
e innovador de la primera �poca, un quiebre importante en el an�lisis hist�rico-
estructural original y el abandono de la temprana interdisciplinariedad dentro de
las ciencias sociales a favor de un enfoque economicista. Por otro lado, las
continuidades no son pocas, destac�ndose la constante influencia de la agenda
internacional en las prioridades y tem�ticas regionales �tendencia agudizada en la
�ltima etapa�; la ilusi�n sobre la posibilidad del desarrollo �o el crecimiento, de
acuerdo a los tiempos de que se trate�; la cercan�a con la realidad econ�mica,
pol�tica y social de la �poca; y la participaci�n directa de cient�ficos y
acad�micos en la implementaci�n de pol�ticas p�blicas en la regi�n.

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