Amós 3,7-4,1
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AMÓS
Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro viaje por el libro del profeta Amós. Y volvemos
hoy, al capítulo tres de esta profecía, y continuaremos a partir del versículo 7. En nuestro
programa anterior, vimos que Amós hace 7 preguntas que en realidad, pertenecen al mundo de la
naturaleza. Y estas preguntas ilustran que por cada efecto hay una causa. Y que el juicio de
Dios que viene no es algo accidental y que no es solamente un antojo, o capricho de Su parte,
tampoco demuestra mal humor o terquedad de parte de Dios. Pero este es un resultado que ha
sido provocado por el pecado de la gente. En el versículo 7, entonces, de este capítulo 3 del libro
de Amós, leemos:
7
Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas. (Amós 3:7)
Aquí se nos demuestra que Dios no actúa en juicio hasta cuando Él presente Su mensaje a los
profetas. Él les permite a ellos saber lo que va a hacer. Y los profetas han entregado ese
mensaje, ellos tienen que darlo. En el versículo 8, leemos:
8
Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?
(Amós 3:8)
Este ha sido el método por el cual siempre ha hablado el Señor. Él ha dado una advertencia
en cuanto al juicio que se acerca. Y Él también le ha dicho a aquellos que son Suyos algo en
cuanto al futuro. Especialmente cuando un juicio se acerca Dios siempre da una advertencia a la
humanidad, y no es porque la gente hoy no tiene una palabra de parte de Dios. El problema es
Hoy esas cosas son reveladas en la Palabra de Dios. Nosotros pensamos que ese libro está
tan al día como el periódico de mañana por la mañana. Porque ese periódico mismo ya será algo
pasado de moda cuando salga la edición de la tarde. Pero la Palabra de Dios, entonces, será tan
al día como el próximo periódico que salga. Y así será en lo sucesivo. Y así ha sido siempre el
método de Dios.
Usted recordará que en los días de Noé, Dios le había pedido a Noé que predicara por 120
años en cuanto al diluvio que vendría como juicio de parte de Dios. Y el mundo de aquel
entonces, no prestó atención a ese mensaje. Dios permitió que Abraham se enterara antes del
tiempo de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Y fue algo bueno que Él hiciera eso, porque si
no lo hubiera hecho así, entonces, hubiera habido mucho mal entendimiento allí. Y como
resultado, Abraham hubiera tenido una mala idea, o un punto de vista equivocado en cuanto al
Dios Todopoderoso. Pero, ha sido el método de Dios el revelar las cosas como éstas de
antemano. Él les dijo a los Suyos, en el aposento alto – usted recuerda, allá en el evangelio
según San Juan, capítulo 15, versículo 15 – Él dijo: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no
sabe lo que hace su Señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi
Padre, os las he dado a conocer.
Es decir, que el Señor Jesucristo mismo dice, como usted bien puede recordar, que el Espíritu
de Dios les va a decir las cosas que vendrán. Allá en el evangelio según San Juan, capítulo 14,
versículo 26, leemos: Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Dios
también le advirtió a José de los años de hambre que vendrían sobre Egipto. Ese ha sido el
método de Dios. Elías, por su parte, entró a las cortes del rey Acab y Jezabel, y les dijo que iba a
haber una sequía en el lugar, y que no habría lluvia ni rocío en esos años, sino por su palabra. Y
él no dijo más, sino que salió de ese lugar y se fue. Ese relato lo podemos ver allá en el primer
libro de los Reyes, capítulo 17, versículos 1 al 4. Así también, el Señor Jesucristo pudo decirle a
Sus Apóstoles cuando Él se reunió con ellos en el monte de las Olivas, en ese discurso que Él
pronunció, les dijo que la destrucción de Jerusalén se aproximaba también y que iba a ser
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destruida, y que no quedaría piedra sobre piedra en ese lugar. Podemos ver lo que dice allá el
evangelio según San Mateo, capítulo 24, versículo 2; allí leemos: ¿Veis todo esto? De cierto os
digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. Así es que, este ha sido el
método de Dios. Eso es todo lo que Amós está diciendo aquí, y usted se da cuenta que esta gente
le ha dedicado mucho a él. Él está diciéndoles: “Quiero informarles que el Señor revela los
secretos. Él les está diciendo a ustedes que el juicio se acerca”. Si uno tiene alguna enfermedad,
le agradece al médico que éste le informe de la situación tal cual es. Quizá no le guste saber que
está enfermo, pero es mejor enterarse, que hacer lo que el avestruz hace, esconder la cabeza en la
arena tratando de ignorar el peligro que se acerca. A nosotros a veces no nos gusta escuchar las
malas noticias del juicio que se acerca. Hay gente que le dice a uno que es un pesimista, que es
un aguafiestas, o que dice cosas deprimentes. Pero debemos decir, amigo oyente, que Dios sigue
cierto principio, ya que por cada efecto existe una causa, y Dios nunca envía juicio a no ser que
haya habido pecado en la gente.
Asdod se encontraba en Filistea, en el país de los filisteos. De paso, digamos que Israel
posee eso ahora. Allí han construido casas de apartamentos, han construido un puerto, así como
también una gran refinería y se trae mucho petróleo a esa zona. Es algo gracioso en cierto
sentido. Cierto predicador enseña mucho en cuanto a la profecía, pero a él le gusta encontrar el
cumplimiento de la profecía hoy. Nosotros no pensamos que sea cumplida en el presente. Usted
recuerda que Moisés dijo que Aser sería bendito, y que él sea el amado de sus hermanos, y moje
en aceite su piel. – como leemos allá en Deuteronomio, capítulo 33, versículo 24. Pues, bien,
Haifa es un puerto en la zona norte de Israel, y allí llegaba una gran tubería que traía petróleo, y
existía una refinería, tanques para guardar el petróleo, y buques tanques que llegaban a cargar el
petróleo. Así es que este predicador decía: “Allí podemos apreciar el cumplimiento de la
profecía”.
Ahora, en el día de hoy esa tubería ha sido cerrada ya. Ya no llega el petróleo a Haifa a no
ser que sea llevado por buques tanques. Pero ahora en Asdod, tiene una tubería que lleva el
petróleo que ha sido transportado por medio de buques tanques al otro lado, al lado del Mar
Rojo. Allí es llevado a la refinería que está en Asdod. Y parecería entonces que fuera la tribu de
Dan la que se moje con aceite el pie. Amigo oyente, ese predicador parece que se hubiera
olvidado en cuanto al cumplimiento de esta profecía. Es algo arriesgado el tratar de tomar cosas
pequeñas y decir hoy que eso o aquello es cumplimiento de la profecía. Personalmente no
creemos que la profecía esté siendo cumplida en esa tierra en el presente. Lo que sí podemos
apreciar es la preparación que más adelante traerá el cumplimiento de la profecía. Pero eso no
está ocurriendo en el presente. Así es que, aquí tenemos a Asdod, pero no como es hoy. Asdod,
entonces, era un lugar de mucha prominencia entre los filisteos, y en este versículo 9 del capítulo
3 de Amós, leemos:
9
Proclamad en los palacios de Asdod, y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reuníos
sobre los montes de Samaria, y ved las muchas opresiones en medio de ella, y las
violencias cometidas en su medio. (Amós 3:9)
Samaria está ubicada en un lugar muy hermoso. En realidad, no hay otro lugar que sea tan
hermoso, para construir un palacio que en Samaria. Allí se encontraban Acab y Jezabel. Omri,
el padre de Acab, fue quien construyó la ciudad en ese lugar. Ahora, el pecado en ese lugar era
algo sorprendente, algo que se realizaba abiertamente. Ellos tenían una nueva moralidad en ese
lugar. Ese lugar estaba rodeado de montañas, y ahora dice Dios: Reuníos sobre los montes de
Samaria y ved las muchas opresiones en medio de ellas, y las violencias cometidas en su medio.
Y el versículo 10, continúa diciendo:
10
No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando rapiña y despojo en sus palacios.
(Amós 3:10)
Es decir que ellos estaban llevando todo el botín allí, todo aquello que habían logrado por
medio de la rapiña y el despojo. Y en el versículo 11, leemos:
11
Por tanto, Jehová el Señor ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos lados de la
tierra, y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados. (Amós 3:11)
12
Así ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos
piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en
Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho. (Amós 3:12)
Es decir que ellos iban a Damasco, y nos imaginamos que lo que esto quiere decir es que
ellos iban a ese lugar a cometer adulterio porque esa era una nación pecaminosa. Y Dios dice:
De la manera que el pastor libra de la boca del león . . .; Y el pastor mata al león, de la misma
manera en que lo hizo David, como usted bien recuerda. Un león entró a su rebaño y mató a la
13
Oíd y testificad contra la casa de Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: (Amós
3:13)
14a
Que el día que castigue las rebeliones de Israel, castigaré también los altares de Bet-
el; (Amós 3:14a)
Allí es donde tenían el becerro de oro. Dios dice: “Yo los juzgaré”. Y el versículo 14
concluye diciendo:
14b
y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra. (Amós 3:14b)
Dios dice: “Yo voy a quitarlos”. Escuche ahora lo que dice aquí en el versículo 15:
15
Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y las casas de marfil perecerán; y
muchas casas serán arruinadas, dice Jehová. (Amós 3:15)
¿Qué es lo que quiere decir en cuanto a casas de marfil? Bien, Acaz y Jezabel habían
edificado en Samaria, la cual es una ciudad ubicada en una montaña, una zona muy hermosa por
cierto, allí habían construido un palacio tremendo. Aún hoy en día se puede apreciar las ruinas.
Son bastante extensas. Ese palacio había sido construido en la cumbre misma de la montaña.
Desde allí se podía apreciar todo lo que ocurría en cualquier dirección. Si uno miraba hacia el
oeste podía ver al Mar Mediterráneo en un día claro. Si uno miraba al este se podía apreciar el
valle del Jordán. Y la gente de allí miraba hacia el norte, y podía ver el valle de Esdraelón y el
monte Hermón en la distancia. Y si miraban hacia el sur podían ver hacia Jerusalén. Como
podemos apreciar pues, era una vista muy hermosa. Allí ellos construyeron un palacio de marfil.
Pero Dios dijo que todo eso iba a perecer y que Él lo iba a destruir y que Él arruinaría ese
lugar. Y en realidad, no hay un lugar que sea más desolado que las ruinas de Samaria en la
cumbre de ese monte hoy. Amigo oyente, Dios por cierto que cumplió con esa profecía. Usted
no verá la profecía que se está cumpliendo hoy en esa tierra. Pero por cierto que se está
apreciando que la profecía ha sido cumplida en esa tierra. Y va a ser cumplida allí y ya se está
preparando las cosas. Pero debemos insistir que aún no estamos viendo el cumplimiento de la
profecía en ese lugar en el presente.
Ahora, con esto llegamos al capítulo 4 de Amós. Aquí vemos que Israel es castigado por
pecados o iniquidades pasadas. Y luego, veremos en el capítulo 5, que Israel será castigado en el
futuro por sus iniquidades. Aquí se da esa advertencia.
Este hombre Amós dirige este mensaje y es una denuncia cáustica por cierto, y un juicio para
el reino del norte de Israel. Escuche lo que él dice. Su sarcasmo era, en realidad, algo bastante
penetrante. Este profeta está hablando a esta nación tratando de que regrese a Dios. Y en el
primer versículo del capítulo 4 de Amós, dice:
1
Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los
pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y
beberemos. (Amós 4:1)
1
Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los
pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y
beberemos. (Amós 4:1)
Luego, tenemos esta referencia aquí a las vacas de Basán, ellas se destacaban en realidad por
su aspecto impecable y fuerte. Eran vacas muy bien alimentadas porque esa zona del país era
muy fértil. Ahora, ¿a quién está llamando vacas de Basán, aquí Amós? Hay aquellos que opinan
que está hablando aquí a las mujeres que vivían en mucho lujo, bien alimentadas, bien cuidadas,
bien vestidas y bien arregladas. Y ya que ellas podían disfrutar de esas riquezas y lujo, indicaba
que los pobres estaban siendo oprimidos y que los necesitados estaban siendo quebrantados. Y
todo esto se hacía para satisfacer el lujo de estas mujeres.
Ahora, aquí tenemos una expresión femenina por cierto. Pero opinamos que él también está
hablando de los gobernantes. Algunos se pueden preguntar, ¿por qué se está usando el
pronombre femenino? Bueno, esta gente era un grupo de homosexuales; usted puede leer el
capítulo 1 de la epístola a los Romanos. Dios castiga este pecado. Y nosotros estamos viviendo
hoy en un día cuando se está pasando leyes que permiten que se casen los homosexuales entre sí.
¿Sabía usted, amigo oyente, que Nerón, a quién se le llama un rey enajenado, no era un
enajenado, sino un homosexual? Él tenía un palacio con más de cien habitaciones, y algunas de
ellas estaban separadas para que él diera rienda suelta a lo más degradante, a lo más despreciable
de las desviaciones sexuales que se pueda imaginar. Esas habitaciones se utilizaban para
satisfacer sus deseos homosexuales.
Amigo oyente, cuando una nación comienza a caer, la homosexualidad llega a ser algo muy
prominente. Sabemos que vamos a tener reacciones en cuanto a esto, pero no nos preocupamos
por esto. En algunos lugares se forman grupos de esta clase de personas. Y eso hace que una
nación caiga. Creemos que de eso es de lo que está hablando el profeta Amós aquí. Amigo
oyente, él está llamando a esta gente vacas bien alimentadas. Y ellos eran los que estaban
gobernando a la gente. Uno puede traer esto al día presente. Esto era cierto en Israel entonces, y
Amigo oyente, cuando una nación comienza a caer, la homosexualidad llega a ser algo muy
prominente. Sabemos que vamos a tener reacciones en cuanto a esto, pero no nos preocupamos
por esto. En algunos lugares se forman grupos de esta clase de personas. Y eso hace que una
nación caiga. Creemos que de eso es de lo que está hablando el profeta Amós aquí. Amigo
oyente, él está llamando a esta gente vacas bien alimentadas. Y ellos eran los que estaban
gobernando a la gente. Uno puede traer esto al día presente. Esto era cierto en Israel entonces, y
puede ser cierto en nuestros países hoy. Nosotros necesitamos un profeta como Amós en nuestra
propia tierra, en cada uno de nuestros países.
Este es el primer versículo del capítulo 4 de Amós. Y él recién está comenzando con este
tema. Y tendremos que esperar, Dios mediante, hasta la próxima oportunidad. Amigo oyente,
este hombre le está dando a esta nación una gran oportunidad para volverse a Dios antes de tener
que ir a la cautividad. Dios les advirtió a ellos. Él siempre hizo eso, y creemos que nosotros
también debemos recibir esta advertencia.
Y aquí vamos a detenernos por hoy. Dios mediante en nuestro próximo programa
continuaremos con el estudio de este capítulo 4 de Amós y confiamos que usted volverá a
sintonizarnos. Mientras tanto, le recomendamos leer todo este capítulo 4 para estar mejor
informado de lo que consideraremos en nuestro próximo estudio. Confiamos así mismo, que las
notas y bosquejos que le hemos enviado, le ayudarán a sacar el mayor provecho de este estudio
bíblico. Si no las ha solicitado todavía, hágalo al término de este espacio. Quedamos pues, en
espera de sus noticias. Será pues, hasta nuestro próximo programa, amigo oyente, es nuestra
oración que el Señor le bendiga muy ricamente!